El Análisis de Participación

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1 Experto Universitario en Planificación y Gestión de Proyectos de Cooperación para el Desarrollo en los ámbitos de la Educación, la Ciencia y la Cultura Módulo II: El ciclo del Proyecto. La aplicación del Marco Lógico Tema 8 El análisis de participación (

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Experto Universitario en Planificación y Gestión de Proyectos

de Cooperación para el Desarrollo en los ámbitos de la

Educación, la Ciencia y la Cultura

Módulo II: El ciclo del Proyecto. La aplicación del Marco Lógico

Tema 8

El análisis de participación (

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Módulo II

TEMA 8

EL ANALISIS DE LA PARTICIPACION

SUMARIO: Introducción

1. Principales características del análisis de la participación

2. Los grupos sociales o los problemas como inicio de los proyectos

3. Selección de los colectivos beneficiarios de los proyectos de desarrollo

4. Diferentes sistemas para la realización del análisis de la participación

5. El análisis de la participación, paso a paso

Resumen

Bibliografía

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INTRODUCCION

Tras el estudio de este tema intentaremos dar respuesta a las siguientes preguntas: ¿Qué es el análisis de la participación? ¿Cómo empezamos a preparar un proyecto de desarrollo? ¿Quiénes deben ser los beneficiarios de los proyectos de desarrollo? ¿Cómo se selecciona a los beneficiarios? El análisis de la participación es el primero de los pasos que forman la secuencia clásica del enfoque del marco lógico (EML). Con el análisis de la participación se pretende definir al grupo o a los grupos de personas ( en ocasiones a las instituciones) cuya situación debe ser mejorada por la intervención de desarrollo que piensa llevarse a cabo. Esos grupos son llamados normalmente “beneficiarios”. También resulta importante determinar cómo se prevé que se verán afectados otros colectivos por el proyecto que se está preparando para anticiparse a sus reacciones. El análisis de la participación debe proporcionar información en dos niveles:

1. De manera general, permite ofrecer un diagnóstico de la realidad sobre la que se pretende intervenir, describiendo a los diferentes agentes sociales que forman parte de ella.

2. Es imprescindible determinar dentro de la realidad analizada quién o quiénes constituirán los grupos cuya situación pretendemos mejorar.

Los criterios para la selección de estos objetivos no son criterios exclusivamente técnicos. Tienen mucha importancia las valoraciones de carácter político. En este capítulo:

Se describen las características del análisis de la participación.

Se plantea la conveniencia de comenzar la identificación de los proyectos indagando acerca de los grupos sociales o, por el contrario, analizando los problemas existentes en una realidad concreta.

Se presentan las preguntas más usuales a la hora de determinar los beneficiarios de una intervención.

Se comentan los principales sistemas utilizados para clasificar a los agentes implicados en un proyecto de desarrollo.

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1. PRINCIPALES CARACTERISTICAS DEL ANALISIS DE LA PARTICIPACION El análisis de la participación es el primer paso del EML. Con él se inicia la identificación de un proyecto de desarrollo. En el análisis de la participación, también llamado análisis de involucrados, se reúne información sobre la realidad en la que la intervención pretende incidir y se selecciona, de manera todavía provisional, a los colectivos o instituciones que, por su situación específica, deberían convertirse en beneficiarios del futuro proyecto. Las definiciones sobre el análisis de la participación son muy variadas. Para la Agencia Alemana de Cooperación Técnica, GTZ, se trata del “análisis del grupo de beneficiarios del proyecto y de todas las otras personas, instituciones, etc., que participan en o son afectadas por el proyecto” (GTZ, s.f.: 5). Por su parte, la Agencia Noruega para la Cooperación para el Desarrollo (NORAD) indica que “hay que desarrollar una imagen global de los grupos de interés, los individuos y las entidades involucradas” (NORAD 1993:32), cuyo propósito final sería “decidir qué intereses y puntos de vista hay que priorizar cuando se lleve a cabo el análisis de los problemas” (NORAD 1993:37).

Por lo tanto, el análisis de la participación debe proporcionarnos, en primer lugar, un panorama lo más completo posible de la realidad social sobre la que nos proponemos intervenir.

Para ello es necesario realizar una descripción del conjunto de los agentes sociales que forman parte de la misma, poniendo de manifiesto sus problemas específicos, sus intereses y las relaciones que tienen establecidas entre sí.

No debe olvidarse, en cualquier caso, que ese diagnóstico de la realidad se realiza con el propósito esencial de actuar, de promover una intervención transformadora, y no con el de incrementar nuestros conocimientos.

