El Escándalo Político. John B. Thompson

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Descte el caso Yrotumo hasta los concursos ctetelevisión amañados, desde el Watergate alasunto Clinton-Lewinsky, los escándalos se hanconvertido en un aspecto fundamental de la

vida política moderna . ¿Cuáles son las característicasde los escándalos políticos y por qué han llegado aadquirir tanta relevancia en nuestros días? ¿Cuálesson las consecuencias sociales y políticas que generala preocupación producida por los escándalos en laesfera pública?

En esta importante obra, John B . Thompson despliegaun amplio análisis sistemático del fenómeno delescándalo político . Demuestra que su incremento tieneque ver con los cambios provocados por los mediosde comunicación, los cuales han transformado lanaturaleza de la visibilidad y alterado las relacionesentre la esfera privada y la pública . Y, en fin, analizalas características de los escándalos como aconte-cimientos rnediáticos y explica por qué los surgidosen el ámbito político han ido adquiriendo una impor-tancia creciente en los últimos años .

La obra se convierte así en un análisis pionero de unfenómeno ya muy extendido y profundamente per-turbador, a la vez que constituye una lectura esencialpara los estudiantes de sociología, ciencias políticas,ciencias de la información y ciencias de la cultura .Además, resultará apasionante para todos aquelloslectores que se interesen por todo tipo de cuestionessociales y políticas .

El escándalo político

PAIDÓS ESTADO Y SOCIEDAD

lprimos títulos publicados :

43. C. Castells (comp .), Perspectivas feministas en teoría política44. M. H . Moore, Gestión estratégica y creación de valor en el sector público45. P . Van Paríjs, Libertad real para todos46. P . K . Kelly, Por un futuro alternativo47 . P.-O . Costa, J . M . Pérez Tornero y F . Tropea, Tribus urbanas48. M. Randle, Resistencia civil49. A. Dobson, Pensamiento político verde50. A. Margalit, La sociedad decente51 . D. Held, La democracia y el orden global52. A. Giddens, Política, sociología y teoría social53 . D. Miller, Sobre la nacionalidad54. S . Amin, El capitalismo en la era de la globalización55 . R. A . Heifetz, Liderazgo sin respuestas fáciles56. D. Osborne y P . Plastrick, La reducción de la burocracia57. R. Castel, La metamorfosis de la cuestión social58. U. Beck, ¿Qué es la globalización?59. R. Heilbroner y W . Milberg, La crisis de visión en el pensamiento económico moderno60. P . Kotler y otros, El marketing de las naciones61 . R . Jáuregui y otros, El tiempo que vivimos y el reparto del trabajo62 . A. Gorz, Miserias del presente, riqueza de lo posible63 . Z . Brzezinski, El gran tablero mundial64 . M. Walzer, Tratado sobre la tolerancia65 . F . Reinares, Terrorismo y antiterrorismo66. A. Etzioni, La nueva regla de oro67 . M. Nussbaum, Los límites del patriotismo68. P . Pettit, Republicanismo.69 . C . Mouffe, El retorno de lo político70. D. Zolo, Cosmópolis71 . A . Touraine, ¿Cómo salir del liberalismo?/2. S . Si range, Dinero loco7 ; . It . ( ar„ar lla, Las teorías de la justicia después de Rawls

;rsiv, 1",rlcn amanecer/' . 1 . hcin,ues v P. Waldmann (comps .), Sociedades en guerra civil/t . . N . ( ;an-úi ( :an<-Iini, La globalización imaginada/ / . li . 0 . 1 111 ber, 1 In lugar para todos78 . ( ) . 1 .alrniiainc, /;/Corazón latea la izquierda79 . l J . I3cck, l I„ iuiw'o mundo /(' , /iz80. A . Calsamiglia, (,ucstiouc.r de lealtad81. H. Béjar, El corazón de la república82 . J.-M . Guéhenno, El porvenir de la libertad83. J . Rifkin, La era del acceso84. A. Guttman, La educación democrática85. S . D . Krasner, Soberanía, hipocresía organizada86. J . Rawls, El derecho de gentes y «Una revisión de la idea de razón pública»87. N. García Canclini, Culturas híbridas . Estrategias para entrar y salir de la iuoderr,idaJ88 .. F . Attiná, El sistema político global89. J . Gray, Las dos caras del liberalismo90. G. A . Cohen, Si eres igzmíi/arisl,r, ¡,cían el /nr err t u, rr,91 . I . R . "fhompson, El „ráuJ6dn poli/ ;,,,

John B. Thompson

El escándalo políticoPoder y visibilidaden la era de los mediosde comunicación

PA 1 DOS11

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-Unii- nm-i --

Título original : Political ScandalPublicado en inglés, en 2000, por Polity Press conjuntamente con lilaclcwcll Publishers Ltd .

Traducción de Tomás Fernández Aúz y Beatriz Eguíbar

Cubierta de Mario Eskenazi

(hieden rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del copprzght, bajole sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquiernu,iio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y ladi--u ibneion de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos .

í) 2(5)1) by,Iobn U 'I'bompsonU 2001 de lu traducción, Tomás Fernández Aúz y Beatriz Eguibar

2001 de todas las ediciones en castellano,Ediciones Paidós Ibérica, S.A .,Mariano Cubí, 92 - 08021 Barcelona,y Editorial Paidós, SAICF,Defensa, 599 - Buenos Aireshttp://www.paidos .com

ISBN: 84-493-1160-8Depósito legal : B-46.041/2001

Impreso en A&M Gráfic. S .L .08130 Santa Perpétua de Moguda (Barcelona)

lulpreso en U .spalia

I'rinled ¡ti ,Sp,lin

SUMARIO

Lista de ilustraciones

PrefacioAgradecimientosIntroducción

1 . ¿Qué es un escándalo?El concepto de escándaloHabladurías, rumores y escándalosCorrupción, soborno y escándalo

2. El incremento de los escándalos en los mediosLa transformación de la visibilidad -Primeros usos de la noción de «escándalo» en los medios .

.[1 surgimiento del escándalo como acontecimiento mcdi :ítieo .

3 . I?l escándalo como acontecimiento mediático . . . .Algunas características de los escándalos mediáticos .1,a estructura secuencial de los escándalos mediaticos11 stancias y organizacionesI,a experiencia del escándalo como acontecimiento l11t li .ilict

1 . 1 a n :1I tiralcza del escándalo político( 'lomo leí inir el escándalo políticoVI poder de los símbolos y la esfera política . . . .,:1'o1

clec signen prevaleciendo hoy los ese :ínclalos poli1íetl :Luz; eullrll' :Is polllleas del escándalo . .

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8 Sumario

Una venerable tradición 179Los tiempos cambian 198

6 . Los escándalos financieros en la esfera política219La interconexión entre el dinero y el poder219Intereses privados y obligaciones públicas223La política y el poder de los grupos organizados241El asunto Whitewater 260

7 . Los escándalos de poder 271El descubrimiento de poderes ocultos 272El asunto Watergate y el caso Irán-Contra277El aumento de los escándalos relacionados con la seguridad nacional 302Unos límites confusos 317

8 . Las consecuencias del escándalo 323Cuatro teorías del escándalo y sus consecuencias324Poder, reputación y confianza : hacia una teoría social del escándalo 338

Conclusión 359Índice analítico y de nombres 373

LISTA DE ILUSTRACIONES

1 . Charles Stewart Parnell 1''2 . Katharíne O'Shea 1 ''

3 . El libelliste /()

4. N° 92 del Mercurius Britanicus : 28 de julio al 4 de agosto de 1645 /5 . Grabado del señor John Wilkes, 17636. Los escándalos del West-End, según la North London Press, 30

de noviembre de 18897 . John Profumo tras su dimisión, en junio de 1963/

8 . Christine Keeler en julio de 1963 1"9. «Dimite el señor Thorpe», portada de The Times del 11 de nuiy(

de 1976 I' .',

10. El presidente y la becaria, 17 de noviembre de 1995I I

11 . El presidente Clínton en su comparecencia ante las cámaras ltelevisión, el 26 de enero de 1998 1 i

12 . La familia Clinton saliendo de la Casa Blanca el 18 de agosto d(

1998 I~

13 . «Los tentáculos de Marconi», tomado de la publicación I'iin,

18 de junio de 191314 . «Un mentiroso y un estafador», portada del Guardiwi, 1 (I( •

tubre de 199615 . «Aplastados por el pulgar», tomado del Harpcr's W nrl :/v t I( •I 1 i

de junio de 1871

lo . Folleto informativo de las parcelas de la urbanízaciór, W l ut a a~ . i

17 . Primera plana del Washington Post, 19 de junio d( • 1')/ .? .18 . F11 sistema de grabación secreto del presidente Níxon ( •n cI 1 >~

paellO Oval

1') . «Nixon (limite», titular de portada (lel Wasbml ,,~ oii

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agos o de 19740.

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de ( )liver Norlli, Batía el I dCal ti il . I .-

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PREFACIO

Tras una larga epopeya convertida a veces en farsa, Bill Clinton ha lo-grado recordarnos que el escándalo se ha convertido en uno de los gajes deloficio de quien vive en la esfera pública . ¿Quién podría haber imaginadoque, al aproximarse el final del siglo xx, el destino del presidente de la na-ción más poderosa del mundo podría depender, según algunos criterios, delhecho de que una mancha sobre el vestido de cóctel de una jovencita con-tuviera restos del semen presidencial? A pesar de los enormes recursos deque disfrutan hoy en día las organizaciones vinculadas a la representaciónproporcional del gobierno, y a pesar del hecho de que los políticos y otrasfiguras públicas saben perfectamente que sus actividades se encontrarán su-jétas a una intensa observación por parte de los medios, los escándalos nohan perdido ni un ápice de su capacidad para interrumpir el flujo de losacontecimientos, para hacer que descarrilen los planes mejor ideados y paradestrozar, de vez en cuando, las reputaciones y las carreras de los individuosque se ven envueltos en ellos . A semejanza de algunos niños revoltosos quese niegan a jugar de acuerdo con las reglas, el escándalo es una amenaza per-manentemente presente para aquellos que han consagrado sus carreras a laobtención del poder y al logro del éxito en los juegos de la vida pública .

¿Por qué han adquirido semejante relevancia los escándalos en la vidapública de las sociedades modernas? ¿Son simplemente la expresión de unadecadencia general de las normas morales, un debilitamiento de nuestrocompromiso con los códigos morales que gobernaban -o eso parecía- laconducta de la gente en el pasado? ¿O quizá la profusión de escándalos enlos Últimos años está más relacionada con las poco escrupulosas actividadesde los periodistas y otros profesionales que se buscan la vida en los mediosv al nl :lrgcn de los medios, y que han descubierto que la exposición de las vi-das privadas de las figuras públicas puede ser una suculenta fuente de be-nclidos? No hay duda de que los escándalos son rentables, y aquellos que1icncrl nlncllo qne ; ; :usar si :Ilinlent :ul los escándalos cn el ámbito públicoI Il'l lcl l po( ;IS I :I/,ol lcti pala d(131 (1

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12

El escándalo político

Pero estaríamos malinterpretando la naturaleza del escándalo y sus con-secuencias en la vida social y política si lo comprendiéramos únicamentecomo la expresión de una decadencia moral o como el producto de un pe-riodismo sin escrúpulos . Como intentaré mostrar en las siguientes páginas,la relevancia actual de los escándalos está . unida a un más amplío conjuntode transformaciones, las cuales han dado forma al mundo moderno y han al-terado, entre otras cosas, la propia naturaleza de la vida pública . Gracias aldesarrollo de los medios de comunicación, los políticos y otras figuras pú-blicas son mucho más visibles hoy que en el pasado ; hoy les resulta muchomás difícil correr un velo de discreción sobre las actividades o los aconteci-mientos que preferirían mantener fuera de la vista del público .

El auge de los escándalos como características significativas de la vidapública es un síntoma de esa más amplia transformación de la naturaleza yla extensión de la visibilidad que ha caracterizado el desarrollo de las socie-dades modernas . Esto no significa que todos los escándalos vengan deter-minados por estas nuevas formas de visibilidad que son peculiares al desa-rrollo social contemporáneo : al contrario, el escándalo es una característicaque impregna la vida social ordinaria, y es habitual que las conversacionesse vean sazonadas con los pequeños escándalos de la vida cotidiana . Sin em-bargo, el escándalo no habría adquirido la relevancia que tiene hoy en día enel ámbito público, y no sería un factor tan crítico en cuanto a determinar elcurso de los acontecimientos políticos y el destino de los mandatarios yotras figuras públicas, de no ser por el hecho de que se ha convertido enalgo íntimamente unido a las transformaciones que han dado forma al mun-do moderno .

1 ',stc libro es una contribución a la comprensión del escándalo y sus con-secuencias en la vida social y política . No pretende ser un estudio general delos muchos escándalos que salpimentan la historia de las sociedades mo-dernas, y tampoco se propone brindar una visión profunda de las circuns-tancias que rodean los más recientes ejemplos del género ; mis preocupacio-nes son más analíticas que descriptivas, más temáticas que enciclopédicas, ymi interés en el fenómeno del escándalo político surgió mucho antes de queel cuadragésimo segundo presidente de los Estados Unidos perdiera pie conuna becaria de la Casa Blanca . Este libro no ha sido escrito como queja mo-ralizadora sobre la cultura del escándalo político que parece haber crecidoa nuestro alrededor, y tampoco ha sido concebido como un ataque polémi-co contra aquellos que han procurado convertir el chismorreo en una formade vida; no rehuiré las cuestiones morales y prácticas susl'i~ .1Jar; pm1r el es-ealulaltl p1,11111'li, pero balaré (le evi1711' 1111 ell1011111'

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recnlninalorio. Mi 1,1111( í1),11 kIbjetivo en este libro consiste en desarrolLuuna memoria analitn i del esc :indalo político y perfilar una teoría so(-' :¡[ elesus condiciones y consecuencias . Sí me tomo los escándalos más en senil1 l lelo que algunos podrían considerar apropiado se debe a que creo que, nl :ir,allá de todo el alboroto, el escándalo es un importante fenómeno social (lu'puede tener graves consecuencias, tanto para las vidas y las carreras 1Ic l(individuos que se ven envueltos en él como para las instituciones de las ( In'esos individuos forman parte . Intentaré mostrar además que el signilil a I .

del escándalo hunde sus raíces en las características de un mundo co el 11un

lavisibilidad ha quedado transformada por los medios y donde el pollee y 1 .1reputación van de la mano . Los escándalos son importantes porque son ;I I l ',~que, en nuestro moderno mundo mediático, afecta a las auténticas lin ili, .del poder .

