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73 73 la palabra No. 28 Tunja, enero - junio de 2016, ISSN 0121-85-30 pp. 73-88 Resumen Fecha de recepción: 04 de septiembre de 2015 Fecha de aprobación: 25 de enero de 2016 El diario de un escritor en Encuentro en Saint- Nazaire de Ricardo Piglia* Amor Arelis Hernández Peñaloza CILHA-Universidad Nacional de Cuyo Doctora en Letras Universidad Nacional de Cuyo, Argentina Profesora Universidad Nacional de Cuyo, Argentina [email protected] * Artículo de reflexión producto de la investigación doctoral “Prácticas y poéticas de los géneros literarios en la obra de Ricardo Piglia”, aprobada por el octoado e etas de a Universidad Nacional de Cuyo. Mendoza, Argentina (2013). En este artículoestudiamos el género diario íntimo a través de la nouvelleEncuentro en Saint-Nazaire(1988) que contiene el ”Diario de un loco”del escritor ficticio Stephen Stevensen. Este uso ficcional del diario, dentro del marco de la estructura de la obra literaria adquiere un sentido diferente porque renuncia a la comunicación de algo íntimo y secreto, para convertirse en literatura, en ”comunicación estética”. Asimismopretendemosevidenciar la importancia y la magnitud del género diario en la unidad narrativa de un autor como Ricardo Piglia. Junto a esto, el ejemplo de Encuentro en Saint- Nazairenos ayudará a mostrar las características de este tipo de prosa pigliana, que funciona como un laboratorio de la escritura. Palabras clave: Diario íntimo-ficcional, Escritor ficticio,Piglia. Citar: Hernández Peñaloza, A.A. (enero-junio de 2016). El diario de un escritor en Encuentro en Saint-Nazaire de Ricardo Piglia. La Palabra, (28), 73-88.

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la palabra No. 28 Tunja, enero - junio de 2016, ISSN 0121-85-30 pp. 73-88

Resumen

Fecha de recepción: 04 de septiembre de 2015Fecha de aprobación: 25 de enero de 2016

El diario de un escritor en Encuentro en Saint-Nazaire de Ricardo Piglia*

Amor Arelis HernándezPeñalozaCILHA-Universidad Nacionalde CuyoDoctora en Letras UniversidadNacional de Cuyo, ArgentinaProfesora Universidad Nacionalde Cuyo, [email protected]

* Artículo de reflexión productode la investigación doctoral“Prácticas y poéticas de losgéneros literarios en la obra deRicardo Piglia”, aprobada por elDoctorado en Letras, de laUniversidad Nacional de Cuyo.Mendoza, Argentina (2013).

En este artículoestudiamos el género diario íntimo a través dela nouvelleEncuentro en Saint-Nazaire(1988) que contiene el”Diario de un loco”del escritor ficticio Stephen Stevensen. Este usoficcional del diario, dentro del marco de la estructura de la obra literariaadquiere un sentido diferente porque renuncia a la comunicación dealgo íntimo y secreto, para convertirse en literatura, en ”comunicaciónestética”. Asimismopretendemosevidenciar la importancia y lamagnitud del género diario en la unidad narrativa de un autor comoRicardo Piglia. Junto a esto, el ejemplo de Encuentro en Saint-Nazairenos ayudará a mostrar las características de este tipo deprosa pigliana, que funciona como un laboratorio de la escritura.

Palabras clave: Diario íntimo-ficcional, Escritor ficticio,Piglia.

Citar: Hernández Peñaloza, A.A. (enero-junio de 2016). El diario de un escritor enEncuentro en Saint-Nazaire de Ricardo Piglia. La Palabra, (28), 73-88.

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Abstract

The diary of a writer in Encuentro en Saint-Nazaire [Meeting in Saint-Nazaire] by

Ricardo PigliaIn this article we study the genre of the intimate diary through the nouvelle Meeting in Saint-

Nazaire (1988), which contains the ”Diary of a Madman” by the fictional writerStephen Stevensen.Used within the structure ofthe literary work, this fictional diary takes on a different meaning, because itrenounces thecommunication of something intimate and secret, and instead becomes literature,”aestheticcommunication”. This study also highlights the importance and magnitude of thejournalisticgenre in the narrative drive of an author like Ricardo Piglia. Additionally, this study of Encuentro enSaint-Nazaire [Meeting in Saint-Nazaire] will help show the characteristics of this type of piglianaprose, which functions as a laboratory of writing.

Keywords: Intimate-fictional diary; fictional writer; Piglia.

Résumé

Le journal d’un écrivain dans Unerencontre à Saint-Nazaire de Ricardo Piglia

Dans cet article nous étudierons le genre du journal intime à partir de la nouvelle Une rencontreà Saint-Nazaire (1988) qui contient le ” Journal d’un fou ” de l’écrivain fictif Stephen Stevensen. Cetusage fictionnel du journal, dans le cadre de l’écriture de l’œuvre littéraire, adopte un sens différentparce qu’il renonce à communiquer quelque chose d’intime et secret, pour se transformer en littérature,en ” communication esthétique ”. De la même manière, on met en évidence l’importance et la grandeurdu genre du journal intime dans l’unité narrative de Piglia. L’exemple d’Unerencontre à Saint-Nazairenous aidera à montrer les caractéristiques de ce type de prose, qui fonctionne comme un laboratoire del’écriture.

Mots clés : Journal intime-fictionnel, Ecrivain fictif, Piglia.

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Desde el punto de vista de lahistoria de las formas literarias,la manifestación del diario íntimode un escritor como valor estéti-co es atractivo porque cuestionael concepto de privacidad, desinceridad, de introspección, dedocumento, propia del diario ensus orígenes, y de su pertenenciaa las formas denominadas “noficcionales”, en el mismo planode las “escrituras del yo” com-prometidas, según Lejeune, conla expresión de la verdad. Apropósito de esta idea Pigliacomenta:

A mí me interesan mucholas vidas posibles, lasconstrucciones imaginariasde la propia vida, y meparece que en un diario estátodo eso. O sea: el sujetodice la verdad, el sujeto esel sujeto de la verdad.Entonces, ahí hay un cortecon la ficción, donde enrealidad uno podría pregun-tarse qué es la ficción.(2000, p. 41).

