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EL ARTE DEL CANTO, LA ORACIÓN Y LOS REMEDIOS CASEROS MENONITAS

Patricia Islas Salinas

Francisco Alberto Pérez Piñón

Guillermo Hernández Orozco

María Olivia Trevizo Nevárez

Nuestras plantas medicinales crecen

desde tiempo inmemorable en el jardín de Dios.

María Treben

IntroduccIón

Como menciona J.W.F. Hegel, el arte es una actividad espiritual que se plasma en lo sensible, es la forma como se manifiesta el espíritu y una de las funciones del arte es permitir que alguien exprese una vivencia y la

Imagen 21. Portada de libro Volksheilkunde

zur Selbstbehandlung für jedermann (Medi-

cina popular de autotratamiento para todo

el mundo), 1923. Autor: Kunze.

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comunique a otros, está vinculado a las impresiones íntimas, sensaciones y emociones, a lo que realmente se siente; la transmisión de estas viven-cias en la vida cotidiana va generando la producción del arte, la creación inédita empírica, legada de generación en generación, hace que el arte se convierta en una cuestión de identidad dada por creencias y costumbres entre los miembros de una comunidad.

Los menonitas son una cultura antigua cuyas tendencias espirituales encuentran su expresión en el canto, como el arte de manifestarse entre los hombres y ante Dios.

El arte de la curación, por otro lado, se basa en la fe, en la oración y los remedios caseros, legados de generaciones pasadas. El arte permite sobre-vivir a una realidad social adversa, cuando esta no puede ser cambiada.

Los menonitas, comunidad radicada en la región de Cuauhtémoc, Chihuahua, México, han basado el ethos1 de su comunidad en la religión, ellos adaptan su estilo de vida a las prácticas y creencias religiosas, gene-rando una congruencia no sólo en su quehacer cotidiano sino también en lo que tiene que ver con el proceso salud-enfermedad física y espiritual. Su manera de observar el mundo, la naturaleza y el cuerpo, parte de una percepción que invoca sentimientos morales y estéticos de agrade-cimiento a Dios por crear todo y darlo a la humanidad como un regalo que se debe cuidar por ser algo muy hermoso y preciado. Es a través de la oración y el canto que la persona expresa su arte a partir de la paz interior que consigue al dominarse ante las diferentes tentaciones, al re-conciliarse con el mundo, consiguiendo un sentimiento de satisfacción y salud ante esto. La estética de la religión se refiere a todos los signos sen-sibles utilizados en las manifestaciones religiosas incluyendo emociones y sentimientos, pudiendo ser agradables, como la alegría por cumplir con lo estipulado o desagradables como la culpa al saber que se ha pecado (Vega A. 1998).

1. Carácter común de comportamiento o forma de vida que adopta un grupo de individuos

que pertenecen a una misma sociedad. Diccionario Enciclopédico Vol. 1. 2009. Larousse.

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ManIFestacIones del arte en la cultura MenonIta

a) El arte del canto religioso como instrumento de sanación

El canto como práctica religiosa es común en los menonitas, según San-tarelli, Campos M. y Martín M. (2009), conecta al hombre con lo trascen-dente y lo divino en la búsqueda de un camino espiritual que conduce a la salvación. El enfermo que tiene mucha creencia en Dios alivia su corazón a través del canto, esto le hace aguantar su enfermedad o su dolor porque sabe que es un camino para llegar a agradar a Dios. Cuando hay enferme-dades entre los integrantes de la comunidad un grupo visita al enfermo, oran y cantan para hacerlo sentir mejor, para aliviar su carga, o bien cuan-do está a punto de morir lo hacen para que el viaje al cielo sea más ligero. Los cantos sanan el alma, cuando el cuerpo está dañado por el pecado.

El canto es un rito sagrado que surge como mediación entre el hom-bre y Dios, en un espacio que puede ser la iglesia o el hogar (Rosendall, 2002: 30).

Todos los integrantes de la comunidad poseen un himnario, este se considera un objeto personal y santo, el más tradicional data de la edad media, contiene más de 700 cantos que se han aprendido por generaciones desde su formación y a través de su diáspora; son diversos y se utilizan para diferentes ocasiones, como bodas, bautizos, funerales, cantos espe-ciales para la comida, la cena, al levantarse y al acostarse, incluso hay un canto en donde se encomienda a los gobernantes al poder de Dios, estos cantos son lentos y suaves para demostrar su fervor y respeto. La mayoría son anónimos; cuenta la historia oral que surgieron cuando una persona pasaba por un trance doloroso o por una alegría y esta escribía una oración para pedir ayuda a Dios o bien para dar gracias por los bienes recibidos, luego la compartía a través de un canto y la comunidad la adoptaba; esta misma historia cuenta además que los cantos más largos surgieron cuando los menonitas eran perseguidos y quemados en sus propias iglesias.

