EL ANGEL DEL BIEN - espiritismo.es · de cocina, papeles, libros, todo en orden dentro del desorden...

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EL EL ANGEL DEL BIEN ANGEL DEL BIEN PERIÓDICO ESPIRITISTA TRIMESTRAL - AÑO III - NÚM 8 - ABRIL 2009 Editado por el grupo espírita “ Entre el cielo y la tierra” perteneciente a la Federación Espírita Española (www.espiritismo.es) Avda. de Madrid nº 29 Local - San Martin de Valdeiglesias (Madrid) www.kardec.es/entreelcieloylatierra Periódico espiritista trimestral en honor al grupo espírita madrileño “El Ángel del Bien” (1900-1930) EJEMPLAR GRATUITO Depósito Legal: M-42907-2007

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Editado por el grupo espírita “ Entre el cielo y la tierra” perteneciente a la Federación Espírita Española (www.espiritismo.es)Avda. de Madrid nº 29 Local - San Martin de Valdeiglesias (Madrid)www.kardec.es/entreelcieloylatierra

Periódico espiritista trimestralen honor al grupo espírita madrileño

“El Ángel del Bien” (1900-1930) EJEMPLAR GRATUITO

Depósito Legal: M-42907-2007

(140 años después de su desencarnación)

SUMARIO1. Editorial 22. Juicio crítico sobre la codificación espírita

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS 3EL LIBRO DE LOS MEDIUMS 5LA MORAL ESPÍRITA 8EL CIELO Y EL INFIERNO 11EL GÉNESIS 13

3. Un día en la vida de Allan Kardec 184. Discurso pronunciado en la tumba 195. Despertar al conocimiento espírita 216. Dedicatorias 227. Visitanos 238. Contraportada 24

EDITORIAL

contraron pensamientos, directrices, consejos paracontinuar la obra de la que él no se sentía el autor,sino el codificador.

Como veis, queridos lectores, diariamente noscruzamos con gente que pasa inadvertida, que parecensimples trabajadores, padres y madres de familia queno salen de lo corriente, pero que todos ellos son im-portantes y tienen su repercusión en los demás enmayor o menor grado.

Hoy, ciento cuarenta años después de la desen-carnación de Allan Kardec, nuestro periódico no podíapasar por alto el día en que el codificador del Espiri-tismo dejaba en nuestras manos el rumbo de estabella doctrina de consecuencias morales, filosóficas yespirituales. Hoy queremos rendir homenaje a esehombre, uno de tantos en la Tierra, que con su fe in-alterable, con su esfuerzo, su método, su gran capaci-dad intelectual pudo ver el camino por el que todospasaremos después de la muerte, pudo dejarnos ensus libros las bases para nuestro mejoramiento y quehoy se han convertido en un movimiento seguido pormillones de personas en el mundo que trabajan por elbien social, que se esfuerzan por reformar su interiory que siguen apostando por un mundo mejor de paz,amor e igualdad. Esos somos los espíritas, eso es elEspiritismo.

Kardec, allá dónde estés, recibe este pequeñohomenaje que hacemos junto con nuestro más sinceroagradecimiento.

La redacción.

EDITORIAL - AÑO III - NÚM. 8 - Pág. 2

Era el 31 de Marzo de 1869 y la ciudad de Parísdormía. Tan sólo unos pocos habitantes empezabansu jornada para un intenso día de trabajo.

El reloj marcaba las 4:30 hrs de la mañana y enel 59 de la calle y pasaje de Santa Ana, alguien se le-vantaba, como cada mañana, para continuar con lospreparativos de una mudanza. Todo transcurría deuna manera normal, muebles aquí y allá, utensiliosde cocina, papeles, libros, todo en orden dentro deldesorden habitual que generan las mudanzas.

Nuestro querido amigo, un habitante más eneste planeta, de nombre Hippolyte Léon Denizard Ri-vail, era un lionés afincado en París desde hacía mu-chos años, persona que a los ojos de los demás nadatenía de especial. Trabajador infatigable, estudioso,culto, era una persona humilde, bondadosa, que juntoa su mujer Amélie Gabrielle Boudet, pasaba su exis-tencia en este plano terrenal.

Cada mañana, como hemos dicho antes, se le-vantaba a la misma hora, iba a su gabinete de trabajoy ahí pasaba largas horas metido entre sus papeles.Respondía cartas constantemente, comparaba infor-maciones, las recopilaba y le daba una forma dentrode su cabeza, una vez que las había pasado por larazón. A la vez redactaba y dirigía un periódico men-sual, de unas treinta páginas, donde publicaba todoslos avances, descubrimientos y compilaciones de untrabajo inesperado que comenzó en 1855 y por el cualfue criticado, humillado... pero del que recibió la mejorrecompensa, el mejor salario: “El Amor al prójimo y lareforma Moral”.

Como él mismo había anunciado a los suscrip-tores de su periódico, el 1 de Abril se habría mudadoa la Avenida y Villa de Segur, cerca de “Les Invalides”en París, a donde trasladaba su domicilio junto a laredacción de la revista y al 7 de la calle de Lilles la ofi-cina de expedición y suscripción, y la sede de asocia-ción, junto a la librería que debía inaugurarse.

Esa mañana, que para él era una más, cambia-ría el destino de muchas cosas. Estando en su casa yhabiendo recibido a un cliente de la librería para en-tregarle uno de los números del periódico, el Sr. Rivailo Allan Kardec, caía fulminado al suelo víctima de unaneurisma de aorta, debido a los serios problemas cir-culatorios que tenía.

Todo había cambiado, todo era caos y muerte enaquella casa, aunque no en él. Su rostro estaba feliz ysi no fuera porque no respiraba se podría decir que es-taba dormido.

Miles de preguntas rondaban en la cabeza de sumujer y amigos ¿Qué sería de la Sociedad de EstudiosEspíritas de París? ¿Y de la Revue Spirite? ¿Cuál seríael futuro de aquel “inesperado” trabajo que aceptó en1855 y que consistía en darle un cuerpo de doctrina,recopilando, analizando, razonando, editando lasbases del edificio del Espiritismo? Todo estaba pre-visto, su misión había terminado pero, previsor comosiempre, ya había dejado el número de Abril listo paraser editado y entre sus innumerables papeles se en-

De la misma manera que ha vencido hogueras,el Libro de los Espíritus va venciendo a la Ciencia ha-biéndosele adelantado en muchas cuestiones no sólo151 años que han pasado de su publicación sino losque estarán por llegar porque aquella irá confirmandouno a uno todos los puntos en los que este libro dio unpaso más que ella.

Jesucristo no escribió nada y se dejó mucho pordecir, algo que comprobamos en pasajes como en suconversación con Nicodemo. Diálogo que representaríaa la Ciencia de la época hablando directamente con elpropio Jesús, y respondiendo éste a tres cuestionesfundamentales. La humanidad no estaba preparadaintelectualmente para recibir muchas informaciones

¿Eres tú Maestro en Israel y no comprendesesto?.(Conversación con Nicodemo hablando de latransmigración de las almas, San Juan Cap.III)

Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré demi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vues-tras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visio-nes, Y vuestros ancianos soñarán sueños. Y de ciertosobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos díasDerramaré de mi Espíritu, y profetizarán. (HechosCap. II, v. 17 y 18)

Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yorogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para queesté con vosotros para siempre: el Espíritu de Verdad,al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, nile conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora convosotros, y estará en vosotros.(San Juan Cap. XIV, v.15 y 16)

A media mañana del 18 de Abril de 1857, un sá-bado de primavera en el Palais Royal de París se pre-senta públicamente la primera edición de El Libro delos Espíritus, en esa misma tarde ya estaba en manosde Víctor Hugo, que desde el principio de los fenóme-nos había tomado de las “mesas parlantes” pensa-mientos de los poetas “muertos”, y también en el deotras tantas personalidades afines a la realidad espí-rita como Dumas o Lamartine. La segunda edición, del18 de marzo de 1860, añade en el título el término Fi-losofía Espiritualista y contiene los principios de la

doctrina espíritasobre la inmortalidaddel alma, la natura-leza de los Espíritusy sus relaciones conlos hombres, lasleyes morales, la vidapresente y futura y elporvenir de la huma-nidad, según la ense-ñanza dada por losEspíritus Superiorescon la ayuda de dife-rentes médiums. LosEspíritus Superioresrefieren ser coman-dados por el Espíritude Verdad.

El 1 de mayo de 1864 la Iglesia lo coloca en elIndex Librorum Prohibitorum, por el que la Iglesia pro-hibe la lectura de esas obras a sus fieles, lista creadapor la Inquisición y que se ha mantenido hasta el año1966, ¡qué gran honor para El Libro de los Espíritusestar en esa lista, junto a Galileo, Copérnico, Pascal,Rousseau, etc!

El 9 de octubre de 1861, siendo las diez y treintahoras de la mañana, en la explanada de la ciudadelade Barcelona, fueron quemados por orden del obispode la ciudad 300 volúmenes y folletos sobre Espiri-tismo, entre los que se encontraba El Libro de los Es-píritus. Una muchedumbre llenaba la calzada y cubríala inmensa explanada donde se levantó la hoguera, algrito de ¡Abajo Inquisición!.

Los principales diarios españoles daban deta-llada cuenta del suceso, y la prensa liberal lo conde-naba. Y en la Sociedad de París se recibía la siguientecomunicación…Era necesario, que algo arrasara de unviolento golpe a ciertos espíritus, encarnados, para quedecidan ocuparse de esta gran doctrina que viene a re-generar al mundo. Nada en vuestra tierra se hace in-útilmente y los que inspiramos el auto de fe de

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS

JUICIO CRÍTICO SOBRE LA CODIFICACIÓN ESPÍRITAEn este especial “Allan Kardec” en donde homena-

jeamos la gran labor del insigne codificador de la doctrinaespírita, hemos querido transcribir un hermoso trabajo quehicieron los “Grandes del Espiritismo” en España a princi-pios del siglo XX. Se trata de un juicio crítico de sus obrasde la mano de espíritas como Amalia Domingo Soler, La granseñora del Espiritismo.

Habiendo llegado a nuestras manos, nos parecía in-justo dejarlo en la sombra o sólo en el conocimiento de unospocos y es por ello que os hacemos entrega de este insólitodocumento.

Debemos también resaltar que el examen sobre “Ellibro de los Espíritus” debía haber sido hecho por el conocidoD. Manuel Sanz Benito, que según nuestras informaciones,

fue uno de los presidentes de la Federación Espírita Espa-ñola. En vista de que tuvo serios problemas de corazón y nopudo entregar su trabajo, este no fue publicado nunca. ElÁngel del Bien ha querido, en cierta manera, incluirle en estehomenaje haciendo que su nombre no cayera en el olvidoy… ¿Quién mejor para hacer el trabajo de uno de los prime-ros presidentes de la F.E.E. que su actual presidente? Asíes que en este especial, nuestro querido amigo y presidenteSalvador Martín ha querido ayudarnos preparando la parteque el Sr. Sanz Benito no pudo entregar.

Esperamos que a todos os guste tanto como a nos-otros y que sirva para que aquellos que no conozcan el Es-piritismo y lean este artículo puedan interesarse por lasobras de Allan Kardec.

JUICIO CRÍTICO SOBRE LA CODIFICACIÓN ESPÍRITA - AÑO III - NÚM. 8 - Pág. 3

D. Manuel Sanz Benito

Barcelona sabíamos que obrando así le haríamos alEspiritismo dar un gran paso hacia adelante. Estehecho brutal, desconocido para los tiempos actualesfue consumado para llamar la atención de los periodis-tas que indiferentes dejaron decir y hacer obstinadosen permanecer sordos, respondiendo siempre con mu-tismo la búsqueda de propaganda de los adeptos deesta idea. Pero, con este hecho han debido ocuparsepara afirmarle o desmentirle dando lugar a una polé-mica que ha de concluir por dar la vuelta al mundo yde la que el Espiritismo obtendrá beneficios. La reta-guardia de la inquisición porque lo hemos deseadoacaba de realizar su último auto de fe. Un Espíritu(Santo Domingo de Guzmán).

Apenas 27 años después se celebraría en elmismo lugar la Exposición Universal y al mismotiempo el Primer Congreso Internacional Espiritista detodos los tiempos. Y diez años después uno de los ani-versarios del auto de fe congregaría siete mil espiritis-tas en la plaza de la ciudadela. Ningún libro hasta eldía de hoy pudo encontrar mejor forma de divulgación.

Escrito en forma dialogada como la filosofía clá-sica es resultado de las respuestas a las preguntas quehiciera Denizard Rivail, (que adoptó el pseudónimo deAllan Kardec recomendado por un espíritu para quesu fama literaria como pedagogo no se confundiera conel libro que daría inicio a la Era Espírita), respondidaspor los Espíritus desde muchos puntos del planeta,bajo la dirección del Espíritu de Verdad.

Está dividido en cuatro partes o libros y en 1019preguntas, y sería pretencioso por nuestra parte saberqué destacar de una obra inspirada por las mayoresautoridades del conocimiento humano a título pós-tumo. Por lo que es fruto únicamente del azar que co-locamos algunas cuestiones dentro del limitadoespacio que se nos ofrece, pero que nos permite estehojear el libro como la mejor forma de que él hable desi mismo.

