El impacto del microcrédito en la mujer rural

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    Uno de los mecanismos para la superacin de lapobreza y la disminucin de las desigualdades socia-les y de gnero que desde hace varios aos vienenimplementndose en algunas zonas rurales del passon los programas de microcrdito, y generalmentelos estudios sobre su impacto se han centrado sobrevariables econmicas, dejando de lado otras varia-bles, especialmente aquellas que tienen que ver conla mejora de la equidad de gnero, en las relacionesintra y extra familiares y el empoderamiento de la

    mujer. En este sentido esta investigacin busca deter-minar el impacto sociofamiliar del microcrdito en lamujer rural desde un enfoque de gnero

    A nivel especco, son tres ejes en los que se analizadicho impacto: el primero se reere a los cambiosgenerados en la divisin del trabajo y en la tomade decisiones al interior de la familia; el segundocomprende el anlisis de la mejora en el estatus y lagestin comunal/social de la mujer; y el tercero buscaidenticar los cambios en el acceso a activos de lasmujeres a partir del crdito que recibieron, para contodo ello colaborar al mejor diseo e implementacinde los programas de microcrdito por parte de lasentidades crediticias de las zonas rurales, desde unaperspectiva de gnero.

    La perspectiva de gnero en lainvestigacin

    Las mujeres constituyen un grupo objetivo comn enlos programas de microcrdito debido a la mayor inci-

    dencia de la pobreza en ellas. Algunas experienciashan demostrado que el microcrdito puede mejorarla situacin nanciera de la mujer y su posicin enla familia y en la sociedad, su autoestima y su poder

    de decisin. Es por ello que muchos programas demicrocrdito tienen un enfoque de gnero.

    Los efectos del acceso al microcrdito se extiendena la apertura de potencial respecto al ejercicio de losderechos polticos en tanto permiten acceder o con-solidar la propiedad de la tierra o algn otro activo,as como desarrollar su capacidad de transaccin.De igual manera, la mejora en sus ingresos permitemejorar el acceso a otros servicios (educacin, salud,vivienda). Todo ello se traduce en un mayor nivel deequidad social y de gnero, lo que a su vez signicadesarrollar un nivel de inclusin y pertenencia a lasociedad.

    Para poder analizar el impacto del microcrdito enla vida de las mujeres de zonas rurales, se utiliza elenfoque de gnero vinculndolo con el enfoque delas capacidades de Sen.

    Son tres los ejes sobre los que versa el enfoque degnero: identidad, relaciones y sistema de gnero.Estos se van conjugando de acuerdo a los temas de

    Pamela Cabala UCSM*

    El impacto del microcrdito en la mujer rural

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    CIES

    Las mujeres constituyen un grupo objetivo comn en los programas demicrocrdito debido a la mayor incidencia de la pobreza en ellas.

    el microcrdito puedemejorar la situacin nancierade la mujer y su posicin en

    la familia y en la sociedad,su autoestima y su poder dedecisin

    * Artculo basado en el estudio El empoderamiento de la mujerrural a partir de su acceso al microcrdito: una mirada desde el

    gnero, desarrollado en el marco del Concurso de Investigaciones

    CIES ACDI-IDRC 2006.

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    La divisin sexual del trabajo, la distribucin de tareas y actividades enbase al sexo, se funda en el modelo de las esferas separadas y mutuamentecomplementarias.

    inters de los trabajos a desarrollar; por ello, paratrminos de la presente investigacin y de acuerdoa nuestros objetivos propuestos, se desarrollarnestos ejes: primero, la divisin del trabajo, en dondese incluye un anlisis de las relaciones y roles degnero, as como de la segregacin del trabajo y ladivisin moral. El segundo eje ser el del estatus y

    gestin comunal; y el tercero el de los activos y dela accesibilidad.

