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EL BLANCO INVISIBL E (CUENTOS Y NARRACIONES)

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  • 1. EL BLANCO INVISIBLE (CUENTOS Y NARRACIONES)

2. El Blanco Invisible, Pascal Faulliot 2 PASCAL FAULLIOT LOS CUENTOS DE LA MARAVILLOSA SABIDURA Y LA DANZA DEL VACO Siempre es grato ver aparecer un nuevo libro que, de una manera indirecta, a travs del cuento o de la poesa, ensea la autntica sabidura. La tradicin japonesa, como todas las tradiciones antiguas, es extremadamente rica en cuentos y en narraciones de todo tipo. La aportacin de cuentos y prodigios de la tradicin budista no deja de ser menos importante. Pascal Faulliot ha hecho una gran obra de adaptacin al reunir estos cuentos y narraciones de las artes marciales. Hay que ver en los textos que nos presenta slo una agradable e inteligente manera de dar a conocer acontecimientos y narraciones a veces autnticos, como es el caso de los recuerdos de Eugen Herrigel sobre el gran Maestro de arco, Awa, o las concernientes al fundador del Aikid, el Maestro Ueshiba. Es difcil saber dnde acaba la historia y donde comienza el cuento en este mundo sutil y un poco mgico, real o maravilloso, de los grandes Maestros. Es evidente que el ltimo secreto nunca es verdaderamente transmisible y que, sin embargo, aquel que quiere puede comprender y ser iniciado, o robar el secreto, tal como el joven Yang Lu Chan, del siglo XIX, que consigui ingresar en la familia del Maestro Chen Chang Hsiang que detentaba el secreto de una forma de combate a mano desnuda, conocido desde entonces con el nombre de tai-chi. Yang consigui ser empleado como sirviente. Cada da oculto en un rincn. Un da segua las lecciones del Maestro fue sorprendido por el Maestro. Nadie haba conseguido jams violar el secreto de una enseanza varias veces centenaria. Su vida estaba en juego . Pero el Maestro comprendi que Yang actuaba impulsado por el deseo real de aprender por lo que accedi a ensearle. Ms tarde, convertido en un gran Maestro, Yang dio a conocer parte de los secretos de la que es sin duda la ms grande de todas las artes marciales. Todos estos cuentos o narraciones poseen una enseanza constante: el espritu racional, el deseo de eficacia caen presos de sus propias trampas. Subyacente a la realidad, aparece otra realidad, se manifiesta una eficacia casi absoluta, y aquel que crea actuar o golpear es sbitamente vencido o alcanzado profundamente. Por ejemplo, esos bribones que tan mal acaban despus de atacar a un Maestro de tai-chi que apenas se defiende. El Maestro Awa, para ilustrar que lo esencial haba sido adquirido, y por supuesto la eficacia, clava una flecha en un blanco que se encuentra en el fondo de un pasillo sin luz. Despus lanza una segunda flecha que quiebra a la primera. De la misma manera, la fuerza gil de un viejo Maestro vence el ardor impetuoso de un joven samurai. Podramos multiplicar los ejemplos hasta el infinito. Estas historias tienen como meta hacernos comprender que el umbral a alcanzar y la verdad a comprender nunca son evidentes, que la verdadera eficacia es a menudo secreta y oculta, incluso voluntariamente disimulada, ya que el colmo del verdadero conocimiento es burlarse de l, fingir que no se sabe nada. Personalmente he conocido a varios Maestros verdaderos que en 3. 3 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot apariencia podan ser confundidos con las personas ms comunes. Esta viva tradicin, particularmente en el mundo del sufismo, se ha convertido de hecho en una caracterstica esencial del sufismo mismo. Se dice a menudo que un pir, un Maestro, y sobre todo un Maestro de Maestros, un polo, debe permanecer desconocido, incluso a veces a s mismo. La Humanidad est sembrada de seres cuya calidad interior es un campo de fuerza determinante para el bienestar y la proteccin de la vida. Estos seres, en s mismos centros espirituales, estn ah para crear alrededor de ellos influencias benficas propicias para mantener y transmitir la tradicin secreta. Este es un punto estable, un centro que existe en cada ser y que es posible realizar, ya que no requiere nada que no est en el hombre: una apertura a la sabidura infinita desde adentro, una apertura a travs de la cual surge a la luz y florece una sabidura que como la de estos Maestros fascinantes, hace que los gestos, los dedos, los bastones, las cosas ms insignificantes, se muevan como en la danza del Vaco. MICHEL RANDOM 4. 4 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot Una herencia milenaria 5. 5 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot El mensaje de los cuentos Los Maestros han utilizado desde siempre la virtud mgica de los cuentos para intentar hacer presentir lo inefable. No es nada extrao que las narraciones de artes marciales encierren el sentido profundo de estas disciplinas que ante todo son una escuela de vida. Lo ms sorprendente reside en el hecho que la mayora de las historias reunidas en este libro estn basadas en hechos autnticos. Su impacto es as mucho ms fuerte: son la prueba que la vida encierra un misterio, un secreto que no sospechamos. Al darnos el sabor de una dimensin desconocida, testimonian que lo increble no es imposible, que lo extraordinario puede mezclarse con lo cotidiano. Estas narraciones ejemplares no son lecciones morales, no tienen nada que demostrar. Su objetivo es otro: provocar preguntas cuya nica respuesta es la prctica. El arte de detener la lanza Las verdaderas artes marciales no pueden ser confundidas con los simples deportes de combate. Un signo, un smbolo expresa a menudo ms que un largo discurso. Los ideogramas para designar el arte marcial son los mismos en China y en el Japn. nicamente difieren en su pronunciacin. Los chinos dicen wu-shu, los japoneses bu-jutsu. Arte marcial o arte de combate es una traduccin que traiciona un poco el ,espritu del ideograma original que se descompone en dos caracteres: detener y la lanza. Comprendido originalmente como el arte de detener la lanza, el arte marcial toma as su significacin esencial. Ms an si se comprende que esta frmula puede interpretarse a la vez como el arte de detener la lanza del adversario y el arte de detener la lanza propia. Es decir, el Gran Arte de la pacificacin exterior y de la armona interior. El arte y la Va En las civilizaciones antiguas, cuyos testimonios existen an vivientes en Oriente, las artes tradicionales conducen a una Va que permite al hombre, al precio de un aprendizaje largo y difcil, profundizar su experiencia de la realidad y de l mismo. Poco a poco, el aprendiz descubre las leyes que rigen las fuerzas sutiles con que la vida est tejida, y aprende que la calidad de sus obras depende del dominio de s mismo, de lo que l es. Su trabajo exterior es el soporte de una metamorfosis interior. Este es el origen de una confusin que nos hace creer que el kung-fu es el boxeo chino. Para designar su Arte de combate a manos desnudas, los chinos dicen chuan-shu, el arte del puo. Kung-fu expresa el esfuerzo consiente, el entrenamiento perseverante en vista de realizar una obra de arte o de conseguir el dominio de s mismo. La confusin proviene de las estrechas relaciones que existen en China entre las artes marciales y la realizacin del ser humano. Pero lejos de ser utilizado exclusivamente por las artes marciales, el trmino kung-fu sirve para expresar el nivel de un hombre en cualquier 6. 6 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot dominio. Para decir que un caligrafista ejecuta un trabajo de calidad, los chinos dicen que su kung-fu est muy avanzado. En el Japn existe la Va de la caligrafa (sho do), la de la ceremonia de t (cha do), la del arreglo floral (ka do), de hecho, una Va para cada arte antiguo. El arte del combate no escapa a esta regla. El bud designa el sendero abrupto que serpentea en el corazn de las artes marciales. Esta Va del combate es escarpada. La presencia del adversario exige la presencia de s mismo en cada gesto que es as una cuestin de vida o muerte. Un fallo en la concentracin, un desequilibrio entre el cuerpo y el espritu no perdonan en un combate real y representan un gran riesgo en los entrenamientos. Rpidamente se descubre que el adversario ms peligroso no hay que buscarlo en otra parte ms que en s mismo. La Va del combate adquiere as un sentido diferente. Dj significa en japons el lugar de la Va. En l se practica el bud. Equivalente a un templo, el dj es un lugar sagrado en el que se recibe una enseanza, en el que uno se ejerce y se regenera. Pero el bud, repiten los Maestros, no se practica solamente en el dj. Es un arte de vivir que se experimenta a cada instante. El verdadero dj, aaden los Maestros, es el que el discpulo debe construirse en su corazn, en lo ms profundo de s mismo. La gnesis de las wu- shu El origen de las wu-shu, las artes marciales chinas, sigue siendo insondable. El chuan-shu, el arte del combate a mano desnuda, es actualmente el ms famoso. Sus orgenes se remontan al menos al ao 2000 a.C. Vasijas y frescos del ao 1400 antes de nuestra era representan tcnicas de combate en las que se utilizan puos y pies. Parece que el chuan shu fue muy pronto, incluso quiz desde su comienzo, una disciplina completa tal y como lo testimonian indiscutiblemente las actitudes representadas en un pergamino de la dinasta Han (202 a.C.). En l se ve efectivamente tanto tcnicas marciales y teraputicas como un gestual simblico y sagrado. El chuan shu y el taosmo, la Va inicitica china, estn ntimamente unidos desde los tiempos legendarios. Numerosas leyendas hablan de la creacin de una escuela de combate por un adepto del Tao. La historia oficial lo confirma puesto que los anales conservan el recuerdo del clebre mdico taosta Hua To (220 a.C.), que cre un mtodo fundado sobre el comportamiento de cinco animales, relacionados con los cinco elementos de la alquimia taosta. Pero la leyenda acuerda el lugar relevante a un monje budista que llevaba en sus alforjas un mtodo revolucionario. La escuela de Bodhidhanna Daruma, ms conocido por el nombre de Bodhidharma (El Iluminado), fue un monje hind que recorri la China a principios del siglo VI para renovar 7. 7 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot el 8. 