El Factor Maya - José Argüelles

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Nos ofrece un examen tangible del Sagrado MisterIo del Gran Ciclo Maya: 3113 a.C. hasta 2012 D.A. explorando la verdad este libro es una guia para lograr la evolución de la humanidad.

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    EL FACTOR MAYA

    Un camino ms all de la tecnologa

    Jos Argelles, Ph.D.

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    Dedicado a mi profesor, el incomparable C.T. Mukpo.

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    NDICENDICE AGRADECIMIENTOS PRLOGO POR BRIAN SWIMME INTRODUCCIN El MISTERIO DE LOS MAYAS: LA CIENCIA TRASCENDIDA 1. Mi BSQUEDA DE LOS MAYAS DURANTE 33 AOS 2. LOS MAYAS: ADIVINOS DE LA ARMONA 3. LOS MAESTROS GALCTICOS Y LOS NMEROS del DESTINO 4. EL TELAR MAYA: EL MDULO ARMNICO REVELADO 5. HISTORIA Y SISTEMA SOLAR: LA VISIN GALCTICA 6. EL FINAL del CICLO: SINCRONIZACIN CON EL MAS ALL 7. TECNOLOGA Y TRANSFORMACIN 8. LA ERA SOLAR QUE SE APROXIMA UN EJEMPLO RESONANTE QUE SIRVE COMO GUA: GLOSARIO DE TRMINOS Y CONCEPTOS CLAVES DE LOS MAYAS El ARMNICO SISTEMA NUMRICO DE LOS MAYAS SUPLEMENTO A.: NMEROS DIRECCIONALES Y NMEROS RADIALES SUPLEMENTO B.: FACTORES Y FRACTALES MAYAS SUPLEMENTO C.: ARMNICOS del CALENDARIO SUPLEMENTO D.: NMEROS ARMNICOS SUPLEMENTO E.: EL CICLO DE 52 AOS Y EL CALENDARIO CIRCULAR DIARIO BIBLIOGRAFA SOBRE EL AUTOR

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    AGRADECIMIENTOSAGRADECIMIENTOS

    La escritura y produccin del Factor Maya no habra sido posible sin el cario qu tan intensamente se le infundi.

    La primera persona digna de ser mencionada es mi suegra, Maya, quien ley el manuscrito tal y como sali a la luz pblica, capitulo por captulo, animndome en un momento en que pocos lo hacan. Naturalmente se debe honrar a la hija de Maya, o sea a mi esposa Lloydine, por ser la fuente que continuamente me conecta a la tierra, como la tierra est conectada a las estrellas. Igualmente a los hijos de mi vida, Josh, Tara, Heidi, Paul, e Ivonne, y a los crculos que ellos hacen con todos sus amigos, y tambin deben ser mencionados por el verdadero amor que ellos ofrecen incondicionalmente. Finalmente, carecera de honradez si no hiciese mencin de aquellos nodos psquicos de fervor inter-dimensional, al perro Genji, y a los gatos Sponsor y Onyx, quienes constituyen la prueba de que no estamos solos.

    Adems de las personas mencionadas en el primer captulo, quienes me suministraron indicaciones, informacin y conocimientos profundos para compilar el Factor Maya, se destacan algunas pocas personas, quienes sirvieron de faros luminosos durante los procesos de preparacin y produccin. Su fe en m y en la obra fue un alimento muy sustentador. Estas personas son: Stan Padilla, vidente sereno cuyas artes y oraciones son crculos de proteccin que purifican el canal de la visin. El instituto Brooke Medicine Eagle, cuya hermandad femenina es la esencia resplandeciente de la regeneracin humana; don Eduardo Caldern, el hombre que engaa al sueo corporal, y quien ayud a abrir los conductos de la memoria terrestre; Su eminencia Tai Situ Rimpoche, por construir puentes entre los mundos. Rupert Sheldrake, por los atractivos del campo; Y Ted y J.J., quienes practican la lealtad cosmonogmica.

    De hecho, el Factor Maya no seria sino otro manuscrito colocado entre un legajo de papeles, si no fuese por el talento de Brbara Clow de Bear & Company, quien, al recibir este texto, prontamente vi la necesidad de darlo al mundo. Su esposo, Gerry, tambin merece mencin por su constancia y buen humor durante todo este proceso, como tambin ngela Werneke por el cuidado que ha tenido en la presentacin visual.

    Y por ltimo, estn los seres del mundo espiritual, guas de inquebrantable compasin que sembraron con xtasis mi asombro-de-la-sabidura.

    A todos estos, y a muchos ms, desde un corazn cuya gran alegra es la simplicidad del momento, ofrezco incondicionalmente la gratitud del infinito ser.

    Evan maya e maho! (Salve a la armona de la mente y la naturaleza!).

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    PRLOGOPRLOGO

    POR BRIAN SWIMME

    Entre los sinlogos hay una leyenda popular sobre los primeros occidentales -un grupo de jesuitas eruditos-

    que estudiaron el I Ching en el siglo XVII. La empresa comenz con gran alegra y esperanza, el idioma haba sido aprendido, y los 0significados al fin haban sido descifrados y examinados con madurez. Entonces vino la tragedia. Algunos de los jvenes inteligentes estaban locos. Sencillamente, la dificultad para entender la sabidura del I Ching dentro de las categoras de la mente occidental, abrum a estos hombres consagrados. Finalmente, la Compaa de Jess se vi obligada a abandonar el proyecto, y an a prohibir cualquier estudio posterior de esta extraa escritura China.

    Este relato, si bien apcrifo, arroja luz en la obra del Dr. Jos Argelles, porque l tambin se ha sumergido de todo corazn, en aquello que para la mente occidental es igualmente un engaoso sistema de conocimiento, o sea el Tzolkin Maya. Despus de gastar una parte de su vida dando vueltas alrededor de este enigma, el Dr. Argelles ha aparecido con su relato de lo que l significa, y realmente es un relato descabellado. Se nos pide que examinemos los siguientes puntos, entre otros igualmente inslitos:

    Primero, que la historia humana est formada en gran parte por un rayo galctico a travs del cual la Tierra y el Sol han estado pasando durante los ltimos 5.000 aos, y que nos espera un gran momento de transformacin, a medida que lleguemos al final del rayo en el ao 2012.

    Segundo, que las perspectivas y actividades culturales del mundo siguen la naturaleza de las estaciones galctica?, cuyo cdigo fue captado matemtica y simblicamente por los mayas.

    Tercero, que cada persona tiene el poder para conectarse directamente, ya sea sensoria, sensitiva, o electromagnticamente con la energa/ informacin de este rayo que emana del corazn galctico, y de este modo se puede despertar la verdadera mente de uno, es decir, al mente superior, la mente profunda.

    Indudablemente muchos pensarn que el Dr. Argelles ha seguido el mismo camino de los jesuitas, quienes se extraviaron en el I Ching, y se volvieron dementes y maniticos, quedando aislados en sus propias fantasas engaosas. Ciertamente, el mismo Dr. Argelles es consciente de que sus conclusiones son de naturaleza inquietante. l nos advierte honestamente desde el comienzo: Para m la situacin significaba dar un salto, sumergir bruscamente la punta, como si la tuviese, en un territorio mental que los patrones de la cultura dominante haban declarado inexistentes o como un tab. Y en verdad, su obra tiene la extravagancia y la confusin de las ideas propias de toda nueva visin de la realidad, y esto slo hace que leer su libro sea un desafo, an aparte de la magnitud csmica que tienen sus declaraciones.

    Habiendo dicho todo eso permtaseme indicar por qu pienso que la visin del Dr. Argelles es de un valor profundo. Estoy convencido de que cualquier visin del universo que no logre estremecernos, es porque carece de valor para nosotros. Debemos tener en cuenta que, nosotros, occidentales racionales, nosotros ciudadanos mundanos y demcratas judeo-cristianos, con nuestras armas nucleares hemos convertido la Tierra en un rehn. Nosotros los industriales modernos, somos los que practicamos el ecocidio que ha cubierto la superficie de todos los continentes.

    Decir que una visin del universo es racional, quiere decir que ella se ajusta a esta visin del mundo moderno, el cual ha iniciado y sostiene el terror global.

    No necesitamos visiones racionales; necesitamos las ms descabelladas e inquietantes visiones que podamos encontrar respecto al universo. La visin del Dr. Argelles es idnea.

    Pero su visin no es totalmente descabellada. Con la exactitud infalible de todo genio, el Dr. Argelles conoce la ciencia occidental y sabe que la nica esperanza de un equilibrio para la sociedad occidental, consiste en asimilar plenamente la cosmologa de los pueblos primitivos, Ven particular la cosmologa Maya. Porqu deben ser estudiadas por aparte las cosmologas primitivas?. Porque los pueblos primitivos empiezan con la misma conviccin: la Tierra, el Sol, la galaxia, el universo, todas las cosas en todas partes, estn vivas y son inteligentes.

    Todo lo que necesitamos es humildad. Nosotros, quienes fuimos educados en esta moderna visin del mundo, que es la que dirige y sostiene nuestro militarismo, con su mismo patriarcado y antropocentrismo, necesitamos comprender nuestro error fatal: la suposicin de que el universo est muerto, y carece de sensibilidad, inteligencia, y propsito. Podremos encontrar el valor para librarnos de este engao fatal?.

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    Encontraremos la sabidura para volvernos hacia los mayas y su ciencia, y para aprender la verdad del universo?.

    En lo que resta de esta introduccin, me gustara comentar extensamente algunas cosas respecto a los tres puntos descabellados del Dr. Argelles. Ya que mi propia educacin la constituy la fsica matemtica, mi lnea de pensamiento refleja necesariamente los contornos de la ciencia contempornea. Pero necesito hacer nfasis aqu, en que no estoy intentando ubicar la visin de los mayas dentro de las categoras modernas y cientficas. La cosmologa Maya no puede ser ubicada dentro de las categoras modernas y cientficas. Pero ah es donde surge en nuestra poca una ciencia post-moderna, una orientacin cientfica que asimila la visin del mundo de los pueblos primitivos, con la visin del mundo de la ciencia moderna. Estoy hablando desde el contexto de esta ciencia integral, pan-humana, y post-moderna.

    Primero, el rayo galctico a travs del cual estamos pasando, segn lo afirman los mayas. Para empezar, permtanme decir que la ciencia moderna nunca ha hablado de tal rayo, en la forma en que lo hacen los mayas. Pero recientemente, los fsicos se han hecho conscientes de la manera en que estamos siendo influenciados por los rayos que pasan a travs de la galaxia, y esto en s mismo, es algo nuevo. La astrofsica comente describe estos rayos como unas ondas densas que irrumpen a travs de la galaxia, influenciando as su evolucin. Por ejemplo, el nacimiento de nuestro Sol fue una consecuencia de estas ondas. Las ondas densas pasaron a travs de una estrella gigante y la incendiaron, esta explot y provoc la existencia de nuestro propio sol.

    En efecto, la formacin de toda estrella se debe principalmente a que estos rayos irrumpen a travs de nuestra galaxia. Podemos comenzar a formular la nocin de que la galaxia es un organismo, el cual est comprometido en su propia evolucin. Hablamos de la dinmica auto-organizadora de la galaxia. O con una perspectiva ms orgnica, hablamos de que la galaxia est desplegndose. El nacimiento de las estrellas se describe como parte de la epignesis galctica. Entonces se ve que el Sol es activado por la dinmica dirigida desde el centro galctico; el ojo de una rana se ve exactamente as, activado por la dinmica dirigida desde su propio centro orgnico.