    La divisin sexual del trabajo, la distribucin de tareasy actividades en base al sexo, se funda en el modelode las esferas separadas y mutuamente complementa-rias, de ello resulta que la autoridad de la familia seaprivilegio del padre y que la esposa est sometida a suautoridad (Fuller 1993). Son las feministas marxistaslas que ms desarrollaron este concepto, basando suanlisis en la divisin sexual del trabajo, los sistemas

    duales (patriarcado y capitalismo) y los modos deproduccin. Heidi Hartman resalta la importanciade considerar el patriarcado y el capitalismo comosistemas separados pero que interactan. Siendo lacausalidad econmica la que tiene prioridad, de estemodo el patriarcado se desarrolla y cambia siempreen funcin de las relaciones de produccin. Su pro-puesta es erradicar la divisin del trabajo para acabarcon la dominacin del varn, es decir, para terminarla segregacin del trabajo por sexos. Para analizar lacategora divisin del trabajo, importa analizar, antetodo, la segregacin en el trabajo, que est basada

    en las estimaciones de las actividades que realizanmujeres y varones y en el valor que tiene cada unade estas, pudiendo existir una segregacin horizon-tal y otra vertical. En las zonas rurales se tiene encuenta el criterio que tanto la mujer como el varnrealizan actividades agrcolas, bajo el concepto decomplementariedad, pero interesa ver cmo se rea-liza la segregacin dentro de cada una de las esferasproductivas y si se modica o no a partir del accesode las mujeres al microcrdito.

    Por otro lado, Pitt River habla de la distribucin delas cualidades morales entre los sexos y en conse-cuencia qu comportamiento se considera adecuadoo concebible para cada uno de ellos. Es decir, hacereferencia a una divisin moral del trabajo, vinculadacon el tema de los estereotipos (modelos). Tambines importante tener en cuenta las funciones asignadasa cada sexo, segn la cultura o el grupo social depertenencia, es decir, los roles de gnero. Finalmente,se analiza cmo se establecen las interacciones, apartir de las identidades ya elaboradas de mujeres yvarones.

    En el segundo eje se ha utilizado elementos concep-tuales referidos al estatus, entendido este como posi-

    ciones sociales. El microcrdito entregado a mujerestiene como nalidad principal la mejora del estatus delas mismas. Mucho del trabajo realizado por las ONGque dan microcrdito a mujeres hace una vinculacinde la mujer con la pobreza, es decir, las mujeres conun estatus inferior. Se incluye en el anlisis elementosreferidos a la gestin comunal entendida como lasacciones y actividades emprendidas desde la comuni-dad o grupo para s misma, defendiendo sus intereses,es decir, que tiene un carcter pblico, y no privado,con respecto a estos.

    Dicha gestin se desarrolla en el marco de la partici-pacin ciudadana, la cual se realiza mediante algunaorganizacin establecida en la zona. Se introdujo estacategora en la investigacin a n de, con ella, anali-zar en qu medida las mujeres prestatarias del crditose insertan en la participacin de sus comunidadesal consolidar liderazgos. Petra Durstewitz desarrollaampliamente el tema de la gestin comunal, pun-tualizando que dentro del rol de gestin comunitariase puede diferenciar entre administracin y poltica

    comunitaria.

    En el tercer eje, o el eje de activos y de accesibilidad,se considera activos al conjunto de todos los bienesy derechos con valor monetario que son propiedadde las personas y que se reejan en su contabilidad.La accesibilidad, por su parte, indica la facilidad conla que algo puede ser usado, visitado o accedido engeneral por todas las personas. Tanto en los activoscomo en la accesibilidad, se considera las variables detierra, bienes muebles, bienes inmuebles y vivienda,analizando para el tema de los activos el nivel de

    tenencia y los niveles de evolucin de la misma,mientras que para el caso de la accesibilidad se con-sideran los factores que la propician.

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    La edad de las beneciarias ucta principalmente entre los 24 y 73 aos.El segmento entre 36 y 45 aos es el que concentra a la mayor cantidadde mujeres.

    Metodologa

    El estudio es principalmente de carcter descriptivo yexplicativo. A n de poder discriminar los efectos delmicrocrdito a mujeres de los efectos de otras varia-bles, el diseo metodolgico estableci dos gruposde estudio. El primero conformado por mujeres que

    accedieron a uno o ms prstamos durante los ltimoscinco aos y con una antigedad no menor de un ao(grupo experimental), en las zonas de Puquina yOmate; y un segundo grupo conformado por mujeresque no accedieron al crdito pero que presentaroncaractersticas socioeconmicas similares al primergrupo, todas de la zona de La Capilla, que no ha sidozona de intervencin de las entidades crediticias.