En la Introducción se crean palabras nuevascomo espiritismo para distinguirla de espiritualismo.

Dios es la inteligencia suprema, causa primerade todas las cosas. Encontramos la prueba de su exis-tencia en el axioma que no hay efecto sin causa, bus-cad la causa de todo lo que no es obra del hombre yvuestra razón os contestará.

Están habitados todos los globos que circulanen el espacio sea por vida material o espiritual.

Los espíritus son los seres inteligentes de la cre-ación. Pueblan el universo fuera del mundo material.Dios ha creado siempre espíritus, aunque invidual-mente todos tenemos un principio creados sencillos eignorantes y siendo eternos desde ese momento y so-metidos a la ley del progreso.

El espíritu no es inmaterial, si incorporal, puesestá formado por una materia que si bien nuestrossentidos no registran no deja de ser una materia enestados que aún no conocemos.

Hay espíritus en muy diferentes estados evolu-tivos que van desde el estado primitivo hasta el espí-ritu puro.

El libre albedrío se desarrolla a partir que el es-píritu adquiere conciencia de sí mismo.

El objeto de la encarnación es el progreso y paraello tiene muchas existencias corporales. Entre ellasparticipa de la vida espiritual donde también progresay elige generalmente el género de pruebas que tendráen la próxima encarnación. Y mientras el cuerpoduerme el espíritu regresa a la vida espiritual por loque morimos de alguna manera todas las noches.

El aborto es siempre un crimen pues impide alespíritu ya ligado al cuerpo desde el momento de laconcepción soportar las pruebas que le ayudarían aprogresar.

Los espíritus influyen en nuestros pensamien-tos hasta el punto que a veces son ellos quienes nos di-rigen. Contando todos con un ángel guardián oespíritu protector. Y muchos presentimientos no sonotra cosa que las inspiraciones de un buen espíritu oel recuerdo de aquellas cuestiones principales elegi-das antes de encarnar, y es en virtud de esa elecciónen la que únicamente existiría cierta fatalidad o espe-cie de destino. Entretanto el porvenir le está vetado alhombre y sólo muy excepcionalmente Dios permite surevelación.

La virtud más meritoria está fundada en la cari-dad más desinteresada.

El conócete a ti mismo es el medio práctico máseficaz para mejorarse en esta vida y resistir a las soli-citaciones del mal.

A medida que los espíritus se depuran, se reen-carnan en mundos más y más perfectos, hasta que sehayan desprendido de toda influencia material.

La transformación de la humanidad ha sido pre-dicha, y vosotros tocáis el momento de aquélla, queapresuran todos los hombres que favorecen el pro-greso. La transformación se verificará por medio de laencarnación de los espíritus mejores que constituiránen la Tierra una nueva generación. Entonces los espí-ritus de los malos, a quienes la muerte hiere diaria-mente, y todos los que intentan detener la marcha delas cosas, serán excluidos de la Tierra, porque esta-rían fuera de su centro entrehombres de bien cuya felicidadperturbarían.

Salvador MartínPresidente de la

Federación Espírita Española

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Hace más de cuarenta años que Kardec publicóEl Libro de los Médiums. Durante este lapso de tiempolas ciencias han realizado un progreso enorme.

La Anatomía, ayudada por el microscopio, ha lle-gado a los últimos confines del elemento material, es-tudiando detallada y minuciosamente la estructura dela célula, elemento fundamental de los tejidos orgáni-cos.

La Fisiología, enriquecida con los datos aporta-dos por los adelantamientos anatómicos, es, ya, pose-edora del movimiento celular, describiendo, no sólo losmodos de reproducción de ese elemento primitivo, sino que también las fases de su desarrollo y sus varia-das funciones biológicas.

Donde más sensible ha resultado ese progresoanatomofisiológico es en lo referente a los centros ner-viosos, cuya estructura y funcionalismo constituye laparte más hermosa de la moderna histología.

El progreso de las ciencias físicas es tambiénmuy notable. Los rayos X, la telegrafía sin hilos, aménde otros muchos descubrimientos admirables, consti-tuyen el digno remate del edificio científico levantadopor el siglo decimonoveno.

Pero el mayor progreso de estos últimos años yque más directamente atañe a la ciencia espírita, estásimbolizado en la Psicología experimental; ciencia na-cida ayer y que, a pesar de su poca edad, lleva un con-tingente notable de hechos, a cuál más sorprendentes;Ciencia encaminada a demostrar la trabazón y mutuainfluencia existente entre el mundo físico y el moral,toda vez que los portentosos hechos registrados obli-garán, con obligación irresistible, a los sabios a emitirteorías, más o menos verosímiles, para llegar a la pos-tre a la explicación verdadera, fundada en la existen-cia de la doble naturaleza humana, espiritual ycorporal, eterna y permanente aquella, y ésta, tempo-ral y mudable, influyéndose ambas entre sí y dandolugar a los variadísimos fenómenos de la psicofísica.

Pues bien; a pesar del gran progreso científicorealizado desde que Allan Kardec publicó El Libro delos Médiums, dicho libro es perfectamente de actuali-dad; tan de actualidad como lo era el mismo día de supublicación.

Ya sé que no todos los espíritas estarán confor-mes con la declaración categórica que acabo de hacer.No importa; cada cual cree lo que puede y piensa comopiensa, que el pensar y el creer no dependen de la vo-luntad, y en virtud de la libertad de pensar que a todosnos ampara, yo formulo mi pensamiento.

He procurado estar al tanto del movimiento pro-

gresivo en Anatomía, en Fisiología y en Psicología, den-tro de la corta medida de mi capacidad. He leído aLombroso, Crookes y otros que tratan del incons-ciente, del animismo, de la transmisión a distancia, delas energías psíquicas, etc... y nada he podido ver queexplique tan claramente como lo hizo Kardec hace cua-renta años, todos los fenómenos psicológicos, así comoel mejor modo de provocarlos y analizarlos.

Esta es mi opinión, debiendo añadir que, a miver, quien quiera dedicarse a la nueva ciencia psicoló-gica, no adelantará gran cosa en su trabajo, ni dejaráde experimentar serias y hasta graves contrariedades,si antes no se impone muy bien de todo lo contenidoen el libro que me ocupa.

Hacer un juicio crítico, completo, de El Libro delos Médiums, además de ser obra muy superior a mismedios, exigiría otro libro, más bien que un artículo.Por eso me limitaré a señalar, tan solo, lo más impor-tante, a mi juicio.

El capítulo 3.º, que trata de la propaganda,deben leerlo de un modo muy especial los que, poseí-dos de un exaltado fervor, obran casi siempre impru-dentemente, sin cuidarse para nada de la buena omala disposición de los que escuchan, con cuya con-ducta ponen muchas veces en ridículo lo que con tantoafán tratan de acreditar y defender. Para sembrar senecesita sazón y donde no hay sazón no debe sem-brarse.

Así, al tratar con ateos debe distinguirse entrelos que lo son por sistema, para dejarles con buenosmodos en su ateísmo, y los que lo son a falta de otracosa. Estos requieren mucho tino; la demasiada luzles cegará, por lo tanto, no se les vaya con hechos mi-lagrosos; trátese el punto concreto de la existencia deDios y del alma, y en caso de convencerles pueden tra-tarse los demás asuntos gradualmente, dejándoles sipersisten en su ateísmo.

Las mismas reglas se aconsejan respecto a losespiritualistas que no creen en las manifestaciones delos espíritus libres, clasificados en: incrédulos de malafe, por pusilanimidad y por decepciones.

También debe tenerse presente lo que Kardecdice respecto a los espiritistas experimentadores, mo-rales y exaltados, así como sobre el escaso valor con-victivo de los fenómenos, comparado con el estudio. Yes verdad; al menos yo siempre he visto que el que haentrado sin querer leer, atraído solamente por la nove-dad del fenómeno, no ha tardado a salir, después deun periodo, generalmente corto, de entusiasmo exage-rado. Solo la lectura da la convicción filosófica que laexperiencia, bien dirigida, confirma después.

“EL LIBRO DE LOS MEDIUMS”JUICIO CRÍTICO SOBRE LA CODIFICACIÓN ESPÍRITA - AÑO III - NÚM. 8 - Pág. 5

La exposición de los diversos sistemas emitidospara explicar los hechos, sin la intervención de los es-píritus desencarnados, constituye la principal partedel capítulo 4.º A pesar de lo mucho que sobre esto seha escrito desde que Kardec publicó este libro, aún re-sulta necesario tener presente lo que en él se dice, sise quiere trabajar con fruto en este orden de fenóme-nos.

Fuerza magnética, reflejismo, después llamadoinconsciente automático y sonambulismo, hoy lla-mado por algunos animismo; he ahí los principalessistemas con los que se ha querido negar la interven-ción de las almas libres en los fenómenos espiritistas,aparte del diabólico, del que ya nadie se acuerda, por-que el demonio ya no causa miedo.

A pesar de los adelantos de la Anatomía y de laFisiología, no se ha esclarecido gran cosa más la na-turaleza de los fenómenos psicofísicos de lo que diceKardec en este capítulo y en otras partes de esta obra,especialmente en los capítulos 19 y 20, que tratan dela influencia del médium en las comunicaciones.

En la segunda parte trata, como es sabido, delperiespíritu; clave única de todos los fenómenos, desdeel movimiento de las mesas, hasta los aportes y fantas-mas.

Admira verdaderamente la gran cantidad de doc-trina contenida en tan pocas páginas; así como la sen-cillez y claridad del lenguaje empleado en la exposicióndel mecanismo productivo de los diversos hechos, locual hace que esté al alcance de las personas de me-diana instrucción..

Yo no aseguraré que la explicación que allí se dade cada fenómeno sea completa; pero confieso quenada he visto tan racional y tan conforme a la expe-riencia, en las diversas explicaciones que se han dado,basadas en la Anatomía y en la Fisiología íntimas; ex-plicaciones que, además de no ser claras, al menospara mí, solo están al alcance de las personas doctasentre los intelectuales.

Así se ha dicho, por ejemplo, que toda medium-nidad supone un estado patológico; lo que además deno estar basado en prueba alguna positiva, está enpugna con la experiencia, puesto que se ven a diariomédiums tan sanos de cuerpo y alma que casi dan en-vidia.

Además; ¿cómo explican la relación causal entrela enfermedad del médium, caso de existir por simpleconcomitancia, y el aporte o el ruido espontáneo queatemoriza a los habitantes de la casa endemoniada?Pues lo explican del mejor modo que pueden, cogiendola cosa por los cabellos y si pasa, pasa; el caso es pres-cindir del orden espiritual.

No; la mediumnidad no es ninguna enfermedad.

Hay médiums habitualmente sanos y los hay habitual-mente enfermos. Aún diré más; ciertas enfermedades,especialmente las nerviosas, se curan muchas vecescon el ejercicio de la mediumnidad. Yo recuerdo haberleído eso en alguna obra de Kardec, cuando la expe-riencia propia ya me había dado esa creencia.

Conozco a dos señoras de mediana edad quedesde pequeñas habían sido enfermizas, con espas-mos, síncopes y otros accidentes neuropáticos y que,habiendo aceptado el credo espiritista, han resultadomédiums más que regulares, quedando completa-mente curadas de su histerismo, y desarrollándose fí-sicamente hasta un punto que no era de esperar.

Del capítulo 14, que trata de los médiums, nodebe desperdiciar absolutamente nada, quién, tenién-dolos a mano, quiera internarse, con pie seguro, en elescabroso terreno de la Psicología experimental.

En el número 172 trata de los médiums sonám-bulos, haciendo resaltar claramente lo que es obra delespíritu propio del médium (animismo), y la parte quepuede tomar en la producción del fenómeno otro espí-ritu libre.

También es curioso lo que se dice respecto delos médiums sensitivos, esto es, que antes, durante odespués de la comunicación, conocen la moralidad delespíritu comunicante, por el estudio físico-moral queellos se observan. Esto, además de confirmárnoslo laexperiencia, nos ha servido muchas veces para desen-mascarar a los hipócritas.

Al hablar de los médiums curanderos, trata muybien, a mi juicio, de las relaciones íntimas entre elmagnetismo como energía humana y el mediumnismocurativo. ¡Cuántos magnetizadores son médiums sinsaberlo! Los espíritus libres, que sin ninguna duda seinteresan por los encarnados afines y simpáticos,toman parte muy activa en las operaciones magnéti-cas, sabiéndolo o no el que opera.

De aquí se desprende lógicamente que a igualpotencia magnética entre dos operadores, obtendrásuperiores resultados el que tenga la convicción espi-ritista. También se desprende que el Espiritismo impri-mirá un gran impulso al Magnetismo.

La falta de espacio no me permite detallar minu-ciosamente la materia de este capítulo y los que le si-guen. Pasando al 17, digo que abundan en él losconsejos útiles referentes al desarrollo de médiums,consejos que hoy y tal vez durante mucho tiempo, nopodrán hallarse en parte alguna.

