El Espíritu Santo Está Aquí

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El Espíritu Santo está aquí, en la tierra Reseña bíblica del Espíritu Santo El primer gran derramamiento del Espíritu Santo fue en el día de Pentecostés, descrito en Hechos 2, donde se hallaban representadas todas las naciones conocidas de la tierra. Antes del Día de Pentecostés, Jesús dijo a sus discípulos que esperaran la promesa del Padre, "la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días" (Hechos 1:4,5). Jesús prometió en su ministerio: 1) que el Padre "dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan," que es oración (Lucas 11:13); 2) el Espíritu Santo hablará en su defensa enfrente de "las sinagogas, y ante los magistrados y las autoridades," (Lucas 12:11,12); 3) el Espíritu Santo (implicado) les dará "palabra y sabiduría, la cual no podrán resistir ni contradecir todos los que se opongan" (Lucas 21:14,15). Después de la Resurrección, cuando la partida de Jesús era inminente, y la capacitación / preparación de los discípulos era urgente, Jesús prometió 4) que los discípulos serían "investidos de poder desde lo alto" (Lucas 24:49); y, 5) los discípulos serían bautizados "con el Espíritu Santo" (Hechos 1:5). La sexta vez que Jesús menciona el bautismo Él explica su propósito. Ellos recibirán "poder, cuando haya venido sobre [ellos] el Espíritu Santo" (Hechos 1:8). Juan el Bautista dijo: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego" (Lucas 3:16). Esta palabra es una revelación del Señor de lo que acontecería aquí en la tierra. Y eso fue lo que sucedió en la Calle Azusa. Reseña histórica de la Calle Azusa Seymour comenzó a efectuar reuniones de oración en la pequeña casa de los Asberry en la Calle Bonnie Brae. La noche del lunes 9 de abril de 1906, el Espíritu cayó y aproximadamente siete personas fueron bautizadas en Él. Una de ellas, Jennie Moore - quien más tarde se convirtió en la esposa de Seymour - no sólo habló en otras lenguas conforme

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Sermón

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El Espíritu Santo está aquí, en la tierra

Reseña bíblica del Espíritu Santo

El primer gran derramamiento del Espíritu Santo fue en el día de Pentecostés, descrito en Hechos 2, donde se hallaban representadas todas las naciones conocidas de la tierra.

Antes del Día de Pentecostés, Jesús dijo a sus discípulos que esperaran la promesa del Padre, "la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días" (Hechos 1:4,5).

Jesús prometió en su ministerio: 1) que el Padre "dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan," que es oración (Lucas 11:13); 2) el Espíritu Santo hablará en su defensa enfrente de "las sinagogas, y ante los magistrados y las autoridades," (Lucas 12:11,12); 3) el Espíritu Santo (implicado) les dará "palabra y sabiduría, la cual no podrán resistir ni contradecir todos los que se opongan" (Lucas 21:14,15). Después de la Resurrección, cuando la partida de Jesús era inminente, y la capacitación / preparación de los discípulos era urgente, Jesús prometió 4) que los discípulos serían "investidos de poder desde lo alto" (Lucas 24:49); y, 5) los discípulos serían bautizados "con el Espíritu Santo" (Hechos 1:5).   La sexta vez que Jesús menciona el bautismo Él explica su propósito.   Ellos recibirán "poder, cuando haya venido sobre [ellos] el Espíritu Santo" (Hechos 1:8).  

Juan el Bautista dijo: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego" (Lucas 3:16).   Esta palabra es una revelación del Señor de lo que acontecería aquí en la tierra. Y eso fue lo que sucedió en la Calle Azusa.

Reseña histórica de la Calle Azusa

Seymour comenzó a efectuar reuniones de oración en la pequeña casa de los Asberry en la Calle Bonnie Brae. La noche del lunes 9 de abril de 1906, el Espíritu cayó y aproximadamente siete personas fueron bautizadas en Él. Una de ellas, Jennie Moore - quien más tarde se convirtió en la esposa de Seymour - no sólo habló en otras lenguas conforme el Espíritu le daba, sino que también fue al piano y comenzó a tocar himnos y canciones del evangelio. Ella no tenía conocimiento previo de cómo tocar el piano. Esta habilidad dada por Dios permaneció con ella el resto de su vida. Varios días más tarde, Seymour recibió el bautismo en el Espíritu.

Muy tarde una noche del mismo año 1906, Susie Villa Valdez susurró estas palabras a Adolfo, su hijo de diez años. "Estamos en tiempos benditos, hijo", afirmó. "El Espíritu Santo está aquí, en la tierra, como en el día de Pentecostés. Gracias a Dios, vivimos para ver el cumplimiento de las promesas de la Biblia." 1

La primera manifestación sobrenatural del Espíritu Santo en la Calle Azusa.

El viernes 13 de abril de 1906, se informa que un trabajador latino fue derribado por el poder del Espíritu Santo mientras preparaba la Misión de Fe Apostólica para el culto del sábado. Arthur G. Osterberg, testigo clave que participó en el avivamiento, informó que él estaba limpiando de escombros la misión con tres trabajadores un día antes de que se abriera, cuando uno de sus trabajadores latinos cayó de rodillas en medio de aquel desorden y rompió a llorar.