En este sentido, recordemos quecon la publicacióndel diario deAmiel1 se da el primer paso enla transformación de lo íntimo enpúblico. Desde ese momento, sepone en entredicho la sinceridady el grado de intimidad del diario.Una contradicción que confirmóWitold Gombrowicz en las

primeras páginas de su Diario(1953-1969), ocurre cuandoapunta lo siguiente: “Escribo estediario con desgana. Su insincerasinceridad me fatiga. ¿Para quiénescribo? Si es para mí mismo,¿por qué lo mando a la imprenta?Y si es para el lector, ¿por quéhago como si hablara conmigomismo?” (2005, p. 61). Así pues,lo que acercaría al diario aldominio de la ficcionalidades porun lado su publicación, porque seadueña de artificios comunica-tivos propios de los génerosficcionales; por ello no es raroencontrar en él una trama narra-tiva pese a la fragmentación deldiscurso que nos produce elauténtico diario, da la impresiónespontánea de la realidad y sufijación lingüística; y por otrolado, que la “intimidad, lo priva-do, lo sincero” es manipulada,transformada, arbitraria, rebus-cada, recreada, imaginada,usada. Es decir, el diario pasa aser:

[…] una técnica de lanarración ficcional, una delas formas de la novela enprimerapersona junto conlas memorias y la novelaepistolar sus propiedadesfragmentariedad, incohe-rencia, etc., adquieren unstatus semiótico distinto: seconvierte en elementos ymedio de expresión en el

seno de la estructura de unaobra. La escritura diarial, enla que no había comuni-cación al ser utilizada de unmodo ficcional dentro delmarco de la estructura dela obra literaria, pasa a ser,de un modo completamentenuevo, comunicación esté-tica. Las formas del discur-so propias del diario, queesencialmente estaban encontradicción con el con-cepto de totalidad propia dela obra, en cuanto formasartísticas, colaboran ahoraa la constitución de unatotalidad. (Picard, 1981, p.119).

De esta manera se hace posiblela utilización del diario como“artificio literario” y su corres-pondencia con la vida del autorcarecería de importancia.Además, teniendo en cuenta queen las escrituras del yo: “Laficción y la verdad están juntasy separadas al mismo tiempo yel borde inextenso; ese gozneinvisible que las anuda ydesanuda sin cesar no es otro queel autor, el nombre propio delautor y el concepto mismo deautor.” (Campillo, 1992, p. 26).Percibimos entonces que en elcaso del diario, se confirma laidentidad entre quien firma laobra, el narrador y el autor. Sinembargo, cuando se usa el diario

______________________________1 Henri-FrédéricAmiel fueun filósofo y escritor suizo (1821–1881) quien publicó en vida algunos fragmentos de su ”diario

íntimo” cuando era todavía un género esencialmente privado. Sería justamente, como señala Girard, la publicaciónpóstuma del diario de Amiel lo que contribuiría decisivamente ”a operar la conversión de esa escritura ‘para uno mismo’ enuna escritura para el público, y la transformación del diario en verdadero género literario”. (Tomado de la presentación dellibro En torno al diario íntimode Amiel. Traducción de Laura Freixas. Editorial Pre-Textos, 1996)

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en la ficción, se observa, serefleja y se recrea la realidad pormedio de un autor que se oculta,que se disfraza, que desaparecetras el narrador, tras lospersonajes, tras los nombrespropios ficticios, tras lasmáscaras y tras la pluralidad desus voces. Hasta tal punto quelas manifestaciones del “Yonarrador” en el diario sonconfusas e indefinidas, “eldiarista es una persona ficticia”,inmerso en un mundo estético,literario, ajeno, impropio endonde todo cabe y se borran loslímites entre lo público y loprivado, entre lo verdadero y lofalso.

Ahora bien, Encuentro enSaint-Nazaire2 (1988) es unanouvelle que relata el encuentrode dos escritores en la ciudadcostera de Saint-Nazaire, al nortede Francia. Estos dos personajesestán allí gracias a la invitaciónde la Maison des Écrivains etTraducteurs Étrangers (MEET.France), asociación que invita aresidir en el lugar a un escritor oa un traductor, y se les proponeun pacto: producir o traducir untexto que tenga que ver con susdías en la institución. La historiacomienza con la llegada de unnarrador escritor argentino, elmiércoles 4 de mayo de 1988 yel encuentro con Stephen

Stevensen, escritor irlandés, undía antes de la partida de éste enun restaurante cerca del puerto.Dice el narrador:

Llegué por primera vez aSaint-Nazaire un miércoles,el jueves Stevensen mellamó por teléfono y meinvito a almorzar (fue eljueves 5 de mayo). Parecíainquieto, parecía como siconocerme fuera unaexigencia ineludible, una deesas obligaciones socialesque no se pueden evitar.[…] Desde hace añosescribía un Diario. (p. 91).

A partir de la aparición deStephen Stevensen, la vida delnarrador-escritor se ve trans-formada debido a que lo hacepartícipe de un descubrimiento:“el diario que tiene funcionacomo un oráculo, porque prediceel futuro, todo lo que Stephenescribe se realiza.” (Estrade,2007a). El narrador incrédulofrente a esta revelación halla unsobre con su nombre quecontiene varias páginas del diario”escritas la semana anterior demi llegada a Saint-Nazaire” (p.106). El diario describe, ademásde otros sucesos, el encuentroque acaba de darse entre los dosescritores, ylo que se alcanza aleer en el diario son los hechos

que adivina el visionario StephenStevensen, acerca de lo quehace o va hacer el narrador; ”ycapaz de prever el futuro, escribelo que sucederá mañana: se tratadel poder de la ilusión.” (Pereira,2001, p. 36).

Lo curioso es que en 1988Ricardo Piglia es efectivamenteinvitado a pasar un par de meses(entre enero y marzo) en laMaison des ÉcrivainsÉtrangerset des Traducteurs y, el resultadode su temporada allí es Encuen-tro en Saint-Nazaire. En estaobra, el autor apela a la ficciónpara referir su estadía, perotambién hace una inscripción desu empresa autobiográfica.

