El Casicazgo En La Cultura PolíTica De MéXico
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BENEMÉRITA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE PUEBLA
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES
LICENCIATURA EN CIENCIAS POLÍTICAS
TCU COMPUTACIÓN 111 002
PROFR. EDUARDO GONZÁLEZ PEREA
ENSAYO:
EL CACICAZGO EN LA CULTURA POLÍTICA MEXICANA
JOSE ORLANDO ISIDRO RAMOS
MATRÍCULA 200835515
PUEBLA DE ZARAGOZA, PUE. NOVIEMBRE 2009
EL CACICAZGO EN LA CULTURA POLÍTICA MEXICANA
Contenido
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................................. 3
MÉXICO EN EL CONTEXTO INTERNACIONAL.................................................................................................. 4
¿Y EL DESARROLLO NACIONAL?..................................................................................................................... 4
CULTURA POLÍTICA ........................................................................................................................................ 5
CACICAZGO .................................................................................................................................................... 6
METÁFORAS DEL CACICAZGO EN JUAN RULFO ............................................................................................. 7
PASADO Y PRESENTE, NECESIDAD DEL FUTURO EN MÉXICO ...................................................................... 11
CONCLUSIONES ............................................................................................................................................ 13
Bibliografía y Notas. ..................................................................................................................................... 14
EL CACICAZGO EN LA CULTURA POLÍTICA MEXICANA ENSAYO
3 José Orlando Isidro Ramos
EL CACICAZGO EN LA CULTURA POLÍTICA MEXICANA
José Orlando Isidro Ramos
INTRODUCCIÓN
El desarrollo de un mundo globalizado exige nuevos criterios de interpretación al
crecimiento y desarrollo en los diferentes ámbitos de la vida social al interior del país. El
ejercicio del gobierno y la participación ciudadana tiene sus fundamentos en la Cultura
Política nacional, producto de un legado histórico que define nuestras instituciones y la
forma en que estas se llevan a cabo.
En el presente ensayo se hace un análisis de las repercusiones que tiene el
“cacicazgo” en la cultura política, en el ejercicio del poder gubernamental y la necesidad
de ampliar los márgenes de participación ciudadana.
Pedro Páramo, obra literaria de Juan Rulfo, es el pilar que sirve de base para
deducir el fenómeno del cacicazgo, con el cual se impregna un estilo “florido” e
“ilustrativo” para desarrollar el tema.
Se contextualiza la situación del país ante la crisis económica internacional para
justificar la pertinencia del tema; se definen los conceptos de cultura política y
cacicazgo; se desarrolla, en metáfora, la obra de Rulfo y la política nacional para
describir el cacicazgo; pasamos del análisis histórico-literario al contexto actual en el
que se desarrolla la visión de desarrollo y progreso nacional, y; finalmente, la
conclusión: transformación de la cultura política y una participación ciudadana que exija
la implementación de políticas públicas y gubernamentales con miras a definir el
bienestar social y el desarrollo nacional.
MÉXICO EN EL CONTEXTO INTERNACIONAL
Nuestro contexto nacional se muestra con cierta decadencia, siempre que el
mercado mundial presenta una dificultad cada vez mayor para superar sus
imperfecciones. Todos los ámbitos de la vida social entran, de forma gradual, en una
relativa crisis, motivada por la falta de satisfactores a las necesidades de la sociedad,
en todos los rublos de la vida común y ordinaria, de todos y cada uno de los ciudadanos
y sus sistemas políticos.
Los países subdesarrollados, como el nuestro, no sólo son los más afectados
ante el fenómeno de la crisis económica sino también los que tienen posibilidades
mucho más limitadas para superarlas. En este sentido, nos vemos en la necesidad de
buscar las mejores alternativas, potenciar las mayores posibilidades, para promover el
desarrollo y crecimiento nacional. Sin embargo, hay una tradición política, de partido-
estado hegemónico que ha trascendido y permea en las bases de la oferta política
partidista de la actualidad y que no ha renunciado a las aspiraciones unipersonales y
privilegiadas del poder.
La crisis tiene un origen externo a las condiciones económicas del país que al
interior vino a evidenciar los males inherentes a nuestro sistema económico que se
fundamenta en un tradicionalismo político decadente, impregnado en las facciones
políticas, responsables de promover el desarrollo nacional.
¿Y EL DESARROLLO NACIONAL?
¿Los mexicanos no queremos desarrollo, no queremos modernización, no
queremos ser productivos, no queremos mejores condiciones de vida? ¿No aspiramos
EL CACICAZGO EN LA CULTURA POLÍTICA MEXICANA ENSAYO
5 José Orlando Isidro Ramos
a un sistema democrático, a un sistema político transparente, a ofertas partidistas
consecuentes entre sus principios y proyectos, a un sistema en el que la sociedad se
sienta verdaderamente representada?