Esto viene de hace muchos años en nuestra historia, cantaron así porque cuando

se formaron los menonitas en la época de la matanza de cristianos, mientras

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esto ocurría, los menonitas cantaban y hacían los cantos largos y graves para no

escuchar el horror. (Comunicación oral, Loewen H. 2014).

Turner (1964) indica que el canto cumple con la función orática de la unión entre lo moral y lo material, los menonitas toman el canto como una oración en voz alta porque ésto une lo espiritual con lo material, cantan para agradecer el trabajo, la salud y el bienestar económico, pero cuando no se comparte de acuerdo a los mandamientos de Dios entonces por castigo se estará enfermo para sufrir.

Si él nos da es para que nosotros demos a nuestra vez y si no lo hacemos, si no

damos en su nombre entonces él nos castigará para que pensemos en lo que

hacemos. (Comunicación oral, Loewen H, 2014).

El canto religioso fue la única expresión musical en la iglesia desde el nacimiento de los católicos hasta la edad media, este fue un instrumento de proclamación de fe y piedad. El canto gregoriano se propagó en Alema-nia por San Bonifacio como parte de su misión. (Lucio J. 1970).

Lo sagrado y lo profano constituyen dos modalidades de estar en el mundo, dos situaciones existenciales asumidas por el hombre a lo largo de su historia. (Eliade citado por Santarelli et al, 2009).

En los hogares, el canto mundano no se escucha ni se practica, para que

buscar cosas buenas en la basura, para que buscar lo que no se necesita si

solo necesitamos alabar a Dios a través del canto religioso. (Comunicación oral

Loewen H. 2014).

El canto de los menonitas es a cappella, porque es así como surgió en sus inicios, es un canto en un tono grave. Consideran el uso de los instrumentos como algo profano e innecesario; es la voz como parte de sí mismo lo que se ofrece a Dios en las oraciones

[…] cantar es una necesidad como lo hacen las aves, todos los seres vivos le

dan su voz a dios, de esa manera le regalan sus dones y le agradecen por ellos

sin necesidad de acompañamientos materiales. (Comunicación oral, Loewen

H. 2014).

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b) El arte de curar a través de los remedios caseros Con respecto al proceso de salud-enfermedad, los menonitas pioneros lle-vaban consigo una provisión de remedios herbolarios, sin embargo éstos se iba consumiendo durante el viaje. Al llegar a un país desconocido, una región inhóspita y costumbres muy diferentes a las propias, afrontaron sus padecimientos apoyándose primeramente en la oración y buscando hierbas que ya conocían y otras que fueron experimentando.

La oración es la base de la vida cotidiana de los menonitas, es la comu-nicación con Dios lo que inicia su día y también lo termina. Consideran a Dios como el artesano que moldea su existencia; es él quien da y quita la salud de acuerdo a la obediencia de los mandamientos de su ley, la natu-raleza es para ellos un regalo del creador, por lo tanto todo lo que está en ella puede ser tomado para preservar la salud y combatir hasta las peores enfermedades.

Otra de las caras del arte es la creatividad, crear es combinar de una manera original elementos previamente existentes, en base a la técnica de ensayo y error. Los menonitas han ido creando sus propios remedios caseros de acuerdo a lo que nos dice Treben:

En la actualidad, la humanidad se ha alejado de lo natural y va dejando la verdad

de la vida dando paso a graves enfermedades sin tomar en cuenta las hierbas

medicinales que el señor puso en la naturaleza para salvarnos, solamente hay

que saber tratar cada una de las plantas de la “farmacia del señor” para que él

obre a través de ellas. Nuestras plantas medicinales del jardín de Dios buscan su

propio camino dentro del cuerpo humano, penetrando exactamente en aquellos

puntos en que son necesarias (Treben M. 1999) .

Este pensamiento es muy frecuente en esta cultura.Los menonitas son una comunidad migrante de origen europeo, for-

mada en el siglo XV a partir de la religión anabaptista,2 que llegó a la re-gión del norte de México en 1922, trayendo consigo un bagaje cultural que se ha preservado durante 500 años. Una de las bases de su idiosincrasia es

2. Palabra de raíz griega que significa “bautizar de nuevo”.

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la autosuficiencia, la autogestión y el autocuidado; piensan que para el ser humano es muy valioso encontrar una salida a su desesperación y padeci-mientos basándose en su propio esfuerzo, y éste se centra primeramente en la oración silenciosa, luego el canto como oración y posteriormente en la utilización de los recursos naturales; se acude al doctor por un diag-nóstico para conocer qué es lo que se está padeciendo, pero irremediable-mente se vuelve al principio: oración y remedios caseros.

