El Desahogo de Una Ama de Casa

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Escrito reflexivo para pensar en las madres amas de casa

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  • El Desahogo de una Ama de Casa

    La desazn de cada da de trabajo es para m la hostigacin de un delirio de cuatro

    paredes... estas paredes que son los besos de unas oxidadas cadenas que no se rompen ni

    con el ms vehemente suspiro de oxgeno; esta crcel es el amargo vivir de una decisin

    que no s si fue por amor o por querer complacer una tradicin machista.

    Mi cuerpo fastidiado y agobiado se encuentra, mis hermosas manos jvenes ya no lo

    son, estn llenas de entumecimiento y de pequeas pero desagradables muestras de

    deterioro; mi hermoso cuerpo aguitarrado se ha convertido en anchas secuelas de llantas

    acordeonadas que cuelgan sobre mi cintura de aspecto deseable y que ya no lo es mi

    cabello con los aos y amalgamado con mi duro trabajo es el funesto otoo de hojas

    marchitas cayendo al suelo de lo irrepetible, del amargo olvido.

    Mi corazn regocijado por lo maravilloso que Jehov me ha permitido tener es al

    mismo tiempo un pauprrimo rgano acorralado y deseoso de caer en el ensanchadle Seol.

    Cmo me gustara ser valorada y apreciada por mi exhaustiva labor! Aunque no

    quisiera ser ensalzada, si me gustara que reconocieran mi trabajo desconsiderado para

    muchos. El amor es la razn de seguir en pie o la anhelada e inmutable vejez? En verdad

    me encuentro en un vaivn intermitente e interminable que no cesa de ser mi hostil

    panorama de vida.

    Estas palabras escritas con la sangre que tiene mi alma son las ms dolorosas que mi

    estrecho espritu han deseado escribir, no para que se compadezcan de m, si en verdad

    llegan en lo ms recndito de su corazn se darn de cuenta que son el desahogo de una

    ama de casa que espera con denuedo que algn da consideren el incansable trabajo que

    cargamos muchas mujeres como yo no culpo a nadie de mi suerte, ni mucho menos

    envidio la libertad de otras, llegu a ser ama de casa porque decid serlo, por no tener el

    valor de aspirar a no ser grande porque la grandeza slo le pertenece a Uno sino a

    cambiar mi destino. Esto tampoco es una queja de una vieja que vive en los brazos de un

  • capricho ensimismado; estas son las frases de una vieja que vive en un mundo de

    chamuscadas hojas

    Ahora mi vejez, auspiciada de graves y leves patologas, es la mancha de una ropa

    que no quita detergente alguno y el cual esperamos tirar al basurero.

    Por qu esperar a la vejez para recapacitar de las consecuencias de nuestras

    decisiones? Es uno de los miles de paradigmas que tenemos en reflexin.

    Cmo me gustara ser joven de nuevo y tener la dicha y sabia decisin de elegir un

    derrotero diferente!

    La fuerza de los aos son la apremiante capacidad y disposicin para desvelar los

    secretos que tenemos guardados en nuestros corazones, son el encuentro del desahogo de

    una mujer exasperada; la carta que toca tu puerta que te informa que es momento de salir de

    tu propia casa.

    Mi labor termin en los aos de este sistema de cosas

    Y ya no ser la misma si no logro conciliarme con Aquel que nos brinda una nueva

    oportunidad, Jehov.

    Farid Abdala Vizcano

  • Muchas veces vagamos por el mundo sin saber lo que se encuentra dentro de ste.

    Algunas veces miramos a lo lejos sin saber lo que tenemos a lo cerca.

    Cada da pasa por nosotros y an as dejamos que suceda, el peso de la haraganera

    sojuzga nuestras almas dejando obstculos infranqueables

    Comemos de los desechos de este sistema de cosas envenenando nuestra mente

    haciendo cada vez ms falsa la realidad en que vivimos convirtindola en interrogantes.

    Creemos estar sujetos y seguros de las cosas que hacemos, pasando por desapercibido

    que lo que somos ha llegado a ser un legado de lo estercolizo

    Sin darnos cuenta desdeamos vidas enteras creyendo haciendo bien con el mundo,

    pero si desvelamos nuestros actos encontrremos ocanos de lgrimas

    Dejamos lo leudado al final de la vida acaparando los deseos de la carne, haciendo

    gracia de ella durante los das hasta nuestras muertes.

    Desconocemos lo que somos, lo que queremos ser, lo que queremos que sea

    imitamos lo bueno acarrendolo, traicionamos las propias almas conscientes e

    inconscientemente; vanagloriamos nuestra vida y nuestros actos. Y peor an creemos que

    no hay nada que haga cambiarlo todo!

    Somos humanos, animales o dioses? Somos ngeles o demonios? Somos ricos o

    pobres? Somos suciedad o sociedad? Somos del mundo o hacemos parte de l? Somos

    esclavos, libres o autnomos? Podemos ser esclavos de dos amos? Servimos a uno, a dos

    o a muchos?... Somos amas de casa o somos amadores del ser?... Qu somos?