El guardameta, tema literario

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El guardameta, tema literario Jesús Castañón Rodríguez Comunicación leída en las II Jornadas de Litertura de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad del País Vasco, San Sebasitán, 1988. "Varios cientos de miles de españoles, a lo mejor millares de miles, aplican sus energías de las lunes, los martes y los miércoles a glosar los lances del partido de fútbol que ya pasó, y sus arrestos de los jueves, los viernes y los sábados a predecir los aconteceres del partido de fútbol que está al caer. Los domingos descansan y van al fútbol: a sufrir o solazarse, honestamente, viendo sufrir a los demás". De esta manera transcurre, según Camilo José Cela, una semana futbolística para los aficionados más apasionados de cualquier equipo (1). El fútbol que ocupa páginas de periódicos, invade las ondas radiofónicas y llena horas de programación televisiva se ha convertido en un fenómeno social seguido por las más diversas esferas de la sociedad, sin distinción de edad, sexo o condiciones de otra índole. A pesar de ello, la producción literaria con temática futbolística es escasa. Muchas de estas composiciones giran en tomo a ese doble aspecto vida-muerte que es el gol. La vida porque da paso a los triunfos, la gloria, la fama para el goleador y al delirio de los aficionados. La muerte se produce en el portero y en los equipos batidos. Un partido tiene los sabores del forcejeo, las fintas, los regates, los pases medidos, la velocidad y el buen control de la pelota. Pero todo ello es poco si no va acompañado de la excitación que produce el gol. Como dijo el periodista José María Múgica: "Un partido sin goles es como la merluza de hotel, le falta sabor". Ante este dilema goleadores-goleados, la visión literaria se ha inclinado más a favor de los segundos que de los primeros. La perspectiva adoptada por los escritores se agrupa en cuatro facetas: las lesiones, la mitología, los valores personales y las vanidades. I Con respecto al primer aspecto, destacan los poemas "Oda a Platko" y "Elegía al guardameta" de Rafael Alberti y Miguel Hernández, respectivamente (2). La oda recalca la lesión que sufre el portero Platko en la final de Copa, que disputaron en Santander el F.C. Barcelona y la Real Sociedad, al salir a los pies del delantero Cholín. La conmoción y la sangre abaten al arquero que se retira unos minutos del terreno de juego para después reaparecer con una gruesa venda en su cabeza. Alberti, presente en el estadio, inmortaliza el percance acaecido en la final del 20 de mayo de 1928. El partido acabaría con victoria mínima del Barcelona con un gol de Samitier, a quien Alberti dedica el poema. Por la noche, la celebración del título reunió en el mismo hotel a los jugadores Platko y Samitier con el cantante Carlos Gardel y los escritores Alberti y José María de Cossío (3). Platko "Elegía al guardameta" plantea la situación de¡ portero del Orihuela que tras una larga estirada para atenazar el balón, muerte al estrellarse contra uno de los postes de la portería. Miguel Hernández se recrea en la acción del salto, la impresionante palomita que sorprende el fotógrafo en el aire y que le permite "tumbarse en el viento para evitar victoria". Al finalizar su plongeon mortal su cabeza choca con uno de los postes, la gorra sale "sale lanzada como oreja tercera" y su estilo deja un extraordinario vacío en la meta del equipo. II La mitología de la figura de¡ cancerbero va a estar ligada a los recuerdos infantiles de los escritores. Es el caso de Pedro Montón Puerto y su "Oda a Zamora", en el que rememora

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Artículo en el que se trata del portero como tema literario

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El guardameta, tema literario

Jesús Castañón Rodríguez

Comunicación leída en las II Jornadas de Litertura de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad del País Vasco, San Sebasitán, 1988.

"Varios cientos de miles de españoles, a lo mejor millares de miles, aplican sus energías de las lunes, los martes y los miércoles a glosar los lances del partido de fútbol que ya pasó, y sus arrestos de los jueves, los viernes y los sábados a predecir los aconteceres del partido de fútbol que está al caer. Los domingos descansan y van al fútbol: a sufrir o solazarse, honestamente, viendo sufrir a los demás".

