El fantasma de Canterville - iesabyla.es · porque la finca estaba embrujada. Hasta el mismo lord...

25
El fantasma de Canterville Oscar Wilde Capítulo 1 Cuando el señor Hiram B. Otis, el ministro de Estados Unidos, compró Canterville-Chase, todo el mundo le dijo que cometía una gran necedad, porque la finca estaba embrujada. Hasta el mismo lord Canterville, como hombre de la más escrupulosa honradez, se creyó en el deber de participárselo al señor Otis cuando llegaron a discutir las condiciones. -Nosotros mismos -dijo lord Canterville- nos hemos resistido en absoluto a vivir en ese sitio desde la época en que mi tía abuela, la duquesa de Bolton, tuvo un desmayo, del que nunca se repuso por completo, motivado por el espanto que experimentó al sentir que dos manos de esqueleto se posaban sobre sus hombros, estando vistiéndose para cenar. Me creo en el deber de decirle, señor Otis, que el fantasma ha sido visto por varios miembros de mi familia, que viven actualmente, así como por el rector de la parroquia, el reverendo Augusto Dampier, agregado de la Universidad de Oxford. Después del trágico accidente ocurrido a la duquesa, ninguna de las doncellas quiso quedarse en casa, y lady Canterville no pudo ya conciliar el sueño, a causa de los ruidos misteriosos que llegaban del corredor y de la biblioteca. -Señor -respondió el ministro-, adquiriré el inmueble y el fantasma, bajo inventario. Llego de un país moderno, en el que podemos tener todo cuanto el dinero es capaz de proporcionar, y esos mozos nuestros, jóvenes y avispados, que recorren de parte a parte el viejo continente, que se llevan los mejores actores de ustedes, y sus mejores prima donnas, estoy seguro de que si queda todavía un verdadero fantasma en Europa vendrán a buscarlo enseguida para colocarlo en uno de nuestros museos públicos o para pasearlo por los caminos como un fenómeno. -El fantasma existe, me lo temo -dijo lord Canterville, sonriendo-, aunque

Transcript of El fantasma de Canterville - iesabyla.es · porque la finca estaba embrujada. Hasta el mismo lord...

ElfantasmadeCanterville

OscarWilde

Capítulo1Cuando el señor Hiram B. Otis, el ministro de Estados Unidos, compróCanterville-Chase, todo el mundo le dijo que cometía una gran necedad,porquelafincaestabaembrujada.Hasta el mismo lord Canterville, como hombre de la más escrupulosahonradez,secreyóeneldeberdeparticipárseloalseñorOtiscuandollegaronadiscutirlascondiciones.-Nosotrosmismos -dijo lord Canterville- nos hemos resistido en absoluto avivirenesesitiodesde laépocaenquemi tíaabuela, laduquesadeBolton,tuvo un desmayo, del que nunca se repuso por completo, motivado por elespanto que experimentó al sentir que dos manos de esqueleto se posabansobre sus hombros, estando vistiéndose para cenar.Me creo en el deber dedecirle,señorOtis,queelfantasmahasidovistoporvariosmiembrosdemifamilia, que viven actualmente, así como por el rector de la parroquia, elreverendoAugustoDampier,agregadodelaUniversidaddeOxford.Despuésdel trágico accidente ocurrido a la duquesa, ninguna de las doncellas quisoquedarseencasa,yladyCantervillenopudoyaconciliarelsueño,acausadelosruidosmisteriososquellegabandelcorredorydelabiblioteca.-Señor -respondió el ministro-, adquiriré el inmueble y el fantasma, bajoinventario.Llegodeunpaísmoderno,enelquepodemostenertodocuantoeldineroescapazdeproporcionar,yesosmozosnuestros,jóvenesyavispados,que recorren de parte a parte el viejo continente, que se llevan losmejoresactoresdeustedes,ysusmejoresprimadonnas,estoysegurodequesiquedatodavíaunverdaderofantasmaenEuropavendránabuscarloenseguidaparacolocarloenunodenuestrosmuseospúblicosoparapasearloporloscaminoscomounfenómeno.-El fantasma existe, me lo temo -dijo lord Canterville, sonriendo-, aunque

quizá se resiste a las ofertas de los intrépidos empresarios de ustedes.Hacemás de tres siglos que se le conoce. Data, con precisión, demil quinientossetentaycuatro,ynodejademostrarsenuncacuandoestáapuntodeocurriralgunadefunciónenlafamilia.-¡Bah!Losmédicosdecabecerahacenlomismo,lordCanterville.Amigomío,unfantasmanopuedeexistir,ynocreoquelasleyesdelaNaturalezaadmitanexcepcionesenfavordelaaristocraciainglesa.-RealmentesonustedesmuynaturalesenAmérica-dijolordCanterville,queno acababa de comprender la última observación de el señor Otis-. Ahorabien:silegustaaustedtenerunfantasmaencasa,mejorquemejor.Acuérdeseúnicamentedequeyoloprevine.Algunassemanasdespuéssecerróeltrato,yafinesdeestaciónelministroysufamiliaemprendieronelviajeaCanterville.La señoraOtis, que con el nombre demissLucreciaR.Tappan, de la calleWest, 52, había sido una ilustre "beldad" de Nueva York, era todavía unamujer guapísima, de edad regular, con unos ojos hermosos y un perfilsoberbio.Muchas damas norteamericanas, cuando abandonan su país natal, adoptanairesdepersonaatacadadeunaenfermedadcrónica,ysefiguranqueesoesunodelossellosdedistincióndeEuropa;perolaseñoraOtisnocayónuncaeneseerror.Teníaunanaturalezamagníficayunaabundanciaextraordinariadevitalidad.Adecir verdad, era completamente inglesabajomuchos aspectos, y hubiesepodidocitárseleenbuenalidparasostenerlatesisdequelotenemostodoencomúnconEstadosUnidoshoydía,exceptolalengua,comoesdesuponer.Suhijomayor,bautizadoconelnombredeWashingtonporsuspadres,enunmomentodepatriotismoqueélnocesabadelamentar,eraunmuchachorubio,debastantebuena figura,que sehabíaerigidoencandidatoa ladiplomacia,dirigiendo un cotillón en el casino de Newport durante tres temporadasseguidas,yaunenLondrespasabaporserbailarínexcepcional.Sus únicas debilidades eran las gardenias y la patria; aparte de esto, eraperfectamentesensato.La señorita Virginia E. Otis era una muchachita de quince años, esbelta ygraciosa como un cervatillo, con un bonito aire de despreocupación en susgrandesojosazules.Eraunaamazonamaravillosa,ysobresucaballitoderrotóunavezencarrerasalviejolordBilton,dandodosveceslavueltaalparque,ganándoleporcaballoy medio, precisamente frente a la estatua de Aquiles, lo cual provocó unentusiasmo tandeliranteenel jovenduquedeCheshire,que lepropusoactocontinuo elmatrimonio, y sus tutores tuvieron que expedirlo aquellamismanocheaElton,bañadoenlágrimas.Después de Virginia venían dos gemelos, conocidos de ordinario con el

nombredeEstrellasyBandas,porqueselesencontrabasiempreostentándolas.Eran unos niños encantadores, y, con el ministro, los únicos verdaderosrepublicanosdelafamilia.ComoCanterville-ChaseestáasietemillasdeAscot,laestaciónmáspróxima,el señor Otis telegrafió que fueran a buscarlo en coche descubierto, yemprendieron la marcha en medio de la mayor alegría. Era una nocheencantadoradejulio,enqueelaireestabaaromadodeolorapinos.Decuandoencuandoseoíaunapalomaarrullándoseconsuvozmásdulce,oseentreveía, entre lamarañayel fru-frude loshelechos, lapechugadeorobruñidodealgúnfaisán.Ligerasardillaslosespiabandesdeloaltodelashayasasupaso;unosconejoscorrían como exhalaciones a través de los matorrales o sobre los colladosherbosos,levantandosuraboblanco.Sinembargo,nobienentraronenlaavenidadeCanterville-Chase,elcielosecubrió repentinamente de nubes.Un extraño silencio pareció invadir toda laatmósfera, una gran bandada de cornejas cruzó calladamente por encima desuscabezas,yantesdequellegasenalacasayahabíancaídoalgunasgotas.En losescalonessehallabapara recibirlosunavieja,pulcramentevestidadesedanegra,concofiaydelantalblancos.Era la señora Umney, el ama de gobierno que la señora Otis, a vivosrequerimientosdeladyCanterville,accedióaconservarensupuesto.Hizounaprofundareverenciaalafamiliacuandoecharonpieatierra,ydijo,conunsingularacentodelosbuenostiemposantiguos:-LesdoylabienvenidaaCanterville-Chase.Lasiguieron,atravesandounhermosohalldeestiloTúdor,hastalabiblioteca,largosalónespaciosoqueterminabaenunanchoventanalacristalado.Estabapreparadoelté.Luego, una vez que se quitaron los trajes de viaje, se sentaron todos y sepusieronacuriosearentornosuyo,mientraslaseñoraUmneyibadeunladoparaelotro.De pronto, la mirada de la señora Otis cayó sobre una mancha de un rojooscuroquehabíasobreelpavimento,precisamenteal ladodelachimeneay,sindarsecuentadesuspalabras,dijoalaseñoraUmney:-Veoquehanvertidoalgoenesesitio.-Sí,señora-contestólaseñoraUmneyenvozbaja-.Ahísehavertidosangre.-¡Esespantoso!-exclamólaseñoraOtis-.Noquieromanchasdesangreenunsalón.Esprecisoquitaresoinmediatamente.Laviejasonrió,yconlamismavozbajaymisteriosarespondió:-EssangredeladyLeonordeCanterville,quefuemuertaenesemismositioporsupropiomarido,SimóndeCanterville,enmilquinientossesentaycinco.Simónlasobreviviónueveaños,desapareciendoderepenteencircunstanciasmisteriosísimas.Sucuerponoseencontrónunca,perosualmaculpablesigue

