5/19/2018 El Cuervo Del Arca - Nale Roxlo

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El cuervo del arca

La historia comenz, poco ms o menos, como el poema de Edgar Poe. En la alta noche un cuervo

tristsimo entr por mi ventana y fue a posarse, en el respaldo de un silln de cuero. Sacudi las

alas, parpade y, clavando en la ma su mirada fatdica, me dijo

!"e venido a #uscar una pluma.

!Lo siento ! le respond !, pero las $nicas plumas de %ue dispongo no son dignas de un ave tan

ilustre como t$ &pensa#a en el plumero y en el 'duvet( de los almohadones), un ave cantada por la

lira del 'celeste Edgardo( aun%ue, a la verdad, ests #astante desplumado, hermano.

Pero *l me ataj e+plicndome %ue lo %ue necesita#a era una pluma %ue refiriera a su historia.

Puse un papel limpio en la ma%uina de escri#ir e inclin* la ca#eza, pues mi o#ligacin es repetir

todo lo %ue me cuentan los pjaros, vengan de la oscuridad de la noche o del misterio del alma.

el ave me cont lo %ue sigue, con una voz desagrada#le, pero tan triste %ue pareca un disco

rayado con una espina de la corona de -risto. ijo

!/o siempre fui un pjaro calvo, de enlutado plumaje y l$gu#re graznido. Los ornitlogos, cuyosli#ros se perdieron cuando el diluvio, me descri#an as 0ve canora de hermoso plumaje azul

oscuro y #rillante, %ue ostenta en la frente un airn de un #lanco tan pursimo %ue slo puede

comparrsele al de la garza real. Su canto es tan melodioso y variado %ue de *l aprenden los

ruise1ores. Se lo considera ave de #uen ag2ero.

0nte un gesto de incredulidad %ue no pude reprimir, agreg

!3e cito la opinin de los hom#res de ciencia como una concesin a las supersticiones actuales, ya

%ue cual%uiera %ue tenga dos dedos de frente comprender %ue nada feo ni triste pudo salir de las

manos de ios en la hora feliz de la creacin, cuando esta#a tan lleno de esperanzas en todos

nosotros. 0 m, como a muchas de sus criaturas, como a ti mismo, lo %ue nos ha entristecido y

afeado es la vanidad.

! 40 m5 ! pregunt*, algo molesto.! S, hermano. e no ha#erte pasado la juventud #uscando ideas y metforas con las %ue crees

mejorar el mundo, no tendras esa tez amarillenta, esos ojos mortecinos y afie#rados detrs de

tur#ios cristales, esa frente surcada de arrugas, esos la#ios %uemados por el cigarrillo y esa #oca

contrada6

-omo el retrato no me gustara, le rogu* continuar su historia y dejar en paz la ma. Prosigui

! -uando el gran navegante me invit por orden superior a acompa1arle en la ms importante

aventura naval de la historia, era yo, como te digo, un ave hermosa y feliz entre las aves. mi canto

ameniz las intermina#les tardes de lluvia en el interior del 0rca Santa. Era, aun%ue esto resulte un

poco ridculo en el pico de un viejo, la mascota de a #ordo.

'El patriarca no pasa#a nunca por mi lado sin sil#ar alg$n salmo melodioso para incitarme a cantar7

y en la palma de su mano me ofreca semillas de girasol. Sus nueras, las tres eran jvenes, #onitas yelegantes, interrumpan sus largas charlas para lanzar una mirada de reojo a mi #lanco airn, y era

%ue alguna ha#a dicho 89:ue #ien %uedara adornado un tur#ante;ecompongo el hilo de su

relato.

! as continua#a la travesa intermina#le #ajo la lluvia eterna y mortal, %ue caa en silencio de los

cielos desilusionados .

'En las enormes noches veamos a veces, a la luz de un relmpago, entre la densa lluvia, las alas del

ngel %ue empu1a#a el timn. Pero al fin dej de llover7 y los fuertes vientos se calmaron y

hundieron suavemente en el circuito sin lmites de las aguas des*rticas. ya no se ha#l en la nave

ms %ue de si la inundacin #aja#a o no. "asta %ue una noche de luna el viejo almirante me llev a

una ventana y me dijo 8"ijo mo, tus alas son tan poderosas como es de #ello tu canto, clara tu

inteligencia y segura tu lealtad7 sal y vuela hasta %ue encuentres tierra seca, y treme una ramita,

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una #rizna de hier#a, algo, en fin, para %ue yo sepa cmo andan las cosas

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para llorar mi desdicha con la esperanza de %ue alguno me defienda, ya %ue ellos, como yo, pierden

con frecuencia el 0rca Salvadora por volver en #usca de flores imposi#les.

Enmudeci el ave y largo rato permanecimos callados, frente a frente, alicados, con la ca#eza

hundida entre los hom#ros, som#ros y con la mirada fija en el suelo, muy semejantes.

e pronto las palomas del palomar de enfrente comenzaron a arrullarse, pues ya esta#a

amaneciendo. El cuervo se so#resalt y me dijo

! 0dis. =e voy, pues ando demasiado rado para mostrarme a la luz del sol.Sal a la ventana para verlo partir en la luz rosada del amanecer. fue entonces cuando una paloma

#lanca, redonda y pulida, vino a posarse en el alfeizar, y despu*s de darme cort*smente los #uenos

das, me pregunt

! 4:u* conta#a ese pajarraco, si no es indiscrecin5

! /ada, historias6

!S, siempre anda contando historias ridculas y lamentndose de su suerte, como si no lo tuviera

#ien empleado por deso#ediente6 o, en cam#io, en cuanto encontr* la ramita de olivo me volv

volando. "aca un fro a%uella ma1ana %ue no vea las horas de regresar al nido del 0rca.

:uiz fui injusto al cerrarle la ventana, pero su historia no me interesa#a.