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- 35. Mu¡er y

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I1\DICE

7Un régimen en busca

de una ideología

9-\_-asser, Ios Hermanos

]lusulmanes y los comunistas

T4La búsqueda de la

independencia nacional

15La crisis de Suez

t6La moderni zación económica

20El socialismo específico

de Nasser

31Bibliografía

24El liderazgo árabe de Nasser

28EI fin del nasserismo

!919s9engs del Egipto lue.vi.vió 9l iovgn llassey. Aryiba, en el centro, Ivlustafá el-Naas, Iíder det partídoWafd, hacia el año 1950; ?Qaio., el rey Fuad, padre de Faruq, con su conse¡o de Á¡nt¡siós. Et primero porla derecha es Saad Zagalul, el polítlco más'representativó' de Egipto duíantu et priier tir'ii ie sísto

El Egipto de NasserPor Gema Martín Muñoz

Prcfesora titular de Sociología del Mundo Arabe e Islámico.Universidad Autónoma de Madrid

C uando el23 dejulio de 1952 el Co-mité de los Oficiales Libres dio un golpe deEstado incruento contra el régimen monár-quico egipcio, Gamal Abdel Nasser teníakeinta y cinco años. Los importantes acon-tecimientos internos y externos que sacudie-ron a Egipto en esas tres décadas anterioresfueron elmarco en elque maduraron la con-ciencia política y el nacionalismo del futuropresidente de la República.

Originario de una modesta familia delAlto Egipto, tras aigunos meses de estudiosde Derecho, Nasser ingresaba a los dieci-nueve años en la Academia Militar, de don-de salía en 1938 con el grado de teniente.Bajo su liderazgo, emergería una nueva ge-neración de oficiales procedentes de la cla-se media y opuestos, por sus intereses declase y su formación, a una casta de oficia-Ies superiores aliados o emparentados conlas ricas familias terratenientes y en muchoscasos próximos a la Corte.

Esa nueva generación pudo constituirsegracias a la ley de 7936 que suprimió las dis-criminaciones existentes para el acceso delas clases medias a la canera militar. El in-terés británico por ref.orzar al ejército egip-cio ante el miedo a un ataque italiano des-de Etiopía fue la razón principal de este de-cisivo cambio.

Esos jóvenes oficiales experimentaríanuna creciente toma de conciencia políticasegún su ardiente patriotismo se fuese en-frentando al desorden y Ia dependencia enlos que progresivamenie se iría sumiendo elpaís, consecuencia de la mala gestión inter-na y de las presiones exteriores.

De un lado, los desequilibrios socio-eco-nómicos que trajo consigo el capitalismo re-tardatario de tipo colonial con predominioagtario, en que la potencia colonial británi-ca tenía sumido a Egipto, se hicieron insos-tenibles tras la segunda guerra mundial,agravados por un brusco crecim-iento demo-gráfico, el alza de los precios, y el aumentodel desempleo y de las desigualdades en-gendradas por un sistema agrário enfeuda-do y arcaico.

De oko lado, el sistema parlamentario li-beral de la monarquía egipcia, concedidopor Gran Bretaña en 1922, fue adoptadopara satisfacer a la gran burguesía y a sus as-piraciones políticas liberales, en un marcoconstitucional en el que el soberano hereda-ba eltradicional carácter autocrático delgo-bernante y Gran Bretaña mantenía su pie-sencia política y militar en elpaís. De hecho,las fuerzas parlamentarias, procedentes ensu mayoría de la aristocracia de la tiena yla alta burguesía comercial y financiera,

Piloto egipcio de la guena de Palestina, que tuvo lugar enbe 1948-49, en la que Egipto cosechó un gran fracaso

compartían un misrno sistema de valores je-rarquizado, paternalista y conservador que,lejos de buscar reformar las estructuras so-ciales y económicas del país, sólo disputa-ban por el liderazgo nacionalista, fracasan-do en su misión de integrar a la ciudadaníaen las instituciones representativas del país.En consecuencia, la crisis ascendente sufri-da desde los años cuarenta desembocó enla efewescencia de importantes movimien-tos sociales al margen de los partidos parla-mentarios y en los que las posiciones encontra del orden establecido y a favor delterror se mezclaron con las acciones por eldescontento económico y social.

El alejamiento progresivo entre la clasepolítica tradicionaly la población acentuó lalucha interna entre los partidos y la manipu-lación de las elecciones, mientras una opi-nión pública indiferenie a las institucionesrepresentativas comenzó a expresarse a tra-vés de la violencia en Ia calle, hasta que laactuación de los Oficiales Libres impuso unnuevo orden político, social y económico.

En realidad, la organización secreta de losOficiales Libres se remontaba a 1942 9 es-tuvo directamente condicionada, en elmar-co sociopolítico más aniba descriio, por dosgrandes acontecimientos: la humillante in-tervención de Gran Bretaña para imponernl rey Faruq -con la amenaza de los tan-

ques- un gobierno egipcio contrario al Ejey la adopción por elmovimiento sionista delprograma de David Ben Gurión, orientadoa favor del establecimiento de un Estado ju-dío en Palestina.

En ese contexto Nasser, convertido en elcerebro del movimiento de los Oficiales Li-bres, se fijará el objetivo de alcanzar la in-dependencia de Egipto con dignidad. Suparticipación en la guerra de Palestina, trasla proclamación el 15 de mayo de 1948 delEstado de Israel, será decisiva en su tomade conciencia contra el régimen del rey Fa-ruq. La desorganización, el insuficiente ar-mamento y la falta de calidad de las muni-ciones le convencen de que no es en el fren-te donde se encuentra el verdadero campode batalla. Nasser verá en el origen de la hu-millante derrota la corrupción que asolaba atodos los niveles al régimen egipcio, con elmismo rey Faruq como ejemplo. Convenci-do de que el sionismo no habría alcanzadosu meta sin el apoyo de las grandes poten-cias y la decadencia de los regímenes ára-bes, le parecerá que definitivamente es elqército la única institución organizada y confuerza capaz de llevar a cabo el endereza-miento necesario. Así, el programa de ac-ción de los Oficiales Libres se establecerá enpro de la destrucción de los regímenes ára-bes corruptos que facilitan el camino al co-

lonialismo y la restauración de la unidadpara permitir a los Arabes luchar conjunta-mente contra el imperialismo, del que de-pende Israelpara su superuivencia.

El caos civil y la degradación de la situa-ción política en que desembocó el país en1952, a los que se unió una dura represióninglesa contra los gendarmes egipcios en elCanal, sospechosos de apoyar a los coman-dos de liberación, que entrenaban en secre-to 1os Oficiales Libres, decidieron a los jóve-nes militares egipcios a ejecutar el plan deacfuación que tenía previsto desde hacíatiempo, dando un golpe de Estado el23 dejulio de ese mismo año.

Un régimen en busca de unaideología

El pequeño grupo de militares que tomóel poder en 1952 en realidad no estaba ani-mado por ninguna ideología revolucionariadestinada a transformar radicalmente el ré-gimen. sino sólo convencido de que era ne-cesario poner orden en elpaís para obtenersu independencia y modernización. El pro-pio Nasser lo explicaba en una enkevista en7959: Lo que queríamos era depurar elejér-cito. liberar al país de la ocupación extran-jera y establecer un gobierno limpio que tra-bajase en pro del país. Una vez en el podernos encontramos ante el difícil problema deestablecer un programa político, social yeconómico. Fue necesario improvisar.

