El Evangelio de la Doble Porción (II) Apóstol Sergio G. Enríquez O. Segundo Servicio Pre-Proclama Profética Guatemala, 30 de noviembre del Año De La Revelación

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La Biblia, al ser de inspiración divina, es una fuente inagotable de revelación. Si escudriñamos las Escrituras podemos observar que existe una similitud entre el libro de Isaías y la Biblia entera, debido a que Isaías tiene 66 capítulos y la Biblia 66 libros; lo asombroso es la puntualidad y la relación que tiene cada capítulo de Isaías con cada libro de la Biblia con respecto al orden en que aparecen. Génesis tiene similitud con al capítulo uno de Isaías, el capítulo 66 con el libro de Apocalipsis, el capítulo 39 se parece muchísimo al libro de Malaquías, el capítulo 40 vendría a ser similar al libro de Mateo, etc. En Isaías 40:3 (LBA) “Una voz clama: Preparad en el desierto camino al Señor; allanad en la soledad calzada para nuestro Dios”. Esta es una de las similitudes con Mateo pues aparece cuando Juan el Bautista anuncia a Jesucristo. Isaías 40:1-2 (LBLA) “Consolad, consolad a mi pueblo —dice vuestro Dios. Hablad al corazón de Jerusalén y decidle a voces que su lucha ha terminado, que su iniquidad ha sido quitada,

que ha recibido de la mano del Señor el doble por todos sus pecados”. Este verso corresponde entonces al primer libro de Mateo, el inicio del Nuevo Pacto, por lo que podemos entender que en el pacto que estamos viviendo, Cristo quiere manifestar su consuelo hacia nuestras vidas. Al decirlo dos veces, sabemos que es porque el Señor está dispuesto a hacerlo y sucederá pronto. Necesitamos creer que en este Nuevo Pacto Dios ha prometido, hablando a nuestro corazón y no a nuestra mente, que nuestra lucha ha terminado y que el Señor ha pagado el doble por nuestros pecados, esto quiere decir que vivimos en un evangelio de doble porción. Es importante señalar que si vamos a ser consolados es porque necesitaremos esta consolación. El apóstol Pablo dijo que Dios consuela a los deprimidos (2 Corintios 7:6 LBA), de tal forma que si estamos consolando al pueblo a quién le estamos hablando, generalmente va a ser un pueblo que está luchando, comprendiendo entonces que es El Espíritu Santo el Consolador, debemos fluir con esa unción. En las Escrituras encontramos varios personajes o entidades que fluyen en una doble porción, las cuales veremos a continuación. Eliseo y su doble porción: Eliseo le dijo a Elías que quería el doble de su espíritu (2 Reyes 2:9) y le fue concedido porque lo buscó. Esto quiere decir que no basta con que el Señor nos esté diciendo que es el tiempo de la doble porción, se debe complementar con creerlo pues si no cambiamos nuestra mentalidad, no la recibiremos. Día sexto y su doble porción: Cuando el pueblo de Israel estaba en el desierto debía recoger doble porción de maná el día sexto (Éxodo 16:22) pero la decisión de tomarlo era de ellos. Ana y su doble porción: Ana era menospreciada por Penina pero como era amada por Elcana su esposo, él le daba doble porción (1 Samuel 1:5). Job y su doble porción: Después de su aflicción, Dios le dio el doble de todo lo que tenía (Job 42:10).