Desde los primeros tiempos en su estancia en México, los menonitas decidieron continuar con las enseñanzas recibidas por sus antepasados. Existe un libro antiguo, del siglo XIX, considerado históricamente como el más importante, pues es ahí donde muchos aprendieron el arte de curar. Es un libro peculiar, ya que habla desde cómo preparar harina para hacer pan saludable hasta como curar a un caballo, como arreglar un hue-so dislocado, traer un niño al mundo o sacar una muela, der hause arts (los artes caseros). Este libro, conocido también como el médico casero, ha sido fuente de sapiencia para algunos menonitas que tenían más estu-dios o fungían como líderes, (ministros y maestros), quienes aplicaban los conocimientos que aprendían leyendo este multimanual para así ayudar a los vecinos y evitar en lo posible el contacto con la población mestiza. En la actualidad muy pocas personas tienen un ejemplar de este antiguo libro, uno se encuentra en el museo Menonita, la directora del mismo nos narra como ella ha hecho uso de algunos remedios para su propia salud:

Imagen 22. Haus Arzt (Médico casero).

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Yo personalmente tengo problemas con la vesícula, desde hace 7 años, entonces

asistí al seguro social y a otros médicos para que me checaran, para saber qué

es lo que tenía, me hicieron sonografía y una vez que me dijeron que era piedra

y me programaron para operación, yo sabía que era pura piedra, me dijeron

que era una muy grande, yo dejé la fecha para operarme y dije si para esa fecha

no me siento bien, me voy a operar y mientras trabajé con un remedio casero

que viene en el libro y dos días antes de la operación fui a cancelar, aunque

me esperé dos tres semanas de que no iba yo a tener dolor para no posponer la

operación antes de saber si funcionó y sí se me quitó con ese remedio casero

(Wolf L., comunicación oral, 2013).

Uno de los libros más utilizados en la actualidad por la comunidad menonita es el de la herborista austriaca María Treben, sus remedios cu-ran desde un dolor de estómago hasta manchas de la vejez y desgana para el trabajo. Dentro de los remedios más socorridos por los menonitas está el “biter sueco”, una mezcla de hierbas maceradas que se utiliza tomado o en cataplasma; fue utilizado desde la época de la civilización babilonia y redescubierto por María Treben en el siglo XX. Aún se conserva la receta original por algunas familias y se prepara como un elixir con propiedades digestivas, depurativas y tónicas.

Yo tengo epilepsia en donde me ha ayudado mucho es en que se bajaron mucho

los grados, los médicos miden la epilepsia en 8 grados, entonces se me han

bajado mucho los grados, ya tengo los grados mucho más bajos y pues casi no

tengo ataques y si uso las yerbas suecas, también viene la receta en el libro,

es lo que usaban nuestros antepasados y me pudieron dar una hoja, una amiga

se preocupaba mucho por mí por los ataques que tenía yo, dijo que ella quería

que le hiciera el favor de leer ciertas páginas, y ver lo que hace la yerba sueca

con los epilépticos, entonces fue cuando empecé a utilizarlo y me he sentido

mucho mejor, eso sí hay que saber prepararlas, con calma y oración, confiar en

que Dios nos va a sanar por medio de ellas. (Wolf L., comunicación oral, 2013).

La manzanilla también es una yerba muy utilizada por los menonitas: “cuando dentro de uno se está gestando un disgusto, antes de que el co-razón y la circulación puedan dar su respuesta, se debería preparar una infusión de una taza de manzanillo“ (M. Treben, 2013).

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Imagen 23. Portada del libro Salud desde la botica del Señor, de María Treben.

En la comunidad menonita algunas mujeres se han dado a la tarea de compilar, publicar y difundir folletos elaborados a partir de los remedios caseros heredados de los antepasados. Sustentadas por el interés de pre-servar lo aprendido a través de la memoria colectiva y para evitar en lo po-sible el complicado contacto con los médicos de otra cultura, quienes no comprenden sus tradiciones, creencias e incluso su idioma, siendo esto un obstáculo para acudir a los centros de salud y un motivo para seguir confiando en la sanación por la oración y los remedios caseros. (Thiessen N. 2013).

