El estoicismo como propuesta alternativa para la contemporaneidad

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Revista Lasallista de Investigación ISSN: 1794-4449 [email protected] Corporación Universitaria Lasallista Colombia Restrepo Rozo, Jaime Alberto El estoicismo como una propuesta alternativa para la contemporaneidad Revista Lasallista de Investigación, vol. 3, núm. 2, julio-diciembre, 2006, pp. 53-61 Corporación Universitaria Lasallista Antioquia, Colombia Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=69530210 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Estoicismo, Séneca, Filosofía de vida, Actualidad, Ética, Felicidad

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Revista Lasallista de Investigación

ISSN: 1794-4449

[email protected]

Corporación Universitaria Lasallista

Colombia

Restrepo Rozo, Jaime Alberto

El estoicismo como una propuesta alternativa para la contemporaneidad

Revista Lasallista de Investigación, vol. 3, núm. 2, julio-diciembre, 2006, pp. 53-61

Corporación Universitaria Lasallista

Antioquia, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=69530210

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Ensayo

El estoicismo como una propuesta alternativapara la contemporaneidad

Jaime Alberto Restrepo Rozo1

Stoicism as an alternative proposal for contemporary times

____________________________1 Filósofo de la Universidad Pontificia Bolivariana. Especialista en Políticas Públicas de la Universidad Nacional. Candidato a Magíster en

Filosofía “Ética” de la Universidad Pontificia Bolivariana. Docente de la Facultad de Ciencias Sociales y Educación de la CorporaciónUniversitaria Lasallista y de la Corporación Colegiatura Colombiana

Correspondencia: Jaime Alberto Restrepo Rozo. email: [email protected] de recibo: 12/11/2006; fecha de aprobación: 19/01/2007

Resumen

En el presente ensayo se hace una meditación so-bre la viabilidad que tiene - para efectos dereconsiderar la contemporaneidad- una doctrinacomo la estoica, teniendo en cuenta la distanciahistórica que separa el desarrollo de dicha teoríacon nuestro tiempo. Para cumplir con lo anterior,hemos considerado algunos aspectos que permi-tan estimar las causas por las que puede ser em-pleada para dicho propósito, entre las que desta-camos: un acercamiento a la vida de uno de losautores más emblemáticos de la escuela estoica,como lo es Lucio Anneo Séneca, el sentido del es-toicismo como forma de vida y como doctrina filo-sófica, a la vez que damos un ligero repaso a laobra de Séneca, para finalmente, concluir desta-cando algunos criterios comunes entre los intere-ses estoicos y los de nuestro tiempo.

Palabras clave: Séneca. Estoicismo. Filosofía

Abstract

This essay makes a meditation about the feasibilityof (with the aim of reconsidering contemporarity) adoctrine like that of the stoics, keeping in mind thehistorical distance between that theory and our time.To accomplish this, we have considered someaspects that allow the estimation of the reasonswhy this theory can be used for this purpose. Amongthem, we remark: a glance to the life of one of themost emblematic authors of the stoic school, LuciusAnnaeus Seneca. The sense of stoicism as a wayof life and philosophy doctrine, and a small reviewto Seneca’s work to, finally, conclude remarkingsome common criteria between stoic interests andthose of our times.

Key words: Seneca. Stoicism. Philosophy

Introducción

Para iniciar esta meditación me pondré en la ta-rea de ilustrar con un poco más de precisión loque se entiende como contemporaneidad, a finde que cada uno de los elementos aquí señala-dos sean comprendidos por quien se aproximede forma espontánea a lo que en él me propongoseñalar.

Contemporaneidad se le denomina al periodoentre los primeros años del siglo XX hasta nues-tros días. La causa de tal denominación se debea que dicho tiempo es el heredero natural de los

cambios de orden filosófico, político y tecnológi-co introducidos por la modernidad ilustrada quese inicia en el siglo XVI con el movimientorenacentista, y alcanza su clímax en la ilustra-ción -con las corrientes independentistas quelograron la emancipación política de los paísesde occidente en el siglo XVIII, a la vez que dieronorigen a la revolución industrial- que traería con-sigo la implementación del dominante sistemade mercado que transformó el modelo de pro-ducción e intercambio.

Los cambios introducidos por la revolución indus-trial aportaron el campo de cultivo a lo que será

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la segunda parte del modelo de mercado, el quese caracteriza, no ya por la industrialización delos modos de producción, sino por la indagacióncientífica y la revolución tecnológica, que buscahacer mas ágiles, eficientes y económicas lasprácticas productivas, dando origen a nuevos ymás avanzados productos, derivados de la inves-tigación exhaustiva y detallada en los laborato-rios de las compañías que buscan expandirse yconquistar nuevos mercados.

