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John Dewey (1859-1952) fue, adems del ms importante pensador y educador de los Estados Unidos en la primera mitad del siglo XX, el filsofo por excelencia de la democracia tal como la concibieron los norteamericanos desde la poca de sus Padres Fundadores. Para l, el secreto de la democracia no est exclusivamente en las instituciones que se llaman a s mismas democrticas; sino sobre todo en los hbitos que conforman la vida de los individuos hasta el punto que hacen de estos el centro y la consumacin de la experiencia.Retomando la tradicin a la vez individualista y democrtica de autores como Ralph Waldo Emerson, Walt Whitman y William James, Dewey configura una idea de democracia que, fundada en un concepto social de individuo, enfatiza el libre desarrollo de la individualidad, la coope-racin reflexiva y la investigacin como prctica permanente de recons-truccin social.A lo largo de los siete captulos de este libro, el autor sigue paso a paso el modo como Dewey va modelando su idea de la individualidad en cuan-to ncleo central de una democracia vlida para los tiempos presentes, en que la tirana de la mayora y el poco aprecio de la individualidad parecen ser los signos distintivos de quienes, para desgracia de la propia democracia, pretenden defenderla.

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El individualismo democrtico de

John Dewey

Diego Antonio Pineda Rivera

Reflexiones en torno a la construccin de una cultura democrtica

Diego Antonio Pineda Rivera. Licenciado en Filosofa, magster en Filosofa y doctor en Filosofa de la Pontificia Universidad Javeriana. Entre 1999 y 2002 fue director de la Carrera y la Licenciatura en Filosofa. Actualmen-te es profesor asociado de la Facultad de Filosofa y desde julio del 2011 es el decano acadmico de la Facultad de Filosofa de esta misma universidad. Es autor de mltiples artculos filosficos en publi-caciones colombianas y extranjeras. Escritor y traductor de diversos textos filosficos para nios, jvenes y adultos en Colombia, Brasil, Espaa, Argentina y otros pases.

Imagen de cubierta:Antonio Guilln, Meridion circulare (2008)

Lo religiosoMartha J. Patio

Ms all del espejo retrovisor

Sergio Roncallo Dow

Sergio Roncallo Dow

Doctor en Filosofa de la Pontificia Universi-dad Javeriana, Magster en Comunicacin de la misma universidad y filsofo de la Universidad de los Andes. Profesor asistente de la Facultad de Comunicacin en la Universidad de La Saba-na. Autor de numerosos artculos cientficos en filosofa y comunicacin.

Imagen de cubierta:Carolina Maya-Gmez

La nocin de medio en Marshall McLuhan

La Vicerrectora Acadmica y la Editorial de la Pontificia

Universidad Javeriana se enorgullecen en presentar la

Coleccin Laureata. Esta seleccin recoge los trabajos

de investigacin de las maestras y doctorados

de esta Universidad que han sido laureados. Con

este esfuerzo, la Universidad quiere fortalecer los

ejercicios de divulgacin del conocimiento y darle

un reconocimiento a los investigadores y escritores

cuyo trabajo investigativo ampla las barreras y los

lmites del conocimiento.

Paul Valry (1871-1945), conocido sobre todo como poeta, tiene una obra inmensa que, adems de ensayos, comprende los llamados Cuadernos, un documento seguramente nico en la literatura francesa. Escritos cada da de forma religiosa desde 1894 hasta 1945, entre las cuatro y las ocho de la maana, conforman un compendio de meditaciones en forma de fragmentos.

Gran parte de dicha obra est dedicada a la esttica y a la potica, haciendo de Valry un terico de su propio quehacer. Este libro pretende exponer su pensamiento potico enmarcado en una teora de la accin centrada ya no en la cosa hecha sino en la accin que la hace. Esta potica es llamada por el propio autor poietica, evocando la raz griega del trmino y distancindose de la idea de potica como un compendio de reglas anquilosadas.

Poner el nfasis en la accin y no en la cosa hecha le permite al autor francs atribuirle al receptor una dimensin potica. l sera el co-creador de una obra que permanece siempre abierta a nuevas interpretaciones. Esta teora de la accin potica da cuenta de un proceso que comienza en el acto creativo y tiene su realizacin slo en el momento de la recepcin.

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La Vicerrectora Acadmica y la Editorial de la Pontificia Universidad Javeriana se enorgullecen en presentar la Coleccin Laureata. Esta seleccin recoge los trabajos de investigacin de las maestras y doctorados de esta Universidad que han sido laureados. Con este esfuerzo, la Universidad quiere fortalecer los ejercicios de divulgacin del conocimiento y darle un reconocimiento a los investigadores y escritores cuyo trabajo investigativo ampla las barreras y los lmites del conocimiento.

Tiene sentido preguntarse por la existencia de un pensamiento moral en Ren Descartes? El tema y el propsito fundamental de este libro es precisamente responder esta pregunta, asumiendo que ese pensamiento moral efectivamente existe y constituye un objeto de investigacin completamente vlido, pues hay en su obra suficientes elementos de estudio y anlisis como para con-siderar que la tarea es auspiciosa y plausible.

Sin embargo, al iniciar la tarea surgen grandes dificultades: qu moral es esa de la cual habla el filsofo? Si en el Discurso Del mtoDo habla Descartes de una moral de provisin, por qu los comentaristas hablan por su parte de moral provisional? Ms an: en qu consiste esa moral definitiva a la cual se refieren tantos lectores y estudiosos de su obra? En sntesis, qu posibilidades reales hay de responder satisfactoriamente la pregunta por la existencia de un pensamiento moral en Descartes? El presente libro quiere, precisamente, responder estas preguntas, y mostrar cmo la moral cartesiana constituye la primera moral filosfica de la modernidad.

Esta obra va dirigida a todo lector que posea una formacin filosfica bsica, y un inters particular por los temas ticos y morales. Este lector puede prescindir del amplio y a veces complejo aparato crtico, condensado en las numerosas notas de pie de pgina. Sin embargo, ese mismo aparato crtico puede ser de especial importancia y utilidad para los conocedores y estudiosos de la filosofa cartesiana.

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Obstinado Rigor

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Ms all del espejo retrovisor Sergio Roncallo Dow

La Vicerrectora Acadmica y la Editorial de la Pontificia Universidad Javeriana se enorgullecen en presentar la Coleccin Laureata. Esta seleccin recoge los trabajos de investigacin de las maes-tras y doctorados de esta Universidad que han sido laureados. Con este esfuerzo, la Universidad quiere fortalecer los ejercicios de divulgacin del conocimiento y darle un reconocimiento a los in-vestigadores y escritores cuyo trabajo investigativo ampla las barreras y los lmites del conocimiento.

ltimos ttulos publicados de esta coleccin:

El individualismo democratico.indd 1 12/04/2012 03:13:12 p.m.

El individualismo democrtico de John Dewey.



El individualismo democrtico de John Dewey.


Diego Antonio Pineda Rivera


ReseRvados todos los deRechos

Pontificia Universidad Javeriana Diego Antonio Pineda Rivera

Primera edicin: abril del 2012Bogot, D.C. ISBN: 978-958-716-529-6Nmero de ejemplares: 300Impreso y hecho en ColombiaPrinted and made in Colombia

Editorial Pontificia Universidad JaverianaCarrera 7 n. 37-25, oficina 1301Edificio LutaimaTelfono: 320 83 20 ext. 4752www.javeriana.edu.co/editorialBogot, D.C.

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diagRamacin:Emilio Simmonds

diseo de cubieRta:Magdalena Monsalve

montaje de cubieRta:Emilio Simmonds

impResin:Javegraf

Pineda Rivera, Diego Antonio

El individualismo democrtico de John Dewey : reflexiones en torno a la construccin de una cultura

democrtica / Diego Antonio Pineda Rivera. -- 1a ed. -- Bogot : Editorial Pontificia Universidad Javeria-

na, 2012. -- (Coleccin Laureata).

504 p. ; 24 cm.

Incluye referencias bibliogrficas (p. 487-502).

ISBN: 978-958-716-529-6

1. DEWEY, JOHN, 1859-1952 - CRTICA E INTERPRETACIN. 2. FILOSOFA ESTADOUNI-

DENSE. 3. FILOSOFA POLTICA. 4. DEMOCRACIA. I. Pontificia Universidad Javeriana.

CDD 191 ed. 21

Catalogacin en la publicacin - Pontificia Universidad Javeriana. Biblioteca Alfonso Borrero Cabal, S. J.

________________________________________________________

ech. Marzo 15 / 2012

Prohibida la reproduccin total o parcial de este material sin autorizacin por escrito

de la Pontificia Universidad Javeriana.

ASOCIACIN DE UNIVERSIDADESCONFIADAS A LA COMPAIA DE JESS

EN AMRICA LATINA

MIEMBRO DE LA RED DE

EDITORIALES UNIVERSITARIAS

DE AUSJALwww.ausjal.org


Contenido

intRoduccin .................................................................................... 11

paRte i antecedentes y pResupuestos

del individualismo democRtico de john dewey

captulo idel viejo individualismo a una cultuRa de libRe ciRculacin ..............39

La multiplicidad de individualismos ...........................................44Tres formas de viejo individualismo ............................................48 El individualismo religioso y moral .........................................49 El individualismo econmico del laissez faire ..........................52 El individualismo pionero ................................................. ......54El individualismo sin individualidad de la poca corporativa .................................................................... 57Contradiccin y confusin como signos de la cultura norteamericana ..........................................................60El individuo perdido y la cultura del dinero ....................................66El supuesto bsico de un nuevo individualismo: una cultura de libre circulacin ....................................................... 70

captulo iilas fuentes intelectuales de un nuevo individualismo: emeRson, whitman, james ...................................................................83

Emerson: el individualismo de la autoconfianza y la autorrealizacin ................................................90Individualidad y universalidad: las perspectivas democrticas de Walt Whitman ....................... 103Individualidad y pluralidad: la idea de un universo abierto de William James.........................119


captulo iiide la individualidad peRdida a la filosofa de la expeRiencia como fundamento del individualismo democRtico ............ 135

