El Capitalismo es moral

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AI{NR-H COMT Ii - SPN \TIi r r,LE EL CAPITALISEIIO, iES edoRALi & i{S$¿ RBL,ü'EüA ',f ,'i'tlt,¡tiJf fll PA TnÁc ,,¡rn\ - ; _---,-:-.-* -***,*.;)":,#r"-j \llll I

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Hay dos actitudes equivocadas sobre esta cuestión. A la izquierda están los que dicen: "El capitalismo es esencialmente inmoral y no tiende a la justicia". A la derecha, los que dicen: "El capitalismo es perfectamente moral, porque recompensa los esfuerzos realizados o la creatividad". Ambos están equivocados. El capitalismo es amoral, porque no funciona guiado por la virtud, el desinterés o la generosidad. Funciona basado en el interés, en el egoísmo.

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.wAI{NR-H COMT Ii - SPN \TIi r r,LE

EL CAPITALISEIIO,iES edoRALi

& i{S$¿ RBL,ü'EüA',f ,'i'tlt,¡tiJf fll

PA TnÁc , , ¡ r n \- ; _---,-:-.-* -***,*.;)":,#r"-j \llllI

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CAPÍTT}LÜ

ruEl problema de los límites

y la distinción de los órdenes

¿Por qué p\antear el prcblema de los iímítes? Por-que desde el momentú en que se renuncia al <<Taó.a

está perrnitidon del necio, dei sesentayochista o delcanalla, se piantea 1a cuestión de saber qué es lo qr-ren n e r t r í n e r r n i t í , l n A h n r e h i e n n r e o n n r : r r s e r l o f l , r n o' , . . , ' r ,

pe rmit iclo consiste en plantearse el prcblema cie los l í-

n:lite s.

i . EI ORDTN TE{]NOC{E}.ITiITICO

Por e femp lo . ; qué i ím i tes h , r y q r re es tab lece r pe r r

las tecnociencia$, colno se dice actualmente, y espe-

cialmente parr las ciencias de la vir laT ¿Qué lín: i les

tÍazar a ia bierlogíal Y más precisamente, ¿-qwé lírni¡es im-

i loner a las m¿nipulaciones genéticas cle 1as céiulas

genninales, las que transrniten el patrimonir: heredi-

tario de la humanidad? ¿O qué límites imponer a la

clonación reproductiva aplicada a la especie hurnana

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t,3 L l . { , , {P l 1 , \ L1 j l l { r . ¿ l jS . \ 1 | ) 1 { . 1L

{ inclui ," lo i -rn l ínr i re abscl¡- l ro: \ }n /7o inconcl ic io¡:ai) /L* b io log ía no fes l )on t lu a esr ls p regr jn i i rs . ¿Porq l leno fstá suf ic ienrenrf i te clesarrol lada, er i el seni_ido dec¡ue pcclr ía respnnder clenrro de cl iez o veinte ancsTNo. No responrle , y no responderá jamás, purquc Ésrano es su p{egunra . lbdc 1o que puec le hace¡ la b io -logía, en tanto que ciencia, es drcirnos qué ¡nani-pu iac ión gr .né . t i ca es récn icamente pcs ib le y cuá l estécnicamente i l : :posible, al menos actuatrrnente, perocientí f icarnente pens¿lbie, que qnizá sea posible clen-¡¡o de algunos años.. . Y 1o misn:o sucede, por supues-fo, con la clr:nación reploducriva: tra biolpgl:r-ffu-_áiSS-córnohactrlo, perr: xo si hay queTtl&lo. La biologíaIIs áirIT* q4t lsb:i tsi-t:4y:r://.gósible o i*posi.bl,lY"ro|,ltiali/¡v,reiá*wi4¡L¡dil:.t-á,}e;i*l*á.

:l.lt. incapaz de t1i;45,-.9p-ELtary_pp-1le 1o posibtre , un

línri¡e que ella "" !_:fS¡X ysspp:t:ix-lxx*Lsfri,

¿ QüáI?'n i r ss t;, á;* -;T;:

b trl;sl;l L ̂ - U;;i; sr; ;; ;;;ponde.

Segur:dc eje:nplo: ¿qué límites hay que esrablece¡para \a economí¿? iQuá límires para etr capital ismc?¿Qué límites para tl n:e¡cado y }"a1tey del nercado? Re-cuerdo un coloquio en ei que participé, hace "¡ariasaños, que rtunía a directo¡es de grande$ emp¡esas conaigunos especialistas, la rrrayoría de 1os cuales eran eco-nomistas. Y escucho de nuevc a uno de los brillanreseccnomistas que estaban allí decirnos, en tra asambleageneral,lo siguiente: <Hace mucho tiempo que la coti-zación áe| cacaa está par del:aj* de 1o que la áecencíapuede simplemente tolerapr" Le contesté que entendíarnuy bien lc que qaeáa decir y que esraba complera-mente de acue¡do. Sin embargo,le hice absewar,la de-ceructtrl que yo sepá, no fs nna noción ecOnómica.

. LL 1 'RO1}LF" } , IT DL L { ]S l : S i ' l " ; \ D l 5 1 ' 1 N l - l ü N L . l 1 9

iQué l ímire hry qu. establecer parra la cot izacióndel cacaol La econornía no responde. Lo único quepuede hace¡ la econor ¡ ía , en t¿n to que c ienc ia , es de ,

cirnos cuál es Ia cattzación actr.ral, eso no es dificil,cuáles Ia cr, t" izectón previsible {para dentro de cluincec i ías , se is mesrs , d iez añcs . . . ) , med ian te qué mecan is -mo de reequihbrio el n: lercado tenderá por sí mismc,rn ca$o de hundirniento, a est"abt l tzí l rse, etc. Pero laeconoinía, en aanto que ta1, es def inir ivtmente incr lprzde f i ja r de an temano uná espec ie de co t ízac ión base,por debajo de 1a cual e1 cacao no debería c- lescender

e n n i n g ú n c r s o . ¿ Q u é l í m r r e h a y q u e e s r a b i e c e r p r r a

}a econo¡nía? La econcmía no responcle.

Nos vernos cor¡f¡ontados aquí a 1o qt:e llamaré unprimer orden, en ei sentida pascalíano clel ¡é¡¡nino,t oJ i c h c d e o r r , l m J n e r e , u n p r i m e r n i v e [ , u n p r í m e r r e -gistro (con su coherencia propia y su independencia

al rnenr:s relativa cQg{g;$lecrs-al$ otros), que pro-, , - , "- ;

p o n g o ll am a r eI o / e ryig 97 a: lff !íf: t-g-j P o d ría r,r o s, p a ra

ser rnás completo c más explící to, l l¿marlo el orden

1. Un orden, paraPasxal , es <un conjunto homogeneo yautónomo, regido por leyes, que adopta un determinado mo-deio, de rlonde deri¡¡a su indcpendencia con fesprcto a uno ovarios órdenes dilerentes:, {Jean Mesnard, <Le théme des troisor¡lres dans l'organisation des PEnsées>, , m Tbématíque des Pen-sáes,Yr in, 1988, pág.3 l ) . Recordemos que t rss t res ó¡denes dePascal son ei orden del cuerpa, el orden rlel espíritu o de 1a ra-zón y, {tnalr;,ente, el o¡den de I crsrazín ,s áe 1a c¿ridad. €.1 ¡extodecisivo, sobre esta n*cian, es el fragmento 388:/93 {nuestrasreferencias pascalianas remiten ¿ tra edicrón Lafuma de ias

Aeuures complites,Seuil, col. <L'Intégrale>, Ig63; tra¡ándoseáelr:s Penrcmíentas,la primerr cifra corresponde a la ediclónL a t ' u m a v I a s e g u n J a a l a e d i c r ó n B r i r n s c h v i c g r ; .

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Ióil l r L C ¡ . P i I . l L i S l ! i ) , ; I S r i ( ] H . \ L ?

tconómicú-tecnocientí f t ' rc. Pero, por uná p¿rte. srr íáLrna expres ión hor renc{amente recargadá: v por o t raparte, sobre todo, sería plecnásrica; puesto que la eco-nomía es, a la \¡ez. unn ciencia {hunana) y uná técni-c¡r. Llamenros lrües a este orden el r;rde n tecnr:cietztífi-coi ptrü tenganlos siempre prese nre que la economíaft ,rnu nerf e r le ól como roda ciencia v como toda ¡éc-nica, de pieno derecho.

Es¿e crden tecnocíentí{ ico está estrr- lcturado, in-tc rn¿mcn ie . por la op<_rs ic ión Je jo pos ib ]e v lo imoo-' sialá . r'á r, ;i, ". im ;, * ;;:.W' t;,*vs ;;;;4; -1.; # 6_ió;;ibr;,i y t;; l"; "* t; lrt¿;' l;,,*..$9, ';p.x;11¡;iCí.eni{fí¿árr,enle,h.a,y ln qu* ,u p""áá-p." iá|r'{lá o",tí-blemente verciadero) y lc que no se puecle pensar (lociertamer:te falso). Pero esta frontera inrerna, entrelo posible y tro imposible , es íncapaz de l imirar elorden tecnocienríf ico mismo. ¿For quél ;Porqua nocieja históricarnenre de desplazarse I Es lo que se llamaprogfeso cienríf lco y técnico, incluso (piensen en lal:omba *tómíca) cuando se puede revela¡ nefas¡o. Loc luc hrce r l icz a i ios cre inr ¡ ;os ib le ¿ vcccs es posib le enla actualid¿cJ; alur-rr:res Losrs LlLrc sorr rm¡:osibles en laa*ualidad serán posibles dentro de veinte o rreinraaños. Esta {991n!gry i¡le¡qa el!¡g !q gq-sibie y lo impo-sibie no limira el orclen ru.náli."ríf*;;1" 1o exruáütc .úled;úar'¿l es rááéürLiil i el itln;/ó-áe su?e:

I r ñ - " - - " " : ' - ' ' ' " ' : " ' - ' " " " " " - ' '

sarrol lo. LJe suertc ejr_re si abandonamos estr ordenticnltú,eit-í{tco a su soia espontaneiclacl in¡ern a, veri-f icztrá 1o que el bióiogo jacques Tesrarr, duranre uncoioqr-r io en el que estábamos juntos, l ]amab,aei..úni,co principío del r-rniverso técnico". Es io que á vecesse llam¿ la iey de Gabor. Ei principio es etr siguienre, la

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iev es 1r siguiente: ,<Toclo lo posible se;g3)V._gy!__sjgfrl-

L L P R C i l L E l l ¡ 1 D E L O s L i ¡ ' { 1 1 ' I : S Y t " Á D t S f ] ¡ r ' . 1 ' ) N [ ] 6 l

p-Le>:.-Anadiría simplernente; con lrr única ccndición

e1e que haya un mercado.

Ahora bien, resr: l ta que lo posible , actualme:rte , se

vuelve part. icularm€nte pávoroso (inclr:so con un mef-

cado posible). Ei progreso tecnoiógico no es una gn-

ra&tía. Puede volverse con¡ra nosotros, hasra ei punro

de poner en cuestión la existencia de la humaniclaci:

por ejemplo, por vía de las manipr; laciones genéticas,

cie una eventual guerra n¡:ciear o de tra polución, desde

etr efecto invernarle¡o hasta el agu.iero en la capa de ozo-

no... En ci lanto a la econornía, pone en cuestión, más

simplernente, más coridianamente, pero con frecuen-

cia de í*anerá áramátíca,las cr:ndiciones de vtó,a--tn-

cl*so 1* vtáa rnisma- cle rnilicnes de nuestros con-

temporáneos. Cada vez que \a catización del cacao

pierde 20 céntimos por tonei*da ert Londres o Nueva

York, decenas de miles r1e personas descie¡rden por

debalo del nivel de pobreza en los países productores'

Eso no basta para hacer femontar las cotizaciones' pero

nos prohíbe ¿bandonarnos tranquilarnente ,¡ les le1'es

, . i e l mc r t r , l . , . .En resurnen, si entregafi los es¡e ort le n ¡ecrtoeict l t í

{ ica a su soia espontaneiclad jnterna, toclo lo posible t '

se realizará siempre" Ahora bien, en la ac¡ualidad es Imás pavoroso que nunca.

De manera que nos vemo$ obligaclos a l imit¿r esre

<¡rden tecnocientí{ ica, can e} f in de }racer qrte todo i 'r

que rs científ icamente pensable y técnicamente posi-

ble, sin tmbarga, no se realíce. Y puesto que este or'

den es i*ca¡saz cfe iimitarse a sí rnismo -no hay un Ií

mite biológico para la biclogía, ni un iírni¡e ecr:nómic,o

pl,^rull "lí¡nimía;eló":,-aaTó d;A;:, \::y3!WI

Pl exter l0r .

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ü62

/ . r:1,

I L t - ¡ P ] l ¡ \ L I S & { O , ¿ E S M ü t i A L

( , i ( D [N J t r t t iD tLü I , uL i I I e O

¿Qué prede iTi-95t lÍmires, desde el exrerio¡, aeste orclen recnocrenií i lcol Un segundo orden, quepropongo ilamar eI orden jurídtco-pc,[ítrco. Concreramen-te : La lrg-ei.b"s,u,1a' ¿{Ñrcn;* l*A;d e ci r, p o r eJ em -plo, si tenemos o nc el derecho de poner en práctiulzclonación reproducriva a lasmanipulaciones genéticasde las célutras gern:inales, quf sún desde ahora récnica-mente posibles? Respuesra: el legislador, es deciq ennuestras dernocracias, }a voluntad del pr:eblo sobera_nú, 'a. t{^dés cle la mediación de sus represenrantes"

E s t e a r d en 1 w r í rJ.i,9 * ; p, al ;y;;! c g_ 9 sr á 9s j ! r,g lyf :rdp_, \*l;e ;r n am€nje, p lr {1. o p a sí r,t I ; ll {s 3, 9fu1 y'19.9/lt 3 "ndrcamenrc, hay io que la trey autaúza {lo legal) y loque la ley prohíbe (lo i legal). Folít icamenre, ios queestán en condiciones áe hacer la lq, {la rnayoría, e*nuestfari dernocracias parlamentarías) y los que no es_tán en condiciones áe bacer la ley tlaminoría, la opo-sición). Es lo que l lamamos, en Francia, el orcien rle-¡ rocrát ico o e} o¡den republ icano.

Sín embargo, $e plantea la cuest ión de saber

-g-y q$.e._ijm ír"ar estr- .s s, Egq dq _q.qd_errt?5*

Quizá les sorprencla la pregunta. Se me podría ob,jetar: <Pero ¿por qué l imitar este segundo ordenl F,sc<rmprensible que usred preteni{a lirnítar el primero,pues todo el ¡nundo percibe los peligros de la récnicao cle la econnmí¿ cuandrs se las aban dana a sí mismas.Pero ¿por qué este segundo orden? Us¡ed misn:c di joqLle es el orden clemocr¿lt ico, en todo caso f n nuestropaís, que es el orden republican a".. lyc:r qué .diablosquiere ltmit"ar la derm.acraria?, ¿For qué quiere lirnitaria Repúbl ica i>.

LL PROl3 l -L t l ¡ , Dn LOS L{ ¡ , { l ' r [S Y l . ¡ \ l ) iS ' f ln *C l ( lN I I 6J

tr-e s re sponde ría qr-re pfe tendü l inl irar una v 1a ctrr,a l menos en un c ier to sent ido, pofq¡Jr en n l i op in iónnos veñros obligados a hacerler. Y nos venlos cbliga-dos fundamentalmente por dos rxzoncs: una rezón in-diviáua|, que r. 'ale para cad,r unc de nosotros, y unarazón colcct i i ,a , que va le para e l pueblo, o los pue-b los . cue noso t ros fo rmamos .

Comienzo por la razón inci ividual. trmaginen a unindlvidLro perfectamente respetuoso con la iegalicJac{del país en etr que vive, que siempre hiclera todo icque la ley irnpone, que nunca hiciera lo que la ley pro-híbe, o se a, el perfecto legalista, pero que sólo ol:ede-ctera a est"a única de ¡erminación. Y, inren¡emos da¡nosr ^ r r e n t ? r l c l n n r r e n o d r í a s u c e , l c r . . .

Ninguna iey prohíbe la menrira, excepto en algu-n as ñlóül! ;{;;fif;-w r ;i ffi1r ;iorne rciaies o co n -

t ractuales, concretes. Puede depender de l¿ func iónque se ejerce. Quizás uno u otro de ustedes, si l lega amentir en ei. rnarco de su profesión, viole también.por eso mismo, tel o cr- lal ley" ldo lo sé, no quiero s:r-berlc. l le ro sí sé clue yo, cuanclo mientc ( lc que ocrrrefáras veces, pero que rne puede ocurrir en alguna oca-sión, como a todo el niunclo), no violo ninguna ley.

Nin g un a ley m e p roh_íbg,el _qgg_ís_qp "l{ inguna ley me prohíbe el desprecio.N ínguna ley me p roh íbe e l od io .Ninguna ley me pr alaitúé -.e¡ tan tclnto col-no

esto- 1á maidad.De m¿áérá qu" nuestro in<Jividuo perfectamente

legalista podrá, con roda 1a legaliclad repubiicana, sermentiroso y egoísta, estar l leno cie r:dio y de clespre-c io , en una palabra, ser rna lo. ¿Qué ot ra cosa podr ía

ser sino UfSg*S]].a le_gailstal

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tU

t)4 I l f . A ] ) l f r \ L l \ , r t U . ¿ L . S ñ l O l { . \ L :

Ahora L:ien, es fáci l darnos cuenra de que naáa, eneste segr-indo orden, nos permite escapaf a io que l la-

' 1nr a r é, e i !-:!:y9-,fy{ f&_q-f-ry!{{.ü1:ffi y a q1i} e s e d efi n epor ei respeto cornpleto, escrupil loso e intransigente atadd Ialegalírla,3. Y rampoco renemos narLa,en el pri_nrer orden, que nos pe rntira escapar a tst.* espectro:un canalla legalixa puede ser, por lo cjeinás, cienrífi-camentr competente y técnicaütente eficienie; ¡, esseguro que por más e{tcaz que see, y quizá n:ás peli-groso, na dejará de ser rnenos canalja. Si queremos es-capst, individualmente, a €ste esl:ect¡o del canallaIe-galista, tenemos que encontrar alga diferente á esosdos órdenes, con el fin de prücurar clue no se ¡ealice,sin embargc, todc 1o que es técnicamente posible ve sté legalrn tnte aul'-orizanSc..

Esta era mi primera razón,la razón indiviciual.Mi segunda razón, que me jleva a querer limitar

este orden jurídico-política, es una razón colectiva.P¿ra hacerla comprensible, permítanme contarles unaanérdota. Sucedió b,ace algunos años en la Scrbona,en la época efi que enseñaba allí (en esre caso se trat¿_ba de iln clrrsü de licenciatura, en ei marco cle 1o cuellamamos lauV de fijosofía política). Ese año, huúi^-mos incl¡-¡ido en el programa

"El puebtro>,.Impartílas

clases, expiiqué los rexros... Llegadc e1 f inal del pri_mer tr i :¡estre,había qlre sugerir un terna de diserta-ción. Fropuse a n:is alu*nncs el {ema sigr,riente : <¡Tieneei pLreblo tados los derech rss?r>. C*rregí 1os ejerci-cicrs... Y ársrubrí que la casi toraliclad de mis ah¡m_nos. con una buena cer¡rciencia t|ry*acrát"ica q\:e mepareció algo inquietante, n:e respondía quesí, por su-puesto, el pueblo t iene rados los de¡echos: está muvbien así, es trc que se llarna la átmr:ctacia."" ;De nin_

I t . P R 0 B L E ¡ / i A D t 1 t ) 5 L I M I T e S Y L A

^-,U. l

guna manrra. es evit lente, porque toLio el rnundc po-dría hacer lo que le aperecieral &Xis alumncs no con-fundían 1a democra cia y Ia anarquía. Sabían inuy bienque los cir¡dadanos, e n una democracia, están sornefi-dos a la lev {¡a¡nbién son sujetos, diría Ror-rsseau).2Pero tanipoco confundíz.n a los cir¡dadanos y al pue-blo, Ahora bien, rne explicaríam ellos con razism, sóklel pueblo, en una democraci.a, puede clecicl ir , en últ i-rna instancia, lo qr-le es iegal o ilegal, o dicho de olramarlcra,los línlites qr:e hay que establece r a la libe r-tad de ios individuos. Los ciudadanos, clesc{e luego,no t ienen todos los cierechos, pero el pueblo sí: por-que decide sobera¡rarnente el derecho tje unos y otros,y áe sí mismo. De ot¡o modo, no hab¡ía ni sobe¡aníaní derectrrcs"

¿Qué es, en efecto, se prrguntaban mis alurnnos,la denrocr aciaT F,s el régimen en etr que el pueblo esscberano. Ahrsra bien, ¿quá es el soberanc? Por defi-nirión, es aquel que tiene todos los derechos. me expji-taban tapayánúase en muchas textüs, que habíamosccraentado juntos, d* Hol:bes, Spinoza y Rousseau,que efectivamente dijercn esü, y tuvieron ruzón atr cne -

cir lo, y ése es el quid), porque es quien hace eI á*.re-cho. Por otra. pafie, anaáían trcs que habí*n eiegido elargurnento de Hobbes, sí el soberano no tuvie¡a todoslos dere chos. ser ía necesar ia una autor idad por enc ima de é1, para venficar que no srhabí'á extralimitadcen sus derechos, y para sancionarlo, sí {xera el caso.Fero entonces ya no sería é1 etr soberáno, coüsral,abaHobbes, sino que ks srría|a autrsriáad superior, y nose habría hecho n'rás que áesplazar el problema... En

2. Can trato socia]. 1. 6.

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-^U,,u

E L C ¿ P J ] ' A L I S M O , ¿ E S ¡ ' I O R A I :

una palabra, cancluían rnis aluinnos, e-l pueblo tieneefecdvamente tr¡dos las derechos, a1 menos en una de-n:ocracia --ys qrle es saberana- , y esfá rnuy bienque así sea: es 1o que funda y define 1a democracia.

Devolví los ejercicios... Les di je: <Bíen, de acuer-órs, d pueblo t iene todos los derechos. Por consi-guiente, r iene el derecho de oprumir a tal o cual de susminorías; áe vatar leyes ancijudías, por ejemptro; pcrconsiguiente, tiene el derecho de practicar el asesinatohgal d* abrir campcs de concentración, por ejemplo;por consiguiente, tiene el derecho de desencaáenargueruas de agresión... ¿Qué es entonces, les pregunté,1o que le reprocháis a Hitler, que a fin de cuenras fuenornbrado canciller dei Reich, en Ig33, rnás * menosdernocráticamentrl>. &le contestarún: *il{o era esolo que queríamos áectrl>. hle io ttgwaba. Pero e¡:-tonces, ¿tiene ei pueblo todos los de¡ech<¡s, o bie¡: nclos tienel

Los más listos me ob.ietaron: <<Su argucia mo va\e,porque oprirnir a tal a cuai mins¡ía, practicar el asesi-nata l*,gatr, desencade nar g\lercas de agresión, etc.,eslá prol:ibido por la Consrirución. Como puede ver,¡no hay prcblercal:r.

Les respondi que sí, que h*bía un rrraidiro proble-ma. Pues ia prcpia Constirución, que efecrivamenre loprolríbe, prevé las r¡¡odaiidades demo cráticas de cam-bio de la Constitución" De ral suerre que si un pueblodeter¡xinado, en circunsrancias históricas particulares{áesgraciadarnente, nos encon trames bien situadcs,en Buropa , p&ta. saber que no se ftet"a {.atzasarnerrtede ciencia ficción), quiere oprin:ir a tal a cual de susrninorías, al cornprobar -por ejemplo, en Francia,pCIrque el Consejo Consritucio nalhabría qwebrantada

E L P R O B L € M A D E L O S l €S Y l .A DIST¡ i ' JCtO¡ \ r t . l 61

nna ley-*- que la Consriruci ón la prohíLre, ei propiopueblo puede, si quiere, modif icar la Constirución (ocambtar de Canstitución) de modo que y^ no lo pro-hílra. For eso, en Francia, el sq:berano es el puebio, y nola Consrituciói l ni el Consejo Ccnsrirucional. Huelgaque 1es diga que eso me parece acertaáo. Es 1o quehace que rste¡nos en democracia, saberanía del pueblo{rlemas, en griego), y no en nornocracía, sobe¡anía delaley {nomas), que peligraría rnucho, en tra práctica,de no ser más que el poder de los jueces, el cual no rrepárece en absoiu¡o un ideal.. .

En pocas palabras, co¡lo la había vislo rr:uy }:ienX.ousseau, en el lengu aj:- iuríáica de su tíen-rp *, no hayley furtdamenf*l.3 ¿Qué es una ley fundamenlal, en elvacabularto juríáico del siglo Nvltl? Es una 1ey queobligaúa al soberano *al pueblo $oberano, en unademocracia-, de modo que el soberano no podríacambtaúa, No hay ley {unáamenral, explicaba F.ous-srau, prrcisamente porque el pueblo es soberanc:como es éi quien hace la iey, siempre puede deshacer-Ia, reha*.erlay modtttcarla. Por es*!a sobe¡anía es, por*attxaleza,ilirnitadai.<Lirnitá¡ll-trffi ü"}r;itró;ólá&sóki"'hav lráiÍ-:l *-,".;^á;;i; '* ;;*i llri"a jurí-dico, por ella,Elpueblo no deja de esrar por ello so-metido a sus propias leyes: puede cambiarlas, petro noviolarias. X,s tro que sellarna Esrado de derecho, quedistingue a ün& democraci a d,e una áíctaáwra poputrar.

L Véase, por ejemplo , íbtd., tr, 7 " Véase también R. Dera-rhé, ]ean-Jacques R"oztsseau et la scíence politique de san Íemps,Vrin" 1979, cap. V {*La rhéorie de 1a souve¡aineté>>}, pág,s.328-341.

4. Roussear¡ , Car¿trato sacía/, Tl'1, 16

*,t3'L!*Tf.CA

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t68 i - -1. Ci \ Pi l ' , " \ l - - íS&i l l . ; ¡5 M(}RÁ L?

Es¡a sumisión, sin embargo, no podría servir co¡no ií-mite, porque el puei:lo soberano siEue siendo perfecra-nrente l ibre, en todo ¡nomento, de modif icar sus ieyesy sLr Ccnstirución^ Na<"la puede <obligar al soberanopara consigo mis¡no>>, insis¡e Rcusseau; sería contra-rio a l* esencia r\ela sabarVríe qug::9] s:qb¿tlf;ó:;;-p-ónga wna Te'¡- qué no pueda infiingirrr.i Ésre es elpiin rc - e ra* cial, e I$éc lll*€lte pi uI á-llJ ann ó cr a r as.De cir, cr:n Rousseáu, que nr. ha3t ley funrlam ental yque La soberanía es incapaz de Limitars e a sí misraaeqLrivale a eiecir exactamente: la demacracia no tíeneI i t n r t e s d e m o c r á t t cos. Dei ¡n ism o motll4v-e Tá \io{* $áno riene iímites biotrógicos, ni ia econornía nírnites eco-nónz\cos, u¡.., i, áeÁ,ac,racia no tiene límites clerno-cráticos.

For eso ia dernocra cta,y áe nuevo nos encontrarrtosbierr situados en Europa pw^ saberlo, no es de ningr_r-na xianera una garunt"íe, &unquc fuera contra 1o peor.

De manera que. si quercmos escapar, colectiva-trrentr en esf;-¡ nc:lsicln. dr esfe espectro del pueblor-1lre tenc{ría tc;cios leis ,- lere chos, incluso parar }o peor,nos vemLls de nuevo obligados alimítar esre orden ju-rídico-po}írico. Pero ¿con quá? E*l:_ly_y -que no sepuede encontrar r¡n límire en esre ;-g"¿l;-ord;;(¿cómo Ia Jev padsía limirar lo que hace \a \ey?j, yaampacü. efi el prirnero; un puebl rs cientí{ica y .qécni-camente desarrol iado no es rnenos petrigroso por el1o,al contrario: hisróricamenre, frr. uru c{e }as i iagediasdel nazrsmü que ral horror se Irul¡ iera elesarroi lac.lo enelseno de uno de los pueblcs récnica y cienríf icamen-te más avanzados áel planeta" 5l ios alemanes hubie-

5 . tb i¿. , t ,1 .

! I , F R O S L E T l A D g I I l \ 1 l l h i \ 1 . . \ D l \ [ J \ r l r ) \ : ( r 9

ran {abrícado l¿ bonba atómica antes el lre los norre a-meficanos, ¿clónde estaríarnos nosotfos ahoral

T ) n r ¡ . ¡ n t n t p n p m ^ { . 1 ^ . t " t r ' - o c n . l r e ( ] ¡ e r C r l i m i -

t ii r e s t e o r d e n j u r í c]|9-.qrp-9-[ggp; gX1 X1 ó3_]X&y:ASALpara escapar dc i espec t ro c leJ can r l l a l ega l i s ta . v unarazón co ]cc t i va . pa ra cscapar de l espcc t r , ' dc l p r reb loúü e t er{A';ílióéé1l o s d e re c h o s . i

" c\"ll'llííí-l;; ;;;-

Y n n r . , t c e s t e n r , l ¡ r e l n r e r c , l c n t , '- r _^ . 1 _ _ . _ , ' n es l ncapaz , cL )mc

de lirnirars e a sí rnismo {ia demo cracta no tiene límiresdemocráticos, etr derecl:o y la poiítica no ¡ienen lími-tes jurídicos o polít iccs), sólo podernos l imitarlo, unavez más, Jesde e/ exterior.

3. Et- oRpsi{ DE LA MOS.AL

¿-Qué puede i rnponer I ímí tes, c . lesde e l extcr íor , aeste segundo orcJen?

