El escenario postmoderno de una universidad moderna

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DELIA MONTERO Página 1 El escenario postmoderno de una Universidad moderna Delia Montero T. "El saber postmoderno no es solamente el instrumento de los poderes. Hace más útil nuestra sensibilidad ante las diferencias, y fortalece nuestra capacidad de soportar lo inconmensurable" Jean Francois Lyotard, 1989 ¿Nos encontramos hoy ante una disyuntiva similar a la que en 1918 llevó a los reformistas de Córdova a promover la democratización del conocimiento y una sustancial implicación de la institución universitaria en la sociedad de América Latina, o se trata de otro escenario y otras exigencias? Se podría decir que los caminos de la modernidad y de la postmodernidad estaban condenados a re-unirse inevitablemente, pese a sus contradicciones. Mientras la modernidad con su culto a la razón, abre paso a la aparición de la técnica y con ella a la postmodernidad y al profundo y amplio cauce tecnológico que invade a la humanidad, ésta llegó con intenciones clarísimas de quedarse, sin ningún deseo de desaparecer de nuestro horizonte; todo lo contrario, diríamos que estamos ante un espectro no sólo inconmensurable sino de crecimiento desbocado y sin indicios de ser reversible. Citamos a Pablo Guadarrama González, quien dice que la modernidad propicia una confianza desmedida en la ciencia y la técnica y con ello aparece el culto a la información y a la comunicación con instrumentos de poder. 1 Si estas son las circunstancias dadas, tendríamos que plantearnos una universidad mezcla de modernidad y postmodernidad, puesto que muchos de los beneficios que trajo la 1 El autor describe la transición de modernidad a postmodernidad en su obra Crítica del paradigma posmodernista en su impacto educativo y comunicativo. Pablo Guadarrama González. p. 2

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El escenario postmoderno de una Universidad moderna

Delia Montero T.

"El saber postmoderno no es solamente el instrumento de los

poderes. Hace más útil nuestra sensibilidad ante las diferencias, y fortalece

nuestra capacidad de soportar lo inconmensurable"

Jean Francois Lyotard, 1989

¿Nos encontramos hoy ante una disyuntiva similar a la que en 1918 llevó a los reformistas

de Córdova a promover la democratización del conocimiento y una sustancial implicación

de la institución universitaria en la sociedad de América Latina, o se trata de otro escenario

y otras exigencias?

Se podría decir que los caminos de la modernidad y de la postmodernidad estaban

condenados a re-unirse inevitablemente, pese a sus contradicciones. Mientras la

modernidad con su culto a la razón, abre paso a la aparición de la técnica y con ella a la

postmodernidad y al profundo y amplio cauce tecnológico que invade a la humanidad, ésta

llegó con intenciones clarísimas de quedarse, sin ningún deseo de desaparecer de nuestro

horizonte; todo lo contrario, diríamos que estamos ante un espectro no sólo

inconmensurable sino de crecimiento desbocado y sin indicios de ser reversible. Citamos a

Pablo Guadarrama González, quien dice que la modernidad propicia una confianza

desmedida en la ciencia y la técnica –y con ello aparece el culto a la información y a la

comunicación con instrumentos de poder. 1

Si estas son las circunstancias dadas, tendríamos que plantearnos una universidad mezcla

de modernidad y postmodernidad, puesto que muchos de los beneficios que trajo la

1El autor describe la transición de modernidad a postmodernidad en su obra Crítica del paradigma

posmodernista en su impacto educativo y comunicativo. Pablo Guadarrama González. p. 2

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modernidad siguen vigentes, sin negar desde luego, que la postmodernidad camina con

pasos firmes en las “sociedades del conocimiento”.

Lyotard dice refiriéndose a los efectos postmodernistas de la trasmisión del conocimiento

que la cuestión de su transmisión se subdivide pragmáticamente en una serie de preguntas:

¿quién transmite?, ¿qué?, ¿a quién?, ¿con qué apoyo? ¿y de qué forma? ¿con qué efecto? 2.

Tendríamos que dar respuesta a todas estas preguntas para elaborar, según este autor, una

verdadera política de Estado con respecto a la educación superior.

Si aceptamos que el desarrollo tecnológico invade el campo universitario y antes de eso

invadió también la vida de gran parte de la población con sus productos y subproductos,

creemos que no nos queda otra alternativa que cuestionarnos acerca de la idoneidad de los

docentes universitarios tanto en el manejo de las TICs como en el dominio de técnicas de

aprendizaje activo para modalidades de carácter presencial, semipresencial y virtual.

