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El Carmelo Teresiano y la espiritualidad ortodoxa (En los principios de un diálogo. Hechos y perspectivas) JESÚS CASTELLANO Teresianum (Roma) INTRODUCCIÓN «El Carmelo es una lámpara oriental en la que brilla una llama española». La frase es de un gran convertido del siglo XX, A. Fros- sard 1 . Tiene su explicación si se recuerdan los orígenes orientales del Carmelo, con su geografía palestina y su patronazgo eliano, y se afirma el esplendor de su carisma, sobre todo en los grandes espiri- tuales de la España del siglo XVI: Teresa de Jesús y Juan de la Cruz. Sobre los orígenes orientales del Carmelo, de su Regla y de su espiritualidad, se ha escrito mucho, aunque los datos de una depen- dencia directa de las grandes directrices del monacato oriental no sean tan ciertas históricamente como resultan los parecidos. Aunque parece cierto que el lugar primitivo donde nació el Carmelo histó- rico, a principios del siglo XIII, junto a la fuente de Elías, pudo ser un enclave de monjes bizantinos, sus orígenes son occidentales, como todos saben. Además, la familia del Carmelo pronto emigró de su patria es- piritual, que era Oriente, empujada por las persecuciones y se inte- gró en las naciones de Occidente, conservando sólo algunas posicio- 1 Le sel de la terre, Paris, 1954, p.103. REVISTA DE ESPIRITUALIDAD (61) (2002), 567-588

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El Carmelo Teresianoy la espiritualidad ortodoxa(En los principios de un diálogo.Hechos y perspectivas)

JESÚS CASTELLANO

Teresianum (Roma)

INTRODUCCIÓN

«El Carmelo es una lámpara oriental en la que brilla una llamaespañola». La frase es de un gran convertido del siglo XX, A. Fros-sard 1. Tiene su explicación si se recuerdan los orígenes orientalesdel Carmelo, con su geografía palestina y su patronazgo eliano, y seafirma el esplendor de su carisma, sobre todo en los grandes espiri-tuales de la España del siglo XVI: Teresa de Jesús y Juan de la Cruz.

Sobre los orígenes orientales del Carmelo, de su Regla y de suespiritualidad, se ha escrito mucho, aunque los datos de una depen-dencia directa de las grandes directrices del monacato oriental nosean tan ciertas históricamente como resultan los parecidos. Aunqueparece cierto que el lugar primitivo donde nació el Carmelo histó-rico, a principios del siglo XIII, junto a la fuente de Elías, pudo serun enclave de monjes bizantinos, sus orígenes son occidentales,como todos saben.

Además, la familia del Carmelo pronto emigró de su patria es-piritual, que era Oriente, empujada por las persecuciones y se inte-gró en las naciones de Occidente, conservando sólo algunas posicio-

1 Le sel de la terre, Paris, 1954, p.103.

REVISTA DE ESPIRITUALIDAD (61) (2002), 567-588

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nes pasajeras en Chipre. Todavía se conservan allí los restos dealgunos conventos y en el Museo de Nicosia, donde había un con-vento de la Orden, se conserva uno de los más antiguos iconos dela Virgen del Carmen. Aparece sentada en un trono y tiene a suspies un grupo de Carmelitas con sus hábitos y capas blancas. Alre-dedor del icono hay imágenes de un posible viaje de los carmelitasdesde el Monte Carmelo a Chipre 2.

El Carmelo regresó, cuatro siglos más tarde, por las tierras delcercano Oriente y de Persia, del Líbano y de Palestina, a través delos primeros misioneros de la Congregación del Carmelo Teresianode Italia.

Más tarde, con las misiones en la India entre cristianos de variosritos, la historia de la presencia de misioneros de la Orden en aque-llos territorios tuvo también su influjo positivo en el diálogo entrealgunas iglesias locales de rito oriental y la sede de Roma, en tiem-pos en que no existía el ecumenismo 3.

En el Sínodo de la vida consagrada en 1994, el Patriarca de laIglesia caldea y el de la iglesia siro-antioquena católica, recordaronla benéfica presencia de los Carmelitas en la historia de sus respec-tivas iglesias.

Hoy el Carmelo teresiano tiene sus conexiones con las Iglesiasdel Oriente cristiano con su persistente presencia en Irak y Líbano,con su humilde presencia en Egipto, bajo la intercesión de SantaTeresa del Niño Jesús en la Basílica dedicada a ella en El Cairo, ysobre todo con su fecundidad vocacional entre los orientales de laIglesia siro malabar en la India.

Pero para el tema de nuestro estudio, que es la ortodoxia, essignificativa la nueva floración de Carmelos femeninos de rito bi-zantino, que pueden ser puntas avanzadas del diálogo con la espiri-

2 Cfr. la reproducción de la imagen en blanco y negro en «Carmel» (1979)321-326. Sobre esta imagen y su historia, cfr. R. PALAZZI, «Sotto il manto dellaMadre», en La Vergine Bruna, nn. 7-8, luglio-agosto. Sobre las imágenes pri-mitivas de la Virgen veneradas por los carmelitas y que son probablemente deimpronta oriental, cfr. mi conferencia: «Lettura teologico-spirituale dell’iconadella Vergine del Carmine detta La Bruna», en Atti del Convengo mariano alCarmine Maggiore, Napoli, 28-29 ottobre 2000, pp.41-54.

3 Sobre el tema del ecumenismo en el Carmelo Teresiano, cfr. A. CAZZAGO,Ecumenismo en el Diccionario Carmelitano, de próxima aparición.

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tualidad ortodoxa, entendida ésta en su acepción de la espiritualidadde las iglesias que en su tiempo acogieron el Concilio de Calcedoniay hoy constituyen la parte más notable de la Iglesia de Oriente, connotables minorías de católicos de rito bizantino en varias partes delmundo.

Se trata de un diálogo que tiene sobre todo los rasgos de undiscreto ecumenismo espiritual de la oración por la unidad, de co-munión con los textos y tradiciones del monacato oriental, con lacelebración de los mismos ritos litúrgicos a través de monasteriosque han hecho la opción por la liturgia bizantina en una buenaalianza con el espíritu del Carmelo.

Es elemento positivo para estos diálogos del Carmelo el hechode que cuente entre sus testigos espirituales en la Iglesia con unafigura ejemplar de santidad oriental, la Beata Myriam de Jesús Cru-cificado, humilde hija de la Iglesia de tradición melquita en Pales-tina, en la que se notan algunos rasgos sencillos de su educacióninfantil en una diminuta parroquia oriental de Galilea, su pueblonatal de Ibillin. Además el Carmelo reconoce en San Rafael Kali-nowski, nacido en Vilnius pero peregrino por tierras rusas de Sibe-ria, un hombre que se prodigó por una mayor comunión de losortodoxos rusos con la Iglesia romana.

