El día que lo decidí
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El día que lo decidí Lanzarse a las aguas heladas de una profesión artística solo toma 2 segundos y 300
personas haciendo fila a tus espaldas. Publicado en November 27, 2013 en Blogs por Oriana Mata
Oriana Mata
@lepassionfruit
Decidí que quería hacer cine a los 6 años, cuando escribí mi primer guión, “Tommy y la máquina de
hacer dinero”. Lo escribí, le dibujé una portada y en la parte de atrás hice un mapa mental de mis
proyecciones a futuro que iba más o menos así:
1. Escribir una historia.
2. Venderla a una editorial.
3. Volverme famosa y millonaria.
¿Qué más necesita uno en la vida cuando tiene 6 años?
En realidad en ese momento no sabía que quería hacer cine, ni tampoco que lo que había escrito era mi
primer guión, pero ya no había vuelta atrás, la bala se había disparado. Mi camino estaba decidido.
“Tommy y la máquina de hacer dinero” fue solamente el principio, le siguieron todo tipo de historias
ideales y rosas que formaba en mi cabeza en la noche y escribía en la mañana, absolutamente todas
influenciadas por los cuentos que me veía forzada a leer en casa de mis tías cuando mis papás me
enviaban a pasar vacaciones con ellas en Caracas, lejos de mi Puerto Ordaz natal.
Todo comenzó como un juego de niños. Yo simplemente sabía que quería contar historias, y la forma que
conocía para hacerlo era escribiendo. Así que escribí todo lo que pude, exploté mi imaginación y la
ejercitaba todos los días leyendo -devorando- libros que me enviaban mis tías cuando regresaba a mi
ciudad.
Luego llegaron las películas. Una ola de películas predecibles hollywoodenses que cumplían con lo que
yo necesitaba: entretenimiento. Pero también llegaron esas películas “raras” que solo podía encontrar en
los bajos fondos del internet y me maravillaban por sus propuestas originales, colores brillantes y
personajes reales fantásticos. Pero de ese tema les hablaré luego… (y bastante)
12 años después, a los 18, acudí al estreno de una película que, en teoría, llevaba 10 años esperando (y
miren, no les voy a decir cuál era porque después se me borra todo el coolness que quiero mantener en
esta súper.cool página). Llegué 3 horas temprano a la función y era la primera en la fila. Poco a poco
fueron llegando los demás seguidores de la saga que ese día llegaba a su fin, y cercana a la hora de la
entrada me di la vuelta y frente a mí había más de 300 personas agolpándose en el hall del cine esperando
ansiosos a entrar. Ese día, en ese preciso instante, entendí a dónde quería dirigir lo que llevaba 12 años
practicando: si quería contar historias, debía –contra viento y marea- hacer cine.
Y aquí estoy, 3 años después, de nuevo en Caracas, en el 4to semestre de Realización Cinematográfica,
aprendiendo a llevar a la pantalla todas esas historias que nacieron en mi cabeza desde hace tantos años y
en realidad eran un desastre.
Y aquí estoy también en D.Sounds –esta maravilla de encuentro creativo-, lista para compartir con todos
mi experiencia entrando al mundo del cine, lo que me parece maravilloso y me consume todos los días:
las ideas y cómo llevarlas a cabo.
PD: antes de empezar a escribir este texto le di play al disco Brothers de The Black Keys, y solo quiero
recordarles que es maravilloso y que deben escucharlo como unas 89 veces en su vida.