embrujando la casa. La mancha de sangre ha sido muy admirada por losturistasyporotraspersonas,peroquitarla,imposible.-Todo eso son tonterías -exclamó Washington Otis-. El detergente yquitamanchasmarca"CampeónPinkerton"harádesapareceresoenunabrirycerrardeojos.Yantesdeque el amadegobierno, aterrada,pudiera intervenir, ya sehabíaarrodilladoyfrotabavivamenteelentarimadoconunabarritadeunasustanciaparecida a un cosmético negro. A los pocos instantes la mancha habíadesaparecidosindejarrastro.-Ya sabía yo que el "Campeón Pinkerton" la borraría -exclamó en tonotriunfal,paseandounamiradacircularsobresufamilia,llenadeadmiración.Pero apenas había pronunciado esas palabras, cuando un relámpagoformidable iluminó la estancia sombría, y el retumbar del trueno levantó atodos,menosalaseñoraUmney,quesedesmayó.-¡Quéclimamásatroz!-dijotranquilamenteelministro,encendiendounlargoveguero-.Creoqueelpaísdelosabuelosestátanllenodegente,quenohaybuen tiempo bastante para todo elmundo. Siempre opiné que lomejor quepuedenhacerlosinglesesesemigrar.-QueridoHiram-replicó laseñoraOtis-,¿quépodemoshacerconunamujerquesedesmaya?-Descontaremosesodesusalarioencaja.Asínosevolveráadesmayar.Enefecto,laseñoraUmneynotardóenvolverensí.Sinembargo,seveíaqueestaba conmovida hondamente, y con voz solemne advirtió a la señoraOtisquedebíaesperarsealgúndisgustoenlacasa.-Señores, he visto con mis propios ojos algunas cosas… que pondrían lospelosdepuntaacualquiercristiano.Ydurantenochesynochesnohepodidopegarlosojosacausadeloshechosterriblesquepasaban.Apesardelocual,elseñorOtisysuesposaaseguraronvivamentealabuenamujerquenoteníanmiedoningunodelosfantasmas.La vieja ama de llaves, después de haber impetrado la bendición de laProvidenciasobresusnuevosamosydearreglárselasparaqueleaumentasenelsalario,seretiróasuhabitaciónrenqueando.

Capítulo2La tempestad se desencadenó durante toda la noche, pero no produjo nadaextraordinario. Al día siguiente, por lamañana, cuando bajaron a almorzar,encontrarondenuevolaterriblemanchasobreelentarimado.-Nocreoquetengalaculpael"limpiadorsinrival"-dijoWashington-,puesloheensayadosobretodaclasedemanchas.Debedesercosadelfantasma.Enconsecuencia,borrólamancha,despuésdefrotarunpoco.Alotrodía,por

lamañana,habíareaparecido.Y,sinembargo,labibliotecahabíapermanecidocerrada lanocheanterior,porqueelseñorOtissehabía llevado la llaveparaarriba.Desdeentonces, lafamiliaempezóa interesarseporaquello.ElseñorOtis se hallaba a punto de creer que había estado demasiado dogmáticonegandolaexistenciadelosfantasmas.LaseñoraOtisexpresósuintencióndeafiliarse a la SociedadPsíquica, yWashington preparó una larga carta a losseñoresMyersyPodmone,basadaenlapersistenciadelasmanchasdesangrecuandoprovienendeuncrimen.Aquellanochedisipótodaslasdudassobrelaexistenciaobjetivadelosfantasmas.La familia había aprovechado la frescura de la tarde para dar un paseo encoche.Regresaronalasnueve,tomandounaligeracena.Laconversaciónnorecayóniunmomentosobrelosfantasmas,demaneraquefaltabanhastalascondicionesmás elementalesde "espera"yde "receptibilidad"queprecedentanamenudoalosfenómenospsíquicos.Losasuntosquediscutieron,porloqueluegohesabidoporlaseñoraOtis,fueronsimplementeloshabitualesenla conversación de los norteamericanos cultos que pertenecen a las claseselevadas, como, por ejemplo, la inmensa superioridad de miss JannyDavenport sobre Sarah Bernhardt, como actriz; la dificultad para encontrarmaízverde,galletasde trigosarraceno,aunen lasmejorescasas inglesas; laimportanciadeBostoneneldesenvolvimientodelalmauniversal;lasventajasdelsistemaqueconsisteenanotar losequipajesde losviajeros,y ladulzuradelacentoneoyorquino,comparadoconeldejodeLondres.Nosetratóparanadadelosobrenatural,nosehizoni lamenoralusiónindirectaaSimóndeCanterville. A las once, la familia se retiró. A las doce y media estabanapagadastodaslasluces.Pocodespués,elseñorOtissedespertóconunruidosingular en el corredor, fuera de su habitación. Parecía un ruido de hierrosviejos,y seacercabacadavezmás.Se levantóenel acto, encendió la luzymiró la hora. Era la una en punto. El señor Otis estaba perfectamentetranquilo.Se tomóelpulsoyno loencontrónadaalterado.El ruidoextrañocontinuaba,almismotiempoqueseoíaclaramenteelsonardeunospasos.ElseñorOtissepuso laszapatillas, tomóunfrasquitoalargadodesu tocadoryabrió la puerta. Y vio frente a él, en el pálido claro de luna, a un viejo deaspecto terrible. Sus ojos parecían carbones encendidos.Una larga cabelleragris caía en mechones revueltos sobre sus hombros. Sus ropas, de corteanticuado,estabanmanchadasyenjirones.Desusmuñecasydesustobilloscolgabanunaspesadascadenasyunosgrilletesherrumbrosos.-Midistinguidoseñor-dijoelseñorOtis-,permítamequelerueguevivamentequeseengraseesascadenas.Lehetraídoparaellounabotellade"EngrasadorTammany-Sol-Levante". Dicen que una sola untura es eficacísima, y en laetiquetahayvarioscertificadosdenuestrosagorerosnativosmásilustres,quedan fe de ello. Voy a dejársela aquí, al lado de lasmecedoras, y tendré unverdaderoplacerenproporcionarlemás,siasílodesea.

Dicho lo cual elministro de losEstadosUnidos dejó el frasquito sobre unamesademármol,cerrólapuertaysevolvióameterenlacama.El fantasma de Canterville permaneció algunos minutos inmóvil deindignación.Despuéstiró,llenoderabia,elfrasquitocontraelsueloenceradoy huyó por el corredor, lanzando gruñidos cavernosos y despidiendo unaextrañaluzverde.Sinembargo,cuandollegabaalagranescaleraderoble,seabrió de repente una puerta.Aparecieron dos siluetas infantiles, vestidas deblanco, y una voluminosa almohada le rozó la cabeza. Evidentemente, nohabíatiempoqueperder;asíesque,utilizandocomomediodefugalacuartadimensióndelespacio,sedesvanecióatravésdelestuco,ylacasarecobrósutranquilidad.Llegadoauncuartitosecretodelalaizquierda,seadosóaunrayodelunaparatomaraliento,ysepusoareflexionarparadarsecuentadesusituación.Jamásen toda su brillante carrera, que duraba ya trescientos años seguidos, fueinjuriadotangroseramente.Seacordódeladuquesaviuda,enquienprovocóuna crisis de terror, estandomirándose al espejo, cubierta de brillantes y deencajes;de lascuatrodoncellasaquieneshabíaenloquecido,produciéndolesconvulsioneshistéricas,sóloconhacerlesvisajesentrelascortinasdeunadelashabitacionesdestinadas a invitados;del rectorde laparroquia, cuyavelaapagó de un soplo cuando volvía el buen señor de la biblioteca a una horaavanzada, y que desde entonces se convirtió en mártir de toda clase dealteracionesnerviosas;delaviejaseñoradeTremouillac,que,aldespertarseamedianoche, lo vio sentado en un sillón, al lado de la lumbre, en forma deesqueleto,entretenidoenleereldiarioqueredactabaelladesuvida,yquederesultasdelaimpresióntuvoqueguardarcamaduranteseismeses,víctimadeunataquecerebral.Unavezcuradasereconcilióconlaiglesiayrompiótodaclasede relaciones con el señalado escépticomonsieur deVoltaire.Recordóigualmente lanoche terribleenqueelbribónde lordCanterville fuehalladoagonizante en su tocador, con una sota de espadas hundida en la garganta,viéndoseobligadoaconfesarquepormediodeaquellacartahabíatimadolasuma de diez mil libras a Carlos Fos, en casa de Grookford. Y juraba queaquella carta se la hizo tragar el fantasma. Todas sus grandes hazañas levolvíana lamente.Viodesfilaralmayordomoquese levantó la tapade lossesosporhabervistounamanoverdetamborilearsobreloscristales,ylabellaladySteefield,condenadaallevaralrededordelcuellouncollardeterciopelonegropara tapar la señaldecincodedos, impresoscomounhierrocandentesobre su blanca piel, y que terminó por ahogarse en el vivero que había alextremo de laAvenidaReal.Y, lleno del entusiasmo ególatra del verdaderoartista, pasó revista a sus creaciones más célebres. Se dedicó una amargasonrisa al evocar su última aparición en el papel de "Rubén elRojo", o "elrorroestrangulado",su"debut"enel"Gibeén,elVampiroflacodelpáramodeBevley",yelfurorquecausóunatardeencantadoradejuniosóloconjugara

losbolosconsuspropioshuesossobreelcampodehierbade"lawn-tennis".¿Ytodoparaqué?¡Paraqueunosmiserablesnorteamericanosleofreciesenelengrasador marca "Sol-Levante" y le tirasen almohadas a la cabeza! Erarealmente intolerable.Además, la historia nos enseña que jamás fue tratadoningúnfantasmadeaquellamanera.Llegóalaconclusióndequeeraprecisotomarse la revancha,ypermanecióhastaelamanecerenactituddeprofundameditación.