A pesar de la falta de compro-miso o de pacto autobiográfico3,es decir, la ausencia de unaintención de comunicación,inmediata o diferida en la cual el”autobiógrafo pide al lector queconfíe en él, que le crea, porquese compromete a contarle laverdad” (2004, p. 649),consideramos los índices de laficción como síntomas deintención autobiográfica enEncuentro en Saint-Nazaire.Por esta razónvinculamos alpersonaje y el narrador con elautor y su mundo efectivo;sondeamos y detectamos cuántodel autor hay en el narrador y en

______________________________2 Todas las citas pertenecen a la edición: Piglia, Ricardo. (2007).Encuentro en Saint-Nazaire. [1988]. EnPrisión perpetua.

(pp. 79-150). Barcelona: Anagrama.3 Recordemos que Lejeune llama ”pacto autobiográfico”al contrato que constituye a un texto como autobiografía, en donde

la identidad es sellada ”por el nombre propio. Y eso es verdad también para quien escribe el texto. Si yo escribo la historiade mi vida sin decir mi nombre, ¿cómo sabría el lector que se trata de mí? Resulta imposible que la vocación autobiográficay la pasión de anonimato coexistan en el mismo ser.” (1991, p. 55).

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el personaje hasta descubrir quela historia ficticia tiene unevidente compromiso con la vidade Piglia. Esto lo advertimosparcialmente pues nuncatendremos completa seguridad dela correspondencia entre la vidadel autor y lo que la nouvellerelata. Al respecto, Pigliacomenta:

[…] la novela cortaEncuentro en Saint-Nazaire, el juego de loautobiográfico está presen-te como elemento de cons-trucción. Parto de la auto-biografía, de los rastros dela experiencia, digamos, yde la verdad de lo que hevivido confrontando las dis-tintas versiones que tengode mi propia experiencia.Hay cosas que unorecuerda con mucha nitidez,momentos vividos que nonecesariamente son tal cualcomo uno los recuerda. Enel caso de mis textos, laautobiografía ha sido unpunto de partida a partir delcual he tratado de construiralternativas, otras vidasposibles. (2008).

Aunque Piglia no especifica sunombre en Encuentro en Saint-Nazaire, usa la primera personay el narrador es un escritorargentino. De la misma manera,el diario como modelo narrativoen Stephen Stevensen “nos sitúasobre la pista del doble literario,que el narrador confirma alatribuir a Stevensen algunos

rasgos reconocibles que el propioPiglia desea para sí.” (González,2009, p. 131). Esta reelaboraciónde la experiencia por parte delautor en la Maison des Écrivains,viene a ser una puesta en abismode la naturalización de la fic-cionalización, esto es, rompe sudistinción con la realidad. Estanaturalización se producecuando los sucesos reales (lospersonajes, las citas, los lugares,las fechas indistintamente) quehabitan la nouvelle se nivelannarrativamente con los imagi-narios al mejor estilo pigliano.Así por ejemplo, el narradorutiliza una “Posdata”, comopresentación del “Diario de unloco”, título de la segunda partede Encuentro en Saint-Nazaire, para contarnos lo quese indica a continuación:

Al día siguiente viajé aLondres y me perdí en eselaberinto rojo y no encontrérastros de Stephen. Tiempodespués conocí los escritosque ahora incluyo y quefueron publicados por larevista Granta en el núme-ro de homenaje a Steven-sen, en diciembre de 1988,con el título de A Perso-nal Dictionary. Son restosde sus Diarios ordenadosalfabéticamente y muchosde los materiales que hecitado no están en estaversión. Parecen ser loúnico que ha sobrevivido desus experimentos perso-nales, ¿qué ha pasado conel resto? Tal vez las páginas

que siguen son la respuesta;están ligadas a la memoriade los hechos que he escritoy la traducción del inglés mepertenece (así como eltítulo, que expresa mi opi-nión sobre el autor). (p.110).

De igual forma vemos una“Nota” al final del libro Prisiónperpetua, donde fue publicadala nouvelle, firmada por R.P.Apreciamos no sólo las inicialesde Ricardo Piglia, sino que ade-más leemosuna especie deconfesión del autor que dice: “hecontado fragmentos de mi vida”y aclara al final de la misma que:

Encuentro en Saint-Nazaire fue escrito duranteuna estadía de tres mesesen la Maison des ÉcrivainsÉtrangers et des Traduc-teurs de Saint-Nazaire. Losextraños sucesos que ocu-rrieron en ese lugar noempañan el recuerdo de losbellos y brumosos días queviví en el Building y tam-poco el agradecimiento amis amigos de la Maison yen especial a su director,Christian Puskas [. ..].Puskas trató de prevenirmesobre lo que me esperabapero previsiblemente no locomprendí. La noche enque llegué me recibió en laestación de trenes y en unidiolecto, que me sonó alprincipio como una decli-nación bretona del húngaro,me dijo (ahora lo sé) que no

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le diera mi confianza alhuésped que había aban-donado la casa la nochemisma de mi llegada. [...].Apenas podemos compren-der los que dicen los ami-gos, ¿cómo podía yo adivi-nar lo que ese hombre, aquien veía por primera vez,trataba de decirme? Elrelato que he escrito es unefecto de esa incompren-sión y también un efecto dela telaraña verbal queStevensen tejió a mialrededor. (p. 150).

Por lo anter ior podemosdeducirque en la nouvelle losdiferentes niveles narrativos sefundan poco a poco en uno solo,generando la autoficción4,endonde el narrador lee y publicael Diario de Stephen Stevenseny se desarrollan la ideas piglianasde que “la verdad está en lalectura de la ficción” y que desdela lectura “No se va de la ficcióna la vida, sino de la vida a laficción. Lectura y vida se cruzan,se mezclan.” (2005, p. 179). Deeste modo, Encuentro en Saint-Nazaire va y viene entre elregistro ficcional y autobio-gráfico, que siendo incompatiblespor principio, quedan fundidos yhomogenizados para hacerse unopor medio de una estrategiadesconcertante y transgresora

que encontramos del autor paraautoficcionalizarse de maneraambigua, con disimulo y ocul-tamiento entre juegos espe-culares, imposturas literarias,autores inexistentes y obrasapócrifas como “Diario de unloco”, modelo de diario en el quela relación con lo real y lo ficc-ional juega a la desaparición delos límites.