Esa idea limita el alcance de la indagación. Ésta debe ser rápida, ágil y barata. No se trata de efectuar una investigación científica, manejando procedimientos muy sofisticados de recogida de información, sino de adquirir los elementos imprescindibles para preparar un proyecto de desarrollo.

En el tema 3 de este Módulo, “La identificación de los proyectos”, se comentaron con más detalle las características principales que debe tener un buen diagnóstico social. En cualquier caso, debemos comenzar nuestra indagación asumiendo que cada realidad es única y exige un análisis específico. Si reconocemos que no existen dos realidades completamente idénticas, deberemos igualmente aceptar que no es deseable llevar adelante dos proyectos similares. Una tentación muy común en la cooperación para el desarrollo es la de “replicar” un proyecto que ha tenido éxito en un determinado contexto, sin tener en cuenta que una buena parte de las razones de ese éxito son irrepetibles. Confiar el resultado final de una intervención exclusivamente a nuestras competencias técnicas o a nuestro “saber hacer” no deja de ser un riesgo muy grave. Además de todo lo dicho, hay que reconocer que muchos proyectos de desarrollo no obtienen los resultados esperados debido al desconocimiento, o cuando menos al conocimiento muy superficial, de las realidades sociales sobre las que se planea intervenir.

Es muy común encontrar documentos de proyecto en los que el contexto es descrito en términos muy generales, haciendo referencia al país en su conjunto, presentando estadísticas de carácter general o comentando sus principales acontecimientos históricos, sin apenas referencias sobre la zona concreta en la que se propone la puesta en marcha del proyecto.

En otras ocasiones se despacha el tema atendiendo a categorías muy poco precisas como "las mujeres", "los campesinos", o "los indígenas", etc., sin establecer las más elementales matizaciones. Frente a esos errores muy comunes, es necesario señalar que el éxito de un proyecto se basa, en primer lugar, en un conocimiento ajustado del medio sobre el que se pretende intervenir, de las personas que lo componen y de sus principales problemas, recursos y expectativas.

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De todas maneras, ya hemos dicho que en el análisis de la participación no se trata tan sólo de presentar un diagnóstico detallado de la realidad sobre la que se pretende intervenir. Ese análisis se efectúa para, precisamente, adoptar un punto de vista particular. Ese punto de vista es el de los colectivos que han sido priorizados como beneficiarios. La realidad siempre se conoce a partir de unas teorías y asumiendo una determinada perspectiva.

No hay una única realidad, sino que ésta es aprehendida desde ópticas inevitablemente parciales y subjetivas. La única forma de superar de alguna manera la subjetividad inevitable de cualquier análisis social es hacerla explícita. Para ello, resulta necesario expresar con claridad quienes son, o deben ser, los destinatarios de una intervención concreta de desarrollo. Parece fuera de toda duda que esa elección es predominantemente política y que en ella las técnicas ocupan un lugar secundario.

La determinación del o de los colectivos beneficiarios constituye, por tanto, el propósito esencial del análisis de la participación. Esa determinación debe justificarse de la manera más convincente, pues constituye uno de los elementos centrales de cualquier proyecto de desarrollo. En principio, debemos señalar que resulta sumamente improbable que una intervención vaya dirigida a "todo el mundo" y beneficie a todos por igual. Los proyectos de desarrollo siempre tienen un colectivo específico de personas beneficiarias, cuya situación concreta se espera mejorar. Esas personas constituyen la base y otorgan la óptica particular desde la que se preparan y ejecutan todas las acciones concretas que forman un proyecto de desarrollo. Una vez que se ha definido de la forma más precisa posible a los presuntos beneficiarios del proyecto, indicando siempre sus principales características y su número, cuando menos aproximado, se trata de situar, en principio de manera provisional, al resto de los agentes sociales identificados, ya sean grupos, instituciones o autoridades, en otras categorías que resultan significativas para el futuro proyecto. Esas categorías pueden variar de denominación; también los procedimientos para establecerlas son diferentes en cada caso. En otros apartados haremos referencia a estos asuntos. En cualquier caso, asumimos que, en relación a una intervención concreta, la realidad puede ser dividida, aparte de los ya anteriormente mencionados beneficiarios directos, en otras categorías significativas. Son éstas las de beneficiarios indirectos, excluidos y perjudicados u oponentes potenciales.

?? Los "beneficiarios indirectos" estarían constituidos por el conjunto de grupos o instituciones que, de alguna manera, recibirán algún tipo de beneficio por parte de la intervención, aunque no constituyan una prioridad para ésta.

?? Los “excluidos” (o “neutrales”) serían todos aquellos colectivos presentes en el área de intervención sobre los que el proyecto apenas va a tener incidencia. Constituyen, por tanto, una categoría poco significativa.

