El aborto y las mujeres indígenas originarias

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El aborto y las mujeres indígenas originarias Elisa Vega Sillo Mujer Indígena Originaria Kallawaya No es mentira que en la ciudad todos hemos escuchado alguna vez decir que en los pueblos indígenas las mujeres tienen hijos “como conejos y demasiado seguidos”. Una forma despectiva de referirse a las mujeres indígenas que tienen varios hijos como “zampoña” dentro su familia. Dicha concepción hace pensar, en una forma colonizadora y patriarcal, que en los pueblos indígenas las mujeres no se cuidan, y que por otra parte, las mujeres “de la ciudad” son las que tienen mayor cuidado y previsión en cuanto a sus embarazos, ya que por el “conocimiento” que tienen los planifican. Sin embargo, en los pueblos indígenas los espaciamientos de embarazos en las mujeres originarias también existen, ya que no sólo dentro la medicina occidental se conoce que, para cuidar la salud de las mujeres y de los propios niños, éstas deben tener un espacio de tiempo entre uno y otro hijo. Dentro los ayllus, es necesario mencionar que hay sabidurías ancestrales. Por ejemplo, en los pueblos andinos existe la mujer denominada “matriz de animal”, que es aquella mujer que no siente dolor durante el parto y que es demasiado fértil, ya que puede embarazarse inmediatamente después del parto, antes de que pase un año de su anterior embarazo. Estas mujeres son cuidadas en las comunidades a través de las sabidurías ancestrales, mediante sahumerios, mates, licuados o comida con plantas medicinales (semilla de zapallo maduro, papaya, calabaza o laca yute y otros), así como mediante la alimentación adecuada, baños de vapor, o en algunos casos, se hace una ceremonia de devolución de la placenta a la madre tierra con los productos agrícolas de la región. Cabe resaltar, que como en la filosofía de los pueblos indígenas todo es par: hembra y macho, todas las plantas y productos agrícolas incluidas las semillas que se usan para medicina, son hembras. Las plantas mencionadas y las prácticas efectuadas por los yatiris de la región, son lo que dentro la cultura occidental se denominarían “plantas abortivas”. Sin embargo, en las comunidades andinas no se las considera de ésta forma, sino que son una forma de garantizar la salud de familia, la mujer y de la niña o niño, y asimismo garantizar los espaciamientos entre embarazos. Es necesario mencionar que el capitalismo y el desarrollismo promovido sobre todo desde la mirada de los varones, han usurpado las sabidurías ancestrales, principalmente la sabiduría de las mujeres indígenas, al condicionar la salud de la mujer a la ciencia médica manejada por varones profesionales, ya que si una mujer de la ciudad (así tenga ascendencia indígena) acude a la sabiduría ancestral y a los yatiris para tratarse algún problema de salud se la ve mal. Sin embargo, cuando tales prácticas son desarrollas dentro las clínicas de salud “modernas” con la misma finalidad, se las considera una medida necesaria para salvaguardar la salud de la madre. En este aspecto es importante recordar que la iglesia católica, al “evangelizar” dentro los pueblos indígenas, hizo creer a muchas comunidades que el usar las plantas como medicina para interrumpir embarazos, era pecado, lo cual llevó a que dentro de los pueblos se vayan

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No es mentira que en la ciudad todos hemos escuchado alguna vez decir que en los pueblos indígenas las mujeres tienen hijos “como conejos y demasiado seguidos”. Una forma despectiva de referirse a las mujeres indígenas que tienen varios hijos como “zampoña” dentro su familia.Dicha concepción hace pensar, en una forma colonizadora y patriarcal, que en los pueblos indígenas las mujeres no se cuidan, y que por otra parte, las mujeres “de la ciudad” son las que tienen mayor cuidado y previsión en cuanto a sus embarazos, ya que por el “conocimiento” que tienen los planifican.

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El aborto y las mujeres indígenas originariasElisa Vega Sillo

Mujer Indígena Originaria Kallawaya

No es mentira que en la ciudad todos hemos escuchado alguna vez decir que en los pueblosindígenas las mujeres tienen hijos “como conejos y demasiado seguidos”. Una formadespectiva de referirse a las mujeres indígenas que tienen varios hijos como “zampoña” dentrosu familia.

Dicha concepción hace pensar, en una forma colonizadora y patriarcal, que en los pueblosindígenas las mujeres no se cuidan, y que por otra parte, las mujeres “de la ciudad” son las quetienen mayor cuidado y previsión en cuanto a sus embarazos, ya que por el “conocimiento”que tienen los planifican.

Sin embargo, en los pueblos indígenas los espaciamientos de embarazos en las mujeresoriginarias también existen, ya que no sólo dentro la medicina occidental se conoce que, paracuidar la salud de las mujeres y de los propios niños, éstas deben tener un espacio de tiempoentre uno y otro hijo.