Pareciera que para Piglia eldiario permite las expe-riencias de roles al asumirlas distintitas identidades ylugares de la enunciación,como si los efectos se re-solviesen desde otro lugar,donde la espontaneidad deun escrito abre un abanicode posibilidades, de lectu-ras, con solo intercambiarroles. (González, 2008:167).

Sabemos que Ricardo Pigliaescribe un diario desde los 14años motivado por una situaciónde crisis que recuerda de lasiguiente manera: “Empiezo aescribir el diario cuando mi fa-milia decide que nos tenemos quemudar a Mar del Plata y sientoque mi casa y mi vida estándesmanteladas. Hay un senti-miento y la escritura reacciona.”(2012). Con el exilio comienza laescritura del diario y el descu-brimiento de la propia realidad de

escritor. Según Berg, para Pigliael diariosería “ese mito deorigen”:

Un relato iniciativo, depasaje y corte, que circulaen algunos relatos y entre-vistas: una escena arcaicalanzada hacia el futuro enforma de Diario. Diarioprivado que configura unamitología autoral el sujetode la escritura que Pigliainventa– así como unaautobiografía por venir.Sus textos son fragmentosde ese libro futuro mito-lógicamente tangible, um-bral último de su poé-tica. […] es un relatointerminable y secreto; unwork in progress consti-tuido en el constante aplaza-miento y dura lo que durela experiencia de laescritura. (2000, p. 67).

Por eso Piglia concede a sudiario personal un lugar signi-ficativo a tal punto que parece lacolumna vertebral de toda suobra porque es el motor y elorigen de sus ficciones, debido aque en él “entra todo”. Dice elautor:

Muchas veces un diarioacompaña la escritura de unlibro; entonces, tomo notas

______________________________4 La autoficción, palabra inventada por el escritor Serge Doubrovsky en 1977, significa “ficción de sucesos y de hechos

estrictamente reales”. Por otro lado, según Manuel Alberca, el rasgo característico de la autoficción se fundamenta enconfundir persona y personaje o en hacer de la propia persona un personaje, insinuando, de manera confusa ycontradictoria, que ese personaje es y no es el autor. Al respecto escribe: “En la autoficción los elementos biográficos delautor, conocidos y desconocidos, irrumpen en la historia como material narrativo en bruto, coexistiendo abierta o sutilmentejunto a otros que son o parecen ficticios.” (2007, p.131).

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de un relato que estoyescribiendo, fragmentos decuentos, diálogos o situa-ciones ligadas: podríamosllamarlas ‘notas de trabajo’.Pero hay otros apuntes queno son de lectura sinointentos de sintetizar algo.Habitualmente, la escriturade un libro me produce co-sas quepertenecen al ámbi-to del diario y no a un planodistinto de reflexión. Tam-bién me pasa que cuandotermino los cuadernosencuentro cartas, cuentas onúmeros de teléfono que fuiguardando. El diario es unaespecie de archivo raro,como un corte geológico delo que estaba sucediendoen ese momento. Un cajón,un lugar donde se guardanmuchas cosas. (2012).

De ahí la importancia esencialdel género diario en la obra pi-gliana, ya que podemos suponerque si alguna vez accedemos ala lectura del diario o de “loscuadernos azules”5 de RicardoPiglia, encontraríamos plas-mados no sólo pensamientos ysentimientos íntimos del autor,sino muchos de los relatos y delas ideas realizadas y enunciadas

en sus obras, pero aquí apare-cerían quizá sin corrección, sinestar revestidos de personajescomo: Emilio Renzi (alter egoemblemático del autor) yStephen Stevensen. En estesentido, González Álvarez afirmaque:

La imbricación del diario enla textualidad de Piglia poneen circulación dos nocionesfundamentales: de un ladola nominada expresión de laalteridad, en tanto que losheterónimos de StephenStevensen y Emilio Renziquedan desconcertados enel escrutinio de sus res-pectivos diarios y vendifuminada su identidad enfavor de la noción del doble;de otro la ficcionalizaciónde tales diarios depara unefecto de especularidadtoda vez que estos no cons-tituyen sino una pro-longación de los cuadernosíntimos e inéditos que diceacumular el autor. (2009, p.151).

En Encuentro en Saint-Nazaireel compromiso diarístico deRicardo Piglia, puede ser ras-treado a través de señales como:

· La práctica común entreRicardo Piglia y StephenStevensen de llevar undiario,cuestión sobre la que elautor argentino declaró: “eldiario es lugar de depósitoimaginario, de usina o dehorno en el que se cuecen losproyectos y las alternativas.”(Bratosevich, 1997, p. 294).Por su parte, Stevensen“Desde hacía años escribíaun Diario y pensaba usar esasmiles de páginas escritas a lolargo de su vida comomaterial para un experimentofilosófico.” (p. 92).

· Opiniones personales sobre laescritura de la nouvelle yfórmulas de autojustificación,por medio de las informa-ciones paratexuales (entre-vistas, declaraciones públi-cas, notas, comentarios),donde Piglia señala el carác-ter autobiográfico de su textoficcional.

· El uso del yo narrativo propiodel género donde se funden,en el proceso de enunciación,la vida del autor con la vozdel narrador y la de StephenStevensen. Estas tomanposesión del mundo y de laexperiencia de Piglia.

· La autoficción, incluso al ser

______________________________5 A fines del año 2015 Ricardo Piglia publica Los diarios de Emilio Renzi. Años de formación, primer libro de una trilogía

(Los años felices y Un día en la vida) que reúne los diarios escritos por el autor entre 1957 y 2015. Por otra parte, eldirector de cine argentino Andrés Di Tella estrenó en septiembre de 2015 la película que lleva por título “327 cuadernos”,donde los diarios de Piglia son los protagonistas. Al respecto Di Tella indica: “Es un cuento que estoy contando, unaespecie de leyenda de un hombre que tiene todos esos cuadernos y trata de contar su vida. Y todo lo que tiene que hacerpara contarla, los experimentos, escribir en tercera persona, entregarle su vida a Renzi. Yo me doy cuenta de que casitodo lo que cuenta en sus novelas tiene base en la realidad y se vuelve es ficción. Como la operación que hace ahora, lodel diario de Emilio Renzi, que convierte sus diarios en ficción. Entonces leés más la fábula y menos el detalle oculto. Detodos modos, creo que todo es muy real.” (2015).

