El Largo Viaje de La Vida _Xavier Guix

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20/4/2014 El largo viaje de la vida | El País Semanal | EL PAÍS http://elpais.com/elpais/2014/04/17/eps/1397733772_858924.html 1/3 XAVIER GUIX 20 ABR 2014 00:00 CET 1 Lo que la juventud tenía que encontrar fuera, el hombre del atardecer tiene que encontrarlo dentro” Jung PSICOLOGÍA » El largo viaje de la vida Todo cambia y todo acaba, la existencia no consiste solo en resolver las dificultades cotidianas La clave es saber construir nuestro propio proceso vital, ser los protagonistas del recorrido Archivado en: Psicología Ciencia Sentado ante mí tengo a Ulises que me cuenta su larga existencia, sus aprendizajes, aventuras, desvelos y orgullos. Ha sido un hombre afortunado por los dioses, a pesar de lo difícil que se lo pusieron. Llegar a ser un hombre sabio, un mito, ha conllevado una travesía rica y dura a la vez. El regreso a casa llegó después de mil adversidades y algunos golpes de fortuna. Al final, me dice Ulises, todo acaba siendo una confrontación con uno mismo. Los hechos y acontecimientos que vivimos sirven de espejos de nuestra interioridad. Lo que ocurre ahí fuera suele encajar poco con nuestras expectativas e ilusiones. Solo una confianza ciega en la vida misma, sus conocimientos y también sus misterios pueden amedrentar los fantasmas del miedo, la desesperanza y el olvido. Desposeído de patria y familia, Ulises cultivó el coraje, la astucia, la amistad y el honor desoyendo los cantos de sirena que pretendían minar un alma que bebió tragos amargos de nostalgia. A Ulises se le humedecen los ojos al recordar tanta melancolía. El camino del desapego es el más duro de todos. Ese es el gran viaje. Desabrazar los algodones del amor para volver a él, transformado. Igual que uno va creciendo, este sentimiento también lo hace para hacerse esencia. Del afecto blandengue al amor duro, el que no teme, el que se da, el que se conmueve. Un apego que expresa lo que fuimos y lo que ya somos. Cada elección que hacemos en la vida, apoya o niega este penetrante hecho. Ítaca, la tierra que vio partir a Ulises es el símbolo del viaje de la vida (salida, lucha y retorno). Es un camino de transformación, la conquista de uno mismo que no pasa solo por conocerse, sino por desvelar su naturaleza más esencial, convertirse en un Seeker of true, un buscador de la verdad. Aunque el viaje lo empezamos nada más nacer, suele ser a mitad de nuestra madurez cuando tenemos una mayor conciencia de la vida como proceso. Ya ha habido un antes y queda todo un después. Perdimos la inocencia por el camino al descubrir que existe el abandono y que la abundancia un día se acaba. Huérfanos, vagabundeamos intentado encontrar nuestro lugar en el mundo. Luchamos contra las adversidades e intentamos encajar en los modelos sociales imperantes. Cansados de guerrear llegamos a la gran pregunta: ¿qué sentido tiene la existencia si sigue llena de horas de ILUSTRACIÓN DE JOÃO FAZENDA

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XAVIER GUIX  20 ABR 2014  00:00 CET 1

Lo que lajuventudtenía queencontrarfuera, elhombre delatardecertiene queencontrarlodentro”Jung

PSICOLOGÍA »

El largo viaje de la vidaTodo cambia y todo acaba, la existencia no consiste solo en resolver las dificultades cotidianasLa clave es saber construir nuestro propio proceso vital, ser los protagonistas del recorrido

Archivado en:   Psicología   Ciencia

Sentado ante mí tengo a Ulises que me cuenta su larga existencia, susaprendizajes, aventuras, desvelos y orgullos. Ha sido un hombreafortunado por los dioses, a pesar de lo difícil que se lo pusieron.Llegar a ser un hombre sabio, un mito, ha conllevado una travesíarica y dura a la vez. El regreso a casa llegó después de miladversidades y algunos golpes de fortuna. Al final, me dice Ulises,todo acaba siendo una confrontación con uno mismo. Los hechos yacontecimientos que vivimos sirven de espejos de nuestrainterioridad. Lo que ocurre ahí fuera suele encajar poco con nuestrasexpectativas e ilusiones. Solo una confianza ciega en la vida misma,sus conocimientos y también sus misterios pueden amedrentar losfantasmas del miedo, la desesperanza y el olvido.

