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El Arte del Martirio O El Necrófilo Posmoderno “El que hace una bestia de sí mismo se deshace del dolor de ser hombre”. -Samuel Johnson.

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Este ensayo muestra una perspectiva diferente de un nihilismo hedonista llamado martirismo y la relación que tiene con las adicciones.

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El Arte del Martirio

O

El Necrófilo Posmoderno

“El que hace una bestia de sí mismo se deshace del dolor de ser hombre”.

-Samuel Johnson.

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¿Es la autodestrucción una conducta de origen filogenético, un simple capricho de

insatisfacción existencial (ser infeliz) o ambas? Un poco de ambas consideraría yo. Como

menciona Erich Fromm en su libro “Del tener al ser” (1976) Cuando fue a Oslo a recibir el

Premio Nóbel de la Paz (1952), Albert Schweitzer desafió al mundo "a atreverse a

enfrentar la situación... El hombre se ha convertido en un superhombre.., pero el

superhombre con su poder sobrehumano no ha alcanzado el nivel de la razón

sobrehumana. En la medida en que su poder aumente se convertirá cada vez más en un

pobre hombre... Debe despertar nuestra conciencia el hecho de que todos nos volvemos

más inhumanos a medida que nos convertimos en superhombre", ¿qué se les viene en

mente?, a mí, la palabra ambición y asimismo, el concepto de degeneración ontogenética1

intencionada; en palabras sencillas, hablo de la destrucción por tener lo que se quiere, un

hedonismo materialista (considerando a los seres vivos como objetos, como medios),

donde en ausencia total de alternativas para obtener lo que se quiere (resultando así una

utopía, asimismo creada por una abstracción selectiva2) Fromm tiene una curiosa

expresión: necrófilo, el cual se refiere a los individuos “que aman la muerte” y hacen lo

posible por conseguirla, sin embargo, ¿qué sucede, si no existe una forma externa de

conseguir ese aire de muerte?, podría manifestarse de manera interna, llegando, pues, a

la autodestrucción donde la felicidad, sea la causa de la misma. Un ejemplo muy claro (el

básico, podría decirlo) es Julien Offray de La Metrrie, donde en “El arte de gozar o la

escuela de la voluptuosidad”, done propone que el placer supremo es el que se obtiene a

través de los sentidos, sin embargo, esa filosofía lo llevó a la muerte; consumió una alta

cantidad de trufas, lo que le causó fiebre y para contrarrestarla (lo cual no funcionó) ingirió

sangría que él mismo se había recetado, terminando con su vida.

En el lapso del proceso de autodestrucción hedonista (radical), se da algo que yo llamo martirismo, donde a su vez divido este proceso en 4 etapas: Insatisfacción o incomodidad existencial, mediación interna, deliberación y climax (que termina en la muerte). La causa de este suceso es la frustración de una insatisfacción ambiciosa teniendo coma una de miles consecuencias, la degeneración ontogenética.

Antes de continuar, me gustaría aclarar, que los conceptos de degeneración ontogenética y martirismo, están relacionados, pues el primero se refiere al acto en sí, mientras el segundo es el proceso que conlleva la desintegración en el aspecto 1 El concepto de ontogenética en este escrito variará un poco de significación, pues con él me refiero al reconocimiento del individuo de sí mismo, aceptación de su origen. Consideremos la raíz etimológica de ontogénesis. Término compuesto de las palabras griegas "ontos" (ente) y "génesis" (origen). Etimológicamente significa, pues, origen del ente (Webdianola).2 Es considerada algo que se llama distorsión cognitiva, esta distorsión consiste en centrarse en aspectos negativos de ciertas experiencias, excluyendo los aspectos positivos.

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biopsicosocial. Los individuos quienes cometen estos actos, los llamo martiristas o necrófilos posmodernos, pues encuentran una significación subjetiva más no discutible de acabar placenteramente con su vida, es decir, amando a la muerte.