?? Por último, aparecen los "perjudicados" u "oponentes potenciales". En este caso se agrupan todos aquellos que pueden verse afectados de manera negativa por la intervención que se está preparando y cuyas reacciones pueden constituir potenciales riesgos para el éxito de la misma.

Evidentemente, esta clasificación (u otras más o menos similares) no es fácil de realizar y, en un primer momento, no dejará de ser provisional. De todas formas, constituye el punto de partida básico a la hora de preparar un proyecto porque, si no sabemos a quien queremos mejorar, ¿cómo definiremos finalmente lo que vamos a hacer?. Podemos resumir todo lo dicho anteriormente señalando que el análisis de la participación se propone:

?? Presentar un panorama lo más completo posible de todas las personas, grupos, organizaciones, instituciones, autoridades, etc., que van a verse afectados de alguna manera por el proyecto de desarrollo que se está comenzando a preparar

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?? Esbozar un diagnóstico de las relaciones sociales (conflictos, principales problemas, alianzas....) entre las personas y grupos que forman parte de la realidad sobre la que se pretende intervenir.

?? Cada uno de los grupos e instituciones debe ser identificado con sus intereses y expectativas, determinando las relaciones existentes entre los diferentes colectivos.

?? Determinar dentro de la realidad analizada quien o quienes deberían convertirse en los beneficiarios principales del futuro proyecto de desarrollo.

En resumen, el análisis de participación se utiliza con dos propósitos esenciales. Éstos son:

?? Tener una visión sintética y comprensiva de la realidad. ?? Precisar a quien queremos mejorar, lo que supone la adopción de un punto de vista

particular. 2. LOS GRUPOS SOCIALES O LOS PROBLEMAS COMO INICIO DE LOS PROYECTOS Una cuestión muy debatida, y sobre la que no existe un consenso absoluto entre las personas responsables de la gestión de los proyectos, es la relativa a la primera de las tareas que debe ser abordada en el proceso de preparación de una intervención de desarrollo. Comenzar la identificación por la determinación de los beneficiarios o, por el contrario, indagando los problemas constituye un dilema que no se encuentra plenamente resuelto. Para la mayoría de las versiones del EML, y ese es el criterio que hemos seguido en nuestra exposición, el análisis de la participación debe ser el paso inicial del proceso de planificación, pero algunas entidades y autores proponen comenzar por el análisis por los problemas. Evidentemente existen argumentos de defensa de una y otra posición:

Los que proponen comenzar la identificación por los problemas, señalan la dificultad de precisar los beneficiarios directos (y todavía más al resto de las categorías que antes indicábamos) sin saber todavía qué es lo que concretamente se propone realizar el proyecto, o dicho de una manera más precisa, cual es el problema que pretende solucionar.

Esta opinión que resulta, en principio, muy convincente, puede ser planteada exactamente al revés. Frente a la pregunta "¿Cómo vamos a determinar quienes son los beneficiarios y quienes forman las restantes categorías si todavía no sabemos lo que vamos a hacer?", podemos responder con otra interrogación: "¿Cómo vamos a saber lo que queremos hacer si no sabemos a quién-es queremos mejorar?".

Hemos señalado en el punto anterior que uno de los propósitos esenciales del análisis de la participación es el de hacer explícito un punto de vista particular a partir del cuál es posible iniciar una indagación de la realidad. En la medida en que ese punto de vista se oculta o se elimina, ocurre lo que se señala a continuación:

"Al obviarse el análisis de participación se prescinde de cualquier análisis de las relaciones sociales entre los grupos y personas que serían afectados por una futura intervención y aumenta la posibilidad de obtener una visión demasiado horizontal de la sociedad, sin percibir las posibles alianzas, enfrentamientos o conflictos presentes o futuros. Todo lo anterior redundará en una definición de los obstáculos al desarrollo en términos técnicos, en la más estrecha acepción de la palabra, olvidando el consenso que hoy existe sobre la radical importancia de lo social y de la activa y creativa participación de beneficiarios y gestores...." (Cascante, R. 1994: 75).

Hay que asumir que los problemas no existen al margen de las personas concretas que los padecen y que si no se logra establecer una vinculación clara y directa entre esas personas y aquellos problemas, la posibilidad de plantear proyectos irrelevantes o absurdos (por no decir algo peor) se incrementa de manera muy notable. Cuando no existe relación entre lo que los

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proyectos pretenden lograr y las personas cuya situación afirman querer mejorar se produce una contradicción que tiende a ser fatal. Los ejemplos al respecto son, desgraciadamente, muy numerosos.

