EL ALTRAMUZ (*) CULTIVO DE FUTURO · Durante la segunda guerra mundial investi-gadores alemanes...

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EL ALTRAMUZ (*) CULTIVO DE FUTURO Los cambios en la alimentación como con- secuencia de mayores niveles de renta han llevado en los últimos tiempos a un especta- cular aumento en la demanda de productos como la carne, la leche y los huevos. Debido a esta demanda ha habido también un rápido incremento en la de granos y hari- nas de alto contenido proteico para alimentar al ganado productor de los mismos. Este aumento ha sido espectacular en muchos casos, como el nuestro, por lo que ha sido preciso incrementar varias veces las importa- ciones de estos productos en los últimos años, tendencia que, a pesar de todo, hoy en día todavía continúa. Las leguminosas grano como fuente de proteína Las leguminosas, al disponer de un alto porcentaje de proteínas, aparecen como mate- ria fundamental para el abastecimiento pro- teico anteriormente referido. Mientras sus semillas tienen un valor energético similar al de los cereales, el contenido en proteínas puede ser hasta cuatro veces mayor. Por tanto, la cosecha de proteínas en este caso es por unidad de superficie potencialmente mayor que en los cereales. Sin embargo, el coste por unidad proteica es menor, ya que el nitrógeno proteico es fijado simbióticamente en los nódulos ra- diculares. Las leguminosas grano ocupan el segundo lugar en la cosecha mundial, aunque con gran diferencia de los cereales. En 1971 los cereales se cultivaron en el 80 por 100 del área sembrada y produjeron el 89 por 100 del total de la cosecha, que contenía el 75 por 100 de la proteína disponible. Estas cifras no han variado significativa- mente en la actualidad. Las Naciones Unidas ante este incremento de la demanda y el déficit existente conside- ran la malnutrición proteica como el aspecto (*) Véanse fotografías de la portada y de la Página Final. Seleccion de ecotipos autoctonos de L. angustifolius para su cruzamiento con variedades dulces. más crucial y negativo del problema total de la alimentación (FAO, 1964). Entre las acciones más inmediatas a em- prender para tratar de contrarrestar este défi- cit están aquellas que tienden a aumentar la producción de alimentos de origen vegetal que pueden cubrir parte de la dieta tradicional y además el impulsar la investigación en plantas que contribuyan a esta finalidad. Este es el caso que vamos a tratar a conti- nuación: el cultivo del altramuz en nuestro país y las investigaciones para su extensión. Selección de lineas de L. albus con resistencia al frió. Obsérvese la linea central. 2

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EL ALTRAMUZ (*)CULTIVO DE FUTURO

Los cambios en la alimentación como con-secuencia de mayores niveles de renta hanllevado en los últimos tiempos a un especta-cular aumento en la demanda de productoscomo la carne, la leche y los huevos.

Debido a esta demanda ha habido tambiénun rápido incremento en la de granos y hari-nas de alto contenido proteico para alimentaral ganado productor de los mismos. Esteaumento ha sido espectacular en muchoscasos, como el nuestro, por lo que ha sidopreciso incrementar varias veces las importa-ciones de estos productos en los últimosaños, tendencia que, a pesar de todo, hoy endía todavía continúa.

Las leguminosas grano comofuente de proteína

Las leguminosas, al disponer de un altoporcentaje de proteínas, aparecen como mate-ria fundamental para el abastecimiento pro-teico anteriormente referido. Mientras sussemillas tienen un valor energético similar alde los cereales, el contenido en proteínaspuede ser hasta cuatro veces mayor. Portanto, la cosecha de proteínas en este casoes por unidad de superficie potencialmentemayor que en los cereales.

Sin embargo, el coste por unidad proteicaes menor, ya que el nitrógeno proteico esfijado simbióticamente en los nódulos ra-diculares.

Las leguminosas grano ocupan el segundolugar en la cosecha mundial, aunque congran diferencia de los cereales.

En 1971 los cereales se cultivaron en el 80por 100 del área sembrada y produjeron el 89por 100 del total de la cosecha, que conteníael 75 por 100 de la proteína disponible.

Estas cifras no han variado significativa-mente en la actualidad.

Las Naciones Unidas ante este incrementode la demanda y el déficit existente conside-ran la malnutrición proteica como el aspecto

(*) Véanse fotografías de la portada y de la Página Final.

