EL AIRE DE LAS CIUDADES AÑO 1181

FRANCISCO SUÁREZ SALGUERO

~ 1 ~

Francisco Suárez Salguero ha compuesto estos escritos esmerándose en ofrecer

la crónica cronológica que el lector podrá aprovechar y disfrutar. Lo ha hecho

valiéndose de cuantas fuentes que ha tenido a mano o por medio de la red in-

formática. Agradece las aportaciones a cuantas personas le documentaron a tra-

vés de cualquier medio, teniendo en cuenta que actúa como editor en el caso de

algún texto conseguido por las vías mencionadas. Y para no causar ningún per-

juicio, ni propio ni ajeno, queda prohibida la reproducción total o parcial de este

libro, así como su tratamiento o transmisión informática, no debiendo utilizarse

ni manipularse su contenido por ningún registro o medio que no sea legal, ni se

reproduzcan indebidamente dichos contenidos, ni por fotografía ni por fotocopia,

etc.

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A MODO DE PRÓLOGO

EL AIRE DE LAS CIUDADES

Durante el siglo XII aumentó la población. La gente, cada vez más ciudadana, esca-

paba paulatinamente de la dependencia feudal. El comercio de vino y lana cruzó las

fronteras de Europa; y la seda y las especias viajaban más de Asia hacia Europa. Donde

se cruzaban las rutas comerciales, surgían bulliciosos mercados y ferias.

En el campo, la vida cotidiana se adecuaba a las estaciones; y las ciudades se enri-

quecían entre fiestas religiosas. Arquitectura, pintura, música y literatura captaron el es-

píritu de estos tiempos vibrantes que no dejaban a veces de ser violentos.

Todavía perdura la magnificencia de las catedrales que desde entonces tardaron varias

generaciones en construirse; y las universidades de Bolonia, París, Oxford… nos siguen

demostrando el interés medieval por el conocimiento. El saber seguía muy valorado en

los dominios del Islam.

Sin embargo, seguía habiendo mucha gente ignorante, rural, anclada en tierra, sin ha-

berse adentrado nunca en una ciudad, sin saber ni leer ni escribir.

La Iglesia lo regulaba todo, siguiendo las construcciones monásticas y de iglesias, en

régimen sumamente disciplinado, sin ser opresivo.

Cristianismo e Islam seguían enfrentados, entre entendimientos y tolerancias a la vez

que entre violencias y cruzadas.

Pero se hizo proverbial que “el aire de las ciudades hace libres a los hombres”. Den-

tro de las bulliciosas urbes, a veces corruptas e insidiosas, semejantes a colmenas de

dulzura y laboriosidad, se vivía bajo normas distintas a las rurales. Sus residentes obe-

decían al alcalde y demás funcionarios electos. En vez de trabajar para mantener a un

noble y su castillo, pagaban impuestos al rey y reunían entre ellos la suma necesaria

para defender la ciudad.

La vida urbana venía resurgiendo y afianzándose desde el siglo XI. Cuando las llamas

de los disturbios se fueron apagando, algo similar a un gobierno organizado se fue asen-

tando en los reinos europeos. Los príncipes y magnates jugaron un importante papel en

el resurgimiento. Siempre escasos de fondos, permitieron que algunos poblados se inde-

pendizaran y se desligaran del castillo local, a cambio de pagos en efectivo.

El otorgamiento de un estatuto poblacional era el gran acontecimiento en aquel pro-

ceso. Una vez otorgado, el concejo municipal se encargaba de la administración. Los

poblados eran a veces ciudades romanas que renacían tras la destrucción bárbara, o nue-

vas comunidades que crecían a las puertas de un castillo medieval. Muchas emergieron

de modo caótico alrededor de los senderos y límites de los conjuntos de parcelas, lo que

explica las estrechas y sinuosas callejuelas. Los constructores también favorecían este

estilo: la intrincada retícula de edificios era una protección contra el viento, en una épo-

ca en que las ventanas de vidrio eran poco conocidas. De entre las ciudades europeas,

París era la única que no tenía alcalde, sino un preboste o superintendente del rey. Era

típico de las incipientes ciudades constituirse a partir de una asamblea de aldeas dis-

persas e interconectadas. Esto explica la abundancia de iglesias y abadías. Pastizales y

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pantanos en ambas márgenes fluviales, que eran linderos entre las aldeas, fueron po-

blándose gradualmente con nuevas construcciones, con puentes.

Para el comercio se fueron instalando en las ciudades, entre las murallas y en los arra-

bales, tiendas y establos.

Las gruesas murallas seguían protegiendo, con sus portones cerrándose a cada ocaso.

Las calles no tenían alumbrado. Guardias de ciudadanos las patrullaban con antorchas y

si alguien deambulaba por la noche sin motivo justificado era encerrado. Había prego-

neros encargados de dar la voz de alarma si se precisaba.

Uno de los grandes acontecimientos en las ciudades de la Europa medieval era la feria

anual de varios días, o los periódicos mercados, por lo general en las afueras de la mu-

ralla. Los monarcas estimulaban estas ferias para promover el comercio y sacar ganan-

cias de los impuestos con que gravaban las mercancías. Los negocios de la feria trans-

currían en una atmósfera de carnaval. Un bufón en zancos se elevaba sobre la con-

currencia, los malabaristas seguían sus pasos, y trovadores con laúd divertían a los tran-

seúntes.

Un mercader muestra sedas que quizá sean chinas, y otro tiene suficientes ollas o ti-

najas para abastecer por todo un año a los vinateros. En otras tiendas, los clientes rega-

tean pieles germanas y hasta rusas, vinos franceses, cristal italiano, vituallas... La feria

está vigilada y bajo control. Los guardias montados supervisan todo, y la tienda pintada

de colores brillantes aloja una corte especial llamada pieds poudré, en francés, o pie-

powders, en inglés (pies enlodados), donde se dirimen las disputas de los quejosos que

aún no se han aseado.

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AÑO 1181

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REINO DE ARAGÓN

El rey Alfonso II de Aragón, entre otros territorios,1 conquistó a los musulmanes los

castillos y lugares de Villel,2 donándolo a Martín Pérez de Villel como tenente (en fe-

brero). Hubo también concesión de fueron a varios lugares. E igualmente podemos noti-

ficar la consagración de la iglesia románica de Santa María en Aínsa.3

1 En la provincia de Teruel.

2 Provincia de Teruel, al sur, junto al río Turia.

3 Provincia de Huesca. Esta iglesia, conocida también como de la Asunción, se inició a finales del siglo

XI. El claustro se construyó más tarde, en el siglo XIII, lo mismo que diversas ampliaciones. En la década

de los años 70 del siglo XX se restauró todo a fondo, tal como actualmente puede apreciarse.

La iglesia está construida en sillar irregular. Tiene planta rectangular y un ábside semicircular. El ac-

ceso principal, al sur, se realiza por una portada que presenta cuatro arquivoltas sobre columnas. La deco-

ración de las basas y capiteles presentan simples formas geométricas y vegetales. Se observa la reutili-

zación de un capitel como basa de una de estas columnas. Existe también un pequeño crismón en el tím-

pano de la portada.

El interior de la iglesia presenta formas sobrias y decoración austera, características propias de la ar-

quitectura románica. La cubierta de la nave es esencialmente con bóveda de cañón, aunque aparece lige-

ramente apuntada en los pies. Anteriormente la nave debió estar dividida en tres tramos por dos arcos

fajones cuyos únicos restos son las pilastras sobre las que se apoyaban. El ábside está cubierto con bóveda

de cuarto de esfera, denominada de horno, realiza en piedra d color rojizo. Posee también un coro alto a

los pies de la nave que conserva su entrada primitiva por la torre. Bajo él se halla la pila bautismal, lisa,

pero de tamaño relevante.

Adornan el ábside, un Cristo crucificado de factura actual y una Virgen del siglo XIII proveniente de

una iglesia de un pueblo vecino deshabitado.

La interesante cripta está situada bajo el presbiterio de la iglesia. Se accede por medio de dos escaleras

situadas en el primer tramo del recinto. Se trata de una pequeña estancia de tres naves y cuatro tramos,

divididos por 18 columnas. De ellas 6 son exentas y 4 están apoyadas en basas. De los capiteles 12 están

marcados con una R indicando que son de nuevo cuño, como la bóveda de hormigón armado y ladrillo

que fue realizada en la última restauración. De la anterior no quedada resto alguno.