La historia de un diálogo entre el Carmelo y la espiritualidadortodoxa es relativamente reciente y en realidad incipiente. Seríafalso decir lo contrario. Los acercamientos entre una y otra tradiciónhan discurrido por caminos muy discretos. Ante todo, con lasfundaciones de Carmelos femeninos de rito bizantino antes delConcilio Vaticano II, y con un cierto diálogo científico en torno ala figura del Profeta Elías, patrocinado por Les Études Carmélitai-nes. Una tradición que prosigue la revista Carmel de los Carmelitasdescalzos de Francia.

Más tarde, sobre todo a partir del Vaticano II, con algunos he-chos fundamentales y un deseo de diálogo entre dos tradicionesespirituales que se pueden muy bien unir, cuando se reconocen y sereencuentran, en la mejor tradición mística cristiana de los orígenes.Aunque con su originalidad y sus distancias. Con algunos datos quehan alentado este acercamiento.

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Allá por los años setenta, se solía citar nada menos que el tes-timonio del Patriarca Atenágoras que, no se sabe bien si por bene-volencia o por arraigada convicción, había declarado su afición porla lectura de Teresa de Ávila y de Juan de la Cruz. Toda la respon-sabilidad del hecho y de las palabras que nos narran el hecho se ladamos al periodista que nos trasmitió ese mensaje; pero son palabrasde un gran ortodoxo del siglo XX, dichas con sencillez a un grupode peregrinos ecuménicos, entre ellos algunos obispos de lenguacastellana: «Sus obras —de Santa Teresa de Jesús y de San Juan dela Cruz— nos dijo (Atenágoras) en intimidad a los Obispos, son milectura espiritual más frecuente. Las leo en el texto original, sinnecesidad de diccionarios» 4.

Es este ya un testimonio clásico que nos ofrece el puente de oropara trazar un balance de hechos y de perspectivas, de los diálogosentre el Carmelo Teresiano y la espiritualidad ortodoxa en estosprincipios del tercer milenio.

1. DATOS SIGNIFICATIVOS DE UN ACERCAMIENTO ACTUAL

1. DEL CARMELO TERESIANO A LA ORTODOXIA

Monasterios de rito bizantino: avanzadillas de ecumenismoespiritual y cultural

Empecemos por los hechos. El Carmelo Teresiano, aunque esuna Orden típicamente occidental en su actualidad, cuenta con va-rios monasterios femeninos de rito bizantino que siguen la tradiciónlitúrgica oriental más extendida. El más antiguo es sin duda el de

4 Revista «Ecclesia» 28 (1968), n. 1375, 27 de enero de 1968, p.19. Eltestimonio es de Mons. José María Cirarda Lachiondo, a la sazón obispo auxi-liar de Sevilla, acompañado por el entonces Obispo de Huelva y futuro Arzo-bispo de Valencia, Mons. José María Lahiguera; está incrustado en un contextode veracidad coloquial cuando se refiere de la conversación con el Patriarca enla Iglesia de San Jorge, que «duró dos horas, pero resultó brevísima... Fuegrande nuestra sorpresa al encontrarnos con que entiende perfectamente elespañol y lo habla con alguna mezcla de palabras italianas y francesas y conalgunos giros arcaizantes. Sus muchos años en América le enseñaron el espa-ñol. Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz le han dado un cierto tonode castellano viejo...»

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Sofía, en Bulgaria, fundado en 1935, con la aprobación del PapaPío XI. Le sigue en orden cronológico el de Harissa, en el Líbano,de rito griego-melkita, nacido en 1962 de tres Carmelos de España,al calor de los aires ecuménicos que precedieron el Vaticano II.Vino después, tras muchas vicisitudes, el Monasterio de San Elías,de Saint Rémy Montbard en Francia, iniciado en 1974 gracias a lainiciativa de una religiosa carmelita descalza, expulsada de la China,M. Elisabeth (Roussel), Priora del Carmelo chino de Chung King yposteriormente del Carmelo francés de Nancy 5 . En 1977 se fundabael Carmelo de la Anunciación de Sugarloaf en la eparquía rutena dePaissac en Pensylvania. Del Carmelo de Saint Rémy ha nacido unanueva presencia monástica en Rumanía, entre los bosques de laTransilvania, en Stânceni, cerca de la ciudad de Toplitza, en unambiente que es crisol de diálogo ecuménico entre romano católicoshúngaros, greco-católicos rumanos, ortodoxos, protestantes. Delmonasterio de Sugarloaf ha nacido en este año de 2002 el monaste-rio de rito bizantino ucraniano en Korytnyani, diócesis de Mukache-ve en Ucrania. Las Carmelitas de Harissa, con abundantes vocacio-nes, preparan una segunda fundación en el Líbano.

Todos estos monasterios celebran normalmente la liturgia en susrespectivas tradiciones litúrgicas bizantinas y en sus propias lenguaslocales —búlgaro, árabe, francés, inglés, rumano y ucraniano—dentro de la unidad fundamental del rito bizantino 6.

5 Se trata de una personalidad de gran valor en el campo ecuménico, amaday respetada por muchos que han tenido la suerte de conocerla. Ha dejado unashermosas memorias de su estancia en China: Partir. Vers la Chine. En Chine.A Dieu la Chine, Monastère Saint Elie, 1998; son memorias que han cobradoactualidad ante las recientes noticias de la presencia todavía hoy de monjascarmelitas descalzas que viven clandestinamente en la China continental, algu-na de ellas novicias de M. Elisabeth. Con motivo de su muerte (15-16 de juniode 1996) a la venerable edad de noventa y dos años y setenta de vida carme-litana, la revista «Mikhtav», julio de 1996, le dedicó un entero número a sumemoria con una breve reseña biográfica y bibliogáfica.

6 Sobre estos monasterios, una breve indicación histórica en el libro quecitamos en la nota siguiente, pp.9-16, y una amplia colocación histórica en laconferencia de Mons. Charles Molette: «A Saint-Rémy le Carmel oecuméniqueSaint Elie», in Miketav, n. 31-32, agosto-diciembre 2001, pp.28-53; sobreel monasterio dependiente o Skit de Stânceni, cfr. la relación de Sr. Éliane,pp.58-61, y en el número de las bodas de plata del monasterio Miketav, Jubiléd’argent, 1974-1999.

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Liturgia bizantina de los Santos del Carmelo

Un hecho significativo y un acercamiento espiritual de gran valores el hecho que la celebración de los oficios de los Santos del Car-melo tiene ya unos textos propios de gran belleza, compuestos porun especialista de la liturgia ortodoxa. Gracias a su competenciaestos oficios son ya una traducción de la espiritualidad carmelitanaen el estilo de la liturgia oriental.

El texto de los principales oficios se debe a la competencia deDenis Guillaume que ha compuesto y publicado el libro en lenguafrancesa.

Es uno de los elementos fundamentales de un diálogo espirituala través de la liturgia y de sus textos, que son comunión orante yecumenismo espiritual de la oración. Estos textos litúrgicos son yauna interpretación «oriental» de las figuras próceres del Carmelo yde su espiritualidad 7.