    La pregunta obvia es esta: Exactamente hasta qu punto est el dinamismo galctico relacionado con el desarrollo del sol y de sus planetas en evolucin?. Es decir, Si la dinmica galctica tiene que ver solamente con la ignicin inicial del Sol, despus de ella el Sol y la Tierra quedan fuera de esta influencia?. O est comprometido el rayo galctico en la evolucin de la vida?.

    Aqu son necesarios dos explicaciones. Primera, puede decirse con bastante simplicidad que la galaxia est continuamente comprometida con la evolucin de la Tierra y su vida. Los rayos que tienen densidad galctica, han atravesado con fuerza a travs de la galaxia, durante la totalidad de los 4.55 billones de aos que tiene de existencia el Sol, y en cualquier poca en que estos rayos pasen a travs del Sol, alteran su dinmica, y as alteran la energa radiante que baa a la tierra. No tengo ninguna duda de que, a medida que los bilogos evolucionistas comiencen a reflexionar sobre esto, ellos articularn las maneras como esta dinmica ha dado forma al desarrollo de la vida en la tierra. Nos volveremos ms conscientes de que la forma que tienen las hojas del olmo, no ha sido moldeada nicamente por la seleccin natural de la Tierra, sino por la accin de la galaxia como un todo.

    Y segundo, hemos de reconocer que para la ciencia moderna ha resultado sencillamente imposible observar la existencia de un rayo galctico, tal y como lo describen los mayas. La ciencia moderna se concentr sobre lo material y sobre su cambio de posicin. Todas las cualidades, colores, olores, emociones, sentimientos percepciones interiores fueron clasificadas como secundarias y descartadas. Es decir, nos comprometimos desde el comienzo con un modo de conciencia que nunca reconocer el rayo galctico Maya.

    Lo que debe evaluarse al mismo tiempo, es precisamente cun difcil fue hacer lo que la ciencia moderna ha hecho. Por ejemplo, el descubrir empricamente que el Sol tuvo un comienzo, este es un conocimiento que requiere un grado muy elevado de conciencia. Pensemos solamente qu tan extica tuvo que volverse la conciencia para ver el movimiento de los continentes; O realmente escuchar el eco del primer globo de fuego, hace 20 billones de aos en los comienzos del tiempo!. Al reconocer el desarrollo particular de la conciencia de la ciencia moderna, podemos empezar a perdonar sus equivocaciones, y a evaluar otros grados de conciencia que se han desarrollado alrededor de diferentes proyectos culturales.

    Los mayas fueron un pueblo embriagado por un objetivo cultural que requera un desarrollo de conciencia bastante diferente. Donde los cientficos modernos han sido capaces de detectar experimentalmente los efectos fsicos de los rayos densos pasando con fuerza a travs de la galaxia, los mayas fueron capaces de detectar experimentalmente rayos de diferentes efectos, rayos que no slo influenciaron el nacimiento y el funcionamiento de las estrellas, sino tambin el nacimiento y el funcionamiento de las ideas, visiones, y convicciones. O ms bien, yo pienso que el caso es que tanto los cientficos modernos como los mayas responden a los mismos rayos. Los cientficos modernos desarrollaron un grado de conciencia que los capacita para articular los efectos Fsicos de estos rayos; Y los mayas desarrollaron una conciencia que los capacit para articular los efectos psquicos de estos rayos.

    Segundo, las estaciones galcticas. Los mayas, en la presentacin del Dr. Argelles, ensearon que cada era tiene una cualidad particular de s misma, una cualidad que favorece un tipo especial de actividad, y todo esto se encuentra registrado en el cdigo del Tzolkin. Al conocer los cdigos galcticos para las estaciones, se puede prever la llegada de stas, y as se puede actuar de acuerdo a ellas, y con gran efecto. Tal orientacin hacia el universo era comn para la mayora de los pueblos primitivos, aunque quizs ninguno tuvo la exquisita

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    sutileza de los mayas. Adems de esto, la tradicin religiosa occidental primitiva y medieval tena una concepcin similar del tiempo, segn la cual cada momento o era, tenia su cualidad especial, otorgada por el corazn de la Divinidad; al conocer la cualidad del momento, uno se capacitaba para entrar profundamente en una actividad divina.

    Mi propia manera de aproximarme a esta idea de una estacin galctica, se basa en los 20 billones de aos que lleva la historia csmica. Si examinamos nuestra relacin de lo que realmente ha sucedido, vemos que cada era tiene una cualidad especial su momento singular su, creatividad particular.

    Por ejemplo, hace medio milln de aos en la epopeya csmica, lleg el tiempo para crear los tomos de hidrgeno. Necesitamos recalcar aqu, que esta creatividad est ligada intrnsecamente a la macrofase natural del cosmos en ese momento. Hasta entonces, los tomos de hidrgeno, no haban sido creados; Pero en el momento en que los tomos de hidrgeno pudieron, saltaron a la existencia por millares. Hay docenas de tales ejemplos a travs de todas las eras de la epopeya csmica, pero quizs podemos quedarnos con la aparicin de los tomos de hidrgeno, para aclara el punto referente a la actividad inherente a una estacin csmica.

    Antes de que apareciera el hidrgeno, en verdad fue posible que se formase un tomo individual de hidrgeno. Pero el hacerlo requiri un formidable gasto de energa, y el tomo se fundi rpidamente en el horno primordial. La creacin de tomos de hidrgeno en otras pocas, habra sido ir contra la comente del universo. Una fluida y abundante creatividad, depende por una parte de la necesidad natural que se tenga del hidrgeno, y por otra de la cualidad de la poca del universo. La creatividad efectiva slo apareci, dice el Dr. Argelles, cuando la momentnea necesidad se uni con el propsito universal. Cuando la cualidad del universo determin invitar a la existencia a los tomos de hidrgeno, estos salieron en gran abundancia. La existencia de las estaciones csmicas y galcticas se encuentra siempre a travs de los 20 billones de aos de existencia.

    En la mente occidental, la pregunta que inmediatamente sale a la superficie es: Puede haber estaciones para el nacimiento de tomos, de galaxias, o de clulas primitivas, pero, qu hay respecto a mis propios pensamientos?. Qu hay respecto a la cultura humana?. Lo uno y lo otro son afectados por las eras galcticas?. Esto nos lleva a nuestro debate sobre:

    Tercero, la interaccin personal con la mente galctica. Realmente, qu podemos decir respecto a la nocin de inteligencia y propsitos galcticos?.

    Dej este punto de ltimo, porque aqu trataremos de los profundos alcances de la represin psquica en occidente. Los mayas sintieron que ellos estaban unidos con la mente del Sol, la cual manifestaba para ellos la mente y el corazn de al galaxia. Los mayas captaron que la galaxia tenia deseos. Cuando los cientficos modernos escucharon esto, colocaron a los mayas en el cuarto destinado a los cuentos de hadas. Pero nuestro rechazo a su conocimiento, revela nicamente lo desequilibrado y peligroso de nuestra condicin psquica.

    Considere lo siguiente. Nuestros antepasados intelectuales de la Europa del siglo XVII, podan estar ante un animal que profera alaridos, y sin embargo estaban convencidos de que el animal no senta. Cuando se les preguntaba cmo podan tener un corazn tan fro, ellos explicaban que los animales eran slo mquinas que haban sido daadas, y que emitan sonidos lastimeros igual que lo haca cualquier mquina cuando estaba descompuesta.

    Por ser descendientes de ellos, nosotros tenemos la misma sensibilidad distorsionada. De otro modo, cmo podemos permanecer apticos cuando en la actualidad el mundo viviente da alaridos de angustia a travs de todo el planeta?. Esto lo menciono, con la esperanza de que una vez sospechemos la verdad que nuestra moderna sensibilidad es la ms deformada en todos los 50.000 aos de existencia de( Homo Sapiens, comencemos con la tarea de despertar todas las gamas de la sensibilidad psquica en los seres humanos. Slo entonces as detendremos nuestro ataque violento contra la vida. Slo as viviremos una existencia en un xtasis similar al de los mayas.

    Nuestra dificultad surge desde nuestro error cultural de creer que los tomos de las estrellas de hidrgeno, y todo lo dems, son slo cosas materiales, y que nosotros y nuestra vida psquica son trascendentes, completamente desconectados del universo.

    El relato de la creacin csmica que presenta la ciencia post-moderna, ofrece un punto de partida diferente: es decir el universo como un solo, multiforme evento energtico. Y de este modo, la conciencia humana y el cuerpo humano, y la conciencia del bho, y el cuerpo del bho, todos son el florecimiento de un numinoso proceso csmico. En esta orientacin integral, podemos comenzar a apreciar la forma en que nuestros pensamientos, huesos, e intuiciones (y los pensamientos, huesos, intuiciones del bho), todos son los tejidos de la misma dinmica sagrada y fundamental.

    En esta perspectiva, las sensaciones no son elaboradas en la mente humana trascendente sino que son transmitidas, del mismo modo en que se transmiten los fotones. Esta es en verdad la experiencia ms comn. Una persona que est ante una gran roca de granito, es baada con toda clase de sensaciones, estas son las sensaciones que la montaa ha comunicado al ser humano.

    Piense entonces en un Maya de pie que est siendo baado por la luz del Sol. Qu podemos decir respecto a lo que est sucediendo?. Qu este evento, como cualquier otro, es al mismo tiempo fsico y psquico. Podemos hablar de la accin recproca quanto-electrodinmica de los fotones solares con los electrones humanos; O podemos hablar de las sensaciones y los acontecimientos ntimos que se experimentan interiormente. La totalidad del acontecimiento exige que ambos polos sean tenidos en cuenta. El Sol calienta

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    la piel y enciende la mente. El Sol comparte su calor y expresa su sentimiento interior; el Sol transmite su energa termonuclear y proyecta sus ideas y peticiones.

    Es difcil dejar de reflexionar en las ideas fascinantes que se encuentran en el libro del Dr. Argelles. Amesgue y valas por usted mismo. Que regrese con el nuevo poder para activar la salud y la creatividad de la Comunidad Terrestre!.

    Brian Swimme. Instituto para la cultura y la creatividad espiritual. Holy Names College, OkIand.

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    INTRODUCCININTRODUCCIN

    EL MISTERIO DE LOS MAYAS:EL MISTERIO DE LOS MAYAS: LA CIENCIA TRASCENDIDALA CIENCIA TRASCENDIDA

    Desde el triunfo del racionalismo y de la revolucin industrial del siglo XVIII, siempre ha sido una verdad

    institucionalizada, el que la ciencia moderna representa el pinculo de los logros humanos. Esta creencia es la piedra angular de la doctrina del progreso material y tecnolgico. Virtualmente es inconcebible la nocin de que pudo haber existido una ciencia ms avanzada que la predominante. Y que de todos modos subyace en cada aspecto de la civilizacin industrial global. Sin embargo, ha llegado el momento en que lo racionalmente inconcebible pude ser la nica solucin que queda, o que ofrezca seguridad en el paso ms all del prfido ataque violento del militarismo nuclear, y del envenenamiento del medio ambiente que ahora amenaza la existencia de este planeta.