En éste panorama de búsqueda frenética por con-trolar mercados, de crear productos, de investi-gar nuevas fórmulas, que caracterizó los prime-ros años del siglo XX y que se puede evidenciaren todo el mundo occidental. La sociedad denuestro tiempo cayó en un olvido casi hipnóticodel hombre y de sus necesidades; se desenten-dió del hombre como ser que piensa y siente -loque denominarán los Nihilistas “el olvido delser”.Dicho olvido será, según algunos analistas,una de las causas que posteriormente fundamen-tará la crisis de la ya mencionada contempora-neidad, de la cual podemos destacar aspectostan concretos como la manipulación genética confines comerciales, la creación de armas de des-trucción masiva de tipo biológico y químico, lasobrestimación del modelo económico -de lo cualse derivan condiciones como el incremento de lapobreza-, la aparición del tráfico de armas, dro-gas y personas, por solo mencionar algunas.Además de las anteriores, no sobra recordar si-tuaciones tan críticas como han sido la apari-ción de las hambrunas en el África, y el desem-pleo en América Latina, este último causante deun fenómeno más como es la migración. En finque son muchos los ejemplos que ponen demanifiesto la critica situación social que atravie-sa nuestro tiempo a pesar de ser la era de latecnología y los avances científicos.

Dichas condiciones se convirtieron en el terrenoabonado para que las sociedades desesperadasal patentar los niveles tan complejos de deteriorobuscaran nuevas alternativas espirituales que lescondujeran por el camino del encuentro con unYO trascendental, desapegado de los principiosdel mercado y que les encaminara por la ruta deuna experiencia mística, dando origen a la muymentada “Nueva Era” la cual abrió espacio a todaclase de tradiciones religiosas o semi religiosasprocedentes de todos los lugares de la geografíamundial con la oferta de ser un nuevo caminohacia el encuentro con el YO trascendente ydesprendido.

El auge de la ya citada “Nueva Era” se dio sobretodo en la década de los noventa cuando portodos los medios de comunicación se adelanta-ban programas que difundían todo tipo de prácti-cas místicas o esotéricas con la afirmación deque en ellas se hallaba el camino a una vida mejorsoportada en un conocimiento espiritual. Peroeste esquema ha perdido fuerza paulatinamentedurante el nuevo siglo, probablemente debido aque sus postulados se agotan en una oferta tras-cendental que no tiene ningún argumento racio-nal que lo soporte, o también por carecer de unabase teórica que permita que aquellos que seinician en ellas puedan seguir profundizando enel estudio de una doctrina lógica, clara y precisaque argumente de forma coherente todos lospostulados difundidos por estas corrientes.

Sea cual sea la causa, lo cierto es que en nues-tro tiempo la sociedad sigue buscando una alter-nativa que le permita reconducir su interés de losimplemente económico a una estancia espiri-tual capaz de fundamentar su sentido humano.En otros casos hay algunos para quienes lo es-piritual no ha sido la preocupación, sino que sumayor impulso se refiere a encontrar una estra-tegia que le permita un mayor dominio de susemociones y de brindarle la fuerza suficiente paraenfrentar el medio complejo y competitivo queofrece el modelo de mercado sin alterar su esta-do anímico.

En esta búsqueda constante en la que se en-cuentra nuestra sociedad, se ha venido retomandoy rescatando algunas de las corrientes clásicasde la filosofía que de una u otra manera pregona-ban una serie de enunciados de tipo espiritual oque se dirigían a fundamentar el modo de con-ducta ideal que cada hombre debería seguir conel fin de alcanzar el mayor y mas ansiado bien:“la Felicidad”.

Dentro de estas corrientes Clásicas que regre-san al panorama de nuestro tiempo se encuen-tra el Estoicismo, una escuela filosófica “funda-da en Grecia por Zenón de Citio, Cleantes yCrisipo hacia el Siglo III a.c”1 y de la cual será sumáximo representante un pensador español, pro-cedente de Córdoba, llamado Lucio AnneoSéneca, quien ha sido señalado en nuestro tiem-po como uno de los escritores y filósofos másimportantes de la antigüedad.

El retorno del Estoicismo a nuestro tiempo se dafundamentalmente de la mano de una figura des-

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tacada dentro del panorama filosófico contempo-ráneo como lo es el filósofo francés MichelFoucault, quien en sus últimos años se dedicó ala lectura de la obra de Séneca en la cual buscóun refugio emocional que le ayudara a preparar-se a la muerte después de que fuera diagnosti-cado VIH positivo. Desde entonces es cada vezmayor el número de pensadores que buscan in-dagar por el sentido que tiene la obra de Séneca,después de casi 2.000 años de historia, dentrode una sociedad tan compleja como la actual.

