El Encuentro Entre Ciencia y Religion

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ES(a traducción de When Science Meets Relig,io,n ,se publica e n v irtud de un acuerdo con Harper San Francisco, a ?IVISIOn of Harpe r Cou' Publishers Jnc" y la mediación de la Age!1cIa Carmen Ba1cells lona), Reservados todos los derechos , NInguna parte d e esta p ubr -ción puede ser reproducida, almacenada o transnUtida, total o p ar mente, por cualquier medio o procedimiento técnico s in p e r mj clal_ preso del editor, so ex-

Traducción: José Manuel Lozano Gotor

original en inO"lés' len Clence M, R<=>'

Enemies, Stran ereets eligion. © 2000 b f $ , or Partners?

Y, an G. Barbour H PublIcado por

arper COllins Publ ' h N IS ers lnc eWYork .

Para la ed ' , © 2004 by española:

POlígono de R Itonal Sal Terrae 39600 Parcela 14-1

E ,Fax: 942 -mad: salterr 9201

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l Con las d b' mPres e Idas l' o en España ISBN' 84 'Prlnted i

Dep. Le n Spain gal. BI-984 -04

POtoco I Sal1'erra lllPosición: mpresión e - Santand

Gr ti y encUad er a o, S.A. l:> ernación' . - oilb . ao

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Introducción

• El cuarenta y cinco por ciento de los estadounidenses creen que «Dios creó al ser humano hace, como mucho, diez mil años, en una forma más o menos parecida a la que presenta en la actualidad». El cuarenta por ciento creen que «el ser humano ha ido evolucionando durante millones de años a partir de formas menos avanzadas de vida, pero Dios ha di-rigido el proceso». El diez por ciento creen que Dios no ha intervenido en absoluto en tal proceso. En otras sociedades industriales avanzadas, el porcentaje de ciudadanos que to-man la Biblia al pie de la letra y rechazan toda evolución es bastante más bajo: en Inglaterra, por ejemplo, sólo el siete

• 1

• por cIento.

Según una encuesta realizada en 1997, el treinta y nueve por ciento de los científicos estadounidenses creen en un «Dios a quien se puede rezar con la esperanza de recibir respuesta». Otra encuesta llevada a cabo en 1916 con idéntico método de muestreo había arrojado, para esa misma pregunta, un cuarenta y dos por ciento de respuestas positivas. Estos re-sultados ponen en cuestión la ampliamente aceptada suposi-ción de que, en el curso del siglo xx, las creencias religio-sas han experimentado un espectacular descenso entre los científicos2•

1. Los datos para Estados Unidos están tomados de la Gallup Poll de no-viembre de 1991; cf. U.S. News & World Report 23 (diciembre 1991), p. 59. Para los datos comparativos, tomados de la epcuesta del R?per Center, véase G. BISHOP, «The Religious Worldvle.w and Amencan

about Human Origins»: The Public Perspecllve 9 (agosto/sep-lIembre 1998), pp. 39-44. .

2. Datos de la encuesta de muestreo aleatorio de Men WOmell of Science; cf. EJ. LARSON - L. WITHAM, «SClentlsts Are I Keeping the Faith»: Nature 386 (3 de abril de 1997), pp. 435-436.

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18 ClS-':ClA y RELIGIÓN EL E.-.:cur.. .. '-rno 1'." •

_ . _ se ha roducído un incremento d el llLí-En los ,,/lI/1IOS d P esw diar las relaciones entre la mero de obras -,caSas _a el calálogo de la Biblioteca d el - . . la rellglOn. egun ClenCIO) _ d ' de libros publicados anllallll e11le Congreso e/numero me 10 l' .

E, d U 'dos baio la rúbrica «Re IgIOIl alld en los sta os 111 '.J . " . . l ' ó desde la década de l1ul noveCIentos CIII -SClence» se Inp lC d cuenta a la de 1l1il novecientos novellta, pasando e sete nta )' lllJO Q doscientos once).

En 1990, en el primer cnpítulo de mi libro ill all Age of Sciellce [La religión en una em marcada por la propuse una tipología cuatripartíta como ayuda para la gran va-riedad de formas de relacionar la ciencia y la relIgión que se h an dado a lo largo de la historia'. Conservé la misma clas ificación, salvo ligeras modificaciones, en la edición ampliada y revisada del li bro que se publicó en 1997'. En la presente obra, uso esa ti-pología como estructum organizadom de todos y cada uno de los capítulos. l. Conflicto. Los litemlistas bíblicos piensan que la teoría de la

evolución se halla reñidn con la fe religiosa . Los científicos ateos afirman que las pruebas científicas a favor de la evolu-ción son incompatibles con el te ísmo en cualquiera de sus formas. Ambos grupos coinciden en sostener que una perso-na no puede creer a la vez en Dios y en la evolución. aunque dIscrepan a la ha,:, de decidirse por aquél o por ésta. Tanto I<?s htemhstas _bíbhcos como los c ientíficos ateos ven la cien -Cln y la reltglOn como rivales. Estos d os g rupos contrapues-tos son los que m ayor atención reciben de los medios de co-

conflicto es, en cuanto noticia,

3.

4 .

s.

b IS mClOnes que trazan p e b ' d en posiciones íntermed' rsonas u Ica aS laS entre ambos extrem tan tanto In evolución c os y que acep-amo una u otra forma de teísmo.

Según consulta realizada e J

el 15 de o/J-/ine de la Biblioteca del ,"ovent.n llegan hasta para la décadn. de roH

H OUR. Rehglon 111 an A .' Gifford Lectures. vol . l .

/Hues H . e IglOIl Q/zd Sciellce - . 1. . arpcrSanFmncisco, San Fran ". H1SfOn"cal und COlltelnporar)'

CISCO 1997, cap. 4.

2 .

3.

IfVTRODUCCIÓN 19

II/depel/dencia. Una visión alternativa es la que sos tiene que la ciencia y la religión son mutuas desconocidas que pueden coexistir siempre y cuando mantengan entre sí una prudente di s ta ncia . Según este planteamiento, no debería existir con-flicto alguno, pues la ciencia y la religión se hallan referidas a ámbitos v ita les diferentes. a distintos aspectos de la reali-dad. Ademá s, la s afinnaciones científicas y las afirmaciones relig iosas ponen en juego dos clases de lenguaje que no COm-pite n e ntre sí, porque desempeñan funciones comple tame nte diferentes en la vida huma n a . Responden a preguntas di spa-res. La ciencia pregunta cómo funcionan las cosas y trata con hechos objetivos; la religión se preocupa por los valores y por e l sentido último. Otra vers ión de la tesis de la illdepell-del/cia afirma que estas dos clases de indagación brinda n perspectivas complementarias sobre e l mundo y, por tanto, no se excluyen muturunente. El conflicto sólo surge cuando la gente ignora estas distinciones, esto es, c ua ndo los creyen-tes h acen afirmaciones c ie ntíficas o cuando los cie ntíficos se aventuran más allá de los límites d e su especialidad para fo-mentar filosofías naturalistas. Es pos ible aceptar al mismo tiempo la ciencia y la religión s ie mpre que las mante ngamos separa das e n compartimentos estancos de nuestras vidns. La compartimentación evita e l conflicto, pero a l precio de im-posibilitar to da interacción constructiva.

Diálogo. Una de las formas de diálogo es la comparación de los m é todos que se emplean e n cada uno de los campos, lo cual ayuda a poner de manifiesto ciertas semejanzas, sin pe r-juicio de reconocer las diferencias. P or ejemplo, tanto en uno como en o tro campo se e mplean modelos y analogías con-ceptuales para imaginar lo que no puede ser directamente ob-servado (ya sea Dios o una partícula s ubató mica, pongamos P?r caso). Por otra parte, e l di á logo ta mbién s urge cuando In cienc ia suscita en sus fronteras cuestiones límite que ella misma no es capaz de responder (verbig racia: ¿ por qué es e l Umverso un todo o rdenado e inteligible?) . Una tercera forma de diá logo se produce cuando algunos conceptos. ;ientíficos son Usados como a nalogías para hablar de la re laclOll de DIOS con e l mundo. La comunicación de información es un con-cepto importante e n nume rosas ciencias; el patrón de sucesos

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ENctA y RELIG IÓN O ¡;rITRE CI

EL ENCUENTR • 20 I 'storia cósmIca puede ser in_

'fiesta la u 'ó d . e . ' . tibies que man! I de la comunicacl .n e ,tn<ormaclón JrT"pe do como vehlculo . é cabe concebir a este como el terprc.::'te de Dios. O nlguna de las leyes de la física_ por p . violaclOn a l f " '. d tenninador -sin . de;a abierta a ISlca cuantlca ' e . aClOnes que" h 11 ' " de las indetennm 'fi y teólogos se a en Inmersos en cienU lCOS b 1 El hecho de que, . . ta y dialogada so re ta es te m as una reflexión cntlca conJuyn otrOS respeten la integridad del no obsta para que unos campo contrario. .

. , ti o más sistemáuco Y profundo de colaba. 4. Itllegrac/Oll. lun p 'a y la religión se da e ntre quienes abo. '.

ración entre a ClenCI . b d ' . l ' , á estrecha inteoractón de am as ISClp mas. ' gan por una m s '" 1 b 1 . d lradición de teología natura usca en a natu· La mvetera a . . dI '

I ebas (o al menos indICIOS sugerentes) e a eXJS· raczapru .' , tencia de Dios. .algunos .h an aro güido que, en el universo primItIVO, las constantes fIsIcas es-tán tan finamente ajustadas que parecen resultado de un dI· se.io intencionado. Si la velocidad de expansión un segundo después del big·ballg hubiese sido ligeramente inferior, el Universo se habría colapsado antes de producir los elemen· tos químicos necesarios para la vida; si hubiese sido apenas superior, la evolución de la vida habría s ido imposible. Otros autores toman como punto de partida una determinada tradi -ción religiosa y defienden que algunas de las creencias que ésta ,sosliene (las ideas de omnipotencia divina o d e pecado ongmal, por ejemplo) deberían ser reformuladas a la luz de la ciencia. A tal planteamiento prefiero llamarle teología de la Ila/urale-a (dentro de d ' -- . . ,< una tra IClOn rehglOsa) antes que te· o/ag.o natural (la cI'e . , . 'ó ) nCla como untca base d e aroumenta-

. Por otra pane, también se puede usar un sist';;ma filo-'co como, por e;empl 1 fil ' . terpretar tanto el' o: a I osofla del proceso, para JO-

dentro de un pensamIento CIentífico como el religiosO ver, mis común. Como se echará de (sobre todo, una por el diálogo y la integración del pensamiento d 1 g de la naturaleza y un uso prudente m . e proceso) pe . d anera preCisa las ,ro espero haber descnto e En 1995 Cuatro Posiciones.

fereOle ' John Haught Sugirió . . , qUe tal vez sea más fácil una ttpología ligerame nte dI-

de recordar, porque todos loS

INTRODUCCIÓN 21

términos empiezan con la misma letra', Las dos primeras catego-rías que propone, a saber, conflic to y contraste, son idénticas a las d e mi falsilla. Su tercera categoría, contacto, combina la ma-yor parte de los temas que yo in,cluyo bajo e integraci6n. Hauoht introduce un cuarto eplgrafe, confinnac/On, que no alu-de ;omo podría pensarse, a la corroboración de determinadas

teológicas, sino a la adveración por parte de la ciencia de presupuestos de fondo que de la teología, como, por ejemplo, la creencIa et;t la raclOnahdad e inteligibilidad del mundo, algo que yo conSIdero una forma de diálogo.

Ted Peters propone una clasificación octipartita, más elabo-rada7 • Así, por ejemplo, divide el conflicto en tres categorías se-paradas: cientifismo, creacionismo y eclesiástico. También añade la categona de entrelazamiento ett -co, la cual, por supuesto, resulta decisiva en el a nálisis de la cien-cia aplicada y la tecnología. Mi tipología fue desarrolla?a pen-sando en la ciencia fundamental como forma de conOCimIento, y no en la ciencia aplicada y sus repercusiones sobre la sociedad y la na turaleza. De las cuestiones é ticas (sobre todo la conserva-ción del medio ambiente y la justicia social) me he ocupado en e l segundo volumen de mis «Gifford Lectures» , Ethics in an Age 01 Technology [La é tica en una era marcada por la tecnología]". En la presente obra señalaré algunas conexiones e ntre nuestra concepción d e la naturaleza y la forma en que tratamos a otras creaturas (ética medioambiental) , pero no me ocuparé en absolu-to de la ética de la tecnología.

La ventaja de usar un número mayor de categorías es que permite una mayor diferenciación. Willem Drees emplea nueve, dispuestas en tres columnas y tres filas para resaltar las diferen-tes interpretaciones de la religión : experiencial, culturalista .Y cognitiva9 • La desventaja de trabajar con un mayor número de dl-

6.

7 .

8.

9 .

J.F. H AUGHT. Scie nce Qnd Religio ll : Fronl COlljlict ro Conversaríon, Paulist Press, Mahwah (NJ) 1995 . T. PETERS, «Theology and Naturnl S c ience», en [D. Ford (ed.)] Tlze Modem Tlzeologialls, Blackwell, Oxford 1997' .. 1.0. B ARBOUR. Erhics in all Age ofTechnology. Glfford Leclures. vol. 2 . HarperSanFranci sco. San Francisco 1993. W . DREES, Religioll , Science and Natlfralism. Ca.nbridge Uníversity Press, Cambridge 1996, pp. 43-49.

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..,.., EL L"'CUC. ..... lRO L''TR l' CII'."CIA y RELIGIÓN

- h e más y más complicada, sobre visione' es que la varios campoS de la ciencia. lodo cuando se uuhz.a pa el dominio de las di s tintas categorías, Cuanto má, se restnnge. 'n ue se obtiene, pero tanto m ás pro-lanlO mayor es la preclslO qluras que no encajen en ninguna bable se hace tienen la ventaja de incluir una de ellas. Las amp ero al precio de una pérdida de mayor dIversIdad de casos. P precisíón.

Algunos autores críticos con esta: propuestas que las relaciones entre la ciencia y la rehg16n son demas iado plejas y dependientes del contexlO como para ser awupadas baJO un csqucrna clasificatorio_ Sostienen que las .. ta-les interacciones experimentan de unos penodos hls1oncc:>s a otros y (jc unas disciplinas científicas a otras son demaSiado grandes como para intentar e stablecer unas pautas generales . \\Tenue) van Huysslccn escribe:

.. La unica realmente adec uada de :lproximan.c a esta compleja pero imponanlc relación !'cría atención a cómu !-.c desarrolhl )' concrcla. en dislílllOS la r.a7.ón de que. hoy. la famosa y útil 13xonomía cuarripanita pro.

por Ian Darbour vincular la reJigión y la ciencia a travc!s del conl1icro. el diÜJogo. la indcpcndC!ncia o la ínlcJ;ra-ciól1 pueda resultar genérica, universal. en conjunlO de categorías que intcnran captar la com-

del comínuo inrercambío cnrre es ras fuerzas d o-llUl1aJ1les de nuestra cuIrU(3»IO.

Otros autores defienden que, lejos de tratarse de descripcio" ,?b)Cll\'aS de la tanto las ideas científicas como las

I glOSas no Son mas que construcciones sociales que reflejan que no es posible relacionar-

nos» opinan que buscar ' o,, Muchos autores «postmoder-construccioncs socialcs dCeonocllmlemo ° ,:,erdad más allá de las l · .• . cu tUras y penodo h ' , . nlO3uOS es un esfuerzo s Istoncos deter" L . vano.

as relaciones cntre la c ' . be. Complejas: pero estoy conlencHl' Yd la religión son, qué duda ca'

venCI o de q 10 J \ ue se pueden encontrar . . V. Huys .

modcnl Wvr/d F'" Duer Or Dllel? rile 1 . nnuy Prcss Inremalion J °Hogy . and Sc ience in a

a. amsburg (PA). p . 3 .

INTRODUCCiÓN 23

ejemplos de mis cuatro tipos básicos en todos y cada uno de los siglos transcurridos des de el s urginúento de la ciencia as í conlO en lo dns y cada una de las ciencias. Espero que esta tí-pología sea útil a los lectores que se adentran por primera vez en este campo inlerdiscip1inar. Las guías para un territorio. cual-quiera que fuere. no pretenden servir corno sucedáneos de la ex-ploración directa . s ino que más bien intentan ayudar a la gente a orientarse y n e ncontrar s u calnino . Las guías pueden estar orga-nizadas de maneras muy diversas, p ero no tienen m ás remedio que ser selectivas. y tal vez simplifiquen e n exceso las compleji-dades del mundo real. Cada unu de Jas categorías que uso reúne propuestas muy diversas. enlre las cuales las diferencias pueden ser tan significativas como las semejanzas . E s posible reconocer patrones comunes a las distintas ciencias y a los distintos perio-dos históricos sin ignorar la especificidad de cada disciplina científica y de cada contexto histó rico .