J. B. T., Cambrídge, enero de 201)11

AGRADECIMIENTOS

HIe contraído una importante deuda con los numerosos amigos y colc

gas con los que he discutido las cuestiones que se abordan en este libro, aniigos y colegas que me han brindado muchas indicaciones y sugerencias iitiles. Debo especial gratitud a Peter Burke, Anthony Giddens, David 11 el, v'Míchael Schudson, que dedicaron parte de su tiempo a la lectura de un 1 Srimer borrador del texto, haciéndome detallados e incisivos comentarios ; Iwhecho todo lo posible para tener en cuenta sus observaciones, pero cualquier defecto en el resultado final se debe por supuesto a mi sola responsabilidad. La Universidad de Cambridge y su Jesus College han sido gcncrsos al permitir que me ausentara, ya que de lo contrario me habría llcvs~~Imucho más tiempo escribir este libro ; estoy agradecido por su apoyo . 'I', nbíén me gustaría agradecer a Vanessa Parker la ayuda prestada al prep:uaiel texto ; a Thelma Gilbert y a Jackie Newman por su ayuda al dispensar I u i

misos; a Ann Bone por su característicamente meticuloso trabajo de copi :i

do y edición; y también a las muchas personas de la colección Pol i l v de 1 .1

editorial Blackwell -incluyendo a Sandra Byatt, Gill Motley, Suc 1'01 >c, Sc

cena Temperley, Kathryn Murphy, Leanda Shrimpton y Pam 'I'Iuoiii :ii,que me ayudaron a guiar el libro a lo largo del proceso de produccion .

El autor y los editores expresan su agradecido reconocimiento a Lis, :,iguientes entidades por haber permitido la reproducción de niaterí :J ; piregidos por la propiedad intelectual .

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Archivos de Noticias de la CI3S, Nueva York, por el exl ra(If dr la

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I revista de Stevc Krolt con Ulil y I Iillary ( Iinton, (I( . 2O de mero drlal romo Iue (nii1ida rn 00 Mümlc s .

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11 escíndalo político

The Mirror, Syndicatíons, por el extracto «Carta de John Profumo aChrístine Keeler», Sunday Pictorial, 9 de junio de 1963 .

New York Times, por el extracto «Conversación entre Nixon y Dean»,21 de marzo de 1973 .

ILUSTRACIONES

The British Library, anaquel 108a (6) ; The Guardian, the Syndics ofCambridge University Library and Sportsphoto Ltd . (14) ; © Hulton-Getty(8) ; Mary Evans Picture Library (1, 2) ; National Archives (18) ; National Se-curity Archive, objeto n° 2614, pág. 5 (20), perteneciente a la colección demicrofichas ; Press Association / Topham (7) ; Press Association (10) ; Prin-ceton University Library (3) ; Punch and the Syndics of Cambridge Univer-sity Library (13) ; the Syndics of Cambridge University Library (4) ; the Syn-dics of Cambridge University Library, por una reproducción de lasComplete Works of William Hogarth, Richard Gríffin and Company, Lon-dres (5) ; Times Newspapers Ltd . and the Syndics of Cambridge UniversityLibrary (9) ; cortesía del Washington Post (11, 12, 17, 19) .

Se han hecho todos los esfuerzos posibles para averiguar los nombres delos beneficiarios de derechos de la propiedad intelectual, pero en caso deque alguno de ellos haya sido inadvertidamente pasado por alto, los edito-res estarán encantados de proceder a las necesarias modificaciones en cuan-to tengan oportunidad para ello .

INTRODUCCIÓN

«Traiciones domésticas, mentiras sistemáticas y continuadas, toda 1111,1

sórdida batería de cartas escritas con la intención de engañar, casas :dql lila

das con nombre falso, disfraces y alías, visitas secretas y súbitas huidas, I I I .esto conforma el guión de una triste e innoble infidelidad . . . Puede qm I.1,

habituales normas de moral no estén muy en boga, pero hasta el mcl It Is n l .¡¡gato sitúa la línea de exigencia para los hombres públicos por ent i1n ;1 dl lnivel de un relato tan escandaloso como éste, sin mencionar que los t u lseñalan que siempre que se descubre a un hombre de vida licenciosa 11 .1 Iksufrir las consecuencias .» r Este era el juicio emitido por The Times ;i1mentar, hace más de un siglo, los pormenores del muy aireado asunto 11 1uor Charles Parnell y la señora Katharine O'Shea, asunto que ale alizo su

culminación mediante unas diligencias de divorcio de feliz descnlat 1 . - 111prendidas por el capitán Wílliam O'Shea, que basó su alegato cn ml.¡ at u

sación de adulterio. El asunto podría haber generado un inter' 's rclal i~ .lult ntc escaso en la prensa de no haber sido por el hecho de que el 1 11111

I' :Irncll era una eminente figura política de la época . Proclamado conltl I Irt v sin corona de Irlanda», Parnell era miembro del Parlamennl eii rt •l ulcnlación del condado de Cork ylíder carismático del partido parl :ullt 111 :1

11s1 :1 irlandés en Westmínster. Era además un fervoroso part- idarill It 1 .1 anl(tuolnía irlandesa, una causa a la que el Partido Liberal de ( ;Ia1Is1t un1 ha111 .1p11 dado apoyo, pero ala que los tories, entre otros, se oponí :ut . Vn I slt (1,h1 It II1 contexto político en el que Parnell era una instancia d(' I x It 11'r I 1.1) .

1.11 \X/t ;tniinster y una figura central en las complejas nc1 oriaritull lII

dI t 1 .111 :u1 :II futuro ele las relaciones angloírlandesas, sallú hrnsc :unl nll .1 I .1

IIn 1111111X :1 su asunto con Katharinc ( )'Shca .:harlt s Parn(ll bahía conocido a Katliai inc ( )'Sin a duranlc cl v cl an11

1t' I ti {t I, Ixll'tl ticspllcs de que el caplta11 ( )'tihea IIlII~11'I' :I SIIIt1 t'Irl'JI111 t 1n II

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1 ;I c,,caíndalo político

()'Shea vivía con sus tres hijos en su casa -Wonersh Lodge-, cerca de Elt-ham, en Kent. Durante los dos primeros años de la década de 1880, Parnell

se convirtió en un asiduo visitante de Wonersh Lodge, donde frecuente-mente se quedaba a pasar la noche ; empezaron a circular rumores sobre unaposible relación, pero las especulaciones fueron reducidas por firmes y rei-

teradas negativas . Entre 1882 y 1884, la señora O'Shea dio a luz tres niñas

que, según parece, el capitán O'Sh.ea creyó suyas pero cuyo padre era, casicon toda certeza, Parnell . En mayo de 1886, las sospechas de un idilio se vie-ron reforzadas por la pública exposición del hecho de que Parnell había pa-

sado a residir a todos los efectos en Wonersh Lodge . Bajo el titular «El reti-

ro campestre del señor Parnell», el Pall Mall Gazette informó con bastante

discreción (era un pequeño artículo en una página interior) de que el miem-

bro del Parlamento por el condado de Cork se había visto envuelto en unacolisión con el carromato de uno de los hortelanos del mercado poco des-pués de la medianoche de un viernes . «Durante las sesiones del Parlamen-to», continuaba la Gazette, «el honorable representante de Cork suele esta-

blecer su residencia en Eltham, un pueblecito del extrarradio del sureste deLondres».' A pesar de la discreción, las implicaciones de este párrafo eranperfectamente claras. El artículo atrajo la atención del capitán O'Shea

quien, irritado e indudablemente puesto en situación embarazosa por este

comentario público, envió rápidamente una carta a su mujer, exigiendo unaexplicación . Ella respondió fingiendo ignorarlo todo («No tengo la menor

idea de lo que significa, a menos, desde luego, que haya sido escrito para po-

nerte furioso»), pero para entonces su relación se encontraba ya en una es-piral descendente. En 1889 la señora O'Shea vendió Wonersh Lodge y semudó a Brighton, donde alquiló una casa con Parnell . El capitán O'Shea sefue alejando cada vez más de su esposa, y el 24 de diciembre de 1889 pre-

sentó una demanda de divorcio en la que se designaba a Charles Parnellcomo uno de los demandados .

Cuando el 15 de noviembre de 1890 comenzó el juicio, se convirtió enel foco de un intenso interés y fue ampliamente comentado en la prensa .Parnell negó de plano la acusación de adulterio. De manera similar, la señ(l-

ra O'Shea también negó la imputación y presentó a su vez una demanda,

alegando que su marido había sido culpable de crueldad y negligencia, yque él mismo había cometido adulterio (incluyendo un adulterio con la hcr

mana de la demandada, la señora Anna Steelc) ; la senor,l ( )'She,l aleg( :¡si

mismo que su esposo se había mostl'ad( colllllv('nl(' ('n ('I al IIIllt'I O (111(' lila

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1 . Charles Stewart Parnell .

Introducción

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1 :I rscandalo po1 1co

había cometido, alegación curiosamente incoherente con su anterior nega-ción de deslealtad . No obstante, ni la señora O'Shea ni Parnell se atrevierona defender la acción . Por otro lado, los abogados del capitán O'Shea pre-sentaron una serie de cartas y llamaron a varios testigos -incluyendo anti-guos sirvientes cuyos testimonios eran reproducidos con todo detalle en laprensa-, todo lo cual parecía dejar sentada la existencia de un comporta-miento de infidelidad y engaño que se había prolongado por espacio de va-rios años . Uno de los testigos, una tal Carolíne Pethers, que se describía a símisma como «cocinera profesional», relató lo sucedido en una ocasión, ha-cia el final de 1883, en la que el capitán O'Shea había aparecido inespera-damente en la puerta de la casa que habían alquilado los O'Shea en Brigh-ton . 3 Parnell se encontraba en el piso de arriba, en el salón, con la señoraO'Shea cuando llegó el capitán, pero diez minutos más tarde Parnell apare-ció en la puerta principal y accionó el llamador, pidiendo ser recibido por elcapitán O'Shea . Cuando se le preguntó cómo se las había arreglado Parnellpara aparecer en la puerta principal instantes después de haber estado en elsalón del piso de arriba, la cocinera explicó que había dos cuerdas para eva-cuación en caso de incendio que colgaban de la ventana, y que éstas fueronlas que le permitieron salir sin ser notado -una observación que causó unapequeña conmoción y dio lugar a mordaces críticas en la prensa .

Como se esperaba, el jurado falló en favor del demandante y concedióel divorcio . Durante los días y semanas que siguieron al juicio, la prensa apa-reció repleta de especulaciones sobre el futuro político de Parnell . Sus ad-versarios políticos exigieron su dimisión y algunos de sus anteriores aliados-incluyendo a Gladstone, que temía que el caso de divorcio desestabilizara la alianza entre el partido parlamentarista irlandés y los liberales, poniendo en peligro la causa de la autonomía- le instaron a retirarse, al menostemporalmente, de la vida pública. Los críticos de Parnell argumentabanque ya no tenía autoridad moral para dirigir un partido, que ya no se podíaconfiar en él y que había perdido el respeto de las personas honorables . Pa rnell se negó a retirarse y lanzó un contraataque publicando un manifiesto el 1

el que, entre otras cosas, denunciaba a Gladstone por tratar de influir cn laelección de un líder para el partido parlamentarista irlandés . Sin embar„o,los acontecimientos se estaban poniendo en contra de Parnell,, la alianza eI111

los liberales se estaba desmoronando, y su posición como dirigente del p ;Irtido parlamentarista irlandés se iba haciendo m :ís precaria cada día . 1;i1 diciembre (le 1890, tras largos y acalorados (Ichales, el partido se esriinIil, en

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Introducci,hl

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dos facciones, una que apoyaba a Parnell y otra que se le oponía. En los incses posteriores, Parnell llevó la disputa a Irlanda, donde hizo campana envarias elecciones parciales, sumido a menudo en agrias y destempladas e,cenas. Además, para entonces la jerarquía católica también había cornrenx ;1do a elevar la voz contra Parnell, cosa que debilitó en gran medida su poli

ción en la campiña, y le hizo perder en cada confrontación las eleceione> .parciales en favor del candidato contrarío . En junio de 1891 Parnell se e ;is1

con Katharine O'Shea, pero su matrimonio no iba a durar mucho . Mien1 r;Irse dirigía a la multitud bajo la lluvia en el condado de Galway, a finales deseptiembre de 1891, Parnell contrajo un grave enfriamiento y murió de i webre reumática pocos días después, a la edad de 45 años .

Esta desdichada historia de una excelente carrera deshecha por elcándalo, muestra, a finales del siglo xx, un fastidioso sello familiar . 11,1111

Profumo, Jeremy Thorpe, Cecil Parkínson, Richard Nixon, Edwarr 1 11\'l11

nedy, Gary Hart, Bill Clinton : todos ellos no son sino unos cuantos de 111,

más recientes nombres de una larga lista de figuras públicas, muchas y :1 1,1

vidadas, cuyas vidas y carreras se han visto indeleblemente marcadas pm I .

escándalos que se desataron a su alrededor . En esta era posterior a los ;ISI111

los Profumo y Watergate, se nos podría perdonar que pensásemos que 111 •

escándalos políticos son una curiosidad propia del último tramo delxx, pero la más superficial de las ojeadas al largo e innoble historial dec:indalos disipará rápidamente esa impresión . Podría decirse con eierl i ¡n .

li1icación que, a finales del siglo xx, el escándalo ha adquirido nu ;l sí ;',uil1ración en la vida pública que supera al significado que tuvo p ;im .i Iaa .,

I,,eneraciones anteriores, y ello por razones que procuraré desenlran :lr . Vilen;ilquier caso, el escándalo no es una invención nuestra .

A pesar del largo historial de escándalos y de la profusión de revelo i1

nes escandalosas de varios géneros en la esfera pública de nuesiots di,1 • • ,, • . islen muy pocas obras académicas serías sobre el particular . 1 I ;Iy

u11~11~,I;ías que ofrecen panorámicas informativas, aunque nn Innn1 . desplII ((las, sobre un campo que jalona las arruinadas rcpulacílnles de I, I

1111(()s y (Tras llguras publicas., Y también exlsk n 1111111eroos11s IIbf11`, y .1111

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> :11 :1 1111 ;1 relación conlplel11 d • las circunslalrias yuc rssls ;lu a este :1r:nul,1 1 ' .n .

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1 ' .1 1 sc :indal(1 político

culos escritos tanto por periodistas como por personas relacionadas concada caso y que poseen sobre ellos diversos grados de información, pero sonobras que sólo recuerdan el relato de determinados escándalos, exponién-dolos desde distintos puntos de vista . En cualquier caso, hay relativamentepocos estudios que traten de examinar de un modo más crítico la naturale-za de los escándalos y las condiciones sociales que determinan su aparición,su desarrollo y sus consecuencias ." ¿Por qué se descuidan estos aspectos?