La torre es el elemento más representativo por su tamaño y sobriedad. Está construida igualmente con

sillar irregular y presenta tres cuerpos desiguales. La planta baja actúa como pórtico (o lonja) formado por

dos arcos de descarga, dando acceso tanto a la iglesia como al claustro. El contrafuerte que se aprecia

desde el exterior es la ampliación que esconde la escalera que sube por el interior del muro.

En las dos primeras plantas hay observatorios y saeteros. La primera realiza una función de tribuna, ya

que da acceso al templo desde lo alto, mientras que la tercera corresponde al cuerpo de campanas.

Destaca especialmente su último piso, con una cúpula sobre trompas y cuatro nervios de sección rec-

tangular, desde donde puede observarse una magnífica vista panorámica.

El claustro está adosado al norte de la nave. Tiene forma trapezoidal irregular y consta de un solo piso.

Presenta un corredor cubierto de bóvedas tanto de cañón como apuntadas según los tramos y arcos tanto

apuntados como de medio punto.

Se aprovecha el sitio disponible y se observan en él las diversas modificaciones realizadas a lo largo de

los siglos. Estuvo cerrado por muros y cristaleras y guardó varios retablos que se perdieron durante la

guerra civil entre los años 1936-1939. Como curiosidad se destaca que las pilas centrales tienen la función

de recoger agua para mantener la humedad necesaria a fin de que funcione bien el pararrayos.

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Iglesia de Santa María de Aínsa

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REINOS DE CASTILLA

Y LEÓN

Los reyes Alfonso VIII de Castilla y Fernando II de León, firmaron la paz y la cola-

boración mutua, el 21 de marzo, reconociéndose tal firma como Tratado de Medina de

Rioseco.4 Cada rey, en prenda de la paz firmada, entregó 5 castillos, quedando éstos en

poder del maestre de Santiago5 y del prior de los hospitalarios.

Consecuencia del mencionado tratado, los castellanos se permiten proyectar incursio-

nes guerreras hacia el sur, adentrándose en Al-Ándalus por todo el Guadalquivir.

Por su parte, Fernando II repuebla Mansilla6 otorgándole el fuero de Benavente,

7 que

se está amurallando,8 y ordena repoblar Villafañe,

9 para fortificar la ribera del Esla.

También concedió el mismo fuero de Benavente a Mayorga.10

El 5 de abril, la reina Leonor, esposa de Alfonso VIII, dio a luz a Sancho, infante pri-

mogénito varón, siendo pues heredero, pero ocurrió la desgracia de su muerte, el 26 de

julio.11

En agosto, el día 23, con el consentimiento del rey Alfonso VIII, el obispo de Pa-

lencia, Raimundo II, su tío, otorgó fuero al concejo de la ciudad. Alfonso VIII amplió

donaciones al obispo palentino respecto a su condado de Pernía, creado exprofeso para

él, incluyendo la villa de San Salvador de Cantamuda (la iglesia ya le pertenecía desde

1123).

También notificamos que el rey Alfonso VIII confirmó a Ávila la amplitud de su

término o extenso alfoz con el fin de reforzar su frontera castellana con la leonesa. Di-

4 Provincia de Valladolid.

5 Peñausende (Zamora) es donada a la Orden de Santiago, quedando convertida en sede de encomienda.

6 Provincia de León.

7 Provincia de Zamora.

8 Monjas de Santa María la Real de Gradefes (León) fundan el monasterio de Santa Colomba de las

Monjas, cerca de Benavente (Zamora).

9 Provincia de León.

10

Provincia de Valladolid.

11

El infante difunto recibió sepultura en el monasterio burgalés de Santa María la Real de Las Huelgas,

fundado por sus padres. Se comprobó, a mediados del siglo XX, que la momia del infante Sancho yacía

en su sepulcro, desnuda y descansando sobre un lecho de yerbas. Su ataúd de madera, que medía 88 cen-

tímetros de largo, se hallaba forrado de brocado árabe y tenía una cruz del mismo material sobre la tapa.

~ 9 ~

cho término se extiende por el sur hasta la zona aún poco poblada que rebasa los ríos

Alberche y Tiétar, afluentes del Tajo.

A la población de Medina de Pomar12

le concedió el rey castellano el mismo fuero

riojano de Logroño.

12

Provincia de Burgos.

~ 10 ~

CONDADO DE

CHAMPAGNE

La Champagne o Champaña (Campus en latín) es un relevante condado,13

cuyo te-

rritorio estuvo habitado por galos (remos,14

triscases, meldas, lingones y senonenses o

senones), en tiempos del Imperio Romano, formando parte de la Galia Lugdunensis,15

que fue habitándose por francos y borgoñones, siendo un ducado dependiente de Aus-

trasia16

entre los años 570-714.17

13

Fue una antigua provincia francesa que en gran parte constituyó la establecida como región de Cham-

paña-Ardenas por la reforma administrativa decretada en el año 1789.

14

Un pueblo o tribu belga, en el noroeste de la Galia en el siglo I a. de C. en las estribaciones meridio-

nales y boscosas de las Ardenas, entre los ríos Mosa (que desemboca en el mar del Norte formando delta

común con el Rin) y Matrona (el Marne, que se une al Sena cerca de París), y a lo largo de los valles

fluviales del Aisne y sus afluentes, el Aire y el Vesle (que pasa por Reims).

Los remos estaban rodeados por un entorno de pueblos belgas amigos, concentrados en la capital tribal

de Durocórtoro (actual Reims), destacado oppidum galo. Aliados con las tribus germánicas del este, se

implicaron más de una vez contra los parisios (de las orillas del Sena) y los senones (por donde hoy se

encuentra Sens). Los remos, al igual que las otras tribus que se mencionan, destacaron por sus caballos y

por la utilización de los mismos. Fueron aliados de Julio César (siglo I a. de C.), manteniéndose muy fa-

vorables a los romanos. Una leyenda tardía relata que Remo, el hermano de Rómulo, fue el fundador de

Reims.

15

Más o menos todo el norte de la actual Francia.

16

La parte nordeste del reino de los francos en tiempos merovingios, siendo Neustrasia, como podemos

recordar, la parte noroeste.

17

Tras convertirse en condado, a comienzos del siglo XII, Champaña fue unida a la corona francesa y al

reino de Navarra, debido al matrimonio de Juana I de Navarra (hija de Enrique I de Navarra y de Blanca

de Artois, siglo XIII) con Felipe el Hermoso (Felipe IV de Francia, rey entre los años 1285-1314).

Champaña fue de nuevo autónoma tras la muerte de Felipe el Hermoso, pero Luis X (1314-1316) la unió

definitivamente a la corona francesa.

El condado feudal de Champaña y de Brie gozó de tener en sus titulares la consideración de ser ellos

uno de los seis Pares de Francia primitivos, que era el más distinguido rango nobiliario del reino.

En origen, los Pares de Francia se tenían como familiares del soberano, a tenor del Cantar de Roldán

(atribuido al monje normando Turoldo a finales del siglo IX), donde se trata de los Doce Pares como

caballeros sobrinos del emperador Carlomagno. Después los Pares de Francia fueron un grupo de gran-

des señores feudales, vasallos directos de la Corona de Francia. Todos ellos, al principio, eran doce Pa-

res: seis eclesiásticos y seis laicos. Tenían el privilegio de no ser juzgados más que por la Corte de Pares.

En contrapartida tenían la obligación de rendir homenaje o vasallaje al rey de Francia. A partir del

año 1180 se les concedió el derecho de pertenecer al Parlamento de Francia, teniendo permitido asistir a

la ceremonia de la consagración regia.

Su cometido fue ceremonial a partir del siglo XIII. La dignidad de Par (hereditaria por línea masculina),

un título de la corona y no de nobleza, fue la fórmula con la que los reyes distinguían a los nobles más im-

~ 11 ~

La Champaña goza de mucho renombre en la Europa occidental debido a sus nume-

rosas ferias agrícolas,18

siendo sus principales centros comerciales las ciudades de Tro-

yes, Reims y Épernay.