Capítulo3CuandoalamañanasiguienteelalmuerzoreunióalafamiliaOtis,sediscutióextensamenteacercadelfantasma.Elministrode losEstadosUnidosestaba,comoeranatural,unpocoofendidoviendoquesuofrecimientonohabíasidoaceptado.-No quisiera en modo alguno injuriar personalmente al fantasma -dijo -, yreconozcoque,dada la largaduracióndesuestanciaen lacasa,noeranadacortéstirarleunaalmohadaalacabeza…Sientotenerquedecirqueestaobservacióntanjustaprovocóunaexplosiónderisaenlosgemelos.-Pero,porotrolado-prosiguióelseñorOtis-,siseempeña,sinmásnimás,ennohacerusodelengrasadormarca"Sol-Levante",nosveremosprecisadosaquitarle las cadenas. No habría manera de dormir con todo ese ruido a lapuertadelasalcobas.Pero, sinembargo,enel restode la semanano fueronmolestados.Loúnicoquelesllamólaatenciónfuelareaparicióncontinuadelamanchadesangresobre el "parquet" de la biblioteca. Era realmente muy extraño, tanto máscuantoqueelseñorOtiscerrabalapuertaconllaveporlanoche,igualquelasventanas.Loscambiosdecolorquesufríalamancha,comparablesalosdeuncamaleón, produjeron asimismo frecuentes comentarios en la familia. Unamañanaeradeunrojooscuro,casivioláceo;otrasveceserabermellón;luego,de un púrpura espléndido, y un día, cuando bajaron a rezar, según los ritossencillos de la libre iglesia episcopal reformada de Norteamérica, laencontrarondeunhermosoverdeesmeralda.Comoeranatural,estoscambioscaleidoscópicos divirtieron grandemente a la reunión y se hacían apuestastodaslasnochesconenteratranquilidad.Laúnicapersonaquenotomóparteen la broma fue la joven Virginia. Por razones ignoradas, sentíase siempreimpresionadaantelamanchadesangre,yestuvoapuntodellorarlamañanaqueaparecióverdeesmeralda.El fantasma hizo su segunda aparición el domingo por la noche. Al pocotiempodeestar todosellosacostados, lesalarmóunenormeestrépitoqueseoyó en el salón. Bajaron apresuradamente, y se encontraron con que una

armaduracompletasehabíadesprendidodesusoporteycaídosobrelaslosas.Cercadeallí,sentadoenunsillóndealtorespaldo,elfantasmadeCantervillese restregaba las rodillas, conunaexpresióndeagudodolor sobre su rostro.Los gemelos, que se habían provisto de sus hondas, le lanzaroninmediatamente dos balines, con esa seguridad de puntería que sólo seadquiere a fuerza de largos y pacientes ejercicios sobre el profesor decaligrafía. Mientras tanto, el ministro de los Estados Unidos mantenía alfantasma bajo la amenaza de su revólver, y, conforme a la etiquetacaliforniana,loinstabaalevantarlosbrazos.Elfantasmasealzóbruscamente,lanzandoungritode furor salvaje,y sedisipóenmediode ellos, comounaniebla,apagandodepasolaveladeWashingtonOtisydejándolosatodosenlamayoroscuridad.Cuandollegóaloaltodelaescalera,unavezdueñodesí,sedecidióalanzarsucélebrerepiquedecarcajadassatánicas,queenmásdeuna ocasión le habían sido muy útiles. Contaba la gente que aquello hizoencanecerenunasolanocheelpeluquínde lordRaker.Yque tressucesivasamas de gobierno renunciaron antes de terminar el primermes en su cargo.Porconsiguiente,lanzósucarcajadamáshorrible,despertandopaulatinamentelosecosenlasantiguasbóvedas;pero,apagadoséstos,seabrióunapuertayapareció,vestidadeazulclaro,laseñoraOtis.-Metemo-dijoladama-queestéustedindispuesto,yaquíletraigounfrascode la tinturadeldoctorDobell.Sise tratadeuna indigestión,esto lesentarábien.El fantasma lamiró con ojos llameantes de furor y se creyó en el deber demetamorfosearseenungranperronegro.Erauntrucoquelehabíadadounareputaciónmerecidísima,yalcualatribuíalaidiotezincurabledeltíodelordCanterville, el honorable Tomás Horton. Pero un ruido de pasos que seacercabanlehizovacilarensucrueldeterminación,ysecontentóconvolverseunpocofosforescente.Enseguidasedesvaneció,despuésdelanzarungemidosepulcral,porquelosgemelosibanadarlealcance.Una vez en su habitación se sintió destrozado, presa de la agitación másviolenta.Laordinariezde losgemelos, el groseromaterialismode la señoraOtis,todoaquelloresultabarealmentevejatorio;peroloquemáslohumillabaeranoteneryafuerzasparallevarunaarmadura.Contabaconhacerimpresiónaunenesosnorteamericanosmodernos,conhacerlesestremeceralavistadeun espectro acorazado, ya que no por motivos razonables, al menos pordeferencia hacia su poeta nacional Longfellow, cuyas poesías, delicadas yatrayentes, lehabíanayudadoconfrecuenciaamatarel tiempo,mientras losCantervilleestabanelLondres.Además,erasupropiaarmadura.LallevóconéxitoeneltorneodeKenilworth,siendofelicitadocalurosamenteporlaReina-Virgenenpersona.Perocuandoquisoponérselaquedóaplastadoporcompletocon el peso de la enorme coraza y del yelmo de acero. Y se desplomópesadamente sobre las losas de piedra, despellejándose las rodillas y

contusionándoselamuñecaderecha.Durantevariosdíasestuvomalísimoynopudosalirdesumoradamásquelonecesarioparamantenerenbuenestadolamanchadesangre.Noobstantelocual,afuerzadecuidadosacabóporrestablecerseydecidióhacerunaterceratentativa para aterrorizar al ministro de los Estados Unidos y a su familia.Eligióparasureapariciónenescenaelviernes17deagosto,consagrandogranparte del día a pasar revista a sus trajes. Su elección recayó al fin en unsombrerodealalevantadaporunladoycaídadelotro,conunaplumaroja;enunsudariodeshilachadoporlasmangasyelcuelloy,porúltimo,enunpuñalmohoso.Alatardecerestallóunagran tormenta.Elvientoera tan fuertequesacudía y cerraba violentamente las puertas y ventanas de la vetusta casa.Realmenteaquéleraeltiempoqueleconvenía.Heaquíloquepensabahacer:IríasigilosamentealahabitacióndeWashingtonOtis,lemusitaríaunasfrasesininteligibles,quedándosealpiedelacama,ylehundiríatresvecesseguidaselpuñalenlagarganta,alossonesdeunamúsicaapagada.Odiabasobretodoa Washington, porque sabía perfectamente que era él quien acostumbrabaquitar la famosamancha de sangre deCanterville, empleando el "limpiadorincomparable de Pinkerton". Después de reducir al temerario, aldespreocupadojoven,entraríaenlahabitaciónqueocupabaelministrodelosEstadosUnidosysumujer.Unavezallí,colocaríaunamanoviscosasobrelafrentedelaseñoraOtis,yalmismotiempomurmuraría,convozsorda,aloídodel ministro tembloroso, los secretos terribles del osario. En cuanto a lapequeñaVirginia, aún no tenía decidido nada.No lo había insultado nunca.Erabonitaycariñosa.Unoscuantosgruñidossordos,quesaliesendelarmario,le parecían más que suficientes, y si no bastaban para despertarla, llegaríahastatirarladelapuntitadelanarizconsusdedosrígidosporlaparálisis.Alos gemelos estaba resuelto a darles una lección: lo primero que haría seríasentarse sobre sus pechos, con el objeto de producirles la sensación depesadilla.Luego,aprovechandoquesuscamasestabanmuyjuntas,sealzaríaenelespaciolibreentreellas,conelaspectodeuncadáververdeyfríocomoel hielo, hasta que se quedaran paralizados de terror. En seguida, tirandobruscamentesusudario,daríalavueltaaldormitorioencuatropatas,comounesqueletoblanqueadoporel tiempo,moviendo losojosdesusórbitas,ensucreaciónde"DanielelMudo,oelesqueletodelsuicida",papelenelcualhizoungranefectoenvariasocasiones.Creíaestartanbienenéstecomoensuotropapelde"MartínelDementeoelmisterioenmascarado".Alasdiezymediaoyósubiralafamiliaaacostarse.Durantealgunosinstanteslo inquietaron las tumultuosas carcajadas de los gemelos, que se divertíanevidentemente,consulocaalegríadecolegiales,antesdemeterseenlacama.Peroalasonceycuartotodoquedónuevamenteensilencio,ycuandosonaronlas doce se puso en camino. La lechuza chocaba contra los cristales de laventana. El cuervo crascitaba en el hueco de un tejo centenario y el viento

