El funeral de un dignatario mexica - Mesowebtres recipientes cerámicos empleados por los mexicas...

4
El hallazgo reciente de una rica sepultura en el Recinto Sagrado de Tenochtitlan nos ayuda a complementar la información histórica del siglo XVI sobre las exequias de la elite mexica. Cremación de un dignatario mexica. Arriba se encuentra una hoguera que representa al Dios del Fuego. Abajo se observa el bulto mortuorio colocado sobre otra hoguera, representada a la manera indígena. Frente al bulto yace el cuerpo de un esclavo sacrificado. Códice Tudela, f. 57r. REPROGRAFÍA: MARCO ANTONIO PACHECO / RAÍCES REPROGRAFÍA: MARCO ANTONIO PACHECO / RAÍCES El funeral de un dignatario mexica JUAN ALBERTO ROMÁN BERRELLEZA, LEONARDO LÓPEZ LUJÁN 36 / ARQUEOLOGÍA MEXICANA E n sus célebres Memoriales, Motolinía consagra un ca- pítulo entero a los funerales de los señores y principa- les indígenas. Allí, el franciscano consigna con detalle cómo el difunto era velado en su casa durante cuatro días, al término de los cuales se le introducía una piedra preciosa den- tro de la boca y se le cortaba un mechón de la coronilla. Estos cabellos eran colocados en una caja junto con un mechón que le había sido quitado, mucho tiempo atrás, con motivo de su nacimiento. A continuación, se cubría el rostro del cadáver con una máscara, se envolvía su cuerpo inerte con ricas mantas de algodón, y se ataviaba el bulto con atributos de la deidad en cuyo templo se enterraría. Según Motolinía, ese mismo día el fardo mortuorio era con- ducido al pie del templo principal, donde se le quemaba con copal y tea. Numerosos servidores y esclavos eran inmolados en la piedra de los sacrificios, y ya sin vida, los cuerpos de las víctimas alimentaban otra pira funeraria para que sus almas se desprendieran y pudieran así acompañar a la de su señor. Exac- tamente con el mismo propósito, en esta ceremonia se sacrifi- caba un perro. Asimismo, ricos manjares y flores eran entre- gados al fallecido para hacerle más placentera su estancia en el otro mundo. Después de que el fuego había consumido los restos morta- les del señor, los sacerdotes depositaban las cenizas, los hue- sos parcialmente calcinados y la cuenta de piedra verde en la caja que contenía sus cabellos. Acomodaban sobre el receptá- culo funerario una imagen escultórica del señor, y le hacían ri- cas ofrendas a lo largo de cuatro días. Transcurrido ese lapso, enterraban la caja. Nuevos sacrificios y ofrendas formarían par- te de las innumerables ceremonias de duelo, que finalizaban al cumplirse cuatro años de la defunción. Velación de un dignatario mexica. Los deudos lloran y rezan, ofreciendo alimentos y mantas de algodón a un bulto mortuorio ungido con una corona de turquesa, joyas de oro y piedra verde. Abajo se observa una fosa para depositar las cenizas del difunto. Códice Tudela, f. 58r.

Transcript of El funeral de un dignatario mexica - Mesowebtres recipientes cerámicos empleados por los mexicas...

Page 1: El funeral de un dignatario mexica - Mesowebtres recipientes cerámicos empleados por los mexicas como ur-nas funerarias. Se trata de tres bellas piezas pertenecientes a épocas diferentes.

El hallazgo reciente de una ricasepultura en el Recinto Sagrado

de Tenochtitlan nos ayuda acomplementar la información

histórica del siglo XVI sobre lasexequias de la elite mexica.

Cremación de un dignatario mexica. Arriba se encuentra una hogueraque representa al Dios del Fuego. Abajo se observa el bulto mortuorio

colocado sobre otra hoguera, representada a la manera indígena. Frenteal bulto yace el cuerpo de un esclavo sacrificado. Códice Tudela, f. 57r.

