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Traducción de

SANTOS JULIA EL ESTADO ABSOLUTISTA

por

PERRY ANDBllSON

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1. EL ESTADO ABSOLUl!STA EN OCCIDENTE

La larga crisis de Ja ecohom.ía y la sociedad europeas durante los siglos XIV y xv puso de manifiqto las dif'icultades y los limi­tes del modo de producción feudal en el postrer periodo me­dieval 1• ,Cuál fue el. resultado politico final de- las convulsiones . continentales de esta época? E.n el transcurso del siglo XVI -

apareció en Occidente el Estado . absolutista. Las-. monarquías

centrálizadas de Francia, Inglaterra y E.spafta representaron· una ruptura decisiva con la soberanía piramidal y . fragmentada. d� • las fonnaci�nes sociales medievilles, con �us sistemas de_ feudos. y estamentos. La controversia acerca de la naturaleza histórica de estas monarquías persiste desde que Engels, en u�a. frase célebre, determinó que e.ran el producto de un equilibrio de clase entre la 'vieja no�leza feudal y la nueva burguesfa urbana:� •Sin embargo, por excepción, hay periodos en que las clasesen lucha están tan equilibradas (Gleichgewicht halten), que elpo'der del Estado, como mediador aparente, adquiere ciertaindependencia momentánea respecto a una y otra. En este casose halla la monarquía absoluta de los siglos XVII y xvm;� quemantenía a nivel la balanza (gegeneinander balanciert)· entrela nobleza y el estado llano» 1. Las ml.iltiples reservas. de estepasaje indican cierta inseguridad concep.tual por parte de E.n·gels. Pero un detenido examen de las sucesiv� formulacionestanto de Marx como de Engels revela que una concepción siml·lar ·del absolutismo fue, de hecho, un rasgo relativamente per·manente en sus obras. Engels repitió la mi�ma tesis búlc:a deforma más categórica en otro lugar, subrayando ·que cla con-1 dición fundamental de .I� antigua monarqu(4 absoluta» era cel equilibrio (Gltichgtwicht) entre la nobleza terratenlen�e ·1 la

. , .

• Vwe su wlisls en Po.ua1u from Antlqulty 10. t,r.utaJLsm.' Londres.1974, que precede a ate estudio. (Translcionu d, 14 Anti1D1dad d feudo.·lismo, Madrid, Sl1lo XXI. 1979.J · . : · . . · : .

ª The oriiin of the /amil1, priwt, proputy tm4 the 'Sta.t,, en JC. Marx y P. Enac:Js. Sáu:tc4 Worb, Londres, 1961, p •. 511 !El ori1,n de 14 faml·luz. la propwlod privw y á &tado, en IC. Man y F. En,els, Obnuuco1ld.u, Madrid. Abl, _J'75, u, p. 339): .:K.: Man y F. ,Eu1cls, .WuJu,volumca 21, p. 167. - · · ·

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Europa occidtntal

burguesía• 1. Evidente men te, la clasificación c!_el absolutismo .como mecanismo de equil ibrio político entre la nobleza y la . burguesía se desliza a · mcnu<ld · hacia s u. des ignación · implícita o explici ta en lo fundament�! como un. t apo de Estado burguésen c1Janto tal. Este desllzam1�nto es ev adctt t.e, sobre todo, en elprop io A·f anifiesto co,núttiS ! j, en el que la función política d� la burguesía • durante el _período de . la .manufactura• se carac­teriza sin ni nguna solución de con : 1ntudad como «cont¡;apeso (Gegenge,vicht) de la nobleza en l 1 s monarquías feudales o ab­solutas y, en gene ral, pied ra angui.:ir ( flauprgrttndla.ge) de las

,,· . grandes n1onarquías» •. 1 La equívoca trnns ic i6n desde •contra· -:( peso• a �piedra angular• aparece también en otros textos.

Engels pudo referirse a la época del absolu tismo como In era en que «la nobleza feudal fue obligada a comprender que el periodo de su dominac:ión social y polít ica había llegado a su fin• s. Marx, por su parte, afirmó repetidamente que las estructuras admlniitrativas del nuevo Estado absoluto eran un Ins trumen to específicamente burgués� •Bajo la monarq�fa absoluta •/ esc:rl· bid, cla burocracia no era más que el medio para preparar la

--dominación de clase de la burguesía•. Y en otro lugar afinnó que cel poder estatal centralizado, con sus órg�nos omnipotert· tes: el ejc!rcito permanente, la policía, la burocracia, el cleroy ta magistratura �rganos creados con arreglo a un plan de división sistemática y Jerárquica del trabajo- procede de los tiempos de la monarqula absoluta y sirvió a la naciente socle·dad burguesa como un arma poderosa en sus luchas contra el feudalismo» •.

Todas estas reflexiones sobre· el absolutt.smo eran mis o meno, fortuitas y alusivas : ninguno de los fundadores del ina· terfalismo hlstóric:o _hi�o jamás una teorización directa de la.s nuevas ·monarqufas · ·centralizadas que surgieron en la .Europa del Renacimiento. Su exacto s ignificado. ,e· dejó al Julc:lo .de 1,s generaéiones siguientes,-y; de hecho, los hfstoria�ores �arxlstas

• • • • • , . a • • �

• • ., -

• z�, Woh��n��,11�;, en - W1rlc1, vol. Ía, p. 25a. [Contrl�ucldn al pro-bltma d, 14 Yivl,nda, en :Obru ,sco¡ida.s, 1, p. 636.] . • · · • K. Ma� y F. Ensels, Scl,ctcd IVorks, p. l7 [Obr4r ucoic4u, 1,: p. 2,J:w,,k,. vol • . 4, ¡,. 464. ·. · . · .

. , · ' Ubcr ·11,n Vcrfoll d11 F,udalismw . und das Auflcomm,11 �,, 80�110 • ·

,1,, en -W,rkit. vól . 21, p. 398. En la frase aqul chada,,la docn1nacl6n a,POU·dca• es ·aprcsamente ·stadtlidr, • . · · · · ·· · ,

• u primera formulación procede de Th, El11t�,cnth Brumo.l�, of Lou.l.l Banapart,, :en S1lected W�r.u, · p. 1 71 (El d,cc,ocl,o Brun,ario ·1, Lull . . Bo"apartc en Obra aco11d41, 1. p. 340): la sesunda es de Thc c,vlt . wa, 111 Fraru:,/ en Sclect,d WorJ:s, p • .219 Cú ,u.erra civU �n Franci.a, en __ Obruuco114u,- �vol. 1, p. >539). · · ·

El Esta�o ab$Olutista en Occident,

han debat_ido el problema de la naturaleza .social del absolutismohasta nuestros días. Evidentemente, una solución correcta de es te problema es vital para nuestra comprensión de la transl· elón del feudalismo al, capital ismo. y de los sistemas po1íticosque la carac:teri!aron: '.Las monarquías absolutas .. iritr9_4Mi.e.ro_n_ , unos ejércitos y una burocracia pennanentes, _un sis te�a . . n�<:i� \ nal de impuestos, un derecho codificado y los co111ie�9s_ d'-' ,µn_ mercado unificado. Todas estas caracterís ticas parecen ser eml· nentemente capital i'sta�, y como coinc:iden con la desaparición de la servidumbre, insti tución nuclear del primitivo modo de producción feudal en :Europa, las descripc:Jones _hechas por Man: +y .EngeJs del absolutismo como un sis tema est�tal que rep�e­sen ta un equilibrio entre Ja burguesía y la nobleza, o Inclusoun dominio abierto d�l mismo capital, han parecido con mucha frecuencia plausibles.:., Sin embargo, un estudl� m4s detenJdo de las estnacturas del :Estado absolutlstaAn Occidente nlep inevitablemente Ja validez de tales JuJdos�.l..tin. . df _1• •en1:..dumbre no significó por sl mismo · 1a desaparición de las rela· -clones feudales en et campo • . La ldent!flcac16n de amboa · feóó= menos es un en-or comá.n, pero es .evidente que la coerción pri· vada extraeconómlca, la dependencia personal y la combinación del productor inmediato con los instrumentos de producción, no detaparecleron nece&ariamente cuando el excedente niral dejó de ser extraído en forma de trabajo o de entrega.s en e.specle para c:onvertlrse en renta en dJnero: mlentra.s la propiedad agraria ariJtocritlca cemS el paso a .un mercado libre de tlen-u y a la movllldad real de la mano de obra -en otras palabras, mlentru el trabajo no se . sep�ró de lu condiciones sociales 1

de 1u exJstencla para trantfonnarse en cfuerza de t�baJo9'.-, las relaciones de producción rurales contlnua�n siendo feuda· les. En El Npital, el ml.lmo Marx clarffic:6 e,te p�blema, en su correc to an'11sls teórico de la renta del suelo: •La ttanJforma� • cfón de la renta en trabajo en la renta en productos ·no "iltera-en absoluto, eeonómlcamente hablando, 1, esencl� de la .l'."l\�( de la tierra [ • • . ] Bntendem�s aqul · por renta en dln�ro .. [ .. . . ] la renta emanada de una mera trasmutación fonnal · de_ ta renta ·

• • • • .. • � •• ra

en product_os, del mismo modo que ata misma ·en s6l9 -li. renta · . en trabajo transformada . [ . . • ] La · base de esta . clase ,de renta, a pesar de acercárie .a . su d,soluc16n, sl¡u� slen��-}a_ m�m� que_, ..en la renta en productos que constituye el .pu.nt� de ; partida. . r El productor directo sigue siendo, como antes;:.poseedor . here;-. - � di tarlo o, de at¡una otra manera, tradicional ·�el suelC?, y quien · -­debe tributarle al temtenlent�, e� �to propletarlo .�de la ti•,-:':.rra, de su condiddn de trabajo mu esencial.· un �bajo. f(?.r·: ·•

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E ,,.,ropa occidt11tal

zado excedentario, es c! ecir, trab�,jo impago. cfec¡,u:.tdo sin tqul­. � v&1lente. en la forma d� plusproducto tr�.nsfor-mado en tHnc-

. · ro• 1. '-..0s señoreJ que cun :inuaron sieud·.) pro�: :t .trios d! loJmedios <le p rodti�ción fttndament�.:es c.i c:...aÍ'i_uit:r :;::;.ci.:!d;.1Jpre!ndustrial fue? ·.:.>n, desd� iu�go. io:; noi; '. �s, t,�t ;:atenien tes. Dú­r.inti: toda la ten1prana edad mod�rna, la c la5e cconóm1ca ypol itic�cnente docn inan te f1.1e, pu�s, !a nJisn-;a qu-! en la �.3 me­dieval:, la aristocracia feudaL Esta nobleza s ufri-1 una profunda metarnorfosis durante los sig?os siguientes al fin de la Edad!'vledia, pero desde el comienzo has<a el final de la historia delabsoluti�mo nunca fue . desalojada de su dominio del poderp_olitico. . . . -."!) Los cambios en las formas de explotación feudal que acaecie-_ron al. final de la época medieval no.,..fueron en absolut� i.n.sig�­nificantes; por el contrario, son precisamente esos cambios los que modifican· las formas del Estado. El absolutismo fue esen­cialmente eso: / tln aparato riorganit.ad_o y potenciado d_� domi·

nacidn f eudr1.l, destinad� a man�ener a las masas campesinas en su posición social tradicional, a pesar y en contra de las mejoras que hab(an conquistado por medio de la amplia conmutaciónde las car�as. Dicho ¿e o?ra forma, el Estado .!bsolutista nuncafue un árbitro entre la aristocracia y la burguesía ni, muchomenos, un instrumento de la naciente burguesía contra la aris·tocracia: r fue el nuevo caparazón poHtico de una nobleza am�· anazada. Hace veinte años, Hill reswnfa as! el consenso de una generación · de historiadores marxistas, ingleses y rusos: etamonarqu(a absoluta fue una forma diferente d: monarqufa feu­dal, distinta de la monarqu(a de estamentos feudales que la ·precedió, pero la clale dominante : continuó si-!ndo la misma, exactamente· fg-ual que una república, una monarquía constitu·cioriál y : �na' dictadura . fascista pueden ser- toda$ ellas fonnas

, Ez ° c11pital • . ·Madrid, .St¡Ío X.Xr. 1975�1979, ti"bro i11. vol. a, .pp. 1 10, lll, 1 1 4. u exs,os�clón que· hace Dobb de este problema llJ:ndamc:.ntaJ, en s11 rtpUca a Sweezy, .en el f:1mos'? d�bacc de !º� ai\o� c!':cuen�a . sobre l� transición · del feudalismo al c3p1tahsmo, t.J luctda e anc1s1va: Se,:11�, ar.dSrXi�cy, · xtv/,2. ,primavera d� 1·150, p;,. 1 57,67, especialmente 16J-4 (el c�o.· Junto del debate, con al¡una.1 ª.P?rtaciones mis _actuales, s� :.eco¡c enRod.ney ,Alttori. comp .• The tr41't.Sttron. f:om few!ali�m . to cc.iptra,um, . LoQ·

dres, rcu; · 1976; trad;· c.ast.:. la tra.,u,ción d�l ,capctaCumo al. f ,ud�lumo,Bucelona. Crftlca. tmJ. La lmporta.ncia teórica del problc:"a es C\" tden:tc. En el aso de un pa(.s -como Suecia, por ejen,�lo, los habttual� C$ludioshistdrlcos todavia aflrman que •no hubo feudahscno• . a causa de la auseQ•da de uaa semdwnbre , propiamente dicha . .Por supuesto. las relaci1Jnesfeu�es prcdomlnaroo ea · el eam.90 s•Jcc:o, de hecho. dura.ate toc!a laúhlma era mcdlcval.