    Atrincheradas y siempre vigilantes en sus propias bases, las fuerzas del materialismo cientfico custodian celosamente los portales de sus dominios, con un solo objetivo en mente: mantener el mito de una superioridad tecnolgica que siempre continuar progresando. As pues, los objetos voladores no identificados, la variedad de experiencias paranormales, y el descubrimiento en 1976, de fenmenos racionalmente inexplicables en la superficie de Marte, rpidamente se convirtieron en documentos clasificados, que le fueron ocultados al pblico. Sin embargo, en la maana del 28 de enero de 1986, exactamente cuatro das despus de que el triunfante Voyager 2 pasara cerca a Urano, suministrando una asombrosa cantidad de informacin, el vehculo espacial Challenger explot a plena vista del pblico y la televisin. En aquel asombroso momento de fuego, el mito de la superioridad tecnolgica sufri un duro golpe.

    Es desde la ventana de la duda y de la vulnerabilidad suscitadas por la fatal misin del Challenger que las personas inteligentes pueden cuestionar como nunca antes, el propsito de la tecnologa y la infalibilidad de la ciencia moderna. A travs de esta grieta soplan ahora vientos extraos en el mito de la superioridad tecnolgica. A la luz lunar de lo que trasciende al racionalismo cientfico, podemos formular las siguientes preguntas: Y si la manera como estamos haciendo las cosas no es la mejor o la ms sabia?. Y si no somos la civilizacin ms inteligente que la Tierra ha conocido?. Pudo haber existido un pueblo ms inteligente, ms sabio, y ms avanzado que nosotros, al que hemos menospreciado por causa de nuestra autosatisfaccin?. Pudo haber existido una ciencia superior a la nuestra que haya sido practicada en este planeta y en otras partes?. Qu es lo que nos hace estar tan seguros de que el materialismo cientfico es la mejor tcnica para arrancar respuestas de un cosmos infinitamente ms vasto y misterioso que lo que la mente racional puede comprender?. En otras palabras, lo que el espectro de la crisis tecnolgica invoca es un cambio paradigmtico de naturaleza genuinamente radical. Dicho cambio ha estado en el aire durante largo tiempo, gracias a la pionera investigacin de la fsica cuntica, pero ha necesitado una sacudida experimental para lograr cimentarse.

    Durante todo el siglo XX, las mentes cientficas sensitivas han estado tratando de informarse y de alertar al pblico, respecto al comportamiento irracional en el mundo, que la ciencia racional trata de implantar. Aunque su mensaje ha escapado a los seores de la guerra y a los tecncratas, cuyo poder decisorio da forma al orden social, los difusores de la nueva ciencia, como Frijof Capra, Isaac Bentov, y Gary Zukov, han hecho esfuerzos admirables para darle a conocer la similitud que hay entre la fsica cuntica y el misticismo oriental, por lo menos a una minora de pensadores crticos. En realidad, la parte final de los Maestro danzante de Wu Li (1979), se aproxima a lo inconcebible al afirmar que nos estamos acercando al fin de la ciencia. Sin embargo an l es incapaz de rehuir la nocin del esfuerzo sin tregua, y del desarrollo en continuo progreso de ms y ms teoras fsicas que son-comprensibles y tiles.

    El fin real de la ciencia, el cambio paradigmtico y radical, previsto hace mucho tiempo, significa renunciar al concepto mismo del progreso incesante. 0 al menos renunciar a l, el tiempo suficiente para ver si no pueden existir ciencias no fsicas y no materiales, que trasciendan totalmente el concepto del progreso y del no progreso. De hecho el mito del progreso cientfico y de la superioridad tecnolgica no podra recibir un golpe ms duro que el de descubrir que una ciencia ms avanzada existi antes de que surgiera el mito del progreso, y esta fue practicada por un pueblo que an estaba en la edad de piedra, segn la opinin moderna. Me estoy refiriendo, ms especficamente, a un sistema de pensamiento que vi rtualmente fue pasado por alto por todos

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    los impulsores de la nueva ciencia. Este sistema de pensamiento es la ciencia que fue conocida y practicada por un pueblo antiguo llamado los mayas.

    El ejemplo ms cercano al sistema de la ciencia Maya, y que es conocido por los defensores de la nueva ciencia, es el legado chino del I Ching. Sin embargo, el I Ching an no ha sido plenamente comprendido por los nuevos cientficos, quienes, todava sumergidos en la doctrina del progreso, no han sido capaces de ver lo que es: la forma codificada de una ciencia basada en la resonancia holonmica, y no en la fsica atmica.

    Martn Schnberger en El I Ching y el Cdigo Gentico, La Clave Oculta de la Vida (1973), Robert Anton Wilson en Los Documentos Iluminados (1980), y mi propia La Tierra en Ascenso (1984), son algunos de los pocos esfuerzos que postulan al I Ching como el ejemplo de un sistema que es ms comprensivo que la ciencia de la actualidad. Como Schnberger lo expone, el I Ching representa ... una frmula universal con la estatura de un orden de la realidad... ; la respuesta a la bsqueda de Heisenberg de aquellas formas annimas bsicas y simetras polares de naturaleza uniforme.

    Igual que el sistema de orden universal del I Ching, el sistema de la ciencia Maya es de resonancia holonmica, tanto del futuro como del pasado. Y es que, desde la perspectiva de la ciencia Maya, los trminos futuro y pasado son de poco valor como medios para medir la superioridad del progreso. Para los mayas el tiempo no existe en modo alguno, este es un circuito desde cuya fuente comn proceden igualmente el futuro y el pasado, siempre encontrndose y unindose en el momento actual. la ciencia Maya, al igual que el I Ching, puede ser considerada como pre-cientfica y post-cientfica.

    Cmo es entonces, que en este momento de crisis tecnolgica y de cambio paradigmtico los mayas invitan a entrar en nuestra conciencia?. Quines fueron, o quines son los mayas?. De dnde vienen?. Cules fueron sus logros?. Por qu hicieron lo que hicieron?. Por qu abandonaron su civilizacin cuando esta estaba en su apogeo?. Adnde fueron, y por qu?.

    Mientras que las formas del pensamiento oriental y las prcticas actuales como la yoga, la meditacin, los arreglos florales, las artes marciales, y otras cosas, lentamente se convirtieron en un fenmeno sobresaliente que viene en aumento durante la ltima mitad del siglo, revolucionando inexorablemente nuestra cultura e impactando en nuestro pensamiento cientfico, los mayas han quedado como algo enigmtico y extrao.

    Sin embargo, evocar a los mayas de Amrica Central, es evocar una curiosa resonancia del oriente, de la India. Despus de todo, Maya es un trmino filosfico clave hind que significa el origen del mundo, y el mundo de la ilusin. Adems de eso, la palabra Maya en snscrito, est asociada a conceptos que significan grande, medida, mente, magia, y madre. No nos sorprende encontrar que Maya es el nombre de la madre del Buddha. Y en el clsico de los Vedas, el Mahabharata, leemos que Maya era el nombre de un eminente astrlogo, astrnomo, mago, y arquitecto, como tambin era el nombre de una gran tribu de navegantes errticos.

    No solamente en la antigua India, hogar de alta metafsica y aventura espiritual, encontramos el nombre Maya, sino que la encontramos an ms al occidente: El tesorero del clebre Tutankhamen, el rey nio de Egipto, se llamaba Maya, mientras que en la filosofa egipcia encontramos el trmino Mayet, que significa el orden universal del mundo. En la mitologa griega, las siete Plyades, hijas de Atlas y Pleione, y hermanas de Hyades, enumeran entre ellas a una llamada Maia, tambin conocida como la estrella ms brillante de la constelacin de las Plyades. Y finalmente, sabemos que nuestro mes de mayo se deriva de la diosa romana Maia, 1a grande, la diosa de la primavera, hija de Fauno y esposa de Vulcano.

    Volviendo a los mayas de Amrica Central, encontramos que su nombre se deriva de la palabra Mayab, trmino que describe a la pennsula del Yucatn, rea clave de la base y hogar bio-regional de los mayas. As pues, queda la pregunta; quines fueron los mayas?. Por qu el nombre asociado con esta civilizacin de Amrica Central, aparece en muchas otras civilizaciones del mundo?. Es tan slo una coincidencia?. De dnde vinieron los mayas?.

    El dogma antropolgico en boga, afirma que los mayas fueron parte de un numeroso grupo de amerindios que atravesaron el estrecho de Behring durante la ltima edad del hielo, hace 12.000 aos, y eventualmente se establecieron en lo que hoy es Amrica Central. Al leerlos recientes textos mayas como el Popol Vuh, El Libro de Chilam Balam, y Los Anales de los Cakchiqueles, tenemos la clara impresin de que en verdad, los mayas llegaron de muy lejos, del otro lado del mar llegamos al lugar llamado Tulan, donde fuimos engendrados y nacimos de nuestras madres y padres... (Cakchiqueles).

    A fin de que uno no crea que el asunto es simple, leemos en cualquier otra parte del mismo libro un texto algo adulterado segn el cual hubo cuatro Tulanes:

    La gente lleg a Tulan de cuatro lugares. En el oriente hay un Tulan. Otro en Xibalbay (el mundo inferior); otro en el occidente desde donde vinimos nosotros mismos, desde el oeste, y hay otro donde est Dios (arriba, en los cielos). Por eso hubo cuatro Tulanes.

    Al examinar el pasaje anterior, encontramos que el lugar de los orgenes, o el proceso de los orgenes descrito por los mayas en este ltimo texto, es de naturaleza mandlica, celestial, y csmica. Los cuatro Tulanes representan el paso del Sol, de oriente a occidente, como tambin un mundo superior y uno inferior. Adems, una lectura de la antigua historia y mitologa, Maya mejicana en general, demuestra que Tulan o Tollan es un nombre arquetpico, clave, tanto como un lugar real. Que sucederla si Tulan no describiese necesariamente un lugar geogrfico, sino un proceso de transformacin y un punto de entrada de un reino o mundo a otro?. A este respecto, el recuerdo que los mayas tenan de sus orgenes, se parece al de los Hopi, que describe una travesa desde mundos diferentes, de los cuales el actual es el cuarto. Pero, Qu son estos

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    mundos?. Representan las anteriores etapas de la vida en este planeta?. O describen acontecimientos csmicos que suceden simultneamente en este planeta o en cualquier otra parte?.

    Dejando a un lado por el momento la cuestin sobre los orgenes, nos encontramos en terreno ms firme

    contemplando los logros de los mayas indudablemente, los mayas representan una de las civilizaciones ms grandes que haya florecido en el planeta Tierra. Esparcidas a travs de las selvas de Yucatn, y de las tierras montaosas de la actual Guatemala, hay un nmero increble de ciudades antiguas y templos. Pirmides escalonadas, plazas elegantemente dispuestas, y centros ceremoniales exquisitamente adornados con piedras esculpidas y cubiertas por todas partes con inscripciones jeroglficas.