Evidentemente, ustedes lo habrán a,iívtnado, untefcer ore.len {tranqLri l ícense, sólo hav cn¡ltro: prontollegarernos al lin¿l), que propon¡¡o llarnar el orrle n t/,,' /amaral. Ya llegamos. Si no tenemos el ¿lereiiró', tÁ.¿u,il'álálmente,

de ser canallas legalistas, y si el pueblo, co-lecrivamente, no tiene todos los derechas, no es por ra-zones jurídicas o políticas, sino pcr rezúnes morales. EsDor{l}e no sólo eslamos $offetidos a un cie¡to nrirne¡ode exigencias técnicas, científ icas y econórnicas en e}orden n" l, ni sóio a un cierto nírn:ero eie exigencias ju-

rícLcas o po}írrcas en e] orden n" 2, sinc tambián a uncier to número de ex igencias propiamcnte morales.

Mis alun:ners tenían razón, al menos en el seno delorden n ' 2 y s i só lo nos atenemos a l punt , , r Jc v is ta jur í

dico e institucional: e1 pueblo, en uná ,Setnocracta, pr:-

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/ \ ) LL CÁ t l l f " { L t s ¡1o . cES 1 \ / IORAL?

see , fcri:ralrnente , todos los dereclios. Fe¡o habían ol-vidadc tres punros if tporranres, quc irnpcnen límires,incluso en una democracia, a la soberanía del pueblo.

El primero, que concierne más i:ien al orden no 1_,consiste en que el puebio, incluso soberano, sigue estan-do sometida alas leyes de La naturaleza y dela razón. Sa-lrre estr:, nnevamente, Hobbes, Spinaza y Rousseau seponen de acue¡do y se compler-*entan. La saberanía ca,rece de iímires Llimitesl, perCI riene <lirrlí;¿iÁü,ál;,lbó;-i /il .6 S é,1' sob érffó- ne es ;;; ;*"tp &r;;;. e"u"li p o á*,st'beÁláÁo esré áefini¡ilulánteió*.¡iáo a las leyes dela Cn:tlaá no implica que puecia hacer cualquier cosa:no puede vial4ylasleye;s áeIV nxute 1)%.V (nadie puede)ni las reglas ó.x\a razón. (porque entonces desaparece-lll, fÁa-álúlcrllllatano podría durar).? €l pueblo,inciuso si es soberano, sólo tiene derecho a tro que esposible: por eso su poder, en el orden no 2, sigue estan-do limirado, desde el exterior, por el orden no L.

El segundo pi"lnto, interno a} orden n" 2, es que lapolírica excede al derecho . La <<prstencia cle la ¡nul'r[^fud>>, corno <1ice 5píncza,8 na se reduce a las {ormasins¿itucionales de sil representación (el parlarnen¡o, elgobierno, etc.): las funda, sin duda, es lo que se l larna

6. t r -a expresión es de Rousseau: ib íd" , I I , 4 i<De los l ími-tes del poder soberano>)" L,s tos l ín i res Lbornes) son los deibien coraún y elela razan" LI sujero sólo enajena la parre <Je suliber¡¿d <<cuyo uso imporra a la comu;:iáaá>r; sin embarga,<sólo el soberano es juez de esra importanciarr, lo que impideque los <ií¡r: ites>> lbarnet) en cuesrión vaTgan conio límites [l i_ttites).

7. Spínaza, Tratado politíco, TV, 4.&. Ibid,, por ejen-rpio ,t l, l l tmultítz¿&nts potentiá), que es

)

LtL p t toSt . [h l . { DE LO5 L Í ¡ ¡ l r . t s y t .A 1 ] tsTrN{ r . . l 71

la sob'eranía, pero tarnbién ias l imira, medianre rodoun juegc Ce resis¡encias, de ccnrrapoderes y de rela-ciones de fuerz¿. El pueblo, inch:so en dernocracia, si-gue siendo exterior atr aparan del Esraclo (ar:nque for-mando parre, evidenternen¡e, del orrjen fl'2). El llstac{osólc gobierna a la mnlrirud <,en 1a ¡nedictra en que , porIa potencia, ia supera)), como dice más o rnenos Spi-naza,e y esta medjda nunca es torál ni absoluta. Sepriede resistir aJ pader, aunqlle sea ciemocrá¡ico, e in-ciuso es necesaric. l0 Es lo que irnpíde , ya tn el orden

preferible leerlo en adeianre en la rraducción de saisser-Bove,Le Livre de Poche , 2882, can una larga y rica inrroclucción c.leLai:renr Bove.

9. Spinr:za, Carta j0, a jaríg !elles. Véase tarnbj én Tratadopolít ico, cap. XII (que rnuesrra que,<el derecho c1e los pocleressober¿nos está dererminado por su potencia>, iV, l). por eso,en spinoza, nunca se sale del rodo del estaclo de naruraleza: lapolít ica sigue esranclo some¡ida a las reraciones cre fuerza qr.reia fundan y la consriiuyen.

10. Es lo que ha v isro Ala in, brren lecror r le Spínoza: , rRe.s is tencia y obediencia, ésras son las dos v i r ruc les del c iude¿l¿-no. . fu fedian¡e ia obediencia, garant íza e1 arc]"en; mecl ianre iaresistencia, garantiza la j.lbertad>> {Obse rvació n rhel 7 de sep-tiembre áe l9l2j. Ése.s etr motivo por el cual ia democraaano se reduce aIa saberanía del pueblo; es ta¡nbién <<un esfuer_zo-perperuo de los gobernados confra 1os abusos <iel pcder>{Cbservación detrZA de junio áe úA9}. Sin lo cuai y,, ncr.u d*_mocracia, stno tiranía de1 puebio: <Un ¡irano puecie ser elesi-do por suiragic universai y no ser rnencs tirano pcr ello. Loque lrnporta no es lo no únicamente] e1 origen de los poderes,sino el conrrol con¡inuo y efícaz que los golre.nr,los ejercerrsobre los gobernanresr , lObser, ¡ac ión c je i U ,1" ¡u i io ¿. ig lOl .Es¡a noción de res¿lstenclc, central en Alain, es anre torJo spi-nozs.sta véase a este respecto l_auren¡ Bave, La Stratégíe dw co_natus. Affirmatian et réslstance chez Sptinoza,yrin, 1996.

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-

J, E L C A P I ' f ¿ L i S & l i f . ¡ ! 5 ¡ , { O R A I ?

n" 2, que e1 ,.poder soberano> tenga absolutamenretodos los derechos: esro sólo es verdadero jurídica,pero no polít icarnenre; de derecho, pero no de hecl- lc.La mult i¡¡,1d, como dice Spinoza,Tas rnasas, como diceMarx, o 1c;s ciudadanos, corno djce A1¿rin, se oponen ae|1a, y deben üpone rse.

F inaln: rente, e i te lcer punto que habían o lv idadoo desdeñado r ¡ r is a lumnos es que también ex is te 1amoral , o d ichc c le ot ro modo, que e l derecho no t roes todo, que la pol í r ica no lo es rodo y que inc lusoel pueblo no 1o es todo. Habían olvidado que el or-den jurídico-polít ico no es n-rás que un orden enrreotros, c ie t tamente autónorno y coherente (es 1o quesignif ica la iúea misma de sobe ranía), pero igwal-ürente l inzitado, no intern¿mente {siempre se puedeanadir *na ley a *t{a ley, t-lna {uerza a ot.re {weua},sina desde el exterior: porque el pueblo soberano estan- incapa z áe moá|{icar unV éx.tgenCí.a m*lál {en álarden n" 3) c*rno \]na veráaá citntítis.a q .té-cqig.p,{en e l orden n" t r } . Aun cuando e1 pueb}c f rancésdecidiera o,soberanamrüte> {es deci¡, aqr:í r ieiícula-rnente) que ei Sol gire ¿lrededor r{e la Tier¡a o quelos hombres no sean iguatres en de rechc y dignidad,eso no alteraría en nada ia verclad {en el prímercaso) n i la just ic ia (en e l segundo) de 1o contrar ic .Dis¡inción de los órdenes: no se v{)ta a.{*yca de 1ove rdac{e ro y I* {alsg, * i .spbrq el

' l i ien y el mal. por

esa la den:ocracia no puede susrirllir ala llictenciani a 1a compet*ncia, Y recíprocamrntc: ni la crsn-cíenc ia ¡nora i {en e l orden n" 3} n t la competencia{en el s:rden n" tr) podrían rcunplazar a la demo-cracía {en el orden n" 2}. La verdaá ni manáa, niobedece, ¿.Y \a conciencia? Sit lo se ol:edece y sója

i

A,U

E L I ' R O ' 1 ] L E M , { D i : L { J S L i M r T g S Y L ¡ D i S T I N ( ' , ] ( ) ¡ ! i . . , ] 1 3

se manda a s í misma. E,s su forma, d i r ía Rousseau, lde se r 1 ib re .1 '

Eso es lo que impictre que el soberano, sea quicnfuere, tenga todos los derechos. La moral se opone ael lo desde e l exre r ior .

Esta i imitación del o¡den n" Z par el orden n', J esváLiáa, en primer lugar, para los individuos. Hai, cosasqLre la ley permite y qulñdorrd;;be-rüs, sin ern-barga, prohibirn*s, y otras que la ley no impone y quenosotros debemr:s, sin embargo, imponernos. La rno-ral, desde el pun{o de vista de los inctrividr-ros , se añar/eaIaTer¡" Es corno unXímir,e posirivo: ia conciencia deun hornbre lronrado _e s máy g4igtrye- a::/_$..T{gtg/dg-i;elí:náiiiáuót:Áném_,í_1.cleb-sres-qv.e..e1{ixáaéax.a- ' .Pero

Ia miá,ma limitación iale también paru kssgy,*b-}áp,-lo; ló mü;iiiloi ciüá"¿;os lque son pri-ñreramente individuos) permanecen a la altura de susexigencias. Mo¡airnente, es un imperativo techazx unproyccto úe ley raci.s:"a, aun cuand*laCrsnstitución 1<rpermitiera. La rmorc|, desde el punro de vista del pue -hla,llrya a mbo más bien una sus{rácción: el conjr:n-ro de lo que es moralmenr e aceptable {la legíttmr:} esmós rEstringído que el conjunto de 1o que es jurídica-mente {acttbl ' . {1o }egal, inciuso potencial). Es comoun iímite negáttvCI: el pueblc tiene mercas c/erethos tu \c&vsa de tra moratr) de los q*e tre co¡rcede el propio de- !rcc1ta. :

Fodenros aáverttr que tras dos lin:itacicnes a{.ectana Xos individuos. Es que son los únicos que ex.isren

ll. Contrato social.l, S {"fr1 impulso exctrusivo detr apetir.oes esclavitr-¡d, v 1a obedienúa a\a ley que se ha prescrito es li,bertaá").

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ÉL ( l . P I l ' n t . lSM0 , ¿ l iS ¡ , . tCJ i t¿L :

{nonlinal ismo). Ei puebio, sin el ios, no es rnás quemito; la socie¿lad, uná abstrracción; y el Estadr:,m0nslru0.

Pcrr consíguiente, la dernocracta -a menos de noser más que una t i¡anía de la can¡idad- s. lgue co-¡¡iendo definitivamenre a ca¡go de los indivicluos.

<El bien y el mal no se votan..">> Hace años,habíauttlizado la fórmula duranre un debate retrevisado. Elsociólogo Alain Tou¡aine, que parricipal:a en la emi-sión, ine babía objetada: <;Síl 5e vora sobre el bien y elnral: ¡es 1o que se llama 1a ley >. Ya b,abía respondidcrsirrrptrernente: <<Es una moral de sociólogo>>. Pe¡o estar*araL, si se to¡"nara en serio, sería inmoral. Suponiendoque un vatü rndyoritaúa, en una áemocracta, decreta-se que el racismo es bueno, ¿qué a\terarí¿ en tra eviden-cia moral {para tados los anrirracislas) de 1o contrario}

Ignoro si las leyes anrijudías de Vichy eran 1wríát-carnente váltdas. Corresponde a 1os his¡oriado res y atros jr:ristas pronuncia¡sc sabre ello. Pero erar: in¡no-rc|es, y no tenían otra consecuencia, en el order: n" i,que la lusti{tcación de que se las desobedecízray quese las camkratíera.

¿Votar sobre el bien y eI rnall Ya na sería derno-cracta" sino sofísdca"

¿Votar sob¡e el bien y el n:al? Ya *a sería demo-c¡acia, sino n.ihi l . ismo.

Es eviden¡e que u&e y ctro-ámen azen nuestras de- | ,' ,mocrac ias. Es io proporc iona t res razones para res is- ?t i r : por amor a Ia verdad, a la l iberra d v aIa humani-dad .Rac iona l i smo r " ' | I I

tro que-lrl rraru|;'rli)::;lv humanisryo' ¿No es eso j

Tresrczanes:gqa_r4ra.-cs{g_,yA*,,yllp3f H.xggen caáa orden. La veráaá no se &rná a sí misn:a tsería

IL PROBi - rJ i ¡ .1 DL L t ]5 t . i ¡ ,1 I l ' , [S t .L¿ l ¡ l s1 ' l ¡ l r . . tó

3UN l . 1 7 i

Dios), y las ciencias no demuestran que lzaya qntamarla" El amor por la liber¡ad no esrá somerido a lademacraciá: una mayoría ¡otal i tar ia jamás impediráque los espíritus libres amen 1a libe¡rad. Fina.lmenre, elamof por la }:un:anidad no es un debe¡ {el amor, seña-laKant-, no se ordena). '2 Por eso estás rres fazones nobastan, valtterá. sobre el]o dentro dc ¡-rn rnomenro.Fero di¡é prin-rero algo más sobre el orden de la moral.

E,s t á e s r ru c r u r a d o,, i n r e rll 4l!,e-q! g., l_" lU.n;¿"*lt*d g]-!1e n y_ !-g|¡1 u I, #l.d,e_b*e_¡-yi*laprchibición. ¿ Q u ées la rnoral? Para decir lo brevemente, responderíac o n K a n t : I a m o r a 1 e s el _ c o-nj u¡-l g d g.t$-g_l-l.l!-..glg..b-S;g;,ú se&' para <1ecirlc de *t"ra moáo, el conjunto de las*Ils.z:r: y-::ts:4s b:-ps plxb x*e;;e; Es€*! 93 :xp e rsmos a nosotfos mis,-ry,gs, *o {arzasamente a priori {rncont¡a de io que quería KanrJ, sino ildS-p_en.4enie--rnentedecualquier:g_:-o-Tp-:ns_a--9casr1ff l_gjt,g_tg-dg-fu :t é::::-l* t*llxs:s:*l{' s.s r;;;ü;; J;1;que vale o se impone, para una conciencia dada, in-condicionalmente "

12. <<EI &Ína{ a lcs hombres, sj bien es posible, no puedeemp€fo ser ordenado, pues no esrá enla tac*|tad de ningúnhombre amat a atrguien só1o por manrlata> {Crítique de la rat-son pratique, <De los móviles de la razón pura práctic a>r, pág.87 áe la traduccián kancrsa de Picavet, ?uF, IgTI) ttrad.cast".: Crítica de la razóft práctica,Maártá, &lianza,2e82).yéa-se ¡ambién la üactrírze de la uertu,In:roducción ,X\l, c, págs"73-14 & la traáuccíón francesa <Je F}:ilonenka. Vrin. 1968tr.rad,. casr.: <Docrrina ár Ia vtrxtú>>, en Ls metafísíca de las cos,tumbres" Madrid, Tecnos, 1989).

11. Sobre 1a cuesrión del esra¡utr¡ áe la moral, que nopuedo absrda¡ aquí, véasr e1 capítula lV de ¡ni Traité du dá-sespair e t de la béatitude, PUR 1gS4 v 1g8,&, reedición en ia col.<Quadrrge>,, 2882 .

711

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Ii o LI- C¡1 P lT,r .L lSMO, ; LS l , . l ( . ) l lA L ?

E¡1n..n1o._1a].r.po.f lo que respecra i] su origen, es his-tórica, cu]tural y, po¡ ranto ta¡:r'b1éí,"lelativa; és é1conjunro de lai norñ;,s q;;{;L"l l" '¡ , l lá-t lho daolo(de forma a7a vez di lerente y conxTergenne en todas iascivi l izaciones dei globo) para resist ir a1 salvaj isn:o delque surgió y al,abarbarie qr-re no drja de arnenazarladesde el inrerior. Pero no pcl el lo deja de funcionar.subjetivamente, como un absojuco: moralrnente, hay1o que debo hacer (el deber) y lo que no debo hacer{la prohibición, que nuncá es mas que Lrn deber nega-t ivo). Por eso la moral no io es todo {muchas accio-nes, afortunadamenfe, no dependen de el la: no es¡ánmoraimente prohil : idas ni son moralmenre exigibles).Por eso tampoco es rtaáa.

Sin en:bargo, se plant"ea la pregunta de saber si ..f\_hay que lirnit"at, á sl] vez, esfe tercer orden, y median- *]te qué. rti'

&,f e parece que lir:ritarlo no es la expre s,p*t'áde-cuada . Dc Ios dos p r i rne ros ó rdcnes , sc puede temer1o peo r . D" l , n lo r r l . s i se en ¡ i cnJe b i c , r l n . . , Es f j c i lcornprender lo qu" yt,r, t)tuá s,*, Lrn canalla úg^l iutr.

"ne i orden n" 2, y un c¿nal la comprte i l te 3r e f í r : ie nte .en el crrden n" 1... Tengo alguna dificul¡ad p:r.a carrr-prencler Io que sería *{'tllllf; múrq,;en el orde¡rn' 3. Quizá piu"u.n ,rr*'16; q;;ir'á|v rrruchos canallasrnaraltzadares".. Estoy totaimente de acuerdo en rstepllnto. Irero, precisamente, es esencial a la moratr ques e r ,ry a f.q f . y*29;g p r"a / z z n d o, n a- se"T;ry'ts r*^ ;"g,.p :{;á¡,tái:rÁrii e$ .an sin óié-qiñ, I;;*,:;";. pil,n".La cl ie rencia esla sigurenre: sqr r.a.y11es ocuparse delp- r a p 1 e Q-eb q r. ; t q r ry a-t i1.li3 q.4{ -.9 t_ _g !_ 9 i ^ ri r á á _{&*cle lcs demás -lo que resulta mucho más {áctl,io cor.-cedr:, y mr-lcho rnás agradable. pero compXetamenre

7 lI

fL ' 'c \ t_, . \EL pR{ . l1 l t_ I : t , t . \ DU LOs

di lerente-- Alain decí¿l : . ,La nloral nunc¿l

r N l

9-2.-P¿;:g-*1Debes serY:9irv:"

gener0so>>prójimo: "ior. Ahoraparse de la

T enTl"r lzoÁ-.-úl ü, ;T p'ó; i*o' "

que dist ingmoral del prójimo. ldo es pues lrlue el ,<orden mclraln, en el senticl

&{ahon o de los puritanos, de }o que l lamo e

no es dar prueba c{e generosidael. Decir alDebes ser val iente>> no es dar prr:eba t le va-bien, ser moralizadcr es exácl¿lmente ocu-

oratr. E,s l<;c cle Mac-

lo rc len dela mara|. C,uando etr .<crelrn merraln ameno e} .<crelrn merraln a.menav"á. oue ealgo que: pue,de s-uceder, es, pg_tgg,e, J:e {giedg$qd : 89 Y:y :-.y-y 5j*Y--2Y*IL9J'*9F.P9:SY S ! 3 - SS#59* ;q-ssL |.y_a:d p,g:g.-u,pkS:X moralizador I

Si me conceden esta dist inción, creo que {ne con-cederán que se ve rnuy bien io que puede sef un c&rta-lla marultzador, pero b¿rstafife mal 1o que sería un ca-nalia moral; y que, en este sentielo, este orclefi de lan:amL no necesita ser limitado, en todo caso na en elrnismo senridCI que los dos precerlentes, en el senridode qr:e podría tenler$e 1o peor.

En cambio, s i no necesira ser l imitadlT (como si sepuclíera ser dentai,iado moral), h" d"'.r*, cr;mpletndo,porql¡e en sí misma la moral es insuf ic ier i i " .e. .-T'rnigr

né n' á- u n-if {1 ;" 1á';;ó- ;l;; ;ú;;t i l#;" u \; ;u, t; ; ¿. é n s,-r u} e -ber, pero que no hiciera mtís que su de?:er. No seríaun canalla, está claro, pero ¿no sería lo que, en nues-tra cultura, y e quivocadan:ente o con razón desde unpunto de vjsta hjstórico, l lamarnos un farisea? Un {a-riseo, es cnecir, aquel que respeta siempre l* letra áetrxley rnoral. pero del que se considera que le falta algo,qlre carece de una dimensió¡1, corno suele decirse , einciuso qwizá que le taltal* esenciai. ;.Tle qué citreceel far iseol Dos mi l años de c ív i \ ízac ión c l is t iana, c¡u izás incluso ¿res mi1 años de ctvt l ízación judeocris-tiana, no$ responden con una clarid"ad y une insisten,

uees I|s**',

*

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utt[ , L C A P { T A t . ] 3 e 4 0 , ¿ É 5 M 0 R A I - ¡

cia exftaordinarias que lo que le falt"a al fariseo es,eviden remen re, e1 am o r. Poi?r o ..eá-óüé-á-{rn;;;'lá..t*- llnuLá;:;'{';*"{';, el lugar -*,rnq.r* h^yl d"pefmane cer vacía en gran me dida- de uqgrarlg_.gl-

-Sf , . SuS.r: s-f-*fX kpová n d o :n e en u n a dis tin ci ónterrninológica que la lengua sugíere ) 4S:dS:#_g.ftsn;^**g$s-zude l.w.waa x.,-.' -.

4. Er- oRDEN ETrLo

Se trata de una pr;a y simple convención termino-lógica. En francés, corflo usredes saben, las dos pala-t:ras maral y ética son perfectamente intercarnbiables."lJero una palabru no es un concepro. For un ciertanúmero dx nzrsnes filosó{ícas sobre las cuales no ten-go tiernpo áe rxplayarme aquí {pero pensando anfetodo, evidentemeü{e, en Kanr y en Spino za},\a aáaptá.ei hábiro de servirme de esras dos paiabras, que lalengua nos ofrece, para designar dos ¡eaiidades dife- ...renf es: les propon gú, cún el riesgo de sirnplificar tnu- ,,,-t'.&,;::#.;,x;jiffig

,*bffi;'&Kt':.'i' :,ahÍ este rercer orden, menos para limitar el orden de lanroral {ei amor yla rnaral, casi siernpre, nos empujana las nrismas accianes) que pará completarlo a paru

\4 . V é.ase mi arlícl¡lo <.Mo¡¿le ou éthique? >> , Valeur et ué-rí ¡é, ?tJF, 1994, págs. 183 -?Sj. Véase tarnbi én la csn{erenciaqrre proiluncié paru el Groupe de recherche pour l'educatione f la prospective, <Erhique, lnorale er polirique)>, cuyo texrofue publicado en etr n" 9-lA de la revisra Parcaurs, Toulouse,Les Cahiers du GREP Midi-Pyréné es, 1994, págs. 199-256.

t-ti;i)'tr

E L P A O B L g M A D E L O S I J M I l ' C 5 Y I A r N C t ó N f . . . 1 7 9

abrir lo, si me perrniten ia expresi.ón, bacia arriba; elorcle¡r éticr:, el o¡den del amor.

Esfe cuarto orden se encuentra estructurado, in-ternarnenre, por la oposición ctre la atregría y <1e la rris-teza. <<Arnar -decía ya Aristéreles; as atrggyayqe.>>-t1Es 1o que SprÁaza cart{trmará y iáÁpl"t^ rá: <Yl &ff\ore$ una alegría acompañad a pür la idea de una ceusaexterior; e1 odio es una tristeza accsmpa1,aáa por 1aiclea de una causa e*rerior>.16 Lo que equivale a decilque es{e orden ática esr.á esrrxrc¡uradg-,p-gr e,tr d7;-9.or¡.isaó i' ls fu -lp, s éd¡r:tnlnaeieÁ- tio uru r ̂ lr t a / c u],u -rc) y Ia doble polarizacíón (pi,rcer/sufr imicnro, ale,gría./tr isrezaJ de su potencia de obrar. ' i En esre punroc*inciden Fre{id y Spinoza. Pero de esro ya he habla-do bas¡ante en otro ladats para na tennr qlle volver so-bre eilo"

Tanto pa¡a este orden como paralas otros, la pre-gunta que se plantea es rr¡ás bien la de sr.l límire o desu incompletud. ¿Es necesario limitar y c*mp|*tat, asu vez, este cuafio orden, y mediante qué?

15. Etbíque á Eudéme,VII,2, 1237 a37 -48 tpás. 162 áelatrad¡.¡cción francesa de Décarie, Yrin, L9E4; traá. cast.: Ettcaeudem ia, Mad¡id, !'lianza, 2882).

1{t. Etica,Ill, definiciones 6 y 7 de17. Ihid., escalia áeXa prapr>srciín

de los afectos, con sus expl icaciones.

afectos., , 1 - f ; - ; ^ ; ^ ^ - . i ^ i

18. Véase especialmenre el capítulo i8 de n:i Petit traitt ides grandes uertus ttr*d. cast.: Pequeña tratado de las grardesairtudes, Madrid, Espasa-Calpe,1998). Ssbre el problema es-pecífico y decisivo de la relación Spinoza-Freud (es decir, eneste caso, scbre etr uso que un leclor de Freud puede hacer deSpinoza) , véase mi ar t ícu lo <Spir :ozr contre les herméneu¡esr , ,t] ne éd.ucatíon phílosopbique, PUY, 1989, págs " 245 -264:

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80ü

€v,,E L ( I A P I T Á L ¡ S & f O , ¿ E S M O R n L ?

En pr imer iugar, les responelería que no percibocon cler ic l¿d qué es 1o que poc{ría poner por eirc irnadel ;rmor, ¡:ara limirarlo o ceimpletarlo. Pero es ql,e yq.-tanlpoco creo er l Dios"". Un creyei: te podría calsai .-mente {e incluso, me parece a ¡ní, debería, desde supunto de vis¡a) pensar en Lln qutnto orden, qur se po-dría llan:ar e} orden sol¡renatural, e] orden divino,qr re pontJ r ía b r i jo su ju r isd icc ión a i con junro y gar l .n -r tzaría sü cohesión" Créanm- ,Ñ r. -ego que eso aveces sea córnodo... Simplernenr.e, átría que, dado que-no tengo fe, es una posibi[dad que no puedo hacermía. Afiatliría, pata ser totalmente since¡o, que verda-dera¡nente no me falta. No bay que temer al amor ir:-finito (si no se límita, tcdo lc que se arriesga, en elpeor de k:s casr;s, es que sea in{ini¡c}.Par e{os razr:-nes: la primera es que no se r:os podría desear nadarnejor que etr amor infiniro; ia segunda, que el arnor in-finito, sea dicho enlre nosorfos, no es verdacleramen-te lcl que nús &rne,n.¿za...

<<La ttnic* me clida del ¿mor -áecía san Agr:stín-cs zmrr sin meclir l¿.)> Hstamos lejos t ie el lo, cesi toclosy casi siernp re . La rnás frecuente es qr:e e1 amor, cuan-clo se tfaspasa ei círculo de ias allegaáas, no briileapen*s más que por su ausencia. Brí l l¿, pero de lejos:nos i luminar, es lo que se l lama un valor, pero tantomás, qtstzá, cuánto míls nos falta. Eso rne recr¡erda loqrre decía Alatn, a propósiro rle la jusricia: r<Lajusriciano existe; por eso hav gue hacerlar. Tliría, íncluló, ionisnrc á,:7 a.r:aar, en rodos los sénrie1o s áe \a palabrahacer... El amor, para casi todos, es el valo¡ supremo.l.Jo es r:na razón para hacerse i lusiones sobre su reali-d¿d. Tant<¡ mejor para quienes lo creen infiniro y om-nipotente, en Dios. Los elemás, en¡re los cuales me

I : L p R o B L E , u , \ D t L O s L í ¡ . l r e s 1 ' L A I l t s ' r I t J C t ó t t . . . 1 8 1

cuenlo, no aman menos al amor. Saben qLle no ten-drániarnás demasiaoo, ni s iquiera suf ic iente. Y se con-suelan como pueden, o más bien, hacen todo para ncconsolarse cornpletamente. Pe¡c todos, cíeyentes oincre t lu ios , de ben morar , a l rnenos aq i r í aba io , en la f i -ni tud del amor y, por tanto, también (porque se que-rr ía inf ini tc) en su incompletud. Eso es 1o que se l la-

ma Ia áttca, t¡ 1o que ia vuelve necesaria.

E n e s t e c u a f t o gJÉp,,- -:ZLg*Vah t"**.-?ái:)*Z*g_,- " p S -.n.u"nirrn los t res n-or" t J" bs qu" hablé hr i . uno,i ns tan tes : e l amor r la vc rdad, e l anror a la l iber ted v e l-;tlará-6

hümááídad o al próiim o. El;áál"i&lill'é::;;, ; ";;:;;

{;:;Á';l;; ;; l ;; ; ; á;*t.5, p e r o s i n ab o 1 i r,1 .los, y rnas colllo ffi_q'ay lpass-**xxs:d__gy:s_ssxp_regulacróñ" (.para el qiq_qgpl_A). La econozmía, par atrapar te, L ,astar ía prro probrr lo : e l dmor por e l d inero opor el L' ienestar áct\Ja ahí, evidenterncnte, pero sinbastar, sin embarga, pare procurar uno u otrc. Elatnet alavetáad., ele un modo similar, pue,le ser Lln lirnotivación, en el orclen n" 1 {especialrne¡lte p';r* losc ient í f icos) , pero no equiva le a r :na dcmostrac i r in ,como tampoco c l amor a la l iber tad, en e l ar rJen n" 2,es suficiente para la democr'ácrl'. ¿-Y el amor al próji-mol $óio podría reetnplazar ala rnoral, suponiendcque pudiese exist ir sin el la, si reinara, 1o que está iejr:sde ser ei casc. Por eso tenemos rrecesidad cle esrosc\).atrú órdenes al*vez, en su independencia al menosre lat la {caáa uno t iene sLr propia lóg ica) y su in ferac-cíor: tna puede exist ir sin tros otrosi. Los cuatro sonn c r n c n r i n c n c r n n i r. , - . I . - " . . . . l g U n O C S S U f l ( l C n l e .

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Page 15: El Capitalismo es moral

CAPITULO

NIñ l . ! r

.L, l caprtahsmo, ¿es moral?

