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EL LIBRO DE LAS JORNADAS GINO IAFRANCESCO V.

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    EL LIBRO DELAS JORNADAS

    GINO IAFRANCESCO V.

  • 2 EL LIBRO DE LAS JORNADAS

    El libro de las JornadasGino Iafrancesco V. 2001Bogot D.C., Colombia.

    Transcripcin:Marlene Alzamora.

    Revisada por el autor.

    Cris>iana ediciones.Impreso en:Dupligrficas Ltda.Calle 18 Sur No. 5-70San Cristbal, Bogot D.C., Colombia.

    Clasifquese:Edicin Autoral

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    PREFACIO El Libro de las Jornadas, con base en Nmeros 33, trata de la aplicacin espiritual neotestamentaria, al pueblo cristiano de Dios, de la historia y tipolgica peregrinacin del pueblo de Israel en el desierto, desde Egipto hasta la tierra prometida, pasando por la pe-nnsula del Sina, y bordeando Edom y Moab. Segn la enseanza del Nuevo Testamento, tal peregrinaje sirve como ejemplo a nuestro peregrinaje espiritual en Cristo, lo cual es la tesis del autor en estas pginas.

    El Libro de las Jornadas es, pues, la enseanza en serie de Gino Iafrancesco V. llevada a cabo las noches de los viernes en reuniones didcticas de la obra, en la localidad de Teusaquillo, Bogot, D.C., Colombia, Amrica del Sur, desde el 12 de noviembre de 1999 hasta el 28 de junio del ao 2001. Se anteponen algunas previas aproxi-maciones al tema realizadas anteriormente, las cuales son necesarias a manera de introduccin preparatoria.

    La hermana en Cristo, Marlene Alzamora, diaconisa de la iglesia en la localidad de Teusaquillo, asumi voluntariamente la maratnica tarea de grabar ntegramente las conferencias y transcribirlas una por una. Gracias a su inmensa labor que le agradecemos muchsimo, El Libro de las Jornadas est ahora a disposicin del pblico. Las transcripciones fueron revisadas por el autor. Se presenta, pues, este legado con el fin de ayudar al pueblo del Seor en su peregrinacin espiritual hacia la plenitud de Cristo.

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    CONTENIDO

    Jornadas y Sazones.......................................................... 7

    La Mudanza del Campamento .......................................... 13

    La preeminencia del Arca del Pacto .................................. 29

    Introduccin al Libro de las Jornadas .............................. 43

    1. Ramess ......................................................................... 57

    2. Sucot .............................................................................. 79

    3. Etam ............................................................................... 95

    4. Pihahirot ......................................................................... 107

    5. Mara .............................................................................. 121

    6. Elim ................................................................................ 131

    7. Mar Rojo ......................................................................... 141

    8. Desierto de Sin ................................................................ 151

    9. Dofca ............................................................................... 165

    10. Als ............................................................................... 177

    11. Refidim ........................................................................... 189

    12. Desierto de Sina ............................................................. 203

    13. Kibrot-Hataava ................................................................ 225

    14. Hazerot ............................................................................ 239

    15. Ritma .............................................................................. 253

    16. Rimn-Peres .................................................................... 271

    17. Libna ............................................................................... 285

    18. Rissa ............................................................................... 305

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    19. Ceelata ............................................................................ 321

    20. Monte de Sefer ................................................................. 341

    21. Harada ............................................................................363

    22. Macelot ............................................................................385

    23. Tahat ............................................................................... 401

    24. Tara ................................................................................ 425

    25. Mitca ............................................................................... 437

    26. Hasmona ......................................................................... 455

    27. Moserot ........................................................................... 471

    28. Bene-Jaacn ................................................................... 489

    29. Monte de Gidgad ............................................................. 503

    30. Jotbata ............................................................................ 521

    31. Abrona ............................................................................ 537

    32. Ezin-Geber ..................................................................... 555

    33. Cades ............................................................................... 573

    34. Monte de Hor ...................................................................587

    35. Zalmona ........................................................................... 601

    36. Punn .............................................................................. 617

    37. Obot ................................................................................. 631

    38. Ije-Abarim ........................................................................ 645

    39. Dibn-Gad .......................................................................663

    40. Almn-Diblataim .............................................................. 681

    41. Montes de Abarim ............................................................ 699

    42. Campos de Moab ............................................................. 715

    Eplogo ............................................................................ 733

    Bibliografa ...................................................................... 749

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    Primera aproximacin

    JORNADAS Y SAZONES1

    Las jornadas del pueblo de Israel en el desierto

    En la vida de la Iglesia tanto como en la de todos y cada uno de sus miembros, existe un desarrollo, una progresin gradual, semejante a la progresin de la revelacin de Dios a travs de la historia, y es necesario que esa progresin espiritual, colectiva y proftica se vaya dando por etapas, jornadas, de acuerdo a la madurez de la Iglesia, como le ocurri al pueblo de Israel cuando peregrinaba por el desierto. Para Dios todo tiene su tiempo. Leemos en 1 Corintios 10:6,11:

    6Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron... 11Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y estn escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.

    Aqu el apstol Pablo declara algo muy importante, refirindose al Antiguo Testamento, cuando el pueblo hebreo peregrinaba por el desierto; a su salida de Egipto cruzaron el mar Rojo y luego experi-mentaron una serie de pruebas. En el contexto inmediato de la lec-tura bblica, aparece en los versculos 6 y 11 la siguiente expresin: Mas estas cosas (esto se refiere a todo lo que pas el pueblo de Israel en su peregrinacin) sucedieron como ejemplo. No es sola-mente como historia que estamos, leyendo sino como ejemplo para nosotros, para que no codiciemos ni pequemos como ellos pecaron; y en el versculo 11 dice otra vez y stas cosas les acontecieron como ejemplo para amonestarnos a nosotros.

    Lo que aconteci con Israel en sus jornadas en el desierto no era solamente para que lo conozcamos y digamos, bueno, ellos pasaron por el desierto, pero esto no tiene nada que ver conmigo. No, sino que providencialmente el Seor estaba diciendo que aquellas jorna-das se producan como ejemplo para nosotros. Las jornadas en el desierto de Israel, salidos de Egipto, el cruce del mar Rojo, todas las jornadas, eran un ejemplo no para ellos sino para nosotros. Romanos 15:4 dice algo similar:

    1 Enseanza a la iglesia en la localidad de Tunjuelito, Santaf de Bogot, D.C., Colombia, Amrica del Sur, enero 31 de 1993.

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    Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolacin de las Escrituras tengamos esperanza.

    Con este prembulo ahora s vamos a hacer una larga lectura que al principio sonar extraa, pero todos estos acontecimientos y nombres tienen significado. No vamos a entrar hoy en todos los significados; solamente vamos a entrar en los primarios, los bsicos. Leamos en el libro de Nmeros 33:1-49.

