En su versión. HaI Willner eliminólOdo lo ocurrido en la sesión anterior.exceplO la voz de Ginsberg y el pianoy órgano de Oylan, mezclando eslOselementos de nueva cuenta. Las figu­ras en el teclado. pensadas original­mente como complemento parainstrumentaciones más complejas,quedaron solas como contrapunto alcanto de Ginsberg. "Fue el momentoculminanre de la grabación". escribióésre, "cuando Oylan hizo descendersus diez geniales dedos sobre el tecla­do. Fueron los puntos percusivos quesubrayaron las disrinras formula­ciones". A la disrancia es posible quese trate de la mejor interpreración deDylan en el piano que se haya graba­do hasta la fecha.

En 1982 ambos volvieron a reunir­se en los Rundown Studios de SantaBárbara. California. Produjeron unaanimada versión del poema "Do theMeditation Rack". así como dos to­mas de ''furplane Blues", en las queOylan IOCÓ los instrumentos de cuer­da. A la postre Ginsberg se unió a lagira Rolling Thunder Review deOylan y representó también el papelde "El Padre" en la cima semiaulObio­gráfica de éste, Renaldoy Clara. Parti­cipó también en algunas presentacionesdel cantante en la cárcel de Trem, le­yendo poemas. y escribió las ¡iner no­tes del disco Desire.

En 1997 la muerte de Ginsberg se­lló una amistad de 34 años. Cuandole pidieron a Oylan un comenrario alrespecto, dijo lo siguiente: "En la vidasólo he conocido a dos personas sa­gradas para mí. Una de ellas fue AlIenGinsberg, mi amigo. mi hermanomayor".-.J

76 Mayo 2002 • UNIVERSIDAD DE MEXleo

PERFILESDANZAS

El cuerpo humano,cuerpo religioso

Mareela Sánchez Mota"

Ante la incertidumbre y el misterio,el hombre primitivo sufre el miedo através de sus cinco sentidos. Un mie­do que ocurre en su cuerpo cientos deveces desde su nacimiento, cuyas hue­llas están impresas en su memoria yen todo su sistema nervioso. El mie­do parece inagorable. El hombre bus­ca el vehiculo mágico al más allá. almundo de "los Otros", el de la muerteo el de los dioses -y lo encuentra ensu propIO cuerpo.

Sobre la piedra aparece grabado elcuerpo de una mujer obesa con unmarcado ombligo sobre el que reposala mano izquierda y unos grandes se­nos que cuelgan pesados de leche: pa­rece la Madre-Tierra; es la Venus deLausel (25.000 a.c.), una de las imá­genes más anriguas del mundo (pa­leolítico). El hombre no sólo inrenraarrapar el alma de los animales. tam­bién quiere apresar a los dioses paraconvivir con ellos. El primitivo iniciala toma de conciencia de su propiocuerpo y en él percibe su fragilidad ysu diferencia. La noción del dios-hom­bre dorado de poderes sobrenaruralesse anuncia gradualmenre alIado de lafigura del mago o el curandero. Losdioses encarnan en la figura del rey.Entre los egipcios. el faraón es el rey­dios que habita el mundo juntO a otrosdioses sobrenaturales y divinidadeszoomórficas.

En la tradición védica las divini­dades están directamente vinculadasal cosmos. Todo sacrificio ritual ase­gura la continuidad del mundo por latepetición del acro fundacional: el actode procrear. La doctrina clásica del

* Socióloga y bailarina

Ayur-Veda afirma que el cuerpo hu­mano está formado pot cinco e1emen­[Os: espacio. viento, fuego, agua ytierra. La materia del cuerpo es el re­sulrado, en exttemo complejo. de lasproporciones en que se combinan di­chos e1emenlOs. El cuetpo en estadopuro es la base de la psique (alma). Lavida se encuentra almacenada en loshuesos. el fuego es el encargado deliberarla. En el ptoceso de creaciónde los seres humanos. tanto el semencomo la sangre del útero. antes de unir­se, contienen cuatro de los elementos;el espacio es el último elemento quese incorpota en el proceso de fertiliza­ción. Pata los hindúes no bastan esoscinco c::Iemenms: es necesario otro de­mento esencial el mana, karman O