Todos nosotros nos vemos con{rant"ados {entre-gando etr eventual quinlo orden a la fe a ala no fe deunos y o¡ros) a estos cuatro órdenes cotnunes, que re-su"ro : e1 or d e n rc,n o llílílfíl' C.llá;á;l ;;;;;;;.' i ir:"¿iií,r"L

estructurado internarnenre por ia oposi-cién de lo posible y áe tra imposible, perc rncapaz á*Limitarse a sí rnismo;hmitaáa por tanro, desde el e x-terior, por un segundo ar&en, e1 orden jurídico-polí-t ico, el cual está estructurado internamente por laoposición de 1o 1egal y de 1o tlega), pero igualmenreíncapaz como ei prcceden:e pare limita¡se a sí mismo;limitad,a p{}r tents a sr}. vez, desde el exre¡ior, por untercer orden, e1 orderc de la moral {el deber, la prohi-bictó*), etr cual está eoniplerado, <aabiert* p*r arríba>,hacia un cuarto orden, e\ rsrden étíco, el orden del&{n*t.

a

Page 16: El Capitalismo es moral

tB1

1 .

l l i_ c,1p¡1 ' '1 i - t5f t ( i . : [ .S 11(J l { . . \L

ü¿!x-¿l y I:{.t)l"J¡)¡,{ írt

¿En qué sent ido esra d is r inc ión de ios ó rdenes,que acabo de bcsqLre ia r an te us tedes , n re permi tecontes tar a ia ¡ r regunta- t í tu lc l : . ,E l cap í ta l i smo, .esm0ral l>> /

|z{e pe rmite responder 1o signienre: pretende r queel capitai isrno es n:oraJ, o inch:so q"uter ql l - l - lsü,

ry!3_y1tre"á,e1.-q::s-.{óN"e,*./l_l'(áíi"',áááÁiátllnocienríf ico) esté in¡rínsec¿nrenre sometido al crden

!")-klorrlen *ütt iúr. r''e pr*;;;;l;n;"1;;;ttpr: res¡tectiuo de estn¿cturáción tnterna. Lo porible ylo impcsible, lo posiblemenre verd¿c{ero y lo cierra-mente falso, no t ie¡:en nada que hacer cor, el }: ien yú rnal.

Es lo que vr-relve atr cientificismo y, púr tantú, tárn-bién al economicisnlo, especial¡nente temibles, y tan-to más cuanto más progresan las ciencias y las técni-cas. <<La verdad sin la carídaá no es Dios>>, decíaPascal . 'Nglg l_u l lo es menos verdadera, s ino menosh u n¡ a na.: r ñ e ; ;; I - EIü ;-ñ;; ^ lL i' "- pl' I Á ;;,; ;-e¿ncepral-r le contenrárse cün el la. l ls s*biclo elesde l l .ai:e -lais: <<Ciencia sin conciencia no es más qr:e Ia ruin¿ delaltma>. Fcr 1o áernás,las ciencias no son la verdad(son só lo e l conoc im icn ro , s iempre pa rc ia l y re la t i vo ,que teneinos de ella), y e} cie¡lrificismo no es la cien-

l::¿:yg f? y:4:.Syf }r1jd_e_ólogia t"e.1;ap1 ' qpq .^1l"crcntífic'r) que pre re{r derízs4w*..}.es aig-S g}^?_g-b:*S.rus.*np¿r r i l t ( ) ( l o . v cspcc i : r lmen te q r ¡ c h i c ie ran l l s veces den r o r a I . R e ch a z ¿ r ei _ ig*_rylig¡¡4-.g_- g,q*.g5__y2r"h.e71;':A9 .cicncials, sino negarse a hace rse i]usiones con el ias. Re-

l :L CÁp i l . \ i . l5 t f { . r . ;1 :S l , lo I t ¡ r i -? 8 )

chazar el ¡ecnr:cratismo no es cnnt-lenar 1¡r técnic¿r, sino

rechazar abandonarse a ella.

Esto vaie especial :nente pára ia economía. l -as

ciencias no t ienen moral; las técnicas, rampoco. ¿Porqué la econornía, que es alavez una cienci i r y uná téc-

nica, habría de iener una?

Algr-rnos ejemplos para i iuslrar este punto"

Un con¡able recuerda a su cl iente que clos más dos

son cuatro.. . Imaginen tra ci l ra que ponetrr ía e} contable

s i e l c i i e n t e l e r e s p o n d i e s e : , < S í , s í , e s 1 o q u e s u e l c . l e -

cirse; pero ¿es moral todo eso?o>. Cuando se ve 1o dí-

{ícrlque resulta Iavt-da, que dos más clos sumaran cj.n-

crs, *I rnenos en ciertcs casos, sería efectivamenfe rnás

venfajoso para todo el ¡nundo".. El cont¿ble pr.*s*rá,

sin en:bargc, de otro rrodo. Respondería rnás o me -

nos: , . ;Ai to ahí, rne da mieclol En este momento, n{)

hagcr moral, sino qr-re hago arítrnítica: en aritmética,

no har¡ rnoralr>. El gran lógico Carnal decía, a pr inci-

pios del sigio xx: ,.En lógica , nrs hay moral.t . Tenía ra'

zón " E n aritntét"tca, t ampoco.

I- . lstee.tres invi tan e un f ís ico pi l ta unt r--c¡ l [ t re nci i l -

c leba¡e . E1 les exp l i ca la g ran ecuac i i rn de l l i ns te i ¡1 ,

E = mi, la energía es iguai a1 producto de la tnása pür

el cuadrado de la velocídac{ de la luz.. . Imaginen la

cárá que pondría si uno de ustedes les cbjetase: <<Sí,

sí , es lo que suele e{ecirse; perü ¿es moral todo eso, si

se l ;ene en cuente qLte es lo que hace explotar las

bombas atórnicas?>. Elf ís ico les contestaría: r<¡ l 'Jo es-

taülos hablandc¡ de 1o mismol En este ñloinenlo, n{)

me estoy ciedicancl* ala vmrsral, sino a l¿ física. ;F,n fí-

sica no bay moral\.rr.

Nl i ren el parte meteorológico, una noche , en ia te -

levisión. Estállavitndo, por hipótesis. desde hace seis

,1

1 . Pe¡tsamie ntos, 926-382

Page 17: El Capitalismo es moral

ü l C A P I T ¿ L I S M 0 , ¡ l i S M O l i ¡ \ L ?

seü-ranas. Y de plonto, la rnujer o el homL,re del tiernpoles dice con Lrn tono alegre'. <<Mañana, amigos míos, vaahacer buen t iernpo. E,s cierto, af iaclr, porque, con loque ha caído desde hace seis sernanas, si siguiera 11o-vlendc lnañana, ;sería real¡nente inmorall>. Usredesse d i r ían: <¡Lsta v tz , ha pat inado por completo l>, .Porque ustedes saben perfectamente que, en rne¡eo-rología, nr: hay rnoral.

No hay moral en a¡itmé¡ica, no hay moral en física,n* ltay rno¡al en rnrreoralagía... ¿Por que habría dequererse qurla hubiera en economía?

Sé por qué todo el mundo 1o querría... Es lo queme objetó, con rrlucha virulenc"s"a, uma }:uena mujer,hace a,lgunos años, trás una de mis conferencias sobreestr tems. Se desarroltraba en Narnur, en Eó\gíca, aI-glrnos mesas después detr cierre de Renault-Vilvoorde.Nuestros amigos belgas esrán especialmen¡e agiladoscon¡ra el capítalismo en generaT, y el fuancés en par-ticula¡... Ya había utils.zaáa, duranre mi exposición,los rres ejen:plos que acabo áetraer a colación" En eldebate, una rnujer se ap*deró del micrófcno, muyirútaáa contra mí, y protesró: <;Fso <1ue ha dicho esre airnente escandálosc I ¡Usted csnfunde cosas que notienen nada que ver!>. Y explicó: <La aritmética scnnúnreros; Ia {ísica san pa*ícuias; la rnereorologíason n.iásas de aire, presiones.." Pero ¡ la economía sonhombles y n:ujeresl ;Es ccrnpletíl;nfnte diferenre l>.

Yo le respondí: Bien, de acuerdo , pc)rrgemos orroejernplo. Lmagín*n a un empresario, que t"raba)a p*rejenrplo en la industtía agraalimentaúa, digarnos unpastelero industrial, que medita una inversión para suempresa... ?ata t"amar su decisión en las mejores con-rlicicnes, llama a un conseie¡o. <Es¡ov rnedi¡ando -le

[ L CéP ITAL IST I Í t ) , ¿L ,S t lORAL? 81

explica- una inversi ón, gtavasa para nti empresa, pe rocreo que pos ib ienren te de c ls iva p , r r r ios p róx i rnos C iezaños. ¿Por qué le hice venir? Porque pafa tomar mi de-cisión, especialmente para rcalizar ¡nis cálculos deamort ización y de rentabitr idad, necesito sabe¡ cómo vaa evolucionarla cattzación de1 c^cae durante estos diezaños.> Imaginen la cara que pondría etr directo¡ cle laF r n ñ r p q , * i . i r ^ . c c i o . ^ I - r p q n ñ n / l i F r r '

<<__¡Buena, señor presidente dírector general, ncrhav n inqnn nrnhlemat . La cot izac ión del cacao t ieneque subir sensiblernen¡e"

>- ¿Ah sí? ¿Y por qué? iQué es tro que le permi-tf ser tan úptimista?

¡¡- [s rnuy s.lmple, responde el consejero: hacetanto r iempo que es tanbaja que si no sul, iera ;seríareairnente demasi.ado inn:lcral I >>.

E1 consejera sería desper{ldo en e1 acfo, o más ve-rosímilmer:te, si es un emple ado, sería dado de baia parTarga entern"ledad... Porque todo el mundo se da cuen-ta de que estáloco. Porque, en ei fondo, todos sabe'mos que la mo ral fy:::-l:-f::ey_S_kn::Ag9_l9.t;. i Á n A o 1 . e c e ^ . i . i o . , r o l ^ , r i - " - oC . l O n O e l C a C a O , f ) ¡ u e L u d r g u r c r r r r u f C á . n C l a , a U n q U e

fi:era un cántimo pcr tonela á*.Y que, en este sentido,tampoco en econorníahay moral.

La econcmía sr.n 1os hombres y las mujeres, enefecto, pero no obedece a ninguno de el los, ni siquie-ra a su suma. Que tcdo el rnundo desee el crecj.rnien-to, eso nunca ha sido suficiente para impe dir unr re -

cesión. Que todo e} mundo dese* Ia prosperiá*á,nunca ha sido suficiente para impedir la n:iseria"

¿Cómo tba a ser moratr la economía, si no tie¡le volun-tad ni conciencia? No hay \rná l4fftane lnvisible>, que

sería1a del me¡cado {eso na era"" en Adarn Smith, más

*:*

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I88 E L C A F i I ' ¡ 1 L I S & f 0 . ¡ E S t t O R A L ?

que Llna metátorÍ), pefo todavía menos una voluntadoculta: sóIahey, como decía Althusser,2 <(procesos si jrSujeto n i F ina i idad(es)" . A menudo, se enr iende malla frase; se cree qlre ignora el papel de 1os individuos.Se equivocan. Signif ica, sencil jamenie, que l¿ hisroriano e$ nna p€rsoÍ' ta, que, por tánto, no está dotada devolunt¿d n i pers igue n inguna meta. ¡Eso no es unarazon pará que el inel ividuo, por su par¡e, deje de que_rer y de actuar! Lo n:lsmo ocl irre con ia econornía.hlo es Llna persona, que te*dría su voluntad, sus pre-ferencias y sus meras. ¿Cómo habría de renerun, áo-ral l ;hlos corresponde a nosotros, qi le somo$ a lruen iseguro sujetos, etr ser morales, aquí y akara, sin espe- i:ar qile Ia ecanarnía, tn tánto que proceso, u. ur*lvu Imoratrl j

$e me rsbjetará que la economía postr-rla cue losindividuos t ienen un comporramiento ru.ionnl, qur"cada uno de ellos tiende a maximtzar su bienestar.¿No es ése ya un enfc;que morali |do" Frimero. Dor_que se t ra ta de inrerés y no de deber ; luego, pnrqu"lo clue es lacional no cs sicnprc razrsnable; y t i ;ümeñfe, sobre todn, I iorque un compü¡tamlento racia,nal no es por ello vi¡rr:oso. [J¡: asesino puede tene, L1ncomporta{nientc racional (tende¡ a maxímtzar su bien-estar), pero no es r lenos cuipable por eso.

llodría mukiplicar los ejemplos. ¿por qué salimosde la inf lación, en el curso dela rJécacJa de 19gü? Loseconomistas no se ponen de acuerdo; proponen va¡iasexplicaciones posibles, por ütra partt rnás comple-

L 1 - C , \ ! 1 1 ' ¡ \ L i S t { O . ¿ E S M 0 i { . \ l

mentarias qlre opüestas. Pero ha;'unrr explicaciór] queningún economista propuso nLr i lca n i praponcl rá 1a-más: es la que pretenderí¿l que si, en e} cl lrso de l¿ clécada de 198A, sal irnos de la inf lación, fue pof lazoncsmcrales. Y sin ernbargo, y es lo qr-re rnás me inte resaen e} últ imo ejemplo, todos teníarnos excelentes razo-nes rnoratres pare querer s¿lir de la inf lación. Sí. Perotodos sab'erncs que no salirnos por razones moraies.

Mi tesis es radical: en este prinler orden {ei ordeneconórnico-tecnocientíf ico), nada es nurrca moral. Y' r l m i s m n f i " m r l r n , r , l a e s n l l n c a r i . o r l r o s a m e n l e i n m oL r \ J r ¡ | , v t . , t f * . '

ra l . Pa ra poder se r i nmora l , es necesa r io po r le r sc rmora l . Us tedes y yo podemos se r i nmora ies po rquepodemos se¡ morales. l-a l luvia cae , pero nunca es nirnorai ni inmcral. Sóio los niños pequenos piensanque la lluvia es amabl* cuando hace crecer las flores alas legr-lrnbres, y mala cuando produce inundaciones oles impide iugar a1 fútbol... TacJos nosotros sai:erns:sperfectamente que nunca es arnable ni rnala, ni moralni inrnoral: está some tttJe a leyes, a causas, a L1ná rá-c ionel idad inmenente, que no f icn, ' t tar {¿ q l le ver c{ l r tn l lest ros ju Íc ios de l '¿1or . Y sucer{e io t t t is t l l , , , l } ( r l c r } -

puesto, con las cotízacianes ciel petróleo o dei euro;no clependen de ninguna manera de la mor¿l, sino de

la marcha general de la eccnamía, de las relacionesde f r re rza ( ínc luso po l í t i cas ; e j poder no l ' t cdmer íc : rno .por ejemplo, es t¿mbién un elen:ento r: leX orclen n" 1)

a escala rnr-rndial, y en c{efinitiva, úe la oferta v la cle -

manáa. Carecen de deber: se contentan con hacer sura rea , y pe rdonen l l cxp res ión . r ' l e ma tc t ' i . . r p r ima o , l c

¡none da.Eso no impide que factores psicológicos pr:edan

intervenir {y necesariárnente intervienen) en ia econo-

89

2" LoLris .AItJ.russer, ..Remarque sur une catégorie: ,,procds

sans Sujet ni Fin(s)'">>, en Réponse i John Let-uis, Maspero,1973 ,págs .69 76 .

Page 19: El Capitalismo es moral

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. , log t t o , que per renece . por es te mot ivo , a iorden n" 1 {es un objtt.o_pq:ib_G,p-aJ4lq-q-qj.rr;i";lr;y!y:l:f:!:.ky::*_P o r o r r a t) ar r e, u. ."fi *Jñlnr:s a los individucs que al propio mercadc. Cuandocontpfo un t ra je o un coche, no tengo necesidad deconoce¡ perscnalmente al fab¡icante o al venciedol,y toáavía menos de esrar en concliciones de iuzgar{¿qLrién puede?) su moral, idad. El esrado del me¡cado

r'{ incluso en su dimensión jr-r l ídica, que lc l imira desdeel exferior) me inspira una canf.ianza sr_rficiente parapermit irme la compra. ¿Es un malvado este comer-ciaxteT No sé naáa, no rengo necesidad de saberlo.Eso no n-re impedirá realízar ccn é1 negocios muy hon-raáas. ¿Es un sanro? Tampoco la sá, y eso no rne i¡n-pedirá rcaTizar con é1, en este caso, cornpras pocc jui-ciosas. Es evidente que uno evita ai:asrecersf entrees¡afadcres reconocidos; pero esra evidencia es eco-nórnica, no mcral {sólo sigo mi inrerés), }o que expli-ca, p*r ütÍe paÍte, que la mayoría de los estafado¡esreconocidos yattayan sido eli¡ninados pol el propiorn er c a d o. €i m e rc a do_ re_ q y!S: f- f f fj: ^*V? y. -c ?tr)&1' g-g919ne¡ }a l:íti*_p";;-;;;; ;;;ii^nzal y esre cas_tlgo, y es pór úúa parte lo que los vuelve tan eficaces,¡ro pertenece a Ia rnoral" Pefienecen al rnercaáa ta.tuanda el mercado no basra, al dere chli . Y?{iebienasí. Si fuera necesaria estar en condicione s áe iuzgarel valm hurnano de cada co:nerciante antes de i¡ decompra$, ¿qué qr:edaúa á*l co¡:rercio?

En este prirner orden, nada es nunca rnaral, nadaes nfrnca inrn*ral, porque todo es amoraL dando alprefijo d- su sentido purarnenfe privafivo. Decía gue

t'l

e l - C J P l l A | J S M ( ) , ¿ e 5 M U R A L : L)I

las ciencias no tienen moral. Tampoco el objero qne srotorgan. Estc ran:bián va7e, señalémcslo de paso, para1a rnaral rnisrna, conside¡ada eri tanio que objeto. Unaciencia de las cost*mbres, que inctrL:yera un esruclicr

ltilr:{l¿;.f&*;*e,:*elíAi.ee_;yiltg|{er:t-&iJ1asre p r e s e n t a c i o n e s m a. q a|.e3,...9..; .q;;i i4gpr/g9y,:; ;".1:::y ; :l ' e ro es ta c lcncra cons idcrar ía la mora l como un hecho,

Wg.ppdw.pxpkea;1n6Áiaxt9e:ar9ea)-p.9:9,::p)-vrcg

genstein, en su Conferencia sobre ética.t' LJn libro, aun-que fuera infiniro, que conruvtr;.ala descripción coül-pleta del mundo y, pol t&nto, el conjuntr: de teidas lasproposiciones verdad *,r as, des cribiría especialrne¡rte elccnjunto de nuestros juicics de valor, pero no tros iuz-garía. <5ó1o babría en ál hechos y hechos y hechos,pero n o moral. >>r C"glgggf_lg*ff*i1¡;S.e1;lA;ps;.alcao"*--

é:toigp::::x*,xs:zp.ere-d#srtbxp-;;:erys,z*)t&xsxaLquier proceso que se desarrol le en esre nr irn,-r , r" . lo.

, - - _

a - - - - ! " -

a * - - r v ¡ u L l a .

b,sta va\.e en particúIar para tra econornía, que {rsr-ma parte de este primer orden, y psr tanta lambién

I ¡para e l capl ta l rsmo.

iQué es la economíal Es a1a vez una ctencia teccs-nornics, en ingiés) y etr o}:jeto que estudía {"the econamy}:es tcdo 1o que concierne a la producc:,ón, e} cons¡-rnoy etr intercanbio de bienes mareriales -mercancías ose¡vlcios-, tante a1"a escala de lcs lndividuos ,¡ las em-

'n Earcelona,?aiáós, ).989.3" I-udwig lVittgenstein, Leqons €t canlu€rsátíor¡s, Qa11i-

rnard, col. <Idéesrr, 1982, pág. 146 lrcaávcción francesa deJ.Fauve, que modifico ligeramente) {rrad. c.ast.: Lecciones y cú/t-uersaciones sobre estétíca, psíca/ogía y creencía rrligiosa, Barce-lona, Paidó:,1996).

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Page 20: El Capitalismo es moral

9392 I T . C . \ p f ] j \ 1 - L \ \ l r l . . L s 1 . 1 ( ) r { . \ 1 , 1

prcsas (nrrcroe conarnía) como a escala de la socieciado del munelo {rnacroeconomí¿li . X-a eccnomía de rner-c ; - i t i t l n o c s n l i s c r l e r r n r ^ r c n n z r t i r - , r l r r [ , [ m e r c a d o e s

el encuentrü entre la oferta y la demanda. La econo-mí* dr. mercacio es la que se sornete l ibremente (por lernediación de la moneáa v baio fese fva de la compe-tencia) a este encuentro l , por tanto, a la 1r¡ át \aoferta v ]a áernanáa. Cantrelámen¡e, esro significa, f , r . r ' , , . l r , r , i o r m c r e i n l o . . l o 1 , , . - ^y u L ! u d ¡ y u ¡ L r u r L r u í i l l C l l t l e n e U n p f e c . - .

f'luctuante, que es suficiente, ecsnórfiicaff\ent"e, p;.rl'meJ i r su va lo r . Es to imp i i ca que todo l o que no sepuede vcnder - todo lo que

.no t iene prec io- escapa

a 1á e{:ú.nrytry'q, p.-e-rg nQ c0_ns_lgu_qr po-t.E$_q..s]-ig{,,\q,, gú-bernarla" La catizactí ln de] cacaú| para seguir con esteéiemffíi está someti d¿ a \a ley de la ofe rra y Ia áe-rnanda. La moral no saca prcvecho de ei lo. Pero laeconomía no sáca n:ás de la moral. Que rodo indivi-c luo , desc le un pun to c le v i s ra mora l , t enga de recho acornef h¿sta h¿r¡arse, eso no c{ice nada sobre ios me-cl i cs econo¡l icos par..r consegir ir lo.

l-] ist inción clr ó¡r lenes. I ' lo cs ia ¡no¡al 1a que ,J,:te rmi.na los precios, sino la ie3, de la oferra y la deman,da. No es ia virtud la que crea el vaLar, sino el trabajo.No es etr deber el que gobierna la economía, sino eimercado. Ei capíral ismo¡ y es lo menos que se puededecir, no es Llna excepción. l?[]r tanto, a mr preguntr-rítr" l lo:

"1.1 caplral isrno, ¿es morall>>, rni respuestr e s:i tJo. Pe::o. por supuesro, hay que precisarla (no digon:'arizarl¿). El capiral isrno nü es moral, pero támpocoes inmn¡:al: es -pero entonces tatal, raáica|, óefinkt-vamrnte- rlmrs¡,a1.

Extraigo una primera conclusión que f i1e pareceimporranre: si pretenelemos que haya moral en una

E L C . t i ' l l ' A L I 5 5 1 ( J . ; I J l l O R . \ L :

sociec{ad capital ista {ahora bien, es neces¿rio que la

haya tarnL:ién en urra süciedad capitaiista), est¿r nrorel

sói i : pue de venir , como en toda sociedad, de otro iaclo

dist into de la econon¡ía. ¡No esperéis clrre ei me rcrclo

s e a m n r a l n o r v o s o t f O s I

2. EI- gRRÜR DT ¡4ARX

Esta amoraiidad profunda , lel capital ismo no bas-

ts, para condenarlo. Primerei, porque es ia de la eco-

*{}r,aía, en genc-ral, de ia que apenas se puede i}res-cindir" Luegcl, porque ya no tenernos, qüe yo sepa-'

rnodele¡ altern¿tivo creíbie qlre opone r al captt'a\ismo"

Y f inaXrnente, Lino se da muchamás cüentá retrospec-

t i .vamente, porque es lo que ha constituj.clo la fuer-

za áel capitaiisrno, al menos en parte, en sn rivali<-larl

conara el social ismo marxísta, sietnpre estorbaclo por

su exigencra, a\ rnenas inicial, ctre moralidad. Hs farzo-

si l recLlnocer ql le la r¿lcionalidacl inmanente -v anrorai

c le l capi ta l is ¡ ro le h izrs y : revaie ce r conrr* 1* mora l i i l¿e l

pretendidamente razr¡nable y trascendente (porcir ' te

procedía de otro orden: clel oreien palíttctt') dei socia-

lismo supuestan-renre cienrífico.

Ei objetivo de Marx, en el fondo" fue rrtaralizmla

ecan*mía. Qr-rería que el orclen n" L estLlviera f inal-

lnente sometido al crden n" J. Es tro que se c-l iscute ,

en su abra, en torno a las nociones de altenactón y

explotac ión. Están en la f rontera e i l t re la econcmíay }a rnoral, pL¡esto que ,tseguran el paso cie unrl i l la

ot ra. Marx quer ía aceb"¿r con la in jLrs t ic ia , no Inc-

diante una simple polír ica de redistr iL,r-rción, clr,vos

trírni¡es perctbía bien, ni rnucho menos contrntlo con

Page 21: El Capitalismo es moral

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Page 22: El Capitalismo es moral

4,,[ . L CA? t ' , fAL i5L , l ( ) , ¿ES MüR¿L?

ro, alrn cr- iando se cite íntegramente ,t pero que no poreso es q*tzá menos verdade ra, o más bien {porqueuna exhortación no es ní verdadera ni {.alsa), qlre ex-presa mejor el espíriru del capital isn:o; que nc t ienenecesidad de ser simpático para exist ir. ni siquierapara *iuntar.

El error simpático y nefasro de Marx, al conrrario,y a pesat de sus denegaciones posirivis¡as o cientilicis-tas, fue en el fonc-lo quefer ins¡ituir la moral cornoeconomía. Acabar con la expioración del hombre porel hor¡}:re , can \a altenacian, cCIn tra miseria, con ]asclases sociales, con el prr:pio Estado, ofrecer a todoindividuo, sea cual sea su talento o su oficio, la plenasatisfacción de sr-rs necesiclades (es la farnosa frase dela Crít¿.ca al programa de Gath4 que caractertzaba aicomunismo con el principio <ril)e caáa cuai segrin susrapacidad,es, a cada cual segrin sus necesid adest.>>, y yano, como en el social ismo, <rA caáa uno según sutrabaiar>), hacer, de ahí en adelanre, eue la riqueza sedestine por fin, priorirariam ente, a quienes trabaian, yno a qnienes posee r--. l qrr ie ncs c:rrcCCr-l c{e toclo ( lospro ietar ios l , y no" cL l rnü en r l caprra l ismo, 3 qurenesyl3" sún ricos, en 'iin, asegurat, áe akíen adelante y cadavez rnás, ei reino de tra jusricia v áe ia igualciad... Mo-raimente, no se podría ptnsat nada mejor. Pero ¿me-diante qr-ré milagro económi ca pt:áría realizarse? Ésesería el ideal. Vr,¿zós de más, diría un¿ menre hicida"p¿lrá nü cree¡ en é1"

7. <Enr iq i receos po¡ medio del r rabaio y e l ahorro. r , l ,atrase, a nrenudo citada, r4utzá sea apócri{a {,véase G. de Bro-g1ie, Cui ;ot . Perr in , 191)A. págs.333-334i .

E . L C A F I T A 1 . l S [ 1 r ) , ¿ [ S i l l 0 R ' \ L 2

3. Lt BECEa.Ro DE oRo

Esa no es una razón para Lb'ar ¿ &{arx atr cubo debasu¡a. Su visión del comi:nisrno es obsolera. Su aná-l isis del capital ismo real, en muchos aspectos, siguesiendo nno ele las más convincentes.

Es todar¡ía rnenos uma razón para ponerse a ¿ciorara l capi ta l ismo. E,s preFer ib ic pcnsar lo en su verd"r . . l . ioque basta para disuadir, por otT'd parte, de creer en é1(en el sentido casi religioso dei término).

¿Qué es el capitalismo? Les pr*pondré clos áefíni-c iones . ambas pe r t i l i en tes y comp le rnen ta r i as .

La primeral q\re es nluv clásica, es rnás bien des-c r í r r r i va o es tn ¡c f r r ra l : d i ce cómo es fá hech r r e l c : rn i t e -- . , ¡ - . . - ' - ' . | , , . -lis¡n<r. Es la definícii:n de M'arx, pero que retoffi"d oprolonga la de 1a economía clástca inglesa. Desde unpunto de v is ta descr ip t ivo o est ructura l , se d i rá que e lc a p i t a l ¿ s m o e s u L^;l5,!.g.111p-.stü 1 .óm-ic,a Ju%Jak-euJg,p.t*

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p. 1 -e-i|,! d p- ry -u, a dg d e l p,s m. e d i a s .d.e . pra du cció u. y. - rl e...i n le r'cambío, e rc Ia libertcd del mercqyfa-.y.9ry .e-l- y-!g,yi.ac{o {esraú.ltima c'atactt:rístrL-¿t no es más qr:e la aplír:'acion cle lasc{os prirneras al n"re rcado rie trabala: es \a razón por lacuai el capitalisrno es ei rríunfo de la econornía átnlercado)" Quienes poseen la empresa (los accionisras)

haún *atsayar -sobre la base de un conrratü vclunta-i l .a y a cambio de un salario- a quienes n* la poseen

tlos emplear:1osJ. Los accic,nistas só1o t ienen interósporque las trabajxdores produce n más valor dei que

reciben (su salario): es lo que &ufarx l lama Ia pLvsvalíe.

