EL HIJO DE LA MANO DERECHA - Carpa · 2019-12-23 · Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro...

EL HIJO DELA MANO DERECHA

Miércoles, 12 de agosto de 1998(Tercera actividad)

Reynosa, Tamaulipas, México

Es nuestra intención hacer una transcripción fiel yexactadeesteMensaje,talcomofuepredicado;por lotanto, cualquier error en este escrito es estrictamenteerrordeaudición,transcripcióne impresión,ynodebeinterpretarsecomoerroresdelMensaje. El texto contenido en esta conferencia puede serverificadoconlasgrabacionesdelaudioodelvideo. Este folleto debe ser usado solamente parapropósitospersonalesdeestudiohastaqueseapublicadoformalmente.

NOTA AL LECTOR

Notas

Dr. William Soto Santiago34

Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, que se sentó a la diestra de Dios, el Hijo de la mano derecha de Dios, sean sobre todos ustedes y sobre mí también; y pronto seamos todos completados, sea completado el Cuerpo Místico de Cristo pronto, y pronto seamos transformados y llevados a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo en cuerpos glorificados, iguales al cuerpo de nuestro amado Señor Jesucristo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén. “EL HIJO DE LA MANO DERECHA”.

EL HIJO DE LA MANO DERECHA

Dr. William Soto SantiagoMiércoles, 12 de agosto de 1998

(Tercera actividad)Reynosa, Tamaulipas, México

Muy buenas noches, amables amigos y hermanos presentes aquí en Reynosa, Tamaulipas, República

Mexicana. Es para mí una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Para lo cual quiero leer en el libro o carta de San Pablo a los Hebreos, capítulo 1, versos 1 en adelante, 1 al 14, donde dice: “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la


diestra de la Majestad en las alturas, hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos. Porque ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Mi Hijo eres tú, Yo te he engendrado hoy, y otra vez: Yo seré a él Padre, Y él me será a mí hijo? Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle todos los ángeles de Dios. Ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus, Y a sus ministros llama de fuego. Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de equidad es el cetro de tu reino. Has amado la justicia, y aborrecido la maldad, Por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a tus compañeros. Y: Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, Y los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán, mas tú permaneces; Y todos ellos se envejecerán como una vestidura, Y como un vestido los envolverás, y serán mudados; Pero tú eres el mismo, Y tus años no acabarán. Pues, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus

El Hijo dE la mano dErEcHa 33

“121. Pero cuando nuestro Señor aparezca sobre la Tierra, Él vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, y será completamente Emmanuel —la Palabra de Dios encarnada en un hombre”. El Verbo, el Ángel del Pacto, la Palabra de Dios encarnada en un hombre, o sea, en Su Ángel Mensajero, en este tiempo final, como la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, para adoptar a Su Ángel Mensajero en este Día Postrero y adoptar a todos los hijos e hijas de Dios, dándonos un cuerpo eterno y glorioso, transformando nuestros cuerpos en este tiempo final, para ir luego a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo, y luego regresar a la Tierra como reyes y sacerdotes, y reinar con Cristo por mil años y luego por toda la eternidad, en ese glorioso Reino Milenial, en ese glorioso Reino Mesiánico que estará establecido en este planeta Tierra en el séptimo milenio, gobernando sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones. Ha sido para mí un privilegio muy grande estar con ustedes dándoles testimonio de “EL HIJO DE LA MANO DERECHA”. ¿Y dónde están los que verían al Hijo de la mano derecha manifestado en este tiempo final? Pues aquí estamos en Reynosa, Tamaulipas, México, y en diferentes lugares de la República Mexicana, y en los diferentes países de la América Latina y el Caribe, viendo EL HIJO DE LA MANO DERECHA del Señor Jesucristo en este tiempo final: el Ángel del Señor Jesucristo; así como dos mil años atrás vimos el Hijo de la mano derecha de Dios, el cual obtendría la victoria muriendo y resucitando, y ascendiendo al Cielo victorioso y sentándose a la diestra de Dios en el Trono de Dios en el Cielo.


se sentó en la diestra de Dios en el Cielo, en el Trono de Dios en el Cielo, en donde recibió todo poder y autoridad en el Cielo y en la Tierra; y recibió también un nombre nuevo. Y ahora, en el Reino de Jesucristo, para el Reino Milenial, el Hijo de la mano derecha de Jesucristo es el Ángel Mensajero de Cristo. “Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”. (Apocalipsis 22, verso 16). Y Apocalipsis 22, verso 6, dice: “Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para (manifestar) a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”. ¿A quién ha enviado? A Su Ángel Mensajero. Por eso por medio de Su Ángel Mensajero encontraremos la manifestación de Jesucristo del Día Postrero, la manifestación del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, de Jesucristo en Espíritu Santo manifestado en carne humana en Su Ángel Mensajero. Por eso veremos al Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19 viniendo manifestado en Su Ángel Mensajero en el Día Postrero, así como estuvo la manifestación del Padre celestial en Jesucristo, el Hijo de la mano derecha, en Su ministerio terrenal. Ahora la manifestación de Jesucristo en Espíritu Santo estará en Su Ángel Mensajero, el Hijo de Jesucristo de Su mano derecha; y por eso es que Jesucristo estará manifestado por medio de Su Ángel Mensajero como el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19; y dijo el precursor de la Segunda Venida de Cristo en la página 256 del libro de Los Sellos, en español:


pies? ¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?”. Para esta ocasión nuestro tema es: “EL HIJO DE LA MANO DERECHA”. “EL HIJO DE LA MANO DERECHA”. Conforme a las Escrituras, Dios sentaría en Su Trono, a Su diestra, a Su Hijo. Y ahora pregunta: “¿A cuál de los ángeles dijo Dios: Siéntate a mi diestra, en tanto que pongo a Tus enemigos por estrado de Tus pies?”. Pues a ninguno de los ángeles, sino solamente a nuestro amado Señor Jesucristo sentó Dios en el Cielo, en el Trono de Dios del Cielo. Por eso es que Jesús, sabiendo, conociendo este misterio, conociendo que Él se sentaría en el Trono de Dios en el Cielo, en San Mateo, capítulo 26, verso 63 al 67, cuando el sumo sacerdote quiso saber si Jesús era el Cristo, el Hijo del Dios viviente, no para decir que creía en Él sino para condenarlo y sentenciarlo a muerte…; vean ustedes, dice: “Mas Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios. Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo. Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora mismo habéis oído su blasfemia. ¿Qué os parece? Y respondiendo ellos (o sea, los del Concilio del Sanedrín, que son los del Concilio de


la religión hebrea, los cuales eran setenta grandes sabios teólogos, doctores en divinidad), dijeron (¿qué dijeron?): ¡Es reo de muerte!”. O sea, que era digno de muerte porque había dicho que era el Hijo de Dios y que lo verían sentado a la diestra en el Trono de Dios. Dando a conocer esa verdad tan grande de que Él sería el que se sentaría en el Trono de Dios en el Cielo, cada uno debió de decir: “Pues ten misericordia de nosotros”. Pero no lo reconocieron; no reconocieron esa verdad divina que sería cumplida en Jesús cuando muriera, resucitara y ascendiera al Cielo y se sentara en el Trono de Dios en el Cielo, a la diestra de Dios, a la diestra del poder de Dios. Por eso fue que Jesús luego de resucitado dijo1: “Todo poder me es dado en el Cielo y en la Tierra”. ¿Por qué? Porque se sentó a la diestra de Dios en el Cielo. Ningún ángel, ningún mensajero se podía sentar en ese Trono de Dios en el Cielo, solamente Jesucristo el Hijo de Dios, el Primogénito de Dios y Primogénito de entre los muertos; y por esa causa, Él estando aquí en la Tierra hablaba en esa forma, sabiendo quién Él era y dónde se sentaría. Ahora, el diablo le ofreció el trono aquí en la Tierra, el trono del reino de los gentiles; ese trono que ha venido pasando de Nabucodonosor al imperio medo-persa, y del imperio medo-persa al imperio de Grecia, y del imperio de Grecia al imperio romano, ese fue el trono que el diablo le ofreció a Cristo pero Cristo lo rechazó2. ¿Por qué? Porque Él no se sentaría en ese trono, sino que Él se sentaría en el Trono del Padre en el Cielo. Y luego, para el glorioso 1 San Mateo 28:182 San Mateo 4:8-10, San Lucas 4:5-8


Y ahora podemos ver cómo por medio de la manifestación del Ángel del Pacto a través de Su Ángel Mensajero viene la bendición de la mano derecha y la bendición de la mano izquierda; porque las tendrá —esas bendiciones— Cristo manifestadas en Su Ángel Mensajero, porque ese Ángel es el de la mano derecha del Señor Jesucristo y también el de la mano izquierda del Señor Jesucristo. José representa a Cristo, y tenía José a su derecha a Efraín y a su izquierda a Manasés. Y ahora, vean ustedes cómo también Cristo tendrá a Su Iglesia con Su Ángel Mensajero a la derecha, y tendrá a Su izquierda al pueblo hebreo, 144.000 hebreos; y también a Su Ángel Mensajero encabezando ese movimiento milenial que en este Día Postrero en medio del pueblo hebreo será manifestado; porque esa bendición de la mano derecha corresponde al Ángel del Señor Jesucristo en este Día Postrero, y también la bendición de la mano izquierda para ser manifestada en favor del pueblo hebreo. Con la mano derecha echa Cristo la bendición a través de Su Ángel Mensajero a Su Iglesia gentil, y con la mano izquierda al pueblo hebreo; y todo esto manifestado por medio de Su Ángel Mensajero, que es el Ángel de la mano derecha del Señor Jesucristo y también de la izquierda, de la mano izquierda del Señor Jesucristo. Ahora, hemos visto EL HIJO DE LA MANO DERECHA del Señor Jesucristo, así como vimos también el hijo de la mano derecha de José, que fue Efraín, y de la mano derecha de Jacob (o sea, de Israel), que fue también Efraín. Y también hemos visto el Hijo de la mano derecha de Dios, que ha sido nuestro amado Señor Jesucristo, el cual