Sin duda, muchos analistas procedentes del ámbito académico conside-ran que el escándalo es un asunto demasiado frívolo para permitir un serioexamen erudito . Los escándalos deben quedar para los periodistas de laprensa amarilla y los columnistas amigos de las habladurías; un asunto tantrivial -o al menos eso parecen argumentar- no merece la atención de losacadémicos serios . Otros serán quizá menos propensos a encogerse de hom-bros, pero considerarán no obstante que el estudio de los escándalos vienea ser como mostrar preocupación por algo inesc .nctal . El-escándalo es lababa de la vida social y política, recogida por periodistas sin escrúpulos ypor organizaciones mediáticas que saben cómo utilizar las indiscreciones se-xuales de los poderosos para obtener un dinero rápido. Aún peor, es una

ciety, Londres, Constable, 1986 ; Sean Callery, Scandals: Gripping Accounis of the Exposedand Deposed, Londres, Apple Press, 1992 ; Bruce Palling (comp .), The I3ook of Modern Scan-dals Prom Byron lo ihe Present Day, Londres, Weidenfeld y Nicolson, 1995 ; Matthew Parris,Great Parliamentary Scandals: Pour Ceniuries of Calunmy, fincar and Innuendo, Londres,Robson Books, 1995 ; Political Scandals and Causes Célébres since 1945 : An International Re-ference Compendium, Harlow, Longman, s . f. De vez en cuando hago uso de estas antologíasdiversas, y en especial de los útiles libros de Matthew Parris y de 11 . Montgomery 1 lyde y delmuy informativo volumen de Longman .

6 . Entre los estudios más serios y sistemáticos sobre el escándalo están los siguientes :Dampierre, Eric de, « Thémes pour l'étude du scandale», Anuales, 9.3, 1954, págs . 328-33(, ;Maxime Rodinson, «De l'histoire de 1'antisémitisme á la Sociologie du scandale», Cahicer 1/1

ternationaux de Sociologie, 49, 1970, págs . 143-150 ; Schmitz, Manfred, Theorie zutd Porrüdes politi-rchen Scandals, hrankfurt, Campus Verlag, 1981 ; Kásler, Dirk y otros, Der polili.vrht'Skandal: zur synzbolischen und dranzaturgischen Qualitüt von Politi/ :, Opladen, Wcsldeutscher Verlag, 1991 ; King, Anthony, «Sex, Money, and Power», en 1 [odder-Williams hicll :ir l,y Ceaser, James (comps .), Politics in Britain and the Unitcd Stettes : Conrpara/ive Nervprr/irri,Durham, N . C ., Duke University Press, 1986, págs . 173-222 ;S . Markoviis, Andn'i y Silveritein, Mark (comps .), The Politics of Scandals Porver and Proe(cv in I ln-ra11 ),o,ntva w s, Ni p ,

va York, Holmes y Meier, 1988 ; Garment, Stizanne,e, Scandals 7'hc ('nl/n r o/ h'Iic/rui/ m ;'I oicrícan Politics, Nueva York, Doubleday, 1C 1)2 ; I,ull, .1unes v 11iii rni :,n, tic, 1,111 u I

Media S'er oj,i/v : Morrrlili' am/ Drvin . in lbr l s /o/vr ( :1///1/1/ Al rr/ /'/r '' t . .n111,1 1, l',(, I 'I r1'r(ss, I)')%, Wílli :lnls, Ktilterl, 1'(tliliraiSeo,1rli ur /1'

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lntroducci(m

baba que oscurece ; lo que realmente importa en la vida social y política, distrayendo la atención pública de los temas de auténtica trascendencia : el desempleo, la pobreza, el hambre y las guerras civiles en países lejanos rar :lmente se mencionan en la prensa diaria, mientras que las travesuras sexualesde un secretario de Estado copan las portadas .

Estos recelos en relación con los escándalos son comprensibles, pero siqueremos hallar algún sentido a la relevancia que han llegado a adquirir 1()sescándalos en la vida pública de las sociedades modernas debemos dej :11esgs .prejuicios a un lado . Hemos de analizar el escándalo como fenómeutsocial por derecho propio y tratar de comprender sus rasgos característ ict 5s

sin dejar que nuestra perspectiva sobre el fenómeno se vea previamente (I(terminada por la creencia de que se trata de algo insignificante o por 11u .1

cierta desesperación respecto a la calidad del debate público . El estudio delescándalo puede suscitar importantes cuestiones relativas al papel que desempeñan los medios en la configuración de ese debate -cuestiones, pi ti

ejemplo, relacionadas con los intereses y las prioridades de los periodisl as \'[lis organizaciones mediáticas, o vinculadas al alcance legítimo de la invesll°ación periodística sobre la vida privada de las personas que se encuenl r :Ulsometidas a la consideración pública- . Además, negarse a tomar en serie 1 (1Ienómeno del escándalo sobre la base de que es una distracción respeelt 5 t lelas cuestiones que realmente importan (más aún : una distracción cuyos eleslos sobre el debate público sólo podrían ser nocivos) sería de hecho un ;l u1 il ud extremadamente miope .

I' n este libro adoptaré una perspectiva diferente. En lugar de consideI :Ir el escándalo como un tema demasiado frívolo para el universitario serio(1 demasiado intrascendente para el respetable analista de los asunltis lull dit is, he de considerar la relevancia del escándalo en la vida pública de I :1', >,tiedades modernas como un asunto de cierta significación -un asun1 t 5 ! I( ,

t t111(cl'Iante que exige un análisis y una Indagación mayores de Iti (111,

11!1(1(1 ;1 pensarse a primera vista, y un asunto revelador debido :1 111 tllit' u(r,n,(na sobre el tipo de mundo en el que hoy vivimos-. Inleni ;iis' nh'oli,uu

(lu( el queremos comprender el incremento de los escándalos polnlt-!, :, y' 1 .1

I(I(van(ia que han adquirido en la actnalida<I debere'nuis eslndiarltl' . (11~ Iu111( Iti (le al„Una de las wSL1ti ll'alrif(11'111a('It)Iles ux'I :dt's qm . 11 :111 !11!1!1

It51uIa al 111111)(1 1) moderno. Stílo podremos c •n lend(r 1 :1 :1(11101 r(w.111t 1 .1 !1tItc ; ( ,( :111d :I1t5S 11 , 1 etinsldel' ;111)t1S tl11e etilo Ie'llUllle'11ti, tlt' 1 :111 ( . 11111( 1,1 y';111X1II

I,11 .Ip ;u - I(11ri :1 1 :117 el ol,servsino( ilnp :ICie111e, hunde 6115 r :ut ( : ; (11 una ., ;elleIr tl(' . .iiii 11tr; dile II(II(II IIII :I I,Ir ;' :1 lusl()l'I :I \' hall 19'llt'llldti 1111 .1 lilt)ll111t1 .1 ~'

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1 ,11 ( sc ;u1(lalo político

¡los destaca la cambiante naturaleza de los medíos de comunicación, mediosque han transformado a su vez la naturaleza de la visibilidad y alterado las

+,. relaciones entre la vida privada y la vida pública . Si el escándalo se ha con-vertido en una característica tan relevante de la vida pública en las socieda-des modernas se debe, en primer lugar, a que los individuos que se muevenen la escena pública son mucho más visibles de lo que jamás fueron en otrostiempos y, en segundo lugar, a que su capacidad para trazar una línea divi-soria entre su personalidad pública y su vida privada es mucho más limita-da. En esta moderna era de la visibilidad mediática, el escándalo es un ries-go que amenaza constantemente con sepultar a aquellos individuos cuya,vida se ha convertido en polo de la atención pública .

Pero el escándalo político también nos enseña algo acerca de la natura-leza del poder y su fragilidad, sobre los modos en que se ejerce el poder ennuestras sociedades, sobre los tipos de recursos en que se basa y sobre la ra-pidez y la brusquedad con que puede perderse. Los escándalos políticospueden ser, y son a menudo, terribles tragedias personales para los indivi-duos que se ven atrapados en ellos ; sus vidas pueden verse abocadas al caosy sus carreras quedar interrumpidas o incluso deshechas, Pero los escánda-los políticos no son sólo tragedias personales : son también luchas socialesque se libran en la esfera simbólica, en el tira y afloja de las reivindicacionesy las contrarreivíndicaciones, de las revelaciones, las alegaciones y los des-/mentidos . Son luchas que tienen sus propios protagonistas, procurandocada uno de ellos realizar sus propias estrategias mediante un concatenadodespliegue de acontecimientos que a menudo supera a los individuos impli-cados y que, gracias a los medios, quedan expuestos en la escena públicaante una innumerable cantidad de personas prestas a observar, escuchar oleer sobre el asunto . Y son también luchas en las que una parte de lo queestá en juego son los propios recursos sobre los que descansa en cierta me-dida el poder .'Aquellos que ostentan o aspiran a los cargos del poder políti-co saben muy bien que los escándalos son peligrosos, que pueden desbar,--tar sus planes y poner bruscamente fin a sus carreras . Pero el escándalotambién puede minar su capacidad para recabar el respeto y el apoyo de los

demás, y puede tener una incidencia profundamente corrosiva sobre agriellos aspectos de la confianza social que sostienen las relaciones sociales decooperación .

En este libro trataré de desarrollar tina cxplícaci(ín del escámlalo 1)411111

co que, pese a ceñirse a la espe('IIICIdad de los (' ;ISO5 y las ('IIII1iras 1) :11 - 1lelllares, sea capaz de poner de nlani1 ieslo 1 ;1 mas ;Im1111 :1 si1',1111l( -ae111 sinI ;ll y 1) (1

111 i( ;1 de (',l( Ic11111lI(I1o . TIa1 ;11(' de ;IIIa11Za1 I ;Is ( :Ila( 1111 , ,11( .15 d el ts ;111(1 ;11()

Introduccion 2

político con un cierto grado de precisión, de desarrollar un marco para elestudio de los escándalos políticos, y de bosquejar una teoría social del escándalo y sus consecuencias. También intentaré reconstruir los motivos delincremento histórico, en número y alcance, del escándalo político, proc, 1

rando examinar el desarrollo de los escándalos políticos en distintos contextos sociales y nacionales, y tratando de explicar por qué el escándalo 1)()lítico ha llegado a adquirir semejante significación en las sociedadesactuales . El lector encontrará un debate acerca de muchos escándalos concretos en esta obra, desde Parnell a Profumo, desde el Watergate al Wliil( .

water y al asunto Clinton-Lewinsky . Pero este libro no es un compendio (1,escándalos políticos, y tampoco pretende agotar su alcance y su influencia .Mí propósito es ofrecer un análisis sistemático del fenómeno del escándaloolítico, relacionar este fenómeno con características más amplias de las so

ciedades modernas y reflexionar sobre sus implicaciones respecto a la na111raleza y la calidad de nuestra vida pública . Me valdré para ello de una :uiplia gama de materiales, incluyendo artículos de periódicos y emisiones ( Ietelevisión, informes de las comisiones especiales y los comités de invest it, ;1

ción, biografías y autobiografías de las personas cuyas vidas se vieron ah.(tadas por el escándalo, y escritos de periodistas, comentaristas políticos, I lis,

toreadores y otros cronistas de épocas pasadas . Intentaré poner algún ordeny claridad de pensamiento en un ámbito muy complejo y resbaladizo, de desarrollar nuevos enfoques sobre un fenómeno con el que todos estamos n I I n1

familiarizados pero del que no comprendemos gran cosa, y de contribuir ;I

;Iveriguar por qué los escándalos políticos se han convertido, pese a Ios esI uerzos de nuestros gobiernos y del creciente número de supuestos ey 1)er111-s,pie los rodean, en una difundida e insoslayable característica de uu( •~;I ravida pública .

1, os primeros tres capítulos tratan de la naturaleza del esc~ín(Ial(> v (I( ~ .iirelación con los medíos . Empiezo analizando el concepto de están( I ;d( ( \, ( 11

Ierenc•í ,índolo de otros conceptos relacionados como las habladla 1 :,s, 1() ; ; 111

nu(res y la corrupción (capítulo 1) . Después trato de reconsiI IIII el in( 1(

11en111 I,istorico del escándalo como acontecimiento Incdiáieco ((-alpie111((Intento mostrar que, mientras la palabra «escándalo» y otros Ic1 Wln(1' . lo

1) ;Irenta los Ilau sido (reeuc •l iteinente usados en pslnllelos y 4111115 11 .11(1I .J1

lull(lesos a p ;lrlitdel sip(,lo xvl, solo a Fínales de Ios sí,',los XVIII y XI 1111(0

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I 1 ( • :;Ca1(alo político

el capíl tilo 3, me concentro en este particular tipo de acontecimiento, el es-c;indalo medíático, y analizo sus principales características .

Liste análisis conceptual e histórico proporciona la base para comenzara examinar con detalle, en el capítulo 4, el fenómeno del escándalo político .Desarrollo una explicación sobre el poder y el ámbito político que nos per-mite comprender por qué razón son importantes los escándalos en políticay por qué sus consecuencias son tan devastadoras para quienes ostentan oaspiran a ostentar cargos con poder político . Intentaré explicar también porqué los escándalos políticos han ido adquiriendo una relevancia crecienteen países como Gran Bretaña y los Estados Unidos en las últimas décadas .Expondré el argumento de que la creciente relevancia del escándalo políticoestá vinculada a ciertos cambios en los medios, así como a las transformacio-nes acaecidas en la cultura y la práctica del periodismo, aunque tambiénguarde relación con determinados cambios profundos surgidos en el con-texto social de la política . Las transformaciones sociales del periodo de pos-guerra han debilitado gradualmente la «política ideológica» de los tradicio-nales partidos de clase -una política basada en la fuerte oposición de sussistemas de creencias y en los agudos contrastes entre la derecha y la izquier-da-, creando así las condiciones para un énfasis creciente en lo que llamaré«política de la confianza» . Con el debilitamiento de las formas de la tranqui-lidad antaño proporcionadas por la duradera afiliación social a los partidospolíticos, mucha gente comenzó a fijarse cada vez más en la credibilidad yveracidad de los dirigentes políticos o de los aspirantes a dirigentes, en su ca-rácter (o en su falta de carácter), como un medio para valorar su adecuacióno inadecuación al puesto. Y en estas circunstancias, el escándalo asume unnuevo, poderoso y corroborante papel como «prueba de credibilidad» .