El ·Esta.do absolutlsta tn Occidtnt�

de �?m.fnadón de la b�rguesra� •. _La nueva form�-· �et- . . e�e.!'nob1har�o est�vo deter:i1:11nada. a su vez, 'por el .desarrollo ae la·-.p_roducc1ón e 1ntercamb10 de mercanc:Cas en Ias · formaciones-·so-- ·c1ales de transición de la primer a época moderna. Althussei- ha··· e�pecifi�do correctamente su carác ter en este sentido: • El ré· gtmen político de la monarquía ab�oluta es tan sólo la nueva forma política necesaria para . el mantenimiento del dominio y e:cplotación feudal en un. periodo de desarrollo de una econ� mía de mercado• '· Pero las dimensiones de la transfonnación histórica que entr.iiia el advenimiento del absolutismo no deben ser minimizadas de ninguna manera. Por el contrario, es fun· d�ment�l . comprender toda la lógica y Ja importancia del cam· b10 dec1s1vo en la estructura del · .Estado aristocrático y de la pr�piedad feudal que produjo el nuevo fenómeno del abs� lut1smo. . : El feudalismo como

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mod� .de producción se definía origina· namente por una uni�ad orgánica de economta y política para· dójicamente distribuida en una cadena de soberanías f�gmen· tadas ª. lo largo de toda la f?rmación scx:ial. La institución de .. L la servidumbre como mecanismo de extracción del· excedente f fund_ía, en el niv�l mole�lar de la aldea, la explotación ce<>nómica y la coerción pol(t 1co,.legal. El señor. a su vez, ten!a que prestar homenaje principal y servicios de caballería a un señor supremo que reclamaba el dominio úl timo de la tierra. Con la conrnutación generalizada de las cargas por ul'la renta en dinero,

.' Christopher Hilt, c�oment•, Scitncc artd Soci�ty, XVII, 4, · otot\o de19?3 , p. 351 (La • tratt.s!cidtt dd ftudalismo td capltall.Jmo, · dt.]. los tir· manos de esta af1':1'ac1ón deben tratane con mucho cuidado. El . caricter¡eneral y caractenudor de una q,oa del absolutismo hace lnadccua�c!'atqule_r co�paraclón formal ectre ,1 y los re¡Lmenes · locales_ y exceP: t1onates del f ascl1mo. . · · · · ·. ·

' Loul, Althússer, Mo11tÚquleu, la potitfr¡u, et l'hlstol,, ·· París 1969pá¡fna 1 1 7 (A-lorJtuqufcu. la polltlca 1 14 hutorla, Madrid . ciencia . Nueva"1968. �· 97}. Aquí se selecciona esta formulación por ser ;eclente y repre: · sentatl�a. La creencia en el caricter capitalista o cuasi capitalista del absolutismo puede encontrarse . todavfa. sln embar¡o, . de forma oeasfona!. Poutan�us ca.mete la lmprud�n�la . �e clasificarlo asr en su. :por otra ·í':ar.te, 1mport.intc obra Po'!voa, poftt,qu, el cla.J.su socia.l41, París, 1968, pii:n.1s 169·!0 (Poder pollt,cp y ,t-ues sociales tn el Estado capitaliJla �l�d:id, Sirl� X�[. 1972. pp. 202-21 1 } , aunque sus t�nnlnos son \'a¡os y 3:!ib,�os. El • re�1ente deb1te iobre el absolutismo ruso en · las revi.sta.sh1s,Jneas sov1�tt,:3s re..-i:fa algunos ejtmplos aislados similares aunque cr_onolórl.camentc mis m�tiudos; v!ase • . Por. ejemplo, A. Ya. AvrdJ, cRus.s· kn ab�ohull.tm l evo rol v utven.!1dcn1e kapitalizma v Rossii•. /sloriya SSSR. febrero de 1964. pp. SJ..fO.J,· que ·considera al absolutlsmo· coino cel P��otipo del Estado bur,uis• (p. 92)� Los puntos de vista ·de AvreJ fueroncr.�1e2dos con dureia en d d�bate postuior, y no cxpresaa la r.endenc:la1enenl de u d.lscu.slda.

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Europa occid,ntal .

!a unidad celular de la opresión poUtlca y económica .�eJ carn."pesinado se vio ·gravemente . debilitada y en peligro de dlsolu· .ción (el final . de este camino sería el • trabajo libre• ·y el e con·

'} trato satáriál») . El poder de clase de los señores feudales quedó, pues, directamente amenazado por la desap�ición gredual dela servidumbre. El resul tado fue: un desp�ar.aniien:o de la cóer·ción poHt ica t�n un sent ido ascendente hacia un� cirna centra­lizada y militarizada: el Estado absolu tista. La coerción, diluida en el plano de la aldea. se concentró en et plano •nacional•. Elresu ltado de este proceso fu: un aparato reforzado de poder real, cuya función pol í tica permanente era la represión de las masas campesinas y plebeyas en lc1 base de la jerarquía social. Es ta nueva maquinaria de Estado. sin embargo, estaba tnves· tida por s� propia naturaleza de ·una fuerza coactiva capaz de·des truir o d iscipl inar. a individuos y grupos 4entro de la misma nobleza. Como · veremos. la llegada del absolutismo nunca fue. para la �rpia clase dominante, un suave proceso de evolución, . sino ·qu� estuvo ._marcada por rupturas y conflicto� e�tremada· m��.t� _ diiros en · el seno de la aris toe.rada feudal. a · cuyos inte­reses colectivos en último ténnino servía. Al mismo tiempo, el complei:ncnto objetivo de la concentración poUtica c!el poder en la cúspide del orden social, en una monarquía centralizada, fue · · la consolidación, por debajo de és ta, de tas 1.utidades de pro-

'cr piedad feudal.' 1Con el desarrollo de las relaciones mercantil��!

la di solución de tos lazos primarios entre la explotación ec;,2-nómica y la coerción pol!tico.1:gal condcjo no sólo a U.."la ere· c:iente proyección de esta ultima sobre la cúspide inonárqui.(i.a· del sistema social, sino tarrtbién a un fortat�cimiento comp.eJk satorio de : .los · títulos de propiedad que garant:zaban aquen, explotación_. ·En· otras · palabras : con la :-�organización ·del .sis- . tema políticó feudal en su total idad, y la disolución del sistema original de · feudos, la prcpied:?d de ll tierra t!nr.Hó ·a · hacerse · pro6�esi ','.nmente men·�s -1,ond!cionn!,, �t tier:1:,0 �!J".: la s�be­rania se hac{a .: correlativamente más . absoluta-> . El c!eb�H ta· miento de las con��pc.i.9i:aes medievales de vasaHaj� se dcsa rro11.ó · en ambas direcciones: mientras confería a la monarquía unos poderes nuevos y· ·extraordinarios. emancipó las propiedades de la nobie� ··de sus trá�icionales l imitaciones. ·En la nueva época:.:

,la propie4a·� agniri� ·�-d9pt6 silenciosamente una {orma .alodial . {para · usar un t�nnin�. que habría de volverse . an!lcrónico en un clima jurídico transformado). Los miembros · individuales dela ·erase . aristocrática, ·. que · perdieron ·progr�ivainent� los dere· · . chos poUticps de ,representación en la nueva �ra. registraron avances 'en la propiedad, como reveno del. mi.smo proce�o his·

. . . . .... . . .;. .. . . ' . . . . . . . . . . .

El · Estado absolutista. era Occidente

tórico. '. El 'efecto' final de �ta . redistribuc:ldn .del poder social . · I .

de la n�bleza fueron .�a .. m��q�lna�a de Estado y el. ord�_JYrld�9. .absolutis tas. _s:uya coordinación habria de aumentar la eficacia d�I dominio 'aristocrático al reducir · a un campes inÍ.do no ser·vtl a nuevas formas de dependencia y explotac:i6n·. Los estados monárquicos del Rcnacfmiento fueron ¡ ante \odo y sobre todo, instrumentos modernizados · para el mantenimiento del dominio nobiliyi� sobr� las masas rural�s.

Al mismo t1empo, sin embargo, la · aristocracia tenla que adaptarse a un nuevo antagonista: la burguesía merc�ntil quese había desarrollado en las c:ludadcs medievales. Ya se ha vlsto que fue precisamente la Intromisión de uta· tereera pruencla lo que impidió que la nobleza occidental ajus tara cuentas conel c�pesinado � modo oriental, esto es, aniqui lando su rests· · tenc1.a y · encadenándolo al seftorfo. La ciudad medieval pudo desañ-oJiarse gracias a la dispersión jerárquica de la .sob�ran.fa en el modo de producción feudal, que habla liberado a las eco­nomfas urbanas de · la domlnacidn directa de una clase dom!..

nante niral ••. En este .sentido, como ya hemos visto. las ci1.1· dade.s nunca fueron exógenas al feudalismo de Occidente. De

" El fQmoso debate entre Sweczy y Dobb, con 11.1 contribuciones d1

Taka.hashi, HJt con y Hitl. en · Sclcnc, artd Socicty. I9S0.5l (La t14,ulcld11del feudalismo 41 caplta.(i1mo, ch.]. es hasta ahora el tlnlco tntamlento rnanlsta slstemitlco de los problemas fundamentales de ta transición del leudalismo al capftalismo. En un Importante aspecto, sin emb1r10, ate deb�te ¡Ira en tomo a un problema falso • . Sweezy ar¡umentd (sl¡wendo a Plr�nne) que el ,primer motor• de la lranJfcldn· !ue un a¡ente cc,:temo• de 41solucl6n, ato a. los ,nctaves urbanos que destruyeron la economta a¡raria tcudat por la expansldn del Intercambio mercantil en lu eluda· des. Dobb replicó que el Impulso hac:la · 11 transición debe situarse dentro de las contradicciones de 11 propia ecó.nomfa aararta, 1eneradoras de una dllerenclacJ6n . �lat del c•mpcsinado y de ta . eipansl6n del pcquefto pro,. ductor. En un ensayo ¡:,oscerior SQOre et mismo tema. Vllar formuló ex· r,Uc:ltamente .el problema de 1a tran!tc:lón como un probl.cma de determl· nac!iSn · �e ta córreé:ta co!'lblnacl6n de cambios · 11rarlos · ,endóaenos• y comercfales·urbanos ·��61enos•, a la vez que lnslstfa ¡:,or su pane en la Importancia de · 1a economfa mercantil atl!ntJca del 0sl1lo . xvi: · ··Pro'blém.s In the fonnatlon ot capltallsm•, Pilst ª"' 1',u,"I, · JO. · noviembre .de 1956. picinu 33-34. [ ,El i,roblema de ta formación . del capltáJlsmo,, en ·c,fd.miento 1 duarrollo. Barcelona. Arlel� ' 1974.] En un Importante y rec:Jente estudio, cTown and country In the transltlon to capl tallsm• [N,w Lcft