    A primera vista estos versculos parecen, como deca, un poco raros; para algunas personas tal vez aburridos y sin mucha im-portancia. Pero tengamos en cuenta que fueron inspirados por el Espritu Santo y que estn escritos para amonestarnos a nosotros. Fueron escritos para que nos demos cuenta de que las cosas no son tan rpidas ni tan fciles, sino que tienen su larga peregrinacin.

    Estas son las jornadas; Dios hubiera podido decir jornada, en singular; pero Dios usa el plural porque de todas maneras al andar una jornada est usted en un proceso, y de pronto otra vez le toca caminar y caminar y llega a otro punto, a otra situacin un poco ms avanzada, pero todava no es el final.

    Estas son las jornadas de los hijos de Israel, que salieron de la tierra de Egipto por sus ejrcitos, bajo el mando de Moiss y Aarn. Moiss escribi sus salidas conforme a sus jornadas por mandato de Jehov. Estas, pues, son sus jornadas con arreglo a sus salidas.

    Eso nos dice que cada jornada es una salida de algo y una en-trada a una nueva etapa. Algo viejo se tiene que dejar y algo nuevo debe venir. Ramess era una de las ciudades donde ellos estaban esclavizados haciendo y cargando ladrillos y estaban oprimidos por Faran, y ah comenzaron las jornadas, desde la esclavitud, por etapas hacia la plena bendicin.

    3De Ramess salieron en el mes primero, a los quince das del mes primero; el segundo da de la pascua salieron los hijos de Israel con mano poderosa, a vista de todos los egipcios (ah comenz la salvacin), 4mientras enterraban los egipcios a los que Jehov haba herido de muerte de entre ellos, a todo primo-gnito; tambin haba hecho Jehov juicios contra sus dioses. 5Salieron, pues, los hijos de Israel de Ramess, y acamparon en Sucot. 6Salieron de Sucot y acamparon en Etam, que est al confn del desierto. 7Salieron de Etam y volvieron sobre Pi-Hahirot, que est delante de Baal-zefn y acamparon delante de Migdol. 8Salieron de Pi-hahirot y pasaron por en medio del

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    mar al desierto, y anduvieron tres das de camino por el desierto de Etam, y acamparon en Mara.

    Mara quiere decir aguas amargas. All fueron y fallaron porque dudaron que Dios estaba con ellos; porque se sentan solos y decan: Pero, por qu, Moiss, nos sacaste de Egipto y nos trajiste a este desierto para morir de sed?

    9Salieron de Mara y vinieron a Elim, donde haba doce fuentes de aguas, y setenta palmeras; y acamparon all. Dios les mostr que s poda cuidarlos. 10Salieron de Elim y acampa-ron junto al mar Rojo. 11Salieron del Mar Rojo y acamparon en el desierto de Sin. 12Salieron del desierto de Sin y acamparon en Dofca. 13Salieron de Dofca y acamparon en Als. 14Salieron de Als y acamparon en Refidim, donde el pueblo no tuvo aguas para beber.

    All otra vez el pueblo mir con ojos carnales sin aprender a ver por fe al Invisible. Qu estaba buscando Dios? Ensearles a confiar en El, y a obedecer.

    15Salieron de Refidim y acamparon en el desierto de Sina. 16Salieron del desierto de Sina y acamparon en Kibrot-hataava. 17Salieron de Kibrot-hataava y acamparon en Haze-rot. 18Salieron de Hazerot y acamparon en Ritma. 19Salieron de Ritma y acamparon en Rimn-peres. 20Salieron de Rimn-peres y acamparon en Libna. 21Salieron de Libna y acamparon en Rissa. 22Salieron de Rissa y acamparon en Ceelata. 23Salieron de Ceelata y acamparon en el monte de Sefer. 24Salieron del Monte de Sefer y acamparon en Harada. 25Salieron de Harada y acamparon en Macelot. 26Salieron de Macelot y acamparon en Tahat. 27Salieron de Tahat y acamparon en Tara. 28Salieron de Tara y acamparon en Mitca. 29Salieron de Mitca y acam-paron en Hasmona. 30Salieron de Hasmona y acamparon en Moserot. 31Salieron de Moserot y acamparon en Bene-jaacn. 32Salieron de Bene-jaacn y acamparon en el Monte de Gid-gad. 33Salieron del Monte de Gidgad y acamparon en Jotbata. 34Salieron de Jotbata y acamparon en Abrona. 35Salieron de Abrona y acamparon en Ezion-geber. 36Salieron de Ezion-geber y acamparon en el desierto de Zin, que es de Cades. 37Y salieron de Cades y acamparon en el monte de Hor, en la extremidad del pas de Edm.

    Todas estas jornadas significan diversas experiencias las cuales se indican por el nombre de los respectivos acontecimientos.

    JORNADAS Y SAZONES

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    38Y subi el sacerdote Aarn al monte de Hor, conforme al dicho de Jehov, y all muri a los cuarenta aos de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egpto, en el mes quinto, en el primero del mes. 39Era Aarn de edad de ciento veintitrs aos, cuando muri en el monte de Hor. 40Y el cananeo, rey de Arad, que habitaba en el Neguev en la tierra de Canan, oy que haban venido los hijos de Israel. 41Y salieron del monte de Hor y acamparon en Zalmona. 42Salieron de Zalmona y acamparon en Punn. 43Salieron de Punn y acamparon en Obot. 44Salieron de Obot y acamparon en Ije-abarim, en la frontera de Moab. 45Salieron de lje-abarim y acamparon en Dibn-gad. 46Salieron de Dibn-gad y acamparon en Almn-diblataim. 47Salieron de Almn-diblataim y acamparon en los montes de Abarim, delante de Nebo. 48Salieron de los montes de Abarim y acamparon en los campos de Moab, junto al Jordn, frente a Jeric. 49Finalmente acamparon junto al Jordn, desde Bet-jesimot hasta Abel-sitim, en los campos de Moab.

    En total 42 jornadas, salieron y acamparon, salieron y acamparon. Adems de jornadas, hay tambin sazones

    En Hechos de los Apstoles vemos una expresin del Seor Jess, cuando los apstoles le preguntaron si haba de restaurar el reino de Israel en ese tiempo; El les contest: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad (Hechos 1:7). As que existe algo como lo que el Seor Jess llam sazones. La sazn es un punto especial en el proceso.

