El Arbol de Joaquin

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cuento infantil

Transcript of El Arbol de Joaquin

  • EL RBOL DE JOAQUN

    Cuando Joaqun tena ocho aos le encantaba ir al colegio. Iba a segundo de primaria y tena una profesora que era estupenda. A l le gustaban todas las clases: matemticas, lengua, gimnasia...pero haba una que le gustaba especialmente. La clase de Naturaleza.

    Cuando le hablaban de los animales, las plantas, el clima, y todas esas cosas, se quedaba escuchando con la boca abierta alucinado de que hubiera tantas cosas diferentes en el mundo.

    La profesora les enseaba miles de cosas que ocurran cada da en la Naturaleza. Muchas se podan ver y sentir fcilmente, como el amanecer, la lluvia, el viento...pero haba otras para las que haca falta prestar mucha ms atencin, porque si no pasaban desapercibidas. As, les deca la profesora, si os fijis mucho en algunas flores, veris que se giran para ver el sol, o que los rboles se estiran para que les llegue la luz, y cosas as.

    Joaqun aprenda y aprenda miles de cosas, pero saba que todava le quedaban muchas ms por aprender.

    Un da, la profesora les pidi que hicieran un trabajo en casa: quera que plantaran una semilla de alguna planta para ver cmo creca.

    Todos los nios se fueron muy contentos a casa, pensando qu semilla plantaran. Unos queran plantar una lenteja, otros una juda, ...

    Pero Joaqun pensaba y pensaba y no se le ocurra qu le gustara plantar. Estuvo toda la tarde pensando en su casa y no se decida por nada. As que pens: lo mejor ser que lo deje para otro da.

    El fin de semana, Joaqun se fue con su familia a dar una vuelta por el campo que haba cerca de su casa. Haba una preciosa pradera con un bosque al fondo.

    Cuando atravesaron la pradera y llegaron al bosque, Joaqun supo qu era lo que quera plantar.

    - Ya s, pens, en lugar de poner la semillita de una pequea planta en casa, voy a plantar un roble. As crecer y crecer y durar muchos muchos aos.

  • Y as lo hizo. Cav un agujero en el suelo, puso una semilla y lo tap con arena. Y cada da le echaba un poquito de agua y se quedaba horas mirando el montoncito de arena para ver qu pasaba.

    Pero empez a ponerse un poco triste porque no pasaba nada de nada. Y l vea cada da a sus amigos que llevaban en un vasito su pequea plantita y estaban tan contentos. Y le preguntaban: cundo traers tu planta, Joaqun? Pronto, pronto, deca l, pero se quedaba triste porque saba que no tena ninguna planta.

    Hasta que un da, cuando lleg al bosque vio que del montoncito de arena sobresala un palito con una diminuta hojita. Se puso contentsimo a dar saltos de alegra.

    Y durante una semana iba todas las tardes corriendo al bosque para ver cmo creca su planta.

    Despus de siete das, la plantita ya era ms grande que ninguna de las que sus amigos haban llevado al cole. Adems, tena tres o cuatro ramitas. Qu orgulloso estaba Joaqun!.

    Entonces pens que era el momento de llevar la planta a clase. Pero, claro, se dio cuenta de que si la arrancaba nunca crecera un rbol como los otros del bosque y le dio tanta pena que fue incapaz de hacerlo.

    En el colegio los nios se burlaban de l. Dnde est tu planta?, le preguntaban.

    - No puedo traerla porque se morira, deca Joaqun, pero mi planta es ms preciosa y ms grande que ninguna de las vuestras. Dentro de poco ser un inmenso rbol y os dejar verlo.

    Pero sus amigos no le crean.

    Joaqun segua yendo cada da al bosque para ver su arbolito, pero la verdad, creca tan despacio que era desesperante y al verlo rodeado de los otros rboles del bosque tan grandes, pareca ridculo. Tanto que Joaqun no se atreva a enserselo a sus amigos.