Esro sigue siendo verdadero, por lc c{e¡lí ts, en un ¡:aíssoc ia l r s ta : es neces l r i ( ) que i t ' s que t raba j ' . r n p ro ( l uzc . rn

srás valor del que consumen, porque no tor{o el mun-do lo pr*c1uce, rnientras qrre rodos l incluic{os ios ni-

Page 23: El Capitalismo es moral

t8.x

EL i , .ÁP i1 'A l lSL ' lO . ¿ { :S l l f JR . t L :

ños, los jr:bi lados, ios enfermos...) 1o conslrmen, por-que hay que invefrir y asumir 1os gastos no produ*iyo$cle la vida social {por ejenplo, la jusricia o el ejército).l",o caracte¡ístico del capitalismo no es la procluccíónc{e la plusvalía por los trabajadores, sino s¡: a¡:ropia,ción, al menüs parcial, por aqilel los que poseen iosmec{ ics de producción. i -o que no quiere r1ec i r qr :elos capi ta l is ¡as nc r rabajen rambién, s i 1o desean {eslo que haccn l os pa r ronos p rop re ra r i os ) . pe ro no es ránobligados. Tarnpoco quiere decir que tros enlpleadosno posean asirnismo acciones de su propia empresa, sipueden, pero no áejan dr ser empleados por esc. Laoposición enr1ye 91 gp373J y el trabato, sea 1o que fr.re re^*,:^_., ......**_-,.^_.,_9f yn?.? y3::os {que el patrón sea propierario o no,quebuaya o no un accicnariado emplead"),*g:.9jjS¡;da p y1lngg.te.; s s.rgr cb]- *!s-axit:a1.rew

¿.C*á1es la consecuencia púcttca? Paru el prob,le-rna {lue nos ocupa, adopta, en primer lugar, la formade una t"autalagía:la empresa pertenece a quien o aqr"rienes la poseen. Pera hay raurologías remibles. Si laempresá pertenece a quienes la poseen {los accionis-tas), est"á por tanto a su servi.cio: propiedad equivatre a

3i9-,.3ntcnces, etr MEDEF diceffiCJO dice cr:alquier cosa, cuando i¡rtenran hace¡ncscreer que la empresa está al servicio de sus clientes yde sus empleados: ieso *o puede ser cierlo, puestoque está atr servicio de sus accionisrasl

Exagerts Lln poco 7*s t"razos para hacet ne enten-der y porqlle estoy hartrs de tro socialmen¡e corre cro.¡Por supuesto que la en:presa está aI servicio tümbiénde sus clienresl Pero ¿por qué razón? ¡Porque la únl-ca {arma de satis{ace r al accianis¡á es, evidentemente,satistacer al clien¡e i Fero, q&eyú sfpal en *n país ca-

eL L :AP ]1 " , \ L iS , ¡ , 1 [ ) , ; LS i , l t ) u ¡ i l : gg

pi ta l is ra no es pára sar is facer a l c l ienre por io que sequiere sa¡isf¿cer al accionisra. Ccn rlaridaá, sucecle locontra¡io: es pafa saríslacer al accicnista por L: que sequiere satisfacer al cl ienre { incluso al venderle, si en-cuentra placer en etr lo, productos que tre causan per-juicio: tabaco, alcohoi, programas cie relevisíón em-brutecedores"" . ) . ;Fcr supuesto que la empresa es iá a lservicio también, al rnenos parciahnente, ár. sus em-pleadosl Pero ¿por qué razón? ¡Forque la i :nica for,-ma de satisfacer de forma duradera al cl iente, y portanto ai accionista, consiste evidenternente en satisfa-cer al nrenos en parte a sus empleadosl Pero, por fa-vor, ique no se nos intente hacer cfeer que se trata deuna nueva Santísim¿ Trinidad, en que tras tfes <<Fe¡so-nas>> esta¡ían en un mis¡no plano rJe lg*aldadl Eso noes cierto, nuncá ha sido cierto ni 1o será 1amás: en unp a í s c a p i t a1 i s t a, I o s,e_m;, lS3lS:S;:a.p.^ú1.ff1-iS-p. .{:Jplclíentes, que se ponry"*::y_::.:g Br)9:-r:p3it::t. A esoes a lo que se l larna el comelcio. Si esro nú os glrsra,no tre quitéis e} gr-rstc a los demás.

A fín ctre cr-lentas, el sisrema dio prueba de sus ca-pacidades desde hace bastante t ierxrpo como para qüena hayx ya necesidad de ínvenrarle engañosas jusrificaciones morales. Un sistema econórcico está hechd'|para crea¡ nqueza, si es pcsible con el menor coste so-

i

cia1, po1írica y ec*\ógico. Desde rstos rres puntos devr.sta, el capitalismo ha prevalecido con creces -a pe-sa¡ de sus defec¡os y a veces gracias a eltros- sobre eicolectivismo. Y que así ccnste. E} errcr consis¡iría encreer que Ia rtqtseza es suficiente para hacer r:na civi-ltzación, o incluso una sociedad que sea L¡urnanarnen,re aceptable. Por eso es lambién necesaric ei derecho--y 1* patrír"rca. Y como ,arnpaca basral la p-q|{f}ra7-:J***

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Page 24: El Capitalismo es moral

tür) L ,L ( - ¡ p l l ' . \ l - lS&1 {1 . ;ES l t { , )R A l , : '

elerecho, todavía son necesarios ia moral, e1 arnor, laespi r i tua l ie{¿ i1. . . i } . lc espercnos que ia economí¿ losree mplace I

Ir e r o vc y a n: i s e gg n d a-ásfi ructn::]-Ya ¡ p--e; -{ e_ !*c-.qi p "t iva, sino funcion¿l: no dice cómo está hecho el capita-t, - -. --- - - ---' -.'-'--'

l i ln lb, s inn para qr,ré sirve" Desde un punto cle vista

lL rnc iona l . p ropongo l r t le f in ic ión s igu ienrc ' . e l cdp l t ( I -

l i s ¡ t z o e s zt ¡z s i s t e nz - ::g:gf:: ta .gJll_lyy*Lpef"g.p. /r_%/g.-c-ir*;;tr;;llk-asus1#-rr67wb"zs hlo hago más queretomar una de las definiciones canónicas de lo quees un capi ta i : la r ique za creadora de r iqueza. S i usre '

des t ienen un ¡ni l ión de euros, en l ingotes o en bi l le-tes t le banco, esconciic{o en el só¡ano, no sorl por esoc lp i t . r l i s t : r s . Son r i cos . pe ro t rmb ien ímpruden tes ein:béciles. |do son capiral istas: su r iqueza no crea ri-q\ lez'a. En ca¡nbio, si ustedes t ienen i.000 euros en ac-ciones en e} banca, a su moclesto ni l 'ei, son capital is-i r s : su r i qucz r i c re r r í qucza to a l mcnos t i cne una

¡os ib r l i Jad Je c re t r r i r : no h ' r y i nve rs ión cap i r l l i s ta s inr iesgo) .

¡Luál es 1a cc,nsecuenci¿ pr í rc t ic ; r para e l proble 'ma {l l le nos ocr:pi l l f ]s to¡¿lmente instructlv;. i : en Lrnpaís capital ist ' .r , por razonfs que responden a la esen-cia misrna del sistema {rransforma r }a riqueza en fuen¡ede cnriquecimrento), el dinera l la¡nc al dinero, comosuele decirse, es cie clr 1 no v'á a pwer a aquellos que es-trrírn más necesit¿c' lcs de él ( los más pobres), sino aqr-r ienes t ienen menos necesidad, al menos objetiva-nlrrte , porque ya rienen de sobra. f{ay que reconocer}desde este pun¡o cle vista. que si fue ra absolutarnentenecesario a¡nbuir al crpitrlisn-Io uno de ios cab{ícati,vos <<m{)ral ' o <.inmora}rr, 1e}. segundo sería muchoniás epropiadol En rni opinión, esto sería una tonaería

t 1 . ( _ . \ P l ' 1 . \ l . i s ¡ 4 ( ) . t{ f) R,.1 t.

i porque la p ro fL rnda amora l idad de l cap i ta l i smc leirnpide incluso ser i ¡ l rne;ral) , ¡pero nlerror, s in et lbar-go, que considerar lo mor¿lt Ylay qr- l iencs se enr" ic lue-ce n sin trabajar, r , quienes se extenúan trabzr jando y si-guen siendo pobres" ¿l-es parece eso morai? Me diránq u e u n n c o p i r e d e a r r u i n a r s e y q u e u n p o b r c ¡ ' r c c l ehacer fortuna.. . Sí, eso ocr. l rre avtces. Fero, en f in, atr

nivel de los grandes r:ún¡eros, es inút i t r la foto, corno

se dice ho3, en áía.L,a mejor rnanerá c{e tnorrr r ico, en

un país capital ista {perc tambtán era el caso, y quizá

más. en un pa ís feuda l ) , s igue s iendo nacer r i co . S iLlno nace con mil r¡ l i l lones de euros en su cuna, i ten-A r í a , t t r p p q l a r r i , . r t l m e n f e ] r ¡ c n n f l i l e q ' l h a n r r i t e r r ' lL ! r v L v ! v Y u !

yueTa tetatfnenle lncompeient"t., pá{& ql}e n0 nurtrer¿1con mucho más que mil millones c{e euros en su fére-tro, o rnás bien en su testamentoi El dinero l lama ¿ldi n e r o . L a m e j o r ryg- 9t a,ó,s-Éfi ti Eue-! 9_¡$_q__q-!_-1 1 r...p ?ít.._-!

cap i ta l i s ta es se r r j co . Es l o que rep ro l raba N l , r r r . vcon él a todos los socialistas utópicos c1etr siglo xI:{. }'tenían razó* de esf ar cLrntrariados. Só1o se e quivocir-ro¡l en los meclios cle hrcerle [ 'renre .

El error de &larx, cle cía, fue querer somete I la eco-nomí¿ a la mr:ral, no desde el exterior (como si la econo-mía pudiera y debiem sorne terse a la concien cta mrsralde los individuos: Marx no comete esas ingenuida-cles), sino desde el ínterirtr, inventaneic un sistemaeconó¡nico intrínseca¡nenre jusro, al haberse l iberartrc;de la explotac ión del hombre por e l hombre ie i co-n"runisnro). Fue querer i¡rst i tuir la m,"sral como econü-mía"Í l tatt ql le tene r cuidado, *hora que e} comunisnrcrha mue rto, de no caer en el error opuesto: ¡ha,v qr-retener cuidado áe na insti tuir la economía con:o mo-ra l t "E l capi ra l ismc -nos d icen a lgunos- * \avíúa.

Page 25: El Capitalismo es moral

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1 E l C A I t r l T A L 1 5 M O , ¡ E S ! 4 O R Á L ?

y la libertad: recompensa el rrabajo y el ahorro, el ries-go, el espíritu emprfsariál, la inventiva, la ryta:xvidad...r>;Tanto pear peta los pobres si son demasiadotontos para enrerderlo o pará desernp*ñar su papellY áeiarse guiar por las c*tizationes de la Botrsa comocltras Tablas de la L*y.."8,s otro conrrásentido, o másbien ei mismo {confunclir tra r:iolal y Ia ecanamía},pero invertido, en beneflcio, tst&vez, dela ecanamía.Con:o clerrruesra suficienrernen¡e la btoTogía,1a viáatámpoco es moral. ¿Por qué ltabría de se¡lo la eccno-rnía? La vida devora,la vida mara. ¿Ése es e1 n:odeloque se quiere prCIponer a nuestrás sociedacles? Deseoe::tende¡ que algi.rnos, desde slr punto áe vista, parapensar la sociedad, prefendan sustituir a !{Iarx parDarwin. Equivale a tornar partido por los n:ás fuertescontra tros más débiles. Allá eltras. ¡Pero que nc nosexijan considerarlo una morall El capiralismo esrápata craer rtqueza. Lo consigue demasiad rs bien paruque tengamos *ecesida á áe enga{tán}o$ scbre á1. ¿Acep-ta¡lo? Parece raz*nab|e , en 1* n:edida en que no cene-nros nada meior ql¡e porler en su lugar. Pero eso no esuna razón para artadíllarse **te é.1.

Pretender convertir etr capitalismo en una maralseúahacer del nlercado una religión,s y delaernpfesa,un ídolo" Eso es precisanente 1o que debe evirarse. Siel me rca<,lo se convirtiera eil Llná religión, s*ríaIa pearde todas, la del bece rro cle oro. Y la rxás ridícula delas ttranías,la áela úqueza.

8. Por la ccnjunción de la veráad y eI valor, que me páre-ce esencial en r*da discr¡rso religioso: tro Verdade¡,s y el Btenserían 1o n:ismo. Véase a este respfcto etr ardcuio <<Dios>> de miDictiannaíre phílosaphique, PUF, 2AA1 ftraá. cast.: Diccionario/z l*sófico, Barcelona, Paidós, zAW ).

{J2

CAPIT{-}LC

ruLa can{usión de las órdenes:

' 1 , | .rrdtculo y tftanra,angelismo o barbarie

Acabo de plonunciar estas dos palabl as, rit/ícu/r: ytirarcía, rle las qur áecía, en mi introducción, que designaban nocior:es pascalianas.

Esto ncs conduce a mi terce r punio: conlra la con-fusión c{e 1os órdeaes, corltratra riranía y eI náíl.l1a.

1. Rroicul-o y rrRÁNiA siiGUN P¿sc¿¡.

¿Por qué nocicnes pasca/ianu.r? Polque atr leer oreleer los Peztsamíentas de Blaise Pascal, si se h¿cecon atencíó.{-rr uno puede ?er que Pascal se sirve de es-tas dos palabras, <ridículo> y <<tiraníar,, eñ un senticloen ciertc mcdo peruliar.

Cornencen:os pCIr el ridícula. Lo que Pascal en-¡ ienr le con esra paiabra no es ran só lo a lgo que sepres-te a risa: habtra áe ridículo caáa ve,z que se da, comot"arnbién dice y ilnres que yo, cg!*:::i.f df !p.: _:d.ArSs.,Las órdenes pascalianos no son lcs mismos que 1os

Page 26: El Capitalismo es moral

Itú4 IL r iAf lT".¡ 'LiS]"10. ; [ .S tut{) Rát- ?

míos. Son t res, que rccuerdo a t í ru io in format ivo: e lorden de la carne, e l orden de1 espír i ru o de la razóny, f in:r lmente, e1 orden del corazón a de la caridad.Cade vez que se confunden dcs o rres de esros órde-nes, Pascal escribe en sustancta: oriCuíáado, eso es ri-clícuio l>.

Fodemos leer esto, por ejemplo, en los Fetzsamien-tas: <<F-I carazón t iene su orden; el espíriru r iene elsuyo, que procede por principio v demostración. Elcarazón tiene otfo. No se prueba que se deba ser ama,cJo exponienrlo por crden las causas del amor; eso se-ría r idículoo.t ¿Q,ré quiere decir esro? Quiere decir,señores, que si us¡edes abordan ü. \rna joven en ia ca-lle , n:añana o dentro de u¡l rata, átcténdole: <<Señora,señorita, le denostraré ractortalrnente que debe amar-me>>, el}a se reirá en sus narices. Y se ¡eirá en sus nari-ces no porqüe ie haga gracia,1o que sería, como todoel munelo sai:e, un excelente camienza. sino porque ieresul¡aría r ictrículo, ¡1c que se¡ía un comienzo muchoülenos hatragüeñol Y si el la fuera un poquiro culta, osi hLrbier¡ aslsri¡", io a mi cc¡nfelcncia, les diría: <<Pero,pr:bre honrbre, ;r-rsled es r idículcl Relea a Pascal: elcarazón tíe ne sus razones que la razón igrcora...>>. útracéiebre fragmenlo,2 como ustedes saben, áe\as Perz-santie ntos.

Hi r idícLrlo, j lues, es la confusión cle ios órdenes.. l

; ( ) r re i '> ( 'n ron( 'cs l l r l run i " r i t s c ] r id íeLr lo en e l po ,1er . ,o cf icho de o¡ra manera, la confusión de los órdenes

l . Ptnsamientor, 298,283.2. En este ceso, e l f raq¡nent<:

que consisfe en conlundir el ordenrazo ' j , véase tamb ión e l f r asmenro

423-217 . Sobre el r idícuk:óeI carazón y etr o¡den de 1at t } 2 8 2 "

L A C O Ñ F U 5 I T ] N I ] E L o S Ó I r D E N I , s I , . , j L{}3

erigida en sistema de gobierno. De 7a t lranía" Pascalproporciona ia siguiente herrnosa definición: <La t i-ranía consiste en el deseo de don:inación, unive rsxJ y{uera de su orden>r.r [-]n t irano, pamPascal, no es ai-gu ien que gob ie rna con a i r t o r i dad . como se p iense avrcrs efi f i{ lestra época, reñiáa canla idea misn:a depaáer. La autrsrieiad es una virtud. para Pascai., cosaque ia ttranía no podría ser. Nc, ei ¿irano no es al-guien que gCIbierna con a*toriáad., sino alguie¡l quegobierna, o pretende goberi laf, er: un orden en eique no t iene ningr-rna legit imid"aá pam hacerlo: es a1-o ¡ r i e n . n m r . ' . l r c " e x c e l e n t e m e n t e P a s r ' ¿ l n u e c n i e r e

o.obtene r pür iln n:eclio aquúks qlie no se puede ob-

tener más que pór otror.a ?rsr elernpio, me l t rnt ta a

seguir el texto, alguien que quiere ser arn¿do porque

e s fir e r t e, u al: e d e li á I "pt ¿ ;l'q" l-i-?--l:]6L-1. iffip:a i 4ll-éá-'lóT;X.e.. . .{ i. &.sí, estos razon ami.en to s s o n'falsos

I t:iá;;:L;;¿ -afi.aáe Pascal-: soy noble, lr-regose me debe ten:er ; soy fuer te, iuego se me debe amar;sú\ , " . .>>"

Pascal á{a1"a frase en suspenso. 5e ¡:ociría conplc-tar sin dificultad: *Soy cuko, luego se me debe erbecle-cer>r. O bien; <Soy fuerte , luego se rne debe creer"..n.

Salta aIa vtsta que las dos nociones de ridículo y

de tíranía van a la par, salvo en la cuestión clel poder{.rea| a pretendido: si Ia tiranía es e{,rr.tíva * sólo rei-vindicada) " 8"1 r.irana_ e-: 9:::__Ey,-*--q!-riere ser amac{<r

{paternaiis*- éálto de la perso "^liálá""Xlg{*

l¿t

Ib i ( i . ,58 332Ibtd.{bid.Ibid"

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6

Page 27: El Capitalismo es moral

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I 0 6 E L c á l l T ¡ \ L I S M o , ¿ € s M o R i r L :

fue tanllmedo corno Stal in), q1'gl rgy_qLre quiere.ser. l :*q {Stal in, <<el mayor sabio-JJsiglo xx,,, decíansin bromearlos estal inistas de 1a época), pero tambiéne! ql,pe.lr jq que quiere reinal o el amante que quieie

t i ;

se_ r oDedcc lúo . - -' trmaginemos -apenas ine aparto de Fascal- un

rey que átjera:,rSoy fuerte, truego se rne debe arnarr.No cuesta in:aginarlo, porque todos los reyes lo dicen,*: lc sugieren, o aspiran a e1lo, incluso cuando su fea-leza sóks tiene 1a rnagnitud de una empresa o de unaula universit"arta".. noÁrnadrne: ¡soy vuestro patrón I >,<,Amadme: ;soy ?uestrc profescrl> Es ridícu1o: con-{usió¡¡ de k:s órdenes. Tú eres fuerte -tú eres el rey,r r i e r e t e l n r ¡ r Á n { r i e i e l n n c : r n r r i p . l ^ . . r r r F o q n r p q n ! i c

rada vez son menos fuertes, ey)-, luego hay qi :e le-me¡:te, luego hay que obedecerre . Perr: ¿por qué quie-r p q . t l r p , r e f e r r n e ) . T ^ ^ , , - ^ - ^ - - L 1 ^- - - -1_ - ¡LO que es amaDre no es p rec l sa -merxe la {u*rzat.

" $ * fixs- ?-?1- : yt-vt t -o- p 11 :.rr :" : gl u-.9.? " sr.'s p es* -generales la divis¿ .er)tlsa,..&.r]--p&p-rg&$-g,p, es el ri-dículo patr*na|. <<Amadrne, soy v¡"restro prcfesor>>,qur es la divisa oculta de una cie¡ta fo¡ma de paterna-lisrno y de narcisisrno pedagógicos, es un ¡idículo pro-fesional. Y arnbos sor\ ttrá,*Lccs si pretenden irnpc-nerse o tro consiguen. La erspresá o tra escuela no son1a {amtlia tc.n \a {amüia, reina el ámor, o debe reinar;en la escr-lela o en la empresa, no). |tlo esián los profe-$ores o los patrcxos para se¡ arnad*s. Y si se les ama,que puede suceder, nr: paáría ser simpleme;rte por clhecho de ser profesores o paaronos...

Tarnbién es ridículo, podría h.aber a&aáiá.a Pascal,- l " - , , , , , , ^ A ; - - . , , ( ^ r , f r ¡ e r ¡e l , r - on sp ñ - l e debe c reg r r r .L r r L )

Y u r u r L L . \ \ J U / l u L r L L , ¡ U L ó V J L ¡ f .

O el patrón que dice: <ñs ciertó, porque soy ei pa-

L ¿ c o ¡ i F U S i ó N D e t o s i ) t i u [ . N I s 1 . . . ] Ll)1

t¡ón>>. Rídículo: confusión de los órdenes. <<Tú eres{ueruc -cres el rey, eres ei ¡ratrón-, h.rego se te debetemer. Tú e¡es fuerte, luego se le debe obedecer.r,Fero ¿por qué quieres que se te crea2 No es Iafuerza1a que me rece crédito, conro d jce Pascal,t sino e1 saber,1a competencia,la buena fe... Decir {o pensar, o suge-¡ir) *Es cie rto porque yo soy el patrón> es confundiriss ó¡denes: rs sef ¡ idículo"

E,ntonces, ¿iray que rcnunciar al amor? ¿A la ccn-ftanza? Por supuesto que no" No se puede reprclcl:arque un individuo, ya sea profesor o patrón, quiera seramado o creído. ¿Quién no prefiere ser amado a será*esta,Ja o desdeñado? ¿Quién no prefiere ser creí-do a no serlol El ridículo {y por r.antrs t"ambién ia tira-nía, cuando se t iene poder) consiste en qlrerer seramado o c¡eído no sólo en calidad, tro que es inevita-ble,o sino en función de cuaiidades {en este cáso, elpoder, el puesto, 1a función) que no ¡ienen aquí nin-s r r n r n r - r f i n e n r i e

Para hacerse otredecer, es suficiente rnás o menosc o n s e r e l n a r r ó n l v e n n r i n c i n i n d e h e r í a b a s i a r c o n

ser e l p ro f tesor ) . D igamos que eso fo rma par te de l o f i

úo"Para l:acerse am'&r, nunca ha sidc suficiente conc e r e l n e f r ó n ' n t r , r h " c e . s "

" * " r h r v n 1 ! e q e r n * n h l o

;y es algo completarnente dife¡entel

Yara Tzacer$e crerr, nunca ha sido suficien¡e ccn

ser el pat"trsn: para hacerse creer, hay que ser creíble,y eso, nurvamfllte, es algo completarne']te diferenfe.

Cuar:do uno otrvida esta dife¡enci.a, es ridícuio, y con-

/ . l q l c t . J ¡ ,

8. Como Prscr l sen,- r la en su gcnia l f r , rgmento bBB t23 Ü

,&ü**:'-:Á

i"¿Qué rs el yq?>r')

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i 08 L L ( - , { P l T Á l - l 5 M u . ¿ [ . S l ' l O l t Á L 7

secLlenlemenle, en proporción ai poder que se tengá, sees t i rán ico .

Imaginen a ün joven direcr ivo re cién sal ido de unadc nuestras pfesr igiosas inst i tuciones cle enseñanzasr r pcr i , . l r , qLrc t raba ja en ur i r empresa i / qL¡e d is ien te .en t* i o cual punto estrátég;co, con slr patrón. E, l j r :

ven es intel igenre, pero obst inacio. El ¡ono sube. Supafrón, yá sin atgutnentos, ¿caba por deci l le: {<iEsc i c r ' 1 n r ) ( l r ñ n e s o v e l t r n t r Á n 1 , , N i l e c r r n i n , r e . r l i r e C r t -r * ' ' " "vo, sí t iene tantos estudios corno valor, podría fespon-derle rnás 0 rnenos:

, , -Señor p res ic len te- t l i rec ror genera l , con e l Jeb i "(l() resDefo. .re{.) nrre del:ería releer aVascal: ustfd fsr id ícu1o. . .

¡¡-Pg¡o ;córno!, ¡yo soy el patrónl>>-Ctéante, señor, que no 1o pongo en duda en

a b s o l u t o . U s t e . . l e s c l p a t r ó n v , p o r t d n r o . h a r ó l o q u cu s r e J d c c i t l a . M r e n t r a s t r a b a j e p a r l u s r e d . t i e n e a s cgr,rrat la mi obet l iencia. En cambio, exigir que le dé larazón, cün e i p re tex to c le ser e fec t iv¿ lmenre e l p r ,

t rón, cuanrlo estcr '" col ivr l lc ido: e ún ¿rgurl i f ntos mLrv

só l idos , de que e s tá equ ivo cark . t , a eso , scnor , por n r uvpátrón que sea, no t iene ei derecho ni los medios. De

r n a n e r r q u e s c g u i r c o b e d e c i é n d o l e , s i n l e m a n t i e n een su etnpresá, sin áejar cie pensar qüe es-. .á equivo-caúa>>.

i-os empresários no t ienen necesida, l de mi plra l t rg c s t i ó n d e s u s r e c u r s o s h r L n l a n o s . e n s u j e r g a : p a r i t e s oclrentan cr:n ei i ¡ectcres de recursos hun' lanos, alaha-cen e i los mismos. S in enr ] :a rso , me pare ce quc s l to -p t r í rn con es te t ipo de d i rec t i vo , ies c r :s ta ¡ ía mucho* - ^ ^ - : * . l : . - i - í 1 . - ^ , t ¿ , T n r p ( , p . l * e . .p r c s L r n u r r ' o c c t c n s - _ , . , t s . , _ - . . J . p o r q u e n u e s -

t r ( ) i o v e n d i r e c t i v o h e l e í J o r P , i s c e l , l o g u e e s r á m u y

i

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1

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L , { ( . { }N } : L rS l ( lN UE l -ÜS t , lRDE i ' r ¡ :S 1 . . }

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bien {todo 1o que es raro es excelso: esto me recería talvez úna árgLrmentación). I-uego, v más seriarnente,porque es vaiienre. y nuestrás empres¿1s necesi¡ari di-

rectivos valienles. Finalmente , y qutzás es lo nrás irn-

porrárlte, porque sabe concil i*r clos cualidades n:uy

valiosas, que evtdentemente sirven cada una por sepa-

raclo, pero {4\}e ír menudo resutrta difícil articularias

mutuamenre, que son, por Ltn'& parr.e , el sentido de la

ob'ediencía (la eiiscipline), y por otra, la libertad ¿le

pensamien to No pue t i o de i a r de pensa r que b r rena

parte de los males de la ápoca se deben al he cho deque hay mr:cha gente que está dispuesta a obedecer,

pero sóio cuando está áe acuerdo. Y otros están tán

habituados a obedecer quf están de ácuerdo por obe-

diencia. Los primeros, en el rnejor de los cásos, t;e-

nen l iberrad de pensamiento, pero no discipl ir la' Lcs

segundos t ienen discípl ina, pero no l ibe rtad de pen-

samiento. Ahora bien, nuestra socieelad necesita (y

nuestras enlpresas también) individuos qlre sepan

conciiiar arnbas virtudes. E,s al nrismo fieinpo ei espí'

n tu c le 1a Lepúbl ic¿ v de la l r r ic ic lac l . "Obedienci¿ ¿1

poder -r iecía Alaln-, pero respeto exclnsivo al es-

píritu.> Y resistencia, par tanlo, a tada tkanía.e

9. Sobre las cociones b lavez opuestas v l igadas) áe abe-

diencia, áe respe trs v áe re sistencia, en Aiain, vcase nli ' irtículo

o{-e philosophe contre les poL.rvoirs {tr-a philosophie proiir ique

d'Aiain)>, enla Re',-¿te i¡zternatittnale de phil':s'tphie, rnarzo áe

2A81 , págs" I2l '162. Alain, que la adtntraLsa sin a¡:rario, es uno

de los pocos füósofos, en e} siglo x-{, que ha entendi<.io a Pascai'

ü9

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.-U

l l L C Á l l 1 ' ¡ 1 L l S M 0 , ¡ € S t u l O R ¡ \ L ¡

2. La rrRrli\i¿ t[' Lo lNtr,]iloR; LA uARilAruE

TJ?b)rb:-49p::s:*er:x..s.".r-f "s-4:Jiis4s-pe:¡¡onal del siglo XlX: una t i¡anía de los ernpresarios.' Y.,s ;' I o' qlt rrr - e cüf -q" ;

^ü;;;n ;; $ i; f ó- í ; l; ;l;{:

r" l ícr¡ lo. ¿Ha muerro e1 parernalisn:o? Qutzá. Fero elriclículo es inrempo ral, y está en roclas párres. Cualquierépoca está arnenazada por sus tiranos o sus tiranías.

?ara terminar, qLlerría llarnar si-l atención sol:reclos fcrmas de ridícutro, dos l iranías o dos confusio-nes de los órdenes, que nos amenazan esptcialmentehtay áía, segrin crect, y que llamaría, ala una, barbarie,y ala rsfta, angelisrnc.

iQué entiender prsr barbrtriel F,n un senridi] gene-raf, es lo contrario ctre la civtlización, en tanro que ésranos educa. Elbárbara no es sólo el c¡uel o el violenro,sillo lambién e1 qr:e no acepta ningun valor superior,que unicame¡1te c¡ee en lo rnás bajo, se revuelca en á1y querúa sr"imergir ahí a trsáas lcs demás.

Más precisáfi:ente, y votrviendo a mis cuatro óráe-nes {dejo a?ascal, fespetuosamcnte, }os suyos), pro-p o n g o It SXN *_***Xqr._ t -riáxewla, -I¡.e__o..y¡fy s tó n d eI*s *rá*lá'lTl-lianíg-S.v;S9xp:*:u.9n ,o*.,er o re -'áiiíii,

l"'lrlil-lir*rn:lnacic a ¡.rn orden ín{e"¡at: Iabarbarie * t^ t ,u"fflJ{l'i&líil{" iíítrK'{'&Jillí.-deq_gt_trlterys-{.t¿

Barbarie tecftacrática a liberal

Un elernplc de barbarie: prerender some¡er la po-littr.x rs el derecho {e1 orden n" 2) a ia economia, alast"órnicas ,¡ a las ciencias {ei orde¡l n' 1)" Barbarie tec-

et1{) tA co i r i fL ,s t0N 0¡ i t (J ! o t rD[ . i . J Is 1 . . . ] 1 1 1

n o c r á t i c a i ¡i r a n í a,f g"b ryj,p--",I-g s ), o b }g-y,..h-oy. d-*s *, -q_u9las, barbayig llb¡¡al ltiranta.áá r;¿er*aáa.) .