    En la vida espiritual se tiene una sucesin de experiencias, un cambio de circunstancias de tanto en tanto, lo cual se significa con las jornadas; y stas son segn las sazones. Cuando ya se aprendi algo, entonces es necesario avanzar. Por eso se habla en el Penta-teuco de mudar el campamento de tanto en tanto. Cuando Dios juzga que ya se aprendi una leccin, ve que es la sazn para comen-zar a aprender otra. Entonces se muda el campamento y comienza otra jornada. Proverbios dice que La senda de los justos es como la luz de la aurora que va en aumento hasta que el da es perfecto (Prov.4:18). Se avanza poco a poco. No podemos estar siempre en lo mismo. En Oseas se nos dice que Efran era como una torta no volteada. Es decir, muy cocinada por un lado, pero cruda en el otro lado. A veces pasamos aos en lo mismo. Esa cara de la torta ya esta requemada, y sin embargo hay otras cosas de Dios, de Su Pa-labra, de la vida espiritual, en las cuales estamos todava crudos a pesar de los aos. Es por eso que llega el punto en que Dios decide

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    voltear la torta, cambiar a nuevas circunstancias y ensearnos nuevas lecciones. Jeremas 48 nos dice que puesto que Moab es-tuvo siempre reposado y no fue trasvasado de vaso en vaso, por eso qued su olor en l y su sabor no cambi. Hay personas de mucho tiempo en las congregaciones que siguen siendo nios en Cristo y no han madurado. Por eso Dios dice a Moab que le enviar trasva-sadores que rompern sus odres y lo vaciarn. Solamente as podr madurar. Los odres viejos no sirven para el vino nuevo. Las viejas estructuras eclesisticas amordazan al Espritu. Por eso el Seor, para poder dar vino nuevo a su pueblo, se ve precisado a romper los odres viejos, y a trasvasar a Su pueblo hacia nuevas experiencias ms profundas. Quiz sta es ya la hora para muchos creyentes, en que sus odres se rompern, su campamento se mudar, saldrn de estaciones viejas y comenzar una nueva jornada, con la torta volteada para no quedar crudos en muchas otras cosas de Dios en las que todava no han entrado en sazn. Nuestro Dios es el Dios de las jornadas y lo hace as con Su pueblo para madurarlo y darle el sabor y el olor de Cristo, hasta que el da sea perfecto. q

    JORNADAS Y SAZONES

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    Segunda aproximacin

    LA MUDANZA DEL CAMPAMENTO1 Tipologa veterotestamentaria para nuestra enseanza

    Tomamos la lectura bblica en el Antiguo Testamento, libro de los Nmeros 9:15-23:

    15El da que el tabernculo fue erigido, la nube cubri el tabernculo sobre la tienda del testimonio; y a la tarde haba sobre el tabernculo como una apariencia de fuego, hasta la maana. 16As era continuamente: la nube lo cubra de da, y de noche la apariencia de fuego. 17Cuando se al-zaba la nube del tabernculo, los hijos de Israel partan; y en el lugar donde la nube paraba, all acampaban los hijos de Israel. 18Al mandato de Jehov los hijos de Israel partan, y al mandato de Jehov acampaban; todos los das que la nube estaba sobre el tabernculo, permanecan acampados. 19Cuando la nube se detena sobre el tabernculo muchos das, entonces los hijos de Israel guardaban la ordenanza de Jehov, y no partan. 20Y cuando la nube estaba sobre el tabernculo pocos das, al mandato de Jehov acampaban, y al mandato de Jehov partan. 21Y cuando la nube se detena desde la tarde hasta la maana, o cuando a la maana la nube se levantaba, ellos partan; o si haba estado un da, y a la noche la nube se levantaba, entonces partan. 22O si dos das, o un mes, o un ao, mientras la nube se detena sobre el tabernculo permaneciendo sobre l, los hijos de Israel seguan acampados, y no se movan; mas cuando ella se alzaba, ellos partan. 23Al mandato de Jehov acampaban, y al mandato de Jehov partan, guardando el mandato de Jehov como Jehov lo haba dicho por medio de Moiss.

    Tremendo pasaje. Yo s que mis hermanos entienden que no solamente estamos leyendo una historia del pasado; s, claro, es historia del pasado; s, claro, es histrico, esto aconteci as; pero la intencin de Dios es empezar a poner orden en medio de Su pueblo y a ensear a Su pueblo a seguir la nube de Su presencia. Lo que aconteci en el pasado, aconteci como un ejemplo para su pueblo

    1 Enseanza a los santos en el municipio de Sincelejo, departamento de Sucre, Colombia, Amrica del Sur, la tarde del 10 de agosto de 1997.

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    en el futuro, en los das de hoy. Yo creo que con unos dos o tres versos que pudiramos leer en el Nuevo Testamento comprendera-mos que estamos prcticamente obligados a interpretar este pasaje, no solamente en el sentido histrico, lo cual s es, mas tambin en el sentido alegrico, de ejemplo, de tipologa, lo cual es lo que nos toca hoy a nosotros de manera muy directa. As que vamos a leer dos o tres pasajes clsicos acerca de esto en el Nuevo Testamento. Comencemos por ejemplo, en la epstola de Pablo a los Romanos; vamos a entrar all en el captulo 15, uno de esos versculos que nos obligan a tomar nosotros hoy muy en serio esta historia que estamos leyendo del pueblo de Israel. Leemos en Romanos captulo 15:4:

    Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolacin de las Escrituras, tengamos esperanza.

    Para eso se escribieron. En la primera epstola a los Corintios, captulo 10, tambin encontramos otro pasaje que nos obliga asi-mismo a leer con sumo cuidado y con aplicacin neotestamentaria, o para nosotros, en la poca del Nuevo Pacto, estos pasajes del Antiguo que estamos leyendo. A lo largo de todo el captulo 10 de la primera carta a los Corintios, el apstol Pablo viene narrando los distintos pasos que tuvo el pueblo de Israel cuando salieron de Egipto, cuando estuvieron bajo la nube, pasaron el mar, cuando coman el man en el desierto; con todas las cosas que les acontecieron en su peregrinaje, especialmente registradas en este libro de Nmeros que estamos leyendo, y despus de ir narrando y recordando aquellas cosas registradas durante los Libros de Moiss, nos dice el versculo 6 de este captulo mencionado:

    Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas como ellos codiciaron, ni esto, ni lo otro, ni lo otro, sigue diciendo hasta el verso 10 y en el verso 11, vuelve y dice: y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y estn escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. Me permito recalcar que estas cosas acontecieron como ejemplos y estn escritas para nosotros, para amonestarnos a nosotros a quienes han alcanzado los fines de los siglos.

    Acompenme tambin a un tercer testigo de esto, en la epstola a los Hebreos, en el captulo 3, all en los versculos 5 y 6 se nos dice lo siguiente: Y Moiss a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, y fjense por favor en esta frase siguiente, la frase final del versculo 5 de Hebreos 3: Moiss a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir, o sea, la fidelidad de Moiss no tena que ver solamente

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    con su propia poca: Dios estaba soberana y providencialmente siguiendo cuidadosamente los pasos de Su pueblo Israel, juntamente con Moiss, porque Dios estaba preparando en aquella poca un testimonio para esta poca. Dios estaba trabajando el Antiguo Testamento en funcin del Nuevo Testamento; por eso dice: Moiss fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir; lo que se iba a decir, se tena que decir ahora durante el tiempo del Nuevo Testamento, pero utilizando como tipologa, como alegora, como ejemplo, como figura, lo que aconteci con Moiss y con el pueblo de Israel en el Antiguo Testamento.