Visualizar como problema la concentración de la propiedad de la tierra en unas pocas manos implica, sin duda, adoptar el punto de vista de los pequeños agricultores, de los aparceros o de los campesinos sin tierras. El latifundio no es percibido como un problema por los propios latifundistas.

Evidentemente, en la realidad, las personas y los problemas acaban identificándose de una manera más o menos simultánea, por lo que el dilema planteado en términos absolutos tiende a ser un tanto ficticio. De todas maneras, es conveniente desconfiar de los llamados "problemas generales" porque normalmente tienden a ser problemas particulares de algunos grupos concretos que se presentan como comunes para "todo el mundo". Aunque aceptamos que el primer análisis de la participación es inevitablemente provisional y tendrá que revisarse a medida que vaya concretándose el futuro proyecto de desarrollo, hay que reconocer que la determinación de los beneficiarios constituye la base sobre la que se construye todo el edificio completo del proyecto y que esa determinación previa no debería sufrir modificaciones. Debe quedar claro que un proyecto tiene siempre un grupo concreto de beneficiarios directos y, generalmente, sus efectos serán positivos y negativos para otros colectivos. Suponer que los proyectos mejoran a todo el mundo es, como se dijo anteriormente, una pretensión que muy pocas veces se cumple. Lo habitual es que las mejoras de unos vayan acompañadas de un perjuicio para otros.

En un libro en el que se recogen experiencias de proyectos llevados a cabo por ONGD puede leerse lo siguiente: “En un proyecto de extensión del cultivo de arroz en Malí, el trabajo de las mujeres se vio duplicado cuando el trabajo de los hombres disminuyó. En efecto, el rol tradicional de las mujeres en el cultivo de arroz es el aporcar (cubrir con tierra), lo que se hace siempre a mano. La labranza, rol del hombre, fue mecanizada. Entonces, la extensión de superficies del cultivo de arroz y la mecanización de la labranza que la acompañó, disminuyeron el trabajo del hombre y aumentaron el trabajo de la mujer” (Beaudoux, E. y otros 1992:38).

Por lo tanto, aunque en la realidad personas y problemas tienden a ser dos aspectos inseparables, parece importante reconocer que la definición de las primeras constituye un requisito previo para una identificación más precisa de los segundos. 3. SELECCION DE LOS COLECTIVOS BENEFICIARIOS DE LOS PROYECTOS DE DESARROLLO La selección de los beneficiarios de un proyecto específico resulta, como puede suponerse, una cuestión clave. De hecho, son esas personas las que otorgan su perfil más característico a una intervención de desarrollo. Ya se señaló con anterioridad que en esa decisión pesan más los componentes de tipo político que los técnicos. Determinar quien o quienes deben ser los beneficiarios de un proyecto determinado es, en el fondo, un acto de voluntad que no puede ser completamente justificado atendiendo en exclusiva a criterios de tipo técnico. En el fondo, la elección del grupo - meta depende de muchas circunstancias que no pueden predefinirse, empezando por la propia óptica de cada organización. La variabilidad de las opciones es, en ese sentido, prácticamente infinita. En cualquier caso, siempre hay que tener en cuenta tres interrogantes, cuya respuesta resulta siempre particular. Esas preguntas son las siguientes:

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?? ¿Quiénes son los son grupos que presentan una situación más grave de necesidades o carencias?

?? ¿Qué grupos, por su parte, muestran mayores oportunidades de involucrarse en un proceso positivo de desarrollo?

?? ¿Qué conflictos pueden preverse en una realidad concreta al apoyar a determinados colectivos?

De manera muy general, podemos reconocer que la cooperación para el desarrollo tiende a orientarse hacia los colectivos más carenciados, hacia aquellos que presentan una mayor situación de necesidad. Ahora bien, la realidad muestra que en muchas ocasiones los grupos de beneficiarios no se encuentran exactamente en esa situación. Si se analizan los flujos de recursos canalizados por la cooperación para el desarrollo, se comprueba que muchos de éstos no se dirigen hacia los países o sectores en los que el cuadro de necesidades parece ser más alarmante. Esto es así, entre otros motivos más difíciles de valorar, porque, precisamente, las preguntas primera y segunda tienden a ser contradictorias entre sí. De hecho, en la mayor parte de los casos, los grupos más necesitados no son los que poseen unas mayores oportunidades de desarrollo. Esto constatación provoca que muchos proyectos, precisamente para incrementar sus posibilidades de éxito y su capacidad de permanencia en el tiempo, se dirijan hacia colectivos que presentan algún tipo de fortalezas u oportunidades.

