El desempeño social de maquiladoras en México, como …acacia.org.mx/busqueda/pdf/P04T7.pdf · El...

El desempeño social de maquiladoras en México, como estrategia competitiva.

1

X Congreso Anual de la Academia de Ciencias Administrativas AC (ACACIA).


Asuntos Sociales en la Administración.

Luis Alberto Morales Zamorano.

Facultad de Ciencias Administrativas y Sociales, Universidad Autónoma de Baja

California. Bld. de los Lagos y Bld. Zertuche s/n, Fracc. Valle Dorado. Ensenada BC.

Tel. (646)176 66 00, Fax 174 63 47. Email. [email protected]

San Luis Potosí, S.L.P., México, 2, 3, 4 y 5 de mayo de 2006.

mailto:[email protected]


2


Resumen

El propósito de este trabajo es analizar el desempeño social de la industria maquiladora

en México, con el fin de determinar si puede ser considerado como un elemento de

competitividad para este tipo de empresas en el territorio nacional. Este trabajo inicia

con el planteamiento del problema y continúa con la descripción del marco contextual,

donde se realiza un bosquejo histórico y situacional de la industria maquiladora en

México, particularmente en la zona norte, destacando las oportunidades que han

aprovechado los inversionistas extranjeros para instalar este tipo de empresas en

nuestro territorio nacional. Posteriormente se desarrolla el marco conceptual referente

al desempeño social en las organizaciones, haciendo énfasis en la forma en que este

concepto ha sido retomado por diferentes investigadores, tanto en el ámbito interno de

la empresa (con sus empleados) como en el ambiente externo a sus instalaciones

industriales (con comunidades vecinas), describiendo algunos compromiso que México

ha contraído con la OCDE para el logro de un desarrollo sostenible. Al pasar al

apartado de discusiones se retoman los conceptos y situaciones antes descritas para

ubicar el desempeño social de la industria maquiladora dentro del marco de la

competitividad y del desarrollo sostenible y finalmente se concluyen los resultados de

este análisis.


3

INTRODUCCIÓN

La responsabilidad social ha estado ocupando un lugar de creciente importancia en el

discurso referente al entorno de los negocios y organizaciones (Gray, 2005).

Numerosos artículos en publicaciones académicas así como en journals han

reconocido la importancia de desarrollar conceptualmente la teoría del desempeño

social en las organizaciones (Ackerman & Bauer, 1976; Carroll, 1979; Davis, 1973;

Frederick, 1978; Freeman, 1984; Miles, 1987; Watrick & Cochran, 1985). Sin embargo,

existe sorprendentemente poco trabajo empírico que ha examinado la relación entre el

desempeño social y los impactos que dichas organizaciones producen sobre el capital

social.

Esta situación adquiere el carácter de alarmante y representa un reto de estudio debido

al gran apoyo que se le ha otorgado a las organizaciones de capital extranjero para

relocalizar sus industrias en nuestro país. Sin embargo, dentro del marco de

oportunidades económicas otorgadas, estas empresas han desatendido una función de

particular importancia: su función social.

La historia de este tipo de empresas, particularmente las conocidas con el nombre de

industrias maquiladoras de exportación (IME), ha participado significativamente en el

desarrollo económico nacional con la generación de divisas y creación de empleos.

Las exportaciones que realizan han crecido a tasas promedio anual del 20.3 por ciento

y durante 2000 alcanzaron un monto de ventas al exterior por más de 134 mil millones

de dólares. Los programas PITEX y maquiladoras han sido instrumentos creados por el

Gobierno Federal para apoyar el desarrollo de las exportaciones manufactureras de

nuestro país, mediante un esquema de importación temporal de insumos, partes y

componentes, sin el pago del impuesto general de importación y del Impuesto al Valor

Agregado (IVA), así como la importación de maquinaria y equipo sin el pago de IVA,

siempre que se utilicen en la elaboración, transformación o reparación de productos de

exportación. Estos programas permiten a las empresas establecidas en México adquirir

de cualquier proveedor en el mundo las mercancías necesarias con las características


4

de calidad, tecnología, servicio y precio que requieren para competir exitosamente con

sus contrapartes en el extranjero (Secretaría de Economía, s.f.). Como un dato

adicional de gran importancia cabe agregar que, en el mes de agosto de 2005, la IME

empleó a 1 millón 174 mil 234 personas (CNIME, s.f.b). Como consecuencia, el

desempeño social de este tipo de organizaciones pasa a ser un asunto de relevante

importancia.

El crecimiento económico debe estar asociado con la generación de bienestar social.

De ser así, toda organización de capital extranjero instalada en México podría empezar

por reconocer como una gran oportunidad para mejorar su competitividad, al hecho de

incorporar los valores y necesidades de su recurso humano, pero muy particularmente,

a aquellos que habitan en las comunidades vecinas a sus instalaciones. De esta

manera, al mejorar la calidad del ambiente de trabajo aumentaría la salud y seguridad

ocupacional, mejoraría con ello su imagen social, incrementaría su demanda de

empleo, reduciría la rotación de personal y como consecuencia se mejoraría la

productividad y su competitividad.

El desarrollo de este manuscrito se divide en tres apartados. En el primer apartado se

describe el marco contextual, en donde se presentan las características del sujeto de

estudio: las empresas de la industria maquiladora. En este apartado se desarrollan las

características que le confieren a este tipo de empresas sus aptitudes de

competitividad. Se hace una breve reflexión sobre sus oportunidades y amenazas y se

fundamentan y justifican las causas de su aparición en el desarrollo económico de

México.

En el segundo apartado de describe el marco teórico relacionado con el desempeño

social de las organizaciones, destacando a los diferentes actores o partes interesadas

que intervienen. Se asocia este concepto con el tan discutido proceso internacional de

certificación de las empresas en materia de salud y seguridad ocupacional y los

compromisos con la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Se caracteriza el

compromiso de México establecido con la OCDE en términos de sustentabilidad. La


5

discusión se desarrolla en el tercer apartado y retoma la relación entre el desempeño

social y el análisis situacional de las empresas maquiladoras considerando su contexto

social y económico. Finalmente se concluyen los resultados de este análisis.

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Preguntas de investigación. El presente trabajo de investigación se desarrolló en el marco de las siguientes

preguntas de investigación: ¿Cómo refleja la industria maquiladora instalada en México

su desempeño social? ¿Cuáles son los motivos del comportamiento social

manifestado? ¿Cómo se podrían fortalecer los vínculos (normas, valores, confianza)

que existen entre maquiladoras y su comunidad asociada, lo cual permita la

oportunidad de mejorar la imagen y competitividad de las empresas maquiladoras?

Objetivo de la investigación.

En este trabajo se analiza el desempeño social de la industria maquiladora en México,

con el fin de determinar si este desempeño puede ser considerado como un elemento

de competitividad para estas empresas en el territorio nacional. Asociado a ello, se

discute la oportunidad que tienen estas empresas de mejorar su imagen social al

considerar los valores y necesidades legítimas de empleados y comunidades

interesadas que pueden afectar o verse afectadas por los procesos de la industria. La

amplitud a la cual la administración de este tipo de empresas se comprometa a mejorar

y competir con la identificación de los factores sociales que pudieran representar

amenazas y nuevas oportunidades de desarrollo va a depender del interés y visión de

los propietarios o inversionistas en participar en el logro de un desarrollo social

sostenible. Con este análisis se intenta demostrar que existe una necesidad apreciable

por las dos partes de estudio, la empresa y la sociedad, de fortalecer los sutiles pero

muy estrechos vínculos que existen entre ambas partes para lograr un óptimo

desarrollo y con ello obtener las mejores ganancias en donde todos resulten

beneficiados.