· Rcvicw, · tl, septlcm'bre-octubrc de 197.S: Incluido tam'bl•n "en lA .trcn,li:ldnd,l fe"'dalumo Gl azpitalumo, cit.]. 1ohn Menin1ton ha resuelto ésta antl·nomla demoscnndo •• verdad b4slca de que el feudallirno europeo' �cJos . . , .de can,tltulr una economía e,ccluslvimente · arrarta� ·es el ·j,rlm,r .modo de producd6n de · la historia que concede ·un tusar cstnJctunl áut6nomoa la producción ·y al comercio urbanoi.: �En este ·sentido; eJ créclmlcnto· de tu dudada· en ·. el feudal!smo · de · Europa ocddenlál · a ·. ua.a cvolucldcun c l.ntcrna• como la cllsolud6n del HAotfo. ·

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• Europa occidtntal .

hecho, la condición fundamental de su e'.'<'.istencia fue la c destc> talización• unica de la soberanfa en el m!rco ·del poder pol(ticc> económico del feuda1 ismo. De ahí ta res is tencia de las ciudades de Occidente a lo largo' de· l a peor crisi� deJ· siglo. x1v, que· arruinó temp�ralmente a tanta s famil:a:: F'alri,:ias de las urbes m�diterráneas. Los Birdi y Pcruzzi st h!.!�dicron en Florencia, mientras Siena y Barce!on:J de�afan; pero . .\ugsburgo, Génova y Valencin iniciaban prec i ,�mente su 3Scen!i:->. D:.: ran�e la depre­s ión feudal se dcs�rrot la:-o n in1porrantes incfus �rias urbanas, ta­les como - del hierro, el papel y Jos tex tHes. Consideradá a dis· tancia, es ta vi �alic!ad econ6m:ca y social �c :uó como una inter:­ferenc!a objetiva y constante en la ?�cha de clases por la tierra, y bloqueó cualquier solución regresiva que pud ie�n darle los nobles . . Es significativo, en e recto, que los años transcurridos entre 1450 y l 500, que presenciaron los primeros pasos de las monarquías absolutas unificadas de Occidente, fueran también los años. er. q,.1e se superó la crisis larga de la ::onom(a feudal gracias a _una núeva eombinaci6t;i _ de los fac tores de producción, entre los que, pcr \"ez primera, · jugaron un pap�! principal los avances tecnológi�os espec íficamente urbftnos. EI conj unto de­inventos que -:oincide con et gozne situado entre !as épcc.a.s «medieval• y .: moderna .. . �s ¿emasi3do bten conocido para vol· ver a discutirlo aquí. El descubri.:niento del proceso seiger para separar la pla ta del mineral de cobre reabrió las minas ·de

;; Europa central y provocó un nuevo flujo c!e meta!es en la eco­nomía internacional; la producción monetaria de Europa cen· tral se quintupl icó entre 1460 y 1 530. El desarrollo de los cañC>­nes de bronce convirtió a la pólvora, por vez primera, en el arma de guerra decisiva, }

º redujo a puro anacronismo . las de. fensas de los castillos señoriales. El invento de los tipos móviles produjo la llegada de la imprenta. La construcción de · galeones de tres mástiles y con timón a popa hizo · los océarjos n·avega· bles· i��ra las ·co.gquistas ultramarinas 11. Todos estos inventos

" Sobr�: cat\ones y : ¡al�ones, ·vbse Cario CiPQIJa, Guns a.nd sails inthe early pha.sc o/ Europun e�pattsion, JIC().1700, Londres, 196S [Cañonuy velas en la prin.iera fase de la expan.sidtt ,u,opta, J40IJ.J7<XJ, Barcelona, Az:iel, 1967]. Sobre la - imprent.1, las reflexiones . recientes mis audaces, aunque daftada.s . por _·la monomanf� h3'bt tuat en los historiadores de la tecnotogla, son las de E.Hz.ibctn L. Eiscnst�in, &Sorne! conjcctur� about the impact of - printin¡ of \'lestem .soc:icty and thou¡ht: .,a _prcliminiiry report•, Joumal - o/ · itodern. lli;tory, . m.:irze>dic:icmbre -de J,68. pp. l·.56. y "The advcnt of . printin¡ and thc problem of thc R.en�is�ncc•. Pa.st . and

Prucnt, 45. novi_cmbrc de 1969. pp. 19-89. Los descubrimicnto.s ticnicos mú lmJ)Ortanle.s de . e.sta ip�• pueden considerarse. en cierto sentido. como variacJones dentro de un mi.smo campo, el de las comunicaciones. Afec tan, respectivamente, 'aJ dinero, el len¡uaje, lcu viajes y la ¡ucrn,

El E.stado absolutista �n Oécldmt,

t�cnlcos decisivos, que echaron los ñ.indamentos del Renaci­miento europeo, se concentraron en . la segunda mitad del si· glo xv, y fue entonce5, hacia 1470; cuando al fin cedió en Francia e Inglaterra la secular depresión agrícola.

Es ta fue precisamFn te . la época en que acaeció. en un país tras otro, un repen tino y simul táneo resurgimiento de la auto. ridad y la unidad políticas. Desde lo más hondo del - tremendocaos feudal y de las convulsiones de las gyerras · de las Rosas, de la guerra de los Cien Años y de la segunda guerra civil de Cas t i1la, las primeras monarquías cnuevas� se irguieron, prác­t icamente a l mismo tiempo, durante los reinados de Luis XI en Francia, Femando e Isabel en España, Enrique VII en In­glaterra y . Maximiliano en·- Austria. Asf, cuando los estados absolutistas quedaron constituidos en Oc:cidente, su estructura estaba determinada fundamentalmente por el · reagrupamiento feudal contra el campesinado, tras ta disolución de la $ervidum­bre; pero estaba sobredeterminada secundariamente por el auge de una burguesía urbana que, tras una serie de avances técni� cos y comerciales. estaba desarrollando ya las manufacturas preindustriales en un volumen considerable. · Este impacto se­cundario de la burguesía urbana sobre las formas del Estado absolu tista fue lo qt:e &tarx y Engels inten taron captar con los erróneos co�ceptos de ccontrapeso• y «piedra angular». De he· cho, Engets . expres6 la verdadera relación de fuerzas con bas· tante exacti tud en más de una ocasión: al hablar de los nuevos descubrimientos maríti mos y de las industrias manufactureras del Renacimiento, Engels escribió que «a esta gran transfor. mación de las condiciones económicas vitales �e la sociedad no sigu�ó empero en el acto un cambio correspondiente de su articulación política . El orden estatal si�ió · siendo .. feudal mientras la so.ciedad se hacía cada vez más_ bµrguesa� 11. La

que serán, en una ipoca posterior, 10.1 · rra.ndc.s temas fUosdllcos de la IJustnción. · . ·

u ·A11ti-Diiltri11t, Moscu. 1947, p. 126 (hitl-Dührint, en . Máx y En¡eJs,Obra..J, vol. 33. Barcelona, Crítica. 1977, p. 108): v,anse . tamblffl las p!· ¡i:ias · 1u.1 [p. 169], donde se · niez:tan formulaciones correctas e lncorrce· t3s. Hill cita estas p!¡;inas en su .· •Comentario• · pán exc::ulpar . a En¡efs de tos erTor�s .�el concepto de •equilibrio•. En general • . es .posible cncon· trar textoi de. btal"X y Enrets en los que se define el iibsotutismo de forma mis adecuada que en los te�!os ci tados anteriormente.- (Por ejcm;,lo, ca et mismo l.lan.lfiesto comunista hay una referencia directa al .•absolutismo feudal•: s�r,cccd \Vor.ks. p. 56 [Obrczs ,sco1ida.s, t. p. 33]: vwc tambi�tt el artículo de �fan •Die: moralisiercndc Kritik und die kritisierende Mo­ral•, de 1147. · en WerA:,. vol. 4, pp. 347. 352-J.) Dificllmcnte podrl:a ser de otra forma, d:ado que la consecuencia lórica de bautizar a los · estados absolutistas como burl',lesu o semiburl',lese.s serla ociar la nanualcza

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Europtl occidtntal

. . . .

amenaza del malestar campesino, táci tamente constitutiva delEstado absolutista, se vio as{ acompa:ñada ·siempre por la pre· sión del · c:apitál mercantil o manufacturero dentro del conjunto de las economías oc�ident:iles . para moldear los co.n tornos delpoder de la clase ari s �ocrá t lca en ll nuevl era. La conna pecu· liar del Es t�do absolutista en Occidente se d:-.:riva de �sta doble determinaciun. .

Lai fuerzas duales que produjeron las nuevas monarqwas 1 de la ·Europa renacentista encontraron una sola condensación

jurídica. 'El resurgimiento del derec�o romano, uao ?e los ��­des movimientos culturales del periodo, correspond1a ambigua· mente a las neceJ idades de las dos clases soci3les cuyo p9"er y categoría desiguales dieron fo"?a a las e�tru�tu.ras del Estajoabsolutista c:n Oecidente. En sf mismo, el conoc1m1en to renovado de la Jurisprudencia romana databa ya de la Baja .Edad Media. El enorme desarrollo del derecho consuetudinario nunca habfa .suprimido el · recuerdo y la práctica del derecho civil romano en la península que poseía su mis larga tradición, I talia. Fue precisamente en Bolonla donde Imevio, cantorch3. del derecho.-, habfa comenzado de nuevo el estudio sistemático de las codi .. ficaciones de Justlniano. a comienzos del s ig!o :<tI. La escuala de glosador�s por él fundada. reconstruyó y clasifi7ó mct1di�an:en· te el lcgad6 de los juristas romanos para los c,en a.r.•jS s1gulen·

. . tes. Su obra fue continuada, en lol siglos xtv y XV, por los < CO-

.,· la realidad de. las propias revotuc:iones bur¡u.:.sas en Eur:,pa occlde.1�a.l. Pero no hay duda de que. f! C\ medio . ,de \.:n.i cQr.fuslón r!�urrcnte, el sentido prl.rici;7at · de sus com�ntarlos ,i)a. en la Unea del c:onccpto del ccontrapcso•. con el deslizamiento co:,corni tante hacia el de .1� ,;;cJra l..'l•

cwar,. No hay nlr\¡una nec:sldad de ocultar �.stc htcho. E, 141,nen.so re.s• peto poUtico e intelectual que de'!:>:mos a :,larx Y a En¡�lJ es lr,compatibl• con nln¡una piedad hacia ellos. �us c::-r.:,re� -a l:'enudo m!s ;evetadores c¡ue lis verdades . de otro,� no ceben el11d1Ne, .s,no que d:ben ser ldc&1• ttflc.,dos :Y .;.up�rados. Hay . que hacer, alii!'lls: otra i�"·erti=n:l�. Duranlf. tirSo tlempó _ ha ,.ut.ado de moda �csp,,c,ar •� �or.tn'buclón r:latlva de !nscts a la é:r�.�l�n · del materi�li1mo r:t�tóri<:o. Pan ·��lt�los (lue. tcd1�&

se tncll cun 1 .. acc pta r esta noción r �-=i blda, c:J n ccts a. 10 d :clr t.,. n �w l 1 ,

y .ucandalpsÍmente::· los Juieios lciscdri::"1 �,e E.n,el, son ,a�l !lc.."""npre .superiora ·• los �_de -�larx: . 'pose.la un .�oe1oc,�!c:nco �.1 prot�nd .... de la · hl.1toria ,:uropea y una pcrce?C.lOn ma$ pceclsa de ,�s Juc:�s. , a s 't r..!s �c,tabl�I estructuras . . En Lodi lt �ora de E,,1�11 n? ha., ,,,¿s 1,u: f'..t'i:•ia

compararse con Ju ·n��ior.es y . �re.�u\..:�os de 1os que .:n c..:.�t�n ... � 11J.c

capaz ��arx en et campo de la:.h,stona. c:orno .en liA i1nt . .1.tm�só� ,e.a .. �,�,dl¡,l:t1":"tlc hlJlo,,·: of . tha ,ightf�ntlt · �"ntt4rJ ( lA · Jtjl.Jril:.C:.1 . • ,..:,, �;&.

Mad1-td: Taller de s�lolo,¡(a, 1979j, (NO " ¡. ,;,;�! dO u�:,{it � 11 J'-1.P\.lS•

macta de la contrlbu�lón ¡lob�l de �(&� • 14 l-=.:J,·l!' f-l1t1u.::l �.-=1 m.1:1rl&•

ttsmo hts,6ñco.) La · utatura d� f;"s�ll tG 1ui �n,os · hls,ó!ico• t:.1, p.ro,, cJ�amentt; : lo �'.&t be.e opor�wio .ll�iu la a,cad.ón .sobr..: . �� �:rc,.·,u

d p,cc:Ulc:OI. .