La filosofa de Leibniz como conciliacin de universalidad e individualidad ................................................ 140Notas constitutivas y posibles malas interpretaciones de la nocin de Individualidad ...................................................... 145Individualidad, experiencia y tiempo ........................................... 154La Individualidad como contingencia y sus consecuencias para la idea de democracia ............................ 162La prdida de la individualidad como problema central del mundo contemporneo .............................. 168El individualismo democrtico y la filosofa de la experiencia ...... 178

paRte ii de la democRacia como foRma de

gobieRno a la democRacia como foRma de vida

captulo ivla defensa deweyana de la democRacia como modo de oRganizacin social ................................................... 193

Contra una concepcin aritmtica de la democracia ....................200Los desvaros del liberalismo economicista ................................... 212Las inconsistencias del marxismo como filosofa social ................223Los peligros del totalitarismo para la vida individual .................... 241

captulo vhacia una compRensin de la democRacia como modo de vida peRsonal .............................................................255

De la democracia como ideal tico a la democracia como tarea creativa ..............................................260Ethos personal y comunidad democrtica ..................................... 271La primaca de la comunidad sobre el Estado ................................ 277De la comunidad de verdad a la comunidad de investigacin .......284


El principio clave: la libertad de la inteligencia .............................294La democracia como cooperacin reflexiva .................................. 307

paRte iiiclaves paRa la constRuccin de una cultuRa democRtica

captulo vitRabajo, ciencia y tecnologa: la constRuccin de las bases mateRiales de una cultuRa democRtica ............................. 321

Educacin y ciudadana desde la perspectiva del individualismo democrtico ................................325Aprender a ganarse la vida como presupuesto de la vida democrtica: el sentido de la educacin industrial ............339El desarrollo del espritu cientfico como factor de la ciudadana democrtica ....................................353El control social de la tecnologa como condicin del individualismo democrtico ..................................366

captulo viila ReconstRuccin del aRte, la Religin y la filosofadesde la peRspectiva del individualismo democRtico ........................... 377

Las artes como expresin de la individualidad democrtica ......... 381La experiencia religiosa como factor democrtico de unidad en la diferencia ........................................404La reconstruccin de la filosofa desde la perspectiva de una sociedad democrtica ........................423

Reflexiones finales ...........................................................................453

apndice lista completa de los textos de john dewey (tomados de sus obRas completas en ingls) que fueRon utilizados en este tRabajo ................................................. 479

bibliogRafa consultada ................................................................... 487


No es reduciendo a la uniformidad todo lo que hay de individual en los seres humanos, sino cultivndolo y destacndolo, dentro de los lmites que a ello le imponen los derechos e intereses de los otros, que los hombres llegan a ser un noble y bello objeto de contemplacin. [] Es en proporcin al desarrollo de su individualidad que cada persona llega a ser ms valiosa para s misma y que es capaz, por tanto, de hacerse ms valiosa para otros. [] Para dar un libre juego a la naturaleza de cada uno es esencial que a personas diferentes se les permita llevar vidas diferentes. [] Ni siquiera el despotismo es capaz de producir sus peores efectos mientras la Individualidad exista bajo l, pues todo lo que oprime la individualidad es despotismo, no importa el nombre que se le d y si lo que pretende imponer sea la voluntad de Dios o los mandatos de los hombres. (John Stuart Mill, On Liberty)

[] la posibilidad de la libertad est profundamente arraigada en nosotros mismos, pues ella es una nica cosa con nuestra individualidad, con ese ser nico que hace que seamos lo que somos, y no imitadores o parsitos de otros. Pero, como todas las otras posibilidades, tambin esta posibi-lidad tiene que ser actualizada; y, tambin como todas las otras posi-bilidades, esta solo puede ser actualizada a travs de la interaccin con condiciones objetivas. La cuestin de la libertad poltica y econmica no es un apndice, un agregado de ltima hora, o, menos an, una desviacin o excrecencia del problema de la libertad personal. Y ello porque las condi-ciones que forman la libertad econmica y poltica son condiciones que se requieren en orden a realizar la potencialidad de libertad que cada uno de nosotros lleva consigo en su propia estructura. Las relaciones uniformes y constantes, y su conocimiento en trminos de leyes, no constituyen un impedimento para la libertad, sino que son un factor necesario para que se convierta en algo efectivo aquello que est en condiciones de crecer en nosotros. Las condiciones sociales interactan de un modo favorable con las preferencias del individuo (que son su individualidad), en orden a actualizar su libertad, nicamente cuando estos desarrollan inteligencia; y esta no es ni conocimiento ni pensamiento abstractos, sino poder de visin y reflexin, pues son estos poderes los que tienen por efecto hacer las prefe-rencias, los deseos y los propsitos ms flexibles, perceptivos y decididos. Se ha pensado muy a menudo la libertad como un poder indeterminado que opera en un mundo cerrado y concluido; en realidad, la libertad es una voluntad decidida que est operando permanentemente en un mundo que, en muchos aspectos, es todava indeterminado, pues permanece abierto y se sigue moviendo hacia un futuro nuevo.(John Dewey, Philosophies of Freedom)


11

Introduccin

Lo que me propongo examinar en el presente trabajo es en qu puede consistir la construccin de una cultura democrtica entendida esta como una cultura en donde los individuos son el foco primario de aten-cin de cualquier gnero de experiencia a partir del dilogo directo con la obra del filsofo y educador norteamericano John Dewey. Puesto que en dicho filsofo accin poltica y educacin para la democracia hacen parte de un mismo proyecto filosfico, al que denominar a lo largo de este trabajo individualismo democrtico, habr de empezar por examinar de forma detallada en qu consiste dicho individualismo y qu implicaciones tiene tanto para la accin poltica democrtica como para la formacin de un nuevo tipo de ciudadano en el marco de una cultura democrtica. Ello implicar, desde luego, examinar con cierto cuidado su filosofa de la experiencia y su concepcin de la democracia como modo de vida, pues solo en ese contexto es posible comprender su idea de una reconstruccin de la cultura democrtica que afecta a los ms diversos factores de esta: sus formas de trabajo, educacin, ciencia y tecnologa as como sus expresiones estticas, religiosas y filosficas.

Las primeras objeciones que, de entrada, podran plantearse a este proyecto de investigacin estaran ligadas a la situacin histrica y geo-grfica, as como al ambiente intelectual (marcado por el llamado prag-matismo norteamericano1), en que se movi el filsofo estadounidense. Qu puede acaso ensearnos dira nuestro eventual objetor sobre lo

1 Aunque Dewey utiliza repetidamente los trminos America y american para referirse a su pas y a sus habitantes, yo siempre utilizar a lo largo de este trabajo los trminos Norteamrica (o en algunos casos Estados Unidos de Amrica, o simplemente Estados Unidos) para referirme a la Unin Americana y norteamericano (o, algunas veces, estadounidense) para referirme a los habitantes de los Estados Unidos. Utilizar tambin los trminos antes citados cuando estos se utilicen, por parte de Dewey, o de algn otro de los autores citados (o tambin por parte ma), como algo que hace referencia a una cierta mentalidad, patrn cultural o visin del mundo.


12 El individualismo democrtico de John Dewey

que debe ser una cultura democrtica hoy, en las primeras dcadas del siglo XXI y en un pas tan particularmente conflictivo como Colombia, un pensador que naci hace ya ciento cincuenta aos y en un pas, como los Estados Unidos, con una historia tan distinta y, en muchas cosas, tan tremendamente opuesta a la nuestra? Cmo es posible pensar la democracia desde un punto de vista pragmatista e individualista como el de Dewey? No es esto, acaso, asumir ya de entrada una perspectiva nica y cerrada sobre lo que esta significa, puesto que se le identifica con el desarrollo histrico de las instituciones polticas norteamericanas y con su vocacin imperialista? No es precisamente el pragmatismo la expresin filosfica de ese individualismo ciego que defiende a ultranza los privilegios ya adquiridos de quienes detentan el poder econmico, poltico y cultural y de la voluntad imperialista de una nacin que pro-mueve todo tipo de guerras absurdas a lo largo y ancho del planeta?.

Hay, desde luego, en estas posibles objeciones algo de legitimidad en cuanto se apoyan en hechos y percepciones que tienen un cierto grado de certeza y verosimilitud. Mi trabajo no pretende ser, sin embargo, ni una glorificacin de la historia norteamericana (como toda historia, tambin la de los Estados Unidos es una mezcla peculiar de luces y de sombras) ni de sus instituciones econmicas, polticas, culturales, educativas, etc. Reconozco, adems, que hay diferencias sustanciales entre la historia poltica norteamericana y nuestra propia historia poltica, pues en uno y otro caso hay conflictos de todo tipo que son enteramente diversos y, sobre todo, una forma muy distinta de enfrentar tales conflictos. No me es ajeno tampoco el hecho de que el contexto histrico en que se desarroll el pensamiento filosfico, poltico y pedaggico de Dewey los Estados Unidos de la segunda mitad del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX difiere radicalmente de las condiciones de un pas como Colombia, sumido an en un grave conflicto interno que amenaza las bases mismas de la vida democrtica.

La razn es obvia para cualquier habitante de un pas latinoamericano: Amrica es un amplio continente que no se reduce exclusivamente a los Estados Unidos de Amrica. Por lo tanto, reservar dicho trmino para referirse solo a uno de los muchsimos pases que conforman este gran continente resulta, para quienes habitamos los dems pases americanos, por lo menos abusivo. No pretendo decir, desde luego, que Dewey creyera que Amrica son solamente los estadounidenses. Solo quiero dejar claro, desde un comienzo, el sentido en que traducir estos dos trminos, utilizados tantas veces por Dewey, con el fin de evitar equvocos innecesarios.