Y los bendijo aquel día, diciendo: En ti bendecirá Israel, diciendo: Hágate Dios como a Efraín y como a Manasés. Y puso a Efraín antes de Manasés”. Ahí podemos ver quién es el hijo de la mano derecha de José y de la mano derecha de Jacob: es Efraín, el cual ahí representa también a la Iglesia del Señor Jesucristo; y Manasés representa al pueblo hebreo. El pueblo hebreo al rechazar a Cristo en Su Primera Venida perdió esa bendición, la cual por medio de la Cruz de Cristo…; así como por medio de la cruz que hizo Jacob, colocando sus manos en forma de cruz, pasó la bendición que era para el mayor, la pasó al menor, a Efraín; y así, por medio de la Cruz de Cristo, pasó la bendición que venía para Israel (la cual el pueblo hebreo rechazó), la pasó a Su Iglesia gentil, la Bendición de la Primogenitura. Por lo tanto la bendición mayor está para la Iglesia del Señor Jesucristo; y luego también hay una bendición para el pueblo hebreo, el cual en este Día Postrero recibirá esa bendición, en el tiempo en el cual nosotros vivimos, en donde Cristo, el Ángel del Pacto, se revelará y echará esa bendición también sobre el pueblo hebreo. Pero antes sobre Su Iglesia gentil, por medio de la manifestación de Cristo, del Ángel del Pacto, a través de Su Ángel Mensajero, para así los escogidos de entre los gentiles (representados en Efraín) recibir la Bendición de la Primogenitura siendo materializada, y así obtener la transformación de nuestros cuerpos y obtener la posición de reyes y sacerdotes en el glorioso Reino de nuestro amado Señor Jesucristo. Pero también 144.000 hebreos recibirán la bendición de Cristo, el Ángel del Pacto, por medio de la manifestación de Cristo, el Ángel del Pacto, a través de Su Ángel Mensajero en este tiempo final.


Reino Milenial, se sentaría en el Trono de David; porque el Reino de David y Trono de David será restaurado para el glorioso Reino Milenial, en donde Cristo se sentará en el Trono de David aquí en la Tierra. Ahora, Cristo cuando ascendió al Cielo se sentó en el Trono del Padre, pero aquí en la Tierra Cristo tiene un trono: ese es el Trono de David. Ese es el Trono del cual Cristo habla en Apocalipsis, capítulo 3, verso 21, en donde Él dice y hace una promesa grande (veamos Apocalipsis, capítulo 3, verso 21): “Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”. Así como Cristo venció: murió, resucitó y ascendió al Cielo victorioso, y se sentó en el Trono del Padre en el Cielo, a la diestra de Dios, ahora Cristo hace esa misma promesa al Vencedor, para sentarlo en Su Trono aquí en la Tierra, que es el Trono de David. Por eso es que, así como el Padre le dio todo poder en el Cielo y en la Tierra cuando se sentó en el Trono del Padre en el Cielo, ahora al Vencedor Cristo le dará también poder, como el Padre le dio poder allá en el Cielo. Ahora vean, lo mismo que hizo el Padre con Jesús es lo que Jesús hace con el Vencedor, para sentarlo en ese glorioso Trono con Él, en el glorioso Reino Milenial de Cristo. Vean, en Apocalipsis, capítulo 2, verso 26 al 28, dice: “Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro (o sea, las gobernará, las regirá, con vara de hierro), y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre…”.


Como Cristo recibió esa autoridad y poder del Padre, ahora Cristo le dará ese poder y esa autoridad en Su glorioso Reino, ¿a quién? Al Vencedor. Por eso es que dice Cristo en Apocalipsis, capítulo 21, verso 7: “El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo”. Ahora, al Vencedor Cristo aquí promete darle por heredad todas las cosas; y dice: “… y yo seré su Dios, y él será mi hijo”. Ahora, así como el Padre adoptó a Su Hijo Jesucristo, y lo sentó en el Trono en el Cielo, ahora Jesucristo adoptará un hijo Suyo, un mensajero vencedor, en el Día Postrero, en el séptimo milenio, y lo colocará con Él en Su Trono. Y así como cuando Cristo ascendió al Cielo… Vean ustedes, Él recibió un nuevo nombre; en Apocalipsis, capítulo 3, verso 12, dice: “Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo”. Ahora vean, va a escribir el Nombre de Dios sobre el Vencedor, y el Nombre de la Ciudad de nuestro Dios, y Su Nombre Nuevo. El Nombre de nuestro Dios, Nombre de la Ciudad de nuestro Dios y Nombre Nuevo del Señor Jesucristo es el Nombre Eterno de Dios. Y ahora, Cristo recibió ese Nombre Nuevo cuando ascendió al Cielo victorioso, y ahora, en Apocalipsis, capítulo 2, verso 17, en Su Venida…; porque la Venida de Cristo para el Día Postrero es la Venida de la Piedra no cortada que vio Daniel en la interpretación que le dio


Entonces Israel (o sea, Jacob) extendió su mano derecha, y la puso sobre la cabeza de Efraín (sobre la cabeza de aquel que estaba a la mano derecha de José)…”. O sea que Jacob tuvo que cruzar su mano, así, para colocar su mano derecha sobre la cabeza de Efraín, que estaba a la mano derecha de José. “… y la puso sobre la cabeza de Efraín, que era el menor, y su mano izquierda sobre la cabeza de Manasés, colocando así sus manos adrede, aunque Manasés era el primogénito”. Ahora vean cómo quedó Efraín a la mano derecha de José y también quedó bajo la mano derecha de Jacob, de Israel. Así que Efraín es el hijo de la mano derecha de José y de la mano derecha de Jacob también, de Israel. “Y bendijo a José, diciendo: El Dios en cuya presencia anduvieron mis padres Abraham e Isaac, el Dios que me mantiene desde que yo soy hasta este día, el Ángel que me liberta de todo mal, bendiga a estos jóvenes; y sea perpetuado en ellos mi nombre, y el nombre de mis padres Abraham e Isaac, y multiplíquense en gran manera en medio de la tierra. Pero viendo José que su padre ponía la mano derecha sobre la cabeza de Efraín, le causó esto disgusto; y asió (o sea, agarró la mano) la mano de su padre, para cambiarla de la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés. Y dijo José a su padre: No así, padre mío, porque éste es el primogénito; pon tu mano derecha sobre su cabeza (o sea, pon tu mano derecha sobre la cabeza de Manasés). Mas su padre no quiso, y dijo: Lo sé, hijo mío, lo sé; también él vendrá a ser un pueblo, y será también engrandecido; pero su hermano menor será más grande que él, y su descendencia formará multitud de naciones.