6

Justificación

El análisis del marco contextual y teórico realizado en este estudio ha tenido el

propósito de plantear nuevas posibilidades de administrar estratégicamente el

desempeño social con que pudieran estar actuando las organizaciones de tipo

maquilador. El reto de aprovechar las oportunidades que representa el incorporar las

partes interesadas a la administración global de las empresas puede hacer mejorar,

tanto productivamente como competitivamente, a las organizaciones que incorporen

esta nueva visión administrativa. El reconocimiento de competir con una mejor imagen

social que tenga implícito el respeto de valores, aspiraciones y mejora del bienestar del

recurso humano y social con quien conviven las empresas maquiladoras, puede

representar la visión y el compromiso de la alta gerencia que conduzca a retomar la

iniciativa de ser empresas líderes en el ámbito en que se desarrollan.

MARCO CONTEXTUAL Las maquiladoras son industrias manufactureras que forman parte de un sector

industrial caracterizado por ensamblar partes importadas o utilizar materia prima,

principalmente de origen extranjero, para generar productos cuyo destino general es su

exportación, principalmente a los Estados Unidos (USA). El régimen de este tipo de

industrias aprovecha oportunidades coyunturales dentro de nuestro territorio nacional

que las hacen parecer más competitivas, como son la existencia de una mano de obra

barata y aranceles preferenciales (Gambrill-Ruppert, 1997), entre otros. Estas

empresas están asociadas a capital extranjero y un alto porcentaje de ellas forma parte

de grandes consorcios internacionales. Esta actividad se ha caracterizado por crear un

número elevado de empleos, con una amplia participación de mujeres en esas tareas.

La industria maquiladora de exportación (IME) lleva un historial de casi 40 años en

México (Christman, 2000). Con la apertura comercial que se inició en México en 1986

al adherirse al GATT se incrementó significativamente la cantidad de maquiladoras

establecidas en este país (Beteta-Vallejo, 2000). De acuerdo a lo descrito por Beteta-


7

Vallejo (2000), la inversión extranjera por parte de USA casi logró la cantidad del 60%,

Europa y Asia el 36%, mientras que Canadá sólo el 4%. Sin embargo, México inició su

“etapa de oro” en cuanto a crecimiento de este tipo de industrias el 1 de Enero de 1994,

con la entrada en vigor del Tratado del Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

El principal país destino de toda la producción de este sector industrial ha sido Estados

Unidos (USA) con una participación que supera el 90%. El número de establecimientos

en la IME instaladas en México, en agosto de 2005 alcanzó la cifra de 2 mil 801

empresas, de las cuales la mayor cantidad se encuentra en Baja California (CNIME,

s.f.b).

Como cualquier otra empresa, las maquiladoras deberían cumplir con dos funciones

sustantivas frente a la sociedad:

a. La función productiva de fomentar la oferta de bienes y servicios y

b. La función social, a través de la oferta de nuevos puestos de trabajo.

Cumplir bien con estas dos funciones constituye la base principal de la legitimación de

la empresa ante la comunidad (Sabatini & Vergara, 1998). Sin embargo, debido a que

la industria maquiladora de exportación no enfoca su producción a la satisfacción de

necesidades por bienes de consumo nacional ni de servicios, solo le corresponde la

segunda función sustantiva, la de generar empleos.

Sin embargo, otras dos nuevas funciones han sido agregadas a las empresas lo que

les representa nuevos desafíos:

a. La contribución al desarrollo regional,

b. La conservación del medio ambiente.

Este estudio hace precisamente referencia al desafío de la empresa por contribuir al

desarrollo regional. Un desarrollo que no sea solo esporádico o hecho bajo presiones

externas, sino autorregulable y sostenido. Un desarrollo que no se limite solo a mejorar

las relaciones públicas con la comunidad ni de manera aislada a circunscribir el

desempeño financiero de la empresa con la comunidad al campo de la economía, sino

que integre los intereses, necesidades y valores de la empresa con los de su entorno

social.


8

Ventajas competitivas de la industria maquiladora en México. La industria maquiladora siempre ha buscado un posicionamiento más competitivo en

los países del mundo en donde se encuentran instaladas, con motivo del proceso de

globalización. Esto significa que, debido a que este sector productivo siempre se ha

preocupado por lograr una reducción de costos en sus procesos productivos, cualquier

oportunidad que represente hacer más redituable a sus organizaciones deberá ser

aprovechada. Entre los aspectos más significativos que estas empresas han visto en

México para decidir instalarse en nuestro territorio nacional se encuentran los

siguientes:

a. Normatividad laxa en materia social y ambiental.

Por muchos años, México se ha caracterizado por tener serias deficiencias en el control

de su normatividad. Esto es el resultado de una sinergia administrativa en donde

sobresale una falta de recursos para sostener funcionando adecuadamente el aparato

burocrático que realiza procedimientos de inspección. Una insuficiente asignación de

recursos (económicos, tecnológicos y humanos calificados) es entonces una posible

causa de la falta de rigor en la aplicación de las normas oficiales mexicanas. Como

resultado de ello, los inversionistas extranjeros han visto en ello una gran oportunidad

para desarrollar sus actividades productivas sin interrupción de sus procesos por una

posible falta de cumplimiento de las normas oficiales en este caso, en materia de salud

y seguridad del recurso humano dentro de la empresa así como del capital social

asociado a sus instalaciones industriales. Lo anterior podría ser corregido si se

asignaran y aplicaran de manera suficiente y eficiente los recursos antes

mencionados. Sin embargo, el aspecto más grave pudiera consistir en una falta de

normas oficiales referentes al cuidado de la salud y seguridad de las comunidades

vecinas a cualquier tipo de industria que se instale dentro de zonas habitacionales o

fuera de parques o zonas industriales destinadas para prevenir los impactos

ambientales (y sociales) producidos típicamente por casi cualquier tipo de industria

sobre su entorno.


9

b. Distancia al mercado más grande del mundo.

El transporte y distribución de productos terminados por la industria de la

transformación representa un costo significativo entre el total de los costos de

producción. Debido a la afortunada posición de nuestro territorio nacional, al lado del

país con la más grande trayectoria de consumo del mundo, México representa un

territorio muy atractivo para todo industrial que requiera invertir en abastecer el

mercado de USA. Es por ello que, la región fronteriza norte de México ha sido

caracterizada por poseer la mayor cantidad de este tipo de industrias en todo el

territorio nacional. Países de todo el mundo, principalmente de USA, países asiáticos y

algunos europeos, son los inversionistas que caracterizan a la mayor cantidad de

inversionistas ubicados en esta parte estratégica de nuestro País. Con la reducción de

costos en el transporte de productos terminados estas empresas encuentran otra

buena oportunidad de participar de manera competitiva en el inevitable proceso de

globalización económica.

La cercanía de México con Estados Unidos es una ventaja considerable para sectores

en los cuales el transporte representa una parte importante del costo final. Sin

embargo, para otras industrias China resulta más atractiva porque ofrece mano de obra

más barata, infraestructura productiva más moderna, trámites aduanales ágiles y

estándares de calidad que mejoran continuamente.

c. Impuestos preferenciales.

Como parte del fomento a las exportaciones, por medio de la Secretaría de Economía,

se han desarrollado programas de fomento a las exportaciones orientados a promover

la productividad y la calidad de los procesos que elevan la competitividad de las

empresas y permiten su incorporación adecuada al mercado mundial. Estos programas

están basados en la reducción de cargas arancelarias para los insumos, partes y

componentes que se incorporarán en el producto de exportación y la simplificación de

trámites administrativos por parte del gobierno federal. El Programa de Importación

Temporal para Producir Artículos de Exportación (PITEX) es un instrumento de fomento

a las exportaciones, mediante el cual se permite a los productores de mercancías


10

destinadas a la exportación, importar temporalmente diversos bienes (materias primas,

insumos, componentes, envases y empaques, así como maquinaria y equipo) para ser

utilizados en la elaboración de productos de exportación, sin cubrir el pago del

impuesto general de importación, del impuesto al valor agregado y de las cuotas

compensatorias, en su caso.