Hay dos escueXas, p{Jrqur en deterninados casos,o en clererminac{os medios, o en determinados ¡no-nlentos, sc nos dirá rnás o menos: o<Por supuesto, ami,go mío, el pr-reblo es soberano; rodos sornos de¡nócra-ras. S in embargo, conve ngl cunnr ígo en que e l pueblono entiende nada>>.

{F{ay que eritender bien l i : {.*erza del argume nro,que reside, es tra única tuerza cie los argumentos, en sllverdad. Es demasiarlo cie¡to que, cualquiera que seala cuesrrón quc se ir plantee a1 pueblo soberano, des-de ei mcmento en que es un poco dz*ctl c ccrnplica-da, el pueblo, conslderad* en su mayaria, no entiendenaáa. <€s ia opinión de ios menos capates>r, rlirí,¿ ?as-caX.to Acuérdense , por ejemplo, de1 referéndum sobre&4aas¡richl.. . ¿Quién de nosotros vo¡ó con perfecroconocimiento de causa? Por 1o que a rní respecta, votész, pero recuerdo sobre todo mi perplej ic{acX, anre 1osarguñrentos de unos y otfos, mi ince¡tidumbre, el per-sistente sentrfiliento .le mr incompetencia"". ¿Cuál erael interés de Europa? ¿Cuál era el interés de F¡ancialE incluso, ¿rwál en ni propío in¡erés? No lo sabíacnn cefieza... Ahora b,ie¡r, mis es¡udios fueron bastan-te buencs /, sobre todo, me intereso apaslonadarnentepo r 1a po l i i i ca desde hace más de ¡ re in ra años , y conse¡ie dad par Ia er.onomía áesáehace una br¡ena deee-na de años... ¿Por qué rnitragro tba a estar me.jor infor-

1"8. Pensürrcientrss,85-87 8. Sobre e1 pensamienro polír ico' . l e Pasce l , que es de una p ro fund ided exccpc iona l , vé l sc rn iprefacio a sus Pensées sur ltt polítityue, Rivages Foche, col. *Pe-ti¡e Sibiioth á.1ue>>. 3.992.

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a1 l

madá o ser má$ competente que yo uná máyor ía denuestros conciudadanos¡ Poco i ; rpor ta: en uná de-mocrac ia, qu ienes c lec iden no son los más cotnpe-tentes, s ino los más numerosos. For e jemplo, duranreLrnás elecciones presidenciales: los desacuerdos enrretros diferentes candidatos serán fesuelros, en nnesrropaís, por cerca de cuarenta mil lones de electores,cuyo nivel medio de comperencía es nofnralmenternuy inferior -si la selección de 1os ca¡¡didatos fuebien hecha- al nivel de competencia del menos com-petente de tros candiclalos... Se clarán cuenra de que nodigo esto contra la den-locracia, sino porque sólo sepNede defender e{icazmente a condición de ser lúci-d*, incluso acerca de sus lími¡es. Por io de¡nás. unaaristocracia i lustrada sería peor.)

<<Entúnces, amtga mío, el puebJo no entiende naáa.,.De manera que, cuando se p iantea una cuest ión ung:cco in-iportante o compiicada {pero }as cuestionesi r r rpo r tan tes son d i f í c i lmen te s imp les ) . más que o rga -nizar un referénclu¡n o un debate en el Parlament{)-porque los di¡:utados" los conocéis tanro co{no yo,t J m f r ( 1 c o c n r í c n d c n m r r . ' h c , t n : t s . e s I r r c i c r i b i e p o n e r

en marcha un comité de expertos: urla co*risión de sa-blos, etc. ;Dejen:os, pues, que sean las rnentes con:-petentes las que áeciáanl>> Y eso paáría funcionarbien {ya {vnciona, ay, par ejemplo, en tra ComisiónI-uropea)" No hay más que un solo problema; si se l ie -

va ai e xtrerno esta lógíca, ei soberan a na s*ía ya elpueblo, srnc los expertús, \ l ya nú nos e ncont raríamasen unl demr:cracia" Se hab¡ía entregado etr pcder a 1osque saben, que es lo mismo que decir que se ies habríare¡irado a los demás, que son 1a mayatía. ¿Qué que-ciaría de 1a demccracía? Tema qlre no otra cosa qüe

1 . , \ c o N F t . t s t ó N D e L O S o R D E ¡ J E S l . . l L ]3

un simulacro. F,s la barbarie tecnocrática: la t iranía ele

los expertos.Decía que existen dos escueias, porclue en otros

casos, o en otros medios {o a veces en los mistnos,

pero eñ i l ist intos momentos), se ncs áirá rr¡ás o rne-

nos: .<Por $upuesto, amigo rnía, el pueblo es sob'era-

no: todos soruo$ demócratas. Sin embarg,ú, tecúndrzcá"

conmigo que hay un exceso de Estado...>>. Quizá.Pero eso se vuelve inquietante cuando, a{uetza cle re-

petir que hay ** exceso de ü,stado, acaba por nácer en

algr;nas rnentes latentación de que vafiüttayaEst'aárt

en absoluto" o al lnenos, seánlos serics, de que Ya na

baya rnás que iln mínimo cle Estaelo, estrict¿mente re-

cluciclo a sus {arnosas funcianes reales de acir*inistra-

ción, de iusticia, de policía y de diplornacia, y qr'le

para todas las demás cuestiones -es decir ' en f iem-

pos de paz, p^rala mayoría de las cuestiones verdade-

rámente isrportantes.- dejaría fiincionar los farnosos

mecanismos autort:eguladores del mercado. Y de nue-

\¡o, ¡háv que decirlo I , e sto pac*ía fttncionar mr-ly bien'

El r in ico probiema es qt le , en este caso, e l c( ) i )e r?1r) r ) ve

no es el pueblc: son los capitales o quienes los poseen'

X por taf i to, yá f ia se vivi¡ía completamen[e en denro

cruc\a. Es la barl¡arie lib,eral: latíranía clel me rcado'

Señatremos de paso que estas dos barbaries del or-

den n" L, La ltL>em\" y Ia tecnacrática, pueden perf ec-

tamente funcionar a \a par'. para el lcl es necesarlo

que ios expertos. en qr: ienes se ha abr'núonado la

gesttón de los asuntos corrientes, $ean ul¡ral ibera-

l es . . . Conocemús a l menos un cáso ' n le p i l r ece ' L le

esta coniunción. E,s el Chile de Pincchet' Se toma el

poder rnediante un golpe de Estado rni l i tar (el pue-

blo, esos incompetentes que el igier*n a Aliende, se

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I1 l LL Cr i { , i1 ' ,1, l -15l , l {J , ; € i i i l l { r i {Al :

encuenl ra así fue¡a i le juegc duran¡e var ios años) , seasesina un poco, se tortura mucho, pero, en definit i-va, uno no se ocup¿ <le la gesiión: se confía esta tareaa algunos expertos, a menudo salic{os de las mejoresuniversit ladrs notte tmericrnas, )/ entre etr los a va¡ieisamigos o colegas {lr:s Chicaga Bors, se decía entonces)áel muy l iberal y pronto nobelizado &{i1¡on Fried-r ¡an. . . La pol í t ica económica, como sucede a menudoen k:s regímenes de extrema derecha, es cje inspira-ción abier¡amenre 1ibera1, e incluso uk¡aliberal: priva-t izaciones, sr:presión del cont¡ol de lcs precios, i iper-tuta'a la con:perenci¿ inte¡nacional.. . Dicho en pocáspalabras, se le retira el mayor poder posible ai Esradoy a los sindicatos, y stle enrrega e1máxirn{} posible alrnereado y a los ernpresarir:s.." ¿Córnc se refleja eso enlas cotizaciones/ De un rnr:rJrs bastante espectacular:dr;rante quince añcs se alcanzarála melor aasa de c¡e-cimiento de tada Larinoamérica. Usrecles me áirán:<<Pera entonces, ¿dónde esr.á el problema?". Só1o hayuno¡ cuya in:pcrianci 'á, ú n{), les dejr: a ustedes quejuzguerz: es que el Chile de Plnccher no es la demc-cracia.

Cuando etr gr,neral De Gar¡lle, en la decada ó,e1960, ó,eúa que <la polírica de Frailcia no se hace en laCorbeitr"le> {en la Bolsa), no manifesraba ran só}o unrasgo d* ternperámento personal. Recordaba un prin-cipio esencíaI a t-ada denccraci a áigna de ese nor,l}:re:en un¿ dernelc¡acia. el soberuúa *s el pueblo, lc queexcluye que io sean los melcarios. Me dirán que es tanfácil decirlo hoy tn áía ccñ1o en la década de tg6ü,pero más di{ícil ta causa de 1¿ nrundtalizacíón) hacer-lo. stoy áe *cueráa. Pero ¿dónde }:an visro us¡edesquetra demq:cracia dei:* limitarsr a 1o que es fácil?

I a { i ¡ \ F r S l , ' , \ u L L ( ) ) 1 ) l ( l i L \ L S r . . I 1 1 J

For otra pár¡e, observen los al¡ercados de fui icro-so f i con l a j us r i c i a no r f cJmcr i c r rna . ¿ I - l r nc re r i dnconduce al monopolio? Q',: izá. Pero existe una bv an-t imonopolio, que se debe aplicat Y me compiace que.en ese país, que se considera can razón uno de los r:rásXibe¡ales del mundo (por ia menos en el inrericr desus fronteres), y con respecto a esa ernpresa, que seconsidera con razón una de las más poclerosas deimundo, se haya redescubierto esta irtrea sencil la yfuerre: que la 1ey del pueblo, que no es Llna mercancía(no es tá en ven ta ) , debc impone rse a l os mcrc , rdos , yno r l r evés Sé muv b i rn u l l e es ro no es t i l n senc i l l o n ifáci l , y que el pleiro, en esre caso, no ha acabatlo"Peto, incluso en su ambigüedad y en su incert iclum,bre, basta para recordar que e l merc ldo, en EstadosUnidos, sígue estando sometido a la ley. Lo que viene aser 1o mismo qr:e descubrir la pólvora, colno se haceá \reces, recordando es¡a evidencia: Estac{os ljnidos esuna democracia. Pero entonces el soberano es el pue-blo norteamericano,lo que excluye {si tros demócratasno cejart en su vigitrancia) que 1o sea 1X/a11 Street.

Barbarie palítica

Segundo ejemplo áe bar!:arie : querer son:eter larnoral {el crden n" 3} ala po\ítica o al derechc {el or-drn no' 2).Yn la barbarie polít ica o jurídica: Iabarl:a-rie detr ¡nilitante * deI juez. Sigue siendo querer some-¡er lo rnás ab.a a 1o más ba.Jo. También aquí, hay dosescuetr¿s: la barbarie trstalitaria, pcr ejernplo, en unLenin s un Tlotski, o la barbarie democrá¡ica, quenos amenazarnás a nosotros.

Page 32: El Capitalismo es moral

oI r6 L 1 . r . i l ' l l . r L i : 1 . 1 , ' . r 1 - i \ . 1 ¡ i l ' 1 I

L¿ barbarie tCI[al i t r r f i¿ es i¿r que se percibe con ma-yor feci l idad. ¿Qué es la mo¡-¿i l } I -enin respcndía, en192A, en un discursr: a ias iuventudes Comunistas F.r-r-s¿ls: <<La rnoral es 1o clue se pone al servicio de la c]es-trucción eie la ant igr- :a sociedad de explotadores, v de1a r-rnión de ¡odos los rrabajarlr:res en ¡orno al protreta-

r i¿clo, que crci t t ra nuev¿ sociedad comunista>>.rrPort¿trnto, la maral no podri¿r ser int lependiente de la po-

Lític¿t. A1 contrario, de be some te rse a elXa: <<Para noso-¿ros -escr ibe Leni¡r- , la t :naral está subordtnada alcrs inte reses cie 1a lucha de clases clel proletaríaáo>r"t'

Lo que resulta evide¡ltemente cómodo cuando se diri-ge ei parr ielo que se conside ra que representa lcs in¡e-reses revolucionarios del susodicho proletarraáo.. .

Es cómodo, pero sigue sienr lo un poco abstracto"T¡otski , que es una inente precrsa, buscará, algunosairos rnás tart le, un ejcmplo pare i lustrar la mis¡nai t l c t r . l ) o r e j c m p l o . s e i ) r c c u n t l : ; e l t e r r o r i s m o e s m o -r : r l i n c n t c a J m i s i b l e ? . E s l c g í t i m o a s c s i n a r e 1 . - r g e n t e .fusi l¿r rehenes, aunque no havan hecho nada i legal lY l j o rsk i , q l le es un ; i n rcn f t - ¡ rc t i s ; r ) - s l r r i l . r rsponc lee1r sust l incia: , ,Depenc.1c r-1e los c;rsos>r."

Desde su punto de vista, se le puede en¡ender. De -

pcr r r . l c r . l c los cJSos. porque en unJ s i tu lc ión n t l rma l . v

especialmente en una si tuación de paz civt l , e i terra-r ismo no sirve ptra na, la, e inciuso, pol í t icamente, esnefasto: st gáftan enemigos. Entonces, moraln- lente,

i 1 . Lenin, <La t iche des unions de jeunesser , (192ü), Tex"t e s p l: i I a s r; p h i q u e s, F"dítíans socieies, 1 982, pág. 286.

1 : I h t I . l r j g 2 t r11 . T ro t sk i , Leu r n to ra le e t l n nó t re ,191 8 , Ed i t r ons dc l a

Passion, 2001 (especia lmente las págs. 39-42 v 5t -3 i ) ( . t raá.

c¡st.". Su tnr¡ral I la nuestra,Barcelona. Ediciones &ajas, 19 t '7).

L , \ { . 0 N [ 1 , ] S i r t N D r . L U S i ] H D L . ¡ . ; L S I i

es malo. E,n cambio, en Lu-r¿l situ: lción revolucionaria.y especialmente en una situ¿ción de gl le fra civi l , el ¡e-

rrürismo o e} asesinato pueden volverse polít icr imente

necesar ios, pc l í t icamente jus los, v en¿onces, mora i -

mente, buenos.Cuiclémancs cle arraiar clemasiado pronto la pie-

clra contra el funclador clel Ejércitc R.ojo. ll-rotski pien-

sa, sobre todo, en el asesinat"a áe algunos opresofes(<Si un revoiucir:narÍo hiciera saltat por los aires ai

generai Franco y a su estado máyof>>' escribe), y r1o

queda exctruido que esté en efecto, á veces, ntota]- '

mente justi f icado. Con todo, sigue siendo necesaric

que sea la moral, y na la palítica,la que lo decida Si

nc, ¿clónde nos detendríamos? Ya qr-re Trcitski picnsri

también en perfectos ineicentes {pcr ejemplo, }os re '

henes, qr're sólo estar'ían vi¡l,culados al campo enenl igt '

. ,por lazcs de clase y de solídartáad famil iar>). '* Al

menos esto permite , puntruáltza, ,',llevat a caba Lina se'

lección consciente>>: siernpre es preferible a un pro'

yecti i <ci isparado por un cañón o l¿lnz¿tlo pcr un

avi{:rx, que se c,l isparn ;ú'ez'ar y pue.lc fí lciJmente dcs

t ru i r no só la x ios enemisos, s i r l * tambié¡r e los ¿t r l i '

gos, o a sus parientes y sus hi jos>>.rt ¡Encantaelora clel i-

ca,Sezat ¿Quién fio $e dá cuenta de que Stalin no hará

más que ir un poco más lejos e* la misma direcció¡r?

14. Ibi(J., págs. 61'1t4. El eiemplo clc los rel'renes es paf-t icu iarmente senslb le " para Trotsk i . porque había hecho adr :p-

tar, en \919, un dec¡eto sabre los rel:enes' de cr-rva <<efite ra res-

ponsabi l ida i l r , se h izo c¿rgo v qr te. en 1938, s igue i t rs t i l icani lo .Yéase a este propósi ro ias págs. 39-42 ( ,<Lx révolut ion et les

ar.agtsrrl ,v {t2 64 (,,{Jne fois encore } propos des otages>').

L ) . 1 9 t 4 . . p a g s b t O J .

Page 33: El Capitalismo es moral

1 " l ó E L C á P i T A L I S & 1 O , ¡ E S M ú R A L :

El texto de Trorski es mucilo más suri l que el deI-enin. Pr:ra quízá por eso es más espantoso. La misrnabuena conciencia,la rnisma vlolencia y ia rnisrna ceúezaele tener razrsn. Eso se debe nlenos á sri ¡er-nperarnento,que no carcce dc arracr ivos, que I su pensi lmiento. S itr:do 1o qlre es políricanrente útil se vuetrve mcraimentejustiiicarlo, la moral y,a ntl es más que una autcjusrifica-ción de Ia política, su suptremenro de alnta * de buenaconciencia. <<Las cuestiones de i¡ro¡a1 revclucionaria*_escríbe tranquilamen¡e Trorski- se confunden conlas cuestiones de estraregia y áe táctica revoluciona-ria.>>'6 F,s ia confr"rsión de los ó¡dene s:la trcamía del or-den n" 2 sob¡e el orden n" 3. Y un poco rnás acletrante:<El juicio moral es¡á cr:ndicionado, con el itúcks poiíri-co, pcr las necesidades específicas áe la trucharr.tT Sralinhabría podido esc¡ibir 1o rnismo" Pero enronces, ¿quéqueda c{e l¿ moral} Pierde su autonomía y su raáicali-¿1ad. Es la sumísión áe \a rnaratr a tra palítrca {k: que esrnoralmente bueno es 1o que es p*lílicamenre jusro): labarbarie p*lítíca, en esre rasa rcu*Jwciona¡i¿.

Cnidárnonos de no ignorar que puede exisri¡ ot¡abarbarie palítica que , por ser mencls espectacula r y ve-¡*símilrnentemás suave, no es menos atnen&zante, o, ffinuestrás sociedades, inclusc más.La buena cancienciat¿mbián existe eütre nosotros, quiero decir, eatre losár.m*cratas. Qrizá sea incluso ahí donde acrual¡nentese ha vuelto *tás arnenar,ente. Si la deraocracia esel me -

i*r de k:s regín"renes, colno pensarnos todos, ¿por euéno l-race¡ quela ¡norai se someta raml:ién a ellal [s troque ilarno La barbaríe derrcocr¿ítica. cQué quiere decir?

16. lbid., pás.\7. {bid., pág.

52t j

LA CL INFL IS t { . l i \ " üL LO t i ) l i l l [ ] " i t .S 1 . . l 1 1 9

I-o inismo que en la barbarie w¿Iitaria: tra sumisíón dela mr:rai (el orden n" 3 ) ala po1írica (el orc1e n nn 2) , peroa una política demccráiica. El día en que todos nursrrosconcindadanos se convenzan de c;ue todo 1o que es 1egales necesarlamenre mclal, o dicho de otro modo, el díaen que ia legaliclad sustituyá a ia mr:ra1idad, en que lademoc¡ecia sustituya a la ccnciencia, en que tros de:e-chos (en el senlido juríclico del térn:inr:) susriruyan a losdeberes, no habrá ya ni molali¿lad, ni conciencia, ni de-beres. Y será el reino tranqLrilo, conforrable y dernocrá-tico del canalXa legalista. <<l{inguna 1ey prohíbe etr egoís-mc. ¿Con qué derecho me reprocha usred qlle soyegoísta? Pagc mis impuestos, nunca he marado ni ¡oba-do, me detengo en los semáforos... ¡No vo¡ aun enci-mi l , a preocuparmc por ios pobres l>

Esro plantea problemas más difíci les. Cuando-fuanPablo II nos recuerda, en una de sus encíc1icas, que iadespenalizacíón áel abor¡o no dice absolutan'lenre nada&cerca de su moralidttcl, tiene evidenternentf razón"1sDel n:isnro rnodc que se equivoca cuendo impugna, enns¡nbre de su pretendida inmoralidad, la legitimidad

irtrídíca de ias leyes que autariz^n el aborto, den¡rode tras limitaciones conocidas, en tal CI cuá1 país." En

18. Juan Pabio l l , L 'Éu, tngi le t le la u ie, Cerül r lamm,i r i , rn .X995 ttraá. cast.: Euangelíunz uítae, Maáríá, Edibesa, 28A2).Véase también, del mismo autar,I,¿Lettre auxfarnil les, Mame/Ylan, 1991{t¡ad. cas¡.: C*rta a lus farnilías, BarceLona, Deicga-ción Diocesane pera. IaFar,tlia, Lts94) "

19. <<Las leyes que permiren ¡r favorecen el aborto y laeutanasia se oponen na sólo al bien del individuo, sino tarn-bién al bien común y, p*r consiguienle, están enteramente de s'praulstas de un auléntica ualar jurídica, tL'Euangtle de la uie,op. cit., pág. 11{>; la cursiva es mía).

, . \

Page 34: El Capitalismo es moral

t12( t . l . , . . r J ' l ' L i l 1 \ 1 . 1 , ) . j h S \ 1 . J R \ L :

cuanfo al problema jurídico, est.ry en contra de iasposicione s del Vatican a. Laley Veil me pare ce no sti lo

iegí t ima, desde un punto de v isr r jur íd ico, s ino tam-i: ién pr: l í t icamente jLrst i t icacla; luche por e11a, antes deque exist iera, y lucharía para defenderla si la viera e¡lpel igro. Fero, precisamente,Ialey Veil no dice que elaborto sea moralrnente inocente, ni que el aborto searno r r lmen te cu lpab le . LJna l ey no d i ce e l b ien y c l ma l :

só lo d i ce l o que es tá pe rm i t i do v Io que es tá p roh ib i "

cio por el Estado. ¡No es en ai:soluto lc mismol El le-gisiador, a$avás cle la ley Veil , nos dice en sustanci.a.,,Yei, el Estado (o yo, el puebio soi:e rano), consideroque el aborto no es mi problerna, precisamente porque

se *eta de un problema moral; a falta de un consensoe¡¡fre los franceses, lc remito, en tanto que probiemarnoral, a los individr¡os cc¡:cernidos>>. For eso, a n:if f la,neta de vel, es Llna buena iey: nacli .e puede juzgar

en lr:gar de las par$as -y en primer lugar, de las rnu-i ¡ ' ¡ p q - r r r r r - q e

" t , f . " r , t " . l , e q f e n . . t h l e r n , , : P e r n é s e c s' * ' ¡ ' -

tanbién eJ motivo por el cual cada incl iv id: :o concer-

niclo debe inte rrog: l rse e sí mismü por sr-r propia cuen-

tal El r iesgo, en este caso, es que la legal ización com-

porte casíínevitablemen¡e r-rnz banaliz'acíón: desde elI n n m e n r n e n o n e e l a h r r r t o n o e s u n o r o b l e m a d e E s

t , i d o . l r a y g e n t c q r i e a c a b a p o r c r e e r s e { l o s h o m b r e s ,

me parece a mí, más que tres mujeres, a quienes in-

cuml¡e cle un modo más ínt imo) q*e yt no existe nin-

gLin problema. Evidentemente, se *ata de un error. El

h c c h o J e q r r c e l r b o r t o c s t ó l e g a l m e n t e p c r m i t i d o y

que le c i : tanas ia esrc legr lmcnte proh ib ida , para to -

mar o t ro e jemplo , no c l i ce nada acerca d .e la mora l i -, i , r , l resnecrivr ' le l aborto o de la e*tanasta to más

b i c n . ¡ , . , r q u c n o s c t l a n a q u í s r n o c r s o s p a r t i c u l a r e s .

L A C O i \ F U S I ( } i ! D g L O - { O R D E X L S I . . . I 121

áe ml al:orto o tal eu¡anasia). Lo l*gal no es el bien' Lo

iJegal no es el mal. Cuando se ignora esta diferencia

para contentarse con cun"lpl ir la tregalíclad icuanclo el

respeto de la de¡nocracia susait l lye a la concie ncie mo'

ral), nos enconttamos yá en la b¿rrbarie clemocrática"

B ar barie m ora I iza drsra

Hay otro eiemplo de barb¿rie posible: sorneter el

orden n* 4, eL atrlcrt, al orc{en n" 3 , Ia rnoratr' Tendría-

rnos aquí un riesgo de ba¡barie rrtt:r*.1tzaáora, o de cr'

den mcral. Pensenlc';s en Sainr-i:-rst, que queúa impo-

ner \a áiu.aáur* áe la virtud, o jornei.ni, QUf dictó

persecución conara las mi'nifaklas y los enamorados'

Es el orden moral: la tkania de los puritanos'

O esa tentaci.ón, n:ás simple , más banerl t¡ rnás co-

rriente , de no amsr a la gente rnás que en propcrción a

sii ¡noralidad. ¿Qué paá.tía ser más comprensiblei' l'Ic

nos váI-llos a poner 'a atnat a los canailas lanto como s

la buena Efnte. . . 5 í , as i es cúmo func iot i ' l ¡ l t t ls t *dOs'

Recordaría simplemcnte , p,.rra Lluiencs solr sensibles ¿

este género de rradición, que áfi7at áLa gente propor-

cionalmente a su grado de mor¿lidaci es el exácto con-

trario no sólo de la pasión (piensen en Proust), no

sólo de tarJr: amar incondicional (perr ejemplo, el cle

los paclres por sus hi jos), sino rambién y sertrre to¿' lo ele

la cartdad, cu\/ 'd paradoja consiste pre cisrnrerrlc e n

qile es un ámclr qrte 77o rt proporcíonaclo ei vaior rno-

ra1 de su objeto. l"J¡:nca hay que olviclar ' v es qt,, izít

lo que hai ' de m;is profundo e¡r Ia tr¿cl icir ln cristtana'

que Cristo vino al mundo e n prítner /ttga"r por los pe-

cadores"

Page 35: El Capitalismo es moral

t 22 t : t . { .AP t " f i L lS I l 0 , ¿ES r l lORA i

¿ {J nc barlsarie ética ?

Si sóio admr¡irnos estos cuatro órcienes, hav que de-ienerse aqr-rí. Pero rqüé sucede con quienes creen enun qulnto ordeni ¿Con quienes creen en lo divino, enlo sobre¡:atural y en la t¡ascenelenciai E,nionces, sepuede al rnenos concebir r:na barbaríe é.rica, que pre-tendería someter o r*dr-lcír el o¡den clivino al de ia éri-ca: some¡er a Dios aI arnar de los hombres, tra trascen-dencia a la inmanencia, el orden n" 5 atr orden no 4.Hah:ría que pregünrar a los leólogos. Fero yo no estoyseguro de que algunas tentaciones humanis¡as o antro-p*cántrtcas {contra }as que PascaT, dicho seá entre no-sotrosl luchó tantcs)}'nc respondan, desde un punto devís¡a teológica, a esra rendencía. A fuerza de reperirque Dics es anlor, algunos acaban pof creef que todoañlor es elivino. A iu*¡za de ensalzar al Dios hechol:onrbre $esucrisro), algunos acalsampor creer que es ell:cmbre el que es Dios. Ilyvintzactón del hombre, hu-lm'ans.z'¿ción de Dios... Pa¡a los eteos o los agnósricos,qLrizás rsto no pase e1e scf uná metáfo¡¿ o r- in mocjeloteórico, que se poclrían consielerar legítimos (porque elorden n" 5 sótro exi.ste, des¿Je slr ppnto cie visra, en latmaginación o en 1a inenre de los ho¡rbres). Así sucedeen FeuerL,ach, en Alaín o, más recienremente, en miamigo Luc Ferry.rt Pero ¿qué sucede con los creyenteslEsre Dios some¡ido al arnar humano, ¿es rodavía i-:n

2A. Vé,¿se el hermoso libro de l{enri Gouh ter, L'Anti,Hu-nzanisme au X\41 ' s i ic le ,Vr tn, l987 (sobre ro¡ jo los c*pí tu losl ,{ ; ' X).

21. Luclwig ]leuerbach, L'EEstnce du christiat¡írme, lB4I,Maspero, 1968, reedician 1982 (rrad. cas¡,: La e sencia del crís-t¿.¿tnís¡no, Madriri, Trorra, 1998) tvéase tarnbtén la eleganre pre-

LA Ci ) ¡ ¡ r i . i s IüN DL: L rJS ORDTNE.S l . l 12)

Dios? E,ste ho¡nbre divinízado, ¿no es ya uri ídc1oi,Y,sLe antrapoteístrtrs, como decía Feuerbach, ¿no es aca-so aún peor qlle el ateísmo ique niega a Dios, pero ni)pretende reempiazarlo)l Este humanismo, ino es ya .-

desde rln punto de visra religioso- una barbalte éttca?

3. L¡" TIRANÍA DE Lo suprRlon: Et. ANGEI-ISMO

F,n el lado opuesto, la otrx tentación, el otro r i-dículo, la otra tíranía, es lo que 1lamo el angelisrruo. Tlsel correlato sin:étrico de l¿ barbarle. En ambos casosexisae confusión de los ó¡denes, pero según una jerar-

quía invert ir la"La barbarie es querer sor$eter lo másak"a alc más baja"Y-l angelismc e$ pretender anular lornásbaja en nornbre de lc nlás alto.

Fropongo, en efectc, |lam'¿r <.angelismo>> al ridícu-io, la confusión de lcs órdenes,la Liramía, que preten-e{e anu}ar o desestructurar un orden de¡erminado ennombre de un orden superior. Irl angelisrno es 1¿ ti¡a-nía áe lo superior, la t iranía de los órde ircs sLipe ri()f És

F,l angelzsmo político o jurídico

Un ejealpio de angelisrno. Pretender anular las e:<i-gencias ecofiómicas, técnicas o científ. icas { las exj.gen-

sentación que realizó Je an Salem, {Jnt lecturd friuole des Ecri '

turet; L'e ssence du christianume ,le Lutitut.g Feuerbach, Y.ncre

Marine, 2úA3); "\ laín,I-es Dieux, G¿llimard, 1930; Lirc Ferry,

L'Hamme-Dieu az¿ le sens de Ja uie,Grasset, 1996 (treJ. cast.; El

hombre-dios: el tentido de la uida, Barcel<¡na, Tusquets, i997 i.