Me centraré principalmente en la tradición cristiana, en la que la reflexión sobre la ciencia cstá mucho más presente que en o tras tradiciones, tanto a lo largo de la historia como en la actua-lidad . Es importante. sin duda, reconocer la particularidad de ca-da tradición religiosa, como también lo es evitar el riesgo de que-darse en generalidades superticiales por intentar incluir demasia-das cosas en un breve texto. Creo que es posible encontrar ejem-plos de cada una de las cuatro categorías en las principales reli-giones. sobre todo en las monoteístas (cristianismo, judaísmo e islamismo), pero también en el hinduis mo y el budismo" . Sin embargo, aquí sólo se incluyen unos cuantos ejemplos. No niego que mi intento de categorización pueda reflejar un cierto sesgo occidentalista. Tal vez los autores pertenecientes a las tradiciones orientales preferirían intentar cOlnbinar diversos puntos de vista y buscar un terreno común a todos ellos.

El presente volumen pretende ser una introducción al estudio de las relaciones entre la ciencia y la religión, Inás breve y ase-quible que mis anteriores escritos. En alguno lugares he incluido, con el permiso de los editores. pasajes revisados de Religioll Qlld Science (1997), pero aquí los capítulos están organizados de una manera nueva. siguiendo la tipología cuatripanita. En el primer

1 1. Para comentarios sobre cada una de estas grandes religiones. véase el índice de Temas Escogidos en 1.0. Religion Ulld Sciellct!.

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, ,

ENTRE CIENCIA Y RELIGIÓN EL ENCUENTRO .

- . b' ' cos ilustrándolos con ejemp los I s upos aSI • I L ' tul o establezco o . de autores acrua es. uego. e n cap' 1 teafilentos . l hislóricos Y con pan. tes dedicados respectIVamente a a as-

los capítulos '1 b ' logía evolutiva Y algunas d e las tronomia. la física cuanUca. a \O d la genética Y la neurocie n_

1 humano (sobre to o . . ' . ciencias de ser . marco de referencta orgruuzalt-cia). uso estoS cuatro . enza con una presentac ió n va. Cada uno de los as implicaciones teológ icas sintética de las teorías está dedicado al proble m a se desea explorar. El ulU;O en el mundo El objetivo d e es-

al lector a desarrollar sus p ro -pias reflexiones Y a continuar estudiando algunos de los temas y autores aquí tratados.

1---

1 Cuatro formas de relacionar

la ciencia y la religión

Este capítulo describe cuatro modos de relacionar la ciencia y la re ligión: conflic to. indep endencia. diálogo e integración. Cada uno de estos tipos conoce diversas variantes que. a pesar de dife-rir s ignificativamente entre sí, poseen rasgos comunes que per-miten agruparlas bajo una mis ma rúbrica . En los capítulos subsi-guientes se eXaJTÚna la aplicabilidad de e sta tipología cuatriparti-ta a las distintas disciplinas científicas.

Pennítaseme describir primero dos episodios históricos que con frecuencia se citan como ejemplos de conflicto. Los docu-mentos históricos revelan en ambos casos una relación más com-pleja. El primero es eljuicio a Galileo de 1633. En lugar de la te-oría de Ptolomeo. según la cual el Sol y los planetas orbitan al-rededor de la Tierra, Galileo defendía la nueva teoría copemica-na, según la cual son la Tierra y los planetas los que orbítan al-rededor del Sol. Uno de los factores que contribuyeron a la con-d e na de Galileo fue la autoridad de Aristóteles. cuyos escritos cie ntíficos . entre ellos algunos que vertÍan a respaldar la astrono-mía ptolemaica, gozaban desde el siglo Xli de gran aceptación en Europa. Otro factor fue la autoridad de la Escritura, especial-mente la de aquellos pasajes que implican que la Tierra se halla en el centro del Universo. Pero lo realmente decisivo fue el he-cho de que Galileo ponía en cuestión la autoridad de la Iglesia.

En los siglos anteriores a Galileo eran comunes diversas con-cepciones de la Escritura. En el siglo IV. Agustín (a quien Galileo se remitía) había dicho que, en caso de aparente conflicto entre conocimientos bien corroborados y la lectura literal de la Biblia, é s ta tenía que ser interpretada metafóricamente. Comentando el capítulo primero del Génesis, Agustín había escrito que el Espí-

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.. a las la Jt;: la _Oll'h!ic':l!'o. En lo e "s: bíblicos no tuvieron re .

d.e: loL' It: .. los .. , ,'eI cOlnún dc las gentes» . - , Jt:"CJ3· l ' p¡.tC1u .. tu u .. •

3 a C:l h ' b}¡lr habitual» en la epoca. En ' I1lCl.hO que!' 110 foona th..: .. 1

1 qu" .,OS es dado aprender: el d 3r..l C · Oc as - . "o p . . (en dos ., .. 1'1 E.scritura .. pues anlbos pro.

PUlIOO. C'U" _ I LIbro uf,: .. • , ". o . ro la n31urJ. JcZ;.1 y e ucden contr:1uCCII"'SC 1l1utuanlcnte. de Dio, y. por que abría la al COI/ .

Ce G31i1CO un .. 1., S tar por la interpretación hteral de (.": ., que op ,. . "r;

jl ' .t .... r\fim13b.3 qU¡;.. t ' fC,-,,'th con una tcona Clcnt. ICa I( oS que eS e .

}a :1 ,r. IldlflelltC denlostr:.tda. Gallico exageró . I u", · "r Irrt!jUlll J .. d " d J suscepub I! t. se ',. lÍtica que se estaba en .. con IClone s e a •

el 1!r.Jdo de: Clt:n I e entre los astrOn01110S se daba un - ' poca en a qu •. canzaf en una e rd Además la jerarqUla católtca. que Se consic.kr.:tble deS3cue J °Refonna .. estaba deseosa de sentía amenazac.la p<'drd .:lAI"UnOS de los cardenales simpatizaban rea(imlar su ilulon a . e ..' b 1 con los pl:tnteamíentos de no aSl, sIn em e papa y vanos c:trdioales políticamente Influyentes. De modo que, . a l fi · nal. Galileo fue condenado ,tanto por a la Igles la co· lno por cuestionar el luerallsmo bíblIco. . .

El se!!undo caso que se cita con frecuencJa como ejemplo de conjlicto -es el debate sobre la teoría de la evolución formulada por Dan'''¡1l en el siglo XIX .. Algunos científicos y responsables eclc!)iásticos sostenían ciertamente que esta teoría era incompa· tibie con las creencias religiosas. pero eran muchos los miembros

1. L\'GFORD. Galileo. Scít'lIce. alld lite Church. UnívcrsílY of M.chJgan Press, Ann Arbor 1971 revisada); W . ,<Galileo and

(D.C. Lindbcrg _ R .L . Numbcrs (cds.)J God and ¡\GIUn? Unl\crslly of California Prcss. BcrkcJey / Angeles 1986.

lo

ClIATJtO I ·OHMA!"> DE UEI...J\CIONAlt LA CIENCIA Y LA HEUGIÓN 27

ue lino y otro grupo que IlO COJllpanían En juego cs-t:lban tos siguientes tres puntos l ;

l . VII tlc.wiffo al Iilcrnlísl/lo bí/Jlico. Un periodo largo de calll-bio evolutivo no se aviene fficilnlcnlc con los siete dfas de la cre¡lción de que h:ahla el Algunos teólogos C()J1(crn-ponincos de Dan,.vin dcfendf<:lll la inerrancia bíblica y recha-zaban toda fonna de pcro cnlll Jos .nenos . La Ina-yoría de los teólugos aceptaban una interprc-t;ación tll:is sirnbólica que litenll ue estos bíblicos y reconocían .:1 rcgailadicntcs hl existencia de cvolucÍóne bien insistí¡1I1 con frecucncia en la cJ"e:lcíún cspccíal del alrna hu-1l1ana. Los liberales. por otro lado. saludaban con agrado el avance <.le la ciencia y <.lecían que la tcoría úc la evolución era cOlnpatiblc con su concepción optílnista <.lel hh.tóri-cc. No tanh'J"on en elnpczar a hablar úe la evolución como del rnodo elegido por Dios p<:lra crear. lo que puede ser con-siderado una versi6n de lo que yo llamo integración. Tam-bién siJnpatizaball con el trabajo de los que por aquel entonces estudiaban los indicios de la influencia de los presupuestos culturaJes y coslnológicos <.le Oriente Próxjmo en Jos escritos <.le Jos autores bíblicos.

2. Un desafIo el la dignidad IUlIllana. En el pensamiento cristia-no clásico. los seres humanos eran segregados del re!-oto de las. criaturas; la inmortalidad del alma y su singular capacidad racional y moral garantizaban el status especial de que dis-frutaban . En la teoría de la evolución. sin embargo. la huma-nidad pasaba a ser tratada como parte de la natur.alezu. Nin-guna línea nítida separaba ya la vida humana de la vida ani-mal, ni en lo relacionado con el desarrollo histórico ni en lo referente a las características a la sazón. una y otra pre-sentaban. Darwin y ITIuchos de sus sucesores acentuaron las semejanzas entre el comportamiento humano y el conlport;.t-miento animal. aunque había otros biólogos que en la peculiaridad del lenguaje y la cultura hUlTlanos. Si la as-tronomía copernicana había depuesto al ser humano del ccn-

2. cr. J . R . MOOltE, Tlle Pos l ·Darwill;01l COIfI/'o\'cr::.ies: A SIJldy of 111(' Protc,\"IClIlI Slrug¡.:/c 10 Culta! 10 Tc.·rlll ,\· W;IIJ Dan\';" in Gn'tU IJril(l;1I aHd AmcricCl, 18704 /900, Cmnbridgc Univcr!'.ily Cmnnridgc 1979.

Page 9: El Encuentro Entre Ciencia y Religion

---- y RELIGiÓN a-'7RE CIENCIA

. EL • • ta amenazaba su SlngU

la biología datWlnlls za En la Inglaterra vic:

Universo, . 1 la natura e · d lro del del orden ue I firmación e que somos landad dentro

h gente veía en a a eoación del valor de las . , mue a . ·os» una n ::; , . tonana, . s de los Slmt más aptos» parecla minar «descendiente pervivencia de los olaba al orden social

as La «su d se ex trap . . . person . b todo cuan o d iadada competItIvIdad la moral, so n: 'ficar tantO la esp

1 fi n de JUSlt I • ' con e I I colonialtsmo. . económica como e _ E un universo estátIco, el

'd a de diseno. n u armonios Vn desafio a la 1 e . de los organismoS Y s . a (

1 3. I . funcionamIento f 'a un persuasIvo argu.

al medio Diseñador adap en favor de la eXlstenclda 'ón podía ser explicada mento Ó e la a aptacI . . ó Darwin mostr qu . sonal de vanaCI n y se· ,

t

I pemroo resullado de un proceso Imper 'a que Dios había dise. co El io Darwm crel 1 lección natural. su conjunto, aunque no as 7s. liado el proceso evolutivo en . mos singulares: «Me In· tructuras específicas de los orgams o resultado de leyes de.

. d todas las cosas com 1 clino a conSI erar d ' ue los detaJles, buenoS o ma os, liberadas en las que se eJa, Jlamar el azar ... No puedo los determine lo que podna os sea resultado del azar; sin concebir que el mundo que tm osible ver en cada cosa pOr embargo, tampoco En sus ú/limos años,

parece, más agn?stico, pero du rante d 'd aceptÓ una versIón refoJ1l1ulada del la mayor parte e su VI a , t · I d I

d l d· -o -un eíemplo de teologra na ur,t e argumento e JSell, . ' , é en el apaJ1·tdo dedicado a la Jl/tegraclOl/ . que me ocupar "

Pero algunos cientfficOs fueron más allá y rechaz?ron inclu· so este concepto amplio de diseiio. T.H. Huxley afinno que la hu· manidad es producto de unas fuerzas impersonales y propósito. La filosofía materialista encontró partld,anos entre los científicos de Inglaterra y de Alemanta. El zooIogo Emsr Haeckcl sostuvo que la materia y la fuerza constituyen la

3. Ch. DARWJN, C:lIlas a Asa Oray con fecha de 22 de mayo y 26 de nI} "iembre de 1860, recogidas en Lije alld Lellers o/ Charles Danvil/, 1'01. 2, John Murray, Londoll 1887, pp. 312 Y 378 (edición de F. Darwin) Ic.'¡st7 Jrad. casI. de una selección de esra obra realizada por el propio FranClS Danv,": Ch. D'\RII'IN, A/IIobiografia )' cartas escogidas, Alian7.a. Madrid 1997).

CUATRO FORMAS DE RaAaONAR lA y LA RELIGiÓN 29

realidad última, y que la teoría de la evolución ofrece una expli· cación omnímoda: «Con este único razonamiento, queda expli-cado el misterio del Universo, eliminada toda deidad e inaugura. da una nueva era de conocinúento infinito»' . En estas diversas respuestas a Darwin es posible encontrar ejemplos de la mayoría de 105 modos de relacionar la ciencia y la religión que han sido propuestos a lo largo del siglo xx.

CONFLICTO

La tesis del conflicto fue auspiciada a finales del siglo XIX por dos influyentes libros: Historia de los conflictos entre la religión y la ciencia, de J.\V. Draper, y A Histor)' of lile \Varfare of Science witil Tileo[ogy in Cilristendolll [Una historia de la guerra de la ciencia contra la religión en la cristiandad]. de A.D. White'. Otros historiadores más cercanos a nosotros en el tiempo seña· lan, por una parte. que las pruebas aducidas por estos autores son en extremo parciales y, por otra. que, en los siglos que describen, había visiones alternativas de la relación entre la ciencia y la re· ligión que también gozaban de amplio predicamento·. La imagen popular de la «guerra entre la ciencia y la religión» es perpetua-da hoy por los medios de comunicación, para los que una con· troversia resulta más jugosa que los sutiles y ponderados posi-cionamientos entre los extremos del materialismo científico y el Iiter:llismo bíblico.

Podríamos imaginar el siguiente espectro teológico: natura· lismo (incluido cl materialismo), panteísmo, liberalismo, neo·or-todoxia, tradicionalismo, conservadurismo y literalismo (o fun-damcntalismo) bíblico. He agrupado los dos extremos bajo la ca· tegoría de cOllflicto, un emparejamiento que a primera vista pue-de parecer extraño. Procedo así porque tanto el materialismo

4. E. HAC KEL. citado en L EtSELEY, Danríll's Celll"r)'. Doublcday, New York 1958, p. 346.

5. Véase J.W. DRAPER, History of t/¡e COlljlict bet\\'eell Religioll and Scíence, Appleton. Ncw York 1874 [trad. casI.: HísJoria de los conjlic· tos entre la religi6n )' la ciencia, Alta Funa, Barcelona 19871: A.D. WHITE, A Histor)' of t/¡e \Varfare of Science lViJ/¡ T/¡eolog ), in C/¡ristelldom, 2 vols., Appleton, New York 1896.

