Tzvetan Todorov define lo fantástico como la incertidumbre que se plantea

cuando un acontecimiento imposible de explicar por las leyes naturales ocurre, y a raíz

de ello quien percibe dicho acontecimiento debe optar entre dos explicaciones posibles

para este fenómeno: una lógica y otra ilógica. Lo fantástico ocupa el tiempo de esta

indecisión, sin embargo en cuanto se elige una de las dos respuestas, se deja el terreno

de lo fantástico para entrar en un género vecino: lo extraño o lo maravilloso.

El cuento “El nuevo abogado” de Franz Kafka, como cuento post moderno que

es, entra bajo el terreno de lo extraño en su cierre, sin embargo a lo largo de la narración

el elemento fantástico si se hace presente. Esta historia tiene como personaje principal al

Dr. Bucephalus, y hace de su inclusión en el mundo de la burocracia como tema

principal. El narrador es un testigo presencial no omnisciente, expresado en primera

persona en plural, y que, si bien en el relato no se dan más indicios de su identidad,

puede identificarse como parte del grupo burocrático que admite a Bucephalus. Este se

encarga de relatar desde una perspectiva interna y en tiempo presente, durante una

reunión formal de la que es espectador, algunas consideraciones en torno al nuevo

miembro y su admisión. Al hacerlo expone y omite información sobre el Dr.

Bucephalus creando una imagen ambigua que oscila entre características animales

(pasado y rasgos físicos) y características humanas (la misma admisión al grupo, el

grado de estudios que posee y que es reconocido) que crean confusión en el lector. Esta

confusión, al momento del cierre de la trama, es lo que permite la aparición del

elemento fantástico