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    El discurso fantstico como una herramienta crtica en El guardagujas de Juan Jos ArreolaVania Mara Ramrez AlvaradoLiteratura Mexicana 8Profesora: Jocelyn MartnezFFyL-UNAM9 de junio de 2014

    Las palabras bien acomodadas crean nuevas obligaciones

    y producen una significacin mayor de la que tienen aisladamente

    si pudiramos tomarlas como cantidades de significacin y sumarlas.

    Juan Jos Arreola en la entrevista realizada por Emmanuel Carballo:

    Protagonistas de la literatura mexicana, Juan Jos Arreola

    En este breve ensayo quiero analizar la funcin crtica del discurso fantstico de Juan Jos Arreola

    en su cuento El guardagujas escrito en 1951 , para comenzar analizar el cuento y me centrar en1

    la construccin del discurso fantstico, comprobar que pertenezca a la literatura fantstica, segn

    la crtica moderna y para finalizar intentar aventurarme hacia la razn de utilizar el discurso

    fantstico como crtica.

    1. Qu es el discurso fantstico? y Cmo se configura en El guardagujas?

    Segn Flora Botton, en su libroLos juegos fantsticos, el plano de lo fantstico se desarrolla

    bajo ciertas caractersticas delimitadas peligrosamente entre los planos de lo maravilloso y loextraordinario, bsicamente, Cuando el fenmeno inslito no es explicable mediante las leyes del

    mundo conocido, ni se nos da una explicacin que lo colocara clara y definitivamente dentro de un

    mundo otro, entonces nos encontramos en presencia de lo fantstico (Botton, 19). Para comprobar

    que el cuento de Arreola pertenece a este discurso, voy a analizar partes de la definicin establecida

    por Botton, quien hace una revisin de las definiciones previas para unificarla y explica los

    procesos que permiten al lector situarse en este plano, junto a los fragmentos del cuento que

    sostienen su afinidad a dicha explicacin.

    En el inicio del cuento hay un narrador en tercera persona que introduce el cuento, nos ubica

    en el lugar y nos presenta al forastero, y nos seala vagamente la llegada de un viejecito que le da

    una palmada al personaje principal. A partir del segundo prrafo, con dos puntos, se inicia el

    1

    Segn Sara Poot Herrera en Un giro en espiral, el proyecto literario de Juan Jos Arreola,pg.1

    140 que explica que el autor escribe un buen nmero de cuentos a partir de la dcada de loscincuenta, El guardagujas est en todas las ediciones de Confabularioy desde su primeraaparicin en 1952, este cuento sufri ligeros retoques.

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    dilogo entre estos dos personajes, el narrador slo regresa para cerrar el cuento con la llegada de2

    la locomotora.

    Es importante mencionar que en medio de la imprecisin que envuelve el desarrollo del

    cuento, el narrador enmarca, como sealando los lmites espaciales y se deja ver slo lo necesario

    para comprenderlo, manera de Arreola que permite la construccin del discurso fantstico, pero

    posible, como describir ms adelante, en la siguiente tabla se resumen en una secuencia narrativa

    los sucesos del cuento, no obstante nos centraremos en la Reaccin, que es el momento fundamental

    para la construccin del discurso fantstico.

    Secuencia narrativa de la Reaccin:

    *Aqu queda ambiguo si pregunta el nombre de la famosa estacin, y el viajero ya no responde T si no X

    y que suponemos que entonces el viejecito no hubiera podido afirmar que efectivamente, el viajero llegara a

    su estacin en ese tren, porque ni siquiera recordaba a dnde iba el viajero. No obstante, queda la otra opcin

    que lo preguntara fuera el nombre del viajero, es decir X que quiere llegar a T, lo que dara pi a otras

    interpretaciones, quiz simblicas, o quiz de tipo fsicas sobre la lnea en la grfica de un punto que se

    dirige a una velocidad indefinida hacia otro, donde tiempo sobre velocidad, no pueden ser unidades medibles

    porque una variable es indefinida.