Es como el adicto a la heroína, al alcohol, a la cocaína, al tabaco, al cristal e incluso a la marihuana (aunque aquí lo incluiría como un martirismo sugestivo, pues no genera dependencia física sino psicológica); aunque la manifestación de este fenómeno no se limita al uso de otros medios para acabar con la vida, pues las diferencias individuales y la subjetividad de cada persona determinará el medio, aunque el fin, sea el mismo.

El martirismo también puede considerarse como un nihilismo radical sistematizado, pues requiere de una serie de pasos para cumplir el objetivo. Un ejemplo de un martirista podría ser Charles Bukowski, pues lo refleja es sus frases sobre el alcohol, por ejemplo en Soirée “en la taza se asienta mi botella como un enano que espera ganarse mis oraciones bebo y toso como un idiota en una sinfonía, luz del sol y aves enloquecidas por todos lados el repiqueteo del teléfono hace saltar su sonido contra los pronósticos del mar atormentado; bebo profundamente e incluso ahora, bebo por el paraíso y la muerte y la mentira del amor”, cuyo contenido es rico en filosofía nihilista.

Las drogas, (aunque dudo que esto ocurra con la heroína y el cristal), son un complemento para la felicidad, no un suplemento, pues el suplemento tiene como resultado la adicción; y esto no quiere decir que las drogas sean necesarias, pues existen otros caminos, sin embargo si se desea hacerlo, además de tener amor a la vida, se debe experimentar con suma precaución y seriedad.

Un martirista, es un hedonista suicida, es decir, obtiene la felicidad plena “sacrificándose”; alguien que no ve más alternativas en su vida y que decide autodestruirse con sus más placenteros gustos; esto ya sea de manera fortuita o longitudinal.

La agresividad, dentro de este fenómeno constituye la potencia inicial para mover los engranes del martirismo, pues la agresión es el acto primitivo inherente en nuestra naturaleza para adaptarnos al medio; Erich Fromm (1998) en su libro “Anatomía de la destructividad humana” menciona la diferencia entre dos tipos de agresividad: La positiva y negativa; en la primera, habla sobre la agresión como medio de adaptación, es decir meramente biológico, mientras que la segunda nos habla de la destructividad humana, del placer y ambición por destruir. Ahora preguntémonos, ¿qué incentiva al ser humano a destruirse a sí mismo?, ¿es acaso una satisfacción a una necesidad existencial como Fromm lo menciona?, una necesidad existencial de generar algún efecto, a toda costa. Podemos entender que el hombre es el único que trasciende de sus necesidades fisiológicas a las necesidades pasionales, cosa que los animales no racionales no desarrollan. Fromm nos dice que el ser humano sufre gravemente cuando se ve reducido a una máquina de engendrar o alimentar aunque tenga todas las seguridades que quiera, el hombre ansía lo dramático y emocionante cuando no puede hallar satisfacción en un nivel superior, cree para sí el drama de la destrucción. Lo anterior, nos da una premisa importante dentro de este juego, pues no es secreto que el significado de la vida es todo y a la vez nada; somos los creadores de nuestro propio destino como su significado; esto a la ambición de existir. Las pasiones según Fromm

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pueden definirse como “el intento del hombre de hacer que la vida tenga significado y de sentir el máximo de intensidad y fuerza que pueda (o crea poder) lograr en las circunstancias dadas”, sin embargo, ¿qué sucede cuando la misma ambición del ser humano por llegar al máximo de intensidad lo lleva a su autodestrucción?, ¿qué lo motiva a cumplir una meta mortal? Puede en parte, ser el placer pleno, lo arriesgadamente reconfortante; un mártir sacrificado por sus propios placeres, consumiéndose en la perdición existencial, dejando atrás todo rastro de él como ser humano, quedando sólo como un ser.Los vicios del ser humano son recíprocos a sus pasiones; es más, podemos afirmar que las pasiones son el vicio del ser humano, cosa que lo lleva a la decadencia, a la destrucción de la vida y el cuerpo, quedando absuelto del dolor de ser humano por motivos que ni él conoce; motivos que absuelven al ser humano de serlo sin morir en el intento (uno de ellos, es el hecho de recordar que somos humanos, por lo tanto nuestra capacidad de deliberación pasional se equilibra con el raciocinio, sin embargo, el ser humano es hambriento de poder y ambición que en ocasiones olvida su lado filogenéticamente avanzado).