6. Cf. J.H. BROOKE, Science and Relígion: Some Hístorical Perspectives, Canlbridge Uni\'ersity Press, Cambridge 1991. .

Page 10: El Encuentro Entre Ciencia y Religion

-ENCIA y RELIGIÓN

O EI''fRE CI EL ENCUENfR

30 'bl ' o presuponen que la cienc' i / ' 10 bl I C l ' 1, I , o como el /itera Isn , nes literales sobre e mismo do I

'ón realizan afinllaclD 1 naturaleza), afirmaciones qU ' y ,la, (la histona de da que se hace necesario eleoit nllOlO e' , el punto e d " r rivalizan entre SI hasta 'den en que una persona no pue e creer

t e ellas Ambos COIl1CI O'os e 'lda uno de los bandos gUn, enr , . · ... yen1 .' . '1

a la vez en la evoluclOn posición al otro, y mnguno de los , rte por su o partidanos, en pa 'd la retórica de la guerra, dos duda en servIrse e ,

, Materialismo científiCO , (

I everación de que la materi a es la I , ' siste en a as ' e El matenallsmo con iverso, Se trata, pues, de una lorma realidad fundamental afirmaciones sobre las caracterís_ de metafíSica (un conJ á nerales de la realidad) , El mate_ tieas y los tesis: el método científi _ rialismo CIentíficO h ' el conocimiento. Lo cual es un, ca es la única senda Ja e aCJa , nto de afirmaciones sobre la forma de epistemología (un conJu

d ", , de conocimiento) , o ' , de la realidad y la a qUlslcton , " Elllsdtoa",s se hallan vinculados entre sí: dado qU

I e

d I se ocupa a cJencJa, cas en tidades reales son le ?s válida hacia el no cabe duda de que la CJencJa es a umc conocimiento-

Muchas fonnas de materialismo incurren además en reduc-, . El reduccionismo epistemol6gico consJdera las leyes y

CIOIllS/llO. , " I leye d I teorías de todas las ciencias reducibles en pnn';Jpto a as s e la f[siea y la química, El reduccionism,o defiende que I la realidad fundamental de cualquier SJstema VJene dada por sus partes constituyentes. Los materialistas creen los menos tenrunarán siendo explicados por medJ? accIOnes vlO- 1 culadas a elementos materiales, que son las UnJcas causas e fi - ¡ cientes que exis ten en nuestro mun?o. e l sis de las partes_ de l.os sis temas ha SJdo una fe- I cunda para la CJenCIa, pero me atrevo a sugenr qu e, en los s iste-mas que lo permiten, el estudio de los niveles de m ayor comple- I jidad organizativa es también esencia l. I

Consideremos ahora la afi rmación de que el m éto do c ientífi· i ca es la única forma fia ble de conocimiento. La ciencia tom a co- j

mo punto de partida datos públicamente reproducibles que llevan ;

, "

CUATRO FORMAS DE RELACIONAR LA CIENCIA Y LA RELIGiÓN 31

a la formulación de leorías cuyas im r ' con las observaciones Son coherencia, alcance y fecundidad a la h' di nos adiCionales de

d ' , 'ó Ora e sugenr nUev minos e IIlvestJgacl n y nuevas apl'lc ' , os ca-, ' aClOnes mf\uy b' en la eleCCión entre teorías rivales Para 1 " en lam lén . . . . ( e matenahsmo ' "ti CO, las creencJas rehglosas resultan inace I bl Clenli 1-, " ' t d ' b ' P a es, porque en la re hglon no eXls en atos pu hcos y crilerios dI " -I d 1 . . e eva uaClOn seme jan les a os e a CIenCia, ni la posibilidad d ,, -' d ' e contrastaclon por mediO e expenmemos_ Sólo la ciencia es ob'" , ' 1 I ' . ' ImparCial Ulllversa , acumu allv,l y progresiva A las trad" .. ' , , ' lClones rehglOsas se las conSIdera, por el contrano, sub;etivas parc'lale ' 1

' . . :) " S, PartlCU a-ristas, acntJcas y reSIstentes al cambio VerelTIOS < d 1 , " d 'm"s a e ame como los hl ston a ores y filósofos de la ciencl'a ha ' , , n cuestionado este retrato Jdeahzado de la actividad científica pero '

I ' ' ti ' , aun Son muchos os clentJ ICOS que lo suscriben y están conven 'd . d b I d'b' l' CI os e que a acre I I Idad de las creencias religiosas.

El hbro (y la sene de televisión homónima) de Carl está dedJcado en mayor parte a una fascinante presen-

taclDn de los descubnmle,ntos de la astronomía moderna, pero, de vez en cuando, Sagan mtercala sus propios comentarios mo-sóficos , Afirma que o bien el Universo es eterno, o bien su ori-gen es simplemente indescifrable, Ataca por diversos fl ancos la idea cristiana de Dios, arguyendo que las pretensiones místicas y autoritarias son una amenaza para la ultimidad del método cien-tífico, del cual afirma que es «universalmente aplicable», La Na-turaleza (con mayúscula en el libro) reemplaza a Dios como ob. jeto de reverencia. Sagan expresa una gran admiración por la be-lleza, la inmensidad y el carácter interrelacionado del cosmos' _ En la serie de televisi6n aparece sentado frente al panel de ins-tntmentos desde el que nos muestra las maravillas del Universo. Es una especie de nuevo sumo sacerdote, que no s6lo nos revela los Jrusterios de la Naturaleza, sino que nos dice c6mo hemos de vivir. Podemos estar agradecidos por la pericia pedag6gica de Sagan a la hora de transmitir al gran público los descubrimientos de la astronom ía , así como por su gran sensibilidad ética y su honda preocupación por la paz mundial y la conservaci6n del medio ambiente. Pero quizá deberíamos cuestionar su ilimitada

7. Véase C. SAGAN, Cosmos, Ranuom House, New York \980 llrau, casi.: Cosmos, Planeta, Barcelona 2000] ,

Page 11: El Encuentro Entre Ciencia y Religion

, , ( ¡ \ r

RELIGiÓN Clf.,-':CIA y

RO eNTRE El.. ENCuENT s invita a esperar

32 , del que na . . étodo eienufieo, aZ y jUSucla.

confi.nz' en el :i6n de una era de p en la película en clusO l. consec S an ContactO (y. t'fica detecta sellales

l. de ag na CIen " ' f 1 En l. nove 1) la heroína, u . onsigue descl rar as . de el a , . tenor Y c . 1997 a panlr tes del espacIO ex e máquina que permite de radio proceden construir una ina Y la protagonISta, instrucciones para. Se constrllye la m, qu ocasionados par viajar por el centro de la galaxia. con ayuda de o os realiza un vIaje entimos palpitar la ad. los agujeros negrla 'eomO en la pebcula ten'o del Universo, asi

n l. nove, 11 Y el mIS 1 Tanto e S n por la be eza .' lOS En la nove a, Un miraci6n Y sus h; vivido una expe· como su e se le pregunta SI alguna d ue la lUVO cuando I científico al que, rmaci6n religiosa respon e q ría de la gravedad , . eneia de translO tre otras la tea . I n d'ó por primera vez, en ' 1 margen de la cIen· compren I . 'd d ero «nunca a . 'a de la relatlVI a , P tada por el contrano, ¡

yla.!CLa°n reli. iÓn institucional eS represenrupo 'de manifestantes l cm» ...., dos como un g b por personajes tan sesga ue los viajes espaciales son o 111 1 [undamentalistas, que qredicador, más abierto Y del demonio,. Y un apuesto te d!lOda foonación académICa salvo i va a la ciencJa, pero carente I el grnduado escolar, do y SI/S demollios se OCupa JI

El reciente libro de Sagan El /IIu;seudocientíficas, sobre todo principalmente de refutar las supuestas visitas de se' l las relacionadas con la no identificados (ovnis).1 res extraterrestreS Y o araques contra la religión, por lo , Pero muchos capítujos conueánepopulares rayanas en la supersti .

ra1 contra sus ,onnas m s , d . I Sa an ofrece extensas consideraciones sobre la e e Stg os

cl6n. g . bruias así como sobre la confianza de, pasados en domamos Y " 'ó d I

d'as en curanderos y «mediums», Pero, a excepcl n el nuestroS t ' . d ól d un breve comentario, no tiene en cuenta los e te , ogos e, sólida fom1ación Y vinculación uruversttana, que vendnan a ser ¡ los homólogos intelectuales de los científicos que tanto admlra"1

8. C. SAGAN, Contoet: A No.'el, Simon & Sehuster, New York 1985, p. 315 i (I",d. cas!.: Contaeto, Plaza & Janés, Barcelona 1991]. . i

9. eL e. SAGAN, A Demon·f1mmted Wor/d: Seienee as a Callde/III th' l Dork, Ballantine, New York 1996 [trnd. casI.: E/mulldo y sus demollios, PlanelJ, Barcelona 1999]. '

I ! I

CUATRO fORMAS DE RELACIONAR LA CIENCIA Y LA RELIGIÓN 33

Es evidenle que Sagan ve la ciencia y la religión como rivates, y que es en la primera donde pone su fe y su esperanza.

A modo de ejemplo adicional , vamos a considerar la defensa explícita que del materialismo científico hace el socíobiólogo Edward O. Wilson. Sus escritos tratan de rastrear el origen gené-tico y evolutivo del comportanúento social de insectos, animales y seres humanos. Wilson se pregunta cómo pudo aparecer - y lue-go perpetuarse- el comportamiento autosacríficial en algunos in · sectoS sociales, como las hormigas, dado que ello significa in · molar también su capacidad reproductora. Wilson muestra que este comportamiento «(altruista») acrecienta el índice de supervi -vencia de parientes cercanos con genes semejantes (en un hor-miguero, por ejemplo); la presión selectiva favorecerá en deter-minadas circunstancias eSle lipo de conducla. Wilson cree que todo el comportamiento humano puede ser explicado en función de los orígenes biológicos y de la actual estructura genética de la humanidad, con lo que quedaría reducido a ellos. «Quizá no sea muy avenlurado decir que la sociología y otras ciencias sociales, además de las humanidades, son las últimas ramas de la biolo· gía» que aún han de ser incluidas en la teoría de la evolución". La mente llegará a ser explicada algún día como «un epifenóme-no de la maquinaria neuronal del cerebro».

Wilson sosti ene que las prácticas religiosas fueron un útil mecanismo de supervivencia en los albores de la historia huma-na, pues contribuyeron a fomentar la cohesión de grupo. Pero afirma que el poder de la religión desaparecerá para siempre cuando haya sido explicada como producto de la evolución; en-tonces será reemplazada por «una filosofía del materialismo científico»". Yo replicaría que, para ser del todo coherente, Wilson tendría que aclarar que el poder de la ciencia quedará igualmente debilitado cuando ésta haya sido explicada como pro· dueto de la evolución. ¿Qué tiene que ver en realidad la legitimi-dad de cualquiera de estos dos campos del saber con sus oríge-nes evolutivos? Reconociendo su importante contribución a la

10. E.O. WILSON, Sociobiolog)'. Tite NeIV S)'lItltesis, Harvard University Press, Cambridge (MA) 1975, p. 4 [trad. cast. : Sociobiologlll : La /ll1e"a síntesis, Omega, Barcelona 19801.

l l. CL E.O. WtLSON, 011 HlI/IIall Nalllre, Harvard University Press, Cambridge (MA) 1978, caps. 8 y 9 [trad. cast. : Sobre la lIalllrnleza 1/11' malla, Círculo de Lectores, Barcelona 19971.

l

\

Page 12: El Encuentro Entre Ciencia y Religion

. CIENCIA Y RELIGIÓN EL ENCUENTRO ENTRE

34 t ' . tricciones genéticas a que a SUJeto el! comprensión de las cons reo no obstante, que Wllson ha ele.

. la humano, e , .' , u'lnoda . comportam.lCn. ' 1 ran o de exphcaclOn amI . ' que 11l¡. vado la soclOblologta a g otras facetas de la VIda y la ex.pe. Pide atribuir papel alguno a 'tulos 5 Y 6 tendremos ocasión del

. h as En los capl . O . riencla uman . f d'd d sus planteamIentos. tros eJell¡ . más pro un I a I I . analIzar con .' científico podemos encontrar os en os es.

I plos de bero (capítulo 2), Daniel Dennett (capítu.l critos de Ste.ven Wd k:' s (capítulOs 4 Y 6), Francis Crick (ca.

. \ los 4 y 5), Rlchar aw tn , ' I .' ' 5) P ter Atkins (capIlulo 6). I I pIrulo e··ó estos autores se olvidan de distinguir entre En mI Optnl n, E 't . . tíjicas y cuestionesfilos6ficas. n sus escn os de

J cuesti ones C!ell / / . I t r' dad d I 1 . I ., los científi cos tienden a tnvocar a au o I e a dlVU gaclOn, , . forolan ' . . cia para presentar ideas que, en SI nusmas, no parte.

\ ciencia. El leísmo y el materialismo son, para ellos,.

¡( mas de creencias contrapuestos que de explicar la realidad toda. En el terreno eplstemologlco, estos au.: tares asumen que el método científico es la úmca fuente fiable de

\ ' . fi I ' conocimiento - un supuesto al que sus cnUcos se re eren a gunas, .: [ veces como cielllifismo--. Puesto que la ciencia es la única formal

de conocimiento aceptable,. las elucidaciones basadas la h!s.! toria evolutiva, los mecamsmos blOquumcos y demas teonas

. ( científicas excluyen cualquier otra forma de explicación. Yo su.11 geriria que la idea de Dios no es una hipótesis formulada para ti·, valizar con hipótesis científicas en la explicación de fenómenos! intramundanos. La fe en Dios significa, ante todo, un compromi.¡ so con una fOffila de vida que se asume como respuesta a tiposi

de religiosa en v:rtebradas!

I

I por tradICIOnes hlstoncas; no se trata de nmgun sucedaneo de la investigación científi ca, Las creencias religiosas brindan un mar,' C? más amplio de sentido en el que contextualizar los sucesos smgulares.

Toda es selectiva y tiene sus limitaciones: abstrae

I de totalIdad de la experiencia los aspectos que le interesan El astroráno

bmo Arthur Eddington contó en cierta ocasión una I

sa pa ola sobre un homb . I profundidade ' re que Intentaba estudiar la vida en las unos nueve usando una red con un ancho de malla de ! en varias ocasiones ros. ¡ras, haberla arrojado y sacado del agua I tían peces de longitu' dconc uyo que en las aguas abisales no exis· I

1 menOr a ntleve ' , centJmetros. Nuestros me'¡ ¡

CUATRO FORMAS OE RELACIONAR LA CIENCIA V LA RELIGIÓN 35

todos de pesca, nos está diciendo Eddington, condicionan qué es lo q.ue podemos capturar: puesto que la ciencia tiene carácter se-Jecllvo, n? se puede pretender que su imagen de la realidad sea completa'-.

En el la metafísica, los autores de los que estamos tratando dIlatan cIertos conceptos científicos más allá de su uso científico, con el fin de justificar filosofías materialistas omní-modas. La identificación de lo real con propiedades mensurables que ser relacionadas entre sí con ayuda de expresiones matemallcas exactas comenzó en las ciencias físicas, aunque lue-go tnfluyó - y conttnúa haciéndolo-en científicos de otros cam-pos. Pero yo objetaría que estas propiedades de la materia no son sino resul tado de una abstracción con respecto al mundo real, una abstraCCIón en la que se hace caso onúso de la particularidad de los sucesos, así como de los aspectos no cuantificables de la experiencia humana. No hay nada que nos fuerce a concluir que sólo la materia es real, o que la mente, la finalidad y el amor hu-mano no son más que productos secundarios de la materia en movimiento. El teísmo, en definitiva, no se halla en conflicto in-trínseco con la ciencia, pero sí que es incompatible con una me-tafísica materialista.

Litemlis/IIo bíblico

La interpretación literal de la Escritura suscita una clase muy di -ferente de conflicto. Durante el siglo xx, la Iglesia católica de Roma y la mayoría de las principales confesiones protestantes defendieron que la Escritura es el testimonio humano de la reve-lación acontecida de manera primordial en la vida de los profe-tas y en la vida y la persona de Cristo. Muchos cristianos tradi-cionalistas y evangélicos subrayan la centralidad de Cristo sin aferrarse a la infalibilidad de la interpretación literal de la Biblia. Pero las Iglesias fundamentalistas y una buena parte de algunas denominaciones mayoritarias en los Estados Unidos (la genera-lidad, en el caso de la Iglesia baptista del Sur) defienden a ul-tranza la inerrancia literal de la Escritura. En la década de mil no-

12. A. EDDINGTON, Tlle NalJ/ re of/he Physical World, Cambridge Univers!ty Press, Cambridge 1928, p. 16 [trad, casI.: La uaturaleza delllllflldof' SI ' ca, Sudamericana, Buenos Aires 1952].