    En medio de esta secuencia narrativa de la Reaccin, en el dilogo de estos dos nicos

    personajes, se encuentra la construccin del discurso fantstico, Cmo se presenta el hecho

    fantstico? Sabemos que es un acontecimiento que no puede ser explicado por medio de las leyes

    del mundo que conocemos, pero que se presenta definitivamente dentro de este mundo

    conocido. (Bottom, 20) El suceso fantstico reside en la inestabilidad en el servicio del ferrocarril:

    2

    Como seala tambin Sara Poot, el narrador slo interviene brevemente en la segunda aparicin2

    del guardagujas con y seal un extrao edificio en el captulo El guardagujas: la necesidady el azar, op. cit.

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    Este pas es famoso por sus ferrocarriles, como usted sabe. Hasta ahora no ha sido posible

    organizarlos debidamente, pero se han hecho grandes cosas en lo que se refiere a la publicacin de

    itinerarios y a la expedicin de boletos. Las guas ferroviarias abarcan y enlazan todas las

    poblaciones de la nacin; se expenden boletos hasta para las aldeas ms pequeas y remotas. Falta

    solamente que los convoyes cumplan las indicaciones contenidas en las guas y que pasen

    efectivamente por las estaciones. Los habitantes del pas as lo esperan; mientras tanto, aceptan lasirregularidades del servicio y su patriotismo les impide cualquier manifestacin de desagrado. (El

    guarda)

    Y es aqu donde tambin cabe la interpretacin crtica del discurso fantstico de Arreola, ya

    que en una interpretacin simblica, podramos asociar el ferrocarril inestable con la idea del

    progreso en Mxico, posiblemente adaptable a toda Latinoamrica, y curiosamente con cierto

    parecido a la historia del ferrocarril en Mxico, igual de inestable, comenz todo en 1837 con el

    decreto del entonces presidente, Anastasio Bustamante, quien estableci los artculos para el iniciode su construccin, sin embargo con la muerte de un inversionista, llamado Arrillaga, el proyecto se

    cancel. Despus, el presidente Santa Anna quiso continuar el proyecto, en 1842, sin embargo,

    impuso a los acreedores de la construccin de la carretera de Perote a Veracruz, la obligacin de

    construir un ferrocarril que partiera de la Ciudad de Veracruz a el ro de San Juan, de ah los

    trabajadores slo avanzaron siete kilmetros en seis aos y el trabajo se suspendi con la invasin

    norteamericana en 1848.

    Varios aos despus, el mismo Santa Anna decret varias concesiones fallidas, hasta la de

    los Hermanos Masso, quienes en 1856 reiniciaron verdaderamente el proyecto, pero pronto

    vendieron su concesin a Manuel Escandn y Antonio Escandn, quienes con el apoyo de Ignacio

    Comonfort se comprometieron a terminar la obra en diez aos, lo cual fue imposible de cumplir,

    debido a la carencia de maquinaria para la construccin en todo tipo de suelo al que se enfrentaban

    desde Veracruz a la Ciudad de Mxico. Tras cinco presidentes ms, cada uno con histerias similares,

    por fin Porfirio Das con inversin inglesa, francesa y norteamericana, construy casi 15.360 millas

    de ferrova en servicio, hasta que en 1910, con la Revolucin Mexicana, el proyecto se detuvo por

    varios aos, hasta que se decret su nacionalizacin entre 1929 y 1937, cuando se fusionaron las

    constructoras extranjeras en una sola, la FNM. En los aos posteriores de la poca de

    nacionalizacin de los ferrocarriles en Mxico empezaron las dificultades financieras por parte de

    FNM. La empresa acumul un dficit operativo de $552 millones de dlares (37% de su

    presupuesto de funcionamiento) en 1991. La competencia con otros modos de transporte de carga,

    tales como los camiones y el transporte martimo, disminuy la cuota de mercado de losferrocarriles alrededor del 9% o sea alrededor de la mitad de la cuota que tenan los ferrocarriles