    El grupo experimental fue constituido por todas lasmujeres que cumplieron con la condicin anterior-

    mente indicada. El grupo de control fue conformadopor un nmero igual de mujeres, seleccionadas alea-toriamente y que presentan caractersticas similares alas del primer grupo, en trminos de edad, estado civil,nivel de instruccin, ocupacin inicial y de acceso aactivos cinco aos atrs. Ello permite la comparacinde los resultados entre ambos grupos. Adems, lametodologa considera el anlisis retrospectivo del his-torial de cada una de las mujeres, durante los ltimoscinco aos, de manera que se pueda establecer unaespecie de lnea de base y las principales tendenciasde cambio que se vienen dando.

    Como unidades de anlisis, adems de considerar alas mujeres, se incluy a la familia y al grupo comunalal que pertenecen. Como fuentes y tcnicas de infor-macin se utiliz documentos y datos de Fondesurco.Se revis las chas socioeconmicas utilizadas porFondesurco en el primer crdito a n de establecer elperl socioeconmico de la mujer. Adems, se aplicuna encuesta estndar para ambos grupos (aproxima-damente entre 70 y 80 encuestas por cada grupo),as como entrevistas en profundidad a los casos ms

    representativos, determinados por el nivel de mejoraso cambios en su condicin y posicin (seis entrevistaspor cada grupo). Tambin entrevistas en profundidad alderes comunales (seis), entrevistas en profundidad alas parejas de mujeres ms representativas, esto ltimodeterminado por el nivel de mejoras o de cambios ensu condicin y posicin (seis).

    Fondesurco es una entidad que atiende al pblicodel sur del pas, y entre sus zonas de intervencin seencuentran Puquina y Omate (General Snchez Cerro,Moquegua). La cartera de clientes de Fondesurco,en Omate y Puquina, est constituida por 250prestatarios/as, siendo mujeres, aproximadamente,35% del total.

    Fondesurco no tiene un enfoque de gnero expresa-mente incorporado en su trabajo, al contemplar a lamujer como un grupo de inters. Entre los enfoques deFondesurco est el del alivio a la pobreza y de autosos-tenibilidad, siendo el tipo de prstamo que ms viertesobre las zonas de estudio el de capital de trabajo.

    Los resultados de la investigacin

    La edad de las beneciarias ucta principalmenteentre los 24 y 73 aos. El segmento entre 36 y 45 aoses el que concentra a la mayor cantidad de mujerescon un 26,15%. De esta cifra, el 1,62% de prestata-rias son mayores de 73 aos, 31,08% son casadas,casi 23% convivientes y 36% solteras. Es importanteanotar que muchas de las mujeres solteras tienencarga familiar, lo que hace que en ese grupo la media

    de hijos sea 1,67. En trminos generales, la media denmero de hijos es de 3,37.

    El monto de los prstamos de las mujeres se sitaentre US$ 3.000,00 (tres mil dlares americanos)como mximo y US$ 158,00 (ciento cincuenta y ochodlares americanos) como mnimo, con una medianade US$ 952,38 (novecientos cincuenta y dos dla-res americanos) y una moda de 634,92 (seiscientostreinta y cuatro dlares americanos). Finalmente, elpromedio por crdito es de US$ 1.183,88 (mil cientoochenta y tres dlares americanos).

    Contando ya con estas caractersticas, es importantever que son las casadas quienes tienen el mayor pro-medio de prstamos (US$ 1.459,94), en comparacincon las viudas, que presentan un promedio menor.Para esta investigacin la divisin del trabajo aludea la distribucin de tareas y de actividades en basea algn criterio. El enfoque de gnero permite con-

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    Es el microcrdito el factor inuyente en la determinacin de la equidadde gnero al interior de las tareas realizadas en el hogar?

    siderar la divisin sexual del trabajo, con lo que sepodr ver la distribucin de tareas y trabajos a partirdel sexo de cada persona. Esta divisin sexual deltrabajo se funda en el modelo de las esferas separadasy mutuamente complementarias. De ello resulta quela autoridad de la familia sea privilegio del padre yque la esposa se halle sometida a su autoridad (Fuller

    1993). Para analizar la categora divisin del trabajo,importa ver dos aspectos: los roles y las relacionesde gnero.

