Casa Templaria, 2 de mayo de 2016.

“El deseo”

Mis queridas semillas,

Cada día es una fiesta para las madres, al igual que para los padres y para todos los humanos y los humanos comparten con sus amigos de siempre que son esos amigos de compañía, nuestros perros, gatos, pajaritos, sea cual sea ese animal que os acompaña y que os da compañía.

Había tres montañeros que un día quisieron ir a la montaña más alta en la ciudad que vivían. Empezaron a subir y sin darse cuenta llegó la noche, no encontraban el camino para volver y se quedaron perdidos

durante unos días, se llevaban muy bien pues eran tres amigos, pero la comida la habían terminado, el agua escaseaba y estaban inquietos, empezaron a mirarse y hablaron entre ellos, que tendrían que buscar una solución, si no tenían alimentos podían morir allí mismo en la montaña, estaban ya muy apagados mirando alrededor suyo, los paisajes eran preciosísimos, los colores magníficos, pero tenían hambre; y de pronto se apareció un genio, el genio les saludó y les dijo: “Vengo a haceros una proposición ¿De qué seríais capaces, si os concediera un deseo?”.

Se miraron los tres y el primero dijo: “¡Voy a pedir el deseo! Me gustaría genio que nos dieras tanta comida, tanta fruta y manjares que no

pudiésemos terminar”. El genio lo miró, sonrió y dijo: “Es muy fácil ese deseo, se puede conseguir, sólo es necesario pedirlo y ya lo tendrás, pero dime ¿Qué harás con tanto? Esa no es la respuesta correcta, pues

ahí está la codicia y la ambición.

El segundo amigo dijo: “Yo te voy a pedir un deseo, que hagas crecer un árbol grande, grande, grande y que tenga todas las frutas del planeta para que podamos comer y saciarnos”. Entonces el genio lo miró, de nuevo sonrió y dijo: “Tampoco has acertado, esa codicia de qué te serviría y tener tantas frutas no te saciaría”.

El tercer hombre dijo: “Pues yo voy a pedir mi deseo, genio ¿podrías convertirnos en hombres pequeños? y así con solamente una fruta, sería tan grande que tendríamos suficiente”. Sus amigos se echaron a reír, pero el genio lo miró y le dijo: “Tú has dicho la Verdad, has contestado la respuesta justa”, aplicando la Humildad mis semillas, obtendréis el conocimiento, la Sabiduría y la Generosidad, aplicando la Humildad que es tan rara hoy y tan

difícil de encontrar, todos pecamos de prepotentes, todos pecamos de capitanes, todos pecamos “de saberlo todo” ¿Y si nos contentásemos con lo que tenemos? ¿Y si pidiésemos justo lo que necesitamos?

Así que el genio le concedió todos los deseos que él quería, aplicó la Humildad y le dieron la Generosidad y la Abundancia.

Cuántas veces hemos encontrado a genios y nosotros hemos dicho: “Si nos tocara la lotería empezaríamos por un avión, un barco, una casa, para los hijos, para los padres, etcétera; la lista es tan larga que es imposible nombrarla toda ¿Y qué haremos en el viaje, ese viaje que no necesitamos maletas, ese viaje que solamente va el alma? ¿Es que nos lo llevaremos todo? Es el Mensaje de hoy que lo comparto con ustedes.

Pedir todos los días mis semillas, lo que necesitáis cada día tendréis lo necesario para vivir, para subsistir y para ser felices.

Con todo mi amor,La Jardinera