    3

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    una dcada antes, es decir, que el servicio empeor considerablemente, hasta que en 1995, el

    gobierno mexicano anunci que FNM sera privatizada y la red ferroviaria se dividi en cuatro

    redes. Como parte de la reestructuracin de la privatizacin, FNM suspendi el servicio ferroviario

    de pasajeros en 1997. El 4 de junio de 2001 se public en el Diario Oficial de la Federacin la

    extincin del organismo pblico descentralizadoFerrocarriles Nacionales de Mxico.3

    Tomando esto en cuenta, continuar el anlisis del cuento para observar la construccin de

    su discurso fantstico, sin ignorar una posible interpretacin alegrica en el proyecto del ferrocarril

    como smbolo del progreso en Mxico: Sabemos que, frente al hecho anormal, tenemos dos

    opciones: o se trata de una ilusin de los sentidos, de un producto de nuestra imaginacin, y

    entonces las leyes del mundo son las que conocemos; o bien el hecho ha tenido lugar realmente,

    forma parte de la realidad, pero entonces la realidad no es la que conocemos, est regida por leyes

    desconocidas por nosotros (Bottom, 20).

    Las leyes de la realidad de este cuento son dictadas por el guardagujas en sus primeras

    intervenciones, cuando el forastero pregunta por la certeza en la llegada a su destino:

    -Afirmarlo equivaldra a cometer una inexactitud. Como usted puede darse cuenta, los rieles existen,

    aunque un tanto averiados. En algunas poblaciones estn sencillamente indicados en el suelo

    mediante dos rayas. Dadas las condiciones actuales, ningn tren tiene la obligacin de pasar por

    aqu, pero nada impide que eso pueda suceder. Yo he visto pasar muchos trenes en mi vida y conoc

    algunos viajeros que pudieron abordarlos. Si usted espera convenientemente, tal vez yo mismotenga el honor de ayudarle a subir a un hermoso y confortable vagn. (El guarda)

    Aqu se puede pensar alegricamente con estas explicaciones del guardagujas, a acaso el progreso

    como finalidad nacional ha actuado de igual manera?:

    Necesita usted ir templando su nimo; tal vez llegue usted a convertirse en hroe. No crea que faltan

    ocasiones para que los viajeros demuestren su valor y sus capacidades de sacrificio. Recientemente,

    doscientos pasajeros annimos escribieron una de las pginas ms gloriosas en nuestros anales

    ferroviarios. Sucede que en un viaje de prueba, el maquinista advirti a tiempo una grave omisin de

    los constructores de la lnea. En la ruta faltaba el puente que deba salvar un abismo. Pues bien, elmaquinista, en vez de poner marcha atrs, areng a los pasajeros y obtuvo de ellos el esfuerzo

    necesario para seguir adelante. Bajo su enrgica direccin, el tren fue desarmado pieza por pieza y

    conducido en hombros al otro lado del abismo, que todava reservaba la sorpresa de contener en su

    fondo un ro caudaloso. El resultado de la hazaa fue tan satisfactorio que la empresa renunci

    definitivamente a la construccin del puente, conformndose con hacer un atractivo descuento en las

    tarifas de los pasajeros que se atreven a afrontar esa molestia suplementaria. (El guarda)

    4

    Datos histricos injustamente resumidos y sin ahondar en el tema de la Huelga ferrocarriles3

    mexicana de 1957, curiosamente de la dcada de los cuentos de Arreola, tomados del libro deVicente Fuentes Daz,El problema ferrocarrilero de Mxico, Mxico, Edicin del autor, 1951.

    http://es.wikipedia.org/wiki/2001http://es.wikipedia.org/wiki/4_de_junio
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    Hasta este punto, el lector ya puede sentir la imprecisin por las nicas leyes naturales que

    siguen en pi, la crtica de Arreola se centra en esto, en la posibilidad de lo posible, en qu tan

    posible sera que existiese en nuestra realidad. El ideal de progreso, para finales del siglo XIX en

    Mxico, con la inauguracin del ferrocarril, sufre severos cambios a partir del siglo XX,

    considerando que el cuento es escrito a mitad del siglo XX, justo cuando el ideal de progreso se ve

    severamente transformado por otros ideales:

    Pero una vez en el tren, est uno a cubierto de nuevas contingencias?