gemíavagandoalrededorde la casa, comounalmaenpena;pero la familiaOtisdormía,sinsospecharlasuertequeleesperaba.Oíacontodaclaridadlosronquidos regulares del ministro de los Estados Unidos, que dominaban elruidodelalluviaydelatormenta.Sedeslizófurtivamenteatravésdelestuco.Una sonrisa perversa se dibujaba sobre su boca cruel y arrugada, y la lunaescondiósurostrotrasunanubecuandopasódelantedelagranventanaojival,sobrelaqueestabanrepresentadas,enazulyoro,suspropiasarmasylasdesuesposa asesinada. Seguía andando siempre, deslizándose como una sombrafunesta,queparecíahacerretrocederdeespantoalasmismastinieblasensucamino.Enunmomentodadoleparecióoírquealguienlollamaba:sedetuvo,peroeratansólounperro,queladrabaenlaGranjaRoja.Prosiguiósumarcha,refunfuñandoextraños juramentosdelsigloXVI,yblandiendodecuandoencuando el puñal enmohecido en el aire de medianoche. Por fin llegó a laesquinadelpasilloqueconducíaalahabitacióndeWashington.Allíhizounabreve parada. El viento agitaba en torno de su cabeza sus largosmechonesgrises y ceñía en pliegues grotescos y fantásticos el horror indecible delfúnebre sudario. Sonó entonces el cuarto en el reloj.Comprendió que habíallegadoelmomento.Sededicóunarisotadaydiolavueltaalaesquina.Peroapenas lo hizo retrocedió, lanzando un gemido lastimero de terror yescondiendosucaralívidaentresuslargasmanoshuesosas.Frenteaélhabíaunhorribleespectro,inmóvilcomounaestatua,monstruosocomolapesadillade un loco.La cabeza del espectro era pelada y reluciente; su faz, redonda,carnosayblanca;unarisahorrorosaparecíaretorcersusrasgosenunamuecaeterna;porlosojosbrotabaaoleadasunaluzescarlata,labocateníaelaspectodeunanchopozodefuego,yunavestidurahorrible,comoladeél,comoladelmismoSimón,envolvíaconsunievesilenciosaaquellaformagigantesca.Sobre el pecho tenía colgado un cartel con una inscripción en caracteresextraños y antiguos. Quizá era un rótulo infamante, donde estaban escritosdelitos espantosos, una terrible lista de crímenes. Tenía, por último, en sumanoderechaunacimitarradeaceroresplandeciente.Como nunca antes había visto fantasmas, naturalmente sintió un pánicoterrible, y, después de lanzar a toda prisa una segunda mirada sobre elmonstruo atroz, regresó a su habitación, trompicando en el sudario que leenvolvía. Cruzó la galería corriendo, y acabó por dejar caer el puñalenmohecido en las botas de montar del ministro, donde lo encontró elmayordomo al día siguiente. Una vez refugiado en su retiro, se desplomósobreunreducidocatredetijera,tapándoselacabezaconlassábanas.Pero,alcabo de un momento, el valor indomable de los antiguos Canterville sedespertó en él y tomó la resolución de hablar al otro fantasma en cuantoamaneciese.Porconsiguiente,nobienelalbaplateólascolinas,volvióalsitioen que había visto por primera vez al horroroso fantasma. Pensaba que,despuésdetodo,dosfantasmasvalíanmásqueunosólo,yqueconayudade

su nuevo amigo podría contender victoriosamente con los gemelos. Perocuando llegó al sitio se halló en presencia de un espectáculo terrible. Lesucedíaalgoindudablementealespectro,porquelaluzhabíadesaparecidoporcompletodesusórbitas.Lacimitarracentelleantesehabíacaídodesumanoyestabarecostadosobrelaparedenunaactitudforzadaeincómoda.Simónseprecipitóhaciadelantey locogióensusbrazos;perocuálnosería su terrorviendodespegarselacabezayrodarporelsuelo,mientraselcuerpotomabalaposiciónsupina,ynotóqueabrazabaunacortinablancadelienzogruesoyqueyacíanasuspiesunaescoba,unmachetedecocinayunacalabazavacía.Sinpoder comprender aquella curiosa transformación, cogió conmano febril elcartel,leyendoalaclaridadgrisáceadelamañanaestaspalabrasterribles:HeaquíalfantasmaOtisElúnicoespírituauténticoyverdaderoDesconfíendelasimitacionesTodoslosdemássonfalsificacionesY la entera verdad se le apareció como un relámpago. ¡Había sido burlado,chasqueado, engañado! La expresión característica de los Cantervillereapareció en sus ojos, apretó lasmandíbulas desdentadas y, levantandoporencimadesucabezasusmanosamarillas,juró,segúnelritualpintorescodelaantigua escuela, "que cuando el gallo tocara por dos veces el cuerno de sualegre llamada se consumarían sangrientas hazañas, y el crimen, de calladopaso,saldríadesuretiro".No había terminado de formular este juramento terrible, cuando de unaalqueríalejana,detejadodeladrillorojo,salióelcantodeungallo.Lanzóunalargarisotada,lentayamarga,yesperó.Esperóunahora,ydespuésotra;peroporalgunarazónmisteriosanovolvióacantarelgallo.Por fin,aesode lassiete y media, la llegada de las criadas lo obligó a abandonar su terribleguardia y regresó a su morada, con altivo paso, pensando en su juramentovanoyensuvanoproyectofracasado.Unavezallíconsultóvarioslibrosdecaballería, cuya lectura le interesabaextraordinariamente,ypudocomprobarqueelgallocantósiempredosvecesencuantasocasionesserecurrióaaqueljuramento.-¡Que el diablo se lleve a ese animal volátil! -murmuró-. ¡En otro tiempohubiese caído sobre él con mi buena lanza, atravesándole el cuello yobligándoloacantarotravezparamí,aunquereventara!Ydichoestoseretiróasuconfortablecajadeplomo,yallípermanecióhastalanoche.

Capítulo4Al día siguiente el fantasma se sintió muy débil y cansado. Las terribles

emociones de las cuatro últimas semanas empezaban a producir su efecto.Tenía el sistemanervioso completamente alterado, y temblaba almás ligeroruido. No salió de su habitación en cinco días, y concluyó por hacer unaconcesiónenlorelativoalamanchadesangredel"parquet"delabiblioteca.Puestoque la familiaOtisnoqueríaverla, era indudablequeno lamerecía.Aquella gente estaba colocada a ojos vistas en un plano inferior de vidamaterial y era incapaz de apreciar el valor simbólico de los fenómenossensibles.Lacuestiónde lasaparicionesdefantasmasyeldesenvolvimientode los cuerpos astrales era realmente para ellos cosa desconocida eindiscutiblemente fueradesualcance.Pero,por lomenos,constituíaparaélundeber ineludiblemostrarseenelcorredorunaveza la semanay farfullarpor la granventanaojival el primeroy el tercermiércoles de cadames.Noveíaningúnmediodignodesustraerseaaquellaobligación.Verdadesquesuvida fuemuy criminal; pero, quitado eso, era hombremuy concienzudo entodo cuanto se relacionaba con lo sobrenatural. Así, pues, los tres sábadossiguientesatravesó,comodecostumbre,elcorredorentredocedelanocheytres de la madrugada, tomando todas las precauciones posibles para no servistonioído.Sequitabalasbotas,pisabalomásligeramentequepodíasobrelas viejas maderas carcomidas, se envolvía en una gran capa de terciopelonegro,ynodejabadeusarelengrasador"Sol-Levante"parasuscadenas.Meveoprecisadoareconocerquesólodespuésdemuchasvacilacionessedecidióaadoptaresteúltimomediodeprotección.Pero, al fin,unanoche,mientrascenaba la familia, sedeslizóeneldormitoriode la señoraOtisy se llevóelfrasquito. Al principio se sintió un poco humillado, pero después fuesuficientementerazonableparacomprenderqueaquelinventomerecíagrandeselogiosycooperaba,enciertomodo,alarealizacióndesusproyectos.Apesardetodo,noseviolibredeproblemas.Nodejabannuncadetenderlecuerdasde ladoa ladodelcorredorparahacerlo tropezaren laoscuridad,yunavezque se había disfrazado para el papel de "Isaac el Negro o el cazador delbosque deHogsley", cayó cuan largo era al poner el pie sobre una pista demaderas enjabonadas que habían colocado los gemelos desde el umbral delsalóndeTapiceshastalapartealtadelaescaleraderoble.Estaúltimaafrentale dio tal rabia, que decidió hacer un esfuerzo para imponer su dignidad yconsolidar su posición social, y formó el proyecto de visitar a la nochesiguientea los insolenteschicosdeEton,ensucélebrepapelde"RupertoelTemerariooelcondesincabeza".No se habíamostrado con aquel disfraz desde hacía sesenta años, es decir,desde que causó con él tal pavor a la bella lady BárbaraModish, que éstaretirósuconsentimientoalabuelodeactuallordCantervilleysefugóaGretnaGreen con el arrogante Jach Castletown, jurando que por nada del mundoconsentiría en emparentar con una familia que toleraba los paseos de unfantasma tan horrible por la terraza, al atardecer. El pobre Jack fue al poco