Pareciera que estas preguntas son absurdas pues sus respuestas son obvias,
son, al fin de cuentas, las mejores aspiraciones que puede tener cualquier sociedad.
¿Pero entonces, por qué nuestro país no se perfila con este rumbo, promovido desde el
ámbito gubernamental, cuando otros países con peores economías, peores sistemas
políticos, muestran significativos avances que llegan incluso a rebasarnos, en claro
ejemplo a nuestra clase política?
El cacicazgo en la cultura política mexicana pude darnos respuestas sobre estas
deficiencias en el sistema político. Es por esencia una característica tradicional del
sistema en el manejo administrativo del poder y la economía. La interpretación histórica
de este fenómeno aporta elementos que nos permiten caracterizar los males políticos
que nos aquejan y sus repercusiones en el ámbito socioeconómico.
CULTURA POLÍTICA
La Cultura Política, de acuerdo con Almond y Verba1, se constituye por las
orientaciones cognitivas, afectivas y evaluativas de los ciudadanos hacia el sistema
político como un miembro activo de él. El ciudadano fundamenta, sobre su valoración
del sistema político, sus sentimientos patrióticos, nacionalistas, democráticos,
constitucionales, sociales, etc., y las orientaciones que estas tienen en si mismo como
ente activo. La cultura política, en este sentido, implica un ciudadano activo,
consciente, participativo ante las estructuras burocráticas, sus instituciones y sus
decisiones.
Indiscutiblemente esta concepción está muy lejos de definir la cultura política
mexicana, no por ello deja de ser un anhelo. Nuestra Cultura política tiene sus pilares
en el caleidoscopio de la Colonia, el sistema de castas, la Independencia de México, la
lucha entre el proyecto liberal y el conservador, la Dictadura porfirista, la Revolución
Mexicana, entre caciques, caudillos, estadistas y tantos cristales más.
CACICAZGO
El término cacique es una corrupción de la palabra arawak-caribeña kassequa.
Entra en el vocabulario español durante el primer contacto que tuvo con el Nuevo
Mundo, haciendo referencia a los jefes indios locales, se difundió en España y en
América y se amplió para significar "el que manda". Puede aplicarse al dictador militar
de un estado nacional, a un hacendado poderoso paternalista del interior, a un líder
agrarista regional, un comerciante político citadino. Hoy en día su significación varía
tanto como las condiciones políticas y socioeconómicas.2
En México el término cacique, según Paul Friedrich, describe al jefe local que se
ha adaptado con éxito a varios regímenes desde el siglo XIX en adelante. Es un jefe
poderoso y autocrático de la política local y regional cuyo gobierno, característicamente
informal, individualista y a menudo arbitrario, se apoyan en el núcleo de parientes,
“golpeadores” y subordinados, y se distingue por la amenaza, la violencia y la aplicación
de esta. Sin embargo, Eric Wolf y Henning Siverts, sin dejar de admitir la definición de
Friedrich, señalan que al mismo tiempo estos caciques actúan como mediadores
EL CACICAZGO EN LA CULTURA POLÍTICA MEXICANA ENSAYO
7 José Orlando Isidro Ramos
políticos y culturales, reduciendo al mínimo el abismo que hay entre los campesinos de
la comunidad rural y las costumbres, la Ley y el Gobierno del Estado y el de la Nación.3
El cacique es el personaje sin escrúpulos, terrateniente, hacendado, propietario
“legitimo” de grandes extensiones de tierra (y tácitamente de todo lo que hay sobre
ella), comerciante monopolista que elevaba los precios de las mercancías, usurero y
acaparador de los artículos de primera necesidad. Es el núcleo activo de una docena
de hombres, rodeado de parientes cercanos, compadres y amigos de confianza. Estos
son los consejeros y luchadores más valientes, conocidos como pistoleros, matones y
asesinos. Son la fuerza de coacción del cacique. Junto a su círculo interno ay uno
externo más numeroso de partidarios dependientes, inactivos, intimidados que rodean
esta facción apoyándola y sufriendo al mismo tiempo todos sus males y desmanes.
Esta es la estructura llana de los feudos caciquiles.
METÁFORAS DEL CACICAZGO EN JUAN RULFO
Pedro Páramo, de Juan Rulfo,4 es una retrospectiva histórica hacia el México
caciquil ejemplificado en Comala. Desentrañando, en metáfora, los personajes de esta
novela podemos deducir las condiciones sociales que describe Rulfo del poder y la
influencia del cacique.