El condado de Champaña formaba parte de las posesiones de los condes de Meaux y

de Troyes hasta que a mediados del siglo XII resultó dividido entre los herederos del

conde Teobaldo II, Enrique I de Champaña (fallecido en este año 1181, como enseguida

contaremos) y sus hermanos menores (Teobaldo y Étienne), teniendo éstos últimos dife-

rentes dependencias adscritas al condado de Blois.

portantes del reino. El movimiento se aceleró en el siglo XVI: el rey nombró Pares a simples señores

situándolos en el vértice de la pirámide de los títulos de Francia. El título de los Pares de Francia en la

época del Antiguo Régimen (anteriormente a la Revolución Francesa, en 1789), a diferencia de los Pa-

res británicos, era sólo honorífico. Sin embargo, los Pares de Francia conservaban importantes privilegios,

como el de asistir al Parlamento de París o Corte de Justicia más importante del reino.

En 1814, como veremos en su momento, Luis XVIII, basándose en el modelo inglés de la Cámara de

los Lores, creó una Cámara de los Pares que fue parte del poder legislativo. Después de los históricos

Cien Días (del 20 de marzo de 1815 al 28 de junio del mismo año), Napoleón nombró también Pares de

Francia. La Segunda Restauración, del año 1815, restableció la Cámara de los Pares cuyo título era he-

reditario. Después de la Revolución de julio de 1830, el rey Luis Felipe I de Francia (1830-

1848) conservó la Cámara de los Pares, pero suprimió la heredad del mismo. Su sede era el Palacio de

Luxemburgo, en París (sede del Senado francés).

18

Y sigue siendo famosa por su producción de champán.

~ 12 ~

Los condes de Champaña disfrutan del poder económico y de la resultante influencia

que dimana de las ferias de Champaña y de las que particularmente tienen lugar en

Troyes.

El conde Enrique I de Champagne y de Brie, conocido como el Liberal,19

hijo de

Teobaldo II de Champaña y IV de Blois y de su esposa Matilde de Carintia, murió en

este año 1181, el 17 de marzo, a la edad de 54 años, siendo conde desde 1152, durante

29 años, hasta éste de su muerte.

Enrique el Liberal participó en la segunda cruzada acompañando al rey Luis VII de

Francia, portando carta de recomendación del abad Bernardo de Claraval ante el em-

perador Manuel I de Bizancio. Se sabe de su presencia en el Consejo de Acre que ce-

lebró el rey Balduino III de Jerusalén el 24 de junio de 1148.

Fue en 1179 cuando Enrique partió de nuevo como cruzado a Tierra Santa, llevando

consigo a un nutrido grupo de caballeros franceses, incluyendo entre ellos a sus pa-

rientes Pedro de Courtenay (hermano del rey Luis VII) y a Felipe de Dreux (obispo de

Beauvais). Enrique regresaba de la cruzada a través de Asia Menor, siendo allí hecho

prisionero por Kilij Arslan II, sultán selyúcida de Rüm. Fue luego liberado mediante

rescate pagado por el emperador bizantino Manuel I. Pero Enrique murió poco después.

Antes de la cruzada, el conde Enrique, a la muerte de su padre, reteniendo para sí la

Champaña, dejó las propiedades más antiguas de la familia (incluyendo Blois, Chartres,

Sancerre y Chateaudun) a sus hermanos menores, lo que no dejó de sorprender, ya que

estos territorios son más ricos y económicamente más desarrollados. Sin embargo, En-

rique hizo prosperar su condado convirtiéndolo en uno de los más ricos, influyentes y

poderosos de Francia.

Estableció su gobierno de forma ordenada sobre la nobleza de Champaña, llegando a

contar con la ayuda de unos 2.000 vasallos, lo que le confirió un poder inigualable en

Francia. Convirtió la Champaña en un lugar seguro para los mercaderes que se reunían

en las ferias que él supo patrocinar. El condado de Champaña se convirtió así en un

enclave privilegiado en las rutas comerciales europeas.20

Además, la corte condal, con sede en Troyes, se convirtió en un renombrado centro

literario, siendo frecuentada por eruditos como Walter Map y Esteban de Alinerre, que

llegó a ser su canciller entre los años 1176 y 1179, año de su muerte.

De la vida familiar y descendencia del conde Enrique I el Liberal podemos ofrecer el

siguiente resumen:

En 1164 se casó con María de Francia, hija del rey Luis VII y de Leonor de Aquitania,

de la cual tuvo cuatro hijos: Escolástica,21

Enrique,22

María23

y Teobaldo.24

19

Debido a su prodigalidad con artistas, intelectuales, pobres e iglesias. La ciudad de Troyes goza toda-

vía de sus beneficios, porque facilitó los trabajos constructivos dividiendo el Sena en varios canales para

proveer del agua necesaria al respecto.

20

Ver Epílogo I.

21

Casada con Guillermo IV de Mâcon, muerta en 1219.

22

Su sucesor como conde de Champaña hasta 1197, siéndolo desde 1166. Luego fue rey de Jerusalén (lo

veremos en su momento).

~ 13 ~

Sello del conde Enrique I el Liberal, utilizado entre los años 1152-1176

23

Casada con Balduino I de Constantinopla (emperador latino entre los años 1204-1205), muerta en

1204.

24

Conde de Champaña entre los años 1179-1201, cuando su hermano Enrique fue rey de Jerusalén.

~ 14 ~

MONTPELLIER

Grave crisis (laberíntica) en Occitania:25

el conde de Toulouse invadió las tierras del

vizconde de Narbona y resultó asesinado Ramón Berenguer IV de Provenza, por los

hombres de Ademar de Murviel,26

cerca de Montpellier, el 5 de abril, a raíz de lo cual,

su hermano y señor, el rey Alfonso II de Aragón, nombró para sucederle a su otro her-

mano, Sancho I, el mismo que había participado, con su hermano ahora difunto, en la

conquista de Niza (año 1176).

Ramón Berenguer IV de Provenza tenía 23 años de edad. Como podemos recordar,

era hijo, segundogénito, de la reina Petronila de Aragón y de su esposo Ramón Beren-

guer IV de Barcelona.

En 1168, el consejo de regencia establecido en Aragón durante la minoría de edad de

Alfonso II, habiendo muerto el conde Ramón Berenguer III de Provenza (año 1166),

encomendó el condado de Cerdaña a Sancho, el ahora sucesor en Provenza. Pasó que,

desde 1166, gracias al trabajo diplomático y militar del consejo de regencia de Alfonso

II, que combatió las aspiraciones del condado de Toulouse, el rey de Aragón fue reco-

nocido por los señores pirenaicos de Millars (Gualterio), Rodez (Hugo) y otros de la

zona como su señor y conde de Provenza.27

Se infeudaron también al rey de Aragón los

magnates Bernardo de Aton (vizconde de Nimes) y Raimundo de Trencavel (vizconde

de Beziers y de Carcasona, seguidamente también su hijo Roger Trencavel, a la muerte

de su padre en 1167).

En 1173, Alfonso II de Aragón alcanzó la mayoría de edad, al cumplir 16 años y ca-

sarse con Sancha de Castilla (hija de Alfonso VII el Emperador y de su segunda esposa

Riquilda de Polonia). En ese año, el rey aragonés le confió a su hermano, de 15 años de

edad (cambiándole el nombre de Pedro por el de Ramón Berenguer) el condado de

Provenza, teniéndole bajo su fidelidad y señorío.

También podemos notificar en este año 1181 la muerte de Guillermo Agoult, gentil-

hombre de Alfonso II de Aragón y poeta provenzal.28

25

La guerra que dirimen enfrentados los señores del Languedoc y la Corona de Aragón con el conde de

Toulouse (Raimundo V).

26

A las órdenes de Raimundo V de Toulouse. Y parece ser también (aunque hay autores que no lo sos-

tienen) que otro de los asesinados en esta circunstancia fue el príncipe Beltrán I del Balzo, príncipe de

Orange. Como no nos detenemos más en este suceso ni en este personaje, Beltrán, dejamos aquí el asunto,

si bien anticipando que este territorio de Orange, originado como principado desde el Sacro Imperio Ro-

mano Germánico, del que se posesionó en su momento el condado de Barcelona, tendrá su relevancia

histórica.