tiempomuertoendueloporlordCantervilleenlapraderadeWandsworth,yladyBárbaramuriódepenaenTumbridgeWellsantesdeterminarelaño;asíes que fue un gran éxito por todos conceptos. Sin embargo, era,permitiéndomeemplearuntérminodeargotteatralparaaplicarloaunodelosmayoresmisteriosdelmundosobrenatural(oenlenguajemáscientífico),"delmundosuperioralaNaturaleza",era,repito,unacreacióndelasmásdifíciles,ynecesitósus tresbuenashoraspara terminar lospreparativos.Porfin, todoestuvolisto,yélcontentísimodesudisfraz.Lasgrandesbotasdemontar,quehacían juego con el traje, eran, eso sí, unpocoholgadas para él, y nopudoencontrarmásqueunade lasdospistolasdelarzón;pero,engeneral,quedósatisfechísimo,yalaunaycuartopasóatravésdelestucoybajóacorredor.Cuando estuvo cerca de la habitación ocupada por los gemelos, a la quellamaréeldormitorioazul,porel colorde suscortinajes, seencontrócon lapuerta entreabierta. A fin de hacer una entrada sensacional, la empujó conviolencia,perose levinoencimauna jarradeaguaque leempapóhasta loshuesos,nodándoleenelhombroporunosmilímetros.Almismotiempooyóunas risas sofocadas que partían de la doble cama con dosel. Su sistemanerviososufriótalconmoción,queregresóasushabitacionesatodoescape,yaldíasiguientetuvoquepermanecerenlacamaconunfuertereuma.Elúnicoconsuelo que tuvo fue el de no haber llevado su cabeza sobre los hombros,puessinestolasconsecuenciashubieranpodidosermásgraves.Desde entonces renunció para siempre a espantar a aquella recia familia denorteamericanos,yse limitóavagarporelcorredor,conzapatillasdeorillo,envueltoelcuelloenunagruesabufanda,portemoralascorrientesdeaire,yprovisto de un pequeño arcabuz, para el caso en que fuese atacado por losgemelos. Hacia el 19 de septiembre fue cuando recibió el golpe de gracia.Habíabajadoporlaescalerahastaelespaciososalon,segurodequeenaquelsitio por lo menos estaba a cubierto de jugarretas, y se entretenía en hacerobservaciones satíricas sobre las grandes fotografías del ministro de losEstadosUnidosydesumujer,hechasencasadeSarow.Ibavestidosencilla,perodecentemente,conunlargosudariosalpicadodemohodecementerio.Sehabíaatadolaquijadaconunatiradetelayllevabaunalinternitayunaazadóndesepulturero.Enunapalabra,ibadisfrazadode"JonáselDesenterrador,oelladrón de cadáveres de Cherstey Barn". Era una de sus creaciones másnotablesydelasqueguardabanrecuerdo,conmásmotivo,losCanterville,yaque fue laverdadera causade su riña con lordRufford,vecino suyo.Seríanpróximamente lasdosycuartode lamadrugada,y, a su juicio,no semovíanadie en la casa. Pero cuando se dirigía tranquilamente en dirección a labiblioteca, para ver lo que quedaba de lamancha de sangre, se abalanzaronhaciaél,desdeunrincónsombrío,dossiluetas,agitandolocamentesusbrazossobresuscabezas,mientrasgritabanasuoído:-¡Bu!

Lleno de pánico, cosa muy natural en aquellas circunstancias, se precipitóhacialaescalera,peroentoncesseencontrófrenteaWashingtonOtis,queloesperabaarmadoconlaregaderadeljardín;detalmodoque,cercadoporsusenemigos, casi acorralado, tuvo que evaporarse en la gran estufa de hierrocolado, que, afortunadamente para él, no estaba encendida, y abrirse pasohastasushabitacionesporentretubosychimeneas,llegandoasurefugioeneltremendoestadoenquelopusieronlaagitación,elhollínyladesesperación.Desdeaquellanochenovolvióavérselenuncadeexpediciónnocturna.Losgemelos sequedaronmuchasvecesenacechopara sorprenderlo, sembrandodecáscaradenuez los corredores todas lasnoche, congranmolestiade suspadresycriados.Perofueinútil.Suamorpropioestabaprofundamenteherido,sin duda, y no quería mostrarse. En vista de ello, el señor Otis se puso atrabajarensugranobrasobrelahistoriadelpartidodemócrata,obraquehabíaempezado tres años antes. La señora Otis organizó una extraordinariahorneada de almejas, de la que se habló en toda la comarca. Los niños sededicaron a jugar a la barra, al ecarté, al póquer y a otras diversionesnacionalesdeEstadosUnidos.Virginiadiopaseosacaballoporlascarreteras,encompañíadelduquesitodeCheshire,quesehallabaenCantervillepasandosuúltimasemanadevacaciones.Todoelmundosefigurabaqueelfantasmahabía desaparecido, hasta el punto de que el señorOtis escribió una carta alordCantervilleparacomunicárselo,yrecibióencontestaciónotracartaenlaqueésteletestimoniabaelplacerqueleproducíalanoticiayenviabasusmássincerasfelicitacionesaladignaesposadelministro.Pero los Otis se equivocaban. El fantasma seguía en la casa, y, aunque sehallabamuydelicado,noestabadispuestoa retirarse, sobre tododespuésdesaberquefigurabaentrelosinvitadoselduquesitodeCheshire,cuyotío,lordFrancis Stilton, apostó una vez con el coronel Carbury a que jugaría a losdados con el fantasma de Canterville. A lamañana siguiente encontraron alordStiltontendidosobreelsuelodelsalóndejuegoenunestadodeparálisistalque,apesardelaedadavanzadaquealcanzó,nopudoyanuncapronunciarmáspalabrasqueéstas:-¡Dobleseis!Esta historia era muy conocida en un tiempo, aunque, en atención a lossentimientosdedosfamiliasnobles,sehicieratodoloposibleporocultarla,yexisteunrelatodetalladodetodoloreferenteaellaeneltomotercerodelasMemorias de lord Tattle sobre el Príncipe Regente y sus amigos. Desdeentonces, el fantasma deseaba vivamente probar que no había perdido suinfluencia sobre los Stilton, con los que además estaba emparentado pormatrimonio, pues una prima suya se casó en segundas nupcias con el señorBulkeley,delquedesciendenen líneadirecta,comotodoelmundosabe, losduquesdeCheshire.Porconsiguiente,hizosuspreparativoparamostrarsealpequeñoenamoradodeVirginiaensufamosopapelde"Frailevampiro,oel

benedictino desangrado".Era un espectáculo espantoso, que cuando la viejalady Starbury se lo vio representar, es decir en víspera del Año Nuevo de1764,empezóalanzarchillidosagudos,quetuvieronporresultadounfuerteataque de apoplejía y su fallecimiento al cabo de tres días, no sin quedesheredaraantesalosCantervilleylegasetodosudineroasufarmacéuticoen Londres. Pero, a última hora, el terror que le inspiraban los gemelos loretuvoensuhabitación,yelduquesitodurmiótranquiloenelgranlechocondoselcoronadodeplumasdeldormitorioreal,soñandoconVirginia.

Capítulo5Virginiaysuadoradordecabellorizadodieron,unosdíasdespués,unpaseoacaballoporlospradosdeBrockley,paseoenelqueelladesgarrósuvestidodeamazonaalsaltarunseto,detalmaneraque,devueltaasucasa,entróporlaescaleradeatrásparaqueno laviesen.Alpasarcorriendopordelantede lapuertadelsalóndeTapices,queestabaabiertadeparenpar,leparecióveraalguien dentro. Pensó que sería la doncella de su madre, que iba confrecuenciaatrabajaraesahabitación.Asomólacabezaparaencargarlequelecosiese el vestido. ¡Pero, con gran sorpresa suya, quien allí estaba era elfantasma de Canterville en persona! Se había acomodado ante la ventana,contemplando el oro llameante de los árboles amarillentos que revoloteabanporelaire,lashojasenrojecidasquebailabanlocamentealolargodelagranavenida.Tenía lacabezaapoyadaenunamano,y todasuactitudrevelabaeldesalientomásprofundo.Realmentepresentabaunaspectotanabrumado,tanabatido,quelapequeñaVirginia,envezdecederasuprimerimpulso,quefueecharacorreraencerrarseensucuarto,sesintióllenadecompasiónytomóelpartido de ir a consolarlo. Tenía la muchacha un paso tan ligero y él unamelancolíatanhonda,quenosediocuentadesupresenciahastaquelehabló.-Lohesentidomuchoporusted-dijo-,peromishermanosregresanmañanaaEton,yentonces,siseportaustedbien,nadieloatormentará.-Es inconcebible pedirme que me porte bien -le respondió, contemplandoestupefacto a la jovencita que tenía la audacia de dirigirle la palabra-.Perfectamente inconcebible. Es necesario que yo sacuda mis cadenas, quegruñapor losagujerosde lascerradurasyquecorreteedenoche.¿Esoes loqueustedllamaportarsemal?Notengootrarazóndeser.-Esonoesuna razónde ser.En sus tiempos fueustedmuymalo¿sabe?LaseñoraUmneynosdijoeldíaquellegamosqueustedmatóasuesposa.-Sí,loreconozco-respondióincautamenteelfantasma-.Peroeraunasuntodefamiliaynadieteníaquemeterse.-Estámuymalmataranadie -dijoVirginia,queavecesadoptabaunbonitogesto de gravedad puritana, heredado quizás de algún antepasado venido de