La primera sanidad sobrenatural en la Calle Azusa

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Se informa que poco después de abrir la Misión de Fe Apostólica, un mexicano con un pie deforme fue sanado durante un culto de adoración. Osterberg afirma que éste fue el primer gran milagro del avivamiento. Esto es lo que escribió: "De repente, un hombre que había entrado de manera vacilante con un pie deforme, se levantó y salió al pasillo, y estaba batiendo palmas, y tenía el rostro levantado. Su esposa lo miró, y muy pronto lo siguió. Anduvieron hacia el fondo, y después hacia el frente (de la Misión), y ya para entonces estaban andando tomados del brazo, y él (estaba) batiendo palmas, y (tenía) el rostro levantado. Todo esto duró unos cuatro o cinco minutos, después se calmó, y él pasó al frente con su esposa. Yo observé que cuando anduvo por el pasillo no iba tropezando como cuando entró a la reunión. Sabía que algo había pasado a su pie. Por vez primera lo notó, se detuvo allí (en la Misión) moviéndolo, y después comenzó a andar; después de esto, empezó a gritar '¡aleluya!'."

Aquí se cumple la promesa de lo que Joel predijo que “el Señor derramaría su Espíritu sobre toda carne (Joel 2:28,29).   Ancianos y jóvenes, hombres y mujeres, siervos - sin distinguir entre edad, sexo, o posición social - están incluidos en la promesa.   Derrumba todas las barreras que normalmente dividen a las personas: como raza, clase, género, riqueza, idioma, educación, afiliación eclesiástica, y cultura. Esto resuena la esperanza ferviente (y profecía) de Moisés que el Señor pondría su Espíritu sobre toda carne (Números 11:29).   La dotación profética ya no estaría limitada a unos pocos escogidos.

Pedro habló de este tema en el Día de Pentecostés cuando, primero, él citó el pasaje de Joel (Hechos 2:17-21) y entonces declaró que el don prometido del Espíritu era "para vosotros [judíos] es la promesa, y para vuestros hijos [sus descendientes], y para todos los que están lejos y para cuanto el Señor llamare" (versículos 38,39).

El Espíritu Santo es para todos y se obtiene por hablar en lenguas

Primero, los seguidores Jesús fueron bautizados con el Espíritu Santo (Hechos 2:1-4).   Varios años después, una familia gentil fue bautizado en Cesarea en el Espíritu Santo (Hechos 10:1 a 11:18).   Finalmente, en Efeso, fueron bautizados con el Espíritu Santo (Hechos 19:1-7).   En cada caso, los que estaban bautizados en el Espíritu Santo hablaron en lenguas y profetizaron.

El hablar en lenguas es la indicación inmediata y empírica que la llenura ha tomado lugar, pero también beneficia el que habla espiritualmente, porque Pablo dijo que "el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios" y que "el que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica" (1 Corintios 14:2,4).   Esto es el aspecto devocional de lenguas que Pablo asocia con el hecho de bendecir a Dios y darle gracias (versículos 16,17).   Es un elemento de orar en el Espíritu (Efesios 6:18: Judas 20). Esta experiencia de hablar en lenguas es "según el Espíritu les daba que hablasen" (Hechos 2:4).  

Las lenguas son, una manera en que los creyentes se edifican espiritualmente. No es una experiencia que ocurre solamente en el momento del bautismo en el Espíritu; debe de ser una experiencia continua y repetida.   Esta idea está implícita en la declaración de Pablo a los corintios: "quisiera que todos vosotros siguierais hablando en lenguas" (1 Corintios 14:5, traducción del autor). Además declara que "el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles" (Romanos 8:26). También nos da Un amor genuino por los demás, produce un Compromiso con su Palabra, no impulsa al evangelismo y a las misiones, y restaura la iglesia adormecida del Señor.

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El Río del Espíritu

El río del Espíritu proviene de adentro, pero también tiene una fuente externa: "En los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne" (Hechos 2:17). Dios derramará su Espíritu con o sin las Asambleas de Dios; nosotros decidimos ser parte de este poderoso río del Espíritu.

Jesús declaró acerca del Espíritu - que cualquiera que creyera en Él ríos de agua viva fluirían de su interior (Juan 7:37,38).

La promesa de Joel 2:28, citada por Pedro en el día de Pentecostés en Hechos 2:17 es, "en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne".

Y Juan el bautista dijo: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego" (Lucas 3:16).

Pero, para recibir el Espíritu Santo, necesitamos tener hambre de Dios y buscar de su Espíritu.

¿No está el Señor diciendo a su iglesia: "Si se humillan y buscan mi rostro como lo hicieron en el principio, derramaré una lluvia de mi Espíritu (tardía) sobre ustedes?

Desechemos nuestra dependencia del hombre, y los artificios de la carne. Renovemos nuestro corazón hacia Dios, y ÉL nos volverá a visitar".

Hermanos, recuerden que podemos contristar al Espíritu, podemos apagar el Espíritu y podemos blasfemar, pero en este día queremos avivar el fuego de Dios que hay en ti, en mi. En esta ocasión enfatizaremos el hablar en lenguas.

Invitación

- Los que no hablan en lenguas

- Los que dejaron de hablar en lenguas

- Los que desean recibir dones espirituales