Vale la pena hacer una breve presentación de este libro, com-puesto para cantar las glorias del Carmelo como reza su título. Seabre con la presentación del metropolita ortodoxo E. Timiadis, delPatriarcado de Constantiopla, acerca de Las varias formas de lasantidad y de su unidad esencial. Sigue una presentación mía con eltítulo: El Carmelo y el Oriente bizantino 8. En estas breves páginasse traza una breve reseña hstórico doctrinal de conexión entre elCarmelo y el Oriente bizantino en sus orígenes y en su historia, conuna presentación de los Carmelos de rito oriental existentes en elmomento de su publicación.

Siguen los oficios de rito bizantino de la Virgen del Carmen, deSanta Teresa de Jesús, de San Juan de la Cruz, de Santa Teresade Lisieux, del Profeta Elías y del Profeta Eliseo, con unas páginasacerca del «sinaxario» o Calendario del Carmelo Teresiano. Cada

7 Archidiacre Denis, Offices byzantines pour charter le gloires du Carmel,Diaconie apostolique, Roma, 1990, 399 pp. Para alargar el interés de la publi-cación, el autor ha insertado en el libro todo lo que concierne el canto litúrgicobizantino con los ocho tonos y sus melodías y un glosario de las palabrastécnicas del lenguaje litúrgico-bizantino. Un libro de gran interés. Quien qui-siera adquirir algún ejemplar de este libro puede dirigirse al Carmelo de SaintRémy: Monastére Saint Elie, Saint-Rémy Montbard, 21500 France.

8 Ibid., pp.5-7 y 9-16, respectivamente.

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oficio comprende un breve comentario que es ya una iniciación a laespiritualidad carmelitana desde el punto de vista litúrgico.

La parte litúrgica del libro ha sido recientemente traducida a lalengua rumana, con la presentación de las Carmelitas de Stânceni,un breve prólogo del metropolita greco católico de Blaj (Fagaras-Alba Julia), Mons. Lucian Muresan y la introducción original dellibro en francés del Metropolita E. Timiadis 9. Figura un calendariocarmelitano bizantino puesto al día. Y en blanco y negro se repro-duce una serie de iconos de los santos del Carmelo de varios monas-terios ortodoxos y católicos.

Un monasterio, una revista, una fraternidad ecuménica

Algunos de los Carmelos, antes mencionados, como tendremosocasión de documentar, son activos en el campo del ecumenismo eirradian a la vez la espiritualidad oriental y la carmelitana, conmanifestaciones de tipo cultural y ecuménico como escritos, edicio-nes de textos, pinturas de iconos, diálogos programados, estudios,libros en colaboración, fraternidades ecuménicas abiertas.

Entre los lugares de diálogo con la ortodoxia y su tradiciónespiritual merece una mención especial el monasterio de San Elíasde Saint Rémy Montbard en Francia con su extensión en el de laSanta Cruz de Stânceni en Rumanía. Desde hace ya medio cuarto desiglo el pequeño grupo de carmelitas descalzas ha desarrollado unanotable actividad de diálogo ecuménico, especialmente con los or-todoxos, dentro y fuera de Francia. Las monjas recibieron a su tiem-po una buena formación teológica, litúrgica y espiritual en los cen-tros ortodoxos de París y han mantenido buenos contactos conpersonalidades de relieve de la ortodoxia, desde E. Timiadis aO. Clément, desde el teólogo B. Bobrinskoy al iconógrafo e iconó-logo G. Drobot, inspirador de los frescos de la capilla de Saint-Rémy, o con la escritora y teóloga E. Behr-Siegel, gran amiga de lacomunidad a la que la fraternidad San Elías le va dedicar un librohomenaje. Gracias a este monasterio el Carmelo es conocido en el

9 Antologhion carmelitan, Stânceni, 2002, 123 pp.

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campo de la ortodoxia. Lo mismo se puede decir de la actual pre-sencia entre la ortodoxia rumana y algunos de sus mejores teólogosde las Facultades de Bucarest y de Sibiu, entre ellos algunos obisposcomo Mons. Serafín Joanta, Obispo de los rumanos en Alemania yMons. Laurentiu Streza, Obispo de Caransebes en Rumanía.

Desde hace diez años el monasterio publica la revista «Mikhtav»,palabra hebrea que significa «escrito», con referencia al texto de2 Re 21,12 que habla de un «escrito» (mikhtav) que el profeta Elíasenvió al rey Joram. La revista, que ha llegado ya a su número 34,agosto de 2002, es ya un buen archivo de historia de contactos, deencuentros, de artículos y estudios que marcan los hitos de un diálo-go abierto, principalmente con la ortodoxia, pero también con lasiglesias apostólicas de Armenia, los anglicanos, los protestantes devarias denominaciones, los hebreos. Los encuentros que se realizanvarias veces al año, sobre todo con motivo de la Semana de oracionespor la unidad de los cristianos y con ocasión de la fiesta de San Elíasprofeta (20 de julio) o de la Exaltación de la Santa Cruz, titular deStânceni, son ya una tradicional cita de estudios, oración, celebracio-nes y fraternidad que va creciendo año tras año. La revista recogetodos esos acontecimientos, conferencias, diálogos, celebraciones.

Con motivo de las conmemoraciones de las efemérides más re-cientes del Carmelo Teresiano, del Centenario de la muerte de laSanta al Doctorado de Santa Teresita, se han ido tratando temascarmelitanos específicos en un verdadero diálogo espiritual y cultu-ral muy prometedor. El último de estos encuentros ha sido dedicadoa San Juan de la Cruz, visto desde diversas perspectivas ecuménicas.La revista desde hace algunos años se publica también en lenguarumana.

La irradiación de estos dos monasterios tiene su forma concretaen la Fraternidad San Elías, una especie de asociación espiritual, sinvínculos jurídicos, a la que pertenecen más de seiscientas personasde varias iglesias, entre ellas varios obispos, sacerdotes, diáconos,monjes y monjas, laicos de la Iglesia ortodoxa, que se sienten uni-dos en el nombre del Dios uno y Trino y bajo la protección delprofeta Elías.

El Padre y guía del Carmelo es figura ecuménica que une nosólo a los cristianos sino también a los hebreos y musulmanes. Su

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fiesta se celebra con gran fervor, como se dirá, en las iglesias orien-tales. Una invocación común, la del profeta Elías, se ha convertidoen vínculo de comunión entre los miembros de la Fraternidad: «Túeres el viviente, Dios de Israel, ante cuya presencia estoy» (cfr. 1 Re17,1; 18.15) 10.

Bajo su protección se realizan estos diálogos ecuménicos de largoalcance y al servicio del conocimiento de su figura el Carmelo deSaint Rémy y de Stânceni publica estudios y recoge una selectabibliografía eliana.