La primera consecuencia que trajo consi-go el nuevo orden fue Ia sustitución de la

Faruq de EgiptoHijo del rey Fuad, nace en El Cairo en 1920. Educado en Egipto e Ingla-terra, asciende al trono en 1936, heredando de su padre la permanenterivalidad con el partido Wafd. En 1939 declara la náutralidaá de su país,donde Gran Bretaña mantiene tropas. Los ingleses le obligan a nombrarprimer ministuo al líder del Wafd, Mustafá añ-Nahhas, qulen negocia en1944 el Protocolo de Alejandría para la formación de una liga de Esta-dos árabes, de la que Faruq pretende convertirse en cabeza. Én l" gu"rrude 1948 con Israel, las armas egipcias sufren una humillante derrota,que debilita definitivamente la posición del rey, viva imagen de la comrp.cién y el desgoSierno dominantes en las más altas esferas. El golpe deEstado de 1952 y el acceso al poder de los Oficiales Libres le llevan auna forzada abdicación y a la marcha al exilio. Muere en Roma en 1965.Le sucedió en el trono su pequeño hijo Fuad II, que reinó menos de unaño, hasta dar paso a la República.

clase política tradicionalpor una elite militarque controlará los puestos clave del país eimpondrá su hegemonía en todo elaparatodel Estado. Para lograrlo, los líderes de di-cha elite contaron a su favor con el hechode ser elprimer grupo de egipcios que regíael país desde hacía siglos, dadas las sucesi-vas dinastías de origen extranjero que ha-bían gobernado Egipto desde elperíodo me-dieval. La egipcianidad de los Oficiales Li-bres fue una de las principales causas del ini-cial éxito de su revolución y fuente de su le-gitimación.

Unido a esto, el ejército era el único cuer-po social cuya credibilidad aún no habíasido puesta a prueba y por lo tanto se con-fiaba en su capacidad para llevar a cabo loscambios socioeconómicos y las aspiracionesnacionales que los partidos tradicionales nohabían logrado realizar.

Así pues, 1o que después se denominaránasserismo comenzó siendo un régimen enbusca de una ideología con tres principiosiniciales: orden, independencia y moderni-zación, y en torno a los cuales se aglutina-ron muy distintas tendencias políticas. Bue-na prueba de ello fue la composición delgo-bernante Consejo del Mando de la Revolu-ción donde estaban presentes los naciona-Iistas Gamal Abdel Nasser y Abdel HakimAmer, los marxistas Jaled Muhieddin y Yu-sef Siddiq, los liberales Abdel-Latif Bagdadi,Hasan lbrahim y Zakariya Mohieddin, y lossensibles a la tendencia islamista Kamal el-Din Huseyn, Abd al-Muneim Abd al-Rauf,Husein el-Chafei y Anuar el-Sadat. Sólodespués Nasser haría progresivamente su-yos el panarabismo y el socialismo árabe,

erigiéndolos en pilares ideológicos funda-mentales delrégimen.

En cuanto a la base socialde apoyo al ré-gimen, ésta se reclutará sobre todo entre lascapas de la clase media y la pequeña bur-guesía, constiiuyendo lo que el poder deno-minó 1a nueva clase, en detrimento de lagran burguesía tradicional, calificada por elnuevo orden como la clase de los feudales.En realidad, 1o qr,re se irá constituyendo esuna poderosa burguesía de Estado que a fi-nales de 1963 estaba definitivamente insta-lada en todos los aparatos de control esta-tal. Enriquecida gracias a su dominio de laadministración y la economía, tenderá aorientarse paulatinamente a favor del de-sarrollo de la iniciativa individual con el finde constituir capitales personales y crear cir-cuitos en los que invertir-los. La alianza entre sec-tores de la burocracia deEstado y de la vieja aris-tocracia de la tierra cons-tituirá la nueva clase delinfitah o formas del libe-ralismo económico queva a instaurar despuésAnuar el-Sadat.

Elprimer ideario de larevolución fue escritopor el propio Nasser en1953 bajo eitítulo de Fi-losofía de la Revolución.En este opúsculo queda-ban reflejados los idealesigualitarios de la clase media urbana y seacuñaba elprimer lema del nuevo régimen:unión, disciplina, trabajo y liberación. En é1,

Nasser aseguraba que el camino a seguir erael de la independencia política y económi-ca, consagrando, de hecho, a este principiosupremo las primeras acciones delnuevo ré-gimen entre 1953 y 7957. La ley de refor-ma agraria, la organización del primer im-pulso industrial y la consecución de la eva-cuación de las tropas británicas se conver-tían en las líneas maestras del régimen, paracuyo logro se creó un marco político en elque no tenían cabida los partidos, porquerepresentaban la desunión y entorpecíanuna acción política firme.

Así, tras un período transitorio, el 16 deenero de 1953 se prohibían los partidos po-líticos y nacía el Reagrupacimiento de la Li-beración, organización política destinada allenar el vacío pariidista y a dotar de basesocial al régimen. A continuación, el 18 de

julio de 1953 quedaba abolida la Monarquíay se instauraba una República que primeropresidió el generai Muhammad Naguib, unode los pocos mandos superiores que apoya-ron a los Oficiales Libres, hasta que GamalAbdel Nasser le excluyó del poder el74 denoviembre de 1954 y ocupó la presidenciahasta su muerte en 7970. Finalmente, el 15de enero de 7956 una nueva Constituciónconsagraba lo que ya era la fórmula políticade un régimen basado en el autoritarismomilitar: 1) el gobierno a través del partidoúnico, 2) la acumulación en una misma per-sona de la jefatura del Estado, la direccióndel partido y la magistratura militar, 3) lavinculación al partido de las denominadasorganizaciones de masas (sindicato, muje-res, campesinos. jóvenes...), y 4) la figura

del presidente de la Re-pública como elementofundamental de la es-tructura política.

Asimismo, Ia Constitu-ción establecía la crea-ción de una Unión Na-cional, dirigida a realizarIos objetivos de la revo-lución, poniendo fin alReagrupamiento de laLiberación, nacido parauna etapa ya cubierta yafectado de cierto des-prestigio.

Las formas de partici-pación popular previsias

constitucionalmente eran el referéndum ylas elecciones, además de la estructura deenlace gobierno-pueblo que pretendía elpartido único.

El referéndum, introducido por primeravez en Egipto por la Constitución de 1956,fue concebido como un instrumento de de-mocracia semidirecta que enlazaba perfec-tamente con la base populista del régimen.Su función tendrá carácter plebiscitario paralegitimar con apoteósicos resultados la eiec-ción y conducta política del rais, como Iomostraron las sucesivas elecciones de Nas-ser a la Presidencia de la República en 1956y 7965 por el 99,8 por 100 y e\99,9 por100 de los votos, respectivamente.

Por su parte, las elecciones serán proce-sos en los que no tengan cabida ni la selec-ción ni la liberiad de elección, no existiendomás candidafuras que las filtradas por laUnión Nacional, como constitucionalmentequedaba proclamado. En realidad los comi-

Dos escenas típicas del Egipto que pervivió hasta la revolución nasserista. En la foto de aniba: un descan-so en el camino; abajo: el almuerzo de una familia campesina (postales egipcias de los años treinta)

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cios irán destinados a cumplir con la funciónde movilizar e integrar a las masas en el or-den social y económico del régimen, ade-más de sancionar sus sucesivas reorientacio-nes políticas. fuí, las elecciones legislativascelebradas coincidirán con cada una de lasetapas del nasserismo.

Los primeros comicios de julio de 1957,conespondientes al período de transicióndelantiguo alnuevo orden político, vinierona sancionar la alianza buscada por los Ofi-ciales Libres con la burguesía industrialy co-mercial a fin de conseguir capital para lan-zar la modernización económica: la presen-cia en la primera Asamblea del nasserismode todos los sectores de la burguesía egip-cia así lo atestiguaba.

Las elecciones del 10 de mayo de 7964tendrán la misión de re-novar la Cámara po-niendo de manifiesto laruptura con esa burgue-sía, por no haber respon-dido a la planificacióneconómica del régimen.La opción socialista a fa-vor de las masaspopula-res y el fracaso de launión con Siria en 1967desembocarán en la ter-cera versión del partidoúnico, la Unión Socialis-ta Arabe, que desde1962tendrá la misión degestionar la fase decidi-damente socialista del régimen consagradaen la Carta de Acción Nacional.

Finalmente, las elecciones de 1969 busca-ban legitim ar la democratización que consa-gró el Programa del 30 de marzo de 1968,en respuesta al desgaste que para elrégimensignificó la pérdida de la guena contra Israelen 1967, haciendo aflorar todas sus defi-ciencias internas y mostrando las conse-cuencias de cultivar un altisonante discursonacionalista que había hecho deltriunfo dela yihad o guerra islámica contra Israel la pri-mera causa nacional.