    Relativamente. Slo le recomiendo que se fije muy bien en las estaciones. Podra darse el caso de

    que creyera haber llegado a T., y slo fuese una ilusin. Para regular la vida a bordo de los vagones

    demasiado repletos, la empresa se ve obligada a echar mano de ciertos expedientes. Hay estaciones

    que son pura apariencia: han sido construidas en plena selva y llevan el nombre de alguna ciudad

    importante. Pero basta poner un poco de atencin para descubrir el engao. Son como las

    decoraciones del teatro, y las personas que figuran en ellas estn llenas de aserrn. Esos muecos

    revelan fcilmente los estragos de la intemperie, pero son a veces una perfecta imagen de la realidad:

    llevan en el rostro las seales de un cansancio infinito. (El guarda)

    Y en este mismo ao de aproximacin a la escritura del cuento, el primer canal comercial de

    televisin en Mxico y Amrica Latina se inaugura el 31 de agosto de 1950, un da despus, el 1 de

    septiembre, se transmite el primer programa, con la lectura del IV informe de gobierno de Miguel

    Alemn Valds. Entonces algo cambia en el pas, las pantallas comienzan a apoderarse del pas en

    este mismo ao, y curiosamente en el cuento:Tendr, se lo aseguro, muchas tentaciones en el camino. Si mira usted por las ventanillas, est

    expuesto a caer en la trampa de un espejismo. Las ventanillas estn provistas de ingeniosos

    dispositivos que crean toda clase de ilusiones en el nimo de los pasajeros. No hace falta ser dbil

    para caer en ellas. Ciertos aparatos, operados desde la locomotora, hacen creer, por el ruido y los

    movimientos, que el tren est en marcha. Sin embargo, el tren permanece detenido semanas enteras,

    mientras los viajeros ven pasar cautivadores paisajes a travs de los cristales.

    -Y eso qu objeto tiene?

    -Todo esto lo hace la empresa con el sano propsito de disminuir la ansiedad de los viajeros y deanular en todo lo posible las sensaciones de traslado. Se aspira a que un da se entreguen plenamente

    al azar, en manos de una empresa omnipotente, y que ya no les importe saber adnde van ni de

    dnde vienen. (El guarda)

    A caso, las pantallas en nuestro pas cumplen con la misma razn que las pantallas del tren

    de Arreola?, parece actuar un ideal cansado, hecho de artificios y sin remordimiento de ni lstima

    por los engaados. Y qu decir de las maneras de actuar de los misteriosos empresarios que

    manejan toda la maquinaria:

    En virtud del estado actual de las cosas los trenes viajan llenos de espas. Estos espas, voluntarios en

    su mayor parte, dedican su vida a fomentar el espritu constructivo de la empresa. A veces uno no

    5

    http://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_Alem%C3%A1n_Vald%C3%A9shttp://es.wikipedia.org/wiki/1_de_septiembrehttp://es.wikipedia.org/wiki/1950http://es.wikipedia.org/wiki/31_de_agosto
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    sabe lo que dice y habla slo por hablar. Pero ellos se dan cuenta en seguida de todos los sentidos

    que puede tener una frase, por sencilla que sea. Del comentario ms inocente saben sacar una

    opinin culpable. Si usted llegara a cometer la menor imprudencia, sera aprehendido sin ms,

    pasara el resto de su vida en un vagn crcel o le obligaran a descender en una falsa estacin

    perdida en la selva. Viaje usted lleno de fe, consuma la menor cantidad posible de alimentos y no

    ponga los pies en el andn antes de que vea en T. alguna cara conocida. (El guarda)-Yo, seor, slo soy guardagujas. A decir verdad, soy un guardagujas jubilado, y slo aparezco aqu

    de vez en cuando para recordar los buenos tiempos. No he viajado nunca, ni tengo ganas de hacerlo.