Una experiencia personal de diálogo ecuménico con los ortodoxos

Quisiera hacer una alusión a mi experiencia personal de diálogocon la ortodoxia. Desde hace años ando interesado en el diálogo conla ortodoxia a varios niveles 11. Una de mis más recientes experien-cias de diálogo con la ortodoxia se ha desarrollado en la últimadécada, de 1992 al 2002, con la participación a siete Simposiosecuménicos de diálogo sobre la espiritualidad entre los Institutos deEspiritualidad de Roma y los profesores ortodoxos de la Universi-dad aristotélica de Tesalónica. Se trata de una serie de iniciativaspatrocinadas por el Instituto Franciscano de Espiritualidad del An-tonianum de Roma y los capuchinos de Grecia. Los siete encuentroshan tenido estas fechas, lugares y temas:

— 8-10 de septiembre de 1992, Kolibari, Creta: Oración y con-templación.

— 5-9 de septiembre de 1993, Tesalónica: Espiritualidad mo-nástica en Oriente y en Occidente.

10 Sobre este monasterio, además de la bibliografía ya citada, remitimosa la presentación de Sr. Eliane Poirot, «Le monastère Saint Elie, Un Carmelde rite byzantin pour l’unité», in Carmel horizon 2000, Paris, Fayard, 1995,pp.201-206, publicado en la revista «Carmel» (1979) 412-419. Una breve pre-sentación mía en «Un Carmelo per l’unità», en Unitá e carismi (1993) n. 6,pp.33-35.

11 Recuerdo siempre como un momento importante de mi vida el encuentropleno con la ortodoxia en el curso de teología, liturgia y espiritualidad ortodoxahecho en el Castillo de Bossey, cerca de Ginebra, centro dependiente del Con-sejo Ecuménico de las Iglesias y que tuvo como colofón la participación en losritos de la semana santa ortodoxa en París, allá por abril de 1970.

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— 5-7 de septiembre de 1994, Venecia: Espiritualidad y vidade la Iglesia en Oriente y en Occidente.

— 3-7 de septiembre de 1995, Alexandrópulis, Tracia: Orientey Occidente cristianos: un alma para Europa.

— 5-8 de septiembre de 1997, Asís: Santidad y vida en el Es-píritu en la tradición de Oriente y de Occidente.

— 4-9 de septiembre de 1999, Veroia, antigua Perea en la re-gión griega de Macedonia: Carisma e institución en la tradiciónoriental y occidental.

— 2-4 de septiembre, Reggio, Calabria: Perspectivas soterioló-gicas en la tradición oriental y occidental.

En estos simposios, de carácter científico, siempre acompañadosde encuentros fraternos y de visitas a lugares significativos de laortodoxia y de la tradición cultural primitiva de Grecia, hemos te-nido ocasión de intercambiar muchos valores de nuestras respectivastradiciones espirituales. Yo mismo he podido hablar de los santosdel Carmelo. Lo hice en 1992 en Creta, con una conferencia acercade San Juan de la Cruz; en 1997, en Asís, con la presentación de lasantidad de Teresa del Niño Jesús; en 1999, en Veroia-Macedonia,hablando de Santa Teresa como modelo de libertad carismática y deamor constructivo por la Iglesia.

Los santos católicos son prácticamente desconocidos entre losortodoxos, con contadas excepciones 12. Pero su presentación sus-cita interés. Tanto el acercamiento de San Juan de la Cruz comode Santa Teresa a la ortodoxia fueron eficaces para entrar en elconocimiento de sus figuras. Pero, sobre todo, fue la presentaciónde la santidad de Teresa del Niño Jesús, con sus pruebas y su ge-

12 Vale la pena contar una anécdota. En 1998, visitando Rumanía, tuveocasión de entrar en la catedral greco-católica de Lugoj. Construida en los añoscuarenta para ser catedral de los greco-católicos, al suprimir el régimen comu-nista la iglesia unida a Roma, el templo pasó a los ortodoxos. A la entrada deltemplo, un hermoso fresco representaba la imagen de Santa Teresita del NiñoJesús, figura oficialmente desconocida para los ortodoxos y para su culto.Alguien le cambió el nombre de manera burda y escribió rasgando la pared:Santa Macrina (!), santa de finales del siglo IV, hermana de Basilio, Gregoriode Nissa y Pedro de Sebaste. Ahora que el metropolita N. Carneanu de Timi-soara ha devuelto a los católicos la catedral en un magnánimo gesto de ecume-nismo, también Teresita ha recuperado su identidad.

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nialidad típica, la que suscitó una respuesta cordial y emotiva, sobretodo entre los jóvenes profesores ortodoxos de Tesalónica, todosellos laicos. Impactó la presentación de la figura de Teresa deLisieux a tal punto que en el diálogo se atrevieron a decir que estoseran los santos que había que presentar al mundo de hoy y no lossantos desconocidos de un santoral ortodoxo que remite siempre aun pasado muy remoto y con mensajes que necesitan ser actuali-zados. Una vez más Teresa de Lisieux se mostró santa de los tiem-pos modernos capaz de suscitar simpatías y lanzar mensajes de vidaen todas las direcciones 13.

Estos son apenas algunos datos concretos de una presencia car-melitana, que necesita de muchas otras precisiones, historias pasa-das y experiencias actuales que pueden contribuir a ofrecer y a es-timular la composición de un cuadro más exacto y más rico 14.

2. UNA SERIE DE ACERCAMIENTOS Y DIÁLOGOS A NIVEL DOCTRINAL

El interés por descubrir las raíces orientales del Carmelo noes de hoy, ha sido de siempre. Sobre todo por esa historiogra-fía que hace remontar muy lejos en el tiempo la inspiración dela Orden, hasta entroncar idealmente con el profeta Elías y loshijos de los profetas, y con legendarias tradiciones antiquísimasde las primeras generaciones de monjes palestinos de los prime-ros siglos.

13 He contado algunas de mis experiencias de estos viajes ecuménicos envarias ocasiones. He aquí algunos de mis recuerdos: «L’ecumenismo della co-munione dei santi. Un convegno ecumenico fra ortodossi e cattolici su preghie-ra e contemplazione», en Unità e carismi (1992), n. 6, pp.38-40; «Liturgia yevangelización en el Este europeo. Reflexiones desde una perspectiva orien-tal», en Phase 32 (1992), pp.153-165; «Ortodossi e cattolici in dialogo.Un’anima per l’Europa», en Gens 26 (1996), pp.25-26; «Pellegrini dell’unità»,en Unità e carismi (1999), n. 6, pp.30-34. De estos encuentros sólo se hanpublicado hasta ahora las Actas de los tres primeros. Cito mi intervención sobreSan Juan de la Cruz en el Simposio sobre oración y contemplación: «Giovannidella Croce: i simboli e la dottrina della contemplazione», in Vedere Dio.Incontro tra Oriente ed Occidente, a cura di Yannis Spiteris e B. Giannesin,Bologna, Ed. Dehoniane, 1994, pp.199-223.

14 Si me he permitido referirme a mi testimonio personal es para invitar aotros a enriquecer estas notas.

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No vamos a llegar tan lejos en nuestro propósito de documentaruna cierta actualidad de la relación del Carmelo con el Oriente or-todoxo.