    Respecto a las esplndidas ruinas de los mayas, hay varias cosas que nos sorprenden, siendo la principal entre ellas, su aislamiento. An si se compara con la cercana civilizacin de las tierras montaosas mejicanas, el estilo artstico de los mayas es nico. Aislados en las junglas de Amrica Central, los mayas se nos presentan tan elevados como remotos. Al considerar sus pirmides que como torres se elevan sobre los contornos de la jungla, y sus intrincados jeroglficos, tambin nos sorprende lo tarde que los mayas aparecen en la historia universal. Casi tres mil aos despus de que culminara la construccin de las pirmides en Egipto, con cuya civilizacin son justamente comparables, los mayas aparecieron sbitamente en escena.

    Pero an ms dramtico que el ascenso relativamente tardo de la civilizacin Maya, lo es su repentina desaparicin. En el ao 830 D.C. despus de unos 500 a 600 aos de intensa actividad, los principales centros fueron dejados a merced del tiempo y de la selva. De todos los enigmas dejados por los mayas, este parece ser el ms grande. Aunque se han hecho esfuerzos para dar la hiptesis de una revolucin interna, una sequa, o una peste, como causa del desalojo de los grandes centros, no existe ninguna prueba convincente que confirme alguna de estas teoras. An queda la posibilidad, tan conmocionante como puede ser para nuestra manera de pensar, de que los mayas abandonaron conscientemente su civilizacin cuando ella estaba en su apogeo. Si este es el caso, debemos preguntar por qu?.

    ntimamente relacionado con el misterio del desalojo de los centros claves alrededor del ao 830 D.C. est el enigma no slo del significado de los jeroglficos, sino de los datos calendricos, matemticos, y astronmicos dejados por los mayas. Si los mayas slo hubieran dejado su arquitectura y su trabajo artstico, su civilizacin estara en lnea con lo ms alto que la humanidad ha logrado, es decir, con los egipcios y los griegos, la dinasta Gupta de la India, los templos de Java, la dinasta Tang de la China y la clsica dinasta Heian del Japn. Pero son adems sus alcances cientficos los que sobresalen tanto o ms que las alturas armnicas de su trabajo artstico, los que continan asombrndonos.

    Comnmente se habla de los alcances cientficos de los mayas en trminos de sus adelantos en el calendario. Los mayas calcularon la longitud de la revolucin terrestre alrededor del Sol, con una precisin de

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    cerca de una milsima de un punto decimal de acuerdo a los clculos de la ciencia moderna. Esto, se nos dice incesantemente, lo hicieron sin nuestros instrumentos de precisin. No slo eso, sino que elaboraron calendarios sobre los ciclos de las lunaciones y de los eclipses; Y an ms, tenan calendarios que registran las revoluciones sindicas y las sincronizaciones de los ciclos pertenecientes a Mercurio, Venus, Marte, Jpiter, y Saturno. Y, en algunos de sus monumentos encontrados los registros de fechas y acontecimientos que sucedieron hacen 400.000.000 de aos. Ellos hicieron todo esto con un sistema numrico nico e increblemente sencillo y flexible, en el que contaban por veintenas (en lugar de hacerlo por decenas), y nicamente utilizaron tres smbolos de numeracin escrita. Por qu, y con qu fin?.

    De qu manera el conocimiento del calendario Maya se refiere al misterio de sus orgenes, y al enigma del desalojo de sus ciudades principales en el ao 830 D.C.?. Y a dnde se fueron los mayas despus del ao 830?. Ciertamente, hubo quienes se quedaron, y sin embargo, hay una brecha tan clara, anterior al nuevo comienzo de la civilizacin Maya en la postrimeras del siglo X, que parece como si hubiera sido hecha de manera consciente y deliberada. No slo existe una brecha entre el llamado Nuevo Imperio Maya, y el Gran Imperio Maya anterior al ao 830 D.C., sino que tambin en la poca en que llegaron los espaoles, es como si se hubiera olvidado todo el conocimiento del pasado. Y sin embargo, qued el calendario. Una pista. Para quin?.

    De hecho, los arque6logos ven el sistema del calendario tan slo como eso, es decir, como una manera de registrar el tiempo. Pero queda sin respuesta la pregunta de por qu se gast tanto tiempo registrando el tiempo, surge entonces la sospecha de que el calendario es ms que un calendario. Es tambin el sistema numrico, - tan delicadamente proporcionado- un medio para registrar las seales armnicas que no slo se refiere a las posiciones del espacio-tiempo, sino a las cualidades resonantes del ser y de la experiencia, cuya naturaleza nos la oculta nuestra predisposicin materialista?.

    No hay ninguna duda de que en los volmenes de literatura que se han escrito sobre los mayas y sus sorprendentemente precisos logros intelectuales, pocos son los escritores para quienes la civilizacin Maya no haya representado una cosa del pasado, y una civilizacin no tan avanzada como la nuestra. La visin que informa de casi todo lo que se ha dicho respecto a los mayas, es la visin atrincherada y progresiva de que los mayas representaron una de las diversas comentes de civilizacin que lucharon contra todas las dificultades ambientales para alcanzar nuestro nivel de materialismo y ciencia. Y por esta razn, la mayor parte de todo lo que se ha dicho respecto a los mayas puede estar completamente equivocado.

    Despus de muchos aos de estudio y meditacin sobre el misterio de los mayas, he llegado a la inevitable conclusin de que los mayas no pueden ser comprendidos con la vara que hemos usado para medirlos y juzgarlos. Habiendo captado intuitivamente que el objetivo de la vida de acuerdo a los mayas, en gran parte pudo haber sido muy diferente de lo que nuestra imaginacin materialista puede reconocer, muy recientemente he llegado a la conclusin de que los mayas, al menos los mayas cuya civilizacin lleg a una parada repentina en su pinculo, durante el ao 830 D.C., no slo fueron ms inteligentes que nosotros, sino que su ciencia estaba mucho ms adelantada que la nuestra. Por esta razn poco importa el que ellos no hubieran utilizado herramientas metlicas, o inventos que ahorrasen trabajo, tales como la rueda (tampoco utilizaron bestias de carga).

    Debido a que ellos pudieron realizar tantas cosas con tan pocos medios, los mayas tienen algo muy importante que ensearnos en nuestro tiempo de crisis tecnolgica y cambio paradigmtico. En realidad, los mayas no slo pueden poseer ya el nuevo modelo, sino tambin el conocimiento cientfico por el cual puede aplicarse ste modelo. Siendo esto as, no pudo haber sido meramente una casualidad, el que los mayas fueran la ltima de las antiguas comentes civilizadoras que florecieron en este planeta. Ni tampoco puede ser una casualidad, el que los mayas representen la ltima tradicin antigua, a examinarse y entenderse a la Iuz del pensamiento moderno. Parece que ya a llegado el momento para un redescubrimiento de los maya.

    Al reflexionar en todo esto, he llegado a percibir la presencia espiritual de los mayas. Hbiles sabios de lo que nosotros llamamos tiempo, Maestros de la sincronizacin, los espritus de los mayas se sonren y hacen muecas. Por supuesto, la poca es precisa. Todo esto ha sido diseado, dispuesto, e impreso. Las pistas fueron dejadas deliberadamente.

    Todo lo que se ha estado esperando es llegar a un estado mental que sea conveniente para interpretar las pistas. La depresin del actual estado mental, permite la posibilidad de interpretar las pistas, y sacar de ellas las conclusiones correctas. Conclusiones que pueden tener mucho que ver con timonear los asuntos planetarios no con rumbo a la extincin sino rumbo a una transformacin.

    Al preparar la presentacin de este texto, hay dos cosas que me sirven de gua: el estudio de un fenmeno que he llegado a interpretar como un cdigo maestro galctico, y el presentimiento de que es absolutamente necesaria una ruptura dramtica con el modelo cientfico ordinario, si hemos no slo de sobrevivir sino de transformarnos de la manera ms positiva y benigna posible. Despus de haber sido menospreciado durante tanto tiempo, el Factor Maya debe ser examinado ahora.

    La intencin de escribir este libro me vino muy repentinamente. Sin embargo, mientras reflexionaba en ello, comprend que haba estado trabajando con el material por ms de 30 aos. En esta etapa de mi vida, y de la vida de este planeta, es necesario presentar clara, coherente, y honestamente aquello que es verdadero. Los medios para llegar a la verdad son mltiples. La intravisin, la intuicin directa, la experiencia y la revelacin, son complementados por el estudio, la investigacin, la experimentacin, y el examen. Todos estos elementos han sido puestos en juego al tratar con el Factor Maya, y al presentarlo. Pero ms que cualquier otra cosa,

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    GRAN RUEDA, MANDALA DE

    PACAL VOTAN

    siento que es mi deber presentar el Cdigo Maya, o sea el Cdigo Armnico, tan sencillo y directamente como sea posible.

    Ms que un calendario, el Mdulo Armnico Maya presentado en esta poca, evoca la imagen del I Ching en el Hexagrama 49:

    Revolucin (mutacin). Fuego en el lago. La imagen de la REVOLUCIN. De este modo, el hombre superior coloca en orden el calendario, Y hace que las pocas sean claras.

    Se ha dado a conocer este libro con miras a poner en orden el calendario -el calendario que conocieron los

    viajeros mayas del cosmos- y para destacar que estamos implicados en las estaciones galcticas. Armados y reasegurados con dicho conocimiento, podemos ponernos a tono con la Tierra, y abandonar nuestro infantil y ahora muy peligroso encaprichamiento con el mito del progreso y la superioridad tecnolgica. En esto radica la importancia de El Factor Maya: Un Camino Ms All de la Tecnologa.

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    EL CALENDARIO AZTECA EN PIEDRA, SIGLO XV D.C.

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    1. MI BSQUEDA DE LOS MAYAS 1. MI BSQUEDA DE LOS MAYAS DURANTE 33 AOSDURANTE 33 AOS Aunque en este libro escrib cosas que pueden parecer culturalmente remotas, o trascendentalmente

    csmicas, sera una equivocacin pensar que los mayas son inasequibles. Como lo he conocido a travs de mi vida, la experiencia maya con su riqueza de sabidura artstica y cientfica, no es tan ajena o diferente como extraamente familiar, igual que las numerosas coincidencias de la palabra Maya y los trminos anlogos a ella, que se encuentran esparcidos a travs del mundo civilizado. Y sin embargo, al mismo tiempo, la experiencia Maya o el Factor Maya como lo he llamado, es vasto, indudablemente vasto, y con implicaciones que se extienden en gran parte ms all de los dominios de nuestra imaginacin.

    Ahora tengo 47 aos, y me ha tomado 33 aos el comprender plenamente que an en su inmensidad, el Factor Maya es amigable, accesible, y comunicable. Con el objeto de permitir que otros entren a este mundo, me gustara relatar de manera abreviada, mi propia llegada al Factor Maya. Para empezar por el principio, fui concebido en Mjico, y aunque nacido en los Estados Unidos, viv en Mjico mis primeros cinco aos. El hecho de que el apartamento de mis padres estuviese localizado en el nmero 100 de la calle Tula, Ciudad de Mjico, me conmovi ms tarde como una curiosa sincronicidad, ya que el nombre Tula es la forma tolteca de Tulan o Tollan, nombre del centro o lugar donde los mayas tuvieron su origen.