Por lo tanto y, sentados los antecedentes quemotivan e impulsan esta disertación, nos dedi-caremos ahora a presentar algunos de los ele-mentos estoicos planteados por Séneca en susobras, a la vez que mostraremos apartes de loscomentarios y apreciaciones que sobre la obrade tan prolífero autor han hecho pensadores comoel ya citado Michel Foucault, el también francésPaul Veyne, y la filósofa española Maria Zambranoentre otros.

Séneca: su vida y su muerte.Cuento de tragedia

Son muchos los escritores, artistas, científicos,políticos, filósofos, etc, que en el transcurso dela historia han dejado una huella indeleble, quehan marcado modos de pensar, fijado estilos li-terarios, dieron vida a personajes memorables,forma a edificios gloriosos, conducido revolucio-nes y luchado campañas, en fin, que por una uotra causa se labraron un lugar en la memoria dela humanidad.

Se puede decir que Séneca por su historia per-sonal se ha ganado un sitial de honor dentro deeste grupo de figuras que hemos mencionado.Tal lugar se le debe, no solo a su talento comoescritor, ni a su habilidad como político, estadis-ta y empresario, o a su maravilloso ingenio comofilósofo: le corresponde por derecho propio, porque es uno de los pocos personajes históricoscuya vida y muerte bien pueden emular una delas más emocionantes tragedias clásicas, ya quesu forma de vivir y su muerte están llenas dehechos que probablemente no se pueden seña-lar en otra figura de forma tan dramática como en él.

Nació en Córdoba, España, en el año 3 d.c, unaregión que para entonces era una retirada provin-cia del dominante imperio romano. Su padre

Marco Anneo Séneca, era rector de una escuelade declamación, cargo muy reconocido para elmomento; de él aprendería las primeras leccio-nes. Era el segundo de tres hermanos y desdemuy pequeño se mostró sumamente sensible yproclive a las artes literarias y a la filosofía.

De constitución delgada y fisonomía endeble,desde temprana edad fue víctima de toda clasede enfermedades que le acompañaron el restode su vida como es el caso de una afección res-piratoria (asma).

A pesar de su condición delicada de salud, sutalento motivó a su padre a enviarlo a Roma acasa de sus tíos, para que allí se formara en lacarrera del foro (política) para lo cual se desem-peñó en labores regulares, acción que era tenidapor los romanos como de esclavo (empleado conun salario); así adelantó sus primeros años en lacapital del imperio hasta que progresivamentepudo acceder al senado donde en sus primerosaños y bajo el reinado de Calígula se destacócomo gran orador, lo que inspiró la ira del Empe-rador, quien en alguna oportunidad y a causa desus celos planeó darle muerte, de lo cual desis-tió persuadido por una de sus concubinas quienle disuadió diciéndole “que la tisis que le aqueja-ba se encargaría pronto de quitarlo de en medio”2. Librado del acoso de Calígula, se retiró de laescena política para dedicarse a la filosofía, co-nociendo entonces el estoicismo el cual en ade-lante marcaría su modelo de vida y nunca aban-donará, “renuncia a la buena mesa, a los vinos ya los perfumes y durante un año no se alimenta-rá más que de vegetales” 3.

Su adopción del estoicismo lo conduce a insta-lar una academia para el estudio y la enseñanzade la filosofía. En este modo de vida se mostrarácontrariado por su conducta regular de hombrepúblico y reconocido, de estrecha amistad conquienes detentan el poder.

Era dueño de las más grandiosas fincas de to-das las provincias italianas, con unas actitudesparadojales encarnaba fielmente a un estoicoaustero y desprendido, en tanto que como em-presario era talentoso y próspero, motivo por elcual fue siempre objeto de numerosas críticas ycomentarios, pese a ello jamás dejó de recono-cer su flaquezas y defectos, lo cual se refleja deforma nítida en la epístola XVII donde dice: “Nodigo estas cosas por mí, pues yo me encuentro

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en un profundo lugar de vicios, sino por aquelque tiene algo que hacer. Hablas de una maneray vives de otra” 3. De tal modo procede que sereintegra al senado bajo el reinado de Claudio,pero éste al igual que su predecesor lo hará pre-sa de sus intrigas y habiéndose desvelado unaconspiración en la que Séneca se veía implica-do, determinó desterrarlo a la isla de Córcegadurante siete años (la pena de destierro era parael periodo Greco Romano el peor castigo que sepodía imponer a un ciudadano libre); esta conde-na no se cumplió de forma plena ya que Agripina,la esposa y sobrina de Claudio, intercede anteéste por el filósofo y lo hace traer de regreso a lacapital para confiarle la educación de su hijoNerón, quien fuera adoptado por Claudio y desig-nado como heredero al trono por disposición delpropio emperador.

