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Versículos claves: Mateo 3:11 01 El Fuego, Un Emblema Del Espíritu INTRODUCCIÓN: Hace tiempo que se atribuían supersticiosamente ciertas maravillosas virtudes a lo que se llamaba “fuego de necesidad”. Se generaba con fricción. Al frotar dos palos entre sí, se suponía que esta maravillosa llama procedía directamente de Dios. El Espíritu Santo es el “fuego de necesidad” de este tiempo presente. Él vendrá al corazón como llama ardiente, como respuesta a los continuos ruegos del alma. Entonces se harán cosas grandes y maravillosas. Una vez le preguntaron a un convertido chino que necesitaba China para ser evangelizada. “Lo que China necesita es hombres con corazones ardientes, para proclamar el amor de Jesús”. Nos atrevemos a decir que no solo China sino el mundo entero. En este versículo vemos el elevado concepto que tenía Juan de la obra de Jesús. Agua y Fuego: nuestros dos magnos ministros de purificación. ¿Cuál es el más penetrante? Tal como es la diferencia entre los dos elementos, así era la diferencia entre su ministerio y el del Señor. El primero llevaba a cabo una purificación externa, y el segundo una interior, un poder penetrante y purificador, “escudriñando lo más íntimo de los hombres”. El primero frio, el segundo resplandeciente. Juan reconoció que el elemento religioso bajo su ministerio no era suficiente para la necesidad humana. No iba a la par de la profunda corrupción dentro de los hombres. Era una mera purificación con agua, mientras que lo que se necesitaba era una purificación con fuego. Y es este fuego del Espíritu el único capaz de apasionar los corazones más fríos y distantes (Jer 23:29). DESARROLLO 1) El fuego despierta: Un extraño descubrimiento se dio después del “Fuego de Londres”. Se dice que el fuego del Gran Incendio de Londres en 1666 penetró y calentó el suelo de tal manera que flores desconocidas brotaron de semillas largamente enterradas y olvidadas. Ahí estaban las semillas, dormidas y olvidadas en sus tumbas. Pero el fuego las despertó: las llamó afuera (cf. Lc 8:4-15). ¿No está sucediendo esto en el mundo espiritual a cada momento? Las semillas de la Palabra de Dios han quedado alojadas desde la infancia espiritual en la cabeza y en el corazón, sepultadas

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Versículos claves: Mateo 3:11

01

y olvidadas. Pero la ardiente llama del Espíritu Santo las llama fuera: y brotan y dan fruto (Jer

20:9).

2) El fuego revela:

“la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será

revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.” (1 Co 3:13). Esta es la declaración

en el pasaje; el fuego resplandece, así como escudriña: revela, así como pone a prueba.

Pone a prueba y revela mi impía moralidad --> Cuando el fuego de Dios comienza a resplandecer

en nosotros, descubrimos la verdadera naturaleza de nuestra impía moralidad. Y este es uno de

los más difíciles asuntos con los que tenemos que lidiar: solo cuando nos vemos a su luz

llegamos a tener un verdadero concepto del pecado y de la indignidad.

Recuerda --> Hay un fuego de ira así como de amor; el fuego del rayo que quema y consume, así

como el fuego resplandeciente del sol y del corazón alegre. Tenemos que hacernos la siguiente

pregunta: ¿Seremos bautizados en el fuego, o consumido por él?

APLICACIÓN:

¿Qué debo hacer para ser bautizado con el fuego del Espíritu Santo? Primero y ante todo he de

venir a la Sangre. Dios anhela que le conozcamos atreves de Su Hijo amado. El fuego se viene

como consecuencia de haberle experimentado verdaderamente. Y tenga en cuenta que cuando

Dios prende a un hombre en el Fuego Santo de Su presencia; no hay diablo ni mundo que lo

apague.

El Fuego, Un Emblema DelEspíritu

INTRODUCCIÓN: Hace tiempo que se atribuían supersticiosamente ciertas maravillosas

virtudes a lo que se llamaba “fuego de necesidad”. Se generaba con fricción. Al frotar dos palos

entre sí, se suponía que esta maravillosa llama procedía directamente de Dios. El Espíritu Santo

es el “fuego de necesidad” de este tiempo presente. Él vendrá al corazón como llama ardiente,

como respuesta a los continuos ruegos del alma. Entonces se harán cosas grandes y

maravillosas.

Una vez le preguntaron a un convertido chino que necesitaba China para ser evangelizada. “Lo

que China necesita es hombres con corazones ardientes, para proclamar el amor de Jesús”. Nos

atrevemos a decir que no solo China sino el mundo entero.