    Fue, en 1953, ao determinado por el destino para el descubrimiento del cdigo gentico, y los cinturones de radiacin Van Allen, campo magntico de la tierra, cuando encontr, por primera vez a los mayas. En aquel verano, mi padre nos llev a Mjico a m y a mi hermano gemelo. Esta fue la ocasin perfecta para un chico de catorce aos. Yo no haba estado en Mjico desde que lo abandon a los cinco aos de edad, pero la Ciudad de Mjico an era como mi recuerdo infantil de una capital colonial. Aunque no fuimos ms all de Cuernavaca, muy cerca an de la Ciudad de Mjico, en el Museo Nacional de Antropologa recib una impresin lo suficientemente fuerte como para agitar sentimientos profundos y antiguos. Pero el museo, con su fantstica ostentacin de objetos artsticos, incluyendo el gran Calendario en Piedra de los Aztecas, no fue, nada comparado a mi experiencia en la ciudad de la gran pirmide de Teotihuacan, Lugar Donde los Dioses Tocan la Tierra.

    Mientras suba a la pirmide del Sol, y miraba hacia las montaas abigarradas y ensombrecidas debajo del cielo azul claro de aquellos tiempos, surgi en m un sentimiento profundo, un deseo vehemente de saber. Yo saba que no era solamente un conocimiento de las cosas que yo anhelaba tan fuerte y seriamente, sino un conocimiento que vi ene desde el interior de las cosas. Mientras descend las escalas, dominado por el respeto y lleno de admiracin hacia la monumentalidad armnica de la ciudad de Teotihuacn, me hice una promesa. Y la promesa fue esta: que sea lo que fuere lo que hubiese ocurrido aqu, yo habra de saberlo, no precisamente como un observador exterior o como un arquelogo, sino como un verdadero conocedor, como un vidente.

    Y fue en ese otoo de 1953, mientras estaba trabajando en la biblioteca pblica de Rochester, Minnesota, cuando apareci el siguiente eslabn. Yo archivaba libros, empleo que disfrutaba grandemente por la oportunidad que me brindaba para encontrar ideas nuevas y diferentes. Y entre todos los libros que me atraan, y que llevaban mi mente ms all de ella misma, haba dos en particular: el Tertium Organum de P.D. Ouspensky, y Los Antiguos Mayas de SyIvanus Griswold Morley.

    El primer libro, con vertiginosas descripciones de las posibilidades de un infinito nmero de mundos paralelos, fue suficiente para enviar m imaginacin hasta una condicin de apacible transcendencia, o era un recuerdo?. Realmente no podra decirlo. Por una u otra razn, el libro de Morley, que trataba sobre los mayas, me produjo el mismo efecto. O ms bien, mientras me abra perspectivas hacia una experiencia cultural de dimensiones superiores, el libro de Morley me proporcion una descripcin sobre las probabilidades terrestres para cimentar las experiencias csmicas que Ouspensky relat en el Tertium Organum.

    En todo caso, el libro de Morley me caus una impresin imborrable. Las fotografas de los mayas vivientes, las singulares descripciones antropolgicas de los mayas en relacin con los dems miembros de la raza monglica, los diagramas de los lugares donde estn los antiguos templos, y las reproducciones de la escultura en piedra, la cual posee un misterio, una armona, y una delicadeza extraordinarias, todo eso me haba cautivado por completo.

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    = 1

    = 5 = 0

    Pero nada me fascin ms que el sistema numrico y matemtico de los mayas. Rpidamente lo aprend: Un

    punto es igual a uno o a una unidad de un mltiplo de veinte; una barra es cinco o un mltiplo de cinco veces veinte; y una concha es cero o la conclusin.

    Todo era tan fantsticamente simple y fluido. Y luego estaban los nombres de los valores: kin, las unidades; vinal, los 20; tun, los 400; katn, los 8.000; y baktn, los 160.000. Durante largas horas, me maravill de la maestra que dicho sistema representaba, y del misterio que pudo haber sido su verdadero propsito. Evidentemente, Morley no lo supo. Tan grande como era su aprecio por los remanentes que an quedan de los mayas, l, como casi la totalidad de los arquelogos (como lo descubr ms adelante), juzg a los mayas segn los parmetros de la tecnologa materialista. Adems Morley consider que los mayas estaban en la edad de piedra. No conocieron la metalurgia ni usaron la rueda. Y sin embargo, en la opinin de Morley, y en gran manera para su asombro, sin estos artefactos materiales, se las ingeniaron para crear una ciencia y una arquitectura de una belleza armnica, proporcionalmente igual a las ms grandes civilizaciones del mundo antiguo. Para Morley, que escribi en 1947, los mayas constituan una excepcin intratable... Pocas son las culturas, si es que las hay, con rasgos primitivos comparables... que se han centrado en un grado tal de adelanto intelectual.

    Mi descontento con las limitaciones de Morley se aumentaba con mi propia falta, de experiencia y conocimiento, que a su vez seran necesarios para formular el motivo real de ese descontento. A medida que me introduca en la tradicin matemtica, astron6mica y calendrica, tal como haba sido descifrada por arquelogos iguales a Morley y sus colegas, encontraba un velo ms all del cual mi experiencia no poda penetrar. Aqu, yo me refugiara en los ensueos o en la fantasa. Y una fantasa siempre volvera a presentarse: la de un viaje a la jungla, a las tierras clidas de Mesoamrica en donde, por medio de alguna experiencia catrtica y transfigurativa, yo saldra pero no como yo haba sido, sino como portador de conocimiento, como vidente. Este ensueo, esta comunicacin tan frecuente, me gui en mi bsqueda de los mayas.

    Los mayas fueron para mi slo un pasatiempo en mis aos de colegio, y especialmente en la escuela de grado. Me gradu en historia del arte, pero la Universidad de Chicago no ofreca en ese entonces ningn curso de arte pre-colombino. Sin embargo me val de todos los recursos en la biblioteca de la universidad, como tambin en el Instituto de Arte de Chicago, y en el Field Museum. Al aplicar los conocimientos prcticos y la disciplina que estaba aprendiendo en el estudio formal de la historia del arte, avanc rpidamente en mi propio estudio del arte Maya y pre-colombino en general, En su mayor parte, este fue un curso satisfactorio. Yo tena libertad para sumergirme en lo que realmente era mi rea favorita en la historia del arte. Y sin embargo, a medida que lela, estudiaba, y observaba, se hizo claro que haba algo errneo. Nadie pareca llegar al grano. Todos los arquelogos trataban a la civilizacin Maya como si fuera una feliz aberracin de la edad de piedra. Sospech que la razn por la cual los arquelogos estudiaron a los mayas, fue precisamente porque sus mentes autocomplacientes nunca lograran llegar a ella, y en cambio, pensaran que los mayas tenan la culpa de que ellos no lo hubieran logrado.

    Aparte de Morley, quizs el ms sobresaliente arquelogo-escritor e intrprete de los mayas, es un hombre llamado J.E.S. Thompson. Admirable compilador de dos tomos monumentales, La Escritura Jeroglfica de los Mayas y Un Catlogo de Jeroglficos Mayas, lo mismo que de otros textos ms generales como El Ascenso y la Cada de la Civilizacin Maya, Thompson, ms que otro cualquiera, escribi sobre los mayas como si ellos hubieran sido sabios idiotas; expertos, sabr Dios porqu motivo, en una incomprensible matemtica astronmica, que va hasta el extremo de la obsesin diablica, pero no hacia ningn fin racional. An ms que Morley, Thompson juzg a los mayas segn la medida y los valores de la civilizacin europea del renacimiento. Las discusiones de Thompson sobre el arte Maya revelan una intolerancia condescendiente. Debido a que los arquelogos como Thompson ni sospechan lo que fueron los mayas, generalmente imputan lo peor, proyectndose penosamente con sus hbitos modernos en un sistema extrao y fatalista. As pues, cuando afronta lo que realmente es el rasgo ms enigmtico de la civilizacin Maya, es decir, su repentina decadencia en el siglo IX, Thompson prefiere ver en ello una revuelta de esclavos contra gobernantes despticos. Sin embargo como lo explica Morley, es difcil creer que una civilizacin tan slidamente establecida, pudiese

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    haber sido trastornada repentinamente.... si los descontentos se hubiesen acumulado lentamente a travs de los siglos, hubieran dejado alguna seal por la cual pudieran ser identificado.

    Durante, el verano de 1964, como estos rumores poco satisfactorios atravesaban mi cabeza de parte a parte, prepar mi prximo viaje a Mjico. la fascinacin romntica ,del luga era siempre muy fuerte en todo tiempo. El viajar en carro, como lo haba hecho con mi padre diez aos antes, me, di6 el tiempo suficiente par contemplar los paisajes infinitos de las montaas y el cielo. Para m, aquella regin era mstica, viviente, y posea grandes secretos. M actitud de apertura al misterio del lugar y de la geografa, fue complementada por el descubrimiento de otros puntos de vista, puntos de vista ms amplios que los de los arquelogos materialmente obcecados. El principal entre ellos era el de la escritora Laurette Sejourn.

    Yo ya estaba familiarizado con su libro, Pensamiento y Religin en el Mjico Antiguo el cual era como aire fresco en contraste con los escritos de los arquelogos, porque Sejourn tom en serio las aptitudes mentales y espirituales de los antiguos. En Ciudad de Mjico le su obra, El Universo de Quetzalcoatl. En la introduccin a este libro, el eminente historiador de la religin Mircea Eliade escribi sobre el

    QUETZALCOATL, LA SERPIENTE EMPLUMADA, XOCHICALCO,

    SIGLO X D.C. acercamiento de Sejourn, que para ella, la cultura forma una unidad orgnica.... y siendo as, ella debe

    estudiarse desde su centro, y no desde sus aspectos perifricos. Esta perspectiva vibr profundamente, acorde con mis propios sentimientos. Comenc a percibir que el problema para llegar a un acuerdo con los mayas y con la antigua civilizacin mejicana en general, era realmente el problema de nuestra propia civilizacin. Sea lo que fuere lo que yo haba empezado a sentir en 1953, ahora se me introdujo an ms profundamente.

    Adems de Teotihuacn, visit ahora los antiguos emplazamientos de Tula y Xochicalco, en las tierras montaosas mejicanas. Armado con algo de conocimiento, mi intuicin penetr ms en las piedras mudas. Fue particularmente en Xochicalco donde se me juntaron con intensidad inquietante las sensaciones de premonicin o de recuerdos. Xochicalco est elevado y distante en el enclave montaoso del estado de Guerrero.

    Su apacible exhibicin de estructuras arquitectnicas armoniosas se encuentra dominada por una presencia singular: Quetzalcoatl, la serpiente emplumada. Fechada hacia los siglos IX y X, Xochicalco, el lugar de la casa de las flores, representa una fusin del estilo de Teotihuacn propio de las tierras montaosas mejicanas, con el modelo clsico de los mayas. Fue aqu en Xochicalco donde se refugi y se reuni lo ms selecto de los mayas y de Teotihuacn, luego de la repentina decadencia del periodo clsico de las civilizaciones Maya y Mejicana. Y fue aqu donde el Quetzalcatl histrico, del periodo 1 Caa, naci en el ao 947 D.C. El misterio se intensificaba para m: y simultneamente haba comenzado una nueva etapa de aclaraciones.