A continuación, explicaré las bases neurobiológicas de la agresividad humana junto con la del suicidio y las adicciones, además de un análisis complementario de éstos en la conclusión, puesto que hasta ahora no existen una explicación teórica concreta que sustente este escrito.

Neurobiología del suicidio y la agresividad

Cástulo Cisneros (2011) nos explica, como base biológica, que el suicidio es resultado de impulsividad deliberada, y esto por el resultado de bajos niveles de serotonina en el núcleo del rafe, putamen y el hipotálamo. La serotonina es el neurotransmisor responsable de detener la acción e inhibir la impulsividad, disminuye nuestras necesidades y está involucrado en múltiples procesos de la conducta y la vida de relación. El aumento del tono serotoninérgico está relacionado con individuos pasivos y letárgicos, como se observa en los cuadros depresivos, en tanto que la disminución del tono se asocia con sujetos insatisfechos, irritables, impulsivos y buscadores de sensaciones, quienes pueden presentar comportamientos de búsqueda permanente de situaciones riesgosas y consumo y abuso de sustancias como el alcohol, aumentando con ello, los riegos de autolesionarse. La alteración funcional serotoninérgica parece explicar la relación frecuente que se observa en los pacientes suicidas de consumo de alcohol asociado a impulsividad que originan frecuentes comportamientos de autoagresión. En la conducta autoagresiva, parece existir, además, compromiso del circuito orbitofrontal, que tiene su origen en las áreas 9 y 10 de BRODMANN de donde parten proyecciones que se dirigen a la porción ventromedial del núcleo caudado. El funcionamiento anormal de este circuito da lugar a una deficiente capacidad para controlar los impulsos y a episodios explosivos de ira e irritabilidad. El funcionamiento anormal de este circuito da lugar a una deficiente capacidad para controlar los impulsos y a episodios explosivos de ira e irritabilidad. De esta manera el paciente suicida podría encontrarse en lo que SCHNEIDERMAN

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denomina el triángulo letal caracterizado por tres factores predisponentes, 1. Odio contra sí mismo por culpa o debido a una disminución

6. importante de la autoestima, 2. Un estado de extrema agitación en el cual el individuo se encuentra tenso y no piensa claramente, 3. Limitación de las posibilidades intelectuales o visión ʺen túnelʺ que determinan que el individuo no pueda pensar más allá de la situación inmediata. Sistema dopaminérgico La dopamina es el neurotransmisor de la motivación incentivada, sus niveles normales permiten que un individuo pueda iniciar un plan de acción dejando a un lado factores de distracción o interferencia. Su disminución produce un desinterés general, pérdida de la motivación, insatisfacción de la necesidad interna, déficit atencional y depresión inhibida. Se ha encontrado asociación entre niveles bajos del ácido 5-hidro-xindolacético (5HIAA)3 y el ácido homovanílico metabolito4 de la dopamina en suicidas, relación que algunos autores consideran como un marcador biológico de vulnerabilidad de enfermedad afectiva. La Adrenocorticotropina también juega un papel importante en la inhibición de la agresividad a largo plazo, puesto que la administración exógena de ésta tiene un efecto en la corticoesterona. (2009)

Lo anterior mencionado por Cisneros, nos propicia una vista más clara sobre la autodestrucción del ser humano.

Neurobiología de la adicción

Los estudios experimentales realizados en roedores han puesto de manifiesto que, en la administración aguda, los efectos reforzantes y motivacionales de las drogas de abuso se deben, esencialmente, a un incremento de la actividad del sistema dopaminérgico de la recompensa. Sin embargo, aquí no se menciona que la causa de la adicción en las ratas no era por la droga en sí, sino por una variable fantasma que fue el aislamiento.

