El Abrazo de La Serpiente (1)

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El abrazo de la serpiente, camino a la identidad Película poliglota que llevará a cabo una empresa quizá peligrosa, tal vez fortuita: encontrar lo que transversalmente enuncia: el origen. Y el origen ¿de qué?, ¿de quién? Antes de responder estas peguntas, el autor utilizará varios recursos, el del guión (obedeciendo a tensiones dramáticas, puntos de giro, anagnórisis) el de la estética (en blanco y negro recordando las preciosas fotografías de Schultes, ¿centrando la intensión en una selva gris? Y preparando el terreno para las últimas imágenes que representan la pinta, pero que para desgracia de la película resultan patéticas como se ha enunciado en otros comentarios), el de la semántica implícita en los fotogramas; el de la estructura. Hay que mencionar que no hemos de encontrarnos con una estructura simple, los conflictos que la revelan obedecen a un espectro amplio y contextualizado: la realidad colombiana (las caucheras, el esclavismo, la religión católica) a un espectro individual (la búsqueda de cada personaje y su arco de transformación) y a un espectro universal (el caapi (nueva moda), la sabiduría ancestral y el cuidado ambiental) el guión también se enriquece con las expediciones del gran etnobotánico Schultes y de Von Martius, cada uno con su historia personal. Los nativos, son personajes de ficción que con una natural y asombrosa actuación enaltecen su identidad como tribu y su conocimiento de la selva. A parte de estos personajes, no se verá un colombiano y es que ¿qué es un colombiano? Ese del que tanto hablan cuando karamakate recuerda el exterminio al que se vio obligado siendo un niño, ese del que habla el pobre manco que pide ser asesinado en el gesto más crudo y doloroso que ha podido verse en lengua nativa… ¿cuál es el idioma del colombiano? Sino es el español de aquel católico, sino es el portugués del mesías ebrio, ni el alemán enamorado, del Indiana Jones envejecido. Y también ¿qué nos hará colombianos? Acaso un espacio geográfico del que solo dan cuenta los nativos y los extranjeros, un espacio intelectual donde se divaga entre europeos y gringos. Yo creo que ésta apabullante, colosal película, ganadora, taquillera, resalta con el vacío de la enunciación lo que es Colombia: un gran látigo. Látigo que tuvo el

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El abrazo de la serpiente, camino a la identidad

Película poliglota que llevará a cabo una empresa quizá peligrosa, tal vez fortuita: encontrar lo que transversalmente enuncia: el origen. Y el origen ¿de qué?, ¿de quién?

Antes de responder estas peguntas, el autor utilizará varios recursos, el del guión (obedeciendo a tensiones dramáticas, puntos de giro, anagnórisis) el de la estética (en blanco y negro recordando las preciosas fotografías de Schultes, ¿centrando la intensión en una selva gris? Y preparando el terreno para las últimas imágenes que representan la pinta, pero que para desgracia de la película resultan patéticas como se ha enunciado en otros comentarios), el de la semántica implícita en los fotogramas; el de la estructura. Hay que mencionar que no hemos de encontrarnos con una estructura simple, los conflictos que la revelan obedecen a un espectro amplio y contextualizado: la realidad colombiana (las caucheras, el esclavismo, la religión católica) a un espectro individual (la búsqueda de cada personaje y su arco de transformación) y a un espectro universal (el caapi (nueva moda), la sabiduría ancestral y el cuidado ambiental) el guión también se enriquece con las expediciones del gran etnobotánico Schultes y de Von Martius, cada uno con su historia personal. Los nativos, son personajes de ficción que con una natural y asombrosa actuación enaltecen su identidad como tribu y su conocimiento de la selva. A parte de estos personajes, no se verá un colombiano y es que ¿qué es un colombiano? Ese del que tanto hablan cuando karamakate recuerda el exterminio al que se vio obligado siendo un niño, ese del que habla el pobre manco que pide ser asesinado en el gesto más crudo y doloroso que ha podido verse en lengua nativa… ¿cuál es el idioma del colombiano? Sino es el español de aquel católico, sino es el portugués del mesías ebrio, ni el alemán enamorado, del Indiana Jones envejecido. Y también ¿qué nos hará colombianos? Acaso un espacio geográfico del que solo dan cuenta los nativos y los extranjeros, un espacio intelectual donde se divaga entre europeos y gringos. Yo creo que ésta apabullante, colosal película, ganadora, taquillera, resalta con el vacío de la enunciación lo que es Colombia: un gran látigo. Látigo que tuvo el nombre de iglesia, de política, de explotadores, en fin, látigo que es violencia. Y esto significa, no que todos los que vivimos en este espacio geográfico seamos violentos, sino que el nombre Colombia y colombiano es símil al de látigo y violento, afuera de este nombre somos: desierto en el norte, montañas andinas hacia el centro, cabeza de la serpiente-agua-dulce en el sur. Y es el territorio, lo que ensalza la película enseñando que el amazonas no tiene fronteras, allí están los peruanos, ecuatorianos, colombianos, brasileros, alemanes, gringos, pero que al mismo tiempo todos van a saquearle, solo lo conocen realmente los nativos que son poseedores de este espacio geográfico e intelectual, pero no son soberanos, cuando se habla de Colombia se habla en español siendo este idioma lo más lejano al espacio, ya que si ha de hablarse en otra lengua que no sea amazónica del amazonas será en alemán o en inglés o en francés, si han de producirse medicinas serán por marcas extranjeras, si ha de producirse documental, o estudio será por europeos como Levi Strauss o Mircea Eliade y si aquí se hacen recopilaciones de relatos será porque han sido rigurosamente oteados para no perder la conexión con el mensaje católico, presionando la cultura indígena a una obligada síntesis, que ha de convertirse en simbiosis cultural.