De esta manera transcurre, según Camilo José Cela, una semana futbolística para los aficionados más apasionados de cualquier equipo (1).

El fútbol que ocupa páginas de periódicos, invade las ondas radiofónicas y llena horas de programación televisiva se ha convertido en un fenómeno social seguido por las más diversas esferas de la sociedad, sin distinción de edad, sexo o condiciones de otra índole. A pesar de ello, la producción literaria con temática futbolística es escasa.

Muchas de estas composiciones giran en tomo a ese doble aspecto vida-muerte que es el gol. La vida porque da paso a los triunfos, la gloria, la fama para el goleador y al delirio de los aficionados. La muerte se produce en el portero y en los equipos batidos. Un partido tiene los sabores del forcejeo, las fintas, los regates, los pases medidos, la velocidad y el buen control de la pelota. Pero todo ello es poco si no va acompañado de la excitación que produce el gol. Como dijo el periodista José María Múgica: "Un partido sin goles es como la merluza de hotel, le falta sabor".

Ante este dilema goleadores-goleados, la visión literaria se ha inclinado más a favor de los segundos que de los primeros. La perspectiva adoptada por los escritores se agrupa en cuatro facetas: las lesiones, la mitología, los valores personales y las vanidades.

I

Con respecto al primer aspecto, destacan los poemas "Oda a Platko" y "Elegía al guardameta" de Rafael Alberti y Miguel Hernández, respectivamente (2).

La oda recalca la lesión que sufre el portero Platko en la final de Copa, que disputaron en Santander el F.C. Barcelona y la Real Sociedad, al salir a los pies del delantero Cholín. La conmoción y la sangre abaten al arquero que se retira unos minutos del terreno de juego para después reaparecer con una gruesa venda en su cabeza. Alberti, presente en el estadio, inmortaliza el percance acaecido en la final del 20 de mayo de 1928. El partido acabaría con victoria mínima del Barcelona con un gol de Samitier, a quien Alberti dedica el poema. Por la noche, la celebración del título reunió en el mismo hotel a los jugadores Platko y Samitier con el cantante Carlos Gardel y los escritores Alberti y José María de Cossío (3).

Platko

"Elegía al guardameta" plantea la situación de¡ portero del Orihuela que tras una larga estirada para atenazar el balón, muerte al estrellarse contra uno de los postes de la portería. Miguel Hernández se recrea en la acción del salto, la impresionante palomita que sorprende el fotógrafo en el aire y que le permite "tumbarse en el viento para evitar victoria". Al finalizar su plongeon mortal su cabeza choca con uno de los postes, la gorra sale "sale lanzada como oreja tercera" y su estilo deja un extraordinario vacío en la meta del equipo.

II

La mitología de la figura de¡ cancerbero va a estar ligada a los recuerdos infantiles de los escritores. Es el caso de Pedro Montón Puerto y su "Oda a Zamora", en el que rememora

los tiempos en que en la plaza de su pueblo jugaba a ser Ricardo Zamora. Mientras el "Divino" despejaba con los codos y escribía en los diarios deportivos, los ecos de sus hazañas llegaban al niño que emulaba sus paradas entre los árboles que servían de improvisado arco. La composición termina con un saludo cargado de admiración ingenua y grave en la que cabe la noble envidia, el saludo, el orgullo propio y el cariño filial como agradecimiento de lo que suponía cada nueva hazaña (4).

III

Henry de Montherlant

Uno de los aspectos más destacados es el de los valores personales que entraña el puesto de portero en un equipo. Requiere una serie de cualidades físicas, técnicas, intelectuales y morales. Una de las literaturas que más lo ha puesto de relieve es la francesa. Montherlant, Prévost o Camus son algunos ejemplos de cómo hacer del deporte un tema literario en lo que tiene de exponente cultural y humano de una época. Con Henry de Montherlant nace la literatura deportiva y su actividad deportiva fue la de ser portero en un equipo de fútbol (5).