atman (espíritu y conciencia acumu­lada de ottas vidas) para la formacióndel individuo. En los Upanishads, elsacrificio matetial tiene la posibilidadde transformarse en un proceso nega­tivo que conduce al ser humano a lametempsicosis °samsara (transmigra­ción de las almas) citcuito infernal delcuál sólo es posible liberarse a travésde la gnosis (conocimiento). La iden­tidad divina de los hombres radica enel cosmos, lejos de cualquier posibili­dad de contaminación material (ideaque reaparece entre los gnósticos delcristianismo primitivo). En los Upani­shads más antiguos (1200 a.c.) lasimiente divina procede de los alimen­ros y se genera a través de un cicloeterno: "del agua. la tierra; de la tierra,las hietbas; de las hietbas, los alimen­tos; de los alimentos. la semilla; de lasemilla, el hombre. El hombre es deeste modo la esencia de los elementos­(Taittitiya Upanishad). La cremación

es e! proceso final. mediame el cual loscuerpos se transforman en nubes que.al precipitarse, fecundan la tierra y pro­ducen hierbas, alimentos y semillas.

En e! siglo Xl. los chinos imegran ala práctica taoísta los principios delconfucianismo y del budismo. En e!taoísmo la inmortalidad está inscrita ene! cuetpo cósmico. El ser humano seiguala al cosmos porque está animadopor un soplo primordial. dividido enyin (la tierra) y ),wg (e! cielo) que co­rresponden al mo,culino y al femeni­no. Así se formula la inmorralidad de!cuerpo. Las vfsu~as de un cadáver soncontempladas Cl:mo entidades cósmi­cas cuyas eman<l -iones y humores co­rresponden a 51,nos emblemáticos ycontienen la esci~eia de lo divino.

Para e! budismo hay tres tipos de ve­neno: la ignorancia. el impulso o la iray e! apego o la avaricia. En e! Japónmedieval, los budistas hac~n referenciaa los espíritus hambrientos, gaki en ja­ponés: se tcata ele seres que se encuen­tran en un espal.lu imermedio entre lavida material y el mundo de los muer­tos. almas hum.,n~lS que envenenadaspor la avaricia, se transforman en seresterroríficos de l,leas picudas. cabezaspequeñas y cabdieras rojas que tecuer­dan a los person.Jjes infernales de Jeró­nimo Bosch; rieJl~n grandes vientres quealimentan con saliva y excrementos hu­manos y vagan hasra purificar alma.

En el Génesis del Antiguo Testamen­to, la aparición de! hombre a imagende Dios y conforme a su semejanza ese! ptimer acto creador. al que le siguela orden divina: "Creced y mulriplicaos.llenad la tierra y sojuzgadla". Las ema­naciones o las sefirots, entendidas comola sabiduría y la inteligencia, llamadaspadre y madre. se unen para crear lasefira, entendida como conocimiento,llamada hijo. De ral manera. e! hom­bre religioso parricipa de la creación di­vina. La elevación de las almas dependede la pureza generada por los padresen e! momento de la procreación. Paralos cabalistas. el cuerpo es el lugat de

gnosis y es po((ador de lo divino. Elalma es libre a partir de su insetciónen el cuerpo: es su paso por la materialo que le ororga e! libre albedrío y elconocimienro de la divinidad. El cuer­po funciona de manera homóloga alsistema de las sefirot y sus leyes. En lacábala, e! acto humano de engendrares elevado al rango de imitación de lodivino; la sexualidad representa e! pro­ceso de integración de entidades sepa­radas en e! momento en que el almadesciende al cuerpo. El jasidismo ju­dío celebra la omnipresencia de Diosen IOdas las actividades humanas. des­de las ceremonias sagradas hasta la co­mida, el sueño o las relaciones sexuales.Todo acro humano debe realizarse conuna intención basada en e! tÚvekut, esdecir, en la ascensión a la luz divina.