    El verso 6 dice: Pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el glo-riarnos en la esperanza. Aqu el autor a los Hebreos est haciendo el traslado y mostrando lo mejor, el Pacto Nuevo en relacin con el Antiguo Pacto, del cual dice que era solamente figura; lo mismo dice ms adelante en el captulo 9 y en el captulo 10 de la misma epstola a los Hebreos.

    Miremos por ejemplo en el captulo 9; al principio dice: Ahora bien, el primer pacto tena ordenanzas de culto y un santuario terrenal. Porque el tabernculo estaba dispuesto as...; y comienza a describir con cierto detalle lo que haba en el Lugar Santsimo, el mobiliario que haba all: el arca, el incensario, lo que haba en el Lugar Santo: el candelero, la mesa de los panes; lo que haba en el atrio, y despus de describir aquellas cosas, aquellas disposiciones tipolgicas, dice entonces en el versculo 8: Dando el Espritu Santo a entender con esto que...; es decir, con estas disposiciones del tabernculo, del mobiliario, etc., algo propio del Nuevo Testamento. La sombra de las cosas verdaderas

    La intencin de Dios era dar un testimonio para lo que hoy, en el tiempo de la gracia, de la Iglesia del Nuevo Pacto, del Nuevo Tes-tamento, deba decirse. Entonces aquellas disposiciones antiguas eran para que el Espritu Santo las utilizara hoy y nos pudiera dar entendimiento con estas herramientas.

    Unos versculos ms adelante, o sea en el 9, dice: lo cual es smbolo para el tiempo presente, lo cual es smbolo. Estas cosas, acontecieron como ejemplo; tambin dice que son figuras. En la pgina siguiente, en el versculo 23 de Hebreos 9, dice: Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas as; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que s-tas. Entonces aqu el escritor a los Hebreos, por el Espritu Santo, hace la diferencia entre las figuras de las cosas celestiales y las cosas

    LA MUDANZA DEL CAMPAMENTO

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    celestiales mismas. Hoy en el Nuevo Testamento comienzan las cosas celestiales mismas que estaban figuradas, simbolizadas, alegorizadas en el Antiguo Testamento. En Hebreos 10:1, dice lo mismo: Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada ao, hacer perfectos a los que se acercan. La ley teniendo la sombra, la ley teniendo la sombra, recalcamos, de los bienes venideros.

    Hay muchos pasajes ms sobre esto, hermanos; por ejemplo en la epstola de Pablo a los Colosenses, captulo 2, leemos en los ver-sculos 16 y 17: 16Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a das de fiesta, luna nueva o das de reposo, 17todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo. Todo lo cual, esas ordenaciones de comidas, de bebidas, de lunas nuevas, de das de fiesta, de sbados, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir, pero el cuerpo, el cuerpo que es el que produce la sombra, el cuerpo es de Cristo.

    S, hay una luz que est proyectndose hacia el futuro, hacia delante, algo, antes de que entre el cuerpo, la luz que lo est anun-ciando hace que el cuerpo proyecte una sombra y primeramente llega la sombra. Cuando usted mira la sombra, usted sabe ms o menos, qu clase de cuerpo es el que se est acercando. Si pasa un perrito, usted mira la sombra y dice, ah va un perro; si es de un hombre, o es una mujer, o es un nio, no es una bicicleta, porque usted la ve proyectada primeramente en la sombra, pero despus llega el cuerpo real.

    As el Antiguo Testamento con sus ordenanzas de comidas, de bebidas, de sbados, de lunas nuevas, de das de fiesta como la pascua, como los cimos, como las primicias, como Pentecosts, como la expiacin, como las trompetas, como los tabernculos, to-das aquellas fiestas y ordenanzas eran sombra de lo que haba de venir; pero lo que haba de venir, el cuerpo, la realidad de aquellas sombras es Cristo. Hoy estamos en el Nuevo Testamento, estamos en la poca de la realidad de lo que aquellas sombras hablaban. Pero Dios quiso hablar primero con sombras para que tuviramos las herramientas para poder entender a Dios y Dios quera que el mismo Seor Jess, los apstoles y la Iglesia, utilizasen aquello de manera legtima como figura, como sombra, como ejemplo, como alegora.

    En Glatas, por ejemplo, nosotros tambin lo leemos. Si ustedes quieren acompaarme en la lectura, cada uno de los hermanos en sus propias Biblias. Los hermanos ms antiguos saben que estas

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    cosas son as, pero los hermanos ms nuevos necesitan irlo com-prendiendo en sus Biblias. Entonces miren por favor, en Glatas captulo 4, versculos 21-24: 21Decidme (dice el apstol Pablo), los que queris estar bajo la ley: no habis odo la ley? 22Porque est escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava y el otro de la libre. 23Pero el de la esclava naci segn la carne; mas el de la li-bre, por la promesa. 24Lo cual es una alegora. Claro que era una historia. La historia de Abraham, de Sara, de Agar, es una historia real como la de Simn Bolvar, como la de Santander, como la de Napolen, incluso sagrada, no solamente secular. Sin embargo, Pablo no solamente est leyendo una historia. Cuando Pablo lee la vida de Abraham, Pablo por el Espritu Santo est percibiendo una alegora y por el Espritu Santo dice: lo cual es una alegora y empieza a explicar la alegora, pues estas mujeres son los dos pac-tos; y empieza a explicar que Sara representa el Nuevo Pacto, que Agar representa el Antiguo Pacto, etc. De manera que esto nos da la clave para hacer una lectura espiritual, posicionados en el Nuevo Testamento, en Cristo, en el Espritu, en la nueva creacin, nos da esa posicin para leer desde all el Antiguo Pacto.

    As que hay diferentes maneras, digamos, dos principales, de leer el Antiguo Pacto. En la segunda carta a los Corintios, el captulo 3, dice el apstol San Pablo que algunos cuando leen el Antiguo Pacto lo leen con un velo sobre su entendimiento; pero hay otra manera de leer el Antiguo Pacto, sin el velo, lo dice as el apstol Pablo. Aun-que todo el captulo 3 se refiere a esto, sin embargo, leemos desde el versculo 12:

    12As que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza; 13y no como Moiss, que pona un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que haba de ser abolido. 14Pero el entendimiento de ellos (no es de todos, no el de la Iglesia, no el de los redimidos en Cristo, sino el de los judos que lean a Moiss y el de los que lean como ellos) se embot; porque hasta el da de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado. 15Y an hasta el da de hoy, cuando se lee a Moiss, el velo est puesto sobre el corazn de ellos. 16Pero cuando se conviertan al Seor el velo se quitar. Ahora que las personas estn en Cristo, ahora que las personas estn en el Espritu, entonces pueden leer detrs del velo, comprender el sentido espiritual, el testimonio que Dios est figurando y sealando.

