El Lenguaje de La Academia

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El lenguaje de la academia Los profesores de estética, historia, filosofía y literatura se solazan con la jerga teórica de moda. ¡Cuánta falta hace un Ortega y asset! por Alvaro Matus - 27/06/2013 - 04:00 COMO todo parte por el lenguaje, no resulta exagerado afirmar que una de mayores crisis por las que atraviesa la universidad remite a su escasa ca para comunicar el pensamiento que produce. Sobre todo en las humanidades ha impuesto un habla acartonada y solemne, entendible slo por los inicia carente de todo lo que habitualmente se comprende por buena escritura! el de im"genes n#tidas, la presencia de an$cdotas iluminadoras, el espacio p digresiones, la conexin de los conceptos con experiencias reconocibles. %os profesores de est$tica, historia, filosof#a y literatura se sola&an c terica de moda. 'Cu"nta falta hace un Ortega y (asset) *%a claridad es l cortes#a del filsofo+, dec#a el ensayista espa ol, para quien el trabajo ten#a que ser capa& de interpelar, aguijonear y tambi$n seducir al lector recurrir jam"s al lenguaje abstruso. -ero no todo es cuestin de transmitir las ideas. El otro problema es que formato en que *hay+ que escribir rigidi&a la manera de mirar, de expresa sea, de pensar. El aire cient#fico, sumado al malabarismo conceptual, fac que pase mucho gato por liebre. En el pun&ante art#culo /iran#a del paper Santos 1erceg demuestra que el ensayo, la biograf#a y otros g$neros liter punt2an poco a la hora de alcan&ar un grado acad$mico. El paper, esa clas texto absolutamente formateado, con un resumen al inicio, palabras clave bibliograf#a h#per actuali&ada, se ha erigido como sinnimo del saber. E de los 3ondecyt y las publicaciones 4S4.

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El lenguaje de la academiaLos profesores de esttica, historia, filosofa y literatura se solazan con la jerga terica de moda. Cunta falta hace un Ortega y Gasset!por Alvaro Matus - 27/06/2013 - 04:00COMO todo parte por el lenguaje, no resulta exagerado afirmar que una de las mayores crisis por las que atraviesa la universidad remite a su escasa capacidad para comunicar el pensamiento que produce. Sobre todo en las humanidades se ha impuesto un habla acartonada y solemne, entendible slo por los iniciados, carente de todo lo que habitualmente se comprende por buena escritura: el uso de imgenes ntidas, la presencia de ancdotas iluminadoras, el espacio para las digresiones, la conexin de los conceptos con experiencias reconocibles.Los profesores de esttica, historia, filosofa y literatura se solazan con la jerga terica de moda. Cunta falta hace un Ortega y Gasset! La claridad es la cortesa del filsofo, deca el ensayista espaol, para quien el trabajo intelectual tena que ser capaz de interpelar, aguijonear y tambin seducir al lector sin recurrir jams al lenguaje abstruso.Pero no todo es cuestin de transmitir las ideas. El otro problema es que el formato en que hay que escribir rigidiza la manera de mirar, de expresarse; o sea, de pensar. El aire cientfico, sumado al malabarismo conceptual, facilita que pase mucho gato por liebre. En el punzante artculo Tirana del paper, Jos Santos Herceg demuestra que el ensayo, la biografa y otros gneros literarios puntan poco a la hora de alcanzar un grado acadmico. El paper, esa clase de texto absolutamente formateado, con un resumen al inicio, palabras clave y bibliografa hper actualizada, se ha erigido como sinnimo del saber. Es la miel de los Fondecyt y las publicaciones ISI.Ortega y Gasset, que en su Revista de Occidente public La metamorfosis de Kafka, no habra calificado con los criterios actuales. Tampoco Octavio Paz, que fund Plural y Vuelta, y menos Beatriz Sarlo y su estupenda Punto de Vista, el primer medio que vislumbr la solidez de la obra de Juan Jos Saer.Qu capacidad de convocar tienen esos escritos inundados de trminos como literatura postautnoma, estticas relacionales, pintura escuelstica, retricas de la claridad? La nica explicacin es que la universidad es un mercado autosuficiente. Las becas, los aumentos de sueldo y hasta los aos sabticos se ganan con papers, no con trabajos orientados al lector culto. He visto a ms de un escritor reconocido por sus pares, que escriben columnas en la prensa o realizan traducciones, sudar la gota gorda para parir una tesis de la cual depende su ingreso a la planta (se buscan doctores ms que buenos profesores).En la vereda opuesta se encuentra un ttulo como Qu ests mirando?, en el que Will Gompertz reconstruye los ltimos 150 aos del arte con aliento narrativo y saludable humor. Con lo primero que uno se topa es con un chiste: dos exploradores que estn cavando una fosa encuentran un documento. El texto es incomprensible, dice el que tiene una lupa en la mano. Debe tratarse del catlogo de una exposicin.Lo menos que podra pedrsele a los acadmicos es el doble registro: que escriban lo que quieran para su mundo, pero que sean capaces de conectar con la comunidad. El futuro de la cultura depender en buena medida de la capacidad de la propia universidad para descender a la calle e influir en la opinin pblica.