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    El misterio era el de Quetzalcoatl, la Serpiente Emplumada, llamada por los mayas Kukulkn, que quiere decir, el lugar donde habita la serpiente. Con la lectura de la obra sintetizada de Sejourn, sobre Quetzalcatl, estaba claro que Quetzalcatl no fue solamente un dios, sino un dios mltiple; no slo un hombre, sino muchos hombres, no slo una religin, sino un complejo mtico, y una estructura mental. Y tambin estaba claro que este conjunto de rasgos, esta presencia mltiple, inform a casi cada aspecto del antiguo Mjico y aun de la civilizacin Maya. No solamente las artes, sino tambin la astronoma y el calendario fueron afectados por Quetzalcatl, quien estaba estrechamente relacionado con el planeta Venus, la estrella matutina y vespertina.

    Asociaciones astron6micas y celestes, tanto como su papel de una figura religiosa de la talla de un Moiss o de un Cristo, llevaron a Quetzalcatl a la importancia proftica. Y as, en el siglo X del periodo 1 Caa, Quetzalcatl, supuesto fundador de la ciudad de Tula y revitalizador de Chichen ltza en Yucatn, habiendo profetizado su regreso en el da 1 Caa, y en el ao 1 caa; fue reivindicado por la llegada de Corts aquel mismo da, Viernes Santo ao 15 19 del calendario cristiano. Este solo hecho parece haber sido suficiente para trastornar al ya nervioso Montezuma II, emperador del infortunado imperio Azteca.

    Aunque en nuestra cultura muy pocos han odo hablar de Quetzalcatl, aparte de aquellos que conocen la novela de D.H. Lawrence, La Serpiente Emplumada, los acontecimientos profticos me dieron la conviccin de que Quetzalcatl no fue solamente una cuestin local. Ms bien, yo vi en Quetzalcatl una fuerza invisible e inmanente que sostiene y trasciende el tejido mtico de la mecanizacin. Fortalecido con esta intuicin, una vez ms regres de Mjico con un sentido creciente de mi misin personal.

    Por la poca en que yo haba terminado mis estudios bsicos de historia del arte en 1965, haba llegado a una posicin ms intuitiva respecto a los mayas y a las antiguas civilizaciones de Anahuac, que quiere decir Lugar Entre las Aguas, nombre indgena Nahuatl dado a Mjico y Amrica Central. Los arquelogos pudieron exhumar las piedras y catalogar, dando a sus hallazgos nombres como dios D, u objeto ritual, pero esto no dice nada respecto al aspecto vivificante de las antiguas civilizaciones. Para m era obvio que uno tiene que desarrollar una forma mental, intuitiva, como tambin entrar en los estados mentales que produjeron los objetos. Y adems, los objetos no son sino residuos. La realidad estaba en la cualidad mental y emotiva que iba dentro de los objetos.

    Adems, si los estados msticos de la mente que trasciende el tiempo eran provocados por medio de cualquier tipo de prcticas y actos de contemplacin efectuados por los seguidores de Quetzalcatl-Kukulkan, entonces, qu me impeda a m, o a quienes lo intentaran entrar en aquellos estados de la mente?. R.del. Bucke, William James, y Aldous Huxley, no haban presentado argumentos lo suficientemente convincentes respecto a la unidad de los estados msticos de la mente en cualquier poca y lugar?. Y, no era el objetivo de las prcticas msticas el colocarlo a uno en tal condicin de unidad?. De acuerdo a Sejourn, la religin de Quetzalcatl, como tono fundamental de toda la antigua civilizacin mejicana, era esencialmente un proceso que conduca a la unificacin mstica. Ante una contemplacin de los objetos ms armoniosos pertenecientes a estas civilizaciones antiguas, en mi mente no haba ninguna duda de que el caso era algo parecido a esto.

    A finales de 1966 me embarqu en un experimento provocado en gran parte por dichas reflexiones, como tambin por la conviccin de que si el arte haba proporcionado la expresin ms creativa para las experiencias msticas, entonces quizs, a travs del arte, uno poda entrar en el mbito mental que haba producido las antiguas civilizaciones de los mayas y de Teotihuacn. Con seguridad, entre mis inspiraciones en el ciclo de pintura en el que yo mismo me sumerg, estaban los murales de Teotihuacn, las obras de cermica, y los jeroglficos de los mayas. El brillo del color, la capacidad para informar a travs de estructuras simblicas densificadas, el diseo total que reuna muchos rasgos y formas en una exposicin geomtrica simple, y sin embargo vibrante en ondulaciones, fueron aspectos del antiguo arte maya y mejicano que me inspiraron.

    El resultado de este experimento fue una serie de grandes tableros, a los que Humphry Osmond, quien acu el trmino psicodlico, los vio en 1968, los llam las puertas de la percepcin. Para m, lo ms significativo fue el proceso de hacer estas pinturas; porque en verdad, ellas me haban proporcionado una oportunidad para entrar en aquellos lugares donde convers con Tlacuilo, el antiguo pintor y creador de los arquetipos. Mi corazn se abri, y los recuerdos inundaron mi ser. No puedo decir si ellos eran o no recuerdos de una vida pasada, sino que ellos eran recuerdos colectivos de la comente mental de los antiguos. Empec a conocer desde adentro.

    El buen pintor es sabio, dios est en su corazn. l conversa con su propio corazn. Infunde en las cosas la divinidad.

    -Proverbio Nahuatl. Si bien la visin de los antiguos pintores mayas y mejicanos fue la que me gui durante la pintura de estas

    puertas de percepcin, fue el estudio del I Ching el que me dio una percepcin de la estructura original del cambio, que fue tambin la estructura bsica de cada uno de los seis bastidores. Los bastidores estaban

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    divididos en tres partes. Mientras que el tercio superior y el inferior eran estructuralmente espejos el uno del otro, la zona media representaba la zona de cambio o transformacin. Esta estructura transformadora tambin posea una completa simetra bilateral. Muchos aos ms tarde, descubr que la estructura bsica de estas puertas de percepcin, era la misma de la triple configuracin binaria, la imagen clave que estaba insertada en el sagrado calendario matriz de los mayas, cdigo clave de mi libro La Tierra en Ascenso.

    Habindome embarcado por un camino visionario, en aquella poca visit de nuevo a Mjico en 1968, y adems estaba mejor preparado para lo que iba a ver. Aparte de la visita al nuevo museo de antropologa, el punto importante de este paso era el viaje por tierra a Monte Albn, la ciudadela Zapoteca o Pueblo Nube en lo alto de las montaas de Oaxaca. Monte Albn, que data por lo menos del ao 600 A.C., representa una fusin de las influencias Maya y mejicana en su propio y nico estilo cultural. Aqu estn las esculturas de los Danzantes, sacerdotes-chamanes danzarines en estado de arrobamiento, y con cabezas de animales, y cuyos cuerpos estn marcados en su interior con jeroglficos. Adems, al lado de ellos encontramos los caracteres del sistema matemtico de los mayas, es decir, los signos del Calendario Sagrado. Tambin aqu, en la gran plaza del centro ceremonial en la cima de la montaa, se encuentran el Observatorio de peculiar angulacin. Al ascender por los alrededores, y al examinar la identidad de los danzantes y el significado de los signos del calendario recib avises indirectos de una presencia, de seres estelares o guardianes. Quines eran ellos? .

    No lejos de Monte Albn, en la pequea villa de Teotitlan del Valle, an se celebran antiguas ceremonias y se tejen tapices de exquisita finura geomtrica y simblica. Cuando estaba comprando en una pequea tienda, el propietario, que hablaba ingls, (su hermano, el tejedor, slo hablaba zapoteca) me dej asombrado.

    .

    Como su carta de triunfo, l sac dos tejidos del mismo diseo, uno en rojo y negro, y otro en azul y anaranjado. El diseo de estos tejidos era digno de atencin porque estaba constituido por una sola lnea; sin embargo, la lnea era una espiral y se proyectaba de tal manera que al dividir el pao en dos partes iguales, creaba la imagen de un mandala ctuplo. Como yo mirara asombrado, el propietario me hizo un guio y dijo: mire, los antiguos mejicanos tambin conocieron el Ying y el Yang. A causa de la cintilacin de los colores

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    complementarios, azul y anaranjado, compr la manta, y al tomar una cerveza ceremonial con el propietario, sent que haba pasado a otra interseccin de las zonas del tiempo.

    Pero era 1968, una poca de desasosiego y violencia en todas partes. Mientras sala de Ciudad de Mjico, escuch por la radio las noticias sobre los motines de Tlaltelolco, en los cuales murieron cerca de 400 estudiantes. Mis pensamientos se dirigan ms no slo hacia las injusticias del mundo, sino a la visin distorsionada que prevaleca en todas partes respecto al mundo no Occidental, o Tercer Mundo. Esta ocupacin comenz a informar a mi enseanza de historia del arte, y en Davis, donde yo enseaba en la Universidad de California, me involucr en los esfuerzos iniciales para la fundacin de una universidad nativa americana - la Universidad Deganawicla - Quetzalcatl.

    Fue a travs de estos esfuerzos como me encontr con dos nativos americanos que eran desertores, Tony Shearer y Sun Bear. Tony estaba muy concentrado en las profecas de Quetzalcatl y en el Calendario Sagrado, sobre los cuales escribi muy hermosamente en un libro llamado El Seor de la Aurora. Un libro posterior suyo, Sobre la Luna y Debajo del Sol, tambin describe al Calendario Sagrado, e incluye la imagen a la cual yo llamo la triple configuracin binaria, el diseo mgico de las 52 unidades, dentro del Calendario Sagrado matriz de 260 unidades. Por inspiracin de Tony me interes ms en los estudios del Calendario Sagrado, o sea el Tzolkin, como lo han llamado. Adems, fue Tony quien me ense lo tocante al significado de la fecha 1987 en relacin con las profecas concernientes al regreso de Quetzalcatl.

    Los esfuerzos de Bear para fundar la Tribu Bear, y su evidente llamado para un regreso a la naturaleza y al modo de vida tradicional, me inspiraron grandemente en aquella poca, cuando yo estaba ocupado en llevar a cabo en Davis el Primer Festival de Toda la Tierra. Y fue en 1970, en el Da de la Tierra, cuando se lanz el movimiento ecolgico. Estas actividades y ocupaciones continuaron mientras yo enseaba en el Evergreen State College. Fue all, y en el invierno de 1972, cuando tambin me encontr con el tradicional vocero Hopi, Thomas Banyaca, quien comunic las profecas Hopi. Siempre record que Thomas decia: slo aquellos que sean espiritualmente fuertes, sobrevivirn la terminacin del Cuarto Mundo y la llegada del Quinto. Entiendo entonces que esa poca est estrechamente relacionada con la fecha 1987, que Tony haba compartido conmigo.