NuevaInglaterra.-¡Oh,nopuedosufrirlaseveridadbaratadelamoralabstracta!Mimujererafeísima. No almidonaba nunca lo bastante mis puños y no sabía nada decocina.Mireusted:undíahabíayocazadounsoberbiociervoenlosbosquesdeHogsley,unhermosomachodedosaños. ¡Puesnopuedeusted figurarsecómo me lo sirvió! Pero, en fin, dejemos eso. Es asunto liquidado, y noencuentronadabienquesushermanosmedejasenmorirdehambre,aunqueyolamatase.-¡Quelodejaranmorirdehambre!¡Ohseñorfantasma…!DonSimón,quierodecir, ¿es que tiene usted hambre? Hay un sándwich en mi costurero. ¿Legustaría?-No, gracias, ahora ya no como; pero, de todos modos, lo encuentroamabilísimo por su parte. ¡Es usted bastante más atenta que el resto de suhorrible,arisca,ordinariayladronafamilia!-¡Basta!-exclamóVirginia,dandoconelpieenelsuelo-.Elarisco,elhorribleyelordinarioloesusted.Encuantoalodeladrón,biensabeustedquemeharobadomiscoloresdelacajadepinturaspararestauraresaridículamanchadesangre en la biblioteca. Empezó usted por coger todosmis rojos, incluso elbermellón,imposibilitándomeparapintarpuestasdesol.Despuésagarróustedelverdeesmeraldayelamarillocromo.Y,finalmente,sólomequedaelañilyel blanco.Así es que ahora no puedo hacermás que claros de luna, que dagrima ver, e incomodísimos, además, de colorear. Y no le he acusado, aúnestando fastidiada y a pesar de que todas esa cosas son completamenteridículas.¿Sehavistoalgunavezsangrecolorverdeesmeralda…?-Vamosaver-dijoelfantasma,conciertadulzura-:¿yquéibayoahacer?Esdificilísimoenlostiemposactualesagenciarsesangredeverdad,yyaquesuhermanoempezóconsuquitamanchasincomparable,noveoporquénoibayoaemplearloscoloresdeustedpararesistir.Encuantoaltono,escuestióndegusto.Así,porejemplo,losCantervilletienensangreazul,lasangremásazulqueexisteenInglaterra…Aunqueyaséqueustedes losnorteamericanosnohacenelmenorcasodeesascosas.-Nosabeustednada,ylomejorquepuedehaceresemigrar,yasíseformaráideadealgo.Mipadretendráunverdaderogustoenproporcionarleunpasajegratuito, y aunque haya fuertes impuestos sobre los espíritus, no le pondrándificultadesenlaAduana.YunavezenNuevaYork,puedeustedcontarconungranéxito.Conozcoinfinidaddepersonasquedaríancienmildólaresportener antepasados y que sacrificarían mayor cantidad aún por tener unfantasmaparalafamilia.-CreoquenomedivertiríamuchoenEstadosUnidos.-Quizás se deba a que allí no tenemos ni ruinas ni curiosidades -dijoburlonamenteVirginia.-¡Qué curiosidades ni qué ruinas! -contestó el fantasma-. Tienen ustedes su

Marinaysusmodales.-Buenasnoches;voyapedir apapáqueconcedaa losgemelosuna semanamásdevacaciones.-¡Nosevaya,señoritaVirginia,selosuplico!-exclamóelfantasma-.Estoytansoloysoytandesgraciado,quenoséquéhacer.Quisierairaacostarmeynopuedo.-Puesesinconcebible:notieneustedmásquemeterseenlacamayapagarlaluz. Algunas veces es dificilísimo permanecer despierto, sobre todo en unaiglesia, pero, en cambio, dormir esmuy sencillo. Ya ve usted: los gemelossabendormiradmirablemente,ynosondelosmáslistos.-Hace trescientosañosquenoduermo-dijoelanciano tristemente,haciendoque Virginia abriese mucho sus hermosos ojos azules, llenos de asombro-.Haceyatrescientosañosquenoduermo,asíesquemesientocansadísimo.Virginia adoptó un grave continente, y sus finos labios se movieron comopétalosderosa.Seacercóyarrodillóalladodelfantasma,contemplósurostroenvejecidoyarrugado.-Pobrecito fantasma -profirió a media voz-, ¿y no hay ningún sitio dondepuedausteddormir?-Allá lejos, pasando el pinar -respondió él en voz baja y soñadora-, hay unjardincito.Lahierba crece en él alta y espesa; allí puedenverse las grandesestrellasblancasdelacicuta,allíelruiseñorcantatodalanoche.Cantatodalanoche,y la lunade cristal heladodeja caer sumiraday el tejo extiende susbrazosdegigantesobrelosdurmientes.Los ojos de Virginia se empañaron de lágrimas y sepultó la cara entre susmanos.-SerefiereustedaljardíndelaMuerte-murmuró.-Sí, de la muerte. Debe ser hermosa. Descansar en la blanda tierra oscura,mientras las hierbas se balancean encima de nuestra cabeza, y escuchar elsilencio.Notenerniayernimañana.Olvidarsedeltiempoydelavida;morarenpaz.Ustedpuedeayudarme;ustedpuedeabrirmedeparenparlaspuertasdelamuerte,porqueelamorlaacompañaaustedsiempre,yelamoresmásfuertequelamuerte.Virginia tembló. Un estremecimiento helado recorrió todo su ser, y duranteunos instantes hubo un gran silencio. Le parecía vivir un sueño terrible.Entonces el fantasma habló de nuevo con una voz que resonaba como lossuspirosdelviento:-¿Haleídoustedalgunavezlaantiguaprofecíaquehaysobrelasvidrierasdelabiblioteca?-¡Oh,muchasveces!-exclamólamuchachalevantandolosojos-.Laconozcomuybien.Estápintadaconunascuriosasletrasdoradasyseleecondificultad.Notienemásqueestosseisversos:"Cuandounajovenrubialogrehacerbrotar

unaoracióndeloslabiosdelpecador,cuandoelalmendroestérildéfrutoyunaniñadejecorrersullanto,entonces,todalacasarecobrarálatranquilidadyvolverálapazaCanterville".Peronoséloquesignifican.-Significanquetieneustedquellorarconmigomispecados,porquenotengolágrimas,yquetieneustedquerezarconmigopormialma,porquenotengofe,yentonces,sihasidoustedsiempredulce,buenaycariñosa,elángeldelamuerteseapoderarádemí.Veráustedseresterriblesenlastinieblasyvocesfunestas murmurarán en sus oídos, pero no podrán hacerle ningún daño,porquecontralapurezadeunaniñanopuedennadalaspotenciasinfernales.Virginianocontestó,yelfantasmaseretorcíalasmanosenlaviolenciadesudesesperación,sindejardemirarlarubiacabezainclinada.Deprontoseirguiólajoven,muypálida,conunfulgorenlosojos.-No tengomiedo -dijo con voz firme - y rogaré al ángel que se apiade deusted.Selevantóelfantasmadesuasientolanzandoundébilgritodealegría,cogiólablondacabezaentresusmanos,conunagentilezaquerecordabalostiempospasados,ylabesó.Susdedosestabanfríoscomohieloysuslabiosabrasabancomo el fuego, peroVirginia no flaqueó; el fantasma la guio a través de laestanciasombría.Sobreuntapiz,deunverdeapagado,estabanbordadosunospequeñoscazadores.Soplabanensuscuernosadornadosde flecosyconsuslindasmanoslehacíangestosdequeretrocediese.-Vuelvesobretuspasos,Virginia.¡Vete,vete!-gritaban.Peroelfantasmaleapretabaenaquelmomentolamanoconmásfuerza,yellacerró los ojos para no verlos. Horribles animales de colas de lagarto y deojazos saltonesparpadearonmaliciosamente en las esquinasde la chimenea,mientrasledecíanenvozbaja:-Tencuidado,Virginia,tencuidado.Podríamosnovolveraverte.PeroelfantasmaapresuróelpasoyVirginianooyónada.Cuandollegaronalextremodelaestanciaelviejosedetuvo,murmurandounaspalabrasqueellano comprendió. Volvió Virginia a abrir los ojos y vio disiparse el murolentamente, como una neblina, y abrirse ante ella una negra caverna. Unáspero y helado viento los azotó, sintiendo la muchacha que le tiraban delvestido.-Deprisa,deprisa-gritóelfantasma-,oserádemasiadotarde.YenelmismomomentoelmurosecerródenuevodetrásdeellosyelsalóndeTapicesquedódesierto.