y bendijo a Manasés con la bendición que le correspondía al segundo, y bendijo a Efraín con la bendición que le correspondía al primero: colocó Jacob la mano derecha sobre la cabeza de Efraín y la mano izquierda sobre la cabeza de Manasés. Y el hijo de José de la mano derecha… Vean ustedes, vamos a ver bien en el Génesis, capítulo 48, versos 12 en adelante; dice: “Entonces José los sacó de entre sus rodillas…”. O sea, José, a Efraín y a Manasés, los sacó de entre sus rodillas, pues los tenía sentados en sus rodillas cuando fue a donde Jacob, el cual ya estaba anciano y cerca de su muerte; y fue donde su padre Jacob para que les echara la bendición a sus hijos, y a él, la Bendición de la Primogenitura. “Entonces José los sacó de entre sus rodillas, y se inclinó a tierra. Y los tomó José a ambos, Efraín a su derecha (¿Quién era el hijo de la mano derecha de José? Efraín; aunque era el menor, pero fue colocado por José en su mano derecha), a la izquierda de Israel (o sea, a la izquierda de Jacob)…”. Porque José con sus hijos estaba frente a su padre Jacob, y por consiguiente el que estaba a la mano derecha de José, el cual José tenía a su mano derecha, era Efraín, que era el menor, y quedaba frente a la mano izquierda de Jacob; por eso dice que estaba a la mano derecha de José y a la izquierda de Jacob. “… a la izquierda de Israel…”. “… y los acercó a él”. Dice: “… y Manasés a su izquierda (o sea, a la izquierda de José), a la derecha de Israel (o sea, a la derecha de Jacob); y los acercó a él.


al sueño de Nabucodonosor (en el capítulo 2, verso 30 al 45), en donde dice que el rey vio una piedra no cortada de manos, cortada del monte, la cual vino e hirió a la imagen en los pies de hierro y de barro cocido y los desmenuzó. Los pies de hierro y de barro cocido es el reino del anticristo en el Día Postrero; es el reino de los gentiles, en donde el anticristo (en donde estará el diablo encarnado en un hombre de este tiempo final) estará gobernando; el anticristo, en el cual estará el diablo, estará gobernando el reino de los gentiles en el tiempo final. Ese fue el reino que el diablo le ofreció a Cristo, pero Cristo lo rechazó. En esa etapa o en ese tiempo de Jesucristo estaba en las piernas de hierro, y en este tiempo final estaría en los pies de hierro y de barro cocido. En la etapa de los pies de hierro crucificó a Cristo; pero en la etapa de los pies de hierro y de barro cocido, la Piedra no cortada de manos —que es la Segunda Venida de Cristo— herirá ese imperio de los gentiles, el reino de los gentiles, en los pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzará. Ahora, en las piernas de hierro, que era el imperio romano en el tiempo de Jesús, vean ustedes, fue el imperio romano el que crucificó a Cristo a petición del pueblo hebreo. Y ahora, vean cómo para la Venida de Cristo para el tiempo final, que será la Piedra - la Venida de esa Piedra no cortada de manos…; en Apocalipsis, capítulo 2, verso 17, encontramos que esa Piedrecita blanca viene con un nombre que ninguno entendía sino aquel que lo recibe. Dice Apocalipsis, capítulo 2, verso 17: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido…”.


Ese Maná escondido está representado en el maná que fue colocado en el lugar santísimo allá en el templo que construyó el profeta Moisés. Y el templo que construyó el profeta Moisés y el templo que construyó el rey Salomón representan a la Iglesia del Señor Jesucristo y representan también al Templo que está en el Cielo. El Lugar Santísimo del Templo que está en el Cielo es el lugar del Trono de Dios en el Cielo, y el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo es la Edad de la Piedra Angular; y es ahí donde está el Maná escondido, la revelación de la Segunda Venida de Cristo, para ser dada a conocer a los hijos e hijas de Dios, para comer de esa revelación, de ese Maná escondido, en este tiempo final. Y al que venciere Él le dará de ese Maná escondido: al Ángel Mensajero Vencedor, que estará en el tiempo final, le dará la revelación de la Segunda Venida de Cristo para él darla a todos los hijos e hijas de Dios en la Casa de Dios; porque ese Vencedor es el siervo fiel y prudente al cual puso su Señor sobre Su Casa para que les dé el Alimento a tiempo. Y dice3: “¿Quién es el siervo fiel y prudente, al cual puso su Señor sobre Su Casa para que les dé el Alimento a tiempo? De cierto os digo que cuando su Señor venga y le halle haciendo así (o sea, alimentando a los hijos de Dios con la Palabra de Dios, el Mensaje de Dios para este tiempo final), de cierto os digo que sobre todos Sus bienes le pondrá”. O sea, le sentará en Su Trono, y le dará autoridad y poder sobre todas las naciones, y será Su administrador. En San Lucas y San Marcos, cuando presenta al siervo fiel y prudente, lo presenta como el mayordomo fiel y 3 San Mateo 24:45-47