El Estad.o absolutista en Occidente

mentaristasi., mu preocupados por la apllcad6n contemporinea de las norma.s legales romanas que . por el anAlisls . acad6ml· co de sus principios teórico�, y qué, en el proc.e.so ele adaptar el derec:ho romano a las c:ondlcione.s drásticamente transformadas de .1u tiempo, corrompieron �1.1 prístina forma limplin4.olo �. la vei de sus contenidos particularistas u. Paradójlcament.e, la mis­ma infidelidad de sus trasposiciones de l'a Jurl.sprudencia latina e universalizó• a · dsta al -suprimir las numerosas parte, del dere· cho civil romano que estaban estrictamente relacionadas con las condiciones históricas de la Antigüedad (por ejemplo, su exhaustivo tratamiento de la esclavi tud) u. A partir de su ·prl· mer redescubrimiento en el siglo XII, los conceptos legales re>

manos comenzaron a e.'(tenderse gradualmente hacia el exterior de Italla. A finales de la Edad Media, Jilng,ln pais Importante de Europa occidental estaba ... 1 margen de este proceso. · Pero la crecepclón• decisiva del derecho romano -su triunfo Jud· dlco general- ocurrió en la era del R.enaclmlento, correlativa· mente con la del . absolutismo. La.s razones econdmlcas de su profundo Impacto .fueron dobles y reflejaban li contradictoria �turaleza del mismo legado original romano. .

·' Económicamente, la · recuperación · e lntroduecldn del dere· cho clvll clásico favoreció, fundamentalmente, ·e1 desarrollo . . del­.capital libre en la ciudad y en el campo, puesto "qúe Ja:·.��nota distintiva del derecho clvll romano habla sldo su concep.. clón de una propiedad privada absoluta e lncondlclonal . La · con· cepción clásica de la prc.>pledad quirit,.ria se habfa '·hundido prác t icamente en las . oscuras profundidades del primer feuda· llsmo. Como se ha dleho antes, el modo de producción feudal se definía precisamente por loi prtnclplos jurídicos de una pro, piedad •e.tcalonada• o c9ndlclona1 . que servia ·· de · complemento a su soberan ía fragmentada. Este estatu to �e la . propJedad se adaptaba bien. ,a . ta ec:oriomta abrum3_do�me.nte n�tu�l que

• •

u Vt.&se H. · D. Hazeltfne, •koman and canon law In tha Mlddu Ase.a•, Tht CAmbrld,, M•di4c1r-al . HiJtor1, v. Cambrldre, t�� · PP.; 737-41 . El da· ,!cismo ,enaccntlsta hat,rl.& c!e ser muy critlc:o, constc:u�!ltementt COI la� • ' . • rt • . . C\(,,Jr& ;,.e .�, comen�a s .. as. · . . - .

u .,�tro: d,btdo·· a la ·,9lleacl6n de �se derecho a be..:hos J'1ridlc�• aste-nlntn,� dlversos, dacQnOC::l�,;is por la A�tt¡f.l�d 1d, se plant:6 ti t.uu de · •·conscrult •l hecho J uriJlctmcn �e, 1ln contradicc16n · nln¡una", "/ es.aprcocup1cl6n pasd ·usl , de modo .. 1bJol1.no al .s>rlmJf :..P,S!1� . Y, ...:en . ella, apar1cl6 · ta · concepción del der�ho ahora dominante, · co1flO· un eompteJo . . compa.:to de "normas". t61tc11mente ex,nto de contrad1c:c16n y dt tasu· . ti.a.a, que debe aer ''apllcado": y eu conces,,lón rault6 �.;:_r J•:·:.:i�tca d,cblva para el p,tUadllento Jurídico.• 'iVcbcr, E:onom1. and Jcr.1,11, 11. p. 4SS ( Eco11cmtci 1 . s«li4atl� �d4,dco. - 1CI, :1fr4, 1, :P, .6).SJ. . · . . .

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Europa occidental

emergió en 1a Edad Oscura, aunque ·nunca fue eümp1etamente idónea para el sector urbano qu� se desa.rrolló en la economía medieval. El resurgir uel derecho �mano durante la Edad �ted ia condujo. pues. a un esfuerzo de los ! ; ¡ns tas por. « solidi­ficar• y dcl imt tar tos ,onccptos e-: prop ied.:d, inspirc1dos por los precep tos clásicos clhora di5ponib les. · lJ :¡o de es tos in tentos fue el descubrimien to, a finales del s iglo Xli, de la dis t inción en tre do,nitriun; directum y do,n in itnn ! ,tite para expl icar la exi� tencia de una jerarqu!a de vasal laje )', po.r tnn to, de una mult iplicidad de de rc::chos sobre la misma tierra u. Otro fue la caracterís tica noción medieval de cse:Sin•, con:epción intenne· dia en tre la «propiedad • y la cposes ión• latinas, que garantizaba la protección de la propiedad con tra las apropiaciones casualesy las reclamaciones conflictivas, a l a vez que mantenía el prin· cipio feudal de los múl tiples t ítulos para el mismo pbj eto; el derecho de «sei.sin• nunca fue exclusivo ni perpetuo 16• 'la reapa­rición plena de la idea de una propiedad privada absoluta_ ff� la tierra fue un producto de la p rimera época moderna:· hast� -· que la producción y el i ntercambio �e mercancías no alean: zaron unos niveles sen1ejan tes o superiores a los de la Ant1· güedad -tanto en la agricul tura como en las manufacturas:-, los concep tos jurídicos creados para codificarlos no pudieron encontrar de nuevo su prop ia jus tificación . . La máxima de su­

perficies solo· cedit -propiedad de la tierra singular e incondi­cional- volvió a ser por segunda vez un p rincip io operativo (aunque todavía no dominan te) en la propiedad agrícola, pre­cisamente a causa de la expansión de las relaciones mercantiles en el campo. que habrían de caracterizar la larga transición del feudalismo al capital ismo en Occidente. En las mismas ciuda· des, había crecido espontáneamen.te duran te la Eqad �ledia .un ' derecho comercial relativamente desarrollado. En el seno de la economía urbana, el intercambio de mercancías había alcanzado un considerable dinamismo en la �poca medieval y, en algunos aspectos .irnp_ortantes, sus fonn'1s de expresión legal est�ban más avanzadas que sus mismos precedentes romanos: por eJem­plo. en el ' . derecho protomercan til y en el derecho marítimo.

u Sobre �ta discusión, vtase 1.·P. Uvy. Hl.Jtoir, d, lCI proprlet¿, Parls, 1972, '¡,p. 44-6. Otra consecuencia i!"6nic:a de los esfuerzos �r encon· trar una nueva cl:iridad Jurídica, Jnsptrada por las lnvest[gac1ones me· dicv.atcs en los c6di¡os rom.anos, fue, naturalmente, la aparición de la definición de los siervos como gleba, adscripti.

" Sobre la · recepción del concepto dé s,isin, vtase P. Vino¡radoff,Roman taw in media�al Europe. Londres. 1909, pp. 74-7, 86, 9S-6; Uvy. Hútoirt: de la proprittl, pp. S0-2.

El Estado absolutista en Occidente

Pero no había aquf tampoco ningún marco unifc..1nne de teorla ni procedimiento legales. La superioridad - del derecho romano para la práctica mercantir en las é:iudades .. radica, pues, no sólo' en sus claras nocionés de propiedad abso.l uta; sino también en . sus tradiciones de equidad sus cánones racionales de prueba y su h incapié en una jud icatura profesional, ventajas que los tribunales consuetudinarios normalmen te no eran capaces de proporcionar 17, ·� recepción d.,el derecho romano en la Europa renacent i s ta · fue, pues, un signo de la e:<pansión de las relacio- · nes capi tal i s tas en las ciudades·.y en el campo: económicam enré: respond ía a los inte reses vi tales de la burguesía comercial y manufacturera. En · Alemania, país en el que el impacto del derecho romano fue más dramático, porque sustituyó abrupta· mente a los tribunales locales, en el propio hop;ar del derecho consuetudinarlo teutónico, d�rante los siglos xv y XVI. el ímpetu inicial para su adopción tuvo'lugar en las ciudades del sur y el oeste, y provino desde abajo a través ·de la presión de litigantes urbanos por un derecho jurídico claro y profesional 11• Sin em­bargo. este derecho fue adoptado muy pronto por los pnncipes alemanes, y aplicado en sus territorios en una escala mucho mayor y al servicio de fines muy diversos.

Porque. politicamente, el resurgir del ·derecho romano corres­pondla a las exigencias consti tucionales de los Estados feuda· les reorgan izados de la época. De hecho, no puede haber ningu· na duda de que, a escala europea, el determinante principal de la adopción de la jurisprudencia romana radica . �n el. . gi,ro_ 4�los gobiernos monárquicos hacia el incremento de los . poc\�r�s

n La . rc:laclón del anterior derecho medieval con el romano en la..s · ciudades · todavía necesita considerable lnvestipdón. El relativo avance ·de_ las nortm& leples . que ri¡ea las operaclones en commmda y el co­mercio marítimo en . . la Edad Media, no es sorprendente: el · mundo rc>­mano, como ya hemos visto, carec{a de compaftía.s empresariales · y abar·caba a un MeditCrTáneo unificado. Por tanto, no habla ninguna razón pan desarrollar ni las una.s ni las otn.1� · Por otra parte, · el temprano estudio del derecho roma.no en las ciudades Italianas su¡lere que lo que en tiempos del Ren.acimien to a¡,arecfa como prácd� contnctual •me­dieval• podría h.ibersc inspindo ori¡fnariamente en preceptos legales derivados de · la Anti¡tiedad. Vino¡rado!f no tieac nio¡wia duda de que el derecho con traetual romano tjcrdó wia influencia directa en los códi­¡os de nc¡cx:ios de los bur¡ucses urbanos du_rante la Edad Media: Romanlaw ln mtdiaeval Europe, pp. 79,.80, 131. Eri la Edad Media, la pl"i,pledad inmueble urbana. con su e posesión libre•,· siempre ·. estuvo roú éerca de la.s normu romana.s que la propiedad ru_ral, como es obvio�

u Wotfaan¡ Kunlcell. cThe rec:epcion · of roman · 1aw in · Germany: an l.aterpretationa, y Geors Dahm, ,On thc ·rcceptlon of Roman and I talia.alaw ln Germany•. · en O. Straus.s. comp., ·. Prc·Reformalion Gcn,umy, · Lon­dres, 1m. s,p. 111. nu, 21a. 2&.c.92.

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Er.:.ropa occidtntal

centrales: Hay que recordar que el sistema legal romano com· prendía do·s sectores distintos y aparentemente contrarios: el derecho civil,· qU:e · regulaba las t ransacciones económ icas en tre los ciudadanos, y el dc:recho público, que regia las relaciones políticas en tre el Es tado y sus súbdi tos . · El •p rimero era el jus,el segundo la le:c. El carác ter jurid icil.mente incon Jtcionat de la propiedad :,:-ivada, consagrado por el primero, :ncontró su equivalente contradictorio en la naturaleza fo111,almente abso­luta de la soberanía in1pe ·in l ejercida por el seg undo, al menos desde el Dom inado en adelante. Lo� principios teóricos de es te imperium poUtico fueron los que ejercieron una influencia y una atracción profundas sobre las nuevas monarquías del Rena· cimiento. Si la revital ización de la noción de propiedad quiri· taria traducía y. simultáneamente, promovía· el crecimiento general del intercambio mercantil en las economías de transi· ción . de · aquella 6poca, . el resurgimien to · de las prerrogativas autoritarias del · Dominado expresaba y consolidaba la concen· traci6n del poder_ de la clase .aristocrática en un aparato ·de Es· tado centralizado que era · 1a reacción no�le frente a aquél. El doble _movimiento social inserto en las es tructuras del absolu· tismo occidental encon tró as{ su concordancia jurídica en la reintroducción del derecho romano. La famosa máxima de Ul· piano -quod · principi placu{t legis hiibet vicem, cla volun tad del prfncipe tiene fuerza de ley.,_ se convir tió en un ideal cons· ti tucional en las monarquías renacentis tas de todo el O,:ciden· te tt. La idea complementaria de que los reyes y príncipes estaban .ab legibus solutus, o libres de las obligaciones legales anteriores, proporcionó las bases jurídicas para a."lular los prl· vilegios medievales, ign�rar los derechos tradicionales y sorne· ter las li'�ert�des privádas.