Page 13: El Encuentro Entre Ciencia y Religion

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RE CIENCIA Y RELIGIÓN EL ENCuENTRO ENT

36 . . emento de la afiliación a los dUJO un IOcr d l ' . . ntoS ochenta se pro . con ello, de su po er po !llco. l

VCCle ¡'entoS fundamentahstas NY' eva Derecha», la Biblia no só • . mOVlm . de la « U . I nuchos nuembros . t'lempos de cambIo ace erado Para I . a cIerta en d" '

I upone una referencl I d 'ensa de los valores tra IC lona· o s b e para a el' . . 'd d . o también una as . . ' n moral (penntSIVI a sexual, stn d desmteOracJO . . l' I S en una época e <> 'entes índices de cnmma Idad e . d d drogas, creCI ' 1 ' uso generalIza o e . firman que la leona de a evolu. I . l' t s bíbhcos a I I ' etc.). Los htera IS a ofía materialista Y socava a le en los i ción presupone una. fi.los I preceptos dlvmos. lebrada en 1925, se solicitó que I

En el juicIO de Scoy es, la teoría de la evolución en las ' fuera prohibida la ensen: nza 1 e visión de la Escritura. Más re. : escuelas, porque contra Ice asta llamada ciencia de la creación I

cientemente, nueva entíficas de que la creación del i afinna que eXlsten

h prue ass ccluantos miles de años. El legislati. '1

d tuvo lugar ace uno , mun o b ' 1981 una ley que establecJa que la «te· I va de Arkansas apro o en I d .' d b'a recibir en los textos Y en las c ases e I oría creaClOmsta» e l . . bl 1 ' biología de enseñanza secundaria un eqUIpara e. a I de la teoría de la evolución. La ley espeCIficaba qm; el. i . tenl'a que ser presentado como una mera teona clentlfica, I msmo .. - d ' 11 evitando toda referencia a Dios o a la Blbha. Un ano espues, e

Tribunal de Distrito de los Estados Unidos (U.S. District Courl) ¡ revocó la ley de Arkansas, con el argumento que dicha ley favo· ¡ recía una detenrunada visión religiosa y violaba la separación en- ¡ tre Iglesia y Estado sancionada por la Constitución. Aunque no ¡ hacía referencias explícitas a la Biblia, la ley usaba muchas fra· ! ses e ideas sacadas del libro del Génesis. Los escritos de los lí- j dercs del movimiento creacionistas respondían, sin lugar a du- i

das, a una motivación religiosaiJ• '1

El tribunal dictaminó también que la ciencia de la creación IZO es ciencia legítil/la. Su conclusión fue que no es competencia I de las de los tribunales, sino de la misma ¡ . c,omul1Idad deCIdIr sobre el status de las teorías cien- I tJficas. JUICIO se puso de manifiesto que los representantes I de la de la creación» ni siqu iera habían enviado artícu- . los a las reVIstas científicas (y, por tanto, tampoco habían publi- i 13. cr. H. MORRIS (ed ) S ' ifi ¡

(CA) 1985" R L N" elemlle Creatiollisl/I, Master Books El Cajun ; , . • UMBERS, Tite Creatioll ists, Knopf, New ydrk 1992. ¡

j

I

CUATRO FORMAS DE RELACIONAR LA CIENCIA Y LA RELIGIÓN 37

cado e.n ellas). Los científicos que testificaron demostraron que en casI todos los campos de la ciencia - incluidas la astronomía, la geología, la paleontología y la bioquímica, así como la mayo-ría de las ramas de la biología- la descripción de la larga histo-ria evolutiva desempeña un papel central. Igualmente, rebatieron las supuestas pruebas científicas presentadas por los creacionis-tas, mostrando la debilidad tanto de los pretendidos indicios ge-ológicos en favor de un diluvio universal como de la tesis que niega la existencia de fós iles pertenecientes a las formas de tran-sición de unas especies a otras. De manera análoga, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos revocó en 1987 otra ley favore-cedora del creacionismo que había sido aprobada por el legisla-tivo de Louisiana; el argumento utilizado fue que dicha ley res-tringía la libertad académica y apoyaba sesgadamente una deter-minada perspectiva religiosa". En 1999, el Consejo Escolar de Kansas estipuló que, en las pruebas estatales de evaluación, no se plantearan a los estudiantes preguntas relacionadas con la teoría de la evolución. Aunque no la prohíbe de hecho, esta decisión di-ficulta claramente la enseñanza de la biología evolutiva, por lo que es probable que sea revocada por los tribunales.

Estoy convencido de que la ciencia de la creación es una amenaza para la libertad religiosa y científica. Es comprensible que la búsqueda de certezas en una época de confusión .moral de cambio acelerado haya favorecido el auge del ltteraltsmo bl-blico. Alaunas de estas mismas fuerzas han contribuido también al resuroimiento del fundamentalismo islámico y a la imposición violent: de la ortodoxia en Irán y en tantos otros sitios. Puede percibirse aquí el daño que .hace la los de-fensores de detenninadas pOSIcIones IdeológIcas mtentan usar el poder de los consejos escolares loca.les o para refonnu-lar las ideas científicas. La comuntdad clenllfica nunca es por completo independiente de su contexto social, se hennéticamente aislada de él; no obstante, es necesano.que este protegida frente a presiones políticas que . dIctar qué conclusiones han de extraerse de los en. c:ur-so. Los profesores de ciencias deben sentme bbres para uuhzar

14. er. G. W EBD. Tite Evo/lIrioll COllrroversy ill America, University of Kentucky Press, Lexington 1994. cap. lO.

Page 14: El Encuentro Entre Ciencia y Religion

-I CIA y RELIGIÓN ENTRE CIEN EL ENCuENTRO .

38 b . da la gran comunIdad ue les nn los resultadoS q en suS clases I teado algunas objeciones . 'fi " ha p an fi ctentl Ica . d Phillip Johoson . 'ti os que promueven tloso_

. El materialistas parte d: la ciencia, válidas CO entándolas como SI la ropia teona de la evo_ fías sus atea". El bioquímico pero tar;: la que considera tallada argumentación Con la lUCIón, I Behe ha fonnulado una e s compleios entrelazados M"lchae los sIstema ' . b' 'otenta demostrar que encl'as de interaccIones la-que I I largas secu ' 'ó ( O por ejemplo, as I cl'onado por seleccl n natu-com , I ) 10 han evo u . 'micas en las célu as l . eden ser por tanto, SIllO el qUl I lOnas y no pu ' , d' mi de variaciones a ea .. 11 Sus propuestas seran IS-

d· - IOtehgente» . producto de un «, Allí sugeriré que estos autores, cutidas en el capItulo . . 'vocan al asumir que la teona 00 son Iiteralistas bíb!JCOS, se eqll1 mpatibles. También ellos per-de la evolución yel telsmo son mco la ciencia o por la religión. petúan el falso dIlema depobPltar por la ciencia está capacitada pa-e d' el papa Juan a o n, « l' .. amo. Ice I r '6n del error Y la superstición; la re IglOn, ra punficar a a ,re ara purificar a la ciencia de la ido-

Cada una de ellas puedelintrodu-cir a la otra en un mundo más amplio, en un mundo en e que sea posible el florecimiento conjunto de ambas»",

INDEPENDENCIA Una manera de evitar los conflictos entre la ciencia y la religión consisle en manlener aisladas ambas disciplinas en comparti-mentos eslancos. Para deslindar una de otra, cabe fijarse en las

15. Véase Ph. KrrCHER, AbllSillg Sciellce: The Case agaillsl Crealio/lism, Mlr Press, Cambridge (MA) 1982.

16. Véase Ph. JOHNSON, DanvillÍJIII 011 Trial, /nlerVarsity Press, Downers Grove (iL) 1993.

/7. CL M. BEBE, Danvil/ 's Block Bo.r: The Biochemical ehallenge 10 Evo-1/llIon, Free Press, Ne.IV York 1998 [Irad. cast.: La caja /legra de Danvin:

IS ;1 relo de la blOqllllll/ca a la evolución, Andrés Bello Barcelona 2000J. • U,AN"RPASBLO 11, «Messagc of His Holiness Jolm Paulll:> en IR J Russell - .. toeger Sl-GV e ' . .

Re/igiol/: . " oyne, SJ (eds.)] Jolm Pal/lu 0 11 Scie/lce a/ld Gttil del Valicano 199óll leMN.lc3/V View from Rome, Valican Observatory, ,p. .

CUATRO FORMAS DE RELACIONAR LA CIENCIA Y LA RELIGIÓN 39

pregulllas que plantean, en los domi/lios a los que son aplicables yen los mélodos que emplean. Son formas distintas de diferen-ciación que, sin embargo, tomadas en su conjunto, fundan la in-dependencia y autonomía de ambos campos. Si se trata de juris-dicciones separadas, cada una de eUas debería ocuparse de sus asuntos sin inmiscuirse en los de la otra. Los dos modos de in-dagación son selectivos y poseen, por consiguiente, sus limita-ciones específicas. Esta separación en compartimentos estancos no está motivada simplemente por el deseo de evitar conflictos innecesarios, sino también por la voluntad de respetar el carácter distintivo de las diversas áreas de la vida y del pensamiento. En primer lugar, nos ocuparemos de la ciencia y la religión como domi/lios separados, para, a renglón seguido, considerar las dife-rencias de lenguaje y de fllllción existentes entre ellas.

Dominios separados

Muchos cristianos evangélicos y cOllservadores otorgan hoya la Escri tura un papel central, aunque sin llegar a los extremos delli-teralismo bíblico ni defender «ciencia de la creación» alguna_ Estos cristianos acentúan el carácter reparador de la muerte de Cristo, así como la conversión repentina que experimenta el cre-yente al aceptar a Cristo como salvador personal. Se fijan en el poder transformador del Evangelio, para el que la ciencia mo-derna no supone ni una amenaza ni una confirmación. Para ellos, la ciencia y la religión son aspectos de la vida humana totalmen-te independienles".

La /leo-ortodoxia protestante defendió una separación entre la ciencia y la religión aún más explícita, intcntado recobrar el énfasis de la Reforma en la centralidad de Cristo y en la prima-cía de la revelación, pero aceptando plenamente a la vez los re-sultados tanto de la moderna exégesis bíblica como de la investi-gación científica. Según Karl Barth y sus seguidores, Dios sólo puede ser conocido en la medida en que se ha revelado en Cristo y es confesado en la fe. Dios es el Trascendente, el totalmente Otro, el Inefable, del que nada sabríamos si no fuera por su auto-

19. Véase R.H. BUBE, PUllillg 1t All rogether: Sevell Pallems for Relarillg Scíe/lce a/lll the Christian Faitlr, University Press of America, Lanham (N y) 1995,

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""eIA y RELIGIÓN O ENTRE el",' El. ENevENTR . .

40 . or completo en la Inlc iati. .' se aSIenta PI ' . , La fe . humanos como os

en descubnmlentoSlOrdi al de la acción divina no es va

c ciencia. La esfera científicOS tienen ,hbertad para

sino la D rencías de la teologta, Y vlcever. su materia de ciencia son tOtal.

Uesto que los metodo Y I 'a La ciencia se basa en la ob. sa, p . d I de la teo ogt ' . I l ' mente distJJ1toS e I humano mIentras que ateo ogla · , la razon de ser ' servacwn y en . divi na'" depende de la Biblia de ser tomada con toda serie.

Según esta vlslOn, la Escritura no es en sí misma revela. dad pero /lO a la letra. La por tanto falible- que da fe de . . tocO lo humano - y, ' ., d ' . clón: es un pro . El lugar de la acclOn lVlOa no es . 'entos revelatonos. 'd d acontecJllU . I . das de personas Y comum a es

propiamente el texto, SJl10 as Vt ersona de Cristo y todos aqueo (el a llamada). Los

contienen de estos · . t . debemos reconocer las lurutactones humanas acontecll1uen os, d' .

de sus autores y las influencias culturales que Ictonan . su · to Sus opiniones sobre cuestiones cientlficas tambIén pensanuen . . , . .

reflejan las especulaciones prectenttficas de los antt-guas. Los capítulos iniciales del han ,de ser leIdos c?mo representación simbólica de la esenclal.relaclOn de la y el mundo con Dios, como un mensa.¡e acerca de la condlclon creada del ser humano y la bondad inherente al orden natural. Estos contenidos religiosos pueden ser desgajados de la cosmo-logía antigua en la que originariamente encontraron expresión.

Tanto en sus primeros escritos como en su testimonio en el juicio de Arkansas, Langdon Gilkey abordó muchos de estos te-mas, estableciendo las siguientes distinciones: [1) La ciencia busca explicar datos objetivos, públicos, repetibles; la religión se interesa por la razón del orden y la belleza del mundo y por las experiencias de nuestra vida interior (como la culpa, la ansiedad y la falta de sentido, por una parte, y el perdón, la confianza y la plenttud, otra). [2J La ciencia pregunta de manera objetiva por el «como»; a la religión le interesa el «porqué», es decir,

20. Puede enCOnlrase una bue . d . , OWline, Harper & Row N na UcclOn en K. BARTIi, Doglllatics ill Esbozo de dogm<Ítica Sal orkSl949 [trad. cas!. del original alemán:

, .errae, antander 2000].

CUATRO FORMAS DE RELACIONAR LA CIENCI - A Y LA RELIGiÓN 41

Plantea preguntas personales acerca del sentl'do I ti I'd d · ya malud

acerca e nuestro ongen y. de nuestro destino último. [3J En CienCia, la base de la autondad es la coherencia ló . I . . glca y a ade-cuaC Ión expenmental; en la religión, la autoridad u' lt' I I 'ó d . Ima no es otra qule a e. DIOS, desentrañada por personas a las que se la conce I o I ummaclón y discernimiento y co b d • " ITO ora a en propIa expenencla_ [4] La ciencia realiza predicciones cuantitatIvas que pueden ser comprobadas experimentalmente' I religión, a de la t.rascendencia de Dios, se ve usar un lenguaje slmbóhco y analógico"_

En el contexto del juicio de Arkansas, insistir en el hecho d que la ciencia y la religión no sólo no se plantean las mismas guntas, sino que además se caracterizan por el uso de métodos bastante diferentes, era una estrategia eficaz. Se establecía así una base metodológica para criticar los esfuerzos de los literalis-tas bíblicos por extraer de la Escritura conclusiones de carácter

De más específica, Gilkey argumentó que la doctnna de la creaclOn no pretende ser un enunciado literal sobre la historia de la naturaleza, sino más bien una formulación sim-bólica de la bondad y el carácter ordenado del mundo, así como de su continua dependencia de Dios -o sea, una formulación re-ligiosa esencialmente independiente tanto de la cosmología bí-blica precientífica como de la moderna cosmología científica-o Los planteamientos de la neo-ortodoxia sobre la creación se es-tudian en el apartado «El significado religioso de la idea de cre-ación» del capítulo 2.

Otra forma de separar las afirmaciones teológicas de las cien-tíficas es la di stinción, común al pensanúento católico y a la neo-ortodoxia, entre causa primera y causas segulldas. De Dios se afirma que, en cuanto Causa Primera, opera a través de las cau-sas segundas del mundo natural, de las que se ocupa la ciencia. Dios es omnipotente y se sirve de las leyes naturales para alcan-zar objetivos concretos. La causalidad primaria y las interaccio-nes entre las entidades del mundo se desarrollan en niveles total-mente diferentes, Esta distinción será analizada en el contexto de la evolución (capítulo 4), así como al hilo de los escritos teológi-

21. Véase L. GILKEY, Maker oJ Heavell and EartlJ, Doubleday, Gardcn Cily (NY) 1959; CreatiollislII 011 Tria/, Winston Press, MlOneapohs 1985, pp_ 108-11 6.

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¡;rm<E CIENCIA Y RELIGiÓN ENCuENTRO

42 EL ( apítulo 6). Entre los científico Barth y farrerd c sistemática que la cie s,

Wi lson, ti de e 'H . " n. cos de Gould de se arados. El prinCipIO básico d, Slephen J31

Y 'ón Son donuOlos. tePo'os 110 traslapados (NOMA' d'¡ . I re 1°1 I maols . ' e Cla y a son os donde, un magisterio es Un su .00'erlappmg ",ag (véase el capitulo 4). ingles 11011 • dad docente ' dominio de aulOn '

. dtifieretttes . jI/ltctOttes Lenguajes y . d antener separadas la ciencia y la re.

1 aUva em, . Una manera a tem trias como lenguajes que cumplen fun. . 'nterpre a ligión consiste en I 't tes y que, por ende, no guardan entre sí ciones totalmente di e7n fil6sofos de la década de mil novecien. relación alguna. Entre l6gicos vieron en los enunciados tos cincuenta, los afinnaci6n cognitiva y descanaron científicos la ndorma cualquier enunciado no susceptible de

mo carente e sen I 1 l ' d co .' ' . En respuesta a ellos, os ana ISlas el/en· venficaCl6n empmca. . 1 . . b que los diferentes upos de enguaJe desempe. guaje su rayaron , e d ' , _ < . s dl'versas e irreducibles entre SI. a a <<J uego !tn· nan lunCiOne ," güístico» (para emplear la tenninologla de Wlttgenste1l1 y sus se·

'dores) se distingue por el modo en que es usado en un deter· gOl .' l ' 'ó 1 minado contexto social. La cIencIa y la re Igl n cump en tareas totalmente diferentes, por lo que ninguna de ellas debería ser juz· gada según los criterios de la otra. El lenguaje científico se utili· za primordialmente para la predicción y el control. Una teoría es una herramienta útil para sintetizar datos, establecer correlacio- ; nes entre las regularidades observadas en distintos fenómenos Y desanollar aplicaciones tecnológicas. La ciencia propone pregun· tas cuidadosamente delimitadas acerca de los fen ómenos natura' les. No debemos esperar de ella que realice tareas para las que no ha Sido pensada, como la de ofrecer una visión global del mundo, una filosofía d l 'd . 'fi . e a Vt a o un conjunto de normas éticas. Los Cien· ti ICOS no tienen po é ' .

d r qu ser mas sabIOS que cualquier otra perso-na cuan o salen d lb ' ál allá de lo 1" e su a oratono y se dedican a especular tn s Imites de su t b '. ., ra aJO estnetamentc clentlfico" . -22 U " 1 ' n UII resumen crit' Clones enlre la dell análisis lingüístico y de la visi6n de las rclt

de los dos y religión desde el punto de vista de la e " 'ance of Natural S;iUiljcS puede enCOntrarse en W.H. AUSTt N, I

f/lce 10 T/¡e%gy, McMillan, Londoll 1976.