    Ahora vamos a ver en Romanos, porque es necesario que nosotros a la luz del Nuevo Testamento y para la causa del Nuevo Testamento, debemos hacer uso legtimo, no legalista, no judaizante, sino el uso legtimo, el uso neotestamentario de los pasajes del Antiguo Pacto,

    LA MUDANZA DEL CAMPAMENTO

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    como el que lemos al comienzo. Romanos captulo 16, versculos 25 y 26. All dice por el Espritu Santo el apstol Pablo: 25Y al que puede confirmaros segn mi evangelio y la predicacin de Jesucristo, segn la revelacin del misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, 26pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, segn el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe. Por las Escrituras de los profetas, ese es el Antiguo Testamento.

    El misterio que antes haba estado oculto en Dios es revelado en el Nuevo Testamento por la predicacin de Jesucristo y el Evangelio apostlico, pero con el uso del Antiguo Testamento y por mandato de Dios. Por eso dice: El misterio que se ha mantenido oculto desde tiempos eternos, pero que ha sido manifestado ahora; ese ahora es el Nuevo Testamento, la revelacin propia del Nuevo Testamento, el misterio ha sido manifestado ahora, y por las Escrituras de los pro-fetas, segn el mandamiento del Dios eterno. El Dios eterno mand que haciendo uso de las Escrituras de los profetas del Antiguo Tes-tamento, hoy el misterio que haba estado oculto sea manifestado a los santos, a los gentiles para la obediencia a la fe del Evangelio. As que la predicacin de Jesucristo y el Evangelio apostlico del que Pablo dice mi Evangelio, revelan hoy el misterio que estaba oculto, pero haciendo uso de las Escrituras de los profetas; o sea del Antiguo Testamento y esto segn el mandato del Dios eterno. El Dios eterno, Yahveh Elohim, Jehov Dios, el nico Dios verdadero, el Padre de nuestro Seor Jesucristo, mand que hoy, en la poca del Nuevo Testamento, el misterio que estaba oculto en l, sea manifestado a la Iglesia por las Escrituras de los profetas; es decir, haciendo un uso legtimo del Antiguo Testamento.

    No estamos leyendo el Antiguo Testamento para someter lega-listamente a los hermanos a la ley como si sta fuese el medio de salvacin, sino que estamos leyendo el Antiguo Testamento para discernir el ejemplo, la sombra, la figura, la alegora, el testimonio de lo que hoy haba de decirse.

    Todo esto se escribi para nosotros. Ahora, nos dice la Palabra del Seor que Yahveh Elohim, Jehov Dios, comenz a entrenar a su pueblo, cuando su pueblo estaba esclavo en Egipto y fue libertado a travs de la pascua, a travs de la muerte del cordero, del derra-mamiento de su sangre, de la cobertura de la sangre del cordero y de comer el cordero con panes cimos, sin levadura y con hierbas amargas. El pueblo entonces sali libre de Egipto, fue bautizado en el Mar Rojo, en la nube y en Moiss, como dice la primera carta a los Corintios; pero sali como un tropel, todava no como una tropa; por eso es que despus del libro del xodo no sigue todava el libro

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    de Josu, porque haba que hacer muchas cosas con el pueblo de Dios, para que el pueblo pudiera realmente, como en el tiempo, de Josu, tomar posesin de la tierra y de ciudad tras ciudad. Construyendo el verdadero tabernculo

    As en forma desordenada, como recin salidos, como cuando a un perrito lo tienen amarrado mucho tiempo, de pronto le sueltan la correa y el perrito sale corriendo para todas partes por un rato hasta que despus se va calmando, se va calmando y luego vuelve cerca de donde lo tenan amarrado, porque all era donde acostumbraba comer. As, cuando el pueblo del Seor recin sali libre, sali con mucha alegra, pero sali muy desordenado; cada uno haca lo que bien le pareca; entonces el Seor tena que empezar a poner orden, poco a poco, en medio de Su pueblo y para eso es que desciende la nube de la presencia de la gloria de Dios, para poner orden en medio de Su pueblo.

    As como en el libro del Gnesis dice que en el principio haba un caos, dice que la tierra estaba desordenada y vaca, despus de que Dios cre el cielo y la tierra, en Su Palabra dice que la tierra estaba desordenada y vaca, pero dice que el Espritu de Dios se mova so-bre la faz de las aguas. El Espritu de Dios comienza a poner orden en el caos, en el desorden de las aguas y comienza a separar la luz de la oscuridad, lo de arriba y lo de abajo, y comienza a reunir las aguas en un lugar, esto va aqu y la tierra va aqu y luego hace brotar las plantas y empieza a colocar en su lugar las lumbreras y hace producir a las aguas animales y hace producir a la tierra plantas y animales y luego por fin va edificando una casa, un tabernculo que se llama el hombre para que Dios pueda, por fin, reposar; y era un trabajo de Dios sobre el caos poniendo orden y ese orden comienza primeramente con la luz. Cuando hay luz, entonces sabemos donde est el da y donde est la noche. Al principio no haba ni da ni noche, todo era una confusin; despus de que hay luz se sabe lo que es da y lo que es noche; entonces Dios empieza a separar lo que es celestial de lo que es terrenal.

    Y as tambin hizo Dios con Su pueblo en el libro del xodo. El pueblo sali como un tropel, pero haba que poner en orden al pueblo; por eso por all en xodo, Dios le dice a Moiss: Moiss, hblale al pueblo que hagan un santuario para m, conforme al modelo que Yo te mostr en el monte. Cuando ellos estaban en Egipto, ellos tenan los modelos del mundo en su mente y aunque haban sido salvados y libertados, muchos de los parmetros, de los paradigmas de su entendimiento, eran conforme a Egipto; ellos haban salido de Egipto, pero todava Egipto no haba salido del todo de ellos. Dios tena que