    Pero los viajeros me cuentan historias. S que los trenes han creado muchas poblaciones adems de

    la aldea de F., cuyo origen le he referido. Ocurre a veces que los tripulantes de un tren reciben

    rdenes misteriosas. Invitan a los pasajeros a que desciendan de los vagones, generalmente con el

    pretexto de que admiren las bellezas de un determinado lugar. Se les habla de grutas, de cataratas o

    de ruinas clebres: Quince minutos para que admiren ustedes la gruta tal o cual, dice amablemente

    el conductor. Una vez que los viajeros se hallan a cierta distancia, el tren escapa a todo vapor. (Elguarda)

    Entonces, es aqu cuando nos cuestionamos la construccin del discurso fantstico, puesto

    que bajo esta interpretacin, podra contradecirse nuestra definicin para este cuento, Botton explica

    que Slo si la duda permanece, si el texto es lo suficientemente ambiguo para no permitir esta

    eleccin, slo entonces estaremos plenamente en el reino de lo fantstico. pero que debe cumplir

    con ciertas caractersticas, si como escribe Botton, apoyada en L. Vax, lo fantstico se

    manifiesta en el momento del desconcierto, de la duda y, con ella, lo fantstico. Por eso lo fantsticoslo puede darse en un mundo que, como el nuestro, no tiene lugar para los prodigios y las

    maravillas. Si estos son posibles, entonces desaparece lo fantstico, pues no queda nada imposible

    en la concepcin del mundo (39), entonces, es posible ver este suceso fantstico como algo

    fuera de nuestra realidad? o slo como una exageracin de ella? o, en qu medida es posible

    encontrar un tren o ferrocarril funcionar en casi estas condiciones en nuestro pas? Entonces nos

    preguntamos por las reglas de nuestra realidad, ya que: estas reglas bien establecidas son

    indispensables para la aparicin de lo fantstico (Botton, 40), es decir, para lo fantstico las

    transgreda.

    Sin olvidar el matiz irnico que contiene el texto, por momentos parece que Arreola se

    hubiera adelantado a la explosin demogrfica en la Ciudad de Mxico y hubiera previsto los

    pormenores del viaje en metro, tren ligero y metrobs en la ciudad.

    -Muy bien! Me gusta que no abandone usted su proyecto. Se ve que es usted un hombre de

    convicciones. Aljese por lo pronto en la fonda y tome el primer tren que pase. Trate de hacerlo

    cuando menos; mil personas estarn para impedrselo. Al llegar un convoy, los viajeros, irritados poruna espera demasiado larga, salen de la fonda en tumulto para invadir ruidosamente la estacin.

    Muchas veces provocan accidentes con su increble falta de cortesa y de prudencia. En vez de subir

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    ordenadamente se dedican a aplastarse unos a otros; por lo menos, se impiden para siempre el

    abordaje, y el tren se va dejndolos amotinados en los andenes de la estacin. Los viajeros, agotados

    y furiosos, maldicen su falta de educacin, y pasan mucho tiempo insultndose y dndose de golpes.

    (El guarda)

    Al final de este prrafo, cabe destacar la ltima frase, que tiene un especial recalco en un

    hecho que no puede ser casual, su falta de educacin, la crtica de Arreola no es social, es

    sistmica, considerando que critica todos sus niveles, desde los ms poderosos (empresarios), hasta

    los ms pobres e ilusos, no obstante todo queda suspendido en esa realidad es difcil aprehenderla y

    bajarla definitivamente al mundo real, pero tampoco puede quedarse slo en el plano de lo irreal.