    Cuando se analiza los dos grupos (mujeres que acce-dieron a un crdito y mujeres que no lo hicieron) seencuentra que existe en ambos grupos una marcadadistribucin de tareas o actividades tradicionales paramujeres y varones al interior del hogar, muestra deello es que las tareas de cocina, lavado de la ropa oel cuidado de los hijos menores todava se mantienen

    en manos de la mujer, pero resulta interesante verque en el grupo de mujeres que accedieron al cr-dito (prestatarias) existe una ligera mayor tendenciaa la equidad. Muestra de ello es que ante la preguntade quin cocina en casa? se puede notar que en elgrupo de prestatarias existe una tendencia a romper elesquema cultural donde es la mujer quien se encargade cocinar. Si se suma la respuesta de ambos coci-nan y la respuesta donde sealan que solo el varncocina, podemos notar que un 14% de hogares delas prestatarias el varn participa en la preparacinde alimentos. Este dato, cuando se contrasta con las

    respuestas de las entrevistas a profundidad, puede servisto a la luz de causas como cuando yo me voy alpueblo a pagar mis cuotas o hacer negocio, mi esposose encarga de nuestros hijitos.

    Es el microcrdito el factor inuyente en la deter-minacin de la equidad de gnero al interior de lastareas realizadas en el hogar? Tal y como se seal

    en el prrafo anterior, existen claras diferencias entreambos grupos, pero tras revisar otras estadsticas con-sideramos que este reparto de tareas ms equitativoobedece tambin al nivel educativo de las mujeres,de modo tal que las mujeres con un mayor gradoeducativo, tienen mayores oportunidades de desarro-llar una actividad productiva fuera del hogar. Dichasmujeres se encuentran en mayor medida en el grupode aquellas que accedieron a crdito.

    Respecto a la segregacin del trabajo, se puede dife-renciar dos tipos de segregacin: segregacin hori-zontal, vinculada a las ramas de la actividad econ-mica (sector primario, actividades de transformacin,servicios); y segregacin vertical, referida al conjuntode tareas que se asignan al interior de una lnea detrabajo, de una actividad agrcola o empresarial (porejemplo, los hombres trabajan en maquinarias y lasmujeres en etiquetado).

    Dicha variable es importante ya que en las zonasrurales se tiene en cuenta el criterio que tanto la mujer

    como el varn realizan las actividades agrcolas, bajoel concepto de complementariedad, pero importatener en cuenta tambin cmo se realiza la segrega-cin dentro de cada una de las esferas productivas, esdecir, quin es el que decide? En el anlisis se observaque en el grupo control solo el 24,5% reere que esla mujer quien decide sobre las actividades agrcolas,mientras que en el grupo de prestatarias el 42,9% deellas se encarga de tomar decisiones sobre la chacra.

    Existen algunas actividades como la limpieza del

    hogar, donde se mantiene en su totalidad como unatarea eminentemente femenina. Ambos grupos con-cuerdan con este hecho, por lo que esta actividadtiene una fuerte carga moral.

    Un elemento importante son las caractersticas quedenen a las mujeres est marcada por sus actitudesproducto de la educacin e interrelacin socialfami-liar anterior, ya que es la actitud frente a su realidad laque les incentiva a acceder a crditos o a emprenderempresas productivas, ya sea en nuevos negocios ointentando elevar su nivel educativo. El 42,9 % de las

    mujeres tiene secundaria completa como nivel edu-cativo. Si se considera que en la provincia de GeneralSnchez Cerro, de la Regin Moquegua, el analfabe-

    en el grupo de prestatariasel 42,9% de ellas se encargande tomar decisiones sobre lachacra

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    En el anlisis se aprecia que las mujeres que acceden al crdito establecencon sus parejas relaciones ms democrticas y comparten tareas produc-tivas y reproductivas de mejor manera con su pareja frente a aquellas queno acceden a crdito.

    tismo femenino llega al 24%, se puede deducir que laaccesibilidad al crdito est concentrada en mujerescon un nivel relativamente alto de escolaridad, puesms del 60% de las prestatarias tiene secundaria com-pleta o superior como grado de instruccin.