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El primogénito y su doble porción: En Israel había una ley en la que al primogénito de la familia se le debía dar una doble porción (Deuteronomio 21:17). Esto es importante por que la Biblia dice que estamos inscritos en la congregación de los primogénitos (Hebreos 12:23). Cautivos de la esperanza y su doble porción: A los cautivos es a quienes se les dice “Consolad, consolad a mi pueblo” (Isaías 40:1), es decir que recibieron doble porción de consuelo. La primera porción de consuelo la encontramos en el siguiente verso: Isaías 61:2 (LBLA) Para proclamar el año favorable del Señor, y el día de venganza de nuestro Dios; para consolar a todos los que lloran. La segunda porción de consuelo es la que no solo consuela, sino sustituye el llanto y el luto por alegría: Isaías 61:3 (LBA) Para conceder que a los que lloran en Sion se les dé diadema en vez de ceniza, aceite de alegría en vez de luto, manto de alabanza en vez de espíritu abatido; para que sean llamados robles de justicia, plantío del Señor, para que Él sea glorificado. La iglesia debe comprender que está llamada a recibir una doble porción; la mujer virtuosa, descrita en Proverbios 31 es figura de la iglesia y es una mujer que asimiló la doble porción como lo vemos en el siguiente verso: Proverbios 31:21 (RV 1960) No tiene temor de la nieve por su familia, Porque toda su familia está vestida de ropas dobles. Proverbios 31:13 (LBLA) Busca lana y lino, y con agrado trabaja con sus manos. Isaías 1:18 (LBA) Venid ahora, y razonemos —dice el SEÑOR— aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; aunque sean rojos como el carmesí, como blanca lana quedarán. Al buscar lana, esta mujer busca no solo el perdón de sus pecados (emblanquecidos), sino que también busca la purificación (blanca lana). Un ejemplo de esto es el leproso que fue limpio de su lepra junto con otros nueve, pero solo él quedo purificado al regresar a presentarse ante el Sumo Sacerdote genuino, Jesucristo. Entonces la iglesia debe buscar la purificación, representada en la lana, pero no debe quedarse allí, sino buscar también el lino que son las acciones justas de los santos (Apocalipsis 19:8), pues si no lo hace corre el riesgo de volver a lo mismo. Proverbios 31:15 (LBLA) También se levanta cuando aún es de noche, y da alimento a los de su casa, y tarea a sus doncellas. La mujer virtuosa (la iglesia) cumple con sus responsabilidades pero también enseña a que otros tomen responsabilidad, es decir que es equilibrada. La mujer virtuosa debe servir pero también debe saber delegar; Jetro le enseñó a Moisés que debía aprender a delegar para no desgastarse, (Éxodo 18). Los ministros debemos aprender a delegar y la iglesia necesita aprender a respetar esas delegaciones. Es importante también que las personas que

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delegamos sean fieles y no usar las delegaciones para ganar el corazón del pueblo para sí, como lo hizo Absalón. Proverbios 31:16 (LBLA) Evalúa un campo y lo compra; con sus ganancias planta una viña. El evangelio de la doble porción es como el que va al campo (al mundo), es decir que es una iglesia que sale a evangelizar, sin embargo después trabaja en la viña, la congregación. Proverbios 31:17 (BDN) Se ciñe con brío la cintura, y ejercita la fuerza de sus brazos. La iglesia debe estar ceñida para la batalla, pero también estar dispuesta a hacer obras. Proverbios 31:19 (LBLA) Extiende sus manos a la rueca, y sus manos toman el huso. La rueca sirve para convertir la lana de la oveja en ovillos de lana gruesa pero el huso sirve para adelgazar la lana y convertirla en hilo. Podemos ver la lana y el hilo como la doctrina, es decir que la iglesia necesita ser diestra en la doctrina básica pero también en las profundidades. Es interesante que esto lo hace con las manos, y la mano habla de los cinco ministerios Proverbios 31:20 (LBLA) Extiende su mano al pobre, y alarga sus manos al necesitado. La iglesia del evangelio de la doble porción sabe que debe trabajar en favor del pobre, en equilibrio pues esa no es nuestra prioridad, pero no por eso lo vamos a olvidar. Los apóstoles del Cordero instruyeron al Apóstol Pablo a que no se olvidara de los pobres. Debemos anhelar todos los aspectos de este evangelio de doble porción y que podamos administrarlo adecuadamente.