El Criador de Gorilas

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El criador de Gorilas. Roberto Arlt. (Octubre 2014) El criador de Gorilas es un libro de Roberto Arlt, cuyos relatos transcurren en su totalidad en áfrica, y reflejan las costumbres islámicas de los pueblos del norte del continente y las costumbres de los pueblos del África negra. Es un libro sorprendente; la verdad es que personalmente nunca hubiera esperado estar frente a este tipo de narraciones, ni a este tipo de paisajes o escenarios, al sentarme a leer un libro del mítico escritor de Flores. Al leerlo, vinieron a mi cabeza algunas lecturas de mi adolescencia, que no podría especificar con claridad; recuerdo libros que me generaban extrañeza ante costumbres desconocidas, casi fantásticas, y me atrapaban con aventuras en territorios exuberantes y salvajes. Pienso en Stevenson, en Swift, en London, en Verne, en lo que imagino que serían Defoe o Melville; pero también en algunos escritores latinoamericanos como Quiroga, Carpentier, García Márquez, Roa Bastos, y seguramente muchos otros que no me acuerdo ahora mismo, pero que supieron describir el continente ingenuamente poblado de misterios, de magia, de selvas infinitas, de animales temibles, de tribus salvajes y peligrosas. Repito que es un libro que me sorprendió para bien. Siempre imaginé a Arlt relacionado con la literatura urbana de Buenos Aires, con Borges indefectiblemente, con Marechal, con Piglia, a veces con Cortázar, otras con Walsh, seguramente con muchísimos otros que no puedo enumerar ahora. Pero me desencaja releerme relacionándolo con los autores nombrados más arriba: ¿Qué tienen en común el metálico y asfaltado Arlt con el aventurero Stevenson?

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El criador de Gorilas. Roberto Arlt.(Octubre 2014)El criador de Gorilas es un libro de Roberto Arlt, cuyos relatos transcurren en su totalidad en frica, y reflejan las costumbres islmicas de los pueblos del norte del continente y las costumbres de los pueblos del frica negra. Es un libro sorprendente; la verdad es que personalmente nunca hubiera esperado estar frente a este tipo de narraciones, ni a este tipo de paisajes o escenarios, al sentarme a leer un libro del mtico escritor de Flores. Al leerlo, vinieron a mi cabeza algunas lecturas de mi adolescencia, que no podra especificar con claridad; recuerdo libros que me generaban extraeza ante costumbres desconocidas, casi fantsticas, y me atrapaban con aventuras en territorios exuberantes y salvajes. Pienso en Stevenson, en Swift, en London, en Verne, en lo que imagino que seran Defoe o Melville; pero tambin en algunos escritores latinoamericanos como Quiroga, Carpentier, Garca Mrquez, Roa Bastos, y seguramente muchos otros que no me acuerdo ahora mismo, pero que supieron describir el continente ingenuamente poblado de misterios, de magia, de selvas infinitas, de animales temibles, de tribus salvajes y peligrosas.Repito que es un libro que me sorprendi para bien. Siempre imagin a Arlt relacionado con la literatura urbana de Buenos Aires, con Borges indefectiblemente, con Marechal, con Piglia, a veces con Cortzar, otras con Walsh, seguramente con muchsimos otros que no puedo enumerar ahora. Pero me desencaja releerme relacionndolo con los autores nombrados ms arriba: Qu tienen en comn el metlico y asfaltado Arlt con el aventurero Stevenson? El fraudulento y traidor Arlt con el fantstico y selvtico Quiroga? Me va a costar muchsimo (si es que alguna vez lo logro) relacionar a este Roberto Arlt, africano, criador de gorilas, vendedor de especias, gastador de turbantes, con el que tengo tan plasmado desde hace aos, el Roberto Arlt de Los siete locos, Los lanzallamas, El juguete rabioso o El jorobadito. Y sin embargo, cuando comenc a leer los cuentos de este libro tan extrao a mis expectativas, todava sujeto a mis prejuicios, intent encontrar en los relatos algo, cualquier cosa que me permitiera volver a traer a Arlt a donde pensaba que perteneca: salvarlo de violentos secuestros a las puertas de Fez, de confusas hipnosis en manos de un brujo en Rabat, evitarle un paseo por la selva africana para salvarlo de sucumbir ante la enfermedad del sueo, o disuadirlo de ir a buscar hasta un lugar recndito de la jungla la ms hermosa y valiosa orqudea, hacerlo ir por tierra, como dice en alguno de sus cuentos, hasta Casablanca y de all, tomar un barco a Buenos Aires; al intentar hacer eso con este libro tan particular, deca, pude encontrar en la mayora de los relatos cierto aire borgeano. En parte por la fascinacin ante la cultura islmica, por los nombres ancestrales del profeta y del Dios, por los religiosos seguidores del sagrado libro del Corn, respetuosos de Al, los sabios de barba hasta el estmago, conocedores de rituales milenarios. Eso me hizo acordar a Borges, por un lado. Por otro, porque en casi todos los cuentos de este libro aparece un narrador que empieza contando algo que le pas alguna vez en la que se cruz con una persona interesantsima que le cont la historia que nos pasa a relatar. Y en este libro eso se exacerba hasta tal punto de que uno de los ltimos cuentos narra una historia dentro de la cual el personaje se encuentra a otro que le cuenta algo que le pas cuando se encontr con una tercera persona, esta vez una mujer, que le cont su historia. As, hubo una historia dentro de una historia dentro de una historia dentro de este peculiar libro de Roberto Arlt. Esa estructura de un relato dentro de otro, un relato oral dentro de un cuento escrito, es muy caractersitica de Borges y, no cabe duda, de muchsimos otros escritores. Pero yo precisaba devolver a Roberto Arlt a la ciudad, a Buenos Aires o Temperley, a las conspiraciones, los robos, las traiciones, la moneda falsa y la mala traduccin de los clsicos rusos; volver a relacionarlo con esos nombres que estn en mi cabeza junto a l, y que figuran en los libros que estn junto a los suyos en mi biblioteca.