8 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot budismo que se encontraba en plena decadencia. La corriente reformadora* que se inici con el nombre de Chan pas al Japn bajo el nombre Zen. * Basada sobre la prctica de la postura de meditacin por la que el Buda lleg al Despertar; postura inmvil y derecha, postura sedente con las piernas cruzadas en loto o en semi-loto, la atencin est concentrada sobre una expiracin larga y profunda empujada hasta el hara, zona llamada tambin kikai tandem, es decir, el ocano de la energa, y que se encuentra tres dedos debajo del ombligo. Despus de haber viajado durante la mayor parte de su vida, este patriarca del Zen, se asent en el monasterio de Shaolin. Desde su llegada constat que los monjes del monasterio eran incapaces de concentrarse para meditar y descubri que la causa de ello era su estado de debilidad, producto de los ejercicios ascticos, las interminables discusiones doctrinales y sobre todo el abandono de cualquier prctica fsica. Con el fin de restablecer su salud y permitir una unin armoniosa entre el cuerpo y el espritu, origen de toda evolucin espiritual, Bodhidharma les ense una serie de movimientos surgidos en su mayor parte de las artes marciales indias y chinas que l mismo haba perfeccionado en el curso de sus largos y peligrosos viajes. Este mtodo, completado con tcnicas de hata yoga, tom el nombre de i chin ching. El monasterio de Shaolin se convirti a continuacin en la escuela ms clebre de wu-shu. Los monjes que se sucedieron en l no dejaron de practicar y de perfeccionar el Arte del Combate. La leccin de Daruma parece haber aportado sus frutos. El arte de los monjes de Shaolin fue enseado durante siglos a la sombra de los muros del monasterio. Slo los monjes eran iniciados pero algunos de ellos dejaron Shaolin para ir a ensear su arte por los dems monasterios y, a veces, a los laicos. Poco a poco, el Shaolin pai termin por popularizarse, sobre todo despus de la destruccin del monasterio en 1723. Las artes marciales chinas llevan an la marca del monasterio. El estilo de combate ms extendido en China fue y sigue siendo el Shaolin pai. Pero difcilmente comprensible para la masa de practicante, este arte degener en un simple mtodo de combate, que utiliza ms la fuerza muscular que las cualidades internas. Decepcionados por esta decadencia, algunos practicantes se volvieron sobre los estilos llamados internos, las artes del nei chia, puesta a punto y transmitida en el seno de crculos muy cerrados de adeptos taostas. El arte de la mano suave La leyenda afirma que el renovador del chuan shu, el arte del puo, y el iniciador de los estilos Los pensamientos que pasan como nubes en el cielo no deben ser entretenidos. Vase Entrevistas a un Maestro Zen, Ed. Kairos; La Practica del zen, Ed. Kairs; y Zen y Artes Marciales, Ed. Crcamo, todas obras del Maestro Taisen Deshimaru. (Nota del Editor). internos fue un asceta taosta conocido con el misterioso nombre de Chan San Fong, el Maestro de los Tres Picos. Sin lugar a dudas heredero de una 9. 9 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot tradicin milenario, que tomara y adaptara, este sabio pasa por haber creado el wu-tang shu, el arte de la mano suave, presumiblemente antepasado del tai chi chuan. Traducido generalmente por el arte del puo supremo o el boxeo ltimo, el tai chi chuan es considerado a menudo como una simple gimnasia teraputica solamente interesante para las mujeres y los ancianos. Las apariencias engaan. Los movimientos son ejecutados lentamente durante aos. Sin embargo, ms de un temible experto ha lamentado amargamente un enfrentamiento con un Maestro de tai chi chuan . El secreto de este arte est en su nombre: la traduccin literal significa en efecto la accin (chuan) de la energa (chi) en el cuerpo (tai). Verdadera Va de la alquimia taosta, el tai chi chuan revela al buscador paciente la llave de la ciencia de las energas. Y por lo tanto una cierta invulnerabilidad.. a condicin de que no olvide que uno de los nombres dados a este arte es la lucha contra su sombra. El segundo estilo interno es el pa kua que saca su nombre de los ocho trigramas, los ocho elementos primordiales segn el I Ching, o el Libro de las Mutaciones, Biblia de los taostas. Estos ocho trigramas son representados a menudo alrededor de un crculo que contiene armoniosamente los smbolos del yin (pasividad) y del yang (actividad). Se piensa que el creador de este arte fue un asceta taosta. Muy cercano al tai chi, el pa kua ensea la ciencia de la energa a travs de movimientos circulares y continuos. Al comienzo del aprendizaje el ritmo es lento y con el paso de los aos es acelerado hasta alcanzar una extraa rapidez, hecha posible por el desarrollo de la flexibilidad y de la fluidez Hsing i significa la forma, la accin del espritu. Este es el nombre del tercer gran arte interno. La bsqueda de la armona del cuerpo y del espritu es la misma que en los estilos precedentes. Slo el trabajo gestual difiere: estos gestos se basan sobre un mayor uso de los movimientos lineales y discontinuos, como en el karate japons. Otros estilos del arte del puo se desarrollaron paralelamente. Algunos han degenerado rpidamente en mtodos llamados duros y externos, en los que la fuerza es lo ms importante. Otros se acercan a los mtodos internos. Algunos estilos de nombres evocadores merecen ser citados: el estilo de la garza blanca, el de la mantis religiosa, garras de guila, primavera radiante, el arte del laberinto, de la huella perdida ' el de las ocho divinidades ebrias, el del borracho. Se advierte que los chinos han encontrado una gran inspiracin en el estudio de la naturaleza. Algunas escuelas llevan el nombre de un animal que los practicantes toman como ejemplo. De todas maneras la mayora de los estilos estudian las actitudes y los movimientos de los diferentes animales. El modelo ideal es desde luego el del Dragn, que es al mismo tiempo el del tigre y el de la serpiente, el de la fuerza y el de la flexibilidad, el de la firmeza y el de la fluidez. Otro punto es que todas las escuelas utilizan los tao, que como los kata japoneses son encadenamientos de movimientos. No solamente constituyen un entrenamiento para el combate sino que son tambin un gestual simblico, un ejercicio de concentracin. Las armas utilizadas en las artes marciales chinas son diversas y numerosas: sable, espada, lanza, bastn, mangual, alabarda, hoz, etc... Numerosas escuelas del Arte del puo completan su enseanza con el manejo de armas que son consideradas como una prolongacin del cuerpo y por lo tanto como un excelente mtodo de dominarlo. 10. 10 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot Si el hroe a mano desnuda es el ms popular en China, los japoneses prefieren al Maestro de sable, el samurai. El bud y los bu-jutsu Las artes marciales japonesas son en muchos aspectos las herederas de las chinas. La civilizacin japonesa, aunque fuertemente influenciada por la cultura del Imperio del Medio, es sin embargo de una remarcable originalidad ya que el pas del Sol Naciente es un crisol que integra y absorbe para remodelar despus a su gusto. La savia sutil del bud no ha dejado de alimentar las artes marciales japonesas. Los Maestros japoneses del comienzo del siglo, temiendo quizs el contacto de Occidente y el choque del mundo moderno, han querido poner de manifiesto la importancia esencial de la Va (Do) cambiando los antiguos nombres de los bu-jutsu tales corno jiu-jutsu, aiki-jutsu, ken-jutsu... en Jud Aikid, Kend... De esta manera esperaban que el gran pblico no confundiera las artes marciales con los deportes de combate y que el sentido de la Va no desapareciera en los meandros de la historia. Los bu-jutsu son la continuacin del bud en dos sentidos: para alcanzarlo y para que l nos alcance. Aquel que ya ha asistido a una demostracin de categora, o que ha tenido la suerte de ver el magnfico film de Michel Random, sin cruda se habr sentido impresionado por la armona de los movimientos, por la belleza gestual. Numerosos espectadores compararon incluso estas artes a danzas viriles o a ceremonias sagradas. Comparacin que sin lugar a dudas no le habra venido al espritu observando un combate de boxeo o de lucha libre. Por supuesto que el azar no tiene nada que ver. La bsqueda tcnica efectuada desde la noche de los tiempos por los Maestros japoneses que han sabido integrar los conocimientos de sus homlogos chinos, se ha basado siempre en los principios de relaciones complementarias que rigen el Universo. El juego de fuerzas activas (yang) y pasivas (yin) es puesto es practica con una precisin extraordinarias en los movimientos de ataque y de defensa de manera que se pueda neutralizar al adversario con un mnimo de esfuerzo y un mximo de eficacia. De aqu surge, casi naturalmente una pasmosa armona de los gestos. Los katas sobre todo son los que encarnan el aliento del bud. Los katas (formas, modelos) son un encadenamiento de movimientos predeterminados. A primera vista sirven para asimilar las tcnicas, para aprender a utilizarlas en la perspectiva de un combate. Tambin se les atribuye numerosos efectos benficos para la coordinacin fsica y respiratoria, para el sentido del ritmo, para la concentracin as como para la salud cuando son practicados correctamente. Los Maestros los han utilizado para transmitir sus conocimientos. Transmisin de tcnicas, de tcticas de combate, desde luego, pero tambin son un simbolismo espiritual. Los katas son portadores de un mensaje codificado a varios niveles que slo revela su secreto despus de aos, o ms bien despus de toda una vida de prctica intensiva. El origen de los katas actuales es muy antiguo. Los Maestros o los monjes que los crearon lo hicieron con el fin de que sirvieran como testamento para sus alumnos y para las generaciones futuras, en la esperanza de que la forma no fuera 11. 11 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot separada del corazn, y que los bu-jutsu continuaran sirviendo a la Va. Los bu-jutsu armados Contrariamente a una idea muy extendida, las artes de combate japonesas no fueron practicadas exclusivamente por la clase de los bushi (o samurais). Los hombres del pueblo, y sobre todo los monjes, supieron convertirse en practicantes experimentados y a veces en Maestros. No hay que confundir pues el bushid, la Va del guerrero, con el bud la Va de las artes marciales. Sin embargo la utilizacin de armas de guerra fue el privilegio de los samurais, sobre todo a partir del siglo XVI en el que un decreto orden la confiscacin de las armas en poder del pueblo. El KEN- JUTSU, la esgrima, era el entrenamiento de base del samurai. El sable fue el garde du corps del guerrero que nunca se separaba de l. De pie, sentado o acostado, el samurai deba estar preparado para desenvainar con el fin de salvar su vida, constantemente amenazada en la poca feudal. Comprendiendo que no era indispensable efectuar una esgrima extenuante para vencer, el guerrero nipn perfeccion al grado ms alto el IAI, el arte de desenvainar el sable y golpear al adversario incluso antes que ste tuviera tiempo de ponerse en guardia. Arma del guerrero por excelencia, el sable tiene tambin una plaza de honor en numerosas ceremonias religiosas en el Japn. Los monjes sintostas de los monasterios Kashima y Katori han fundado adems escuelas de esgrima de gran reputacin. El KYU-JUTSU, el tiro con arco, junto con el ken-jutsu, fue una prctica reservada a la aristocracia de los bushi. Con la aparicin de las armas de fuego, el arco comenz a desaparecer de los campos de batalla, pero el kyu- jutsu gan con ello en pureza. De esta manera se convirti en una disciplina muy centrada sobre el desarrollo espiritual puesto que el tirador, en el dj, slo debe vencerse a s mismo para alcanzar el blanco. El tiro con arco ha sido conservado principalmente en los templos en los que an hoy da existe un ejercicio ritual practicado cada da por los monjes. El kyu-jutsu es considerado por los japoneses como uno de los smbolos religiosos ms grandes ya que con un extremo de su arco, el arquero clava el Cielo, con el otro penetra la Tierra, y la cuerda tensa entre ambos lanza la flecha al Corazn del Blanco visible e invisible... El NAGINATA-JUTSU es la tcnica de la hoz de guerra. Los yama-bushi, monjes guerreros, fueron los primeros en utilizar esta arma, en el Japn. Estos famosos yama-bushi (guerreros de la montaa) eran monjes budistas que vivan sobre las pendientes del monte Hiei. Estaban organizados en rdenes militares, como los templarios occidentales, con el fin de asegurar la proteccin de los santuarios contra los bandidos. Los yama-bushi fueron guerreros temibles. Sus monasterios se convirtieron en lugares elevados para la prctica de las artes marciales, de una gran reputacin en todo el Japn. Numerosos samurais fueron a l para instruirse y perfeccionarse, Volviendo al naginata-jutsu, hay que decir que los yama-bushi manejaban particularmente de forma excelente la hoz de guerra. El clebre monje Benkei, compaero del hroe ms popular de la historia japonesa -Yoshisutne-, entr en la leyenda con el naginata en la mano. Otro monje del siglo XII, Tajima el cortador de flechas, atraves sano y salvo un puente barrido por las flechas, segndolas con su naginata. El empleo de esta arma se generaliz a continuacin entre 12. 