A menudo, se comprueba que quienes en última instancia se apropian de una manera más directa de los beneficios generados por los proyectos tienden a ser colectivos que se encuentran en una posición relativamente ventajosa. Dirigir una intervención a los grupos más necesitados constituye casi siempre una opción de riesgo que debe ser valorada en cada caso y sobre la que es imposible pronunciarse de manera absoluta.

La valoración de los posibles conflictos que puede generar el apoyo a determinados grupos es también una cuestión importante. Una importante lista de opositores potenciales a una intervención determinada implica un alto nivel de riesgos que la mayor parte de los proyectos no se encuentran en condiciones de asumir. Hay que tener claro que los proyectos dirigidos a las personas y grupos en mayor situación de vulnerabilidad implica la necesidad de disponer de recursos más importantes y, a pesar de ello, sus posibilidades de éxito tienden a ser menores. Si queremos exponer este dilema atendiendo a las categorías de evaluación que se han presentado en el tema 6 de este Módulo señalaríamos que los proyectos dirigidos a los colectivos más necesitados tienden a ser más pertinentes pero resultan, en general, menos eficaces y viables. Decidir cuál es la decisión más correcta no es fácil y, en cualquier caso, resulta específica para cada ocasión. 4. DIFERENTES SISTEMAS PARA LA REALIZACION DEL ANALISIS DE LA PARTICIPACION Existen diferentes opciones y procedimientos para la realización del análisis de la participación. Todos ellos pretenden ofrecer un esquema para la indagación de las características y las relaciones entre los diferentes agentes sociales que conforman una determinada realidad sobre la que se pretende incidir a través de una intervención de desarrollo, además de clasificar a todos los grupos y entidades identificados en categorías significativas para la preparación de un proyecto.

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El modelo más clásico y sencillo es el presentado en los manuales de la GTZ. En ellos se plantea una primera división de los grupos de interesados e instituciones en participantes y no participantes. El cuadro resultante sería como el que sigue:

Instituciones Grupos de interesados

Participantes

No participantes

En un segundo momento, se propone una ordenación de los grupos involucrados que responde esencialmente a este esquema:

GRUPOS INVOLUCRADOS

BENEFICIARIOS

AFECTADOS Simpatizantes potenciales

Oponentes potenciales

Fuente: GTZ, s.f.:6

Este esquema puede ser sistematizado en el siguiente cuadro:

ANÁLISIS DE LOS DISTINTOS GRUPOS E INSTITUCIONES INVOLUCRADOS EN UN

PROYECTO DE DESARROLLO

Beneficiarios

directos

Beneficiarios

indirectos

Excluidos/

Neutrales

Perjudicados/

Oponentes

potenciales

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

Con objeto de recopilar y clasificar la información imprescindible para efectuar una clasificación como la que exige el cuadro anterior, algunas agencias de cooperación para el desarrollo han elaborado algunas herramientas específicas. La que se presenta a continuación es la que propone la agencia finlandesa de cooperación internacional:

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Individuos o

grupos

Interés en

el proy ecto Fortalezas

Debili-

dades

Oportu-

nidades Amenazas

¿Cómo van

a influir en

el

proyecto?

¿Qué

puede el

proyecto

hacer por

ellos?

¿Qué

pueden

ellos hacer

por el

proyecto?

Importan-

cia relativa

en el

proyecto

Fuente: Ministry of Foreign Affairs, Finlandia (1999), en López Mendez, I. & Sierra Leguina, B. (2001): 96

En los últimos tiempos, dos procedimientos para la realización del análisis de participación han adquirido una gran importancia y se han vuelto muy populares entre las personas responsables de la gestión de proyectos de desarrollo. Se trata del análisis de vulnerabilidad y capacidad y del stakeholder analysis o análisis de los implicados. El análisis de vulnerabilidad y capacidad Es utilizado por muchas organizaciones de cooperación para el desarrollo, entre ellas el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja. El análisis de vulnerabilidad y capacidad es una metodología de análisis sistemático que permite identificar los riesgos que amenazan a las personas y comunidades y les impiden llevar vidas plenas y productivas, comprender las causas de las que provienen y cómo se manifiestan, a qué y a quienes afectarán, y con que aptitudes, conocimientos y recursos materiales cuentan para reducirlos y enfrentarse a ellos. El análisis de vulnerabilidad y capacidad se utiliza en cualquier momento del proceso de desarrollo, pero es particularmente útil para la identificación de los beneficiarios de los programas y proyectos, y para medir su impacto. * Fuente: Cruz Roja Española 1997:85

Sus objetivos son:

?? Identificar a los grupos más vulnerables dentro de una realidad social

?? Identificar las principales causas de su vulnerabilidad

?? Identificar los recursos y capacidades disponibles para superar esa vulnerabilidad

Se entiende por “vulnerabilidad” al conjunto de situaciones que provocan amenazas sobre la vida y las capacidades de las personas, impidiéndoles desarrollarse plenamente con un mínimo de seguridad social y económica y de dignidad humana.