La teoría de acumulación de roles indica que el grado de satisfacción personal aumenta el bienestar físico y psicológico, (Sánchez P. 2003) desa-rrollar el arte de curar a través de plantas, aceites e ingredientes diversos que se encuentran en la cocina ha permitido que el rol de la mujer como cuidadora de la familia le proporcione un estatus importante dentro de la misma ya que el hombre es el proveedor material y ella del bienestar. Para los Menonitas, la enfermedad suele tener una causa que revela un

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Imagen 24. Folleto de remedios caseros de Norma Thiessen.

desajuste entre el cuerpo y el espíritu, entre la materia y el alma, entre su mundo cotidiano y el lenguaje, de aquí la importancia que se le otorga a las creencias religiosas, a la biblia como instrumento poderoso de reen-cuentro con Cristo para recuperar la salud o para mantener el cuerpo sano y una vida plena.

c) El arte de la sanación a través de la oración

La celebración de ritos religiosos es una práctica de la vida cotidiana de este grupo cultural, se hace oración al despertar, antes de comer, antes de trabajar, al llegar a la escuela y antes de dormir; para inculcar la fe, hallar sentido a la vida y vivir como parte del cuerpo de Cristo. Esto convence a las personas de que el caos, cuando una enfermedad ataca al cuerpo, puede soportarse a través de la oración. Una religión es un sistema de símbolos a través de los que se genera una acción subjetiva en el estado de ánimo, motivación y creación del sentido de la oración como agentes propios de una cultura repercutiendo en una percepción de efectividad y realismo único de acuerdo a Geertz (2003).

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Uno de los ritos de esta cultura, es la unción con aceite, acto que se hace en aquella persona enferma que lo solicite. El ministro de la iglesia, en presencia de la familia del enfermo y de miembros destacados de la comu-nidad, lee un versículo de la biblia y reflexiona sobre él:

14 ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor.

15 Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.

16 Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho. (Santiago 5:14-16).

Luego se da oportunidad al enfermo de que confiese sus pecados, oran juntos y el ministro echa un poco de aceite en su cabeza y éste sa-nará milagrosamente:

Yo tenía hipertiroidismo y marcado, muy marcado, estuve tratando con

medicamentos y salía poquito mejor, pero muy pálido, muy débil, muy

desanimado al trabajo y llegaron unos ministros, unos evangelistas y predicaron

que Dios puede sanar y lo que hicimos, juntamos a toda esa gente, oramos

fuertemente y no pasó nada, me seguí sintiendo mal, pero cada vez menos,

hasta que en un mes más a veces se me olvidaban las tabletas esas, se me

olvidaban, va ¿Por qué?, pues no lo sentí muy necesario. Después de tres meses

hicimos un análisis y perfectas condiciones y se ve el tiroidismo normalmente,

bueno según me explican los doctores, es algo que no se puede curar, que nada

más se puede controlar y desde esas fechas no he tomado ni una pastillita y ya

son años, yo estoy convencido que Dios me curó. (Martens C., comunicación

oral, mayo 2013).

Para los escépticos este tipo de sanación tiene una explicación:

Se podría objetar que aquel que con todas las fuerzas del alma se abandona, en

el centro de su conciencia, a determinados pensamientos, está expuesto a toda

clase de autosugestiones y cosas parecidas, en el terreno de la ilusión (Steiner

R. citado por Crottogini, 2004).

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a Manera de conclusIones

Las diferentes facetas del arte manifestadas en la cultura menonita es-tán íntimamente relacionadas con la religión. Su concepción del arte es muy distinta a la de otras culturas, entre ellos no se practica el teatro, la pintura, la música instrumental y mucho menos la danza, es por eso que la importancia del canto es trascendental en todas las etapas de la vida cotidiana religiosa de niños, adultos y ancianos.

Las manifestaciones espirituales artísticas se revelan también a través de la oración, a lo largo de la historia la curación de los padecimientos en cualquier cultura tiene su origen en la herbolaria y en la creencia de la ayuda de un ser supremo, el conocimiento espiritual guía hacia la com-prensión de la enfermedad y también de la curación. La visión antropo-sofica sostiene desde tiempos antiguos que la sabiduría de los misterios estaba íntimamente vinculada con el arte de curar, y la búsqueda de cono-cimientos espirituales también guardaba relación con éste. Los menonitas practican esta sabiduría a partir de su fe en la palabra de Dios.

En cualquier cultura y espacio histórico, el rol de la mujer como cui-dadora y proveedora de bienestar es preponderante, es ella la que busca los recursos y elementos necesarios para practicar el arte de curar. En el caso de los menonitas, las mujeres dejan en las manos de Dios lo que la naturaleza les da para utilizarlo en la elaboración de los remedios caseros convirtiéndose en artesanas de la salud.

Los hombres por su parte, son elegidos por la comunidad como auto-ridad eclesiástica, ya sea como ministros u obispos convirtiéndose en los guías espirituales a través de la oración y el canto.

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