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TOMO 5 - Capítulo 12: Roma Arcaica

La descomposición ... El Coliseo romano

El Coliseo Romano: el símbolo del Imperio

Originalmente denominado Anfiteatro Flavio, en honor a la Dinastía de empe-radores flavianos que lo construyó. Sin embargo, pasó a ser llamado Colosseum por una gran estatua ubicada junto a él, el Coloso de Nerón, que no se conserva en la actualidad. Por sus características arquitectónicas, estado de conservación e historia, el Coliseo es uno de los monumentos más famosos de la antigüedad clásica, y declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1980. Se

construyó justo al Este del Foro Romano, y se calcula que las obras comenzaron entre el 70 y el 72 d. C., bajo mandato del emperador Vespasiano. El anfiteatro, que era el más grande jamás construido en el Imperio romano, se completó en el 80 por Tito, y fue modificado durante el reinado de Domiciano. Daba cabida

a 50 mil espectadores, ávidos de carreras de cuádrigas, naumaquias, ejecucio-nes y luchas de gladiadores y fieras.

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El Coliseo romano Roma bajo el gobierno de ... La descomposición ...La sociedad bajoimperialPolémica entre paganismo ...


DescripciónEl anfiteatro, o unión de dos teatros, fue una innovación arquitectónica romana, modelo para los recintos deportivos modernos por su ingenioso diseño y por permitir soluciones eficaces a problemas actuales. Ahora bien, la construcción del Coliseo demando diez años de duros trabajos. Mide 57 metros de altura, con un perímetro de la elíptica de 524 me-tros, cuyos tres pisos inferiores, apoyados sobre arcos, conforman un gigantesco pasillo abovedado.

❧ La arena: El terreno de juego propiamente dicho era un óvalo de 75 por 44 me-tros, que en realidad era una plataforma construida en madera y cubierta de arena, que garantizaba así la absorción de la sangre derramada. Por debajo discurría un complejo de túneles y mazmorras de 6 metros de profundidad denominada hipogeo, en el que se alojaba a los gladiadores, a los condenados y a las fieras, que aparecían en la misma arena mediante rampas abatibles o poleas y montacargas que comunicaban con el sótano y que podían ser usadas durante el espectáculo. La cubierta de madera ya no se conserva, con lo que todo el laberinto subterráneo permanece hoy al descubierto.

❧ La estructura: El Coliseo romano fue quizás la obra más grandiosa de la arqui-tectura romana, y en él se utilizaron las más variadas técnicas de construcción. Unos cimientos de 12 metros sujetan los 80 pilares de mármol travertino sobre los que des-cansa la fachada, cuyas galerías interiores están formadas por arcos y bóvedas. Aque-llas bóvedas que sostienen la cávea se hicieron vertiendo argamasa de cemento direc-tamente sobre cimbras de madera, una innovación que aligeraba la fábrica. El hecho de que el edificio se ubicase sobre una laguna obligó a excavar hasta 14 metros de limos inservibles y realizar una cimentación de hiladas de argamasa de cal y piedras alternadas.

Vista interna del Coliseo Romano.

El anfiteatro, o unión de dos teatros, fue una innovación arquitectó-nica romana, modelo para los recintos de-

portivos modernos por su ingenioso diseño y

por permitir soluciones eficaces a problemas

actuales.

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❧ La cávea: El amplio gradería ubicado en su interior estaba diferenciado en gradus, es decir, en pisos reservados para las diferentes clases sociales. En el primero de ellos, conocido como el podium, se sentaban los romanos más ilustres, como los senadores, magistrados, sacerdotes y quizá las vestales. El palco del emperador estaba situado en la primera gradería, al sur, mientras que el resto de estos ciudadanos acomodados ocupaban el resto de los asientos, que eran de mármol hasta la tercera gradería. Dado que este piso era el más próximo a las fieras, había una red metálica de protección y arqueros apostados regularmente. Luego se encontraba el maenianum primum, para los aristócratas que no pertenecían al senado, y el maenianum secundum, dividido en el imum para los ciudadanos ricos y el summum para los pobres. En lo más alto estaba el maenianum summum in ligneis, hecho de madera, probablemente sin asientos y reservado para las mujeres pobres, los esclavos y los extranjeros. Por lo demás, algunas órdenes sociales, como los tribunos, los sacerdotes o los distintos miembros de la mili-cia, tenían sectores reservados.

❧ Vomitorios y Escaleras: El acceso desde los pasillos internos hasta las gradas se producía a través de los vomitorios, denominados así por-que estas salidas permitían desalojar el aforo máximo del Coliseo, co-múnmente de 50 mil espectadores, en un poco más que cinco minutos. Por su parte, las escaleras partían desde las galerías concéntricas de la planta baja hasta las graderías superiores. Se supone que había carteles para orientar a cada estamento social.

Sección por la cávea. Derecha: El hipogeo al aire libre.