Seleccion de ecotipos autoctonos de L. angustifoliuspara su cruzamiento con variedades dulces.

más crucial y negativo del problema total dela alimentación (FAO, 1964).

Entre las acciones más inmediatas a em-prender para tratar de contrarrestar este défi-cit están aquellas que tienden a aumentar laproducción de alimentos de origen vegetalque pueden cubrir parte de la dieta tradicionaly además el impulsar la investigación enplantas que contribuyan a esta finalidad.

Este es el caso que vamos a tratar a conti-nuación: el cultivo del altramuz en nuestropaís y las investigaciones para su extensión.

Selección de lineas de L. albus con resistencia al frió.Obsérvese la linea central.

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El problema de las proteínas en nuestro país

El problema del abastecimiento de materiasprimas proteínicas en España es similar al delos países de C.E.E., con la diferencia de quenuestra estructura ganadera es diferente a lade los países comunitarios, en los que aves ycerdos son un mayor contingente que losrumiantes.

En 1976 las importaciones proporcionaronal país un 40 por 100 de los recursos alimen-ticios concentrados. Estos productos impor-tados (cereales y materias ricas en proteínas)suministraron el 54 por 100 de las proteínastotales consumidas como alimentos concen-trados (G. Carbajo et al., 1978).

En relación a los recursos alimenticios ricosen proteína (harina de pescado, oleaginosas,etc.), la producción nacional es muy inferior alas necesidades, estimándose un déficit enproteína por tal concepto del 85 por 100, elcual se cubre con importaciones de soja, lamateria prima que alcanza un mayor nivel deoferta en el mercado internacional (G. Car-bajo, 1978).

La sustitución de la soja por otros recursosde producción nacional —leguminosas grano,colza, girasol, jugos de alfalfa, etc.—, es técni-camente posible en la mayoría de los casos,por lo que el tema global de la sustitución dela soja se presenta como un urgente y básicoobjetivo nacional desde cualquier aspecto quesea considerado.

El lupino es tina de las leguminosas que mas mtrogenofija si dispone el suelo de Rhizobium especifico o seinocula adecuadamente. Obsérvense las nudosidades de

las raíces.

El Lupinus (altramuz) como leguminosaproductora de proteínas

El altramuz es una planta leguminosa nuevay antigua a la vez. Se tienen noticias de sucultivo 2.000 años a. C. (Lupinus albus L.),para aprovechamiento y mejora de suelospobres.

En la misma forma otra especie, el Lupinusmutabilis Sweet, ha sido cultivada por variossiglos en las cordilleras andinas de Américadel Sur, sirviendo de base para la alimentaciónproteica de la población indígena hasta nues-tros días (Gladstones, 1970).

En ambos casos las semillas eran hervidasy remojadas en las corrientes de ríos o arro-yos para extraerles el amargor (alcaloides)tóxico que tienen.

Varias especies de altramuces han formadoparte hace años de la agricultura tradicionalde algunas regiones españolas como abonoverde y en menor proporción como cultivo degrano.

Las especies de altramuz de mayor interésdesde el punto de vista de cultivo, por otraparte autóctonas en nuestro país y en el áreamediterránea, son las siguientes:

— El lupino blanco (Lupinus albus L.), elmás extendido y cuyo grano blanco es el quehabitualmente es comido en algunos lugares,una vez quitado el amargor, y que hace añostambién se empleaba en la misma forma en ali-mentación de cerdos de montanera («paraabrir carnes»).

— El de hoja estrecha y flores azules(Lupinus angustifolius L.), abundante comoplanta espontánea en la España ácida, princi-palmente, de gran plasticidad y adaptación adistintos tipos de suelos.

— El lupino amarillo, de flores amarillas(Lupinus luteus L.), de área natural más res-tringida, pero de un alto contenido proteicoen sus semillas.

— El Lupinus hispanicus, endemismo penin-sular, con las dos subespecies: ssp. hispani-cus y ssp. bicolor, planta extremadamenterústica que vegeta bien sobre suelos esquelé-ticos y muy degradados.

El cultivo de lupino en Europa

Durante la segunda guerra mundial investi-gadores alemanes fijaron su atención en elaltramuz como planta productora de proteínas,

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perfeccionando el sistema industrial de quitarel amargor con poco éxito.