El origen de Pedro Páramo está en una coyuntura histórica entre el vacío de
poder y las condiciones sociales del México post independiente. El Occidente y la
Colonia en América no dejan de ser sus ancestros inmediatos, cuyos sentimientos se
encuentran aún contenidos en Lucas Páramo, padre de Pedro, que se refiere hacia él
como “un inútil”, “no se cuenta con él para nada”. Sentimientos de menosprecio
presente en el viejo continente hacia América, al respecto Leopoldo Zea señala, “el
Occidente, al extender las márgenes de su Civilización a la América se tropezó con
pueblos que en ninguna forma parecían caber dentro de sus márgenes,”5 negándole
toda posibilidad de “ser” al hombre americano.
El poder de los caciques se crea mediante el robo, el despojo, la usura, el
engaño, el asesinato, la violencia, contra todo y contra todos los que se interponen al
alcance de sus intereses. El ultraje sínico a la riqueza de la nación es la tierra de cultivo
en la que germina el cacique. Pedro Páramo encuentra el principio de su poder en el
engaño a Doloritas Preciado, mediante un falaz amorío y un interesado enlace
conyugal, que una vez alcanzado, y desposeyendo a ésta de sus bienes, la relega al
olvido completamente desamparada. No es pues de extrañar la conducta “chaquetera”
de la clase política, que se desgarra las carnes por el país mientras busca alcanzar el
poder, después lo trata con la punta del pie.
Pedro Páramo no es el peor de los males, también esta su hijo Miguel Páramo,
de quién se siente orgulloso. Sin embargo, Miguel no es su único hijo, incluso, no hay
pruebas de que lo sea, es al único que hace suyo por capricho, por no saber quién es
su madre, por ser ese pobre “animal” un reto para él, pero que termina siendo ante sus
ojos, la encarnación de su poder. Miguel viola, mata, amenaza, intimida a las mujeres y
a la gente del pueblo sin restricción alguna, a la sombra del poder de su padre. Miguel
no es el instrumento coercitivo de Pedro, ese papel lo desempeña Fulgor Sedano quién
a base de pistola en mano hace valer las disposiciones de Pedro Páramo. Miguel es el
libertinaje al que tiene “derecho” todo poderoso, es el límite de su ley y autoridad, es el
menosprecio a la condición humana, inferior por su status social.
Miguel Páramo es la referencia a un Sistema Político completamente ajeno a las
condiciones del país, en el que la clase política se jacta de sus alcances, justificando
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9 José Orlando Isidro Ramos
sus desmanes por permitir “hacer valer la autoridad”, por persuadir a los que amenacen
“el orden”, pues deja bien claro quién es el que manda. Es la alusión a un sistema
jurídico que no admite más leyes que las que la clase política ha promulgado, es el
encubrimiento de intereses mediante “un Estado de Derecho”. Al respecto sólo falta
añadir lo que, en Rulfo, Miguel Páramo muere por sí mismo, no hace falta buscarle
asesinos, son sus propias tropelías las que lo llevan a la muerte.
Dorotea, la Cuarraca, es la posibilidad no concretada de la política mexicana, es
la ilusión de su fertilidad ante el Milagro Mexicano, ante la posibilidad Democrática en
las elecciones del año 2000, es la percepción de entrar al primer mundo como un país
desarrollado. Pero que al fin, no es sino un sueño, un sueño bendito que se convirtió en
maldito. “El primero fue el que me hizo soñar que había tenido un hijo. Y mientras viví,
nunca deje de creer que fuera cierto… del sueño maldito… saque la aclaración de que
nunca tuve un hijo. Lo supe ya muy tarde, cuando el cuerpo se me había achaparrado,
cuando el espinazo se me salto por encima de la cabeza, cuando ya no podía
caminar”.6 Los partidos políticos y los políticos han perdido credibilidad y legitimidad
porque han hecho una política estéril, seca, improductiva, sin resultados en ningún
ámbito de la vida social ni económica. Nuestra política esta tan seca, menesterosa y
muerta como la Cuarraca.
El amor verdadero de Pedro Páramo es Susana San Juan, la mujer que no pudo
hacer suya, la conciencia que no se amilano ante su poder, el espíritu que vivió libre
aún cuando se le aprisiono en “La Media Luna”. Susana vivió enamorada de Florencio,
un hombre del pueblo sin más rango que el que su propia vida le confería. La riqueza
de su padre, Bartolomé San Juan, o el poderío de Pedro Páramo no lograron sacar a
Susana del mundo de éxtasis ilusorio en el que vivía con Florencio. Fue ese amor
desinteresado, verdadero, humilde, apasionado que no dejó vivir en paz el espíritu de
Susana. El amasiato entre el pueblo y la libertad (considerada demencia en Susana)
intrigaba a Pedro Páramo pues no concibe que pueda haber algo más que el poder,
puesto a los pies de ésta mujer y que ella fuera ante él completamente indiferente.
