El arbolito: proceso comunitario de re significación del espacio urbano. - Juan Sebastián Acosta...

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IV Congreso Educación Sin Escuela Ponente: Juan Sebastián Acosta Estrada 04 de Octubre de 2014 El Arbolito: Proceso comunitario de re significación del espacio urbano. Demandas, transiciones y retos del accionar artístico juvenil en parques públicos de Bogotá. Resumen Este articulo busca socializar algunas perspectivas sobre la experiencia de trabajo colaborativo a través de la cual nació ElArbolito como espacio de encuentro cultural de artistas en formación en medio del entorno urbano bogotano. La iniciativa de la Comunidad Experimental Fungi de re significar lugares específicos del espacio público por medio de la práctica artística libre y las pedagogías alternativas llegó a coincidir al cabo de un par de años en una confluencia notable de jóvenes que aumentó periódicamente hasta convertirse en un sector de ocupación cultural del Parque de los Periodistas en pleno centro de la capital. Trazaremos una trayectoria que, a partir de algunos antecedentes, nos ayude a identificar mejor los alcances de la iniciativa, examine la diversidad de sus implicaciones y postule algunos retos tanto de la comunidad establecida, como de la ciudad, sus planes y políticas de fomento a la educación, el arte y el uso del espacio público. Palabras Clave: Comunidad, Aprendizaje Colaborativo, Alternativas, Artes, Jóvenes, Espacio Público Urbano. Introducción Las transformaciones que queremos anotar aquí son fruto de acciones deliberadas con un alto margen de improvisación; fruto del esfuerzo creativo, tan audaz como ingenuo, del accionar colectivo de un grupo de jóvenes relativamente organizado, insertado en un contexto lleno de contradicciones como las calles de la ciudad. Los planteamientos con que pudiéramos delinear las operaciones de un proceso como este, relativamente reciente y aun en marcha, hacen referencia a categorías complejas, no sólo por su bastedad conceptual, (performance cultural, apropiaciones comunitarias, educación popular…) sino por las condiciones, en constante crisis, del medio en cuestión. Estas circunstancias, relativas al surtido ámbito del arte callejero y, por ende, a la problemática realidad social del entorno

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IV Congreso Educación Sin EscuelaPonente: Juan Sebastián Acosta Estrada

04 de Octubre de 2014

El Arbolito: Proceso comunitario de re significación del espacio urbano. Demandas,  transiciones y retos del accionar artístico juvenil en parques públicos de Bogotá. 

ResumenEste articulo busca socializar algunas perspectivas sobre la experiencia de trabajo

colaborativo a través de la cual nació ElArbolito como espacio de encuentro cultural de artistas en formación en medio del entorno urbano bogotano. La iniciativa de la Comunidad Experimental Fungi de re significar lugares específicos del espacio público por medio de la práctica artística libre y las pedagogías alternativas llegó a coincidir al cabo de un par de años en una confluencia notable de jóvenes que aumentó periódicamente hasta convertirse en un sector de ocupación cultural del Parque de los Periodistas en pleno centro de la capital. Trazaremos una trayectoria que, a partir de algunos antecedentes, nos ayude a identificar mejor los alcances de la iniciativa, examine la diversidad de sus implicaciones y postule algunos retos tanto de la comunidad establecida, como de la ciudad, sus planes y políticas de fomento a la educación, el arte y el uso del espacio público.

Palabras Clave: Comunidad, Aprendizaje Colaborativo, Alternativas, Artes, Jóvenes, Espacio Público Urbano.

IntroducciónLas transformaciones que queremos anotar aquí son fruto de acciones deliberadas con