Nerón, se educará bajo la tutela de Séneca, quiense esmera en hacer de él un príncipe prudente,sabio y clemente, muestra de ello es un textoque le escribe expresamente a él titulado “deClementia” (sobre la clemencia) en el que le indi-ca cuál ha de ser la forma en que debe de proce-der un buen príncipe como gobernante.

Su pupilo accederá al trono a la edad de treceaños, razón por lo cual le es pedido a Sénecaque junto con Burro asuman la regencia del im-perio hasta la mayoría de edad del emperador, aeste período que duró cinco años se le conocecomo “los años del esplendor Neroniano”, lascrónicas lo relatan como el tiempo de mayor pros-peridad del imperio y de plena estabilidad políti-ca. Una vez Nerón toma el poder, el filósofo retor-nará a sus actividades comerciales entre las quese destacaba su ejercicio como banquero ama-sando una fortuna calculada en aproximadamen-te “sesenta y dos millones de denarios”, lo quelo convertía en el hombre más rico del imperiopara su época.

Reconocido como amigo del emperador, en untiempo donde dicha condición era un título quegeneraba un vínculo estrecho con el palacio im-perial, Séneca se da cuenta del peligro que correal ver la suerte que corren los amigos de Nerón,que una vez en el trono ha dado rienda suelta asu crueldad, de la cual no se salva ni siquiera sumadre que muere asesinada por orden expresadel Emperador. Dicha actitud, provoca la grandecepción del filósofo (que se refleja de formatácita en las epístolas morales) y le motiva a re-tirarse a su casa de campo, lejos de las intrigas

palaciegas, para dedicarse a la meditación filo-sófica. A este periodo corresponde la composi-ción del epistolario entre un joven “neófito” Lucilioy Séneca, al que una vez recopilado, se le daráel nombre de “Epístolas Morales” y será recono-cido como su obra cumbre.

De la suerte de los amigos del emperador no lo-gra escaparse, y luego de ser involucrado poracusaciones clandestinas de participar en la lla-mada “conspiración de Pisón”, Séneca es obli-gado a causarse la muerte cortándose las venas.

La muerte

Este episodio de la vida de Séneca bien mereceun capítulo literario, pues es casi imposible ha-llar una historia que iguale la tragedia de estesuceso de la vida de nuestro autor.

Luego de ser sentenciado a cortarse las venas,Séneca procede a dar cumplimiento a la senten-cia, en compañía de su esposa Paulina, quiendetermina darse muerte con su esposo, de talmanera proceden a abrirse las arterias para deeste modo desangrarse. Séneca, que por su ve-jez y mal estado de salud no contaba con buenacirculación, vio tardarse demasiado este proce-so, por lo cual pidió le fueran abiertas tambiénlas arterias de los muslos y las pantorrillas, ypara que su esposa no fuera testigo de semejan-te suceso, le ordenó a sus secretarios le cam-biaran de habitación. Nerón, quien sentía un pro-fundo temor de que la muerte de Paulina inspira-ra mayor odio entre el pueblo, al señalarle culpa-ble de tal acto de crueldad, ordenó le fuera impe-dido a ella seguir con el desangre, en tanto queSéneca quien contemplaba tardía la muerte, sevio obligado a pedirle a Estacio Anneo -a quienreconocía por su experiencia como médico- leproveyera un veneno que agilizara la muerte. Lefue entregada la porción y la bebió, pero no cau-só efecto, ya que su cuerpo medicado por susproblemas respiratorios de toda la vida no res-pondió a la acción del veneno. Acto seguido “semetió en un baño caliente, salpicando a los es-clavos más cercanos, lo que hizo decir que aque-lla fue una libación que ofrecía a Júpiter liberador.

Se hizo llevar después a una estufa de vapor (sau-na) que acabó por asfixiarlo. Su cadáver fue que-mado sin ninguna ceremonia, como lo había or-denado en cláusula expresa de su testamento,

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en un tiempo en que ya rico e influyente habíadispuesto sus últimas voluntades” 4.

De esta manera, halló la muerte una de las figu-ras más prolíferas de la literatura, la política y lafilosofía romana, en un episodio extenso en elcual se pueden destacar sin lugar a dudas quees “el único hombre en la historia que es obliga-do a suicidarse, y que dicho suicidio tenga queestar compuesto por tres métodos distintos, ha-ciendo del mismo una escena digna de las tra-gedias clásicas griegas”.