El Programa de Maquila de Exportación es un instrumento mediante el cual se permite

a los productores de mercancías destinadas a la exportación, importar temporalmente

los bienes necesarios para ser utilizados en la transformación, elaboración y/o

reparación de productos de exportación, sin cubrir el pago de los impuestos de

importación, del impuesto al valor agregado y, en su caso, de las cuotas

compensatorias. Asimismo, para realizar aquellas actividades de servicio que tengan

como finalidad la exportación o apoyar a ésta, este programa brinda a sus titulares la

posibilidad de importar temporalmente libre de impuestos a la importación y del IVA, los

bienes a ser incorporados y utilizados en el proceso productivo de mercancías de

exportación, o para la prestación de servicios en apoyo a la exportación.

La Industria Maquiladora de Exportación (IME) se ha consolidado como un importante

motor del desarrollo industrial en México, mostrando un crecimiento acelerado

constatado por los indicadores positivos de empleo, número de establecimientos, saldo

de la balanza comercial y captación de inversión extranjera, lo cual le ha permitido

figurar como la segunda fuente generadora de divisas, sólo superada por las

exportaciones petroleras. Durante el período comprendido entre los años 1994 a 2001,

esta industria registró una tasa media de crecimiento anual en sus exportaciones del

orden del 16.6%, participando en promedio con el 45% del total exportado por nuestro

país (Secretaría de Economía, s.f.).

d. Infraestructura de servicios, comunicaciones y recursos disponibles.

El territorio nacional mexicano también ofrece a los inversionistas extranjeros la

oportunidad de disponer de servicios básicos para instalar y hacer funcional casi

cualquier proyecto industrial que se requiera. Estos servicios, como vías de

comunicación, electricidad, telefonía pública, agua potable y drenaje, se encuentran


11

disponibles en muchos Estados de la república, principalmente en los Estados de la

frontera norte de México.

e. Costo de mano de obra y mano de obra calificada.

Hill & Jones (1996) afirman que los costos de salarios en USA son del orden del 600%

o más que en Malasia, China o México. Una estimación mucho más conservadora se

puede apreciar en la comparación del pago por hora en el 2002 en la industria de la

vestimenta del mundo (en dólares de USA). La siguiente tabla explica parte de la

ventaja competitiva en términos de costos de producción basados en salarios:

País $/hora País $/hora País $/hora

Indonesia 0.21 Rusia 0.70 Polonia 2.07 Vietnam 0.22 Nicaragua 0.88 México 2.17 Bangladesh 0.28 Colombia 0.94 Israel 5.72 Etiopía 0.28 Mauritania 1.25 España 6.66 Pakistán 0.31 Estonia 1.30 EE.UU. 11.11 India 0.38 Honduras 1.50 Alemania 15.20 China 0.48 R. Dominic. 1.65 Japón 17.29 Haití 0.49 Jamaica 1.83

Fuente: ONGD: Pueblos en Marcha (s.f.). El juego según las reglas del “libre comercio”. http://www.telefonica.net/web2/pem/Enlaces/Libre%20comercio/LibreComercio.htm

En esta tabla es posible apreciar que los salarios haitianos son un tercio de los de la

República Dominicana y de Honduras, la mitad de los de Nicaragua y Colombia.

Aunque estos salarios son el doble de los competidores asiáticos, los productos

haitianos sólo están a un salto de Florida para su ingreso a Estados Unidos.

Considerando de nuevo la distancia al mercado, a pesar del bajo costo de mano de

obra, los productos manufacturados de China pueden tardar semanas hasta su llegada

al mercado de EE.UU.

Por una camisa marca GAP un consumidor canadiense paga 34 dólares, mientras en

El Salvador una obrera gana 27centavos de dólar por confeccionarla en una planta

maquiladora. Su “sueldo” dependerá sólo de las prendas que sea capaz de

confeccionar bajo condiciones de trabajo que no respeta condición humana, derechos

básicos como descansos y menos protección de salud ante accidentes o


12

enfermedades. Esto representa la lógica del libre mercado: bajar costos y aumentar

productividad. Pero la fórmula es perversa, porque retrocede en el tiempo cualquier

terreno ganado en materia de derechos laborales.

Breve análisis de amenazas de maquiladoras instaladas en suelos de uso habitacional. En esta sección se hace una breve reflexión sobre una investigación del “Entorno

económico y sociocultural de maquiladoras”, realizada por Morales-Zamorano y

Marín-Vargas (2002) sobre la relación de las maquiladoras de Tijuana y Ensenada con

sus vecinos inmediatos. En este artículo se muestran solo algunos resultados

relevantes que revelan lo siguiente:

En Ensenada, más del 60%, de los vecinos a las maquiladoras manifestaron que eran

provenientes de diferentes partes a este municipio. Los ingresos de los pobladores

vecinos a las industrias fluctuaron, en su gran mayoría, entre 1000 y 1500 pesos a la

semana, con una menor proporción de vecinos con ingresos entre 800 y 1000 pesos,

mientras que el salario de los obreros de estas plantas, fluctuaba entre 400 y 600

pesos a la semana, con un promedio general de 602 pesos. En Tijuana, más del 80%

de los vecinos a estas industrias provenían de diferentes Estados de la república. Los

ingresos declarados fueron en un gran porcentaje (42%) superiores a mil pesos (pero

inferiores a 1500) y otro gran porcentaje (31%) declaró que recibía ingresos por arriba

de 1500 pesos a la semana, mientras que los salarios de obreros de las maquiladoras

vecinas fluctuaban entre 600 y 800 pesos por semana, con un promedio de 730 pesos.

Si los obreros de la maquila reciben ingresos de 600 a 800 pesos por semana y la gran

mayoría de los vecinos tienen ingresos superiores a los 1000 pesos, para los vecinos

no resulta atractivo emplearse con ingresos menores a los que perciben en otras

actividades. Es decir, la maquiladora no representa una fuente de empleos para la

comunidad en donde se encuentra instalada. Esto hace suponer que el beneficio a las

comunidades locales es reducido y en vez de promover el desarrollo socioeconómico


13

local, estas empresas sólo aprovechan el servicio público de agua, drenaje, electricidad

(no diseñados para tales industrias), así como los espacios libres que hubieran podido

servir como áreas verdes de esparcimiento o de recreación familiar para los vecinos a

dichas industrias.

Adicionalmente, en este mismo artículo se manifiesta que, más del 80% de las

maquiladoras carecen de áreas verdes y se producen molestias a los vecinos con los

ruidos frecuentes ocasionados por el paso de camiones pesados frente a las viviendas.

Y como si esto fuera poco, al no mantener limpias y protegidas las paredes externas de

las naves industriales, algunos jóvenes las aprovechan para plasmar clandestinamente

sus “Grafitis” sobre ellas, lo cual conduce crear un impacto visual negativo que

manifiesta una falta de atención a la cultura de una comunidad, entre cuyos valores

sociales es indudable que se encuentre la limpieza y el orden.

Si México quiere mantener las inversiones de capital por la instalación de este tipo de

industrias en territorio nacional, primero deberá empezar por resolver problemas claves

como: los altos costos derivados de un sistema legal lento e impredecible, servicios

públicos caros y poco confiables y una maraña de tarifas y trámites gubernamentales

que entorpecen muchos procesos.

DESEMPEÑO SOCIAL CORPORATIVO (CSP)

La definición del CSP (Corporate Social Performance) aun no es completamente

satisfactoria. Sethi (1979) propuso categorías para evaluar el CSP pero no definió el

concepto en sí mismo. Preston (1978) inició un volumen sobre investigación en “política

y desempeño social corporativo” el cual ofreció una información sustantiva y valiosa al

concepto, pero no lo definió. Carroll (1979) redujo una definición concisa a favor de un

modelo tridimensional, el cual consistió de categorías de responsabilidad social,

objetivos sociales y filosofía de interés social. Jones (1983) favoreció el control social,

no el CSP, como una variable central para la investigación de los negocios con la

sociedad.