27

Título que alterna en la documentación con duque de Provenza y marqués de Provenza desde 1166 ó

tal vez antes.

28

Fue considerado por sus contemporáneos como un modelo de sabiduría y caballerosidad, así como uno

de los mejores cancioneros líricos de su época.

~ 15 ~

CIVITA CASTELLANA

El 3 de marzo murió en Civita Castellana29

el Papa Alejandro III (número 170 en la

sucesión de San Pedro),30

en el año vigésimo segundo de su pontificado, habiendo su-

cedido a Adriano IV (1154-1159), de quien fue su canciller.31

Como sabemos, tuvo que luchar contra el emperador germánico Federico I Barbarro-

ja, quien le impuso nada menos que tres sucesivos antipapas, hasta que el emperador se

vio obligado a firmar la Paz de Venecia, en 1177. Igualmente lo tuvo difícil el Papa

Alejandro III respecto al rey Enrique II de Inglaterra, imponiéndole significativa peni-

tencia por haber propiciado el asesinato del santo arzobispo Tomás Becket de Canter-

bury.

En 1179 convocó el III Concilio de Letrán, del que hicimos recuento y consideracio-

nes en su momento.

Antes de ser Papa, tras concluir sus estudios de Derecho Canónico en la Universidad

de Bolonia, se dedicó a la docencia canónica en Bolonia y posteriormente en Pisa. Co-

mentando el Decreto de Graciano escribió Stroma.32

En octubre de 1150, el Papa Eugenio III (1145-1153) le nombró cardenal diácono de

San Cosme y San Damían, tras lo cual fue nombrado cardenal legado de San Marcos

(Venecia). Fue entonces33

cuando escribió sus Sentencias, basadas en la Introductio ad

theologiam del célebre Pedro Abelardo.34

En 1153 fue nombrado canciller de la Santa

Se lamentaba de que en su tiempo no se amaba como se debía amar y escribió una poema sobre el tema

con el título De la manera d’amar del temps passat.

29

Civita Castellana es una localidad italiana actualmente perteneciente a la céntrica provincia de Viterbo,

en el Lacio, localizada a 65 kilómetros de Roma y 40 de Viterbo.

Pese a su antigüedad, fue abandonada, siendo repoblada durante la Edad Media, llamándose Civita Cas-

tellana por constituirse como castillo o fortaleza. Fue una comuna italiana disputada por la Santa Sede y

el Sacro Imperio Romano Germánico, pero a principios del siglo XII fue conquistada por el Papa Pascual

II (1099-1118). Gregorio XIV (siglos XVI) la dio como feudo a los Savelli.

30

No sabemos su edad, pues se desconoce la fecha de su nacimiento, que se supone con toda certeza en

Siena. Su nombre era Orlando (o Rolando) Bandinelli.

31

La sepultura de Adriano IV se halla en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, en un antiguo sarcó-

fago cristiano reutilizado. En cuanto al enterramiento de Alejandro III, tuvo lugar en San Juan de Letrán,

habiendo sido destruida la sepultura por alguno de los incendios ocurridos en el siglo XIV, siendo el

cenotafio actual del siglo XVII.

32

Summa Magistri Rolandi, uno de los primeros comentarios al Decreto de Graciano, compuesto, como

podemos recordar, entre los años 1140-1142, siendo de gran importancia jurídica canónica.

33

Probablemente.

34

Muerto en 1142.

~ 16 ~

Sede, erigiéndose como dirigente de los cardenales que se oponían al emperador Fede-

rico I Barbarroja (elegido como tal en 1152), que pretendía extender su dominio impe-

rial por toda Italia. Recordemos la pugna por el dominium mundi.

Al ser elegido Papa (el 7 de septiembre de 1159) como sucesor de Adriano IV, fue

aceptado sin reservas por los reyes de Francia, Inglaterra, España, Sicilia y Portugal; sin

embargo, una minoría de cardenales pro-germánicos eligieron al cardenal Ottaviano de

Monticelli, pasando éste a la historia como antipapa Víctor IV (1159-1164), quien contó

con el apoyo de Federico I Barbarroja, igual que otros dos antipapas más, sucesores de

Ottaviano, que pasaron a la historia como Pascual III (1164-1168) y Calixto III (1168-

1178).

En 1160, tras el reconocimiento imperial hacia Víctor IV en el sínodo de Pavía al

efecto, Alejandro III, el Papa legítimo, se vio obligado a exiliarse, yéndose a Francia.

De otra parte, en 1161, el rey Géza II de Hungría (1141-1162), de poder nada desdeña-

ble, en enquistada guerra contra el Imperio Bizantino, firmó un tratado de paz y apoyo

con el Papa Alejandro III, reconociéndole en su legitimidad y renunciando a la investi-

dura de los eclesiásticos, considerando que ese derecho está reservado exclusivamente

al Papa y a sus legítimos subalternos jerárquicos.

Sin embargo, a pesar de contar con el apoyo de tantos monarcas fuertes e influyentes,

Alejandro III se vio obligado a seguir enfrentándose al emperador germánico y a sus an-

tipapas. El pontífice permaneció en Sens hasta el 23 de noviembre de 1165. Regresó a

Roma, pero no tardó en ser presionado por Federico I, que en 1166 se hizo coronar co-

mo emperador en Roma por el antipapa Pascual III.

A partir de 1167, los refugios sucesivos de Alejandro III fueron Gaeta, Benevento,

Anagni y Venecia. Apoyado por la Liga Veronesa, aprovechando dificultades del empe-

rador, organizó la Liga Lombarda, como podemos recordar, reforzándose con la Liga

Veronesa, combatiendo a Federico I, enzarzado en campañas por el norte de Italia. Re-

cordemos, en 1176, la batalla de Legnano, siendo derrotado el emperador, tras lo cual

hubo de firmar la Paz de Venecia en 1177.

Federico tuvo que reconocer entonces a Alejandro III como Papa legítimo y devolver

a la Santa Sede los territorios ocupados; en consecuencia, el Papa levantó la excomu-

nión que pesaba sobre él desde 1160. Y el 12 de marzo de 1178, regresó de nuevo Ale-

jandro III a Roma.

En marzo de 1179, el Papa convocó el III Concilio de Letrán (XI ecuménico). Ale-

jandro III consiguió que se aceptaran algunas de sus proposiciones, entre ellas, para evi-

tar más posibles cismas (como los sufridos durante su pontificado), quedó establecido

que la elección del Papa habrá de ser votada por la mayoría de los dos tercios de los

cardenales.

Con el concilio lateranense se acrecienta la autoridad de Alejandro III, con hitos como

el del reconocimiento de su legitimidad por el emperador Federico I, el de la imposición

de penitencia al rey Enrique II de Inglaterra por su enfrentamiento (con resultado de

muerte) contra el arzobispo Tomás Becket de Canterbury, el apoyo (desde su exilio) del

rey Luis VII de Francia y el reconocimiento confirmado del reino de Portugal en la

persona de su monarca Alfonso I Enríquez.

~ 17 ~

A pesar de todo ello, la nobleza romana obligó a Alejandro III a marcharse de Roma.

Y ya no volvió más a ella.

El 29 de septiembre de 1179, algunos nobles intentaron elegir antipapa, a Inocencio

III (Lanzo de Sezza), como sucesor de Alejandro III, originándose así, de nuevo, una bi-

cefalia cismática en la Iglesia. Utilizando juiciosamente el control de las finanzas, Ale-

jandro III recobró su autoridad.35

Ya en 1181 excomulgó al rey Guillermo I de Escocia36

por invadir Inglaterra y levantó el interdicto que pesaba sobre su reino.

Podemos recordar también que el Papa Alejandro III confirmó el privilegio de cele-

brarse en Santiago de Compostela año jubilar o jacobeo cuando el 25 de julio (fiesta del

Apóstol Santiago) coincide en domingo, obteniéndose en la catedral compostelana las

mismas indulgencias que en los años jubilares de Roma (cada 25 años). Fue la conce-

sión que se registra en la bula Regis aeterni, fechada en 1179, corroborando lo esta-

blecido ya con anterioridad por el Papa Calixto II (1118-1124).37

En resumen, Alejandro III llevó a cabo una serie de reformas internas en la Iglesia y

fortaleció la autoridad pontificia. En 1173 canonizó a Tomás Becket y a Bernardo de

Claraval, y al rey de Inglaterra Eduardo el Confesor en 1161.