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-U

32 ! l - C ¡ \P l l ' . 1 l . f 5 i l ( j . ; I s . lOR¡1L i

cias del orden n" tr), en nombre de ia polír ica c del de-recho ien r:cn:bre del orcjen n" Z): es el angelismo po-lí t ico c jurídico.

Conc¡etame'nte. ;a qué se parece esol La mayotíacle las veces adopr¿l la forma del ursl¿uzfarisma, en eLsrnticlo peyorarivo del rérmino.:r Acr_iérdense t le la iz-quierr. la en 1981. ¿Qué clecírr r proposiro delparol EnsLlstancia, 1o sigr_riente: <<Acabar con el paro es unacuestión c1e votruntad polír ica>. Dos septenics más tar-de, ccmo us¡edes saben, el nú¡¡ero cle parados era eldoble .. . Acué¡dense de Chirac . rn 1995. ¿eLré ciecíalHn sust¿ncia, y sorprendentemente, lo mismo; <,Aca-bar con el parr: es urla cl lestión de volun¡ad polít icao.Das años más {arde, e} núrnero de paraársshahía ptr,manecjdo más o me nos estacjonari(J, pero a un nivejmuy alto, y Chirarhabía perdido su rnayaúa".. ¿.Aquíén se le ocurriría pensar por u¡ mo{-nento que Mit-terrand rs Chirac se habrían tslvráaáa arotronclrada-mente de querer? ¿QuiÉn no a,3vi*te, al cantraria,esta ve¡daeJ si:npie y desagrad able tpera que sea desa_graciabtre no es uná ruzón paru áeiar de verla) de qr-rear.tbar con el pllra na s-r una cuesrión de volunracl po-tríttca? Me hago c.drga de que el enunciad o r,;ás fuerrede la valunrad polírica, en un Es¡ado de derecha, es laley. Ahora bien, se puede vüt,ár una iey contra el para{<<pone r el paro fue¡a de l.a1eyrr, corllo áeúa elotro, le:que es un buen ejemplo cle ridícr¡lo en el senriclo pr¡s-

22" tlue mr: parece ei verdaciero sentido {no es n"¡uclromás que un sinóni¡ns prrtencioso r.je <vol¡:n¡ad >r: ,oáar pruebade volunt¿rismo>>, rn el senrido posit. lvo de ia expresión, essirn¡rirrnente dar prueba cle vol*¡¡ad) n en .i-,alqurier caso. elprimer sentício, ai r¡encs en la lengua csrriente.

1- A a.{} N Fl- iS 10] \ i I l { i a lnDgx [s l ] t 2 t

ca l iano del término. . . ) , pero no será su l lc iente p; i ra

crear ni un solo empleo.Tcdos los años se manif iesta en París la gente baio

la banderola: *;Acabar con e1 sit ja es un¿i cuestión c{evoluntacl po1ít icalr>. Ccmo en e1 caso rJe I paro. enticr- l-

<1o bien tro que quieren cleci¡: no soy más ionto que

c r r a l q u i e r o t r o . E s e v i t l t n t c q l t e . c t l a n t ( t n i i i s d i n e t , I 1 , ú

biico se gaste i lo que depende de tra volu;:tad pclít ica

por rnedio del presupuesto) en la tnvesttgación cientí-

{im,la inforn:ació n v Ia prevencióil, más pasibilidades

habú, al caba, de vencer al sida. Que cuanto más <line-

ro se gaste en Xa forma ctón prc{esional, la disrninución

rle tras cergas sociatres o nas inversiones prtblicas" alás

posibitridades se tendrán, al cabo, ele hacer retroce{ier

el paro. A pesar de tado, la consigna, trsnaáaltteral '

*1ente, es ridícula. &cabar con e} sirla no es una cues-

úón de voluntad polít ica: por mucho que sr vote un'. l

Iey crsnttaetr sida, eso no curará a ntngún en{erma.Üts-

cúlpeserne la oxaáía elr recorclat tsl,a evidencia: ventet

al stáa no es un¿ cuestión d* voiuntad política, sino un

problema máátcrs, que se plantea por este motlvo en ei

orttr*nn" 1 y qt;,e sók; p*ede ser resuetrto en el orden n'' 1.

Todc 1o que se puede {y debe) perlir al E,stado, ), a to-

dos nosotras en tentú que ciudadános, es hacer 1o que

esté en su$ r"nanos {en e1 orden n" 2'. concerliendo cré-

<litcs, etc.) para qur este problema se resuelva tra rnás

rápidarnenle posible fn su orden prapia, en el orden

científic* y técnirts, o dichr: de o¡ra mado, de fi:rrna

m*.áira" Que para eilo sea necr:seúa una volunl aá pr:3í'

tica, es uná evidencia. Que sea suficiente, es un absur-

do. 5e prodigaron ¡'nucho rnfnos dinerq: y estvetzos

{mucha r:r}rnos .tvoh.-:¡rtad p<slíttca>} conltra Ia ruLsia que

cúntrs eI r:ánrcr. Pe¡o se acabó crsnla rabta; con el cán-

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:126 i -A l IS l l r ; . E i r \ f ' . r 1 ( . 11_ -EL

cer, l lo. ¿1?or qué? Porque 1a voh_rnrad nunca fue sufi-ciente para resclver ningún problema científ ico.

lncluso diría 1o nrismo, aun cuando no sea sinouna analogía, de la lucha crrntra el desemple<t. Arabarcon el pa¡o no pr:ede ser un asunto de voluntad polí-t ica: el pato es un problema econórrico, que se plan-fea en tanto que t*l en el orden n" 1 y que sólo puedeser resuelto en el orclen n" 1. Tr:do ir: que se puede{y se debe) pedir a 1os polír icos, al Esrado y a todosnosotros en tanto que ciudadanos, es hacer todo 1oque esté en sus fnanos, en el orden ̂ '2 {par ejen:plo,recluciendo 1a duración legal ilel trabaio,para quienescrern que eso puede ser e{icaz, o aurfienaa¡ldo su fle-xibi l idad, para quienes prefieren esra solución: sonclos de los verdadefos rrtüs del mornenLa), para q*eeste prcble¡ná sea resuelto en su propio arden, o dj-cho de otro modo, desde Lln punto de vista económi-co. Perc pretender resolver de un plurnaza o rnedian-te un arfículo áeley, en el orden no Z, un probleraaq¡rr se plantea en el orden no L, rs eviden¡emeñte en-gañarse a sí rnisr¡ro: es dar prueL,a de angelisrno.

Créenme que lo lamento. ?r&eriría que la vicroriasobre ei sida y el paro t*era, en efecto, una cuestión devol*ntad potrídca, psrque enronces es¡as dcs probtre-mds, sin riuda, ya esraúan resueltos o a punto de estar-io. ¿Quién no se da curnta, xy, úe que no es ése el caso?

ülangelismo maral

Un segundo ejemplo de angeiismo moral. Preren-der anular las exigencras y las obligaciones del ordenn" 2 il¿s exígencias y \as *l:Iigaciones áe\a politica a

l . ¡ \ ( . l l ) ¡ ! l : l , J S i Ó N , f l h i - { ) S { l l t l l f : ; . J l : 5 i . l 1 2 1

del derecho) en nombre de la mor*l {e¡r nombre delorden n" 3') , rso rs ei angei isn- io rnoral . Concretamen-te, ;_ 'á qué se parece esc? xactántente, se parece a la.<gei leración mo¡alr , que evocaba al comienzo. ¿QLróItacer contra la miseria? L,<¡s Restaufrnres clel Cora-zón. T.n mate¡ ia de polí t ica exter ior, lqué hacer, porejemplo, contr¿r la guerra? La acctón hr-rmanir;rr ia.

¿Qué hacer para resolver los prcblemas de 1a irrnigra-ción y de h inregración de los inmigrados? 5OS Racis-mo. Se ransforman así los problemas polí t icos (en elorden n" 2) e n problernas morales (en el orden n" 3), 1oqur es la mejor rnanefa de no resclve¡los nLrnca.

5i se ccnfíá en que leis Restaurántes rlel Carazór,venzan la miser ie y la mr rg inac ión . s i s r con f íe en ( lue

el humanitar ismo sust i tuy¿ a tra palí t icr exrer ior, enque el antirracismo reemplace ala p*Xítica de inrnigra-ción, es que uno se engaña a sí mismo: se da prr-reba deangelismo, 1o que es riclículo cuando se esrá en la opo-sición, y r i ránrco cuando se está en e} poder, o cuanclos* t íene poder {señalemos de paso que es, por consi-g u i e n t e , r i r á n j c o p a r a q u i e n e s d i s p o n e n d c u n p o d e r

rrteáiáticct *sla tiranía de los buenas sentimientos).

EI angelísmo átíco

Un tercer ejen:plo de angelisrno" Pretender anularlas exigencias y 1as obligaciones eie la rncratr, e incluso clelos tres primeros órelenes, en nombre del c¡rden n" 4 {ennombre áetra éttca, en non:bre r7t1 amar), eso es el ange -

lism,o ético, el angelismo del amcr. Ccncretamente, ¿aqné se parece eso? Se parece ala táeolagía Pence andLoue áel híppr de mediados de la década áe tr970. t4c:y

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a128 E . L C ¡ I P I T A L l S ! 1 0 , ; E S M O H ¡ \ { - ?

día se vcn n ienos qrrc enionces. pcf ( \ er in cs pos ib le en-conlrar, a veces, a alguien que nos explique. ccn la míra-da borros¿ y la iengua frecuentemente Cgo embrollada,

iror todCI ripc de razúnes, pero, en fin, que nos e.xpliquemás o nlenos: <<Pero, te das cuenta, yo no tengo necesi-clad de la moral; no tengo necesidad de 1a política; notengo necesidael rleIatécníca: icon el arncr es suficien-te l>>" Por supueslo, hay qne responderle qüe no, que eiarnsr no basta. O más concret¿mente , hay que decirle:<;Deja un momento de creerreJesucrisrol En:pieza porcumplir tus deberes, en ei orden n" 3, pür inscribirte enlas listas eiectorales, en el orden no 2,y pcr aprender unoficio, en el orden n" 1. Si can{ías en que el amor resuel-v : r a lgún probienra e n a igr rno de esros t res órdenes, te es,tás engtzñand* a ti mismo: c-las prueba de angelis:nor>.

EI an gelísmo religírsso

]iinairnente, un riltimo ejemplo de rrngeiisrno. Que-rcr *¡- lul¿r las exigenci*s y las oblgacicnes clel amcr, cinciuso cle ios cuatrr i primeros órdenes, en nombre i leun eventual orden no ) ien nombre del orden divino osoL'ren¿tural), es el angelismo religioso, es decir, el in-regrismo. Por ejempio, querer que la rei igión dicte elbien y el m¿l {en el orden n. J ), 1o legal y 1o ilega] {en elorclen n" 2), lo verdadero y lo ialso ien el orclen n' l) . . .Pensamos evidentemente en etr integrismo islámico, ycon razón: fíjense e* la charía. 5i tra ley isláruica debeimpr.:nerse a todos, ¿_p^r'á qué sirve 1¿: democracial Sil)ios es soberano, ¿cómo paáría serlo el puebioi, Ferora rn l ¡ i ón ¡ r r re . . l c ex i s r i r , v r rmb ien ex i s ie . un i n reg r i smocristiano: por ejernpio, esas sectas protestanres ql:e pre -

L ' ! { . 0 ¡ -FUS iON DE l -OS ( i ] lDE ¡ " { l ] 5 l . ] \ 29

renden prohibir, en Esrados iJniclos, la enseñanz,a ,3e1

daru ' i n i s i no en ]as escuc las . con e i p re tcx to , l e que escontrario a ias enseñánzas clei Génesis, en la Biblía...No me derendré en el1o, pero es el momento de recor-dar, con Rainer fuIaria RiLke, que ,,tcdo ángel es terri-ble". El angelisrno no es Ínenos peligroso que la barba'r ie, v puede suce der qr:e lo sea ¿ún rnás. Es en nombredel Bien cornol casi sier:lpre, se perrnite Xo peor. Es eisíndrome de las cruzaáas, con todos los horrores que seconocen. Esa sigue pá$ando en la actualidad. Si Bush yBin tr-aden no estuviera.nt'án convencidos de represen-tar elBten (ei orden n" 3), e inclusc a Dios ¡nismo (e}

orclen n' 3) , habría üleno$ que tcrner de su palíticx. YLenia o Trotski, si no hubieran creíc,* vercladerarnenteen el cornunisilo, habrían fusila¿lo menos alegremente ,y quizá rnenos abundanternente.

Este últ imo ejemplo muestra que la barbarie y elangelisn:o pueden ir a }a par. Someter la moral alapa-lítica, como hacían Lenin y Trotski, es barbarie. Perctsoñiefet la perlí t ica v el derecho a un:r r- i topíl moral-n-iente gFúer{}s'¿ (u¡rr l sr- lciedad de paz, ai:unclnncitt . l i '

bertad, tgu*Lr| 'aá, fr:rrernidad, feLicld, l .{. . .), conro que '

ría Mmx, y cotno sin duda tarnbíén qucrían Le nin y

Trorski, sería más bien angelismo. Se conocen los re-

sultadcs de esLa temible conjunción.tr4abría que releer, clesde este punto ele vista, 1o qr-re

decía l-ouis Althr-rsser cletr estalinismc. A metruclo fue

malentenciicler. Airhusse r denunc talsa, en la <desvlación

estal inianarr, la parela del humenismo y ei economicis-

m*.:r Eso causó extrañez';t'" ikablar de hu¡ntnismo, á

23. Lr:uis Althusser. ,.Note sur le cririque ciu culte de lapersonnalité>>, Répanse n Jahn I-eu-' is, op. c¡t., págs. 71 '98 '

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13$ I L CAP I ' fAL I 5 I , 1TJ " . ES &1OR, {L?

propósito dei gulag1 Sin embargo, coíncidía con etr dis-cutso explícito de los esral inis¡as, que sería ingenuoconsiderar pufarnen¡e mentirosa o hipócrira. <81 capi-tal más preciosc -decía Sralin- es el hombre.> No sésí étr 1o creía. Perc la mayaría de los estalinistas 1o cre-yerún, y Sralin, sin esta fe Eie 1os militantes, habría sidoimpotente. Que esto no refura el ]iu¡¡anisrao, es evi-denre; pero advierte que t¿rmpoco é1 calece de peligros"Por la felicidad de la humaniclad se enviaron a n:i1lonesde seres humanos a la muerte. F{umanismo utópico,1-ru¡nanisrno rnartífera, humanismr: criminal, pero hu-rnanismo. Se hizo con desprecio por las reglas del de-recho, i¡rcluso soviérico. Era una violación del o¡den{¡" 2 en nornbre ¿le1 orden n'3: el angelismo hr::"¡anis¡a.

Ahora b'ien, ia política, rrrie¡:tras t&nta, tendía a so-meterse caáavez rnás *.las exigencias óe una eccnomíaest'¿t'¿ltzaáa. E,s 1o qr:e Al*iusser denomina el ecana-rnícismrs est¿triniano, que es una L'arbarie trcnocrática(en este caso, en su versión colectir¡is¡a). El ridículo noestá sornetido ai principio de no conrradicción. La ti-ranía, tampoco. Tle ahí, el aspectc ubuesco que ad-quiere con frecuencia. 5e vicl¿ el derecho en noml:rede la n:oral {angeiisrno humanisr a}, rnienrcas que $r $a-c¡ifican los seres humancs y 1astrrb*rtades individualesa las exigencias <<cientíttcas> del Plan Qr:inquenatr, deia indust¡iairízación o, en ürfa paÍte, del Gran SakoAdelante {barbarie t ecnauáttca: econornicismo). Cuan-dc se confunden 1os órdene s, *aáa irnpide hacerlo enlos dss sentidos alavez. Este ridícutro rnat"a {atr n:enosveinte ¡:rillones de muertos en ia Unión Saviéttca, yt¡ece miilones, en China, ran sólo en los rres años detrGrun $al¡o Adelante), pero pocas veces a quienes sonsus respcnsables.

L ¿ C O ¡ " F U S I O t i D g i _ { r s ó n r I i . - t . s ¡ 1

4. R¡spoxsAll ILIDAD y soLIDARID¡\D

I i ; 1

Adve¡ti¡án ustedes que la di i icuhad reside en que¡odr:s nosotros nos encontramos sirmpre en 1os cua,tro órdenes atravez {dejo de laclo e1 quin[o, en el queno creo), y que nada garanriza que rodos y siempre seorien¡en en ei ¡nismo sentido, :¡tr estar someridos a prin-cipics de estructuración interna dife rentes e irdepen-dientes unos c{e los otrcs.

Está ctraro {ALle a vecrs coínciden, ;y tanto mejor queasí seal Son tros rnornentos en que todo es fácil, espe-cialrnente paral*s empresarios. Son mornentos de feli-ciáarl" Ocurre entonces que, efectuar:do bien elpropiotrabai* y gananáo n"rucho dinero, en el orden ü,' 1, serespletaperfectarlente la ie¡ en el orden n" 2, se cumplecon el deber, en el orden n" 3, y se obra por anlor. en elo¡den n" 4. ;l'io seré yo quien 1o reprochel Les diríamás bien: <iYayan hasra el tinall {Allez-y áfondl}>.yanadiría simplemente: <Y luego, ¡apravéchense bien...porque eso no durcrá siempre l>>. Eso no puede du¡ar.No hay ninguna raz6n para que cuar¡o órdenes cliferen-tes, caáa uno de lcs cuales esrá sorfletido a un principiode estructuración in¡erna diferente e indepenrli.enre,cr:incidan siempre y en todas par¡e$. Cuando suceda,veyan hasta *tr finalv aprovéchense l:ien. Cuando no,tendrán que elegir a cuál, ent¡e escos cuatro órdenes,concederán la prerrcgariva en ral c cual sí¡uación.

La responsabilidad

lsta *Ieccyóg gs tro que TXarl,odaá. &*.spr:nde a una lógica de

üiles¡rá respansabili-!Á &rts*ón: no éi un

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ol 3 EL CÁ PI- fALIS!1O, ; l : rS ¡ .1Cl I {A L ¡

prCIbiem¿1 por resolver, sina un¿ eiección qlre efecruar,1 , , q r t c no sc l ) roduce s in j e r l r q r r í i r s l l r Len i ¡ r l c í xs . eó ;frecuencia, los directivos, en nLrestro país, están rnalpreparados. Muchos de el los t ienen una culrura de ín-genierüs o cle científ icos: están habiruadr¡s a qi le Llnproblema teng¿1 úna -v una sola- sclución, de t¿lmodo que reida rnente competentel aur] cuanclo uti l i -ce ¡né¡odos ci i ferenres, enconarárá siempre el misne>resultado. E,s como una ecuación; una vez q\]e se ha en-contrado 1a tncógnitá = x, se ha ¡esuelto el problema.Pero eso sólo vale en lcs espacios teóricos homogéneos(por ejemptro, en la {ísica, o en la economía...), y nocuando una decisión áebe confrontarse coü varíos ór-denes o nívetres heterogéneos, qne trenen cada uno supropia lógica, su coherencia i' su necesidad, que no pCI-drían reducirse a las de los demás. For eso hav qr:e ha-blar áe responsabilidad, más que á9 conp*t;;ü. Ñ"porLlue ést¿l no sea necásáli l {sél inccmpereore, cuan-clc se irüser poder, es siempre una pruel:a de irres-ponsabil idad), sino pürqlre nc es suficienre. 5e¡: cnrn-peten¡e consis te en ¡ :odcr resc lvcr un probléma. 5erresponsable cr:nsiste en po,Jer r()m¿r una clecisió.n, i¡¡-clr-rso en una situación de complejida ¿,l,Á*t*iliáumbre,y especialmen¡e cuando est:r decisión, conro sucedecasi siempre, depende de valios órdenes ala vez. Laresponsabilic.lad, en el senriclo en que rcmo la palabra,es por t,anta ]o c<¡ntr*r io t le 1* ttranía segírn Fascal:co;rsisie en asr:mi¡ ei propio pocler -rr:cio ei poclerpropro-. ers catla uno cie estos r ircienes, sin confun-cl ir lers, sin rec{ucirtros todos a unc solo, ,v elegir, casoX or c¿so, cuanc{o entr*n en contradicción, a cuál deesfos cuatro órdenes, en ta| er cual situación, uno de-cicle someterse con prioridad.

L¡ r - . r lNFLrs¡< . . r ¡ i D I Los óRDENLs I . ] r ) )

Digo . .caso por caso>>, <<en tal o cuai s i tuación>, por-

que en este carnpo no hay una regla general . Y no pue-

de h¿i:er ia. knaginen que un empresario, en la saia,

nos diga, o se diga: <.En caso de conf l lcto entre estos

c u a t r o ó r d e n e s . n t e s o m e t o s i c m p r e p r i o r i t l r í a n l e n l c

al orden no 4'. ien primer lugar la éttca y el atnar"r>'

Puede ser un necio ü un sanlo' Ahora bien, cstas clos

categorías rne parecen bastante mal represent i l ( les en-

t r e n u e s t r o s e m p r e s a r i o s . v l e g í t i m a m e n t e m a l r c p r c -

sentadas: tros necios no pueden, Í los santost di¡cLi l

penr'fie , tienen cosas meio.ies que hlcer

En cuátlto al que átria: ,rCux-;'á*h.att contradicción

entfe uno u oifo de esros cuá{ras órdenes, sienlpre pri

vilegicl el orden no 1: ante todo, 1¿r cornpetcnciri' el ren-

dimiento, el business...>>, está trazando c{e sí rnismo el

retretú del canalla con-lpetente y eficiente, y es un papel

que nadie, o casi naáie, tiene ganas de desempeñar dLr'

rante mr:cho tiempo. Todos los dernás, es decir, ustedes

y yo . que se gu r í imen ie no somos n i nec ios n i san tos ,

pero que nLl nos res ign lurns ' s in embargo, a se l caf iá-

lias competentes ,v e{icíentes, eieqilemr;s, cilso fror cí:l-c{),

a cuá|de estos cuatro órdenes, en tal o cu:r} situación,

decidi¡nos someterüos prioritariamfnte. Nadie puecle

hacerlo en rluestro lugar. Por eso la responsabilidad, en

el sentido en que tomc la palabn, es siempre pe rsonal-

No existe, como áiría hlatn, rnás qr-re por "cl único sLr-

Teta: yon. Nadie puede asurnida, cút'17ú seguía dicien¿ic,

síno <<co:npletamente soio, y unit'ersa'lnrenler. Eso nc:

i .mposibi l i tal* tarna de decisiones en equipo. Irt ' ro el

propio equipo no pcdría descarsnr a nirtgun.' ' t le s'rs

miembros de la responsabitridad que ha aclqr-:iri<1o'

Supongo que muchos de ustede s, q-utzás una ma-

3tcsúa,trabaian en Ltna efi lpfesa, y ql le algunos desem-

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U1 ) EL { P l 1 ' ¿ L l S t u l O , ¿ 6 5 M { J R A L T

peña1r en ei la funclones de dirección... Les díría 1o si-guiente; pueden áelegartro todo, en sus empresas (ia

ccn¡abitri<lad, la dirección cle 1os recursr:s humanos y,por qué no, incluso la visión o la esf¡ategia.".), excep-to, y por deflnición, sus responsabitr iciades, porque laresponsabil idad es 1o <¡ue na se delega.

,l Y puesto qur esta responsabilidad sólo puede serpersonál, individual, no a9abo de ver qué sentido tienehrblui .o*Á s;eb,ácé cari'ri.*pl", ,obre todr: en el mun-do patronal, áe /t'lio de emprisa a áe maral de empresa.[íÁiYjíen átríx;'ú ca,n*ario, que una ernpresa caiecé demoral: no tiene rnás qi:e una contal:itridad y ciientes. Unaernpresa carrce de debe¡es: sólo tiene lntereses y exigen-das. Una empresá tarcct de senrimientos, de óttca y árámor; sótro tiene ol:jetivos y baiances" En pocas palabms,ncr existe la rnoral de erc.presa nitra ética de empresa.

pgfgl,gy X, e ?pres::^r3t99 e &q:ús; p-tecisamente por

que no.q.1---------------1!y_gla_gloral t/.e rwpresa, debe-baber trl:úrú. e?t}a ey1p-1¡sg, par l* mediactón de l*s úniei;s que deben selmcrales, parl.a medi¿ción de los inclividuos que crabajanen é1-1a, y esp¿lii*ynÁÁte {c;r*.Á ntes poder, más respon-

l s ab &íttáá"),3{ l4l&ó á gue la &rig*n Y s¡: cede la ¡¡risrno

I con la ética: pueslo que la ernpresa no la tiene, 1os indi-' viduos que trabaian en eUa ola áirigen deben tenet \1t1&.

D*.cía hace r¡n rato: <l"Jo cuenten con que el mer-cado sea n:sra1 en lugar de ustedes>>. Puedo añadilno cuenten lárnpoco con que 1o hagan sus empresas"

Cotzercirs y <<respeto al c/ieftt€>>

I-a que es cierto paratra eccnomí¿ en general, lo estarni:ián pata el cornercio en particular. Esto no signi-

I - . ; . CüN t :US . f i ) i ! D t ¡ - { J5 ( )RD"LN t5 I . . l 13t

f ica que el cornercio no planree algr:nos problemas es-pecíf icos... Permítanme, una vez más, contafl f l ; unaanécdan. Suceclió hace dos o rres años: había sido in-virado por el MEDE,R en Farís, pára una ¡eunión deempresarios r i tuiada <Los cimientos nacionales delcornercio>>.". Debía hablal al f lnal de la media iornada.Pero }leglré, como hagc de costu¡nbre, al co-mienzo.E,stos cmpresar ios, rodos comerc i rnres, no fenían ot r r rspalabras en los labios que ética y ualores. ¡Era dignode versel Y ustedes pr:eden f igurarse cuá|eru etr valorque trracía siempre su aparición'. el respeta al c/iente .Sobre e} resto, estaban dispuesros a discutir. Pero so-bre este valcr, no: se les notaba a\avez intransrge ntesy orgulloscs. Torné lapalabra a].ttnalde tra inedia jor-naáa, corno estaba previsto, y les di je que les había es-cuchado crsm al.enctón, tro que era cierto, y que me ha-bía perc*tado de la trnpartar:cia que concedían ai¡espeto al cliente. Y desde luego, les dije, no pongo endLlda que éste sea un valor prolesional imparranre: se-úa absrslutamente pertinente em Ia carta ética de ungran almacén. <<F,n caml:io, 1o que l:re ha extrañaá*,añadí, es qur ustedes parece que ven en é1 un valorznoral. Esc, dense cuenta, no 1o he ieído l:asra ei pre-sente en ninguna perte. He 1eído alas mayares filóso-fos griegos y nohe vislo nicrguna línea referida al ¡es-peto a1 cliente. He leído aM*ntatgme, Spinoza, Kanr,y ning*napalabru, en ninguno de ellcs, atrude al res-peto a} cl iente" FIe ieído y releído )os €vangelios, hefrecuentado varios textos budistas, }¡e reco¡rid oIaBi-blia y el Carán, y no rccüerdc haber visto ni ,,tna srslapxlabra, en tales textos canónicos, referida al respetoal clienre. ;&le ascmbra que el MEDEF se halle tanavanzaáa con respect* alos textos fundado¡es de tra

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o136 i i i " Cl¡ !P11' . {LIS&lO, ¿ ES &{f iRá1. ¡

humaniclad!> El nerviosisf i lo auixentó: . ,El ctr iente esun prój irno)>, prc¡estaron... l 'Jo, no <Jel todc, y n<tcua iqu ie r p ró j imo : e l c l i en te es un p ró j imo so lu (n te .Ahora bien, en ningr:no de los textos fundadores de lahuman idad he i e ído que sc t l eb ía p ropo rc iona r sucuoNa de respeto *l grad.rs de soivencia dei prój inro.Incluser he 1eído, en ¡cdos estos textos, exaclamenteicr contrario: ¡que na se debe proporcionár su cuota derespeto al graá* de solvencia del prójimo I De tal sue r-Ne, les dije, qr-re el áía en que ustedes n:anifies¡en másrespe¡ó por sus ciientes rxás acauáalados que por laasistenta que les Ltmpía las cficinas por l,a *tañ,ana apor el sin techo que mendiga alx salida de sus aTma-cenes, le ios de vivtr en conforrnid aá can los val<¡¡esrncrales que son tanto los de ustedes como los míos,los sorneterían a un principio (el respeto al ciíente)que esos valores ignoram y recusan. Es la barbarie em-presarial: La t"iranía de la empresa. El fespeto al clien-te e$ un valor en-rpresarial, segur¿menre legít imo, peroque concierne a la comunicación ípterna y exl€fna, a1a gestión ernpresarial y, en r lel init ív¿, al marketingmás que a 1¿ mr:ral. iis r-¡n valor ernpresariatr, un valorprofesional, un valor deontológico, si quieren, perono es un va io r mora l . E l respe to a l p ró j imo . a i con t ra -r i o . es un vu lo r mora ] . que no . l epenJe más que de l aconciencia: no es un val*r emoresáriatr.