Los ptimetos griegos no esrablecenuna distinción clara enlle alma y cuer­po. Cuando sabemos que para un hom­bre de la Grecia anrigua sólo cuenta conel lenguaje empleado para nombrar sucuerpo y para designar e! de OllO ser.emendemos porque los griegos crearondioses antropomorfos. Descritos conprecisión, esos dioses deteman las pro­piedades físicas del cuerpo humano.Sin embargo, las contradicciones semanifiestan a la hora de adjudicarlespoderes sobtenarurales: así. el cuerpodivino se transforma a voluntad, sehace invisible. se alimema de ambro­sía, duermesin cerrar los ojos. Pero antelOdo, es difereme al cuerpo humano

PERFILES

porque no se corrompe, no devienesoma (cadáver). es inmortal. Los diosesdel Olimpo tiene el don de la ubicui­dad; pueden llascender el tiempo yllegar al último tincón del universo. Ladivisión emre alma y cuerpo apenas co­mienza. Enlle lo sobrenatural y lo na­rutal no existe un co((e definitivo. Elantropomotfismo de los dioses domi­na la vida diatia de los griegos, regidospor el Olimpo homérico.

El orfismo genera una rransforma­ción de la religión griega, tal como laconocieron HomelO y Hesíodo, al im­plicar la inmorralidad del alma y unadivisión tajante enlle ésta y el cuerpo.Los principios de los misterios órficosse encuentran vinculados a la concep­ción del hombre como un set en e! queprevalece un principio divino, un de­monio (alma) que reside en el cuerpodebido a una culpa originaria. El cicloculpa originaria-reencarnaci6n se rom­pe mediante rilOs purificadores, desti­nados a libetar al alma del cuerpo. ParaPitágoras, quien defiende la existenciade la merempsicosis. las almas debenliberarse a ((avés del sabet. De ahí e!concepto piragórico de f¡JosoHa (amora la sabidutÍa) como eje esencial delmundo. Pitágotas y los naruralistaspresocráticos apuntan hacia una nue­va forma de interpretar e! mundo. Jenó­fanes, cinco siglos antes de Cristo lesreclama a sus coetáneos: "Pero los mor­tales piensan que los dioses nacen. Quetienen vestidos, voces y figuras comolas suyas. A los dioses Homero y Hesío­do allibuyen lOdo lo que para los hom­bres es ultraje y vergüenza: robar.cometer adulterio, engañarse uno aollo."Oenófanes. Fragmentosy ftstimo­nios).

Con Sócrates y los sofistas aparece elhumanismo griego. Para ellos, el pri­mer testimonio racional de la existen­cia de Dios es e! cuerpo humano. Todosy cada uno de los elementos corpóreosdel hombte tienen una finalidad; noson producto del azar sino concebidospor una inteligencia superior.

UNIVERSIDAD DE MÉXICO· Moyo 2002 t 77

PERfilES

El hombre griego posee un cuerpo­soma y un alma-psique que sólo lamuerte libera. Los ritos funerarios per­miten que la psique del hombre ingre­se al reino de los infiernos. El largodiálogo socrático que Platón describeen el Fedón insiste en la inmortalidaddel alma. La psique alcanza su pleni­tud en el momento de la muerte, alsepararse del cuerpo. Esta concepción

dualisra de las relaciones cuerpo y almaaparece a lo largo de los diálogos pla­tónicos, no sólo como reflejo del pen­samiento órfico sino por el desarrollode la metafísica. Si el cuerpo es unacárcel, el alma es un demonio que esnecesario purificar por medio de la sa­biduría. El deseo de muerte que apare­ce en los textos de Platón es en realidadun deseo de acercamientO a Dios. ParaPlatón, las almas aradas en exceso a locorpóreo están destinadas a vagar erran­tes hasta enlazarse a otro cuerpo ani­mal o humano. Las almas virtuosasencarnan en cuerpos de hombres jus­[OS o de animales mansos. ParaAristóteles, los sentidos no pueden exis­tir sin el cuerpo; sólo la inteligencia escapaz de perdurar más allá de lo cor­póreo, porque el intelecto procede defuera y sólo él es divino. No sucede lomismo con el razonar, el amar o elodiar, que no son afecciones del inte-

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leero sino pasiones. En D~ AnimaAristóteles afirma: "Todas las pasioneshumanas se muestran vinculadas con uncuerpo pues, cuando se producen, elcuerpo experimenta una modificación.»