mano derecha de Cristo; el de la mano derecha del Señor Jesucristo, que se sentará con Cristo en Su Trono y reinará con Él durante el Reino Milenial. Y con Cristo y Su Ángel de la mano derecha, también reinarán —con Cristo— todos los redimidos de Jesucristo, con los siete ángeles mensajeros del Señor Jesucristo y los apóstoles San Pedro y demás apóstoles del Señor Jesucristo. Ahora, hemos visto el misterio de EL HIJO DE LA MANO DERECHA. Ese es el Ángel del Señor Jesucristo. Él es el Hijo de la mano derecha y también de la mano izquierda, porque él viene con los ministerios de Moisés y de Elías, que son los ministerios de la mano derecha y de la mano izquierda; para Cristo usarlo en Su Obra correspondiente a este Día Postrero y luego adoptarlo transformándolo, transformando su cuerpo y dándole un cuerpo eterno, y también dándoles un cuerpo eterno a todos los hijos e hijas de Dios que estarán en la Edad de la Piedra Angular. Porque para los hijos de Dios de la Edad de la Piedra Angular es que vendrá la transformación de nuestros cuerpos; y por eso nos da la fe para ser raptados, que es la fe, la revelación, de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo. Ahora, hemos visto el misterio de EL HIJO DE LA MANO DERECHA, así como también vimos que Jesús es el Hijo de la mano derecha de Dios, el cual se sentó a la diestra de Dios en el Cielo, en el Trono de Dios en el Cielo. Y así como también, cuando Jacob fue a bendecir a José, bendijo a sus hijos (los hijos de José) Efraín y Manasés;


y tienen que ser reyes; y esos son los reyes y sacerdotes redimidos por la Sangre de Cristo, o sea, los hijos e hijas de Dios, los redimidos por la Sangre de Cristo, que han creído en Cristo como nuestro Salvador, han lavado sus pecados en la Sangre de Cristo y han recibido el Espíritu de Cristo. “Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años (y vivieron y reinaron con Cristo, ¿cuánto?, mil años). Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años (y luego, por toda la eternidad)”. Ahora podemos ver que no solamente el Ángel del Señor Jesucristo estará con Cristo en ese glorioso Reino Milenial reinando, sino que también estarán todos los redimidos con la Sangre de Jesucristo, que han sido hechos reyes y sacerdotes para reinar con Cristo durante el Reino Milenial. Pero el Hijo de Jesucristo, de la mano derecha, es el Ángel del Señor Jesucristo. Ahora, todos los redimidos por la Sangre de Cristo, que han lavado sus pecados en la Sangre de Cristo recibiendo a Cristo como nuestro Salvador y recibiendo Su Espíritu Santo, son primogénitos de Dios, son hijos e hijas de Dios. Pero de entre todos esos hijos e hijas de Dios, que han nacido de nuevo y han nacido en el Reino de Dios en la Iglesia de Jesucristo, uno de ellos será el de la


prudente al cual su Señor pondrá sobre todos Sus bienes. ¿Por qué? Porque lo colocará para estar con Cristo en el glorioso Reino Milenial, reinando y gobernando con Cristo en ese glorioso Reino. Ahora, vean ustedes, dice que le dará a comer del Maná escondido, o sea, de la revelación de la Segunda Venida de Cristo, como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo. Para las siete edades de la Iglesia gentil que ya han transcurrido, la revelación era la revelación de la Primera Venida de Cristo como el Cordero de Dios quitando el pecado del mundo allá en la Cruz del Calvario. Y esa revelación también nosotros la tenemos en este tiempo final; pero durante las siete etapas o edades de la Iglesia gentil, durante estos dos mil años que han transcurrido, no tenían la revelación de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá; porque esa revelación, que es el Maná escondido que estaría en el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, en la Edad de la Piedra Angular, sería dado a comer a los hijos e hijas de Dios con el Ángel Mensajero del Día Postrero, el cual es el siervo fiel y prudente que estaría dando ese alimento espiritual a todos los hijos de Dios ¿dónde? En la Casa de Dios, que es la Iglesia del Señor Jesucristo. Y ahora, dice [Apocalipsis 2:17]: “… y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe”. Ese Nombre Nuevo de la Piedrecita blanca, siendo que la Piedrecita blanca es la Segunda Venida de Cristo, el Nombre Nuevo de esa Piedrecita blanca es el Nombre Nuevo del Señor Jesucristo, y ese es el Nombre Eterno de Dios.


Ahora vemos aquí que Cristo le dará al Vencedor esa Piedrecita blanca, o sea, la Segunda Venida de Cristo; y con la Segunda Venida de Cristo viene el Nombre Nuevo del Señor Jesucristo, que es el Nombre Eterno de Dios y Nombre de la Nueva Jerusalén. Y ahora, el Ángel del Pacto o Ángel de Jehová, en el Antiguo Testamento, en el libro del Éxodo, capítulo 23, versos 20 en adelante, es el que tiene ese Nombre Eterno de Dios. Dice así, capítulo 23, verso 20 al 23, del Éxodo: “He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado. Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él”. ¿Dónde está el Nombre de Dios? En el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, que es el mismo Dios en Su cuerpo teofánico. Así como el nombre de cada uno de ustedes ¿dónde está? En el cuerpo suyo, que nació por medio de su papá y de su mamá; y cuando nació ese cuerpecito, fueron y lo inscribieron con el nombre que ellos le dieron. Y ahora, Dios ha colocado Su Nombre en el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, que es el cuerpo teofánico de Dios en el cual Dios ha estado manifestado y desde el cual Dios ha creado los Cielos y la Tierra, y a través del cual Dios se ha manifestado en el Antiguo Testamento y les ha aparecido a los profetas del Antiguo Testamento; y les ha aparecido en forma visible en muchas ocasiones, y ellos han dicho que es un varón, un hombre, de otra dimensión, el cual les ha hablado a ellos; pero ellos han reconocido que es Dios, el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová. Vean, aquí en el libro del Génesis, capítulo 32, tenemos