Pareciera que el tiempo no hubiese pasado cuando el control del Estado promete:

facultades importantes que ofrecerán en todo el país cátedras que los mejores postularán3

Ese es sólo el primer asunto a analizar, pero no nos quedemos allí. La universidad en gran

parte de Latinoamérica sigue entregando títulos en carreras que se encuentran saturadas en

el mercado laboral. En el año 2000 se contaba ya con un millón de profesionales titulados a

nivel superior por año, dato tomado del Instituto Internacional para la Educación Superior

de América Latina y el Caribe de UNESCO 4, cantidad que impuso un récord a nivel

institucional y que nos lleva a pensar sobre lo que estamos haciendo y para qué lo estamos

haciendo.

Ahora bien, si el desarrollo tecnológico es imparable, tenemos que pensar en nuevas

alternativas profesionales vinculadas a la tecnología y a las megatendencias que se originan

2 Jean-Francois Lyotard, La condición postmodern. Informe sobre el saber, p.39. Fue durante los

seminarios del Princeton Radio Research Center dirigidos por Lazarsfeld, en 1939-1940, cuando Laswell definió el proceso de comunicación por la fórmula: Who says what to whom in what channel with what effect? 3 Michel Foucault, El Nacimiento de la Clínica una arqueología de la mirada médica, Siglo Veintiuno Editores,

décima edición en español 1985, p. 76, (la primera edición en español se publicó en 1966). 4 Instituto Internacional para la Educación Superior de América Latina y el Caribe de UNESCO. Claudio

Rama, La Tercera Reforma de la Educación Superior en América Latina, IESALC-UNESCO/IPASME, Caracas, 2005

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en áreas tales como la producción de energía, las comunicaciones, la nanociencia, ésta a su

vez aplicada a la medicina, a la biología y al desarrollo de microconductores, la robótica, la

realidad virtual, la investigación en el campo de sistemas de información geográfica entre

otras, a fin de que los miles y miles de titulados “competentes” puedan asegurar un lugar

estable y de crecimiento en el mercado laboral, claro, en la medida de la demanda del sector

productivo.

Ese es uno de los caminos de la utopía de la universidad postmoderna. Veamos ahora

algún tipo de intervención que nos permita avizorar en un futuro mediato algunos avances

reales.

Dice Luis Carrizo: “El modelo instaurado en Córdoba y consolidado en las décadas

siguientes, comenzará a sufrir un lento y progresivo cuestionamiento y transformación a

partir de los años setenta y ochenta, en donde las dictaduras amenazan las conquistas

reformistas, (…) comprometiendo gravemente los aportes al presupuesto universitario. Por

otro lado, la creciente demanda social de ingreso a la Universidad, buscando una

profesionalización adecuada al cada vez más competitivo mercado laboral, contribuye a

colocar notas de alerta en el sistema universitario” 5; esta manera de hablar de la

universidad no es nueva, desde sus casi novecientos años de existencia, siempre se ha

hablado de ella como un ente aparte, aislado, distinto al resto del sistema de educación, de

allí el divorcio entre lo que se hace en los sistemas inicial y medio que no se articula ni con

el quehacer de las universidades, peor aún con las expectativas del sector productivo.

Estamos intentando señalar los puntos débiles en los que hay que intervenir con urgencia.

Rafael Correa Delgado, Presidente Constitucional del Ecuador, manifestó: “Hoy vivimos

en la época en que la tecnología ha venido a ocupar el centro de la vida social, ha

modificado las relaciones humanas más próximas y las relaciones políticas. Por eso, la

revolución ciudadana ha planteado la necesidad de una revolución universitaria, que recoja

el espíritu de la más noble tradición de la universidad como comunidad libre y autónoma de

maestros y estudiantes asociados para la búsqueda conjunta del saber, teniendo como meta

el servicio a una sociedad cada vez más compleja de cuyas entrañas llegan las exigencias

5 Luis Carrizo en CRISIS Y DESAFIOS DE LA UNIVERSIDAD, p. 2

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más dispares”6. En este párrafo encontramos tres temas que vale la pena destacar: por un

lado, se reconoce el lugar que ocupa la tecnología en la sociedad actual; luego, la

revolución ciudadana –eslogan del primer ciudadano del país- plantea una revolución

universitaria y finalmente advierte que las exigencias del momento son dispares, a placer

nuestro añadiríamos insospechadas e inesperadas. Bien, hasta ahí un planteamiento, ahora

a encontrar la solución.

Desde esta sencilla aportación creemos que esa solución tan buscada y poco encontrada,

tiene que empezar por la re-unión de sectores, vamos a decir, por un Plan de Articulación

Nacional de Educación, eso por darle un nombre cualquiera; tenemos que trabajar bajo la

óptica de re-unir esfuerzos, saberes, ideas y con firme voluntad política de que el cambio

sea de amplia cobertura, profundo y urgente, porque la postmodernidad no espera, nos

empuja cual torbellino salvaje hacia lo desconocido.