    Al final de la historia el lector, si no es que el personaje, toma, sin embargo, una decisin:

    opta por una u otra solucin, y por eso mismo se sale de lo fantstico. (T. Todorov,Introduccin a

    la literatura fantstica,46) La solucin ubicara la historia del cuento en lo maravilloso o en loextraordinario, pero en El guardagujas el lector no sale del plano de lo fantstico, ya que no se

    explica ni se resuelve al final, el campo fantstico no se anula ni se niega, al contrario se perpetua

    con el final del cuento:

    El anciano ech a correr por la va, desaforadamente. Cuando estuvo a cierta distancia, se volvi para

    gritar:

    -Tiene usted suerte! Maana llegar a su famosa estacin. Cmo dice que se llama?

    -X! -contest el viajero.

    En ese momento el viejecillo se disolvi en la clara maana. Pero el punto rojo de la linterna siguicorriendo y saltando entre los rieles, imprudente, al encuentro del tren.

    Al fondo del paisaje, la locomotora se acercaba como un ruidoso advenimiento. FIN. (El guarda)

    2. Por qu criticar desde la fantasa?

    Juan Jos Arreola nos obliga a tomar en cuenta esta realidad fantstica al exagerar la nuestra, como

    dice Bottom, El escritor fantstico, en ejercicio de su libertad suprema, propone otros mundos,diferentes tipos de respuestas frente a la realidad, y el lector, tambin en ejercicio de su libertad,

    puede aceptarlos o rechazarlos, pero se ve forzado a tomarlos en cuenta, siquiera por un momento.

    Pero, cules seran las razones para justificar una interpretacin crtica al ideal de

    progreso?, Arreola escribi en La palabra educacin, entre otras, estas ideas sobre el progreso:

    Los grandes desastres de la historia se deben a que el hombre sigue siendo el lobo del hombre

    despus de haber creado a su servicio un instrumental grandioso para el progreso tcnico (11) y

    Me horroriza tanto progreso en el orden de poner ladrillos unos encima de otros, en grabar ruedas

    dentadas, en la disociacin y la fisin de materia. El hombre ha combinado los elementos hasta

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    llegar hasta los mejores anlisis y sntesis. Pero slo importa el progreso tico. La gente ahora se

    enriquece a costa de su pobreza espiritual en medio del apogeo de ciencias y tcnicas. sta es la

    prueba evidente del fracaso de nuestra civilizacin, que siempre ha ido contra la vida. (12) y en la

    entrevista que le hizo el clebre crtico Emmanuel Carballo con respecto a su escritura y su

    propsito: Dentro de mi experiencia personal, incluso en mis textos juveniles, hay algunos pasajes

    en los que reconozco que he conseguido mi propsito. Lo que yo quiero hacer es lo que hace un

    cierto tipo de artistas: fijar mi percepcin, mi ms humilde y profunda percepcin del mundo

    externo, de los dems y de m mismo (Protagonistas de la literatura mexicana. Juan Jos Arreola

    Emmanuel Carballo, 19) y En todos los textos he tratado de expresar mi versin de una serie de

    aspectos de la conducta personal No creo en el libre albedro. El timn existe, pero de qu sirve

    una paleta de timn en una tormenta? (Protagonistas de la literatura mexicana. Juan Jos Arreola

    Emmanuel Carballo, 29).

    Y si nos centramos en las ideas que a partir de la dcada de los aos cincuenta comenzaron a

    tomar fuerza con referencia a la razn de ser de la literatura, encontraremos por ejemplo en los

    ensayos de Agustn Yez de 1967: Antes que producto cultural, mucho antes que fenmeno

    artstico, la literatura es instrumento de construccin americana." (15) y "La palabra rige al acto del