Introduccin 13

A pesar de lo ya indicado, la comprensin de la poca histrica en que vivi nuestro filsofo resulta particularmente esclarecedora para entender tanto los mltiples factores que determinaron su pensamiento filosfico como la relevancia que este tiene para una concepcin reno-vada de la democracia. John Dewey naci en 1859 y muri en 1952, y a lo largo de sus casi 93 aos de vida fue testigo directo de la consolida-cin histrica de los Estados Unidos como nacin, y especialmente de su transformacin de un pas fundamentalmente agrario en la primera gran potencia industrial. La poca en que vivi fue tambin la de una de las ms profundas crisis de la economa capitalista y la de la aparicin de las economas planificadas; la de la consolidacin (y, a la vez, la de una profunda crisis) de la idea de democracia, al tiempo que la del sur-gimiento y desarrollo de los dos grandes modelos de totalitarismo: el fascismo y el comunismo sovitico; la de la transformacin ms radical de los ideales educativos y los mtodos pedaggicos que, partiendo del naturalismo pedaggico de Jean Jacques Rousseau, conducen hasta las formas ms radicales de la educacin progresiva; la del surgimiento de las ms diversas vanguardias artsticas y literarias; la de una progresiva secularizacin de la vida social; la del auge y decadencia de los grandes movimientos filosficos del siglo XIX y XX: marxismo, positivismo, idealismo, etc. Dewey, adems de ser partcipe directo en muchos de estos acontecimientos (por su injerencia en diversos asuntos pblicos, y especialmente por el impacto de sus ideas filosficas y pedaggicas), fue tambin un observador cuidadoso de cada uno de estos acontecimientos y desarroll un pensamiento propio sobre cada uno de estos asuntos: sobre educacin, esttica, religin, filosofa, poltica, economa, etc.

A lo anterior habra que agregar, adems, el hecho de que fue un filsofo con amplia perspectiva internacional que visit muchsimos pases europeos, asiticos, americanos e incluso africanos (incluso vivi durante dos aos en la China, entre 1918 y 1920), pases sobre los que especialmente Japn, China, la Unin Sovitica, Mxico y Turqua escribi mltiples artculos y libros.2 Aunque es cierto que

2 Una buena muestra de lo que fueron sus viajes y, en general, su actividad pblica hasta 1929 se encuentra en la compilacin de muchos de sus textos realizada por Joseph Ratner bajo el ttulo Characters and Events. Popular Essays in Social and Political Philosophy, en dos volmenes que alcanzan casi las novecientas pginas. Vase a este respecto la bibliografa que aparece al final de este trabajo.



su perspectiva fue siempre la de un norteamericano consciente de sus tradiciones democrticas y que el punto de referencia fundamental de todo su pensamiento fue el propio desarrollo de los Estados Unidos, no se sigue de all que su pensamiento quedase atrapado en una perspectiva nacionalista particular o que su pragmatismo fuese simplemente una justificacin a ultranza del modo de vida norteamericano. La preocupa-cin primaria de su filosofa fue, ms bien, la de intentar comprender lo que los nuevos desarrollos polticos, econmicos, culturales, peda-ggicos que se daban tanto en los Estados Unidos como en el resto del mundo implicaban en la transformacin del ideal democrtico heredado de la propia historia norteamericana, y especialmente de las ideas desa-rrolladas por sus Padres Fundadores3.

As pues, y an reconociendo el hecho de que el pensamiento filosfico de Dewey est muy ligado al destino histrico de los Estados Unidos, su condicin de filsofo norteamericano de orientacin prag-matista no le quita ni legitimidad ni valor a la investigacin que ahora emprendo en torno al significado de su individualismo democrtico y a las implicaciones que esta perspectiva tiene para la construccin de una cultura democrtica en los albores del siglo XXI.4 Retomando las preguntas ya planteadas por nuestro objetor imaginario, me permito, entonces, ofrecer a continuacin algunas respuestas ms directas a las objeciones ya sugeridas.

En primer lugar, debo decir que de mi examen del pensamiento de Dewey no pretendo extraer ningn tipo de enseanza directa, alguna especie de moraleja aplicable al mundo de hoy. Creo, como Hegel (sin duda el filsofo que ejerci una influencia ms directa sobre Dewey en

3 El trmino Padres Fundadores puede usarse en un sentido estrecho y otro amplio. En el primer sentido se refiere a aquellos que redactaron los documentos fundacionales de la Unin Americana y particularmente a los tres autores de The Federalist: James Madison, Alexander Hamilton y John Jay; as lo utiliza Thelma Lavine en su texto sobre John Dewey y los Padres Fundadores (vase Lavine, 1985, pp. 360-361). Dewey, sin embargo, utiliza el trmino en un sentido mucho ms amplio, que incluye a los grandes fundadores de los Estados Unidos (personajes como George Washington, Benjamin Franklin o Thomas Jefferson). De entre todos ellos, sin duda, el ms importante para Dewey es Jefferson, cuyo pensamiento estudi con particular inters.

4 Ms bien, como ha sugerido Larry Hickman, Director del Center for Dewey Studies, de la Southern Illinois University, en su conferencia de junio de 2002 en honor de John Dewey, al cumplirse cincuenta aos de su muerte, Dewey fue un ciudadano global; y su filosofa de la democracia y de la educacin es una herramienta esencial para la comprensin inteligente de lo que ha de ser una ciudadana global en el siglo que apenas comienza. Vase Hickman, 2002.


Introduccin 15

sus aos de formacin), que la filosofa debe guardarse de pretender ser edificante (Hegel, 1982, p. 14). Si bien del examen de un problema filo-sfico pueden seguirse todo tipo de consecuencias prcticas (ticas, est-ticas, polticas, educativas, etc.) tal es una de las tesis ms importantes del pragmatismo filosfico de Dewey y otros5 ello no quiere decir que tales consecuencias prcticas se sigan de forma inmediata y natural de las conclusiones filosficas a las que se haya llegado, sino que el paso de la teora a la prctica supone mltiples mediaciones interpretativas que van desde el examen del significado de dichas conclusiones hasta la indagacin pormenorizada de las circunstancias y factores que, en un momento dado, determinan esas posibles consecuencias establecidas a travs de la investigacin y el pensamiento reflexivos. Si en algo insiste Dewey a lo largo de toda su obra filosfica es precisamente en la mutua determinacin de los medios y de los fines; y en que, por tanto, solo es posible alcanzar fines democrticos a travs de medios democrticos (Cfr. Democracy Is Radical, LW 11: 298).

En segundo trmino, las ideas filosficas, si bien surgen y se de-sarrollan en circunstancias histricas especficas, no por ello quedan plenamente ligadas a tales circunstancias o completamente determi-nadas por ellas. Si as fuera, carecera de sentido por completo que hoy siguiramos leyendo a filsofos como Platn, Aristteles, Santo Toms,

5 En un texto del ao 1916, Dewey, ante las mltiples malas interpretaciones de que ha sido objeto el trmino pragmtico, hace la siguiente precisin: Es mucho ms fcil dar comienzo a una leyenda que evitar su circulacin continuada. Ninguna comprensin errnea de la lgica instrumental ha sido ms persistente que la creencia de que ella hace del conocimiento simplemente un medio para un fin prctico, o para la satisfaccin de necesidades prcticas, dando as al trmino prctico el significado de utilidades bastante definidas: todas aquellas que tienen que ver con la satisfaccin de las necesidades ms bsicas o de simples necesidades de tipo material. Las asociaciones que, de modo habitual, suele suscitar el trmino pragmtico han sido mucho ms fuertes que las afirmaciones ms explcitas y enfticas que cualquier pragmatista haya podido hacer. Sin embargo, afirmo una vez ms que el trmino pragmtico designa nicamente la regla que exige referir todo pensamiento, toda consideracin de tipo reflexivo, a consecuencias para su prueba y su significado definitivos. Nada se dice con respecto a la naturaleza de las consecuencias; pueden ser estas de cualidad esttica, moral, poltica o religiosa; lo que ustedes gusten. Todo lo que la teora exige es que, de algn modo, se trate de consecuencias del pensamiento; pero, por supuesto, no del pensamiento en cuanto algo aislado, sino de este en cuanto acta sobre otras cosas y en conexin con otras cosas (An Added Note as to the Practical in Essays in Experimental Logic, MW 10: 366). Una traduccin parcial de este texto al espaol puede encontrarse en Kurtz, 1972, 190-192. Un interesante comentario sobre el significado de prctico en Dewey, y en el pragmatismo en general, es el de Alfonso Damico. Vase Damico, 1986. Sobre la opinin que tiene Dewey con respecto al uso del trmino pragmtico, opinin en la que hay una cierta dosis de reserva, vase Jackson, 2006, pp. 59-62.



Descartes, Kant, Hegel, Nietzsche, etc. Lo que es vlido para todos ellos lo es tambin para el pensamiento de Dewey, aunque en este caso, creo yo, se puede percibir una diferencia fundamental. John Dewey vivi en una poca a la vez de auge y de una tremenda crisis de los ideales democrticos. Su pas, los Estados Unidos, era en buena medida el abanderado por excelencia de los derechos individuales y las libertades pblicas, as como del modo de gobierno republicano, a la vez que se converta en la ms grande potencia industrial. Al mismo tiempo, sin embargo, vena desarrollando en su seno formas terribles de intole-rancia racial y de persecucin a las fuerzas disidentes en nombre de un americanismo a ultranza que, hacia adentro, generaba nuevas formas de censura, represin e intolerancia, y, hacia afuera, se manifestaba en una poltica de expansionismo territorial e imperialismo comercial y poltico.6 En los ltimos aos de su vida, Dewey adems pudo ver con sus propios ojos de qu forma los ideales democrticos se vean seria-mente cuestionados por acontecimientos histricos tan devastadores como las crisis econmicas generadas por los desvaros del capitalismo financiero, el fanatismo totalitario (en su doble faceta fascista y comu-nista) y la inmensa destruccin que dejaron dos guerras mundiales. Tales asuntos lo llevaron a pensar una y otra vez en los fundamentos y validez del modo de vida democrtico; y, aunque nunca declin su fe en la democracia, hubo de reconstruirla da a da a la luz de nuevos retos. Si a Dewey se le considera por excelencia como el filsofo de la democracia, ello es precisamente porque esta constituye uno de los su-puestos fundamentales de todo su pensamiento filosfico, un supuesto que no dej de examinar nunca y del cual no dej de extraer cada vez nuevas consecuencias.7

6 Sobre la crtica de Dewey al nacionalismo y al imperialismo norteamericanos pueden verse, entre otros, artculos suyos como los siguientes: Democracy and Loyalty in the Schools (MW 10: 158-163), Americanism and Localism (MW 12: 12-16), The Fruits of Nationalism (LW 3: 152-157), Imperialism Is Easy (LW 3: 158-162), e incluso Psychology and Justice, en donde hace un anlisis detallado de los motivos y circunstancias que condujeron a la absurda ejecucin de los anarquistas italianos Sacco y Vanzetti.