¡- G eru e r r: s t tla d o s o li dari da d 2

Vairarnos al fondo dei ploblema. El comercio de-penJc menos . i e l a mora l , que es i n re rcsada . que de Iaeconon:ía, que no 1o es nunca. hlenos del respeto al

L " \ L U \ F L S I ( l ¡ ¡ ¡ ¡ n s r - ) R J ) E \ L i r L ) I

otro que de la satisfacción fflullrá. fuienos de la unive r-

salidad de los deberes que de la convergencia (siempre

pa*:cular) de los intereses. Es inútil que les diga que

esto no lo condena. .<Interés>r, nos recuerda Hannah

Arendt , v iene de l la t ín t t t le re rse . que s ign i f i caba , 'es r l r

enl¡e>, <párticipár en>> Lr <<*ci-]pafse de>... No es por ca-

sualidad, sin duda, que la palabru <<comerciot>, con una

histo¡ia diferente, cr-lbra un campo semántico vecino. El

interés nos vincuia al mismo tiempo que nos sepata; nüs

<<teúne>>, cofiro dice Hannah Arendt del munclo común,

mientras nos irnpide.<ernprendeda unos cüntfá otros>>,

un poco como una rnesa que separa y une a la vez a los

cornensales.t* El hornbr€ es url arttrna\' soclable y egoís-

La'. esta ircsocíable sacíabilidad" aátspta la fcrrna, casi

inevitablem entel ya del con8icl a, ya áel intercambio, y

etr lntercambio, e¡: una sociedad bien constit¡.rida, es

preferible. Es Lo que Montesquieu ltrarnaba el ..dulce

co:'nercio¡>, que es meior que la guerrá" No es, descle

luego, que la impida, la historia prr-reba suficientemente

tro contrario. ni, tcclavía menos, que suprima rocla rela-

ción cle {uerzas {.¿,córna sería posible?). El rnercado no

24. Hannah Arendt, Condítion tle I'homme nzaderne, cap.

XI, Calmann-1-évy, 1961, reedición Pocket, \994 , pág. 92 - V éase

también Jean-Pierre Dupu,v, ,.l.es l¡éances d'une philosophie dr-r

raisonnable> , &euzte de phílosapbie écottomique ' n'- I ,7ÜBj I 1 "23. La {órmtúa es de Kant {<l'áée ci'une his¡oire universe-

lle an point de vue cosnr,rpoliti<1Lrc)>, prt)l). 4, en I-¿t Pbíloso'phie de l'bistaire, Denoéi, rctr.,<bÁé,tliations>. 1984, pág 3l:

trad" cast.: Filoso{ía de la hístoria, México. FCE. 199'2}' Váase

á este respecto 1o que escr ibí en ei capítul q 2 l<[ ' -1 pol l t iqLre'>)

eie rnis Présentatíans de la phílosapbie, Albin klichel, 2000,

reedición Le }-ivre de Foche, 2A83 kraá. tast.'. Inutlact'¡n a /a

{í/a s,:{íd. Barceiona. FaiCós, 2882}.

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t ) 8 gL { . , { p l ' f AL I3 ¡ {a r . I e ! M01 l ¡ ! L . :

rlrnrina la violencia. Fe¡o Ia contiene, como dice ace¡-¡adamen¡e -iean-Fierre Dupuy, en tros dos sentidos deirérmino: <Le sirve r je barrer¿ de contencíón, pera lacontiene en é1>>, lc que <<reconcll ia a h4a¡x con Mon-tesquier:>>":¡ 'No nos lamen{aremos por eltro.

El interés no es el mal" sino l,: cue nos niLreve con-juntai iente ( incluso Llnos contm orror), y la mayaríade las vecrs por un bien. Es la que tlala razún a los uti'litarisras. Piénsese en Bentham o en Mili. Es 1o que dala raz(sn a los materialistas. Todos elios coinciden, des-r1e Epicuro hasta Althusser, pasando por Hob,bes, Di-e.lero{, D'}lolbach, La l.;/.ettrte, Helvétius, Marx".. Spi-ndlz'd, ti su r:lanetra? epenas áecía rst"ta cosa (es 1o qr:*llama la <búsqr:eda de la pwpta utltrtáaá>).27 Ni Freud,a pr*p{>sit"a de }os principios ele placer y de realidad.2'

2{:. }ean-Pierre Dupuy, Le Sacrifice et /'enuie {Le líbéralísmeaou prises auec la justice saciale), Calmann-I-évy, L992, reedición1996, up. X, pá5. 329 \rrad, cast .: El sacrificia .v la enuídíu; el li'b e ra / i s trz r: fr e n t e a /a j u s t i c í s s s c ia l, &ar celana, G edísa, \99 8) .

21 . Véase, por e je mplo , Et ica, iV prop. 2B a 24, con lasden-xrstraciones y escolios.

28. Que iaás que opgnerse, recordámoslo, se con-rpictan

{el segundo nc es rnás que una aúaptactón de1 primero a lasexigencias de lo real: ro se trata) en los dos casos, sino de go-zer la más posible y de su{rrr 1o mrnos posibie}. Véase, porejernplo, Introducción al psicoanólisis, cap.22, y Etsttyos de psi-coanálisis,\ {,r.Más a}}a áel principio de placerrr). $ó1o cito aquíiiutores que me ron especialmente queridcs" P** Ia noción dejnicrés desempeña ¡ambién un papel principal en 1a ¡radicíónliberai, especialmente angtrosaiona. Véase, a este respecto, elsugesrivc estudio de Albert O. Hirschman, Les Passians et les{ntéréts (}ustificatians poltriques du capít*lisme üuant sún 6po-gée), YUY, 1980, reedición col. <.Quadrige>, 2881 tr¡ad. cast.:[.,as pa.rianes y las intre ses: argum€ntas palíticos a fauar dsl ca-pítaltsmo preuias u su trinnfa, Earcelsna, Penínsu1a, 1999).

L , { C ü N i ; u S l O N D t L O S O t 1 . 0 t N t l s t . . l 139

Faira que la búsqueda dei propio bien o ia defensa delpropio inrerés se realice más con /rss rstros, ya que es iapar¡e que nos corresponde, ql ie solamente contraellos: es la única {orma de alc¿nzarlo o de salvapuar-dar io .

És" es el motivo por el qi le es imporranre no con-fi¡ndir el amor por t¿no tnistruo, que e$ tregítimo y est¡Llc-turante, con el amúr propia, ql:e es destructcr.?e ¿Cómo rarnar al otro, si uno no se ama a sí n:isn¡ol ¿Cómo u*ur- il

lo verdaderarnente, si uno sólo se am,a a sí misno{baiala mi¡acla detr orro) o sólo arna pafa síl El interéscorrespond e a) amrx. puay yg mts.mo: condui,e p/;{e:rentemenfe a ia paz, al cornercio y ala tancotáta. Laenvtdia y etr re-seclimiento, al contrario, pertenecen alamor prCIpio: son eltros, mucho más que eX interés, losque provocan la gueffa y la discordia. Sobre esto, nopuedo exfefiderme corno sería preciso: lean a Spir:o-' tza, Rousseau y A-Lain.38

Y ése es el motivo, sobre rodo, por e1 que es irn-p o r t aylte qo 9 og {p n á1.y. .!a ge u.e r o s I d a d. " _qa :r. É$...}s..t-aryt"r a r ia cl el e g o ís m *, c g n }3-tqJjle Ud.g/.d.., . gVe,$e úa -másbien su reguia

' ¡ . 7 .

;U regu laCIOn in te i lgenre v q r ' ¡ . ru - - v socialmente ef icaz

1 -

En lo potríticamente correcto dei ff]ornrnro, comoya nadie se atreye a utilizar la palabm <<generosidád>,

29. Sobre esta dis¡inci6n, véase eviden¡e¡nenre Rousseau,Discurso sabre el arigeru de la desigualdad entre los harnbres,nc:raKY. Véase también e1 ardculo sArnor propio>> derxiDic-tlonnaire philasophique, op. cit.

38" Spi*aza, Ltica, trV, por enrero. F.ousseau, op. cit" Encuanto a Alain, doy 1as principales referencias en mi artícuio<<Le philosophe contre les pouvoirs {La phiioscphie polirique

l , ^ Id A la rnJ . , op . c t t , pags . 146 .147 .

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a1 4 0 l : L { , \ P { T . \ l l \ \ 1 ( r r E S \ 1 ( r R \ l ;

que páfece antlcuáda, rodo el muil.{o t iene la palabta

<solidari i iad>, casi perrnanentemeilte en ios l¿bios.

has¡a el p¡into de qr-re confunde estas dcs nociones t¿

no concibe i¿ solidaridad (co¡no eir 1a <<generación rno-

ralr) más que como un buen sentimiento entrf otros.

Eso equivale a vaciarla cle su contenidü, cle su fnnción

y de su e{icacta. Procu¡ernos verio con más c}aridad.

Si t¿n a menudo se confunden est¿s clos nociones

es porque, desde iuego, ambas t ienen algo en ccmún:

en los dos casos, generosiclad o sol idaridael, se trata

de tener en cuenta los intereses del otro' La diferencia

ent¡e los dos es ql!e, en eI casa á*.la generosidad, tt.'

nemos en cuenta los intrreses del O¡ro aunque no los- " - ̂ '"' ---:' -' * " -^-1- --''.'- -'c a m p a { t a m o s d .e- n-i 7- g417.a-.f!,q-!191 -q-. FI a c e rl e bitn a atr a

no nos r .po i t , n ingún b ien. Damos I euro a un s in te -

cho: él t iene L enro rnás y noso¿ros 1 euro menos. Es

una benevolencia desinteresaóa tal menos en primera

instancia): 1a generosidad.En cc¡ntraste, j.a salidaridarj consiste en tener et]

, .u",rtu 1óu *,r*0"r. s áeI óll* ¡lorqu* ,ór:rpur/¡rros €sos

interese,r. Al hacer]e l:ien a otfo, nos ha.clnus al ntisnro

tieinpo bten a nosofros mis¡nos" Ustedes nre dtran quc

esto es demasiado herrnoso para ser cierto, que no su-

ceáe nunca, o c¿si nuncá... Al contrari a: pasá cada día.

Chocaron cüntra n-l i coche en un aparcamiento:

quedó para e l desguace . ¿Qué creen ustedes que su '

cedió? ;Decenas de miies de buenas personas abonaron

sri cuota para caffiprarme otro! ¡Me pagaron' clense

cuenta, 1.000 euros arás que t l Argrtsl" iQué geneto-

si¿ia¿i I

" Publicación que iniorma sobre las colízaciones en el

mercado de cocl:es de ocasión. {l{. ,}e/ t.}

L , \ r r r \ F r S í U \ l ) L L { ) : { ) l ( l r f ) . l r S j 1-11

Esrá ciaro qlre no. No hay ahí ni una pizca de ge-

nerosiclacl. Sencil lamentel yo catizaba en la rnisrna

compañía de seguros que el los. Ahora bien, naclie,qüe yo sepá, suscribe una pó\tza de seguros por gene -

rosidad; todos l¿r hacernos por interés. Pero est¿l mu-

tuabzación de tros riesgos que es el segLiro nos peln-tii.

ettáf ;lná-tói;rlnerseúúlc/ék'gla,-ü^l{l;9t-.9*t:S-6iá{xemerasog*lido,s._q-dic-!-o,deo-tr'1-!91ryLY**-l*I idaridad al menos o1:iet iv*. De es¡e modo nos prote-

$émó,1--á,1'e vez'foeos j\lntos y cada uno para sí-

conaa las contingencias de la exis¡encia. Es el princi'

pio del seguro: la rnutualización de lels riesgos, la

suma de los recursos, tra convergencia de los infereses'

e s d e ci r, la e 9!159I tf g4,.9_9. gs-.rsá q qy4j:S c ?. F lt ?.lí :lo hace también, trer quie ra o no., pa1.7-j51s--g--tLg9 lo cluehrfé-p*i1os otió.i, 1o, orro, lo hu..rl ;;;#'lá; para étr.Para eso no es necesar io ser generoso: c l seguro cs un

mercaclcl, es decir, funciona por egcísmc" Pcr eso, sin

Juda , f unc iona tan b ícn .

Esto es váliria para cualquier mercado. Sol:re este

tenlt l , Ad*m Smith cl i jo hace t iem¡;o lo cscn,. ' i ,r i : " P:i t r i

conseguir nuestfa cena, t lo apelarnos a l ,r bencvolenctrt

del carnicero, del vendedor de cerveza y del panadero,

sino al esrnero qrle ponen en sus propios intereses. h¡o

nos dir igimos a sü hurnanidad, sino a su egoísmo; y

nunca les hablamos de nuestras necesidades, sirro

siempre de su beneficio>.rtReicmernos este ejempL: uaáícional, tai corno

súmetía a ni juicio, durante r:n debare público,

j l . Aáarn Smith, La Richesse des natírsns'

m'ar\ürt, L991. pág.82 (traá. casr-' La ríqueza

fotadrid, &Ii*nza, 28A2).

2, GF- l ; lam-las naciones,

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E l - C A P T T ' A L I S M O . ; [ 5 M ü R . \ L /

amlgo Iean-Louis Syren, que enseña economíá en launiversidad de Dijon. Cr.rando }e compro una barra depan a mi panadera, ¿por qué me la vende ? Porque pre -

f iere tener 75 céntimos de euro á uná barra de pan. Esnatural: ls.barra le costó rnucho menos cara. Y enton-ces, ¿pof qi-ré se la compro iro? Porque prefierc unabarra de pan a los 75 céntim*s de euro. E,s nat,.rral:si yo nrismahícieralabarca áe pan, me costaría { in-cluicios instalaciones y tiempo rie trabaic:) mucho másca.r'á y se¡ía si¡l duda mucho menos buena. Es e] tríun-io de l ego ísmo: compro l a ba r ra po r i n rc rés ; m i pana-clera ¡ne la vende por interés. 5i yo contiaru en su ge-nerosidad para conseguír el pan, rnelzav¿rí'a ¡nuerto deha¡nbre. 5i mi panac{era confi,&r,a en mt" genuasidaclpara hacer dinero, se ha\Nía arruinado. Si cada unoconfamo$ ccn el interés del otro, hacen:os excelentesnegocios. ¡Nc es nada extraño que nos sonr. iamos ¡anamal¡lemen te cada rnañanal

Pero hay algo niás scrprendenre. ¿En qué reside elinrerés de mi panaáera} En que labarra de pan sealarnejor posible y -en Lrüa econünríe cle compcrcncie -

ia menos cure posil : le , en pocas palabrau, que tenge lamelar relación caliáad preci* {para hacerse con unaparte del mercado). ¿Y cuál es mi propio inreráscomo consumidorT Que labarru sea }a mejor posibley ia menos cara posible. Es rnuy curioso: yo sólo obropor interés, el la sóio abra pu inrerés y, sin eml:argo,

¡anrbos tenemos el mismo inrerés ! La relactón áe tnl',terc¿mbio (el cornercio) ha creado entre rlosotrros {Jn¡l ,cúrwergencia objet iva de in¡ereses, es t lcc i r , exacta,mente, una solida¡idaci" Desde este punro de vista, esnecesario observar que el mercado es una formidabie*nráquina para producir soiíciari áad, y no porque esca-

Lr r CüNFi iS iO i . ' l D t , t . ( ] s | }RDINLs f . . . ] 1 4 3

pe al egcísfno, como prerenclerí:¡n las almas bellas,sinc ¡pori lue se somete a é11 E,1 tr iunfo clel egoísmo ese1 tr iunfi : de ia sol idaridac.l. Es el paradójico re rornode F{obbes (en et r sent ido en que se habla de reror-no de lo reprimiáa), a t¡avés de Hume y de Smirh.. q ; - ' - ^ - -

" - ^ , , ^ . l -lJ rcruprc sc pLicuc pens¿r que exls te i lnA s1r l }p¿f la eS-

pant"áne'a entre tros seres humanoslir . ,Con eso nü secome Fáfr>>, diría mi panadera. Pero el cornercio, entanto quf tal, no t iene necesidad ctre esta simpat"ta, nide es¡e pensarniento. Le l:asta corr el egoísmo. Eso eslo que consti¡uye su fue rza y si-r eficacia. Ccmerciar üoes sacrif icarse. E,s incluso roc{c 1o con[rario. es unamanera de estar juntos, o de tener un negocio juntos

tinter-esse), mutlramente beneficiosa. Si no, no babríacomerciantes ni clientes.

iQué vale más, la so l ídar idad a la generos idad?&4oralmente, desde luego, la generosided, porque esdesinteresada {sr,rponiendo que seamos capaces deserlo) o benevolen¡e. Pero social, económrca, po1ít icle históricarnente, ;la solidaridad es rnucho rn/as úicazt"Si hlrbiéramos confiado en 1;r generosiclad de los r icos

32. Esaera ia pcsición de Adam Smi¡h, rnrnos como eco-nomista, es ciertc, que cürno {tlósa{o de la n-lor¿1 (La teoría delos sentimientas marale s,1759; Smith se encuentra aquí próxi-mo a las pcsiciones cle su amigo Davld L{ume, al ¡nenos en elTratada de la natura/eza humar¿a). Pero sus concepciones comoeconomista l lnuestigacíón sobre la naturaleza y las causas de lariqtteza de las nacíanes,1776), lelos de contr¿decirse con lasdei inor¿lis¡a, son más bien su prrslangación inverrida 6 ¿ráns-fsrmada: véase, a este respecto, e l hermoso ar t ícu lo , ,Acl¿m

Sn¡ith", de-iearr-Pierre Dupuy, en e\ ü¡ctionnuire d'étbrc¡ue et

de pbilosophie morale , op. cit. Véase también, del mismc autor,Le Sacrífice et /'enuie, op. cit. {el cap. III está dedicado a Aáam

Smi th ) .

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para que $e pudiersn cntar los pobres, los pobres hu-

bier¿in muerto sin atenciones rnédicas. Pero no con[ía-

mos en la generr:sidad de los ¡icos, ni por otro lado en

i¿ de tros pobres: hemos inventado algo mucho más mo-

desro en su principir: (aun cuando es b¿stanae más

complicado en su organizact(tni qr-re 11amam9,s SSgp{L

dad Social. Es gravcsa, cuesaa caro, sia ducla poc{ría-11ácérsé-mejr:r.

Pero es Lrno de tros progrcsos más ad'

mi¡ables de tr:da la historia social" Ahora bíen' naáit

cotiza a la Seguridad Social por benevolencia, sine>

que rodos lo hacen por inrerés {íncluso si es necesario,

gracias a la URSSAF," qlre algunos controles desagra-

dables nos ernpujen a pensar qr. le es nuestro interés

pagar) " No se t"rata áe generoslda á, tc)áavía menos de

carirlad {;1c que suponclría que se aatizara a.iaS.c,g3¡{.

dad Social por amor al prójimol)' sino''c1é s*triáaúáa$'

Lc misn-io ocurre con los segulos. Nadirl'o-ffus-

cr ibe para pfoteger a los denrás: todos 1o hacen para

protegerse a sí r¡r isnlos o a sus al legados- Pero todos

por $o están prote gtát:s. No se t¡ata de generosidad,

ni nrucho nlenos de caridad: esla solidaridarl'

Ocurre tro mismo con los impuestcs: nadie - ios' ' . . . :

p r rga por generos ida t j . todos lo hacen por tn t€ resr . { ln

c luso s t es necesar lo que. g rac las senor recauoaoor ' a I -

gunos controtres bien hechos nos persuadan de que,

en e{ecto, es nue$tto interés pagar\as}. ¿Generosic{adlEvidenten:ente, no. Es sclidarid¿cl.

Ocurle io mismo tambión ccn los sindicatos: nadie

se aclhiere ¿ etrlcs por grnerüsidad. Algunos se atlban

* Organisma {ramés encargado de ia recaudatíórt 'Je- las

cotizacinnes de tra Segurid¿d Social y 1os subsidios familiares'

tl,{ fulr.}

LA { -o i {FUSlÓhi DL L03 0RDEI ' , ¡ [S l . ] 141

pcr convicción iespecialmente polí l ica), todos por ln

te¡és. ¿Generosidad? Sería engañalse scbre los sindi-

cálos. Su función es por completo de sctridaridad'

Sin embargo, ; la Seguridarl Social, Xos seguros' la

, fiscalidad y los sindicaros }:acl Lrecho rnás por ia iusticia,y especialmente por la protección áe los más débiXes,

que 1o pocc rie generosidad de qr:e sotnos capaces 1 5o-

lidaridad sindical, soiidarldad fiscal, soiidariclad asegu-

radora o mutuallsr o... Esu es la verdadera iusticia {en el

i 5enddo de 1a justicia social) o, más bien,la única fcrma

áe apraxirnár$e á ella' Todavía queáa rnucho camino por. fecorref, pero ü0 {los debe iracer oividar el camino re-

. ,--"'" corri<lo. Es un camino de solidaridad: un carnino de in-

oi";:. ".t:' tef,eses convelgentes. Una sociedad de santos paátía

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prescindir de ella. {Jna s*cieeiaá áe hombres, no, si

quiere seguir siendo humana. La generosídad es moral-

rnente n:ás admirable, " La solidaridad, económicamen-

te, más e{icaz, y más urgente

La generasiidad es una virtu<l mo¡al- Nos dice enmsustancia: c{adc que todos sofilos egoístas, intentemos,

individuain:ente, serlü un poco lnenos", - t

' : ' ,

"" ' - .- /-La so l idar idad es una.v i r tu i l po l í t icü Nos < l ice

''t rnás a menos: dado que todos somds-egdístas, intente-

.'--{?t - ¿

. J . i ; " ' mos, co lec t i vamente . ser lo jun tos y de un mot lo inLe

I / i i gen te , n rás que ton tamente y unos cont ra o t ros '

l . lo es necesar ío ser un per i to en la mater ia para sa

,: .\ "t: ber de qué lado está tl csmercio' ¿Usted es corner-

ciante? No tie*e un nral oficic. iVet* no tinia h¿cerlc

por generosidar1l ñe él obtr:nárá su }:enefici*, y es

lrueno que seá así' Después de rodo, se equivocaría st

sintiera vergúenza:1o mismo les sucede a todos sus

aseiciados. Si usled con{ía en tra generosidad de sus

clientes, puede darse por muertü. Si usted can{íaenla

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Ui .+ó EL { " i l ' l ' I ¡ \ 1 -1 S i l l 0 , ¡ ES ! 10R . i L i '

genefosidad de sus empleados, puede darse por muer-to. Si usted u¡r;f |a en la grnrrosidad de sus accionisras,si los ¡ iene, puede darse por mucrro. Si usted confía ensrl propio interés, t iene muchas probabil idades deconseguirlo.". ;a cCIndición de ser capaz ár rsrganizar yfilantenel con etrlos una relación de convergencia obje-t iva de intereses, es deci¡, una solida¡idadl

F,sto {tja los lí¡nites del ccmercio y, par tanro, ram-bién de la ecr:nomía, si se trata de una economía demercaclo. Una empresa cr:mercjal {todas los son: siern-prchay un momrnto en que hay qr:e r¡ender) no está alservicio cle la humaniclad, ni siquiera al servicio cle susclientes o sus ernptreados. Está al servicio de sus accio-nistas. A eso es a lo ql:e se LLama el capilaLisrr:o, que hademcstrado suficienteirente su eficacia. Imaginerletsqrre usted es un enlpresana. Usted debe contratar pet-sonal comercial. ¿Qué pre{ertría: un buen vende dor oun vendedcr buenol Un buen vendedor, es decir, unvendedor rfic'az, competente, q.ie saca nú^rneros y be-neficios. O bien, un vendedor bueno, es decir, lleno degenerCIsida*i, de comp asión, de arncr.." ¿Son i:ecesariosios dos? Sería etr ideal, pero en la práctica no siempre esposible: ningún empresario puede aceptaf que un co-me¡cial ponga por delante los intereses de1 cliente {sinperjuicio de recomendartre por eso una empresa dife-rente de 7a suya, en el caso de que vert{3a n:ejores pro-ductos) que trcs rle la empr*s,& en qwe trabaia. En pocaspalabras,;usred c*ntratará en prirner lNgat a un buenvenr{edorl For mucho que ser *n buen vendedor, rnásque un vendeelor l:ueno, no le perrnk;,hacff 1o que levenga en *'er:'á:1aley y 1a rnorul tarnbíén deben, de sde elexteríar, {i,1ar cíert*s lírnires. Esto no es incompa¿ibiecon su interés: sus clientes sólo pernanecrrán a su ladc

LA L .Of { f l . i5 ' { ) ¡ - D I LOS ÓRDL¡ . rü$ 1 . . ] 147

si usted sabe, a 1o iargo dei riempo, inspirarles confian-za, 1o que deberír bastar para que us¡ed se disuadierade sa¡isfacer sus i¡¡te¡eses perjr-rdicando ios suyos. Unbuen vendedo¡ no es siempre un venderlor bueno;pero, en una socíedad comper i r iva. en un Esrado de de¡echc y a 1o iargo del t iempo, ;está muy i¡:reresado enno ser u¡-l vendedor carente cle honradezl

En resumen, la rno¡al, contrariamente á 1o qr,re pre-tende el Essec-IMD, no es una fuente rle bene{icios.Eso es la ctristincién de órdenes: 1a rno¡al no es fenra-ble ; Ia ec on omía

" ol:gg_Xl, Pero T{ól"ciá qrr;;;;'r* -

tffi*li ¡;." io que nos obiiga aadoprartras a ambas alavez tya que tenemos necesidadde las dos) y separadam entr: tya qi;e sería ridículo con-fundirlas). El capítalisrno no es moral. Nos correspcn-de, por consiguiente, serlo a nosotros. Y cor:o aptnaspodemcs serln ib'astaría, sin embarg*, con quererio,pero precisafi lente: no 1o queremos), son el n:ercado{en el orden n" 1 ) y Ia p*lítica ie n ei orden n" 2 ) los quedeben permirirnos vivir juntos, n8 aur¿qu€ seamosegaístas, stnc parque lc somos. Solíclariclad mercanri3

{econo¡nía} y sabdarídad no r¡:ercantitr tpalítica}: c*rt-vergencia de intereses. No esper€mos qrie el mercadoni el Estado sean rnorales en nuestro lugar. Psro tam-pCIco confie{nos en que la moral nos haga se¡ eficacesen susti¿uclón detr rae¡cadc tpam toáa lo que es vencli-ble) o del Esradc {parat"náa lc que no lo es}.

¿Libernlísmo a ultralibera/ísmo ?

",¡:? 14 ?,q,rylnlía áe rner*ado -dijo un día Lio-nel Tnsnin-

";;;;;;*6;oüeñ;d de mercad *t.> \-a' r L r v

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I1,*8 l l L CAP I l - i ' L lSL l { 1 . ; ES ! lORAI - r

[-órn:ula me párece apropieda. No tengc nada en con-

tr¿ cle la econon¡ía de me rc¿c1o, e i¡lc1r-lso estav a {a-

vof : no se ha encontrado nada mejor parir crear r ique -

zLL, ¿-y có¡no conseguir, sil;- riqueza, qr-re ia pobreza

clisminuya? Perc el mercado tarnbién t iene su límite,

clue es estr icto: sólo es váiido para las mercrncirs o,

clicho de o¡ro rnaárs, sóIo para 1o que se puerle vender

{las nrercancías y ios servicios, por tento, pero desde

el momento en que Lln servicio está efi venta na es rnás

qlre una rmercancía como cualquíer ot¡a).Ei reconccimienro de esre límire es lo que disrin-

gue, a mi entender, a los liberales de los ultra[,íbera'

les.)' Si ustecl cree que todo se puede vend¿r y colrl-praf, entonces es ultratriberal: eI rrtercaá.a basta para

todo. Si, por el contrarts, usled piensa que hait cosás

que no se venden (la vida, ia salud, la justicia, la l iber'

tad, 1a dignidael, tra educacíón, el arnor, el mundo.."),

l l . Se pr:ede llamar l iberal a todo pensamiento favorable

a 1: r l iber t¿r{ del merc¡do ( l ibera l ismo ecsnómico} v e ias l i -

bcrr¿des in¿l iv ic lu¿les ( l ibcr¿l ism<, ¡ :o l í r icc) . Lsto no excluye,

s ino c¡r :e supone , a l contrar ío, a lg, - rnas in te rvenciones del 9s '

tado, inciuso, en este caso, en la esfera económica. Así, en Aáam

Snrith o Turgot. Y se puede llamar ultraliberal, por contraste,

todo pensarniento que pretende reducir ei papei del Estado al

es l r i c to rn ín imo ( sus func iones ¡ea les : j us t i c i a . po l í t i ca y d ip lor n . r í , , 1 1 , , n , , n i m n l i ¡ ¡ ñ t t e < . r h . l " n r r , 1 " r t , n l n t r i e r i n t e r v e n -r r l d ! r , r . .

ci.ón en la econornía. Así, en Ytéúéríc Basdar r: iv{i lton l lr ied-

n:an" Véese, a este respec¡c¡. !rancisco Vergrra, Les Fondements

¡thilosophiques "!u libéralistzze (libéralisrzze et éthique), La Dé.'

couverte, 1992, reedittón 2tJ*2, págs.9'L2 (.traá. c'ást.". lntra'

,},ucción a los funJamentos ft lasóftcos del l iberaltsma, Medríd,

klianza, 1999| . Trarándose de Adarn 5r¡:irh, está establecido" y

dc'sde h,rce riempo, que nunca fue un pantáaria incondicional

clei <deiar hacer>,.