A su muerte le sucede Lucio III (llamado Ubaldo Allucinoli, de 84 años de edad), na-

cido en la república italiana de Lucca, cisterciense. Le nombró cardenal el Papa Ino-

cencio II (1130-1143). Fue legado pontificio del Papa Eugenio III (1145-1153) en Si-

cilia. Le nombró obispo cardenal de Ostia y Velletri el Papa Adriano IV (1154-1159).

Fue de absoluta cercanía y confianza del Papa Alejandro III. Ya daremos cumplida

cuenta o exposición del relato que corresponda respecto a su pontificado.

35

Lanzo de Sezza, miembro de la nobleza romana y apoyado por la misma, opuesta al Papa Alejandro

III, pasó a la historia como antipapa Inocencio III. Pero el Papa Alejandro III, hábilmente, sobornó a los

partidarios de Lanzo, el cual acabó encerrado en la mazmorra conocida como Cava de Tirreni, en enero

de 1180. Y no se supo más de él.

36

Apodado el León o el Bruto, rey de Escocia entre los años 1165-1214.

37

El Año Santo Jubilar Compostelano fue establecido por el Papa Calixto II, que había sido peregrino

compostelano siendo arzobispo de Vienne, en Francia. El 27 de febrero de 1120, por la bula Omnipotentis

Dispositione, Santiago de Compostela fue convertida en arzobispal, heredando este rango de la que fue

sede metropolitana de Mérida, tal como aspiró a ello el célebre Diego Gelmírez (1100-1139) con la

anuencia de Alfonso VII el Emperador (con quien Calixto II estaba emparentado en razón del matrimonio

de su hermano Raimundo de Borgoña con la reina Urraca, hija de Alfonso VI).

En 1122, coincidiendo con la colocación de la última piedra de la catedral de Santiago, Calixto II le

otorgó el privilegio de celebrar con regularidad a partir de 1126 el Año Santo Jacobeo, siempre que el 25

de julio cayera en domingo para que así se pudieran recibir en Compostela las mismas gracias que se

otorgaban en los años jubilares de Roma.

El privilegio otorgado por Calixto II fue confirmado y ampliado por sucesores suyos, tales como Eu-

genio III y Anastasio IV, también con Alejandro III mediante la bula Regis aeterni (del 25 de julio de

1178), declarándose tal privilegio con carácter de perpetuidad y equiparable a los privilegios de las pere-

grinaciones en Roma y en Jerusalén. Estas disposiciones siguieron potenciando las peregrinaciones del

conocido como Camino de Santiago.

~ 18 ~

El Papa Alejandro III

El Papa LUCIO III

~ 19 ~

ALCIRA

Consideramos la historia martirial que se relata a continuación, la de la muerte vio-

lenta, el 21 de agosto de este año 1181, del monje cisterciense conocido como Ber-

nardo de Alcira y de sus dos hermanas María y Gracia.38

Bernardo había nacido en Carlet,39

concretamente en la alquería musulmana de Pin-

tafarrés, situada en el valle de Alcalá del Magre, en 1135. Al morir tenía 46 años de

edad. Su nombre de origen, andalusí, era Ibn Ahmet al-Mansur y su padre, Almanzor,

emir o señor de la taifa de Carlet, le destinó a tareas diplomáticas. Era el primogénito.

Estando en ello acabó convertido en cristiano ingresando como monje cisterciense en el

monasterio de Santa María de Poblet.40

Había sido educado, al igual que su hermano varón, en la corte de la revuelta taifa de

Valencia, muy relacionada, como podemos recordar, con los avatares del reino mur-

ciano de Ibn Mardanis (1147-1172) y de sus hijos.

En 1156 fue enviado como embajador a la corte aragonesa, para presentarse en Bar-

celona ante Ramón Berenguer IV (muerto en 1162). Ahmet iba a mediar y negociar la

liberación de unos prisioneros de guerra en poder del conde de Barcelona y príncipe de

Aragón. Los prisioneros eran musulmanes valencianos. Ahmet no logró sus cometidos

diplomáticos y se dispuso a regresar a Valencia. Durante este camino de regreso se de-

tuvo cerca del monasterio cisterciense de Poblet. Allí se sintió atraído por aquel recinto,

solicitando a los monjes que le permitieran alojarse entre ellos. A los dos días de estar

allí, despidió a su criado o paje tras mostrar su decisión de quedarse en el monasterio,

bautizarse cristiano y hacerse monje. Se puso de nombre Bernardo.

La muerte martirial de Bernardo y de sus hermanas fue ordenada por el hermano de

los tres, llamado Almanzor, como su padre, señor emiral de Carlet como sucesor y here-

dero. Bernardo, María y Gracia fueron buscados y perseguidos por Almanzor, de modo

que, cuando fueron apresados, murieron ejecutados cerca de Alcira (Alzira para los mu-

sulmanes),41

en los arrabales.

38

Antes de ser cristianas, como musulmanas se llamaban respectivamente Zaida y Zoraida.

39

En la actual provincia de Valencia.

40

Provincia de Tarragona.

41

No lejos de Carlet, en la actual provincia de Valencia. Parece ser que esta localidad fue fundada por los

musulmanes, llegando a ser una importante y autónoma población. Con los almorávides hubo allí re-

vueltas contra los cristianos (mozárabes). La población musulmana acabó siendo almohade. Fue un ba-

luarte bien amurallado, contando en su interior con cuatro mezquitas, casas de baños, diversos molinos y

toda la infraestructura típicamente musulmana.

Al-Zuhví, en su tratado geográfico escrito hacia el año 1147, señala que había en Alcira un gran puente

de tres arcos sobre el Júcar, un puente que era antiguo y de excelente fábrica, indicando también que sus

habitantes eran prósperos, gente bien acomodada.

~ 20 ~

Pasó que Bernardo había tenido la inspiración de ir a su tierra para predicar la fe

cristiana a su familia, a lo que se opuso con todas sus fuerzas Almanzor.

Tras la ejecución, considerada martirio por los cristianos de Alcira (aún mozárabes),

dieron cristiana sepultura a los hermanos muertos.42

Bernardo de Alcira destacó como ferviente cristiano, insigne en piedad y caridad, da-

divoso con los necesitados desde su cargo monástico de limosnero.

Tuvo Alcira buenos literatos o poetas, tales como Ibn Jafaya (1058-1138), Ibn Amira (1186-1260), Abu

Bakr Ibn Sufyan al-Majzumi, Abu-l-Mutarrif Ibn Sufyan al-Majzumi y Abu al-Rahaman Ibn Sufyan al-

Majzumi. Destacaron también el médico y filósofo Ibn Tumlus (1164-1223), los jurisconsultos Ben Abil

Kasal y Abu Baker, el historiador Algapheker abu Abdalla, y el matemático Ben Rian, entre otros.

En 1242, el 30 de diciembre, Alcira será tomada por el rey aragonés Jaime I el Conquistador, siendo su

avance de reconquista fundamental para establecer el nuevo reino de Valencia, ya que Alcira se ofrecía

como el único lugar por donde el río Júcar podía cruzarse. Lo veremos en su momento. 42

Cuando Jaime I el Conquistador llegue al lugar, conquistado en 1242, mandará recoger sus restos de-

positándolos en una ermita, construida sobre el lugar del martirio, así como una iglesia para su memoria

en Alcira, de la que se harán cargo los trinitarios.

En 1262, Pere Ferrán donó veinte sueldos reales para la obra de la iglesia de San Bernardo. En el siglo

XV, una tabla gótica en la catedral de Valencia representó el martirio de los tres hermanos. Un segundo

hallazgo de las reliquias de estos santos se produjo en 1599. Resultó luego que, en 1603, por iniciativa e

intercesión del rey Felipe III el Piadoso (1598-1621), dichas reliquias fueron trasladadas al monasterio de

Santa María de Poblet; pero el litigio que produjo este hecho, hizo que fueran repartidas también entre la

localidad de Carlet y el Real Colegio del Corpus Christi en Valencia, pidiéndolo así el entonces arzobispo

de Valencia San Juan de Ribera, figura muy destacada entre los siglos XVI y XVII de quien tendremos

ocasión de tratar en su momento. La ciudad de Alcira proclamó como sus patronos a estos santos en 1643.