Nasser, los HermanosMusulmanes y los comunistas

Las verdaderas fuerzas contestatarias delrégimen instaurado por Nasser serán las dosconientes políticas que desde la segunda

guerra mundial aportaron nuevas ideologíasigualitarias, aunque contando con desigua-Ies bases de apoyo popular en el interior dela sociedad egipcia: los Hermanos Musulma-nes y los grupos comunistas.

La Asociación de los Hermanos Musulma-neg movimiento político-religioso fundadopor Hasan al-Banna en 7928, supo atraerseel descontento de la calle egipcia de los añoscuarenta ofreciendo a las masas la salvaciónque buscaban: la solución de sus problemasa través de la fe islámica. La identidad cul-tural-religiosa que abanderaban contra unOccidente identificado con la injerencia bri-tánica en el país, el igualitarismo económi-co que proponían a una población empo-brecida, y la oposición frontal que asumie-ron contra un régimen ampliamente desa-

creditado que, además,había perdido la guerrade Palestina, fueron lostres polos básicos deatracción para la pobla-ción que convirtieron alos islamistas en una im-portante fuerza políticaque mantuvo estrechasrelaciones con la organi-zación secreta de los Ofi-ciales Libres.

Con respecto alcomu-nismo, Ia emergencia dela Unión Soviética tras lasegunda guena mundialcomo una de las dos

grandes potencias, el desencanto experi-mentado por la población ante la política Ii-beral y el recrudecimiento del conflicto en-tre árabes y potencias occidentales, crearonlas condiciones para que ohas ideologías demasas igualitaristas, como elsocialismo y elcomunismo, alcanzasen también un consi-derable auge y marcasen la orientación po-lítica de algunos de los Oficiales Libres. Esospartidos comunistas emergentes representa-rán un pensamiento internacionalista quepor encima de las ideologías nacionales seva a interesar por la lucha de clases, el de-sequilibrio económico y la forma delgobier-no, manteniendo una difícil relación con laideología panarabista de inspiración socia-lista que se irá imponiendo como corrientepolítica dominante en el Próximo Oriente.

En julio de 1952, Hermanos Musulmanesy comunistas apoyaron elgolpe y su prohi-bición, a diferencia de los ohos partidos, notuvo lugar hasta que los militares en el po-

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Aniba, el gene-ral Naguib, -con unos-campesinos, en los días de su efímera etapa presidencial. Abajo, elpresidente Nasse¡ brinda con eI secrctario del Pa¡tido Comunista soi¡ético, Nikita Kruichov

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der no estuvieron seguros de haber conse-guido su consolidación entre la nueva clase,de la que se nutrían también esas otras dosorientaciones políticas.

Por su parte, los Hermanos Musulmanesno sólo apoyaron al nuevo régimen, al quecalificaron de santo movimiento para la li-beración de Egipto, sino que en cierta me-dida lo consideraron su propia revolución,proclamando desde un principio la necesi-dad de fundamentar el nuevo gobierno enlos principios islámicos. Sin embargo, susexpectativas se vieron pronto frustradas conla creación del Reagrupamiento de la Libe-ración. Y ello, no porque los Hermanos Mu-sulmanes fuesen contrarios a la instauraciónde un sistema monopartidista, sino porquesu programa no se basaba en el Islam. Así,Sayyid Qutb, escritor eideólogo de los Herma-nos además de jefe de susección de propaganda,rechazó participar en elmarco del Reagrupa-miento y otros que acep-taron fueron expulsadosde la Asociación. Sinembargo, la guerra esta-blecida enhe la Herman-dad y el régimen, Iejosde ser de índole ideoló-gica, respondía en reali-dad a una competenciapor el poder.

Aunque la ley de diso-lución de los pariidos políticos no les afect6,por la excusa de que eran una asociación yno un partido, las disensiones no tardaronen aflorar y desembocar en una confronta-ción abierta cuando Nasser rechazó elabo-rar una Constitución basada en los princi-pios coránicos, como el líder delgrupo, Ha-san al-Hudaybi, reclamaba.

Mienhas los Oficiales Libres reorganiza-ban la policía y el ejército a su favor y am-pliaban su base popular con las reformasemprendidas, las expresiones de oposiciónal régimen por parte de los defraudadosHermanos Musulmanes fueron toleradas,pero una vez consolidados los militares enel poder la asociación fue disuelta el 12 deenero de 7954, acusada de intentar derro-car al Consejo de la Revolución. Unos me-ses más tarde el frustrado atentado contraNasser por parte de un Hermano, el26 deoctubre de 1954 en Alejandría, desencade-nó una violenta represión contra este grupo.

Desde entonces, Nasser se presentó comoel responsable del verdadero mensaje islá-mico, a lavez que emprendía una cierla na-cionalización del Islam egipcio a fin de des-viar en beneficio del rágimen la importantebase militante y simpatizante de los Herma-nos. Un Congreso Islámico Mundial y unaDirección de la Misión Musulmana Mundialfueron instalados bajo la autoridad directade la presidencia en 1954 en asociación confuabia Saudí. El acercamiento a los saudíespermitirá que muchos Hermanos Musulma-nes sean liberados, pero en 1965, coinci-diendo con el proyecto saudí de crear unpacto islámico dirigido a contrarrestar elpeso del nacionalismo árabe unitario nasse-rista, una nueva conspiración atribuida aeste grupo clandestino condujo a varios de

ellos a Ia horca, entreotros a su principal teó-rico, Sayyid Qutb.

Cuando el populismonacionalista del régimencomenzó a debilitarse aníz de la derrota de1967 , el populismo islá-mico de los HermanosMusulmanes comenzó arecuperar su papel decontestación popular, re-surgiendo como la únicafilena política con capa-cidad de contestación.Aunque desmantelada,la Asociación siguió or-

ganizada y financiada desde el exterior, ade-más de contar con simpatizantes dentro delejércilo. El poder, consciente del peligro, se

mantenía en continua alerta, seguro de quesi las circunstancias se volvían favorablesmuchos de los islamistas que habían acep-tado el régimen modificarían su posición.

Con respecto a los comunistas, la hora desu represión llegó a finales de 1958, desen-cadenada por diversos acontecimientos in-ternos y externos: la unificación del movi-miento comunista en el Partido ComunistaEgipcio (PCE) el8 de enero de 1958, tres se-manas antes de la promulgación de la Re-pública Arabe Unida con Siria; la intensacampaña antiimperialista y a favor de las li-bertades públicas lanzada por la izquierdacomunista con ocasión de la Conferencia delos Pueblos Afroasiáticos celebrada en ElCairo en enero de 1958; y la revolución ira-quí del 14 de julio de 1958, en la que la par-ticipación comunista fue una de las claves

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LA CAMPANA DEL SINAI,1 956

+ Principales ofenslvas israelíes

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Límite alcanzado por los israelíesel 31-10-1956

Límite alcanzado por los israelíesel 5-11-1956

+ Desembarcofranco-británico

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de su éxito, alzándose como alternativa de-mocrática al nacionalismo árabe. Unido aesto, los Estados Unidos anunciaban en oc-tubre de 1958 la renovación de su ayuda aEgipto.

Tras las primeras detenciones de dirigen-tes del PCE, una ola de persecuciones si§uióal fracasado levantamiento del coronel Saw-waf en Mosul en marzo de 1959, rápida-mente ahogado en sangre por la aviacióniraquí, El miedo a la expansión del comu-nismo llevó entonces a Siria y a Egipto a lan-zar una política de aniquilación de sus res-pectivos partidos comunistas,

Más tarde, el estrechamiento de las rela-ciones con la Unión Soviética por la nuevaorientación socialista del régimen egipcio, yel acuerdo de principio de los comunistas

con esa . nueva etapa del nasserismo tTajo

consigo la integración en el régimen de al-gunos individuos vinculados al movimientocomunista, así como una cierta apertura ha-cia esta coriente. En marzo del964 comen-zó la liberación progresiva de los comunis-tas encarcelados, porque no había ya nin-guna razón para que siguiesen en prisión,según declaró el propio Nasser, La r-econci-liación entre el régimen y el comunismo serealizí a condición de que no existiesen or-ganizaciones comunistas. En abril de 1965el clandestino partido comunista se disolvíay sus miembros se integraban individual-mente en el entramado del régimen nasse-rista y renunciando solemnemente a formaren el futuro organizaciones propias.