CUATRO FORMAS DE RELACIONAR LA CIENCIA Y LA RELIGiÓN 43

Según el anál.isis lingüístico, la función distintiva del lengua-je religioso constste en recomendar un estilo de vida, despertar un conjunto de actitudes y propiciar la adhesión a unos determi-nados principios morales. El lenguaje religioso surge de los ritos y la praxis de la comunidad orante. Este tipo de lenguaje se uti-liza asimismo para expresar y catalizar la experiencia religiosa personal. Uno de los principales aciertos del análisis lingüístico es que no trala las creencias religiosas como si fueran un sistema abstracto de pensamiento, sino que se interesa por el uso que, de hecho, se le da al lenguaje religioso en la vida de los individuos y las comunidades. Los representantes de esta corriente se apo-yan en los estudios empíricos sobre la religión realizados por so. ci610gos, antropólogos y psicólogos, pero también en los escritos de las propias tradiciones religiosas" .

Los investigadores han estudiado el papel de los re/atas de creacióll en diversas culturas. En todas las épocas, la gente ha in-tentado enmarcar sus vidas dentro de un orden cósmico. El inte-rés humano por los orígenes puede ser en parte especulativo o ex-plicativo, pero su principal motivación es la necesidad de com-prender, en un marco de sentido y significado más profundo, quiénes somos. Las narraciones que así surgen brindan patrones para el comportamiento humano, modelos arquetípicos de una vida humana auténtica. Las comunidades religiosas hacen suyos estos relatos y toman parte en ellos simbolizándolos y represen-tándolos en los ritos. Los patrones ejemplares del tiempo pri-mordial son actualizados y celebrados en la liturgia. La función que desempeñan en la vida humana es muy diferente de la que satisface la investigación científica (véase en el capítulo 2 el apartado «La función de los relatos de creación,,).

Tras analizar diversas culturas, algunos estudiosos han llega-do a la conclusión de que las tradiciones religiosas son, ante to-do, propuestas de estilos de vida y tienen, por tanto, un carácter principalmente práctico y normativo. Los relatos, los ritos y las prácticas religiosas vinculan a los individuos en comunidades en las que se comparten recuerdos, presupuestos y estrategias de vi-da, Otros autores insisten en que el objetivo primordial de la re-ligión es, más bien, la transformación de la persona. En la litera-

23. Ce. G. LINDBECK, 171C Natllre of Doctrille: Religioll alld Tilcolog)' ill ti Post liberal Age, Westminstcr Press. Philadelphia t 982.

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N1J!E CIENCIA Y RELIGiÓN EL ENCuENTRO E

rosas experiencias de liberación del 1,' a se narran nume dó ' lura re IglOS bTd d por medio del per n, aSI como de

sentimiento de culpa lu,laapor confianza y de transición desde el , 'ó de la anoUS , " SUSIlIUCI ,c, r hasta la plena integración personal. Las d arramlCnlo ,"teno' ' 1 esg , ' t. les hablan de la liberación de as ataduras del IradlclOnes onen a , d " d , , 1 egocentrismo por medio e expenenclas e paz sufnmlenlo Y e 'd " d ' 'd d '1 m'nacl'o'n" Se trata obvtamente, e acllvI ades yex-Un! a e I u I " "

pencncias que tienen poco que ver con la CienCia, El enfoque de los dos lenguajes cuenta con apoyo

filosófico del instnlme/lta/isl/lo, Segun los IIlstrumentahstas, las teorías científicas no son representaciones de la realidad, sino úti-les herramientas de carácter tanto intelectual como práctico, Se trata, pues, de fecundas construcciones humanas, procedimientos de cálculo para correlacionar unas observaciones con otras y rea· lizar predicciones, Los modelos de la ciencia no son imágenes fieles del mundo, sino ficciones provechosas descartables des-pués de haber sido usadas para construir teorías que permi ten pre, decir observaciones, Los instrumentalistas suelen suscribir el pragmatismo, según el cual la validez de un enunciado se de ter-

por su utilidad en la vida humana, no por su corresponden-cia con la realidad, Un ejempl? de esta concepción se presenta en e,l apanado IIlstrumentalistas de la teoría cuán-Ilca» del capitulo 3 Cua d ' , " , ' n o esta VISión de la ciencia concurre con una VIsión ,"strument l' < ' , b a Ista o ,unclOnahsta de la religión am-os FcamPOI s quedan realmente separados el uno del otro, '

lOa mente algunos a t ' d 1 una analogía con la

la religión como e a ,Islca cuántica, presentan la ciencia y capítulo veremos complementarias, En el próximo trones o los entIdades subatómicas (v.gr" los elec-las y a veces como ond veces se comportan como partícu-diO de ningún madel as" o pueden ser repreSentad 'ls por me-tan ól o unificado o ' , " , s o a través de un ' espeCificación espacial SIOO prob b'l'd Conjunto d ' ' d a" ad, pero no el v 1 e ecuacIOnes que predicen la esea real' ' a or exacto d lb ' Izar, Nlels Boh e as o servaClOnes que se mentaried d " r generar ' " mismo a, ' aphcándolo a form IZO su pnnclpio de comple-

conjunto de sucesos as excluyentes de análisis de un ,comoelmdl 1 ;--- o e o behaviorista y e

4, Ce. F. Snu:.\O U 1985', • nd"standing Rel' ,

'8101/5 Ur \ ,e, I.'Udsworth, Bclmont (CA)

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CUATRO FORMAS DE RELACIONAR LA CIENCIA Y LA RELlGtÓN 45

modelo introspectivo en psicología, o la justicia divina y el amor divino en teología, Más adelante veremos cómo algunos autores, por ejemplo, los psicólogos Malcolm Jeeves y Fraser Watts, han estirado aún más esta idea y hablan de la complementariedad de mente y cerebro (capítulo 5), al tiempo que sostienen la comple-mentari edad de la concepción científica y la concepción religio-sa del mundo (capítulo 6), aunque reconocen formas limitadas de diálogo que van más allá de la estricta independencia,

Estoy convencido de que la tesis de la independencia consti-tuye un buen punto de partida, una primera aproximación ade-cuada, Con ella se protege el carácter distintivo de cada una de las dos empresas intelectuales que estamos considerando; es también una estrategia acertada para responder a quíenes afirman que el conflicto es inevitable, Indudablemente, la religión tiene sus métodos, preguntas y funciones característi cos, que son dis-tintos de los de la ciencia; pero las formas de entender la inde-pendencia entre la ciencia y la religión que acabamos de esbozar presentan serias dificultades, En mi opinión, la neo-ortodoxia acierta al acentuar la centralidad de Cristo y la preeminencia de la Escritura en la tradición cristiana, Sus pretensiones en este sentido son más modestas que las del literalismo bíblico, puesto que reconoce el papel de la interpretación humana en la configu-ración de toda escritura y doctrina sagrada, Pero en casi todas sus versiones sosti ene que la revelación y la salvación acontecen só-lo a través de Cristo, lo que me parece difícil de aceptar en un mundo tan plural como éste en el que vivimos. La mayoría de los autores neo-ortodoxos acentúan la trascendencia de Dios y ape-nas prestan atención a su inmanencia en el mundo, El abismo en-tre Dios y el mundo sólo se salva de manera concluyente en la encarnación, Aunque, de hecho, Barth y sus discípulos elaboran una doctrina de la creación, su interés se centra principalmente en la doctrina de la redención, Muestran cierta tendencia a con-siderar la naturaleza como el escenario irredento de la salvación humana, si bien dejan abierta la posibilidad de que también ella participe de la consumación escatológica de los últimos tiempos,

El enfoque de los dos lenguajes puede ayudarnos, en efecto, a reconocer la diversidad de funciones del lenguaje religioso, La religión es un estilo de vida, y 110 sólo UII conjunto de ideas y cre-

Pero la práctica religiosa de una comunida?, en su dImensión orante y celebrativa como en su proyección ética, pre-

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r, CIENCIA Y RELIGIÓN EL ENCUI;NTRO ENTR •

'as bl'cn definidas. Frente al instru . de crcencl , . supone tina sene 'd I'IS teorías cienuficas y las doctrin,. . ue consl era • , '1 d ... mcntahslIlo, q ciones humanas uU es para etermina. religiosas conlstruc'tulo 3 abogaré por el realismo crítico • 1 pÓSitos en e capl . 'fi l ' uOS pro ' I s comunidades ClenU Icas como as reJ'1 t' nc que tan 10 a . ' que sos le ' tensiones cognitivas acerca de reahdades qUe glosas albergan prc S" l ' . 'b n a la vida humana. t es cterto que a Ctencia no se clrcunscn e • , ' .

l·" e hallan referidas a un untCO y mismo mundo no y la re IgiOn S • l ' ' podemos contentarnos COI.1 caractenz,arlas como qUe no guardan ninguna relaCión entre SI. . Supuesto que .busc,unos una interpretación coherente de la totaltdad de la expellenCla, no podemos renunciar a la posibilidad de elaborar una cosmovisión unificada.

Si la ciencia y la religión fueran totalmente independientes, se evitaría todo riesgo de conflicto, pero con ello se diluiría tamo bién la posibilidad de un diálogo constructivo y un enriqueci. miento mutuo. La experiencia que tenemos de la vida no es la de que esté dividida en compartimentos estancos; al desarrollo de disciplinas específicas para estudiar los diferentes aspectos de la vida le precede siempre la experiencia del carácter global e inte· rrelacionado de ésta. Existen también importantes razones bíbli· cas defender la convicción de que Dios es el Señor de nues· tras .vIdas y de la naturaleza toda, no sólo el Señor de una esfera

segregada y autónoma. La elaboración de una teolo. gla de la naturaleza que promueva la preocupación por el medio ambiente es hoy una tar Má . , . ea urgente. s adelante mtentare mos-trar que mnguna de las o . tá ' pClones que acabamos de considerar es·

capacitada para afrontarla.

DI,\LOGO

La alternativa del ditÍlo o d . cía y la religión In ' g escobe unas relaciones entre la cien-. as constructivas I ClOnes del conflicto o I . d 'que as que admiten las op-

de unidad conceptual a I/l ependencia, pero no alcanza el grado ción. El diálogo reclaman los defensores de la illtegra' pues/os de la empresa de la consideración de los presu-

entre los del estudio de las semejanzas el análisis de las analo : os e la ciencia y los de la reli crión, o

y Otro ca gtas entre det . o mpos. Al comparar I . conceptos de uno a Ctcncla y la religión, la tesis de la

CUATRO FORMAS DE RelACtONAR LA CIENCIA Y lA RELIGiÓN 47 independencia acentúa las diferencias mientras 1 . " ¡ . I I . ' ,que a opciÓn del dta ogo resa ta as semejanzas en lo concernie t , d n e a presu-puestos, meto os y conceptos .

Presupuestos Y cuestiolles límite

Los historiadores se preguntan por qué fue en el Occidente ' d _ ocristiano, de entre todas las culturas del mundo donde ciencia moderna. Se puede sostener con razones q la I . di " . ue a wctrma c;reaclOn contnbuyó a preparar el escenario para la

aCtiVIdad clenufica. Tanto el pensamiento griego como el bíblico su?rayan que el mundo está ordenado y es inteligible. Pero los gn.egos pensaban que este orden es necesario y que, por consi-

su puede deducida de los primeros princi-pIOS. Solo el pensamiento bíblico afirma que tanto la materia co-mo la forma han sido creadas por Dios, con lo cual viene a decir que el mundo no tiene por qué ser como es, y que los detalles del orden en él inscrito únicamente pueden ser conocidos por medio de la observación. Además, en la concepción bíblica, y a dife-rencia de otras muchas culturas de la antigüedad, la naturaleza, por más que es vista como real y buena, no es considerada divi-na en sí misma; de ahí que se considere legítimo experimentar con ella".

Debemos tener cuidado de no sobrestimar el papel del pen-samiento cristiano en el surgimiento de la ciencia. La ciencia ára-be consiguió significativos avances en la Edad Media, en una época en que, en Occidente, la ciencia se veía con frecuencia obstaculizada por el énfasis en lo sobrenatural (aunque se desa-rrollaron importantes tecnologías prácticas, especialmente en al-gunas de las órdenes monásticas). Cuando logró desarrollarse en Europa, la ciencia contó con la ayuda de los intereses humanísti-c?S del Renacimiento y de la expansión de la artesanía, los ofi-CIOS y el comercio, así como de las nuevas formas de ocio y edu-cación. No obstante, todo indica que la idea de creación brindó

religiosa a la indagación científica. Muchos de los pnmeros científicos estaban convencidos de que en su trabajo no hacían sino «pensar los pensamientos de Dios siguiendo sus pa-SOS». Además, parece que la ética calvinista del trabajo alentó de

25. Véase Ch. KAISER, Crea/ioll alld lile HislOry of Sciellcc, Eerdmans, Grand Rapids 1991.

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48 O r>m>E CIENCIA Y RELIGIÓN EL ""."

. lar la ciencia. En la Royal Society de Inglaterra, la manera par1lcu I d II d . . t't c'lo'n suroida para promover e esarro o e la pnmera lOS I u" . . . . te de cada diez miembros eran puntanos, muchos de CIenCIa, sle ellos clérigos".

En la escena contemporánea, las ClIest;oll es límite son susci· tadas por la ciencia, que no está capacitada para responderlas por sí misma. A veces se denominan también «cuestiones fronteri · zas», en referencia tanto a las fronteras metodológicas y concep· tuales como a las espaciales y temporales. El teólogo escocés Thomas Torrance sostiene que la ciencia suscita interrogantes fundamentales que ella misma no puede responder. La ciencia nos .o:den racional y a la vez contingente; sus leyes y condIcIones no son necesarias. Lo que nos empuja a buscar nuevas e mesperadas manifestaciones de orden racional es la de contingencia e inteligibilidad. Los teólooos afirman qu: DIOS es el fundamento creador del orden le, pero racIonal del cosm . Q ' . . o . ' os. « ue en DIOS eXlsta una cierta co-

esa racio.nalidad no sólo hace más fác i 1 dar ra· lidad y desconcertante de la in teligibi·

",verso Smo que t b' , . do y sobrecogedor . . am len explIca el profun-tros. y ése es según ins' t' nto que provoca en naso-

IS la Emstem, el principal hontanar de la teólogo católico David T ' . . de una dimensión reli . racy percibe Igualmente la eXIS-

religiosos se IglOsa en la ciencia. Sostiene que los l/mle de I . P antean en I fi ., a expenencia hu os con mes o slluac/O/les se presentan mana. En la 'd . . . fronl 'ó Con Ocasión de las . VI a dIana, estos límites aCl n co 1 ex pene . . semim' n a mUerte pero t b' nClaS de ansiedad y CoO-lemas de ' aro lén s . tipos de sit . gozo y confianza b" e expenmentan en loS Cuestiones límite qUe pue:Slca en la vida. Describe doS los presupue ICas relaCIonadas ca len en la ciencia: laS ligación o Condiciones den de la ciencia Y dad del mundo a .. Tracy defiende PI de la propia inves'

eXige u f a I ea d .. . '1' 2- n undarnent . e que la mteltglb1 1-6. 1.8. C0ll!:.' p . o raCIonal último Las fueO-

27. Ihe Rise o . 347. Véose ';- -GOd and U,ress, New Moden¡ Seienee: T/¡e MerlOl1

Un"e"ity Pr:b1én Su COn1ingenl W:'Ck (NJ) 1990 . . O'ford 198\ D"'ine and ld"., Zygoll 14 ( 1979), p.

. On1lllgell/ Order. Oxford

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CUATRO FORMAS DE RELACIONAR LA CIENCIA Y LA RELIGIÓN 49

tes que permiten al cristiano reconocer ese fundamento son los textos religiosos clásicos y las estructuras de la experiencia hu-mana. Todas nuestras formulaciones teológicas son, sin embargo, limi tadas e históricamente condicionadas's.

En concreto, las teorías acerca del big-bang y el origen del Universo suscitan cuestiones referentes a las fronteras tempora-les, espaciales y conceptuales. ¿Por qué existe el Universo? La astronomía plantea también interrogantes relacionados con la in-teligibilidad y la contingencia del Universo, que serán considera-dos en el próximo capítulo.