7 Una presentacin sencilla, pero bastante bien lograda, de lo que signific la obra filosfica de John Dewey en el contexto de la vida democrtica norteamericana, de cmo l fue a la vez expresin y resultado de la vida estadounidense; y, sobre todo, de cmo y por qu la democracia como forma de vida es el supuesto bsico de todo su pensamiento, es el ensayo de George E. Axtelle John Dewey y el genio de la civilizacin norteamericana, en Lawson-Lean, 1971, pp. 59-97. Para una presentacin general de la filosofa de Dewey en espaol, sigue siendo una


Introduccin 17

En tercer lugar, Dewey nunca identifica su idea de la democracia con la existencia de un cierto conjunto de instituciones polticas especficas o una determinada forma de gobierno. Para l como para algunos de los ms importantes pensadores norteamericanos del siglo XIX, entre ellos especialmente Ralph Waldo Emerson y Walt Whitman, la demo-cracia, ms que un modo de gobierno, es una forma de vida espiritual, es decir, un ideal de vida que se encarna de una forma peculiar en los individuos: en sus hbitos intelectuales y morales, en su inteligencia reflexiva e incluso en sus impulsos y emociones ms primitivos en tanto estos son educados. Dir, pues, Dewey que la democracia es un modo de vida personal (Creative Democracy - The Task Before Us, LW 14: 227).8

Es claro, desde luego, que Dewey no pretende restarle importancia a cierto tipo de instituciones que son propias de lo que los norteamerica-nos llaman la forma republicana de gobierno (el Parlamento, las cor-tes, etc.) o a determinados mecanismos propios de la vida democrtica (como el voto individual o la regla de la mayora), sino, ms bien, poner de presente que no es la mera mecnica de gobierno lo que es propio de la vida democrtica, pues dicha mecnica solo tiene sentido como expresin de un modo de vida tico que, basado en la libre asociacin de los individuos, ofrece las condiciones para su desarrollo ms pleno. Pretender identificar la filosofa de Dewey con la poltica imperialista norteamericana es tan desacertado como imputarle a Hegel o a Nietzsche los pecados del nazismo.

Finalmente, cuando se menciona el trmino pragmatismo, es muy fcil incurrir en todo tipo de equvocos. No faltar quienes se de-diquen a repetir las consignas de Bertrand Russell, quien lo consider simplemente una expresin del comercialismo americano, o de Harry K. Wells, quien, desde una perspectiva marxista, lo llam sin ambages la filosofa del imperialismo.9 Es evidente que, si uno toma de forma

referencia obligada el libro de Sidney Hook, uno de sus principales amigos y colegas (vase Hook, 2000). Acaba de publicarse recientemente en espaol un excelente texto de Richard Bernstein, en donde hace una presentacin sinttica de la filosofa de Dewey que puede ser una buena introduccin al estudio de su obra. Vase Bernstein, 2010.

8 Esta idea de democracia como modo de vida es algo que est presente a lo largo de toda la carrera filosfica de Dewey, y que es explcita ya en sus primeros escritos. Vase a este respecto The Ethics of Democracy (EW 1: 227-249).

9 Esta apreciacin de Russell se encuentra en varios de sus escritos sobre la filosofa de su tiempo. Un pasaje donde ello es ms explcito se encuentra en su ensayo La filosofa en el siglo XX,



aislada ciertas declaraciones de un filsofo, sin considerar el contexto en que estas se hicieron o la pretensin general de su filosofa, puede darle a ese filsofo, y a la perspectiva filosfica que representa, el calificativo que uno quiera. Hacer tal cosa, sin embargo, no es precisamente un signo de honestidad intelectual. Es cierto, desde luego, que el pragma-tismo filosfico es una expresin peculiar de la vida norteamericana, no solo porque los principales filsofos pragmatistas (Peirce, James, Dewey, Mead, Royce, Santayana, etc.) fueron norteamericanos, sino porque, de hecho, su filosofa era una expresin de cierto tipo de con-ductas y de problemas muy propios de los estadounidenses. De all no se sigue, sin embargo, que el pragmatismo sea simplemente una especie de autojustificacin filosfica de la cultura norteamericana.10 Toda filosofa es a la vez una expresin de una poca y una crtica severa del mundo del que hizo parte. El pragmatismo no es la excepcin a este principio general, pues quien lea con atencin los escritos de Dewey notar que, aunque nunca reniega de su condicin de norteamericano,

en donde afirma lo siguiente: La teora del pragmtico se deriva de la prctica del vendedor callejero, quien, a fuerza de repetir que sus pldoras valen una libra la caja, convence a la gente y logra que esta la pague a seis peniques, haciendo as que su afirmacin est ms cerca de la verdad que si la hubiera hecho con menos conviccin. Estos ejemplos de verdad artificial son interesantes, pero su campo es muy limitado. Exagerando su importancia se llega a una orga de propaganda, la cual tiene un fin brutal, debido a hechos tales como guerra, peste y hambre (Russell, 1984, p. 183). Sobre el juicio general que hace Russell sobre el pragmatismo, vase Russell, 1964, pp. 275-280 y 295-296. Su punto de vista sobre James y Dewey est un poco ms desarrollado en Russell, 1978, pp. 434-451. Sobre las relaciones, a la vez amables y tensas, entre Dewey y Russell, vase la nota 1 de la introduccin que hace Ramn del Castillo al libro de R. Bernstein sobre Dewey (Bernstein, 2010, pp. 273-274).

Dewey, por su parte, aunque nunca neg que existiese un vnculo fuerte entre el pragmatismo y la cultura norteamericana, rechaz de forma radical el intento russelliano de establecer un vnculo directo entre el pragmatismo y lo que l llama los aspectos ms oscuros del industrialismo americano. Pero, dado lo absurda que le parece la afirmacin de Russell, intenta desmontarla por la va de la caricaturizacin, al afirmar que decir que el pragmatismo es una expresin del comercialismo americano es como decir que el neorrealismo ingls es un reflejo del esnobismo aristocrtico de los ingleses, la tendencia de los franceses a pensar en trminos dualistas una expresin de la supuesta disposicin de estos a tener una amante, adems de su esposa; y el idealismo de los alemanes una manifestacin de su habilidad para elevar la cerveza y las salchichas hasta fundirla en una sntesis superior con los valores espirituales representados por Beethoven y Wagner (Pragmatic America, LW 3: 307).

El texto de Harry Wells, que tiene por ttulo Pragmatismo: la filosofa del imperialismo, es un examen del pragmatismo en general (y no solo de la filosofa de Dewey) desde la perspectiva del marxismo ms dogmatico, en donde, sin el ms mnimo sentido histrico, se pretende mostrar que el pragmatismo no es otra cosa que la filosofa oficial del imperialismo norteamericano. Vase Wells, 1964.

10 Una descripcin sensata de los vnculos existentes entre el pragmatismo y la cultura norteamericana es la de John Childs en su texto sobre Pragmatismo y educacin. Vase Childs, 1956, pp. 13-20. Tambin es til lo que al respecto se anota en Geneyro 1991, pp. 115-119.


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no por ello est de acuerdo con todo lo que en su pas ocurre; y que, por el contrario, es un muy severo crtico de la cultura estadounidense.11 Sobre este asunto se pronuncia Dewey de forma expresa en diversos pasajes de su ensayo sobre el desarrollo del pragmatismo norteamerica-no, del que cito a continuacin algunos apartes:

[] Esta teora [se refiere al pragmatismo] fue norteamericana en su origen en cuanto insisti en la necesidad de la conducta humana y de la realizacin de algn objetivo en orden a clarificar el pensamiento. Sin embargo, al mismo tiempo, desaprueba aquellos aspectos de la vida norteamericana que hacen de la accin un fin en s mismo y que conciben fines muy limitados y muy prcticos. Al considerar un sistema de filosofa en su relacin con factores nacionales es necesario tener en mente no solo los aspectos de la vida que estn incorporados en el sistema, sino tambin aquellos aspectos contra los cuales el sistema es una protesta. Nunca ha existido un filsofo que mereciera tal nombre por la simple razn de que hubiese glorificado las tendencias y caractersticas de su entorno social, como tambin es verdad que nunca ha habido un filsofo que no se hubiera aprovechado de ciertos aspectos de la vida de su tiempo y los hubiese idealizado.

[] Est ms all de cualquier duda que el carcter progresivo e inestable de la vida y la civilizacin norteamericanas ha facilitado el nacimiento de una filosofa que considera el mundo como algo que est en constante formacin, donde hay an lugar para el indeterminismo, para lo nuevo y para un futuro real. Esta idea, sin embargo, no es exclusivamente norteamericana, aunque las condiciones de la vida norteamericana han ayudado para que esta idea llegue a ser autoconsciente. Tambin es verdad que los norteamericanos tienden a subestimar el valor de la tradicin y de la racionalidad considerada como un logro del pasado. Pero el mundo tambin ha dado pruebas de irracionalidad en el pasado y esta irracionalidad est incorporada en nuestras creencias y nuestras instituciones. Hay malas y buenas tradiciones y siempre es importante distinguir. Nuestro desdn hacia las tradiciones del pasado, con todo lo que esta negligencia implica en el sentido de empobrecimiento espiritual de nuestra vida, tiene su compensacin en la idea que el mundo est siempre comenzando de nuevo y se est reconstruyendo ante nuestros ojos . (The Development of American Pragmatism, LW 2: 5-6; 19-20)

11 Son mltiples los textos en que Dewey se muestra muy crtico de la cultura norteamericana. Solo mencionar aqu dos de ellos que me parecen particularmente representativos: su artculo A Critique of American Civilization (LW 3: 133-144), de 1928, y su libro Individualism Old and New (LW 5: 41-123), de 1929-1930.



Es evidente que, en mi intento por responder a un objetor imagi-nario, he ido ya perfilando una cierta justificacin del sentido de mi trabajo. No considero intil, sin embargo, ofrecer una justificacin ms precisa de la eleccin tanto del autor como de la temtica de la presente investigacin. Por qu mi inters por Dewey y por su concepcin de aquello en lo que consiste una cultura democrtica? Intentar presen-tar a continuacin algunas de las razones y motivos que me inclinaron hacia esta eleccin.