En los capítulos 5, 6 y 7, expondré un marco analítico para estudiar elescándalo político y lo utilizaré para reconstruir el desarrollo de los escán-dalos políticos en Gran Bretaña y los Estados Unidos, Distingo tres tiposfundamentales de escándalo político -los escándalos sexuales, los escánda-los financieros y lo que yo llamo «escándalos de poder»-, consagrando uncapítulo a cada uno de ellos . Siguiendo este marco analítico y fundándomeen el examen del escándalo expuesto en los capítulos anteriores, revisaré. ,,¡¡gunos de los primeros escándalos, como el asunto Marconi en Gran Brctaña y el escándalo del Teapot Dome en Estados Unidos, asuntos relevantes

7 . ( ;(,n l •s l(' nombre s( • 1x111(,( .( • ( •1 l •s l"all(lalO o(w 11(lll (1111 ;1111( I :l a(IIIIIIIU .II .u 1(,11 del 111,'

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en su momento pero ya considerablemente desvanecidos de la memoria co

lectiva; examino alguno de los grandes escándalos producidos en las décadas recientes, como los de Profumo y Watergate, escándalos que han contríbuido a configurar la cultura política de nuestro tiempo ; también analizoalguno de los escándalos que han dominado los titulares en los últimos años,como el caso del escándalo del soborno a los miembros del Parlamento británico o los diversos escándalos que han acosado la actividad presidenci :llde Bill Clinton . Aunque me ocuparé de los muy específicos y a menudo laberínticos detalles de estos acontecimientos, también trataré de mostrarque, por regla general, presentan las características propias de los escandillos mediáticos y que forman parte de una peculiar cultura política del escándalo .

En el capítulo final me aparto de los detalles y ofrezco un punto de vista más reflexivo sobre el escándalo político y sus consecuencias en la vid ;,social y política . Pasaré revista a varias teorías del escándalo -algunas cl l

tresacadas de la relativamente escasa literatura sobre el tema, otras inventadas en calidad de posibilidades más o menos verosímiles- e intentaré n)ostrar por qué no son satisfactorias. A continuación expongo una explicací( lialternativa -que llamaré sencillamente teoría social del escándalo- - queconsidera los escándalos como luchas por la obtención del poder sin)l,(-;lic()y que destaca las relaciones entre el escándalo, la reputación y la conl"i ;lnz ;l .V.n la conclusión abordo algunas cuestiones de índole más normativa telerentes al modo en que debemos valorarla influencia que puede atribuirse :I

Ios escándalos, tanto en el pasado como en el futuro, en la cc)nfiguraci(in dela calidad de nuestra vida pública .

Debo añadir una importante salvedad. La mayoría de los ejemplos (111(

:I porto están sacados del mundo angloamericano -y en la mayor parle (Iclos casos provienen además de la relativamente reciente historia polílic ;l (I( •( ;tul Bretaña y los Estados Unidos- . No obstante, esta restricci(ul n(, 1111

lcn(le iniplicar que el escándalo sea un fenómeno reciente (pues no lo cr,l,(Inc Iodos los escándalos sean políticos (ya que no todos lo son), o (luc lo-,,IIIj,losalollc'ti tengan una peculiar propensión al esCandal(~ (c'os ;l (llle II(( ((( II

1 I(') . l lila de las cosas Sol'prcndentcs sobre el esciinlalo eS sil i(liii 1pfe' ;en( 1 .1

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28 El escándalo político

de Japón a Brasil, de Italia a Argentina, el escándalo es un fenómeno queaparece de modo conspicuo en el ámbito público . Por supuesto, las dife-rentes culturas nacionales del escándalo presentan características distintas ;los escándalos sexuales desempeñan habitualmente un papel mucho menosimportante en la vida política francesa o italiana que en la de Gran Bretaña,por ejemplo, mientras que los escándalos políticos en Francia e Italia han es-tado principalmente relacionados con la corrupción y el abuso de poder .'Hay sin embargo relativamente pocos países en los que una u otra forma deescándalo no se haya convertido en un dato relevante de la vida política con-temporánea. Por consiguiente, el hecho de que los ejemplos que aporto pro-vengan sobre todo del mundo angloamericano no debería interpretarsecomo una observación sobre la geografía política del escándalo . Y si mi exa-men del escándalo y sus consecuencias tiene algún sentido, no sólo deberáayudarnos a comprender los escándalos que se han producido en el mundoangloamericano, sino también aquellos que cobraron en su momento unagran importancia en la esfera pública de cualquier otro lugar .

8. Para un debate sobre escándalos políticos en Francia, véase Philip M . Williams, War+,

Plots and Scandals in Post-war France, Cambridge, Cambridge University Press, 1970. I'araun análisis perspicaz de los recientes escándalos políticos en Italia, véase Judith ( ;Inll>I) v

Maurizio Vannicelli, «Italy : A Web of Scandals in a Flawed l~c nxx racy», en Marl ovils y Sil

verstein, The Politics o/Scandal, págs . 122-150 . Atm(1ti • pi inl i1, :11n„ nlc lull~n uso 1l1 . ejel11

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1, 1, 11, u1

1

¿QUÉ ES UN ESCÁNDALO?

Hoy en día tendemos a dar por supuesta la noción de escándalo . « I ~;s ,cándalo» es una palabra que aparece frecuentemente en la prensa y que bro-ta fácilmente de los labios y, sin embargo, como muchas otras de las palabras que utilizamos, sus orígenes son oscuros y su significado difícil de fijar .¿Cuántos de los periodistas que se apresuran a proclamar la existencia deun escándalo serían capaces, si se les preguntara, de proporcionar una dei ,

nición de «escándalo» o de apuntar las características del fenómeno cllyaexistencia afirman revelar? ¿Cuántos de los lectores o telespectadores quese ven bombardeados con un incesante flujo de escandalosas revelacionespodrían explicar, si se les preguntara, qué es lo que convierte en « escáncl :llo» a un acontecimiento, o qué es lo que distingue a las revelaciones «escandalosas» de las que no lo son?

De hecho, el concepto de escándalo es mucho más complejo de lo quepodría parecer a primera vista . Es un concepto con una larga y compleja l lis1oria, una historia en cuyo transcurso se han conservado algunas de sus connotaciones y se han descartado otras . Es un concepto que sugiere muchonuis de lo que claramente denota y que, una vez comienza uno a descilluaraliar las capas de su significado, revela algunos rasgos poco habituales . I ;ueste capítulo voy a reconstruirla historia del término y comenzaré :~ aualiz :uII ; ,•unas de las características de esta noción tan utilizada y tan rar :uul ullsanlinada .

I,I 1 1 ,N1 :1 ;1''IY) DE nSCÁNDAI_O

1, :1 palabra «escándalo» y los derruís términos en)pareut ;nlOS 11111 1-11 .1n1p( xo a volverse paltlalin :tlnente ralas Irccucnte en los idiomas 1 ul1>p, 1, . .1

1, .11111 dr I silo Xvl, :luu(lue el Vuu :lbl) ti1 •n 1 • una historia 11111(-110 uer. lal)', .I11111' ',,' lelllollla :II lri'IIS ;llllll'lll(> „I'll'r , 1) V I :II11111 ;ISI ( 1)111) ,1 1,1S I,rlln, •1 .', 111,1

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3 0

El escándalo político

níca shand-, que significa surgir o saltar . Los primeros derivados griegos,como la palabra sf.andalon, se usaban en sentido figurado para indicar unatrampa, un obstáculo, o la «causa de un tropiezo moral» .' La palabra se uti-lizó por primera vez en un contexto religioso : en el Septuaginto, la traduc-ción griega del Antiguo Testamento . La idea de una trampa o de un obstá-culo era una característica que formaba parte de la visión teológica delAntiguo Testamento . Ayudaba a explicar cómo un pueblo indisolublemen-te unido a Dios, a Yahveh, podía no obstante comenzar a dudar de Él y ex-traviar el camino : esa duda brotaba de un obstáculo, de un escollo situadoen algún punto del camino y cuyo objeto consistía en poner a prueba al pue-blo y ver de qué modo reaccionaba .' Esta idea quedaba expresada en el Sep-tuaginto mediante la palabra sl:andalon .

La noción de trampa u obstáculo se convirtió en parte del judaísmo ydel primer pensamiento cristiano, pero fue alejándose poco a poco de laidea de una prueba de fe . La teología cristiana puso mayor énfasis en la cul-pabilidad individual ; si los individuos tropezaban y extraviaban el camino,si cometían actos pecaminosos, podía deberse a algo que brotase de su pro-pia debilidad y falibilidad internas . Más aún : con el desarrollo de la palabralatina scandalum y su difusión a las lenguas romances, la connotación reli-giosa fue atenuándose gradualmente hasta quedar sustituida por otros sen-tidos. De ahí la palabra escandre, del francés antiguo (siglo x)), que deriva-ba de scandalu)n y significaba tanto «escándalo» como «calumnia» . De ahítambién la voz del francés antiguo esclandre, de la que derivó la palabra in-glesa slander (calumnia, difamación) .

En inglés, la palabra «escándalo» apareció por primera vez en el siglo xvi .Palabras similares habían aparecido ya en otras lenguas romances, aproxi-madamente por la misma época (en español, escándalo ; en portugués, escan-dalo ; en italiano, scandalo) . «Escándalo» derivaba del latín, y probablemen-te de la palabra francesa scandale, que había sido introducida para denotarel sentido estricto del término del latín eclesiástico, scandaluwn, diferencián-dolo de los sentidos que se habían desarrollado a partir de esclandre. Losprimeros usos de «escándalo» en los siglos xvi y xvii pertenecieron, en tér-minos generales, a dos tipos principales . 3 En primer lugar, «escándalo» y los

1 . Oxford Eogltsh Dictionar3' (OED), segunda edición, Oaford, ( ;larcndon Prcss, V)S'),

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¿Qué es un escándalo? 3 1

demás términos emparentados se usaron en contextos religiosos para refe-rirse (la) a la conducta de una persona religiosa que provocase el descredito de la religión, o (Ib) a algo que supusiera un obstáculo para la fe o l ;I

creencia religiosa (como sucede en la afirmación que hace Francis Bacon( . 1 1

1625: «Las herejías y los cismas son, entre todos los demás, los mayores essándalos») . Este último uso (Ib) conservaba el sentido, derivado del origlwiigriego, del escándalo como falta o escollo moral .

El segundo tipo de uso tenía un carácter más laico y estaba relaciona 11)

con (lla) acciones o afirmaciones que fueran injuriosas o difamatorias, con(Ilb) acciones, acontecimientos o circunstancias que fueran groseramenteindignas, o con (IIc) conductas que ofendiesen los sentimientos morales o cl

sentido de la decencia. El uso de «escándalo» para referirse a acciones N'

afirmaciones que fueran difamatorias atestigua el hecho de que, en términosde sus respectivos orígenes etimológicos, «escándalo» y «calumnia» se lía .daban muy próximos . Ambas palabras se usaban para referirse a las inlplltaciones dañinas o difamatorias, pero diferían en un importante aspecto : cl

uso de «escándalo» no implicaba necesariamente -mientras que el uso de«calumnia» sí lo hacía- que las imputaciones alegadas fuesen falsas .

Al usar «escándalo» para aludir a las acciones, acontecimientos o cil

cunstancias groseramente indignos (IIb), o a las conductas que ofendían i,,sentimientos morales o el sentido de la decencia (IIc), la palabra fue adglulriendo una importante connotación adicional . En sus usos religiosos,sándalo» implicaba una relación entre uno o varios individuos por ull la, 1()(creyentes o indecisos) y una doctrina religiosa o un sistema de cresnci ;c,por otro. En el uso de «escándalo» para denotar las immputaciones d ;ulin ;c, odil ;uuatorias, la palabra implicaba una relación entre individuos (el individuo cuyas palabras difamaban al otro, y el individuo que era difamado), Sinculbsugo, cuando «escándalo» se usaba para describir las acciones, 3( ()111('

ínnenios o circunstancias groseramente indignos, o para seilalar l ;ls „)n,Indas que ofendían los sentimientos morales o el sentido de la deccn, ia, la

Implicación recaía sobre un tipo de relación distinto -un ;l relaciou ('1)1 1, ,

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32 El escándalo político

digos morales que podían ser, aunque no tenían por qué serlo necesaria-mente, de carácter religioso -códigos que actuaban como referencia paradenunciar la acción o el acontecimiento en cada caso .

Es este último presupuesto el que subyace a los usos más habituales de lapalabra «escándalo» en la actualidad. Aunque la palabra sigue teniendo al-gún uso como término religioso especializado, 5 «escándalo» se usa primor-dialmente hoy en día para describir una más amplia forma de transgresiónmoral, una forma que ya no se encuentra específicamente vinculada a los có-digos religiosos . ¿Qué es un escándalo en el sentido moderno del término?Como definición de trabajo, podríamos decir que «escándalo» denota aque-llas acciones o acontecimientos que implican ciertos tipos de transgresión queson puestos en conocimiento de terceros y que resultan lo suficientemente seriospara provocar una respuesta pública . Para ser más exactos, yo sugeriría que, ensu uso corriente, «escándalo» se refiere principalmente a las acciones, acon-tecímientos o circunstancias que poseen las siguientes características :

a) Su ocurrencia o existencia implica la transgresión de ciertos valores,normas o códigos morales ;

b) su ocurrencia o existencia implica un elemento de secreto o de ocul-tación, pero ello no obstante llegan a ser conocidos por individuos distintosa los directamente implicados ; o bien esos individuos tienen motivos paracreer fundadamente que existen tales elementos de secreto u ocultación (mereferiré a estos individuos con la expresión «no participantes») ;

c) algunos no participantes desaprueban las acciones o los aconteci-mientos y pueden sentirse ofendidos por la transgresión;

d) algunos no participantes expresan su desaprobación denunciandopúblicamente las acciones o los acontecimientos ;

e) la revelación de las acciones o los acontecimientos y la condena que re-cae sobre la conducta pueden dañar la reputación de los individuos respon-sables (aunque no siempre ni necesariamente sea este el caso, como veremos) .

Examinemos brevemente cada una de estas características .