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    empezar a moverse, como se mova en medio del caos, sobre aquel tropel de su amado pueblo para empezar a poner orden. Y empez a decirles que deban erigirle un santuario, un tabernculo; y luego empieza el Seor a decir cmo haba que servir coordinadamente alrededor de ese santuario nico; porque dice ah en Deuteronomio 12, donde el Seor habla del santuario nico: 8No haris como todo lo que hacemos nosotros aqu ahora, cada uno lo que bien le parece, 9porque hasta ahora no habis entrado en el reposo y la heredad que os da Jehov vuestro Dios. No, cuando entris en la tierra que Jehov jur a vuestros padres, haris esto y haris aquello, derribaris esto, derribaris aquello, pero levantaris esto en nombre del Seor; l establecer un lugar, pondr su nombre en ese lugar, all acudiris, a ese nombre, ese lugar buscaris y all ofreceris los holocaustos, y cuidaos de no hacer esto que viereis. Ellos en Egipto estaban acos-tumbrados a hacer las cosas a la manera de ellos, pero el Espritu de Dios que se mova tambin sobre Su pueblo, empezaba etapa tras etapa, jornada tras jornada, sazn tras sazn, pisada tras pisada, a ensearle a Su pueblo como era que se iban a tomar la tierra. Por eso es que despus de xodo, no sigue Josu; sigue Levtico, por-que en xodo est la orden de levantarle un santuario y ejercer un sacerdocio. En el captulo 25 y 26 de xodo, Dios empieza a dar la orden de edificar un tabernculo conforme al modelo que l quiere. Ahora, claro que Moiss fue fiel en toda la casa de Dios como siervo para testimonio, pero hoy nosotros somos la casa de Cristo, aquel tabernculo era solamente figura del verdadero tabernculo de Dios con los hombres que es el cuerpo de Cristo; que es la casa de Dios, que es la Iglesia, sin apellido, la Iglesia del Seor.

    San Pedro dice: Sed edificados como casa espiritual y sacerdo-cio santo2. Fjense que San Pedro tena en su mente xodo. En los captulos 25 y 26 aparece la edificacin del tabernculo y en los captulos 27 y 28 aparece el sacerdocio. Y l dice: Sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios es-pirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. Y despus en xodo, de contar lo de la casa y el sacerdocio, cuenta lo del sacrificio y ah aparece Levtico donde aparecen las distintas variedades de los sacrificios, el sacrificio por las transgresiones, el sacrificio por el pecado, el sacrificio de paz, la ofrenda mecida, el holocausto totalmente quemado, la ofrenda de harina mezclada con aceite, la ofrenda de grano y todas aquellas clases de ofrendas y sacrificios que representan los diferentes aspectos de la obra nica del sacrifi-cio nico del Seor Jesucristo hecho una vez para siempre. Pero es

    2 1 Pedro 2:5

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    tan rico, es tan profundo el sacrificio del Seor, que Dios el Padre tuvo que simbolizarlo a travs de muchas clases de sacrificios en el Antiguo Testamento; y Dios est reuniendo a Su pueblo alrededor de Cristo

    Recin cuando llegamos a Nmeros, cuando ya Dios ha hecho levantar un solo tabernculo y un solo sacerdocio colectivo, el mi-nisterio del Antiguo Pacto, donde todos los ministros trabajaban en coordinacin para edificar una sola casa para Dios, eso era la figura; entonces ah s comienza el Espritu de Dios a poner orden en las tribus y a formar el ejrcito de Israel alrededor de la casa nica de Dios. Y ahora s estaban al norte: el campamento de fulano, de zu-tano y de mengano; al sur, el campamento de fulano, de mengano y de zutano; al oriente, el campamento de zutano, de fulano y de mengano; al occidente el campamento de fulano, de mengano y de zutano. Al norte, al sur, al este, al oeste, as como en la Nueva Jeru-saln, hay tres puertas al norte, tres puertas al oriente, tres puertas al occidente, tres puertas al sur. Dios empieza a poner orden en sus ejrcitos para que pudieran despus prepararse, alistarse, a travs de Deuteronomio, con todas las leyes para poder entrar a poseer la tierra, conforme al modelo de Dios.

    Entonces s llega la hora de Josu cuando el pueblo del Seor empieza a tomarse ciudad tras ciudad; pero si ellos hubieran seguido como un tropel y no como la tropa que fue formada en Nmeros, no se hubieran podido tomar la tierra. De hecho, cuando no seguan al pie de la letra las instrucciones de Dios, eran derrotados; cuando dejaban algn anatema, algo que ellos dejaban que Dios no quera, pero ellos se hacan los tontos, o alguno de ellos lo mantena oculto; causaba perturbacin y Dios sealaba Su desaprobacin mantenin-dose al lado y dejando a Su pueblo que fuese derrotado.

    Hermanos, como dicen las Escrituras, todas estas cosas les acontecieron como ejemplo y estn escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes hemos alcanzado los fines de los siglos. Aquello era un testimonio de lo que se habra de decir en el Nuevo Pacto, en el Nuevo Testamento, un smbolo, una alegora, una sombra, una figura, un tipo, tipologa.

    Hoy nosotros debemos comprender que Dios a lo largo de la his-toria conduce a Su pueblo de triunfo en triunfo y de gloria en gloria. Primero hay que triunfar en algo para estar listos para triunfar en algo ms all, para estar a su vez listos para triunfar en algo mucho ms all. Su pueblo debe conocer primero esta gloria, para estar preparados para conocer una gloria an mayor. Si somos fieles en lo poco, estaremos preparados para lo mucho, pero si no, estaremos

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    dando vueltas y vueltas en el desierto y nos habr dejado la nube de la presencia de Dios.

    Es normal que un nio de un ao ensucie los paales; se permite que lo haga hasta los dos aos, pero a partir de los dos aos el nio ya tiene que aprender a controlar los esfnteres y lo que se le poda permitir al nio cuando tena un ao, no se le permite al muchacho cuando tiene siete aos, mucho menos cuando tiene quince o vein-tiuno. Y as despus de que se aprenden las lecciones del primer grado, entonces viene el segundo; cuando se aprendi la del segundo, se pasa al tercero y as sucesivamente. Por eso dice la Palabra de Dios en un versculo que, creo que todos nosotros nos sabemos de memoria; es el que est all en Proverbios 4:18: Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el da es perfecto. La senda de los justos es el camino, y el camino es el Seor Jess que ha sido conocido y comprendido por su Iglesia a medida que l se va formando en Su pueblo y conduciendo a Su pueblo de triunfo en triunfo y de gloria en gloria. Las jornadas y lecciones del Seor

    Parece que el Seor presenta jornadas. En el libro de Nmeros, ustedes van a ver una lista como de cuarenta y dos jornadas. En el captulo 33 de Nmeros ustedes pueden fijarse que Dios mand a Moiss que escribiese las jornadas del pueblo de Israel; o sea que la intencin de Dios no era que aquellas lecciones se perdieran con ellos en el desierto y murieran con los que quedaron postrados all. La intencin de Dios, era que se escribieran para amonestarnos a nosotros; por eso dice all en Nmeros, en el captulo 33, desde el versculo 1:

    1Estas son las jornadas de los hijos de Israel que salieron de la tierra de Egipto por sus ejrcitos, bajo el mando de Moiss y Aarn. 2Moiss escribi sus salidas conforme a sus jornadas por mandato de Jehov. Estas, pues, son sus jornadas con arreglo a sus salidas.