Entre otros detalles importantes, creo necesariohacer mención del que se refiere a la naturaleza gene-ralmente inferior y hasta maligna de los espíritus queintervienen en los primeros ejercicios de mediumni-dad. Esto enseña que debe desconfiarse de las comu-

JUICIO CRÍTICO SOBRE LA CODIFICACIÓN ESPÍRITA - AÑO III - NÚM. 8 - Pág. 6

nicaciones obtenidas por médiums principiantes.También esto lo confirma la experiencia. Una

buena médium parlante dio las primeras señales demediumnidad, estando en una reunión y apoderán-dose de ella bruscamente el espíritu de un anarquistacélebre, muerto en el cadalso cuyo espíritu, bajo la im-presión de los últimos momentos de suvida carnal, pedía que le quitáramos laargolla del cuello.

Será muy útil que los directoresde Centros se fijen mucho en el conte-nido del artículo 20, referente a las con-diciones de los médiums a la regla deconducta que han de seguir en lo querespecta a este importante asunto.

Más interesante que todo cuantollevo dicho es el capítulo 23, que tratade la Obsesión. No sólo es de gran im-portancia este asunto, sino que bienpuede decirse que constituye la carac-terística del kardecismo, pues sabido esque no todos los espiritistas aceptan loque Kardec manifiesta.

Mi personal opinión es que nodebe despreciarse nada del contenido deeste capítulo, por ser expresión fiel de la realidad. LaObsesión, para mí, no sólo es un hecho, sino que esmuy frecuente en grados diversos; manifestándose envarias formas, desde el sencillo accidente nervioso y laexcentricidad de carácter, hasta las más graves neu-ropatías y la misma locura.

Este terreno es muy resbaladizo y sólo yendo concautela y prudencia puede recorrerse sin graves tropie-zos, pues no es cosa fácil hacer un diagnóstico dife-rencial de un ataque histérico por causa física, del quereconoce como causa la intervención de un espíritumalo.

En esto es muy funesta la sistematización y sinembargo es muy frecuente. Hay espiritistas sencillos y

por lo general indoctos, que de golpe y porrazo han su-primido las enfermedades por causa física, no ha-biendo para ellos más causas que los espíritus. De talmodo pensaban y pensarán aún los discípulos del di-funto Nicasio Unciti. En cambio otros espiritistas, conpoca lógica, a mi juicio, niegan la posibilidad de la in-

tervención espiritual y por ende, no ad-miten más enfermedades que las denaturaleza y causa física.

Los kardecistas debemos huir deambos extremos y adoptando el sistemaecléctico aconsejado por el Maestro, es-taremos en condiciones apropiadaspara apreciar en cada caso, lo quepueda haber de los dos órdenes de cau-sas y de fenómenos, para aplicar el de-bido y racional tratamiento.

Cuando el espiritualismo mo-derno haya logrado penetrar en el san-tuario de la ciencia oficial, los médicossabrán hacer con relativa facilidad estasapreciaciones diagnósticas diferencialesy aplicar en cada caso particular eloportuno plan curativo.

Como este artículo va resultandodemasiado extenso, voy a terminar, dejando, con pena,de tratar de otros varios puntos a cual más interesan-tes, tales como la identidad de los espíritus, las subs-tituciones, la moralización de los espíritus atrasados ylos espíritus proféticos, que tanto suelen gustar y quegeneralmente son mal intencionados, concluyendo conla manifestación de mi más profundo reconocimientoy admiración hacia el espíritu del autor del libro quesomeramente he comentado, libro que, por ahora,debe ser considerado como el vademécum del espiri-tista práctico.

Mariano TorresExtraído de la Revista “Luz y Unión” de marzo de 1903.

JUICIO CRÍTICO SOBRE LA CODIFICACIÓN ESPÍRITA - AÑO III - NÚM. 8 - Pág. 7

D. Mariano Torres

El mejor juicio crítico del libroque nos ocupa nos lo dan hecho losmismos, que no admitiendo más que atítulo de hipótesis las demás Obrasfundamentales del Espiritismo, dicende ésta: “Entre las obras del célebrepensador francés, es el libro por exce-lencia”. Por esto no es raro, sino fre-cuente encontrarlo en bibliotecascuyos dueños, sin compartir nuestrasconvicciones, tienen el delicado gustode poseer las mejores obras de cadaescuela, gusto que caracteriza igual-mente a la generalidad de los espiritis-tas kardecianos. Sintetizar en unadecena de cuartillas juicio más elo-cuente, requeriría, además de unapluma más diestra, que existiese algomás elocuente que el hecho mencio-nado. Pero ¿quién desiste al deseo detributar, siquiera humilde, homenaje de admiración alinmortal recopilador de la doctrina espírita en elXXXIV aniversario de su glorioso despertar a la vidadel infinito? Me limitaré, pues, a ser breve, lo másbreve posible, exponiendo él, a mi juicio, verdaderopunto de vista en que debe colocarse todo el que pre-tenda sacar de dicho libro prácticos y beneficiosos re-sultados.

Ante todo, fijémonos en las múltiples y no pe-queñas dificultades que la interpretación del textoevangélico ha venido suscitando en todas las épocas.Tal y como hasta nosotros ha llegado, apenas hay pa-saje que no se preste a versiones más o menos con-tradictorias entre sí. Copiemos nada más que algunos:

A —Y vino Jesús a las partes de Cesárea de Phi-lippo y preguntaba a sus discípulos diciendo: ¿Quiéndicen los hombres que es el hijo del hombre? —Y ellosrespondieron los unos que Juan el Bautista, los otrosque Elías, los otros que Jeremías o uno de los profetas.—Y Jesús les dice: Y vosotros ¿quién decís que soy yo?—Respondió Simón Pedro y dijo: Tú eres el Cristo, elHijo de Dios vivo. —Y respondiendo Jesús le dijo: Bien-aventurado eres Simón, hijo de Juan, porque no te loreveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en loscielos.

B —Jesús preguntando a los Escribas dice: —¿Cómo dicen que el Cristo es hijo de David? —y elmismo David dice en los salmos: Dijo el señor siéntatea mi diestra. —Entretanto que pongo tus enemigos porestrado de tus pies. —Así David le llama Señor, ¿cómopues, es su hijo?

C —Y había un hombre de los fariseos, llamadoNicodemo, príncipe de los judíos. —Este vio a Jesúsde noche y le dijo: Rabbí, sabemos que eres maestrovenido de Dios, porque ninguno puede hacer estos mi-

lagros que tú haces si Dios no estu-viera con él. —Jesús le respondió y ledijo: En verdad, en verdad te digo, queno puede ver el reino de Dios sinoaquél que renaciere de nuevo. —Nico-demo le dijo: ¿Cómo un hombre puedenacer siendo viejo? por ventura ¿puedevolver al vientre de su madre y nacerotra vez? —Jesús respondió: En ver-dad, en verdad te digo, que no puedeentrar en el reino de Dios sino aquelque fuese renacido de agua y EspírituSanto. —Lo que es nacido de carne,carne es; lo que es nacido de espíritu,espíritu es. —No te maravilles porquete dije que os es necesario nacer otravez. —El espíritu donde quiere sopla;y oyes su voz, mas no sabes de dóndeviene ni a dónde va. Así es todo aquelque es nacido de espíritu. —Respondió

Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto? —Res-pondió Jesús y le dijo: ¿Tú eres maestro de Israel yesto ignoras? —En verdad, en verdad te digo que loque sabemos, esto hablamos, y lo que hemos visto,atestiguamos, y no recibís nuestro testimonio. —Si oshe dicho cosas terrenas y no las creéis ¿cómo creeréissi os dijese las celestiales?”.

D: “Si me amáis, guardad mis mandamientos.Yo rogaré al Padre y os dará otro Consolador, para quemore siempre con vosotros: El Espíritu de la Verdad aquien no puede recibir el mundo, porque ni lo ve, ni loconoce. Más vosotros lo conoceréis, porque morarácon vosotros, y estará en vosotros. Y el Consolador, elEspíritu Santo que enviará el Padre en mi nombre, élos enseñará todas las cosas, y os recordará todo aque-llo que yo os hubiese dicho”.

Supongamos que el ser humano no vive más queuna sola vida corporal. El pasaje C no puede interpre-tarse más que en el sentido de que hay que renacer dela vida profana a la cristiana por medio del bautismo.Pero si el alma humana es creada en el momento denacer, Cristo no es un ser como nosotros. Según el pa-saje B, siglos antes de nacer conversaba con David yDavid le llamaba Señor. La frase de Cephas: “Tú eresel Cristo, el hijo de Dios vivo” del pasaje A debe, pues,entenderse en el sentido de que Jesús no es hombre,sino Dios verdadero ¡el Unigénito del Padre Clestial!

Ahora bien, en el bautismo entran dos factores:el agua y el Espíritu Santo. Este último no puede asi-milarse ni al Dios Padre ni a su Unigénito, y menos to-davía a ser mortal alguno. Si para tener de él ligeraidea acudimos al pasaje D, vemos que puede morarsiempre con los hombres, estar en ellos y enseñarlestodas las cosas. Luego es muy superior a la humani-dad, es procedente de Dios y sólo al ruego de su Uni-génito deberemos que venga a ser nuestro Consolador.

LA MORAL ESPIRITISTA O EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMOJUICIO CRÍTICO SOBRE LA CODIFICACIÓN ESPÍRITA - AÑO III - NÚM. 8 - Pág.8

Pero si Cristo es Dios, ¿cabe suponer que hayapodido engañarse ni engañarnos?. Su doctrina es, noya verdad, sino la Verdad absoluta. No admite, nipuede admitir perfección alguna. Es y será siempre laúltima palabra de toda la verdad. Por otra parte, el Es-píritu Santo es el Paráclito al que invocan los Padresde la Iglesia, cuando quieren entre porción de rollosde papiro colocados sobre amplia mesa, cuáles contie-nen los evangelios más auténticos. Y ese Paráclito, elque en forma de viento impetuoso desciende a la ce-rrada estancia en que los referidos Padres oran derri-bando todos los rollos, menos los cuatro que contienenlos Evangelios según Mateo, Marcos, Lucas y Juan.Cumpliendo la promesa de Cristo,Él ha revelado a su iglesia todaslas cosas. Espíritu de la Verdad¿cabe suponer tampoco en él nisombra de falibilidad?

Claro está que admitidoéste, todo otro dogma es absurdo.No hay más religión verdadera queuna; ni más que una salvación po-sible: la religión predicada y la sal-vación prometida por el mismoDios hecho hombre. ¿Quién sinoDios mismo podría hacer tantos ytales milagros como refieren losEvangelios? Pero diversas religio-nes también los obran. Sus predi-caciones y prodigios compiten conlas predicaciones y prodigios delDios hecho carne. No pueden serdivinas, ni en provecho suyo hande ser infernales y en contra de Él.Llamemos Belcebú, Satanás, Mammon, a ese tene-broso poder. De ese poder es el mundo terrestre, únicoque existe. Enemigas de la luz ¿dónde han de alber-garse sus negras legiones más que en las oscuras en-trañas del planeta?. En ellas, pues, está el Infierno, laGehenna evangélica donde será el llorar y el crujir dedientes. Pero si Dios no quisiera ese poder no existiría.Su existencia ha de obedecer a algo. ¿Puede consistirese algo más que en probar la virtud y la fe de lasalmas? Ese infernal poder es, pues, el que alucinandoa los mortales háceles creer en los mayores desatinos,presentándoles la bóveda celeste, mansión de eternagloria ya como abismo vacío en insondable, ya comoespacio sin confines, poblado de soles y de mundos.

Supongamos, por el contrario, que las palabrasde Cristo a Nicodemo signifiquen que la Psiquis hu-mana, esa divina mariposa, renace muchísimas veces,animando cada una un nuevo cuerpo humano. El Es-píritu sobrevive a la muerte del organismo y sobreviveconservando íntegras sus facultades, sus afecciones,es decir, su historia. ¿Qué puede impedir que sigaamando a los seres queridos que dejó en la Tierra?. Yno olvidándolos ¿qué puede impedir que vuele a sulado y procure entrar con ellos en relaciones?. Secular

experiencia viene atestiguando que los llamados muer-tos, pueden manifestarse a los vivos de mil diversosmodos. Jesús, comunicándose con David, siglos antesde renacer el hijo de María, no difiere de los demás,por este sólo hecho, en lo más mínimo. Elías rena-ciendo Juan Bautista, tampoco difiere, por ello solo,de los demás humanos. Pero ¡qué revolución tan in-mensa no implica esto! Ese mismo Nicodemo príncipede los judíos puede ser, transcurridos dieciocho siglos,Cardenal del Sacro Colegio Romano. Ese mismo Bau-tista, siglos después, puede ser Mahoma, el árabelibre, el servidor de Dios y recibir de Gabriel (arcángelde la sinagoga y anunciador a María de que va a sermadre de Cristo) libro como el Corán. Jesús mismo

puede haber sido en el pasado,augusto Krischna ó no menosaugusto Buda Sakya Muni. Losfanáticos perseguidores de unareligión, los mártires y santos deesa religión misma en siglos pos-teriores. Las mismas muchedum-bres que en Jerusalén gritan aPilatos: -¡Crucifícale! ¡Crucifícale!Caiga su sangre sobre nosotros ysobre nuestros hijos y que en elGólgota gritan a Cristo: -¡Si ereshijo de Dios baja de la Cruz! ¡Lasmismas masas ciegas que siglosdespués van en las Cruzadas ahacerse degollar por reconquistarde los infieles su Santo Sepulcro,cuando no, las que siglos des-pués van a prosternarse con lacara en tierra y los brazos en cruzsobre las marmóreas losas de

cristianos templos!Según esta gran luz, Dios es el Dios incognosci-

ble, el Único, el celeste Padre, en cuyo seno somos,nos movemos y existimos todos los humanos, sin dis-tinción de razas. Satanás, es la humanidad atrasada,la humanidad ignorante. ¡La soberbia humana quelleva a todo justo a monte oscuro diciéndole: Ríndemeculto y te daré todos los reinos de la tierra! Los Me-sías: verdaderos Hijos de Dios. Todos sus Evangeliosigualmente divinos. Todos sus Calvarios igualmentesagrados. La Tierra entera un solo templo. El Paráclitoeterno, todo un mundo: el invisible mundo de lasalmas o espíritus abogado celeste, revelador de eternasverdades, consejero divino, no ya de una Iglesia, sinode todas las Iglesias; no ya de cuantos creen, sinohasta de los que dudan de sí mismos, de los que nocreen en nada y que no son los menos necesitados deconsuelo. Los milagros hechos naturales patentizandodesde la más remota antigüedad las constantes rela-ciones con nuestro mundo del mundo invisible. Lasinnúmeras Tierras del cielo habitadas por humanida-des, de la nuestra hermanas, peldaños de luminosaescala que conduce a Dios.