Capítulo6

UnosdiezminutosdespuéssonólacampanaparaeltéyVirginianobajó.LaseñoraOtisenvióaunodeloscriadosabuscarla.Notardóenvolver,diciendoquenohabíapodidodescubriralaseñoritaVirginiaporningunaparte.Comolamuchachateníalacostumbredeirtodaslastardesaljardínarecogerfloresparalacena,laseñoraOtisnoseinquietóenlomásmínimo.PerosonaronlasseisyVirginianoaparecía.Entoncessumadresesintióseriamenteintranquilayenvióasushijosensubusca,mientrasellaysumaridorecorríantodaslashabitacionesdelacasa.Alasseisymediavolvieronlosgemelos,diciendoqueno habían encontrado huellas de su hermana por parte alguna. Entonces seconmovieron todos extraordinariamente, y nadie sabía qué hacer, cuando elseñorOtisrecordóderepentequepocosdíasanteshabíanpermitidoacamparen el parque a una tribu de gitanos. Así es que salió inmediatamente paraBlackfell-Hollow,acompañadodesuhijomayorydedosdesuscriadosdelagranja.ElduquesitodeCheshire,completamentelocodeinquietud,rogóconinsistenciaalseñorOtisquelodejaseacompañarlo,maséstesenegótemiendoalgún jaleo. Pero cuando llegó al sitio en cuestión vio que los gitanos sehabíanmarchado.Sedieronprisaahuir,sindudaalguna,pueselfuegoardíatodavíayquedabanplatossobrelahierba.DespuésdemandaraWashingtonya los dos hombres que registrasen los alrededores, se apresuró a regresar yenvió telegramas a todos los inspectores dePolicía del condado, rogándolesquebuscasenaunajovenraptadaporunosvagabundosogitanos.Luegohizoque le trajeransucaballo,ydespuésde insistirparaquesumujery sus treshijossesentaranalamesa,partióconuncriadoporelcaminodeAscot.Habíarecorrido apenas dosmillas, cuando oyó un galope a su espalda. Se volvió,viendo al duquesito que llegaba en su caballito, con la cara sofocada y lacabezadescubierta.-Losientomuchísimo,señorOtis-ledijoeljovenconvozentrecortada-,perome es imposible comer mientras Virginia no aparezca. Se lo ruego: no seenfade conmigo.Si noshubierapermitido casarnos el añoúltimo, nohabríapasadoestonunca.Nomerechazausted,¿verdad?¡Nopuedoniquieroirme!El ministro no pudo menos que dirigir una sonrisa a aquel mozo guapo yatolondrado, conmovidísimo ante la abnegación que mostraba por Virginia.Inclinándosesobresucaballo, leacarició loshombrosbondadosamente,y ledijo:-Puesbien,Cecil:yaqueinsisteustedenvenir,nomequedamásremedioqueadmitirleenmicompañía;pero,esosí, tengoquecomprarleunsombreroenAscot.-¡Al diablo sombreros! ¡Lo que quiero es Virginia! -exclamó el duquesito,riendo.Y acto seguido galoparon hasta la estación. Una vez allí, el señor Otispreguntó al jefe si no habían visto en el andén de salida a una joven cuyasseñascorrespondiesencon lasdeVirginia,peronoaveriguónadasobreella.

Noobstantelocual,eljefedelaestaciónexpidiótelegramasalasestacionesdeltrayecto,ascendentesydescendentes,yleprometióejercerunavigilanciaminuciosa.Enseguida,despuésdecomprarunsombreroparaelduquesitoenunatiendadenovedadesquesedisponíaacerrar,elseñorOtiscabalgóhastaBexley,pueblosituadocuatromillasmásallá,yque,segúnledijeron,eramuyfrecuentado por los gitanos. Hicieron levantarse al guardia rural, pero nopudieron conseguir ningún dato de él. Así es que, después de atravesar laplaza, los dos jinetes tomaron otra vez el camino de casa, llegando aCanterville a eso de las once, rendidos de cansancio y con el corazóndesgarrado por la inquietud. Se encontraron allí con Washington y losgemelos,esperándolosalapuertaconlinternas,porquelaavenidaestabamuyoscura.NosehabíadescubiertolamenorseñaldeVirginia.Losgitanosfueronalcanzados en el prado de Brockley, pero no estaba la joven entre ellos.ExplicaronlaprisadesumarchadiciendoquehabíanequivocadoeldíaenquedebíacelebrarselaferiadeChortonyqueeltemordellegardemasiadotardelosobligóadarseprisa.Además,parecierondesconsoladosporladesaparicióndeVirginia,puesestabanagradecidísimosalseñorOtisporhaberlespermitidoacamparensuparque.Cuatrodeellossequedaronatrásparatomarparteenlaspesquisas.Sehizovaciarelestanquedelascarpas.Registraronlafincaentodoslossentidosperonoconsiguieronnada.EraevidentequeVirginiaestabaperdida, al menos por aquella noche, y fue con un aire de profundoabatimientocomoentraronencasael señorOtisy los jóvenes, seguidosdelcriado, que llevaba de las bridas al caballo y al caballito. En el salón seencontraron con el grupo de criados, llenos de terror. La pobre señoraOtisestaba tumbada sobre un sofá de la biblioteca, casi loca de espanto y deansiedad, y la vieja ama de gobierno le humedecía la frente con agua decolonia.Fueunacomidatristísima.Nosehablabaapenas,yhastalosmismosgemelos parecían despavoridos y consternados, pues querían mucho a suhermana. Cuando terminaron, el señor Otis, a pesar de los ruegos delduquesito,mandóquetodoelmundoseacostase,yaquenopodíahacercosaalgunaaquellanoche; aldía siguiente telegrafiaría aScotlandYardparaquepusieraninmediatamentevariosdetectivesasudisposición.Peroheaquíqueenelprecisomomentoenquesalíandelcomedorsonaronlasdoceenrelojdela torre. Apenas acababan de extinguirse las vibraciones de la últimacampanada,cuandoseoyóuncrujidoacompañadodeungritopenetrante.Untrueno formidable bamboleó la casa, una melodía, que no tenía nada deterrenal,flotóenelaire.Unlienzodelaparedsedespegóbruscamenteenloalto de la escalera, y sobre el rellano, muy pálida, casi blanca, aparecióVirginia, llevando en la mano un cofrecito. Inmediatamente se precipitarontodos hacia ella. La señora Otis la estrechó apasionadamente contra sucorazón. El duquesito casi la ahogó con la violencia de sus besos, y losgemelosejecutaronunadanzadeguerrasalvajealrededordelgrupo.

-¡Ah… ! ¡Hijamía! ¿Dónde te habíasmetido? -dijo el señor Otis, bastanteenfadado,creyendoqueleshabíaqueridodarunabromaatodosellos-.Cecilyyohemos registrado toda la comarca enbusca tuya, y tumadreha estado apuntodemorirsedeespanto.Novuelvasadarbromitasdeesegéneroanadie.-¡Menosal fantasma,menosal fantasma!-gritaron losgemelos,continuandosuscabriolas.-Hija mía querida, gracias a Dios que te hemos encontrado; ya no nosvolveremosaseparar-murmurabalaseñoraOtis,besandoalamuchacha,todatrémula, y acariciando sus cabellos de oro, que se desparramaban sobre sushombros.-Papá -dijo dulcementeVirginia-, estaba con el fantasma.Hamuerto ya. Esprecisoquevayanaverlo.Fuemuymalo,perosehaarrepentidosinceramentede todo lo que había hecho, y antes demorirme ha dado este cofrecito dehermosasjoyas.Toda la familia la contempló muda y aterrada, pero ella tenía un aire muysolemneymuyserio.Enseguida,dandomediavuelta, losprecedióa travésdelhuecodelaparedybajaronauncorredorsecreto.Washingtonlosseguíallevandounavelaencendida,quecogiódelamesa.Porfinllegaronaunagranpuertaderobleerizadadereciosclavos.Virginialatocó,yentonceslapuertagirósobresusgoznesenormesysehallaronenunahabitaciónestrechaybaja,coneltechoabovedado,yqueteníaunaventanita.Juntoaunagranargolladehierroempotradaenelmuro,conlacualestabaencadenado,seveíaunlargoesqueleto,extendidocuan largoerasobre las losas.Parecíaestirar susdedosdescarnados, como intentando llegar a un plato y a un cántaro, de formaantigua,colocadosde tal formaquenopudiesealcanzarlos.Elcántarohabíaestadollenodeagua,indudablemente,puesteníasuinteriortapizadodemohoverde. Sobre el plato no quedabamás que unmontón de polvo.Virginia searrodillójuntoalesqueleto,y,uniendosusmanitas,sepusoarezarensilencio,mientraslafamiliacontemplabaconasombrolahorribletragediacuyosecretoacababadeserrevelado.-¡Atiza!-exclamódeprontounodelosgemelos,quehabíaidoamirarporlaventanita,queriendoadivinardequéladodeledificiocaíaaquellahabitación-.¡Atiza! El antiguo almendro, que estaba seco, ha florecido. Se venadmirablementelashojasalaluzdelaluna.-¡Dios lo ha perdonado! -dijo gravemente Virginia, levantándose. Y unmagníficoresplandorparecíailuminarsurostro.-¡Eresunángel! -exclamóelduquesito,ciñéndoleelcuelloconsusbrazosybesándola.