    Los estudios sobre el pensamiento de los mayas y de los antiguos mejicanos me influenciaron mucho para que escribiera mi libro La Visin Transformadora (1975). Este libro es en esencia una critica a la civilizacin occidental, empleando la metfora de los hemisferios derecho e izquierdo del cerebro, y utilic el Gran Ciclo Maya de 5.125 aos, el cual empez en el ao 3113 A.C., y finalizar en el ao 2012, junto con el concepto hind de las cuatro eras o Yugas y el concepto de Yeats sobre los conos y tinturas, como encuadre para observar la moderna tirana del

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    HUNAB KU

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    EL TZOLKIN, CALENDARIO SAGRADO DE LOS MAYAS

    hemisferio izquierdo. Sin embargo, el nico comentario de La Visin transformadora que apareci en un

    conocido peridico artstico, invalid mis esfuerzos, porque yo haba tenido la audacia de evaluar el Renacimiento y la

    moderna civilizacin Occidental, desde la perspectiva de cosmologas extraas como la Hind y la Maya. En el verano de 1974, mientras estaba dando una clase sobre el arte nativo americano y precolombino, en el

    instituto Naropa, complet una amplia versin del Calendario Sagrado, utilizando el sistema de notacin Maya. Una versin similar de este calendario aparece como el mapa nmero 9 en La Tierra en Ascenso. lo que me impresion con respecto a esta versin del Calendario Sagrado, fue el efecto rtmico de las veinte repeticiones de los signos que van del uno al trece. Este fue el primer aviso oculto de que el calendario poda ser algo ms que eso. Era una especie de Cdigo?.

    Durante aquella poca, en la mitad de la dcada de los 70, mientras viva en Berkeley, me compromet en un proyecto educativo de corta duracin llamado la Fundacin Shambhala Tollan. Mientras Shambhala se refera al reino mtico y mstico del Asia central, tan fundamental para las enseanzas y la ciencia proftica del budismo tibetano, Tollan (Tulan) representaba la ciudad mtica, y la fuente de las sabias enseanzas de los mayas y antiguos mejicanos. Segn mi intuicin, entre los dos reinos legendarios existi alguna conexin an desconocida, una conexin no tanto en el plano terrestre, sino en el cuerpo etrico del planeta. Hubo aqu, en alguna poca antigua, una congruencia y una sincronizacin de tradiciones profticas entre las de Shambhala y Tollan?. Estaban conectados de alguna manera el regreso de los guerreros de Shambhala, y el regreso de Quetzacoatl?.

    Mientras la visin de la fundacin Shambhala-Tollan sobrepas mi capacidad para hacer algo prctico con ella, encontr en las enseanzas del budismo tibetano una base para mi mente. Al arrojarme intensamente en las prcticas meditativas que me ofreci mi profesor, Chogyam Trungpa Rinpoche, encontr en las enseanzas Vajrayana un vasto contexto para continuar mis investigaciones sobre las cosas de los mayas. En particular, las enseanzas exclusivamente mentales fueron ms tiles para posteriores consideraciones sobre el calendario maya, sus orgenes y, especialmente, sus bases filosficas o cientficas. Al igual que las cosmologas budista e Hind, los mayas describen un universo con ciclos infinitos de tiempo y de existencia. Si hay alguna diferencia, sta consiste en que los mayas son an ms exactos en sus cmputos de estos ciclos. En cualquier caso, la contemplacin de los ciclos ms distantes, y que todo lo abarcan, condujo inevitablemente a una reflexin sobre el hecho de que no estamos solos, y de que existen infinitos otros sistemas de mundos que estn ms evolucionados que nuestro propio sistema. Y, si hemos de establecer gran

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    conocimiento y comunicacin, cmo podra ser s no a travs del desarrollo de la mente, de la claridad y expansin de la conciencia?. Durante la mitad de la dcada de los 70, fueron publicados otros dos libros que estimularon mis pensamientos cosmolgicos sobre los mayas y su calendario, El Tiempo y la Realidad en el Pensamiento de los Mayas, escrito por el filsofo mejicano Miguel Len Portilla, y Mjico Mstico, de Frank Waters. Al tiempo que expresa simpata por la poesa de la imaginacin Maya, y se ampla a una comparacin del pensamiento Maya con el taosmo chino; el estudio de Len Portilla no es capaz de penetrar en la ciencia que hay detrs del calendario y la obsesin de los mayas por el tiempo. Por otra parte, el estudio de Frank Waters, tiene la virtud de presentar las tradiciones profticas de los mayas y antiguos mejicanos, en un contexto algo contemporneo. En particular, l se centra en la fecha final del gran ciclo, que l ubica el 24 de Diciembre del ao 2011, como el momento para un gran cambio en la conciencia planetaria: La Llegada de la Sexta Era de la Conciencia.

    Y en 1976 viaj a Mjico otra vez. En esta ocasin me aventur finalmente en el territorio Maya, y visit la antigua localidad de Palenque. Cuando mi familia y yo llegamos a Palenque, una tormenta tropical cay desde los cielos. Al trepar los nueve niveles de la Pirmide de las Inscripciones, encontramos refugio en el templo que estaba en la cima. Mirando desde el templo hacia afuera, fuimos saludados por un doble arco iris que pareca brotar del Templo de los Vientos, no lejos de nosotros.

    No hay duda de la magia de Palenque, con arco iris o sin l. Aqu es donde fue descubierta la tumba del lder Pacal Votan en 1947 - y se trata de la nica pirmide sepulcral de estilo egipcio que hay en Mjico. En Palenque no hay nada que no sea armonioso. Las esculturas en bajorrelieve de la Cruz en Forma de Hojas, y de la Cruz del Sol, estn ms all de toda comparacin, como lo es la tapa del sarcfago de la tumba de Pacal Votan. Sin embargo, lo que ms me atrajo fueron los remanentes de las pinturas al fresco en el Templo del Viento. S, yo las haba visto antes. Ellas haban llenado el canal de mi mente, cuando me dediqu a pintar las Puertas de la Percepcin diez aos antes.

    Y es por la pirmide mortuoria de Pacal Votan, cuya cmara fnebre est decorada con el simbolismo de los Nueve Seores de la Noche, o sea los Nueve Seores del Tiempo: por lo que el misterio de Palenque se vuelve especialmente ms intenso. La sensacin de soledad y de silencio humano est por todas partes. Al mismo tiempo, la sinfona de la jungla baa a los insectos en olas y crescendos de xtasis continuo. Como una edificacin de los grandes centros clsicos de los mayas, que fueron desocupados en su punto de apogeo, Palenque merece una pregunta: Por qu fue abandonado Palenque?. Adnde fueron los sacerdotes, los astrnomos y los artesanos?. Qu conocimientos se llevaron con ellos, y por qu?.

    No ms que a cien millas de Palenque, pero en lo alto de la sierra de Chiapas, cerca a la frontera guatemalteca, est la villa de San Cristbal. San Cristbal, que una vez fuera un importante centro colonial, ahora parece estar levemente desolado y distante. Sin embargo, en las calles uno ve a los mayas Lacandones de vez en cuando. Su larga cabellera negra que baja hasta ms all de sus rodillas, vestidos con simples tnicas blancas, los Lacandones han decidido quedarse con su propia gente, llevando una vida sencilla y sedentaria en las tierras bajas de la jungla, donde ellos conservan el calendario, y viven una vida rica en sueos. Entregando muy pocos secretos, ellos vienen a San Cristbal para hacer comercio menor, y luego marchar de nuevo hacia sus parajes.

    Al verlos me impresion. Los Lacandones de la actualidad, descendientes de los antiguos astrnomos, qu papel juegan en el gran drama del mundo?. Es como lo sugiere la pelcula Chac simplemente para conservar la visin, ese tono aborigen sin el cual el mundo se desplomara an ms pronto de lo que podra parecer ahora?. Cuntas cosas suceden en el nivel de la psiquis nativa, que nunca vemos o conocemos, y que mantiene un equilibrio necesario con la tierra?.

    Un domingo, al tomar un coche fuera de San Cristbal, visitamos una aldea lejana. En la vieja iglesia, la cual era una iglesia solo en apariencia, los indios dirigan su culto. El olor del incienso hecho con goma de copal, era rico y denso. Las voces que cantaban alcanzaron peridicamente un armnico extrao, y luego regresaron a una suave cacofona. Afuera, los jefes, los lderes locales se pasaban el uno al otro una vara montada en plata, resolviendo las decisiones concebidas por sus electores. Observando todo esto, yo me preguntaba -Quin habla por esta gente?. - o es qu ellos hablan de la tierra y por la tierra, y es eso todo lo que cuenta?.

    El abismo aparente que existe entre los mayas de la actualidad y los constructores de las antiguas ciudades, es de tal naturaleza, que no puede ser juzgado por nuestro criterio de progreso material. Reflexionando sobre este asunto, me acord del mito Hopi respecto a Palat-Kwapi, la misteriosa Ciudad Roja del Sur. En esta leyenda referente a las migraciones hacia las tierras clidas del Sur, se construye la ciudad del cudruple templo de Palat-Kwapi, siendo el objetivo de la construccin el de adquirir y consolidar un sistema de conocimiento. El mandato consiste en que despus de su construccin, los constructores han de abandonar la ciudad, dejndola como un monumento al conocimiento. Por olvidar este mandato, los habitantes empiezan a caer en decadencia, pero una tribu rival los despierta. Al recordar su misin, la gente abandona finalmente a Palat-Kwapi, la misteriosa Ciudad Roja del Sur.

    Este mito se ajusta perfectamente al de los mayas. Su propsito era codificar y establecer un sistema de conocimiento, una ciencia, y habindola codificado en piedra y en un texto, habran de marcharse luego. La civilizacin como la conocemos, una fbrica para la produccin de armas destructivas, una formacin comercial de comodidades para las criaturas, de ninguna manera se adaptara a este propsito ni a este sistema de conocimiento. Un factor posterior entra en escena: Puesto que el sistema de conocimiento y la ciencia de los mayas estaban tan relacionados con los ciclos de tiempo, entendiendo que el tiempo es un conductor

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    cualitativo de las condiciones propias de las estaciones csmicas o galcticas, ellos vieron un perodo en el que se acumularan las tinieblas en el horizonte, y por esta razn supieron tambin que era el momento de retirarse. Dada la condicin del mundo hoy, quin dice que ellos no estaban en lo correcto?.

    Al menos esos eran mis razonamientos hacia el final de la dcada de los 70, cuando entr a mi propio reino infernal de crisis personal, y de cada en el alcoholismo. En 1981, cuando sal de esta dislocacin del yo, y mir en derredor, pareca que la crisis global de la dcada de los 60, ahora se haba vuelto endmica, tanto as que esto fue dado por cierto. Mis propias investigaciones me haban llevado a un lugar de sntesis, a ver la tierra como un organismo completo. Sin embargo, mi sensacin interior era la de que el empuje repentino de la civilizacin moderna estaba llevando las cosas a un punto en el que, o interviene lo divino, o la extincin ser nuestro legado. Para m, la situacin significaba dar un salto, hundirse en el abismo, en el territorio mental que ha sido declarado inexistente, o como un tab, por las normas culturales prevalentes.

    Por primera vez, en cerca de una dcada, opt por una forma de expresin visual, como una salida principal para lo que yo necesitaba aprender. A travs de una serie de pinturas en collage y en tinta sumi, realizadas sobre un gran tablero de oro o plata, la serie de Arte planetario, me encontr entrando en una fase de armonizacin superior con la tierra. Haba llegado el momento de aceptar seriamente el concepto de la mente planetaria, o conciencia planetaria.

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    Por mis estudios de historia del arte, y por mis propias investigaciones, haba surgido en m la conviccin de

    que no solamente la tierra era un ser viviente, sino la de que el modelo de su vida realmente informa, desde el todo a la parte, sobre todos los aspectos de su evolucin, inclusive del proceso que llamamos civilizacin. El arte planetario describe la totalidad de la interaccin entre la gran vida de la tierra y la respuesta individual y grupal a esa ms vasta vida. En este gran proceso, percib vagamente a los mayas como navegantes o cartgrafos de las aguas de la sincronizacin galctica. Por otro lado, unos 3000 aos antes, al valerse de la gran pirmide, los egipcios fueron los responsables de haber anclado y ubicado el rumbo de la tierra en el ocano de la vida galctica.