Las reliquias de San Bernardo de Alcira están depositadas en esta localidad, en la monumental iglesia de

Santa Catalina.

En la iconografía se muestra a San Bernardo de Alcira según consta que fue su martirio: con un clavo

atravesándole la frente, un clavo de los que se utilizaban para amarrar las barcas a orillas del río Júcar.

Sus hermanas son representadas decapitadas, pues fue así como murieron.

La archidiócesis de Valencia celebra la festividad de San Bernardo de Alcira el 23 de julio (tras el se-

gundo hallazgo de las reliquias el 23 de julio de 1599) y oficio propio permitido por el Papa Benedicto

XIII (1724-1730). Por su parte, los cistercienses, desde 1871, lo celebran el 1 de junio. También, por

concesión de la Santa Sede, en el monasterio de Santa María de Poblet, se celebra liturgia solemne en

honor a San Bernardo de Alcira y a sus hermanas María y Gracia el 2 de septiembre.

~ 21 ~

GASTEIZ

El rey Sancho VI de Navarra conquistó durante este año 1181 la aldea amurallada de

Gasteiz, fundando allí la ciudad de Nova Victoria.43

Luego, a la ciudad de Estella44

le

otorgó el fuero de Logroño,45

en septiembre.

43

Gasteiz es, en euskera, el nombre de la ciudad vasca de Vitoria, capital de la provincia de Álava y del

País Vasco.

Enclavada en un cruce de caminos, ha sido a lo largo de la historia un importante punto estratégico

tanto en el plano militar como en el comercial y el cultural. Ya desde tiempos romanos, en los que la

calzada que unía Astorga y Burdeos pasaba por Álava, estas tierras no han dejado de ser un eje de co-

municaciones entre España y los territorios europeos. Puede decirse que Vitoria es una ciudad con mucha

historia que muestra un destacado patrimonio monumental. Ostenta el título de “muy noble y muy leal”.

Después del Imperio Romano parece ser que se asentaron en esta zona algunas tribus del norte de Eu-

ropa, establecidas en una zona marginal entre los visigodos del sur y los francos del norte.

Se sostuvo tradicionalmente que la ciudad denominada Victoriacum, fundada por el rey visigodo Leo-

vigildo en el año 581, se corresponde con Vitoria, según el siguiente texto, del obispo Juan de Biclaro de

Gerona, cronista lusitano del siglo VI: “Anno V Tiberii, qui est Leovegildi XIII annus, [...] Leovegildus

rex partem Vasconiae occupat et civitatem, quae Victoriacum nuncupatur, condidit”.

Sin embargo, este dato no está suficientemente probado y expertos historiadores opinan que Victoriaco

no estaba en la actual Vitoria o antigua Gasteiz sino en una zona cercana, probablemente a los pies del

monte Gorbea, donde hay un pueblo llamado Vitoriano, en el municipio alavés de Zuya. Otras opiniones

se decantan por que se tratara del oppidum de Iruña, citado como Veleia por Ptolomeo, que era un re-

levante complejo romano en tierras alavesas, a 11 kilómetros de Vitoria.

Recientes trabajos arqueológicos realizados en la ciudad apuntan a la presencia de francos, y no visi-

godos, en la zona, dificultando la identificación de Victoriacum como Vitoria. No existen muchos restos

arqueológicos de esta época, pero parece ser que hubo asentamientos francos permanentes en las cer-

canías de la actual ciudad. Por ejemplo, en el yacimiento de Aldaieta (Nanclares de Gamboa) se han

encontrado tumbas adornadas siguiendo las costumbres francas. Se cree que este asentamiento data de

entre los siglos VI-VIII. De la misma manera, los objetos encontrados en las excavaciones realizadas bajo

la catedral de Santa María de Vitoria parecen corresponder a dicha cultura. Es más, tras examinar las ca-

racterísticas de estos objetos se puede afirmar que son del siglo VIII o posteriores.

De todos modos, no parece que fuera demasiada la influencia visigoda o franca en la zona. Según

muestra la Reja de San Millán de la Cogolla (un documento de hacia el año 1025, siendo la reja la unidad

de medida en el pago de los diezmos), en el siglo XI la mayoría de topónimos de la Llanada Alavesa, tal

como se menciona, donde se encuentra Vitoria, eran de origen vasco incluyendo algunos otros de origen

romance. La Reja de San Millán ofrece una lista de poblaciones que pagaban el diezmo al monasterio

riojano de San Millán. La primera mención documentada de una aldea denominada Gastehiz se encuentra

en dicho documento, aunque no se cita la localización de dicha aldea. Este mismo documento menciona

igualmente muchas de las poblaciones que componen actualmente el municipio de Vitoria.

Entre los siglos VIII al XI la Llanada Alavesa estaba en manos de leoneses y castellanos, desde los

tiempos de Fernán González, en el año 931. Fue del reino de Castilla tras el reparto de tierras que hizo el

rey Sancho Garcés III el Mayor de Pamplona (1004-1035) antes de morir.

Todo parece indicar que la actual Vitoria o Gasteiz, que ya era una aldea amurallada, la fundó el rey

Sacho VI de Navarra en este año 1181 que estamos considerando: “Novum nomen imposui scilicet

Victoria quae antea vocabatur Gasteiz” (“a la que impuse el nuevo nombre de Vitoria que antes se

llamaba Gasteiz”) con la denominación de Nova Victoria. El origen de la fundación fue, al igual que en

el caso de otras ciudades de la zona (Antoñana, Bernedo, La Puebla de Arganzón, La Guardia), la nece-

~ 22 ~

SIRIA

De Siria tenemos la noticia de la muerte por sorpresa o repentina de As-Salih Ismail

al-Malik, a sus 18 años de edad, hijo de Nur al-Din, a quien sucedió a su muerte, en

1174, estableciendo su corte en Alepo. Saladino ha conquistado Siria.

Recordemos cuando Saladino le pidió que lo dejara entrar en la ciudad, pero él se

negó. Saladino sitió la ciudad. As-Salih mandó a un grupo de asesinos a matarle, pero

no lo hicieron; en vez de eso, los asesinos dejaron una nota a Saladino advirtiéndole que

si volvía a sitiar la ciudad lo matarían. Saladino se retiró, pero volvió a sitiarlo al año

siguiente. Esta vez rodeó su carpa de guardias y arena para ver las pisadas. Los asesinos

atacaron y mataron a dos guardaespaldas, pero Saladino sobrevivió. Y ahora, como

queda dicho, domina Siria.

Saladino

sidad por parte del rey navarro de crear una línea defensiva frente al reino de Castilla, ya que los cas-

tellanos se habían adueñado de la zona.

La muralla de Gasteiz será decisiva en el aguante del asedio de ocho meses a la que fue sometida por las

tropas de Alfonso VIII de Castilla hasta que se apoderaron de ella en el año 1200, pasando a ser del reino

de Castilla.

El mismo Alfonso VIII la dotó de su primer ensanche gótico en la ladera oeste. Más tarde, en 1256, el

rey Alfonso X el Sabio extenderá la ciudad hacia el este con nuevas calles gremiales. Y en 1399, Enrique

III concederá a la ciudad dos ferias francas.

44

Navarra.

45

Firmado por el obispo de Calahorra, Don Rodrigo de Cascante, con el antiguo título de “Episcopus

Armentiensis”. Ver Epílogo II, sobre la historia de la diócesis de Vitoria.

Comenzó entonces la construcción románica de la actual basílica de San Prudencio en Armentia (ahora

barrio de Vitoria), siendo esta iglesia centro espiritual de Álava durante la Edad Media (hasta 1087 como

obispado y luego como colegiata y arcedianato).

~ 23 ~

MONTFORT (FRANCIA)

Notificamos la muerte de Simón III de Montfort,46

apodado el Calvo, hijo de Amaury

III, señor de Montfort y conde de Évreux, y de Inés de Garland. Tenía 64 años de edad.