LA { : ( ]NF I , !S1ÜN I ] I : ' L ,OS Ü l {DÉ i ' TLS I , . . J 1,i,9

entonces no se pucde someter todo a l mercat lo ; hay

que resistir ala mercantilizacirjn ártaáa nuestra vida,

tanto individuai {es el papel de ia rnor¿l y de ia ética)

como colectivarnente (es etr papel de la polít lca)' Lcs

tres son necesarios. Pero, a escálá de la socieáa'J, la

p{}\í t-Lcaes rnás e{ícaz. necesitamos un Estadü para or-

genlzer la parr.e no lrrercantil de la soiiciaridaá, parn

velar estr ictarnente por lo que no está en ventá'

Hace algunos meses part icipé en Lrna mesa redon-

da con el econonista Jean-Faul Fitoussi ' Siempre he

leído co¡l mucho interás sus artículos en }a prensa: cü-

r,ecí'a má.s a menos sus posiciones, que -cÜn menos

coülpetencía- a rnenr.rclo cÜmparto. Pero n:e qüedé

con una {rase, aquella noche, que nunca bat¡ía leído

en su plun-ra y qlre rne pateció conrundente: <<lJn eco-

nornista norteámertcana, sumámente riguroso, ha de-

mostrado ciendfic¿n:iente ._nos dijo- que , en r'rn país

uitral iberal, en el que el Estado no $e ocupa en abso

luto de Laec{}naffiía, etr pleno ernpleo está asegurado"

p l ra todos los suPerv iv ientcs '> 'Ustecles babrán enrenclir l¡ ; la pregunta'" ¿.t1ué st

puede kacer pcr los clemás, si es posibiie , dtltes c1e qr-re

estén muertos? A esta pregunta,la econor¡rí* nc) res-

ponde. Es necesario, pcr tanto, que Lo hagala política"

Pongamos otro ejen' lpio, n:ás concre to' F{'rce refe-

remcia a la satrud, que no es vendible, que no es una

mercancía... Ustecies por{rían obietarrne que los rnedi-

camentos sí son Llna mercancía'" \ jn meclicaincntt) se

ve ¡rde y se compr a. F;tectrvafilente' Hs preferibie, en

consecuenc ía, apravecbarse de 1n e{tcací'a del mercaclo

pafa esas rnercancías eütre otras qi le st-rn los nle Jtcl

rnen tos . Todos sabemos quc tenJ re mos me io res mc

dicarnentos en un país capitanista, en el que los iabo-

Page 49: El Capitalismo es moral

',:.-

ñU

1 i { } I L [ : Á P l T ¿ L I 5 n 1 ü , ¿ [ S ] 1 O R ¿ L ?

rzrtoriüs farr¡acáuticos soit empresas privadas, que enr r r r pa ís co i cc r i v j s ta , en . i que l os l abo r r l ro r i os pe r tenecen al Estadc. Pero eso no es una razón pata cún-ve¡tir Xa prcpia salud en una rnercancía . Smá necesarioencontrar, enloncesr entre ei n:ercadr: farn:*céurico yetr derecho a tra salud, alga que proreja a ésre de la in-v¿sión de aquél. En Francia, este <*lga>>.ee10 que selLanzalasegyfjá¡{ Sociai. Éu grruoro, áecía hace unnr( )mento, cr lesta c , i ro , poJr ía hacersc mejor s in duda,pero es también uno de lcs progresos rnás extraud,i-na¡ios cle toda la historia social, que, evrdentemenre,es necesari0 presrrvar.

Esto es váLida, señalé¡:roslo de paso, a esr:alamun-dial. Que tras ernpresas prorejan sus intereses, es aIa\/tz nectsario, en el crden m" I, y ltga|, en el ordenn' ' 2 . Pero no se podr ía aceptar , en e l orden n" 3, quelas niños mueran a causá del sida, por ejemplo, enA{.rir^, porque no se perrnir"ala tabricación de n:edi-camentos genéricos. Es necesario entonces que n:edieia política {en este caso, interr,aettsnatr): no para abolirei mercado, ai qur le debernos rales rnedica:nentos,srma paralxnitar sus efect*s, desde el exterio¡, cuandoson polític a y morakmenre insoportabies.

Xs la distinción de los órdenes. Incluso la rzquier-áaha aralsaáo por entender que el Estado no es rnuybrieno pata cre,ar nqwezx el m,ercado y las empresaslo hacen más y rlejor. Seúa ya el momenro de que seentendiera, incluso en la derecha, que etr mercado ylqsr-p-!-f y:-lg-y3ry14elospar{irnpá:"f,/lx&;rtq ; .l.elp- ll {f á:t ;l ;;ti;;;;, p olxi{a uci e s d e t o s, ̂ ,1 n

rnás o fncnos.

¿_Y la maml? Tampoco se pLlede vender. Fero estáa cergü de los individr¡os, no detr €srado, y n* p*áría

L i Cü ¡ ! i ;U510 ¡ ¡ - D I L05 ü ] {D I i ] i t ' 5 1 . . . ] 1 : 1

bas¡ar {satrvo en una sociedad de santos, de nuevo, percr

¡es ramos t r n l e j os dc c l i r l ) p r ra l r j u : i i c i a .En resumen, cuanto más lúcido se es sobre 1a eco-

namía y sobre ia mor¿l {sob¡e la {uerza de la e cono-mía y sobre la debil idacl de 1a moral), más e xigenre sees sobre el derecha v la potrít ica. Y esc es, sin dLrc{a, trolmás i nqu ie t i r n te . en F r lne i r r . en 1 , i úpoc r i ( l uc cs tan tosatr¿vesando: que este orden decisivo (e1 orclen juríc l i -

c o - p o l í r i c o : e l ú n i c o q u c p c r m i t c q u e l o s v e l o r . s t l c

los individuos, en'r|-i:lll ;t l {s!y;;-'nyú; sób;;{; f;t'á^l-,*.;;á-" ;::lf ;e haya de-'ril *lu

" d o y d e s p res t t si i a,- r,i, I í{ I I ál- I ", "to.

Es r í c 1 a roque trcs polílicos, ay, tifnen aqr"rí su p¿rte de respcnsa-bi i idad. Fero, en f in, hay que ¡ecorclar que los ciuria-danos, en uná democraclá, t ienen a los polír icos quese mefecfn,

. : , )/*'-,

Page 50: El Capitalismo es moral

Conclusión

Esta distinción de los órdenes, que les he propues-

[o, no es una cuadríci.ria de lectura o de ¿nálisis" Por sí

misma, no resuelve r:ingún problema. Me da la irn

presión de que, a rnenuclo, permite plantearlos rneior'

T)igamas qur es una herrar¡rienta áe análisis y una

ayuáa parala decislón" Toclavía es neceserio que los

i¡ ldivieluos se adueñen de el l¿. Un orden¿ldor puecle

resoiver un problemá, peró só io ur¡ inc l iv ic" luo pue-

de tomar una decisión.IJn ordenailor pueclé ser efi-'caz,

p,*o áótó-un iiüítfú úr¿d* ser respónsáb-le En

cLi aáro á brgrripór;c6\íW€denlomli lfff'&€it*ia n

o áar prueba de responsabil idad en la medída en que

pri.rnerc l* hagan los individuos: es el principio del

sutrag'rrs universai, en nrlestras democracias, y áe Ia

gest ión empresar ia l , en nuestrás empresás ' Ctsand*

estos cuatro órclenes coinciden, no hav ningún pro-

b,lema, yala árje: váY^n h¿sta el f inal -rt aprovéchense

bien. Pero ¿qué sr:cede cuando se oponen? ¿O cr-ran-

á<> tzos oponen, en el seno de un mismo grupo, Llnos e

Page 51: El Capitalismo es moral

¡.U

I t 1 ! . 1 . c A ? l ' t . { ! l s t v t ü . ; u 5 h l o t i l t l

otros¡ ¿Ci>mo e legi r? ¿Cómo decid i r ) Querr íarnosje,-r',trquízar estos ci-iatro órdenes para pode r diririlrr.

¿Podemos? 5í, pe ro de dcs formas diferentes, inclusoopuf S I i iS .

Observa¡án usteries que 1os he presentado segiln

-un1 SeYl-q{1 T:""ctrente : de 1c rnás baja, el orelen

economlco-tecnóóiérilitteo, a 1o más alto, etr orden éri-co, el crrden del amor" 5í, en tárminos áe valar; sí, sub-jetivarnent e, p&rt" el inri,ividuo. Es lo que l1amo ): jf :rltrqztt'tt ascenden/e de las prirtzacías, que les propongodrs tin g u ir ( rp rou..hát &ó-tlíÁbl€n aquí r."rna disrlnciónterrninclógica que la lengua nos ofrece) de 1o que lla-maré etr encaderca¡'¡.¡iento descenderute ds las príorida-tles. F,n {rá,ncós, i:itii*,ru áó,, palal:láÁ: piófé;n;A y'6rf,"mliía. Hay que servirse de ellas pata tratat de ve r conclaridad. Fropongo que ltramern*s primacía a7 valarmás alta, efi una jerarquía subjetiva de evaluaciones o,dicho de otro modo, lo que rnás vale, subjerivamente ,para el individuo" Y que enrendan:os par prioridadloque es r:bjetivamente rnás importante, para ei grup*,en un encaátnarniento ob;'etivo de determinaciones"Y entonces vetám ustedes cón:o loelo se invierte. Yario se trata rle una j*rarquía ascendente, sino de dosjerarquías cruzaáas: una que sube (la leratqt:ía ascen-den¡e de las primacías) y ú*a quebala le1*ncaáena-miento descendente de las prioridades).

La mestraré. táptó"armflnte en los dos extremos.

¿Qi"lé vale más, subjetivamenre, para los individuosqlle somos? Por supuesto, puede dependel de los ca-sos".. Pero yo cre{} que la rnayaría de nosotros -se

trata úe nllestra cultura, y es también un elemento delc*razón hilmano* respondería, carna respondería yon-risrnü, es ei ar¡or: átr\at y set arnaáo. Los que tiener

C{ l ¡ i { . ; LU51 t ]N 1.) i

niños qutzá dirán; <<Lo que vale ¡nás, pa:a rní, scln ¡nishi jos"" Pero porque lcs arc\aa. Viene a ser lo mismo;primacía del an:or. Concretamente, significa qr-re si al-guien, en una sala, nos responde: *No, en absoluto,paramí,1o que va le más, r iü es e l ar r ror , s ino e l d ine-r"o>), se producirá un ¡-nalestar. Los demás se cl irán, si1o conocen (por ejen:plo, si ¡rabajan ccn é1): <&4e pa-recía simpáÍico, es un buen profesional, pero, clespués. l o t n l n e c r r n n n h ru L ! v u u ) r e t l p o ) > .

Sí, porque atrguien que pone el dinero por encimedei arnor es 1o que se 1lama un pobre horrrbre" Hay,por tanto, una prima cía áel arnor para los individuos:

subjetivarnente, el amc.r es ur1 valor superior.

Muy bien. Pera paru los grt lpos, objetivamente,

¿quá es 1* rnás importantei Tome:nos Lln grupo al azar'"la empresa en la que ustedes trabaian o la qr:e dirigen.knagínense que, en esa empresa, de pronto, por un¿¡razón x o y, desaparece por completo el amor. ¿Quásuctáeúa?

En los moñlentos de pesimismo, rne digo qr,:e ape-

nas se notaríala átf"ercncia. E1 ernplead* que trlega a {s-

ctrar por la mañana no lo hace por arnor: venql¡ía a

t"rabajar ala wtsmabora.El contable que hace las nó-

n:inas, no tro hace por amof: las haría igr:almente . Los

enrpleados tra?saiarí*n de manera idántica y se les pa-

g*ría áe la misma tarr:;,a n* nataríamcs la diferencia.

En lss momentos de optirnis{:lo, ine digo que la

vtáa, *n esta ernpresa, setía un poco rnás difícii y tris-

te de 1o que rs, y la empresa, sin duda, un poco menos

coinprtitiv a. ?e r*, en definitiva, \a difere ncia, desde

un punto de visra econórnico, es rrrarginal. Es verosí-

mi1 que *1 expert*-contabtre c los accionistas no se

dieran cuenta át nada.

Page 52: El Capitalismo es moral

l i ( : e L r l .1 Pl l ' i lL I3&{O. ; l j5 ¡1r ] 11,1 ' l " ?

{magínense, á l con t ra r io , que en la mjsma empre-

sa, Lle prc,nto, por una yezórt x a ! , ya na hay más di-

nero. En este caso, la cl i fe re ncia es espectacular: el día

en que ei i :anquero se csnsa de esperar, se acabó La

empresa. Prtrnací 'd del amor, para el individuo, pero

pr i r ' ' r i . j ac l Jc l c l inero para e l g rupo.

Xdepartiré muy ráptóarneüte esta áta7éctica de la

primacía y de la prirtridad entre mis cuatro órdenes"

D i r í l . n o r c i e m n l o n r i m a . í r r l c L r . ' o l í t i c a s o b r e l a sl r v ,

L / L

ciencias, las técnicas y la econornía.Yara ei indivíduo,l r po l í r i ca es un va lo r supe r io r . ' S í . ev iden temen te .c lcst le un punto de v is ta subiet ivo. Pero, para e i gru-po , ob i c t i vemcn te , ¿qué es 1o más impor tan le? ¿Quéqueáar ía áe la pal í t tc 'a , quá queáar ía dei Estac lo.qué quedaúa áe nuestrá democrac ia, s i repent ina-menNe las técnicas áelaran de funcionarT Las cenaralesno producitían ya rrás electricid¿c{, ias empres as ya ftúcrearían más riqueza, los agricutrtores no surninislra-rían rn¿is al irnen¡os... ¿QLlé qtsedz de nuestra den'lo-cracir l I-a respr-re st¿r rs Ce un* si*rpl iciclad cruei. noqr-recla n¿rcle. Supriman e-l . [stec]o, ¿qué queela de laeconcmía? Evidentemente, no todo: en los seguros,en la banca, ei of icio se voivería muy difíci i : pero en

1. ¡Más a l to que las c iencias o las técnices, pero no másel to que la verr ladl Al contrar io ; e l amor a 1a verdad es un va-ior más a i to, para cualquier espír i tu l ibre. que e l in¡erés de l¿n¿ci t in a de. i f ls radc. ¿ inrprrgnl es io nuestra jerarquía de lasprim'acias? l le nínguna r:raner&, porque este árnor alaverr).a<Jpertcnece a los órde¡ les n" ' i y 4, no a l ofc{en n" 1 ( les c iencias11o se , lman a sí misnras) . Un espír i t r - r l ibre puede poner 1a ver-da..J por encima dei inte rés naci<sr'.a|, mient¡as ponc e I de recht-r

v la poi í t ica más a i ros que las tecnocienci¿s. Es lo que d is t in-que a l racíon* l ismo del c ient i l ic isn:o v del tecnocrat ismo.

C O ¡ J ( : L U S I O N

l¿ const¡ucción, en el negocio ágroálinlentatto, en Ia

agricultura y, a fart ion, en el cornercio áfmatnentíst i-

co, todavía babría busir¡ess qlte hacet... Por ot¡¿l par"te.

si no hribiera habiclo economía antes del Estado, nun-

ca habría habido Estaclo. El paso del paleolít ico al

neolítico, que es uná de }.as rnavores revoiuciones clue

b,aya carlacráa la huma¡l idad {ínc}uso, s. in duda, la

rnás irnportente de todas), no es un* decisión palít t '

ca. . . Pr i rnacía de ia pol í t ica, por tanto, pero pr ior idad

cle la econarnía. FIay un intelec¡ual, digámoslo cntre

nosoftos, que bapensa<Ier esto con mucha cJa¡id¿cl. Se

trata áeMarx: priorídad de la ecarcrsnzía, sQfi sus pré'

ptas palabras; y prinracía de la pa{ítlca, munca }o ex'

presó así , pero es e l núc leo t le su pcnsamienio

Puedo decir 1o mismc: pnmacía de la ¡noral sobre

la patrítica.Para eI individuo, la moral es un vanor más

alt"a. Más vatre perder ias eleccionfs, en el orden n" 2,

que perder el alma, en ei orden n" J. Qu. quien po-

pa\utzó\a f rase haya vivido o t lo conforme a el la, es

sr,r probXena, nú el ¡nít l , pero l t l {rasr: es ir ista: p: lra el

indlvir luo, subietir,¿rnrente . 1a moral cs nn v¿lor sLlpr-

úor.Yera, para el grupo, objetivamente, ¿qllé es más

irnportante ?Por ejemplo, ¿qué queáaría áe \a rnaral sin el de-

recho, sin la potrít ica y sin el Estaclo? ¿Qué rnoral co-

rresponde, con"Io se decía en el sigk: xv}l l , alest¿¿io cle

nátL1r'eLezá. al estaelo sin Estado? Tarnbién rrqrri' lr re s-

puesta es de una simplicidad crue]: en el estado cle n¿-

tur*leza" al rnenos eso es lo que pienso con flo|:bes,7

2, {,euiatán, cap. Xtr1l. En e} esraclc, cle naturaleza existen,sin enrbargo, o leves natura lesr , pero que no son s ino l r rac io-

nalizaciún clel interés, sin aicance propiamcnte ntotal l ihtd '

Page 53: El Capitalismo es moral

:U

1 t ] : L ( .AP ITAL IS&1O. ¡ L5 MORAL /

na existe moral en absoiuro. Fri¡nacía áe la mCIra1 yprioridad de la polír ica.

I;inalmente, puedo decir: primacía del amor sob¡ela moral. Puestos a abrar bien, si sf aceptá la expre-sión, más vale obrar por ttmor, alegre y espúntánr.a-lrente , que por deber, io que implica irnposición, ot)li-gartón, una forma áe tr isteza".. ¿Quién no preferiríaser spinozista, en este srntido, a ser lcanriano? ;Estáclaro que, subjetivan"lente , etr amor es un valor snpe-ric¡l Ese es el espíriru de lcs Evangelios, ratr coino 1oresume genialmente san Agustín: <Amayb"az lo quequieras>>. Pero, para el g.upo, obietivarntnte, ¿qué eslo que tiene ¡nás importancia? Y funda¡nentalmente,¿qué queef aría áe1árnof sin la mcrai¡ ¡,{i respuesra, enes¡e caso, es la respues¡a de F¡eud: no quedaría nada.Sin .[a rnora.l, no habría más que la pulsién bruta, quee7 <e11o>, corno dice Freud, que el deseo, que ia se-xualidad. Sólo en la medida en qlxe la pulsión se en-f¡en¡a a la prohil:ición -especiatrmenre baia tra t*rrnaclel tabú del incesto**, *1 deseo se sub/íma, con:o c{iceF¡eud, en afilor. Si se suprlrnela prohibicíón, se su-prirne la mmal y ya n{} hay sublin: *ción ni amo¡: sólohay deseo. Yrirnacía del amcr y prioridad dr la moral.

, f,* ¡*X:-1::* valioso para los indiv-iduos nunca

es io más imporrante para los grupos. Ahora b ien, pordefinición, todo gi'u$lll';;Aí6"e de individuos, y

caps. XiV y XV). <<Se ace,stumbra a \lamar csn e-l ¡rombre <1ele'yes * estas prescripciones de 1a razó*, pun¡ualiza Hobbes,pero sin propiedad: en efecto, fio sol n:lás que conclusíones oteorenlas concernientes a tro que favorece la conservacian y 1a'Le{ensa de los ho¡nbres>> tcap. XV, pág. 1{tg r}ela edición Tri-caud, Sirey, 197 1.; váase tar¡:blé¡l pág. Zg5) "

Ct f N f . i -US1 ( ] ¡ - 139

¡odc ind iv iduo par l ic ipa en uno o var ios grupos. . .

¡Extránense luego de que la vida seo ran difíci l y com-p 1 i c a d a 1 D i g a m o s q* e \\j::gt g lr S*A::gitdr#1Xe,-g!-"q,o'-.dg.¡ jégl1tp: no porque siempre esté abocada a ledesgrac ia c a l drama, s ino porquc nos enfrenta a con-t¡adicciones que nunca podernos resoiver conrpleta-m e n l , . n i s . ¡ i n e r , l r r l e r l n ¡ \ / e 7 n r . . r r , r r { r ¡_ _ . - . . r r - , " . , * _ s . y t a n t o i l ] c n o s

cuanio contfaponen posiciones cada una c. ie las cualeses tregít in ' ra descle su propio punto de vist¿ {piénseseen Antígona y Creonte).Lo r .rágico, ei l este sent ido, es

1o con i rario de 1a -át:*r"rll*Á;*;""-álalL;:)Sl:X1 'p é r d ó n . N u n c a e x i s t e u n a s í n r c s i s p l c n l m c n i e s ? l t i s .

factoria, nunce superación {1a Aufhebung hegeliana}

sin pérdida, nunca <<negación de la negaciórt>, rlr-lnca¡econciliación defini¡íya a tatal, nunca consueLo abso-

luto, nunca viáa descansada.. . I -a contr¿¡ io c{e 1o trá-

e-íS -"_ fZ -")p ? r ?ís 9_, L g c a n t r a ;,r i o á eI p a r aí {o x ; pu i á ;7ral corfio e5.

"'F,Á,"á iÁ vá\iáo p'ara carTa individuo, que es por sísolo una trag*.áia sufíciente . Fero es vá1iá* a fortíarientre ei individua y el grupo.

Quizá túnozra"tx el título clel libro n:ás célebre deSimone XVeil, pcr a*a traárt i¡¡:o de los n:ás bell*s, Lagrauedad y la gracía.." Lo que Simone $leil entiendeprsr grauedad *.s taács 1o que desciencle y hace descen-der ; Io que ent iende por gract" t es todo lo qrre asc ien-dryhace ascender. IncXuso rliría, retamando estas dosexpr*siones, qlrf tros grupos ? y terlta más en la meátdaen que son nufrerüsos, están sofilflidos al"a grxveáaá:

3. C{}mú bien ha o}:seryadc Gilles Deieuze, Níelzscbe et /upbílosr:pbie,pUY, \962, reedic:lón 1977, cap.I, 5 ,1 y 5 tr.raú

rast.: Níetzscbe y la fílosafía, Barcelana, Anagrarxa,2*82).

Page 54: El Capitalismo es moral

Iró0 e i - { , A P { f A L I S M O , ; | : S M O R A L ?

¡ ie¡ren tenclencia alsaiar, es de cir, a privi iegia¡ los ór-r lenes más bajos, que efectivalnente sün pafa el ios lcsmás inportantes" Es la lógica descendente de las prio-

r idades. Fero los individuos t ienen otros valores,

otras exigencias: otras prlmacías. Ustedes conocen lafrase de Renaud: ,.Yo sotro soy i lna banda de jóvenes>t.

Sería, si hubiera que toñlarla en serio, 1a frase misrnaáelabarbarte.Y 1o mismo sr:cedería con quien dtleraoYo solo soy Llna elnpre$a>>. ¿Trabaian ustedes para

ttsM? Nadie se 1o reprocha, en cualquier caso no vo.Pero ustedes no so¡"1 trBM. ¡'Dirigen una empresa?Muy bien" Pero ustedes no son su emptesa" De mane-ra qlle los individuas -todos los indivíduos- estánllamados a elevarse en está ierarquía ascendente de lasp r imrc íes . m ien t ras que Ios g rupos no de jan de ba ia ren el encadenan-riento descendente de tras prioridades.

¡Y no es en absoluto porque los grupcs sean rnalva-dos o pe¡versosl Sirto porque tienden a pnvllegtar,le-g í t ímame n tc , I o que , pa r r e l l os . es e n c fe c to , ob ie t i va -trnente, . lo rnás importante.

i¡rsis¡o en el,.r legít i* lanente>r. Cuanrlo lcs rrabaja-dor-es de une e nrpresá hacen huelga para reclatüar un

auff iento de sueldo, si e1 empresario les responde:<<&{iren, muchachos, lean a Comte-Sponvil le: ¡prima-cía d.e\ amorl En cuaiquier casc, no puedo pagallesm, i c n r - r ¡ ¡ cn r . l e l r n te

"o l . - , t - r . n -o t . . l r -. , . . . - , r , -s amare mas. . .> ) ,

es evldente que no son ios ernpleaelos quienes son r i -

dículos: 1o es el patr isn" d sin ernbargo, es mu,v cierto

que cada unCI de los empierdos antepone en efecto,

subjet ivamente . el arnor al dinero. Basta con ql le uno

de sus h i jos se ponga gr rvemente en fermo para que,

inmedi*tamente, no lsaya naáa más importanle qr;e

esc" 5í. Pero no riene¡l lss rnismos hiios. ldo tiene¡¡ los

OiC O N C L T J S I ' } N

mismos amores. En carnbíc, t ienen el mismo parrón.

De tal suer¡e que si cada uno de los empleadcs, inCi-

vidualmente, valora nrás el arñor que el dinero' sin

enrbargo iuzgan de manera colectiva {por eiemplo, en

el seno del sindicatc o de ia coordin ación) que el di-

rrero, objetivamenle, es nrás importante ' Tienen razón'.

prirnacía del amor y priaridad del dinero.

Los grupos descienden: están some tidos a La gra-

veáad". No tomen esto en un sentido demasiacio 1lfyo-rativú.La gtaveáad es tamb,ián, y en primer h-rgar, una

fuerua {\a gravrtación universal) qug posíbi'lita qu€ se

tengan en píe Las casas y los puente$, y que nos permi-

rc anáat e incluso tgracias a nuesttos aviones, que de

ningtsna {nan.;rál* anu}an} vaLat.I-a fuerza de los gru-

pos, en este caso, c*nsiste e* imponer u{ta }ey ccnlirn,

que sólo puede depende r áe 1a mzón: nuestrüs deseos

indj.viduales nos enfrentan {y t"anto rnás cuanto que

desearnos casi siempre las mismas cosas):' rinicanien-

rc \a raz6n, que es comun a todos, puede unirnos.t

Pero esta fuerza -corno t*á'e tuetza- también es un

peiigro si n<¡s abandonamos a ei la. Y e eso es a tro e¡:e

nos dejarnos l levar por la {*t:ga, a 1o qtre nos Jei,rnrt 's

llevar por Ia tutiná, a 1o qr.-re nas delamos lievar por el

.1. Aquí es donde inten'iene lo qr-re René Girard llama eit leser: mítnético. qur. Spinoza pensaL:a {de m,inerl, cn mi ' lpi

nión. más raciical) corno une imítució¡z de los afr:t:tor: véase, a

este respecto, 1o que escribí en rntTraité du tlóse spait et de la

bé¿zt i tude, rsp. c i t . , cap, l ) l ,sección 7, págs. X02 109 (págs 16 r

41 5 en la reedic ión o.Quadr igerr , en un soio v. r lur renl

i . Es 1o queteor izó admira l ¡ lernente Spinoz: t : véase' i l esre

respecro, lo qr-re escribí enniTtaité rlu,/ésesporr et de la héati-

tu t le , rs¡s. c i t . , cap. t rT, secció* 6, págs ' 162-161 ( reedic ión coi '

<,Quadrige>, . págs. 181 193 j.

Page 55: El Capitalismo es moral

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nún:ero. E,n un grupo, s icmpre, y tento rnás cuaniornás nun:eroso es, el amor t iende a degradarse en mo-ral, cuando no io hace en moraljsmo; la rnoral t iendea degraclarse en pCIlítlca, es de cir, en reiaciones de fue¡-za; Ia política riende a dtgradarse en técnica, en eco-nomía y en grsrión.

Y"st"a graueclarl poárá variar, segiin ios grupos con-siderados {no es 1a misma fn una empresa y en un par-t ida polír ica) y, sob¡e rorlo, según su magnirud: no esla nrisma en Lrna PV\,|Y, y en una mulrinacional. Ima-ginemcs a un trr¿estro de obras que errplea a clos ¡ra-bajadores: uno es s¡-r cuñado y c,larca un amigo de trainf. ancia " L as rclacian es p e ¡sün ales, n: orales, afec tivasdesempena:r entre ellos un papel fileyar -*;hasla e}punto, á veces, de con-rprometer la buena rnarchade la empresa (su ren¡abilidad)j-. En una empresa det¡ein¡a mil empleados sucede de orlo modo. Pero, in-ciuso en ésta,la graveáaá dependerá de la escala co¡:-siderada. Por ejemplo, en una rnisma n*cinahay treso cuáttro errrpleados que se conocen desde N:'ace vart*sanas y qu* q*izá scn amigos . Las rtlaciones persona-les, entre ellcs, será¡l a ¡::e¡:udo más i*:ponantes quela¡ ¡elaciones econórnicas o 1márq'.zicas. No se trata depe rjuclicar a un comp añerc de c{icina, ;aui:que fueraen interás de la empresal En cambio, en el pasi l ic, enel que pueden rnconlrarse una cincuentena de em-ple*das, ya es diferente . Las relaci*nes personales,¡norales y *{ert ivas son menos importanres;y alrevés,las ¡elaciones prcfesionaLes, econór¡:icas o .!erárquicaslc son más. F,n ei i¡lmueble en etr que lray ochocien-tos ernptreadas, la tendencia se ácentúá . Cuanta me-nsls afectividaá y menos maral, lrrás re.lacicnes de{wtrza b'abra" Y.n {.in, en la empr esa enl.eta, en ia que

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hay treinra rni l empleados, 1a gravecladpunto máximo: las relaciones afectivas oson casi naria; las relacíones de poder ocasi todo.

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xlcanza sumcraies nocle in¡e¡és,

L'a graveclad varía en {unción de los grupos y sumagnitud. Perc¡ siernpre actiJ.a. Recue¡do hal:erme¡eferido a está noción, hace varios años, ante los Dis-cípulos de En-laús. Tras rni conferencia, un ancianosace¡dote vino a venre y me musiró: <<E,so que ustedha dicho de la gravedad, iqr:é cierro es a propósito dela trglesia católical>>. Ta¡nbién es verdadero, y sin duclaa fartiori, a propósito de nuestras empresas. lnsisrc e nque no ¡iene nada áe rar*. Los grupos l ienden a privi-legiar -1o que , *n e{ecro, para ellos es más imperrtante,y quese juega sr:bre todo en los órdenes n"u tr y 2. ?,s-rán sonreticlcs a \a graveáad. Só1o los inclivicXuo$ r;e-nen aigo que, a veces, se asemeja a la gracia, como di-ría Simone V7eil, es decir, Ia capacrdaá áe elevarse, a}menos un poco, al menos áe vtz en cuando, de los im-peyativas cienríficos, lécnicos y ecl.nórntcos a la polí-t icata esü es a Io qr"le se l iarna un hor¡:bre de Esrado,cuando consigue arrdstrar a un pueblo tras sí, y 1o quese llarna etr carisma efi Lur dirigente); de eieyarse, almenos un poco, de la política a1a rnaral {es lo que sellarna un hon:bre de bien); y áe dev,arse , al menos unpüco¡ de }a rrrora\ a\ arnar {es }o qur se I\arna un hom-bre ccn c*mzóm').

Los grupos fstán sometidos a\a graveáad; sóio losindividucs tienen, a.ve{es, alg* que se parece atra gra-cia, es decir, la capaciáad de rernont¿r --al menos Llnpt)cü, al menos en ccasiones- esta pendienre que losgrupos, por el contrario, na áe1an de descender, Nool:stante, como esta palabra áe gractla cs un pCIco de-

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masi¿rclo r:el igiosa pará que puedá haceria completa-

mente mía, átría sirnplernent"e qut" pára remonlár Lln

poco está pendiente a la que los grupos nc deian' por

*1 o""tr*rio, cle arrastrarnos, só1o conozco tres cosas: el

amof, tra lucidez Y elval*r'

Qr.re sean suficientes es 1o qt 're nunca nos está ga-

ranr"izaáo y 1o qne convierte en irriscria taáa sufí-

cie ncrc.Fero si están ái-1sentes, ¿córno poclríamos lograrlo?