REP

RO

GR

AFÍA

: MAR

CO

AN

TON

IO P

ACH

ECO

/ R

AÍC

ESR

EPR

OG

RAF

ÍA: M

ARC

O A

NTO

NIO

PAC

HEC

O /

RAÍ

CES

El funeral de un dignatario mexica

JUAN ALBERTO ROMÁN BERRELLEZA, LEONARDO LÓPEZ LUJÁN

36 / ARQUEOLOGÍA MEXICANA

E n sus célebres Memoriales, Motolinía consagra un ca-pítulo entero a los funerales de los señores y principa-les indígenas. Allí, el franciscano consigna con detalle

cómo el difunto era velado en su casa durante cuatro días, altérmino de los cuales se le introducía una piedra preciosa den-tro de la boca y se le cortaba un mechón de la coronilla. Estoscabellos eran colocados en una caja junto con un mechón quele había sido quitado, mucho tiempo atrás, con motivo de sunacimiento. A continuación, se cubría el rostro del cadáver conuna máscara, se envolvía su cuerpo inerte con ricas mantas dealgodón, y se ataviaba el bulto con atributos de la deidad encuyo templo se enterraría.

Según Motolinía, ese mismo día el fardo mortuorio era con-ducido al pie del templo principal, donde se le quemaba concopal y tea. Numerosos servidores y esclavos eran inmoladosen la piedra de los sacrificios, y ya sin vida, los cuerpos de lasvíctimas alimentaban otra pira funeraria para que sus almas sedesprendieran y pudieran así acompañar a la de su señor. Exac-tamente con el mismo propósito, en esta ceremonia se sacrifi-caba un perro. Asimismo, ricos manjares y flores eran entre-gados al fallecido para hacerle más placentera su estancia en elotro mundo.

Después de que el fuego había consumido los restos morta-les del señor, los sacerdotes depositaban las cenizas, los hue-sos parcialmente calcinados y la cuenta de piedra verde en lacaja que contenía sus cabellos. Acomodaban sobre el receptá-culo funerario una imagen escultórica del señor, y le hacían ri-cas ofrendas a lo largo de cuatro días. Transcurrido ese lapso,enterraban la caja. Nuevos sacrificios y ofrendas formarían par-te de las innumerables ceremonias de duelo, que finalizaban alcumplirse cuatro años de la defunción.

Velación de un dignatario mexica. Los deudos lloran y rezan, ofreciendoalimentos y mantas de algodón a un bulto mortuorio ungido con una

corona de turquesa, joyas de oro y piedra verde. Abajo se observa unafosa para depositar las cenizas del difunto. Códice Tudela, f. 58r.

Page 2: El funeral de un dignatario mexica - Mesowebtres recipientes cerámicos empleados por los mexicas como ur-nas funerarias. Se trata de tres bellas piezas pertenecientes a épocas diferentes.

Gracias a las narraciones de Motolinía y de otros cronistasdel siglo XVI, tenemos una idea bastante acabada de las exe-quias que los mexicas solían hacer en honor de sus dignatarios.Sin embargo, existen ciertos detalles de la ceremonia que no son descritos en las fuentes históricas y que, por fortuna, podemos conocer gracias a las ex-ploraciones arqueológicas llevadasa cabo en las ruinas de Tenochtitlan.A continuación describiremos elhallazgo de la sepultura de un dig-natario realizado por el ProyectoTemplo Mayor/INAH.

UNA SEPULTURA EN LACASA DE LAS ÁGUILAS

La sepultura del personaje en cues-tión fue descubierta en 1994 duran-te las exploraciones del edificiobautizado por los arqueólogos co-mo la Casa de las Águilas. Este sin-gular complejo arquitectónico sedistingue por una ubicación privi-legiada a sólo 15 m al norte del Tem-plo Mayor, y por su rica decoraciónde estilo “neotolteca”. Durante lasdos últimas temporadas de campo,fueron exhumadas de su interior va-rias esculturas de cerámica que re-presentan seres semidescarnados ypersonajes vestidos con trajes deáguila, así como pinturas muralestipo códice, banquetas con relievespolicromos y suntuosas ofrendas.

La sepultura que nos ocupa se en-contró en el exterior de la tercerafase constructiva de la Casa de lasÁguilas, ampliación que se remon-ta a las dos últimas décadas del si-glo XV, es decir, al reinado de Tízoco al de Ahuítzotl. La ceremonia deinhumación se hizo al pie de la es-calinata de acceso al ala oriental deledificio, lugar donde se cavaron tresfosas cilíndricas. Cada una de ellassirvió para alojar un recipiente decerámica, así como parte de los res-tos mortales de un mismo individuoy de una rica ofrenda funeraria.