Esta distensión permitió al rágimen con-

. Beorsheva

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tar con un importante número de intelectua-les, hasta entonces los grandes ausentes dela revolución salvo excepciones como elcaso de Muhammad Hasanayn Haykal, queintegrará a algunos de estos elementos re-cién llegados al rágimen en el periódico N-Ahram, que dirigió muchos años. De estaépoca data también Ia creación de Al-Talia

-La Vanguardia-, reconocida revista teó-rica de carácter marxista.

[a búsqueda de laindependencia nacional

La libertad, entendida en el sentido de laevacuación militar británica de la zona delcanalde Suez, fue definida por Nasser en suFilosofía de la Revolución como el aspectopolítico de Ia revolución. Direckiz de su pri-mer programa, los Oficiales Libres valiéndo-se de sus iniciales buenas relaciones con losEstados Unidos, probablemente próximos algolpe de 7952 en su afán por sustituir aGran Bretaña en el Oriente árabe, lograronque en mayo de 1953 se abriesen negocia-ciones entre Londres y El Cairo, desembo-cando en un nuevo tratado el 10 de octu-bre de 7954.

Elhatado no satisfacía las expectativas delos egipcios, aunque suponía un importantepaso adelante. Se aceptaba la evacuaciónde las tropas británicas en veinte meses, de-jando en la base del Canala técnicos civilespara dirigir las instalaciones con la ayuda desociedades especializadas. Por su parte,Egipto consentía en que la base fuese acti-vada por los británicos en caso de agresióncontra Egipto, los países árabes o Turquía.

Unido a esto, cuando los militares egip-

Después de la Revolución,Gran Bretaña y Estados Uni-dos se pusieron en contactocon nosotros para concluiralianzas y acuerdos. Pero no-sotros les respondimos que nopodíamos formar parte másque de una alianza, la de losEstados árabes.

iAcaso Egipto podría hacerprevalecer su opinión sobre

cios trataron de comprar armas a las poten-cias occidentales tuvieron que demosharque su comprensión de la independencia es-taba también vinculada a la libertad de ac-ción en el ámbito internacional. París exigióque cesase la ayuda egipcia a los naciona-listas magrebíes, y Washington y Londresexigieron la adhesión de Egipto a un pactode defensa común, el Pacto de Bagdad, fir-mado el24 de febrero en 1955 por Iraq yTurquía y después ampliado a Gran Breta-ña, Pakistán e\rán, Egipto rechazará ambasexigencias y logrará que Arabia Saudí, Jor-dania y Siria le secunden en su rechazo delpacto.

La negativa egipcia a adherirse a dichopacto llevó a Nasser a ocupar un lugar dehonor. en la cumbre que el 17 de abril de1955 reunió en Bandung a más de treintapaíses de Africa y Asia para debatir sobresus relaciones con sus antiguos colonizado-res, las posibilidades de crear un tercer blo-que internacional neutral y los potencialesintercambios con los países comunistas, alia-dos posibles contra las exigencias occiden-tales. Diez días después se firmaba el primeracuerdo comercial entre Egipto y la UniónSoviética y un mes más tarde se acordabaun contrato de compra de armas a Checos-lovaquia, alterando con ello la estrategiaamericana en el Medio Oriente.

La Conferencia de Bandung y la de ElCairo, en diciembrc de 7957, significaronpara Nasser el descubrimiento del TercerMundo y de la fuerza política que éste po-día suponer frente a las ambiciones hegemó-nicas de las potencias. Desde entonces em-pezó a emerger en él la idea de estructurarel no alineamiento en un neutralismo posi-tivo, que permitiría aceptar préstamos yayudas cualquiera que fuese su origen, en

Alianza y dependenciaGran Bretaña?, les pregunté.Una alianza entre una granpotencia y otra pequeña sólopuede engendrar dependen-cia y nosotros no admitimos ira remolque o ser dependien-tes (,,.), nosotos no olvida-mos nuestra experiencia eneste campo: la misión británi-ca fuvo como efecto minar lamoral del ejército egipcio y

destruir su independencia y supersonalidad. Después habla-mos de equipar a nuestro ejér-cito, pagando el precio de lasatrnas, pero rechazaron equi-parnos si no aceptábamos fir-mar un pacto de seguridadmutua.

Discurso de Nasser del26de julio de 7956 en Alejan-dría.

Soldados expedicionarios británicos cachean a paisanos egipcios durante su intervención en el Canal, 7956

tanto no comportasen ninguna condiciónpolítica. Tras el encuentro del rals egipciocon el mariscal Tito y el primer ministroNehru en septiembre de 1961, se concretódefinitivamente la formación del bloque deIos no alineados y la teoría del neutralismopositivo como base para la consecución delapaz mundial, surgiendo Egipto como unode sus promotores. En definitiva, identificán-dose con el antiimperialismo y el no alinea-miento delTercer Mundo, como 1o hará conel panarabismo, el régimen nasserista logrócrearse una fórmula de legitimidad de con-siderable fuerza, que no emanaba exclusiva-mente del ámbito político interno, sino queprocedía de su liderazgo en elsistema regio-nal e internacional.

bre de 1954, en su objetivo de lanzar la mo-dernización económica del país.

Tras su negativa al Pacto de Bagdad, suasistencia a la Conferencia de Bandung, yla compra de armas checas, Nasser desea-ba restable cer el equilibrio con Occidenteobteniendo la ayuda del Banco Mundial yde los Estados Unidos para la conskucciónde la presa,

La propuesta americana e inglesa de prés-tamo exigía a Egipto que se abstuviese, du-rante los diez años que durasen las obras,de cualquier gasto en armamento. Por suparte, el Banco Internacional para la Re-construcción y el Desarrollo (BIRD) ofreciíun préstamo que iba vinculado a los otrosdos créditos bilaterales en cuestión y exigíaun control del presupuesto económico delprestatario por parte del organismo presta-mista. Por su parte, la oferta soviética eraeconómicamente más modesta pero sincondiciones.

Temeroso de situar la economía egipciabajo conkol occidentaly minar su voluntadde independencia, como había ocurrido enelpasado, y poco atento a las fluctuacionesde los medios gubernamentales americanos,Nasser retrasó su aceptación en firme de laoferta americana antes de expirar el año fis-

La crisis de §uez

EIaño 1955 fue también elde los proyec-tos de financiación americana y soviética deIa gran presa de Asuán, Elantiguo proyectode-construir una gigantesca presa en el surde Egipto, como fuente de electricidad y me-dio de control de las crecidas anuales delNilo, fue recuperada por Nasser en diciem- t5

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cal, lo que ofreció aldepartamento de Esta-do norteamericano un pretexto para suspen-der el crédito. Foster Dulles buscaba con elloque el rars egipcio constatase la inanidad dela oferta soviética y que solicitase sin condi-ciones la ayuda americana.

Nasser, lejos de ceder a la presión, buscóuna forma de responder. Incapaz de alcan-zar directamenle a los Estados Unidos, de-cidió golpear a Gran Bretaña y Francia na-cionalizando el canal de Suez, anunciándo-lo en su discurso público del26 de julio enAlejandría con motivo del cuarto aniversa-rio delexilio delrey Faruq: Os anuncio queen la hora misma en que os hablo, el Bole-tín Oficial publica la ley que nacionaliza laCompañía del Canal de Suez y los agentesdel gobierno toman posesión de ella ( . ) iEsel Canal el aue oaqará lael Canal el que pagará laPren!Yo, hoy, en nom-bre del pueblo, tomo elCanal. iF-sta tarde nues-tro Canal será egipcio yestará dirigido por egip-cios!