Fue el investigador R. Von Sengbusch ycolaboradores quienes en 1928, después decomprobar 1.500.000 plantas en su contenidoen alcaloides encontraron 5 libres de ellos(Glasdstones, 1982).

Estas 5 plantas (3 de L. luteus y 2 de L.angustifolius) fueron el punto de partida—como posteriormente se hizo con L. albus—,para la obtención de variedades «dulces » , osea libres de alcaloides, las sustancias amar-gas y tóxicas que naturalmente contienen.

Posteriormente investigadores rusos y pola-cos continuaron estos trabajos en busca devariedades más productivas y mejor adaptadasa las condiciones agroclimáticas de cadapaís.

Estos trabajos se vienen intensificando envarios países de Europa (Francia, Inglaterra,Alemania, España, etc.) y en Australia, NuevaZelanda y países de América del Sur: Chile yPerú, principalmente.

En el I.N.I.A. existe un programa nacionalen el que se incluyen distintos aspectos de lainvestigación sobre esta planta: selección ymejora, agronomía, bioquímica, utilización, etc.,que ha empezado ya a dar los primerosresultados.

Ecotipos y cultivares autóctonos de lasespecies de lupino

España es un país rico en recursos fitoge-néticos, tanto por su situación como por la

variedad de climas y suelos, recursos que per-miten emplear programas de investigaciónque traten de utilizarlos en la mejora delas plantas cultivadas.

Este caso del Lupinus no es una excepcióny dicho material autóctono nos está sirviendode forma inestimable para el desarrollo de unprograma de mejora, que sin él sería imposi-ble realizar y que abarca a las siguientes es-pecies:

— Lupinus albus, recogiendo cultivaresamargos en las provincias de Zamora y Sa-lamanca, y seleccionando aquellos de mejoradaptación al frío, de mayor productividady más adecuada configuración de planta.

— L. angustifolius, —la especie práctica-mente extinguida en estado silvestre, queocupa distintas clases de suelos—, con la re-cogida de muestras de distintos ecotipos degran variabilidad, tanto en la planta como ensu semilla: tamaño, forma, color, etc.

— L. luteus, de menor représentación en elOeste-Norte; sin embargo, abundante en elSur (provincias de Huelva y Sevilla), esuna especie de gran interés pascícola y degrano para el aprovechamiento directo por elganado (Llanes, 1984).

— Dos subespecies de L. hispanicus ssp.,ssp. bicolor, diferenciadas ecológicamente,pero ambas con una gran capacidad de adap-tación a suelos de muy baja fertilidad, y portanto, de gran interés para la España silícea detan escasos recursos naturales.

Podemos resumir así la caracterización de estostipos no mejorados:

Especies Cualidades Defectos

Lupinus albus2 n: 50

No dehiscentes.Semillas no duras y grandes.Bastante tolerante a la caliza y al frío.Productividad alta.Grano rico en proteínas (40%).

Tardío.Los tipos de inviernos ricos en alcaloides.Sensible a enfermedades: Fusarium, Bo-trytis, Pleiocheta, Virosis, etc.

Lupinus angustifolius2 n: 48

Tolerancia a la clorosis y adaptado adistintos tipos de suelos.Tolerante al frío.Grano bastante rico en proteínas (34%).

Menor productividad.Semillas duras.Vainas dehiscentesFuerte proporción de tegumentos en elgrano (20-25%).Sensible a enfermedades.

Lupinus luteus2 n: 52

Muy rico en proteínas (45%).Adaptado a suelos de baja fertilidad.

Semillas duras.Vainas dehiscentes.Sensible a clorosis calcárea.Sensible a enfermedades.Débil productividad.

Lupinus hispanicus2 n: 52

Muy rico en proteínas (42%).Resistencia al frío.Adaptado a suelos de baja fertilidad.

Semillas duras.Vainas dehiscentes.Débil productividad para grano.

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Valor alimenticio del Lupinus

De los numerosos ensayos realizados conharina de lupino (Lupinus albus), tanto enEspaña como en el extranjero, formando par-te de las raciones como sustitutivo de la ha-rina de soja, se ha llegado a las siguientesconclusiones:

La harina de altramuz, una vez quitado elamargor, puede sustituir a la de soja en laalimentación de poligástricos sin limitaciónalguna, obteniéndose resultados significativa-mente iguales y en casos mejores. -

En la alimentación de monogástricos (aves)la sustitución no debe superar el 20-25 por100, y además la ración debe ser complemen-tada con los aminoácidos azufrados metio-nina y cistina. En cerdos se puede emplearen un mayor porcentaje, con la complemen-tación correspondiente.