Paralelismos metodológicos y cOl/ceptuales Hemos visto cómo los representantes del materialismo científico afirman que la ciencia es objetiva. Sus teorías son adveradas se-gún criterios perfectamente definidos y evaluadas por su acuerdo o desacuerdo con datos incontrovertibles, libres de toda carga teórica. Los datos de la ciencia son, siempre según estos autores, independientes del sujeto individual e inmunes a toda influencia cultural. A la religión la consideran, por el contrario, como emi-nentemente subjetiva y expuesta en gran medida a la influencia

presupuestos personales y culturales. Mientras que de la cien-se afirma que requiere observación distanciada y razona-

miento lógico, a la religión se la asocia con el compromiso per-sonal con una tradición concreta y un conjunto de prácticas.

Estos contrastes tan agudos han sido cuestionados, sin em-bargo, por numerosos historiadores, filósofos de la ciencia y teó-

con el argumento de que la ciencia no es tan objetiva, ni la relIglon tan subjetiva, como suele darse por supuesto. Es cierto que cada una de las dos disciplinas acentúa aspectos diferentes, pero la distinción no es absoluta. Los datos de la ciencia están

de teoría, nunca se hallan libres de presupuestos teóri-cos. Estos influyen en la selección reaistro e interpretación de lo que ' " . . I toma como datos. Además, las teorías no se ongman en e anáhsls lógico de los datos sino en el eJ'ercicio de la imaginación Crea!' ' . Iva, en el que con frecuencia desempeñan un papel Impor-tante las allalogías y los modelos. Los modelos conceptuales nos aYudan a imaginar lo que no es directamente observable, sobre

2-8. Cf. D. TRAcy, Blessed Roge/or Order. Seabury, Ncw York 1975.

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"NClA y RELIGIÓN ENTRE el" ENcuEN1"RO

50 EL de (astronomía) y de lo mUy"" mUY oran 'o;,

, b'tO de lo " el am / , en , ica cuántica): aracterísúcas estan presentes en I queno (fl/

s s de estas mJsmads c s que se uti lizan en la rel igión i a Mue la d los ato I n, " 6 El conjuntO e " s los ritoS Y os textos sagrado rehg/ n, . s rehglOS3 , , ' s

I S experiencIa , c'roados de rnterpretaclones cOn' c1uye a , cho mas «e I I ' , ' EstoS datoS estan mU ciencia. También en e ,enguaJe rehgioso pluales que los de la . ler orden las metáforas y los mOd, ce I de pnn . ' desempeñan un pape ' escritoS Y en los de Sallle McFague uye en m IS b ' b'

los como se arg .firmar sin am ages que, SI len no , Id' " Hay que u , ' I Y Janel Sos ce ' . t corroboración emplflca, as creenci"

'bles de estnC al '" son susceptr d'adas y evaluadas con un ta ante pare. , . ueden ser estu I . 'ó . 'fi relrglosas P borda la investlgacl n ClenlJ Ica, A lOS cido a aquel con el que se lacance y fecundidad que se uti I izan en

. . de coherenCIa, a 'fi cnlWOS den aquí otrOS análogos, especI ICOS del pen, la CIenCIa correspon samiento religioso. La d I El influyente libro de Thomas Kuhn, e as re·

l · 'el/tíficas propone la tesIs de que, en la CIenCIa, tan· l/ClOneS el 1 •

I t 'as como los datos dependen en gran medIda del para, toaseon ., di ma dominante en la comunidad clentlfica. Kuhn define para· di;ma como el conjunto de presupuestos cos y metodológicos asumidos por una trad lcJOn de trabajO CIen, tífico. La entrada en escena de un nuevo paradigma supone la re· consideración y reinterpretaci6n de los datos anteriomlente exis· tentes, así como la búsqueda de nuevas clases de datos, No exis· ten reglas o criterios detenninantes para la elección entre para· digmas rivales. Ésta acontece por medio de un juicio de la co-munidad científica. Los paradigmas ya establecidos se muestran

a la falsación, puesto que las discrepancias entre la te· ona y los datos pueden ser relativizadas considerándolas meras anomalías, o cabe incluso que sean resueltas por medio de la in· troducción de hipótesis ad hoc'4. En otros lugares he sugerido que es posIble entender las tradiciones religiosas como comuni.

29. Véase f,G, BAROOUR M-1 M New York 1974' S M l'S, OtIels, allll Paradigllls, Harper & Rol', il/ Religiolls w:,g/;ag e :GUE, Metaphorical Theology: Models of Gad Metap/¡orand Re/ig' e, :.,nress Prcss, Philadelphia 1982' J.

30, cr. Th ,S, KUHN T.'J /Os liS I/glIGge, elarcndon Press 1985, Ch' " J/e trl/etllre oifS " , . f , leagoPress, Chieago 19702 [ c/elllifie Revoll/tiol/s, Universlty o ClOl/es Clfluljicas. Fondo de lIrad. casI.: La estruetllra de las Tevolll'

e u tura Económica, Madrid 2000"].

CUATRO fORMAS DE RELACIONAR LA CIENCIA Y LA RELIGIÓN 5 t

dades que comparten u.n común. La interpretación de los datos (la expenencra rehglosa y los acontecimientos históri-cos, por ejemplo) depende -iY en mucha mayor medida que en el caso de la ciencia!- del paradigma desde el que se realice. También se recurre con mayor a supuestos ad hoe pa-ra resolver las aparentes anomahas, de suerte que los paradigmas religiosos son todavía más resistentes a la falsación que los de la ciencia; no obstante, ello no significa que sean inmunes a todo cuestionamiento" .

Diversos autores han invocado recientemente la existencia de paralelismos metodológicos similares. El físico y teólogo John polkinghome ofrece diversos ejemplos de la presencia de juicios personales y de la influencia de las teorías sobre los datos tanto en la ciencia como en la religión. Para una comunidad religiosa, los datos son sus escrituras sagradas y su historia de experiencia religiosa. Entre los dos campos existen semejanzas, en la medi-da en que «tanto uno como otro, al tener que poner en relación teoría y experiencia, están sujetos a enmienda; además, ambos se ocupan principalmente de entidades cuya realidad, no represen-table, es mucho más sutil de lo que concede un objetivismo in-genuo»". El filósofo Holmes Rolston sostiene que las creencias religiosas interpretan y establecen correlaciones entre experien-cias, del mismo modo que las teorías científicas interpretan y es-tablecen correlaciones entre datos experimentales. Las creencias pueden ser contrastadas con ayuda de los criterios de consisten-cia y acuerdo con la experiencia. Rolston reconoce, no obstante, que la implicación personal es mucho más profunda en el caso de la religión, puesto que su objetivo principal es la renovación de la persona. Existen además otras diferencias significativas: la ciencia se interesa por las causas, mientras que a la religión le preocupan más los significados personales".

Otro punto que ha sido replanteado es el status del observa-dor en la ciencia. Durante mucho tiempo, la objetividad se iden-

31. Véase l.G , BARBOUR, Religioll al/el Sciel/ce: Historical a",I Colltemporary Issues, HarperSanFrancisco, San Francisco 1997, cap, S.

32. J. POLKlNGHORNE One Worid: The lllteraetiol/ 01 Sciel/ce al/el Theolog)', Princeton Press, Prínceton 1987, p,64; véase también su obra Science and Creation, SPCK, London 1988.

33. er. H. ROLSTON, Sciel/ce al/el Religiol/: A Critical SUTve)', Random House, New York 1987.

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Page 21: El Encuentro Entre Ciencia y Religion

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>nRE CIENCIA Y RELIGiÓN ESCUE.'ITRO El

52 EL , niento del observador respecto del ob'

titicó con el distanClal1 , fluencia del proceso de " poro a JJ1 I f " So. de obsen'acIOn," d resulta decisiva en a ISlca cuántica 1: bre el siSlema observad °d por su parte, la medida de las ma ' ,o la leoría de !a masa, la velocidad Y la longitud lUdes mis baslcas, , ' mo del sistema de referencia del obse Uo b' depende aSlmlS !'Va. o 11 lmin reconstruye el proceso que ha conducid

doro Stephcn dOU n observador separado al reconocimiento dO del supuesto e u , , I I '1 d I el , " tivo de la observaclOn, Y a 11 o e e lo discu caracter partIcIpa , ' " 1 l ' te , 1 tomados de la flslca cuantIca, a eco ogla y I alounoS eJemp os 'ó as , ,", ' les "'odo experimento es una accI n en la qUe t clencJas socta , J' , o'

arte no sólo como observadores, SlJ10 corno agentes E mamas p , " ' Q

t S ,jeto el observador es un partIcIpante lJ1separable d I cuan o UJ ' 'ti' e objeto de observación", En el capItulo 3 se o recen ejemplos de la física cuántica relativos al papel del

Todos estos autores admiten que la, y la religión existen diferencias I/Ietodológicas, La cIencIa es, SlJ1 lugar a duo das, más objetiva que la religión en todos y cada uno de los sen, tidos especificados más arriba, La de los datos de que se sirve la religión es radicalmente diferente de la de aquellos en que se basa la ciencia, y las posibílídades de contrastar las creo encias religiosas son mucho más limitadas, La religión es algo más que un sistema intelectual, por cuanto su objetivo es la trans-formación de la persona y el encarecimiento de un camino de vi-da, Pero todos estos autores insisten en que también hay impar, tall/es paralelisl/los entre los métodos de uno y otro campo, co-mo, por ejemplo, el uso de los criterios de consistencia y acuer-do con la experiencia, Además, sostienen que la teología, en sus

más logradas, es una empresa autocrítica y re-fleXIva que puede estar abierta a nuevas perspectivas, incluidas las que se originan en las ciencias.

JunIO a estos paralelismos metodolóoicos numerosos autores los paralelismos entre la ciencia y

la ASI, por ejemplo, la idea de comunicación de inJor-/l/aclOl! lal como se 1 l" , , emp ea en a CIenCIa, ofrece algunos intere-sanies paraleltsmos con la concepción bíblica de la Palabra divi-na presenle en la creació L ' e . , .. n. a lfilonnaClOn es, como se descnb¡-

er, s, TOULMIN TI R Press, llerkeley i C2osl';lOlogy, Universily of Califomia , parte,

FORMAS DE RELAC IONAR LA CIE..\iCIA y I •

, RELiGIÓN S rá en el capItulo 4 (véase el 3

l \

'ó ) ,apanado «El CI 0» , un concepto Importante en v' concepto de info el ADN en los organismos, los pro ra anos campos de \a cie:a: estructuras neurales en el cereb g en los ordenadore la, " d D' ro", olkmoho s, as aCClOn e lOS en el mundo sea ,e me propone qu \

' _< 'ó ( , concebida c e a de llUormaCI n vease, en el capítulo 6 ' omo comunicación dar de información»), La alllo-or " como comunica_ complejos (sobre todo, la que aco de los sistemas a!ejados del equilibrio), que se en Slsten:as no lineales ClOnada con el modelo de Dios co den capItulo 4, es rela-auto-organizativo (capítulo 6) En mo Isenador de un proceso , ' ' suma los pa 1 l' dologlcos y conceptuales ofrecen l ' '1 ra e Ismos meto-, 1" ,a IQua que los p y cuestIOnes Iffilte, la posibilidad d -, resupuestos tre la ciencia y la relioión en el diálogo en-da salvaguardada, e a Integridad de ambas que-

INTEGRACIÓN

Algunos autores reclaman una reformulación d 1 'd ' , d" I " ,e as 1 eas teolo glcas tra IClOna es mas Sistemática y de ma 1 -,yor a canee que I que se plantean los defensores del diálogo que b a , aca amos de pre-sentar, EXisten tres versiones distintas de la illte .. E I

' ' , graclOlZ, n la te-o oglO Ilalllral, se lllslste en que la existencia de O' d , r 'd ' d lOS pue e ser llllcn a a parllr e (o rcsulta respaldada por) los ind" d d' _ ' fi ICIOS e 1-seno que mam naturalcza y de los que la ciencia nos ayu-da a conCIenCia, En la teología de la naturaleza, las fuen-tes pnncIP?les ?e teología no s,e en la ciencia, pe-ro las tconas clentIficas pueden mflUlr de manera considerable en la reformul,ación de determinadas doctrinas, muy especial-mente la doctnna de la creación y la antropología teolóoica, En la síntesis sistemática, tanto la ciencia como la religión yen al desarrollo de una metafísica inclusiva, como la que ofrece la filosofía del proceso,

Teología natural Los ejemplos de teología natural en siglos anteriores son nume-rosos, Así, por ejemplo, Tomás de Aquino sostuvo que, mientras que algunos de los atributos divinos sólo pueden ser conocidos por medio de la revelación contenida en la Escritura, la existen-

\

Page 22: El Encuentro Entre Ciencia y Religion

.... _. __ .... -_. -ENTRE CIENCIA Y RELIGIÓN

EL ENCUENTRO

54 ible a la sola razón. Una de las versiones Cia de Dios es acces l ' ¡·co asevera que todo suceso ha de t de

, I coslIIO og . . este Ilrgll//le/l o si no queremos mcurrlr en un re r d modo que, . ' d greso una causa, e d postular la eXIstenCia e una e . hemos e d d aUsa ad i/lfimlll//l, . ó dice que la ca ena e causas natu I

Primera. Otra versl. nfinl·tas) es en conjunto, contingente proa es fi ·t s como U1 I 'd ' r lo (Ianto 101 a b dado en absoluto; epende de un ser

que podría no ha ers:saria El argumento teleológico (de te/ue . I de manera nec· ) d lA · Os eXIS e . ·gnificafi/l o /ll eta e qumate toma co ' , ·no gnego que SI . ·b·l·d d !no lenm 'd I orden y la intehgl I I a en cuanto carae! to de paru a el e. p,un al de la naturaleza, pero uego pasa a señalar i nsucas gener es d d· - 3S n·

dicios específicos de que ésta e a un . Los fundadores de la cienCia mo . erna .. Con fre.

cuencia su admiración ante la armoIllosa n de la na. l e ellos consideraban obra de DIOs. ewton decía que lura eza, qu . d . ..

el ojo no podría haber sid?,inge!lIda de Ópti.

Robert Boyle encomIO los 111 ICIOS e a eXIstencia de un di. ca, y I El ' I seño benéfico por debajo del natura . slg o XVIII , el mundo era considerado un mecarusmo de relojena que tenía eo-mo diseñador al Dios del deísmo. Pero el filósofo David Hume fonnuló una minuciosa crítica del argumento del diseño. Señaló que el principio organizador responsable de los patrones inscri· los en la naturaleza podía residir en los propios organismos, en lugar de ser exlerior a ellos. En el mejor de los casos, decía, el argumento apuntaría a la existencia de un dios finito o de múlti· pies dioses, no al Creador omnipotente del monoteísmo. Tam· bién afumaba que la existencia de mal y sufrimiento en el mun· do ponía en entredicho esta tradicional prueba de la existencia de Dios".

. ,A pesar de las críticas de Hume, el argumento del diseño si· ' gulO Siendo muy popular. William Paley decía que una persona que. encuentra un reloj en un brezal puede suponer con toda legi· tlmldad que el artefacto ha sido diseñado por un ser inteligente. De mbanera análoga, argüía, cuando se considera el ojo humano Y se o serva cómo sus ' l ' 1 mu tlp es y complejas partes se hallan CO·

35. Véase A.1.P. KENNY TI F: • _1 God's Efistenc Ive Ways of Sto Thomas Aquinas ProoJs UJ

36. Cf. D. HlJI.1E Books. New York 1969. . S:ience Natural Religíon [1 779], g/6n /latural Alianza M dork 1948 [Irad. casI.: Diálogos sobre la re • • a nd 1999].