    Leamos all en Nmeros 9, el primer pasaje que lemos, que constantemente el pueblo estaba saliendo y llegando y acampando. Durante un tiempo permanecieron bajo la nube de la gloria, de la presencia de Dios. Dios mantena a Su pueblo en una determinada estacin para aprender una leccin. Cuando Dios juzgaba que ya Su pueblo haba aprendido esa leccin, entonces la nube se levantaba y el pueblo de Dios ya no senta lo mismo que al principio; parece que todo es lo mismo de siempre. Entonces la nube del Seor comienza a dirigirse hacia la prxima estacin; si el pueblo no pona atencin se

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    quedaba; el pueblo no poda adelantarse ni quedarse, sino que deba poner atencin hacia donde se diriga la nube de Dios. Y cuando la nube se levantaba, los hijos de Israel partan y cuando la nube se detena los hijos de Israel acampaban. Al mandato de Jehov partan y al mandato de Jehov acampaban.

    Es Dios mismo el que conoce las sazones de Su pueblo. Una vez los apstoles, cuando resucit el Seor Jess (y lo dice el captulo 1 del libro de los Hechos), le preguntaron al Seor Jess: Seor, restaurars el reino a Israel en este tiempo? Y el Seor Jess les respondi: No os toca a vosotros saber los tiempos y las sazones que el Padre puso en su sola potestad. No es ningn hombre el que dice cuando el pueblo parte y hasta cuando se queda en una situacin; es Jehov; y Jehov lo seala por el movimiento de la nube, por el movimiento de Su Espritu, de Su presencia y de Su gloria. Al mandato de Jehov partan y al mandato de Jehov acampaban.

    Dios est llevando a Su pueblo, poco a poco, etapa por etapa, de triunfo en triunfo y de gloria en gloria como la luz de la aurora. Y el pueblo de Dios pasa por diferentes etapas y Dios es el que conoce las sazones. Cuando una seora est cocinando, ella da unas probaditas a ver si el arroz ya est. No, todava est durito, hay que seguirlo cocinando. Ah! Le falta un poquito de sal, o se me fue la mano en la sal; tengo que echarle un poco de agua; en fin, la seora cocinera sabe cual es la sazn de su comida; as es tambin el Seor, como un panadero, sabe si la masa ya est cocinada, porque si se cocina ms de la cuenta se le quema el pan, pero si la cocina menos de la cuenta, le queda cruda.

    Entonces el Seor conoce a Su pueblo. Las sazones y los tiempos estn en la sola potestad del Padre y por eso es que al mandato de Jehov que el pueblo parte, y al mandato de Jehov que el pueblo acampa. Por qu las sazones? Si ya est en alguna estacin, si todava tiene que aprender algunas lecciones o si tiene que aprender lecciones, nuevas de Dios, de la misma Palabra invariable de Dios, pero cada vez ms profunda, Dios sabe cundo es la hora de que el pueblo parte; por eso se habla de jornadas, en plural, de salidas y llegadas. Al mandato de Jehov partan.

    Si ustedes echan una mirada panormica a este captulo 33 de Nmeros, se darn cuenta que dice: De Ramess.... All en Egipto donde estaban haciendo ladrillos para el faran Ramss. De Ramess partieron en el mes primero.... Luego en el verso 5 dice: Salieron, pues, los hijos de Israel de Ramess y acamparon en Sucot. All en Sucot acontecieron ciertas cosas y el pueblo aprendi ciertas lec-ciones; pero luego dice: 6Salieron de Sucot y acamparon en Etam.

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    Luego dice: 7Salieron de Etam y volvieron sobre Pi-hahirot, etc. Salie-ron de Pi-hahirot... salieron de Mara.... Salieron de Elim.... Salieron del mar rojo.... salieron del desierto de Sin.... Salieron de Dofca.... Salieron de Alus.... Salieron de Refidim.... Salieron del desierto de Sina.... Salieron de Kibrot-hataava..., etc.

    Cada uno de esos extraos nombres era una estacin a la que la nube de Dios guiaba a Su pueblo. Dios gua a Su pueblo a tener cierto tipo de experiencias para aprender ciertas lecciones, y cuando ya el grueso del pueblo que ha de avanzar ha aprendido esas lec-ciones, la nube se levanta y los gua a aprender otra leccin y esto es necesario hacerlo as, porque si no nos va a pasar una cosa: nos quemamos por una lado y nos quedamos crudos por el otro lado.

    Fjense conmigo en una expresin de este tipo en el profeta Oseas, captulo 7, versculo 8. All dice Dios por la palabra proftica la si-guiente expresin: Efran se ha mezclado con los dems pueblos; Efran fue torta no volteada. Efran fue torta no volteada. Las seo-ras que hacen tortas saben lo que es una torta no volteada. Cuando no se discierne el momento de pasar la torta de la parte de abajo a la parte de arriba para que se cocine la otra parte de la torta, qu sucede? se quema por un lado y se queda cruda por el otro.

    Entonces Dios hace que Su pueblo aprenda ciertas lecciones, que se vaya cocinando, pero as como al pollo le dan vueltas y vueltas para que se cocine por todos los lados, hermano, cada vez que pases por donde venden pollos, acurdate que Dios te est dando vueltas y vueltas, porque Dios quiere que seamos perfectos en todas las cosas en Cristo Jess. A veces te trata por la izquierda y te cocina un poco, a veces te trata por la derecha y te cocina un poco y as lo hace con cada persona y as lo hace con Su pueblo, como pueblo. Efran fue torta no volteada.

    Oh Seor, T conoces cuando vas a dar vuelta a la torta! Cuan-do ya estamos cocinados en algunas cosas, Dios empieza a trabajar en otras en las cuales estamos crudos y eso no lo decides t, ni lo decido yo, ni lo decide hombre alguno, porque en la potestad nica del Padre estn los tiempos y las sazones; en su sola potestad. De pronto nos encontramos atrapados en una situacin nueva y no sabemos qu es lo que pas. Estaba acostumbrado a que las cosas fuesen as, pero ahora son de este otro modo, y lo que pasa es que Dios est empezando a cocinar otra cosa que estaba cruda en tu vida y en la de Su pueblo, y es una cosa grave si no se le da vuelta a la torta.

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    Vamos al libro de Jeremas, captulo 48, versculos 11 al 13. As dice la Palabra del Seor: 11Quieto estuvo Moab desde su juventud, y sobre su sedimento ha estado reposado, y no fue vaciado de vasija en vasija ni nunca estuvo en cautiverio; por tanto, qued su sabor en l, y su olor no se ha cambiado.

    Por eso, y porque tiene el mismo olor de siempre, el mismo sabor de siempre, parece que fuera nuevo todava. Dice que tiene 30 aos de ser creyente y todava parece que sigue con lo mismo de siempre. 12Por eso vienen das, ha dicho Jehov, en que yo le enviar trasva-sadores que le trasvasarn; y vaciarn sus vasijas, y rompern sus odres. 13Y se avergonzar Moab de Quemos, como la casa de Israel se avergonz de Betel, su confianza.