Ahora podemos ver que también todos los redimidos por Cristo son reyes y sacerdotes, porque Él nos ha redimido con Su Sangre preciosa y nos ha hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes. Apocalipsis, capítulo 1, da testimonio de esta verdad, de que hemos sido hechos reyes y sacerdotes; vean, capítulo 1 de Apocalipsis, versos 5 en adelante, dice: “… y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén”. Y en el capítulo 5 del Apocalipsis, versos 8 en adelante, dice: “Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos; y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra”. Reinaremos sobre la Tierra en ese glorioso Reino Milenial de Cristo, ¿cómo? Como reyes y sacerdotes con Cristo. En Apocalipsis, capítulo 20, también nos da testimonio Dios de esta verdad diciendo: capítulo 20, verso 4 en adelante, del Apocalipsis: “Y vi tronos…”. Y si él vio tronos, pues alguien se sentará en esos tronos,


y gloria el Hijo del Hombre en Su Reino, y vendría con Sus Ángeles5; y dondequiera que esté el Hijo del Hombre manifestado en el Día Postrero, ahí estarán Sus Ángeles, que son los ministerios de Moisés y Elías, uno a cada lado. Ahora, donde estén los ministerios de Moisés y Elías y de Jesús, ahí estarán los ministerios de la derecha y de la izquierda, que estarán en el glorioso Reino Milenial de Cristo, manifestando ese poder y esos ministerios durante el Reino Milenial de nuestro amado Señor Jesucristo. Ahora, podemos ver que esta es una promesa para ser cumplida en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular, en aquel que se sentará con Cristo en Su Trono y reinará con Él. “Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi Trono; así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en Su Trono”. O sea que durante el Reino Milenial de Cristo, en donde Cristo estará reinando sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones, con Él estará también el Vencedor, el Ángel del Señor Jesucristo, el cual es enviado en este tiempo final. Apocalipsis 22, verso 16, dice: “Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”. Ese es el Enviado del Señor Jesucristo, ese es el Hijo de Jesucristo de Su mano derecha, para sentarse en el Trono con Cristo y reinar con Cristo durante el Reino Milenial; y con Él todos reinaremos durante ese Reino Milenial, porque Cristo nos ha hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos con Cristo por mil años y luego por toda la eternidad.5 San Mateo 24:30-31, San Marcos 13:26-27; San Lucas 21:27


un caso muy importante; y es el caso de Jacob, cuando se encontró con el Ángel de Jehová y luchó con Él toda la noche. Capítulo 32 del Génesis, versos 22 en adelante, dice: “Y se levantó aquella noche, y tomó sus dos mujeres, y sus dos siervas, y sus once hijos, y pasó el vado de Jaboc. Los tomó, pues, e hizo pasar el arroyo a ellos y a todo lo que tenía. Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón (o sea, un hombre) hasta que rayaba el alba. Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba. Y dijo (el Ángel): Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices”. Y esa es la forma de uno agarrarse bien de Dios: agarrarse en tal forma que uno no deja a Dios hasta recibir las bendiciones de Dios. “Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob. Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido. Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí. Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma”. Vio a Dios cara a cara cuando vio a ese varón, que es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, un hombre de la sexta dimensión, un hombre de otra dimensión. Ese hombre de otra dimensión es el mismo Dios en Su cuerpo


teofánico, llamado también el Ángel del Pacto o Ángel de Jehová. Por eso es que cuando le apareció al profeta Moisés en el capítulo 3, verso 1 en adelante, dice [Éxodo]: “Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios. Y se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema. Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es. Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre (o sea, el Dios de Amram, el padre de Moisés), Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios. Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo. El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen. Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que


ver con el Reino de Dios y la posición que ellos querían ocupar en el Reino de Dios. Dice San Mateo, capítulo 20, verso 20 al 23, de la siguiente manera: “Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, postrándose ante él (o sea, postrándose ante Jesús) y pidiéndole algo. Él le dijo: ¿Qué quieres? Ella le dijo: Ordena que en tu reino (o sea, en ese Reino Milenial) se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda. Entonces Jesús respondiendo, dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo he de beber, y ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? Y ellos le dijeron: Podemos”. Porque una persona que está buscando la bendición de Dios no puede ver los obstáculos, sino que tiene que creer que obtendrá la bendición de Dios siempre. Y ahora, Jesús les dice: “Él les dijo: A la verdad, de mi vaso beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados; pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda, no es mío darlo, sino a aquellos para quienes está preparado por mi Padre”. O sea, no es de Jesús darlo a los que lo están pidiendo allá, o a alguna otra persona, sino a aquellos a quienes está preparado de parte del Padre celestial. Y ¿quiénes estaban a la derecha y a la izquierda en la visión del Monte de la Transfiguración? Moisés y Elías. Esos son los ministerios de la derecha y de la izquierda para el glorioso Reino Milenial de nuestro amado Señor Jesucristo. Cristo hablando de la Venida del Hijo del Hombre en Su Reino con Sus Ángeles, dijo que vendría en poder