¿Entendéis por religión la de Pontífice conducido

JUICIO CRÍTICO SOBRE LA CODIFICACIÓN ESPÍRITA - AÑO III - NÚM. 8 - Pág. 9

D. Miguel Gimeno Eito

en áurea silla gestatoria y ciñendo tiara con tres coro-nas cuajadas de pedrería simbolizando su triple auto-ridad: doctrinal, sacramental y pastoral? Pues Dios nopuede ser más que el anciano eterno de luenga yblanca barba, de veneranda faz, de cabeza ideal, des-tacándose en el fondo de doble triángulo, llevando de-lante de sí a Hijo, hermoso joven, vistiendo blancatúnica con la terrestre esfera en una mano y en la otraredentora cruz y entre ambos el Espíritu Santo, lanívea paloma del Jordán. Satán, es un sátiro con cuer-nos de macho cabrío y alas de murciélago. Los ánge-les y arcángeles, antiguas legiones de guerreros conespadas de fuego y alas de paloma. Las moradas de laCasa del Padre, ya no son más que cinco: e Infierno,tenebroso abismo de suplicios eternos en hielos perpe-tuos o perpetuas llamas; el Purgatorio, temporal in-fierno; el Limbo, a donde van los niños que muerensin bautismo; este Valle de Lágrimas y finalmente laeterna bienaventuranza con muros de esmeralda, conpuertas de oro, con tonos eternos, en piélago de in-mensa luz para los elegidos. La regeneración indivi-dual, negada al propio esfuerzo, la dará el agua. Laconstante vigilancia de cada ser sobre sí mismo quePitágoras denominó: “Sal de la vida”, no será inspiradapor la presencia de los Espíritus de Dios, será un pe-dazo de sal que el sacerdote aproxima a los labios delneófito, en el acto de bautizarle. El lugar donde Dios sehace a todos visible no será tanto la conciencia comoartística Custodia de macizo oro: sol cuyos rayos ador-nan diamantes, perlas y rubíes. Las inefables y silen-ciosas inspiraciones de Dios en el alma, serán blancosdiscos de pan sin levadura, colocados en los centros deesos áureos soles. El mayor sacrificio, el más grato aDios, no será dar la propia vida, derramar la propiasangre por el hermano, sino tomar la sacra ostia obeber en cáliz de oro el consagrado vino. Por último, lainmortalidad misma no será más que sueño de algu-nos siglos, hasta que las trompetas del Juicio final nosdespierten de él para cada cual unirse a su cuerpo, alcuerpo que dejó en la tumba rejuvenecido y reanimadopara recibir con él, el premio o el castigo a que se hi-ciera acreedor en su breve vida. Porque eso y nadamás puede ser la religión mientras exista un orden sa-cerdotal, como sacramento anterior y superior al ma-trimonio.

Nada de extraño tiene que envista d ello nopocos hayan rechazado el Evangelio y con él toda cre-encia religiosa.

Pero ¿porque Roma haya desconocido la in-mensa trascendencia del pensamiento de Cristo, por-que no pueda renunciar al más pequeño detalle enesos dogmas sin suicidarse, sin disolverse como Igle-sia, sin desaparecer como Institución, dejará de seresa trascendencia menos real, menos inmensa? Por-que los sabios de Roma y de Salamanca se hayan obs-tinado en considerar la Tierra inmóvil y quiméricosueño, saliendo de España por occidente, regresar pororiente ¿ha dejado nuestro planeta de moverse un solosegundo, ni de afectar su forma esferoide y de acha-

tado por los polos? Las fisgas y las risotadas con quetonsurados sabios acogían los razonamientos de Gali-leo y Colón ¿han impedido que el péndulo de LeónFoucault, evidenciara el movimiento del globo terrá-queo y que Sebastián Elcano, diera la vuelta almundo? Sobre todas las revelaciones parciales, estála Revelación universal del Dios incognoscible en elalma, en la historia y en la naturaleza.

Sobre todos los evangelios está el de Dios vivo: laCiencia que nos enseña a leer su Voluntad en la pie-dra, en la flor, en la nube, en la criatura, en el astro.¿No queda ya a la Ciencia hecho alguno por estudiar,ley ninguna por descubrir?

En este litigio de la ciencia y la fe, tan fecundo enconflictos, cuando entrambas son exclusivistas y dog-máticas, no quedaba otro medio para hacer la luz querecurrir a la experiencia. Si Cristo no había sido unmito, si los evangelios no eran leyendas populares, lapromesa de: “Allí donde dos o tres se reúnan en minombre, estaré yo en medio de ellos”, no podía faltar.Y digámoslo muy alto, ¡no faltó! Dictados medianími-cos, obtenidos en mas de mil centros espiritistas for-males, diseminados por todas las partes del mundo, alpar que demostraban con la elocuencia irrefutable dehechos positivos, el carácter científico de no poco fenó-menos, reputados milagrosos y sobrenaturales, resta-blecieron las cosas en su verdadero sentido, disipandolas sombras que sobre las cristianas predicacioneshabía amontonado el dogma, desvaneciendo la incre-dulidad y sentando que no hay fe inalterable, sino laque puede mirar frente a frente a la razón en todas lasedades de la Humanidad. Recoger tales dictados, con-frontarlos y formar con ellos un cuerpo de doctrina,tal y no otra ha sido la principal tarea de Allan Kardecen su obra “La moral espiritista o el Evangelio segúnel Espiritismo”, que contiene la explicación de las má-ximas morales de Cristo, su concordancia con el Espi-ritismo y su aplicación a las diversas posiciones de lavida.

Que ¿quién garantiza que los dictados medianí-micos que constituyen el alma de la obra proceden delEspíritu de Verdad, del Consolador por Cristo prome-tido?

¿No dice el Evangelio que por el fruto se conoceal árbol? ¿Y pueden, ni Satán, ni el atraso humano darfrutos de redención? Para cerciorarse que la obra ci-tada los da, no tiene la Iglesia más que observar la vi-sible trasformación que opera en las costumbres decuantos hacen en dicho libro su norma de vida.

Por otra parte, ¿pueden comprobarse ningunaverdad, burlándose de ella y negándose a estudiarla?

Estudien detenidamente la citada obra teólogosy sabios y juzguen por sí mismos, si exclusivismo al-guno dogmático o científico, puede prevalecer contra larealidad que ha inspirado las siguientes líneas de su

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Osadía incalificable fuera hacer un juicio críticode una de las obras de Allan Kardec, careciendo comoyo carezco de una gran inteligencia; pues para juzgarlo grande, grandeza se necesita; así es, que habién-dome pedido que escribiera algo sobre dicho libro, yoescribiré no para criticar ni para juzgar, diré sencilla-mente mi opinión particular, opinión que no harábajar ni subir la balanza donde se pesen los méritos deAllan Kardec como escritor, como filósofo, como propa-gandista del Espiritismo, y como hombre práctico paraconocer las flaquezas y los hábitos rutinarios de la hu-manidad.

Yo creo sinceramente, que el gran talento deAllan Kardec fue amoldarse a la humanidad de sutiempo; él, como Jesús, no dijo todo lo que debía decir;Jesús habló a los pueblos por medio de sus parábolas,de sus sentencias y de sus aforismos; y Allan Kardechabló a la humanidad con un lenguaje apropiado a es-píritus que salían de una iglesia buscando otro templodonde rezar y encomendarse a éste o a aquel espíritu,como antes lo habían hecho invocando la protecciónde un santo milagroso o de una virgen misericordiosa.

Allan Kardec (ingeniero admirable), tendió unpuente entre la iglesia de ayer y el templo del porvenir;puente tan sólido, tan bien construido, formando unapendiente tan suave, que se baja por ella sin sentir elmejor sacudimiento, y se abandonan las capillas

sombrías, con sus altares y sus santos, y se pe-netra en los centros espiritistas rezando por los muer-tos más queridos para que éstos sean consolados. Yono encuentro frases para elogiar el profundo conoci-miento de Allan Kardec para atraer a su escuela a losdescontentos de todas las religiones, y a los indiferen-tes, y a los incrédulos, y a los ateos, y a todos aquellosque en determinados momentos quieran darle solu-ción al problema de la vida. Destruye con argumentosirrebatibles las moradas que levantaron el paganismoy todas las religiones, o sean los cielos, los infiernos,los purgatorios y los limbos, y en cambio de tales men-

tiras, describe lo quees la vida en los mun-dos superiores, y lossufrimientos del espí-ritu que olvidó susdeberes y se lanzó enel abismo de los vi-cios. He aquí lo quedice refiriéndose a losque no olvidaron queser bueno es vivir.

“La reencarna-ción puede verificarseen la tierra o en otrosmundos. Entre losmundos, hay unosmas adelantados queotros en donde la existencia se cumple en condicionesmenos penosas que en la tierra, física y moralmente;pero en ellos sólo son admitidos los espíritus llegadosa un grado de perfección en relación con el estado deaquellos mundos”.

“La vida en los mundos superiores es ya una re-compensa porque allí no se sufren los males y las vi-cisitudes con los cuales se luchan aquí abajo. Loscuerpos, menos materiales, casi fluidifico, no están ex-puestos ni a las enfermedades, ni a los accidentes, niaún a las necesidades. Estando excluidos de allí losmalos espíritus, los hombres viven en paz, sin otro cui-dado que el de su adelantamiento por el trabajo de lainteligencia. Allí imperan la verdadera fraternidad, por-que no hay egoísmo; la verdadera libertad, porque nohay orgullo; la verdadera igualdad, porque no hay des-ordenes que reprimir ni ambiciosos que quieran opri-mir al débil. Comparados con la tierra aquellosmundos, son verdaderos paraísos; son etapas del ca-mino del progreso que conduce al estado definitivo. Latierra es un mundo inferior destinado a la depuración

El Cielo y el Infierno o La Justicia Divina según el Espiritismo

Introducción: “Lo que ha contribuido a que tuvierabuen éxito la doctrina formulada en El Libro de los Es-píritus y en El Libro de los Médiums”, es que, en todaspartes, todos han podido recibir directamente de losespíritus, la confirmación de lo que esos libros contie-nen. Si en todas partes los espíritus los hubiesen con-tradicho, hace tiempo que esos libros hubieran sufridola suerte de todas las concepciones fantásticas. Ni aúnel apoyo de la prensa les hubiera salvado del naufra-gio, al paso que, privados de él, no por esto han de-jado de hacer un camino rápido; porque han tenido elapoyo de los espíritus, cuya buena voluntad compensacon ventaja la mala voluntad de los hombres. Lomismo sucederá con todas las ideas que, viniendo delos espíritus o de los hombres, no puedan soportaresta comprobación, cuyo poder nadie puede negar”.

Tal –a mi humilde juicio- es el verdadero puntode vista en que debe colocarse también todo el que pre-tenda obtener del estudio del Espiritismo frutos devida.

Por todo lo cual no terminaré sin unir, a las demillones de admiradores del gran maestro, mi débilvoz clamando este día: ¡Dios te bendiga, insigne AllanKardec, Dios te bendiga, como luz has dado a mi espí-ritu, como de amor has hecho latir mi corazón, comopaz has llevado a mi vida, con tus obras imperecede-ras.

Miguel Gimeno Eito.Extraído de la Revista “Luz y Unión” de marzo de 1903.

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de los espíritus imperfectos, y esta es la razón por quedomina aquí el mal hasta que plazca a Dios hacer deeste planeta mansión de espíritus más adelantados”.

Hablando del cielo, dice así:“Está en todas partes; ninguna valla le sirve de

límite; los mundos felices son la ultimas estacionesque a él conducen; las virtudes abren el camino y losvicios cierran su entrada”.