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anónimo el nombre delnarrador, deja ver a un Pigliaque se reinventa y erige comopersonaje de su ficción pormedio del narrador-escritorargentino y de StephenStevensen.

· La metaficción, puesto queincorpora reflexiones sobre elgénero como:o Por medio de la lectura deldiario se revisa toda la vida,se relee el pasado personal ypuede dar pistas para orien-tarse en la “selva oscura dela vida.” (p.96).o En esos diarios “habíaalgo escrito que él nuncahabía leído, un enigma quetenía que descifrar y que lepermitiría entenderlo todo.”(p. 96).o El diario elaborado como“series de acontecimientos,con el concepto de serie, conel concepto de serialización.Me interesaban sobre todolas descripciones laterales, losdetalles sin importancia quehabía anotado al narrarcualquier situación.” (p. 98).o El diario es como “unamáquina biográfica. Traba-jaba con segmentos combi-nados y divisiones cada vezmás pequeñas de mi vida.” (p.98).o En el diario los hechos serepiten: “Los mismos acon-tecimientos parecían una yotra vez.” “El diario seconvierte en un jeroglífico: ”Había un lenguaje secretoescondido entre laspalabras.” (p. 99).

o El diario debe ser leídocomo un oráculo. (p. 101).

· En “Diario de un loco” en-contramos la elaboración derelatos en clave para mostraraquellos ambientes y personajesque le interesan al autor, ademásde narrarsobre lo que conoce yfrecuenta: literatura, política,libros y lenguaje.

Así pues, se genera en lanouvelle un espacio ambiguoentre realidad y ficción quedeviene en un auténtico juegoentre la vida privada personal yel público literario. Encuentro enSaint-Nazairees en efecto unrelato dentro del cual encon-tramos trazos o marcas auto-biográficas de Piglia, explíci-tamente su estadía en la Maisondes Écrivains Etrangers et desTraducteurs à Saint-Nazaire,además contiene un diario querecuenta fragmentos de la vidade Stephen Stevensen, quien esel autor de “Diario de un loco”.El narrador, como lo habíamosmencionado arriba, llega a Saint-Nazaire “para encontrar aStephen Stevensen. Pero quizásno debo escribir ‘He vuelto’ o‘He decidido volver.’ Quizásdebo escribir que él ha decididoque yo vuelva a Saint-Nazairepara encontrarlo. ¿O para noencontrarlo? (Él es StephenStevensen).”(p. 81).

Sumado a lo anterior, en lanouvelle el narrador expone suexperiencia en la Maison desÉcrivains Étrangers et desTraducteurs. Entonces se ve

obligado a hablar de los recuer-dos que tiene del encuentro conStephen Stevensen y sobre todo,del diario que escribe, porque ahí:“los esbozos ficcionales queStephen Stevensen ensaya en sudiario no hacen sino anticipar laconducta del narrador, que seconvierte en objeto de tales ex-perimentos literarios.” (González,2009, p. 131).

En Encuentro en Saint-Nazaire, el diario es recom-puesto y reescrito por el narradorcomo “Diario de un loco”, asaber: estamos en frente de undiario ficcional, una analogía dela escritura pigliana, en cuyoestilo la literariedad ocupa ellugar primordial al dar una formaestética plausible al relato. Estanarración, plena de literatura,está condicionada por el conjuntotextual en la que está inserta,donde los límites se vuelvendifíciles de establecer entre un“verídico” diario (el de Piglia)bajo el nombre de otro autor(Stephen Stevensen) y el textoadaptado por el narrador. Esdecir, se crea un juego de cajaschinas cuando Stevensen escitado por Piglia

[...] que a su vez acaba-remos entendiendo comoun narrador-autor citado enla totalidad del texto por elpropio Stevensen, cuyopoder matemático de anti-cipación documentado todoa lo largo en sus confi-dencias a Piglia y otrasprácticas sorprendes y

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abrumadoras corroboraríala sospecha de que Un en-cuentro en Saint-Nazaireha sido (pre) escrito porStephen antes de quesucediera el encuentro –lasfechas cantan . Y de quePiglia-autor es un autor-escriba, o mejor viceversaya que la escritura antici-pada puede suponerse igno-rada por el propio Pigliaescritor, copiador-copiado oPierre Menard de dobledirección, leído por quien lopre (e) escribe y personajede un autor (Stephen) quea su vez es se pretende quesea personaje de Piglia.(Bratosevich, 1997, p. 19).

Por lo referido anteriormentecorroboramos que Encuentroen Saint-Nazaire trata deescritores y sobre lo que les pasaen el proceso de la escritura yde la lectura, “Piglia-Stevensenescriben-leen, la tarea nuncaextinguida de leer-escribir, conguiños a un lector cómplice aquien estimulan para entrecruzarsu trama en lo tupido del tapiz.”(Bratosevich, 1997, p. 29). Deesta forma, en la nouvelle seestablece un paralelo entre leery escribir, donde ambas accionesson vividas simultáneamente. Elescritor se construye al mismotiempo que reconstruye a travésde su experiencia otro escritor,otro lector. Acerca de esteasunto, Piglia dice: “Losescritores construimos tramasimaginarias, lazos, con otrosescritores, y ése es un gran

espacio de luchas de poéticas decada uno. El modo como unoconstituye una tradición tiene quever con el modo en que unoespera ser leído.” (2000, p. 26).

El narrador de Encuentro enSaint-Nazaire es un escritor quelee el diario de StephenStevensen en el cual descubreque este autor lleva un registrode sus movimientos, de susexperiencias. Veamos:

En las primeras anota-ciones Stevensen se movíaa ciegas. No conocía minombre. Me llamaba el‘argentino’. O simplementeme llamaba ‘Él’. De a pocolos borradores se ibanhaciendo más precisos.Stevensen escribió conincreíble seguridad. Era unaventaja haber vivido en lamisma casa donde yoestaba viviendo. Podíaimaginar mis desplaza-mientos, mis hábitos.Lentamente empezó aanticipar mis movimientos.El Diario podía haber sidoescrito por mí. (pp. 106-107).

Los hechos que lee el narradoralcanzan un carácter específico,ya no es únicamente un esce-nario sobre el cual se representacomo personaje, sino que suscontactos y sus relaciones entranpor vías significativas en laescritura de Stevensen y seadquiere una dependencia impor-tante entre los dos escritores.