Desposeído de patria y familia, Ulisescultivó el coraje, la astucia, la amistad y elhonor desoyendo los cantos de sirena quepretendían minar un alma que bebió tragos

amargos de nostalgia. A Ulises se le humedecen los ojos al recordartanta melancolía. El camino del desapego es el más duro de todos.Ese es el gran viaje. Desabrazar los algodones del amor para volver aél, transformado. Igual que uno va creciendo, este sentimientotambién lo hace para hacerse esencia. Del afecto blandengue al amorduro, el que no teme, el que se da, el que se conmueve. Un apego queexpresa lo que fuimos y lo que ya somos. Cada elección que hacemosen la vida, apoya o niega este penetrante hecho.

Ítaca, la tierra que vio partir a Ulises es el símbolo del viaje de la vida(salida, lucha y retorno). Es un camino de transformación, laconquista de uno mismo que no pasa solo por conocerse, sino pordesvelar su naturaleza más esencial, convertirse en un Seeker of true,un buscador de la verdad. Aunque el viaje lo empezamos nada másnacer, suele ser a mitad de nuestra madurez cuando tenemos unamayor conciencia de la vida como proceso. Ya ha habido un antes yqueda todo un después. Perdimos la inocencia por el camino aldescubrir que existe el abandono y que la abundancia un día seacaba. Huérfanos, vagabundeamos intentado encontrar nuestro lugaren el mundo. Luchamos contra las adversidades e intentamos encajaren los modelos sociales imperantes.

Cansados de guerrear llegamos a la granpregunta: ¿qué sentido tiene la existencia si sigue llena de horas de

ILUSTRACIÓN DE JOÃO FAZENDA

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Lainteligenciasuprema esno tenerilusiones”JidduKrishnamurti

vacío, de días de insatisfacción, decepciones y de cambios inesperados que revientan de cuajotoda expectativa? ¿Qué sentido tiene si uno ya ha realizado todos sus deseos? ¿Qué más hayque no sea una mera repetición? ¿Hay algo ahí fuera que sea total e infinito? No cabe dudaque esta vez intuimos que el camino a recorrer va de puertas hacia dentro. Hay que desalojar,deconstruir el personaje para adentrarse en las entrañas de una pregunta: ¿quién soy yo?

Para muchas personas el reto es un camino de vida. Para otras un riesgo, un temor a descubriraspectos desconocidos que puedan ensombrecer su vida actual. La búsqueda de respuestas, elanhelo de cambiar encuentra pronto su resistencia. ¿Cuánta verdad somos capaces desoportar? ¿Y si uno se pierde por el camino? ¿Y si se trata de un engañabobos? Aparece elconservador, el miedoso, el “quejica” y el perezoso. En lugar de ir hacia el amor, se deambulapor el miedo. De la intención se pasa a la justificación. La fuerza, en lugar de estar en el acto,se esconde en la mente.

La mente es experta en crear ilusiones o autoengaños. Juega incesantemente a la dualidad, loque mantiene en vilo nuestras decisiones. Es como preguntarse: ¿qué prefieres, un anillo roto oun anillo falso? Así son muchos de nuestros pensamientos: fragmentados o ilusorios. Nada escompleto, ni nada es auténtico en los juegos de la mente. Sin embargo nos enredan, confunden,seducen. Pueden hacernos ver lo que no existe, convertirnos en enfermos imaginarios,amedrentarnos o paralizarnos con tal de resistirse a salir de nuestras zonas de comodidad.