Refiriéndose al infierno o sea a las penas futu-ras, se expresa del modo siguiente:

“El espiritismo no viene, pues, con su autoridadprivada, a formular un código de fantasía; su ley, porlo que toca al porvenir del alma, deducida de las obser-vaciones tomadas en el hecho, puede resumirse en lospuntos siguientes:

1. El alma o espíritu sufre en la vida espirituallas consecuencias de todas las imperfecciones de queno se ha despojado durante la vida corporal. Su es-tado dichoso o desgraciado, es inherente al grado desu depuración o de sus imperfecciones.

2. La dicha perfecta es inherente a la perfección,esto es, la depuración completa del espíritu. Toda im-perfección es a la ve una causa de sufrimiento y degoce, de la misma manera que toda cualidad adqui-rida es una causa de goce y atenuación de los sufri-mientos.

3. No hay ni una sola imperfección del alma queno lleve consigo sus consecuencias molestas e inevita-bles, y ni una sola buena cualidad que no sea origende un goce.

”La suma de penas es, de este modo, proporcio-nal a la suma de imperfecciones, de la misma maneraque la suma de goces está en razón de la suma de bue-nas cualidades”.

Ocupándose de las críticas y de las censuras deque ha sido objeto el espiritismo, dice muy oportuna-mente:

“La critica malévola se ha complacido en repre-sentar las comunicaciones espiritas como rodeadas delas practicas ridículas y supersticiones de la magia yde la nigromancia. Si los que hablan del espiritismosin conocerle, se hubiesen tomado el trabajo de estu-diarle, se hubieran ahorrado gastos de imaginaciónalegaciones que no sirven más que para probar su ig-norancia o su mala voluntad. Para instrucción de laspersonas extrañas a las ciencia, diremos que para co-municarse con lo espíritus no hay días, horas, ni lu-gares más propicios unos que otros; que no sonnecesarias, para evocarles, ni fórmulas, ni palabrassacramentales o cabalísticas; que no hay necesidad deninguna preparación, ni de ninguna iniciación; que noda resultado alguno el empleo de signos u objetos ma-teriales, sea para atraerles, sea para rechazarles, y queel pensamiento basta; en fin, que los médiums reci-ben sus comunicaciones de un modo tan natural y

sencillo, como si fueran dictadas por una persona viva,sin salir del estado normal. Solo el charlatanismo po-dría efectuar maneras excéntricas, y añadir accesoriosridículos.

Los espíritus no pueden guiar en las investiga-ciones científicas y los descubrimientos. La ciencia esobra del genio; no debe adquirirse sino por el trabajo,porque solo por el trabajo el hombre adelanta en sucamino. ¿Qué merito habría si bastara preguntar a losespíritus, para saberlo todo? Cualquier imbécil podríaser sabio a poco costa. Lo mismo sucede con la inven-ciones y descubrimientos de la industria.”

Describe después de un modo admirable los su-frimientos de los espíritus que han cometido horriblescrímenes, los que llevan dentro de sí todas las penasdel infierno; escuchemos las lamentaciones de un es-píritu en sufrimiento.

“¡Oh, sí, piedad! ¡Tengo mucha necesidad de ella,porque no sabéis lo que sufro!... ¡no, no lo sabéis, nopodéis comprenderlo...es horrible!... ¡La guillotina!¿Qué es al lado de lo que sufro ahora? Es nada: es uninstante. ¡Pero este fuego que me devora es peor, esuna muerte continua; es un sufrimiento que no dejatregua ni descanso...que no tiene fin!

¡Y mis victimas que están ahí, a mialrededor...que me enseñen sus heridas...que me per-siguen con sus miradas!... ¡Están ahí, ante mí...las veotodas...sí, todas; no puedo evitarlas!... ¡Y este mar desangre!... ¡y este oro manchado de sangre... todo estáahí! Siempre ante mí... ¿Sentís el olor de la sangre?¡Sangre, siempre sangre!... ¡Helas ahí esas pobres víc-tima; me ruegan... y yo sin piedad hiero... hiero!.. Hierosiempre!... La sangre me embriaga.

Creía que después de mi muerte todo estaríaacabado; por esto arrostré el suplicio; ¡insulté a Dios,le renegué!... ¡Y he aquí que, cuando me creía aniqui-lado para siempre, un despertar terrible tiene lugar enmí!... ¡Oh! ¡Sí, terrible!...estoy rodeado de cadáveres,de figuras amenazadoras...camino sobre sangre...¡Creía estar muerto, y vivo!... ¡Esto es horroroso!...¡másespantoso que todos los suplicios de la tierra!

¡Oh! ¡Si todos los hombres pudiesen saber lo quehay más allá de la vida! ¡Sabrían lo que cuesta hacermal; no habría asesinos, ni malhechores! ¡Quisiera quetodos los asesinos pudiesen ver lo que veo y lo quesufro!...¡Oh no habría ninguno!...¡es demasiado horri-ble sufrir lo que sufro!”.

Mucho más pudiera extractar del libro en cues-tión, para presentar pruebas irrecusables de su indis-putables valía, porque Allan Kardec pintamagistralmente la ventura de los espíritus buenos y eltormento de los espíritus buenos y el tormento de losespíritus malos; pero no so los estrechos límites de unperiódico lugar apropiado para extenderse en largas yfilosóficas consideraciones; para esto se necesita másespacio.

Me han pedido mi opinión sobre El Cielo y el In-fiero, de Allan Kardec, y yo digo que Allan Kardec no

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EL GENESIS, LOS MILAGROS Y LAS PREDICCIONESSus principios y sus consecuencias.

Concepto novísimo del Géne-sis, y llamada al concurso colectivo.

Interpretaré, espiritual y libre-mente, algunos progresos de la doc-trina de Allan Kardec, el legisladordel espiritismo moderno, asociado alAlma del mundo. Así haré mi crítica,como de un gran monumento se in-fiere la importancia de las fundacio-nes. Se trata de la Piedra angular yde continuar la obra.

El Génesis comprende el este-lar o uranográfico, el material, el or-gánico, el fluídico, el espiritista, losinfiernos y los cielos; o sea, la plura-lidad de mundos y de existencias, enla Palingenesia universal indefinida.El Génesis religioso, moral, filosóficoo científico, económico, artístico o sociológico, son coro-larios o partes del total.

Es la Unidad Universal en losderroteros de un eterno camino sin fin, con sus meta-morfosis infinitas y perpetuas. No olvidemos esto... Uni-dad de plan; extinción lenta de formas antiguas;creación sucesiva de formas nuevas; lo más perfectosustituye a lo que es menos; “nacer, morir, volver anacer...y siempre progresar, esta es la Ley...”

También es este el génesis; vasto programa, quenos deslumbra; y ante el cual, como la mariposa, quegira en torno de la luz, quemamos las alas y nos rendi-mos en sumisa adoración al Gran Arquitecto, conven-cidos de que por los principios, o leyes, y consecuencias,jamás veremos agotados los bosquejos del croquis cono-

cido. Podemos representar el estu-

dio del Génesis integral por la figuraesquemática de un árbol, que crecey se extiende indefinidamente;donde aparecen formas secas o po-debles, y nuevos injertos, brotes oretoños; tanto en lo orgánico comoen las creaciones intelectuales…

Se desprende de este ligeroapunte graves consideraciones.

La dirección de la enseñanza,sobre tal obra, no ha podido con-fiarse a una sola cabeza humana.Está por encima de la voluntad delhombre él no detenerse en las opi-niones de otro. El autor de la inteli-gencia la ha formado de manera,que no puede someterse, para todo

lo que debe aprender por sí misma, más que a su solaautoridad, a su razón. Desde que ellase subordina a otro, se traiciona a sí

misma, abjura el más bello de sus derechos, viola el másimprescriptible de sus deberes; porque renuncia a losdestinos que le ha trazado la Sabiduría Suprema. Estoestá probado en la historia superabundante. Por eso, elEspiritismo Kardeciano comienza por proclamarse cam-peón del librepensamiento absoluto y del progreso inde-finido; de la variedad en la unidad; de la división deltrabajo en la gran armonía; del concurso colectivo enmétodo didáctico; y llevando aún más lejos la imitaciónde la naturaleza, de plantear las leyes de ésta, o atribu-tos divinos, como faro, o brújula de marchasegura.(Caps. I y II del Génesis).

Es verdaderamente providencial, y yo así lo creo

ha podido cumplir mejor su cometido, puesto que hadestruido de una plumada las moradas celestiales ylos abismos infernales, presentado en su lugar los ta-lleres infinitos, donde las almas progresan y el tor-mento de los culpables que donde quieran que vanllevan consigo las sombras implacables de sus vícti-mas; y este cambio radical de cuanto se a creído hastaahora, que echa por tierra las creencias religiosas demuchos siglos, lo lleva a cabo Allan Kardec con unasencillez, con dudas de los escépticos con razonamien-tos tan convincentes, que hay que decir, como creoque dijo Flammarion ante la tumba del maestro: eraAllan Kardec la encarnación del buen sentido.

¿Que pudo Allan Kardec decir mucho más de loque dijo?... quien lo duda: yo al menos así lo creo; ¿quecomprendió que si descartaba sus enseñanzas, plega-rias y fervientes oraciones, los espiritistas de la pri-mera hora se creerían perdidos sino tenían santos aquién evocar y ángeles guardianes en quien confiar?

Desde luego; en esto es en lo que más admiro a AllanKardec hubiera ido mucho más lejos, si hubiera com-prendido que le seguirían los espiritistas, pero conocióque si avanzaba demasiado se quedaría completa-mente solo; que no subirían los hombres hasta el, quetenía él que descender y buscar las ovejas descarria-das en los bosques del fanatismo religioso y en los in-fecundos eriales de la indiferencia y del escepticismo.

Yo admiro en Allan Kardec al hombre que se y alque se adivina; y le veo grande, mucho más grande porlo que ha sabido callar, que por lo que ha llegado adecir.

Ha sido un redentor, sin llegar a ser crucificadoporque en nuestros tiempos no es necesario el bau-tismo de sangre para implantar nuevos ideales. ¡Ben-dito sea Allan Kardec!

Amalia Domingo SolerExtraído de la Revista “Luz y Unión” de marzo de 1903.

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D. Manuel Navarro Murillo

con toda mi alma, y me lo razono filosóficamente, que apesar de que el espiritismo ha sido, frecuente y secu-larmente, explotado por todas las religiones del mundo,con Apócrifos de Zoroastro, judíos, libilinos, herméti-cos, de Apolonio de Tyana, evangelios, leyendas, decre-tales, concilios apasionados, santos de pega, milagros,reliquias, dogmas absurdos, y otros fraudes piadosos, osacrílegos; que Allan Kardec y sus colaboradores, supe-riores e inferiores, hayan esclarecido, cosas sublimes,entre un conjunto de doctrinas desacreditadas por losabusos, y lo menospreciado del mundo venga a serpuesto como piedra de cimiento, lo mismo en cienciaque en religión, por las leyes del elemento espiritual. Enefecto; veamos lo que nos dice aquél, cuyos despojosmortales descansan bajo un modesto dolmen druídicoen el cementerio del Padre Lachaise de París, abra-zando, por inscripción, la bandera del progreso.

Todos somos cooperadores en la obra palingené-sica, y en la edificación de la ciencia colectiva genésica.

Si el microscopio y el telescopio son los grandesinstrumentos de investigación física de lo infinitamentepequeño y grande, el Espiritismo trae otros mayores enlo espiritual; que son la Mediumnidad lata y la reencar-nación, sin cuyas brújulas los destinos futuros y preté-ritos quedarían deficientes, y el Génesis mutilado.

Por lo tanto, aquí caben, como colaboradores,todas las partes sanas de la humanidad entera, apor-tando a la ciencia su caudal: el sincretismo gnóstico yalejandrino; la filología; la arqueología e historia del arte;la mitografía; el vasto orientalismo moderno, que tantoilustran los Burnof, Max-Muller y otras autoridades no-tables en la filogenia de las ideas; el simbolismo natu-ralista, según la Ley de Correspondencia deSwedemvorg o de analogía de otros; los Folk-lores; laexégesis de textos; la dirección directa, o fenomenolo-gía; la moral; la metafísica; y otras ramas, que descu-bren los misterios del pasado y del porvenir. Tambiéncaben, los físicos, químicos, biologistas, botánicos, zo-ólogos, petrologistas, antropólogos, geólogos, palesuto-logistas, astrónomos, &; pues todos somos necesariosen la obra; para descubrir panoramas; estudiar las ca-denas de las transformaciones; las capas del planeta;la filiaciones de la vida orgánica.

¿Pero dónde está la filiación espiritual, que es laparte esencial del ser, realmente evolutiva, sin la cual nohay Génesis?

Tal es el problema capital que se ofrece al con-curso de todos. En su consecuencia:

“La Ciencia está llamada a constituir el Génesissegún las Leyes de la naturaleza”: Esta es la banderauniversal.

Podemos entrar en el examen de hechos, a gran-des rasgos.

Pluralidad de mundosEvoco la Geología de Lapparent, la Paleontología

de Hoermes, los Encadenamientos del mundo animalde Gaundry, los trabajos de Morlillet sobre Prehistoria,el Hombre Fosil de Le Hou, la Selección de Wallace, laEvolución anímica de Delanne,... y con una secretacomplacencia veo el triunfo espiritista kardeciano, que

es el de todos...Evocó a Flammarion, y con sus Tierras del cielo,

las Maravillas Celestes, la Tierra antes de la creacióndel hombre y demás obras, deduzco los grandes des-arrollos que Kardec presintió 35 años atrás...