En otras_ pala�ras, el ·auge de la propiedad privada de�de · abajo, se vio __ equllibrad9 por el aumento de la au�orldad pública desde arriba, enéaniada en el poder discrecional 'del monarca. Los estados absolutistas de Occidente apoyaron sus nuevos fi· nes en precedente� .cJásicos: el . deree:ho . rom ano era el arma intelectual má:s . pod,er:<?sa . que . tenían n .su disposición para_ sus ca�cterís.ticos programas de in tegración territorial y cen tralis· · mo adminis trativo. ·oe hecho, no f,.?e accidenta! que ta énica monarquía medieval que lograse úna comple ta emancipación de l�s ataduras rep).!esentativas o · · corporativas fuese el papado,

. . . ... . . . . .

'' Un Ideal. peco · en modo atruno el - '1nlco: como veremos. la com·pleJa prictlca ·del absolutismo e.atuvo muy lejos de corrupondcr a la mfx(rna de Ulplano. · : .

. �.) .

El �stado absolutista en Occidente .

primer sistema po!ftico de la �Europa feudal . que utilizó en gran escala Ja jurisprudencia romana con la · éodificación del derecho canónico en Jos siglos xcr y XIII. La · afirmación de una plenitudo potestat i� del ;:,apa den tro de la Iglesia es tableció el · precedente Pª:ª las pre�:nsiones po�teriores de los príncipes seculares, reahzadas a menudo, precisamente, contra las de� orbitadas aspiraciones religiosas. Por o tra parte, y del mismo modo que los ab��ados can�n�stas del papado fueron los . que construyeron e hicieron funcionar sus amplios controles admi­nistrativ?s sobre la Iglesia, fueron los burócratas semiprofesio­

nates adiestrados en el derecho romano quienes proporcionaron los servidores ejecutivos funda.mentales de los nuevos estados monárquicos. De forma caracterfstica. las monarquías absolu· tas de Occidente se asentaron en un · cuali ficado estrato de J�gistas que proveían de personal � sus maquinarias administra· t1vas : . l<?s lttrados en España., los maitru _da requltu enFrancia, los doctoru en Alemania. Imbuidos en las doctrinas romanas de la autoridad del prfncipe para decretar y en las con· cepciones romanas de las normas legales unitarias, estos bu� cratas·Juris tas fueron los celosos defensores · del . centralismo real en el crítico primer siglo de Ja construcción del Estado absolutista. · . ·

La impronta de este cuerpo internacional de legistas, más que cualquier otra fuerza. fue la que romanizó los sistemas jurídicos de Eur.opa occidental dura�te e� Renacimiento. �ue.s la tran�.:.()

. formación del derecho refle;aba inevi tablemente la distribución del pode r entre las clases poseedoras de la época: el absolutis;.". mo, en cuanto aparato de Estado. reorganizado de la dominación nobil iaria, fue el arquitecto central de la recepción del de�echo romano en Europa�· Incluso allí donde las ciudades autónomas · in icia�ri el movhniento, éomó · en Alemania, fueron los prlnci� pes quienes se apode�ro_n de él y lo domesticaron: y altf donde. el poder real fue incapaz de imponer el derecho civil. como en Inglaterra, és te no pudo echar raíces en el medio urbano ». En

<.

ª El derecho romano .nunca fue adoplado en Inglaterra. 'a causa, cspe­clalmen tc. de lá temprana centralización del Estado an¡lónorinando. �ciaya unidad ·administrativa hizo a I� : ,monarquía in¡lcsa · relativamente · lndife-­rente a las ventajas del derecho civil durante su · difusión ·. medieval: ·v�an�e los pertinentes coment�rj� de. N: Cantor. Mediacval hislory, · Lon· dres. · 1963. pp. !45-9. A · comienzos . de . la ' l!poca · . moderna� r 1as ·-dinastías . · 1:u�or Y Estual"�o Jntrodujcro!' . nuc� . institucione.s Jurfdlc:a.i de d•recho ' Cl!tl cc,mara estrella4.a. ·A1m1r:ant1qo, Cancillerfa). pero en · úl�lmo tc!r· mino fueron Incapaces de prevalecer sóbre et "derecho · consuetudinario: · · tr:as los fuertes co�fllctos entre ambos . a principios ·'del si1lo · x_vtl, la revolución lnslcsa ele 1640 selló la \'ictoria · del últlmo: Para ·a11,tnas rene-

. . .

'

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Europa occidental

el proceso sobredeterminado de renacimiento de lo romanol la presión pol{tica de los Esta�os dinásticos tuvo la primacía : las exigencias de «cl�ridad• raonárquica dominaron a las de «se­guridad11 mercanti l za. Aun��ue todavía extre1u.adan1ente impcr· fecto e incompicto, el crecimien to en · ra�ionalidad formal de los sis temas legales de la pri .. n.-:ra Europa n:oderna fue obra, prepond�ranten1ente, del absolu tismo aristocrá tico.

0 El principal efec to de la moderniz:tción jurídica fue, pues!

el reforzamiento del dominio de 1:,. clase feudal tradicional. La aparente paradoj a de es te íenóme:10 quedó reflejada en toda la es tructura de las monarquías absolutas, construcciones exó­ticas e híbridas cuya fachada. •moderna• traicionaba una y otra vez un �ubterraneo arcaísmo. Es to pu�de verse con toda cla· ridad en el estudio de las innovaciones insti tucionales que anWl· ciaron y 'tipificaron su llegada: ejérci to, burocracia, impuestos. comerció. diplomacia. Podemos pasar revista brevemente a cada una de'ellas. Se .ha señalado con frc�uencia que el Estado abso­lütist.á ! �chó

·los · cimientos del ejército profesional, que creció ·

inmensamente en tamaño ·con la revolución mili tar introducida eri los ·siglo� XVI y x,.·11 por �lauricio de .Orange, Gustavo Adolfo y \Vallens tein (instrucción y l ínea de infantería por el holandés; carga de caballería y sis tema de pelotones por el sueco; mando único verti�l por el checo) u. Los ejérci tos de Felipe II conta· ban con unos

·

60.000 hombres, m ien tras que los de Luis XIV) cien años después, tenían hasta 300.000. Tanto . la fonna como la función de esas tropas divergía enormemente de . la que más adélante serla caracterís tica del moderno Estado burgués. No constituían 'normalmente un ejército nacional obligatorio, sino una :masa . mix.ta en la que los mercenarios extranjeros désem· peñaban ,un .papel · constante y central. Estos :mercenarios se recltilabari, ·significativamente, en zonas · q uc q ucdaban · fuera del pe'rfmetro . .. de las .riuevas monarquí::is centralizadas, .frecuen�e·

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xiones' . sobre este proceso, ·,énsc W. Holdsworth. A hi.stor1 of Entlish

law • . IV, Londres, , Jn4. ·ps,. 284-5. . . . .. .a Estás .�son ".los :dos · términos utilizado$ .por Weber para señalar los

respecdvos' intereses· :de 'las dos fucrza.s interesadas . en la roman_ización:

•Por: :�la' ¡erierjl, Jos. funcionarios aspiran a la .. cJ�ridad .. ; las cap;uburjuésas . a li.· �Seeuricf ad.. de la aplicación del dc�echo.• , V case su · cxce.lente·: ·ariumentadón . e� Econo,ny a,id socit:ty. 11, pp. 847·8 [Economía y

sociidacf . .... J,. �pp . . ·�JO). · . · · · ·. ·

.

aa Mictiael- Robe'rts� •The . . military . rcvolution, . 1560-1660•. en Essay$ in Swcilish his'tory:.-Londrcs. 1967, pp. 19S·�· que es un Jib�. fundamental; Grutaviu �ilólphú.s:· á : history o/ S,vedtit, /6//./6.Jl. vol. 11. Londres. 1958, · pApnÜ 169-89�·· :aobérts quiz:i' sobrc.:valora . el crecimiento cuantitativo . de . los cjúdtos-· cñ ·esta ipoca. . .

. . El . Estado absólutista en Occidente

mente �n regiones montañ�sas que se especializabañ en pre> veerlos : los suizos fueron los gurka.s. de los prj�eros tiempos de la Europa moderna. Los ejércitos franceses, ·holandeses. es- . pañoles, aus tria�os· o ingl -:ses incluían a· suabos, albaneses, suí·zas: irlandeses, galeses, turcos, húngaros o italianos 2J. La razón social más obvia del fenómen_o mercenario fue, por supuesto, ta: natural negativa de la clase noble a armar en masa a sus propios campesinos . . e Es prácticamente imposible adiestrar a todos los súbdi tos de una república en las artes de Ja guerra. y al . mismo tiempo conservarlos obedientes a las leyes y a los magistrados•, confesaba Jean Bodin. •.Esta fue, quizá, la prin· cipal raz6ri por la que Francisco I disolvió los siete regimientos.cada uno de 6.000 infantes, que había creado en este reino• 2•.A la inversa, podía confiarse en las tropas mercenarias, desco­nocedorás incluso de la lengua de la. población local, para extir­par la rebelión social. Los Landsknechten alemanes se .enfrenta· ron: con los l�-antamientos campesinos de 1549 en .Inglaterra,en la zona o·ricntal de,l · pafs, n1icntras los arcabuceros icali�os aseguraban la' liquidación de la rebelión rural en la zona occi­dental; la guardia suiza ayudó a reprimir las guerrilla� . de boJe> ñeses _ y cantisards de· 1662. y 1702 en Fra�cía� La importanciafundamental de los mercenarios desde Gales a Polonia, cada vez más visible desde finales de la Edad . Media, no fue sim· plemente un expediente provisional del ábsolútismo en· el 'des- ·puntar de su existencia, sino que lo marcó hasta el mismo mo­mento de su desaparición en Occidente. A .finales del siglo.XVIII, incluso después de la introducción de. la recluta obligatoria enlos principales países europe�, hasta dos tercios de cµalquier ejército •nacional• podían es·tar formados por �óldadesca e�­tranjera asalariada is • .El ejemplo del a�soltitismo ·pnisianó �ue compraba y secuestrab� su

.

mano de obi:a fuera. de $US fronteras utitizan�o _ la subastá y:. la Jeva por la fueria:;· .es ·.un .recuerdo de . que no habfa necesariamente .una

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clara·· diferencia . entreambos.· · · · · ·

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· · Ai misrno. li��P9, sin embargo} l� . func�6� d� :�itas "vastas y . .

nuevas masas de soldado� era· también ciáraménte .::diferente .'.de la función. de los ·. pos teri�rcs ejércitos �pi��li�tas�. Has ta

·

.ahora.

... . . • . -- ..

si El en.sayo de. , Victor' :!�lema.a • . · cForelni mucc��es · and : absol�te .•• 'monarchy•. Past acl pruail, 11 . abril de 1957. pp. 66 86. reimpreso en ·T. Aston (comp.).