Este golpe por sorpre-sa causó una gran impre-sión en Ia opinión árabe,aunque tuvo que hacerfrente a una reacción bé-lica por parte de Israel,Francia e Inglatena. Enefecto, en octubre de1956 Ia campaña israelíen el Sinaí, primero, se-guida del desembarco anglo-francés en PortSaid, pusieron al rals en una difícil sifuaciónimposible de superar militarmente. Sin em-bargo, la intervención de Ia Unión Soviéiicay de los Estados Unidos loEó poner fin a laoperación y Nasser, salvado de un desastreinminente, convirtió lo que era una denotamilitar en un triunfo político. De ese momen-to data su ascensién como héroe antiimpe-rialista ylíder de Ia nación árabe. Elmito nas-serista inflamará desde enionces las imagina-ciones y el entusiasmo árabes.

Por otro lado, la crisis de Suez tuvo comoefecto el acercamiento de Egipto a la UniónSoviética, concluyéndose en diciembre de1958 su crédito para la construcción de lagran presa. Sin embargo, Nasser evoluciona-rá a favor de posiciones neuhalistas que ge-nerarán una crisis endémica con la UniónSoviética hasta 1964. M a/ kte ni al Oeste,proclamaba de forma decidida en su discur-so de Port Said del 23 de diciembre de 1957 .

Los soviéticos acabarán por admitir elna-cionalismo árabe de Nasser y después su so-cialismo específico, alavez que crecían susventas de armamento y el número de técni-cos soviéticos en Egipto. Sifuación ésta quesería transformada a favor de Estados Uni-dos por el sucesor de Nasser, Anuar el-Sa-dat. Pero por el momento el vuelco no sehabía dado.

La modernización económica

Reorganizar el campo económico y pro-fundizar en la justicia social constituyó labase inicial del programa socioeconómicode los Oficiales Libres. Sin embargo, en un

principio no estaba en lamente de estos militaresreconvertir el capitali"smode tipo colonialen socia-lismo, sino desbloquearese capitalismo retarda-tario y básicamenteagrario y transformarloen otro moderno conpredominio industrial.

La necesidad de refor-mar la propiedad de latiena se había convertidoen una de las reivindica-ciones más movilizadorasde las tendencias políti-cas socialistas e islamistas

desde los años cuarenta y el nuevo orden se

marcó esa tarea inmediatamente después dela toma delpoder. Unido a esto, se buscabatambién eliminar elpeliEo de revolución po-pular que los acontecimientos de IGfr al-Dawwar en agosto de 7952 pusieron de ma-nifiesto. Las resonancias revolucionarias queen el pueblo egipcio tuvo el golpe de julio de-sataron el entusiasmo de las masas obrerasy campesinas. Bta euforia animó a los líde-res obreros del grupo comunista MDLN,Mustafá Jamis y Hasan al-Bakari, a decretarla huelga en las fábricas anglo-egipcias ins-taladas en IGfr al-Dawwar, solidarizándosecon ellos los campesinos de la región, que as-piraban a una reforma agraria. El ejércilo re-primió Ia huelga, condenó a muerte en jui-cio militar a los dos sindicalistas y amordazóel movimiento revolucionario aprobando lareforma agraria un mes más tarde.

La primera ley de reforma agraria del 9de septiembre de 1952 suprimía la clase de

Niños campesinos en una de las Íértiles zonas del delta del Nilo, cuyas tienas rcndían tres cosechas t7

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Ios grandes propietarios, limitando la pro-piedad agrícola a 300 feddanes (126 hectá-reas), y buscaba la reconciliación con elcampesinado. Pero, en realidad, serán lospequeños y medios propietarios quienesdesde entonces establezcan a su favor lasnuevas relaciones sociales, así como a favorde las cooperativas, del partido único y delos consejos municipales.

De hecho Ia distribución de la tiena en7952 no alcanzó más que al 7 por 100 dela superficie cultivada y no benefició másque a 750.000 campesinos, de los catorcemillones y medio existentes. En7966,las su-cesivas reformas no habían alcanzado másque al 11,5 por 100 de la tierra cultivable ybeneficiado a un millón y medio de trabaja-dores rurales.

En el campo de la política industrial y laplanificación se pueden distinguir distintasetapas, siempre marcadas por la prioridadque elsector industrial 9oz6 en la política dedesanollo nacional del nasserismo, recibien-do entre e!249 30 por 100, según los años,de la inversión total.

Egipto formó parte en los años cincuentay sesenta del grupo de aquellos países en víasde desanollo dominados por el crecimiento,considerando la industrialización como elmejor medio para alcanzar la indepedenciaeconómica. Durante los primeros años(1952-7955) los militares buscarán vincularlos capitales extranjeros y la gran burguesíatradicional egipcia a su objetivo de edifica-ción económica nacional. A este períodoconesponderán las medidas de incentivaciónde la inversión privada y exhanjera y Ia con-cesión de exenciones hibutarias y facilidadespara transferir beneficios al exterior, Era unintento de implantar la racionalidad.

Sin embargo, la gran burguesía agrícola

La responsabilidad de laRepública Arabe Unida deasegurar el progreso, consoli-darlo y protegerlo se extiendea toda la nación árabe (...)[ésta] debe hacer llegar sumensaje y ponerlo al seruiciode todos los ciudadanos ára-bes sin ceder un solo instanteante la idea anticuada y cadu-ca de que eso constifuiría una

egipcia se resistió a la reconversión, refu-giándose en la compra de inmuebles y en laevasión de capitales, alavez que el gran ca-pitalismo extranjero no se decidió a ayudaren la tarea de la reconstrucción. La negati-va americana de ayuda para la construcciónde la gran presa, justificada por la debilidadde la economía egipcia y la inestabilidad desu régimen, supuso en este sentido una ver-dadera conmoción y elcomienzo, como res-puesta, dela egipcianización de las socieda-des extranjeras instaladas en Egipto.

La creación del Organismo económico enenero de 1957, encargado de coordinar ennombre delEstado las sociedades en las queéstetenía una participación, fue elpunto dearranque de Ia expansión de la burocraciade Estado frente a la disminución de la au-tonomía de la burguesía tradicional, queperdía su relación directa, a través de las ins-tituciones financieras francesas e inglesas,con los monopolios extranjeros.

Sin embargo, esto no significará eldistan-ciamiento radical entre la burguesía de Es-tado emergenle y la burguesía tradicional,sino que -como precisa eleconomista egip-cio Mahmud Hussein- la primera se cons-tituirá en continuo contacto con la segunda,la cual dominaba desde hacía varias déca-das los aparatos de represión y explotaciónde las masas populares. Hussein consideraque su interás común a favor del modo deproducción en transición capitalista y encontra de toda veleidad de las masas popu-lares que pusiese en peligro dicho modo deproducción, fue la causa de que la burgue-sía tradicional continuase todavía en esteperíodo desanollándose y enriqueciéndoseen términos absolutos.

De1956 a7959 será un período de alian-za eftrcito-burguesía industrial. Así, la pri-

Populismo nacionalistainjerencia en los asuntos deotros (...).

La República Arabe Unidaconsidera que es su deberapoyar todo movimiento po-pular nacionalista (..) [y suejércitol debe ser capaz demovilizarse rápidamente en elmarco de la región árabe cuyaprotección está en pfimer lu-gar (,..).

La unidad árabe no es deningún modo una forma cons-titucional uniforme, k másbien un largo camino en elque las etapas y las formaspueden multiplicarse antes dealcanzar el objetivo final (...).

Carta de Acción Nacional,hecha pública en junio de1962.

Misión egipcia en Lloscú con altos dignatarios soviéticos: Kosiguin, Nasser, Breznev, Mikoyan y Sadat

mera Constitución nasserista de 1956, a lavez que reconocía la planificación y el capi-talismo de Estado (art. 7), garantizaba quela actividad económica privada es libre (árt.8). De hecho los dos grandes centros de laeco¡omía privada egipcia, la Banca Misr yel Grupo Abbud, gozarán en esta etapa dáuna gran expansión económica, acrecenta-da por nuevos campos de inversión y expor-tación que les abrirá la unión con Siria el 1

de febrero de 1958, y tranquilizada por Ia rí-gida represión ejercida contra la izquierdacomunista egipcia.