Ante el reto de vivir, dice Ulises, hay cinco cosas que no hay que empeñarse en variar:

1. Todo cambia y todo acaba.

2. Las cosas no siempre suceden como las habíamos planeado.

3. La vida no siempre es justa.

4. El dolor forma parte de la vida.

5. La gente no es siempre amorosa y leal.

El camino de la aceptación, de reconocer que lo que es, lo es, acaba siendo más beneficiosoante las falsas ilusiones. Ulises fue astuto al jugar con el engaño, por eso ideó el caballo deTroya. Les dio a sus oponentes la ilusión que necesitaban ver, sucumbiendo al final por supropia ceguera. Una cosa es tener ilusión y la otra vivir de ilusiones.

Aquello que llamamos realidad no es más que la pantalla donde se refleja nuestra interioridad.Solo que a veces, lo que vemos fuera lo negamos dentro de nosotros mismos. A eso se le llamannuestras sombras y proyecciones. Vemos en los demás lo reprimido en nosotros, o ensalzamosideales y virtudes de las que nos sentimos desposeídos, o nos hacemos los serios para ocultardeseos indecorosos. Como diría Juan Ramón Jiménez: “Yo no soy yo, soy este que va a mi ladosin yo verlo”.

Ulises recuerda que ese viaje, el interior, no puede hacerse con prisas.¡Que seas viejo cuando alcances la isla! La riqueza está en el camino yno en la llegada. En ese encuentro con nosotros mismos, con nuestrostesoros y nuestros dragones se encuentra la llave de la sabiduría.Adentrarse sin miedo en lo inconsciente. Arrojar luz en la oscuridad.No temer a nuestras sombras. No engañarse con falsas ilusiones. Esees el viaje del héroe, el que avanza hacia sí mismo paratransformarse.

Los alquimistas son el símbolo de la unión de los elementos paralograr el material más puro y noble. En nuestra vida psicológica setrata de la unión de los opuestos. Ulises ilustra con algunos ejemplos:

- El vacío interior esconde tras de sí la misma cantidad de plenitud.- El proceso de integrar consiste en contener, no en eliminar. A vecessomos muy duros con nosotros mismos al exigir la eliminación detodas nuestras deficiencias.

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Héroe estodo aquelque havivido atravésdel dolor y ha sidotransformado porél”David Richo

- La totalidad es lo completo, no lo perfecto (Jung).- Lo que nos hirió, también nos concienció.

El viejo Ulises se queda en silencio. Cierra los ojos. Entra en conexión con el momentopresente, el ahora y el aquí en toda su rotundidad. Su semblante es sereno y a la vez emerge desu presencia una enorme intensidad. Entonces comprendo que los discursos, los pensamientosy las norias emocionales solo podrían enturbiar ese momento sagrado. Teilhard de Chardinescribió: “Nos pasamos la vida esperando el gran día, la gran batalla o la gran hazaña delpoder. Pero tal consumación externa no le es dada a muchos, ni es preciso que así sea. Con talde que nuestro ser se tense apasionadamente dentro del espíritu en cada cosa, ese espírituemergerá de nuestros esfuerzos escondidos y sin nombre”.

El viaje a Ítaca no tiene que significar la misma epopeya de Ulises. Lavida no es una gincana, ni un circuito de aventuras aunque a veces loparezca. Más bien consiste en agrandar paso a paso la conciencia,abandonando las esclavitudes del ego y abrazando lo que trae cadamomento. Entender que todo lo que se desvanece y muere ennosotros nos devuelve la realidad con mayor pureza. Por eso, tanto lafigura del alquimista como el mago se consideran arquetipos detransformación. Desvelan la luz que se esconde tras las sombras, quetan a menudo nos cuesta alcanzar a comprender. Es la experienciaque sirve para saber lo que significan las Ítacas.

La inspiración de este artículo se basa en la ‘Odisea’ de Homero, asícomo en dos obras de David Richo: ‘Como llegar a ser adulto’ y ‘Lascinco cosas que no podemos cambiar’.

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