y caribeño, en el cual, por la gracia de Dios, nosotros estamos viviendo. Es con y en medio de los latinoamericanos y caribeños que Jesucristo se manifiesta en este Día Postrero por medio de Su Ángel Mensajero, y llama y junta a todos Sus escogidos con la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino, que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo. Ese es el que estará haciendo la Obra de Cristo en el Día Postrero hasta el fin, y ese será el que será adoptado juntamente con su grupo en este tiempo final; porque ya los otros ángeles mensajeros terminaron su tiempo aquí en la Tierra y no fueron adoptados, no fueron transformados y no recibieron el cuerpo eterno, porque no era para la edad en que ellos vivieron sino para la Edad de la Piedra Angular; y por eso es que sus grupos tampoco fueron transformados y no recibieron el cuerpo eterno, porque es para la Edad de la Piedra Angular. Por eso ellos tuvieron que dormir, o sea, morir sus cuerpos físicos, y esperar la resurrección de los muertos en Cristo en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular, donde resucitarán en cuerpos eternos juntamente con sus ángeles mensajeros; y nosotros los que vivimos seremos transformados y tendremos el nuevo cuerpo, el cuerpo eterno, el cuerpo glorificado igual al cuerpo de nuestro amado Señor Jesucristo; y también el Ángel del Señor Jesucristo, que es el ángel mensajero de la mano derecha del Señor Jesucristo. ¿Recuerdan a Jacobo y Juan el apóstol, y la madre de ellos?, que vinieron a Jesús en una ocasión para hacerle una petición, una petición muy importante, que tenía que


saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel. Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel? Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte (o sea, sobre el monte Sinaí). Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? Y respondió Dios a Moisés: Yo soY el que soY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: Yo soY me envió a vosotros”. En hebreo, en los originales en hebreo, las letras colocadas aquí como el Yo SoY son YHWH, como el Nombre de Dios. Por eso es que en la Primera Venida de Cristo aparece la “y” y la “h”, porque el nombre Jesús en hebreo es Yoshua, que comienza con “y” y también tiene la “h”. Ahora, encontramos aquí que el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, y este es el que vendría en carne humana; y por eso Malaquías, capítulo 3, dice: “He aquí, yo envío mi mensajero delante de mí, el cual preparará el camino delante de mí; (y luego dice) y vendrá súbitamente a Su templo el Señor, el Ángel del Pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos”. ¿Quién vendría? El Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová. Por eso dice: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”, y también dice: “Y aquel Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros”.


El Verbo era con Dios y era Dios porque el Verbo es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, el cual es el mismo Dios en Su cuerpo teofánico, que luego se creó un cuerpo de carne en el vientre de María, creando una célula de vida la cual se multiplicó célula sobre célula y formó así el cuerpo de Jesús, el cual nació en Belén de Judea y vino a ser Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros, Dios vestido de carne humana, Dios viniendo en medio de la raza humana en la forma de un hombre, de un profeta, para llevar a cabo Su Obra de Redención como Cordero de Dios en la Cruz del Calvario. Y por eso luego que obtuvo la victoria muriendo, resucitando y ascendiendo al Cielo, se sentó a la diestra de Dios en el Cielo, en el Trono de Dios. Y ahora, así como hizo Dios en el Cielo, en Su Trono, en Su Templo en el Cielo, en el Lugar Santísimo, en donde sentó a Cristo…; y ha estado haciendo intercesión en el Cielo, en el Trono de Dios, como Cordero de Dios y como Sumo Sacerdote, hasta que entre hasta el último de los escogidos de Dios. Ahora vean, para el Día Postrero, de todos los hijos e hijas de Dios y de todos los ángeles mensajeros del Señor Jesucristo de edad en edad, ¿a quién Jesucristo sentará sobre Su Trono, ese glorioso Trono del Reino Milenial, que es el Trono de David, el cual es el Trono de Cristo para Su Reino Milenial en este planeta Tierra en medio del pueblo hebreo para reinar sobre todas las naciones? Pues Él ha dicho: “Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi Trono; así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en Su Trono”. Al Vencedor Él le dará el Nombre Eterno de Dios, Nombre de la Ciudad de nuestro Dios y Nombre Nuevo Suyo; Él dice lo escribirá


nuestro amado Señor Jesucristo)”. Ahora, hemos visto lo que es la adopción: la adopción es la transformación de nuestros cuerpos, en donde obtendremos el cuerpo eterno; es la redención de nuestro cuerpo, en donde hemos de obtener esa redención de nuestro cuerpo obteniendo un cuerpo eterno, glorificado y glorioso, igual al cuerpo glorificado de nuestro amado Señor Jesucristo. Y esta promesa de ser transformados es para todos los hijos de Dios, para todos los primogénitos de Dios, con todos los ángeles mensajeros de Jesucristo, con todos los de las edades pasadas y con el Ángel Mensajero del Señor Jesucristo. Lo único es que los siete ángeles mensajeros de las siete edades ya partieron y los apóstoles también, y sus grupos partieron también; y si queda alguno de alguna edad pasada, es de la séptima edad de la Iglesia gentil y del séptimo ángel mensajero de la séptima edad de la Iglesia gentil; pero que para poder ser transformado y raptado, tiene que entrar a la Edad de la Piedra Angular y recibir el Maná escondido de la revelación de la Segunda Venida de Cristo, para obtener así la fe para ser transformados y raptados. Y los miembros del Cuerpo Místico de la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino estarán con el Ángel del Señor Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular recibiendo el alimento espiritual del Maná escondido y así siendo alimentados en este tiempo final. Y así como hubo un territorio donde se cumplió cada edad de la Iglesia gentil, también hay un territorio para el cumplimiento de la Edad de la Piedra Angular en este Día Postrero; y ese territorio es el territorio latinoamericano