12 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot los samurais de todo tipo. Con la aparicin de las armas de fuego, el naginata comenz a ser relegado pero an guard un lugar privilegiado en las mansiones aristocrticas donde fue utilizado por las mujeres de los samurais para defender sus hogares. En el Japn contina siendo la primera arma femenina. En el siglo XVI, las armas de guerra fueron oficialmente prohibidas al pueblo, e incluso a los monjes, con el fin de asegurar la dominacin de la clase aristocrtica de los bushi. Pero una tradicin marcial tenaz, alentada por la inseguridad de la poca, continu sobreviviendo en las aldeas, o en las ciudades ... y en los monasterios. Campesinos y artesanos transformaron sus tiles de trabajo en armas sorprendentes. Las trilladeras de arroz (nunchaku), las guadaas (kama), etc... no tardaron en concurrir con los sables. El BO-JUTSU fue sin duda el arte marcial ms practicado por el pueblo japons ya que el bo, el bastn, era un instrumento simple de uso corriente. Utilizado por la mano de un Maestro puede convertirse en una de las armas ms eficaces. Vagabundos, peregrinos, monjes y artistas errantes deban su supervivencia sobre los caminos infectados de maleantes a su habilidad en el uso del bastn. Basho, el clebre poeta Zen (1643-1694), uno de los ms grandes del Japn, tena la reputacin de manejar el bastn con la misma habilidad que el lenguaje. El valor de estas artes de combate popular termin por ser reconocido por los samurais, a expensas de ellos, que las practicaron asiduamente, aunque slo fuera para defenderse mejor. De todas maneras, la mayora de los Maestros solo alcanzaron un nivel alto despus de haber asimilado varias artes marciales con el fin de extraer los principios comunes y comprender mejor la esencia de la Va. Todos los bu-jutsu que acabamos de citar dependen de un instrumento artificial. Slo pueden ser estudiados o practicados si el practicante lleva sobre l un arma. Paralelamente a los bu-jutsu armados, las artes marciales a mano desnuda fueron practicadas ampliamente. Los bu-jutsu a mano desnuda Cuando un hombre es desarmado en el curso de un combate, su nica suerte de sobrevivir reside en su habilidad para utilizar sus armas naturales, es decir, las de su cuerpo. El JIU-JUTSU, o el arte de la flexibilidad, es un mtodo de combate a mano desnuda que reposa sobre el principio de no-resistencia. Este arte utiliza sobre todo tcnicas que permiten utilizar los movimientos del adversario para ponerle fuera de combate. Mtodo muy completo, el jiu-jitsu (o jiu-jutsu) utiliza todo el arsenal del cuerpo: desviaciones, proyecciones, barridos, golpes, llaves y estrangulamientos. El Jud deportivo surgi de l pero se alej completamente. La puesta a punto del Jud por Jigoro Kano a comienzos del siglo no es ms que su vago reflejo, empobrecido y mutilado. AIKI-JUTSU significa Arte de la armonizacin de las energas. Muy prximo al jiu-jitsu en su tcnica, este arte marcial no fue tan popular ya que era enseado secretamente en el seno de ciertas familias de la nobleza guerrera. La familia Takeda fue una de sus depositarias. Fue slo a comienzos del siglo XX que el ltimo sobreviviente de la lnea, Takeda Sokaku, acept divulgar un 13. 13 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot poco de esta enseanza. Ueshiba Morihei fue aceptado entre el nmero de alumnos y se inspir ampliamente en este Arte para crear el Aikid, arte marcial centrado sobre la no-violencia y desprovisto de toda tcnica ofensiva. Las artes de combate de origen chino tambin se extendieron por el Japn. Se les llama kempo. El KARATE es el ms clebre de estos kempo. Karate significa en japons mano vaca. En el archipilago de Ryu-Kyu, en el sur del Japn, la isla de Okinawa pas al siglo XV bajo la dominacin china. Los ocupantes prohibieron a la poblacin indgena la posesin de armas. Lejos de resignarse, el pueblo de okinawa desarroll clandestinamente un arte marcial derivado del kempo chino: el tode o mano de China. Este arte fue introducido principalmente por monjes chinos, como lo testimonian cierto nmero de katas: un kata proviene del jion- ji, antiguo templo budista. El estilo Shorin-ryu evoca explcitamente su relacin con el templo de Shaolin. La prohibicin fue mantenida cuando en el siglo XVII Okinawa fue ocupada por un seor japons. Practicada cada da ms, siempre durante la noche, en secreto, el arte marcial local comenz a ser conocido con el nombre de Okinawa-te. En el siglo XX, Funakoshi Gichin la introdujo en el resto del Japn. Entonces decidi llamarla Karate-d, la Va de la mano vaca, con el fin de remarcar su pertenencia al bud. La palabra kara (vaca) no fue elegida solamente para sealar el carcter de combate a mano desnuda de este arte, sino sobre todo por su significacin moral y religiosa. Kara se refiere tambin al vaco de toda intencin agresiva y evoca la experiencia Zen del vaco. Esto parece estar lejos de la reputacin de violencia que actualmente tiene el karate. Sus tcnicas son en efecto, temibles, ya que estn especializadas en los atemi los golpes sobre los puntos vitales con la ayuda de las manos, de los pies, de los codos y de las rodillas. Si no es practicada en su ptica tradicional de arte de defensa y como Va, el karate, separado del d, degenera fcilmente en un boxeo peligroso que en ese momento no tiene ya ninguna relacin con el Karate-d, que fue practicado por Funakoshi Gichin hasta el momento de su muerte, a los ochenta y nueve aos. 14. 14 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot En el umbral del misterio Cuando un hombre anciano desplaza un peso enorme o resiste con triunfo a varios jvenes, no se trata evidentemente de un problema de fuerza. Cmo puede suceder esto gracias a la rapidez. WANG CHUNG YUEH 15. El Blanco Invisible, Pascal Faulliot 14 16. El Blanco Invisible, Pascal Faulliot 15 La biografa del Maestro Ueshiba Morihei, fundador del Aikid, est llena de acontecimientos extraordinarios. En el curso de su existencia, ms de una vez fue atacado de una manera completamente inesperada, tanto por detrs como cuando dorma. Sin embargo, nunca fue sorprendido, siempre consigui neutralizar a su adversario. Un da, acept combatir sin armas contra un experto de Kend, armado con su sable de madera (boken). Esquiv todos los golpes hasta que su adversario, cansado, renunci a atacarle. El Maestro Ueshiba explicaba: Antes de que alguien me ataque, su ki viene hacia m. Si lo evito y su cuerpo sigue su ki, slo tengo que tocarle ligeramente para que caiga al suelo. En el curso de una expedicin a Mongolia realiz una proeza an ms sorprendente. Un soldado le estaba apuntando con un fusil a unos seis metros. En el momento en el que dispar, el soldado tuvo la desagradable sorpresa de ser asaltado por Ueshiba que lo desarm. El Maestro habra dicho: Existe un tiempo muy largo entre el momento en el que un hombre decide disparar y el momento en el que dispara efectivamente. Tena la facultad de jugar con el tiempo? Poda escapar a las leyes de la fsica?. Sin lugar a dudas un hombre as es un enigma que molesta a los cientficos oficiales y cartesianos. Sobre todo por el hecho que no se puede decir que estas historias forman parte de la credulidad supersticiosa de la Edad Media. Ueshiba Morihei es, en efecto, un Maestro contemporneo, muerto en 1969. Numerosos testigos, an vivos, pueden certificar lo que ellos han visto con sus propios ojos. Existen incluso fotografas en las que se ve a Ueshiba, frgil anciano de ochenta aos, resistir el empuje vigoroso de un hombre joven, con el cuerpo relajado y una sonrisa en los labios. Estos extraos poderes son comunes a todas las artes marciales. Constituyen la ciencia del CHI en chino, del KI en japons. Esta es una nocin difcil de traducir al francs o al castellano. Ki significa a la vez aliento, energa interna, atencin, espritu. Existen diferentes calidades de ki. Segn la tradicin oriental, el ki original se extiende por todo el Universo y se degrada poco a poco a medida que se aleja de la fuente, el Tao, para impregnar ms o menos, en funcin de su nivel, a los seres y las cosas del cosmos. Tcnicas de respiracin, de concentracin y de meditacin son enseadas con el fin de sentir y dominar el ki. El KIAI, vulgarmente llamado grito que mata, es de hecho el arte de dirigir, de proyectar el ki. Existen dos aspectos del kiai: un grito sonoro que emite una cierta calidad de vibracin, grito que proviene del hara, el centro vital del hombre, situado en el bajo vientre. Este HARA es el centro de gravedad del cuerpo y condiciona su estabilidad, sus movimientos y sus desplazamientos. Todo movimiento alcanza su mximo de eficacia si ha sido iniciado en este hara, y por el contrario se encuentra bloqueado si su origen es una contraccin muscular. El segundo aspecto del kiai es el fenmeno del grito silencioso, que proviene de las profundidades del ser. Este grito proyecta una energa sutil y puede manifestarse en los ojos. Se parece un poco a la hipnosis. El objetivo de los gritos, sonoros y silenciosos, es el mismo: emitir vibraciones susceptibles de perturbar al adversario, pero tambin pueden servir para reanimar a los que han perdido el conocimiento, gracias al choque producido por la vibracin. El KIME es el hecho de proyectar el ki con la ayuda del cuerpo, concentrando 17. 