    Nuevo Mundo. En el principio y como medio; pero sobre todo en el fin, como ethos. Provisiones

    reales y esfuerzos de inteligencia oral entre forasteros e indgenas, la palabra disea, realiza einfunde carcter al ser de Amrica, nacido no del golpe que destruye, si no de la comunicacin que

    identifica. (15). Entonces podemos ver mucho ms posible, la intencin de Arreola de escribir para

    criticar un ideal que ya vea tempranamente gastado, cansado, ridculo. Si la literatura cumpla con

    su funcin constructora, o bien, reconstructora del individuo, responda a una manera optimista de

    pensar en medio del caos que se vea venir por parte de los escritores formados en el siglo XX,

    como excepcionalmente lo escribi Yez:

    Preferimos las referencias a obras de imaginacin, dando por supuesto general que se las escribecon espritu menos expuesto a coacciones transitorias, principalmente polticas o econmicas, a

    diferencia del ensayo, del discurso y del panfleto; lo que no quiere decir que no reflejen entre sus

    inmediatas circunstancias, la realidad poltica y econmica, que pese sobre el medio en que se

    producen; antes bien, las condiciones de libertad que se supone las favorecen, les ayudan a ser ms

    fiel trasunto del ambiente que las determina; la intuicin especficamente artstica tiene virtud de

    calcar los ms profundos estratos de la realidad, en achura que quiz no pueda igualar nunca por s

    sola ninguna tcnica cientfica. Independientemente del resultado esttico, el rendimiento de

    contenido social en las obras maestras del arte constituye uno de los ngulos inconmovibles delconocimiento humano. (28)

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    Carmen de Mora tambin piensa que el escritor de Confabularioconstrua un ideal nuevo, que se

    haba dado cuenta del creciente problema de la enajenacin del hombre del siglo XX:

    Los cuentos de Arreola acreditan muchas de las ideas que el escritor ha ido dejando dispersas en

    diversos escritos, entrevistas y conferencias, algunas de las cuales han sido recogidas en libros (La

    palabra educacine Inventario ambos de 1976). Estas son, entre otras, un inters cardinal por la

    creacin de un nuevo humanismo y una nueva tica que ayude a superar el fracaso de una

    civilizacin que ha avanzado de modo alarmante hacia la autodestruccin. Ante la prdida del

    estmulo religioso y, con l, de la promesa de una vida trascendente y eterna nos queda dice

    Arreola la posibilidad de pensar en una nueva tica y una nueva mstica, de un nuevo humanismo

    en que seamos obreros calificados de acciones humanas La reflexin de este escritor deriva de la

    consciencia de que en el desarrollo histrico el progreso tcnico no ha ido acompaado del

    necesario progreso tico y de que a la riqueza material del hombre le ha correspondido un paralelo

    empobrecimiento espiritual. Por tanto su idea de la verdadera evolucin no apunta hacia grandes

    realizaciones tcnicas ni hallazgos cientficos deslumbrantes, si no hacia una mayor realizacin del

    ser humano como persona (En breve. Estudios sobre el cuento hispanoamericano, 53)

    Estas ideas me hacen pensar que el cuento fantstico hispanoamericano, ms all de evadir

    la realidad, como he expuesto en este trabajo, nos obliga a sumergirnos en ella, al transgredir sus

    leyes, nos las revela y nos hace ver lo inestables que son, lo poco transgredibles que suelen ser,

    porque la realidad a veces ha rebasado la fantasa, ha reinventado el imaginario de los escritores al

    traer el mundo fantstico a la vida cotidiana. En la medida en que estas leyes se rompan, ms

    parecer que vivimos en ese mundo fantstico, increble, pero es inevitable ver que tras esta

    nebulosidad que nos plasma Arreola en El guardagujas ha estado siempre nuestra realidad

    latinoamericana.

    -Y no slo se. En realidad, hay muchsimos trenes en la nacin, y los viajeros pueden

    utilizarlos con relativa frecuencia, pero tomando en cuenta que no se trata de un servicio

    formal y definitivo. En otras palabras, al subir a un tren, nadie espera ser conducido al

    sitio que desea.

    El guardagujas

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    Bibliografa

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