14

Ullmann (1985) mostró la necesidad por una teoría de CSP en su revisión de

investigaciones empíricas relacionadas con el tema. Casi al mismo tiempo, Watrick y

Cochran (1985) publicaron un artículo en donde integraba ideas sobre el concepto de

CSP construidas en el trabajo de Carroll (1979) e intentó construir un modelo general

del CSP. Ellos definieron el modelo de CSP como “La interacción implícita entre los

principios de responsabilidad social, el proceso de interés social y las políticas

desarrolladas para dirigir los objetivos sociales” (1985, p.758) y mostró como es

que algunas perspectivas (responsabilidad económica, responsabilidad pública e

interés social) podrían estar incorporadas dentro de este marco de trabajo.

Wood (1991) señaló que el concepto de CSP ha recibido serias atenciones teóricas y

empíricas (Clarkson, 1995; Hocevar & Bhambri, 1989; Randall, 1989; Reed, Gets,

Collins, Oberman & Toy, 1990), pero el marco teórico e impacto del concepto no se ha

movido significativamente mas allá de lo articulado por Watrick & Cochran (1985). Miles

(1987) proporcionó un importante intento para desarrollar una teoría general del CSP.

Construido bajo su propia investigación en la industria de seguros, Miles bosquejó

conceptos de administración estratégica y teoría de la organización para obtener una

teoría detallada que explicaba el interés corporativo. Las dos facetas de interés en este

enfoque fueron: la estrategia de negocios externos de la empresa, definida como una

función de la filosofía de la alta administración y el diseño de los negocios externos,

como una función de la exposición de los negocios. El interés (sensibilidad social), sin

embargo, es solo un aspecto del desempeño social y así, este trabajo contribuye pero

no constituye una teoría general. Miles pone poca atención a los principios de la

responsabilidad social corporativa (CSR) o reflexión moral. Además, la política social

fue considerada solo con una extensión que parece una ampliación natural de políticas

de negocios ya existentes y no como algo que debe surgir en su propio derecho de la

solidaridad de una empresa con los principios de responsabilidad, actuando por medio

de un proceso de sensibilidad (interés).


15

La definición del modelo de CSP de Watrick & Cochran (1985) representó un avance

conceptual en el pensamiento de los investigadores acerca de los negocios y la

sociedad, pero dejó algunos problemas sin resolver. Primero, el término “Desempeño”

se refiere a acciones y productos no a una interacción o integración. Así, la definición

del modelo de CSP el cual integra estos varios conceptos podría no definirlo en sí

mismo, al menos que fuera agregado un componente de acción. Segundo, existe un

problema que se examina en la siguiente sección que caracteriza a la sensibilidad

(interés) social como un proceso simple mas que como un conjunto de procesos.

Tercero, el componente final del modelo de CSP está muy restringido. “Políticas…

para abordar objetivos sociales” (Watrick & Cochran, 1985, p. 758) es solo un producto

posible por el cual puede ser juzgado el desempeño social de una compañía. Si una

política no existiera no se puede inferir que exista un desempeño social. Además,

pudiera ser que las políticas formales no reflejen el comportamiento o programas que

son gobernados de manera informal con políticas no escritas. En contraste, pueden

existir y aun ser institucionalizados ciertos comportamientos y programas que podrían

alcanzar un alto nivel de desempeño social sin que exista alguna sola política formal.

Depender de “políticas” que reflejen los productos del desempeño social es un negocio

riesgoso. Cuarto, aunque la culpa de estos problemas no abordados no se puede

colocar en la investigación de Watrich & Cochran (1985), el concepto completo de CSP

a tomado sutiles connotaciones, ya que el CSP es algo que las corporaciones

responsables hacen pero no las irresponsables (Wood, 1991).

Si estos problemas son tomados en consideración, las tres facetas en el modelo de

CSP de Watrich & Cochran (1985) intentaron abordar: a) los principios de motivación,

b) el proceso de comportamiento y c) los productos observables de las acciones

corporativas y administrativas conjugando las relaciones de la empresa con ambiente

externo. Así, la definición de Watrich & Cochran (1985) puede ser tomada un paso o

dos mas allá, para producir la definición de CSP como la: “Configuración de los

principios de responsabilidad social de una organización de negocios, los

procesos y políticas de interés social, programas y productos observables como ellos describen las relaciones sociales de la empresa” (Wood, 1991, p.693).


16

Así, Wood (1991, p.693) afirma que “para evaluar el desempeño social de una

compañía, el investigador deberá examinar a) el grado en el cual los principios de

responsabilidad social motivan acciones tomadas sobre el comportamiento de la

compañía, b) el grado al cual las empresas hacen uso de los procesos de

sensibilidad (interés) social, c) la existencia y naturaleza de políticas y programas

diseñados para administrar las relaciones sociales de la empresa y d) los impactos

sociales (i.e. productos observables) de las acciones, programas y políticas de la

empresa. Adicionalmente, el investigador deberá examinar todos estos elementos –

principios, procesos y productos- en conjunto entre ellos para que se puedan identificar

y analizar los resultados tales como productos buenos de motivos malos, productos

malos de motivos buenos”.

Esta definición aborda todos los problemas referidos anteriormente. Sin embargo, esto

no esta cerrado a cambios en el tiempo, debido a que permite que el CSP sea visto ya

sea como una fotografía instantánea, estática o como una secuencia de cambios

dinámicos, dependiendo de las preguntas de investigación que se formulen. Así, el

concepto se puede adaptar a una amplia variedad de motivos (principios),

comportamientos (procesos) y productos actualmente encontrados en las empresas de

negocios. Tampoco se aísla el concepto de CSP como algo completamente distinto del

desempeño de los negocios. También permite que el CSP pueda ser visto no como

algo que es implícitamente bueno en sí y deseable que las empresas deban tener o

que esta relacionado (enlazado) con valores particulares o no escritos, sino que

permite que sea visto como un constructo utilizable para evaluar productos en los

negocios que deban ser usados junto con valores explícitos acerca de las relaciones

apropiadas de la empresa con la sociedad.

Recientemente algunos autores han relacionado la CSP con las características

competitivas de las empresas (Dentchev 2004; Greening & Turban, 2000) y muchos

otros han relacionado este desempeño social con el desempeño financiero de las


17

organizaciones (Moore & Robson, 2002; Simpson & Kohers, 2002; Ruf, Muralidhar,

Brown, Janney & Paul, 2001).

Desarrollo de modelos del concepto de CSP. Han sido desarrollados y propuestos una serie de modelos del concepto de

Desempeño Social Corporativo (Watrick y Cochran, 1985; Hocevar & Bhambri, 1989;

Swanson, 1995), sin embargo, el modelo propuesto por Wood (1991) ha sido

considerado, por sus fundamentos, como uno de los más representativos y citado por

muchos otros autores. La forma particular de Wood para integrar las diferentes

relaciones conceptuales en la caracterización del desempeño social corporativo

involucra una serie de principios, procesos y productos, estructurados de la siguiente

manera:

Principios de Responsabilidad Social Corporativa Institucional de legitimidad Organizacional de Responsabilidad Pública Individual de discreción administrativa.

Procesos de Interés (sensibilidad) Social Corporativo Evaluación Ambiental Administración de las partes interesadas Asuntos administrativos.

Productos del Comportamiento Corporativo Impactos Sociales Programas Sociales Políticas Sociales

Lo racional para el marco conceptual del modelo propuesto por Wood (1991) se explica

y defiende en términos de a) un desarrollo histórico de los negocios con la sociedad

como un campo de estudio, b) las bondades de ajustar el nuevo modelo de CSP con la

literatura existente y c) la calidad y naturaleza que pueden tener las preguntas de

investigación debido a la nueva forma de pensar acerca del CSP.