16 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot la onda de choque y la energa interna sobre un punto de manera que esta energa pueda continuar cuando el golpe se detiene. Los Maestros de karate practican a veces una experiencia curiosa: un alumno tiene un colchn doblado en cuatro veces contra su vientre, sin olvidar de contraer sus abdominales. El Maestro da una patada completamente relajada, pero con el kime concentrado sobre el colchn. El alumno est obligado entonces a dejar el colchn para cogerse el vientre y no puede impedir que un grito de dolor se le escape. La energa, despus de haber atravesado el colchn y el vientre contrado, ha alcanzado finalmente la columna vertebral. El sexto sentido, la facultad de presentir un ataque, tambin est en relacin con el ki, la energa. Todo pensamiento, toda intencin es una onda emitida por una persona y que puede ser captada por otra, cuya sensibilidad est muy desarrollada. Los grandes Maestros, despus de aos de prctica, poseen este poder de presentir intuitivamente un ataque. De esta manera pueden anticiparse a los movimientos del adversario y, a pesar de su avanzada edad, permanecer inatacables. El ki no es ni bueno ni malo en s mismo. El kiai puede servir para paralizar o para reanimar. Es la persona que lo utiliza quien lo hace benfico o malfico, destructor o creador. El empleo de estos poderes por un individuo egosta que los utiliza para sus fines malvados puede desnaturalizarlos y corromperlos. Las escuelas de sabidura, dignas de ese nombre, eran pues muy severas en cuanto a la seleccin de candidatos y la transmisin de las tcnicas slo se llevaba a cabo en el ms estricto secreto. De todas maneras, la conquista de los poderes no es la meta de la Va. No es ms que una consecuencia del despertar de las facultades latentes en todo ser humano, que resulta de un cierto trabajo interior necesario para la realizacin de s. Los Maestros slo utilizan sus poderes muy raramente, para proteger la vida o en el marco de su enseanza. La utilizacin de los poderes, la manipulacin de las energas no es gratuita. Por el contrario hay que temer el choque de vuelta. Tal es la ley del karma: se recoge lo que se ha sembrado. Aquel que abusa de los poderes malgasta su energa y se hunde en un laberinto oscuro, perdiendo toda esperanza de acceder a la verdadera maestra, al ltimo secreto. Entreabrindonos una puerta a un mundo desconocido, las historias de poderes extraordinarios nos dejan el sabor de una Realidad impalpable. No se nos escapa completamente la ciencia de la energa? El Universo y el Hombre no son un fantstico enigma?. EI blanco invisible Un da que el Maestro Kenzo Awa explicaba que el Arte del tiro con arco consiste en dejar partir la flecha sin intencin de triunfar, en tirar sin apuntar, su discpulo europeo Herrigel no pudo impedirse decir: - En ese caso usted seria capaz de tirar con los ojos vendados? El Maestro pos largamente su mirada sobre l... antes de darle una cita para esa misma noche. Ya haba oscurecido cuando Herrigel fue introducido en el dj. El Maestro Awa le invit primero a un cha no yu, una ceremonia de t que l mismo ejecut. Sin decir una palabra, el anciano Maestro prepar 18. 17 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot cuidadosamente el t y lo sirvi con una infinita delicadeza. Cada uno de sus gestos se desenvolva con la precisin y la belleza que slo una gran concentracin puede dar. Los dos hombres guardaron silencio para saborear cada instante de este armonioso ritual. Un instante de eternidad como dicen los japoneses. El Maestro atraves a continuacin el dj, seguido de su visitante, para situarse frente al recinto en el que se encontraban los blancos, a 60 metros de all. En recinto de los blancos apenas estaba iluminado, sus contornos casi no se divisaban. Siguiendo las instrucciones del Maestro, Herrigel fij all un blanco sin encender la luz. A su vuelta, vio que el anciano arquero estaba preparado para la ceremonia del tiro con arco. Despus de haber saludado en direccin al blanco invisible, el Maestro se desliz como si resbalara sobre el suelo. Sus movimientos se sucedan con la lentitud y la fluidez del humo que evoluciona suavemente en el viento. Los brazos se levantaron, despus bajaron. El arco se tens tranquilamente hasta que la flecha parti bruscamente, hundindose en la oscuridad. El Maestro permaneci inmvil, con los brazos suspendidos, corno si acompaara la flecha hacia su destino desconocido, como si el tiro continuara en otro plano. Despus, de nuevo, el arco y la flecha danzaron en sus manos. La segunda flecha zumb a su vez y fue tragada por la noche. Herrigel se precipit a alumbrar el recinto, impaciente por ver dnde se haban clavado las flechas. La primera estaba en el corazn del blanco. La segunda estaba justo al lado, ligeramente desviada por la primera a la que haba tocado y arrancado varios centmetros de bamb. Al volver con el blanco, Herrigel felicit al Maestro por su proeza. Pero ste replic: - El mrito no me pertenece. Esto ha sucedido porque he dejado que algo acte en m. Es este algo lo que ha permitido que las flechas se sirvan del arco para unirse al blanco. Esta pasmosa proeza es contada por el profesor Herrigel en su libro El Zen y el arte de los arqueros japoneses en el que relata tambin su difcil aprendizaje de kyud durante los seis aos, que pas en el Japn. Sexto sentido Tajima no kami paseaba por su jardn una hermosa tarde de primavera. Pareca completamente absorto en la contemplacin de los cerezos en flor. A algunos pasos detrs de l, un joven servidor le segua llevando su sable. Una idea atraves el espritu del joven: A pesar de toda la habilidad de mi Maestro en el manejo del sable, en este momento sera fcil atacarle por detrs, ahora que parece tan fascinado con las flores del cerezo. En ese preciso instante, Tajima no kami se volvi y comenz a buscar algo alrededor de s, como si quisiera descubrir a alguien que se hubiera escondido. inquieto, se puso a escudriar todos los rincones del jardn. Al no encontrar a nadie, se retir a su habitacin muy preocupado. El servidor acab por preguntarle si se encontraba bien y si deseaba algo. Tajima respondi: - Estoy profundamente turbado por un incidente extrao que no puedo explicarme. Gracias a mi larga prctica de las artes marciales, puedo presentir cualquier pensamiento agresivo emitido contra m. justamente cuando estaba 19. 18 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot en el jardn me ha sucedido esto. Pero aparte de ti no haba nadie, ni siquiera un perro. Estoy descontento conmigo mismo ya que no puedo justificar mi percepcin. El joven servidor, despus de saber esto, se acerc al Maestro y le confes la idea que haba tenido, cuando se encontraba detrs de l. Humildemente le pidi perdn. Tajima no kami se sinti aliviado y satisfecho, y volvi al jardn. Bokuden y sus tres hijos Bokuden, gran Maestro de sable, recibi un da la visita de un colega. Con el fin de presentar a sus tres hijos a su amigo, y mostrar el nivel que haban alcanzado siguiendo su enseanza, Bokuden prepar una pequea estratagema: Coloc un jarrn sobre el borde de una puerta deslizante de manera que cayera sobre la cabeza de aquel que entrara en la habitacin. Tranquilamente sentado con su amigo, ambos frente a la puerta, Bokuden llam a su hijo mayor. Cuando ste se encontr delante de la puerta, se detuvo en seco. Despus de haberla entreabierto cogi el jarrn antes de entrar. Entr, cerr detrs de l, volvi a colocar el jarrn sobre el borde de la puerta y salud a los dos Maestros. - Este es mi hijo mayor -dijo Bokuden sonriendo-, ya ha alcanzado un buen nivel y va camino de convertirse en Maestro. A continuacin llam a su segundo hijo. Este desliz la puerta y comenz a entrar. Esquivando por los pelos el jarrn que estuvo a punto de caerle sobre el crneo, consigui atraparlo al vuelo. - Este es mi segundo hijo -explic al invitado-, an le queda un largo camino que recorrer. El tercero entr precipitadamente y el jarrn le cay pesadamente sobre el cuello, pero antes de que tocara el suelo, desenvain su sable y lo parti en dos. - Y este -respondi el Maestro- es mi hijo menor. Es la vergenza de la familia, pero an es joven. El ojo del guerrero Gran amante del Teatro No, Tajima no kami, profesor de sable del shogun, 20. 19 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot asista a un espectculo en el que estaba reunida la Corte. El actor ms famoso de la poca actuaba ese da. Tajima observaba atentamente su actuacin que manifestaba un gran dominio de s. Su concentracin pareca sin fallo, sus gestos no dejaban ninguna abertura, exactamente igual que un guerrero experimentado. Desde el comienzo de la representacin Tajima no le quit el ojo de encima ni un solo instante. De pronto, el Maestro Tajima lanz un kiai en direccin al actor, un grito discreto, pero que no pas desapercibido... Un murmullo recorri la asistencia. Todo el mundo se intercambiaba las miradas. El shogun mismo se volvi para conocer la procedencia de ese grito. Cuando el espectculo hubo acabado, el shogun convoc a Tajima y le pregunt la razn de su extraa conducta. El Maestro se content con declarar: - Pregunte al actor, l lo sabe. El actor confes efectivamente: - El kiai surgi en el mismo momento en el que tuve un segundo de distraccin producido por un cambio en el decorado. Concentracin infalible Sen no Rikyu sigue siendo en la memoria de los japoneses el Maestro ms ilustre de cha no yu, el ritual del t. Estaba al servicio de Hideyoshi, el kampaku que en esa poca gobernaba el pas. Un da que el Maestro Rikyu oficiaba una ceremonia del t, Hideyoshi hizo la siguiente observacin a sus generales: - Observad bien cmo Rikyu prepara el t y veris que su cuerpo est lleno de ki, que sus gestos precisos y mesurados son como los de un gran guerrero, no presentan ninguna abertura. Su concentracin no tiene ningn fallo. Una idea atraves a Kato Kiyomasa, famoso general. Para verificar que lo que deca el kampaku era tan exacto Como l quera hacer creer, decidi tocar a Rikyu con su abanico justo en el momento en el que encontrara una abertura. As pues se puso a observar atentamente a Sen no Rikyu que se encontraba justo al lado de l. Al cabo de algunos minutos, creyendo percibir un fallo, el general se dispuso a tocarlo con su abanico. En ese mismo instante, el Maestro de t lo mir fijamente a los ojos y sonri. Kiyomasa se qued sin aliento. El abanico se le cay de las manos. El increble Chi Un Maestro de combate a mano desnuda enseaba su arte en una ciudad de provincia. Su reputacin era tal en la regin que nadie poda competir con l. Los dems profesores de artes marciales se encontraban sin discpulos. Un joven experto que haba decidido establecerse y ensear en los alrededores quiso ir un da a provocar a este famoso Maestro con el fin de terminar con su reinado. 21. 20 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot El experto se present en la escuela del Maestro. Un anciano le abri la puerta y le pregunt que deseaba. El joven anunci sin dudar su intencin. El anciano, visiblemente contrariado, le explic que esa idea era un suicidio ya que la eficacia del Maestro era temible. El experto, con el fin de impresionar a este viejo medio chocho que dudaba de su fuerza, cogi una plancha de madera que andaba por all y de un rodillazo la parti en dos. El anciano permaneci imperturbable. El visitante insisti de nuevo en combatir con el Maestro, amenazando con romperlo todo para demostrar su determinacin y sus capacidades. El buen hombre le rog que esperara un momento y desapareci. Poco tiempo despus volvi con un enorme trozo de bamb en la mano. Se lo dio al joven y le dijo: - El Maestro tiene la costumbre de romper con un puetazo los bambes de este grosor. No puedo tomar en serio su peticin si usted no es capaz de hacer lo mismo. El joven presuntuoso se esforz en hacer con el bamb lo mismo que habla hecho con la plancha de madera, pero finalmente renunci, exhausto y con los miembros doloridos. Dijo que ningn hombre poda romper ese bamb con la mano desnuda. El anciano replic que el Maestro poda hacerlo. Aconsej al visitante que abandonara su proyecto hasta el momento en el que fuera capaz de hacer lo mismo. Abrumado, el experto jur volver y superar la prueba. Durante dos aos se entren intensivamente rompiendo bambes. Sus msculos y su cuerpo se endurecan da a da. Sus esfuerzos tuvieron sus frutos y un da se present de nuevo en la puerta de la escuela, seguro de s. Fue recibido por el mismo anciano. Exigi que le trajeran uno de esos famosos bambes de la prueba y no tard en calarlo entre dos piedras. Se concentr durante algunos segundos, levant la mano y lanzando un terrible grito rompi el bamb. Con una gran sonrisa de satisfaccin en los labios se volvi hacia el frgil anciano. ste le declar un poco molesto: - Decididamente soy imperdonable. Creo que he olvidado precisar un detalle: El Maestro rompe el bamb... Sin tocarlo. El joven, fuera de s, contest que no crea en las proezas de este maestro cuya simple existencia no haba podido verificar. En ese momento, el anciano cogi un bamb y lo at a una cuerda que colgaba del techo. Despus de haber respirado profundamente, sin quitar los ojos del bamb, lanz un terrible grito que surgi de lo ms profundo de su ser, al mismo tiempo que su mano, igual que un sable, hendi el aire y se detuvo a 5 centmetros del bamb... que salt en pedazos. Subyugado por el choque que acababa de recibir, el experto se qued durante varios minutos sin poder decir una palabra, estaba petrificado. Por ltimo, pidi humildemente perdn al anciano Maestro por su odioso comportamiento y le rog que lo aceptara como discpulo. El secreto de la eficacia Ito Ittosai, incluso despus de haberse convertido en un experto y en un profesor famoso en el arte del sable, no estaba satisfecho de su nivel. A pesar de sus esfuerzos, tena conciencia de que desde hacia algn tiempo no consegua progresar. En efecto, los sutras cuentan que el Buda se sent bajo 22. 