El hombre espiritual - Comunidad Hosanna€¦ · Gal. 2:20. El hombre espiritual es aquel que ha...

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DISCIPULADO comunidadhosanna.info El hombre espiritual Para poder desarrollar una vida del Espíritu necesitamos entender que Dios es espíritu y que se comunicará con nosotros por medio de nuestro espíritu (Juan 4:24)(RVR) Para ser guiados por el Espíritu Santo necesitamos nacer de nuevo, darle lugar a Cristo en nuestro corazón y siempre que nos encontramos con el nuevo nacimiento, empezará una lucha entre la carne y el espíritu, pero sólo aquello a quien fortalezcamos más, tomará dominio o gobierno en nuestras vidas. La adoración es una actitud del espíritu. Debido a que es una acción interna e individual, un cristiano adora constantemente, las 24 horas del día, los siete días de la semana porque tiene que ver con un estilo de vida. La mentalidad en muchos cristianos al día de hoy es que sólo adoramos en la iglesia. No han entendido que Dios es Espíritu y Él está en todo lugar, porque es omnipresente. Por eso vemos que las personas en la iglesia son una cosa, en la casa otra y en el trabajo otra, porque en su mente está que Dios no está todo lugar, y asocian una vida de cristiana o de relación con Dios sólo en ciertos momentos, y no entienden la vida del espíritu. Romanos 8:9-14 (RVR) “Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, más el espíritu vive a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros. Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; porque si vivís conforme a la carne, moriréis; más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.” Sólo los que son guiados por el Espíritu Santo pueden desarrollar una vida plena. Para lo cual quere- mos compartirles algunas características del hombre espiritual: 1. El hombre espiritual ha crucificado la carne. “ Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” Gal. 2:20. El hombre espiritual es aquel que ha logrado vencer, con la ayuda del Señor, la batalla entre el espíritu, el alma y cuerpo. Es decir, el cuerpo y el alma se sujetan a su espíritu. Ha dado muerte a sus pasiones y deseos. No es guiado por lo que el cuerpo le pide, ni tampoco es una persona emocional que hace lo que sus emociones le dictan. Es aquella persona que, a pesar de estar cansada, no se queda en casa, sino que va a la iglesia, somete su cuerpo a lo que el Espíritu le dicta. 2. El hombre espiritual ha rendido su voluntad. “Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.” Juan 4:34 Anhela hacer la voluntad del Padre aun cuando tenga que dejar de hacer cosas que le gustan. Todo lo consulta con el Espíritu Santo. Busca hacer las cosas conforme a la Palabra de Dios. No es una persona impulsiva que hace lo que quiere sino que busca, en todo, agradar a Dios. Dónde trabajar, qué estudiar, con quién se casará, cómo dirigir su matrimonio, cómo criar a sus hijos, son decisiones que no hace según le parece, sino que lo somete a la voluntad de Dios.

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D ISC IPULADO

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El hombre espiritual

Para poder desarrollar una vida del Espíritu necesitamos entender que Dios es espíritu y que se comunicará con nosotros por medio de nuestro espíritu (Juan 4:24)(RVR)

Para ser guiados por el Espíritu Santo necesitamos nacer de nuevo, darle lugar a Cristo en nuestro corazón y siempre que nos encontramos con el nuevo nacimiento, empezará una lucha entre la carne y el espíritu, pero sólo aquello a quien fortalezcamos más, tomará dominio o gobierno en nuestras vidas.

La adoración es una actitud del espíritu. Debido a que es una acción interna e individual, un cristiano adora constantemente, las 24 horas del día, los siete días de la semana porque tiene que ver con un estilo de vida. La mentalidad en muchos cristianos al día de hoy es que sólo adoramos en la iglesia. No han entendido que Dios es Espíritu y Él está en todo lugar, porque es omnipresente. Por eso vemos que las personas en la iglesia son una cosa, en la casa otra y en el trabajo otra, porque en su mente está que Dios no está todo lugar, y asocian una vida de cristiana o de relación con Dios sólo en ciertos momentos, y no entienden la vida del espíritu.

Romanos 8:9-14 (RVR) “Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, más el espíritu vive a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivi�cará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros. Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; porque si vivís conforme a la carne, moriréis; más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.”

Sólo los que son guiados por el Espíritu Santo pueden desarrollar una vida plena. Para lo cual quere-mos compartirles algunas características del hombre espiritual:

1. El hombre espiritual ha cruci�cado la carne. “Con Cristo estoy juntamente cruci�cado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” Gal. 2:20. El hombre espiritual es aquel que ha logrado vencer, con la ayuda del Señor, la batalla entre el espíritu, el alma y cuerpo. Es decir, el cuerpo y el alma se sujetan a su espíritu. Ha dado muerte a sus pasiones y deseos. No es guiado por lo que el cuerpo le pide, ni tampoco es una persona emocional que hace lo que sus emociones le dictan. Es aquella persona que, a pesar de estar cansada, no se queda en casa, sino que va a la iglesia, somete su cuerpo a lo que el Espíritu le dicta. 2. El hombre espiritual ha rendido su voluntad. “Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.” Juan 4:34 Anhela hacer la voluntad del Padre aun cuando tenga que dejar de hacer cosas que le gustan. Todo lo consulta con el Espíritu Santo. Busca hacer las cosas conforme a la Palabra de Dios. No es una persona impulsiva que hace lo que quiere sino que busca, en todo, agradar a Dios. Dónde trabajar, qué estudiar, con quién se casará, cómo dirigir su matrimonio, cómo criar a sus hijos, son decisiones que no hace según le parece, sino que lo somete a la voluntad de Dios.