Las “capacidades”, por su parte, son entendidas como la dotación y el acceso a los recursos, las aptitudes, los conocimientos, los derechos y el poder que posibilitan ampliar las opciones disponibles para las personas, las comunidades y las instituciones.

Los pasos para efectuar el análisis de vulnerabilidad y capacidad son los siguientes:

?? Detección de amenazas. Los principales riesgos o amenazas que afectan a un colectivo pueden clasificarse en siniestros de origen natural, siniestros derivados de la situación de violencia (física o estructural) y siniestros provocados por la degradación del sistema económico o del medioambiente.

?? Determinación de los componentes de la vulnerabilidad y a quién afectan. La vulnerabilidad se divide en vulnerabilidad física, vulnerabilidad material, vulnerabilidad social, vulnerabilidad organizativa y vulnerabilidad actitudinal.

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?? Evaluación de las capacidades y recursos propios para contrarrestar las amenazas.

Manejando ese conjunto de componentes se elabora una matriz de vulnerabilidad y capacidad como la que se presenta a continuación:

Vulnerabilidad Capacidad

Grupos de población Grupos de población

Física

Material

Social

Organizativa

Actitudinal/

Psicológica

Fuente: Basado en Cruz Roja Española 1997:90

El stakeholder analysi s (análisis de implicados) Es una herramienta desarrollada por el Department for International Development del Reino Unido. Con este análisis se pretende identificar a los implicados en un proyecto de desarrollo, valorando sus intereses y analizando cómo esos intereses pueden afectar a la ejecución y la viabilidad de la intervención.

Los pasos para la realización del stakeholder analysis son los que se relacionan a continuación:

1º. Elaborar una tabla de todos los participantes en un proyecto, distinguiendo entre primarios y secundarios. Se entiende por grupos primarios a aquellos que van a verse directamente afectados por el proyecto, mientras que los secundarios están compuestos por el conjunto de intermediarios en el proceso de desarrollo que se pretende poner en marcha. Sobre cada uno de los grupos e instituciones identificados se describen sus principales intereses y se valora su nivel de prioridad para los donantes y los posibles efectos que el futuro proyecto tendría para su situación.

2º. En un segundo momento se clasifica a los grupos identificados en función de su importancia e influencia. Se entiende por importancia la prioridad que el donante otorga a cada uno de los grupos e instituciones anteriormente identificados. La influencia puede ser definida como la capacidad para resolver por sí mismos los problemas y desafíos a los que se enfrentan y, más específicamente, como su poder para controlar las decisiones en el proyecto, facilitando o dificultando su ejecución. Teniendo en cuenta esos criterios se elabora una tabla como la que sigue:

ANÁLISIS DE IMPLICADOS: IMPORTANCIA E INFLUENCIA

ALTA IMPORTANCIA/

BAJA INFLUENCIA

ALTA IMPORTANCIA/

ALTA INFLUENCIA

BAJA IMPORTANCIA/

BAJA INFLUENCIA

BAJA IMPORTANCIA/

ALTA INFLUENCIA

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3º. En un tercer momento, se trataría de identificar los riesgos y la posible participación que cada uno de los actores implicados podría cumplir en el futuro proyecto de desarrollo.

los actores situados en la casilla inferior derecha (BAJA IMPORTANCIA/ ALTA INFLUENCIA) pueden generar peligros para la intervención de desarrollo, debido al poco interés que el proyecto tiene para ellos y a su alta capacidad de incidencia.

Por contra, los implicados de la casilla superior derecha (ALTA IMPORTANCIA/ ALTA INFLUENCIA) aparecen como los aliados más interesantes para la intervención que se prepara.

Indudablemente los colectivos de beneficiarios tenderán a estar situados en la casilla superior izquierda (ALTA IMPORTANCIA/ BAJA INFLUENCIA), ya que parecen ser quienes más necesitan de la asistencia externa.

Por último, los implicados que aparecen en la casilla inferior derecha (BAJA IMPORTANCIA/ BAJA INFLUENCIA) tendrán una escasa importancia para el proyecto.