El defecto de la harina del lupino es sudéficit enérgetico compensado en parte por lariqueza en proteínas y por su contenido enaceite; y una débil digestibilidad de los glúci-dos en presencia de cé-galactósidos que encerdos da lugar, a veces, a flatulencia.

Como forrajes, el L. angustifolius y L.luteus representan un buen alimento paraovejas, en verde o en ensilado. Incluso elgrano en rastrojo o aprovechado directamenteen el suelo en los tipos dehiscentes comoL. luteus, viene siendo una práctica frecuente

VALORES MEDIOS EN LA COMPOSICION DEGRANOS DE L. ALBUS, L. ANGUSTIFOLIUS Y L.

LUTEUS EN PORCENTAJE DE MATERIA SECA

L. albusL. angus-tifolius L . luteus

Proteínas 36-43 32-28 37-45Lisina 4,5-5,0 4,5 4,9Aceite 6-12 7 7Glúcidos solubles 10-14 8 10Celulosa 11 15 17Alcaloides 0,05-1,5 0,02-1,5 0,02-1Digestibilidad in vitro

(granos) 85 85 85

en las provincias de Huelva y Sevilla; inclusopartiendo de ecotipos con un 0,23 por 100 dealcaloides, aunque entre los alcaloides delluteus no entre a formar parte la lupanina.

Como puede comprobarse deducido deestos datos medios, los lupinos destacansobre la soja (torta de soja) por su mayorcontenido en aceite y celulosa, pero como yaindicábamos más bajo en aminoácidos azu-frados.

La selección y mejora genética del altramuz

Dadas las notables características agronó-micas del altramuz como planta leguminosade alto contenido proteico, mejorante delsuelo y totalmente mecanizable, se consideróoportuno llevar a cabo un programa de selec-ción y mejora de las distintas especies par-tiendo del material autóctono, una vez com-probado que las variedades dulces de pro-cedencia foránea no dieron los resultadosesperados al no adaptarse a las condicionesclimáticas de la región, principalmente el frío,con temperaturas mínimas invernales de hasta—19°C, cuando a partir de los —6°C estasplantas comienzan a sentir el efecto de latemperatura.

Todas las poblaciones locales tienen unalto contenido en alcaloides; además, las de L.angustifolius, L. luteus y L. hispanicus pre-sentan los caracteres de vainas dehiscentes y,en un alto porcentaje, semillas impermeables.Es necesario, por tanto, en contra de respe-tables opiniones sobre producción de formasautóctonas amargas, el desarrollar tipos «dul-

ces» (nivel de alcaloides inferior al 0,02 por100), de vainas indehiscentes y con semillasde cutícula permeable; adaptados a las con-diciones de la región a través de un programade selección y mejora.

Este programa ha sido desarrollado desde1980 en el antiguo CRIDA-05 con el objetivode mejorar el potencial agronómico de lasespecies del lupinus antes mencionadas, par-tiendo de los recursos cultivados y espontá-

Tabla comparativade composición degranos de legumi-nosas, en porcenta-je de materia seca.(M Lenoble. INRA,

Francia)

Celulosa Almidón Proteínas Aminoácidosazufrados Aceite Glúcidos

Torta de soja 4 0 55 1,8 1,5 33Habas 8,5 40 30 0,6 1,5 14Guisantes 6 33-48 27 0,6 2,8 11-26Lupino blanco . 11-13 0,5 38-40 1,0 6-12 35

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Selección de lineas de L. albus,

neos existentes en la región, adaptados comopoblaciones autóctonas, para cruzarlos conlos mutantes dulces de procedencia foráneaen los que vienen incluidos aquellos genes deinterés para la mejora y que controlan loscaracteres antes señalados como restringen-tes en el uso de estas especies (Williams,1981).

El primer paso realizado ha sido la previaselección de estas poblaciones en los carac-teres de resistencia a frío y productividad.

Una vez disponible este material ha sidocruzado en cada caso por el mutante dulcecorrespondiente que se ha considerado comomás idóneo: Kievskij, Tifwhite-78, en Lupinusalbus; Tifblue-78, Marri, Chittick, Illyarrie, enLupinus angustifolius, como principales. Esteaño se comenzará en el programa de L.luteus y L. hispanicus, en un desarrollo simi-lar a los anteriores.