Entre las estructuras del sistema límbico debemos destacar el núcleo accumbens

(NAc), el núcleo de la recompensa por excelencia, la amígdala y regiones relacionadas

y el hipocampo. Todas estas regiones del cerebro son esenciales en el proceso

adictivo. Además, el NAc, a pesar de ser una región muy pequeña, no es homogénea

sino que puede subdividirse en dos áreas distintas tanto en relación a sus conexiones

con otras estructuras como por sus funciones, el “core” y el “shell”. 

El “shell” es la región donde la liberación los reforzadores naturales y las drogas de

abuso inducen la liberación de dopamina. Otra región crucial en la adicción es el cortex

prefrontal, donde se proyectan aferencias que tienen su origen en el ATV y constituyen

el sistema mesocortical). Durante el consumo de sustancias adictivas, la hiperactividad

dopaminérgica en estas regiones puede significar, en individuos vulnerables, el inicio

del proceso adictivo. 

3 El ácido 5-hidroxindolacético (5-HIAA) es el metabolito principal de la serotonina en el cuerpo humano. Su cuantificación en orina indica los niveles corporales de serotonina.4 El ácido homovanílico es el metabolito de la dopamina.

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Las sustancias adictivas se comportan de manera similar a las recompensas

naturales (la bebida, el sexo o las relaciones sociales), todas producen placer desde la

perspectiva conductual y desde la vertiente neurobiológica actúan, esencialmente,

sobre los mismos mecanismos neurales. Sin embargo, existe una diferencia

fundamental entre las recompensas naturales y las drogas de abuso. Las recompensas

naturales producen, una vez consumidas, un efecto de saciedad que tiene un correlato

neurobiológico claro en el sistema dopaminérgico. Es decir, una vez satisfecho el

deseo o necesidad de consumo de las recompensas naturales, disminuye la liberación

de dopamina. 

Pero a diferencia de éstas (las recompensas naturales, las sustancias adictivas, lejos

de producir disminución de la DA liberada, al contrario la aumentan; este efecto se

denomina sensibilización dopaminérgica, y se produce sobre todo cuando las drogas

se consumen de forma repetida e intermitente. Es esta capacidad de las drogas de

“usurpar” los mecanismos de la recompensa “sin saciarlos”, produciendo en su lugar

“sensibilización”, lo que hace que las drogas sean adictivas.

El sistema dopaminérgico de la recompensaestá constituido por las vías, cuyo neurotransmisor es la dopamina, tienen su origen en el área tegmental ventral (ATV) y se proyectan sobre distintas regiones del sistema límbico (sistema mesolímbico). El consumo de drogas adictivas produce en el CPF un aumento de la liberación de dopamina que afecta de una manera especial aunque no exclusiva a las regiones orbitofrontales (COF). El aumento repetido de los niveles de dopamina provoca una sobre estimulación de los receptores D1 y, como consecuencia de esta estimulación, se produce un aumento en la actividad de los mecanismos celulares de memoria, la potenciación a largo término (PLT) que facilitan el aprendizaje de pistas y contextos asociados al consumo de la droga (Neuroclassics).

Conclusión

Los bajos niveles de serotonina y dopamina nos dan pistas cruciales para los motivos del martirismo, puesto que la dopamina juega un papel en la recompensa y, cuando ésta disminuye sus niveles se es propenso a padecer depresión, otra variable importante dentro de los actos autodestructivos. La motivación por realizar un acto de suicidio placentero. Los casos de alcoholismo y adicción a los opiáceos son un gran ejemplo; otras maneras de practicar el martirismo no es solamente con drogas como mencioné al principio del escrito, sino con todo acto que produzca placer y cuya práctica sea excesiva dando como resultado la muerte ya sea momentánea o longitudinal, como el sexo u otra herramienta.

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BibliografíaC. (s.f.).

Esperón, C. S., & Mardomingo Sanz, J. M. (2009). Manual de diagnóstico del niño y el adolescente. Buenos Aires: Panamericana.

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Fromm, E. (1998). En E. Fromm, Anatomía de la destructividad humana (págs. 4-359).

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Webdianola. (s.f.). Recuperado el 12 de Junio de 2015, de Glosario de Filosofía: http://www.webdianoia.com/glosario/display.php?action=view&id=241&from=action=search|by=O

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