·

Crisis in Europe. /561J.16fJt1. Londres. 19651 pp. 1 17-f). es un estudio incomparable. . del . fenómeno mercenario. al .que poco se ha aAadido desputt. . · , · . . . . . .. . . : � . _ 21 Jean Bodio, Lu sii livru dé la ,JUpubliqiu,· Pans: 1S78, p� 669. .• Walter Dom, Compctition for anpire, Nueva York, 1940. p. 13.-· · · -

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Europa occidental

no ex is te ninguna teoría marxista de las cambi�ntes . funciones sociales de la guerra en . lc;,s di�eren tes modos de j,roducción. N� · es· és te el lu���- 'p�f� __ e,st��iar -��-�. t�rt:iª· Con todo • . puede . af irmarse que ·1a guerra era, posiblemen te, el modo más . ra(;ional

y m·ál r_ápidq d·e quªe 'élis?onia cualquier cla,5� · domin�nte . . en elfeu�alisnio · ¡,�ra expand_ii- l� extr�c�:ión d.e exce<:: ntt:: Es cierto . . .. que nj la p;oduc·t i vid'ad _¡igríco l� ni el v�!.Jm: ¡ : de l . comercio quedaron� estanéados· durántc l:i Edad r1led ia. ?.::a los señores sin embatio� crec_ían��- m':IY ten ian1cn re f!n ccm;,ar:i�ión con la�

.. � . . . . . . ' . rc:pEnt 1nas y _mastvas. «cr.::ech,si. que pr_od:.1C.:iJr1 ,as conquis tas te:rritoriale�/ 4e las que las i�vas iones n?rmai:dils de Í:nglaterrao Sicilia, ra toma angeyina . de Nápoles o la conquis ta cas tellanade Andalucía fueron sólo los ejemplos más espe.: tacul¡ires. Eralógico, pues, que la· . definición social de la clase .dominantefeudal fuese mili tar . . Lc1 específica racionalidad económica de la guerra en ·es_a - .formación sociaf es 1a maximización de la rique· za, y ·s·u pnpel . no puede comp:irarse al que . desempeña en las formas : desarrolladas del �r.:do de producción que le sucede. domina�� por · e} ri tmo b':isico . de la acumula.:lón del capital ypor el «cambio incesante y unsver:n ? • (l'v!arx) de ros fundamen· tos económicos de teda formación soclaI . La r.ob ��za fue una clase terraténiente cuya pr��esión era la g�.: ::rro · s u 'lo�ación S • l

. . - . . . . . . . . . Ocia no era un m .. ro an � .... ,. ""'º '11 " · ;:,t�o s · - .-. · · "" · · . - · · .. _ · - · -·n

. "' • • � · . ..:. _ ... . � . � -.. , 1 . , . i : . ....- ... . . � � :.. . i·� · -- · • · u,.� � ·

seca a su posición· económí,::a. E l medio ncr'.'.'"t1al de la comp_eten­cia int�rcapi talista es e�cnóm :co, y S'J estructu ra :3 t í; :c.?.¡nente aditiva: las_ partes rivales puede-:i e:,::ar.dirse y pro.lp�ra r -aun· que de forma des:guat- � lo l J rgo de una m isma confrori tacié,n, ·porque la producción de me :-c:.tncías manufactt.:radas e.; i ! irni ca· da por riatur�l�za. Por el contrario, el medio tfp;co d� la con­frontación in te_rfeuda! era mHi tar y su es t r•Jctu:a siemp re era,

. potencialmente, la de ·un _ confl ic to de· suma _nula en el campode bataHa, · por ' · el que · se: perdían o ganaban c�n�id�des fijasde tierras. Esto es . así pcrque la tierra es un monopolio r,atural: !ólo �e , p:ue�; redivid ír, pero no extender in��finidarne_nte. Elcbjeto ·ca�egorjc1l . ,de .Ja de mi nación nobiliaria era el terri torio,independientem·en.te _de ta comunidad que lo h,ab_i tase. Los· perí­metro� .�e su p�d.er·_ �s t�b�n defin �dos por la tL:rra como _tal, y .no por el idioma. ·La· clase· dominé.lntc feudal e ra . pues, .esencial· · mente ,ri,l_óyii_j_e·�' un -�é�t.�g<? en

1que l a clase dcr.-. inante, ,capi t�lista

nunca p�_do ser!� 9��pués , por9ue el m i�mo capi tal es p�r txct·llence internacionalmente móvil y permite ·que sus propietarioses tén fijos nacionalmente; pero lo. tierra es nacionalmente in­móvil y _l�s , nol>les , iienen que viajar para tomar ?Osesión :cte . ella; Cualquier. ,b�nf� . o dinástia podía, así, · transferir su re.si·

. '� '.. . ·. . -. . .',; . . . .. . . . . . . . . . :·.' . . .. ·.

El Estado tibsolutista l!n Occidente .

d:ncia de. ui:i c�nffn a º!ro ;del continente sin sufrir por . ellon1n$Wl� d1sJocac16n. LoJ ImaJes angevinos podfan gobemar,Jndi. ferentemente en Hun_grl.i, Inglaterra o Nápolcs; los normandosen �ti�uf�. · Sicilia o Inglaterra; los borgoñones. en Pórtugal ·o ��landa; los luxemburgueses en las t ierras del Rin o ;en Bo­hem1�; .los flamencos �n Artois o Bizancio; los _Habsburgo enAustn_a, los Países BaJos o España. En esas variadas . tierrasno er.a preciso que señores y campesinos companieran wia lenag-.ia común. N.o existía solución de continuidad entre "los . teni·torios p�b_H7os y los dominios _privados., y el medio clásico parasu � adqu1s1c1ón era la guerra, _encubierta de forma invariable baJo reclamaciones de legitimidad religiosa o genealógica. La guerra no era el e deporte» de los príncipes, sino su 'destino. Más . ali� �e la limitada diversidad . de caracteres e -inclinadonesind1vi�uales, la guerra les at�a inexorablemente como una ne­cesida<;( social , de su estado.� Para Maquiavelo, cuando estudia la Europa de comienzos del . ·siglo XVI, la últimi nonm-:-dc. �ser era una verdad tan. obvia e inevitable como la existencia. del cielo por encim.a . de �us cabezas: \�· Un príncipe, pues, no .debe tener otro obJet.o ru otro pensamiento, ni cultivar· otro· �i:-�e . más que la gu:�· el o�den y la discipl!�.de l�s-_ejéreiios', ' porque és te es el un1co arte que se espera ver ejercic:lo . . P..2rel­qy_e manda» lli, .

· • · ·: --- -

, 1 -�Q� es tacos absolu tis�as reflejaban esa racionalidad . .arcalca_e�. su más í:-itima estructura: Eran máquinas construidas espe·c1al�ente para el campo de batalla. Es s ignificativo que el pri·mer tmpues to regular de ámb: to nacional establecido en Fran· cia: la taitt� .royale, se recaudara para financiar las primerasunidades . rn1h tares regulares de Europa, las ccnnpa.gnie.s d'or·donnance de mediados del siglo 'XV, cuya primera unidad estaba compuesta por aventureros escoceses. A mediados · del �iglo XVI,el 80 por 100 de las rentas del Estado español se des tinaban a g�stos mili tares. Vicens Vives pudo escribir que: cel impul_sohacia Ja mcnarqu(a administrativa a la moderna se - inicia. en el occidente de Europa con las grandes operaciones navales cm- . . prendidas por Carlos V contra los turcos en el Medfterráneo ' occidental en 1535• ff. Hacia mediados de.l siglo XVII, los d�em· bolsos . anuales de los . principados del continente·, desde Suecia .

.. . . ' .. -•, ' . . . . ·: . ,: ..

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» �l�otb Machlavetli. ll Prmdp� t Dúco,;,, Mllin, 1960 •. p • . 62 ;[El .

Prl;cipe. Barcel?na, ,B�¡uera.· · 1971. l?· 1401, " ·· . . . ··· J. Vlccn.s Vives, .•i:..st.nJclura adm1nistntiva cstat.al en los .sl¡]os xvt

Y XVII", XI Coniru Iru«ma.tional du Scimccs Hisloriqucs. RApport,. :IV,.- - Gotembur10, 1960; ahora reimprao en ·_Vicens V.lVCS, Coyuntur4 ',condmic41

Y rcforml.smo bur1"ú· Ban:clou, Arid, 1961. p. 1 16. · ·

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Europa occidenta�

hasta el Piamonte, se dedicaban predominante e invariablemente, en todas partes, a la preparación o sostenimiento de la guerra, inmensamente más costos2 entone.es que . en el Renacimiento. Un siglo después, en las pacificas vísperas de 1789, y de acuerdo con Necker, dos tercios del gasto del Estado francés se dedi· caban todavía a las fue["'7...as mili tares. Es evidente que esta morfología del Estado no corresponde a la racionalidad capita· l ista; representa el recuerdo ampl iado de las funciones medie­vales de la guerra. Por supues to, los grand iosos aparatos mili· tares del último Es tado feudal no se mantuvieron ociosos. La permanencia vir tual del conflic to internacional armado es ·una de las notas caracterís ticas de todo el cl ima del absolutismo: . la paz fue una meteótica excepción en los siglos de su domina· ción en · Occiden te. Se ha calculado -que en todo . el siglo XVI sólo hubo veinticinco · años sin operaciones militares de largo alcance en Europa u; y que en el siglo XVII sólo transcurrieron . siete años sin grandes guerras entre es.tados 19• Esta sucesión de guerras resulta ajena al capi tal, aunque, corno veremos, en últ in10 término contribuyera a ellas.

La burocraci� civil y el sistema de imp�estos caracterís ticos del Estado absolutis ta no fueron menos paradójicos. Parecen representar una t ransición hacia la adminis tración legal racional de \Veber, en contraste con la jungla de dependencias particu­laristas de la Baja Edad �1edia. Al mismo tiempo, sin etnbargo, la burocracia del Renacimiento era tratada como una propiedad vendible a individuos privados: . importante confusión de dos órdenes que el Estado burgués siempre ha mantenido diferen· ciados. Asf, el modo de integración de la nobleza feudal en el Estado absolutista que prevat�ció en Occiden te adoptó la forma de adquisición de · •cargos• '°.:)El que compraba privadamente una posición en ·el aparato público del �stado la amortizaba por medio de la corrupción y los privilegios autorizados· (sistema

· de honorarios) en �o que era una especie de caricatura moneta·rizada de la investidura de un feudo. En efecto, el marqués delVasto, gobernador espai\ol de Milán ·en 1 544, pudo solicitar a losposeedores italianos de cargos en esa ciudad que ofrecieran sus

t

. . . •' ' . . . . . . . .

• a. Ehrenbert, DaJ Zcltalter dcr Fu11cr, lena. 1922, 1, p. ll. , • G. N. Clark. Th, .rev,nt,mlh century, Londres, 1947. p. 91. Ehrenbei'¡.

con una deflnlcl6o llcera.mente distinta. ofrece una cslimac:ión al10 mis baJa� wlnthin aAos. · · · -·

• El mejor es&udlo de conjunto de ate fenómeno Internacional a elde K.; w. S� S� of .of/1.cu "1 thc sevos1,�n1h �oclury. La HaP,. 1949:° el estudio · nadonal nw amplio es el �e Roland t.louuµcr, La v""11,ti ·4,s . o/flcu sow B,nff IV et Lo&ds XIII, :Rufa, 1. f. ·

El E$ta4o absolutista en Occúfenie

fortunas a Carlós ·v en su -hora de necesidad deJ;,ués . de · 1a derrota de Ceresole, de acuerdo exactamente con el modelo de

las tradiciones feudales Ji .• Esos tenedores de .cargos, que pro� feraron en Francia� I talia, España, Gran · Bret�a u Holanda, podían esperar obtener un ber eficio de hasta el 300 o el 400 por too de su compra, y posiblemente mucho más. El sistema nació en e l .siglo XVI y se convirtió en un ·soporte financiero · fundamen tal de los Estados absolutistas durante el siglo J01Il • . Su carácter groseramente parasi tario es evidente: en situaciones extremas (de la que es un ejemplo Francia en la década de 1630) podía costar al presupuesto real en desembolsos (por arrenda· miento de impuestos y exenciones) casi tanto como le propor· cionaba en remuncraciones:1El desarrollo de la venta de cargos �e, desde luego, uno de los más llamativos subproductos delincremento de monetariz.ación de· las primeras economfal. m� dernas y del relativo ascenso, dentro de éstas, de la burgÚe.s(a · mercantil y manufacturera. Pero la integración de esta última en el aparato del Estado, por medio de la compra privada y de 1'1 herencia de posiciones y honores públicos. también pone de 1:'an ifiesto su posición· subordinada dentro de un sistema polf· t1co feudal en el que la nobleza constituyó siempre, necesaria· mente. la cima de la j erarquía social. Los officicrs de los parla· mentas franceses, que jugaron al republicanismo municipal ' y 4padrin:lron las mazarinadas en la década de 1650. se convir· tieron en los más acérrjmos defensores de la reacción nobiliaria en la de 1 780. La burocracia absolÚtis ta reflejó, y al mismo tiempo frenó, el ascenso del capital mercan til .

Si la venta de cargos fue · un medio indirecto de obtener rentas de la nobleza y de la burgues(a mercantil en términos beneficiosos para ellas, el Estado absolutista gravó también, y sobre todo, naturalmente, a los pobres. La transición económica de las prestaciones en trabajo a las rentas en dinero vino acom· paftada, · en Occidente, por la aparición de impuestos reates para f�nanciar Ja guerra que, en la larga crisis feudal de ·fin3:l�. d.e la Edad Media, ya fueron una de las principal� causas de los desesperados levantamientos campesinos de la ipoca. · «Una .ca·. dena de rebeliones campesinü dtrigid:is claramente contra _ los imp�estos · estalló e� to�a Europa [ . • . ] No h.ib[a mucho que elegar en 1.re los saqueadores y los ejércitos ami¡tos o ene�igos: unos se llevaban tanto como los otros. Pero entone� ·apare-

. .