El estoicismo como forma de vida

Lo característico de las escuelas filosóficas mo-rales, “como fueron llamadas las corrientes filo-sóficas del periodo romano”, es que más que sim-

ples escuelas de pensamiento eran un modo devida, el cual debía adoptar todo aquel que se ins-cribiera en ellas. Como queda manifiesto en lassiguientes citas:

“Apruebo y me regocijo porque estudiascon tenacidad y, dejando de lado todo,procuras una cosa solamente: hacertemejor cada día; y no tan sólo te exhorto aque perseveres, sino que también te loruego” 5.

“Tú, medita y pon en práctica los princi-pios que siempre te he aconsejado, te-niendo presente que son elementos in-dispensables de una vida feliz” 6.

Esto con el fin de garantizar que todos sus inte-grantes alcanzaran el propósito por el cual seafiliaban a las mismas, además de ser una for-

“Séneca, después de abrirse las venas se mete en un baño, y sus discípulos, poseídos dedolor, juran odio a Nerón que decretó la muerte de su maestro”, es el título de este lienzo degran formato (2,65 m de alto y 4,36 de ancho) del pintor Manuel Domínguez Sánchez(Madrid,1840 - Cuenca,1906). Esta obra, que mereció la medalla de primera clase en laExposición Nacional de 1871, hace parte de la colección de Bellas Artes del Museo de Jaén(España).

Reproducción autorizada por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía (España).www.museosdeandalucia.es

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ma de distinguirse de las otras escuelas, y nosolo de las otras escuelas sino lo que era aúnmás importante: de aquellos reprochables quellevaban vidas degeneradas o licenciosas comolos amigos de los emperadores, tal y como loreflejan algunos relatos históricos en los que senarra de forma gráfica y detallada, las clases deexcesos que éstos protagonizaban en las fies-tas y actividades palaciegas, muchas de las cua-les son señaladas como grandes orgías o ban-quetes interminables, donde los comensalescomían hasta saciarse, luego de lo cual se pro-vocaban el vómito, y de esa forma hacían posibleel seguir comiendo; actos que eran reprobados ysumamente criticados por los filósofos de lasescuelas morales.

Conductas como las anteriormente citadas influ-yeron en el surgimiento de estas corrientes queen su mayoría invitaban a llevar vidas austeras yalejadas de los excesos.

“Detenéos con recelo y con temor antetodo bien fortuito…Cualquiera de vosotros que quiera viviruna vida tranquila, evite todo lo más quepueda esos beneficios untados deindelicadez; y con ellos también nos en-gañamos en esto: creemos que los tene-mos, quedamos adheridos y esclavos deello” 7.

En esta vida sin excesos los filósofos tratabande iniciar un camino a lo denominaron como “elcuidado de sí” o “la práctica de sí”, como lo ilus-trará Foucault en sus conferencias en el Collagede France, durante los años 1981 y 1982, lascuales fueron posteriormente recuperadas y pu-blicadas bajo el título: “la Hermenéutica del Su-jeto”, en las que señala:

“En la práctica de sí cuyo desarrollo cons-tatamos durante el periodo Helenístico,romano, al contrario, hay un aspecto for-mativo, que está esencialmente ligado ala preparación del individuo. Pero no unapreparación para tal o cual forma de pro-fesión o actividad social” 8.

Ésta “práctica de sí” consiste fundamentalmenteen buscar de forma permanente la manera demoderar la conducta, de desprenderse de lascosas y por consiguiente conformarse con aque-llo que es estrictamente necesario para la vida,no significando esto, que sea una actitud confor-mista; es sobre todo un modo de percibir el mun-

do, a fin de que el hombre desapegado de todoaquello que no es primordial se concentre en al-canzar lo que es en propiedad la felicidad plena,que no depende de la tenencia de nada, sino demi voluntad para alcanzar la tranquilidad de áni-mo, de esa forma lo demuestra la siguiente ex-presión de Séneca en las Epístolas Morales:

“Trata más bien de conseguir en torno tuyoalgún bien que ha de quedarse; mas noexiste ninguno sino el que el alma en-cuentra en sí misma. Solamente la virtudproporciona un gozo perpetuo, seguro;incluso, si algún impedimento surge, pasaa modo de nubes que son llevadas pordebajo y nunca vencen al día” 9.

Dejando con la anterior cita manifiesto que, parael estoico no es posible la tranquilidad sino através de un ánimo sereno, y que éste solo sepuede obtener cuando se desprende de las co-sas que no son necesarias y que nos esclavizanen poseerlas, dejando bien señalada la ruta atomar por aquel que esté dispuesto a hallar elmayor de los bienes, señalado desde el comien-zo “La Felicidad”.