A) El aspecto más obvio del escándalo es el hecho de que implique ac-ciones o acontecimientos que transgredan o contravengan ciertos valores,

5 . Por ejemplo como en «el escándalo de l :1 particularidad», rana Ir :1o 11 I' ti(¡¡¡ Znn ;11,11,11

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¿Qué es un escándalos' i i

normas o códigos morales. Una de las condiciones necesarias para que h :1v :lescándalo es que se haya producido alguna forma de transgresión : no halllrl :lescándalo sin ella . Pero la naturaleza de la transgresión también es luportante: no todas las transgresiones son escandalosas (ni siquiera en poten('í :l ) .Algunas transgresiones pueden ser demasiado nimias para constituir un e : ;cándalo, mientras que otras pueden ser demasiado graves . Es dudoso,

1111

ejemplo, que una pequeña infracción de tráfico (como una multa de x111 :11

camiento) pudiese constituir la base de un escándalo (aunque sería posi1111 -imaginar circunstancias en las que una pequeña infracción de este tipo II11

liase parte del descubrimiento de la trama de un escándalo) ; por otro la 11

1 itubear amos si tuviésemos que describir un acto de genocidio a gran es1 .1la, como el que se produjo en el Holocausto o en la masacre perpetrada 1 1111

los Jemeres Rojos, con la palabra «escándalo», dado que el alcance y el 1111

rror de esas calamidades superan con mucho el tipo de ofensa que nornl :llmente asociamos con este término . En el primer caso, «escándalo» palle,lusa palabra demasiado fuerte, y en el segundo parece excesivamelile hi,iiida . Como acertadamente señala Anthony King: «Los escándalos ocupanI m a especie de zona intermedia de la indecencia»," ya que, en efecto, ¡1111111

viii transgresiones que son lo suficientemente serias para generar I :I dei,aprobación de terceros, pero no alcanzan la gravedad de los crínleues ralas;l1 roces. Aquí hay, desde luego, una amplia gama de grises ; los 1 ipos d 1

Ir,lnsgresión que pueden considerarse como conducta escandalosa se dilo

ven en un banal mal comportamiento en uno de los extremos, conlu11d11-11

1111se gradualmente con el grave crimen en el otro . Pero el hecho de ql le 111 11

11e esta zona intermedia de la indecencia moral forma parte del c1111ee11111 111

e, ;e :ind:do, y es lógico que los límites de esa zona estén mil del ¡nido :; .Mientras que el escándalo implica necesariamente allgun :l 1o1111a de

11,1us)1,resión, se hace evidente, aun para el observador luís dislraldo, ( 1 111

114 , 1111 ilnportante componente de diversidad y variabil¡dad ellll ur ;ll 1'11 111',

111111 :; de valores, normas y códigos morales que resultan rel<'vaniI's x1111¡ 111

11u' se considera como actividad escandalosa e11 1111 culllt'x111 11111 1 Irlo

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34

I'sl escándalo político

co y de la atmósfera moral y cultural global de la época, así como en funcióndel grado de importancia que los individuos o grupos particulares concedana dichos valores y normas . Los valores y las normas tienen un cierto gradode fuerza moral o de «capacidad vinculante» para determinados individuoso grupos . La revelación de la relación de Parnell con Katharine O'Shea fueparticularmente perjudicial para el hombre y su causa, precisamente por ha-ber tenido lugar en el contexto que imperaba en la fase tardía de la era vic-toriana de Gran Bretaña, momento en el que el adulterio era condenado, enprimer lugar, por un influyente grupo de presión existente en el seno delPartido Liberal de Gladstone, partidario de la pureza moral -grupo con elque Parnell se había aliado temporalmente en la búsqueda de la autono-mía-, y condenado también, en segundo lugar, por la Iglesia Católica, queseguía siendo una poderosa fuerza en Irlanda .

A pesar de la evidente diversidad y variabilidad de los tipos de valores ynormas que resultan relevantes para la existencia del escándalo, existen noobstante ciertos tipos de normas que son más susceptibles al escándalo queotras . Las normas y los códigos morales que gobiernan la conducta en las re-laciones sexuales son particularmente propensos al escándalo : transgrediresas normas significa, en función del contexto y de las específicas circuns-tancias de los individuos implicados, correr un grave riesgo de incurrir enescándalo. Las normas que respaldan las transacciones financieras tambiénson propensas al escándalo, en especial cuando las transgresiones implicanun fraude o una corrupción grave . Un tercer tipo de normas susceptibles deproducir escándalo viene representado por las reglas, convenciones y pro-cedimientos que regulan la búsqueda y el ejercicio del poder político . Losescándalos que emanan de las transgresiones de este tipo de norma tendránmás probabilidades de ocurrir en los regímenes liberal-democráticos, dadoque estos regímenes hacen especial hincapié en la observación de un siste-ma formal de leyes y otros procedimientos, sistema que se intenta aplicar deforma igualitaria y en principio a todos los individuos . Sexo, dinero, poder :apenas podría extrañarnos que los escándalos hayan ejercido, y que sinduda vayan a continuar ejerciendo en el futuro, un cierto grado de fascina-ción en la imaginación popular . s

7. Andrei S . Markovits y Mark Silverstein tratan este punto de una forma nnly forzadaen su introducción para Markovits y Silverstein (comes .), T/.), , Poli/i,;

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¿Qué es un escíndalo? 35

Del mismo modo que existen normas que son más susceptibles al es-cándalo, también existen algunos individuos' que tienen mayores probabledades de verse confrontados al escándalo si llegan a transgredir una norma .Puede que todos los ciudadanos sean formalmente iguales ante la ley, perono todos los transgresores son iguales ante el tribunal del escándalo . Esta diferente susceptibilidad al escándalo guarda en parte relación con el gradode visibilidad de los individuos implicados : algunos individuos, en virtud desus cargos, sus logros y sus responsabilidades, son mucho más visibles gneotros, y por consiguiente, más vulnerables al escándalo en caso de que tr,ll Is

gredan una norma . Además, los individuos que en virtud de sus cargos I,afiliaciones abrazan o representan ciertos valores o creencias (como losvocados por una organización religiosa o un partido político), son especialmente vulnerables al escándalo, ya que corren el riesgo de que su concluí

l ;1

privada pueda ser expuesta como muestra de incompatibilidad con los v ;1

lores o creencias que públicamente profesan . Muchos escándalos inlplil ;ulun elemento de hipocresía -no sólo en cuanto a la transgresión de las I H 11

alas, sino en cuanto al hecho de que la transgresión de esas normas se eleltúa por parte de unos individuos cuya práctica dista mucho de lo que ellnvmismos (o sus organizaciones) predican para sí y para otros-. Me referio' ;lesta circunstancia con el nombre de «apuro de Parkinson», en alnsiliu ulnlienlbro conservador del Parlamento británico y antiguo secretario gener ;llde su partido que se encontró en la incómoda posición de tener que lider ;llun partido comprometido con la defensa de los valores familiares iradíeülnades en el mismo instante en que se hacía público su duradero ld1lio (()ti } ;n,l1terior secretaria .'

I le sugerido que la transgresión de un valor o de una noruul sol<, Inc( II'

Il ;u , lugar al estallido de un escándalo si el valor o la norma poseen un d,lernlinado grado de fuerza moral o «capacidad vinculante» para ;111',1111,,, , II

IIs individuos que tienen noticia de su transgresión . Pero esto uo (Ilu1'I,' , II

I it Ilne sea probable que esos valores o normas susciten un eollsell :,l,1 ;11 .I ;'helio en un particular contexto sociohistórico, y I ;IInpI,cl1 Illu1'1,- I II

Ir VIII' esos Valores o normas Sean cuestiones hacia las glle 1111 ;1 Inu~'I 111 .1

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1A escándalo político

cuencia características polémicas de la vida social, elementos a los que algu-nos individuos y grupos se adhieren y que son rechazados (o simplementedesatendidos) por otros . De ahí que los escándalos sean con frecuencia asun-tos bastante enrevesados que incluyen la supuesta transgresión de los valoresy normas que, a su vez, son objeto de disputa . Además, los valores y normasse hallan siempre integrados en unas relaciones de poder ; sirven para estruc-turar la vida social de manera que ésta permita determinados tipos de activi-dad y excluya o prohiba otros (o los fuerce a una existencia clandestina). Enmuchos casos, los escándalos no sólo tienen que ver con la existencia de ac-ciones que transgreden ciertos valores o normas : también guardan relacióncon el fomento o la afirmación de los propios valores o normas. De estemodo, la aparición de un escándalo se asocia a menudo con un proceso de«moralización» más amplío mediante el cual aquellos que denuncian por es-candalosa la acción se adhieren o se reafirman en la observación de ciertosvalores o normas -con distintos grados de eficacia y buena fe .

A menudo, el carácter enrevesado de los asuntos escandalosos no sedebe sólo al hecho de que los valores y las normas sean frecuentemente po-lémicos, sino también a la circunstancia de que puede haber un gran núme-ro de valores y normas implicados en el desarrollo de la secuencia de accio-nes y afirmaciones que configuran un escándalo concreto . En el origen deun determinado escándalo puede encontrarse una transgresión específica yésta puede generar el foco de atención inicial, pero el desarrollo de la se-cuencia de acciones y afirmaciones puede desplazar la atención hacia cual-quier otro punto, de tal modo que la transgresión inicial quede oscurecidapor otras preocupaciones . Muchos escándalos implican lo que yo describí-ría como «transgresiones de segundo orden», de modo que la atención pasade la ofensa original a una serie de acciones ulteriores encaminadas a ocul-tar la ofensa . El intento de echar tierra sobre una transgresión -un proce-so que puede conllevar engaño, obstrucción, falsos desmentidos y palmariasmentiras- puede llegar a ser más importante que la propia transgresiónoriginal, dando lugar a un creciente ciclo de denuncias y contradenunciasque hacen parecer pequeña la ofensa inicial y alimentan el escándalo, quecrece con cada giro de los acontecimientos . Parece claro que las transgresiones de segundo orden desempeñaron un papel crucial en la caída de,jolnProfumo, el ministro británico de la Guerra cuya carrera política (Iuedo destrozada por el escándalo en que se vio envuelto su idilio con ( ;htisl¡ne Veeler . 1 ,122 de marzo de 1963, entre grandes espeellla('Inlleti en LI pIiiv i y enWeslr00inster, I'ro(unlo lizo una declarari(,u p('t> ;(011 ;ll enn la t . ;iio .iii de l()"¡( ,(tII1iilitS (.1I 1 ;1 t111- I1l')', ;Ib ;l exphe11a111ellle 1 ;110'1 1('111(1(1 lela( I(1lu°, e()ll

¿Qué es un escándalo,, 3 /

Christine Keeler («No hubo ningún género de conducta impropia en n I P :

relaciones con la señorita Keeler»), desmentido del que se vio posteril lmente obligado a retractarse en su acta de dimisión . Los lóbregos detallesde los amoríos de Profumo con Christine Keeler se vieron eclipsados p(,r LI

manifiesta gravedad de esta transgresión de segundo orden, extremo sacad()a relucir con bastante acierto en una tonadilla anónima :

¡Pero, qué has hecho, gritó Cristina,Has desbaratado cuanto el partido maquina!Mentir al desnudo es terriblemente rudo,Pero mentir en la Cámara es cosa libertina .

~I'or qué se convierten en algo tan importante las transgresiones de sc

1',undo orden en la dinámica social del escándalo? En parte debido a que

1lueden Implicar la violación de códigos de conducta que se considetaltt',/ i/illlllvos de ciertas formas particulares de vida . El idilio de Profunlo ((111

I htisline Keeler fue visto como una mala acción que comprometía gravt111('101( • sll responsabilidad como ministro de la Guerra (para desgrar¡a d(I'1(11umo, Christine Keeler se acostaba al mismo tiempo con un agre, ad(t11,1\' .11 sovietico), pero su posición se vio socavada en último término p(tt el1c( 1(t tlt • haber mentido explícitamente a sus colegas al hacer una declara1 11)11 personal en la Cámara, lo que abría una brecha en los códigos de c(tn1 II 1( i .i (II le son constitutivos de la vida parlamentaria .` En algunos e :is( ts, I(1s11d1)~ils, de conducta que son constitutivos de una forma de vida se 1aii iII

un(.)¡1((tra(Ios a los procedimientos legales que rigen la administraeilIu (I(111' .Il( 1 .1 - ( :ando las transgresiones de segundo orden implican 1 :1 vial;¡( I(1n

111 1, 1 pecha (le una violación) de procedimientos legales de este 11,e11e1(1,111', ( 1110Fecue11cias pueden ser particularmente graves. 1';I hech(t de 1111v ( 1\ 1111 Barre Viviera consecuencias tan desastrosas para Nixon y su a(11IU11r,11111 1(011 1111 se debió tanto al descubrimiento del allanamienllt ¡ni( L11 de I .r .1111( 111 .c . ( cnl talles del Comité Nacional Democrático, sino mas 1) l(1 al he( ¡¡l-

111 111(', e11 el I I'al]S('lllso de las posteriores pesquisas, Se VI() e ;1(1 ;1 m ;t' . 1 1,1

1111tu1 1,1 t :,I~ ; ;I RLiii-ca estaba involucrada en un acto de eneubtnnn'ni11 c 1111 .

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3 8

[I escándalo político

sobre el asunto . Nixon se perdió por causa de una transgresión de segundoorden que, al obstruir la acción de la justicia, vino a equivaler a una ofensacapaz de generar un proceso de recusación .

B) Una segunda peculiaridad del escándalo es que las acciones o acon-tecimientos implican de forma característica un cierto grado de ocultacióno secreto, pero llegan a ser no obstante conocidas por terceros, o bien haypersonas que tienen la firme creencia de que esas acciones o acontecimien-tos se han producido. Por regla general, los individuos que inician activida-des que transgreden alguna norma o código suelen tratar de ocultar dichastransgresiones a los ojos de los no participantes, o al menos intentan queesas actividades no lleguen a ser de conocimiento común . Pero si el conocí-miento de la transgresión queda restringido únicamente a las personas di-rectamente implicadas en ella -cosa que sucede cuando, por ejemplo, elconocimiento de un amor ilícito sólo es compartido por los dos amantes, ocuando el conocimiento de un soborno se ciñe únicamente al donante y alreceptor- el escándalo no estallará porque no puede hacerlo . Para que seconvierta en escándalo, una acción o un acontecimiento debe ser puesto enconocimiento de terceros o ha de haber personas que tengan la firme y plau-sible creencia de que esa acción o ese acontecimiento existen (en la prácti-ca, la mayoría de los escándalos implican una mezcolanza de hechos y su-posiciones mejor o peor fundadas) . A diferencia de la corrupción y elsoborno, que pueden existir (y a menudo existen) aunque no haya terceraspersonas que tengan noticia de los hechos, el escándalo es siempre, en cier-ta medida, un asunto «público» .

Dado que el conocimiento de los no participantes es una condición ne-cesaria para el escándalo, los escándalos se caracterizan muchas veces poruna dramaturgia de ocultación y revelación . Los individuos implicados en ac-tividades potencialmente escandalosas pueden consagrar grandes esfuerzosal desarrollo de estrategias de ocultación, es decir, a la puesta a punto demétodos que garanticen el secreto o que eviten la aparición de revelacionesinvoluntarias y no deseadas, ya que saben que la aparición de un escándalodepende del conocimiento de terceras personas . Por otro lado, cuando algunos no participantes sospechan la existencia de actividades potencialmente escandalosas es posible que redoblen sus csfuclros por descubrir laverdad: el mero atisbo de escándalo es con írecucncia solicíente para hacerque se desate .