21 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot una higuera para meditar con la firme resolucin de no moverse hasta que no recibiera la comprensin ltima de la existencia del Universo. Determinado a morir en ese mismo sitio antes que renunciar, el Buda realiz su voto: despert a la suprema Verdad. Ito Ittosai se dirigi pues a un templo con el fin de descubrir el secreto del arte del sable. Durante siete das y siete noches estuvo consagrado a la meditacin. Al alba del octavo da, exhausto y desalentado por no haber conseguido saber algo ms, se resign a volver a su casa, abandonando toda esperanza de penetrar el famoso secreto. Despus de salir del templo tom una carretera rodeada de rboles. Cuando apenas haba dado algunos pasos, sinti de pronto una presencia amenazante detrs de l y sin reflexionar se volvi al mismo tiempo que desenvainaba el sable. Entonces se dio cuenta que su gesto espontneo acababa de salvarle la vida. Un bandido yaca a sus pies con un sable en la mano. La capa mgica Yang Lu Chan, despus de una visita que se habla prolongado hasta altas horas de la madrugada, volva a su casa. Caminaba a grandes pasos ya que estaba atravesando uno de los barrios con mas mala fama de Pekn. Esperaba no tener un encuentro engorroso. Y precisamente... una desagradable sorpresa le esperaba. Al volver una esquina se encontr cara a cara con un grupo de granujas que le impedan el paso. Se volvi para huir, pero constat amargamente que su retaguardia estaba cortada tambin por el resto de la banda. Unos treinta matones armados con garrotes y cachiporras le tenan rodeado. Yang Lu Chan ni siquiera intent resistir, dej que le despojaran de su bolsa sin decir una palabra y, cuando los golpes comenzaron a lloverle, se cobij bajo su capa y se dej caer al suelo. Los matones se cebaron a patadas y a palos sobre Yang Lu Chan que, envuelto en su capa, pareca un saco de entrenamiento. Los agresores se cansaron rpidamente de golpear este cuerpo inanimado y creyendo que ya haba recibido su merecido, lo abandonaron. Al da siguiente, Yang Lu Chan correteaba por las calles realizando sus actividades cotidianas como si nada hubiera sucedido. En todo caso no tena ninguna marca de los golpes que haba recibido la noche anterior... Pero lo ms sorprendente de esta historia es que varios de los agresores se haban tenido que quedar en la cama. Los que haban tocado directamente la capa de Yang tuvieron sus miembros paralizados durante algunos das. Yang Lu Chan (1799-1872) era, de hecho, el Maestro ms clebre de tai chi chuan de su poca. A pesar de que numerosas veces fue desafiado, nunca fue vencido. Parece que en esta emboscada nocturna, con el fin de no matar a ninguno de sus agresores, Yang prefiri amortiguar los golpes con su capa mgica. En China, se dice que tales Maestros han alcanzado un nivel en que su chi, su energa interna, es tan poderosa que su cuerpo se vuelve invulnerable, suave como el algodn, inatrapable. Pero por el contrario, cuando os tocan, sents la 23. 22 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot fuerza de una montaa, sois paralizados como si hubierais recibido la descarga de una corriente de alta tensin. Tal armero, tal arma El sable es el alma del samurai, nos dice una de las ms antiguas mximas del bushido, la va del guerrero. Smbolo de virilidad, de lealtad y de coraje, el sable es el arma favorita del samurai. Pero el sable, en la tradicin japonesa, es algo ms que un instrumento terrible, algo ms que un smbolo filosfico. Es un arma mgica. Arma que puede ser benfica o malfica, segn la personalidad del forjador y del propietario. El sable es como la prolongacin de los que lo manipulan, se impregna misteriosamente de las vibraciones que emanan de sus seres. Los antiguos japoneses, inspirados por la antigua religin Shinto, conciben la fabricacin del sable como un trabajo de alquimia en el que la armona interior del forjador es ms importante que sus capacidades tcnicas. Antes de forjar una hoja, el maestro armero pasaba varios das meditando, despus se purificaba practicando abluciones de agua fra. Una vez vestido con hbitos blancos pona manos, a la obra, en las mejores condiciones interiores para crear un arma de calidad. Masamune y Murasama eran dos hbiles armeros que vivieron al comienzo del siglo XIV. Los dos fabricaban unos sables de gran calidad. Murasama, de carcter violento, era un personaje taciturno e inquieto. Tena la siniestra reputacin de fabricar hojas temibles que empujaban a sus propietarios a entablar combates sangrientos o que, a veces, heran a los que las manipulaban. Sus armas sedientas de sangre rpidamente tomaron fama de malficas. Por el contrario, Masamune era un forjador de una gran serenidad que practicaba el ritual de la purificacin para forjar sus hojas. An hoy da son consideradas como las mejores del pas. Un hombre que quera averiguar la diferencia de calidad que exista entre ambas formas de fabricacin, introdujo un sable de Marusama en la corriente del agua. Cada hoja que de la corriente y que tocaba la hoja fue cortada en dos. A continuacin introdujo un sable fabricado por Masamune. Las hojas evitaban el sable. Ninguna de ellas fue cortada, se deslizaban intactas bordeando el filo como si ste no quisiera hacerles dao. El hombre dio entonces su veredicto: - La Murasama es terrible, la Masamune es humana. 24. 23 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot Frente a la montaa Hasta que no podis ir ms all de la montaa, os ser imposible alcanzar el camino. UEI-KUAN 25. 24 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot La tradicin nos dice que seguir la Va es como escalar una alta montaa. Aquel que ha decidido emprender el ascenso eligir la vertiente que quiere escalar y buscar un gua para que le muestre el camino. Si la vertiente es demasiado abrupta o el gua es inexperto, los resultados pueden ser desastrosos. Pero incluso con el mejor gua no es fcil. Los obstculos son numerosos, los esfuerzos penosos. Es necesario un gran combate, un fantstico cuerpo a cuerpo con la montaa. Los msculos se tensan, los dedos se aferran fuertemente a las rocas. Cada gesto debe ser preciso, medido. No se puede dejar nada al azar. Un paso en falso significa la cada. Pero cul puede ser el inters de este desafo de cada instante, entre la cima y el abismo, entre la vida y la muerte? Aquel que afronta la montaa sabe, o algo en l sabe, que el gran combate tiene lugar dentro de s mismo. La montaa no es mas que un pretexto que permite al hombre enfrentarse a s mismo, es lo que le da ocasin de superarse. El practicante va a desarrollar la voluntad y la energa necesaria para su evolucin, enfrentndose a las dificultades. Las pruebas son en realidad una ayuda para seguir la Va. Cuando el Cielo quiere confiar una misin importante a un hombre, comienza por llenar su corazn de amargura, confundiendo su comprensin y trastornando sus proyectos. Despus lo fuerza a ejercitar Sus huesos y msculos. Le hace experimentar el hambre y todo tipo de sufrimientos. Cuando el hombre emerge, triunfante sobre todas las pruebas, es capaz de realizar lo que antes no habra podido hacer. Esta cita de Mencio es una preciosa indicacin en cuanto al sentido de la vida. Cul es la apuesta de este combate interior? Para los Maestros, los verdaderos obstculos que impiden al discpulo avanzar son los creados por su personalidad artificial. El hombre ordinario, asfixiado por un collar de hbitos fsicos y mentales, su visin del mundo deformado por una pantalla de ilusiones, es un enfermo cortado de su ser profundo cuyas posibilidades estn sin explotar. El trabajo que hay que realizar consiste pues en hacer saltar los bloqueos fsicos y mentales, para que las fuerzas latentes en el hombre puedan florecer libremente. El bud, la Va del combate, como cualquier otra Va autntica, tiene como meta la regeneracin del individuo. Pero esta realizacin de si slo puede ser alcanzada por una lucha sin piedad contra los propios defectos, contra las propias debilidades, contra las propias ilusiones. Para vencer los obstculos interiores hay que tener adems la paciencia de acosarlos sin tregua y el coraje de enfrentarse a ellos. Orgullo, cobarda, impaciencia, dudas, todos ellos alimentados por la ilusin, son trampas temibles en las que muchos han cado. El sendero es largo, difcil y penoso. Una de las claves de la Va es no desalentarse y perseverar, a pesar de todo, a pesar de uno mismo. No hay que olvidar, como lo deca D.T. Suzuki que en tanto que no se haya comido el pan de la tristeza, no se podr conocer el sabor de la vida real. No tan idiota Yagyu Tajima no Kami tena un mono como mascota. ste asista a menudo a los entrenamientos de los discpulos. Siendo por naturaleza extremadamente 26. 