En 1960 esta alianza se romperá con lanacionalización de la Banca y la reafirma-ción de la primacía política del aparato mi-litar, Desde 1957 los beneficios de Ia bur-guesía tradicional habían alcanzado nivelesfabulosos, pero ésta seguía resistiéndose aencaminarlos hacia reiversiones a largo pla-zo para diversificar la induskia. Por ál Con-trario, los orientaba hacia inversiones segu-ras y de rápidos beneficios que no con-hi-buían a la disminución de las diferencias en-tre la clase dominante y la gran mayoría, si-tuación que comenzaba a debilitar el apoyode la opinión pública alrégimen.

La ola de nacionalizaciones de iulio de1961, preludiadas por la nacionalizáción de

la Banca Misr, significó, económicamente,poner centenas de millones en manos delEstado para llevar a cabo un proceso de in-dustrialización acelerado y, políticamente, eldesmantelamiento de la bas-e económica de

!q grun burguesía egipcia, haciándola culpa-ble de^todos los aspectos negativos delrégi-men. Su actitud siempre habla sido de abier-ta reticencia.

Sin embargo, en el caso de Siria, unidaentonces a Egipto en la República ArabeUnida, la gran burguesía tradicional, afecta-da por las medidas de julio, sí contó con elQpoflo p.opular suficiente para dar un golpede Estado que hajo consi§o la disolucién áela Unión. Este fracaso de la unidad árabere-f.orzó laagresividad del régimen egipcio con-tra la burguesía tradicional y convenció aNasser de la necesidad de reorientar políti-camente el régimen y renovár sus bases deapoyo. La nueva ideología oficial, dirigida afavor de la adhesión alsócialismo, tenárá subiblia enla Carta de Acción Nacional, aoro-bada el 30 de junio de 7962.

En definitiva la nueva orientación econó-mica del nasserismo se kaducía en el con-trol estatal de la Bancay el comercio exte-rior, la nacionalización de la industria v elre-forzamiento del sector público. t9

Sin duda, la distribución de tienas entrelos campesinos, la construcción de vivien-das, el impulso industrial y las nuevas leyesde protección social para los trabajadorespermitieron el despegue socioeconómicoegipcio. Los primeros resultados fueron elaumento de la renta nacional en un 6 por100 y del salario medio en un 51 por 100entre 1960 y !967 , así como la creación decasi un millón y medio de empleos, la du-plicacién de Ia enseñanza secundaria y elprogreso de la primaria en un 42 por 100,en ese mismo período.

Sin embargo, elsector público fue víctimade lo que acabaron siendo sus dos grandesenfermedades crónicas: la subutilización delas capacidades de producción y el déficit deempleos no productivos en las empresas,hecho acentuado con lapopulista Campaña porel empleo, que en 7962impuso Ia obligación deacoger en Ia administra-ción o en el sector públi-co a todos los diploma-dos de las escuelas se-cundarias y las universi-dades.

Por otro lado, tras loque fue una experienciade capitalismo de Esta-do, y no verdaderamen-te socialista, se constitu-yó por la vía militar-bu-rocrática esa nueva clasede gran capacidad corruptora, que minó enbuena medida el sistema productivo delpaís. De ella el propio Nasser diría el 3 demarzo de 1968 en Heluán, cuando ya erarehén del sistema que había creado: Ha lle-gado hasta a confundir la revolución y elpo-der, significando este último para ella apa-rato y beneficio.

La situación económica comenzó a dete-riorarse tras el primer plan quinquenal de7960-1965, a consecuencia de Ia falta deplanificación real, la debilidad de las empre-sas públicas, la inflación y Ia creciente deu-da externa.

Unido a esto, la derrota frente a Israel en1967 no sólo desmoronó moralmente a losegipcios y a los árabes en general, sino quetrajo consigo graves consecuencias econó-micas. Egipcios e israelíes pondrán en esta-do de alerta las dos orillas del Canalrespec-tivamente y minarán sus aguas, haciéndolasimpracticables para la navegación. Esto sig-

nificó para Egipto prescindir de los ingresosen divisas del peaje del Canal y de los delturismo, además de los delpetróleo de la pe-nínsula del Sinaí, ocupada por Israel. Asi-mismo, elgasto militar egipcio crecerá cuan-tiosamente ante la decisión de Nasser de im-poner una guerra de desgaste a Israel.

En elfondo, como considera elpensadoregipcio Anuar Abdel Malik, los grandesenunciados del discurso nasserista en elcampo económico (edificación de una eco-nomía nacional, industrialización) estuvie-ron limitados por los logros mayores del nas-serismo -construcción del ktado nacional,reconquista de la identidad nacional, lide-nzgo nacionalista árabe de Egipto- y porsu recuperación a partír de 1967.

La experiencia socialista delrégimen egip-cio, inspirada por Nasserdesde 1961, aún toman-do la mayor parte de suspresupuestos del baasis-mo, aportó la respuestamás aceptada de lo quese ha denominado e/ so-cialismo árabe, La Cartade Acción Nacional, dis-cutida y aprobada porun Congreso Nacionalde Fuerzas Populares,fue la referencia básicade un socialismo defini-do como la edificaciónde una sociedad basada

El socialismode Nasser

específico

en Ia prosperidad y lajusticia social, en el trabaio y la igualdad deoportunidades para todos, en la produccióny el consumo.

Aparentemente, la opción socialista esta-ba en oposición con elementos fundamen-tales del régimen como el Estado confesio-nal islámico o la visión nacionalista del nas-serismo que, en conka de la lucha de cla-ses, buscaba la unión de la nación entera entodas sus capas sociales. Elsocialismo egip-cio hizo frente a estas contradicciones ela-borando una teoría socialista específica,cooperativista y árabe,

La lucha de clases, siempre lamentable,quedaba restringida a la gran burguesíaterrateniente y la clase de los trabajadores

Fieles musulmanes orando ante eI milrab de la mezquita del sultan Barquq, siglo xv, en la ciudad de El Cairo 2l

Nasse¡ contempla el desanollo de unas maniobras militares, acompañado por lvluammar el Gadafi

(obreros, campesinos y todos los asalaria-dos). De ahí una reforma agraria cuidado-samente limitada a los grandes propietarios.iCómo la pequeña y mediana burguesía,cuyo ascenso consagró el régimen, podríandefender una lucha de clases que 1a pon-drían en cuestión?

Por ello el socialismo árabe mantendrágrandes distancias con el marxismo y el co-munismo. EI socialismo de la Cartasólo serácientífico en elsentido de Ia utilización de lasfuentes de la ciencia moderna en economía,y será árabe para distinguirse del comunis-mo y remarcar la primacía dela unidad na-cional árabe. Asimismo, es precisamente por\a arabidad que el socialismo egipcio tiéneen cuenta las ciencias religiosas, dado elfun-damento musulmán esencial de Egipto. Enesta línea, el ideólogo del socialismo árabebaasista, MichelAflak, afirmaría que el islames el alma del arabismo.

Por ello, el nasserismo buscará su legiti-mación a través de la fe y no adoptará nin-guna acción radical con respecto al compo-nente religioso de la sociedad egipcia, comolo hiciera Ataturk en Turquía treinta añosantes. Bien al contrario, el régimen contarácon una base islámica, sobre todo en el as-pecto político e ideológico, que se funda-mentará en dos pilares principales: un islamnacionalista constituido como vínculo entreel grupo de los Oficiales Libres y el pueblo,por una parte, y el ejercicio de un fuerte con-

trol estatal de las instituciones tradicionalesislámicas, por otra.

Los organismos islámicos internacionalesinstalados en El Cairo -el Congreso Islámi-co Mundial y la Dirección de la Misión Mu-sulmana- servirán para transmitir al pue-blo la imagen de una misión mundialdál is-Iam egipcio.

Asimismo, en 1960 se creaba dentro delMinisterio de Bienes Waqfs (fundacionespiadosas d,e bienes raíces) un Consejo Su-perior de Cuestiones Islámicas con elfin dedifundir la cultura musulmana en toda la na-ción árabe y supervisar las cuestiones relati-vas a las mezquitas, para que pudieran cum-plir su misión, centrada en dos objetivos: di-fundir el islam y reforzar la moral de la so-ciedad árabe (e impedir su apropiación porlos Hermanos Musulmanes).