un alto margen de improvisación; fruto del esfuerzo creativo, tan audaz como ingenuo, del accionar colectivo de un grupo de jóvenes relativamente organizado, insertado en un contexto lleno de contradicciones como las calles de la ciudad. Los planteamientos con que pudiéramos delinear las operaciones de un proceso como este, relativamente reciente y aun en marcha, hacen referencia a categorías complejas, no sólo por su bastedad conceptual, (performance cultural, apropiaciones comunitarias, educación popular…) sino por las condiciones, en constante crisis, del medio en cuestión. Estas circunstancias, relativas al surtido ámbito del arte callejero y, por ende, a la problemática realidad social del entorno cultural urbano, a sus tensiones asimétricas entre las demandas de escenarios para la educación y producción artísticas, y la pertinencia de políticas públicas eficaces al respecto, hacen del asunto un terreno donde hay mucho que pensar, queda mucho por hacer (¿resistir?) y quedará sin duda mucho por decirse. El recorrido por ciertos especímenes clave de nuestro bosque de experiencias compondrá el paisaje adecuado para entrar en contexto, buscamos establecer un panorama incluyente que movilice reflexiones variadas pero certeras, sobre un proyecto que busca sembrar nuevos espacios de convivencia creativa y más consciente.

Puedo al fin con mucha emoción presentar a nuestro querido Arbolito, humilde guardián e impasible amparador de los imaginarios de varias generaciones de jóvenes que han acumulado experiencias incontables, entretejiendo innumerables historias entre sus ramas. Nuestra(s) Aula(s) AlterNativa(s), nuestra escuela sin paredes, nuestro sueño colorido, nuestra fuente de utopías, nuestra ventana de realidades. La Comunidad Experimental Fungí nació y creció bajo su sombra para luego expandirse como esporas en el bosque, pues este árbol es muchos y esta comunidad tiene muchxs hermanxs.

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Eucaliptos y AcaciasPráctica libre y otras pedagogías alternativas.

Encontré hace poco una cartilla con el listado de especies de árboles y arbustos de la Universidad y conseguí imaginar una posible historia de la Ciudad Universitaria. Una en la que pudiera encontrarse la descripción de los espacios verdes del campus, pero que además también diera cuenta de sus transformaciones, de las transiciones en los modos de habitar estos espacios, de las metamorfosis que han sufrido los principales lugares de encuentro de la comunidad universitaria.

Lugares tan interesantes en torno a la reflexión sobre el aprendizaje colaborativo y los ámbitos alternos a la educación académica (escolástica?) como aquel jardín posterior de la Escuela de Artes de la UN sede Bogotá, conocido como el circo de la nacho que, junto a la popular Playita, son fácilmente identificables por su variada población de visitantes: personas y grupos que frecuentan la universidad porque encuentran aquí espacios para el ocio, pero también un ambiente en el que se puede aprender ‘un poco de todo’, población flotante que hacen parte y complementa la comunidad de estudiantes. Estos espacios se convierten (a pesar del encarecimiento de la libertad de cátedra) en verdaderas aulas al aire libre, lugares de prácticas pedagógicas espontáneas, naturales, casi instintivas. Estos sitios, de libertad inusitada, donde pudiera leerse más francamente la participación original de la ciudadanía en un alma mater cada día más represiva, pueden encontrarse, tornadizos y diversos, en todas las universidades, sobre todo en las públicas.

Fue precisamente allí, parchando en torno a los Eucaliptos de la nacho y a la Acacia de la U. Pedagógica donde nos conocimos y nos hicimos amigxs, donde aprendimos diferentes técnicas para volar, donde en medio del ambiente posmodernista(?) de principio del nuevo siglo, nos inspiramos a forjar nuestro propio manifiesto, donde notamos que la escuela de circo en Bogotá seguía siendo la calle por lo que nos aliamos en nuestro propio colectivo de artes circenses, donde empezó nuestra Comunidad Experimental.

A la sombra de un UrapánColectivización y Nuevas Tendencias del Arte Urbano

Las artes escénicas se definen como aquellas artes performativas donde la acción artística sucede en vivo frente al público. Bajo una mirada clásica las artes escénicas son teatro, danza, música y sus posibles combinaciones, bajo una mirada más contemporánea está el aporte de las nuevas tecnologías y de nuevos espacios de ejecución pública frente a las disciplinas mencionadas anteriormente, a lo que debemos agregar las disciplinas emergentes, provenientes de aquellas, pero matizadas por nuevas tendencias del arte, el deporte y sus combinaciones, tales como el slackline, la danza aérea en tela, el yoga acrobático y varias más que han ido propagándose en los parques en años recientes como lo demuestra la existencia del Programa Dunt (Deportes urbanos y nuevas tendencias) del IDRD.