25 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot imitador, este mono aprendi la manera de coger un sable y de utilizarlo. Se haba convertido en un experto, en su gnero. Un da, un ronin (guerrero errante) expres su deseo amistoso de confrontar su habilidad en el manejo de la lanza con Tajima. El Maestro le sugiri que combatiera primero con el mono. El visitante se sinti amargamente humillado. Pero el encuentro tuvo lugar. Armado con su lanza, el ronin atac rpidamente al mono que manejaba un shinai (sable de bamb). El animal evit gilmente los golpes de lanza. Pasando al contraataque, el mono consigui acercarse a su adversario y golpearlo. El ronin retrocedi y puso su arma en una guardia defensiva. Aprovechando la ocasin, el mono salt sobre el mango de la lanza y desarm al hombre. Cuando el ronin volvi avergonzado a ver a Tajima ste le hizo la siguiente observacin: - Desde el principio saba que usted no era capaz de vencer al mono. El ronin dej de visitar al Maestro desde ese da. Haban pasado varios meses cuando apareci de nuevo. Volvi a expresar su deseo de combatir con el mono. El Maestro, adivinando que el ronin se haba entrenado intensamente, presinti que el mono se negara a combatir. Por lo tanto no acept la peticin de su visitante. Pero ste insisti y el Maestro acab por ceder. En el mismo instante en el que el mono se puso frente al hombre, arroj su sable y emprendi la huida gritando. Tajima no Kami termin por concluir: - No se lo dije? Poco tiempo despus, gracias a su recomendacin, el ronin entr al servicio de uno de sus amigos. Una enseanza acelerada Matajuro Yagyu, hijo de un clebre Maestro del sable, fue renegado por su padre quien crea que el trabajo de su hijo era demasiado mediocre para poder hacer de l un Maestro. Matajuro, que a pesar de todo haba decidido convertirse en Maestro de sable, parti hacia el monte Futara para encontrar al clebre Maestro Banzo. Pero Banzo confirm el juicio de su padre: - No renes las condiciones. -Cuntos aos me costar llegar a ser Maestro si trabajo duro? - insisti el joven. - El resto de tu vida -respondi Banzo. - No puedo esperar tanto tiempo. Estoy dispuesto a soportarlo todo para seguir su enseanza. Cunto tiempo me llevar si trabajo como servidor suyo en cuerpo y alma? - Oh, tal vez diez aos! - Pero usted sabe que mi padre se est haciendo viejo, pronto tendr que cuidar de l. Cuntos aos hay que contar si trabajo ms intensamente? - oh, tal vez treinta aos! - Usted se burla de m. Antes diez, ahora treinta. Crame, har todo lo que haya que hacer para dominar este arte en el menor tiempo posible! Bien, en ese caso, se tendr que quedar usted sesenta aos conmigo! Un 27. 26 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot hombre que quiere obtener resultados tan de prisa no avanza rpidamente -explic Banzo. - Muy bien -declar Matajuro, comprendiendo por fin que le reprochaba su impaciencia-, acepto ser su servidor. El Maestro le pidi a Matajuro que no hablara ms de esgrima, ni que tocara un sable, sino que lo sirviera, le preparara la comida, le arreglara su habitacin, que se ocupara del jardn, y todo esto sin decir una palabra sobre el sable. Ni siquiera estaba autorizado a observar el entrenamiento de los dems alumnos. Pasaron tres aos. Matajuro trabajaba an. A menudo pensaba en su triste suerte l, que an no haba tenido la posibilidad de estudiar el arte al que haba decidido consagrar su vida. Sin embargo, un da, cuando haca las faenas de la casa rumiando sus tristes pensamientos, Banzo se desliz detrs de l en silencio y le dio un terrible bastonazo con el sable de madera. Al da siguiente, cuando Matajuro preparaba el arroz, el Maestro le atac de nuevo de una manera completamente inesperada. A partir de ese da, Matajuro tuvo que defenderse, da y noche, contra los ataques por sorpresa de Banzo. Deba estar en guardia a cada instante, siempre plenamente despierto, para no probar el sable del Maestro. Aprendi tan rpidamente que su concentracin, su rapidez y una especie de sexto sentido, le permitieron muy pronto evitar los ataques de Banzo. Un da, menos de diez aos despus de su llegada, el Maestro le anunci que ya no tena nada ms que ensearle. El ladrn de conocimiento Yang Lu Chan naci al comienzo del siglo XIX en el seno de una familia de campesinos. Desde joven no tena ms que una pasin: el chuan-shu, el arte del puo. Desde su infancia frecuent asiduamente las escuelas de artes marciales de su provincia y muy pronto alcanz el rango de un experto de gran reputacin. Pero los estilos que haba practicado hasta entonces no le satisfacan. Saba que desde la destruccin del monasterio de Shaolin, el arte del puo haba lentamente degenerado en un mtodo de combate que daba demasiada importancia a la tcnica y a la fuerza muscular. A pesar de su bsqueda por todos los rincones de su provincia, Ho Pei, no consegua encontrar un Maestro susceptible de ensearle un arte ms profundo que le condujera a la Va de la armona. Su desesperacin lleg a su trmino cuando oy hablar del tai chi chuan, arte que empezaba a ser popular en otra provincia, Honan. Abandonando a sus padres y amigos, Yang emprendi un viaje a pie de ms de 800 kilmetros para dirigirse a la patria del arte que deseaba estudiar. Aprovechando un momento de oportunidad entr en los crculos cerrados de practicantes de Tai chi chuan . En el curso de sus conversaciones con ellos, un nombre volva continuamente a su mente: el del Maestro Chen Chang Hsiang. Este hombre pasaba por tener el kung-fu ms perfecto de su poca. Desgraciadamente enseaba exclusivamente a los miembros de su familia, en el ms estricto secreto. 28. 27 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot Yang pensaba que despus de un viaje tan largo tena que estudiar con el mejor Maestro. Hbilmente consigui interesar en casa de la familia Chen como criado. De esta manera, cada da se las arregl para espiar secretamente el entrenamiento familiar bajo la gua del patriarca. Cuidadosamente disimulado, observaba atentamente los movimientos, beba las palabras y los consejos del Maestro. Despus, durante la noche, cuando todo el mundo dorma, se ejercitaba en hacer lo que haba visto durante el da y pula incansablemente los encadenamientos de movimientos que haba aprendido los das precedentes. Su espionaje continu durante varios meses sin despertar sospechas... hasta que un da fue descubierto. Inmediatamente fue conducido delante del Maestro Chen. Se esperaba lo peor. En efecto, el anciano pareca muy enfadado. El tono de su voz dejaba ver una cierta irritacin: -Y bien, joven, parece que ha abusado de nuestra confianza. Usted se ha introducido aqu con el nico objetivo de espiar nuestra enseanza, no es verdad? Efectivamente -confes Yang. - No s an que es lo que vamos a hacer con usted. Mientras tanto siento curiosidad por ver qu es lo que ha aprendido en tales condiciones. Puede usted hacerme una demostracin? Yang ejecut un encadenamiento con tal concentracin y fluidez que el anciano Chen qued profundamente impresionado al ver un reflejo tan fiel de su Arte. Pero se cuid bien de manifestar su emocin y durante un largo instante se qued en silencio. Despus declar: - Sera estpido dejarlo marchar con lo poco que conoce. Manchara la reputacin de nuestra familia mostrando nuestro arte de una manera tan incompleta. Mejor ser que se quede aqu el tiempo necesario para terminar el aprendizaje. Pero esta vez bajo mi direccin! Yang permaneci an varios aos en la familia Chen, integrndose cada vez ms profundamente en el Arte Supremo del tai chi chuan . Despus de haber recibido la bendicin de su anciano Maestro Yang volvi a su provincia natal. En Pekn, donde decidi instalarse para ensear su arte, no tard en ser conocido con el nombre de el insuperable Yang En efecto, a pesar de que otros profesores y campeones jvenes le desafiaron a menudo, nunca fue vencido. Sus combates contribuyeron a fortalecer la reputacin del tai chi chuan, sobre todo porque consegua neutralizar a sus adversarios sin herirlos jams. El Maestro de los Tres Picos Chang San Fong, el Maestro de los Tres Picos, tena una estatura alta, un cuerpo esbelto y una constitucin robusta que le daban un aspecto temible. Su cara, a la vez redonda y cuadrada, estaba acicalada con una barba erizada parecida a un bosque de alabardas. En la cima de su crneo se ergua un moo espeso. Pero si su aspecto era impresionante, su mirada expresaba una dulce tranquilidad, con un brillo de bondad. 29. 28 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot Tanto en invierno como en verano llevaba una tnica fabricada en una sola pieza de bambes trenzados y a menudo se le vea con un caza- moscas hecho con crin de caballo. Sediento de conocimientos, pas la mayor parte de su vida peregrinando por las vertientes de los montes Sen-Tchuan, Chansi y Hu-P. Continuamente visitaba los altos lugares del taosmo, yendo de monasterio en monasterio, residiendo en estos santuarios y templos que las pendientes escarpadas de la montaa volvan difcilmente accesibles. Muy pronto fue iniciado por los Maestros taostas en la prctica de la meditacin. Por todas partes por donde pasaba estudiaba los libros sagrados e interrogaba sin descanso los misterios del Universo. Un da, despus de largas horas de meditacin en silencio, oy un canto maravilloso, sobrenatural... Observando alrededor de s, vio sobre la rama de un rbol un pjaro que miraba atentamente al suelo. Al pie del rbol, una serpiente ergua su cabeza hacia el cielo. Las miradas del pjaro y del reptil se encontraron y se enfrentaron... De pronto, el pjaro cay en picado sobre la serpiente, lanzando gritos penetrantes y atac furiosamente a araazos y picotazos. La serpiente, ondulante y fluida, esquiv hbilmente los violentos ataques de su agresor. Este ltimo, agotado por sus esfuerzos ineficaces, volvi a la rama para recuperar sus fuerzas. Al cabo de un momento se lanz de nuevo al asalto. La serpiente continu su danza circular que poco a poco se transform en una espiral impetuosa de energa que la hizo inatrapable. La leyenda nos dice que Chang San Fong se inspir en esta visin para crear el wu-tang-pa, el estilo de la mano flexible que perfeccionado por generaciones de taostas, se convirti en el tai chi chuan. Por eso los movimientos del tai chi chuan no tienen ni comienzo ni fin. Se desenvuelven suavemente como el hilo de seda de un capullo, fluyen sin interrupcin como las aguas del ro Yang-Ts. La imagen de Asari A la edad de veintisiete aos, Yamaoka Tesshu, que era un experto del sable de gran reputacin, combati con Asari Matashichiro, clebre experto tambin en el manejo del sable. Este encuentro fue breve ya qu Asari desarm rpidamente a su adversario. Yamaoka, abatido, sinti una afliccin sin lmite, no por causa de su derrota, sino porque advirti que careca de madurez espiritual. Motivado por este encuentro, redobl sus esfuerzos concentrndose enteramente en el entrenamiento del ken-jutsu (Arte del sable) y de la meditacin sedente (zazen). Despus de diez aos de prctica intensiva quiso poner a prueba el nivel que haba alcanzado y. de nuevo, fue al encuentro de Asari. En el curso de este segundo combate, sintiendo que su adversario le dominaba y le paralizaba por la maestra que de l se desprenda, se neg a continuar el combate, aceptando de nuevo su derrota. Este nuevo encuentro lo impresion tanto que a partir de entonces estuvo obsesionado por la imagen de Asari, imagen que le acosaba continuamente recordndole su mediocridad. Pero lejos de resignarse, intensific su prctica del sable y de la meditacin. 30. 29 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot Siete aos haban pasado cuando, despus de una fuerte experiencia espiritual, constat de repente que la imagen de Asari haba dejado de atormentarle. Entonces decidi medirse una vez ms con l. Asari le hizo combatir primero con uno de sus discpulos, pero ste se confes vencido desde el comienzo del combate. Yamaoka encontr a Asari por tercera vez. Durante un largo momento los dos hombres se hicieron frente, observndose con la mirada. De pronto, Asari baj su sable y declar: - Usted est por fin sobre la Va. La trampa de las apariencias Cuando el guila ataca, cae en picado sin abrir sus alas. Cuando el tigre est a punto de saltar sobre su presa, se desliza con las orejas replegadas. De la misma manera, nadie puede adivinar cuando va a actuar el sabio. FUKAKOSHI GICHIN 31. 