Un plan que articule a todos los sectores que están directa e indirectamente vinculados a la

educación desde los más altos niveles socio-políticos hasta la sociedad civil, un lugar

común donde podamos realmente armonizar, poniendo al servicio de la sociedad en general

y del sistema educativo en particular las fortalezas de cada sector y trabajar para que las

debilidades vayan transformándose en potencialidades. Vamos a decir, que las vías de

comunicación terrestres crucen el país para que los estudiantes no tengan que salir a las

cinco de la madrugada a escuelas y colegios; que no exista un ecuatoriano que sufra por

falta de servicios básicos de calidad, que el desarrollo tecnológico llegue a todos los

rincones de la patria, que los servicios de educación privados sean accesibles al bolsillo del

ciudadano de a pie, que se promueva la cultura y el folklore en los entes educativos a todo

nivel, que el deporte sea administrado, promovido y respaldado por el Estado, que el

6 Rafael Correa Delgado, Presidente Constitucional de la República del Ecuador. Párrafo tomado del

discurso ofrecido en la Universidad Central del Ecuador, Quito, el 18 de marzo de 2010, con motivo de conmemorarse el 184 aniversario de creación de la Universidad Central del Ecuador.

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control no sea visto como una amenaza, sino como algo necesario y normal, propio de todo

presupuesto donde la sociedad ecuatoriana haga sus aportaciones.

Como los docentes son parte medular del sistema educativo, analicemos estas palabras:

“Se ha evidenciado una clara deficiencia de personal cualificado, en particular de

profesores y formadores que dominen las TICs. Ello indica que si los formadores no están

cualificados difícilmente podrán transmitir determinados conocimientos ni garantizar que

los usuarios de los Sistemas Educativos puedan acceder al mercado laboral con plenas

garantías de éxito”.7 Ya habíamos tocado antes este delicado punto que como podemos

observar no es una preocupación local, ni siquiera continental, sino mundial. Por lo tanto,

el plan tiene que incluir oportunidades de capacitación continua para los docentes de todo el

sistema educativo, no solamente el personal docente universitario, sino todos los que

participan en la educación, que incluya el manejo siempre actualizado de las TICs y de

estrategias de aprendizaje activo; porque no puede seguir sucediendo que los jóvenes que

llegan a las aulas universitarias no sepan leer, ni escribir bien, peor reflexionar, analizar o

criticar; es hora ya de que todos rememos en la misma dirección, no para llegar a buen

puerto como asegura la trasnochada frase, sino para navegar y crecer de la mejor manera

posible en el encrespado y bravío mar de la postmodernidad. Sin embargo y sobre este

asunto flota la gran preocupación sobre si las máquinas van a sustituir al hombre, a manera

de reflexión y respuesta citamos: “las TICs son un medio, un recurso o un entorno, como

veremos más adelante, y que su presencia no implica, necesariamente, sustituir a nadie.

Sencillamente provocan una redefinición de las funciones docentes y tutoriales.”8

Será entonces cuando se arribe al encuentro con una universidad crítica, reflexiva y

analítica, una universidad tecnológica, creativa y científica, moderna y postmoderna, que

evite los extremos peligrosos, como dice Duch: “el ser humano debe integrar la crítica en su

existencia porque constituye el único camino para evitar, por un lado el dogmatismo y por

el otro el escepticismo. El dogmatismo puede describirse como la confianza ilimitada en

aquel uso de la razón, que confina lo humano a la ejecución mecánica de las tareas que

7 Tàrek Lutfi Gilabert, Mercè Gisbert Cervera, Manel Fandos Garrido de la Universidad Rovira i Virgili de

Tarragona en EL CIBERPROFESOR FORMADOR EN LA ALDEA GLOBAL, p.2 8 Se toma esta cita a manera de respuesta ante la preocupación de algunos sectores educativos sobre la

primacía de la cibernética sobre el ser humano. EL CIBERPROFESOR FORMADOR EN LA ALDEA GLOBAL, escrito por Tàrek Lutfi Gilabert, Mercè Gisbert Cervera, Manel Fandos Garrido. p.4

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pertenecen de forma exclusiva al ámbito de `lo pensable´. En cambio el escepticismo

consiste en la total desconfianza o, tal vez aún mejor, en la desesperación de la razón, que

por anticipado se reconoce incapaz de conocer la verdad y distinguirla adecuadamente de la

mentira”.9

Además esa universidad soñada no puede dejar de lado el aspecto humano, y volvemos al

plan de articulación nacional de educación, porque la humanidad educativa tiene que

comenzar y mantenerse a través de todos los niveles. La conversión de la universidad en

una estructura de acogida depende de la existencia de educadores que vivan una pasión por

el hombre, por su propia persona, por el destino de los que le son confiados, que están

convencidos de la verdad de lo que proponen y dispuestos a comprometerse en un continuo

recomenzar el camino junto a sus alumnos,10

solamente ampliaría esta afirmación para ser

aplicada al sistema educativo nacional e inclusive a la escuela para padres, tan cacareada y

poco práctica que “algunas” instituciones educativas brindan, ya que la primera comunidad

de acogida es la familia. No podemos minimizar los efectos de la experiencia universitaria

en los estudiantes y la responsabilidad de los docentes en ese campo. En los Estados

Unidos de América también discuten desde hace mucho tiempo sobre el tema: “Colleges

and universities have a major influence on the development of the character of our students

through the varied activities of their college years”, 11

refiriéndose a la fuerte influencia de

la educación superior en el carácter de los estudiantes a través de las diferentes actividades

que se realizan a este nivel durante los años de formación.