    En el desarrollo de la investigacin se ha podido

    tipificar a los tipos de mujeres que acceden almicrocrdito:

    a) La mujer obediente o aquellas que siendo titula-res de la cuenta obtuvieron el dinero para que lomaneje su esposo. En algunos casos estas mujeresquedaron endeudadas cuando el esposo se retirde la casa o dej las responsabilidades que lecompeten como padre de familia. Este tipo demujeres responden a caractersticas tradicionalesde sumisin y obediencia, donde el varn es quien

    lleva las riendas del hogar, a pesar de que es lamujer la que trabaja para obtener los medios desubsistencia. Se mantiene una relacin vertical deobediencia y sumisin.

    b) La mujer compaera, aquella que se caracterizapor declarar que el crdito lo manejan los dos. Enestas mujeres se encuentra una estrecha participa-cin en la toma de decisiones junto al conyugue;la relacin es horizontal, ya que las decisiones sondemocrticas, la voz de la mujer es escuchada yplantea una posicin conciliadora y cuidadosa. Es

    el grupo ms numeroso entre todas las titulares;una investigacin ms profunda permitir describire identicar aquellas variables que las lleva a esetipo de accin. Por lo pronto, se puede encontrarque las mujeres que obtienen crdito ya sea fami-liar o individual tienen un grado de instruccinsuperior frente al grupo de control.

    c) La mujer dominante. Es la que lleva el control delhogar, por tanto su capacidad de decisin es auto-ritaria y unilateral en la mayora de los casos. En

    este grupo algunos de los detonantes observadospara esta actitud son la personalidad, y factores

    externos, como la actitud tranquila y sumisa delvarn (se encuentra en algunos casos que el varnya perdi su jefatura por algn problema como elalcoholismo o alguna enfermedad grave). La mujerdominante es altamente emprendedora; sus idealesestn claros y nadie los detiene; asume una pro-funda responsabilidad por mantener una imagenante sus vecinos.

    d) La mujer independiente, que corresponde al grupo

    de madres solteras, viudas o separadas, quienesobtuvieron un crdito. Dentro de este grupo sepuede diferenciar inicialmente dos subgrupos: lamujer victimizada, quien se queja de su condicinde abandono o viudez, y la mujer autnoma, quees responsable y es quien solicita el crdito paraemprender algn negocio. Son las que decidenenfrentar solas sus vidas, y para quienes el varnes un problema. Puede que esta percepcin nazcade algn abandono inicial por parte del varn. Sontrabajadoras y emprendedoras. Miden su riesgo

    con pequeos negocios.

    Relaciones de gnero

    Se aprecia que las mujeres que acceden al crditoestablecen con sus parejas relaciones ms democr-ticas y comparten tareas productivas y reproductivasde mejor manera con su pareja frente a aquellas queno acceden a crdito.

    Volviendo al tema de la escolaridad, resulta impor-tante analizarla en trminos de la pareja, de modo talque cuando se examinan los grados de instruccin delas mujeres se encuentra que en el grupo de control

    mujeres que accedenal crdito, establecen consus parejas relaciones msdemocrticas y compartentareas productivas y

    reproductivas de mejor maneracon su pareja frente a aquellasque no acceden a crdito

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    El 27,5% de las mujeres con crdito asume que fueron ellas las quedecidieron sobre el crdito; y un 70% de las mismas asume que es unadecisin mancomunada entre cnyuges.

    (mujeres que no accedieron al crdito) el 25% de lasesposas del total de varones con secundaria completaes analfabeta, a diferencia del grupo de prestatariasdonde solo se llega a un 2,8% de analfabetismo.Esto muestra que las relaciones intergnero son mshorizontales en los grupos que acceden al crdito,por el nivel educativo previamente desarrollado, en

    tanto que a menor nivel educativo, menor acceso alcrdito.

    Para analizar las relaciones de dominacin y subor-dinacin o relaciones de cooperacin y equidad, seanaliza la diferencia del grado de instruccin entrecnyuges, ya que no saber leer o no poder realizarclculos matemticos bsicos para sacar cuentas haceque el varn sea quien dena qu y cmo hacer,as como la denicin de en qu y cmo gastar losingresos familiares. Esta dependencia interere en la

    construccin de familias ms democrticas o relacio-nes intergnero ms equitativas.

    La dominacin del varn marca cuando es l quiendecide sobre una actividad a realizarse. En el grupode control se encontr que el 3,8% de los varonesdecide sobre la cocina, a pesar de que ellos no coci-nan; y en el grupo de prestatarias, la autonoma dedecisin llega al 95,1%.

    En otras decisiones, como la compra para la casa enlo que respecta a vveres, ropa o utensilios, se puede

    encontrar que el 75,6% de las mujeres con crditodecide sobre las compras para el hogar; en tantoque en el grupo de control menos de la mitad de lasmujeres tiene autonoma sobre las compras.