I'slo laos peo holle 1)luci v .II dile t'I t'st' :111,1 :111) Illlpht ,I

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1,111eti v l1)' ; ,1 ,,1111t'1'lilli,'lll,lti ,llle, t'll 11Ia111111c1

, x,,1 111111 l( 1(1, ',1111 ',1I 11)(1)

¿Qué es un escánd :1111,'

principal, y también algo más que los valores y las normas que resultan1 ransgredidos por dichas acciones. El escándalo implica también a) un c

lo grado de conocimiento público sobre las acciones o los acontecimiento',,b) un público compuesto por no participantes que tiene conocimiento deellos, y c) un proceso por el que ese conocimiento se hace público o st' rvrt'lr1' v,sihle, y mediante el cual las acciones o los acontecimientos llegan :1 ~;c1

ct n locidos por terceros . Las actividades que permanecen invisibles a los t q, 1 • .

,I, • los no participantes no pueden ser, ipso facto, escandalosas. Coonnl nnl, II,,, pueden ser potencialmente escandalosas, y la transición de un t •s t an,I :d11 en potencia a un escándalo en acto exige, entre otras cosas, un pr,1t1111(- haga públicas las acciones encausadas . Ésta es una de las razones p, )I las,,luc los medios de comunicación juegan un papel crucial en muchos cst,ulLd1)s, como veremos . También es una de las razones por la que los cst :111

I .il s conllevan a menudo un elemento de profundo apuro y vel güeni :l pt 11

p1111 t' de aquellos individuos cuyas acciones se ubican en el centro dcI ,11 .1

111 .1 , ¡ tic se desarrolla y que súbitamente se encuentran conque las111-', TIC habían sido envueltas en el secreto y la intimidad resultan bri ;, a1ll(1l1c exp¡estas a la vista de todos .

t I I';1 escándalo no sólo presupone un cierto grado de conocinlicnl„011,1111) : Inn,bién presupone_e un determinado grado de pública des,lpr1)b,1l1'11 I',Ir :l tlne un escándalo estalle, algunos no participantes han de scnl o

ll n, h :lr o tener noticia de ella, que la transgresión es (o f(je) una J(< 11111

111,11,1I111t`Illc' Indigna . El conocimiento que los no participantes tit'ile'n de 1 .1

nI 111111 1 „incide o se superpone con su desaprobación ; los juicios epislcl11t,11 9 11, I,' . \, I1)s de valor se funden en las respuestas de algunos de lis l¡¡, Iwi111' t 111c 1 it'nen noticia u oyen algo acerca de la transgresión .

nl d¡ d,l existen ciertas ocasiones en que los individuos n1) x1)11) (1, . .aplnt 1 .111 1111a acción sino que también se sienten olcndidos 1) incl11 :,1) clonIrl1), lon,11Itt por t'lha . 1,11 acción puede suponer una burla para x :111)1 c', >' 111)1

n1t1'1 ,111t' s,on 1 ;111 I11ndanlentales paras(¡ sentido de la identidad N 1,1 b1un,' .1111111,- • .r v', -n prullllldunellte tristtll'nados

Illtelllleann'llit'

•, :,t,ln,1 .111 :,1d,r . . . ¡1111 fila . PIII t'lllbal'g1), las rl'ae('IUllt's de esl :1 Illd1)lc timil In .l' . 1,1,11 1 .1

l= 1, l1I 1,111 ,¡111' l, l it' l,I . V pl'1)b :lbll'llll'llll' 5t • t'5lt'll v1)lviclltl1) „Ili .l \', = illa . .

1111,11, 1 , 11 I11IIt II,I :; de las ti1)t'lt'dades 1)eeldelll :lleti dt' nilt' ;lr1), di .I', 411'1,1t1,1 ,11

lit 4 111, ,11 11111' ¡,ti rc1 It'111t' 111111 -,Ihtlacl 1le l,1, til :;lt'ni ;iS de x',111)11" . v' , 1 ,l, l,llll,l

1111, 11111 dr ,IIF',III1,1' t1,11 - Ill :lti Ila,ht-Inllaleti II :111 Id1) ;111'llll :llld1) ltl(1,,It',I\ .Ilnrll

11 lm 111, - I -' .1 1111)1 J1- I Iu\' ,'l l 1 h,l, 111111 h1)'; t' ;, - ,111, 1 :1111' ; 111'\'al l :11 , :11,'1 .1, 1) I,I l I llll't

Mil h11)11 1It' \',111)1 r', \' 111,1111 :1,, 11111 II :111 I,'l llllll ;ld1) p1)1

, 1111\','l lllhc ,'ll I',L,11,t1ti

40 El escándalo político

bastante rutinarios de la vida social . Son valores y normas a los que la ma-yoría de la gente se adhiere vagamente (si es que se adhiere), y es posible quese profesen más en principio que en la práctica . Son valores simbólicos ycódigos nominales de comportamiento con los que muchas personas con-cuerdan de boquilla, pero que, llegado el momento de tomar decisiones cla-ve, desempeñan un papel relativamente marginal en sus vidas. Cuando losescándalos implican la transgresión de este tipo de valores simbólicos y có-digos nominales es porque estos últimos han adquirido carácter de formu-lismos y una cierta vacuidad moral . Por muy auténticos que sean esos es-cándalos (y por muy serias que puedan ser las consecuencias que tengan), esprobable que los valores y las normas cuya transgresión se encuentra en suepicentro tengan en la práctica una capacidad vinculante muy escasa para lamayoría de la gente. Ésta es la razón de que algunos escándalos puedanadoptar fácilmente la apariencia de un sainete de alcoba de bajo presupues-to: pocas personas se sienten conmocionadas u ofendidas por lo que llega asus oídos, y sin embargo muchas encuentran una suave diversión al con-templar sobre el escenario a un ministro con los pantalones bajados .

D) Para que estalle un escándalo no basta con que algunos individuosdesaprueben las acciones o los acontecimientos : es preciso también queunos cuantos expresen su desaprobación a otros. Una transgresión que llegaa ser conocida por terceras personas pero no provoca ninguna respuesta porsu parte no dará lugar a un escándalo, dado que el escándalo recibe su for-ma tanto de la respuesta de terceros como del propio acto de la transgre-sión . Si ninguno de los no participantes se siente lo suficientemente interesado o preocupado por la transgresión como para expresar su preocupacióna otros, el escándalo no se producirá . El fenómeno del escándalo está constituido tanto por actos como por actos de habla : por los actos de transgre-sión y por los actos de habla de terceras personas que responden a esos ',Wtos con las adecuadas formas de expresión .

Las respuestas de las terceras personas poseen así lo que podríamos 11 ;1mar, siguiendo a Austin, un rol performativo ." Estas respuestas no se lilni

tan a describir un estado de cosas -un escándalo cuya existencia hiera in

dependiente de ellas: al contrario, al expresar esas respuestas los individ(1or ;están realizando actos que son en parte constitutivos (1('I estado de cosasLas respuestas de las terceras personas son parte inlep ¿ante d(1 esc ;iiul,llo,

I I

V'1 .r .r 1

I,

Aii .i I), II(,Ir I'1' 111, 7'lv,,rl rrilh 11 (,n/,, ',rl',11n11,11- .1111 .11), 111111 • . 1111, 1

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1 •. 1111 .1 11111A'r1'mV

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¿Qué es un escándalo :' 111

11o comentarios retrospectivos sobre él. En una palabra : si no hay respul'~,I ;IS, no hay escándalo .

¿Cuáles son las formas de expresión emitidas por los no particip ;lnll'-,,111c resultan adecuadas para poner en práctica este rol performativo? Aun

¡l¡( . esas formas pueden ser extremadamente variables, hay una caractcrisl i' .I que poseen en común : son todas formas de lo que yo llamaría un «dir .1 111';() infamante» . Se trata de un tipo de discurso moralizador que prod1,1l,1)l miles y reprimendas, que refunfuña y condena, que expresa desaproI1 ,1, l(1n hacia las acciones o hacia los individuos . Es un discurso que implica(1111' I ;Is acciones son vergonzosas o deshonrosas, y por consiguiente in11,llí I

1,1111,ic .l que las acciones habrán de acarrear vergüenza, deshonor y descl,111(1 .11 individuo o individuos que las realizaron . Es un discurso que pnc(Ir

111',111 ;11 izar. El discurso infamante puede expresar diferentes grados 111 I (

111( (( 1l c, desde la reprensión suave y una cierta languidez, o incluso una ;11111

11111 .1 ( Ics ;lprobación, hasta la más irrestricta protesta de moral 1111 r ;l1 ;l, I,l1 ;Ilul11('n puede expresarse de diferentes modos y en distintos conlc\Io ..,

' .111 ( - lll11 ;lrp ;o, para que surja un escándalo, al menos una parte del d1S(11111111u11,ulle de los no participantes debe elevarse a la categoría de acto du 11 .1

11,1 publico : es decir, debe expresarse (o manifestarse de cualquier ()11(1

In11( I( 1) (l( . 111111 forma que pueda oírse (o recibirse de cualquier otra lnalnl'I .1)

11111 1111,1 pluralidad de terceras personas . Si el discurso infamante existe (1111

llll ; lllc c()111o comunicación privada entre amigos o conocidos, si solo

pl, '„1 ((1l~(1 roce y como confidencia, podrá constituir un ejemplo de ll .1

11,111111 1,1 "d( . rumor, o representar cualquier otro tipo (le creenciaIi1,1 (11 pliv' .111(), pero no constituirá un escándalo . Desde luego, las 11 .1111,1

111111', I(1', 1IIIII(lres pueden alimentar el escándalo, y muchos esc ;ind ;ll(1,1,111 111 111¡,n 1 precedidos de hecho por los rumores que circulan ciii re la,,; p ;(1

I( 1111 . 1 1 ', .ld, r,, ('(1nno periodistas y políticos, o simplenlenle e(1Irc i11(11\',111111.1 1111( 1^ .1 .111 ('ll el ajo. 1,n Ultimo término, el escall(1 ;1lo solo elle( l(' e .,1 .111 .11fe¡ 'it 111111110 ('1 .I( I I('I'do tácito que sotierra las habladurías v los 1'11111( u rI, ('11 ('1

r-,fi111111 d . 1,1 ((lu)nnir ;IcíOul privada entre amigos o conocidos, (lc 111(1(1(1 (1(1(111± 11 11 1 ;11 11111x,, 111111(1 ;1 I ;1S apropiadas (ori)las de dlsl'llrso IIII ;IIII .llll(, "(1111¿1 .1k' .11 1 11111 . ' . 11 1(

I( 1111eelllllellloti cil cuesti()11, ;Ipll'ezc' ;111 p1111111 ;1111e111( III ;111111'11'11111', rst(1 (le IIII IIIOdO que se ellcll('l11 re ('l) ell'flu 111(11) 11,11111= i 111 111( ;111( r (l(' 1111 .1 p11I1'a11(lad (le Il'i'l'l'I' :IS pel'sullati, ¡a(lill 111(111,lll(' (1't1111 . (111f1111 (1 ('¿,1111 m il (Ic( II .

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42 El escándalo político

dad de recurrir a los medios (durante un discurso pronunciado en una reu-nión pública, por ejemplo), y el hecho de utilizar los medíos de comunica-ción no garantiza por sí solo que la exteriorización del discurso vaya a serpública (una conversación telefónica puede seguir siendo privada y confi-dencial si se adoptan ciertas precauciones) . No obstante, al utilizar mediosde comunicación como los materiales impresos (periódicos, revistas, panfle-tos, etcétera) o los soportes electrónicos (desde la radio y la televisión hastala red), los individuos pueden expresar el oprobio en formas que, en virtuddel propio medio, concedan a esa expresión la categoría de actos públicosde habla : es decir, de actos de habla que, gracias a la naturaleza del medio,circulen en una esfera que haya dejado de encontrarse localizada en el tiem-po y el espacio. Estos actos mediáticos de habla no se limitan a los contextosespacio-temporales en cuyo seno tuvieron lugar las transgresiones origina-les, sino que se encuentran al alcance de muchas personas -potencialmen-te millones de personas- que pueden verlos, oírlos o leerlos . Los escánda-los mediáticos, por su propia naturaleza, no son asuntos localizados .Cuando estalla un escándalo, puede difundirse rápida e incontrolablemen-te, ya que los actos de habla y las imágenes que nutren el escándalo puedenser transmitidos y cubrir grandes distancias de forma instantánea (o casi ins-tantánea), y también debido a que las redes de comunicación están tan ra-mificadas y son tan complejas que es extremadamente difícil contener las re-velaciones perjudiciales .

E) La última característica del escándalo está relacionada con la repu-tación de los individuos que se ven envueltos en él . Dado que los escánda-los implican la revelación de actividades transgresoras de ciertos valores onormas, actividades que habían permanecido ocultas hasta el momento enque el propio escándalo se desencadena, y dado que la exposición de latransgresión provoca diversos tipos de discurso infamante, es posible queperjudiquen seriamente (y a menudo eso es lo que sucede) la reputación delos individuos cuyas acciones se hallan en el centro del escándalo . Digo que«es posible» deliberadamente: el perjuicio o la pérdida de la reputación noes ni una característica necesaria ni una consecuencia inevitable del escán-dalo (de hecho, ha habido casos en que la reputación de los individuos se havisto notablemente realzada) . Sin embargo, el perjuicio o la pérdida de re-putación es un riesgo que siempre está presente cuando estalla y cree(' 1111 es-cándalo. Podríamos exponerlo de este modo : el (-se:índalt, es Inl Icultnu •n t1en el (lllt' etilo en Riego la I'eplllaeloll de los IlrillV'111110> ; . 1>i)1 . ;Ilpllt'til 4, I ;1 ;hilellaz :I para la replll ;lt'loll Ilo ('5 el IIIII("11 ;Isllllltt ell l1legn ell 111111 hit', e' ;t ,Illd ;l

¿Qué es un escárn(lalot'

I)s, Si las actividades encubiertas implican la contravención de normas Ictppalmente vinculantes o el quebrantamiento de procedimientos formalmellu' establecidos, los individuos también pueden tener que enfrentarse :I 1111 ;1

investigación penal y a la neces d--d'dedimitir de sus puestos . En los ese ;ln1:11()s más graves (Watergate, el asunto Irán-Contra, los escándalos tl(' t t .erupción en Italia, el escándalo Lockheed en Tapón, etcétera), es Frceucillt -lue las revelaciones den como resultado una serie de procesos penales, , le—,pidos y carreras deshechas ; para los individuos implicados, la pérdida de 1,1

Ieputación no es en modo alguno la única preocupación . No obstante,I ten muy bien que, precisamente por encima de la reyerta legal, juslanlellpltr encima de la refriega y la cólera generada por los procedimientos 111

d1, ¡;¡les y por las comisiones especiales de investigación en las cámaras dedlltlllados, acecha el asunto de la reputación, del «nombre» que uno li1'111'

es decir, de la propia condición como persona honesta, íntegra y Iluc'll .f,

1)esde este punto de vista se puede entender por qué los escánd ;lltt', m ,uaelerizan a menudo por lo que podríamos describir como «conliend,ls

p,¡ el — buen nombre"» . Sabedores de que su reputación está en inc 1,r,III huidlos que se encuentran en el centro de un escándalo pueden re ;llir.llun esluerzo concertado para defender esa reputación, o para linlpi ;u ' .II