Entre los estoicos del mundo helé­nico, el hombre sólo surge cuando lamateria y lo divino se funden. Plotinoestablece una ruptura radical tanto conla exaltación del cuerpo radiante de losdioses que caracterizó a los pensadoresarcaicos, como la visión terrorífica delcuerpo de los gnósticos. Para él, existela necesidad ontológica de las almas porapropiarse de un cuerpo, y ese impul­so es en sí mismo una experiencia do­lorosa. La culpa originaria aparece enel momento de la unión del alma y elcuerpo, la cual da pie a que aparezca eldeseo de pertenencia. Una segundaculpa aparece a partir de que el almaencarnada experimenta una preocupa­ción excesiva por la materia y se olvidade su origen.

En su nacimiento, el cristianismoprimitivo no es sino una secta más deljudaísmo. La postura de Pablo de Tar­so separa de forma definitiva a judíosy criscianos, al poner en el centro de lateología crisriana la resurrección de losmuertos y ya no la inmortalidad delalma. El hombre no sólo es cuerpo yalma; es rambién espíritu, el medio deacercarse a lo divino a través de la fe.Para otras sectas, como los gnósticos yentre ellos los maniqueísras, la figuradel demiurgo es negativa por lo que elmundo material es negativo. El cuer­po humano en sí mismo es portadordel mal por lo que el hombre debe es­forzarse por escapar de él. San Agustín(s. IV), maniqueísta en sus inic'íos, seconvierte al crisrianismo después de laslecturas de san Pablo deTarso, de quientoma la noción de la fe, y de Plotino,de quien extrae la noción del absolutosingular, el ser en sí y para sí. Es el pro­pio San Agustín, el que plantea en lasConftsiones el problema del "yo" entre­lazado con la voluntad del individuo yla autoconciencia.

La idea del alma que se sirve de uncuerpo para su salvación, sustentada porPlarón pierde vigencia con el auge delpensamiento escolástico de los siglos XlU

y xv. Para los predicadores, teólogos yconfesores escolásticos, el cuerpo huma­no es la unidad de cuerpo-alma. El ac­ceso a lo divino a través del cuerpo esuna idea común en la Baja Edad Me­dia, de ahí que muchos practicaran lasflagelaciones y el sufrimiento corporalpara alcanzar el grado de espirirualidadnecesario que los acercara a Dios. Elculto a las reliquias corporales de los san­toS representa la estancia de lo sagradoen el cuerpo. El cuerpo humano tomaun lugar central en el pensamiento deOccidente. El cristianismo hereda la ideade las culpas originarias de la teologíaplatónica y hebraica. La discusiónteológica sobre lo sagrado y lo humanoen el cuerpo de Cristo deriva para loscristianos modernos en uno de los mis­terios divinos yen la idea de que el cuer­po de Dios está presente en la hostiaconsagrada.

El cuerpo humano está en el centrode todo intento por explicar la relacióndel hombre con el universo. Sin embar­go, a partir del dualismo cartesiano nosencontrarnos en un mundo escindidoentre la razón y la fe. El hombre moder­no ha perdido la antigua comunión conla naruraleza, que establecía por mediode su cuerpo y que le era ran indispen­sable y cotidiana como el comer. Los fe­nómenos modernos son irreversibles: lacibernética, la clonación, la manipula­ción genérica son ejemplos de la evolu­ción humana que es necesarioreflexionar e incorporar a la conciencia.No podemos aspirar al regreso del hom­bre al pasado. Quizá Nierzsche deja unaadvertencia cuando afirma: "Somosunos desconocidos para nosotros mis­mos; nosotros, hombres del conoci­miento, nosotros IIÚsmos para nOsotrosmismos." (Ecce horno). -4l