18

El desempeño social dentro de las organizaciones.

El desempeño social en las organizaciones también se manifiesta en la búsqueda de

bienestar y como consecuencia de la productividad de todos y cada uno de los

empleados de las empresas. Es por ello que la salud y seguridad ocupacional (SSO)

juega un papel fundamental en la competitividad de las empresas, asociado con la

búsqueda por un desarrollo sostenible. A continuación se desarrollan tres apartados

que consideran este tema. Se inicia por dar una perspectiva del marco global de este

concepto con el fin de describir el problema. Se continúa con describir una semblanza

del problema identificado a nivel nacional, haciendo énfasis en la liberación de la

normatividad en materia de protección de la salud y seguridad de los trabajadores en

México y se termina con una discusión acerca del acuerdo que se busca por

estandarizar este desempeño social dentro de las organizaciones por iniciativas de la

Organización Internacional del Trabajo (OIT), de la Organización Internacional de

estándares (ISO) y por la misma Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) en

México.

La Salud y Seguridad Ocupacional (SSO) bajo un contexto global.

Se están conociendo, gradualmente, una serie de efectos biológicos y enfermedades

en trabajadores expuestos a riesgos químicos, que hace 10 o 20 años no se conocían.

Por ejemplo, existen aproximadamente 65 mil compuestos químicos de uso industrial,

de los cuales sólo cerca de 700 tienen límites ambientales de exposición laboral,

mientras que sólo cerca de 100 tienen límites biológicos de exposición laboral.

En 1988, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), estimaba que cada año

ocurrían en el mundo 110 millones de accidentes y ocurrían 182,500 muertes laborales

anuales, es decir, 500 muertes diarias relacionadas con el trabajo. Para 1996, esta

organización estimaba en 125 millones de accidentes de trabajo y 220,000 muertes

anuales por riesgos de trabajo, es decir, 603 muertes laborales diarias a nivel mundial.

Para 1999, estas cifras aumentaron drásticamente. Se calculan en 160 millones los


19

accidentes anuales de trabajo a nivel mundial y en 340,000 las muertes anuales por

riesgos de trabajo, arrojando 931 muertes diarias por razones laborales.

Debe señalarse que estas estadísticas se producen, casi exclusivamente, en los países

en vías de desarrollo, que presentan este nuevo tipo de «pandemias» de origen laboral

y de proporciones gigantescas. Tan solo la Organización Mundial de la Salud (OMS)

estima que, cada año, se producen 10 millones de casos de enfermedades laborales

en el mundo, es decir, se producen 27,397 casos nuevos de enfermedades laborales al

día a escala mundial. A este propósito, existe un acuerdo general, en el sentido de que

si los países en vías de desarrollo continúan con las mismas tasas de crecimiento

industrial, sin aplicar medidas concretas de protección a la vida y salud en el trabajo,

estas cifras se duplicarán para el año 2025 (Mercado-Calderón, s.f.).

La certificación de empresas en SSO: estado actual y controversias.

Los motivos para implantar un sistema de gestión de seguridad y salud ocupacional

son múltiples. En primer lugar, ayuda a cumplir la legislación con facilidad, además del

cumplimiento de cualquier norma a la cual la empresa desease suscribirse, como son

los códigos de buenas prácticas, las normas internas de grupo, etc. Una nueva

legislación al respecto, referida a la cobertura de salud en el trabajo y el seguro

complementario de trabajo, se ha dado recientemente, y su particularidad es el ingreso

de instituciones privadas para este servicio, lo cual puede tener sus repercusiones

económicas sobre la empresa, ya que en esta norma se habla de responsabilidad

económica de la empresa por incumplimiento de normas, entre otras.

En segundo lugar, ayuda a reducir costos al manejar la seguridad y salud ocupacional

(SSO) como sistema. Nosotros hemos venido manejando la SSO a través de

programas no articulados y de aplicación independiente que muchas de las veces no

han logrado los objetivos deseados. Este manejo independiente nos ha generado

mayores costos por duplicidad o simplemente porque nuestro programa no era auto

sostenible y teníamos que invertir recursos permanentemente para mantenerlo.


20

En tercer lugar, soporta la creciente presión comercial. Un ejemplo de esta presión ha

sido la campaña contra una conocida empresa de ropa deportiva, donde se movilizaron

miles de personas e instituciones en el mundo para presionar a la empresa a que

obligase a las subcontratas en Asia a respetar las condiciones de trabajo adecuadas. El

tema de las condiciones de trabajo y comercio está presente en la propia Organización

Mundial del Comercio (OMC) a través de la famosa cláusula social. Lo que se busca

con la cláusula social es evitar el “dumping social”, es decir, evitar la ventaja

comparativa que podrían suponer menores costos de producción sobre la base de un

nivel inferior en las condiciones de trabajo de las empresas (Ortiz-Alvarado, 1999).

El estado actual y controversias sobre el proceso de certificación de la salud y

seguridad ocupacional a escala global ha sido muy discutido por diferentes autores.

Una discusión a este respecto ha sido publicada por Rubio-Romero (s.f.), quien hace

un análisis de la problemática de la ISO 18000.

Desde hace unos años se viene polemizando en nuestro contexto de la prevención de los riesgos

laborales y también en el de los sistemas de gestión, sobre la hoy día inexistente norma ISO

18000, de forma que unos apoyan una norma hegemónica de tipo internacional y otros la

existencia de diferentes modelos que se adapten a los distintos países, actividades, y tipos de

organizaciones en las que se vaya a implantar el sistema de gestión de seguridad y salud. El

hecho es que hoy día no existe una norma ISO 18000, muy probablemente porque algunos

importantes países industrializados no cuentan aún con su propia norma al respecto, como

Estados Unidos o Japón, razón por la que en la actualidad esta guerra se libra entre aquellos que

apoyan la especificación técnica OHSAS 18001, y aquellos que están a favor de las Directrices

de la OIT o simplemente de implantar el sistema de gestión legal exigible (Rubio-Romero, s.f.).

Respecto a la participación de otros modelos certificables propuestos por países

específicos, se encuentra el caso de la BS8800 de Inglaterra y la norma SA8000 en

Estados Unidos. “La norma SA800 surgió en 1997 en Estados Unidos con la misión de

"mejorar las condiciones de trabajo a nivel mundial". Se elaboró por un grupo de

expertos reunido por la Agencia de Acreditación de Consejo sobre Prioridades

Económicas (Council on Economic Priorities Acreditation Agency, CEPAA) compuesto


21

por individuos de organizaciones que representaban a diversas partes interesadas

(sindicatos, fabricantes, minoristas, organismos académicos, ONGs y empresas de

consultoría y certificación) y fue hasta 1998 cuando se fundó la Social Accountability

International (SAI) para dirigir la implementación de SA8000” (Fuentes-García, Núñez-

Tabales y Veroz-Herradón, 2005).

El compromiso contraído de México con la OCDE.

Lo que a continuación se describe es un extracto de la descripción hecha en la página

de Internet de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE):

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), es una organización internacional intergubernamental que agrupa a los países más industrializados de economías de mercado en el mundo y cubre la mayoría de los asuntos económicos, financieros, medioambientales y sociales tratados en el ámbito internacional. Los representantes de los 30 países miembros se reúnen para intercambiar información y armonizar sus políticas con el objetivo de promover el mayor crecimiento de la economía y del empleo en los países miembros y no miembros, así como contribuir a la expansión del comercio mundial sobre una base multilateral y no discriminatoria, teniendo relaciones activas con aproximadamente otros 70 países, organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil.

El espacio de los miembros originales europeos y norteamericanos se ha ampliado para incluir a Japón, Australia, Nueva Zelanda, Finlandia, México, Corea y a cuatro anteriores países comunistas en Europa: la República Checa, Hungría, Polonia y la República Eslovaca.

Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales.

Como parte de los compromisos contraídos por los gobiernos (incorporados a esta

organización) en materia de empleo y relaciones laborales, estos recomendarán a las

empresas que deben:


22

Respetar el derecho de los trabajadores a ser representados por sindicatos u otros

representantes legítimos, contribuir a la abolición efectiva del trabajo infantil y a la

eliminación de toda clase de trabajo forzado u obligatorio y no discriminar a los

trabajadores a menos que las prácticas selectivas favorezcan las políticas públicas

que promuevan una mayor igualdad de oportunidades laborales;

Proporcionar a los representantes de los trabajadores los medios y la información

que necesiten para la consecución de convenios colectivos eficaces y promover la

cooperación entre las empresas y los trabajadores;

Comunicar a los trabajadores y a sus representantes la información que les permita

hacerse una idea exacta de los resultados de la entidad;

Respetar unas normas que no sean menos favorables que las respetadas por

empresas comparables del país de acogida y adoptar las medidas que garanticen

la salud y la seguridad en el trabajo;

Emplear en sus actividades, en tan amplia medida como sea factible, a personal

local y proporcionar formación para mejorar los niveles de calificación;

Notificar a los representantes de los trabadores y a las autoridades públicas

competentes todos aquellos cambios en las actividades que puedan tener efectos

significativos sobre los medios de subsistencia de los trabajadores y colaborar con

éstos para atenuar los efectos adversos;

No amenazar con el traslado fuera del país de la totalidad o de una parte de una

unidad de explotación ni con el traslado a otros países de los trabajadores con el fin

de influir injustamente en negociaciones o de obstaculizar el ejercicio del derecho a

organizarse;

Permitir a los representantes de los trabajadores negociar acerca de cuestiones

relacionadas con convenios colectivos y consultar con representantes patronales

para adoptar decisiones respecto a estas cuestiones.

Entre los índices más utilizados como una forma de medir el desempeño de las

organizaciones en aras de ir en camino hacia un desarrollo sostenible se encuentran el

Índice de Sostenibilidad Dow Jones (DJSI Word), y el FTSE (Financial Times Stock

Exchange). El DJSI, por ejemplo, es una medida del desempeño social de las


23

organizaciones. Este instrumento pretende orientar a los inversionistas con mayor

sensibilidad social y ambiental hacia el desarrollo sostenible y mejores prácticas

sociales (Fuentes-García, Núñez-Tabales y Veroz-Herradón, 2005). Este índice tiene

como criterios sociales los siguientes:

- Ciudadanía Corporativa; - Compromiso con sus Grupos de Interés; - Prácticas Laborales; - Desarrollo del Capital Humano; - Aprendizaje Organizacional; - Informe Social - Atracción y Conservación de Trabajadores Cualificados; - Estándares para Proveedores; - Criterios específicos para cada Industria.

Por otra parte, Fuentes-García, Núñez-Tabales y Veroz-Herradón (2005) describen una

serie de indicadores de prácticas laborales y derechos humanos, asociados a las

actividades productivas de empresas multinacionales y a la política social de la OIT.

Entre estos se encuentran los siguientes: Empleo: desglose del colectivo de trabajadores por regiones/países, tipo de

contratación, modalidad de contrato, indicación de la fuerza de trabajo contratada conjuntamente con otros empleadores y creación de empleo neta. Adicionalmente, prestaciones sociales a los empleados no exigidas por ley (por ejemplo, ayudas asociadas a la sanidad, la invalidez, la maternidad, la educación y la jubilación).

Relaciones empresa/trabajadores: porcentaje de empleados representados por organizaciones sindicales independientes, porcentaje de empleados incluidos en convenios colectivos y políticas con los trabajadores en casos de cambios en la organización. De forma adicional, disposiciones sobre la representación formal de los trabajadores en la toma de decisiones o la gestión.

Salud y seguridad: métodos de registro y notificación de los accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, comisiones sobre salud y seguridad, tasas de absentismo y accidentes laborales y descripción de programas sobre el VIH/SIDA. Como indicadores adicionales, datos que certifiquen el cumplimiento de las recomendaciones de la OIT relativas a los sistemas de gestión de la salud en el trabajo y descripción de los acuerdos formales con sindicatos en esta materia.

Formación y educación: promedio de horas de formación al año.


24

DISCUSIÓN y CONCLUSIONES.

El desempeño social de la industria maquiladora aun no ha sido considerado ni por el

gobierno ni por la misma industria en si. Entre los principales motivos de esta falta de

visión se encuentran la falta de necesidad ante tantas oportunidades o apoyo para su

crecimiento, otorgadas por el mismo gobierno federal, asociado a una falta de una

función social (adicional a la generación de empleos) que por naturaleza no posee este

tipo de empresas. Se ha perdido la gran ventaja competitiva que podrían utilizar estas

empresas, referida al aprovechamiento de su capacidad para potenciar los recursos

humanos y sociales de que dispone, ya que las prácticas de responsabilidad social

mejoran las condiciones del entorno en el que operan estas empresas, reducen riesgos

y aumentan su reputación (Garza-Arrollo y Jiménez-Ferretiz, 2005).

El establecimiento de políticas sociales en este tipo de empresas representa un primer

paso para involucrar a las empresas en el compromiso de la misma empresa en lograr

reflejar su responsabilidad social como una forma de participar en los intereses de la

comunidad asociada a ella (Steiner, 1972). Ejemplos de políticas sociales que pueden

ser incorporadas a este tipo de organizaciones han sido sugeridas en diferentes formas

por autores como Steiner (1972).

Es común que los administradores del “capital económico” se olviden, o no consideren

con la debida importancia al “capital social”. Ambos recursos, al ser adecuadamente

aprovechados, bajo una política de aprovechamiento, conservación y crecimiento

continuo, es lógico que den como resultado mayores ganancias para cualquier

organización que se comprometa en su buena administración. A este respecto, autores

como Ullmann (1985) han examinado y demostrado que existe una fuerte correlación

entre el desempeño social y el desempeño económico.

Por parte de la responsabilidad social dentro de las maquiladoras, es muy discutible el

desempeño que han mostrado a este respecto. Mientras las maquiladoras entorpezcan

la posibilidad de crear organizaciones de obreros dentro de sus empresas, lo que va en


25

contra de las disposiciones de las nuevas iniciativas de la OIT, va a ser más difícil que

se involucren en el compromiso por un desarrollo sostenible. Asociado a esta falta de

organización de los trabajadores se encuentra la falta de seguridad en el trabajo, el

aumento de enfermedades y accidentes de trabajo y con ello un elevado índice de

rotación de personal.

Introducir criterios como el de la ISO 18000 como elemento de competitividad

internacional y compromiso social en las empresas puede ser un mecanismo

administrativo que ayude a toda empresa a mejorar su competitividad bajo

consideraciones de naturaleza social. Este tipo de argumentos de certificación social

puede tener éxito, siempre y cuando sean consideradas y corregidas una serie de

condicionantes, como las expuestas a continuación:

Análisis del crecimiento mal planeado de las maquiladoras con el crecimiento mal planeado

de manchas habitacionales urbanas.

Análisis a corto plazo (efectos “agudos”, por emergencias o desastres industriales sobre la

sociedad).

Análisis a largo plazo (efectos “crónicos”, por incidencia repetida o por mayor frecuencia de

exposición del sector social con las maquiladoras).

Los deseos están relacionados con lo que las personas consideran valioso, pero “Desear

algo no es una buena razón para valorarlo porque puede ser que lo deseado no tenga el

valor que creíamos que tenía”.