En relación con esto, el narradorse refiere a Stephen Stevens endel siguiente modo: “En realidadhabía decidido que yo formabaparte de sus experimentos yquería estudiar mis reacciones.Ahora comprendo que mevigilaba, o que estuve bajo suobservación desde que llegué.”(p. 83). Así, el narrador adviertecómo su vida ha sido previstaminuciosamente desde su arriboen Saint-Nazaire. “Es por elloque al llegar al estudio de Ste-phen y encontrar un mensaje enla computadora en el que le diceconocer su destino final decidedesenchufar la máquina.” (Quin-tana, 2001, p. 98). O sea, lasexperiencias del narrador sonintegradas a la escritura de Ste-phen Stevenseny se conviertenen una memoria privada que sinembargo habla de otro.

El narrador es un personajefabricado por Stephen Stevensencomo un hombre de letras, lectory escritor que tiene las mismascaracterísticas del diar ista,articulando “El relato doble o elrelato espejo (donde quedacomprometida la relación entreautor-autor, autor-lector yper seguidor -per seguido). ”(Bratosevich, 1997, p. 20). Elnarrador es el lector del diario deStephen Stevensen, quien publicay reescribe como “Diario de unloco”, no obstante él es atrapadoen la tela ficcional del diario deStevensen. Por consiguiente, lovemos inmerso en ”Diario de unloco” bajo el sobrenombre”Argentino”:

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AVENTURA: El argentinoha entrado subrepticia-mente en la Maison desEcrivains Etrangers et desTraducteurs y al cerrar lapuerta y enfrentar el amplioventanal que da a los mue-lles oye sonar el teléfono,en el rincón más remoto delcuarto. […] El argentino(su irrupción) no ha hechomás que interrumpir unaserie secreta. Ahora quiereactuar, es decir, quiereampliar el campo donde vaa hacer observado. (p.112).

CELOS: El argentino bajadel tren de la Gare de Lyony va hacia Erika (tiene unacita). Encuentra a unaconocida por azar en elsubte, tiene una conver-sación amable y nerviosa.Está, le dice, de paso haciaFlorencia. La mujer quierecenar con él esa noche, elargentino baja precipitadoen Pigalle y se pierde en loscorredores blancos. (p. 114-115).

En el caso de Stephen Stevensense trata de un escritor que in-merso entre la realidad y laficción, está condenado metafóri-camente a escribir un diario,proyecto que “consiste en lograrun sistema de cálculos que puedeanticipar el porvenir. Dichacuestión lo conduce a leer sudiario como si fuera un oráculo.”(Quintana, 2001, p. 97). Demanera que Stephen Stevensen

también es “un adivino. Es esapráctica justamente lo que lolleva a predecir el futuro de suamigo.” (Quintana, 2001, p. 98).Por ende, Encuentro en Saint-Nazaire, es ante todo unanouvelle sobre la experiencia dela escritura cuyo sujeto principales el del trabajo literario de losescritores, donde el diario esherramienta indispensable debidoa quees el banco de prueba, esel depósito, es el juez, es lacabida de todo, etc. El diario yano es más la confidencia de unhombre sino “el laboratorio de laescritura que concede beneficiospor su funcionamiento, porque noes resolutivo, no es acabado, sinoevolutivo yconstantemente enproceso.” (Didier, 1976).

Por lo anter ior, tambiénentendemos por qué la nouvelleestá enmarcada en el contextode la Maison des EcrivainsEtrangers et des Traducteurs àSaint-Nazaire, lugar dedicado ala escritura “perfecto paratrabajar” (p. 96), dice Stevensen,en donde el autor imagina a unescritor, a “un hombre relato quedespliega su baraja de historiassin fin” (Bratosevich, 1997) quese reproducen en “Diario de unloco”. Relato que hemos conce-bido como un “verdadero” diario,no solo porque su título lo indicasino porque constituye unahistoria de vida, la memoria deun itinerario existencial quepresenta las transformaciones deuna trayectoria personal, tanto deStephen Stevensen como delnarrador-escritor y del autor

Piglia. Asimismo, “es un ejemplode la relación que se articula entorno a la idea según la cual laescritura de la obra debe acom-pañar la vida entera de un artistay confundirse en ella.” (Orecchia,2006, p. 254).

“Diario de un loco”, en vez deestar compuesto por una serie deentradas fechadas, está escritobajo la forma de un diccionario,instancia genérica que permite ala sucesividad narrativa subor-dinarse a las letras del alfabeto;compuesto por una treintena depalabras que cobijan asocia-ciones e ideas sobre el oficio delescritor, así como escenas inde-pendientes y relatos que llamanotros relatos, conceptos acercade la lectura, de la historia,de laliteratura, indicios de narraciones,produciendo transformacionestextuales que son el corazón dela dinámica de la escritura dePiglia y fundan su poética. Esdecir:

Bajo la rúbrica del irlandésvuelve a facilitarnos lasclaves de su poética poruna vía fragmentada y obli-cua, la de un peculiar diario-diccionario sobre el cual elescritor ficticio articula unaserie de anotaciones orde-nadas alfabéticamente ysegmentadas a su vez envarias acepciones que con-tiene por igual reflexionesmetaliterarias, datos cien-tíficos y esbozos de relatos.(González, 2009, p. 137).

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Incluso, cada anotación podríaconsiderarse como algo sepa-rado del texto global y con auto-nomía propia. Empero, dentro delconjunto de “Diario de un loco”,cada una de éstas se consideracomo algo inacabado, incompletodebido a su organización que noaparece esquematizada a lamanera tradicional del género,transgrediendo así “el caos frag-mentario” del diario, utilizando ladisposición alfabética del dic-cionario para elaborar pedazosdehistorias que son introducidas porlas siguientes palabras: Autor;Aventura; Ben Juslin; Caso;Celos; Deducción; Destino;Diario; Diccionario; Dicho;Difracción; Experiencia; Fábula;Fermat; Pierre; Final; Hermana;Inmóvil; Intr iga; Irlanda;Kamikaze; Matemático; Muerte;Negación; Porlock; Quiasmo;Repetición; Reyes; Sitiada; Teje;Traducción; Visión.