Según el Diagnóstico económico de los espectáculos públicos de las artes escénicas en Bogotá, realizado el Ministerio de Cultura y la Universidad de los Andes, el 35% de los artistas de arte dramático tiene una formación de tipo empírico, lo mismo ocurre en el subsector de danza donde el 25% de los tienen una formación de tipo empírico (25%) y el 52% educación de tipo no formal; el subsector música presenta los porcentajes más altos de formación empírica, con un 60%. El problema de profesionalización se debe en parte a la escasez de instituciones de nivel superior que se encuentran en el medio; como lo señala un estudio adelantado por la ASAB1, existen once mil novecientos dos (11.902) programas de educación superior inscritos

1 Perfil del egresado ASAB. Estudio realizado por la Academia Superior de Artes de Bogotá. 1998.

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en el Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (SNIES), de los cuales tan solo el 1.3% (aproximadamente 155 programas) corresponden a programas relacionados con las áreas de artes visuales. A esto hay que agregarle que de ese 1.3%, el 30% (cerca de 47 programas) corresponden a programas de literatura y el 26% (aproximadamente 40 programas) a programas de música; mostrando, así, una desatención a disciplinas como la danza y el teatro. Esto conlleva a que se promueva el ejercicio de las prácticas artísticas solo en el campo empírico, con escasas posibilidades de renovación y reconocimiento.

Sin conocer estas cifras pero conscientes de las escasa oportunidades de educación formal y de nuestros escasos recursos financieros, apasionadxs y entusiastas en nuestra búsqueda de identidad colectiva, concretamos un lugar para entrenar juntos, acordamos reunirnos todos los domingos para seguir aprendiendo, para intercambiar saberes, para jugar a la sombra de otro árbol; uno muy amable, un Urapan en un territorio también híbrido: detrás de la facultad de artes escénicas de la U. Pedagógica en terrenos del Parque Nacional.

A través de casi la totalidad de domingos del 2011 fue creciendo el número participantes, de amigxs y conocidos que concurrían a jugar con nosotrxs. Compartiendo abiertamente lo poco que sabíamos creamos colectivamente la Varieté Artística con la que debutamos en el Teatro de los Sueños mientras que profundizaban nuestras empatías y nos íbamos empoderando de nuestras habilidades, hasta hacer realidad proyectos fascinantes como El Científico Loco y El Fin del Mundo, obra de CircoTeatro con la que llevamos un mensaje ecológico a lxs niñxs del Zarzal, Valle del Cauca en el Festival de Teatro Independiente Telón Azucarero, o la Caravana Ambiental por Bakatá con la que realizamos trece caminatas pedagógicas a paisajes del límite urbano.

A pesar del clima, la subida hasta la circunvalar o los Carabineros, los experimentos, trueques e incursiones de la comunidad en el parque continuaron hasta que la costumbre le dio un nombre antonomástico al sitio, ElArbolito; título simple y simbólico de nuestro espacio de práctica libre de artes circenses que fue llenándose de telas, cuerdas, juguetes, instrumentos musicales, de maestrxs y aprendices, de niñxs y familias, de satisfacciones y también de necesidades: por ejemplo, las colchonetas y otras herramientas necesarias para una práctica del todo segura, tan solo las veíamos por las ventanas de una facultad con la que el dialogo no era más fluido que con una administración del parque que no hace mucho arrancó una huerta comunitaria tildándola de invasión.

SamánAccionar juvenil contemporáneo y Apropiación del Espacio Público

En 2102 la mayoría éramos estudiantes universitarios, los más jóvenes, recién graduados del colegio se preparaban para encontrar una carrera o para la vida laboral. Como un grupo más sólido nos congregamos en la Chakana Casa Cultural participamos en su activación como espacio cultural alternativo, combinamos el circo con soundsystem y algo de gastronomía para ofrecer inolvidables eventos nocturnos, colaboramos en más festivales y de alguna manera conseguíamos combinar (auto) educación artística, fuentes de sustento y diversión.