“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios (o sea, la manifestación de los hijos de Dios en cuerpos eternos). Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu (o sea, que hemos recibido el Espíritu Santo y por consiguiente hemos recibido el cuerpo teofánico), nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo (o sea, la transformación de nuestro cuerpo, en donde obtendremos un cuerpo eterno, glorioso y glorificado, igual al cuerpo glorificado de


sobre él, así como ha hecho el Padre con Jesús. Y ahora, lo mismo que hizo el Padre con Jesús en el Cielo, en el Trono que está en el Cielo, hará Cristo con el Vencedor en el Día Postrero, en el Trono de David, sobre el cual Cristo se sentará y con Él se sentará el Vencedor. “Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi Trono; así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en Su Trono”. Y ahora, ¿quién se sentó en el Trono del Padre? El Primogénito de Dios. Y para el Día Postrero, de entre todos los primogénitos de Cristo escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero…, que son los miembros de Su Iglesia, de Su Cuerpo Místico de creyentes…, pues en Hebreos, capítulo 12, versos 22 al 23, nos dice: “… sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos, a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel”. Ahora vean ustedes que los primogénitos de Dios, escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, son los hijos e hijas de Dios; son los que recibirán a Cristo como su Salvador de edad en edad, incluyendo a los ángeles mensajeros de cada etapa de la Iglesia de Jesucristo, incluyendo la Edad de la Piedra Angular con el Ángel Mensajero de la Edad de la Piedra Angular y los escogidos de la Edad de la Piedra Angular; como también los siete ángeles mensajeros de las siete edades con los grupos de cada mensajero de cada edad, como también


los apóstoles y el grupo de las personas del tiempo de los apóstoles allá en la tierra de Israel. Todos pertenecen al Cuerpo Místico de Cristo, todos pertenecen al grupo de los primogénitos de Dios escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, desde antes de la fundación del mundo. Ahora, ¿cuál de esos primogénitos será el que se sentará con Cristo en Su Trono en ese glorioso Reino Milenial? Será ese el siervo fiel y prudente, al cual cuando su Señor venga en este Día Postrero le halle haciendo así, o sea, dándoles el alimento espiritual a tiempo a todos los escogidos de Dios. Ya han partido los siete ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil. Y para este tiempo final, que es el tiempo para la Segunda Venida de Cristo, estará en la Iglesia de Jesucristo, en la Edad de la Piedra Angular, dándole el alimento espiritual a tiempo: el siervo fiel y prudente, que es el Ángel del Señor Jesucristo, al cual el Señor Jesucristo encontrará llevando a cabo esa labor de estar alimentando a los hijos e hijas de Dios con el Maná escondido en este tiempo final, el Maná escondido de la revelación de la Segunda Venida de Cristo; y ese será el que se sentará con Cristo en Su Trono. Porque al que le hallare haciendo así: dándole el alimento espiritual a tiempo en Su Venida, Cristo le colocará sobre todos Sus bienes. “De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá”. ¿Para qué? Para que sea administrador de los bienes de su Señor en ese glorioso Reino Milenial. Lo mismo que el Padre ha hecho con Jesús en el Cielo, lo hace Cristo en Su glorioso Reino Milenial. Ahora, hemos visto que Jesucristo es el Hijo de la


mano derecha, que se sentó a la diestra de Dios en el Cielo, en el Trono de Dios. Y ahora el Hijo de la mano derecha de Jesucristo, que se sentará en Su Trono en ese glorioso Reino Milenial, será el Ángel Mensajero del Señor Jesucristo, el siervo fiel y prudente, que en el Día Postrero estaría dándonos el Alimento a tiempo en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino; porque ese es un hijo primogénito de Dios, juntamente con todos los demás hijos primogénitos de Dios, y ese será el que será adoptado en este tiempo final, así como Cristo fue adoptado y se sentó en el Trono de Dios. Ahora, los siete ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil, durante el tiempo de sus ministerios ninguno de ellos fue adoptado; porque la adopción conlleva la transformación del cuerpo, en donde se obtendrá un nuevo cuerpo; lo cual fue representado en el Monte de la Transfiguración, donde apareció Jesús con Su rostro como el sol y Sus vestiduras resplandecientes como la luz, y aparecieron también Moisés y Elías hablando con Él4. Para este tiempo final estarán Jesús, Moisés y Elías, esos ministerios siendo manifestados por el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, el Espíritu Santo; y ahí estará el Ángel del Señor Jesucristo para ser adoptado en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular, que es la Edad de la Adopción, donde los muertos en Cristo van a resucitar en cuerpos eternos y nosotros los que vivimos vamos a ser transformados, y así vamos a ser adoptados todos en el Reino de Dios. De esta adopción nos habla el apóstol San Pablo en su carta a los Romanos, capítulo 8, versos 14 en adelante; nos dice:4 San Mateo 17:1-8, San Marcos 9:1-8, San Lucas 9:27-36

EL HIJO DE LA MANO DERECHA - Carpa · 2019-12-23 · Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro...

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