En este versículo vemos el elevado concepto que tenía Juan de la obra de Jesús. Agua y Fuego:

nuestros dos magnos ministros de purificación. ¿Cuál es el más penetrante? Tal como es la

diferencia entre los dos elementos, así era la diferencia entre su ministerio y el del Señor. El

primero llevaba a cabo una purificación externa, y el segundo una interior, un poder penetrante y

purificador, “escudriñando lo más íntimo de los hombres”. El primero frio, el segundo

resplandeciente. Juan reconoció que el elemento religioso bajo su ministerio no era suficiente

para la necesidad humana. No iba a la par de la profunda corrupción dentro de los hombres. Era

una mera purificación con agua, mientras que lo que se necesitaba era una purificación con

fuego. Y es este fuego del Espíritu el único capaz de apasionar los corazones más fríos y

distantes (Jer 23:29).

DESARROLLO

1) El fuego despierta:

Un extraño descubrimiento se dio después del “Fuego de Londres”. Se dice que el fuego del Gran

Incendio de Londres en 1666 penetró y calentó el suelo de tal manera que flores desconocidas

brotaron de semillas largamente enterradas y olvidadas. Ahí estaban las semillas, dormidas y

olvidadas en sus tumbas. Pero el fuego las despertó: las llamó afuera (cf. Lc 8:4-15).

¿No está sucediendo esto en el mundo espiritual a cada momento? Las semillas de la Palabra de

Dios han quedado alojadas desde la infancia espiritual en la cabeza y en el corazón, sepultadas

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Versículos claves: Mateo 3:11

02

y olvidadas. Pero la ardiente llama del Espíritu Santo las llama fuera: y brotan y dan fruto (Jer

20:9).

2) El fuego revela:

“la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será

revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.” (1 Co 3:13). Esta es la declaración

en el pasaje; el fuego resplandece, así como escudriña: revela, así como pone a prueba.

Pone a prueba y revela mi impía moralidad --> Cuando el fuego de Dios comienza a resplandecer

en nosotros, descubrimos la verdadera naturaleza de nuestra impía moralidad. Y este es uno de

los más difíciles asuntos con los que tenemos que lidiar: solo cuando nos vemos a su luz

llegamos a tener un verdadero concepto del pecado y de la indignidad.

Recuerda --> Hay un fuego de ira así como de amor; el fuego del rayo que quema y consume, así

como el fuego resplandeciente del sol y del corazón alegre. Tenemos que hacernos la siguiente

pregunta: ¿Seremos bautizados en el fuego, o consumido por él?

APLICACIÓN:

¿Qué debo hacer para ser bautizado con el fuego del Espíritu Santo? Primero y ante todo he de

venir a la Sangre. Dios anhela que le conozcamos atreves de Su Hijo amado. El fuego se viene

como consecuencia de haberle experimentado verdaderamente. Y tenga en cuenta que cuando

Dios prende a un hombre en el Fuego Santo de Su presencia; no hay diablo ni mundo que lo

apague.

El Fuego, Un Emblema DelEspíritu

INTRODUCCIÓN: Hace tiempo que se atribuían supersticiosamente ciertas maravillosas

virtudes a lo que se llamaba “fuego de necesidad”. Se generaba con fricción. Al frotar dos palos

entre sí, se suponía que esta maravillosa llama procedía directamente de Dios. El Espíritu Santo

es el “fuego de necesidad” de este tiempo presente. Él vendrá al corazón como llama ardiente,

como respuesta a los continuos ruegos del alma. Entonces se harán cosas grandes y

maravillosas.

Una vez le preguntaron a un convertido chino que necesitaba China para ser evangelizada. “Lo

que China necesita es hombres con corazones ardientes, para proclamar el amor de Jesús”. Nos

atrevemos a decir que no solo China sino el mundo entero.

En este versículo vemos el elevado concepto que tenía Juan de la obra de Jesús. Agua y Fuego:

nuestros dos magnos ministros de purificación. ¿Cuál es el más penetrante? Tal como es la

diferencia entre los dos elementos, así era la diferencia entre su ministerio y el del Señor. El

primero llevaba a cabo una purificación externa, y el segundo una interior, un poder penetrante y

purificador, “escudriñando lo más íntimo de los hombres”. El primero frio, el segundo

resplandeciente. Juan reconoció que el elemento religioso bajo su ministerio no era suficiente

para la necesidad humana. No iba a la par de la profunda corrupción dentro de los hombres. Era

una mera purificación con agua, mientras que lo que se necesitaba era una purificación con

fuego. Y es este fuego del Espíritu el único capaz de apasionar los corazones más fríos y

distantes (Jer 23:29).

DESARROLLO

1) El fuego despierta:

Un extraño descubrimiento se dio después del “Fuego de Londres”. Se dice que el fuego del Gran

Incendio de Londres en 1666 penetró y calentó el suelo de tal manera que flores desconocidas

brotaron de semillas largamente enterradas y olvidadas. Ahí estaban las semillas, dormidas y

olvidadas en sus tumbas. Pero el fuego las despertó: las llamó afuera (cf. Lc 8:4-15).

¿No está sucediendo esto en el mundo espiritual a cada momento? Las semillas de la Palabra de

Dios han quedado alojadas desde la infancia espiritual en la cabeza y en el corazón, sepultadas