Aunque estábamos más bien repartidos por la ciudad pues vivíamos en localidades diferentes, confluíamos en el corazón cultural de la ciudad, la Candelaria. En el Parque de los Periodistas, conocido antes de los años 40´s del siglo XX como el Parque de la Romana y en la década de 1960 como el Parque de la Independencia, era el escenario ideal para el encuentro e intercambio de información de periodistas, poetas y literatos de la época como Manrique Figueroa, Gómez Jattin o Pierre Languinez. En la actualidad es un corredor importante de estudiantes y un punto de encuentro por excelencia. En su zona norte se encuentran las instalaciones del ICFES, en su costado oriental se halla la estación de Transmilenio de Las Aguas lo mismo que el edificio de la Academia Colombiana de la Lengua, en su extremo

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suroccidental se encuentra el hotel Continental del arquitecto Vicente Nasi y allí donde se unen la carrera 3ª y la avenida Jiménez de Quesada, entre los límites de la localidad de la Candelaria y Santafé hay un separador con algunos árboles, en el que, por iniciativa de los compañeros residentes del sector y continuando con el historial artístico del sitio, en el que dicen que décadas atrás Frambuesa colgó la primera tela acrobática en Bogotá, comenzamos a reunirnos cada jueves replicando las jornadas de los domingos.

Lo que nos interesaba era practicar juntos, hacer con otrxs lo que nos gusta, compartir los procesos de creación y experimentación. Rápidamente comprendimos las condiciones particulares de un espacio netamente callejero, sustancialmente diferentes a las de la universidad o las de un parque como el P. Nacional. Luego de varias semanas la población de habitantes de calle que estaban posesionados del espacio fue cediendo y disminuyendo hasta concentrarse en otras zonas es este parque-plaza. Comprendimos también la poderosa labor del arte en movimiento, al observar la continua transformación del ambiente por la afluencia de personas de todas las edades interesadas en nuestras maromas, ahora visibles desde el Transmilenio, en una de las esquinas más transitadas del centro. A lo largo del año fue multiplicándose la asistencia hasta que reconocimos que ya eran muchos los que llegaban pero no participaban de las actividades propuestas, llegado este punto, los miembros estables de la comunidad habíamos transitado hacia otros procesos y latitudes por lo que asumimos con humildad la responsabilidad de mantener las dinámicas de talleres y círculos en los que compartimos saberes con cientos de compañerxs que ya destinaban siempre las tardes del jueves a las artes circenses en una improvisada aula comunitaria.

Tal vez fue este el punto de inflexión, el momento en que nuestra iniciativa debió consolidarse y trabajar en un proyecto de emprendimiento social basado en la pedagogía artística, si bien no fue así, el espacio siguió creciendo en población y variedad de prácticas.

La jornada habitual empezaba con la creación de un mandala colectivo con lo que se ordenaba el espacio y la energía situando un centro, luego calentábamos juntos con juegos o ejercicios dirigidos mientras que anunciábamos propuestas o invitaciones y posteriormente nos distribuíamos para desarrollar talleres en técnicas específicos, finalizando la tarde volvíamos a encontrarnos en círculo para agradecer, recordar la necesidad de transformar nuestras maneras de habitar el lugar y dar paso al espacio de práctica libre que se prolonga hasta el horario nocturno, el cual llegó a convertirse en un escenario igual o más concurrido que la plaza del Chorro de Quevedo, congregando entre cien y doscientos jóvenes(?) cada jueves y viernes en la noche.

Hace ya varios meses que somos conscientes de las dificultades para focalizar la atención de tantas personas con tan diversas maneras de aproximarse al espacio, vimos como la gran cantidad de pisadas llegaron a reducir el pasto hasta casi desaparecer, recibimos visitas de varios medios de comunicación universitarios y también de un par de programas de Canal Capital, así como de un comandante de la Policía Nacional que manifestó su supuesto interés en acompañar nuestro parche pero que solo vuelve de vez en cuando para upejotiar al que caiga y se deje pillar consumiendo, haciendo vista gorda frente a la concurrencia de expendedores o dylers y prestando oídos sordos a los hurtos sistemáticos.