El amor de Susana negado a Pedro Páramo significo su acabose, aún cuando
este siempre le estuvo negado.
Susana muere para desgracia de Páramo. La ceremonia sepulcral para el
cacique, en la confusión, es festejo para el pueblo. Polémico el pasaje de la muerte de
Susana, porque si bien es cierto que el pueblo es ignorante no es indolente, nunca ante
la muerte, a la cual ve con mucho respeto. ¿Significación subliminal el acontecimiento?
El pueblo alcanza la libertad con esta muerte, quizá con satisfacción y sentimientos de
venganza ante la dolencia de Pedro Páramo, que no tiene comparación con la que ellos
habían sufrido por su mano y decisión. “Hasta acá llegaba la luz del pueblo, que
parecía una aureola sobre el cielo gris. Porque fueron días grises, tristes para la Media
Luna. Don Pedro no hablaba. No salía de su cuarto. Juró vengarse de Comala: Me
cruzare de brazos y Comala se morirá de hambre. Y así lo hizo”.7 Lo que es felicidad
para el poderoso es opresión para el desposeído, cuando el oprimido alcanza felicidad
es porque ha logrado librarse de su opresión.
Abundio Martínez, hijo bastardo de Pedro, es el que finalmente lo lleva a la
muerte. No lo hace por convicción sino por resentimiento. Es la acción que se deriva de
la opresión y miseria en la que lo mantuvo su “padre”. Abundio no encarna sino la
reacción acumulada por un sistema indolente, por un sistema ajeno a las necesidades y
sentimientos de su población, es la expresión vengativa, espontánea, irracional de
frustración e indignidad en la que vivimos, que no tiene más alcances que cobrar
venganza y que tiene relevancia solo por ser un producto, “un hijo”, de ese mismo
sistema.
EL CACICAZGO EN LA CULTURA POLÍTICA MEXICANA ENSAYO
11 José Orlando Isidro Ramos
Juan Preciado, es el hijo de la “nación”, de Doloritas Preciado, viuda despojada
de sus riquezas materiales, que encuentra su muerte al volver al pasado, asfixiado por
los murmullos de los muertos de Comala. Volver al pasado es compartir la misma
desgracia que la Cuarraca, morir en la esterilidad. Volver al pasado no tiene futuro.
Pero, no deja de ser legítimo el anhelo de pedirle cuentas al pasado. Exigir justicia ante
lo que por derecho es nuestro, de los mexicanos, de los hijos de esta nación que ha
sido despojada por tantos caciques.
PASADO Y PRESENTE, NECESIDAD DEL FUTURO EN MÉXICO
Octavio Paz diría ¿para que buscar en la historia una respuesta que nosotros
podemos dar?8 Esta pregunta hace referencia a la necesidad que tenemos los
mexicanos por definir nuestra conducta hacia el futuro, ¿seguir siendo los mismos o
cambiar? Pues señala que los mexicanos no hacemos ni una ni otra cosa. Es certera su
apreciación cuando hablamos de los mexicanos como ciudadanos, como pueblo. Pero
cuando se hace sobre sus políticos y su sistema es claro que la respuesta no deja lugar
a dudas: ser lo que somos siempre que se mantengan o acreciente los privilegios
existentes.
Esta premisa de los políticos condiciona la vigencia del tradicionalismo caciquil
en la Cultura Política Mexicana. Las características que guardaba el sistema caciquil en
sus orígenes no han variado mucho. La conformación del sistema político mexicano se
ha caracterizado “por el paternalismo, la sujeción o protección del compadrazgo, la
presencia de liderazgos radicales y cacicazgos de origen civil o militar… [conformando]
redes de dominación y de consenso que una vez institucionalizadas le [aseguran] al
Estado una larga vida y un origen heroico, de preferencia legitimado en la Revolución.”9
No hemos alcanzado el desarrollo y la democracia, porque la esfera política le
teme a la modernidad. Encuentra en ella un enemigo capaz de arrebatarle el poder y
los privilegios de los que goza. El desarrollo es un enemigo natural del cacique, del
poder autoritario, del usufructo de la fuerza y la violencia. Jaime Olveda, al describir el
cacicazgo de Gordiano Guzmán10, declara que a pesar de ser oriundo del Sur de
Guadalajara, decide establecer su cuartel al norte de Michoacán, porque el desarrollo
en Guadalajara amenazaba su poder e influencia. En Michoacán encuentra dos
condiciones optimas: “un territorio incomunicado, montañoso, con climas extremos e
integrado a base de poblaciones pequeñas…”, y una población “compuesta
principalmente de indígenas y mulatos…, en medio de los estragos de la pobreza, la
insalubridad y la ignorancia”, “sin duda el medio más adecuado para consolidar un
cacicazgo”.11 Cualquier semejanza histórica con nuestra realidad es solo “coincidencia”.