30 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot Subestimar al adversario es como perder un tesoro, nos dice un proverbio chino. En efecto, el que sigue el juego del adversario est perdido. Numerosos expertos han conseguido cierta fama gracias a disimulos, a estocadas secretas que saben manejar con extrema habilidad. Existe un vasto arsenal de estratagemas, de tcnicas, de farsas y trampas de todo tipo. El adversario puede retroceder para contraatacar mejor, puede parecer dbil e inexperto cuando en realidad es un temible luchador. Una clebre escuela de Chuan-Shu (el estilo del borracho) ha fundado de esta manera todo su mtodo sobre esta idea. Sus discpulos se entrenan a parecer borrachos, practican gestos torpes e imprecisos de manera que el adversario pierda su desconfianza. Y en ese momento aprovechan la sorpresa general para situar un golpe completamente inesperado. De la misma manera, Miyamoto Musashi, el samurai ms ilustre, que muri en la cama a pesar de haber entablado ms de 60 duelos (a veces contra diez adversarios), da en su Tratado sobre las cinco ruedas preciosos consejos a este respecto. Por ejemplo explica: Todo obedece a un fenmeno de transmisin. El sueo se comunica, el bostezo tambin... Cuando el adversario est an excitado y a punto de lanzarse al ataque, debis adquirir por el contrario un aire indolente, como si no os interesara combatir. De esta manera ste se contagiar y su atencin se debilitar. En ese momento debis pasar al ataque rpida y enrgicamente. Muchos grandes Maestros del bud se han ocultado bajo la apariencia de personajes inofensivos, y no para sorprender mejor a eventuales agresores, sino sobre todo para escapar de la curiosidad y de la popularidad. Algunos de ellos han preferido dejarse humillar y pasar por cobardes antes de responder a provocaciones insensatas. Con un gran respeto hacia cualquier forma de vida, slo combatan cuando era realmente inevitable. Descubrir un verdadero Maestro no es pues una tarea siempre fcil. Muchas personas han tenido la ocasin de cruzarse con un gran Maestro sin siquiera darse cuenta. Dejndose engaar por su aspecto poco espectacular, no han podido ir ms all de las apariencias. Pero el principal enemigo que nos hace caer en la trampa de las apariencias, No es en realidad el que tiene sus races en nuestras propias ilusiones? Algunos practicantes e incluso expertos, contentndose con su fuerza fsica, con tcnicas prodigiosas y una relativa habilidad, creen haber alcanzado un alto nivel, o incluso la maestra. Seguros de haber llegado al final, de no tener ms nada que aprender, no progresan perdiendo de sta manera cualquier posibilidad de alcanzar la eficacia real que, lejos de desaparecer con la edad, se consolida da a da. La sandalia deja una huella, pero es la huella la sandalia? Una piedra preciosa no es ms que un guijarro para un ignorante (proverbios orientales) La apuesta del viejo guerrero 32. 31 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot El seor Naoshige declar un da a Shimomura Shoun, uno de sus ms viejos samurais: - La fuerza y el vigor del joven Katsushige son admirables para su edad. Cuando lucha con sus compaeros vence incluso a los mayores que l. - A pesar de que ya no soy joven, estoy dispuesto a apostar que no conseguir vencerme -afirm el anciano Shoun. Para Naoshige fue un placer organizar el encuentro que tuvo lugar esa misma noche en el patio del castillo, en medio de un gran nmero de samurais . Estos estaban impacientes por ver lo que le iba a suceder al viejo farsante de Shoun. Desde el comienzo del encuentro, el joven y poderoso Katsushige se precipit sobre su frgil adversario agarrndolo firmemente, decidido a hacerlo picadillo. Shoun estuvo a punto de caer varias veces al suelo y de rodar en el polvo. Sin embargo, ante la sorpresa general, cada vez se restableci en el ltimo momento. El joven, exasperado, intent dejarle caer de nuevo poniendo toda su fuerza en el empeo, pero, esta vez, Shoun aprovech hbilmente su movimiento y fue l quien desequilibr a Katsushige arrojndolo al suelo. Despus de ayudar a su adversario semi-inconciente a levantarse, se acerc al seor Naoshige y le dijo: - Sentirse orgulloso de su fuerza cuando an no se domina la fogosidad es como vanagloriarse pblicamente de sus defectos. La ley del equilibrio Un europeo que resida por algn tiempo en el Japn a principios de siglo, decidi aprender el jiu-jutsu que le pareca ser un temible mtodo de combate. Comenz pues a seguir los cursos de un renombrado Maestro. Pero cul sera su sorpresa cuando al cabo de la tercera sesin an no haba aprendido ninguna tcnica de combate. Solamente haba practicado movimientos lentos, de distensin. Al finalizar la sesin, decidi ir a ver al Maestro. - Seor, desde que estoy aqu no he hecho nada que se parezca a ejercicios de lucha. - Le ruego que se siente -declar el Maestro. El europeo se instal negligentemente sobre el tatami. El Maestro se sent frente a l. Cundo empezar usted a ensearme el jiu-jutsu? El Maestro sonri y pregunt: - Est usted bien sentado? - No s... Hay una buena manera de sentarse? Por toda respuesta, el Maestro indic con la mano la manera en la que l estaba sentado, con la espalda bien derecha, la cabeza en la prolongacin de la columna vertebral. - Pero oiga -respondi el europeo-, no he venido aqu para aprender a sentarme. 33. 32 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot - Lo s -dijo pacientemente el Maestro-, lo s. Usted quiere aprender a luchar. Pero cmo podr luchar si no busca el equilibrio? - Realmente no veo la relacin entre el hecho de sentarse y el combate. - Si usted no puede estar en equilibro cuando est sentado, es decir, en la actitud ms simple ' cmo quiere usted guardar el equilibrio en todas las circunstancias de la vida, y sobre todo en un combate? En ese momento, acercndose a su discpulo europeo, an perplejo, el japons empuj ligeramente. El europeo cay de espaldas. El Maestro, siempre sentado, le pidi entonces que intentara hacer lo mismo con l. El alumno empuj primero con timidez con una mano, despus empuj con las dos y finalmente con el vigor de todo el cuerpo... sin conseguir nada. De repente, el Maestro se ech ligeramente a un lado y el discpulo cay a todo lo largo hacia adelante sobre el tatami. El Maestro aadi esbozando una sonrisa: - Espero que comience usted a comprender la importancia del equilibrio. El temible secreto del bonzo Un bonzo chino llamado Chen Yuan Pin se haba instalado en la regin de Edo (actualmente Tokio) por el ao 1650. Haba atravesado el mar del Oeste para ensear en el Japn la caligrafa y la pintura. Viva solo, retirado en una dependencia del monasterio Kokushoji, solamente era visible durante los momentos en los que enseaba. Discreto como el gato, tranquilo como la superficie del lago, el monje anciano pareca frgil como una lmpara de jade. Los poemas surgan de su boca como flores de loto, el pincel danzaba entre sus dedos giles creando la armona. Chen Yuan Pin fue apreciado muy pronto por el shogun que le tom a su servicio. Enseaba su arte a los jvenes signatarios de la corte y a los nobles, pero obstinadamente se negaba a instalarse en el palacio, prefiriendo el silencio de su retiro a la vida tumultuoso de la corte. A menudo, cuando se diriga al palacio, el anciano se cruzaba con los rudos samurais y con sus miradas de desprecio. Estos acusaban en voz baja al protegido del shogun de debilitar el espritu de los jvenes nobles destinados al oficio de las armas. No se gana una batalla con un pincel en la mano, ni gritando poemas ni con la cabeza repleta de filosofa!. Discreto como el gato, tranquilo como la superficie del lago, frgil como una lmpara de jade, Chen Yuan Pin continuaba su camino con su cara iluminada por una imperturbable sonrisa. Una noche que se haba quedado en el palacio hasta muy tarde enseando su arte, el monje anciano volva al templo de Kokushoji, situado muy lejos de la ciudad, escoltado por tres guardias que haba terminado por aceptar ante los ruegos insistentes del shogun en persona. A la salida de la ciudad, el camino se hundi en un bosque profundo. De pronto surgieron unos bandidos y rodearon a Chen Yuan Pin y a su escolta. La jaura de bandidos se lanz salvajemente al ataque. Los tres guardias luchaban encarnizadamente, una ronda mortal urgi alrededor del monje anciano. Los malhechores eran numerosos, los samurais se encontraron desarmados y dispuestos a morir en un ltimo cuerpo a cuerpo. En ese momento, de una manera tan repentina como inesperada, Chen Yuan Pin pas al ataque. Rpido como el rayo, flexibles como los juncos, inatrapables como el viento, sus manos, sus pies, sus codos 34. 33 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot se convirtieron en terribles armas. Cuatro bandidos cayeron pesadamente al suelo, fuera de combate. Los dems asustados por la terrible metamorfosis del apacible monje se dieron a la fuga. Corrieron sin parar como si se hubieran encontrado un kami, un ser sobrenatural. Los tres samurais, llenos de admiracin, condujeron al bonzo al templo. En el camino, no pudindole resistir, le pidieron al monje que les enseara su secreto, el secreto temible de su fuerza. Pero el anciano guard silencio y continu hasta el templo, discreto como el gato, tranquilo como la superficie del lago, frgil como una lmpara de jade. Una vez en el templo salud a sus guardias y se retir por el resto de la noche Los tres samurais, decididos a saber ms, velaron hasta el alba a la puerta del templo. A la maana siguiente, renovaron su peticin al viejo monje, suplicndole que les aceptara como discpulos o como simples servidores. - Mi arte es para almas bien templadas. Los caminos de conocimiento son largos y escarpados -les dijo el bonzo. - Estamos dispuestos a todo -fue la respuesta de los tres guardias. El viejo bonzo les acept como discpulos y, durante largos aos, les inici en el arte del wu-chu, el arte perfecto, que l haba aprendido en el Imperio del Medio. Ms all de un aprendizaje comn, cada uno de ellos se especializ en una de las ramas del wu-chu. Uno perfeccion la ciencia de las proyecciones, otro la de las llaves y estrangulamientos y el tercero la ciencia de los atemis, los golpes a los puntos vitales. Despus de muchos aos de entrenamiento intenso, una vez que hubieron integrado el secreto de Chen Pin, lleg la hora de que los alumnos dejaran a su anciano maestro. Deban transmitir lo que haban recibido, cada uno en su especialidad. El da de la partida, Chen Pin les dio sus ltimas recomendaciones y les record que slo ensearan a los que estaban dispuestos a seguir la Va del Corazn. El Maestro les dio su bendicin y se retir al templo, discreto como el gato, tranquilo como la superficie del lago, ms frgil an por el peso de los aos que una lmpara de jade, pero con la cara iluminada por una apacible sonrisa. El campen y el Maestro Umedzu era el campen de esgrima de su provincia. Al sabes que el clebre Maestro Toda Seigen estaba de paso por la ciudad en la que l enseaba, Umedzu quiso medirse con l. Cuando se le pregunt al Seigen si aceptaba el desafo que le lanzaba el campen de la provincia, respondi: - De ninguna manera. No veo ninguna razn por la que tenga que combatir con ese hombre, no tengo nada que probar. Responderle que un combate de sable se desarrolla entre la vida y la muerte y que no puedo aceptar a la ligera asumir los riesgos. Umedzu tom esta respuesta como una excusa por parte de Seigen que aparentemente tema ser vencido y perder as su reputacin, y dio a conocer pblicamente la negativa del Maestro, no dudando en tratarle de cobarde. El seor de la provincia oy los rumores de este asunto y se interes vivamente ya que l mismo era un apasionado de la esgrima. Envi un mensaje a Seigen en el que le rogaba cortsmente que aceptara el reto. Pero Seigen se neg a responder. La peticin fue hecha tres veces. El tono se 35. 