-

En 1961 la reforma de al-Azhar, justifica-da por la necesidd de que recuperase el con-tacto directo con la sociedad,- ponía a estatradicional y reconocida univeriidad islámi-ca bajo el control estatal y la convertía enun cenko de enseñanza moderno.

Los discursos de Nasser, principalmenteen ios primeros años del ré§imen, estaránimpregandos de menciones a la sensibilidadmusulmana y llegada la hora de conformarla ideología socialista del régimen, con res-pecto al islam se caracterizaiá por un equi-librio entre la no preeminencia áe la religiónen la ideología naciente y Ia condena eipli

Comunismo y socialismo árabeEl comunismo trata de re-

solver la lucha de clases esta-bleciendo la dictadura del pro-letariado, mientras el socialis-mo árabe busca eliminar lasdiferencias de clases; el comu-nismo considera automática-mente a todos los propietariosexplotadores. Sin embargo, elsocialismo árabe diferenciaentre propietarios que explo-tan y los que se basan en lajusticia y el trabajo; el comu-nismo confisca los bienes, y elsocialismo árabe expropia conindemnización; en una socie-dad comunista el Estado es elúnico propietario y el indivi-duo es un instrumento del Es-tado que recibe sólo aquello

que es una necesidad básica,mientras que en el socialismoárabe el individuo es la piedrafundacional de la sociedad yel Estado es un instrumentodel pueblo que garantiza lajusticia socialy la seguridad.

Los comunistas siguen lospreceptos de Karl Marx al piede la letra, y si alguien se di-ferencia de ellos, como en elcaso de Tito, es consideradoun rebelde. El socialismo ára-be siente que puede aprenderde todo el pensamiento huma-no y, sobre todo, incluye supropio patrimonio, condicio-nes y circunstancias; el comu-nismo limita su acción al par-tido comunista, mienfuas que

el socialismo árabe declaraque todos los sectores de lanación participarán en la acti-vidad política y gubernamen-tal.

En el comunismo la vía ha-cia la democracia sólo es reco-nocida a través de la dictadu-ra del partido comunista, sinembargo en el socialismo ára-be la Uni6n Nacional es e/marco de la actividad políticaen el que todos los sectores dela sociedad participan y en elque los principios democráti-cos encuentran una aplicaciónmás amplia.

(Extracto da Nosotros y elComunismo. Al-Ahram, 4 deagosto de 1961.)

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cita de la visión del mundo desde la dialéc-tica materialista afirmando una fe inque-brantable en Dios, en sus profetas y en susmensajes sagrados.

Si bien enla Carta Nacional apenas exis-ten referencias al islam, algunos de losmiembros del Congreso de Fuerzas Popula-res qve aprobó la Carta, ideológicamentepróximos a los Hermanos Musulmanes, antela ausencia de fugntes islámicas en la ideo-logía socialista del régimen, constituyeronun Comité de los Cien que redactó el Infor-me de la Carta, en el que bajo el título Re-ligión y Sociedad se manifestaba la necesi-dad de que elsocialismo estuviese islámica-mente avalado y legitimado: (...) este socia-lismo cree en Dios (...) cree en la comuni-dad (...) cree en la propiedad privada ase-gurándose de que no sea explotadora y enel derecho islámico para regir la herencia yla iniciativa individual (...).

Las acusaciones de comunista y ateo quelos Hermanos Musulmanes lanzaron a Nas-ser, lejos de tener una base real eran unarma para deslegitimar al rats ante una po-blación de enraizada cultura musulmana.Por el contrario, el régimen autoritario nas-serista respondía bastante bien al idealpolí-tico de los pensadores musulmanes y el so-cialismo islámico que proclamaban los Her-manos Musulmanes no se alejaba muchodelproclamado por elrégimen egipcio. Laspropias palabras delpresidente Nasser o susseguidores lo ponían de manifiesto: éEl.so-cialismo se opone en sus principios a la re-ligión? Algunos así lo pretenden. Pero esosignificaría que la religión justifica la explo-

tación. La religión nunca ha dicho eso. Lareligión musulmana es una religión socialis-ta al cien por cien (..) El socialismo no es,

consecuentemente, más que la aplicación dela justicia social mencionada en la religión(discurso del12 de marzo de 1965).

El liderazgo árabe de Nasser

Junto con elsocialismo, el arabismo cons-tituyó uno de los pilares ideológicos delnas-serismo. l-a, arabidad entendida como prin-cipio de unidad y de cohesión sociopolíticaentre todos los árabes fue originariamenteformulada durante los años cuarenta por losfundadores del pensamiento baasista, Mi-chelAflak -cristiano- y Salah al-Din Bitar

-musulmán-; sin embargo, será el régi-men nasserista quien la lleve hasta sus máxi-mas consecuencias a través de sucesivos in-tentos de uniones interestatales árabes.

La confluencia de la filosofía del arabis-mo y la consagración de Nasser como líderdel nacionalismo árabe, tras la crisis deSuez, convirtió a Egipto en el gran promo-tor del panarabismo en la región, símbolode un liderazgo que encontrará en el régi-men conservador saudí su mayor oponente.

La idea delpanarabismo estaba ya presen-te en la Filosofía de la Revolución y desde7957 fue proEesivamente desanollado tantoen la teoría como en el aspecto práctico.

En la tercera parte dela Filosofía de la Re-volución, Nasser expuso su famosa idea delos tres círculos desde los cuales situaba a

Muhammad Anuar El §adatNacido en 1918, Sadat fue uno de los miembros originales de los Oficia-les Libres que llevaron a cabo la revolución de 1952. Nasser y Sadat ini'ciaron su amistad en 1939, pero antes Sadat había estado asociado a di-versos grupos nacionalistas, incluyendo los Hermanos Musulmanes. Asi'mismo estuvo relacionado con actividades antibritánicas, junto a agen-

tes alemanes, que le llevaron a prisién en sucesivas ocasiones. Tras latoma del poder por los Oficiales Libres, fue uno de los miembros del Con'sejo de la Revolución y del Tribunal revolucionario que iuzgó numerososcasos contra figuras políticas del antiguo régimen. Secretario General del

Congreso Islámico fundado en 1954, lb fue también de la Unión Nacio'nal enJr.e 1957 y L962.En diciembre de 1969, Nasser lo nombró vicepre-sidente, lo que le convirtió en su heredero a su muerte. Pero el que en unprincipio parecía ser el continuador del nasserismo, pronto se manifestécomo el artíffce de la desnasserizaciiln del régimen a favor de un sistemaautoritario semiliberal y neocapitalista. Murió asesinado en 1981.

ffiDiario16

W ffiámdcl6.Galicia

B*a&

Una idea del periodismo que

pensamos llevar hasta el último

rincón.

ffiDiariol6 Valencia

Dierio16Murcia

áQuién ha dicho que en España no se leen per¡ódicos?Diario 16 cada vez se lee rnás y en

niás sitios diferentes. Es lógico.

Cuando un periódico está donde

se producen las noticias, la infor-nración es mucho más cercana,

detallada c interesante.

I rf 5 .. lrrrcr¡ ¡yei a : C.¡ra¡dañó¡¿ de ¡ 6LÉd¡ü Out dé Ai@le

ffiDiario16

Egipto en el mundo: conjunto árabe, conti-nente africano y universo musulmán. No fal-taron entre sus contemporáneos quienesvieron en esta teoría una inquietante ten-dencia expansionista. De lo que no cabeduda es de que en esa pequeña obra del año1953 Nasser vislumbraba ya la arabidad (al-uruba) como un concepto aglutinador yfuente de identidad nacionalpara Egipto.

La Constitución fle 1956 confirmará laarabidad de Egipto afirmando que su pue-blo pertenece a la Nación fuabe y el árabees su lengua (art. 1).

El liderazgo panarabista de Nasser se plas-mará en su deseo de constifuir uniones conotros Estados árabes, en las que difícilmen-te se ocultaba la aspiración hegemónica deEgipto sobre la región.