El estoicismo comopropuesta filosófica

Ya considerada la condición del estoicismo comomodo de vida, nos detendremos a plantear sucondición como propuesta filosófica, teniendopresente que sus principios han trascendido lahistoria a través de la concepción y adopción devarios filósofos, entre los cuales podemos desta-car figuras como Baruk de Espinoza, y el yamencionado Michel Foucault. Estos autores seaproximaron a la teoría estoica, a fin de beber deella, como de una fuente todos sus contenidos,ricos en categorías y sumamente valiosos enpostulados que, como señalábamos en el nume-ral anterior, están presentados con el propósitode hacerse más que una mera filosofía, para con-vertirse en un modo de vida.

Entre las categorías o premisas estimadas porel estoicismo podemos destacar un gran núme-ro, ya que se dispuso a plantear conceptos so-bre varios aspectos, pero para efectos prácticosme cifraré en dos fundamentalmente:

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1. La sabiduría.2. La virtud.

Planteados estos temas en la obra estoica, espreciso entenderlos como los ejes transversalesde todo el escenario de dicha escuela. Se hacentransversales en la medida que a cada momentola invitación de los diferentes autores miembrosde esta corriente, es considerar la importanciaque tiene para el hombre comprender el sentidode la sabiduría y de la virtud, como la forma enque éstas pueden ser puestas en práctica paraefectos de buscar la vida feliz, tal y como loafirma Séneca en varios apartes de su texto:

“Así, el sabio es maestro en el arte dedominar los males: el dolor, la pobreza,la infamia, la cárcel, el destierro, temiblesen cualquier situación, cuando han llega-do a su presencia, quedan mitigados” 10.

Y al referirse a la virtud en la epístola 85 pararefutar a Epicuro cuando éste cuestiona que laFelicidad pueda proporcionar la felicidad dice:

“Por otra parte es absurdo decir que elhombre será feliz aún con sólo la virtud,pero que no será plenamente feliz.¿Cómo pueda esto suceder? No lo com-prendo. Porque la vida feliz encierra en síun bien perfecto, insuperable; y, si lo po-see tal, es perfectamente feliz” 11.

A lo anterior, que refleja fielmente su criterio res-pecto a la virtud, sumará un comentario adicio-nal en la epístola 92, que tiene como propósitodemostrar la plenitud que dispone al hombre elregirse por la virtud:

“La virtud no se acrecienta, luego tampo-co la vida feliz, que procede de la virtud.En efecto la virtud es un bien tan grandeque no es sensible a esas pequeñas inci-dencias como son la brevedad de la vida,el dolor y la diversidad de molestias cor-porales” 12.

En estas expresiones tanto, como en el resto desu obra Séneca dará claros visos, de plantearuna filosofía de argumentos sólidos, pero de fácilacceso y comprensión, orientados a moderar laconducta, a hacerse práctica, a conducir al hom-bre en el camino de la virtud para alcanzar lafelicidad como estado absoluto, que a diferenciade Aristóteles no tolera justos medios, ni siquie-ra los concibe.

De este modo el estoicismo establece nuevosderroteros para orientar la conducta humana, te-niendo como inspiración “la búsqueda de la tran-quilidad del alma”

La obra de Séneca

Al plantear un estudio de la obra de Séneca, yno solo un estudio rápido o somero sino la esti-mación de la misma como un modelo propuestodigno de ser considerado por las categorías queen él se plantean, creo que es conveniente pre-sentar algunos de los elementos que me moti-van a proponer dicha exégesis y que, de pasosea dicho, han movido nuestra investigación eneste autor, quien a pesar de la diferencia históri-ca que lo separa de nuestro tiempo, plantea unaserie de elementos que, aún hoy, cuentan coninmensa validez para efectos de entender la com-posición de la sociedad y el papel que cada su-jeto debe jugar en ella, además de las conduc-tas que debe observar cada sujeto a fin de mode-rar su proceder y encaminarse a la sabiduría quele lleve a la felicidad.

De la obra de Séneca, se puede decir que estácompuesta fundamentalmente de tres momen-tos dispuestos de la siguiente forma: un primermomento, en el que se dispone a reescribir va-rias de las tragedias clásicas griegas - Edipo rey,la Medea, entre otros-, de este periodo podemosdestacar que se derivará la gran fama y recono-cimiento que, como poeta y literato, ganaría nosolo entre sus contemporáneos, sino a través dela historia que le sigue reconociendo dicho talen-to apoyado en estas producciones.