II Federico Chabocl. ·Scrfttl .n,l . Rbwclmento. · Turfn, 1967, p� 617. Los funclonArlos . mllan� rechazanm -la demanda de su ,obcmaclor. pero

. sus hom6loeos · de otros lupra qu!D no fueru tu decididos.

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Europa occidental

cieron los r�ecaudadores de impuestos y arramblaron con todo lo que pudieron encontrar. Lós sci\ores recobraban en último término de sus hombres el importe de la cayuda• c¡ue ellos mismos estaban obliga.dos a prestar a su soberano. Es in�udableque de todos los males que afligían a los c.ampesinos, los que sufrían con más dolor y menos paciencia eran los que provenían de las c:argas de la guerra y de los remotos impuestos• .n. Prác-· tic.amente en todas partes, el µ-emendo peso de los impuestos -la taille f la gabelle en Francia, los servicios en España­cayó sobre los pobres. No existía ninguna concepción del •ciu·dadano•. jurídico, sujeto al fisco por el . mismo hecho de perte·necer a la nación. La clase señorial, en la práctic.a y en todaspanes,-estaba realmente exenta del impuesto directo. Porshnevha bautizado con razón a las nuevas contribuciones impuestaspor el Estado absolu�ista· c:on el_ no��re de cr�nta feudal cen­tralizada.:,,para oponerlas a los serv1c1os señonales que forma­ban la •renta feudal Jocal• »: est� doble sistema de exacción condujo a una tormentosa .epidemia de rebeliones. de los pobresen la Francia del siglo xv11, en las que los nobles provincianos condujeron muchas veces a sus propios campesinos contra los recaudadores de impuestos como mejor medio para extraerles después sus cargas locales. Los funcionarios del fisco tenían que ser custodiados por unidades de fusileros para cumplir su misión en el campo: reencamac16n en forma modernizada de la unidad inmediata entre coerción poUtico-legal y explotación econ�mica constitutiva del modo de producción feudal en cuan· to tal.

Las funciones económicas del absob1tismo no «e redujeron, sin embargo. a _su sistema de impuestos y de cargos��J�me_r�· tilismo; doctrina ,-domlnante en esta época. presenta la misma ambigüedad _-que -1a :_burocracia destinada . a . reali�rJ?• :con la ·misma- regresión: subterránea hacia un prototipo .antenor. Indu­dablemente� el mercantilismo exigía la supresión de las barreras panic:ularis.tas opu°e$tas al comercio dentro del ámbito nacion�l, esforzándose. por· crear .un mercado interno uni�cac!o para_ la producción de mercancías. Al pretender aumentar. el .podér del Estado ·en relación ·con · 1os otros estados. el merc.antilismo alentaba la exportaéión de bienes a la vez qu� próhibf� ·1a de

. . . . : . . . . .. .

• �by. Rural «oMmy an4 country lif� út tite mcdlacv4l Wut, Lon· dre.s, 1961, p. ·333 [Economta rural y vida campui114 en el Occúlcntc me· dicval, Barcelona. Penrruuta, 1973].

•. B. F. Ponhncv. Lu soulhtemcnt1 popcdalru en Frd!CCc de 162.J 41 . 1611. Pa.rfl, 1965, pp. 39U [ed. cast. abreviada: Los levo.ntaml,nto., popu­luu a Fraw:14 oa d nito XVII, Madrid. Sl¡lo XXI, 1971].

.

El Estado absol�tista en O,ccidinte.

metales preciosos y de mon�da, en la . ciceacla de . q1.1e, �stfa una cantidad fija de comercio y de riqueza en· el mwido._ Por -decirlo con la famosa frase de Hecksher: cel -Estado era a la vez el sujeto y el objeto de la polftic.a económica mercantilis­·1a� "'· Sus_ creaciones más características fue_ron, en Francia, -las

- manufacturas reales y los gremios regulados por el Estado. y enInglaterra, las compañías privilegiadas. La· genealogía m.eclieval y corporativista de los ·primeros apenas necesita comentario; Ja reveladora - fusión de los órdenes ·F-Utlco y económico en lu

. segundas escandalizó a Adam Smith��EI mcrcant�!is��- �.,�s!�: taba exactamente las concepciones de una clase dominante fel.J· dal que se habfa adaptado a un mercado integrado, . .-pero pre-_ servando su visión esencial sobre la unidad de �o . q�,. Fi:anc!� . Bacon llamaba cconslderaciones de abundancia� y •cons1dera­ciones de poder•. La cl�ica doctrina burgu�a del lalsset faire, . ·con su rigurosa separación formal de los sistemas politlcos Y económico, estaría en sus antípodas. Et mercantili$mo era, pre·. cisamente una teoria de la intervención coherente del Estado político e� el func{onamiento de la· e�nomfa, en· inte� a. la vez de la prosperidad de �t4 y del poder de aquil. Lóg¡�­mente. mientras la teoría del laisset fairc �ería siemp_re. �pae!�.fista•, buscando c¡ue los beneficios de la paz entre_ las nac1on�. incrementaran un comercio internacional mutua��n�� .. ven�:_ joso, la teoría mercantilista (?4ontch�tien .. Bodin� era profwi­daméntc cbelicista• al hacer hincapié en la necesidad Y renta· bilidad de la guerra JS. A.la invers�. el objetivo de una_ econorma

· • Hecksher- afirma que el objeto del mercmtlllsmo era aumentar acpoder del &tado• �tes que el� riqueza de las naci_on��.. 1 q�c eso. significaba una subordinación. squn las palabra de Bacon, de la.s eco� slderaclones de abundancia• a w · cconsideradones de poder- (Bacon al�b6 a Enrique VII · por haber tímttado las lmportadones de .vino_ � vat•

cos bt¡leses badndose en esto)� V'1.11er, en una dicaz .resp�es�_ no tlen�nineuna dificultad ea mostrar que la mayoria de los escrlt�� 1:11!�1•0

tilisw · dan a ambos Igual Importancia y los consideran · compawu a. cPower versu, pleGtJ as objectives of forel¡a pollcy In the 17�:aad. l&th ccnturies•, World Politicl, 1. 1, -1�. reimprao en D. �,Cl':'an, �mp., -·Rcvislo,u In mcrt:antilism, Londres. 1969. pp. 61·91. Al mismo Uempo. Vlner subestima claramente la difercacia jntn: � teorfa Y la prktlca del mer­cantilismo y las del laissct-falre que le si¡ui6. En realidad. unto _Hcc:ks� como Vincr pierden de vista, por razones diluentes, el punto e.sen

ldó' � · ..que es la indlstincidn de eccaomfa y polftic:a en la q,oc:a de � D

que produjo Ju teorfas au:rcancilistas. La . disc:u:Slón en torn� • !1 . !ID de ellas tenla . •primada• sobre la otn es W\ aaacronismo, po

llrque

daczt �practica .no wstl6 tal separadón rfdda de ambas hasta � . ep.

tai.s:1:

f;���. lA iu�, dazu.14 �le konomlquc du xv1··a XVÍII•:siiclc, Parú, 1939, pp. 7·122.

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Page 14: EL ESTADO ABSOLUTISTA - · PDF fileEL ESTADO ABSOLUTISTA por PERRY ANDBllSON . 1. EL ESTADO ABSOLUl!STA EN OCCIDENTE La larga crisis de Ja ecohom.ía y la sociedad europeas durante

Europa occidental

fuerte era la victoric,.sa prosecución de una política exterior deconquista. Colbert dijo a Luis XIV que las manufacturas realeseran sus regimientos económicos y los gremios sus· reservas. Elmás grande de los me_rcantilistas, que restableció las finanzasdel Estado francés en diez milagrosos años de admintstri!ción,lanzó a su soberano a la desgraciada invasión de Holanda en1672 con este. e�prcsivo consejo: cSi el rey lograra poner at�das las Prov1nc1as Unidas bajo su autoridad, su comercio pasa·ria a ser. el comercio de los súbditgs de su majestad, y entoncesno habr1a nada más que pedir> "°· Cuatro décadas de conflicto europeo iban a seguir a esta mu�stra de razonamiento cconó-. . m1co, que capta perfectamente la lógica social de la agresiónabsolutista Y. del mercantilismo depredador: el comercio de loshola�de.$es era tratado como la tierra de lo� anglosajones p las prop1edades de los moros, como un objeto físico que podíatomarse y gozar�e por la fuerza militar como modo natural deapropiació� y poseerse después de forma permanente. Ei erroróptico de este juici? particular no lo hac� menos representativo: los estados absolutistas se miraban entre sC con los mismos ojos.Las teorías .mercantilistas de la riqueza y de la guerra estaban,por supuesto, conceptuahnente intercon�ctadas: el modelo desuma nula de comercio mundial que inspiraba su proteccionis.

�o econ.ómico .se derivaba del modelo de suma nula de políticarn.,ternac1onal, inherente � su belicismo. : �) Naturalmente, el comercio y la guerra no fueron las úniCéU actividades externas del Estado absolutista en Occidente.-·su�.otro gran esfuerzo se dirigió a la diplomacia, que fue uno delos g¡"¡\ndes inventos institucionales de la época, inaugurado en.la r�ducida área de Italia en el siglo xv, institucionalizado ene! !ftlSmo pafs con la paz de Lodi, y adoptado en España, Fran� c1a, !nglaterra; Alemania y toda Europa en el siglo �VI. La diplo,. ·macia fue,· de ··hecho, ·la indeleble·· marca de nacimiento del·Estad� r�nacentlsta. Con sus comienzos nació e� Europa un SÍS•.tema. internacional de estados, en el que había una perpetua«explotación de los puntos débiles en el entorno de un Estadoo de los peligros que podfan emanar contra él desde otros es­tados• n .. ··1.a ·��pa medieval nunca estuvo compuesta por un

.• �"! • - •

�"-e.��· µ,� . XIV·,� vintt millio,u tle. fran�ab. Paris, 1966." . .•. B •.. F •. Ponhncv, ·�. �pports po1itiques de l'Europe occ:ldentab et de 1 Europe orientale • I:l!poque de la ¡uerrc des Trente Ans•, XI• Congru

lnt,mationar tles· Scitnca · Hi.storiqu�s. Upsala. 1960, p. 161: incursión ex· trcmadamcnte especulativa en la auerra de los Treinta AAos, que a un. buen. ·ejemplo de. la fueru y la debWdad de Pors!mev. AJ conlnrlo · de. - .

El Estado absolutista en Occidente . . . . .

conjun.to claramente delimltado de unidadts pol(ticás homog� neas, es decir, por un sistem:i . internacional de ¡..stados. Sumapa polftico era inextrlcablemente confuso y enredado: en ·it estaban geográficamente · entremezcladas y estratificadas dife­rentes instancias jurídieas, y abundaban las alianzas plurales, las soberanías asimétricas y le.� enclaves anómalos ll, Dentro de este ·intrincado laberinto no había ninguna posibilidad de que surgiera un sist�ma diplomático forqial, porque no habla uni· f ormidad ni paridad de concurren tes.1 El concepto de crl�tian���­latin a, de la que eran miembros todos los hombres, proporcio­naba a los conflictos. y las decisiones una matriz ideológica universalista que constituía el reverso necesario de la extremada. heterogeneidad particularista· de las unidades políticas. As(, las · cembajacias» eran simples viajes. de salutación, esporidicos y

º

no·· retribuidos. que podían ser enviadas tanto por .un vasallo o sub-· vasallo dentro de determinado territorio, como entre príncipes de diversos. tenitorios� o entre un príncipe y su s�be_('.'a.11�." ucontracción de la pirámide feudal en las nuevas monarquías centralizadas de la Europa renacentista· produjo, por vez pri· mera, un. sistema fonnalizado de presión e intercambio inter­estatal, con el establecimiento de la nueva institución de tas

embajadas recíprocamente asentadas en el extranjero, caneille­rfas permanentes para las relaciones exteriores y comunicacio­nes e informes diplomáticos secretos. protegidos por el nuevo concepto de cextraterritorialidad» .,,. El espíritu resueltamente secular del egoísmo político que inspirarfa en adelante la prác­tica de la diplomacia fue ex_presado con toda nitidez

. por Er­

molao Barbaro, el embajador veneciano que fue su primer teó­rico •. •La primera obligación: ele un embajador es exac�ente

lo que han dlcho. sus · colc¡a.s occldentates. su fallo mis Importante no es un rl¡ido cdogmatismo•,. sino un •ln¡cnlo• superf,rtil, no siempre

· Umitadó adecuadamente J)Ot la disc:lpllna de Jas pnaebu: ·c:1aro esti que· ese· mismo rasao es et que le convierte, en · otro aspecto� en un hlst� · riador ori1inat e lmaslnativo.· Las su1ercncias al final de su ensayo sobre· el concepto de cun sistema internacional de estados• son Interesantes. ·

• A En¡eJs le awtaba citar el ejemplo de Bor¡of\A: •Carlos eJ Calvo.·por ejemplo, era súbdito feudal del emperador por una parte de 1fUS ·tt� '. · rras, y del rey de · Francia por·· otra: pero, Por otra parte. eJ rq de f rancia, su scftor feudal, era al mis�o tiempo súbdito de Carlos el Calvo, su propio vasallo. en al¡unas re¡iones.• V�ase su Importante manuscrito, titulado p6$tumámcntc Ubcr den Y_c,f4ll du Fcudalismw ·Wld dlU Auf·kommen der Bour11olsie, en Wcr.t,, vol. 21. p. 396. ·

• SobR todo este dcsarn>llo de la ·nueva.diplomada • los .albores de .la Europa moderna. vl!a.sc la 1� obn.. de Garrett M.atllnaly,. Rawisance

. 4iplonuu:y, ,L.ondrcs, �.19SS, passun. La frase de .Barban> se: dta en la . pi¡ina 10,. . · . . .