Todas las herramientas que se han presentado tienen algunas características comunes que es posible destacar:

?? Utilizan técnicas de planificación participativas ?? Establecen criterios para ordenar y clasificar una realidad social ?? Facilitan la toma de decisiones a la hora de determinar quién o quiénes deberían

convertirse en beneficiarios directos de una intervención de desarrollo ?? Pretenden anticipar las reacciones que el proyecto que se encuentra en preparación

provocará entre el resto de los actores identificados ?? Proporcionan una base de información esencial para continuar el proceso de

planificación 5. EL ANALISIS DE LA PARTICIPACION, PASO A PASO Ya hemos visto en el epígrafe anterior que existen varias posibilidades a la hora de realizar el análisis de la participación. Cada una de ellas será más o menos útil dependiendo de las circunstancias de cada realidad concreta y de los criterios que manejen las entidades implicadas en el proceso de preparación del proyecto de desarrollo. El EML apenas aporta una mínima estructura de análisis que debe ser tenida en cuenta, pero no señala un procedimiento único para llevarla a cabo. Evidentemente los criterios, esencialmente de carácter "político", con los que se realice el análisis producirán unos resultados u otros. Teniendo en cuenta todo esto, hay que reconocer, por tanto, que es prácticamente imposible proponer una secuencia única para realizar el análisis de la participación. De todas maneras, existen unas etapas básicas en la indagación que son comunes en todos los casos y para todos los procedimientos que se describían en el epígrafe anterior. Formarían una especie de secuencia básica del análisis de la participación, independientemente de la herramienta o procedimiento que piense utilizarse. Son las siguientes:

1. En un primer momento, es necesario identificar a todos los agentes sociales, sean éstos grupos, instituciones, autoridades, etc. que se encuentren presentes en el área de intervención y que muestren problemas e intereses significativos. No existe unos criterios únicos a la hora de efectuar esa primera identificación. Tan sólo puede señalarse que es fundamental efectuar esta tarea (y las que se describen a continuación) trabajando conjuntamente con los propios implicados y respetando sus propios puntos de vista.

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2. Es muy conveniente analizar si estos colectivos identificados forman cuerpos coherentes o pueden ser divididos en otras unidades menores que presentan particularidades específicas. Esto resulta especialmente pertinente cuando se definen como población beneficiaria a algunas categorías sumamente amplias como "campesinos", "mujeres", "indígenas", etc.

Una imprecisa identificación de los destinatarios dificulta la correcta definición de sus problemas y termina provocando, muy a menudo, que finalmente se apropie de los beneficios generados por la intervención algún segmento específico de ese gran universo al que se pretendía mejorar.

En este sentido, hay que tener mucho cuidado cuando se define a toda una comunidad como la beneficiaria de una intervención de desarrollo. Hay que tener en cuenta que normalmente las comunidades no forman conjuntos tan homogéneos como un análisis superficial nos hace suponer.

3. A continuación, es necesario analizar la situación relativa de cada uno de los agentes identificados. Los criterios para la realización de esos análisis dependen de cada institución y de cada circunstancia. Ya hemos visto que existen en la actualidad múltiples técnicas utilizadas por diferentes organizaciones que proponen procedimientos de ordenar y clasificar los datos reunidos. Con ese tipo de herramientas lo que se pretende es conocer la situación específica de cada uno de los grupos y entidades identificados, sus principales problemas e intereses, las relaciones que tienen establecidas entre sí y la importancia que cada colectivo tiene para los gestores de la futura intervención de desarrollo.

4. Una vez determinadas las principales características de todos estos implicados, se

trata de escoger o seleccionar al o a los colectivos beneficiarios y de situar al resto de los agentes analizados de una manera provisional en las categorías anteriormente propuestas, en función del análisis realizado.

Hay que asumir que esta primera clasificación es inevitablemente provisional y que deberá ser revisada y matizada en fases posteriores del proceso de preparación del proyecto. En cualquier caso, parece evidente que si en ese proceso terminamos "perdiendo" a nuestros beneficiarios iniciales (circunstancia más común de lo que en principio podría pensarse), deberíamos replantearnos muy seriamente el significado del proyecto que estamos poniendo en marcha.

La determinación de los beneficiarios constituye la base sobre la que se construye todo el edificio completo del proyecto y esa determinación previa no debería sufrir modificaciones. Si a mitad del camino de la planificación comprobamos que con la intervención que estamos diseñando los beneficiarios directos se encuentran en proceso de dejar de serlo, la recomendación inmediata debe ser la de abandonar ese proyecto y crear una nueva propuesta.

RESUMEN El análisis de la participación constituye un paso esencial para la preparación de un proyecto de desarrollo. Es también el paso más “político” y menos formalizado de todos los que forman la secuencia del EML. El análisis de la participación tiene un propósito esencial:

Tener un conocimiento sustantivo de la realidad sobre la que se pretende intervenir, de los diferentes agentes sociales que la componen, de sus problemas e intereses y de las relaciones que mantienen entre sí.