CUATRO FORMAS DE RELACIONAR LA CIENCIA Y LA RELIGiÓN 55

ordinadas para el solo Propósito de la visión __ . Posible es que se trata del product d ' laumca conclusión . o e un dlse -. . paley citaba otros numerosos ejemplos de c no tructuras que desempeñan funciones ' t"I oordmaclOn de es-Fue Darwin, por supuesto, quien ser:s vivos"-dente a esta forma de argumentar por cua t g pe mas COntun-tación podía ser explicada por de vnano mostró que la adap-. . aClOnes aleato . seleCCIón natural. No obstante el propio D . d y

h ' arwm efendlÓ (al menos asta unos cuantos años antes de su ) . c i d d I 1'· mueoe una versIón re.ormu a a e po emlCO argumento' como h _ , O· . - . ya emos senalado sostema que lOS no dlsena los detalles pao·lcula d d . . . I I ' res e ca a es-peCIe, SinO as eyes de los procesos evolut"lvos até d l e. rav s e los cua es se .orman las espeCies, quedando los detalles I ·ó del azar. a a accl n Entre los filósofos contemporáneos, Richard Swinburne

ofrece una extensa y detallada defensa de la teología t 1 C · . d na ura . 0m,lenza recumen o a, la filosofía de la ciencia para estudiar la teona de la confirmaclOll. En el desarrollo de la ciencia ningu' d ' I ' n ato por SI so o, una teoría. Lo que ocurre es, mas bIen, que toda teona tiene una verosimilitud inicial y la probabilidad de que sea verdadera aumenta o decrece se;ún las pruebas adicionales que la respalden (teorema de Swinburne sugiere que la idea de la existencia de Dios, debido tanto a su simplicidad como al hecho de que ofrece una explica-ción del mundo en categorías personales vinculadas a la inten-cionalidad de un agente, goza de verosimilitud inicial. Luego ar-guye que los indicios de orden que manifiesta el mundo incre-mentan la probabilidad de la hipótesis teísta. También afirma que la ciencia no puede dar razón de la existencia en el mundo de se-res conscientes: para explicar el surgimiento de la conciencia se necesita recurrir a «algo que se encuentra más allá del entrama-do de las leyes físicas». Por último, la experiencia religiosa apor-ta «pruebas adicionales». Swinburne concluye que, «si se tiene en cuenta el conjunto de los datos, el teísmo se decanta como la opción más probable»".

37. Véase W. PALEY. Natllral Tileology. Gould. Kendall and Lincoln, Boston 1850. O f d 1979 38. R. SWINBURNE. Tile Exisrellce of God, Clarendon Press. x or . p. 29 1.

Page 23: El Encuentro Entre Ciencia y Religion

1 '. ENcrA y RELIGIÓN O f,''fRE CI

el. ENCUEJ''TR , 56 " en cosmologla repreSelltn I

nílcipio del diseño. Los astrOfísie a El uso, del del vida en el Universo habría sos 'ó mas ree rCJOn e , . l. versl n . rto que la apar nstantes [¡slcas y otras cOnd' descuble de las co' . f . l. llan sible si algunas hubiesen difendo, ya . uera lIgera.

do m1P? . 'aJes del cosmOs I tuvieron. El Unrverso paree . es mlCI de hec 10 . 'd e

eron de los va lores que ara hacer pOSIble la VI a. Stephen mente, rfeeramente ajustado P ue si la velocIdad de expansión

estarkipe

g por ejemplo, q hubiese sido menor, lllcluso e HalV n , , del blg- ang h b ' 1 n aundo despues. I Universo se a na co apsado de un se" . '1 bIllones, e . 1 'd 39 El f- .

Parte en cren mI . odido surgrr a VI a . ISICO una d e hubIera P 1 l " nuevo antes e qu d rodas estos hal azgos a srgulente JI Dyson extrae e Freema

conclusión: 'dentes de la física y la astrono_ . 'a de estos accl . d «De la eXlstenCI I U ' rso es un lugar rnespera amen-I ue e OIve , mía. yo cone uyo q . I seres vivos hacer de el su hogar.

te acogedor, que pen;ute a sido fonuado en los hábitos de Puesto que soy siglo XX, Y no en los del xvru, no pensamIento y leng/i 'ón del Universo sea una prueba de

d la con Iguracl . o . s. S610 defiendo que ese rasgo deja

la eXIstenCia de. d ostener la hipótesis de que la Inteh-abierta la a e sel esencial en su funcionamiento»"'. gencia desempena un pap

h B Y Frank Tipler citan muchos otros casos en los Jo n arrow . d ." d· · , erzas presenlan valores extrema amente C/III -que las rsumas IU • 41 I til ' J h I nlos iniciales del UnIverso ,E 1 oso,o o n cos en os mame .

L l· , la el principio antr6ptco en forma de argumento del es re lonnu . , . diseño, pero señala que cabe una alternatIva : a.que-11a que asume la exislencia de mulllples mundos como CIclos sucesivos de un universo oscilante, ya como reglOnes separadas que existen simultáneamente). Estos mundos serían tal vez rentes unos de aIras; nosotros viviríamos justamente en aquel que posee las variables adecuadas para permitir la aparición de la vida. Además, algunas de estas condiciones aparentemente lan

39. S.W. HAWKING, A BriefHisloryofTime, Baotam Books, NewYork 1988, p. 291 [trad. casI.: Historia de/tiempo: del Sig Bmlg a los agujeros lIe-gros. Crítica, Barcelona 1989"].

40. Cf. F. DYSON, DisllIrbillg the Ulliverse. Harper & Row, New York J 979. 41. Cf. J. BAR.ROIV. - F. 1)PLER, The Alllhropie Coslllologieal Principie,

Oxford Unrvcrslty Press, Oxford I New York 1986.

>-\

CUATRO FORMAS DE RELACIONAR LA CIENCIA Y LA RELIGIÓN 57

arbitrarias podrían venir exigidas por una teoría unific d d " f d I a a e ca-rácter mals un en la actualidad ocupa a muchos fí-

sicos". E pnnclplo antr pICO y críticas de que es objeto se es-en el capitulo 2. El concepto de «diseño

evolutIvo» lo conSIderaremos en el capítulo 4. y en el capítulo 6 serán presentadas otras versIones de teología natural.

La teología natural goza de gran atractivo en un mundo ca-racterizado por la pluralidad religiosa, pues parte de datos cien-tíficos sobre los que cabe esperar que, más allá de las diferencias religiosas y culturales, exista acuerdo. Además, Sintoniza con los sentimientos personales de reverencia y admiración que a mu-chos científicos les despierta su trabajo. Los actuales valedores del argumento del diseño son conscientes de que no puede ofre-cer pruebas concluyentes en favor del teísmo; se contentan con la más modesta afirmación de que la fe en un Diseñador es más ve-rosímil (o, al menos, igual de verosúnil) que otras interpretacio_ nes altemativas. Lo cual puede ayudar a superar escollos en el camino hacia la fe y llevar a una mayor apertura frente a otras formas de experiencia religiosa, así como a la participación en una comunidad de creyentes. Por otra parte, es necesario recono-cer las limitaciones del argumento. Por sí solo, a lo más a que puede conducir es al Dios del deísmo, esto es, inte-ligente alejado del mundo. No obstante: es combmarlo con creencias teístas basadas en la expenencIa rehglOsa personal y en una u otra tradición histórica. Los cultivadores de la teolo-gía de la naturaleza a veces hacen de .él, pero no sue!en con-cederle un lugar central ni en sus VIdas 111 en su pensamIento.

Teología de la lIaturaleza

A diferencia de lo que hoy es habitual en teología natural: la t.e-ología de la naturaleza no tiene su en la Clen?la, sino más bien en una determinada tradlclOn CO? tanto en la experiencia creyente como en la hlstonca. No obstante, quienes desarrollan este tiP.o de reflexlOn pIensan que algunas doctrinas tradicionales neceSttan ser la la luz de los conocimientos científicos La y a religión son vistas aquí como dos fuentes de Ideas relativamente

I d L don I New York 1989. 42. Véase J. LESLlE. Ulliverses, Rout e ge, 0 0

,

Page 24: El Encuentro Entre Ciencia y Religion

a cmNCIA y RELIGiÓN EL ENCUEtJTRO EtJ1R .

58 s y preocupacIones que Se tr' . nterese di ' -s. . ntes pero con I reto los hallazgos e as cIencias independlc áreas. En conc CI' Ó' n la providencia divina y I n en cle ' . d la crea, . l" a lapa las doctrinas e lle las creencIaS re IglOsas se ha fectan a ' S· e desea q . . ' a turaleza humana. I s ber científico, se :eqUleren reajUStes o na anDonfa con el sa d ue los que mtroducen los defen llen en á rofun os q fi d b ' . modificaciones m, s p. . o El teólogo, se a trma, e ena valer.

S de la tesis del d/lllog . pliamente aceptados de la ciencia sore rales Y am , . se de aspcctoS gene d' 1 gar con teonas menos reconocIdas o

. rse a la o b b' l'd d antes que amesga . n mayores pro a 1 I a es de Ser . que tiene d' más especulativaS, A nque no vengan Irectamente irn n futuro. u . . abandonadas en u d ctrinas teológicas han de ser compallbles plicadas por ellas, s°científicas. con las actuales teona s de las características generales de la

La visión que ,tengam;amente a nuestros modelos de la rela. naturaleza.afectara la naturaleza es concebida como Un ción de DIOs c.on e 'mico que además de caracterizarse por la Proceso evolullVO y l ¡na ' . h" 1 1 . 'ó d Y ley posee una dilatada Istona, a o argo de mteraecl n e azar , El d

1 h deJ'ado de emerger novedad. or en natural se la cua nunca a . 1 • 'fi fi eeolo' 01'CO interdependlente Y mu t1estratI Icado. de ne como ",

Estas características influyen en nuestra forma de entender la re· lación de Dios y la humanidad con la naturaleza no A .su vez, la imagen que nos hagamos de esa dobl: afectara a nuestras actitudes hacia la naturaleza y tendra también sus ImplI-caciones prácticas para la ética medioambiental. Por otra parte, el problema del mal habrá de ser planteado de manera diferente en un mundo que ya no se considera estático, sino evolutivo.

El punto de partida de la reflexión teológica es, según el bio-químico y biólogo Arthur Peacocke, la experiencia religiosa pa-sada y presente de una comunidad religiosa con continuidad en el tiempo. Las creencias religiosas han de superar la prueba del consenso comunitario y satisfacer además los criterios de cohe-rencia, alcance y fecundidad. Pero Peacocke está abierto a refor-mular cre.encias tradicionales como consecuencia del diálogo con. la CienCia actual. Reflexiona extensamente sobre la acción

tel. azar y la l.ey en la cosmología, la física cuántica, la ción los del equilibrio y la evolu-actividad en e la de formas distintivas de quía de la vida sUiaenores de la multiestratificada jerar-

Y mente. Peacocke concede al azar un

CUATRO FORMAS DE RELACIONAR LA CIENCIA Y LA RELIGIÓN 59

papel en la eXPldoraclión manifestación de las potencia-lidades eXistentes en to os os IIIveles. Dios crea a través de un proceso en el que concurren ley y azar, no por medio de intervencIOnes puntuales en las lagunas de ese proceso_ Dios crea "en y a través de» los procesos del mundo natural que la ciencia noS descubre.

Peacocke habla del azar como del radar de Dios que recorre el amplio abanico posibilidades y despierta las diversas po-tencialidades de los sistemas naturales. También se sirve. en otras imágenes, de la creatividad artística como analogía del designio impredecible". Las ideas teológicas de Peacocke se estudiarán en el capítulo 4, en el que también se presentará el concepto de cau-salidad "de arriba abajo» (top-doWIl causality) en los organis-moS. El capítulo 6 evaluará la elaboración, a partir de estas ideas, del modelo de «Dios como causa que actúa de arriba aba-jo», sugerido, entre otros, por Peacocke y Philip Clayton.

Una propuesta teológica alternativa toma como punto de par-tida el análisis de la indeterminación que aflora en la teoría cuán-tica. En el capítulo 3 defenderé que la incertidumbre de las pre-dicciones relativas al mundo de las partículas subatómicas cons-tituye una auténtica indeterminación de la naturaleza, y no una mera limitación del conocimiento humano de sucesos naturales que, en sí mismos, se hallan determinados_ La última sección del mismo capítulo 3 expondrá la tesis de que Dios es el determina-dor último de las indeterminaciones del nivel cuántico -sin vio-lar, eso sí, las leyes de la naturaleza, que, más que valores exac-tos, sólo especifican probabilidades dentro de un espectro de va-lores-o El modelo de «Dios como determinador de indetermina-ciones» se desarrollará en el capítulo 6, al hilo de las aportacio-nes de Robert Russell, George Ellis, Nancey Murphy y Tom Tracy_ Un uso tan directo de ideas científicas en la teología va más allá de la comparación entre conceptos paralelos que pro-pugnan los defensores del diálogo y pertenece, pues, al epígrafe de la integ racióll. Dado que no pretenden argumentar a favor de la existencia de Dios a partir de los datos científicos, los autores citados son ejemplo de teología de la naturaleza antes que de teología natural.

43. Véase A. PEACOCKE, Tlteology for a Sciemific Age, Fortress Press, Minneapolis 1993 (edición ampliada).

Page 25: El Encuentro Entre Ciencia y Religion

, , ,

----ENTRE CIENCIA Y RELIGIÓN

EL ENCuENTRO 60 . de teología de la natu raleza pued . s recIentes . d en

OtraS veCSlone ras fenúnistas, qU.lenes pon.en e rel ieve la¡ encontrarse en auto tre los distmtos dualIsmos que elllbe . existentes en " correlacIOnes . 'dental: mente-cuerpo, razon-emoción

I nsamlento OCCI . 'ó d ' ben e pe . ' . d d dominación-sumlsl n, po er-amor. En objetividad.subJetdlVI casos el primer ténnino del par (¡/len od cada uno e es ' ) ' . t os Y . ' 'd d dominaciólI poder se llene en nuestra

arón obJe/Ivl a , ' d ( le, rno mientras que el segun o cuerpo, ell/o. cultura por mascu I , 'd e . . b" 'd d sI/misión amor) se consl era lementno. la CI6/1 Sil a " I ' d' . nalmente patriarcal, en la que os varones ocupan cultura tra ICIO . la mayoría de las posiciones de ha APedrpetáuado

l Imagen

predominantemente masculina de DIOS. , .em dS' t pn tér· . no de cada par es considerado caractensllco e a CIenCIa, so.

todo por lo que respecta a su afán de dominio y control de la naturaleza. Muchas feministas sostienen que la explotación de las mujeres y la explotación de la naturaleza tienen, en Deciden· te, raíces ideológicas comunes. Las ecofeministas radicales acu· den a las culturas indígenas en busca de símbolos femeninos de lo divino y con la esperanza de que dichas culturas les ayudan a recuperar la sensibilidad necesaria para descubrir la presencia de lo sagrado en la naturaleza". Las feministas reformistas, por su parte, creen que es posible purgar el cristianismo histórico de sus rasgos patriarcales sin necesidad de repudiar por completo esta tradICIón. Yo, en concreto, me siento en deuda con femini stas re· formlstas como Sallie McFague y Rosemary Radford Ruether" .

Por lo que respecta a la tarea de fonnular una ética medio. amblel1lal relevante I

I d b · . para e mundo actual, la teología de la natu· ra eza e e InspIrarse '. . la religión S '1 I .' en mI OpInIÓn, tanto en la ciencia como en datos o a cIencIa está capacitada para suministrar los procedentes para las amenazas al medio ambiente ____ as tecnologlas y el estilo de vida actuales, pero 44. cr. l. DIAIIONO _ G F

of Ecofemil/i;,; RelVeavillg Ihe World: The S . (ed.), Heafing Ihe lerra Club Books, San Francisco 1990; j .

I"blishcrs, Promise of Ecofcmillism, NeIV 45. cr S CominuuO! N a v 9; C. 'ADAMS (ed.) Ecofcmillis," \ ' . ,,¡CFAGUE Model ,; ew lork 1993 '

'ge, fonres, p' ; o) God' TI I . I r Teolog(a para ress, 1 ogy for mI Ec%gical, NI/e R. !\AOl oRO Una era ecológica 7 [trad. cast: Modelos de DIOS. Ea"" I/ealin Gaia Sal Terrae, Santander

g, ar¡>erSanFmncisco ;d. AIl E,cofemillisl Theology o) , an FranCISco 1992. .

CUATRO FORMAS DE RELACIONAR LA CIENCtA y LA RELIGIÓN 61

las creencias pueden influir de fonna significativa en nuestras actItudes haCIa la y motivación pa. ra la acción. Los medloamblentahstas cntlcan con razón al cris-tianismo clásico por haber trazado una línea divisoria demasiado nítida entre la naturaleza humana y la no humana, así como por acentuar la trascendencia de Dios en detrimento de su inmanen-cia en el mundo. En el capítulo 5 se presentarán nuevas interpre-taciones de la naturaleza humana que toman en consideración la continuidad evolutiva y la interdependencia ecológica de la vida humana Y no humana. Yen el capítulo 6 se estudiarán nuevas for-mas de representar la trascendencia y la inmanencia divinas en el contexto de la ciencia actual.