A la base de esta eleccin est, en primer lugar, un profundo atrac-tivo por la coherencia de su proyecto filosfico. Si el pragmatismo en general (por ejemplo, el de Peirce y James) ofrece las claves de un amplio proyecto de reconstruccin de la filosofa, es, sin duda, John Dewey quien desarrolla de forma ms acabada dicho proyecto. Aunque las lneas ms generales de dicha propuesta de reconstruccin de la filosofa se encuentran ya esbozadas en sus conferencias de 1919 en la Universidad Imperial del Japn, en Tokio, que dieron lugar a su libro Reconstruction in Philosophy, l mismo sigui desarrollando por ms de treinta aos las ideas all elaboradas, de tal manera que toda su obra filosfica posterior en los ms diversos campos (metafsica, lgica, epistemologa, tica, esttica, filosofa poltica y de la educacin) vino a ser una expresin de un proyecto consciente que obtuvo un desarrollo sistemtico.

Adems de la inmensa coherencia interna que puede uno encontrar en el tratamiento que hace Dewey de las ms diversas temticas filo-sficas, cabe destacar la sinceridad y profundidad de su pensamiento, especialmente manifiestas en la continua revisin de sus propias ideas, lo que, entre otras cosas, lo llev a reescribir en ms de una ocasin muchas de sus obras y a retractarse de posturas previamente asumidas.12

12 Son muchas las obras que Dewey reformul y reescribi aos ms adelante. Veamos algunos ejemplos. De su Ethics, escrita junto con J. Tufts, hay una primera versin en 1908 y una segunda versin de 1932. De How We Think, una obra dirigida a los maestros de los Estados Unidos, con quienes la discuti parte por parte, hay una primera versin de 1910, y una segunda versin de 1933; en este caso, adems, no se trata simplemente de una correccin o complemento, sino de una reescritura completa del texto, hasta el punto que esta segunda versin la titula How We Think: A Restatement of the Relation of Reflective Thinking to the Educative Process. Se sabe, adems, que, cuando no quedaba contento con un texto, en vez de corregirlo y mejorarlo, lo redactaba prcticamente de nuevo. As, por ejemplo, se sabe que hay muy diversas versiones del primer captulo de Experience and Nature. Sobre la base de estas distintas versiones, Philip Jackson (vase Jackson, 2004) ha hecho un interesante ensayo sobre la concepcin que tiene Dewey de la tarea del filsofo. Es conocido tambin cmo Dewey tuvo


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Hay, pues, en toda su filosofa, un talante democrtico, consistente en una permanente autocrtica y autocorreccin de s mismo, talante que se expresa igualmente en sus obras epistemolgicas, ticas, estticas, polticas y pedaggicas.

Este espritu de sinceridad filosfica13 y este es un segundo motivo fundamental de mi eleccin del autor y del tema se expresa no solo en su obra escrita, sino tambin en su vida personal y pblica. Aunque dejo aqu de lado las consideraciones sobre su vida personal, en donde da sucesivas muestras de una gran integridad moral,14 no lo hago porque las considere carentes de significado, sino solamente porque quiero destacar su condicin de personaje pblico y de filsofo consa-grado de la forma ms plena a la defensa de los derechos y libertades individuales.15 Aparte de sus mltiples participaciones en asociaciones, partidos, sindicatos, comits de defensa de los derechos individuales, etc., y de los muchos textos que escribi sobre los ms diversos asuntos de su tiempo, cabe destacar aqu su intervencin desarrollada dentro de un espritu claramente liberal y democrtico, y no como defensa de

que revisar algunas de sus posiciones polticas, como por ejemplo el juicio que le mereca la Rusia bolchevique (de la que tuvo una impresin favorable cuando viaj all en 1928, pero de la que luego se decepcion completamente a causa de sus mtodos antidemocrticos, y especialmente a raz del caso Trotsky), o su actitud ante la entrada de los Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial (que inicialmente aprob, pero de la que luego se arrepinti hasta llegar a formar parte de movimientos en pro de la ilegalizacin de la guerra).

13 Una de las caractersticas esenciales del pragmatismo como filosofa es que est ms interesado en que las creencias se defiendan mediante un compromiso sincero con ellas que en la coherencia formal interna de las teoras. Tal fue la tesis principal que defendi William James en su idea de la voluntad de creer (will to believe). Dewey comparte la idea de James segn la cual existe un vnculo entre el tipo de filosofa en que creemos y el tipo de persona que queremos ser y el tipo de mundo que aspiramos a construir. En su ensayo sobre el desarrollo del pragmatismo en Norteamrica, seala Dewey que, dado que el descubrimiento de las consecuencias que se siguen de una creencia tiene influencia sobre la creencia misma, hacer explcitos los motivos que lo llevan a uno a abrazar una filosofa en vez de otra es prestar un servicio a la causa de la sinceridad filosfica (Cfr. The Development of American Pragmatism, LW 2: 10).

14 Para una mirada elemental pero significativa de lo que fue la vida de Dewey, con un nfasis en los aspectos ms dramticos de su vida y en la entereza moral con que los asumi, vase John Dewey: A Biographical Sketch en McDermott, 1981, pp. xv-xxiii. Para un acercamiento a la biografa de Dewey, sin embargo, sigue siendo un documento esencial el escrito por sus hijas, con material proporcionado por l mismo, y editado por una de ellas. Vase Biography of John Dewey, Edited by Jane M. Dewey, in The Philosophy of John Dewey, Edited by Paul Arthur Schilpp and Lewis Edwin Hahn, 1989, pp. 3-45.

15 Este carcter de filsofo pblico de Dewey ha sido destacado especialmente por Alan Ryan en su obra John Dewey and the High Tide of American Liberalism. Vase Ryan, 1995. Sobre Dewey como reformador social, vase Bernstein, 2010, pp. 63-82.



una posicin ideolgica predeterminada a propsito de las injustas acusaciones de que fueran objeto personajes como Leon Trotsky y Ber-trand Russell, con quienes no lo unan necesariamente lazos de amistad personal, sino solamente el sentimiento de un deber irrenunciable de lucha contra toda forma de injusticia, y especialmente una conviccin profunda con respecto a las libertades individuales, especialmente la libertad de pensamiento y expresin. Lo que hay detrs de esta actitud no es solo una opcin poltica; es, tambin, un modo de hacer filosofa que no le huye a los problemas sociales y polticos, que no teme un-tarse del dolor ajeno y de los conflictos de su tiempo. Es este un modo de hacer filosofa que vale la pena rescatar en nuestro tiempo: el de una filosofa pblica y militante en defensa de los derechos individuales, pero sin compromisos ideolgicos. Dewey nunca tuvo que disfrazarse de izquierdista o de marxista para defender las causas pblicas en las que crea se jugaba el destino histrico de la democracia.16

No puedo dejar de confesar que, en mi caso particular, hay un motivo muy fuerte en la eleccin de un filsofo como Dewey como ob-jeto de mi investigacin: su compromiso con la educacin. l, ms que cualquier otro filsofo de su tiempo y de los siglos anteriores, puso un marcado nfasis en los vnculos recprocos entre filosofa y educacin, y entre estas y la democracia. Dicho nfasis, tantas veces malinterpretado, como si Dewey pretendiera una cierta subordinacin de la filosofa a sus rendimientos pedaggicos, determina de una forma muy clara su propia visin de la filosofa, a la que concibe como una teora general de la educacin (Democracy and Education, MW 9: 338). En dicha afirmacin no hay que ver, sin embargo, una subordinacin del pensar filosfico a los fines de la educacin, entre otras cosas porque lo que Dewey llama fines de la educacin no puede entenderse como unas metas previa-mente establecidas a las que debe llegar el ejercicio educativo; sino, ms bien, como la comprensin de que la educacin es un camino de acceso privilegiado a diversos gneros de problemas filosficos. Pensaba Dewey

16 Un recuento sencillo y significativo de las diversas actividades pblicas en que se vio comprometido Dewey a lo largo de su vida lo hace Jos Miguel Esteban en su introduccin a la traduccin de Liberalism and Social Action, de Dewey. Vase Esteban, 1996, especialmente pp. 34-41. A este respecto, vase tambin Marcuse, 1969, pp. 213-220.


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que una de las formas en que los problemas filosficos se nos plantean de forma ms directa y se refiere con ello a todo gnero de problemas: ticos, estticos, metafsicos, lgicos, epistemolgicos, etc. es precisa-mente a travs de la educacin de los nios y los jvenes.17 Puesto que la reflexin deweyana sobre la educacin se desarrolla a propsito, entre otras cosas, de la bsqueda de cul es el tipo de individuo que se debe pretender desarrollar en el marco de un modo de vida democrtico; y puesto que lo que sea ese individuo democrtico solo es posible que lo defina l mismo por medio de su poder de reflexin, educacin, filosofa y democracia llegan a constituirse en el pensamiento de Dewey en tres elementos inseparables de un mismo problema (Cfr. Creative Democracy, LW 14: 229-230).

Para Dewey, lo esencial, ms que las formas polticas especficas, era el desarrollo de una cultura democrtica. Esta, sin embargo, crea l, solo se podra construir sobre la base de la formacin de un nuevo tipo de individualidad, que nicamente sera posible mediante el esfuerzo conjunto de los individuos por forjarse una forma de vida, una cultura, que estuviese basada en los principios liberales de libertad e igualdad y orientada hacia la promocin de nuevas formas de participacin, coope-racin y solidaridad. Es esta, sin duda, la razn fundamental por la cual Dewey puso especial nfasis en la educacin, pues siempre consider que esta era la nica empresa humana que poda promover lo que es la base misma de una cultura democrtica: una experiencia permanente enriquecida por el dilogo y la accin conjunta de los individuos.