El diagnóstico de la realidad debe tener siempre una vocación aplicada: no se realiza para aumentar nuestros conocimientos, sino para actuar en una realidad concreta.

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En el análisis de la participación se selecciona al colectivo o a los colectivos que van a convertirse en beneficiarios del futuro proyecto de desarrollo y se analizan los efectos que esa decisión puede tener sobre el resto de los agentes identificados . Esa elección no puede justificarse a criterios puramente técnicos. Los procedimientos utilizados para ordenar y clasificar a los grupos e instituciones identificados y para facilitar esa toma de decisiones son variados. Entre ellos destacan:

El análisis de vulnerabilidad y capacidad

El stakeholder analysis (análisis de implicados)

Las versiones más clásicas del EML comienzan la identificación de un proyecto de desarrollo con el análisis de la participación, aunque algunos autores e instituciones varían la secuencia y prefieren iniciarla con la indagación de los problemas. BIBLIOGRAFIA

?? Beaudoux, E. y otros (1992) Guía metodológica de apoyo a proyectos y acciones de desarrollo. De la identificación a la evaluación. IEPALA. Madrid.

?? Cascante, R. (1994) Nuevos procedimientos de gestión en la cooperación para el

desarrollo de la Comunidad Europea, en Tiempo de Paz nº 31, pp. 73-83. Madrid.

?? Cruz Roja Española (1997) Cooperación Internacional. Delegados/ as de proyectos de cooperación internacional. Cruz Roja Española. Madrid.

?? Gómez Galán, M. & Sainz Ollero, H (1999) El ciclo del proyecto de cooperación al

desarrollo. La aplicación del marco lógico. CIDEAL. Madrid.

?? GTZ (s.f) ZOPP (Una introducción al método). GTZ. Eschborn.

?? López Méndez, I. & Sierra Leguina, B. (2001) Integrando el análisis de género en el desarrollo. Manual para técnicos de cooperación. IUDC/ UCM. Madrid.

?? Ministry of Foreign Affairs (1999) Navigating Culture: A road map to culture and

development. Helsinki.

?? NORAD (1993) El Enfoque del Marco Lógico. IUDC/ UCM/ CEDEAL. Madrid.

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PREGUNTAS DE VERDADERO O FALSO

1 El análisis de la participación pretende identificar a aquellas personas y

entidades que van a participar en la gestión de un futuro proyecto de desarrollo

Verdadero

Falso

2 El análisis de la participación es el primer paso de la identificación de un

proyecto de desarrollo, según las versiones más clásicas del EML

Verdadero

Falso

3 Los beneficiarios de los proyectos de desarrollo deben ser siempre las

personas que se encuentran en una situación de mayor necesidad

Verdadero

Falso

4 Los proyectos de desarrollo deben beneficiar a todas las personas,

grupos e instituciones que forman parte de la realidad social sobre la que se pretende incidir

Verdadero

Falso

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5 En el análisis de la participación se determina quien o quienes serán los

beneficiarios de un futuro proyecto y se analizan los efectos que éste puede tener sobre los restantes agentes sociales identificados

Verdadero

Falso

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PREGUNTAS DE MULTIPLE RESPUESTA

1 El análisis de la participación debe ser realizado por:

Los donantes

Personal técnico junto al grupo de beneficiarios

Las autoridades políticas

Expertos universitarios

2 En el análisis de la participación se identifica a:

Las diferentes autoridades implicadas en un proyecto

Las instituciones y organizaciones presentes en la realidad

Los grupos sociales

Todas las respuestas anteriores

3 Los resultados del análisis de la participación:

permanecen inalterados durante el proceso de planificación

pueden alterarse completamente durante el proceso de planificación

son provisionales, pero los beneficiarios seleccionados no deberían modificarse

son provisionales, pero los oponentes potenciales no deberían modificarse

4 Para realizar el análisis de la participación:

no existe un único procedimiento

se aplica siempre el análisis de vulnerabilidad y capacidad

se aplica siempre el stakeholder analysis

se utiliza otro procedimiento

Page 18: El Análisis de Participación

18

5 La decisión acerca de quienes deben ser los beneficiarios de un

proyecto:

viene predeterminada por las recomendaciones de Naciones Unidas

es objetiva y se obtiene a partir de los resultados del diagnóstico social

la establecen las autoridades públicas

tiene un carácter esencialmente político

Page 19: El Análisis de Participación

19

Preguntas abiertas

1. ¿La identificación de un proyecto de desarrollo debe comenzar por la selección de los colectivos beneficiarios o por la determinación de los problemas? Razone su respuesta.

2. ¿Un proyecto puede mejorar a todo el mundo?. Intente seleccionar algunos ejemplos que conozca para justificar su opinión