La idea de dominio sobre la naturaleza que propone Gn 1,28 ha sido usada en ocasiones para justificar una irrestricta domina-ción por parte del ser humano, de suerte que éste pudiera servir-se de las demás criaturas como meros medios para la consecu-ción de sus fines. En los últimos tiempos son muchos, sin em-bargo, los autores que demandan la recuperación de determina-dos motivos bíblicos que suponen un fuerte respaldo para el me-dioambientalismo". La mayordomía de la lIatllraleza viene exi-gida por el hecho de que la Tierra pertenece, en último ténnino, al Dios que la ha creado. Nosotros no somos más que fideicomi-sarios o administradores responsables de su bienestar, y algún día tendremos que rendir cuentas de la forma en que la hayamos tra-tado. El sábado es un día de descanso no sólo para his personas, sino para todos los demás seres vivos. La celebración de la na-/l/raleza va más allá de la mayordomía, porque implica que la na-turaleza es valiosa en sí misma, y no sólo por su utilidad para el ser humano. El primer capítulo del Génesis termina con una afir-mación de la bondad del orden creado que engloba todas las for-mas de vida, y muchos salmos cantan la rica diversidad que exis-te en el mundo natural , incluidas algunas criaturas extrañas que carecen de utilidad para nosotros. .

Las concepciones sacramentales de la nGlI/raleza atnbuyen un valor aún mayor al mundo natural, pues afirman que lo do se hace presente en él y bajo él. La Iglesia onental, el cristianismo celta y algunos autores anglicanos sostIenen que

46. Véase, por ejemplo, J.A. NASH, Lol'i/lg Nalllre: a/ll/ ChriSliall RespolIsibilil)', Abingdon Press, Nashvllle t991.

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ENTRE CIENCIA Y RELIGIÓN EL ENCUENTRO

62 ólo el pan. e l vino y e l agua d e los s

toda la naturaleza - no s mo vehículo d e la gracia d e Dios Eacra. d serVIr co .. ' n I mentos- pue e contramOs con e l mI s m o DIOs Con . a

naturaleza podem:: y en la Ig lesia. Si bien son noS encontrarnOS 'es de este libro. de estos temas y d e su .na. dos en diferentes medioambienta l relevante para la act'lfl. portanCla para un d con más deta lle en otros escri tos.'. Ua. lidad me he ocupa o

Sí'"tesis sistemática Un lipo de inlegración más. sistemática surge la ciencia y la religión contribuyen conjuntamente a h ace r p osIble una visión coherente del mundo en el contexto una metafísica global. La metafísica es la busqueda d e un conjunto de catego-rías generales que puedan ser utilizadas para interpretar los di. versos aspectos de la realidad. Lo que se prete nde es conseguir un patrón conceptual inclusivo capaz de dar razón d e las carac. terísücas de cualquier lipo de sucesos. El territorio d e la met.fi. sica pertenece al filósofo. más que al cientifico o .al teólogo. pe. ro puede servir también como foro de reflexió n común.

En el siglo XIII, Tomás de Aquino elaboró una ünpresionanle metafísica que durante mucho tiempo h a ejercido una gran in. fluencia en el pensamiento católico. Sus voluminosos escritos in. te?ran de manera las ideas de anteriores pensadores CrIstianos con la mejor filosofía y ciencia de s u época, derivada" gran parte de las obras de Aristóteles. que h a bían sido descubier. tas de Occidente merced a las traducciones árabes". Pero.yo como reparo que el p e nsamiento del Aquinale refleja duahsmos de mat' , . . 'd ena-espIntu, cuerpo-alma temporahdad· eteml ad y nat I h . ' nlás ' ura eza- umantdad que el pensamiento 10miSla

47.

48.

recIente sólo par . al CI mente ha superado (véase el capítulo 5).

Vé'7'" I.G. BARBOUR (ed) E . . Reltgron. and Ecolo • p' l}rth MIght Be Fair: ReflectíoflS 0 11 E/hiel, E/ilics in Gil Age o}>r. Englewood Clíffs (NJ) 1972; ID. 1.993. cap. 3- ID «Sc' eC.lfin%gyo HarperSanFra nci sco San FranciSCO Juy» e [O· -o lCnu le and R r . ' . bÍ E • n .T. Hessel _ R R e JglOus Pe rs pectives on SustaJna -Uc% gy: IVilo/eness R; adford Ruether (eds.)] Chrisliolliry on¡ 19r;:;ersJty Center for '!he Justíce. Sllslaíflabilit)'. HarVaI ) Cf ¡j O . u y of World Religions. Cambridge p ' . AVIEs nI. TI

ress, Oxforo i992. IOl/glrl 01 TI/omas Aq/linas. Oxford Univer>il)'

CUATRO FORMAS DE RELAC IONAR LA C IENCIA y LA RELIGiÓN 63

Lafilosof(a del proceso es una prometedora c d ' d j 'd d an I ata a d

Sempeñar en la actua I a tal tarea mediadora p f e-• I . n '. , arque ue for-mulada b aJO a III uencJa conJ unla del pensam;ento ' ' ti . l " Alf d Clenll JCO y e l pensamIento re IgIOSO. re Nonh Whitehead est b < .

I f " á' . a a .aml-tiarizado con a ISlca cu ntlca y con s u descripción di ' . d ' e a reali-dad. no como conjunto e partlculas separadas. sino como serie de sucesoS momentáneos y campos entrelazados. E n el Wh ' h d I pensa-núenlO de Ite ea , ' .os procesos de cambio y l as relaciones entre s ucesos son mas Importantes que los objetos duradero autosuficientes. Para él, como para los pensadores que la idea de evolUCIón. la naturaleza es una red dinámica de suc _ sos interrelacionados .que se caracteriza ta nto por la novedad mo por or?en. Whltehea? y s u s seguido res Son críticos frente al y se InclInan por categorías orgánicas aplica-bles a l as actIVIdades que se desarrollan e n cualquier nivel de organización4 9

.EI del proceso sostiene que l os constituyentes báSICOS d e la realidad no son dos clases de e ntidades perdurables (dualis m o m e nte-materia). ni tampoco una única clase de entida-des perdurables (materialismo), s ino una sola clase d e sl/cesos con dos aspectos o fases. Esta filosofía es monista por cuanto su-braya el carácter común de todos los sucesos, pero reconoce que tales sucesos pueden estar organizados de maneras diversas. lo que lleva a un pluralismo organizativo de múltiples niveles . Todas las e ntidades integradas - los organismos. por ejemplo--tIene n. a difere ncia de los agregados no integrados -<:omo es el c aso de las piedras- una realidad interna y o tra externa, las cua-

sin embargo, adoptan fonnas muy diferentes e n los distintos IlIveles. La interioridad varía en un rango cons iderable. desde la memoria, la sen s ibilidad, la receptivida d y la anticipación rudi-mentarias de los organismos simples. hasta la conciencia. que re-qUIere un sistema nervioso central. Vista desde d entro. l a interio-ridad pue de ser interpretada como un mome nto de experiencia. si bIen la experiencia consciente sólo se d a e n los niveles superio-res de organización. y la autoconciencia re flex iva es específica

49. Cf. A.N. WHtTEHEAD. S cien ce antl rhe Modertl World. Macmillan. New Y?rk 1925 (trad. cast.: La ciencia v el mundo m oderno, Losada. AIres 1949] ; Ch. BIRCH _ J.B : COBB. Jr .. The Libcratioll 01 Life. Cambridge Universüy Press, Cambridge 198 1.

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CrENC1A y RELIGIÓN RO ENTRE

EL ENCuENT 64 n la historia evolutiva SUrge

Aunque e 'f" n fe humanos. s las categonas meta ISICas b' . de los seres . amente nuevo , '0 asi. lenaS auténUc d s los sucesOs .

n6nson aplicables a to °del proceso, Dios esfuenre de lIoVedQ cas para los pensadores L creación es un proceso largo y tOd d,

lambién de orden. a. rta la capacidad de autocreaci6n ¡. pero D' s desple . ' dé , incompleto . . /O I haciendo posible as! tanto la liben vla . d vldua es, D ' ad las enúdades JO I I den y la estructura. lOS no es Ya

d d omo e or l " . el Y la nove a C d I cristianismo c aSlCO, SinO que "" . cendente e d . I "''" Soberano tras recíproca con el mun O. a suya es u . ' a de manera na bien mteractu d ' entir sobre todos los sucesos, pero nunc . fJ 'a que se ep s , . l l ' a 10 uenCI p la meta[¡slca de proceso, cua qUler nu m . . como causa lItado conJ'unto del pasado de la entidad, de I suceso es e resu . D h' D' a va .. • d la acción de DiOS. e a I que lOS trascien. aeclOn de esta y e ' l '

d ero a la vez sea inmanente a e y, por cierto, de ma. da el mun o, P d A ' 'ti segu'n la estructura de ca a suceso. qUl no se re. nera especI Ica . . curre a la imagen de una sucesión de aconteclIUlentos puramen· te naturales, interrumpida de vez en cuando por huecos en los que sólo Dios actúa.

Charles Hartshome elaboró una nueva versión del pensa· miento del proceso en la que destaca un concepto «bipolar» de Dios: inalterable en lo que respecta a la intención y al carácter, cambiante en lo que hace a la experiencia y a la relación" . Los pensadores del proceso rechazan la idea de la omnipotencia divi· na: creen en un Dios persuasivo, en absoluto coaccionador. A ellos se deben algunos estudios muy característicos acerca del papel que desempeñan en el mundo el azar, la libertad humana,

mal y el sufrimiento. Los teólogos cristianos del proceso (por ejemplo, John Cobb y David Griffin) señalan que el poder del amor, tal como es ejemplificado en la cruz, consiste precisamen· te la :apacidad de suscitar una respuesta respetando al tiempo la tnteg?dad de los demás seres. Estos autores sostienen también que la I bTd . Ilnmu a 1.1 ad no es una característica del Dios bíblico, qUIen, a conlrano se . l' , Imp Ica profundamente en la historia" .

50. Véase D.R. GRIFF/N Re/' . Uníversíty Prcss Oxf¿ d I and Scielllific Naturalism, Oxford

51. Cf. Ch. n ew York 1999. HUl'cn 1948. , le Dmne Re/ativil); Ya le University Press, New

52. CODD _ D R GRr estrrunstcr Prcss Ph"llu'd I hf!'IN, Process Theology' AIl IlllroductiOTl, , e P la 1976. .

CUATRO FORMAS DE RELACIONAR LA CIENCIA Y L A RELIG IÓN 6S

El pensamiento del proceso también puede hace . . . l ' . d ' runa Contn-I'ón distIntiva a a e/tca me lOambielllal Entre la 'd h

bUC . ., ' .. VI a uma-Y la no humana no eXIste mnguna Imea diVisoria ab I na ' .

I medida en que son centros de expenencla, las criatura h a 'é ' l " s no u· manas tambl n d vad

°Or mtnnseco, no s610 un valor instru. mental para la a .. tema propio del pensamiento del proceso de medioambientales es el énfa-sis en la mterdependencla .. la teología tradicional acentúa la trascendencia dlvma (sm Ignorar la inmanencia), el pensamiento del proc.eso lleva a subrayar la inmanencia de Dios en la naturaleza (sm Ignorar su trascendencia), lo que puede fo . mentar un mayor respeto a la naturaleza. Diversos aspectos de la filosofía y la teología del proceso serán desarrollados en las sec-ciones finales de los capítulos 4, 5 y 6.

***

Después de haber pasado revista a un amplio espectro de posi-ciones y temas, concluyo este capítulo resumiendo mi propia opi-nión con respecto a cada una de las cuatro posiciones descritas: l . CONFLICTO. He argüido que tanto los materialistas científicos

como los literalistas bíblicos pasan por alto las importantes di ferencias que existen entre los asertos científicos y los reli-giosos. Los materialistas científicos esgrimen una concreta opción fi losófica como si se tratara de una conclusión cientí-fica, y los literalístas bíblicos se aferran a una cosmología precientífica como si se tratara de un componente esencial de la fe religiosa.

2. INDEPENDENCIA. La neo-ortodoxia afirma con razón que es la respuesta personal a Cristo lo que puede cambiar las vidas de quienes formamos parte de la comunidad cristiana. Tal como yo lo veo, el centro de la vida cristiana radica en una expe-riencia de reorientación, en la curación de nuestro desgarra-miento interior como presupuesto de una nueva totalidad y la expresión de una nueva relación con Dios y con el próJI-mo. Pero la centralidad de la redención no tiene por qué lle-varnos a ignorar la creación, pues nuestras vidas, tanto ,en su dimensión personal como en su dimensión social, estan es-

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ENTRE C!ENCIA y RELIGIÓN EL ESCUE.''TRO

66 n el resto del orden creado. La n . culadas co . a· u-echamente VIn, el impersonal escenano en que se desa. turaleza no es solo d nción personal. Intervefllmos en Un

d a de la re e . , .. 1 a ¡rolla el ram I la que tamblen participa e resto d " n leatra en 1 ' e representaClo ár . lingüístico resa ta con razon las fUn las criaturas. El and lISIS lalO el rito y la praxis en la vida d'

d· linuvas e re, . , l" e ciones IS l' 'osa Una Iradicton re IglOsa es, cieoa unidad re Igl . . toda com d vida no un conjunto abstracto de ideas le una forma e , . . men, . rma de vida presupone ciertas creencias Pero cualqUlerl zOa de la realidad; por eso, cuando tales ere. sobre la natura e r d 'd . . den su credibilidad, esa lorma e VI a queda en enclas pler entredicho.

3. DtAWGo. Los presupuestos de la ciencia. y lals cuest.iones Ií· mite que ésta plantea (como las que susc.Han. a contingencia y la inteligibilidad del Ut?verso) h.an tenido Importa.ncIa a lo largo de la historia y la siguen temen do en la ac tualIdad, pe· ro tales asuntos, dado su carácter fundamental, pueden pare· cer más bien abstractos a la mayoría de nuestros contempo· ráneos. Más significativos son, en mi opinión, los paralelis· mos metodológicos, porque influyen en nuestra manera de entender la indagación científica y teológica y, por ende, la relación entre ambos campos. Los paralelismos conceptuales entre teorías científicas y creencias teológicas están aún más e,strechamente relacionados con el trabajo cotidiano de cien· tlficos y teólogos y desempeñan un papel destacado en algu· nas de las más creativas formas actuales de interacción entre ambas disciplinas.

4, ¡NTEGlRACIÓN. Aunque sean una forma de teolo"ía natural, los actua es argumentos d I d' - '"

b d . e Iseno no pretenden ofrecer una prue a e la eXistencia d D' . I leísmo es t e lOS, S1110 más bien sugerir que e an verosímil o má " ción de las pautas de I . s. qu: otra Il1terpreta' servir para salir al a hlstona cosmlca. Esto tal vez puede filOsófico pero d paso de las afinnaciones del materialismo

. . ' eJa a un lado lo penencla religiosa s aspectos centrales de la eX' una tradición rel ' . personal tal como se vive en el seno de , Iglosa Más gla de la naturaleza' prometedora me parece la teolo-la vida de una comu' como punto de partida

ni ad rehg' 6 lOsa concreta, se pregunta e .

CUATRO FORMAS DE RE LACIONAR LA CIENCIA Y LA RELIGiÓN 67

mo tendrían que ser reformuladas sus creencias en el Contex-to de la ciencia moderna. Las ideas contemporáneas sobre historia evolutiva, azar y ley, así como el carácter mulliestra-tificado de los organismos biológicos, no sólo resullan rele-vantes para la ética medioambiental, sino también para las doctrinas sobre la creación, la providencia y la naturaleza humana.

En el intento de elaborar una teología de la naturaleza, el contar con una metafísica sistemática como la de la filosofía del proceso puede ayudamos a obtener una visión coherente. Pero ni la ciencia ni la religión deben ser identificadas con un sistema melafísico. Resulta peligroso distorsionar las ideas científicas o religiosas para hacerlas encajar en una síntesis preconcebida que aspira a englobar toda la realidad. Nunca debemos perder de vista la rica diversidad de nuestra expe-riencia. No sólo la distorsionamos cuando la seccionamos en ámbitos separados o en compartimentos estancos, sino tam-bién cuando la hacemos encajar a la fuerza en un impecable sistema intelectual. Una visión coherente de la realidad debe permitir que aflore la especificidad de los diferentes tipos de experiencia.

En cada uno de los siguientes capítulos indicaré, al hilo del análisis de las distintas ciencias, las razones de mi desacuerdo con la tesis del conflicto. Señalaré lo que, en mi opinión, son planteamientos válidos de la tesis de la indepelldencia, aun cuan-do no acepte las conclusiones a las que llegan sus representantes. Describiré algunas importantes propuestas de diálogo, sobre to-do aquellas que sugieren paralelismos conceptuales y metodoló-gicos. Finalmente, seguiré a los valedores de la integraciólI en la reformulación de la doctrina de la creación y de la antropología teológica, así como (más brevemente) de la ética medioambien-tal, permitiéndome incluso un cauteloso uso de algunas ideas de la filosofía del proceso.

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