Los escritores españoles Wenceslao Fernández Flórez y Ramón Irigoyen coinciden en señalar el carácter contemplativo del guardameta. Para el autor gallego, el portero dispone de tiempo para meditar apoyado en los postes, de ver cómo se suceden choques crueles y pugnas angustiosas por llevar el balón hasta la red, que es uno de los componentes de una definición genial: "un prado con una vaca vista de perfil, ¿no es, aproximadamente, un campo de fútbol con su portería?" (6).

Para el navarro Irigoyen, los tiempos en que acudía a presenciar los partidos de Osasuna le hacen ver que el guardameta, al igual que el poeta, es un ser ocioso, contemplativo. El viaje que realiza en cada encuentro es interior ya que de él depende el éxito de todo el equipo (7).

IV

Otra de las facetas que aparece tratada en obras teatrales es la del submundo de las vanidades, de las palmadas en el hombro, etc. que rodean al fútbol en niveles modesto. Este problema de la "antimitología" de los futbolistas la trata Martínez Mediero en Heroica del domingo. "Pantera Fernández" es un cancerbero de manos blandas que encaja muchos goles y que se encuentra a punto de colgar las botas. A lo largo de la obra se plantea que ha vivido un mundo de vanas esperanzas, de ilusiones frustradas y que ha perdido los años de su juventud para realizar el sueño de su vida: montar un bar con luces de neón y alicatado en las paredes donde los lunes poder comentar a los clientes los goles del domingo en la moviola (8).

El guardameta en los géneros literarios

El tratamiento que ha recibido el tema del guardameta varía según los diferentes géneros: poesía, teatro, periodismo... Según Gallego Morell en cuanto a la temática, la poesía contemporánea nace con el cine, el deporte y la máquina de escribir(9). El deporte aparece como espectáculo y vivencia y es transcendentalizado con un sometimiento del estilo del lenguaje a un gimnasia que hace crujir los vocablos y la sintaxis, que busca instantáneas y detalles para producir sensaciones de ritmo y de velocidad.

Todas estas características se dan en los poemas anteriormente citados, pero uno de los casos más curiosos se produce cuando la frase "Ara un home ha blócat l’ironia amb el llabi esquinçat" adopta la figura de un guardameta atenazando un balón junto a la escuadra de su marco, en un caligrama de Carles Sindreu (10). El Grupo Poético del 27 emplea el asunto deportivo como tema poético y los vanguardistas catalanes lo someten a las más diversas formas de composición.

El teatro no va a centrarse en la figura individual del arquero, sino que va a ser una pieza más del complejo entramado que constituye un equipo de fútbol.

El periodismo va hace más hincapié en la figura del meta. Generalmente, uno de los aspectos más destacados hace referencia a las actuaciones, puesto que de este último hombre dependen los éxitos de un club.

El guardameta en la literatura vasca

Tradicionalmente, la literatura vasca sobre fútbol se ha dedicado a resaltar más el aspecto social que a destacar a los jugadores individuales. Es el caso de la novela Chiripi de Juan Antonio de Zunzunegui (11), que hace referencia al ambiente futbolístico de Bilbao en los años veinte, y de la obra teatral Fútbol del guipuzcoano José María Bellido Comerzana, en la que el balompié sirve de lenguaje metafórico para tocar preocupaciones de mayor alcance (12).

En el caso del periodismo se ha cantado al triunfo colectivo y se ha hecho especial hincapié en el aspecto social en detrimento de la mitología individual. Principio que ha vuelto a ocurrir con los recientes títulos obtenidos por el Athletic Club de Bilbao y la Real Sociedad. Sin embargo, la gran paradoja se encuentra en que se ha destacado más a los goleadores que a los porteros, precisamente en una tierra en la que abundan los buenos guardametas. Quizá las excepciones son José Ángel Iríbar y Luis Arconada tras batir amplias marcas de actuaciones con sus respectivos equipos y con la Selección. Calificativos como "El Chopo" o el "Ángel volador" son algunas de las contribuciones del periodismo a la mitología que siempre rodea al fútbol.