Asociado a estas medidas sociales, con una competencia “leal”, se encuentran las

satisfacciones individuales de los empleados. Estas deben evaluarse, no por los

recursos o bienes primarios que las personas poseen, sino por la libertad de poder

gozarlas al elegirlas entre las diferentes alternativas de vida, con fundamentadas

razones para valorarlas. Desde una perspectiva que pudiera ir más allá del utilitarismo,

el conjunto de realizaciones que una persona consiga (conjunto de capacidades) será

lo que caracterizará su bienestar. Las realizaciones son un concepto más amplio que la

posesión de bienes, porque introducen la idea de lo que el individuo puede hacer,

aunque no lo haga, con los bienes que posee. Así que “... la característica esencial del


26

bienestar es la capacidad para conseguir realizaciones valiosas” (Sen 1985, p. 80).

Debe anotarse además, que estas realizaciones no son dependientes de las personas

solamente, sino que también están influidas por la empresa en donde se labora y por la

misma sociedad en donde el empleado se desenvuelve.

Por otra parte, ha sido seriamente discutida la funcionalidad y apoyo al desarrollo

sostenible de los instrumentos económicos. Si es cierto que el propósito de su uso es

fomentar el autocontrol por parte de las empresas para prevenir o controlar las

externalidades de mercado, su uso no considera el reconocimiento de cuestiones de

equidad social ni de límites de capacidad de carga de los sistemas naturales y sociales

para soportar las consecuencias de transferir los costos por daños ocasionados por un

sistema productivo hacia cuerpos naturales y sociales que los reciben de manera

continua.

Ante este panorama, se plantean las siguientes interrogantes relacionadas con la

equidad: ¿Cómo asegurar que la sociedad, económicamente más necesitada, no

pierda sus oportunidades de desarrollo? ¿Cómo y quién es el responsable de

establecer y hacer cumplir las medidas regulatorias para lograr un buen desempeño

social de la industria maquiladora? o ¿Cómo medir la capacidad de soportar los daños

a valores sociales que puede recibir una comunidad vecina a industrias maquiladoras?

Gutman (1997) enfatiza que los mecanismos de mercado no responden a estas

interrogantes y señala que es la sociedad, en acuerdo con sus gobiernos y empresas,

quienes deben decidir cuales son los límites por el uso de los recursos naturales y

humanos. Y es solo con la participación social que se van lograr las metas de equidad

y crecimiento económico sostenido de manera que se pueda establecer una sinergia

que forme parte de una estrategia de desarrollo sostenible.

También pueden ser utilizados los llamados “códigos de conducta”. Estos códigos

pretenden ser utilizados como una guía básica de referencia para los directivos en su

diario desempeño social. Estas normas pueden ser el enlace entre la misión y valores

organizativos con el comportamiento cotidiano en las diferentes áreas de la empresa.


27

Los códigos de conducta deben ser comunicados interna y externamente para dar a

conocer, a clientes y sociedad en general, las pautas que debe incluir y seguir la

política de la empresa en el manejo sostenible de los recursos humanos (salarios,

seguridad y salud laboral, carrera profesional, vida familiar y libertad sindical, entre

otros). Los códigos de conducta contribuyen a mejorar la imagen de las organizaciones.

El mayor o menor alcance de los compromisos son fijados por la propia dirección de la

empresa. La principal limitación de este instrumento es el escaso control que desde el

exterior de la empresa se puede ejercer sobre su cumplimiento efectivo (Fuentes-

García, Núñez-Tabales y Veroz Herradón, 2005), es decir, resulta difícil el control

efectivo del cumplimiento por los interesados o partes afectadas (stakeholders).

Como una manera de incentivar a las partes interesadas en las acciones de las

empresas, en los últimos años, un número creciente de empresas presenta junto al

informe económico-financiero un informe del balance social de sus actuaciones, donde

se detallan de forma cuantitativa y cualitativa sus acciones sociales y quedan a

disposición de quien así lo requiera.

La administración urbana, con el establecimiento de políticas industriales sólidas y

funcionales puede ser un camino que de pauta para dar respuesta a las interrogantes

antes formuladas (Morales-Zamorano y Mungaray-Lagarga, 2006; Daher, 1989).

Con el análisis anteriormente realizado se puede apreciar que, la manifestación del

desempeño social de la industria maquiladora del norte de México con respecto a la

necesidad de ser empresas mas competitivas se encuentra en un estado de desarrollo

muy incipiente. Independientemente del desempeño social en materia de generación

de empleo y capacitación de su personal, el aprovechamiento de las oportunidades

normativas y económicas otorgadas a inversionistas extranjeros, ha hecho perder a

estos inversionistas la perspectiva de su función social.

Sin embargo, es muy importante reconocer, desde el punto de vista de inversiones, que

al tomar como un compromiso el desempeño social dentro de las organizaciones, los

empresarios deben de considerar a la salud y seguridad en el trabajo como parte


28

fundamental en la administración de sus empresas, no como una carga no redituable

económicamente sino como un campo estratégico y de importancia prioritaria en sus

negocios. Trabajadores sanos, seguros, cómodos, satisfechos de su trabajo y

colaboradores activos en las empresas, constituyen la mejor garantía del desarrollo

económico de las organizaciones en donde laboran y al mismo tiempo representan una

garantía de poder avanzar en el logro de un desarrollo sostenible.

El desempeño social parece ganar en importancia internacional, convirtiéndose en un

recurso intangible para la imagen de las organizaciones tanto o más trascendente que

el resto de los activos de una organización. Por lo tanto, su incorporación a las políticas

de la industria maquiladora resultaría particularmente beneficiosa, sobre todo en

aquellas empresas integradas en el circuito de la producción y el comercio global

(Fuentes-García, Núñez-Tabales y Veroz Herradón, 2005).

Se puede concluir que si es necesario que las dos partes de estudio, la empresa y la

sociedad, fortalezcan los vínculos que existen entre ambas partes, con el propósito de

lograr un mejor desarrollo en donde todos resulten beneficiados. El creciente interés

que despierta el desempeño de la responsabilidad social corporativa, tanto en el ámbito

académico como en el empresarial, no parece un fenómeno pasajero. El cambio

experimentado en el sistema de valores tanto de inversionistas industriales como de los

ciudadanos, ha provocado una mayor preocupación por los temas sociales. De esta

forma, se augura un futuro prometedor dentro de las prácticas administrativas en el que

innovadoras acciones de responsabilidad social serán difundidas y consolidadas,

convirtiéndose en una nueva arma competitiva que conduzca a nuestra sociedad hacia

un desarrollo sostenible.

BIBLIOGRÁFÍA CITADA.

Beteta-Vallejo, I. (2000). El TLC con EUA y Canadá: Transformación de la economía mexicana. Revista Ejecutivos en Finanzas. Año XXIX, Septiembre 9, 34-39.

Carroll, A.B. (1979). A three-dimensional conceptual model of corporate social performance. Academy of Management Review 4, 497-505.

Christman, J.H. (2000). El TLC y el crecimiento de las maquiladoras. Revista Ejecutivos en Finanzas, Diciembre, 42-44.


29

Clarkson, M.E.B. (1995). A stakeholder framework for analyzing and evaluating corporate social performance. Academy of Management Review, 20, 92-117.

CNIME, (s.f.a). Establecimientos en activo 2000-2005 (total nacional). Consejo Nacional de Industrial Maquiladoras de Exportación. Página consultada el 29 de Noviembre del 2005. http://www.cnime.org.mx/estadisticas/empresas_instaladas.htm

CNIME, (s.f.b). Empresas y empleos por distribución geográfica. Consejo Nacional de Industrial Maquiladoras de Exportación. Página consultada el 29 de Noviembre del 2005. http://www.cnime.org.mx/images/imgestadisticas/0805/estabentfede2max.gif

Daher A. (1989). Desadministración Urbana. Serie de Documentos de trabajo del CIPMA (Centro de Investigación y Planificación del Medio Ambiente). Documento No. 10, Universidad Católica de Chile, Julio de 1989.

