El Amor Verdadero

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El amor verdadero no es una pasin impetuosa, arrolladora y ardiente. Por el contrario, es sereno y profundo. Mira ms all de lo externo, y es atrado solamente por las cualidades. Es prudente y capaz de discriminar y su devocin es real y permanente. Dios nos prueba por los sucesos comunes de la vida. Son las cosas pequeas las que revelan lo ms recndito del corazn. Son las pequeas atenciones, los numerosos incidentes cotidianos y las sencillas cortesas, las que constituyen la suma de la felicidad en la vida; y el descuido manifestado al no pronunciar palabras bondadosas, afectuosas y alentadoras ni poner en prctica las pequeas cortesas, es lo que contribuye a formar la suma de la miseria de la vida. Se encontrar al fin que el haberse negado a s mismo para bien y felicidad de los que nos rodean, constituye una gran parte de lo que se registra en el cielo acerca de la vida. Se revelar tambin el hecho de que el preocuparse de s mismo, sin tener en cuenta el bien o la felicidad de los dems, no deja de ser notado por nuestro Padre celestial.

Hno. B***, el Seor est obrando en beneficio suyo, y le bendecir y fortalecer si hace lo recto. Vd. comprende la teora de la verdad, y debiera estar obteniendo todo el conocimiento posible acerca de la voluntad y obra de Dios, a fin de estar preparado para ocupar una posicin de ms responsabilidad, si l, viendo que Vd. puede glorificar mejor su nombre as, se lo requiriese. Pero tiene todava que adquirir experiencia. Es demasiado impulsivo y se deja afectar con demasiada facilidad por las circunstancias. Dios est dispuesto a fortalecerle, establecerle y asentarle, si quiere con fervor y humildad pedir sabidura al que no yerra y que promete no dejrsela pedir en vano.

Al ensear la verdad a otros, est en peligro de hablar en una forma demasiado categrica, que no guarda relacin con su corta experiencia. Abarca las cosas con una mirada, y puede ver fcilmente la orientacin de los temas. Todos no estn capacitados como Vd., y no pueden hacer esto. Vd. no est dispuesto a esperar con paciencia y calma que pesen las evidencias aquellos que no pueden apreciarlas tan rpidamente como Vd. Correr el peligro de instar demasiado a los dems para que vean en seguida como Vd., y sientan todo el celo y la necesidad de accin que Vd. siente. Si no se realizan sus expectativas, habr peligro de que Vd. se desanime, se inquiete y desee un cambio.

Vd. debe rehuir la disposicin a censurar y abrumar a otros. Evite todo lo que sepa a espritu de denuncia. No agrada a Dios que este espritu anime a ninguno de sus siervos de larga experiencia. Es propio de un joven, si tiene esta gracia de la humildad y el adorno interior, que manifieste ardor y celo; pero la actitud de un joven de pocos aos de experiencia que manifiesta un celo atropellado y un espritu denunciador, es muy impropia y causa profundo desagrado. Nada podra destruir tan pronto como esto su influencia. La mansedumbre y la amabilidad, la tolerancia y la longanimidad, el no sentirse fcilmente provocado y el soportarlo, esperarlo y sufrirlo todo, esas cosas son los frutos que produce el precioso rbol del amor, de crecimiento celestial. Este rbol, si se lo nutre, se mantendr siempre verde, sus ramas no caern ni se marchitarn sus hojas. Es inmortal, eterno, y regado de continuo por los rocos del cielo.

El poder del amor

El amor es poder. Este principio encierra una fuerza intelectual y moral, que no puede separarse de l. El poder de la riqueza tiende a corromper y destruir. El poder de la fuerza es grande para hacer dao; pero la excelencia y el valor del amor puro consisten en su eficiencia para hacer bien, solamente el bien. Cualquier cosa que se haga por puro amor, por pequea o despreciable que sea a la vista de los hombres, es completamente fructfera; porque Dios considera ms con cunto amor se trabaj que la cantidad lograda.El amor es de Dios.El corazn inconverso no puede producir esta planta cultivada por el Cielo, porque sta vive y florece solamente donde Cristo reina.

El amor no puede vivir sin accin, y cada acto lo aumenta, fortalece y extiende. El amor alcanzar la victoria donde la discusin y la autoridad sean impotentes. El amor no obra por ganancia o recompensa; sin embargo, Dios ha manifestado que toda labor de amor tendr una gran ganancia como seguro resultado. Su naturaleza es difundirse, y obrar en forma tranquila, aunque en su propsito es poderoso para vencer grandes males. Su influencia enternece y transforma, y al apoderarse de la vida de los pecaminosos afecta su corazn aun cuando ningn otro medio haya tenido xito.

Donde quiera que se emplee el poder del intelecto, de la autoridad o de la fuerza, y no se manifieste la presencia del amor, los afectos y la voluntad de aquellos a quienes procuramos alcanzar, asumen una actitud defensiva y rebelde, y se refuerza su resistencia. Jess fu el Prncipe de paz. Vino al mundo para poner en sujecin a s mismo la resistencia y la autoridad. Poda disponer de sabidura y fortaleza, pero los medios que emple para vencer el mal, fueron la sabidura y la fuerza del amor. No permita que nada divida su inters de su obra actual, hasta que Dios considere propio darle otro trabajo en el mismo campo. No procure la felicidad, porque nunca se la halla buscndola. Cumpla sus deberes. Deje que la fidelidad caracterice todas sus acciones, y vstase de humildad.

Todas las cosas que quisierais que los hombres hiciesen con vosotros, as tambin haced vosotros con ellos. Mateo 7:12. Como fruto de una conducta tal se vern resultados bienaventurados. Con la misma medida que midiereis, os ser vuelto a medir. Lucas 6:38. Estos son los poderosos motivos que deben constreirnos a amarnos unos a otros con corazn puro y con fervor. Cristo es nuestro ejemplo. El anduvo haciendo bienes. Vivi para beneficiar a otros. El amor embelleci y ennobleci todas sus acciones. No se nos ordena que nos hagamos a nosotros mismos lo que desearamos que otros hiciesen con nosotros; debemos hacer a otros lo que quisiramos que ellos nos hiciesen en iguales circunstancias. Siempre se nos vuelve a aplicar la medida con que medimos.

El amor puro es sencillo en sus manifestaciones, y distinto de cualquier otro principio de accin. El amor por la influencia y el deseo de que otros nos estimen, puede producir una vida bien ordenada, y con frecuencia una conversacin intachable. El respeto propio puede inducirnos a evitar la apariencia de mal. Un corazn egosta puede ejecutar acciones generosas, reconocer la verdad presente y expresar humildad y afecto exteriormente, y sin embargo, los motivos pueden ser engaosos e impuros; las acciones que fluyen de un corazn tal pueden estar privadas del sabor de vida, de los frutos de la verdadera santidad, y de los principios del amor puro. Debe albergarse y cultivarse el amor, porque su influencia es divina.El cielo ha de comenzar en esta tierra. Cuando los hijos del Seor rebosen de mansedumbre y ternura, comprendern que el estandarte que extiende sobre ellos es el amor, y su fruto ser dulce para su paladar. Harn aqu un cielo en el cual puedan prepararse para el cielo de lo alto.- See more at: http://www.recurso-adventista.com/2013/02/el-amor-verdadero.html#sthash.MlByDsVq.dpuf