Hay una relacin intrnseca entre filosofa y democracia en el pen-samiento de Dewey. Es este otro motivo fundamental para emprender el

17 Sobre este asunto se pronuncia Dewey en su texto autobiogrfico ms conocido en los siguientes trminos: Aunque no puedo escribir un recuento de mi desarrollo intelectual sin darle la apariencia de una continuidad que en realidad no tiene, hay [] puntos especiales que parecen sobresalir. Uno es la importancia que la prctica y la teora de la educacin han tenido para m: especialmente la educacin de los jvenes []. Este inters se fundi, y se desarrolla conjuntamente, con lo que, de otro modo, podran haber sido intereses separados: aquellos que tena en psicologa y en los asuntos de las instituciones sociales y la vida social. No puedo dejar de recordar a un crtico que ha sugerido que mi pensamiento ha estado demasiado permeado por el inters en la educacin. [] Me he preguntado si tales hechos significaban que los filsofos en general, aunque ellos mismos son usualmente profesores, no han tomado la educacin con suficiente seriedad como para que se les ocurra lo que cualquier persona racional puede efectivamente creer: que el filosofar debera enfocarse a la educacin como el supremo inters humano, a partir del cual, adems, otros problemas, cosmolgicos, morales, lgicos, etc. llegan a nuestra mente (From Absolutism to Experimentalism, LW 5: 156).



examen de su obra, pues pocos filsofos vieron tan claramente como l que la filosofa solo encuentra un lugar propicio para su desarrollo dentro de estructuras sociales que son ms flexibles y abiertas que aquellas que existan en desarrollos histricos anteriores en donde una visin gene-ral del mundo, y tal es cualquier filosofa, quedaba atrapada dentro de una estructura marcada por jerarquas y grados fijos que determinaban instancias precisas de autoridad y verdad. Como l mismo lo sugiere en su ensayo sobre Filosofa y democracia, la filosofa tradicional ha quedado estrechamente ligada a una metafsica del feudalismo (Phi-losophy and Democracy, MW 11: 51).

Dewey defini siempre a la democracia como un cierto ideal tico, siempre abierto y nunca definitivamente concluido, por medio del cual los individuos y las sociedades se proponen desarrollarse a s mismos den-tro de la perspectiva de un futuro mejor posible. A la realizacin de dicho ideal tico habran de concurrir, segn l, los nuevos factores histricos proporcionados por la sociedad industrial: una ciencia y una tecnologa poderosas que abren el espacio para el desarrollo de ideales de realizacin humana cada vez ms amplios, una cultura pluralista y abierta dispuesta a enriquecerse por el concurso de mltiples diferencias, una nueva idea de la razn como ejercicio de indagacin crtica y cooperativa; en fin, la construccin de una nueva cultura en donde fuera posible a la vez la realizacin de cada individuo de acuerdo con sus intereses y potencia-lidades y la conjugacin de esos mltiples intereses en la consolidacin de proyectos colectivos de carcter cooperativo y solidario.

Una obra filosfica es, entre muchas otras cosas, un esfuerzo por clarificar aquellos conceptos ms fundamentales que determinan nuestra vida, conceptos tan complejos y esenciales como los de verdad, justicia, comunidad, etc. Dewey entiende que la consolidacin de la democracia como forma de vida no puede estar desligada del ejercicio filosfico, es decir, de la tarea permanente de examinar y proyectar aquellos conceptos fundamentales en cuyos trminos damos cuenta de nuestra experiencia. Para l, la filosofa, ms que la bsqueda de ver-dades y realidades ltimas, es el esfuerzo deliberado por realizar un examen crtico y proyectivo de aquellas ideas fundamentales que, de modos diversos, modelan nuestra experiencia. En tal sentido, la idea de democracia solo se clarifica en la medida en que exploramos a un mismo


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tiempo aquellos conceptos bsicos ya sealados en que damos forma y significado a nuestra experiencia. Dewey fue aquel filsofo que hizo de la democracia una cuestin primaria para el filosofar.

Debo reconocer que en el ttulo que le he dado a mi trabajo hay algo que podra resultar paradjico en la expresin individualismo democrtico. Se suele suponer que la democracia no otorga un lugar fundamental al individuo, pues, por una parte, lo considera simple-mente como una cifra contabilizable en las urnas, y, por la otra, pone el nfasis precisamente en la conformacin de una comunidad en donde los individuos aceptan o toleran un cierto nmero de restricciones en nombre de una convivencia civilizada con otros individuos. No existe, sin embargo, tal paradoja en una concepcin de la democracia como la de Dewey, pues este le otorga al individuo en la democracia no un lugar subordinado a la preservacin del orden social, sino que lo constituye en el punto focal hacia el que apunta todo el ejercicio del modo de vida democrtico, en el centro y la consumacin de la experiencia (What I Believe. Living Philosophies - VII, LW 5: 275; I Believe, LW 14: 91-92).

Para que exista una autntica democracia no es preciso suprimir la individualidad, sino afirmarla, aunque entendiendo que el individuo no es un tomo social sino el producto de las complejas interacciones que, en cuanto individuo, tiene con otros individuos, con la Natura-leza y con el Universo en general. Pese a que Dewey casi nunca utiliza explcitamente la expresin individualismo democrtico18, creo yo que es esta la que mejor define su punto de vista filosfico, poltico y pedaggico, pues es precisamente en nombre de la prdida de la indivi-dualidad que l critica los diversos sistemas sociales que se imponen por

18 Son muy pocas, casi ninguna, las ocasiones en que Dewey utiliza la expresin democratic individualism. A veces, incluso, cuando hace uso de ella, lo hace para referirse, ms bien, a los grandes filsofos franceses, como ocurre en Intelligence and Morals, MW 4: 41. Lo que pretendo destacar, sin embargo, al hablar de individualismo democrtico desde una perspectiva deweyana, es que, en un modo de vida autnticamente democrtico, los individuos no estn sometidos a dictados exteriores provenientes de las instituciones, sino que las instituciones solo tienen sentido en la medida en que sirven al fin del desarrollo ms pleno de los individuos; y, sobre todo, que ese desarrollo ms pleno de los individuos no es algo que pueda prefijarse de antemano, sino que corresponder a los propios individuos inventar y desarrollar nuevas formas de individualidad. Creo que, como lo ir mostrando a lo largo de todo el trabajo, estas son ideas de una clara raigambre deweyana. Esta idea de una democracia que hace de los individuos su centro y finalidad es recuperada en el pensamiento contemporneo, desde una perspectiva que no sera extraa al propio Dewey, por el filsofo francs Jacques Rancire en su libro El odio a la democracia (vase Rancire, 2007).



encima de las voluntades individuales; y es tambin en nombre de una individualidad ms plena, que es el resultado de las mltiples formas que tienen los individuos de enriquecer su propia experiencia, que nos ayuda a prefigurar la idea de un modo de vida democrtico en donde cada individuo disfrute plenamente de sus derechos al tiempo que tenga las ms diversas ocasiones para tener experiencias de todo tipo (estticas, religiosas, intelectuales, polticas, etc.) mucho ms significativas.

Mi trabajo tiene tres partes y siete captulos. En la Primera Parte, que consta de tres captulos, exploro, basado en diversos textos deweyanos, tanto la crtica que hace Dewey de diversas formas de individualismo, como el modo como se va perfilando, en relacin con la tradicin indi-vidualista norteamericana, un nuevo individualismo, el individualismo democrtico, a partir del modo como va vinculando su nocin de indi-vidualidad con los desarrollos de una nueva filosofa de la experiencia. En la Segunda Parte, que incluye dos captulos, me enfoco en el examen de su idea de democracia como modo de vida, mostrando tanto el modo como desarrolla una crtica de otras filosofas sociales y polticas (libera-lismo, marxismo, etc.) como aquellos supuestos ms fundamentales en que se basa su concepcin de la democracia como forma de vida, ms que como forma de gobierno. En la Tercera Parte, que tambin tiene dos captulos, examino los diversos factores que es preciso tomar en conside-racin en la construccin de una cultura democrtica, destacando cmo es preciso desarrollar una nueva concepcin de la ciudadana y de qu manera los diversos factores de una cultura democrtica tanto aquellos que forman la base material de una cultura (como el trabajo y el desa-rrollo de las fuerzas productivas de base cientfica y tecnolgica) como aquellas formas de expresin a travs de las cuales una cultura alcanza su ms plena realizacin, como el arte, la religin y la filosofa pueden y deben conjugarse en la realizacin de un proyecto cultural en donde los individuos son el foco de atencin fundamental. Finalmente, en la conclusin, esbozo algunas reflexiones personales sobre el significado que una concepcin tal de lo que es una cultura democrtica tiene en las circunstancias actuales de nuestro pas y del mundo en general.19

19 Prefiero, para no hacer demasiado larga esta introduccin, no hacer una descripcin ms completa de cada uno de los captulos de este trabajo. Sin embargo, una mirada cuidadosa del ndice ser suficiente para observar el modo como se han desarrollado cada una de las


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Para realizar todo este recorrido conceptual, me servir directa-mente de los textos del propio Dewey tal como fueron publicados por la Southern Illinois University en 37 tomos, divididos en tres grandes partes: sus Early Works (1882-1898, 5 vols.), sus Middle Works (1899-1924, 15 vols.) y sus Later Works (1925-1953, 17 vols.). Las referencias a los textos de Dewey, a no ser que se indique expresamente algo diferente, se harn siempre a partir de esta edicin crtica de sus obras. Las citas se harn, de acuerdo con la convencin ya establecida entre los estudiosos de la obra de John Dewey, de la siguiente manera: se indicar primero a qu grupo de obras, de los tres sealados, corresponde el texto citado; a continuacin se sealar el volumen citado del grupo de obras en mencin y la pgina o pginas citadas. As, por ejemplo, un texto como Creative Democracy - The Task Before Us, se citar de la siguiente forma: LW 14: 224-230. Con ello se indica el grupo de obras a la que pertenece dicho texto (las Later Works), el volumen de dicho grupo de obras en que se encuentra (Vol. 14) y las pginas de dicho volumen (224-230) en que se encuentra el texto a que se hace referencia.20

Aunque esta es la forma convencional de citar los textos de Dewey y la que utilizan los principales estudiosos de su obra, y a ella habr de atenerme en mi trabajo, tal forma de citar tiene el problema de que el simple uso de siglas y nmeros puede hacer que se pierda de vista de qu tipo de texto se trata, en qu poca fue escrito o cul es el contexto de problemas en el cual Dewey hace esta o aquella afirmacin. Si tal forma de citar los textos de Dewey es adecuada para quien tiene un conocimiento avanzado de su obra y cuenta al menos con los ndices bsicos de sus obras completas, no suele resultar muy adecuada para los no especialistas que se interesan por conocer el pensamiento del filsofo norteamericano.