¿Y dónde encajan las competencias en el plan? Pues allá vamos. Estamos convencidos de

la desvinculación del sector productivo con el sistema de educación superior, por tanto, es

allí donde tenemos que articular, unir esfuerzos, crear caminos de intersección, con miras a

que todos los involucrados obtengan un real beneficio. Y es aquí donde encajaría el

concepto de prácticum que no es otra cosa que “el periodo de formación que pasan los

estudiantes en contextos laborables propios de la profesión: en fábricas, empresas,

servicios, etc.; constituye, por tanto, un periodo de formación (...) que los estudiantes pasan

fuera de la Universidad trabajando con profesionales de su sector en escenarios de trabajos

9 Luis Duch en La educación y crisis de la modernidad. Editorial Paidós. Barcelona 1997, p. 133

10 Carlos Raúl Cantero en La universidad como generadora de conocimiento y formadora de la persona, p.3

11 Nannerl O. Keohane, in Moral Education in the Modern University, Duke University 1996, p. 1

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reales” Zabalza12

. Dentro del plan se trabajaría un sistema de competencias profesionales

propias de cada carrera, de tal manera que los perfiles de entrada al sector productivo se

enlacen simétricamente a los perfiles de salida universitarios y que los estudiantes

practiquen en ambientes reales respaldados por el sector empresarial.

Entonces, sintetizando el camino recorrido, podemos concluir que el sistema educativo

nacional en el que incluimos el de educación superior, está esperando por los actores que

directa e indirectamente lo conforman, espera que se sienten a dialogar, que se dediquen a

trabajar con modelos colaborativos, que hagan un cambio profundo y amplio, beneficioso

para nuestra sociedad y que finalmente exista la voluntad política para que las leyes en este

país dejen de dormir el sueño de los olvidados y se conviertan en realidades que propicien

el crecimiento nacional.

12

José Tejada Fernández cita a Zabalza en su obra El trabajo por competencias en el prácticum: cómo organizarlo y cómo evaluarlo, quien explica el concepto de prácticum que se diferencia mucho del aprendizaje práctico, siendo este último un complemento indispensable. La obra original de Miguel Ángel Zabalza se titula Competencias docentes del profesorado universitario: calidad y desarrollo profesional, Narcea Ediciones 2003, p.45

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BIBLIOGRAFIA

Cantero, Carlos Raúl. La Universidad como generadora de Conocimiento y

Formadora de la Persona, sin fecha, p.3.

Carrizo, Luis. Crisis y Desafíos de la Universidad, sin fecha p. 2.

Correa Delgado, Rafael. Discurso ofrecido en la Universidad Central del Ecuador,

Quito, 18 de marzo de 2010.

Duch, Luis. La educación y crisis de la modernidad. Editorial Paidós, Barcelona 1997,

p. 133.

Foucault, Michel. El Nacimiento de la Clínica, una arqueología de la mirada médica,

Siglo Veintiuno Editores, décima edición en español, 1985, p.76.

Guadarrama González, Pablo. Crítica del paradigma posmodernista en su impacto

educativo y comunicativo, Octubre 2009, p. 2.

Keohane, Nannerl O. Moral Education in the Modern University, Duke University, 1996

p 1.

Lyotard, Jean-Francois, La condición postmodern. Informe sobre el saber. Traducción de

Mariano Antolín Rato, Ediciones Cátedra S.A., 1987, p. 39.

Tàrek Lutfi Gilabert, Mercè Gisbert Cervera, Manel Fandos Garrido, Universidad

Rovira i Virgili, Tarragona. El Ciberprofesor Formador en la Aldea Global, sin fecha, p. 2

y p. 4.

Tejada Fernández, José, El trabajo por competencias en el prácticum: cómo organizarlo y

cómo evaluarlo. Revista Electrónica de Investigación Educativa, 1 de Noviembre de 2005

donde transcribe la Conferencia Magistral presentada en el VII Symposium Internacional

sobre el Practicum y las Prácticas en Empresas en la formación Universitaria.

Zabalza, Miguel Ángel, Competencias docentes del profesorado universitario: calidad y

desarrollo profesional, Narcea Ediciones, 2003, p. 45.