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    El hecho de pensar, percibir, y sentir de esta manera amplia, condujo a una extraa serie de exploraciones,

    encuentros, y coincidencias. En el otoo de 1981 despus de encontrarme con Lloydine Bums bailarina compaera de visiones y de hacer amistad escrib un documento de ciencia-ficcin nominado Las Crnicas del Arte Planetario La Elaboracin del Quinto Anillo. La perspectiva real de este cuento imaginativo del arte planetario, ubicada en el futuro, perteneca al sistema estelar de Arcturus. Cualesquiera que sean los mritos de esta historia indita, pareca imperativo desarrollar una conciencia que mirase nuestros asuntos planetarios desde lejos, de modo que de la confusin ocasionada por los peridicos de cada da y por el terrorismo nuclear, pudiese surgir algo coherente. Yo estaba por descubrir que esta actitud tambin era esencial para penetrar por completo el misterio de los mayas. Podra ser el sistema de los mayas un cdigo matriz, que, sincronizado con un conocimiento bsico y evolucionado galcticamente, sera adoptado por las idiosincrasias de este planeta?.

    Esta lnea de pensamiento llev inevitablemente al resumen de los cdigos matrices que constituyen La Tierra en Ascenso. Inicialmente empez como un texto sobre geomancia o adivinacin por medio de la tierra, y el principal punto de partida de este libro fue la coincidencia descubierta, o al menos ampliada hasta la investigacin cientfica y filosfica por Martn Schnberger, sobre la identidad del I Ching y los 64 codones, que son las palabras claves del ADN, es decir, del cdigo gentico. Para m, el descubrimiento relacionado, sincrnicamente, de que cada una de las columnas, tanto horizontales como verticales del cuadrado mgico de 8 de Ben Franklin, que consta de 8 unidades, suma 260; me llev a considerar la relacin que existe entre el Tzolkin de 260 unidades del Calendario Sagrado matriz de los mayas; y el I Ching. Lo que sigui fue el flujo espontneo de mapas o matrices que constituyen la Tierra en Ascenso, siendo la figura del cdigo clave, la triple configuracin binaria, cuya base es el Calendario Sagrado de los mayas.

    Soy plenamente consciente de que, a muchas personas, los mapas de la Tierra en Ascenso se les parecen a un lenguaje desconocido. Eso no es una sorpresa, como no lo fue para m mismo el hecho que el entendimiento real de los mapas, no vino hasta despus de la publicacin del libro en 1984. Lo que yo empec a comprender lentamente, fue que los mapas, al igual que el mismo sistema de los mayas, procedan de muy lejos. Ahora, hasta un poco avanzada la dcada de los 80, verdaderamente yo no haba considerado la naturaleza de los ovnis o inteligencias extraterrestres. Pero con el fenmeno de haber canalizado el material en La Tierra en Ascenso, yo haba llegado a un nuevo nivel de posibilidad. La obra de ciencia-ficcin que haba precedido a La Tierra en Ascenso, con su perspectiva arcturiana, fue una pista tanto para el origen de la informacin como para el misterio de los mayas?. De ser as, tambin estaba claro para m que la transmisin de informacin desde diferentes lugares de la galaxia no dependa de las variantes tiempo-espacio, sino que, en vez de ello, sealaba hacia una principio de difusin resonante.

    La consideracin de vida e inteligencia en otros mundos, recibi un mpetu mayor al final de 1983, cuando me encontr con Paul Shay del Stanford Research Institute, y con Richard Hoagland, un escritor cientfico que anteriormente haba trabajado con la NASA. Hoagland haba estado comprometido en las pruebas de las naves Viking en Marte, que se efectuaron en 1976. El no haba quedado satisfecho con la forma como la NASA haba manejado el descubrimiento de ciertos fenmenos en Marte, incluyendo un rostro grande que pareca esculpido, y que estaba en la cima de una meseta. Y qued anonadado al mirar las fotos ampliadas por el ordenador, con las que Hoagland estaba trabajando. Algo parecido a un recuerdo se estaba agitando en m, pero esto era ms grandioso, ms profundo, e infinitamente ms acechante que cualquier otro recuerdo que yo hubiera conocido. Mi impresin inicial fue de que una civilizacin -o vida evolucionada- se haba desarrollado en Marte, y que esta civilizacin haba terminado en un final trgico y funesto. Con el reconocimiento instantneo de este acontecimiento como consecuencia de haber mirado las fotos, tambin comprend que el registro de este acontecimiento de alguna manera an estaba presente y activo en el campo de la conciencia terrestre.

    La maana de la navidad de 1983 hice un descubrimiento conmovedor. Deseando compartir con mi familia las novedades de Marte, para mi regocijo encontr una foto del rostro marciano en un libro titulado El Nuevo Sistema Solar, que yo posea desde haca varios aos, pero al que nunca haba mirado cuidadosamente. Entonces, debido a que las cubiertas eran similares, tom una copia de la portada hecha por Lucy Lippard, que describa La Influencia del Arte Primitivo Sobre el Arte Contemporneo, el cual adquir en Los ngeles, como obsequio, el da anterior a mi encuentro con Hoagland. Abriendo al azar el texto de Lucy Lippard en la pgina 144, me conmov por causa de la foto que apareca en al esquina izquierda superior: Era un rostro demasiado familiar, un modelo de una escultura hecha por lsamu Noguchi, realizada en 1947, 29 aos antes de la misin Viking, y cuyo ttulo era: La Escultura que ha de Ser Vista Desde Marte.

    Si la informacin de la NASA haba evocado la realidad de la vida en otros mundos, el descubrimiento de la obra de Noguchi, que habra tenido el mismo tamao del rostro marciano, de haber sido terminada me record con asombrosa precisin, la transmisin de informacin con base en la difusin resonante, un proceso que describ entonces como radiognesis, que quiere decir, la transmisin universal de informacin a travs de, o como luz o energa radiante. Y por supuesto, surgieron nuevas preguntas. Cul es la relacin que existe entre conocimiento y recuerdo?. Puede tambin el futuro ser nuestro pasado?. Lo que est sucediendo ahora sobre

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    nuestro planeta, puede ser, de alguna manera, la nueva presentacin de un drama que ya ha ocurrido en otros mundos?, y suponiendo que as sea. Cmo podemos evitar el peligro latente de la extincin?.

    En una obra potica titulada Tierra Chaman, escrita a finales de 1984, intent tratar con estos interrogantes, y al mismo tiempo describir la historia de la Tierra como un organismo consciente, usando como receptor mtico, la descripcin Hopi del paso entre los tres mundos anteriores hasta el mundo actual, y el paso inminente a un quinto mundo. La Tierra de Cristal, que es la imagen de la tierra presentada en Tierra Chaman, se debe en gran parte a mi encuentro con la portadora del linaje de los indios Cherokee, la extraordinaria Dhyani Ywahoo, a quien encontr en la primavera de 1984. Fue ella quien, dirigindonos una mirada a Lloydine y a m, declar: vuestras mentes estn muy cerradas; debis trabajar con los cristales.. Inmediatamente comenzamos a hacerlo as, y encontramos en los cristales una herramienta muy singular para la armonizacin personal y para reunir informacin. Intuyendo que la misma Tierra es de naturaleza cristalina, encontr investigaciones que confirman esta posibilidad, tanto en la Unin Sovitica, como en los cartgrafos Elizabeth Hagens y William Becker. De algn modo, la imagen de la Tierra como un cristal pareca proseguir junto con la nocin de la transmisin galctica, de informacin a travs del principio de la difusin galctica siendo sta una clave para una aproximacin al origen y a la naturaleza de la matriz Maya.

    A comienzos de 1985, fu contactado por un Maya cuyo nombre es Humbatz Men. Mi nombre le fue dado a Humbatz por Toby Campion, miembro de una organizacin llamada la Gran Fraternidad Universal, cuya actividad est ampliamente centrada en Mjico y en Amrica del Sur. A travs de una serie de alegres llamadas telefnicas nocturnas, sostenidas en un espaol chapurrado, supe que Humbatz estaba trabajando con 17 de los calendarios mayas. La mayora de los arquelogos consideran la posibilidad de que existe slo una meda docena de dichos calendarios. Humbatz tambin haba escrito un pequeo texto cuyo ttulo era TzolEk, Astrologa Maya. Por medio de la perseverancia y la magia, Humbatz apareci finalmente en Boulder en marzo de 1985, cuando di una presentacin titulada 1a Astrologa Maya.

    La clave de todo lo que Humbatz present, y que l mismo haba recibido mediante transmisin oral, estuvo en un aparte final que l hizo durante su presentacin. Nuestro sistema solar, declar Humbatz, es el sptimo de los sistemas que los mayas describieron en su cartografa. No hay duda de que mi encuentro con Humbatz fue el evento ms crucial en mi larga historia de trabajo con el material maya. Discusiones posteriores con Dhyani Ywahoo, como tambin un encuentro con Harley Swiftdeer, me confirmaron que Humbatz me haba dejado la pista ms importante hasta ahora para comprender la naturaleza del sistema de pensamiento maya. Realmente, la informacin de los mayas fue transmitida desde muy lejos. Pero exactamente cmo y con qu fin?

    Fue despus de una reunin en el vagn del pensamiento neo-chamanstico, en la Fundacin Ojai, que celebrada en abril de 1985, llamado el Consejo de Quetzalcatl, cuando la presencia del fenmeno que yo llamo ahora el Factor Maya, finalmente se afianz dentro de m. Para expresarlo en un sentido simple, el Factor Maya es el factor que fue subestimado en las consideraciones sobre la historia humana, y en particular, en consideracin del conocimiento cientfico. Cuando lo miramos de nuevo, puede verse que el Factor Maya es la presencia de una medida galctica, un medio exacto para ubicarnos en relacin con la comunidad de inteligencia galctica. Al mirarlo an ms ntimamente, an microscpicamente, el Factor Maya es la consideracin de que estamos en un punto en el cual nos faltan slo 26 aos para una sincronizacin galctica mayor. O cambiamos los engranajes ahora, o perdemos la oportunidad.

    Mi encuentro con Terence Mckenna, autor de la intrincada obra El pas invisible, contribuy grandemente a este entendimiento del Factor Maya, porque tambin l, al trabajar con el I Ching, haba sido arrastrado haca las cosas de los mayas. En particular, los fractales calendricos de su I Ching, lo haban llevado a la conclusin de que estamos implicados en un ciclo de tiempo final, cuyo lapso de 67 aos desde Hiroshima, en 1945, hasta la fecha de sincronizacin maya en el ao 2012 D.C., terminacin del llamado Gran Ciclo que comenz en el ao 3113 A.C.. En el verano de 1985, yo estaba seguro de que el cdigo que se encontraba detrs del Gran Ciclo, era una clave para revelar el significado de nuestra propia historia, y un dilema comn. As fue como me arroj con renovada entrega dentro del Factor Maya.

    Cuando preparaba mi ms reciente viaje a Mjic