Para atenuar algunas de estas dificultades, al citar sus textos pondr al comienzo de la cita, es decir antes de la sigla, el nombre completo en

ideas principales de la Tesis. En las introducciones de los captulos se irn haciendo, adems, algunas sntesis parciales que le permitirn al lector seguir con ms cuidado todo el desarrollo conceptual de mi investigacin.

20 Quien quiera contar con los ndices completos de esta edicin, la ms completa que tenemos hoy de la obra de Dewey, puede descargarlos directamente en la pgina del Center for Dewey Studies, de Southern Illinois University. La direccin electrnica es la siguiente: http://www.siupress.com . Para una presentacin general de su vida y obra, y de los elementos centrales de su visin pragmtica de la filosofa, vase Jackson, 2006, pp. 54-66.



ingls del texto que cito, lo cual le permitir al lector tener una idea un poco ms completa del contexto y significado del pasaje en cuestin. Tambin, cuando me resulte posible, har previamente algunas con-sideraciones puntuales sobre el origen, la fecha de la publicacin y el contexto en que se forj dicho pensamiento. Ello habr de hacerlo espe-cialmente cuando el texto al que me refiero lo que, dicho sea de paso, suceder con alguna frecuencia no forme parte de una de las obras ms conocidas de este filsofo, sino ms bien de alguna conferencia, artculo de revista, columna de opinin o cualquier otra forma de intervencin pblica. Espero que ello contribuya a que los que no son especialistas en la filosofa de Dewey se interesen por una lectura ms directa de algunos de sus escritos. Por otra parte, en el Apndice que aparece al final de mi investigacin, hago una relacin completa, ordenada cronolgicamen-te, de los textos de las obras completas de Dewey que he utilizado en el presente trabajo. Ello ayudar a quien lo desee a saber en qu parte de su obra completa en ingls se encuentran y en qu poca fueron escritos cada uno de los textos citados.

En las citas textuales de la obra de Dewey que haga en el cuerpo del texto central de mi trabajo (y en las notas de pie de pgina), no har ninguna diferencia con respecto al tipo de texto de Dewey que utilizo, pues lo importante all es dar una referencia lo ms completa posible de la cita, de tal manera que el lector pueda confrontar el texto original en ingls. Sin embargo, cuando me refiera a los textos de Dewey (tanto en el cuerpo central del texto como en las notas a pie de pgina) s har la siguiente distincin: cuando se trate de obras reconocidas de Dewey (de textos que fueron escritos como libros para ser publicados), los nombrar haciendo uso de cursivas; por el contrario, cuando se trate de textos menores de su produccin (artculos, conferencias, discursos, etc.), los citar simplemente entre comillas. Debo advertir, sin embargo, que cuando utilizo aqu el trmino menores no lo hago en sentido peyorativo alguno. Creo que tan representativo del pensamiento de un autor es lo que escribi para ser publicado como lo que es un texto ms bien ocasional; y, sobre todo, que en el caso de Dewey, por tratarse de un filsofo eminentemente pblico (que dio muchas conferencias, que public mltiples artculos periodsticos de opinin, que particip de mltiples polmicas de su poca), esos textos menores son tremen-


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damente representativos no solo de su pensamiento, sino, sobre todo, de su talante filosfico.

Existen traducciones al espaol, algunas de hace ya bastantes aos y otras muy recientes, de buena parte de la obra filosfica de John Dewey. Aunque la gran mayora de ellas pueden considerarse confiables, pues fueron hechas por traductores muy reconocidos, como Amando Lzaro Ros y Lorenzo Luzuriaga, he hecho el esfuerzo de confrontar siempre la traduccin con el texto original en ingls tal como fue publicado en la edicin ya indicada de la Southern Illinois University. Hay, sin embargo, varios textos importantes de Dewey en torno a su idea de democracia que an no han sido traducidos al espaol. Por esta razn, me he visto obligado a hacer traducciones propias de dichos textos, as como de al-gunos cuya traduccin existente me generaba algunas dudas. De todas formas, cada uno de los textos de Dewey (as como los de otros autores norteamericanos aqu citados: Ralph Waldo Emerson, Walt Whitman y William James, e incluso los de comentaristas de la obra de Dewey cuyos escritos estn en ingls) a los que hago referencia a lo largo de este trabajo ha sido confrontado previamente con el original ingls y, en todos los casos, he preferido hacer una traduccin propia de cada uno de los pasajes citados.

Como complemento de mi trabajo de investigacin en torno a la concepcin de democracia de Dewey, ofrezco una traduccin de una serie de textos en que Dewey, en momentos diversos de su produccin intelectual, profundiz en su idea de democracia. Se trata de textos que no forman parte de ninguno de sus libros ms conocidos (casi todos ya traducidos al espaol), pero que resultan significativos a la hora de explorar el asunto en cuestin. Aunque en el Apndice indico los textos de Dewey que he utilizado directamente en el presente trabajo, la lista de textos que he traducido a lo largo de mi trabajo de investigacin es ms amplia, alrededor de ochenta, inicialmente para mi estudio perso-nal, pero que espero, ms adelante, puedan contribuir a una mayor y mejor difusin del pensamiento filosfico de John Dewey en el mundo de habla hispana.

Por lo monumental de la obra de Dewey, no podr referirme a toda ella, sino que he tenido que hacer una seleccin de aquellos textos que resultan fundamentales para el esclarecimiento de su nocin de



individualismo democrtico y de las consecuencias que ello tiene para la construccin de una cultura democrtica. No me centrar, sin em-bargo, en una poca especfica de su pensamiento, pues la reflexin deweyana sobre la democracia abarca el conjunto de su vida y de su obra. Resulta tan fundamental a este respecto, por ejemplo, un texto como The Ethics of Democracy, escrito en 1888 (cuando Dewey tena apenas veintinueve aos), como muchos de sus textos de filosofa poltica, que fueron escritos entre 1920 y 1940.

Aunque no pretendo centrarme en una poca especfica del desa-rrollo filosfico de Dewey, podra decir que, en mi acercamiento a su pensamiento, he elegido tomar como punto de partida, a partir del cual mirar el conjunto de su obra en los aspectos relevantes para el problema que quiero esclarecer, el perodo comprendido entre 1925 y 1940, pues esta es la poca en que publica sus cuatro textos bsicos de filosofa poltica: The Public and Its Problems (1927), Individualism Old and New (1929-1930), Liberalism and Social Action (1935) y Freedom and Culture (1939).21 Ciertamente la lectura de estos cuatro textos bsicos es la base esencial para comprender la concepcin deweyana de democracia, pues en ellos no solo da cuenta de los orgenes histricos de la democracia, sino que nos ofrece los elementos centrales para elaborar una nocin reconstruida de democracia y las claves esenciales a partir de las cuales comprender en qu consiste la construccin de una cultura democrtica. No quiere decir esto, sin embargo, que me dedique a analizar solo este perodo del desarrollo filosfico de Dewey o que me limite al examen de las obras mencionadas. Por el contrario, como se ver en el cuerpo del

21 Sobre el contexto social y cultural en que surgieron estas obras, vanse los principales estudios de conjunto sobre la obra de Dewey, particularmente Westbrook, 1991, pp. 275-318, 429-462 y 463-495. En espaol, un comentario sugerente al respecto es el de Morn, 2009, del cual me permito citar el siguiente pasaje: Estos acontecimientos [se refiere a la catstrofe financiera de 1929 y la Gran Depresin posterior], al poner al descubierto la cara ms amarga de ese proceso tanto de desintegracin social e individual como de prdida de los vnculos comunitarios tradicionales que, desde hace tiempo, vena caracterizando al pas norteamericano, acabaran marcando todo un simblico punto de inflexin en la sociedad estadounidense: mientras el individualismo extremo y la bsqueda egosta del propio inters caan en el descrdito, renaca en su lugar una abierta simpata por la comunidad, la ayuda mutua, la participacin y la compasin. La literatura, el cine, el arte y otras muchas expresiones culturales ambientadas en esa poca no tardaran en dar cumplida cuenta de ese cambio de valores, contribuyendo al mismo tiempo, con innegable eficacia, a darle un mayor impulso (p. 18). Es, pues, en este contexto de crisis de la democracia y, en general, de la cultura norteamericana que resultan comprensibles estas cuatro obras, las principales del pensamiento poltico de Dewey.


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trabajo, hago siempre el esfuerzo por reconstruir algunas de sus ideas esenciales remitindome a las reflexiones tempranas sobre la democracia como modo de vida que aparecen en textos como The Ethics of Demo-cracy y Christianity and Democracy, as como a ciertos textos de la ltima poca de Dewey, en donde su reflexin sobre la democracia ha alcanzado ya un mayor grado de madurez, como Creative Democracy o Democracy Is Radical.

Dado mi inters en la educacin, podra haberme centrado en cier-tos textos deweyanos de filosofa de la educacin, como, por ejemplo, Democracy and Education o Experience and Education. Desde el comienzo, sin embargo, desech esta opcin, pues creo que buena parte de la in-comprensin de Dewey como pensador obedece a que se conocen ms sus textos pedaggicos que su filosofa poltica, su esttica, su filosofa de la religin o sus obras sobre temas epistemolgicos y metafsicos. El propio autor, por cierto, lamentaba que su pensamiento hubiera sido ms conocido a travs de un texto como Democracy and Education que fue ledo sobre todo por profesores, lo que le dio un sesgo pedaggico demasiado marcado a su obra, en vez de haber sido objeto de un ms riguroso anlisis por parte de los filsofos y cientficos sociales (Cfr. From Absolutism to Experimentalism, LW 5: 156).22

22 El impacto de la obra filosfica de Dewey decay muchsimo en los aos posteriores a su muerte, incluso en los propios Estados Unidos. Algunas de las causas de esta decadencia de la filosofa deweyana en los Estados Unidos las explica Larry Hickman en estos trminos: Incluso antes de su muerte, en 1952, las ideas de Dewey ya haban comenzado a ser eclipsadas por eventos que ocurran al interior de su propio pas. En el campo de la poltica, tenamos los efectos antidemocrticos de la Guerra Fra, que alcanzaron su punto ms alto en la vergonzosa trayectoria del Senador Joseph McCarthy. [] En el campo de la filosofa tenamos la incesante bsqueda de una certeza fundacional lanzada por los positivistas lgicos y sus seguidores, quienes ya por los aos cincuentas eran la mayor fuerza en las escuelas de graduados de filosofa en Norteamrica. En el campo de la psicologa, tenamos la afirmacin de estrechas formas de conductismo. Y, en filosofa de la educacin [], haba un creciente nfasis en la cuantificacin y los exmenes estandarizados, a expensas de la atencin a los talentos y necesidades de los estudiantes en cuanto individuos (Hickman, 2002, p. 8). Una descripcin y anlisis muy completos de lo que fue la muerte y resurreccin de la filosofa de Dewey en los Estados Unidos se encuentra en Ryan 1995, pp. 328-369. Sin embargo, el mejor balance de lo que signific Dewey para la filosofa en general, y particularmente para la filosofa en Norteamrica, es el que hace Richard Bernstein en 1966 bajo el ttulo Prospectiva y retrospectiva. Vase Bernstein, 2010, pp. 201-217.