    Pero l segua visitando su arbolito cada da, y lo regaba y poco a poco comenz a hablarle. Al principio slo le deca: hola, arbolito, adis, arbolito, hasta maana, arbolito. Pero despus empez a contarle las cosas de sus amigos, las cosas que aprenda en el colegio, cuentos de ranas y

  • de princesas,... Y se dio cuenta de que cuantas ms historias le contaba al rbol ms deprisa creca.

    Al cabo de un par de semanas ya era tan alto como l, y en pocos meses creci tanto que ya era un rbol como los dems.

    Joaqun no se lo poda creer. Y un da, lleno de orgullo, cuando vio que su rbol era el ms grande del bosque, les dijo a sus amigos: maana os ensear mi rbol y os vais a quedar alucinados.

    - Vale, vale, le decan sus amigos sin crerselo mucho.

    Pero Joaqun saba que al da siguiente les dara una leccin a todos y le daba la risa.

    Pero aquella noche estall una gran tormenta. Empez a llover, pero lo peor era que sonaban unos truenos tan fuertes que despertaron al pobre Joaqun. Se asom a la ventana y, de repente, vio como un terrible rayo caa en el bosque. Se asust tanto que se cay de culo en el suelo. Cuando se levant y volvi a la ventana, vio como el bosque estaba ardiendo. El rayo haba provocado un incendio.

    Joaqun sali corriendo de su casa y se fue al bosque. Cuando lleg vio que haba decenas de rboles ardiendo. Cada vez el viento era ms fuerte y el fuego pasaba de un rbol a otro a toda velocidad.

    Entonces Joaqun, sin pensrselo dos veces, sigui adentrndose en el bosque hasta que lleg donde estaba su rbol. El fuego no haba llegado todava hasta l, pero cada vez estaba ms cerca. Joaqun lloraba y lloraba abrazado a su rbol, que pronto caera envuelto en llamas, sin saber qu hacer.

    Mientras, el pueblo entero haba acudido al bosque para intentar sofocar el incendio. Fueron los bomberos, la polica, y todos los dems habitantes para ayudar, incluidos los nios.

    Entonces, la mam de Joaqun, que no encontraba a su hijo por ninguna parte, se dio cuenta.

    SOCORRO!, grit, mi hijo est dentro del bosque! Hay que sacarle de ah!.

  • Los bomberos lo intentaban una y otra vez. Usaban sus mangueras, sus hachas, pero apenas avanzaban unos metros y el fuego les echaba para atrs.

    Es imposible entrar!, deca el jefe de los bomberos. El fuego ha rodeado al nio por todas partes. No podemos hacer nada.

    Cmo lloraban todos viendo al pobre Joaqun rodeado de rboles ardiendo.

    Y Joaqun segua abrazado a su precioso rbol, muerto de miedo, sin saber qu hacer.

    Entonces, de repente, Joaqun sinti cmo se elevaba del suelo. Primero un poquito, pero enseguida estaba a varios metros de altura. Cuando abri los ojos, se dio cuenta de que estaba encima de una rama de su rbol. No se lo poda creer.

    Y en ese momento, se oy un inmenso crujido y del suelo empezaron a salir las gigantescas races del rbol.

    El rbol comenz a andar. Poco a poco avanzaba con sus races, como si fueran enormes piernas, con Joaqun muy sujeto entre sus ramas. El rbol abrazaba a Joaqun entre las ramas para que el fuego no pudiera quemarle.

    Y poco a poco fue saliendo del bosque, mientras los habitantes del pueblo miraban alucinados.

    Entonces, el rbol lleg hasta la mam de Joaqun y suavemente le dej a su hijo en sus brazos. Y abrazado a su madre, Joaqun vio cmo el rbol volva a plantarse en un lugar seguro, donde el fuego no poda llegar y se volva a quedar quieto para siempre. Pero antes, de reojillo, el rbol mir a los amigos de Joaqun, que estaban mirando embobados, y les gui un ojo.

    FIN

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