El método empleado es el genealógico.En la actualidad estamos en la E 4 en L.

albus y L. angustifolius, con un par de cente-nares de familias adaptadas al frío, dulces, devainas indehiscentes y semillas de cutículapermeable, en las que se seleccionarán lasmejores plantas de las mejores familias para,en ensayos sucesivos, seleccionar las mejorespara su multiplicación.

El control genético de los alcaloides

La obtención de variedades dulces adapta-das a las condiciones agrológicas de laregión, junto con los caracteres señalados depermeabilidad de semillas y vainas indehis-centes, han sido los objetivos primordiales delprograma de mejora.

El contenido en alcaloides en las plantasdel género Lupinus es un hecho singular parasu empleo en la alimentación animal. Portanto, el poder disponer de plantas dulces,libres de alcaloides, es el objetivo de los Cen-tros de Investigación que trabajan en progra-mas de mejora, por razones obvias que novamos a exponer aquí. Ahora bien, existe endeterminados medios la teoría del cultivo delaltramuz amargado, con limitación de su em-pleo o el desamargo industrial, con todos losinconvenientes que hoy tales ideas traen con-sigo en cuanto a economía y limitaciones deuso, basándose en que las plantas amargaspresentan una mayor resistencia a plagas yenfermedades, precisamente por su contenido

en alcaloides, y una mejor adaptación por serplantas procedentes del medio sin que hayan<debilitado» su fórmula genética por hibri-daciones.

Por la importancia que tienen los alcaloidesen esta planta, el control genético de losmismos ha sido estudiado por varios investi-gadores. Las plantas dulces disponen de ungene recesivo que controla el bajo contenido,siendo el dominante el de alto contenido. Lagenética de los alcaloides en el L. albus esalgo más complicada que lo expuesto, porexistir al menos tres mutantes alelos que con-trolan los niveles de bajo alcaloide: a-pauper;b-exiguus; y c-nutricius (Harrison, 1980).

Partiendo del cruzamiento entre un ecoti-po espontáneo o cultivar amargo, como pa-rental materno, y un mutante dulce, cornoparental paterno, por lo tanto, con el generecesivo de bajo contenido, en la E2 es posi-ble seleccionar plantas dulces en el campopor medio del papel reactivo de Dragendorff,siendo la época más oportuna la de lafloración.

Si mantenemos este material dulce aisladode posibles contaminaciones de plantas amar-gas, se podrá mantener indefinidamente ypermitirá seleccionar las líneas más producti-vas con los caracteres buscados en sucesivasgeneraciones.

Asimismo, se ha estudiado la genética de losalcaloides en la especie de L. angustifolius yL. luteus, encontrándose para el primero ungene de bajo contenido denominado iucuntus(iuc), y para el L. luteus, dulcis.

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F2, del anterior cruzamiento en campo

Control de semillas duras y vainas dehiscentes

La utilización de ecotipos autóctonos y cul-tivares locales como recursos genéticos enlos programas de mejora ha llevado a investi-gar la herencia de estos caracteres. En L.albus, ya es permeable e indehiscente.

El carácter semilla permeable depende deun gen: monis (moll), que permite que lasemilla se hinche inmediatamente y germine,en L. angustifolius; y de W, en L. luteus.

El carácter de vainas dehiscentes, presenteen todos los ecotipos autóctonos de L.angustifolius, está gobernado por dos genes:tardus (ta) y lentus (le), que actúan comple-mentariamente, y por invulnerabilis en L.luteus.

fico por L. luteus, podría ocupar los suelosmás degradados y pobres.

A continuación nos referimos a algunosdatos técnicos generales sobre el cultivo delaltramuz:

Suelos

El lupino es muy sensible a la clorosis cal-cárea, aunque espontáneamente se presente,a veces, en suelos calizos. Hace falta, pues,cultivarle en suelos donde el pH sea inferior a6,8; ó donde no exista calcio activo.

Por otra parte, como todas las leguminosas,el lupino teme los suelos asfixiantes, húme-dos y muy trabajados.