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El amazonas del abrazo de la serpiente es independiente de cualquier nombre (Colombia, Perú, Brasil) al mismo tiempo es un espacio diverso, como las especies de plantas, animales y tribus que allí se encuentran, es un espacio que lucha por unión en la diversidad que no utiliza el recurso de hacer que el nativo hable español como gringo que no sabe gramática, sino que lo devela, tal es su cultura, en su lenguaje. El reto que encontrará el espectador siempre será al de la traducción, puesto que ésta intenta revelar todo un pensamiento y será más difícil para el espectador que se encuentra en un país donde la gente aprende gramática española por las clases de inglés, cuando el español que conoce lo aprendió en la calle, haciendo del inglés el idioma por excelencia y que nunca conocerá cursos de lengua kamsá, Kogui, o Katía, un colombiano que cuando habla de mitología siempre se refiere a las epopeyas de héroes rubios que se perfumaron con almizcles desconocidos, a rapsodias que se cantaban con cítaras que distan mucho de parecerse a una quena, rapsodias que cuentan guerras nunca comparables al desbordamiento astral de un Ícaro Ingano. El problema del idioma es un problema de poder y de soberanía, que legitima tanto el pensamiento como la pertenencia a un país, pero que problema el de una persona arrojada a este espacio, hablante de un idioma apocado para el mundo que le rodea, un idioma que es rescatado por las más de 18 lenguas nativas, de las más de 18 naciones que hay dentro de este territorio que no conocen los que lo habitan puesto que prefieren Miami y que trazan una ruta y la nombran, y le imponen un idioma, una bandera, una flor nacional, habitantes que cantan orgullosos un himno que da cuenta de qué tipo de liberación?

El encuentro de Ciro Guerra será el de una necesidad de origen para centrarse en lo que ha de ser la identidad, pero la respuesta no la dará la película, sino la chakruna, más allá de la oscuridad, del suelo y del subsuelo, de la creación, allí ha de estar el origen, resolviendo el misterio de la existencia. Schultes se encuentra el origen con la ayuda de la planta hacia el final de la película, como anagnórisis no solo de la historia sino de la pregunta por la identidad, ha de entenderse que toda diversidad deviene conflicto heterofóbico o xenofóbico, pero que la diversidad deviene de la unidad y que al hombre olvidar que posee el mismo origen vive en pos de la trascendencia aniquilando a diestra y siniestra especies y hombres, por lo cual es menester llevar esta canción de origen al mundo occidental puesto que todos los que atentan contra la vida, la han olvidado. El joven karamakate quiere destruir, es un guerrero, se ha llenado de rabia, es el tigre que destruye a la serpiente para salvarla; pero es el viejo karamakate quien descubre que la salvación de ella es también la salvación de la selva y de la humanidad puesto que es portadora del misterio y que el modo de salvarla es dándola a conocer. Aquí karamakate se divide en dos (joven, abuelo) demostrando que la unidad se hace múltiple y tanto Schultes como Martius se hacen uno, demostrando que la multiplicidad está en lo uno, un planteamiento similar se encuentra en la filosofía oriental, cuando Lao Tse afirma que en los simple está lo complejo y que lo complejo en lo simple. Este tema también se enfatiza cuando el abuelo le pregunta a Schultes por los bordes del rio.

Un camino hacia la identidad es un camino hacia borrarla, hacia hacerse poliglota, hacerse amazónico, con variedad, grandeza, rompiendo fronteras, sabiendo que Colombia no existe, existe un planeta habitado por incontables voces, por la violencia, la alegría, las plantas, los animales,

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que Colombia significa látigo, humano significa hermano que se alimenta de lo mismo, con los mismos atributos, con la misma manera de desplazarse, abriendo camino, rompiéndose las piernas, la cabeza para aprender a caminar, pero sanándose cuando aprende a conservar el misterio.

¿Hablar de lo indígena es hablar de lo colombiano? ¿Será hablar en español u en ingles u en nativo, de papayas, guanábanas, Muiscas, oro, españoles, de nuestros intelectuales germanistas o afrancesados? No, hablar de lo indígena es hablar de lo nativo, de los hombres de conocimiento, es hablar de un territorio, una visión permeada por la grandeza de la naturaleza y por su conservación, también de violencia, de expansiones, de torturas fanáticas y canibalismo, (canibalismo que también aplica la lógica católica de la comunión) y hablar de Colombia es hablar de látigo. ojalá que todos aquellos espectadores del abrazo de la serpiente que son en su mayoría nuevos hippies mejorados (habría que cambiar este término) hippies huitoto (con la boca entumecida por la palabra dulce del mambe), hippies kogui ( con la claridad y el pensamiento ensalivado en el poporo) hippies cofán ( que portan en sus ojos lo que les ha dado el espejo del espíritu y lo representan con los colores de las chaquiras en su brazalete, dando cuenta de la última pinta) hippies huicholes (con el peyote estampado en la camiseta) caminantes rojos, temazcaleros, contribuyan a la propagación de la palabra de vida, del reconocimiento del misterio, para construir cultura auténtica de territorio(que no se reduzca a la explotación de las artesanías como en expoartesano, o a las tomas de fin de semana, o a los eventos de danza, música y poesía que se quedan en lo exótico ) creo que el abrazo de la serpiente es el primer paso hacia la semilla, necesario para borrar ese nombre que por 215 años hemos portado, un nombre que significa látigo.

Julio Der Nasca.

10/06/15