    Decidir, como recoge Scott, supone relaciones depoder, y este poder de decisin que asume la mujerno es solamente a partir de su capacidad productiva,sino de todo el legado de su formacin y de criteriosaprendidos en su niez, ya sea como estudiante ocomo hija en el hogar.

    El 27,5% de las mujeres con crdito asume quefueron ellas las que decidieron sobre el crdito; yun 70% de las mismas asume que es una decisinmancomunada entre cnyuges. En el caso de lassin crdito, se nota, en la entrevista a profundidad,miedo y duda para decidir autnomamente: tendraque decirle a mi esposo; yo solita no podra decidir,quiz me engaan... una vez me prest dinero y miesposo se enoj.... Las decisiones sobre los hijosrepiten la misma respuesta, donde las mujeres concrdito responden en ms del 20% que son ellas

    las que deciden sobre la educacin de sus hijos, ysolo el 7% de las del grupo de control asume queson ellas las que deciden. Adems, el 21% de este

    grupo declara que es el varn quien decide sobreeste tema.

    Otro punto a considerar es que la actividad ganadera,ms pegada al rol masculino, tiene un cambio en losgrupos con crdito, donde, por ejemplo, el 23,5% delas mujeres con crdito asume que deciden sobre elganado, mientras esa decisin en el grupo de control

    solo llega al 5%.

    Es la sujeto de crdito una mujeremprendedora?

    Se parte de la hiptesis de que el crdito a las mujeresempodera y mejora las relaciones de gnero. Dichahiptesis nace de la primera impresin causada poraquellas mujeres que haban obtenido un crdito.Ellas muestran un carcter emprendedor y en sushogares se observa una participacin ms demo-crtica en la toma de dediciones. Sin embargo, seencuentra que la condicin de empoderamiento esanterior a la obtencin de crdito, por tanto este esuna oportunidad para potenciar capacidades y habi-lidades antes adquiridas.

    la condicin deempoderamiento es anteriora la obtencin de crdito, portanto este es una oportunidad

    para potenciar capacidades y

    habilidades antes adquiridas

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    La participacin de la mujer en la vida social comunal nace de la extensinde su rol reproductivo del cuidado.

    El carcter emprendedor encontrado en las mujeresque acceden al crdito est sujeto a las oportunidadesque les pueden brindar el mercado y la sociedad. Estna la bsqueda constante de oportunidades. El procesode empoderamiento pasa primero por el control delcuerpo; el cuerpo es la posesin que nos dene cmosomos, quines somos, a qu y/o a quin pertenece-

    mos. En ese sentido, el grupo con acceso a crditomuestra un mayor dominio de su sexualidad y sucorresponsabilidad al tener la cantidad de hijos/as.

    En una sociedad dominada por el varn se puedeencontrar un sentido ms democrtico en las decisio-nes sobre el momento para tener relaciones sexuales.Es importante sealar que en el grupo intervenido el50% de mujeres dice que son ambos los que deci-den cundo tener sus relaciones, mientras que, porejemplo, el 53% de las mujeres del grupo de control

    asume que es el esposo quien todava dene sobreese hecho.

    En lo que respecta a la relacin de medias del nmerode hijos e hijas entre el grupo de control y el grupointervenido, se puede ver que el grupo de controltiene una media de 4,15 (hijos por mujer), que superael promedio nacional, donde la tasa estimada es de3,2. En el caso de las mujeres que acceden al crdito,se observa que la media de nmero de hijos es inferior(3,37), considerando que la tasa global de fecundi-dad en Moquegua1 es de 2,1. La zona en estudio esconsiderada zona agrcola y rural, por tanto estastasas normalmente son superiores a las de las urbes(ciudades de Ilo y Moquegua).

    La insercin y participacin de lasmujeres en la vida social comunal

    La participacin de la mujer en la vida social comu-nal nace de la extensin de su rol reproductivo del

    cuidado. En los aos setenta las ciudades y centrospoblados como capitales provinciales y distritalesempezaron a ser copados por las migraciones delcampo en busca de oportunidades educativas parasus hijos. Se gener una cada en la capacidad abas-tecedora de alimentos del campo hacia la ciudad, conuna escasez de alimentos y de la misma capacidadadquisitiva. Por tanto, fueron las mujeres las primerasen colectivizar el cuidado, buscando agruparse parallenar la olla o parar la olla, como comnmentelo denominan. Esta necesidad empuj a organizarseen grupos de mujeres, ya sea en clubes de madres,

    comedores populares, comits de mujeres, o a partirde las secretarias de organizacin de las federacioneslocales.