El segundo periodo de su obra, se carac-teriza por estar dedicado a lo que se titu-laron “los diálogos”, acerca de los cualesPaul Veyne se referirá en su texto Sénecay el estoicismo afirmando: “Unos diálo-gos que no son verdadero diálogos y quese podrían titular “conversaciones so-bre…” 13. Estos están dedicados a seguirvarios temas y su estructura tal y como loseñala Veyne, está a modo de conversa-ciones donde el autor desarrolla diversostemas, como las célebres Consolacionesa Polibio y Marcia, entre otras.

El tercer y último momento, será el de las Car-tas a Lucilio, que es señalada por los diferentesintérpretes como su obra cumbre, tanto por la

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variedad de temas que en ella aborda, y el modoen que los desarrolla, como por ser la obra de suvejez, en la cual recogió todas las meditacionesde su edad madura y de sus experiencias tantocomo político, como literato y empresario. Deellas, hará Veyne igualmente un comentario enel que expresa:

“Las célebres Cartas a Lucilio, son la obramaestra de los últimos tres dramáticosaños de su vida. Si se nos autoriza a ha-cer una sugerencia, ésta será, por variasrazones, comenzar la lectura por estascartas” 13.

Las obras de Séneca, cuentan con una caracte-rística que en la cita anterior, Paul Veyne pre-senta como uno de los elementos más significa-tivos, y es la forma clara, y sencilla en que élescribe, haciendo muy fácil su lectura y com-prensión, cualidad que es poco común en lostextos filosóficos, y que, dicho sea de paso, esuna de las razones por la cual considero posibleque una persona que no sea filósofa, se puedaacercar a ella e iniciarse en la comprensión dealgunos aspectos de esta disciplina, alcanzan-do una ruta segura y coherente para emprenderdicho cometido.

Al anterior comentario sumaré la afirmación dePaul Veyne, en la introducción a su texto en lacual afirma:

“Pese a su claridad, Séneca debe ser to-mado en serio como filósofo; ha pasadola época en que se le consideraba comoun literato con un barniz de filósofo, cuyoestudio se dejaba a los especialistas enletras latinas. La claridad de su superficiedeja percibir fundamentos conceptualesmuy firmes, que son los del estoicismogriego en su versión auténtica. Séneca nofue un decadente, ni un vulgarizador, quese dirigiera al pretendido «espíritu prácti-co» de los romanos” 13.

El estoicismo enla contemporaneidad

Una vez presentados los elementos que consi-dero necesarios para dar a conocer la doctrinapropuesta, me dispondré a plantear los argumen-tos por los cuales sustento, la validez de la adop-

ción de una teoría como la estoica, para larecomprensión de la contemporaneidad.

Iniciaremos por señalar, que dada la dificultad delhombre de hoy por comprender el sentido de lohumano, de lo bueno, de lo justo, como catego-rías universales y positivas, es sumamente valio-so apoyarse para efectos de establecer unoparámetros más objetivos y precisos de una pro-puesta que parte no de un criterio metafísico -enel que el hombre pierde relevancia en la tarea deasumir responsabilidades con su entorno y éstase le delega a un dios omnipotente (que todo lopuede) y omnipresente (que está en todo lugar)-que tiene la tarea de garantizar el perfecto esta-do de todas las cosas, de las cuales, el hombrese beneficia pero de las que no es responsable.

El estoicismo es en sí un modo sencillo de pen-sar el hombre, de entenderlo con relación a sucontexto, dentro del cual se admite la importan-cia de vivir de acuerdo a la naturaleza, es decirdesarrollar la vida desprendido de las cosas queno son necesarias y que terminan por esclavizaral hombre, facilitando de ese modo la construc-ción de una sociedad menos violenta, toda vezque la violencia tiene su punto de origen en ladesigualdad y la falta de posibilidades de unosen relación con otros, de lo cual el estoicismo yaha hecho una precisa meditación, dejando comoresultado la comprensión de que para vivir bienbasta con lo mínimo.

“No sabes qué quieres; alabas el bienmás que lo que practicas; ves en dóndereside la felicidad, pero no te atreves allegar a ella. Mas te diré qué es lo que teimpide, porque tú mismo meditas poco.Crees que estos bienes que has de aban-donar son grandes; y cuando te prometis-te para ti aquella seguridad a la que te-nías que pasar, te retiene el esplendor deesta vida de la que tienes que apartarte,como si hubieras de ir a caer en cosashorrendas y tinieblas” 14.