Sabemos que la atracción es la Ley de todos losmundos; que el Universo es infinito, eterno, y está for-mado de los mismos elementos, sometido a las mismasleyes en todas las direcciones; que hay leyes de Solida-ridad, Serie, Analogía, Variedad, Unidad y otras mu-chas... Hemos visto, fotografiado y medido, lasmontañas de la luna; examinando su superficie acribi-llada de cráteres; y trazado la costa geodésica de Marte.Sabemos que nuestros hermanos mayores del espacioson Neptuno, Urano, Saturno, Júpiter, los Asteroides yMarte; y los menores, Venus y Mercurio.

“Allá, en lejanos sistemas, hay mundos, donde eldía está iluminado por un sol rojo y la noche por un solverde; días con dos soles; noches precedidas de un cre-púsculo dorado y seguidas de una aurora azul. Muchoshay de eternas primaveras.” -P. Secchi... En las mora-das de nuestra familia solar, que tienen los mismos ma-teriales que nuestro padre el sol, hay gran variedad,donde la vida ha desplegado sus prodigios: ora organis-mos macizos y resistentes, ora ligeros; paisajes de per-petuos paraísos; o hemisferio de sombra entre nieves yhielos.

Hay planetas con ocho clases de meses.En muchos, la locomoción es aérea, y se salta o

vuela, entre montañas, nubes, anillos, satélites y mun-dículos; la atmósfera es nutritiva; no hay tubo intesti-nal; la ubicuidad e irradiación del pensamiento alcanzamillones de leguas; el poder de producir creaciones plás-ticas artísticas es maravilloso; los lenguajes son varia-dos, dominando el del pensamiento…

Eso no son sueños; son inducciones lógicas ycientíficas. La analogía, la solidaridad física de la luz, elcalor y la vida, acusa la solidaridad intelectual, estéticay moral.

Si la comunicación espiritual de las almas se efec-túa, en nuestro planeta, por vibraciones magnéticas delpensamiento; la inspiración constante; todas las soli-daridades psicofísicas; las ondas o auras, emisivas y re-ceptivas de efluvios sutilísimos; las vibraciones del éter,en general, donde los espíritus se influyen, asocian ycompenetran; reaccionando, sin cesar, el cielo sobre latierra y recíprocamente; sólo tendremos que ensancharel escenario, las series y descubriremos, racionalmente,los hilos de la trama espiritual de las almas y los mun-dos, donde todo pregona Atracción, Amor, Orden y Ar-monía.

Esta parte espiritual es la que falta, por lo gene-ral, al génesis físico de la ciencia corriente. Este es elgran telescopio de exploración, cuyos vidrios se fabri-can en el trabajo científico, el amor y la virtud. Pasemosa la Reencarnación, llave también muy principal en todoGénesis, para descubrir misterios ocultos.

Pluralidad de existenciasLa doctrina de la Reencarnación es firme y ex-

tensa.

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Han creído en ella: Brahmanismo, Budismo,Egipto, Persia, kabalistas, esenios, terapeutas, filonia-nos, gnósticos, pitagóricos, planianos, fariseos, cristia-nos distinguidos, etc…

Allan Kardec le da carácter científico.Señala los que nacen deformes o bien conforma-

dos; sanos o enfermizos; semi-idiotas o de talentos; vir-tuosos o viciosos; pobres y ricos; salvajes y civilizados;fuertes y débiles; en la Edad Media y en los esplendoresindustriales de hoy; en Grecia o en las regiones borea-les. Indica la variedad de gustos, aptitudes, vocaciones,ideas innatas, costumbres, caracteres, ideales de perfec-ción, creencias, códigos y en fin, las variedades etnoló-gicas.

Llama la atención sobre las modificaciones histó-ricas del cráneo y las fisonomías; los nuevos sociologis-mos; el industrialismo moderno y las ciencias; lasinfancias precoces; los genios, los filólogos prodigiososy otros mil hechos. Todo se explica en la Reencarnación,filosofía profunda, que plantea las expiaciones, misio-nes, pruebas, regeneraciones, compensaciones y sepa-raciones, individuales y colectivas o explica los Paraísosperdidos y las nuevas facultades.

No tenemos más que examinarnos a nosotrosmismos y sabremos lo que he sido y aun lo que nos es-pera en gran parte. A título de curiosidad y distin-guiendo los juicios, en ciertos, probables, dudosos oerróneos, según las analogías, detengámonos breve-mente en algunos ensayos de investigación y veremosdesfilar ante nosotros en carne y hueso vivientes: elcruel fenicio, el viejo romano conquistados, el trapalóncartaginés, “que se finge amigo par ser señor”, el anti-guo feudal con sus mañas de fresco, el predicador delas Cruzadas, el rico convertido en pobre, el pobre hechoburgués, olvidado de las pobrezas, el druida civilizadorcomo antes, el colonizador antiguo, expiando sus culpasy crímenes, y perdiendo los últimos rastros de su impe-rioso colonial; o los revoltosos de antaño, arrepentidosy desengañados, llevando resignados su cruz como nue-vos apóstoles de la Paz y Fraternidad universales…

En el porvenir, no desdeñará la filosofía de la his-toria el estudio de las expiaciones nacionales. Es undiagnóstico, más o menos probable, como el de la me-dicina, la moral o la teología…

Según se ve, como de la ceniza se induce el fuego;de los fósiles de un mamífero, el animal entero, por la leyde correlación de los órganos; de los fragmentos arqueo-lógicos, una civilización griega, caldea o egipcia; de lascondiciones de una casa, la calidad del inquilino; o dela máquina complicada, el genio del maquinista; de lamisma manera, por los indicios o hechos, se descubrela Reencarnación, Ley Universal, que desde hoy entra enel dominio científico popular.

Ley de Analogía UniversalApuntados la reencarnación y el progreso indefi-

nido, hay que decir algo de la Analogía, de gran impor-tancia en la Psicología comparada o Evolución anímica,fase del perpetuo génesis ascendente.

Cuando decimos que el camaleón retrata al hom-bre variable; los parásitos y chupadores, a los inactivos;

el buitre y el cerdo, la voracidad; el murciélago, las tinie-blas; la pantera, la ferocidad; el lobo, el ladrón; el cor-dero, la timidez; el elefante, la bondad; el perro, laamistad; la abeja y la hormiga, el trabajo asociado, laprevisión y el orden; o la mariposa, las metamorfosis;es indudable que reconocemos semejanzas de que estállena la Naturaleza y que acusan Unidad de Plan.

Los naturalistas saben bien que las formas obe-decen a una misma ley de nacimiento, desarrollo, decre-cimiento y extinción. Esto se observa, lo mismo en lasfaunas fósiles, como ammonitas, nummulites, labirin-todontes, dinosaurios, grandes mamíferos o razas abo-rígenes, que en lo etnológico, de lenguas, códigos,religiones, imperios, usos, modos, literaturas o institu-ciones… Siendo la forma visible la envoltura de la ideainvisible, es indudable que Dios ha pintado o escrito susleyes, en el Universo; y en tal caso, es el Evangelio Di-vino y Eterno... Saber, pues, traducir ó interpretar estosemblemas de la Naturaleza ó Simbolismo de ideal,donde las condiciones antropológicas se reflejan en lasfaunas, es de la más alta importancia

Esta es la llave de la Psicología Comparada, envirtud de la cual, si en lo inferior nos pinta, en parte, ánosotros, nosotros deberemos reflejar, en parte también,lo superior; con lo que se engarzarán los eslabones dela gran cadena, desde el alfa á la omega, y más allá,hasta lo indefinido. Esta teoría de semejanzas, se ha for-mulado científicamente en los sistemas filosóficos deSpinosa, Schelling, Krause, Fourier y naturalistas nota-bles; conviniendo todos, en que, en parte, Dios, el Uni-verso y el Hombre, son semejantes, debido, sin duda, ála identidad esencial; pero la profundidad del problemano a permitido todavía descifrar innumerables enigmas,que pude ser queden ocultos para el habitante de la tie-rra, que carece de facultades sentidos más superiores...De todas maneras, la Analogía acusa en el hombre, par-celas antiguas de lejanas preexistencias, reminiscen-cias de un pasado remoto; y á la vez, incrustaciones ,injertos ó involuciones de edades futuras y de seres in-teligentes, que nos marcan nuevos derroteros á la acti-vidad, y hasta nos la senda de lo Infinito.

La Filiación Geneológica Espiritual se pone enca-mino de investigar, por la Analogía, y son de esperarnuevos descubrimientos. La realidad de los perentes-cos por abajo por arriba, es un hecho; de donde sepuede deducir una filosofía moral, positiva y racional,que nos aleje de lo uno y nos acerque á lo otro; y en elreino humano, el bosquejo de destinos progresivos, quetrueque el hombre imperfecto, en futuroi arcángel.

Tal es la ley de la psiquis...En las fases de huevo, oruga, crisálida y mari-

posa, tenemos explicado todo el Génesis indefinido yperpetuo...

Ensayo de nueva CristologíaAllan Kardec ha prestado un señalado servicio al

Cristianismo, facilitando la transición de la fe, pura-mente sentimental y empírica, al natiralismo racional,integral y armónico, de la ciencia y la filosofía positiva;pues claro está, que, en virtud de las leyes apuntadas,las nuevas ideas serán al Cristianismo ordinario de la

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letra, lo que éste fue al Paganismo y al Judaísmo, estoes, un progreso.

El Espiritismo puede decir, como el Héroe delEvangelio: “No vengo á destruir la Ley, si no á cumplirla;sed perfectos”... Yo creo que Kardec consideró los Mila-gros y las Prediccionés, como capítulos anejos al Géne-sis, evolutivo eternamente.

Esta idea de la Evolución lenta va dominando enGeología, Paleontología y Ciencia general; marchandoen merma y reculando, las teorías insolidarias y de losCataclismos bruscos, algo parientes del Milagro anti-guo.

Todo es transición solidaria en la Naturaleza...Entran, pues, los Milagros, como hechos, en la

fase genésica y en los conceptos generales de la Ciencia,que los somete a las leyes. En su sentido antiguo, noexisten; son absurdos, irracionales, contradictorios, per-turbadores del orden, armonía y fijeza de las leyes gene-rales. Hay que tomarlos como fenómenos, si sonreales... Según las Exégesis de más valor entre teólogos,historiadores, críticos, teósofos, filósofos, apologistas yaficionados, no está claramente deslindado lo que en elEvangelio es autentico y no lo es; sucediendo aquí lomismo que en otros escritos análogos de diversas reli-giones orientales. La cosa es muy antigua: viene desdelos siglos apostólicos, gnósticos y alejandrinos. Haga-mos una ligera excursión...

Los Basilidianos afirmaban, que de los escritosapostólicos, los unos eran supuestos, y los otros, esta-ban alterados por la ignorancia y la mala fe. Rechaza-ban, por apócrifas, las Epístolas á Tito, Timoteo yHebreos.

Los copocracianos admitían el Evangelio de Mateoy el resto lo interpretaban a su gusto.

Cerdon, compañero de Marcion, decia: “Los escri-tos que enseñan tales dogmas, no provienen de losApóstoles; son obras pseudonimas;.. Los demás, estántan alterados, que no se pueden distinguir lo verdaderode lo falso>>... Solamente aceptaba como auténtica, unaparte de Lucas y Pablo, y rechazaba por completo, comoapócrifos, Evangelios, Hechos, Apocalipsis y Epístolas.

Marcion se compuso sus escritos á su gusto, conlo que creyó más racional, según su sistema docelista,sin darse escrúpulos críticos.

Como los Valentinianos y Ophitas, se dividieronen muchas ramas, será mejor en pasarlos en silencio.

El mesopotamio y sincretista, Taciano, discí-pulo de Jostino Mártir, amigo de Platonismo éste, y fun-dador aquél de los Encratistas, imitó á otros. Comovarios gnósticos habian dado preferencia a algun escritocanónico, él se compuso su código, con las cuatro gran-des relaciones de la Iglesia, bajo el titulo de Armonía delos Evangelios. Pero procedió como Mación, dando tajosy mandobles á diestro y siniestro. Quitó las genealogíasy lo que le pareció. Enseguida, trato las Epístolas dePablo con la misma libertad.

Manes, se hizo también su código, independientede toda crítica. Rechazó en cuajo todo el Antiguo Testa-mento, y del nuevo solo conservó lo más conforme a suobjeto. En su destierro compuso un Evangelio, enrique-cido con pinturas alegóricas, que dijo ser caído del cielo,

sin duda metafóricamente.Fausto, sabio maniqueo del siglo III, decía que los

Evangelios no han sido escritos por Jesucristo ni porlos Apóstoles, sino mucho tiempo después por desco-nocidos.

Parte de la Escuela de Alejandría no dijo menos.Los Indios netos aun esperan el Mesías, que no

acaba de venir.Modernamente, Strauss, Fauvety, Massey, Spi-

nosa, arqueólogos y teosofistas, en parte, aun son másexplícitos, llegando algunos al Esoterismo radical.