3. ¿El hombre espiritual tiene una visión celestial? “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se mani�este, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.” Col. 3:1-4. No está enfocado en las cosas de este mundo, es decir lo temporal, sino en las cosas del cielo, en las cosas eternas. La forma en la que vemos las cosas va a determinar el tipo de vida que vamos a llevar. Por eso, se vuelve fundamental que podamos ver las cosas desde la perspectiva de Dios y no a través de los cinco sentidos (hombre natural), o por medio de nuestras emociones (hombre carnal). Necesitamos desarrollar una visión espiritual de las circunstancias que suceden a nuestro alrededor.

Para llevar una vida del Espíritu necesitamos consagrar todo nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo a Dios y para esto necesitamos de su ayuda, porque Él es quien nos santi�ca. La vida del Espíritu es una vida que conlleva sacri�cio y por lo tanto, debemos menguar para que Cristo crezca en nosotros.

D ISC IPULADO

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El hombre espiritual

Para poder desarrollar una vida del Espíritu necesitamos entender que Dios es espíritu y que se comunicará con nosotros por medio de nuestro espíritu (Juan 4:24)(RVR)

Para ser guiados por el Espíritu Santo necesitamos nacer de nuevo, darle lugar a Cristo en nuestro corazón y siempre que nos encontramos con el nuevo nacimiento, empezará una lucha entre la carne y el espíritu, pero sólo aquello a quien fortalezcamos más, tomará dominio o gobierno en nuestras vidas.

La adoración es una actitud del espíritu. Debido a que es una acción interna e individual, un cristiano adora constantemente, las 24 horas del día, los siete días de la semana porque tiene que ver con un estilo de vida. La mentalidad en muchos cristianos al día de hoy es que sólo adoramos en la iglesia. No han entendido que Dios es Espíritu y Él está en todo lugar, porque es omnipresente. Por eso vemos que las personas en la iglesia son una cosa, en la casa otra y en el trabajo otra, porque en su mente está que Dios no está todo lugar, y asocian una vida de cristiana o de relación con Dios sólo en ciertos momentos, y no entienden la vida del espíritu.

Romanos 8:9-14 (RVR) “Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, más el espíritu vive a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivi�cará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros. Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; porque si vivís conforme a la carne, moriréis; más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.”

Sólo los que son guiados por el Espíritu Santo pueden desarrollar una vida plena. Para lo cual quere-mos compartirles algunas características del hombre espiritual:

1. El hombre espiritual ha cruci�cado la carne. “Con Cristo estoy juntamente cruci�cado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” Gal. 2:20. El hombre espiritual es aquel que ha logrado vencer, con la ayuda del Señor, la batalla entre el espíritu, el alma y cuerpo. Es decir, el cuerpo y el alma se sujetan a su espíritu. Ha dado muerte a sus pasiones y deseos. No es guiado por lo que el cuerpo le pide, ni tampoco es una persona emocional que hace lo que sus emociones le dictan. Es aquella persona que, a pesar de estar cansada, no se queda en casa, sino que va a la iglesia, somete su cuerpo a lo que el Espíritu le dicta. 2. El hombre espiritual ha rendido su voluntad. “Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.” Juan 4:34 Anhela hacer la voluntad del Padre aun cuando tenga que dejar de hacer cosas que le gustan. Todo lo consulta con el Espíritu Santo. Busca hacer las cosas conforme a la Palabra de Dios. No es una persona impulsiva que hace lo que quiere sino que busca, en todo, agradar a Dios. Dónde trabajar, qué estudiar, con quién se casará, cómo dirigir su matrimonio, cómo criar a sus hijos, son decisiones que no hace según le parece, sino que lo somete a la voluntad de Dios.

3. ¿El hombre espiritual tiene una visión celestial? “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se mani�este, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.” Col. 3:1-4. No está enfocado en las cosas de este mundo, es decir lo temporal, sino en las cosas del cielo, en las cosas eternas. La forma en la que vemos las cosas va a determinar el tipo de vida que vamos a llevar. Por eso, se vuelve fundamental que podamos ver las cosas desde la perspectiva de Dios y no a través de los cinco sentidos (hombre natural), o por medio de nuestras emociones (hombre carnal). Necesitamos desarrollar una visión espiritual de las circunstancias que suceden a nuestro alrededor.

Para llevar una vida del Espíritu necesitamos consagrar todo nuestro ser, espíritu, alma y cuerpo a Dios y para esto necesitamos de su ayuda, porque Él es quien nos santi�ca. La vida del Espíritu es una vida que conlleva sacri�cio y por lo tanto, debemos menguar para que Cristo crezca en nosotros.