Dentchev N. A., (2004). Corporate Social Performance as a Business Strategy. Journal of Business Ethics, Vol. 55 (4): 397 – 412.

Fuentes-García F. J., Núñez-Tabales J., & Veroz-Herradón R. (2005). Alternativas de cumplimiento de responsabilidad social corporativa en gestión de recursos humanos. Universia Business Review-actualidad económica | tercer trimestre 2005. España.

Gambrill-Ruppert, M.C. (1997). La política laboral de las maquiladoras, antes y después del Tratado de Libre Comercio (Estudio de caso de Tijuana, Baja California). Tesis de Doctorado en Ciencias Sociales por El Colegio de México, Centro de Estudios Sociológicos.

Garza-Arroyo M.A. & Jiménez-Ferretiz L.E., (2005). “Responsabilidad Social como ventaja competitiva para las empresas”. 2° Foro Internacional de Estrategia Empresarial Mexicana. “Escenarios, Desafíos y Estrategias en la Organización”. Celebrado en la UAM-Ixtapalapa. México, D.F. Octubre 10 y 11 de 2005.

Gray R. (2005). Taking a Long View on What We Now Know About Social and Environmental Accountability and Reporting. Theoretical Perspectives on Sustainability. Vol 9 No. 1 (December 2005) Special Issue - http://www.mngt.waikato.ac.nz/ejrot/EJROT(newdesign)Vol9_1specialissue_front.asp

Greening D.W. & Turban D.B., (2000). Corporate Social Performance as a Competitive Advantage in Attracting a Quality Workforce. Business & Society, Vol. 39 (3): 254 – 280.

Gutman P. (1997). Una nueva economía. Diario Reforma, Suplemento de medioambiente para América Latina y el caribe, Tierramérica. PNUMA. Página 9, Julio de 1997.

Hill, Ch.W.L. & Jones, G.R., (1996). Administración estratégica, un enfoque integrado. Editorial McGrawHill, Tercera edición.

Hocevar, S.P. & Bhambri, A. (1989). Corporate Social Performance: A model of assessment criteria. In: J.E. Post (Ed.), Research in corporate social performance and policy, 11:1-20. Greenwich, CT: JAI Press.

Jones, T.M. (1983). An integrating framework for research in business and society: A step toward the elusive paradigm? Academy of Management Review, 8:559-564.

Miles, R.A. (1987). Managing the corporate social environment. Englewood Cliffs, NJ: Prentice Hall.

Mercado-Calderón, F. (s.f.). Mujer, riesgos químicos y trabajo en México. http://www.laneta.apc.org/cilas/html/salud.htm . Consultado el 7 de diciembre de 2005.

http://www.cnime.org.mx/estadisticas/empresas_instaladas.htm

http://www.cnime.org.mx/images/ImgEstadisticas/0805/EstabEntFede2max.gif

http://www.mngt.waikato.ac.nz/ejrot/EJROT(newdesign)Vol9_1specialissue_front.asp

http://www.laneta.apc.org/cilas/html/salud.htm


30

Moore G. & Robson A., (2002). The UK supermarket industry: an analysis of corporate social and financial performance. Business Ethics: A European Review, Vol. 11 (1): 25 – 39.

Morales-Zamorano L.A. & Marin-Vargas, E. (2002). Entorno Económico y Sociocultural de Maquiladoras en Ensenada y Tijuana BC. Memorias del VII Foro de Investigación, Congreso Internacional de Contaduría, Administración e Informática. ANFECA-UNAM. Octubre del 2002, Ciudad Universitaria, DF, México.

Morales-Zamorano L.A. & Mungaray-Lagarda A. (2005). Por una Política Industrial Sostenible en Baja California, Basada en criterios de competitividad. Manuscrito en proceso.

Naciones Unidas-Sedesol, (1992). Agenda XXI, Cumbre de la Tierra. Río de Janeiro, Brasil.

Nieto-Antolín M. y Fernández-Gago R. (2004). Responsabilidad social corporativa: la última innovación en Management. Universia Business Review - Actualidad Económica | Primer trimestre 2004. España.

Ortiz-Alvarado, A. (1999). Sistema de gestión de seguridad y salud ocupacional, ¿hacia la ISO 18000?. Revista MAPFRE SEGURIDAD No. 73-Primer Trimestre 1999. Madrid, España; Pág. 13-19.

Preston, L.E. (1978). Research in Corporate Social Performance and Policy. 1. Greenwich, CT: JAI Press.

Randall, D.M. (1989). An eclipse of justice: Policies regulating reproductive health in the workplace. Paper presented at the meeting of the Academy of Management, Washington, DC.

Reed, L., Getz K., Collins D., Oberman W. & Toy R. (1990). Theoretical models and empirical results: A review and synthesis of JAI volumes 1-10, En: L.E. Preston (Ed.), Research in corporate social performance and policy, 2:291-325. Greenwich, CT: JAI Press.

Rubio-Romero J.C., (s.f.) La polémica ISO 18000 - OSHAS 18001 - Directrices de la OIT http://www.estrucplan.com.ar/articulos/verarticulo.asp?IDArticulo=272 Consultado el 7 de diciembre de 2005.

Ruf, B.M., Muralidhar, K., Brown R.M., Janney J.J. & Paul K., 2001. An Empirical Investigation of the Relationship Between Change in Corporate Social Performance and Financial Performance: A Stakeholder Theory Perspective. Journal of Business Ethics; Vol. 32 (2):143 – 156.

Sabatini, F. & Vargara, R.P., (1998). Relaciones Empresa-Comunidad. Manual Curso-Taller del CIPMA (Centro de Investigación y Planificación del Medio Ambiente). Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Pontifícea Católica de Chile.

Secretaría de Economía (s.f.). Fomento a las exportaciones. Consultado el día 29 de noviembre del 2005. http://www.economia.gob.mx/?P=730&gpo=1&lenguaje=0

Sen, A. (1985). “Well Being, Agency and Freedom: The Dewey Lectures 1984”, The Journal of Philosophy, 82 (4): 169-221. Traducido como “El Bienestar y la Condición de Ser Agente y la Libertad. Conferencias Dewey de 1984”, en Bienestar, Justicia y Mercado, Paidós, ICE/UAB, pp. 39-108.

Sethi S.P. (1979). A conceptual framework for environmental analysis of social issues and evaluation of business response patterns. Academy of Management Review, 4: 63-74.

http://www.estrucplan.com.ar/articulos/verarticulo.asp?IDArticulo=272

http://www.economia.gob.mx/?P=730&gpo=1&lenguaje=0


31

Simpson W.G. & Kohers T., (2002). The Link Between Corporate Social and Financial Performance: Evidence from the Banking Industry. Journal of Business Ethics, Vol. 35 (2): 97 – 109.

Steiner G.A. (1972). Social Policies for Business. California Management Review, Vol. 15(2) : 17-24.

Swanson D.L. (1995). Addressing a theoretical problem by reorienting the corporate social performance model. Academy of Management Review, 20(1): 43-64.

Ullmann, A. (1985). Data in search of a theory: A critical examinations of the relationships among social performance, social disclosure, and economic performance. Academy of Management Review, 10:540-577.

Waddock, S.A. & S.B. Graves. (1997). The corporate social performance - financial performance link, Strategic Management Journal, 18: 303-319.

Watrick, S.L. & Cochran, P.L. (1985). The evolution of the corporate social performance model. Academy of Management Review, 10: 758-769.

Wood, D.J. (1991). Corporate social performance revisited. Academy of Management Review, 16: 691-718.

El desempeño social de maquiladoras en México, como …acacia.org.mx/busqueda/pdf/P04T7.pdf · El...

Documents

Transcript of El desempeño social de maquiladoras en México, como …acacia.org.mx/busqueda/pdf/P04T7.pdf · El...