LA OFRENDA FUNERARIAY EL ESTATUS DEL DIFUNTO

Este triple depósito funerario contenía abundantes restos esque-léticos cremados pertenecientes a un hombre, un perro, un ja-guar, un águila real y un gavilán. Además, había objetos de ce-rámica, obsidiana, pedernal, basalto, piedra verde, turquesa, oro,

cobre, bronce, pirita, hueso, concha, copal, algodón y palma. És-tos suman en total 101 piezas completas y 350 fragmentos.

Sin lugar a dudas, los objetos más impresionantes eran lostres recipientes cerámicos empleados por los mexicas como ur-nas funerarias. Se trata de tres bellas piezas pertenecientes a

épocas diferentes. La más antiguade ellas es un vaso que data de fi-nes del periodo Clásico y que re-presenta, sobre sus superficies ex-ternas, al famoso hombre-mariposade la iconografía teotihuacana. Lesigue temporalmente una olla-efi-gie en forma de cabeza de anciano,la cual fue elaborada en el Posclá-sico Temprano. La tercera urna esun botellón policromo del Posclá-sico Tardío que presenta una elabo-rada decoración de cuentas, grecas,flores y corazones.

Los restos óseos humanos se en-contraron tanto dentro como fuerade las urnas. Pese a que habían sidorotos intencionalmente y expuestosdurante largas horas a la acción delfuego, pudimos determinar que to-dos ellos pertenecían a un indivi-duo adulto de sexo masculino. Lascenizas y los fragmentos de huesode este personaje estaban acompa-ñados de animales y objetos muysemejantes a los que se acostum-braba enterrar como ajuares mor-tuorios en Tenochtitlan, Tlatelolcoy Tenayuca. Entre ellos destacanlos restos de un perro, una cuentaglobular de piedra verde, varias cuen-tas de obsidiana en forma de cabe-za de pato, un anillo de obsidiana,varias miniaturas de puntas de fle-cha de obsidiana y pedernal, peda-zos de copal, además de cordeles dealgodón y palma.

El cadáver también estaba acom-pañado de bienes de uso exclusivode la nobleza. Entre ellos sobresa-len los fragmentos carbonizados decuando menos tres prendas de ves-tir elaboradas con finísimos hilosde algodón y decoradas con broca-dos. Igualmente significativos sonlos numerosos pendientes, hemies-feras y esferas de lámina de oro, pie-

zas que posiblemente estuvieron cosidas a alguna de las pren-das de algodón. También son dignos de mención los cascabelesde cobre y bronce, los fistoles de cobre y los mosaicos de tur-quesa. Estos últimos probablemente formaron parte de una co-rona o de un ornamento nasal. Como es sabido, dichas coronas

Ala este

SepulturaAla norte

N

EL FUNERAL DE UN DIGNATARIO MEXICA / 37

Arriba: Reconstrucción hipotética de la Casa de lasÁguilas, complejo de cuartos construido sobre una

plataforma en forma de letra L. Abajo: La sepulturafue descubierta al pie de la escalinata principal.

DIBUJO: TÉNOCH MEDINA / PROYECTO TEMPLO MAYOR, INAHFOTO: SALVADOR GUILLIEM / PROYECTO TEMPLO MAYOR, INAH

Fragmentos carbonizados de un textil de algodón que originalmente estuvo decorado con finos brocados en forma de grecas. Otros brocados

representan cruces y zigzags.DIBUJO: FERNANDO CARRIZOSA / PROYECTO TEMPLO MAYOR, INAH

Page 3: El funeral de un dignatario mexica - Mesowebtres recipientes cerámicos empleados por los mexicas como ur-nas funerarias. Se trata de tres bellas piezas pertenecientes a épocas diferentes.

y ornamentos eran colocados en los bultos mortuorios de los señores (tetecuhtin) y de los guerreros muertos heroica-mente. Finalmente, durante la exploración se recuperaron doscolmillos recortados intencionalmente. Pertenecen a un jaguaradulto, de acuerdo con la identificación del biólogo Óscar J.Polaco. A nuestro juicio, es verosímil que ambos colmillos ha-yan servido al dignatario como amuletos o como insignias desu poder.