Era conde de Évreux desde 1140 y señor de Montfort desde 1137.47

Fue vasallo del rey de Francia en el territorio de Montfort y del rey de Inglaterra como

conde de Évreux.48

De esta manera, los señores de Montfort se desenvuelven en una

complicada rivalidad, la existente entre el rey de Francia y el de Inglaterra.49

46

Montfort-l’Amaury.

47

De su esposa Matilde tuvo a Amaury V (conde de Évreux, muerto en 1182), Simón IV (señor de

Montfort, muerto en 1188) y Bertrada (casada con Hugo de Kevelioc, conde de Chester).

48

Efectivamente, el conde de Évreux es vasallo del duque de Normandía que coincide con ser rey de

Inglaterra.

49

Amaury III había tratado de resolver el problema dejando Évreux a su hijo mayor, Amaury IV (muerto

en 1140), y Montfort a su hijo más joven, Simón, pero a la muerte de Amaury después de tres años se jun-

taron nuevamente los dos dominios.

Simón III eligió al rey inglés con la entrega de las fortalezas de Montfort, Rochefort y Épernon. Por lo

tanto, Luis VII de Francia no podía entrar y salir libremente de París a Orleans o Etampes debido a los

normandos establecidos por el rey Enrique II en los castillos de los condes de Evreux. Por eso Simón III

acabó reconciliándose con Luis VII, que le dio la custodia del castillo de Saint-Léger-en-Yvelines.

~ 24 ~

ROTONDA DE MONTESIEPI

(ITALIA)

A finales de este año 1181 murió, con santa celebridad, el ermitaño Galgano, antes

destacado en la caballería, en la Rotonda de Pontesiepi, cerca de Siena, en la Toscana de

Italia.50

Tenía 33 años de edad.

San Galgano como soldado. Pintura de Ambrogio Lorenzetti (siglo XIV)

50

Ver Epílogo III.

~ 25 ~

EPÍLOGO I

MERCADOS Y FERIAS EN LOS CONDADOS DE CHAMPAGNE Y BRIE

Los condes de Champagne buscaron con la organización de ferias y mercados per-

manentes provocar en su territorio el encuentro entre mercaderes, muy destacadamente

flamencos e italianos. La originalidad de estas ferias consistía en su ciclo ininterrum-

pido de encuentros comerciales, prácticamente a lo largo de todo el año. Cada feria du-

raba de tres a seis semanas. El medievalista Gustave Carré menciona la existencia de fe-

rias en Troyes desde el siglo V.

Los flamencos comerciaban con telas y paños, además de productos del comercio

atlántico, mientras que los italianos corrían con sedas, especias orientales y cera, ade-

más de productos del comercio mediterráneo. Los franceses del sur también aportaban

sus trabajos artesanales, como los cueros procedentes de Al-Ándalus. Los borgoñones

comerciaban con el vino, mientras los germanos lo hacían con pieles y cueros de abrigo.

Los normandos no se hacían presentes en aquellas ferias y mercados.

También confluían allí los estamentos religiosos, destacadamente la orden cisterciense

y los templarios (precisamente originarios de Champagne).

Desde 1174 los eventos de los mercados disponen de una “guardia de ferias” para

asegurar el orden y hacer respetar los buenos usos y prácticas comerciales. Más tarde,

en el siglo XIII, la guardia incluso cumple misiones notariales en el otorgamiento de ac-

tos jurídicos relativos a transacciones comerciales. En el siglo XIV la guardia se dota de

120 sargentos de a caballo y 20 de a pie con la misión de vigilar los caminos e itine-

rarios, los conduit que encaminaban al condado.

A partir del siglo XIII (cuando los condes de Champagne son también reyes de Na-

varra), las operaciones financieras llegan a tomar más importancia que las puramente

comerciales. Bajo influencia de los italianos, particularmente de Siena y de Florencia, la

Champagne hace conocer al mundo el uso de nuevos instrumentos de pago, de reco-

nocimiento y comercio de deuda y de cambio de moneda. Las letras de cambio, las no-

tas de pago nominativas endosables a terceros, los contratos de cambio y de transporte y

cesión de deuda cambiaria se convierten en instrumentos prácticos que facilitan, animan

y dan seguridad a las transacciones comerciales en las ferias y mercados del lugar.

A mediados del siglo XIV (coincidiendo con la enemistad entre Navarra y Francia), la

actividad financiera francesa se desplazará a París, estableciéndose allí banqueros lom-

bardos, siendo entonces más relegados los mercados y las ferias de Champagne, res-

tringidas a un nivel más puramente regional.

Con todo, la llegada de la dinastía de los condes de Champagne al trono de Navarra

traerá consigo notables mejoras en diversos aspectos, entre ellos los comerciales.

Inspirado en el modelo de los mercados de Provins, Troyes, Lagny, Vitry y Bar-sur-

Aube, el rey Teobaldo I de Navarra (1234-1253) creará una feria anual de 15 días en

Pamplona, por las fiestas de San Miguel, en septiembre.

~ 26 ~

~ 27 ~

EPÍLOGO II

HISTORIA DE LA DIÓCESIS DE VITORIA

Los descubrimientos arqueológicos de Iruña Veleia, conocidos a partir del año 2006 y

analizándose aún posteriormente, pusieron de manifiesto que en la zona hubo ya pre-

sencia cristiana a mediados del siglo III. Consta que en el siglo IV ya era ampliamente

conocido el cristianismo entre los vascos. Todo ello está perfectamente registrado por la

arqueología paleocristiana del lugar. Consta que hubo una iglesia cristiana del siglo V,

con su baptisterio, en Salinillas de Buradón.

Son abundantísimos los testimonios de la presencia cristiana en las cuencas de los ríos

Ayuda y Omecillo, con grupos de eremitas en torno a sus celdas e iglesias. Su origen

parte también de ese mismo momento tardorromano aunque continuaron existiendo du-

rante la Alta Edad Media. Una de aquellas iglesias sigue aún teniendo culto, la de

Nuestra Señora de la Peña en Faido.

Como consecuencia de la invasión musulmana en el Valle del Ebro se produce a me-

diados del siglo IX la emigración de muchos cristianos del obispado de Calahorra hacia

tierras libres de la presencia permanente o atosigante de los musulmanes. Las tierras de

Álava, refugio de muchos de esos cristianos, dependen, en un principio, del reino astur-

leonés. Bascularán después, a mediados del siglo X, hacia el reino de Pamplona y aca-

barán, al final, bajo la órbita de Castilla. Religiosamente eran tierras ya muy cristiani-

zadas: cuando el obispo Juan fundó el obispado de Valpuesta (Burgos), en el año 804,

dice: “Encontré allí iglesias antiguas: de los Santos Cosme y Damián, de San Esteban,

San Cipriano, San Juan, San Pedro y San Pablo y San Caprasio”. Surgió entonces en la

zona alavesa el obispado de Armentia.

En la documentación de los siglos IX-XI aparece una decena de eclesiásticos con el

título de “obispo en Álava, de los alaveses, en Veleia y en Armentia”.

Don Fortunio, el último obispo, es el más conocido. Provenía del monasterio de Leyre

y siempre permaneció en la órbita de Pamplona. Fue a Roma hacia 1072 a defender ante

el Papa Alejandro II (1061-1073) la validez del rito hispánico o mozárabe. Murió hacia

el año 1087 y con él desapareció, no sin tensiones, el obispado de Álava absorbido por

el de Calahorra, siendo la liturgia tradicional hispánica (mozárabe) desplazada por el

nuevo rito romano. Las más de 300 aldeas, citadas en la Reja de San Millán, tendrían

unas pequeñas iglesias prerrománicas. De sus altares y celosías quedan significativas

muestras esparcidas por todo el territorio.

Similar fue el origen y desarrollo del obispado de Valpuesta en el nordeste de Burgos

y en el occidente de Álava. Quizás fue también continuación de la antigua diócesis de

Calahorra o de la de Oca. En Valpuesta se documentan hasta 21 obispos entre los siglos

IX y XI.