Las artes escénicas entendidas como los espectáculos en vivo de teatro, danza, música, circo y la articulación de las anteriores en el mismo escenario y tiempo, forma parte de los bienes y servicios que hacen parte del campo cultural que se caracteriza, entre otras cosas por la transmisión de ideas, valores simbólicos y modos de vida, las cuales informan o entretienen contribuyendo a forjar y difundir la identidad colectiva así como a influir las prácticas culturales. Hoy en día ElArbolito de la Plaza de los Periodistas es una ocupación cultural juvenil abierta, una toma cultural tan llena de luz como de oscuridad, en la que siempre hay manos voluntarias suficientes para adelantar labores como el desafío, encarado recientemente, de recuperar el pasto y de paso sembrar y aprender cuidando de una huerta que aún no tiene los

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didácticos letreritos que tantas veces hemos visualizado, qué aunque nadie sabe bien como, está germinando y florecerá muy pronto.

Otras EspeciesRuptura y continuidad en los Parques

Bogotá, especialmente, presenta características culturales muy importantes; en esta ciudad existe una gran diversidad de espectáculos, no solo con respecto a su formato y contenido sino, también, en que se refiere a la diversidad de precios ofrecidos y al público objetivo; se pueden mencionar por ejemplo los encuentros de música joven que ha venido desarrollando el IDCT desde el año 1995, como los “festivales al parque” en los que ya se incluyen rock, jazz, salsa, rap, música popular, música llanera, música popular urbana, conciertos de música clásica -Sinfónica y Filarmónica- y la música religiosa, entre otros. Existen además, espectáculos o festivales de cine, teatro y poesía, uno de los eventos de artes escénicas más populares de la cuidad es el Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá que este año (2006) realizó su décima versión, constituyéndose en un importante escenario para la exposición tanto del arte nacional como internacional. Los festivales callejeros, festival teatral organizado anualmente por las salas concertadas, entre otros eventos organizados por la alcaldía de Bogotá, por el IDCT o por entidades privadas también están presentes en las actividades culturales citadinas. Adicionalmente se encuentran los circos que deambulan por los barrios y las compañías de danza que hacen sus presentaciones en diferentes escenarios, los cuales representan una fuente importante de cultura en la ciudad. Todo esto demuestra que Bogotá es una ciudad con una gran cantidad y variedad de eventos culturales que de una u otra forma aportan al desarrollo económico y social de sus habitantes.

Sin embargo son también muchos los espacios habitados principalmente por jóvenes en los que proliferan prácticas violentas, discriminatorias o perjudiciales que no aportan al bienestar de la comunidad, convertidos en focos de micro tráfico y contaminación en ocasiones con el visto bueno y la actitud cómplice de las autoridades locales. Entre los muchos parques que han perdido su espíritu de sana convivencia, queremos nombrar algunos en los que procesos semejantes han optado por promover iniciativas que renueven y recompongan las lógicas espaciotemporales con las que la población se sitúa en el lugar.

Red IE CHO: Parques para Todxs. Iniciativa de colectivos en red que realizaron jornadas de siembra, talleres artísticos y encuentros para dialogar sobre el territorio desde el pensamiento ancestral en: CuatroParques en la calle 42 con carrera 9, Parque de los Hippies en la calle 60 con carrera 7ma, Parque Nacional, zona común del Barrio el Paraíso.

AUAMBARÍ: Proyecto de la Secretaría Distrital de Ambiente que ha realizado jornadas culturales como una propuesta de educación participativa, donde convergen actividades artísticas, prácticas ambientales y pedagogías ancestrales en: Cabildo Muisca de Bosa y Humedal Santamaría del Lago.

El espíritu del BosqueRed de Aulas Vivas: Ambiente, Arte y Ancestralidad

Finalmente quisiéramos repasar nuestro horizonte, compartiendo aquí la visión que hemos ido entretejiendo a través de estas ficciones compartidas. Tal vez baste con invitarles, con exhortar a manifestar nuestras alianzas para sentar las bases de un proyecto que llamamos Red de Aulas Vivas, en donde se entrelazan nuestras aspiraciones pedagógicas en torno al arte, la agroecología y la reapropiación AlterNativa de la ancestralidad como conexión identitaria con el territorio.

Esta Red, será alternativa pero también distrital, pues sabemos que requiere de un tejido institucional serio que aúne las voluntades de la administración burocrática con la fuerza y la valentía de las organizaciones para poder construir junto a los jóvenes y las comunidades, en condiciones de sustentabilidad y de justicia, más espacios de convivencia en libertad, más

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lugares donde las pedagogías comunitarias sean la pauta y la educación no brille por su ausencia.