Solo se han vuelto a recuperar los aspectos ms fundamentales del pensamiento de Dewey, as como los aportes que puede ofrecer para la discusin de los asuntos contemporneos, en los ltimos aos a travs de la obra de pensadores tan dismiles como Richard Bernstein, Richard Rorty, Hilary Putnam, Cornel West, Axel Honneth o Jrgen Habermas. Un anlisis interesante de lo que fue la filosofa en los Estados Unidos desde la muerte de Dewey nos lo ofrece Hilary



Soy de los que creen, despus de leer y releer por muchos aos las obras de Dewey, que Democracy and Education, a pesar de ser el texto ms conocido de Dewey y de ofrecer indudables aportes para conocer algunos aspectos centrales de su pensamiento filosfico y pedaggico, es una de sus obras menos interesantes, no solo por su estilo acartonado y excesivamente escolar (en realidad es un curso de introduccin a la filosofa de la educacin), sino porque all no desarrolla muchos de los aspectos ms esenciales de lo que, desde su perspectiva, es el individua-lismo democrtico y la construccin de una cultura democrtica, que son los asuntos que ms directamente interesan en mi investigacin. Lo que all falta, sin embargo, se encuentra en muchas otras partes, es-pecialmente en sus textos de esttica, de filosofa poltica o, incluso, en muchos artculos que escribi a propsito de polmicas muy especficas de su poca.

Aunque en mi trabajo hay algunas referencias a la obra en mencin, se podr percibir fcilmente que me he interesado ms por profundizar en otras obras menos conocidas del autor, e incluso en ms de una oca-sin har uso de textos muy poco conocidos de Dewey, como algunos artculos publicados en revistas especializadas, algunas de sus conferen-cias ante diversos pblicos (universitarios, religiosos, artsticos, etc.), e incluso textos de intervenciones suyas en la radio o artculos escritos para la prensa y para revistas de amplia divulgacin. Es cierto que algunos de esos textos podran considerarse escritos de ocasin, pues obedecen a polmicas muy especficas de su poca que hoy no tienen la importancia que tuvieron en su tiempo. Sin embargo, mi opcin por estudiar estos textos tiene una justificacin: he querido destacar en Dewey al filsofo pblico que, adems de su inters por los asuntos propios de la disciplina filosfica, particip abiertamente de los problemas de su tiempo, pues crea que la filosofa no deba ser simplemente una disciplina reservada a

Putnam en su ensayo 50 aos de filosofa vistos desde dentro. No parece coincidencia que esos cincuenta aos empiecen a contarse al ao siguiente de la muerte de Dewey (1953), que coincide con la llegada de Putnam como profesor a la Universidad de Princeton. Vase Putnam, 2001. Una sntesis valiosa de lo que ha sido el resurgir del pragmatismo norteamericano, y particularmente el de Dewey, en el debate filosfico de los ltimos aos es la que hace Juan G. Morn, en Morn, 2009, pp. 12-18. Para un examen de lo que ha sido la recepcin de la filosofa de Dewey en el mundo de habla hispana, vase Nubiola-Sierra, 2001.


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unos pocos especialistas, sino un bien pblico abierto a todos y esencial en la construccin de una cultura democrtica.

El lector de este trabajo encontrar que, en varias ocasiones, he recurrido a largas citas de Dewey. Ello obedece a diversas razones. En primer lugar, hay pasajes que forman un todo que es imposible recortar (por ejemplo, aquel que aparece unas pocas pginas ms adelante, en que Dewey hace una descripcin detallada de al menos siete acepciones diversas del trmino individualismo); por supuesto, cuando lo he visto posible, he suprimido algunos pasajes de los textos de Dewey que resulten menos relevantes para lo que me propongo mostrar, o en ocasiones he utilizado las notas de pie de pgina para complementar algo con respecto al texto que acabo de citar. En segundo trmino, la cita larga es algo a lo cual a veces me obliga el modo de argumentacin y el propio estilo de escritura de Dewey, pues muchas veces incurre en largas enumeraciones, o recurre a consideraciones puntuales al inte-rior de una frase, que hacen que el texto necesariamente se alargue; en tales circunstancias, intentar que la cita no sea muy larga me llevara a no presentar el argumento deweyano en su integridad. En tercer lugar, el modo mismo como fue elaborado este trabajo ligado a un intenso esfuerzo de traduccin de los textos de Dewey y, con ello, a una valo-racin suprema de cada una de sus palabras y expresiones hizo que, por momentos, hubiese pasajes muy especficos de sus textos, que me parecan muy relevantes, que prefiriese no recortar. Finalmente y esta, es, en mi concepto, la razn ms poderosa, al plantearme mi trabajo como un dilogo directo con el autor, prefer muchas veces ceder la palabra a Dewey para que l hablase por s mismo.

Una opcin que hice de forma radical desde el comienzo del presen-te trabajo fue la de enfrentarme directamente con los textos de Dewey en su versin original en ingls, pues lo que ante todo me interesaba era tener un dilogo lo ms directo posible con el autor mismo. Ello no solo porque creo que la filosofa se hace en un dilogo permanente con los propios filsofos, sino porque, en el caso de Dewey, enfrentarse con las diversas interpretaciones y comentarios que existen con respecto a su obra es una tarea no solo muy dispendiosa sino muchas veces carente de sentido, pues es preciso empezar por deshacer una cantidad de prejuicios y malas interpretaciones de su filosofa. Aunque estudi con cuidado



mltiples comentarios sobre su obra, no lo hice nunca con un afn po-lmico es decir, con la pretensin de deshacer algn malentendido o buscar cul es la interpretacin correcta de algn concepto suyo o de algn pasaje especfico de su obra, sino con la intencin explcita de confrontar y someter a prueba mis propias ideas y, tambin en muchos casos, de comprender mejor el contexto en que se gestaron las ideas de Dewey con las que yo mismo me enfrentaba.

Lo anterior explica cul ha sido mi relacin con los comentaristas de la obra de Dewey. Los he utilizado como una fuente para esclarecer mi propia comprensin del pensamiento deweyano, y no como interpre-taciones rivales con las cuales debo polemizar. Los trabajos de algunos especialistas especialmente los de autores como Sidney Hook o John Childs, que conocieron personalmente a Dewey y discutieron con l muchas de sus principales ideas me han resultado muy esclarecedores con respecto al talante filosfico de Dewey y del pragmatismo en gene-ral. Otros trabajos ms especializados como los de Robert Westbrook, Steven Rockefeller, James Campbell, Cornel West y Allan Ryan me re-sultaron muy tiles tanto para comprender tanto el desarrollo filosfico de Dewey, y el contexto social y cultural en que se desarrollaron muchas de sus obras, como algunos aspectos especficos de su pensamiento, como su concepcin sobre el arte y la religin o sus opciones polticas. Ciertos textos de autores contemporneos como Richard Bernstein, Richard Rorty, Hillary Putnam, Axel Honneth y Jrgen Habermas son muy tiles en cuanto permiten ver la proyeccin de las ideas de Dewey en trminos de la discusin de problemas contemporneos. Finalmente, los artculos especializados (entre los cuales destaco los publicados en los Critical Assessments de John Dewey) me han servido para corregir y aclarar mis propias ideas y, en algunas ocasiones, para explorar nue-vas posibilidades de comprensin de las ideas deweyanas. Mi trabajo fundamental, sin embargo, como ya lo he dicho, no ha sido entrar en el conflicto de interpretaciones que genera la obra de Dewey, sino desarrollar un dilogo directo con el filsofo. Me interesa, pues, lo que dice el autor mismo, y no lo que otros autores dicen sobre l, aunque esto ltimo, desde luego, me ha resultado de gran importancia para mi propio dilogo con Dewey.


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Como podr verse en la seccin Bibliografa consultada al final de este trabajo, he utilizado, adems de los textos pertinentes de Dewey (en espaol e ingls), muchos textos de diversa ndole. No necesariamente todo lo que le est citado en el cuerpo del trabajo, pues hay ciertas ideas bsicas que estn mejor expresadas en una parte que en otra. Por otra parte, en muchas ocasiones tuve que desprenderme de la obra de Dewey para entrar a profundizar en la obra de otros autores norteame-ricanos (Jefferson, Emerson, Thoreau, Whitman, James, Horace Mann, etc.) cuya comprensin resulta esencial para la idea del individualismo democrtico, e incluso en el estudio de ciertos aspectos relevantes de la historia poltica y cultural de los Estados Unidos. En esto ltimo me fueron muy tiles ciertos textos, como la Historia de los Estados Unidos, de Paul Johnson, el Compendio histrico de los Estados Unidos. Un recorrido por sus documentos fundamentales, compilado por Daniel Boorstin, y La filosofa en los Estados Unidos, de Gerard Deledalle.

Mi opcin por no hacer un trabajo polmico explica tambin la manera como uso a lo largo del trabajo las notas de pie de pgina. En lo esencial all busco completar algunas ideas bsicas que, aunque son importantes, no puedo desarrollar suficientemente en el cuerpo del texto bsico de mi investigacin. All tambin cito algunos pasaje

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