Roen nonl are, lanzando un contraataque . Pueden hacerlo de varios nlt tdt t', .hit dc'n :uuenazar con emprender acciones judiciales y, en caso ti'eer . :n it t,pw, nr;ur (pie los asuntos se resuelvan en un tribunal . El hecho de tilo

,I ) nt, 1111,i estrategia prudente depende en gran medida de la n:llunllt ,' .11

I

I1 1 1 n o v de la solidez de las evidencias al alcance de sus advcrs :lritts . l,,¡ .11

It In,lliva que tienen los individuos pasa por rechazar llanamente 1 :1s at,c . .l11 ner, s, ltor desmentir que se hayan producido las tl'ansgl'esltIII1 :Ilt' I ',atLC .,

II ltltr Ilegal' que ellos se hayan visto envueltos en ellas . 1'e ro 1 .11111t1e11lt puede ser una estrategia arriesgada, dado que puede desplaza) el Itt1 ti

dt 1,1 .IIrIuoit hacia la posibilidad de que hayan existido 1l' ;Ills',re' ;Inlle' . llt`tu VIlltt lt t t trdell, y éstas, si se demuestran, pueden ser ;11111 Illati pc'rlllt ht 1 .1¡t'',lttll,l la lepularíón del individuo implicado que la r«velaeic,n de I ;1 prunill\,I1111 Ill,,l l ) leal est rategla dilel'ente consiste en recurrir al elevado I('1 lino 414 1,1t11t11 ;11, rll :Ipelar a valores mas alto~ en cuyo Ilolul)le halulall'Jdtt ellaIntltl,1' l .l' . ;Irt Iones II11eiales , col) la esperallz:l (le pelsladll .1 1tr . 1, l11 Itt',111 11 .' .1 de tlut' It,s linos jtislilir :In los medíos . Vs :I lee la er;lrale ;,i .1 uull .,Itl .l

pi¡ o Ilnel Nltrlh clic, nlicnn :c; admitía sll inlpliea«it n en cl e ;r,tt hall tutIlti, (rito lntt tilo tilll cieno esIbu) red111111 sll I't'plllaeloll IIal ;llldo de 1 0t 11 .11

11111 ' .1 I' . It II\'Nade'- : IllelIas t'sIt1tal1 IIISIIi (Itl s ,11 henos 1It ,de el 111111111111 i - 113 ;1 11111011, V' :1 tilo 1111 desde el ;Illt~,nlo 11 1 1. ;11

pol 1 .1 de, l1d .1 Itu',tllI ,11

44 El escándalo político

de un elevado bien (la derrota de la amenaza comunista y la preservación dela seguridad nacional estadounidense en un mundo sembrado de peligros) .Otra de las estrategias utilizadas en ocasiones es la de la confesión pública,acto por el cual los individuos reconocen abiertamente su culpa con la es-peranza de que un comportamiento honesto ante la adversidad será capazde provocar la simpatía de los demás -es el camino que emprendieron, condiversos grados de sinceridad y de éxito, el dirigente del Partido Liberal De-mocrático de Gran Bretaña, Paddy Ashdown, al estallar la noticia de susamoríos con una antigua secretaria; 12 el príncipe Carlos y la princesa Diana,al enfrentarse a las acusaciones sobre sus romances extramatrimoniales ; yBill Clinton, al verse obligado a responder a las imputaciones sobre un pro-longado idilio con Gennifer Flowers .

En un capítulo posterior trataré de mostrar que esas contiendas relacio-nadas con la reputación no son simples cuestiones de honor o dignidad per-sonal, puesto que lo que está en juego en estas contiendas es, entre otras co-sas, una cierta forma del poder y una determinada condición de los recursosde que depende . La reputación es un género de recurso que los individuospueden acumular, cultivar y proteger . Es un recurso valioso porque permi-te a los individuos ejercer lo que yo llamo «poder simbólico», expresión queindica la capacidad de utilizar formas simbólicas para intervenir e influir enel curso de las acciones y los acontecimientos . 13 Hoy en día, todos ejercemosun poder simbólico en nuestra vida cotidiana ; constantemente utilizamosformas simbólicas para ejercer influencia sobre otras personas y para darforma al curso de los acontecimientos . La reputación es uno de los recursoscon que podemos contar para tratar de alcanzar de ese modo nuestros inte-reses y objetivos. Es un recurso escaso cuya acumulación puede llevar mu-cho tiempo y costar grandes esfuerzos ; es también un recurso frágil quepuede agotarse rápidamente y que debe protegerse contra ataques o acon-tecimientos que amenacen con reducirlo o destruirlo . Los escándalos sonacontecimientos que amenazan con provocar justamente ese resultado . Losindividuos que se ven envueltos en un escándalo saben muy bien que lo queestá en juego no es sólo su dignidad sino también su poder, su capacidadpara apoyarse en la reputación o en el buen nombre para concitar el respe-to de los demás y procurar la obtención de sus intereses y objetivos .

12 . 1?sic ejemplo se aborda cn el capít111o 5 .1

1 :onsi l, ro al poder simh,ilico congo 1111 :1 d, • las rualro 1,11 nce . 1,x, 1, :c-. ,I, .

I, .r ., vrnI, .l i l ;

I luanlao11 • II r A-I r.é i .iu,/ A1u.h 17///

:1 .Cu . i .il I1 . , .r r ,/ /hr Alr ./i i, l : : unhi idl,e,

Tomando como base este análisis del concepto de escándalo, podencosdistinguir, de manera preliminar, entre dos modelos dé escándalo . I?n el, -aso más simple (figura 1 .1), un acto oculto' -de transgresión queda expoe ::1 c r a la vista del público o se alega públicamente que ha tenido lugar, c Icmodo que la revelación pública o las alegaciones generen públicas manifc • :;(aciones de desaprobación . Sin embargo, en casos más complejos (li,',rn .rl2), a las revelaciones y las alegaciones se añaden los desmentidos y las c11r i

1 raalegaciones de los individuos implicados, lo que, a su vez, impulsa nueve .investigaciones y revelaciones y da lugar a una serie de transgresiones de se

1 , . mmdo orden. En estos casos de mayor complejidad, el desarrollo del escrm-:do se convierte en un juego del gato y el ratón en el que, con cada denrcnlido, crece la importancia de lo que está en juego, y en el qmv la, .I r .ursp cesiones de segundo orden pueden llegara adquirir una significo 1( 111

muy superior a la de la ofensa inicial .1?n la práctica, la mayoría de los escándalos son acontecimientos cola

plcycls que implican diversos factores y circunstancias contingentes, y clec

i,m :i vez se asemejan ala pauta lineal y sencilla del primer modelo . nl l , rulc,r .clsc ;urd ;rlos pueden implicar la pública revelación de transgresiones cu mll .r,,

Irursgresión

revelación públicai-

>-

+ocultación

alegaciones públicas

públicadesaprobación

Figura 1 .1 . Los ingredientes básicos del escándalo

11,ue,clresión

revelación pública

pública

>

+

desaprolrrciomi 1cuUncum

alegaciones públicas

transgresionesde segundo orden

nucvf : ; urvnrllcpic uulur,

y rcrv, l uaouo

¿Qué es un escándalo?

1'i

I~it,,nra 1 .2 .

i\I L,on„,, Icun ol .,,, d,

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, . ,¡¡l,1 .11,- :, lux . ,,,ciil l, 1, 11 .

plrlrlu n' . yI :I In l l . 1 . 11„1 /, I, . inr 1(10

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46 El escándalo político

mientras que otros pueden verse desencadenados por alegaciones públicasrelacionadas con transgresiones que pueden haber sucedido o no . En la ma-yoría de los escándalos de gran envergadura, a las revelaciones y alegacionesrelacionadas con la comisión de malas acciones se añaden desmentidos ycontraalegaciones, lo que pone en marcha el proceso circular que destaca elsegundo modelo . No obstante, incluso este modelo más complejo no es, enel mejor de los casos, más que una tosca aproximación, y es característicoque la mayoría de los escándalos actuales impliquen varios elementos y de-talles añadidos que aumentan grandemente su complejidad . El desarrollodel escándalo se convierte en una especie de narrativa sembrada de múlti-ples tramas y subtramas, muchas de las cuales fracasan pero entre las quehay algunas que pueden evolucionar hasta convertirse por derecho propioen escándalos de menor entidad («subescándalos») o transformarse inclu-so en escándalos «subsidiarios» autónomos que sólo guardan una relacióntangencial con el escándalo original -al modo en que surgió, por ejemplo,el escándalo Clinton-Lewinsky, cuya aparición se debió a una serie de in-vestigaciones inconexas relacionadas, por un lado, con el acoso sexual de-nunciado en el caso Paula Jones y, por otro, a un fallido negocio inmobi-liario en Arkansas- . Hemos de volver en capítulos posteriores sobre todosestos temas .

HABLADURÍAS, RUMORES Y ESCÁNDALOS

He indicado que el escándalo es similar en ciertos aspectos a las habla-durías y a los rumores, y que los escándalos se ven frecuentemente precedí-dos por habladurías y rumores que los alimentan . Sin embargo, estos dosconceptos no significan lo mismo -¿en qué difieren exactamente?

Las habladurías son principalmente una forma de hablar que se produ-ce entre amigos o conocidos . A menudo se trata de una charla sin impor-tancia, de una conversación ociosa sobre otras personas que no forman par-te de la conversación, o que versa sobre cuestiones relativamente triviales .En inglés, la palabra (gossip) deriva de la antigua voz inglesa godsibb, que seutilizaba en fecha tan temprana como el siglo xi .' 4 En su acepción original,un godsibb era un pariente político, una persona que había adquirido unlazo espiritual con otra al actuar como fiador en un bautismo . 1, :t palabra seextendio gradualmente y se aplicó a los auligos ínfimos V :1 1<s elul<,eidus, en

I I

< 11 0 . <,11 <,, 1,a ;',' ; . 1,')') /nu

¿Qué es un escándall' 'I ,

especial a las amigas de una mujer que eran invitadas a presenciar 1111 unn 1miento. A finales del siglo xvi, la palabra comenzó a utilizarse de niodl I

general para referirse a una persona (habitualmente una mujer) afíriol lal LI .1

la charla superficial y ociosa ; al llegar el siglo xix, la palabra se usaba ya 11 :11 .1

,Iludir a la propia conversación liviana .Dedicarse a las habladurías (tal como se usa hoy en día esta palabra 1 ull

I)Iica un cierto grado de familiaridad o intimidad entre los interlocu111I< ,No es posible dedicarse a las habladurías con un completo descono<-Id, I I1

IY1n alguien a quien uno considera un enemigo, ya que las hablad url :is pwsuponen un cierto grado de conocimiento sobre el asunto de que se halda ,,un determinado grado de confianza y confidencia . Entregarse a las 11 :1111 ;1

, Indas es transmitirse mutuas confidencias ; implica tratar al otro enu o 1 a 1111

1I1i<'lnhro del grupo propio, como a alguien que nos resulta lo sutil il , u11 -11n'ute cercano para saber que le interesará, y que se le podrá confia

, 1(,q11, cn una conversación informal de ese tipo. De ahí que las habladlo 1,1` .~,I I len principalmente en la red social de las relaciones entre familiares, :u1u11,1\s v conocidos. Las habladurías son -por modificar ligeramente l :1 II11

tulla empleada por un autor-' s una forma de comunicación qn1 1( 111-1

IIn(, símbolo de intimidad .Aunque la sustancia de las habladurías pueda ser relativanlnnle i I n 1,11

(1 chic indica la expresión «charla ociosa»), no debe interprctarsl ti¡¡( 111,111L11111rlas sean un fenómeno trivial o insignificante . Al conlr :Irill . l .1- . 11 .1

I,LI,InrI .Is constituyen una actividad mediante la cual se rcalid ual1 11

l, .,

1111111ah constantemente las relaciones sociales y gracias a l :1 <,1 :1l 1 .1 - II

I11I, Ac .ii, o se transforman los lazos de la confianza . I ;nlre~1 :u .tie .1 I .1',

II, I III .II111rl .i s con otros es mostrar que uno los considera cllulll Iler :1111a , t,II

111 I/ ¡llrlue111c próximas, o suficientemente integradas <'11 IIII pi 111)(1, 11111111

11,11,1 1111( i .ud con ellas una charla informal, y dejar ver que, en I .iI'1 .1I,',

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luercccdoresdelaconfianzasuficienteparalrauslnilirle .In1I11n1,111,11 II 111l11110111'ti de carácter confidencial (y en donde el ~ 1,Illdn d1` 1 .1 1 111111

111 nI I,IIIda11 se regula por lo general en función del y ad() Ile Iu11 .II1u,1 .11I

111,111111 111 .1' : ((15':I11:1 Se eonsid i i a una persona, 1 :11110 111 :IS IIn111 .11111 1 ,III

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48 El escándalo político

cita. Y ello porque las habladurías implican a menudo la narración de his-torias que poseen una faceta moral que pone de relieve los deslices de otraspersonas y que, por consiguiente, reafirman la rectitud cotidiana que otroshan sido incapaces de observar . Además, a través de las habladurías, los in-dividuos pueden expresar sus opiniones sobre los demás con un grado defranqueza que sería difícil de mantener en un escenario público, y por estarazón les capacita para emitir juicios sobre otras personas y para expresarsus puntos de vista de un modo que sortea los riesgos asociados con la con-frontación abierta . 16

En la mayoría de los casos, las habladurías se intercambian en contextosde interacción cara a cara, habitualmente entre dos individuos y a veces enel seno de pequeños grupos . Sin. embargo, las habladurías también puedenintercambiarse por medios de comunicación mediatos . Esto incluye formasde comunicación mediata entre dos individuos -como es el caso de la co-municación epistolar y la conversación telefónica, que son medíos muy ex-tendidos para las habladurías-, pero también incluye las formas de lo quecomúnmente llamamos «medios de comunicación de masas» . Las columnasdedicadas a las habladurías en revistas y periódicos constituyen unas «ha-bladurías» de distinto signo : son formas escritas de «charla insustancial» so-bre terceras personas (habitualmente personalidades de los medíos de co-municación) que presuponen y fomentan un cierto tipo de intimidad al quellamaré «intimidad no recíproca a distancia» .' Las columnas dedicadas alas habladurías asumen que sus lectores tienen una íntima relación con laspersonalidades que centran el debate del texto . Tratan a sus lectores comoa «miembros del grupo propio» que saben muchas cosas acerca de esas per-sonalidades y que sienten interés por obtener nueva información o por co-nocer las últimas especulaciones sobre la cambiante fortuna de sus vidas .Éste es sin embargo un tipo de intimidad unilateral y no recíproco (los lec-tores saben mucho acerca de esas personalidades, pero lo contrario no es

16. Los antropólogos, y más recientemente los historiadores y otros profesionales, handebatido acerca de los usos de habladurías . Además del ensayo de Sally Engle Merry citadoen la nota anterior, véanse especialmente las siguientes obras : Max Gluckman, «Gossip andScandal», Current Anthropology, 4 .3, 1963, págs. 307-316 ; Robert Paine, «What is GossipAbout? An Alternative Hypothesis», Man, 2, 1967, págs . 278-285 ; Ulí 1 lannerz, «Gossip,Networks, and Culture in a Black American Ghetto», Ethnus, 32,1967, pá„s . 35-6(1 ; P. M .Spacks, Gossip, Nueva York, Knopí, 1985; C . l . Wíckhanl, «Gossip ;Ind I(c.aixlnnc( anuml ;ti]( , Medieval Peasanuy», Conferí ncia insnlgural, I lniv( rsidad d( 1(ti inl',han1, I9noinghnn1, I t 1'i .