La verdad es que según Kabalistas, Esenios, The-rapeutas, Filonianos, Neoplatónicos, Neopitagóricos,Gnósticos, Herméticos, Valentinianos, Ophitas, la Gno-sis de la Iglesia, el Zend-Avesta, o los Monumentos Egip-cios, resulta que:

Nons, Logos, Demiurgo, Ormuzd, Primer-nacido,Sophia, Monógenes, Hermes, Horus, Verbo, Cristo eHijo de Dios, o son una misma cosa o se parecenmucho; son una gran realidad, verdadera encarnacióndel Espíritu Divino, en la Humanidad entera, que re-viste ropajes diversos con esplendores artísticos indefi-nidos: Dios en nosotros…

¿Cuál grupo, de lo auténtico literal o lo apócrifo,triunfará? Kardec, sin pasiones y con buen sentido,ocupa un término medio, pacificador, entre ambos ban-dos de hermanos enemigos. Ante diversos textos, los ra-cionales y elevados, de comprobación humana, losconsideró auténticos o posibles, y los explicó por el Es-piritismo y los fluídos, o sea, por las leyes del elementoespiritual. En este sentido, ensayó una Cristología na-turalista y científica, con el mismo derecho que otraCristología cualquiera. Otros versículos, los aclaró, porel sistema alegorista, colocándose en el punto de vistadel esoterismo antiguo. Otros, los desechó radicalmentepor apócrifos o cuentos. Este sistema tiene la ventajade iniciarnos en el eclecticismo de métodos, tan naturalen la variedad histórica; y bajo la base de que másdeben saber muchos que unos pocos. Hay para todoslos gustos, que es la Ley de la División del trabajo en laCiencia Colectiva.

Como tipos de textos naturalistas, están las cura-ciones, doble vista, resurrecciones parciales, etc. Entrelos alegorismos, el pan del cielo, las parábolas y otros…Evidentemente son cuentos, la comida de langostas delBautista, los espíritus metidos en los cerdos, el esta-tero, la paloma, los prodigios geológicos de la muerte, laascensión del cadáver embalsamado, la estrella de losmagos, el parto milagroso, etc.

Kardec no da gran valor a la bibliolatría y la letrainmóvil; y por eso escribió, salvando del naufragio louniversal y humano, lo racional y posible. Es un granReformador, que merece respeto y gratitud. Inculcó loesencial sobre lo transitorio…

ConsecuenciasEl Génesis total , según el Espiritismo, es la cien-

cia que estudia las leyes de la Naturaleza. Es tas leyesvienen de Dios: de donde se deduce que la Ciencia es laRevelación divina y progresiva. Es filosofía que tieneconsecuencias religiosas, morales y sociales.

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Por ser campeón del libre pensamiento absoluto,no puede sustituir un exclusivismo a otro, ni una auto-cracia por otra, en ciencia, religión o política; no puedeni debe, ejercer ninguna presión. Poderoso como filoso-fía, perdería, en siglos de raciocinio y libertad, si setransformara en un poder temporal cualquiera y empe-zara con tonterías de proclamar verdades por votacionesy demás usos rancios de los desacreditados Concilios.Siendo la Verdad una Luz , desciende a las almas segúnsus méritos, no por decretos humanos… No hará insti-tuciones sociales del porvenir, no impondrá leyes, comodice Kardec en: Génesis, cap. XVIII, par. 20; Obras pós-tumas, capítulos XVIII-XXIII; y otros textos.

Tampoco es una religión: aquí no hay sacerdotes,ni misticismos, ni templos, ni culto, ni rito, ni ceremo-nias, ni milagros, ni dogmas, ni símbolos, ni misterios.

Lo que hay es Verdad, Libertad y Fraternidad so-lidaria, que son Atributos de Dios… Todos para uno yuno para todos; trasladándolo de los labios al corazóny la conciencia.

El Génesis es un libro muy serio, de principios ydesarrollos inagotables… Con él han muerto para siem-pre:

Los Génesis místicos, supernaturalistas, fabulo-sos y milagristas;

Los andamiajes de cielos superpuestos;Las doctrinas geocéntrica y antropocéntrica;Los Cielos e Infiernos antiguos, con sus teogonías

y cosmogonías;Las Leyendas apócrifas.Ya no hay Campos Elíseos, ni Paraíso Cristiano,

tocando arpas y cantando alabanzas, nos llaman la ac-tividad y evolución indefinida. No hay Devachan, ni Nir-vana, de reposo el uno, de aniquilamiento o absorciónel otro, si por tales se traducen, porque la Metamorfo-sis del alma es perpetua y lleva consigo su infierno y sucielo. No hay Naraca, ni Infierno eterno, donde el crimi-nal perezca o pierda su yo individual, fuera del aura te-rrestre; porque estas novelas absurdas y nihilistas, soncontrarias al desenvolvimiento esencial del ser…

Ya nadie pregunta si el agua de la Luna serábuena para bautizar, si la Virgen tendrá, en Sirio, más

advocaciones que en nuestro calendario; o si nacer va-lientes o cobardes, dependerá de la influencia de lasconstelaciones del León o del Borrego. Están mandadasretirar las profecías numéricas y fijas, sobre cálculos derondas, ciclos de reencarnaciones individuales o colec-tivas, o estancias devachánicas. Por un lado, entra elelemento de la libertad, en tales profecías; por otro, lapoblación de las regiones es variable según condicionesy tiempos; y además, los años y siglos, son muy varia-bles, según el cómputo de los tiempos.

El año de Neptuno tiene 165 años de los nues-tros; el de Urano, 84; el de Saturno, 29; el de Júpiter, 11años, 10 meses y 17 días; mientras que el año de Mer-curio, solo tiene menos de tres meses terrestres, o sea,88 días de los nuestros…

No hay formas fluídicas ciegas, ni fantasmas va-cíos de vida artificial, sin dueños propios; ni cadáveressucesivos aromales al acaso; ni espacios desiertos; loque hay, en nuestra opinión, son fotografías del pensa-miento, creaciones plásticas, series de entidades, quetodo lo rellenan, como afirman Kardec, Crookes, Huxleyu otros. Los espacios tienen variedad infinita de seres entodos los grados del progreso indefinido; de lo cual tes-tifican, la Humanidad entera esclarecida y los hechosdel Gran Libro de la Naturaleza, constantemente abiertoa las miradas de todos.

Han llegado los tiempos, en que, por la Ciencia,enfrenemos nuestras imaginaciones: Este, con automa-tismo de fe ciega rutinaria, marcha como taravilla demolino, siempre repitiendo lo mismo y resistiéndose atoda modificación; aquel, gira a todos los vientos, comoveleta de campanario; uno es gran fabricante de metá-foras o portador de barbarismos anacrónicos, con eti-queta de nueva moda; otro hace induccionesprecipitadas o resucita nuevos Misterios esotéricos tras-nochados, dejándose de la serena filosofía experimentaly racional, con marcados apegos a un panteísmo so-ñado, exageradamente subjetivo e inarmónico;. . . LaCiencia progresiva y sublime, unida al Amor, nos con-ducirá hacia Dios... No olvidemos esta gran bandera...

Manuel Navarro MurilloExtraido de la Revista “Luz y Unión” de marzo de 1903.

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París, a pesar de ser “La ciudad luz” es triste eninvierno. Aquella tarde también lo era. La nieve caíalentamente, pero Kardec sentado en su despacho, noobservaba lo que ocurría al otro lado de los ventana-les. Estaba preocupado, encerrado en sus pensamien-tos, un dolor, un sufrimiento marcaba su rostroaustero. Eran días difíciles. El dinero no alcanzabapara las publicaciones, al tiempo que llovían las car-tas de elogios y quejas protestando por la publicaciónde “El libro de los Espíritus”, que había tenido un ecoen el mundo intelectual.

En pugna dos fuerzas tenía enfrentadas a él. “Elmaterialismo” que no aceptaba que la Doctrina Espí-rita impulsara al hombre en la dirección de Dios y las“clericales”.

Con el corazón oprimido recordó como los Espí-ritus le habían despertado. Cómo se había iniciadotodo “aquello”.

Recordó como su amigo el Sr. Fortier, magneti-zador como él, con el que mantenía una gran amistaddesde hacía 25 años, le había hablado por primera vezde las mesas giratorias. De las mesas danzantes. Erael año 1.855.

Y cómo en casa de la Sra. Plainemaison, sensi-tiva, a la que acudieron para presenciar el fenómeno,su amigo el Sr. Fortier le decía ¡Pregunte! ¡Pregunte! Yel preguntaba “mentalmente” y la mesa contestaba congolpes a sus preguntas.

Después de varias visitas comprendió HipólitoLeón Denizart Rivail, pues entonces mantenía su ver-dadero nombre, que era un fenómeno diferente y quefuerzas inteligentes se encontraban detrás de todoaquello.

Y estando absorto con sus pensamientos, lapuerta se abrió y entró en el despacho su esposa“Amelia Gabriela Boudet”.

- Hipólito, acaban de traer este paquete para ti…Lo recogió, era un paquete humedecido, cortó

las cuerdas que lo rodeaban y lo abrió.Era un libro de color verde, en cuero de Rusia,

con sus hojas raídas y amarillentas por el uso. Unasletras impresas en oro decía “El libro de los Espíri-tus”. Y más abajo Allan Kardec.

Observó sus hojas desgastadas y entre ellas en-contró una carta. Desplegó el papel y leyó:

-Señor Kardec, permítame saludarle con muchagratitud, este libro salvó mi vida.

-Yo soy Joseph Perrier y hace muchos años que

trabajo de encuadernador en París, siendo muy acep-tado.

-Le tengo que hacer un poco de historia, peropermítame que le ofrezca este libro para que usted lotenga de recuerdo, porque a este libro le debo la vida.

Kardec respiró profundamente y siguió leyendola carta que decía…

-Yo vivía feliz. Tenía un hogar. Me había casadohacía pocos años y mi esposa llenaba todas las ilusio-nes de mi vida. Todo me sonreía. Profesionalmente es-taba trabajando bien… Pero un día una enfermedadnefasta, cruel, marcó nuestra existencia y fue consu-miendo la de ella, hasta que murió.

-Fue todo tan rápido Sr. Allan Kardec que noconseguía comprender porque pasaba esto. Materia-lista, ateo, no aceptaba que hubiese un Dios capaz dellevarse de mi lado a alguien tan amoroso, tan gentil,que había alegrado mi vida. Y ya mi vida no tenía sen-tido.

-Después de que ya la había sepultado, sola-mente una idea rondaba mi cabeza. Era la del suicidio.Para que seguir viviendo. Qué razón había para queme mantuviera con vida, mientras ella estaba al “otrolado”, según decían las religiones de la vida. Pero yono tenía ninguna prueba, no tenía ninguna evidencia.Ella no estaba más a mi lado, no afectaba mis senti-dos, y mis sentimientos estaban destrozados por la au-sencia de ese ser tan amado, tan querido.

-Una noche paseando por el Sena, no hacemucho tiempo señor Kardec, esa idea constante delsuicidio continuaba rondando mi mente. Avancé por el“Puente Nuevo”, la niebla parecía cubrirlo todo. Ape-nas se veían las farolas iluminadas y dije: “Este es elmomento”. Miré las aguas turbulentas del Sena en lasque algunos pedazos de hielo ya empezaban a marchay dije “Sí ¡Ah querida mía, si realmente me esperas es-taré allí del otro lado muy pronto! Y cuando fui a pa-rapetarme en el borde del puente “algo” cayó a mi ladoque me llamó la atención, me distrajo y miré. Me aga-ché y lo recogí. Era un libro. Con él en la mano bus-qué una de las farolas para ver de que se trataba. Eraun libro humedecido por el rocío que había caído en lanoche y que decía: El libro de los Espíritus”. Abajo al-guien había escrito “Este libro salvó mi vida”.

-No sabía qué actitud tomar… El instante en quequería matarme había pasado y la curiosidad porsaber de qué se trataba ese libro que decía “…quehabía salvado la vida a alguien” alguna cosa tendría.

-Emprendí el regreso a mi hogar y pasé el restode la noche leyendo este libro.

Un día en la vida de Allan KardecUN DIA ENLA VIDA DE ALLAN KARDEC - AÑO III - NÚM. 8 - Pág. 18

-¡Ah señor Kardec, yo quiero agradecerle a ustedque me salvó la vida!

-Ahora sé que este libro es maravilloso y doygracias a usted que fue quien lo escribió y quien escu-chó las voces de los Espíritus para darme una orien-tación.

-Recíbalo entonces con mi profunda gratitudporque nunca habré de olvidarme que gracias a ustedno me he matado.

Y escribió también en el libro “A mí también mesalvó la vida”.

Allan Kardec sintió que le corrían las lágrimas

por las mejillas y pensó “que poca importancia tenía laincomprensión de los demás o la intolerancia cuandoen realidad alguien venía a agradecerle el haberle sal-vador la vida”. Y lloró.

Ese fue un hecho “importantísimo” en la vida delnotable Maestro codificador del Espiritismo, porque deesa manera, en la hora crucial en que el sentía el des-amor de la gente, llegaba una prueba de gratitud quetodos de alguna forma necesitamos en un momentode nuestra vida. No porque hagamos el bien o ayude-mos a alguien esperando la recompensa, sino tambiénporque se necesita una palabra de estímulo.