34 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot volva cada vez ms insistente. Seigen no poda negarse durante mucho tiempo ya que de esa manera infringira las reglas y las obligaciones del samurai, que debe obediencia a las autoridades feudales. Por lo tanto se decidi a combatir con Umedzu. El rbitro, el lugar y la fecha fueron elegidos rpidamente Urnedzu, decidido a poner toda la suerte de su lado, se dirigi a toda prisa a un santuario Shinto en el que pas tres das y tres noches seguidas practicando un ritual religioso de purificacin con el fin de prepararse para el combate y conciliarse con los dioses. Alguien cont a Seigen todos los detalles de la preparacin de su adversario y le sugiri que hiciera lo mismo. Pero el Maestro sonri tranquilamente y declaro: - Yo intento crear en mi corazn la sinceridad y la armona a cada instante. No es algo que los dioses puedan darme en momentos crticos. Tal y como haba sido fijado, los dos combatientes se encontraron en el lugar de la cita. El seor de la provincia se haba desplazado en persona seguido de un gran cortejo para asistir a este encuentro tan esperado. Umedzu, acompaado por una multitud de alumnos y admiradores, lleg con un boken, sable de madera, de ms de un metro de largo. Seigen tena un bastn de apenas 40 centmetros. Al ver esto, Umedzu exigi al rbitro que su adversario tomara tambin un boken reglamentario. No quera que su victoria fuera atribuida al arma ridcula de Seigen!. Esta reclamacin le fue transmitida, pero se neg a cambiar de arma respondiendo que l se contentaba con su trozo de palo. El rbitro decidi finalmente que cada uno poda llevar su arma respectiva. Umedzu se lanz furiosamente al combate, atacando con vigor repetidas veces. Saltaba y ruga como una bestia feroz. Su arma henda el aire con una precisin temible, su rapidez era prodigiosa. El Maestro Seigen, casi indiferente, evitaba cada golpe con la flexibilidad y la gracia de un gato. Su mirada, completamente indiferente, estaba fija en los ojos del adversario. Su cuerpo, perfectamente relajado, pareca jugar, danzar, con el sable que le rozaba inquietamente. Umedzu, fuera de s, manejaba su boken con todas sus fuerzas, pero la clera le corroa al ver que golpeaba en el vaco. Este fascinante ballet no dur sin embargo mucho tiempo. De pronto, sin que nadie supiera por qu, el campen se inmoviliz. Su cara dejaba ver un dolor intenso. Sin lugar a dudas, el bastn del Maestro le haba tocado pero nadie pudo decir donde. Seigen aprovech la ocasin para desarmar a su adversario y arrojar lejos su boken, despus de lo cual se dispuso a dejar el combate y a abandonar a Umedzu solo con su humillante derrota. Pero ste, en un acceso de clera y rabia, desenvain su pual que haba guardado en su cintura y se lanz sobre el Maestro. Con un movimiento apenas perceptible, el bastoncillo de Seigen zumb en el aire y fue a golpear de nuevo a Umedzu, que esta vez cay pesadamente al suelo. Una bomba de tiempo 36. 35 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot Haca algunas semanas que un experto del boxeo chino se haba instalado en un pequeo pueblo aislado. Comenzaba a sentirse a sus anchas ya que el miedo que inspiraba a los campesinos le permita convertirse en el seor de los lugares. Lo que ms apreciaba por encima de todo era ver que nadie osaba resistirle, ni encontrarse en su camino, hasta que un da... Un viejecito de barba blanca no le cedi el paso y continu su camino justo delante de l. Fiel a su terrible imagen, el experto intent empujar al viejo, pero su cuerpo se encontr con el vaco ya que ste haba esquivado el gesto. Furioso, el boxeador se arroj sobre el viejo y comenz a golpearle. En medio de la pelea, el viejo intent torpemente parar los golpes, logrando incluso tocar ligeramente el pecho del bruto. Pero visiblemente no era un contrincante para l y pronto rod por el suelo. Satisfecho de la leccin que acababa de dar, el campen dej all el cuerpo inanimado de este viejo impertinente que se haba atrevido a resistirle. Cuando el bruto se alej, el viejo abri un ojo, despus el otro, se levant, se sacudi el polvo y dej el pueblo tranquilamente. Los das pasaban y el boxeador se senta cada vez menos en forma. Su cuerpo se debilitaba, tena problemas de respiracin y de digestin, los dolores de cabeza eran cada vez ms frecuentes. Un da, senta tal escalofro y fiebre que tuvo que quedarse en la cama. No tena fuerzas para moverse, y apenas poda hablar. Despus de haber meditado largamente sobre la razn de su estado, slo encontr una explicacin probable: el golpe ligero que le haba dado el viejo haba tocado sin duda un punto vital y su efecto se manifestaba ahora. Comprendiendo finalmente que ese hombre anciano le haba dado una leccin, advirti cun engaosas son las apariencias y cunto haba vivido hasta entonces en la ilusin de su fuerza. Embargado por un remordimiento verdadero envi a buscar al viejo para pedirle perdn por su incalificable conducta y darle las gracias por haberle abierto los ojos. El viejecito viva en una ermita cercana al pueblo y no tard en llegar. Decidi curarle l mismo, impresionado por el arrepentimiento sincero del maleante. Y as, despus de varias sesiones de shiatsu (acupuntura digital) y de un tratamiento de plantas medicinales, el hombre pudo volver a marchar sobre sus pies. Suplic humildemente al anciano que lo aceptara como discpulo, posedo por una verdadera necesidad de conocimientos. De esta manera se qued en la ermita hasta la muerte de Maestro, y cuando volvi al pueblo su presencia ya no inspiraba miedo sino un apacible respeto. 37. 36 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot La gran prueba Bajo la espada bien levantada el infierno os hace temblar. Id ms all Y encontraris el pas de La felicidad. MIYAMOTO MUSASHI 38. 37 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot El practicante de artes marciales se enfrenta muy pronto a un problema crucial: el miedo. Los combates de entrenamientos, aunque sean amistosos, no son por ello menos arriesgados. El que ya ha recibido algunos golpes siente una aprehensin, un temor cuyos efectos son paralizantes: el cuerpo se crispa, la energa interna no circula, las reacciones son incontroladas. Preso de esta emocin negativa no es posible ver claramente la situacin y por lo tanto de enfrentarse a ella de una manera adecuada. En caso de peligro real, las consecuencias pueden ser dramticas. En tanto que el miedo se ampara de un hombre, este no puede acceder a la verdadera maestra. Liberarse del miedo es una etapa decisiva. El samurai, cuyo destino era arriesgar su vida cotidianamente, deba encontrar con rapidez una solucin a este problema. Si se aterrorizaba sobre el campo de batalla, perda cualquier posibilidad de enfrentarse eficazmente al enemigo. Es por lo que el general Kenshin, adepto Zen, tena la costumbre de decir a sus hombres: - Id al combate firmemente convencidos de conseguir la victoria, y volveris a vuestras casas sanos y salvos. Combatid completamente decididos a morir y viviris, ya que los que se aferran a la vida mueren, y los que desafan la muerte viven. Una mxima del jiu-jutsu expresa la misma idea en otros trminos: Para el que se aferra, la cada llega ciertamente, pero el que no se aferra no teme ninguna cada. Fcil de decir... pero cun difcil de realizar. Sin embargo, parece que en los casos desesperados, cuando la vida est en juego, el hombre es capaz de cosas sorprendentes. A esto se llama instinto de conservacin. El hombre ordinario utiliza muy poco sus potencialidades en la vida corriente, pero de cara a un peligro repentino reacciona con una fuerza o una velocidad insospechadas... Un viejo senil da un salto prodigioso cuando est a punto de ser aplastado... Una mujer consigue levantar un peso enorme para salvar a su hijo... Todo sucede muy deprisa en una situacin mortal: no hay lugar para lo superfluo. Cada fraccin de segundo cuenta. Se trata de estar presente, aqu y ahora. Las interferencias psicolgicas o emocionales desaparecen para dejar que una energa superior intervenga. El ser profundo se manifiesta, el don de s es necesario... Pero una vez que el alerta ha pasado, una vez que el peligro se ha alejado, la personalidad ordinaria vuelve a tomar sus derechos. El miedo aparecer de nuevo, a menudo sin ningn motivo real. El hombre vuelve a encontrarse con este problema all donde lo ha dejado y no es capaz de enfrentarse a l ya que no puede suscitar con su voluntad su instinto de conservacin. Sin embargo, los Maestros afirman que existe una posibilidad de liberarse del miedo. Para ello es indispensable observarlo y ver su origen. Si ste es descubierto, el miedo desaparece como el humo, como una pesadilla al despertar. El corte Los discpulos de Kenkichi Sakakibara, que enseaba el arte del sable, 39. 38 El Blanco Invisible, Pascal Faulliot comenzaban a preguntarse seriamente si su Maestro no se haba vuelto loco. Desde haca un mes se entregaba regularmente a la siguiente ocupacin: intentaba romper un casco de acero de un sablazo. En vano, ya que a cada tentativa, la hoja rebotaba, se torca o se rompa sobre el casco cuyo acero permaneca intacto. No saba Sakakibara que nadie era capaz de tal proeza? En efecto, el casco del samurai estaba hecho con un acero de una calidad superior y de tal manera que ningn arma pudiera atravesarlo. Incluso las balas de mosquetn rebotaban en l haciendo saltar chispas... Pero es verdad que las epopeyas de los guerreros cuentan que algunos hroes de antao haban sido capaces de hendir su sable en el casco. En honor de estos hroes, cada ao tena lugar delante del emperador una ceremonia de kabuto wari (corte de casco). Los discpulos de Sakakibara ignoraban que su Maestro haba sido invitado a participar en ella. En la vspera del campeonato, Sakakibara no haba conseguido an cortar el casco. Su desesperacin era ilimitada ya que consideraba que si fracasaba en esta prueba se le reprochara haber traicionado la confianza del emperador. Con la muerte en el alma se dirigi al palacio imperial para la ceremonia de kabuto wari. Los mejores expertos haban sido invitados. Cada uno a su turno intentaron su suerte, pero el casco permaneci intacto, sin la menor seal de haber sido cortado. Por el contrario, las hojas rotas fueron numerosas. Slo quedaba Sakakibara. Cuando lleg su turno, se arrodill frente al emperador esforzndose en ocultar su derrota y salud respetuosamente, A continuacin se acerc al casco y, con el sable en la mano, se qued inmvil. A partir de ese momento, todo reposaba en l, el ltimo, el nico que poda ofrecer al emperador algo ms que un fracaso. Sabiendo que sus fuerzas habituales eran insuficientes, intent concentrarse al mximo de sus posibilidades. No haba nada que hacer. Se senta completamente deshecho, vaco. En ese momento algo cedi, algo se abri en l. Una energa misteriosa, un ki irresistible se extendi por todo su ser. Todo sucedi a continuacin como por arte de magia. Su sable se levant lentamente por encima de su cabeza para descend