“Diario de un loco”, bajo la formade un diario-diccionario, dibujaun espacio experimental “amedio camino entre el registroíntimo, el apunte narrativo y elensayo especulativo.” (Berg,2006, p. 48). Stephen Stevensen,el diarista, se mueve en él sintotalizar ninguna historia,produciendo en cambio frag-mentos inconexos de la misma odiferentes historias entramadascaóticamente y desordenadas,pero impactantes y paradójica-mente sólidas. De esta maneraponede manifiesto:

[…] un fervor por el relatoque Ricardo Piglia exhibecon formulaciones, marcosyextensiones variables:ficciones apenas insinuadasconviven con textos másamplios y una galería defamiliares que se incorporanen el acto coral de la narra-ción, enmarcado en un espa-cio insólito y restringido: elde un diccionario con entra-das léxicas, algunas de ellasbasadas en cuestionescientíficas […] Apuntesmetanarrativos sobre los quePiglia erige una autoficción,fragmentando las vivencias.(González, 2009, p. 144).

Cada palabra del diario-diccionario, es un fragmento deun discurso sin concluir queremite a una escritura, a unahistoria posible, a una idea. Sepasa de un orden de enunciacióna otro, produciendo intersticios,resquicios, grietas, un conjuntode segmentosde la experienciade un escritor presente de ma-nera variada y abstracta a travésde personajes e interlocutoresque en el fondo se encuentranparecidos y con similitudes;protagonistas de una búsquedaliterariaque nos muestran unaintimidad intelectual permanentepor medio de situaciones ycuestiones diferentes, pero en lascuales se percibe siempre la vozdirecta de Stephen Stevensen yla voz oblicua de Piglia. Ademásobservamos que la autore-ferencialidad por parte del

escritor Stephen Stevensen seimpone como vertebracióndiscursiva, superpuesta a latemática de hacer un diario sobreun relato ficcional contado por unescritor también ficcional queautoficcionaliza a Piglia y quemanifiesta la intención auto-biográfica del autor. Al respectodice González:

El diario comparece antenosotros como apropiacióny construcción de la alte-ridad, en una doble dinámicade direcciones opuestas;apropiación en cuanto Pigliaespiga, reescribe y se atri-buye vivencias ajenas; yconstrucción en la medidaen que enhebra su historia“como si fuera la de otro”,práctica ésta que encau-saría al autor bajo los one-rosos “cargos” de falsi-ficación, robo, atribuciónapócrifa y tráfico de citasfalsas. (2009, p. 147).

Piglia-autor revela en la escri-tura diarística de Stephen Steven-sen su espacio autobiográfico.Aunque su imagen en el relatocarece de una formación, de undesarrollo verdadero, recons-truye, eso sí, algo de su perso-nalidad, de su experiencia. Deesta forma provoca un desdo-blamiento autobiográfico,fenómeno frecuente constatadopor los autores de un diario. Almismo tiempo, “Diario de unloco” nos muestra al escritor entanto queobjeto y sujeto de su

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discurso. Vemos su imagensecreta, la que se revela en eldiario, lugar de un extraño “teatrode máscaras” donde el escritorestá tentado a desenmascararse.(Didier, 1976). Esto es, el diarioficcional de Stephen Stevensen,funcionan como mecanismo “deretornos, de espejamientos, deinserciones y reciclajes (laaventura doble del perseguidor-perseguido y su contra cara, encada uno de ambos protago-nistas, pasaría a leerse como unaalegoría más de la multiplicaciónde los reflejos discursivos.)”(Bratosevich, 1997, p. 21-22).

Piglia por medio de StephenStevensen, reescribe su diario ysus lecturas para poner enfuncionamiento su crítica y suteoría sobre la literatura: vamosde un escritor en acción allector-escritor que se burla y seautocrítica a sí mismo en lostextos que lee. En otras palabras,Piglia se ve a través de los otroscomo puede y quiere.Comoescribe Stephen Stevensen en elparágrafo sobre el AUTOR:“Nadie puede decir nada sobresí mismo, pero sobre otro esposible, quizá en ciertascondiciones ‘particulares’ prever(y adivinar), como quien descifrasu propio destino, el nudo que atael sentido.” (p. 111).

Por lo antes expuesto, laintención de autoficcionalizaciónen “Diario de un loco”, se haceevidente y es, como explicaOrecchia: “un auténtico ejerciciode invención que consiste en

insertar datos verosímiles osusceptibles de haber pertene-cido a su experiencia […] dentrode un relato perfectamenteficticio.” (2006, p. 254).Entonces la dualidad ficción-realidad recorre todo el universoliterario de “Diario de un loco”:Primero, porque Piglia intentatransmutarse en la ficcióncreando un universo imaginariohabitado por personajes, en loscuales los pensamientos y lasactitudes no son muy diferentesa los suyos. Parece, como diceBratosevich, que para el autorentre vivir y contar no parecedelinearse un deslinde tajante:

[…] puesto que nuestrashistorias contadas son lasque nos construyen, comoindividuo y como grupo, asícomo constituyen el mundo,su sentido, la apreciación odepreciación que nosmerece unas u otras zonasdel mundo. El discurso, y enél la infaltable multipli-cación de relatos con quenos definimos y juzgamos,refutándonos o corrobo-rándonos, es pues la ‘pri-sión’ donde transcurrimossin tregua. (1997, p. 322).

Dicho de otra manera, por mediode la configuración de laexperiencia Piglia encuentra laforma más conveniente parahablar de sí mismo, de suslecturas y de su escritura “unmodo de que sospechemos quePiglia acaso transcribe, so capade cita ajena, tramos de sus

reflexionespersonalesanotadasen el Diario que continúaescribiendo.” (Bratosevich, 1997,p. 317) Es más, Piglia escribedesde la escritura y las lecturasque lo inspiran interesándosesobre todo por los procedimientosde los otros escritores, los cualesle suscitan comentarios sobreproblemas propios de los estudiosliterarios, que se ven reflejadostanto en sus libros de críticacomo en sus ficciones. Porejemplo, en “Diario de un loco”encontramos reflexiones sobre:

· La no pertinencia delconcepto de verdad en laliteratura.

· El valor genético de larepetición y la variación.

· La desaparición de la idea deoriginal.

· La relación entre experienciay escritura. (Orecchia, 2006,p. 252).