Tomando las cosas desde más cerca nos interesa subrayar quehasta ahora sólo tenemos un pocos estudios sistemáticos sobre nues-tro tema. Ha sido un buen punto de partida un número monográficode una revista francesa, que juzgo de gran valor y que nos ofrece laspistas para recoger una serie de datos importantes.

En 1979, la revista Carmel dedicaba, como una auténtica primi-cia, un número monográfico a este tema: Le Carmel et l’Orientchrétien 15. Los artículos de la revista son muy elocuentes y nosofrecen la clave de un diálogo del Carmelo en sus orígenes históri-cos, en su referencia a Elías profeta y en las posibles sintonías entresantos del Carmelo y santos de la ortodoxia, entre ellos Juan de laCruz y Gregorio de Nissa, Teresa de Jesús y San Simeón el nuevoteólogo, Teresa di Lisieux y San Silvano del Monte Athos 16.

Siguiendo los temas de estos artículos vamos a ofrecer una ex-posición con este cuadro referencial: los orígenes y la espiritualidaddel Carmelo, la presencia e influjo de Elías profeta, las sintoníasentre los Santos del Carmelo Teresiano y los testigos de la ortodo-xia. Todo ello con una necesaria documentación bibliográfica queabre el horizonte de nuevos estudios y diálogos.

Los orígenes y la espiritualidad del Carmelo

J. Baudry, carmelita francés, con buena formación histórica, hatratado el tema de los orígenes orientales del Carmelo con un sub-título significativo: El mito y la historia 17. Sus conclusiones sonevidentes. Los carmelitas primitivos no son orientales sino occiden-tales, aunque la historia de la Orden tuvo siempre la nostalgia deentroncar con la gran tradición monástica de la Iglesia indivisa.

15 «Carmel» (1979) 321-432.16 Cfr. también JEAN MARIE KPNYESNI, «Eastern Christian Spirituality; A

Carmelite’s Perspective», en Spiritual Life, 28 (1982), 26-36.17 «Origines orientales du Carmel. Le mythe et l’histoire», en Carmel

(1979) 327-344.

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Y sin embargo, más allá de los orígenes históricos, no podemosignorar las sintonías que tiene la Regla del Carmen con la grantradición monástica oriental. Se trata de sintonías y no de dependen-cias directas; pero son bien elocuentes a la hora de encontrar lasmismas raíces de la tradición monástica primitiva que une Orientey Occidente. Sr. Éliane Poirot ha desarrollado este tema y ha encon-trado muchos parecidos entre la Regla del Carmen y otros textosprimitivos de los Padres de Oriente y de Occidente y de sus respec-tivas reglas monásticas 18. Pero la conclusión que ella nos propone,en clara metodología ecuménica, es sugestiva: ¿qué es lo que en-cuentra un monje o una monja de la Iglesia ortodoxa al leer conatención la Regla del Carmelo? Concluye la autora con dos testimo-nios. «He aquí el testimonio de una Higumena (superiora) ortodoxa-griega: “He leído con mucha atención la Regla de San Alberto ypienso que ha sido escrita con el espíritu de los Padres orientales.Algunos de sus artículos se encuentran exactamente en las Reglas deSan Pacomio o en las Reglas ascéticas de San Basilio”. Ella evocaa continuación las antiguas Reglas del IV y del V siglo, llamadas deSan Antonio, en uso en los monasterios orientales. Del mismo modoun archimandrita, teólogo-escritor de Atenas, interrogado por elmismo tema encuentra que la Regla del Carmelo está en consonan-cia con la tradición oriental, aunque ésta permite sólo desarrollaralgunos puntos» 19.

Uno de los puntos cruciales de la espiritualidad de la Reglacarmelitana es sin duda el de la oración, y especialmente bajo ellema de la oración continua. Un tema que encuentra su pleno desa-rrollo en los Santos del Carmelo Teresiano. Sobre este particular sehan escrito también cosas interesantes en diálogo con el Orientecristiano. Una de ellas es el paralelismo entre la oración del corazóno invocación de Jesús y la oración teresiana, el recuerdo continuo

18 Le Régle du Carmel et la tradition monastique orientale, ibid., pp.354-372.

19 Ibid., p.372. Cfr. la visión comparada de la superiora del monasterioortodoxo de Ormylia, Grecia: «Convergences et divergences entre la Régledu Carmel et le monachisme orthodoxe», en Carmel, 1980, pp.221-231. Losdos estudios han sido publicados en un libro aparte con el texto de la Reglaen francés y en rumano, en 1995, con el título de Puente entre Oriente yOccidente.

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del amigo, de sabor teresiano y la plegaria continua de la tradiciónoriental 20.

En torno al Profeta Elías y a su discípulo Eliseo: textos y estudios

Uno de los más firmes vínculos de unión entre el Carmelo y elOriente cristiano lo constituye la figura prócer del profeta Elías y desu discípulo Eliseo. El profeta de fuego está bien presente en laiglesia ortodoxa, así como en las otras iglesias orientales. Son innu-merables sus iconos, las iglesias y monasterios dedicados a su nom-bre. Hay cantidad de ciclos iconográficos sobre el profeta Elías y losepisodios que se narran de él en la Escritura, con sus menciones enel AT y en NT 21. Su fiesta se celebra con toda solemnidad el 20 dejulio, en algunos lugares con la bendición de los enfermos y unalarga vigila nocturna de oración. Son de gran belleza los textos deloficio bizantino. En su honor se ha compuesto un himno Akáthistos,semejante en su estilo al antiguo himno en honor de la Madre deDios. La liturgia se inspira en los numerosos comentarios que hanhecho los Padres sobre el profeta Elías.

El Carmelo comparte con la tradición oriental la memoria litúr-gica de Elías y Eliseo y, en cierto, modo representa un vínculo decomunión espiritual a través del profeta de Israel y su discípulo.Elías es además considerado como modelo de la vida monástica, suiniciador, en una exégesis espiritual muy marcada por los Padres dela Iglesia.

Los carmelitas mantienen ese fuego sagrado de la referencia aElías y han contribuido mucho en los últimos decenios a revalorizarsu figura, sin caer en la exageración de considerarlo fundador de laOrden. La devoción por el profeta tiene quizá más relieve en elCarmelo de la Antigua Observancia. Pero entre los hijos e hijas de

20 «Prière à Jésus et oraison thérèsienne», en Carmel, 1982, pp.1-9, con unabuena selección de textos orientales sobre la oración en sintonía con las ense-ñanzas de Santa Teresa; cfr. también: J. BAUDRY, «Le souvenir continuel del’ami», en Carmel, 1980, pp.56-76; SR. ELIANE POIROT, «La prière continuelledans l’Eglise d’Orient», ibid., pp.34-47.