    Este tipo de organizacin fue fundamental para quela mujer desarrolle su capacidad de liderazgo y sucapacidad de gestin. Sin embargo, la debilidad esque se mantiene todava la organizacin de la mujeratada al rol reproductivo del cuidado.

    Los avances de la investigacin muestran claramentela semejanza en el grado de participacin entre elgrupo de control y el grupo con acceso al crdito;incluso si se observa detenida y comparativamentelos datos de la encuesta estos sealan que el grupo

    de control (mujeres sin acceso al crdito) tieneligeramente un mayor grado de participacin enlas organizaciones2. Esto se puede explicar a partir deque los crditos son eminentemente individuales. Portanto, la participacin de la mujer est determinadapor la privacin de satisfacer carencias. A mscarencias, mayor organizacin y colectivizacin delos roles reproductivos, entendiendo a estos comovasos de leche, comedores populares, wawa wasis,nidos, etc.

    La participacin de las mujeres en organizaciones vade la mano con el estatus social de las mismas. En lazona de estudio se pudo identicar en Puquina unaorganizacin de mujeres vinculada a la produccin:OSB3, en la que participan de manera exprofesamujeres, siendo la produccin de derivados lcteos

    1/ Datos recogidos del INEI, septiembre de 2000, y de Proyecciones

    departamentales de la Poblacin 1995-2005, Instituto Cuanto,

    Gran Atlas del Per, 2005.2/ Sin embargo, es preciso aclarar que todava requiero una mayor

    profundizacin dentro del anlisis, que estar plasmado en eldocumento nal del trabajo.3/ Organizacin Social de Base, formada por mujeres microempre-

    sarias de la zona de Puquina.

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    Para el grupo de mujeres emprendedoras con un crdito, el nuevo nego-cio es asumido ntegramente por ella en un 68,2%, y en un 31,8% por

    toda la familia.

    su principal actividad. Dicha organizacin es reco-nocida por la comunidad como un ente productivode mujeres: ellas no solo son las productoras dederivados lcteos, sino que se encargan del manejoeconmico de la venta de estos4.

    La satisfaccin de las necesidades de las mujeres estinuida por factores externos oportunidades quese presentan. Por ejemplo, Puquina, al ser un pueblo

    eminentemente agropecuario, no ha desarrollado elcomercio como en Omate; por tanto, en el primercaso, el ujo de capitales es lento, mientras que enOmate, al haber un mercado mas dinmico, el ujode capital es mal alto, por lo que se observa que loscrditos en Omate estn destinados al comercio,mientras que en Puquina, estn destinados a la pro-duccin agropecuaria.

    Acceso a activos

    El desarrollo de capacidades empresariales en lasmujeres responde a caractersticas individuales comoel nivel educativo recibido, el grado de instruccin yla familia de procedencia. Estas variables inuyen enla eleccin de la pareja. La pareja, entonces, debercontar con capacidades semejantes o superiores, loque potenciar sus posibilidades de mejorar su nivelde vida y de aprovechar las mnimas oportunidadesque le brinda el mercado.

    La zona de la investigacin recoge la costumbre cul-tural en la que la mujer aporta la casa de los padresal matrimonio, as como tambin las tierras. Esta sersu posesin hasta el nal y tradicionalmente ser elvarn el que trabaje si se quieren adquirir nuevosbienes. En este sentido, importaba recoger la nocinde copropietaria de bienes presente en las mujeres,

    encontrndose que las prestatarias en ms del 57%asumen que tanto ellas como sus esposos son dueosde los bienes, mientras que en el grupo de control estacifra solo llega al 43%.

    Para el grupo de mujeres emprendedoras con un cr-dito, el nuevo negocio es asumido ntegramente porella en un 68,2%, y en un 31,8% por toda la familia.Nuevamente se encuentra esa caracterstica de inte-gralidad en las familias de las mujeres prestatarias,ya que los crditos son asumidos para el benecio

    de todos.