Segundo, porque la mezcla dedatos personales verdaderos yfalsos genera “una transparenciaengañosa” y une dos propie-dades que se excluyen mutua-mente y lo hace quitándole a laintimidad, a lo privado, el carác-ter subjetivo. Las condiciones dela escritura subjetiva que Pigliaemplea se basan en laficcionalización del discursoentero, un secreto transparente,un diario-diccionario en el cualStephen Stevensen rinde cuentassolo a la literatura, debido a quelos eventos están organizadossegún los intereses de laimaginación, gracias al desvío o

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más bien a la difracción: “Laforma que adquiere la vida al sernarrada en un diario personal.”(p. 121). Pareciera que Piglia sepropone representar, dramatizaren “Diario de un loco”:

Las interferencias y lossaltos por los que sedescoloca, y a veces vuelvea recolocarse,una identidadu otra […] lo ficcional es loreal, se cruzan identidades,la atribución de las vocesse muda de lugar, se ante-escriben relatos futuros ovice-versa, textos o párra-fos enteros de diversaproveniencia se super-ponen al propio entretejidopolifónico y jugando a la‘falsedad’ a la trampatendida hacia una (inexis-tente) tersura (Bratosevich,1997, p. 301).

En definitiva, “Diario de un loco”,al igual que todos los diarios, noescapa a la lógica ambigua quedisuelve las fronteras porosasentre la ficción y la realidad, entrelo no-verdadero y lo verdadero.Además lo breve y lo fragmen-tario y su estructura comodiccionario, vistas en su conjunto,constituirían una propuesta que sibien formaun diario, invitaa uncomplejo deslinde de anotacionesque podrían leerse comominificciones.

Por medio de las minificcionesqueda manifiesta la literatu-rización de la vida a través deuna poética de la reducción que

se transforma en cauce expan-sivo de sentidos plurales, demuchas interpretaciones posibles,convirtiendo a cada lector encómplice y cr ítico de esasestrategias narrativas, con lascuales el “Diario de un escritor”,lejos de ser la documentación deldía a día, es “una variación sobrela capacidad utópica del relato deintroducir mundos alternativos enla realidad.” (Orecchia, 2006, p.252). El lector de “Diario de unloco” acepta este fluir desor-denado, el permanente salto deuna historia a otra, de un tema aotro, de un personaje a otro,legitimado y aceptado por laforma elegida del diario-diccionarioque nos permitesostener la hipótesis de que losgéneros funcionan comoesquemas que Piglia rompeconstantemente.

Para concluir, consideramosEncuentro en Saint-Nazairecomo texto autobiográficoporque expone un diario íntimo,una proyección encubierta ydisimulada de la propia vida ypersonalidad del autor, porque enlos perfiles de la ficción se dibujauna figura donde se reconoceno encuentran parecidos conRicardo Piglia. Empero, el juegoque propone Encuentro enSaint-Nazaire, es que la ficciónpuede ser visitada por seresreales. Stephen Stevensen hatenido un encuentro con unnarrador (autoficción del autor)y a su vez este narrador hatraducido y publicado el diariopersonal de Stephen Stevensen

(personaje ficcional), en el cualdescubrimos elementos de lavida de Piglia. La intención esexponer que el tránsito entre loacontecido, lo leído y lo imagi-nado es tan leve que finalmentese produce la naturalización dela experiencia ficcional contadacomo real. Así se revela lapoética de la literatura piglianaque alimenta la realidad con datosficcionales, pero también con lapropia experiencia personal hastatal punto que todo en Piglia seconvierte en literatura, ya quesegún él: “La ficción ayuda apensar. Ayuda a decir cosas muydiversas, porque es un juegodonde cada uno tiene su propiavisión del mundo, como tambiénsucede en la vida. La ficciónpermite experimentar con máslibertad lo que podríamos llamarla escritura verdadera entrecomillas” (2015).

Por otra parte, Encuentro enSaint-Nazairedesarrolla undiscurso sobre el acto de escribiry leer ficciones, creando un“ensamblaje textual que pone envalor la escritura como proceso,en otros términos, asumeplenamente que toda escritura esuna reescritura.” (Estrade, 2007,p. 8). También observamos quehay un diálogo con el génerodiario íntimo por parte del autor,quien se aprovecha de suscaracterísticas para experi-mentar con él y transgredirlo, taly como afirma González:

Piglia halla en este peculiardiario un nuevo cauce de

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experimentación narrativacuya idiosincrasia se adecuaa las pretensiones fragmen-tarias de su literatura porcuanto en el espacio de unaentrada léxica asistimos auna alianza de materialesheteróclitos donde elensamblaje entre los distintossignificados ofrecidos esmínimo, con un dominio dela parataxis propio, por otrolado, de la escritura de un‘loco’ como StephenStevensen (2009, p. 138).

En resumen, para Piglia existe undiario íntimo que transforma yque en términos de Bajtín seríaun “hibrido intencional”, donde elautor juega conscientemente con

la noción del género, el cualpresenta en la nouvelle en formade diario-diccionario, donde laescritura fragmentaria, confe-sional y vivencial del diario“articula una intriga sobre elpropio proceso de escritura,constituye una genealogíainvertida. Al colocar en el pasadolo que vendrá, provoca eldisloque lógico y el desfasajecronotópico: es un relato quesucederá en el futuro.” (Berg,2000, p. 68). De esta forma, elautor logra un inestable y raroequilibro entre lo real y lo ficticio;un discurso subjetivo, personal yverdadero que a la vez essubvertido para imponer unaescritura que rebasa lo auto-biográfico y se convierte en

narración, espacio donde el autorinventa sus múltiples repre-sentaciones: Stephen Stevensen,Emilio Renzi. A propósito, esteúltimo escribe en la entrada del31 de diciembre de 1965 de sudiario, publicado por RicardoPiglia en 2015, lo siguiente:“Releer mis cuadernos es unaexperiencia novedosa, quizá sepuede extraer, de esa lectura, unrelato. Todo el tiempo measombro, como si yo fuera otro(y es lo que soy)”. Con estaspalabras confirmamos que Pigliaes el verdadero sujeto de su diario,no obstante este ocupa unespacio en la escena literaria através de Renzi, tal y como lo hizoen Encuentro en Saint-Nazaire,allá por 1988 con Stevensen.

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