Capítulo7

Cuatrodíasdespuésdeestoscuriosossucesos,aesodelasoncedelanoche,salíaunfúnebrecortejodeCanterville-House.Elcarroibaarrastradoporochocaballosnegros,cadaunodeloscualesllevabaadornadalacabezaconungranpenacho de plumas de avestruz, que se balanceaban. La caja de plomo ibacubiertaconunricopañodepúrpura,sobreelcualestabanbordadasenorolasarmasdelosCanterville.Acadaladodelcarroydeloscochesmarchabanloscriadosllevandoantorchasencendidas.Todaaquellacomitivateníaunaspectograndioso e impresionante. LordCanterville presidía el duelo; había venidodel país deGales expresamente para asistir al entierro, y ocupaba el primercocheconlapequeñaVirginia.DespuésibanelministrodelosEstadosUnidosysuesposa,ydetrás,Washingtonylosdosmuchachos.Enelúltimococheibala señora Umney. Todo el mundo convino en que, después de haber sidoatemorizada por el fantasma por espacio de más de cincuenta años, teníarealmentederechodeverlodesaparecerparasiempre.Cavaronunaprofundafosaenunrincóndelcementerio,precisamentebajoeltejocentenario,ydijolasúltimasoraciones,delmodomáspatético,elreverendoAugustoDampier.Luego,albajarlacajaalafosa,Virginiaseadelantó,colocandoencimadeellauna gran cruz hecha con flores de almendro, blancas y rojas. En aquelmomentosaliólalunadedetrásdeunanubeeinundóelcementerioconsussilenciosasoleadasdeplata,ydeunbosquecillocercanoseelevóelcantodeunruiseñor.VirginiarecordóladescripciónquelehizoelfantasmadeljardíndelaMuerte;susojossellenarondelágrimasyapenaspronuncióunapalabraduranteelregreso.Alamañanasiguiente,antesdequelordCantervillepartieseparalaciudad,laseñoraOtisconferencióconélrespectodelasjoyasentregadasporelfantasmaaVirginia.Eransoberbias,magníficas.Había,sobretodo,uncollarderubíes,en una antigua montura veneciana, que era un espléndido trabajo del sigloXVI, y el conjunto representaba tal cantidad que el señor Otis sentía vivosescrúpulosenpermitirasuhijaquesequedaseconellas.-Señor -dijo el ministro-, sé que en este país se aplica la mano muerta lomismo a los objetosmenudos que a las tierras, y es evidente, evidentísimopara mí, que estas joyas deben quedar en poder de usted como legado defamilia. Le ruego, por tanto, que consienta en llevárselas a Londres,considerándolas simplemente como una parte de su herencia que le fuerarestituidaencircunstanciasextraordinarias.Encuantoamihija,noesmásqueunachiquilla,yhastahoy,mecomplacedecirlo,sientepocointerésporestasfutilezas de lujo superfluo. He sabido igualmente por la señora Otis, cuyaautoridad no es despreciable en cosas de arte, dicho sea de paso (pues hatenido la suertedepasarvarios inviernos enBoston, siendomuchacha),queesaspiedraspreciosastienenungranvalormonetario,yquesisepusieranenventaproduciríanunabonita suma.Enestascircunstancias, lordCanterville,

reconocerá usted, indudablemente, que no puedo permitir que queden enmanosdeningúnmiembrodelafamilia.Ademásdequetodosestastonteríasy juguetes, por muy apreciados y necesitados que sean a la dignidad de laaristocracia británica, estarían fuera de lugar entre personas educadas segúnlosseverosprincipios,pudieradecirse,delasencillezrepublicana.Quizámeatrevería a asegurar que Virginia tiene gran interés en que le deje usted elcofrecitoqueencierraesasjoyas,enrecuerdodelaslocurasyelinfortuniodelantepasado. Y como ese cofrecito es muy viejo y, por consiguiente,deterioradísimo, quizá encuentre usted razonable acoger favorablemente supetición.Encuantoamí,confiesoquemesorprendegrandementeveraunodemis hijos demostrar interés por una cosa de la Edad Media, y la únicaexplicaciónqueleencuentroesqueVirginianacióenunbarriodeLondres,alpocotiempoderegresarlaseñoraOtisdeunaexcursiónaAtenas.Lord Canterville escuchó imperturbable el discurso del digno ministro,atusándose de cuando en cuando el bigote gris para ocultar una sonrisainvoluntaria. Una vez que hubo terminado el señor Otis, le estrechócordialmentelamanoycontestó:-Mi querido amigo, su encantadora hijita ha prestado un servicioimportantísimo a mi desgraciado antecesor. Mi familia y yo le estamosreconocidísimos por su maravilloso valor y por la sangre fría que hademostrado.Lasjoyaslepertenecen,sindudaalguna,ycreo,afemía,quesituvieseyolasuficienteinsensibilidadparaquitárselas,elviejotunantesaldríadesutumbaalcabodequincedíasparainfernarmelavida.Encuantoaquesean joyas de familia, no podrían serlo sino después de estar especificadascomo tales en un testamento, en forma legal, y la existencia de estas joyaspermaneció siempre ignorada. Le aseguro que son tan mías como de sumayordomo.CuandolaseñoritaVirginiaseamayor,sospechoqueleencantarátener cosas tan lindas que llevar. Además, señor Otis, olvida usted queadquirióustedelinmuebleyelfantasmabajoinventario.Demodoquetodoloque pertenece al fantasma le pertenece a usted. A pesar de las pruebas deactividadquehadadoSimónporelcorredor,noporesodejadeestarmenosmuerto,desdeelpuntodevistalegal,ysucompralohaceausteddueñodeloquelepertenecíaaél.ElseñorOtissequedómuypreocupadoantelanegativadelordCanterville,yle rogó que reflexionara nuevamente su decisión; pero el excelente par semantuvofirmeyterminóporconvenceralministrodequeaceptaseelregalodelfantasma.Cuando,enlaprimaverade1890,laduquesitadeCheshirefuepresentada por primera vez en la recepción de la reina, con motivo de sucasamiento, sus joyas fueronmotivo de general admiración. YVirginia fueagraciada con la diadema, que se otorga como recompensa a todas lasnorteamericanitas juiciosas,ysecasóconsunovioencuantoéste tuvoedadparaello.Eranambostanagradablesyseamabandetalmodo,queatodoel

mundoleencantóesematrimonio,menosalaviejamarquesadeDumbleton,queveníahaciendotodoloposibleporatraparalduquesitoycasarloconunade sus siete hijas. Para conseguirlo dio al menos tres grandes comidascostosísimas.Cosarara:elseñorOtissentíaunagransimpatíapersonalporelduquesito,pero teóricamenteeraenemigode los títulosy, segúnsuspropiaspalabras, "era de temer que, entre las influencias debilitantes de unaaristocracia ávida de placer, fueran olvidados por Virginia los verdaderosprincipiosdelasencillezrepublicana".Peronadiehizocasodesusobservaciones,ycuandoavanzóporlanavelateraldelaiglesiadeSanJorge,enHannoverSquare,llevandoasuhijadelbrazo,nohabíahombremásorgullosoentodaInglaterra.Despuésde la lunademiel, elduquey laduquesa regresaronaCanterville-Chase,yaldíasiguientedesullegada,porlatarde,fueronadarunavueltaporel cementerio solitario próximo al pinar.Al principio le preocupómucho lorelativo a la inscripción que debía grabarse sobre la losa fúnebre deSimón,pero concluyeron por decidir que se pondrían simplemente las iniciales delviejo gentilhombre y los versos escritos en la ventana de la biblioteca. Laduquesa llevaba unas rosas magníficas, que desparramó sobre la tumba;despuésdepermanecerallíun rato,pasaronpor las ruinasdelclaustrode laantigua abadía. La duquesa se sentó sobre una columna caída, mientras sumarido,recostadoasuspiesyfumandouncigarrillo,contemplabasuslindosojos.Deprontotiróelcigarrilloy,tomándoleunamano,ledijo:-Virginia,unamujernodebetenersecretosconsumarido.-Ynolostengo,queridoCecil.-Sí los tienes -respondió sonriendo-.Nomehasdichonunca loque sucediómientrasestuvisteencerradaconelfantasma.-Niselohedichoanadie-replicógravementeVirginia.-Yalosé;perobienmelopodríasdeciramí.-Cecil,teruegoquenomelopreguntes.Nopuedorealmentedecírtelo.¡PobreSimón!Ledebomucho.Sí; no te rías,Cecil; le debomucho realmente.Mehizoverloqueeslavida,loquesignificalamuerteyporquéelamoresmásfuertequelamuerte.Elduqueselevantóparabesaramorosamenteasumujer.-Puedesguardartusecretomientrasyoposeatucorazón-dijoamediavoz.-Siemprefuetuyo.-Yselodirásalgúndíaanuestroshijos,¿verdad?Virginiaseruborizó.

¿Tegustóestelibro?

Paraobtenermáse-BooksGRATUITOSvisitaFreeditorial.com