21 Cfr., por ejemplo, G. DROBOT, «Réflexions sur l’iconographie russe duprophéte Élie», en Carmel (1979) 345-353.

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Santa Teresa no ha disminuido su devoción. Se distingue sobre todoel Carmelo francés, desde siempre, por su devoción al Santo profetay la promoción de su culto y el estudio de su mensaje.

No vamos ahora a entrar en el tema eliano ni siquiera a discutirsus implicaciones. Digamos, más bien, que en los últimos deceniosla aportación del Carmelo, y en particular de alguno de los monas-terios de rito oriental del Carmelo Teresiano ha sido muy valiosa.Resaltamos en particular el ya clásico tratado en colaboración Éliele prophéte de la colección de Les Études carmélitaines y dos nú-meros monográficos recientes de la Revista «Carmel» con referen-cias al Oriente cristiano, a los Padres, a la liturgia 22.

Hay que afirmar sin embargo que ha sido también en este casoel Monasterio de San Elías de Saint-Rémy, el que ha hecho lasmejores y más valiosas aportaciones con la publicación de textos yde estudios fundamentales, sobre todo desde una sensibilidad dediálogo con el Oriente cristiano en general y de la ortodoxia enparticular.

Resaltamos, en primer lugar, la doble antología patrística sobreElías y Eliseo en los Padres de la Iglesia, publicados en la prestigiosacolección de Espiritualidad Oriental de la Abadía de Bellefontaine 23.

Desde el punto de vista del culto resaltamos varios estudios deE. Poirot acerca de San Elías en la liturgia bizantina 24.

Finalmente, entre otros estudios sobre el tema, conviene resaltarel libro acerca de Elías como modelo arquetípico del monje, segúnla tradición de los Padres, con el prólogo del Prepósito General de

22 Élie le prophéte, 2 vols. Paris, 1956; Elie le prophète. Regards de latradition chrétienne, 3 «Carmel», 1983; Saint Elie Père des Carmes, 1995, 2.

23 Le sainte prophète Élie d’aprés les Pères de l’Eglise, Abbaye de Belle-fontaine, 1992, 700 pp.; Le saint prophète Élisée d’après les Pères de l’Église,Abbaye de Bellefontaine, 1993, 458 pp.; también la síntesis de E. POIROT, Lesprophètes Élie et Élisèe dans la litterature chrètienne ancienne, Turnhout-Bellefontaine, 1997, y su breve presentación: «Élisée, disciple du grand Élieselon les Péres de l’Église», en Carmel (1994) 12-23.

24 Le culte du saint prophète Élie dans la liturgie byzantine, Paris, 1991;traducido en lengua rumana con el título Sfântul Proroc Ilie în cultu bizan-tin, Sibiu, 2002, con el prólogo de dos obispos amigos de la comunidad deStanceni, Lauretiu Streza, obispo ortodoxo de Caransebes, y Florentin Chrihal-meanu, actual obispo greco-católico de Cluj; de la misma autora: «La fête deSaint prophète Élie dans la liturgie byzantine», en Ecclesia orans, 9 (1992),pp.173-199.

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la Orden, Camilo Maccise, en calidad también de Presidente de laUnión General de Superiores 25. Se trata de una presentación suges-tiva de cuanto la Escritura, los Padres y la liturgia afirman a propó-sito de Elías como ideal de la vida monástica: el ideal de la virgi-nidad, del silencio y de la palabra, de la oración, la pobreza, elayuno; y también con el desarrollo de algunos rasgos carismáticosfuertes y típicos como el profetismo, la gracia de hacer milagros(taumaturgia), el celo por la gloria de Dios, la paternidad espiritual.Con varias lecciones finales como apunta la autora en la Conclusiónde este estudio: la ejemplaridad típica, la importancia de la tipologíamonástica del primer testamento, su influjo en el ecumenismo, lafidelidad a los caminos de la ascética y de la mística.

Se trata de un libro de gran interés para la espiritualidad monás-tica como camino ecuménico. Un libro que ha encontrado un eco enla Exhortación apostólica postsinodal de Juan Pablo II, Vita conse-crata, n. 84, cuando escribe: «La tradición patrística ha visto unafigura de la vida religiosa monástica en Elías, profeta audaz y amigode Dios».

El Carmelo Teresiano conserva en el Monte Carmelo de Pales-tina los lugares santificados por Elías, en la cima del Carmelo en elmemorial del sacrificio (Muhraka) con vistas a la llanura de Esdre-lón. Mantiene también en el santuario de la Virgen del Carmen, elfuego sagrado de su memoria cultual que une a cristianos, hebreosy musulmanes. Mantiene así en los mismos lugares elianos el vivorecuerdo del profeta en la Iglesia de Occidente. Por eso, recoge estapreciosa herencia de los Padres y de la liturgia, que dan al profetadel torrente Kerith, del Carmelo y el Horeb una dimensión de espi-ritualidad universal, recogida últimamente también por el Catecismode la Iglesia Católica 26.

25 Élie archétype du moine. Pour un ressurcement prophétique de la viemonastique, Abbaye de Bellefontaine, 1995, traducido a la lengua rumana enBucarest, 1999.

26 Una breve síntesis en mi presentación: «Le prophéte Élie dans le Cate-chisme de l’Église catholique», en Mikhtav, n. 12, 1995, pp.8-16.

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Teresa de Jesús y Juan de la Cruz

La presencia de Santa Teresa de Jesús en el área del Oriente cris-tiano es discreta. Existen traducciones de sus obras en griego, búlga-ro, rumano y ruso. Recientemente ha sido publicada una nueva edi-ción del Castillo interior en lengua rusa; por esta edición se interesóhace tiempo la esposa del teólogo ortodoxo G. Florovsky. Parece sinembargo que las primeras traducciones de Santa Teresa del francés alruso se hicieron en el siglo XIX, gracias al interés de Macario Glucha-rev, personaje abierto al diálogo con otras confesiones cristianas 27.

Con motivo del IV Centenario de la muerte de la Santa se pre-sentó el oficio bizantino compuesto en su honor, con algunas notasy comentarios que hacen ver la cercanía entre temas litúrgicos orien-tales y la doctrina teresiana 28.

Pocos son los estudios que se han hecho desde la espiritualidadortodoxa. Señalamos en particular algunos artículos comparativosentre la Santa y el monacato oriental 29. O entre la experiencia tere-siana de la luminosa belleza de Cristo y algunos textos de Simeónel Nuevo Teólogo 30.

Un buen conocedor de la tradición oriental rusa ha establecidouna serie de parecidos entre la Santa y el gran teólogo V. Soloview,especialmente entre el Camino de perfección de Teresa y el libro delautor ruso Los fundamentos espirituales de la vida, que contieneentre otras cosas un sugestivo comentario del Padre nuestro 31.

Tiene, sin embargo, la Santa de Ávila muchos filones de plenacoincidencia con la espiritualidad ortodoxa que se podrían estudiar,

27 G. FLOROVSKIJ, Vie della teologia russa, Genova, 1987, p.153.28 «Une lecture liturgique et doxologique de Thérèse de Jésus. Office de

rite byzantin en l’honneur de la Sainte d’Avila», en Teresianum, 33 (1982)729-770, en colaboración entre D. GUILLAUME y J. CASTELLANO.