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Europa occidental

la misma que. la de: cuaJquier otro servidor del go�iem?• e�toes, hacer, . decir, aconseJar y pensar todo lo que sirva meJor a la conservación y engrandecimiento de su propio Estado.»

Con todo estos instrumentos de la diplomacia --embaja· I

. .

dores o secretarios de Estado- no eran tqdavía a"}laS de unmoderno Estáéio nacional. Las concepciones ideológicas del cnacionalismo·,. · fueron ajenas, como tales, a la naturaleza íntima del absolutismo. Los estados monárq�icos de la nueva época no desdeñaron la movilización de los sentimientos patrióticosde sus subditos · en los conflictos militares y políticos que opo­nían mutua y constantemente a las diversas monarquías de Europa occidental. Pero la existencia difusa de un prot<:>nacic> .nalismo popular en la Inglaterra de los T ud?r, la Francia bor­bónica o la España de los Habsburgo fue, básicamente, u n signo de la presencia b urguesa en la política•; más �ue dejarse. g�bemar por ellos, los grandes y los soberanos siempre ma.�upu·laron esos sentimientos. La aureola nacional del absolutismo en- Occidente -a menudo· muy aparentemente pronunciada(Isabel 1, Luis XIV)- era, en realidad, contin gente y prestada.Las· normas· directrices de· aquel la época radicaban en otro lu· gar: la úJtima ins tancia = legitimidad era la dinastía y no elterritorio. El Estado se concebía como patrimonio del monar­ca y, por tanto, el tftulo de su propie�ad podía adquirirse por una unión de personas: felix Austria. \El mecanismo suprt:r:p.Q de la diplomacia era, pues,· el matrimonio, espejo pacífico-de.. la guerra que tantas veces provocó. Las maniobras matri�o.niales m�nos costosas como vía de expansión territorial que la ag;esión armada. proporcionaban ·resultados menos inmedia­tos (con frecuencia sólo a la dista�cia de una generació�) y estaban -sujetas ,por ello a. impredec1bl�s azares de mortalid�d en el intervalo anterior a la consumación de un pacto nupcialy su goce politieo. De ah{ que el largo rodeo del mat�moniocondujera directamente y tan a menudo al corto camino. defa guerra. La historia del absolutismo está plagada de es�s con­flictos; cuyos nombres dan fe· de ello: guerras de suce�tón de España, Austria o Baviera. Naturalmente, su resultad<? f1�al po, día acentuar la cflotac:ión• de la dinastía sobre el terntono que

� Las masu" rurales y urbanas mostraron. por �upue.sto, �ormu cspon­tmea.s de J:enofobia: pero esta tradicional reacción nc¡at1va hada las

comunidades ajenas es muy dislinta de la identificación nacional posidvaque c.omlenza a aparecer en los medios litenrios bur¡uc,ses a principiosde la ,poca ·moderna. La fusión de ambas podía producir, en situadoacsde crbis, estallidos· patridtlcos ·populares de. un c:arictcr Incontrolado ysedicioso: Jo, comwwos eo Espa4a o la-U¡a en Franela.

El Estado absolutista en Occidenie

las habla ocasionado. Parú ·pudo ser dermtada en Ja·. ru!nosalucha militar para la sucesión espa.Jiola; pero la casa de Borbó�heredó Madrid. El índice del predominio feudal en el Estadoabsolutista es evidente t:unbi�n en la diplomacia.

Inmen-samente engranrlecido y reorganizado, el Estado feudaldel absolutismo estuvo, a pesar de todo, constante y profun • damente sobredeterminado por el crecimiento del capitalismo en el seno de las formaciones sociales mixtas del primer periodo moderno. Estas formaciones eran, desde luego. una combina·ción de diferentes modos de produlción bajo el dominio --deca­dente- de uno de el los: el feudali smo. Todas las estructurasdel Estado absolutista revelan la ac:ción a distancia de la nueva econonúa que se abrfa paso en el marco de u n sistema másantiguo: abundaban las «capitalizaciones• h1bridu de las for·mas feudales, cuya misma perv�rsión de instituciones · futuras (ejército, burocracia, diplomacia, c�mercio) era una 1econver­sión de objetos sociales anteriores para repetirlos •.

A pesar de eso, las premoniciones de un nuevo orden poUdco contenidas dentro de e11as· ·no fueron una falsa promesa. La burguesfa de Occidente poseía ya suficiente fuerza para dejar su borrosa ·huella sob re el Estado del absolutismo� La aparente paradoja del absolutismo en Occidente fue que ·rep1e$entabafundamentalmente u n aparato para la protección de la propie·dad y los privilegios aristocráticos. pero que, al mismo tiempo,los medios por los que se realizaba esta protección podían asegurar si,nultdneam,nt, los intereses básicos de las nacientesc lases mercantil y manufacturera�l _Esta��-a�s�l0:ti�� .�.t!'!,:

·. lizó cada vez más el poder polf tico y se movió hacia s_iJ.temas_,egales mú uniformes: las campaiias de Richelieu ·contra · los

· reductos de los hu_gonotes en Francia fueron caracte:rfsticas. E.l · Estado absotutista'-\upnmió' un gran númer? _ de baqe� . C:O" _ mercialés internas y. patrocinó aranceles exterio� .CQ��: l� �-­competidores extranjeros: las medidas de P�ba!��:-�J Portu­gal de la Ilustración fueron· un drástico ejemplo.: Propofélón� ·· ;

¡'al capital usurario i nve�iones lucrativas. aunque-�rri�pda.s; ·en la hácienda pública:· los··-banqueros· de Augsbu�· en. el �si· glo XVI y I�s oligarcas 'genove�es ·del siglp XVI� �fcie"?n fo�ascon s�s p�stamos al Est�do espallol. ��!!.��

.�1Pi;o.P.��� · ·­rural por· .medio de la . incautación de las. ti�s: .� rSJ!stscas· · ·· disolución de los· monasteri�s en· Ingt�terra;·:'Proporcion6:s�«::_ curas rentables· en ta · burocraciá: la paulttte en Francia' regla·:�·· ..mentaría su posesión estable. Patrocinó empresas coloniales .. y�·· compañías comer:c!ales� al ni�r-_Blanco, a las Anti.llas,·•JJ_J>�h!a:·­de Hudson. a Luisiana. En otras palabras. el Estado absolutista···

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Europa occid�ntal .

realizó al¡;unas funciones p arciales en la acumu!ac:ó11 orlt!'J;�,j�-necesaria para el triunfo final del modo ¿� producción capita· lista. L:is razones por las que pudo llevar a cabo esa función «dual• residen en la naturaleza espe�ifíca de los cap!t�le.s mer· cantil y ma;lu(acturero: como ninguno dt) elles s� basaba en la proc!ucción en rnasa característica de la indus!:;-ia maquinl· zada propi�mente dicha, tampoco exigían una ruptur:i radical con el orden agrario feudal que todavía encerraba a la vasta

b . ' . d mayorí� de la población (c:l futuro tr¡i aJ.:> n:-a.ar1a o y mer·cado de consumo del capitalismo industrial). Dicho de otra 'for· ma, esos capitales podían desarroHlrse dentro de los Um!te.sestablecidos por el marco feudal reorganiz�do. Esto no qu1er; decir que siempre ocurriera así: los conflicto� políticos, r�h·giosos o económicos podían fundirse en c,cplos1on7s revolucio­narias contra el absolutismo, en coyunturas espec:ff1cas, tras un determinado período d� maduración. En este estadio, !i� .em­bargo, había siempre un potencial ttrrtno dt comp?t,btltdad entre la naturaleza y el programa del Estado absol\lt1sta y las ope.raciones del capital mercantil y manufacturero.-��� )a com­petencia Internacional entre clas� nobles que produjo el end6,.mico e1tado de guerra de esa �poca, la amplitud del sector mercantil dentro de cada patrimonio cnaclonal• tuvo siempre una lmportanc:ia decisiva para su relativa fuerza militar y p� Utica. En la lucha .contra 1us rivales, todas las monarquías te­nían, pues, un gnln lnterds en acumular metales preciosos y promover el comercio· bajo sus prop�as banderas. De ahf el caricter •progresista• que los historiadores posteriores han atribuido \l&n frecuentemente ci las polftlcas oficiales •. del abso­lutismo. La c:entralizaclón económica, el protec:ciorus�o. ]. la. expansión ultramarina engrandecieron al último Estado leuda!_ a la vez que beneficiaban a la primera burgues[a. Incrementa· ron los ln¡resos fiscales del primero al proporcionar oportun!:­dades de ne¡oclo a la sc¡unda. Las máximas circulares. del mer­cantilismo, procla�adas por el Estado absolutista, _dler:on elo­cuente expresión. a. eaa coincidencia provisional de intereses. Era muy lógico que · el · .duque de Cholseul declarase� en las íaltlmas d•cadu del anclen r,gime arlstocrttlco en Occidente: «De .Ja. armada dependen. las . col�nias: de las colonias el e<> merclo; ,del.cQmerclo.1� capacidad de un Estado para mantener numerosos ·cJl�Jtos. pa� aumentar. su pobl,aclón r para hacerposlbla las .enlpre�s mis gloriosas y JDÚ utlles• 1• ·.

.. . .

• Citado-por Oerald · Gn.ham .. .-th, polltla. of ftCMII 1upremaq, C•m·brldp, lMS., ·p. 17.

El Estado absolutista en Occldent,

Pero, como sugiere esa cadencia (lnal de cgloriosa.s y '1t1·les•, e! �tácter irreductiblemente feudal del absolutl�mo per· manecu�.Ú-Bra un Estado .basado ·en la supremacía social .4e. J�.aristocracia y limitado por los imperativos de .la propiedad de · la tic_rra. La nobleza· pod!a d �positcir el poder en la monárq-Üfay permitir el enrlquecimiento..fie la burgu�la, pero las masasestaban todavía a su merced.\ En el Estado absolutista nunca

- . .. -·.tu�o lugar un desplazamiento •poUtlco• de la clase· noble. Sucarácter feudal acabó frustrando y falsificando una y otra vezsus promesas al capital. Los Fugger terminaron arruinados porlas bancarrotas de los· Habsburgo; lo.s nobles ingleses se ap�· piaron la mayor parte de las tierru moná.sticas: Luis XIVdestrozó Jos frutos de la obra de Richelieu al revocar· el edicto�e Nantes; los comerciantes londinenses se vieron saqueados porel proyecto de Cockayne; Portugal volvió al sistema de Methuendespués de la muerte de P&mbal: los especuladores parisinos fueron arrulnndos por Law� Ejin:ito, burocracia, diplomacia Y,_dinastía formaban un lnflexibl� complejo feudal que regla toda la maquinaria del Esiado y guiaba sui deatlnos. La dominación·del Estado absolutista fue la dominación de la nobleza feudalen la q,oca de ta transición al capitalismo. Su final señalarlala crisis del poder de esa clase: la llegada de las revolucionesburguesas y la aparici�n del Est¡tdo capitalista.

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