La experiencia másduradera fue la de la Re-pública Arabe Unida(RAU) con Siria entre1958 y 1961. El 7 defe-brero de 1958 en el pa-lacio de al-Qubba de ElCairo los presidentes si-rio, Chukri al-Quwwatli,y egipcio, Nasser, reu-nían a sus respectivosministros y discutían lasúltimas medidas paraconcluir la primera expe-riencia unitaria árabe. El5 de marzo se promulga-ba la Constitución provi-sional de la RAU, que de hecho no hacíamás que extender el régimen egipcio a las,desde ese momento, dos provincias de laRepública. Asimismo, se reforzada el poderejecutivo en la figura de su presidente, quesería GamalAbdel Nasser, plebiscitado porel 98,13 por 100 de los votos emitidos enEgipto, y el91,75 por 100 de los emitidosen Siria en eldoble referéndum celebrado el2l de febrero de 1958. Los partidos políti-cos eran prohibidos en Siria, ampliándose IaUnión Nacional a esta provincia y ambospaíses pasaban a formar un Estado unitario,no federal, con un único Parlamento insta-lado en El Cairo. La hegemonía de la pro-vincia sur sobre la norte era manifiesta.

Unidas a este desequilibrio, las distanciasentre Siria y Egipto eran mucho mayoresque sus puntos en común. Sus eshucturaseconómicas y sociales eran muy distintas, yno existía una frontera común. El sistemapolítico de la RAU, que sufriría continuas en-

miendas durante los tres años y medio desu vigencia, fue complicado y confuso ynunca logró enraizarse popularmente, sobretodo en Siria. En realidad eltemor sirio a ungolpe comunista, el apoyo del influyente ypanarabista partido Baas y la atracción delliderazgo de Nasser en todo el mundo ára-ba habían sido los principales factores quepermitieron alcanzar la Unión. Pero el gol-pe de Estado del28 de septiembre de 7967en Siria trajo consigo la separación de estaprovinciay puso fin a esta efímera experien-cia unitaria. La omnipresencia de Egipto enla Unión, el descontento de la burguesía si-ria por la reforma agraria y su reacción con-tra el proceso de las nacionalizaciones, jun-to con la línea política del nasserismo pro-movieron con éxito la secesión.

Tras el fracaso de laUnión con Siria, la reo-rientación política que sevio obligado Nasser aimprimir decidió la trans-formación del naciona-lismo árabe en socialis-mo árabe, y su adopciónse convertía en condi-ción imprescindible parallevar a cabo la unidadárabe.

La Carta Nacionalconsideraba la consecu-ción de la unidad árabecomo una de las respon-sabilidades primordiales

de Egipto, convirtiendo a la revolución egip-cia en ejemplo para la nación árabe. De he-cho, elrégimen nasserista y elmodelo de laUnión Socialista Arabe, con mayor o menorvariante, fue seguido en Argelia hasta 1989,en elTúnez del Partido Socialista Desturia-no, en Libia entre 7969 y 7977, en el Su-dán de Numeiri, en elYemen delSur hastasu reciente reunificación con el Yemen delNorte en 1991, e incluso en Jordania enfue1977 y 1976. En Siria e lraq, el Baas tam-bién impondrá, desde su llegada al poder,en 1963 y 7968 respectivamente, un siste-ma político monopartidista muy similar. Yen realidad, el frecuente conflicto entre es-tos dos regímenes y el nasserista no será tan-to por incompatibilidades ideológicas comopor rivalidad hegemónica.

Por otro lado, bajo la cobertura ideológi-ca del panarabismo se iba a gestar la nonnata federación con Siria e Iraq en 1963, yla de Egipto e Iraq en mayo de 1964, así

Aniba, el presidente Nasser, acompañado de Anuar el Sadat, compañero de revolución y, luego, su here-dero. Abajo, tuopas de elite egipcias en un desfile militar anterio¡ a la guena de los Seis Días (junio de 1967)

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egipcia, ocultando con ello los graves pro-blemas internos. Egipto tuvo que reconci-liarse con Arabia Saudí a cambio de acep-tar la paz en el Yemen, previa retirada desus tropas, para obtener una ayuda anualde este país, Kuwait y Libia de 95 millonesde libras esterlinas en compensación por suspérdidas en la guena de todos los árabes.Asimismo inició Ia distensión con Gran Bre-taña y Estados Unidos, lo cual no impidió aNasser constituir con Sudán y Libia en di-

ciembre de7969 un frente revolucionario decooperación militar, económica y, sobretodo, diplomática. Ello le permitió un añodespués persuadirlos de aceptar en julio de1970 elpolémico Plan Rogers, que amorda-zaba a las organizaciones palestinas V acep-taba la intermediación americana con vistasa un arreglo pacífico del conflicto con Israel.

Con el Plan Rogers, Nasser satisfacía lasaspiraciones de la burguesía egipcia -delantiguo régimen y de la nueva clase-, de-

No pademos ocultarnos anosotros mismos que hemossuÍrido un grave revés en losúltimos días. pero estoy segu-ro que todos juntos podre-mos salir de esta difícil situa-ción aunque para ello necesi-temos mucha paciencia, sabi-duría, coraje intelectual y unainmensa capacidad de traba-jo (...).

La hora de la marchaYo he tomado una decisión

y os pido a todos que me ayu-déis a adoptarla. He decididorenunciar entera y definitiva-mente a todas las funciones ya cualquier papel político yunirme a las masas popularespara cumplir mi deber conellas, como cualquier otro ciu-dadano. Las fuerzas imperia-listas imaginan que Gamal

Abdel Nasser es su enemigo.Yo quisiera que quede claropara ellos que su enemigo estc;da la nación árabe y no Ga-mal Abdel Nasser.

Discurso del día 9 de juniode 7967 en el que el presiden-te Gamal Abdel Nasser pre-senta su dimisión al puebloegipcio.

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Nasser es recibido en lWoscú por el primer minist¡o soviético, Kosiguin, poco antes de su Íallecimiento

seosa de alcanzar un acuerdo que permitie-se relanzar la actividad económica y la in-versión de capitales extranjeros. Junto aesto, nuevas disposiciones económicas vi-nieron a responder también a dichas aspira-ciones con la supresión de restricciones a Ialibre disposición de bienes y capitales y lacreación de una Banca para el comercio ex-terior, regida por un reglamento distinto alestablecido para el sector público. Paracompensar al ala izquierda delpoder por es-tas medidas, Nasser lanzó una nueva refor-ma agraria. Sin embargo, el inevitable en-frentamiento entre las dos tendencias, iba aconcluir con la exclusión definitiva de la ten-dencia izquierdista del régimen bajo la Pre-sidencia de Anuar el-Sadat.

El29 de septiembre de 7970 Gamal AbdelNasser moía a los cincuenta y dos años, víc-tima de un paro cardíaco, para muchos con-secuencia de las amarguras de los últimosaños. Sin embargo, el descrédito del régimeny eldesgaste delnasserismo no parecieron al-canzar al líder que Nasser había representa-do y los funerales que el pueblo egipóio le dis-pensó estuvieron a la altura de ese particulardesüno que le hizo entar en la leyenda.

La dimensión mundial del rars egipcio ysu carisma político han hecho de él un per-sonaje que ha akaído desde la veneracióna la crítica más despiadada. De Nasser algu-nos hicieron una desafortunada réplica áelFührer, otros le acusaron de haber introdu-cido a los rusos en elPróximo Oriente y sus-citar la amenaza soviética en el Meditená-neo. Otros, más objetivos, han tratado desacar elbalance de la acción del hombre po-lítico, enumerando sus fracasos y criticandosus estériles sueños panarabistas. Sin embar-go, para muchos, Nasser fue ante todo el

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W. Rogerc, secretario de Estado norteamericano

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Aunque, como escribeP\erre Mirel en sulibro L'Egypte des ruptures, Nacionalistaapasionado, ni doctrinario ni verdadera-mente socialista, sino ante todo hombre deacción, Gamal Abdel l{asser no pudo evitarlos vigios demonios del valle del Nilo que tie-nen los nombres de autoritarismo y centra-lismo estatal.

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