29 M. SHIELDS, «Saint Teresa and Eastern monastic tradition», en SpiritualLife, 23 (1977), 153-162.

30 Ver en «Carmel» (1979) 408-412.31 J. RUPP, Message ecclesial de Soloview, Paris, 1975, pp.177-179: Solo-

view et Sainte Thèrèse. Quizà la idea en la que más coinciden los dos autoreses la apasionada defensa de la divino-humanidad de Cristo. Por parte de Solo-view en sus Lecciones acerca de la divino-humanidad; por parte de Teresa enla también apasionada defensa de la sacratísima humanidad de Cristo, del«divino y humano junto es siempre su compañía» (Moradas VI, 7, 9).

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especialmente en el campo de la espiritualidad cristocéntrica de lavida en Cristo, de la acción del Espíritu, de la oración continua, delcrecimiento espiritual, de la amistad divina, de la mística nupcial.Merecería un estudio la coincidencia, en expresiones y temas, entreTeresa y el gran autor espiritual del siglo XIV, Nicolás Cabasilas ensu obra cumbre, La Vida en Cristo, tan importante en la literaturaespiritual ortodoxa, por el realismo antropológico y cristocéntricode la vida espiritual cristiana 32.

Más rico es el panorama de estudios y posibles desarrollos deldiálogo con la ortodoxia a partir de San Juan de la Cruz. Es funda-mental el entronque de la doctrina del Santo con fuentes patrísticasorientales y occidentales que ha sido estudiado ya suficientemen-te 33. Naturalmente, se lleva la parte principal el estudio de los in-flujos del Areopagita, tan importante en algunos sectores de la teo-logía mística oriental, aunque a nuestro parecer se trata de algo muyrelativo 34.

Más interesante parece el cotejo de textos sanjuanistas con ladoctrina de Gregorio de Nisa 35 o la búsqueda de otras sintonías

32 Hay que notar que los orientales tienen en general sus prejuicios acercade las experiencias místicas fenomenológicas. Por eso, la doctrina teresia-na merece en un buen diálogo ser presentada a partir de la cristología y dela concreta soteriología de la vida en Cristo. Un cierto prejuicio en este campoha sufrido la Santa por la mala interpretación que de sus textos hizo MichailSpëranskij y que influenciaron, a su vez, el juicio negativo del célebre teólogoespiritual Teófano el Recluso; cf. T. SPIDLIK, La doctrine spirituelle de Thèo-phane le Reclus, Roma, 1965, pp.252-256.

33 Cfr. M. DIEGO SÁNCHEZ, «La herencia patrística de San Juan de la Cruz»,en Aa.Vv., Experiencia y pensamiento en San Juan de la Cruz, EDE, Madrid,1991, pp.83-111. Ha recogido el mismo autor la «bibliografía sobre los estu-dios patrísticos comparativos», en Bibliografía sistemática de San Juan de laCruz, EDE, Madrid, 2000, pp.225-228.

34 M. DIEGO señala varios libros y artículos sobre este tema: ibid., pp.507-508. En tiempos en que el misticismo del Pseudo Dionisio recibe sus merecidascríticas por su falta de cristocentrismo, no es muy positivo hacer la apología desu influjo en Juan de la Cruz; las cinco citas que el Santo recoge de un únicotexto, trasmitido por Santo Tomás, palidecen, por ejemplo, ante el influjo delos textos cristológicos y trinitarios del Evangelio de San Juan.

35 LOUIS GARDET, «De Gregoire de Nysse á Saint Jean de la Croix: Les nuitssanjuanistes», en Expériences mystiques en terre non chrétienne, Paris, Alcan,1956, pp.83-97; JEAN PHILIPPE HOUDRET, «Grégoire de Nysse et Jean de la Croix.Lecture de deux textes de la “Vie de Moyse”», en Carmel (1979) 373-390.

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espirituales, como el apofatismo, las noches oscuras o otras pers-pectivas más cercanas a la espiritualidad ortodoxa actual como ladimensión trinitaria, el sentido cósmico, la antropología de la ima-gen y semejanza de Dios, la mística bautismal y pneumática... 36

Entre los estudios que han tratado de acercar el mensaje de sanJuan de la Cruz a la espiritualidad oriental desde un punto de vistaincluso iconográfico, hay que resaltar el icono de San Juan de laCruz con las miniaturas del Cántico Espiritual que actualmente seencuentra en el convento del Santo en Segovia. Es una obra de lasCarmelitas Descalzas del monasterio melquita de Harissa, con mo-tivo del centenario de la muerte del Santo. La pintura ha sido acom-pañada posteriormente por la publicación de un comentario amplioy sugestivo. Se trata de una obra que ha encontrado una gran aco-gida y una buena divulgación 37.

Una breve y reciente lectura ortodoxa de San Juan de la Cruz hasido capaz de descubrir nuevas sintonías con la gran tradición espi-ritual del Oriente, entre ellas la cercanía con la espiritualidad de SanSilvano del Monte Athos, o la experiencia del Metropolita rusoTikhon de Zadonkns (siglo XVII); éste ultimo vivió la noche oscuradel espíritu, descrita por el Santo carmelita, y F. Dotoievski asumiósu figura de persona probada hasta el extremo, en su célebre novelaLos endemoniados 38.

36 Cfr. el clásico estudio del benemérito I. HAUSSER, «Les orienteaux con-naissent-ils les “nuits” de Saint Jean de la Croix», en Orientalia ChristianaPeriodica 12 (1946), pp.5-46. Un intento de presentación en clave oriental dela doctrina del santo en nuestro artículo: La mystique de Saint Jean de la Croixà la lumière de la mystique de l’Orient chrètien, en Jean de la Croix mystique,poète et Docteur de l’Eglise, Beyrouth, 1993, pp.25-53; también una presenta-ción general para un ambiente ortodoxo en mi artículo: San Giovanni dellaCroce. I simboli e la dottrina della contemplazione, ya citado.

37 Une carmelite, L’Epiphanie du coeur. De la ténébre á la lumiére, Nouan-le Fuzelier, Ed. Des Béatitudes, 1992, traducción italiana, Libreria EditriceVaticana, 1997. En castellano existe el audiovisual Creados para amar, MadridPaulinas, 1992. Otras publicaciones sobre el tema en la Bibliografía sistemá-tica de San Juan de la Cruz, pp.660-661.

38 DIACRE SERGE MODEL, «Une approche orthodoxe de Saint Jean de laCroix», en Mikhtav, n. 34, agosto de 2002, pp.27-33. Todo el número dedicadoa San Juan de la Cruz contiene diversas lecturas de su doctrina desde variastradiciones cristianas. Traducimos el artículo de Model en este mismo número.