Algunos datos técnicos sobre el cultivo

La disposición de variedades dulces dealtramuz abrirá un camino de grandes posibi-lidades para las alternativas del secano deloeste español, con grandes posibilidades decontribuir al abastecimiento proteico nacionalmediante la producción de grano y de forraje,y de mejorar la decreciente fertilidad de nues-tros suelos.

Cada especie de Lupinus tiene su propiaárea de cultivo y en relación a la fertilidad delsuelo va descendiendo desde el L. albus, parasuelos más fértiles, pasando por L. angustifo-lius, de gran adaptabilidad, hasta el L. luteuspara suelos arenosos y menos fértiles.

Fi, Cruzamiento de cultivares de L. al bus atnawos pormutantes dulces bajo condiciones de invernadero.

El L. hispanicus de específica y difícilmejora, al no disponer de mutante dulce, ytener que realizar el cruzamiento interespecí-

Agua

Las mayores necesidades de agua en elcultivo del lupino se presentan en la flora-ción. Si la primavera viene húmeda y las tem-peraturas no son altas, el desarrollo floralcontinúa hasta el tercero y cuarto piso, y portanto, se obtiene un incremento de cosecha.

Las aportaciones de agua en tales épocas,si existe sequía o déficit, incrementan signifi-cativamente la cosecha en porcentajes com-probados superiores al 50 por 100.

Abonado

Se debe aportar de 40-60 unidades/ha deácido fosfórico y 100-120 unidades/ha depotasa, como norma general. Naturalmente ellupino no necesita nitrógeno, si es que elsuelo dispone de rhizobium específico o seinoculan las semillas.

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Herbicidas

La simacina en preemergencia al 0,75-1,0por 100 de p. a. es el herbicida que segúnexperiencias ha dado mejor resultado en elcontrol de malas hierbas en este cultivo.

Dosis de siembra

Variable en cada caso dependiendo deltamaño de las semillas y método de siembra.Nuestra experiencia es la siguiente:

— 100-150 kg/ha en Lupinus albus.— 60-70 kg/ha en Lupinus angustifolius.— 30-40 kg/ha en Lupinus luteus.

Preparación del terreno

No exige grandes labores, con dos pasesde grada sobre rastrojo es suficiente. Eltapado de la semilla no debe ser superior alos cuatro centímetros.

En zonas frías la siembra debe realizarse loantes posible después de las primeras lluvias,por lo que la preparación del terreno debeanticiparse a la de otras siembras.

Cosecha

Los primeros datos obtenidos con ecotiposde L. albus y L. angustifollus seleccionadoshan sido satisfactorios al respecto, con cose-chas de 2.500 kg/ha en el primero, en un añonormal; sin cuantificar en el segundo, perocon una buena respuesta de cosecha deplantas.

Suplementaciones de agua en primavera(mayo) han duplicado este resultado.

Consideraciones finales

Las cualidades del lupino ya mencionadascorno productor de proteínas, mejorante delsuero (50-150 kg de nitrógeno/ha), mecaniza-ción total, y amplia adaptabilidad a distintostipos de suelo, hacen de este cultivo uno delos de mayor interés para nuestro país y parala agricultura del oeste español.

La desaparición del cultivo de las legumi-nosas por diversas causas está llevando a lamayoría de las explotaciones hacia cultivosdegradantes y deficitarios de la fertilidad delsuelo, aún con el empleo masivo de fertilizan-tes minerales.

La dependencia exterior en proteínas es untema de gran transcendencia, no solamenteeconómica, sino también política, que hayque tratar de disminuir.

La introducción del cultivo del lupino po-dría reducir esta dependencia exterior en unalto porcentaje, tan solo con que tal cultivose extendiese a un 25 por 100 de las superfi-cies de barbechos hoy existentes.

Hay que resaltar, además, la ventaja de estaleguminosa de vegetar bien en terrenos pocofértiles y que, por tanto, no elimina ni menos-caba la importancia de otras leguminosasgrano o de forraje al respecto, sino que, porel contrario, contribuye desde su propio«espacio» a este fin.

Los primeros pasos dados por la investiga-ción sobre el lupino son altamente alentado-res y permiten mantener fundadas esperanzasde que los trabajos que a nivel nacional seestán desarrollando sean en un próximofuturo un destacado logro para la agriculturay ganadería nacional.

J. L. Jambrina AlonsoM. C. Crespo Martínez

Salamanca. S.I.A. Consejería de Agricultura,Ganaderia y Montes. Junta Castilla-León

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