RECONSTRUCCIÓN DEL FUNERAL DEL DIGNATARIO

A partir del análisis de laboratorio pudimos determinar que, an-tes de la cremación, el cadáver del dignatario y su ofrenda su-frieron un proceso sistemático de destrucción intencional.Como consecuencia, buena parte de los restos humanos y ani-males, así como de los artefactos, quedaron reducidos a peque-ños fragmentos que aún conservan las huellas de los impactosrecibidos. No necesitaron o escaparon a la destrucción los ob-jetos diminutos.

En el caso del cadáver, los golpes fueron dados directamen-te sobre los huesos, libres éstos de sus tejidos blandos, pero aúnfrescos. En las zonas de fractura de los huesos largos, las vér-tebras y el cráneo, se descubrieron nítidas hendiduras de unos4 mm y en forma de letra V, seguramente ocasionadas por unhacha de piedra de entre 350 y 500 gr de peso. En otros huesos

se observaron diferentes tipos de fracturas, provocadas por tor-siones y palancas manuales.

El análisis detallado de los huesos puso de manifiesto la au-sencia de huellas de corte que fueran resultado de un presuntodescarnamiento o desmembramiento. Siguiendo lo dicho porSahagún, podríamos especular que el bulto mortuorio fue so-metido a una primera quema que eliminó los tejidos blandosdel cuerpo. Proponemos que al terminar esta cremación, loshuesos y la ofrenda parcialmente consumidos por el fuego fue-ron reunidos y fraccionados con un hacha y con las manos. Estaacción haría más eficaz la segunda quema y, tiempo después,facilitaría la introducción de los restos óseos y de otros objetosdentro de la urna funeraria.

Sea o no correcto nuestro razonamiento, la evidencia arqueo-lógica demuestra que tras su destrucción intencional, los hue-sos y los objetos fueron mezclados metódicamente y arrojadosa una pira al aire libre. En efecto, cuando unimos los diversosfragmentos de un mismo hueso o de un mismo artefacto, ob-servamos que no estuvieron expuestos a la misma intensidadcalórica. Esto se debe a que la temperatura de este tipo de pirasvaría muchísimo de su interior a sus extremos, así como a lolargo de la combustión.

En un paso sucesivo de la ceremonia, una parte de los resi-duos de la pira fue llevada al pie de la escalinata principal de laCasa de las Águilas para su enterramiento en el interior de las

38 / ARQUEOLOGÍA MEXICANA

Urna funeraria en formade botellón, perteneciente

a la llamada vajillapolicroma azteca. Fueproducida a fines del

Posclásico Tardío (1450-1521 d. C.) en la zona deTenochtitlan-Ixtapalapa.

Dibujo en sección que muestralas tres fosas donde los mexicasinhumaron las urnasfunerarias. Las fosas estabanalineadas en sentido este-oeste,siguiendo el curso solar.

FOTO

S: M

ARC

O A

NTO

NIO

PAC

HEC

O /

RAÍ

CES

. DIB

UJO

: TÉN

OC

H M

EDIN

A / P

RO

YEC

TO T

EMPL

O M

AYO

R, I

NAH

Escalinata este de la Casade las Águilas, etapa 4

E O

Urna funeraria en forma de olla-efigie queimita el tipo Tohil Plumbate del suroeste deGuatemala. Data del Posclásico Temprano(900-1200 d. C.) y fue hecha en la Cuenca deMéxico, tal y como lo demuestra el análisis deactivación neutrónica realizado por Hector Neff.

Urna funeraria en forma de vaso cilíndri-co del tipo Anaranjado Delgado. Es de estilo

teotihuacano y fue elaborada a fines del periodo Clásico(550/650-650/750 d. C.) en el sur del actual estado de Puebla.

Page 4: El funeral de un dignatario mexica - Mesowebtres recipientes cerámicos empleados por los mexicas como ur-nas funerarias. Se trata de tres bellas piezas pertenecientes a épocas diferentes.

tres fosas arriba descritas. Dichos residuos estaban compues-tos por una mezcla amorfa de ceniza, huesos, pequeños arte-factos completos y pedazos de artefactos más grandes. De acuer-do con nuestro inventario, faltan muchos fragmentos tanto delesqueleto del personaje como de los objetos que componían laofrenda. Esto puede deberse, por una parte, a que numerosasfracciones quedaron reducidas a cenizas después de su exposi-ción prolongada al fuego y, por la otra, a que ciertos residuostuvieron otro destino diferente al de la inhumación en la sepul-tura: por ejemplo, pudieron haber sido desechados, entregadosa los deudos o ingeridos ritualmente.