Es además el estoicismo una respuesta alterna-tiva para la construcción de una propuesta devalores humanos, para una sociedad laical quese ha distanciado cada vez más del modelo reli-gioso que fijaba las conductas por medio de nor-mas morales de obligatorio cumplimiento, y decarácter universal, en tanto que desde la posturaestoica no es admisible un modelo de valores,

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sino surgen de la conciencia del hombre, es de-cir: es cada sujeto quien a partir de su compren-sión del sentido de lo humano asume el recono-cimiento de la dignidad del otro como una exten-sión de la dignidad propia, sin que le sea im-puesta o sin que se determine una obligatorie-dad en su observancia.

Cabe destacar también la vida despreocupada ytranquila que el hombre estoico está invitado allevar, toda vez que da todo aquello que lo entor-na como natural, sin que le confunda la altera-ción de aquellas condiciones que no dependende él, tales como la salud, o la muerte, sobre lascuales se afirma:

“El mayor defecto de nuestra vida radicaen que ella siempre está inacabada, queun día y otro reservamos alguna cosa parael futuro. Aquel que todos los días sabedar la última mano a su vida no siente lanecesidad del tiempo, pues de esta nece-sidad surge el temor y el ansia del futuroque consume al espíritu. Nada más de-plorable que la duda sobre como acaba-rá cuanto nos sucede: nuestro espíritu,preocupado por saber cuán larga o cómoserá la vida que nos resta, se atormentacon un terror inexplicable” 15.

De este modo nos muestra Séneca la forma enque se debe entender la muerte: como un fenó-meno cotidiano, y por lo mismo dejar a un lado eltemor que ésta nos produce.

Por último resaltaremos que siendo común elinterés que impulsa el obrar del hombre de hoy yal de la Roma antigua, que no es otro que alcan-zar la felicidad, es válido poner a consideracióndel sujeto contemporáneo, una de las propues-tas que a aquellos les sirvió como estrategia paraconducirse a la misma, sin poner para ello enriesgo la tranquilidad del alma.

Las anteriores, entre muchas más, que si lascifro todas no terminaría haciéndose un artículosino todo un libro, son razones que puedo argüiry que me impulsan a considerar la viabilidad quetiene para efectos de volver a comprender en lacontemporaneidad, una doctrina tan absoluta-mente sencilla, objetiva, práctica y coherente

como lo es el estoicismo, el cual hemos aborda-do de la mano de una figura tan extraordinaria yelocuente como lo es Séneca.

Referencias

1. VEYNE, Paul. Séneca y el estoicismo. México :Fondo de Cultura Económica, 1995. p. 48.

2. SÉNECA, Lucio Anneo. Prologo. En : ________.Epístolas Morales. Barcelona : Editorial Juven-tud, 2000. P. 10.

3. SÉNECA, Lucio Anneo. Carta XVII En : ________.Epístolas Morales. Barcelona : Editorial Juven-tud, 2000. p. 11.

4. VEYNE, Paul. Séneca y el estoicismo. México :Fondo de Cultura Económica,1995. p. 183

5. SENECA, Lucio Anneo. Carta V. En : ________.Epístolas Morales. Barcelona : Editorial Juven-tud, 2000.

6. EPICURO. Carta a Meneceo, D.L.X. En :________. Sobre la felicidad. Bogotá : EditorialNorma, 1999, p. 122.

7. SÉNECA, Lucio Anneo. Carta VIII. En : ________.Epístolas Morales. Barcelona : Editorial Juven-tud, 2000.

8. FOUCAUL, Michel. La hermenéutica del sujeto.México : Fondo de cultura económico, 2002, p.104.

9. SÉNECA, Lucio Anneo. Carta XXVII. En :________. Epístolas Morales. Barcelona : Edi-torial Juventud, 2000.

10. SÉNECA, Lucio Anneo. Carta LXXXV, Párrafo 41.En : ________. Epístolas Morales. Barcelona :Editorial Juventud, 2000.

11. SÉNECA, Lucio Anneo. Carta LXXXV, Párrafo 19.En : ________. Epístolas Morales. Barcelona :Editorial Juventud, 2000.

12. SÉNECA, Lucio Anneo. Epístola 92 párrafo 24.En : ________. Epístolas Morales. Barcelona :Editorial Juventud, 2000.

13. VEYNE, Paul. Séneca y el estoicismo. México :Fondo de cultura económico, 1995. p. 12.

14. SÉNECA, Lucio Anneo. Carta XXI, Párrafo 1. En :________. Epístolas Morales. Barcelona : Edi-torial Juventud, 2000.

15. SÉNECA, Lucio Anneo. Epístola CI, Párrafo 8.En: ________. Epístolas Morales. Barcelona :Editorial Juventud, 2000.