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❧ El entoldado: El Coliseo contaba con una cubierta de tela desplegable accionada mediante poleas. Esta cubierta, hecha primero con tela de vela y luego sustituida por lino, mucho más ligero, se apoyaba en un entramado de cuerdas del que poco se sabe, aunque se cree que era extendido por marineros de las flotas acantonadas en Roma, donde cada sector de tela podía moverse por separado de los de alrededor. En la parte superior de la fachada se han identificado los huecos en los que se colocaban los 250 mástiles de madera que soportaban los cables. Al parecer, las cuerdas se anclaban en el suelo, pues de otro modo los mástiles soportarían demasiado peso. A tal efecto había un anillo concéntrico de piedras o cipos situados a 18 metros de la fachada en la explanada exterior, y que también permitían el control del público para evitar aglo-meraciones. La franja entre la fachada y los cipos estaba pavimentada con travertino.

❧ La fachada: La fachada se articula en cuatro órdenes, cuyas alturas no se corres-ponden con los pisos interiores. Los tres órdenes inferiores los forman 80 arcos sobre pilastras, con semicolumnas adosadas que soportan un entablamento puramente de-corativo. El cuarto, en cambio, lo forma una pared ciega, con pilastras adosadas, y ven-tanas en uno de cada dos vanos. Los órdenes de cada piso combinan estilos diferentes: en el primer nivel, dórico; en el segundo, jónico; y en el tercero, corintio. El último piso tiene un estilo indefinido que fue catalogado en el siglo XVI como compuesto. Por lo demás, era corriente superponer estilos diferentes en pisos sucesivos, aunque no era habitual hacer edificios con cuatro órdenes superpuestos.

El hipogeo al aire libre.

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Algunos acontecimientosGeneralmente, el Coliseo se usaba para peleas de gladiadores así como una gran variedad de eventos. Los espectáculos, llamados munera, tenían un fuerte componente religioso, aunque también solían ser la base de una demostración de poder e influencia familiar, resultando ser increíblemente populares entre la plebe. Estos gladiadores podían ser pro-fesionales, voluntarios, convictos o prisioneros de guerra que, entrenados en escuelas, se enfrentaban contra fieras o bien por parejas o grupos equilibrados.

Admirados durante gran parte del Imperio, tras los combates, el emperador decidía su gracia, pulgar arriba, o muerte, pulgar abajo. Es célebre la frase “Ave, Caesar, morituri te salutant”, “Salud, César, los que van a morir te saludan”, atribuida tra-dicionalmente a los gladiadores que participaban en estos espectáculos.

Otro espectáculo popular era la caza de animales, o venatio. En ella se usaban una gran variedad de bestias salvajes, la mayoría importadas de África, e incluían rinocerontes, hipo-pótamos, elefantes, osos, panteras, leones, leopardos y tigres, azuzados entre sí con agujas y fuego. Estos eventos se celebraban a veces a una gran escala; se dice que Trajano celebró sus victorias en Dacia en el 107 con juegos que incluyeron a 11.000 animales y 10.000 gladiadores, desarrollándose a lo largo de 123 días. Por lo demás, las carreras de cuádrigas fascinaron a emperadores como Calígula y Nerón, donde los áurigas, de pie, látigo en mano y con las riendas en la cintura, tenían que dar 7 vueltas a la pista.

En la antigüedad poseía un aforo para 50.000 espectadores, con ochenta filas de gradas.

Otro espectáculo po-pular era la caza de

animales, o venatio. En ella se usaban una gran

variedad de bestias salvajes, la mayoría

importadas de África, e incluían rinocerontes, hipopótamos, elefantes, osos, panteras, leones,

leopardos y tigres, azuzados entre sí con

agujas y fuego.

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Asimismo, durante los primeros días del Coliseo, los escritores clásicos decían que el edifi-cio se usaba para la naumaquia, que consistía en un vistoso simulacro de una batalla naval. Un entramado de canalizaciones subterráneas convertía en pocos minutos la arena de la pista en un lago artificial, aunque esto ha sido objeto de debate para los historiadores, ya que, por más que el llenado del edificio con agua no hubiera presentado problemas, no está claro cómo podían haber hecho que la arena fuese impermeable, ni si hubiera habido espacio suficiente para que los barcos de guerra se moviesen. Por ello, se ha sugerido que las fuentes hablan entonces de otro lugar, o que el Coliseo tenía en sus orígenes un ancho canal inundable que iba hasta su eje central, y que posteriormente habría sido sustituido por el hipogeo.

Los cristianos y el Coliseo

Durante mucho tiempo, se ha considerado al Coliseo como la escena de numerosos martirios vi-vidos por los primeros cristianos. No obstante, y de todas formas, esta creencia parece haber surgido sólo durante el siglo XVI, ya que las fuentes romanas y de la Alta Edad Media se refieren a martirios cristianos en lugares de Roma va-gamente descritos pero sin espe-cificar en cuál. Por otra parte, en la Edad Media, el Coliseo desde luego no era visto como un lugar sagrado. Su uso como fortaleza y luego como cantera demuestra la poca importancia espiritual que se le atribuía, en un tiempo en el que los lugares asociados con mártires eran muy venerados.

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