El desarrollo tiene que orientarse hacia la modernidad nacional, pero no una
modernidad copiada, a una modernidad ajena. No se trata de un cambio de la
mexicanidad por la “norteamericaneidad” o la “europeidad”. No queremos seguir siendo
los mismos, queremos cambiar, queremos ser diferentes, pero al mismo tiempo, no
queremos ser iguales a otros, queremos ser semejantes a los demás bajo nuestra
propia cultura, idiosincrasia, desarrollo, democracia, sistema político, etc.
EL CACICAZGO EN LA CULTURA POLÍTICA MEXICANA ENSAYO
13 José Orlando Isidro Ramos
CONCLUSIONES
Las respuestas a los males de la cultura política no se encuentran sólo en la
cultura política, el sistema político o las élites políticas de nuestro país. Una parte
efectiva de la solución, es que los ciudadanos nos diferenciemos de los muertos que
siguen divagando en el Comala nacional, que cobren la existencia que el cacique y el
sistema siempre le han negado, Que en un acto altanero declaremos la muerte de
Pedro Páramo y su descendencia, el fin del ejercicio caciquil de la política, del poder y
de la economía. “El caciquismo ha sido y continúa siendo una característica semioculta
de la cultura mexicana…, [ejerciendo] su poder más bien a través de redes políticas y
socioeconómicas informales y no por medio de partidos y de instituciones formales…”12
¿Podría el sistema cruzarse de brazos y dejar morir de hambre a los mexicanos
más de lo que ya lo ha hecho? ¿Tenemos que seguir esperando que el Occidente y
Norteamérica nos sigan pensado para tener existencia? ¿Los ciudadanos seguiremos
vagando como espíritus errantes porque no hemos tenido los recursos para comprar
“nuestra bendición” y la entrada al cielo?
México necesita transformarse de fondo, para ello la ciudadanía necesita salir del
gran marasmo en el que hemos estado sumergidos y hacer valer los derechos que
históricamente nos han sido negados. Innegablemente los referentes van a ser las
potencias mundiales, sin embargo, las bases de esa transformación deben ser internas
bajo parámetros crecientes de educación, infraestructura, empleo, servicios sociales,
transparencia y rendición de cuentas de la clase política, democracia, etc., exigida, no
esperada, por los ciudadanos, de otra manera, las condiciones sociales en las que
vivimos no solo serán las mismas sino que serán cada vez peor.
Bibliografía y Notas.
1 Almond, Gabriel A. y Verba, Sidney. La Cultura Política, en: Diez textos básicos de Ciencia Política. Albert Batlle, Recopilador. Editorial Ariel. Barcelona 2001. Pp. 171-201. 2 Brading, D. A. Caudillos y campesinos en la Revolución Mexicana. FCE. México, 1996. Capitulo IX. El Caciquismo y la Revolución: Carrillo Puerto en Yucatán. Pp. 239-276. 3 Ibíd. 4 Rulfo, Juan. “PEDRO PÁRAMO”. EDITORIAL RM & FUNDACIÓN JUAN RULFO. México, 2009. Pp. 132 5 Zea, Leopoldo. “El Occidente y la conciencia de México”. Editorial Porrúa, “Sepan Cuantos…” Núm. 269. México, D. F. 2001. Pp.80 6 Rulfo, Juan. “PEDRO PÁRAMO”. PP. 64-65. 7 Ibíd. Pp. 124 8 Paz, Octavio. El Laberinto de la Soledad.FCE. México. D. F. 2000. Pp. 24 9 Martínez Assad, Carlos. Estadistas, Caciques y caudillos. Instituto de Investigaciones Sociales. UNAM. México 1988. Pp. 10 10 Ibíd. Jaime Olveda. Capítulo I. El cacicazgo de Gordiano. Pp. 15 11 Ibíd. pp.17 12 Brading, D. A. Caudillos y campesinos en la Revolución Mexicana. Pp. 244
Noviembre 2009.