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Teresa de Lisieux e Isabel de la Trinidad

La Santa de Lisieux ha penetrado muy pronto por los territoriosde la ortodoxia griega, rusa, ucraniana y rumana. Sus escritos fueronmuy pronto traducidos en esas lenguas. Teresa además fue nombra-da por Pío XI patrona de Rusia y fue la primera santa carmelita quetuvo un oficio propio en rito bizantino, obra de un convertido rusopoeta y escritor, W. I. Ivanov. Por esos vínculos con el Russicum,en la celebración del Doctorado de Santa Teresita el evangelio fuecantado además de en latín en lengua paleoslava y ante sus reliquiaslos representantes del Colegio Russicum, del que es también patro-na, cantaron los troparios litúrgico en su honor 39.

Uno de los juicios más lisonjeros acerca de la personalidad deTeresa es el del ortodoxo ruso Dmitrij Merezkovskij (1866-1941)que consideraba la Santa de Lisieux una de las figuras más relevan-tes del cristianismo, junto a Pablo, Agustín y Francisco de Asís. Sujuicio impresionó profundamemente a Jean Guitton y lo indujo aleer y comentar los escritos de la Santa y descubrir su verdaderogenio espiritual 40.

Se han podido recoger, de labios de un joven ortodoxo ruso,expresiones como ésta en tiempos del totalitarismo soviético: «Cuan-do podamos hablar veréis cuántas maravillas conoceréis de lo queSanta Teresa ha hecho por las almas en los campos de Siberia».Olivier Clément, célebre teólogo ortodoxo, ha unido idealmente asantos católicos y ortodoxos con estas palabras: «La verdadera Eu-ropa es la de los santos, la de la comunión de los santos, este río defuego en el que nada separa Francisco de Asís y Serafín de Sarov,Teresa de Lisieux y el staretz Silvano del Monte Athos, todos estosque son los que han derramado la sangre de su corazón y se hansentado a la mesa de los pecadores para que todos los hombres sesalven» 41.

39 Sobre las causas del patronazgo de Teresa de Lisieux sobre Rusia, cfr.«Sainte Thérèse de Lisieux et la Russie», en Les Annales de Thérèse de Lisiuex7, 1931, pp.74-75.

40 J. GUITTON, Il genio di Teresa di Lisieux, Torino, Sae, 1995, pp.XV-XVI.41 Se han recogido estos testimonios en Servitium Informativum Carmeli-

tanum 23 (1990), pp.63-65.

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El paralelismo entre Teresa de Lisieux y Silvano del MonteAthos se ha hecho ya clásico y se han dedicado a él varios estudios,mientras hay varias tesis de doctorado en preparación sobre eltema 42. Los dos, desde su espiritualidad propia, han vivido la nochede la fe y de la esperanza, pero a la vez la han transformado enparticipación espiritual y en intercesión ardiente por la salvación detodos, especialmente de los pecadores.

Otros autores han leído las poesías de la Santa a la luz de laortodoxia, en relación con el palamismo 43.

Ha profesado una particular devoción por la Santa el grupo deortodoxos rusos que mantienen viva la memoria del padre Alexan-der Men, asesinado en Moscú el 9 de septiembre de 1990. En laperegrinación de sus reliquias por los países del Este europeo, espe-cialmente por Rusia y Rumanía, muchos ortodoxos se han acercadoa venerar a nuestra Santa atraídos por su mensaje evangélico 44.Recientemente en altar de la unidad de la Basílica de Lisieux se hacolocado un icono de Teresa de Lisieux, hecho por un iconógraforuso con la imagen central de la santa y 16 escenas de su vida a sualrededor, según los cánones de la mejor iconografía eslava 45.

También sobre sor Isabel de la Trinidad se empiezan a descubriraspectos de diálogo espiritual con la ortodoxia, sobre todo por susfuertes connotaciones cristocéntricas y trinitarias y el sentido de lavida como una perfecta glorificación de Dios 46.

42 E. SIMONOD, «Sainte Thérèse de Lisieux (1873-1897) et le moine Siloua-ne du Mont Athos (1866-1938)», en Carmel (1979) 391-407; C. PORTIER,«L’amour au cœur du monde et de l’Église: Thèrèse de Lisieux, Silouane del’Athos», en Contacts I, 1985, 19-37.

43 M. BUSH, «Lecture orthodoxe des poèmes de Thérèse: Poésie et palamis-me», en Carmel (1980) 171-179.

44 Sobre la peregrinación de las reliquias de Teresa, cfr. la sugestiva cró-nica de Sor Tamara, de la comunidad de las Bienaventuranzas: «Réflexions surle passage des Reliques de Thèrése de Lisieux en Russie et Kazakhstan», enVie thèresienne 167 (2002) 25-67.

45 Reproduce el icono y algunas de sus escenas el Calendario especial parael 2002 de la revista «Thèrèse de Lisieux».

46 «La spiritualité orientale et le messagge de Soeur Élisabeth de la Trini-té», en Carmel (1985) 315-322, por el monasterio de Saint Remy Montbard.

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CONCLUSIÓN

Hemos tratado de recoger en simple reseña de temas y fuentesbibliográficas algunos datos importantes de las recientes relacionesentre la espiritualidad del Carmelo y de la espiritualidad ortodoxa.En tiempos de diálogo eclesiales y de vértices de los testigos de lafe y de la vida cristiana el acercamiento de unos a otros a través dela espiritualidad es importante. Ha sido un trabajo que quiere esti-mular la continuidad y abrir nuevos surcos de comunión ecuménica.

Quiero terminar con una evocación significativa. El 14 de no-viembre de 1999, fecha en que se celebra la fiesta de los Santos delCarmelo, Juan Pablo II bendecía la Capilla Redemptoris Mater delVaticano, preciosa obra de arte en la que se juntan las dos tradicio-nes oriental y occidental para respirar con los dos pulmones de laIglesia indivisa. En esa capilla, en la pared central en torno a laimagen de la Virgen «Redemptoris Mater», y bajo a mirada de laTrinidad, representada por los tres ángeles de la Teofanía de Manré,en grupos de tres —reflejo de la comunión trinitaria— están repre-sentados en mosaico 36 santos de Oriente y de Occidente. Junto alos padres de la Iglesia, los fundadores de iglesias, los grandesmonjes y evangelizadores, los artistas de esta capilla, entre ellos unortodoxo ruso autor principal de esta pared central, han colocado atres Santos del Carmelo: Juan de la Cruz y Teresa de Lisieux, juntoa Dionisio Areopagita, Teresa de Jesús, junto a Ignancio de Loyolay el santo armenio Gregorio el Iluminador. En otro lugar aparece, enel episodio de la Transfiguración, el profeta Elías. Y en torno alicono de la Ascensión-Pentecostés, figura, como imagen representa-tiva de la vida consagrada, junto al carisma del martirio, de la ca-ridad y del amor conyugal, la figura de Santa Teresa Benedicta dela Cruz, Edith Stein.

Esta imagen viva de la presencia de los Santos del Carmelo enel diálogo entre Oriente y Occidente es una realidad y un estímulopara el futuro.