    Por tanto, es posible encontrar factores comunes entrelas mujeres prestatarias de crdito. Ellas se encuentranprincipalmente entre los 26 y 45 aos, siendo el 31%casadas, lo que, sumado a las convivientes (para agru-par a las mujeres con pareja), suma ms de la mitaddel total de prestatarias. Las mujeres solteras tienentambin carga familiar. Los montos de sus prstamosuctan entre US$ 158,00 y US$ 3.000,00.

    Quienes acceden principalmente al microcrdito son

    mujeres con nivel educativo secundario o superior(60%), lo que dara a entender que el 24% de mujerespobres de la zona seguira siendo un segmento dis-criminado. Por otro lado, el nivel de instruccin delcnyuge suele ser superior. En el grupo de control,apenas el 57% cubre sus estudios primarios.

    Tanto en el grupo intervenido (con crdito) comoen el grupo de control, existe una marcada divisindel trabajo. Por ejemplo, entre las actividades con-sideradas eminentemente femeninas se encuentra la

    limpieza del hogar. Por otro lado, en las actividadescomo la cocina, solo un 14% de varones participa enesta actividad, cifra que disminuye cuando se versasobre el cuidado de los hijos (11%). A pesar de ello,cabe resaltar que con respecto a la toma de decisiones

    Para el grupo de mujeresemprendedoras con un crdito,el nuevo negocio es asumido

    ntegramente por ella en un68,2%, y en un 31,8% portoda la familia

    4/ Tal es as que tienen dos centros de atencin en Puquina (uno en

    la plaza principal del pueblo y el otro en la carretera de la salida

    de Puquina).

    FotoCIES

  • 8/9/2019 El impacto del microcrdito en la mujer rural

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    47Economa y Sociedad 71, CIES, abril 2009

    sobre la chacra, el 24% de las mujeres del grupo decontrol reere tener control sobre ella y dicha cifra seduplica para el caso del grupo de prestatarias, lo queindicara que el acceso al microcrdito le permite ala mujer una mayor toma de decisiones.

    Las caractersticas que denen a las mujeres estn

    marcadas por su socializacin, lo que las impulsa odetiene a acceder al microcrdito. Se identica, as,cuatro tipos de mujeres. La obediente (siendo titularesde la cuenta, es su esposo quien maneja el crdito);la compaera, grupo ms numeroso (comparte consu esposo el manejo del prstamo); y, nalmente, lamujer dominante y la independiente, grupos mino-ritarios, la primera impone sus criterios sobre los desu esposo, mientras que la segunda es soltera o viuda(victimizada o autnoma).

    Las relaciones intergnero son mas horizontales enlos grupos de mujeres que acceden al crdito queen aquellos que no acceden. El nivel de instruccinse antepone al acceso al crdito. El 75,6% de lasmujeres con crdito expresa que son ellas quienesdeciden sobre las compras para el hogar. Esto suponeque la autonoma econmica que puede generaruna determinada actividad productiva hace quela mujer pueda tener decisin sobre sus ingresos.Situacin similar se presenta en las dems tomas dedecisiones, por ejemplo, un 70% de las prestatariasarma que fue una decisin mancomunada el acceso

    al crdito. Con respecto a las decisiones sobre elganado, el 5% del grupo no intervenido (sin crdito)arma tener poder de decisin sobre el ganado, cifraque se cuadriplica para el caso de las mujeres concrdito (24%).

    La participacin de la mujer en la vida socialcomunal nace como una extensin de las actividades

    reproductivas. As, se encuentra que el grupo sinacceso al crdito tiene un ligero mayor desarrollode la gestin social de las mujeres con respecto aaquellas que acceden al microcrdito, esto debidoa que al ser el microcrdito un hecho individual sedeja de lado la asociatividad (en Puquina destaca laOSB como organizacin cuyos crditos son para elcolectivo).

    Incluir una lnea exprofesa de trabajo en el tema de

    gnero es fundamental si las instituciones crediticiasquieren generar algn beneficio potencial en elempoderamiento de las mujeres y, mejor an, si estasvienen acompaadas de actividades sociales (no tan-gibles) que permiten un sostn del empoderamientode las mujeres.

    Las caractersticas que denen a las mujeres estn marcadas por su socia-lizacin, lo que las impulsa o detiene a acceder al microcrdito.

    FotoCIES