Juan Miguel Fernández MuñozAsociación de Estudios Espíritas de Madrid

Discurso pronunciado ante la tumbaEn el nombre de la Sociedad Espírita de París

Por el vicepresidente M. Levent.

Señores,Vengo en el nombre de la Sociedad Espírita de

París, de la que tengo el honor de ser el vicepresi-dente, a expresar sus añoranzas por la perdida cruelque ha ocurrido sobre la persona de su venerablemaestro Sr. Allan Kardec, muerto súbitamente antesde ayer miércoles, en el despacho de la Revista.

A ustedes, señores, que cada viernes os reu-níais en la sede de la sociedad, no tengo necesidad al-guna de recordar esta fisionomía a la vez bondadosay austera, ese tacto perfecto, esta precisión de apre-ciación, esta lógica superior e incomparable que nosparecía inspirada.

A ustedes que compartían todos los días de lasemana los trabajos del maestro, no volveré a repe-tir sus labores continuas, sus correspondencias conlas cuatro partes del mundo que, todas, enviándoledocumentos serios, clasificados en seguida en su me-moria y recogidos preciosamente para ser sometidosal crisol de su alta razón, y formar después un tra-bajo de elaboración escrupulosa, los elementos deestas preciosas obras que todos ustedes conocen.

¡Ah! Si como a nosotros, él os estaba dando aver esta masa de materiales acumulados en el gabi-nete de trabajo de este infatigable pensador, si connosotros, hubieran penetrado en el santuario de susmeditaciones, verían esos manuscritos, los unos casiterminados, los otros en curso de ejecución, otros enfin, a penas en boceto, dispersos aquí y allá y que pa-

DISCURSO PRONUNCIADO ANTE LA TUMBA - AÑO III - NÚM. 8 - Pág. 19

recen decir: ¿Dónde está pues nuestro maestro,siempre tan madrugador en la obra?

¡Ah! Más que nunca, se escribiría también,con acentos de añoranzas tan amargos, que seríancasi impíos: ¿Es necesario que Dios haya recordadoen él, el hombre que podía hacer tanto bien; la in-teligencia tan plena de savia, el faro al fin que nosha sacado de las tinieblas y nos ha hecho entrevereste nuevo mundo bien de otro modo vasto, bien deotro modo admirable, que aquel que inmortaliza elgenio de Cristóbal Colon? Este mundo, del que elhabía a penas comenzado a hacernos la descripcióny del que presentíamos ya las leyes fluídicas y espi-rituales.

Pero, tranquilícense, señores, por este pensa-miento tantas veces demostrado y recordado pornuestro presidente: “Nada es inútil en la naturaleza,todo tiene su razón de ser y lo que Dios hace estásiempre bien hecho”

No parezcamos a esos niños indóciles, que nocomprendiendo las decisiones de su padre, se per-miten criticarle, a veces también censurarle.

Si, señores, tengo la más profunda conviccióny os expreso altamente: ¡la partida de nuestro que-rido y venerable maestro era necesaria!

¿No seríamos por otra parte los ingratos yegoístas, si no pensando más que en el bien que noshacía, olvidáramos el derecho que había adquirido deir a descansar en la patria celeste, donde tantos ami-gos, tantas almas de élite le esperaban y han venidoa recibirle después de una ausencia que, a ellos tam-bién, a parecido bien larga?

¡Oh! Si, es alegre esta gran fiesta allá en lo altoy esta fiesta y esta alegría no tienen de igual más quela tristeza y el duelo que causa su partida de entrenosotros ¡pobres exiliados, a los que el tiempo no lesha llegado aún! ¡Si, el maestro había cumplido su mi-sión! Es a nosotros a los que nos pertenece el prose-guir su obra, con la ayuda de los documentos que

nos ha dejado y de esos, más bonitos todavía, que leporvenir nos reserva; la tarea será fácil, estad segu-ros, si cada uno de nosotros se atreva a afirmar concoraje; si cada uno de nosotros ha comprendido quela luz que a recibido debe ser propagada y comuni-cada a sus hermanos; si cada uno de nosotros, final-mente, tiene la memoria del corazón con nuestroañorado presidente y sabe comprender el plan de or-ganización, que a puesto el último sello a su obra.

Nosotros continuaremos pues tus labores, que-rido maestro, bajo tu efluvio benefactor e inspirador;recibe aquí la promesa formal. Es la mejor muestrade afección que podíamos darte.

En el nombre de la Sociedad parisina de estu-dios espiritas te decimos no adios, pero un hasta lavista, ¡hasta pronto!

DISCURSO PRONUNCIADO ANTE LA TUMBA - AÑO III - NÚM. 8 - Pág. 20

Gracias a Hippolyte Léon Denizard Rivail, conseudónimo Allan Kardec, que dedicó quince años desu vida para codificar las enseñanzas de los Espíritussuperiores, que por mediación de muchos médium nosenviaron para despertar a la humanidad terrestre delletargo en que se encuentra; sacrificando su bienes-tar económico y social.

Soportando las burlas de los incrédulos, aban-donado por amigos, sólo por el hecho de defender unasideas nuevas y progresistas, que un día trasformarána la humanidad terrestre. Nada de eso le importa antela enseñanza que estaba recibiendo de los Espíritus.Sin duda alguna, demostró su elevación Espiritual,dando muestras de sacrificio y abnegación.

Mi despertar a la doctrina Espiritista fue muytemprano, ya que reencarné en una familia espirita.Ya de muy pequeño estaba presente en los trabajos,que en mi casa realizaban mis padres, pues entonceslos espiritas en su mayoría trabajaban en los hogaresfamiliares.

Todo lo que yo escuchaba en las reuniones deestudio o mediúmnicas, (con solo ocho años que yotenía) me parecía tan normal y con tanto sentido, queme llenaba una visión espiritual y de esperanza en elfuturo.

Con doce años ya veía la reencarnación comouna verdad patente en mi alma, que me llevaba a co-mentarla con mis amigos como una verdad inalterable.

En España por aquellos tiempos, (sobre el año1970) el Espiritismo no estaba legalizado para podertrabajar sin trabas por parte de las autoridades. Sólose permitía la religión oficial y como consecuencia nose podía legalizar y poder formar centros de estudios,por lo que mi profundización en el estudio de la doc-trina Espirita no se llevo a cabo por ese motivo; perono sólo ese impedimento burocrático fue la causa,pues también en la juventud, con la vivencia de lassensaciones, le llevan a uno a la despreocupación delas cuestiones espirituales.

Tenía yo dieciséis años cuando mi padre desen-carnó y como consecuencia los trabajos Espiritas yano se realizaban en mi casa, porque aunque mi madretambién era Espiritista, era mi padre el que llevaba lostrabajos; todos los libros que tenía de Kardec, los re-partimos entre todos mis hermanos y yo, leyéndolosocasional mente, me consideraba Espiritista, a pesarde no saber quién era Allan Kardec, ni que era el Es-piritismo.

Con veinticinco años, a consecuencia de unadisminución de la jornada laboral y una inquietud porel estudio Espiritual y por el deseo de que hubiese unlugar donde poder trabajar en el estudio de la doctrinaEspiritista, me llevó a estudiar todos los libros quetenía de mi padre, (la mayor herencia que un Espíritu

encarnado puede tener).En aquella época yo ignoraba que el espiritismo

en España ya estaba resurgiendo, con centros ya lega-lizados que existían, promovido por la Federación Es-pírita Española que estaba trabajando para laorganización de los centro espiritas.

A consecuencia de una dolencia de un familiarmío, que fue a visitar a Juan Martín, (trabajador espi-ritista que sabía trabajaba con mis padres) me enteréque junto con otros hermanos Espiritas había for-mado un centro en el 1994. Nada más enterarme fuia hacerme socio, comenzando así mi instrucción en ladoctrina Espiritista. Entonces fue cuando conocí ver-daderamente la doctrina Espirita y quien era AllanKardec estudiando todos los libros de la codificaciónEspirita y otras obras complementarias, con contenidode las enseñanzas Espiritistas; estudiando también loscursos sistematizados, referentes a la codificación deAllan Kardec.

No sé como hubiera sido mi vida sin el conoci-miento del Espiritismo; pero si se como es con este co-nocimiento, es clara y esperanzadora, me da unavisión de armonía y justicia en todo lo que sucede a mialrededor y conmigo mismo, al igual que me da miidentidad como ser inteligente y me presenta mi pa-sado, mi presente y mi futuro, ayudándome también acontrolar mis instintos y pasiones.

No sé si en el mundo espiritual, antes de reen-carnar, me comprometiera para trabajar en la doctrinaEspirita; pero si se que quiero contribuir, dentro demis posibilidades, en divulgarla y tratar de llevar acabo mi reforma moral, que sin duda alguna, sin estaenseñanza Espirita me sería más difícil aún.

En reconocimiento a tantos hermanos espíritasque dedicaron parte de sus vidas a la divulgación, esmi deber el esforzarme por seguir los trabajos queotros hermanos Espíritas empezaron y me esforzarépor hacerlo lo mejor que pueda y sepa, procurandoque no falten lugares de estudio Espírita, para que losencarnados y desencarnados que lo deseen, tengan unlugar para aprender quién somos, de dónde venimos,hacia dónde vamos, con el Espiritismo. (Cuandodesencarne veré que no me esforcé lo bastante)

Mi reconocimiento a Hippolyte Léon Denizard Ri-vail con seudónimo, Allan Kardec, por su trabajo quetan importante ha sido para mi caminar por la vidamaterial. Uniéndome así a tantos hermanos que lemandaban cartas de agradecimiento a su hogar terre-nal cuando estaba codificando la doctrina Espiritista.Yo le mando mi agradecimiento, a su hogar Espiritual.

Jose Garcia-Abadillo PadillaPresidente del Centro espírita “Camino de la Luz”

Manzanares (Ciudad Real)

DESPERTAR AL CONOCIMIENTO ESPIRITISTA DESPERTAR AL CONOCIMIENTO ESPIRITISTA - AÑO III - NÚM. 8 - Pág. 21

A ti , quiero decirte desde mi pequeña humildad dela que soy consciente

gracias, muchas gracias por ese hermoso tesoro deCodificación.

Tú, nos diste la Luz, la Luz de la espiritualidad,nos abriste el camino a la verdad,... y desde ese her-

moso lugar en que te encuentrasporque hermoso es el lugar,... todos, te damos las

graciaspor abrirnos el camino a la espiritualidad.

!!Más!!, como eres grande entre los grandes en esemundo en el que estás

te pedimos humildemente nos sigas ayudando con

tu Luz y verdad.No nos dejes de la mano, y ayuda a los hermanos de

la Codificación a continuarpues somos frágiles y débiles y podemos fallar

sin darnos cuenta de que atrasamos en el caminodel bien

para poder alcanzar el perdón y la perfecta espiritua-lidad que nos acerca a Dios,

al Maestro y a todos vosotros en ese MAS ALLÁ.

Un abrazoAurora Vaz Caballero

POESIA GANAD0RA - DEDICATORIA A ALLAN KARDEC

Para ti, Allan Kardec el sabio de Lyón.

DEDICATORIAS - AÑO III - NÚM. 8 - Pág. 22

ALLAN KARDECMonsieur, Hippolyte León

eminente educadoramante de las letras,

estricto en su reflexión.Lionés de nacimiento,

cierto díaun gran amigo le habló

de mesas en movimientopidiéndole su opinión.

No hay efecto, sin una causafue su contestación

que una mesa, se mueva solaacapara mi atención.Viendo que la maderacontestaba sin temor

a la serie de preguntasque sabiamente preparó

estudiare esta causacon suma dedicación.

Ya que una mesacerebro, no puede tenerha de haber una razónpara saber responder,

pensó, esto requiere estudioy mucha seriedad

he de cambiar mi nombrepara poderlo firmar.Allan Kardec adoptó

por sensata inspiración

de esa energía que muevelos muebles a discreción.La explicación fue dadaclara, para no dudarsomos almas liberadashabitando el más allá.Somos la parte eterna

de unos cuerpos que habitaronen algún lugar de la Tierra

simplemente como humanosque venimos, claramente decididos

a demostrar que la vidaque para el cuerpo es efímera

para el alma, es infinita.De todas esas peguntasque el maestro preparó

surgieron fuertes los librosde la genial Codificación.

Allan Kardec, mucho se agradeceTu trabajo, y Tu tesón

que ha facilitadocomprender la vida mejorver, que somos eternosque hay una vida Mayorque nos espera a todossin ninguna distinción

para preparar con cuidadouna nueva encarnación.

C.E.y.D.EManuel de Paz - Enero del 2009

ACTIVIDADESJUEVES: DE 20:15 A 21:30 h. ESTUDIO SISTEMATIZADO DEL

EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO Y PASESVIERNES: DE 19:00 A 20:00 h. ESTUDIO SISTEMATIZADO DE LA

MEDIUMNIDADVIERNES: DE 20:00 A 21:30 h. ESTUDIO SISTEMATIZADO DE LADOCTRINA ESPÍRITA Y EDUCACIÓN ESPÍRITA INFANTO-JUVENIL

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