También es importante destacar, que en el País Vasco se ha forjado un estilo particular de contar el fútbol y en ella nacieron periódicos deportivos de relevancia, como Marca, cuyo primer número salió hace cincuenta años en San Sebastián. Los balcones de su redacción asomaban al Urumea y se imprimía en una casa de papeles pintados en Bilbao (13).

Además, destaca la ausencia de novelas que traten el tema del guardameta de forma amplia.

Conclusión

De todo lo expuesto hasta ahora se desprende que la poesía es el género que más atención ha dedicado a los guardametas. La posible causa de este hecho reside en que tanto los poetas como los guardametas son seres contemplativos y que la poesía es un género que se presta mucho para resaltar los matices, detalles y acciones que un portero -como seilala José Angel Iríbar- observa y analiza desde la atalaya privilegiada de su área. El meta resulta un personaje singular que le hace diferente al resto de los puestos de un equipo.

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Notas

(1) Cf. CELA, Camilo José, Once cuentos de fútbol, Editora Nacional, Madrid, 1963. pág. 81.

(2) Cf. ALBERTI, Rafael, "Oda a Platko" en Poesías Completas, Buenos Aires, 1961, y HERNÁNDEZ, Miguel, "Elegía la guardameta" en Obras Completas, Buenos Aires, 1960.

(3) Cf. GALLEGO MORELL, Antonio. " Un guardameta en la poesía española, ABC, Madrid, 22 de febrero de 1959 y Literatura de tema deportivo, Prensa Española, Madrid, 1969, pág. 109-110 y 121-125.

(4) Cf. MONTÓN PUERTO, Pedro, "Oda a Ricardo Zamora", Cuaderno de poesía al deporte I, Sevilla, 1967, págs. 39-40.

(5) La literatura deportiva francesa pretende configurar una restauración del helenismo que convierte al deporte moderno en escuela de formación moral y la vida al aire libre en una modernizada bucólica. En ella participan numerosos escritores pero destacan de modo especial Montherlant en los periódicos L’Auto y L'Echo des Sports y su obra Las Olímpicas, Prévost con su obra Plaisir des Sports y las consideraciones morales Camus que también fue guardameta. Cf. CAMUS, Albert, El primer hombre, Tusquets, Barcelona, 1994; CASTAÑÓN RODRÍGUEZ, Jesús, Creación literaria y fútbol, Valladolid, 1991, págs. 47-55;

MONTHERLANT, Henry de, Las Olímpicas, Nuevo Arte Thor, Barcelona, 1983.

(6) Cf. FERNÁNDEZ FLÓREZ, Wenceslao, De portería a portería, en Obras Completas, Madrid, tomo VII, pág. 505.

(7) Cf. IRIGOYEN, Ramón, "Mis tardes bajo los palos", Diario 16, Madrid 21 de junio de 1982.

(8) Cf. MARTÍNEZ MEDIERO, Manuel, Heroica del domingo, Fundamentos, Madrid, 1984.

(9) Cf. GALLEGO MORELL, Antonio, Literatura de tema deportivo, Prensa Española, Madrid, l969, pág. 108.

(10) Cf . SINDREU, Carles, "Futbol", Radiacions i poemes, Barcelona, 1928, pág. 94.

(11) Cf. ZUNZUNEGUI, Juan Antonio de, Chiripi, en Obras Completas, Noguer, Barcelona, 1969.

(12) Cf. BELLIDO COMERZANA, José María, Fútbol, en Primer Acto número 56, Madrid, 1964, págs. 9-48.

(13) Cf. CASTAÑÓN RODRÍGUEZ, Jesús, El lenguaje periodístico del fútbol, Universidad de Valladolid, 1994, pags. 41-50 y 69-71.