En lo que toca al rito de inhumación, logramos distinguirtres momentos consecutivos. En el primero de ellos, se separa-ron de la mezcla en estado incandescente el 95% de los frag-mentos óseos de mayores dimensiones. Inmediatamente des-pués se depositó parte de la mezcla incandescente en el fondode la fosa oriental y en el interior del botellón policromo. El bo-tellón fue introducido entonces en dicha fosa y el conjunto cu-bierto con más mezcla incandescente. Esto produjo quemadu-ras tanto en la pared de la fosa como en las superficies internay externa del botellón. En un segundo momento, se repitió lamisma acción en la fosa central y con el vaso teotihuacano. Paraese entonces, la mezcla ya se había enfriado, por lo que ni lafosa ni este recipiente se quemaron. El tercer paso consistió en depositar dentro de la olla-efigie el 95% de los fragmentosóseos mayores, ceniza fría y agujas de cobre, para colocar acontinuación esta urna en la fosa occidental. Al parecer, ya sehabía acabado la mezcla, por lo que la cavidad tuvo que ser re-llenada con arcilla. Una vez concluida la ceremonia, las tres fo-sas se taparon definitivamente con la tierra y las lajas del pisoanteriormente removidas.

A partir de lo expuesto, podemos formular algunas conclu-siones básicas. Debido a que el cadáver fue cremado, a que en-tre sus restos había huesos de perro, y a que se encontró unacuenta de piedra verde que habría sido colocada dentro de laboca del difunto, es claro que el personaje murió de tlalmiquiz-tli o muerte natural. El rito de incineración tuvo el propósito deliberar el teyolía (una de las tres entidades anímicas) para queemprendiera su viaje al Mictlan. Por otra parte, hay que resal-tar la gran jerarquía de este personaje dentro de la sociedad me-xica, atestiguada tanto por la riqueza de la ofrenda mortuoriacomo por el lugar del enterramiento dentro del Recinto Sagra-do de la capital del imperio. Por desgracia, carecemos de los ele-mentos suficientes para discernir si el individuo en cuestión eraun tecuhtli o un militar de alto rango. Únicamente estamos encondiciones de afirmar que no se trataba de un tlatoani o de uncihuacóatl, pues fray Diego Durán y Hernando Alvarado Tezo-zómoc nos refieren en sus escritos que los dos máximos digna-tarios mexicas eran sepultados en el Templo Mayor o en un edi-ficio ubicado al occidente de este último, el Cuauhxicalco.

______________________________• Juan Alberto Román Berrelleza. Antropólogo físico por la ENAH. Investiga-dor del Museo del Templo Mayor, INAH. Actualmente lleva a cabo investiga-ciones sobre la identificación del sexo de individuos infantiles a partir del DNA.• Leonardo López Luján. Doctor en arqueología por la Universidad de París.Investigador del Museo del Templo Mayor, INAH. Actualmente realiza estu-dios sobre la política y la religión de las sociedades prehispánicas del Centrode México.

EL FUNERAL DE UN DIGNATARIO MEXICA / 39

FOTO

S: M

ARC

O A

NTO

NIO

PAC

HEC

O /

RAÍ

CES

. DIB

UJO

: FER

NAN

DO

CAR

RIZ

OSA

/ PR

OYE

CTO

TEM

PLO

MAY

OR

, IN

AH

Conjunto de fistoles ycascabeles de cobre y bronce

que formaban parte de laofrenda funeraria.

Algunos de los numerosospendientes de lámina de oroque posiblemente decoraban

las prendas de algodón.

Colmillos de jaguar que fueron separadosintencionalmente del cráneo del animal pormedio de un corte entre la raíz y la corona.

Fragmentos cremados del esqueleto deldignatario. Las diferentes tonalidadesseñalan distintos niveles de exposición al fuego.Ciertas áreas de la pira alcanzaron los 950° C,como lo indica el cálculo del punto de fusiónde algunas piezas metálicas fundidas.

Representaciónesquemática de los restos óseosidentificados

(marcados en negro)del dignatario

mexica. En elesquema no serespetan lasproporcionesrelativas de los huesos y

se ofrecen seisvistas del cráneo.

a

a

b

b