Dentro los ayllus, es necesario mencionar que hay sabidurías ancestrales. Por ejemplo, en lospueblos andinos existe la mujer denominada “matriz de animal”, que es aquella mujer que nosiente dolor durante el parto y que es demasiado fértil, ya que puede embarazarseinmediatamente después del parto, antes de que pase un año de su anterior embarazo. Estasmujeres son cuidadas en las comunidades a través de las sabidurías ancestrales, mediantesahumerios, mates, licuados o comida con plantas medicinales (semilla de zapallo maduro,papaya, calabaza o laca yute y otros), así como mediante la alimentación adecuada, baños devapor, o en algunos casos, se hace una ceremonia de devolución de la placenta a la madretierra con los productos agrícolas de la región.

Cabe resaltar, que como en la filosofía de los pueblos indígenas todo es par: hembra y macho,todas las plantas y productos agrícolas incluidas las semillas que se usan para medicina, sonhembras.

Las plantas mencionadas y las prácticas efectuadas por los yatiris de la región, son lo quedentro la cultura occidental se denominarían “plantas abortivas”. Sin embargo, en lascomunidades andinas no se las considera de ésta forma, sino que son una forma de garantizarla salud de familia, la mujer y de la niña o niño, y asimismo garantizar los espaciamientos entreembarazos.

Es necesario mencionar que el capitalismo y el desarrollismo promovido sobre todo desde lamirada de los varones, han usurpado las sabidurías ancestrales, principalmente la sabiduría delas mujeres indígenas, al condicionar la salud de la mujer a la ciencia médica manejada porvarones profesionales, ya que si una mujer de la ciudad (así tenga ascendencia indígena) acudea la sabiduría ancestral y a los yatiris para tratarse algún problema de salud se la ve mal. Sinembargo, cuando tales prácticas son desarrollas dentro las clínicas de salud “modernas” con lamisma finalidad, se las considera una medida necesaria para salvaguardar la salud de la madre.

En este aspecto es importante recordar que la iglesia católica, al “evangelizar” dentro lospueblos indígenas, hizo creer a muchas comunidades que el usar las plantas como medicinapara interrumpir embarazos, era pecado, lo cual llevó a que dentro de los pueblos se vayan

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olvidando tales sabidurías, llegando incluso a estigmatizar a quienes realizaban tales prácticas,tachándolos de “brujas y brujos”.

El concepto de “pecado” del aborto viene con la colonización y el patriarcado, muchascomunidades andinas se apropiaron de la satanización del aborto, ya que dicen que cuandouna mujer aborta viene la helada, granizo etc. y por ende rompemos el ciclo de vida natural. Enalgunas comunidades se dice que el feto del aborto no tiene que estar expuesto al Tata Inti yque debe ser devuelto a la Pachamama, porque cuando ve el sol se enoja y por eso viene lahelada, granizo, en la sabiduría los abuelas que los limpus (fetos abortados) tienen que ir alcementerio o a un lugar sagrado y ser pagados con diferentes productos agrícolas de la regiónpara que el limpu no regrese a la persona que abortó o sus familiares. Este ritual tiene que serhecho tanto para los abortos espontáneos (fracasos) como para los abortos que fueronprovocados.

La nueva Constitución Política del Estado nos garantiza a las bolivianas y bolivianos, a travésdel artículo 66,”se garantiza a las mujeres y a los hombres el ejercicio de los derechos sexualesy derechos reproductivos”. Este artículo nos permite ser autónomas de nuestro cuerpo ypoder decidir cuántos hijos tener, cuándo y cómo tenerlos.

Asimismo, en relación a los pueblos indígenas, la Constitución Política da una protección aúnmás amplia, ya que señala que se deben recuperar los conocimientos ancestrales. Es así que elartículo 30, establece que “En el marco de la unidad del Estado y de acuerdo con estaConstitución las naciones y pueblos indígena originario campesinos gozan de los siguientesderechos:

2. A su identidad cultural, creencia religiosa, espiritualidades, prácticas y costumbres, ya su propia cosmovisión.

9. A que sus saberes y conocimientos tradicionales, su medicina tradicional, susidiomas, sus rituales y sus símbolos y vestimentas sean valorados, respetados ypromocionados.

13. Al sistema de salud universal y gratuito que respete su cosmovisión y prácticastradicionales.

También, el artículo 35 establece en su parágrafo II, que el sistema de salud es único e incluyea la medicina tradicional de las naciones y pueblos indígena originario campesinos.

En base a todo ello, es que como mujeres, y mucho más como mujeres indígenas, debemosexigir la despenalización del aborto, ya que con ello estamos planteando y dando aportes paraconseguir el vivir BIEN, y a no morir durante el parto, o incluso a poder tener esta planificacióny espaciamiento entre nuestros embarazos, reestablecer las sabidurías ancestrales de nuestrasabuelas.

Si se logra tal objetivo, podríamos destruir la estructura patriarcal que se va reproduciendodiariamente, y podríamos darnos, a nosotras mujeres, la facultad de poder decidir pornosotras mismas y sobre nuestros cuerpos, logrando de esta manera la despatriarcalización delcuerpo de las mujeres.

No es aborto, es espaciamientos de embarazos.