1 / . Vr:i ., I'IIOn1lr;on, lln Alr,/nr,rr ,/ 111,alrnu/r, pn17, 1

¿Qué es un escándalo)

I'1

cierto) ; y las habladurías se intercambian de un modo que cancela cual(Ilu( •rpresunción de confidencialidad, dado que la información se transluile deuna forma que la pone al alcance de cualquiera que quiera leerla . 1, :as ( ( I

lumnas dedicadas a las habladurías actúan como proveedores de secretor .I )1iblicos .

¿Cuál es la relación entre las habladurías y el escándalo? La nociou d(habladurías es mucho más general que la de escándalo: las habladurías ,((nuna charla insustancial que puede ser cierta o no, que puede tener lln I((u((positivo o negativo y que puede hacer referencia a muy diversos aspeclor : 1 I(la vida de terceras personas. El escándalo, por su parte, implica una 1 r ;lllr •p,resíÓn de normas o valores que esas terceras personas conocen y que si r,( I

I ;1 pública reprobación . Las habladurías permanecen a menudo en el pl :u 1( )

I( • la comunicación privada entre amigos y conocidos ; el escándalo sol() 1 )1 I(

( I( • darse cuando el conocimiento de una transgresión queda expuesto 1 a I((-,

o(jo)s (le un cierto número de no participantes y siempre con la coiulW[((I1 ( I((111e se expresen públicamente juicios negativos sobre el particular . las 11 .1

I (LI(Illrías pueden alimentar el escándalo y constituir un vehículo para l ;1 dllusi(m de la información, pero el escándalo sólo podrá existir cuando s(' d( nnnllll :íneamente unas cuantas condiciones adicionales . Cuando) sí se supo I

1((mcn de forma muy sustancial el escándalo y las habladurías es en ( •I ( : I,(

(l(- que estas adquieran un carácter público, como sucede en las ('olun111 .1

q ¡w s( • dedican a ellas: en tales casos las habladurías pueden deriv ;u l,I( IIIu( ul( en escándalo, precisamente porque la información se pone ;11 :11( :11'( ,I I p111)lico y puede conectarse sin dificultad con el discurso ínl ;lnl ;lnl,

l is I1 ;lbladurías se parecen a los rumores, aunque la palabra )1111111

II( •n (' un ;1 connotación ligeramente distinta. Derivada del I'ranecs :u1111',n1,

11n111r•> se utilizó en inglés por primera vez en el siglo xiv p ;u'a nu lli JI Iul .l

lpnuOn entendida de naturaleza favorable ." Posteriornlenle se 111111 ;(( d(111,1111 1,1 111 :IS general para aludir a la conversación o hablilla no b ;Ir, .Id .1 ( 11 1111

( 1111( Ilnlelllo definitivo (como expresa el dicho : «('01'1'(' el 111111( )I d-.111, • • ) . las h:lbladlll'ías pueden ser ciertas o no, pero el 1'11111(,1 , 1( . 1111,1(

1111 , ll( h1 5111 :IIIlellllllcal' ; 1111,1 opillióll que (lila ve".. Su liav ;I d( 1111111\ ,1111( Illr (v)IIIII'Illilila O (k'snll'Iltllla deja desea', 1111 tllllno» A l iU,l • .I1114 1111J, I :IS hal)ladnri :ls tienden a 11o ser ratas (fue 1111a ('1nnver',J( 1111 IuJr .1,111( 1,11 J( ('I( ;1 ( le I( •r ('c1' :Is pel'sOII :Is O s(1)K . asuntos )«1 :111\' :11110111,

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50 El escándalo político

los rumores pueden versar prácticamente sobre cualquier cosa, incluyendoasuntos muy graves, y pueden tener consecuencias de mucho alcance (porejemplo, los rumores sobre el estado de salud de un dirigente político o so-bre la estabilidad de una institución financiera) . Los rumores pueden di-fundirse a través de interacciones cara a cara o por vía de la comunicaciónmediata -y, dada la naturaleza de las modernas redes de comunicación,pueden divulgarse con mucha rapidez .

Al igual que las habladurías, los rumores pueden alimentar el escándaloal difundir información (en este caso, una información carente de confirma-ción) sobre los individuos o los acontecimientos que se encuentran en elepicentro de un escándalo o de un potencial escándalo. Los escándalos vie-nen precedidos con frecuencia por habladurías y rumores; al principio esprobable que ambos se restrinjan al círculo de las personas que se encuen-tran próximas a los individuos implicados en la transgresión, y es posibleque ese círculo haga ímprobos esfuerzos para prevenir que se difundan losrumores . Sí los rumores llegan a oídos de los medios y se transmiten -bienen forma de opiniones sin confirmar, bien en forma de insinuaciones-, en-tonces se vuelve mucho más difícil evitar que estalle el escándalo. La proli-feración de rumores puede alcanzar un nivel en el que se haga difícil o im-posible que los aludidos los pasen por alto, de modo que podrían verseobligados a responder públicamente, bien mediante un explícito desmenti-do de los rumores (y corriendo por tanto el riesgo de que se presenten trans-gresiones de segundo orden), bien por la adopción de alguna otra estrategiade defensa .

CORRUPCIÓN, SOBORNO Y ESCÁNDALO

Hoy en día el escándalo se asocia frecuentemente con la corrupción y elsoborno, hasta el punto de que podría parecer que todos estos conceptos sehallan en la actualidad inextricablemente unidos . Sin embargo, estos con-ceptos son, de hecho, muy distintos, y las relaciones entre ellos son comple-jas y casuales. La palabra «corrupción» deriva del latín corrumpere y delfrancés antiguo ; apareció por primera vez en inglés durante el siglo xiv y seutilizaba para indicar la desintegración, la descomposición, o la cí rc0nstan-cia de que un objeto material o una sustancia se echara a perder ." I 1 sto 11o

sólo incluía el proceso de desintegración (ísie :l (corlo sucede rol) la (les

1

¿Qué es un escándalo,'

composición de un cuerpo humano tras la muerte), sino también los prolesus de deterioro o decadencia moral . Hacia el siglo xv la palabra adquiridademás el sentido con el que habitualmente la asociamos hoy en día : la perversión o pérdida de integridad en el ejercicio de tareas públicas por sol 1(11

1,1) o favoritismo, especialmente en el caso de los funcionarios del [,'si ad() ( 1

11 alguna otra institución pública .Utilizado de acuerdo con su sentido actual, la noción de corrupción il11

plica dos elementos clave : a) el quebrantamiento de las normas, corlvenci( 1

n1s o leyes relacionadas con el adecuado ejercicio de las obligaciones I u il 111

(as con el fin de alcanzar objetivos de beneficio privado, pectnliario ((p(I:umal; y b) la perversión o la socava de las normas de integridad vineula(lis con la vida pública . 21 Estos dos elementos se encuentran íntima0I1111(1111 relazados en la noción de corrupción, y lo están de un modo que dise 111

l',0(- a este concepto de otros relacionados y que se superponen parcí :lluleni(' :1 ( •I , como los de soborno y nepotismo . La propuesta y la aceptación (1(

111 Irnos, por ejemplo, implica el intercambio de alicientes (a meo( (l0 ((-(

11(Inli( ,os) destinados a influir sobre determinadas decisiones o resultados ( , II

1 :1v(Ir del donante . El soborno tiene una larga historia : la práctica ya (ra e( 1

1111111 (11 el mundo antiguo, y lo sigue siendo en muchas sociedades :I( l¡¡ ;¡

1 loy en día nos sentimos inclinados a considerar que el soborno (s un :l1110 :1 específica de corrupción, pero en realidad sólo ciertos tipos d( so11(111(1 son ejemplos de corrupción en el sentido que acabamos de (lel111ir Y

II,1 :I.,;1 porque caracterizar un acto de soborno como una lorn) ;1 ( 11I l up( I(in es asumir que la acción implica a un funcionario púlhlieo y ( 111( ,n

( (IIIdII t :1 supone una perversión de las normas de integridad a las (Ine se s11

1-(111' , (pu( h:ul (le adherirse los titulares de la función pública .1 ;,i ( orrupeion puede dar lugar al escándalo y algunos de los 1sc :ul( Ldo' .

11U', 1111p(Irtalltes y de más graves consecuencias se lian Isisadu ('ll :l,iis ;iu I(1

tu 1( ( orrupciun -como cl escándalo del 'I'capot I)olne que cnest ío1111 I .I

IIlulule,11 11 iol) del presidente Warren Harding el) los aiios veinte, elIiII( I (1( ( .111((1, que erosiO11(1la carrera política de] alllli',ll(1 pr1111(1 1111111',II11

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52 El escándalo político

los ochenta, y los numerosos escándalos financieros que afectaron a la polí-tica de Italia, Japón, Corea del Sur, Alemania, Francia, España, Brasil yotros muchos países en fechas recientes-. Sin embargo, no todos los es-cándalos son escándalos debidos a la corrupción, y no todos los ejemplos decorrupción dan lugar a los escándalos ; la corrupción puede existir (y a me-nudo existe) sin degenerar en escándalo . ¿En qué consiste entonces la dife-rencia? ¿Cuáles son las condiciones adicionales que deben cumplirse paraque las actividades corruptas constituyan un escándalo?

En primer lugar, las actividades corruptas sólo podrán convertirse enfoco de un escándalo si se las conoce o si los no participantes tienen la firmeconvicción de que existen ; en otras palabras, es preciso que la corrupción serevele para que se convierta en un escándalo . Si las actividades corruptaspermanecen ocultas a los ojos del público, sí se limitan a una oscura exis-tencia en un mundo al amparo de la observación pública, ni se convertiránni podrán convertirse en epicentro de un escándalo . El escándalo estalla si ysólo si el velo del secreto se levanta y las actividades corruptas llegan a co-nocimiento de terceras personas o se convierten en el foco de una investiga-ción pública .

Una condición necesaria para que las actividades corruptas se conviertanen escándalo estriba en que los no participantes tengan cierto conocimientode ellas, pero no es una condición suficiente . La corrupción puede ser co-nocida, o puede haber personas con la firme convicción de que existe, in-cluso esa existencia puede ser del dominio público sin que por ello se desa-te un escándalo . ¿Qué otras condiciones deben cumplirse? Hemos visto quela corrupción implica el quebrantamiento de reglas, convenciones o leyesrelativas al correcto ejercicio de las tareas públicas : el escándalo surgirá úni-camente si esas reglas, convenciones o leyes poseen algún grado de fuerzamoral vinculante y tan sólo en caso de que la infracción sea considerada porterceros como una violación suficientemente seria e importante para mere-cer una enérgica expresión de censura . En algunos contextos, ciertas formasde corrupción pueden considerarse como vías casi legítimas para la realiza-ción de los asuntos públicos -una especie de «honesto soborno» que, pesea haberse obtenido de modo ilícito, se considera que entra no obstante dentro de los límites de una práctica aceptable- . En otros contextos en que lacorrupción merece una amplía condena, una falta relativamente menor-como la aceptación de un modesto regalo- puede no ser considerad ;lcomo suficientemente grave para dar pablllo a un escúnd ;dll . Sin elnl~ ;lrgll,el gradO de censura morad aso ~ado con las 1, ;Irlielll ;lres I<lrure : v silnarioncr ;d1- < m 1111,( ¡()ti V,II'I,I <'<NItiId1-ralilelnenle 1-11 III1)< ¡,)ti du 111` . < 111111-ti1<1s Iwil<111

¿Qué es un escáudal<1 :l

vos y sociales, de modo que en aquellos contextos en los que exista unn ;111

;grado de sensibilidad respecto de la corrupción, los políticos pueden 1-ncontrarse con la sorpresa de que hasta las faltas relativamente menores sl <nsusceptibles de convertirse en motivo de dimisión .

La última condición que debe cumplirse para que la corrupción se (,,i)vierta en escándalo es la articulación pública del discurso infamante . 1 1 11 , 1

revelación de actividades corruptas que no provoque ninguna respucsl .I .ninguna expresión de condena o reproche, no dará lugar a un escand ;ll<1:uando la corrupción está extendida, cuando su existencia es ampliann1-nl1-

conocida y se acepta como una forma semilegítima de conducir los asnnl<1nil,lícos, puede suceder que la revelación de un caso de corrupción d<- In

,;1r a poco más que un suspiro de resignada indiferencia . La revclaei<in 1

I u I guante que aún no se ha recogido ; el hecho de si ese guante habed de stirecogido por otros, o de sí sus reproches tendrán la suficiente repercnsi< 1nata desencadenar un escándalo y mantenerlo vivo el tiempo sufie¡cnl1- 11 ;1 r .l.111ssur algún perjuicio, son cuestiones cuyas respuestas variarán ser ,, ul1 11

as<~s, en función de la naturaleza de la corrupción, del tipo de pul,líc111,111

1,enerada por los medios y de una variada serie de circunstanciassocia[<-,La mayoría de las formas de corrupción nunca se hacen 1>111111< ;I ,,

<le allí que nunca se vean expuestas al riesgo de un escándalo . Sin cln11,11"<1, implicarse en actividades corruptas y tenerla esperanza de sol~revi~-n cl1

la vi< I ;1 pública es algo así como tener una generosa fe en los nx canisnl< IL1 11e;crecion,o un gran sentido de la confianza respecto al grad<, <le inI1111ni1LId con el que puede uno contar en caso de que esas actividades, <1< ulix,

d m .n i ¡c un tiempo, sean súbitamente reveladas a los ojos de los <Icni,I,,