Absorbida la sede episcopal de Armentia por Calahorra, los cristianos de la Álava nu-

clear se integraron en la organización calagurritana encuadrados en el Arcedianato de

Álava, uno de los cinco de aquel obispado; el Arcedianato de Berberiego englobaba a

parte de las parroquias de la parte oriental de Álava; ambos ejercían el control de toda la

~ 28 ~

zona vasca. El Arcedianato de Álava incluía los Arciprestazgos de Eguílaz, Gamboa,

Cigoitia, Vitoria, Léniz, Zuya, Cuartango, Orduña, Ayala, la Ribera y Treviño. Se cons-

tata un gran aumento del clero secular: en cada lugar había cinco o más clérigos. Entre

los siglos XII-XV se construyen en los núcleos rurales las iglesias románicas y en las

villas las iglesias góticas que han llegado hasta nuestros días. Gran parte de estas igle-

sias fueron construidas y sustentadas por mecenas particulares; poco a poco se irán so-

lucionando los problemas entre los patronos seglares y la autoridad del obispo. Los

franciscanos y dominicos no tardaron en establecerse en Vitoria.

A partir de 1087 la basílica de Armentia se convierte en colegiata; en 1135 había en la

misma diez clérigos. El obispo Don Rodrigo de Cascante (1146-1190), que en 1173

habla de su casa episcopal en Armentia, firma el fuero de población concedido a Vitoria

en 1181 con el título antiguo de “obispo armentiense”; sería precisamente este obispo

el que construyera la actual basílica románica, unos cien años después de que desapa-

reciera el obispado de Armentia.

Fundada la villa de Vitoria se establece una pugna entre la nueva población y la vieja

Armentia. La villa, punto importante del comercio entre Castilla y Europa, se va apro-

piando de las aldeas vecinas, la “universidad de parroquias” reclama los diezmos de

las mismas en detrimento de la colegiata de Armentia. Como consecuencia de todo ello

la colegiata de Armentia se traslada a Santa María de Vitoria en 1496. Los vitorianos

solicitan al cardenal Adriano de Utrecht la creación de la diócesis de Vitoria; y el car-

denal, elegido Papa (Adriano VI) durante su estancia en Vitoria en 1522, así lo promete.

En torno al Concilio de Trento, en el que participan numerosos obispos de origen

alavés, las iglesias se revisten interiormente de retablos, cruces, custodias, púlpitos, ca-

pillas… Misioneros alaveses, como Tomás de Zumárraga, Jacinto de Esquíbel y Fermín

de Lasúen, evangelizan las nuevas tierras descubiertas. Otros alaveses colaborarán en la

colonización y con sus envíos a la parroquia de origen enriquecerán el patrimonio re-

ligioso con objetos de plata americana. Torres y pórticos, a caballo entre los siglos

XVIII y XIX, configurarán de forma definitiva la estructura de las iglesias hasta nues-

tros días.

Ya en la Edad Contemporánea las sufridas guerras de Francia y la desamortización

provocarán un gran expolio en los templos.

~ 29 ~

EPÍLOGO III

SAN GALGANO

San Galgano, que en el santoral se conmemora el 30 de noviembre, siendo canonizado

por el Papa Lucio III en 1185, había nacido en Chiusdino,51

probablemente en 1148, pe-

ro no hay demasiados datos seguros acerca de su biografía. Al parecer era hijo de una

noble familia conocida como Guidotto Dionigia.

Según la tradición, era un niño que creció con el ardiente deseo de ser caballero y lle-

gó luego a ser muy combativo y guerrero. Eran tiempos de exagerada violencia, de abu-

sos y violaciones que él apuró sobradamente. Quiso destacar. Fue gran pecador, liber-

tino. Estuvo marcado o se caracterizó por su vida salvajemente desordenada y lujuriosa,

hasta que le vino la hora de su conversión y pasó a vivir vida de ermitaño recluyéndose

penitencialmente en una cueva.

Tras su muerte se difundió su culto muy intensamente, siendo representada iconográ-

ficamente su figura con una espada, la misma que, según la tradición, todavía existe en

la abadía italiana de San Galgano, clavada en el suelo y protegida bajo un cristal. Esta

espada, que nadie ha logrado quitar de la roca, es conocida como la Excalibur52

de

Italia.53

La espada de San Galgano

51

Provincia de Siena (Italia).

52

La espada legendaria del legendario rey Arturo (siglo VI), figura que ha generado mucha literatura y

cine, como sabemos, sin que pormenoricemos ahora al respecto.

53

Excepto en la historia de esta espada (la cruz de su empuñadura), no se conocen otros milagros de San

Galgano, si bien se le tiene como hombre sabio, entendido en la naturaleza y en lo agreste, donde tanto

vivió. La espada, que aún se conserva, la rompió un hombre al intentar sacarla de la roca en 1992. So-

lucionaron el problema pegándola de nuevo y colocando encima un resistente cristal.

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La abadía de San Galgano, construida cuatro años después de su muerte, es un gran

edificio que se encuentra a pocos kilómetros de Siena, en Chiusdino. El lugar está cons-

tituido por el eremitorio conocido como Rotonda de Montesiepi y por la gran abadía,

actualmente en estado ruinoso, reducida sólo a sus muros.

Exterior de la abadía de San Galgano

El interior del eremitorio presenta una base circular de piedra. La cubierta fue reali-

zada mediante una bóveda hemisférica con anillos concéntricos en bicromía (siempre

travertino y ladrillo). Este tipo de realización muestra influencia del ámbito románico

pisano de Lucca, que aquí muestra una de sus primeras manifestaciones en tierra sie-

nesa. La cubierta recuerda la de las tumbas etruscas con tholos.54

La forma peculiar de la cubierta ha servido de ocasión para la creación de presuntos

significados cosmológicos. Por ejemplo, en la cúpula y en el tambor se ha visto la re-

producción de un cáliz al revés que podría identificarse con el Santo Grial. Otra relación

con el legendario ciclo bretón de la espada Excalibur es la misma forma circular de la

capilla, que sería relacionable con la Mesa Redonda del famoso rey Arturo.

La pared circular está abierta por cuatro ventanas monóforas (de un solo vano) asi-

métricas de doble derrame. De la parte opuesta a la entrada se abre el volumen semi-

circular del ábside.

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Construcción de forma circular, de factura o realización antiquísima que se hizo clásica en Grecia.

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En el centro se encuentra el célebre peñasco en el que está clavada la espada de San

Galgano.

En la parte izquierda, respecto a la entrada, se encuentra una capilla de planta rectan-

gular cubierta con una bóveda de crucería; tal capilla fue realizada a comienzos del siglo

XIV y sus frescos fueron realizados entre 1334 y 1336 por Ambrogio Lorenzetti, de la

escuela de Siena. Los frescos están muy deteriorados, aun cuando en 1967 fueron sepa-

rados para restaurarlos, siendo luego recolocados en su sede junto a las respectivas sino-

pias55

Interior de la cúpula

En la pared del fondo se encuentra una representación de Cristo, la Majestad. Abajo

se ve a Eva y sobre sus espaldas una piel de cabra (que simboliza la lujuria) mientras

con una mano sostiene un higo (símbolo del pecado) y con la otra muestra un cartucho

donde se explica la escena. La Virgen en la primera representación tenía en la mano iz-

quierda un cetro y en la derecha, en vez del Niño, un globo (símbolo del poder gene-

ralmente referido a hombres). Gracias a las restauraciones se ha podido descubrir que

esta primitiva y audaz versión fue cancelada por Lorenzetti y sustituida por la actual,

mucho más tradicional.

En la misma pared, abajo, se encuentra un fresco que representa la Anunciación: la

ventana en el centro que Lorenzetti empleó como parte de la representación. En la pared

izquierda, arriba hay una pintura representando a San Galgano circundado por Santos y

Ángeles que ofrece un modelo de la roca donde clavó la espada y en la parte inferior

Vista de la ciudad con figuras aladas. En la pared de la derecha, arriba hay una sinopia

55

Una sinopia es un dibujo realizado sobre la preparación de un muro que se ha de pintar al fresco. Téc-

nica utilizada para marcar el boceto sobre la base en la cual se realizará el fresco.

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de Santos y ángeles (el fresco se ha perdido parcialmente) y en la bóveda tondos que

representan a los profetas.