    Cuando no pasa nada en nuestras vidas, es cosa de pensar. Desde su juventud estuvo quieto, reposado, no pas por ninguna prueba; eso del camino angosto, de llevar la cruz, son unos versculos por all en el papel, pero nada de ser experimentados; y por eso esa persona no ha sido transformada, y por eso Su pueblo sigue con lo mismo de siempre. Entonces el Seor dice que va a tener que trasvasarla, pasarla de un vaso al otro como los que estn refinando el vino. Pri-mero machacan las uvas y sale el jugo, y luego dejan que se asiente el sedimento y la parte de arriba la pasan a otra vasija, para que el sedimento no se vuela a mezclar, y as continan despus con la otra vasija, con la sedimentacin, y cuando ya baj todo lo que puede bajar, entonces la otra parte de arriba se trasvasa en otro vaso.

    Y Dios lo lleva de una situacin a otra, ensendole una leccin tras otra, porque estamos en las manos de Dios y nadie nos arre-batar de Sus manos. Pero en sus manos aprendemos una serie de lecciones y no eres t, ni yo, ni hombre alguno el que dice cuando empieza y cuando termina; es Dios el que levanta la nube cuando l quiere. A veces se queda un da, a veces dos das, a veces una semana, a veces un mes, a veces dos meses, a veces un ao, a veces dos aos quietos; y nosotros ms o menos en lo mismo por un tiempo hasta que Dios dice: aqu ya est cocinado, vamos a dar vuelta a la torta, vamos a cambiarla de vasija, vamos a romper los odres, para que el pueblo no est crudo sino que cambie y sea transformado de gloria en gloria, de triunfo en triunfo, como la luz de la aurora.

    Yo pienso que estos versculos que hemos ledo nos hacen pensar mucho de nuestra propia vida. A veces parece que el fuego est muy abajo, que el pollo est por alla arriba, pero de pronto se va calen-tando la cosa, y de pronto se calienta mucho y parece que se va a quemar; pero antes que se queme, el Seor nos sube y nos consuela y nos deja por all en las nubes un rato y luego volvemos a bajar al

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    fuego y luego subimos de nuevo a las nubes. El Seor sabe lo que est cocinando, no creo que haya mejor cocinero que nuestro Dios. A l no se le han quemado las tortas. El que comenz en vosotros la buena obra, la perfeccionar hasta el da de Jesucristo.

    Vamos al libro de Nmeros 4:5; vamos a mirar all algunas expre-siones curiosas porque all en esas expresiones Dios nos ensea la manera que l tiene de hacer las cosas: Cuando haya de mudarse el campamento..., entonces Dios empieza a dar instrucciones de cmo es la manera en que se muda el campamento; no se puede mudar el campamento de cualquier manera. Dios establece un orden; primero vienen los sumos sacerdotes, que hacen determinadas cosas y las cubren, despus vienen los de Coat, los de Gersn, despus los de Merari y despus viene el pueblo. Primero deban ir los sacerdotes llegando hasta el Jordn y ponerse en el fondo del Jordn para que se abra, y el pueblo tena que guardar distancia como de 2000 codos porque todava no haba pasado por ese lugar; por eso los sacerdotes tenan que ir primero, despacio, y el pueblo, cuando viera el Arca sobre los hombros de los sacerdotes, de los levitas, de los coatitas, entonces el pueblo segua el Arca porque nunca antes haba pasado por ese lugar, porque nadie naci aprendido, y la nube tiene que ir adelante trabajando con unos primero, luego con otros, porque Dios ha puesto en Su pueblo vanguardia, guardia y retaguardia, y nadie debe adelantarse ni retrasarse.

    Por eso dice cuando haya de mudarse el campamento; o sea que muchas veces en la historia de la Iglesia, el campamento tiene que ser mudado a una posicin ms avanzada, ms adelantada; habamos estado algunos aos hasta aqu, ha sido una gran bendi-cin. Pero Dios tiene que ensearnos algo ms, y Dios dice que el campamento debe mudarse de una posicin a otra ms avanzada; pero no de cualquier manera, no con desorden sino como dice Dios: primero esto, despus esto... y Dios establece un orden. Primero va el Arca, despus va la mesa y el candelero, despus va el incensario y despus van tales tribus de primeras, tal tribu va de segunda, tal tribu va de tercera... As es que se trasladan las cosas, hay un orden de mudanza, hay un principio de traslado en la Palabra de Dios. Dios quiera que nuestros corazones estn preparados por Dios para avanzar. Esto es para preparar nuestros corazones para Dios, para que Dios pueda llevar a su pueblo de triunfo en triunfo y de gloria en gloria como la luz de la aurora.

    La misma Palabra de siempre pero cada vez con ms luz de Dios, para obedecer a Dios; porque Dios gobierna a travs de la visin de Su Palabra. Por eso dice el Apstol Pablo No fui desobediente a la

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    visin celestial. Cuando Dios te muestra la visin de Su propsito eterno, la visin de Su programa, de Su deseo, de Su manera, t vas siguiendo calmadamente sin ningn apuro, la mano, la nube, la gloria de Dios; pero no se puede hacer de cualquier manera; no podemos tomarnos la tierra prometida como un tropel desordenado, sino que tenemos que aprender a ser movidos, ordenados por la nube de gloria, separando lo que es luz de lo que es tinieblas, lo que es del cielo (de arriba) de lo que es de abajo, separando lo precioso de lo vil, lo santo de lo impuro. Aprendiendo todos a respetar la autoridad del Espritu de Dios.

    Muchas lecciones en el libro de Nmeros eran muy tristes. A veces se abra la tierra y se tragaba a algunos; a veces el campamento tena que esperar que le pasara la lepra a Myrian; a veces haba rebelin, a veces codiciaba el pueblo cosas malas. Muchas lecciones hay que aprender de jornada en jornada. El Seor tenga misericordia y ponga orden en medio de su pueblo y nos prepare como un ejercito para cuando llegue la hora de cruzar el Jordn y tomar ciudades, las tomemos conforme al modelo de Dios, para que no salgamos perdiendo. q

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    Tercera aproximacin

    LA PREEMINENCIADEL ARCA DEL PACTO1

    Novedad de vida

    Nmeros 4: 1-3. Que nos sirva este pasaje de introduccin. 1Habl Jehov a Moiss y a Aarn, diciendo: 2Toma la cuenta de los hijos de Coat de entre los hijos de Lev, por sus familias, segn las casas de sus padres, 3de edad de treinta aos arriba hasta cincuenta aos, todos los que entran en compaa para servir en el tabernculo de reunin.

    Fjense cmo el Seor establece aqu el requisito de los 30 aos. Yo pienso que a todos nos recuerda al Seor Jess. Recuerden que en Lucas 3:23, all donde aparece la genealoga del Seor Jess, dice: Jess mismo al comenzar su ministerio era como de treinta aos; es decir, que l esper para acercarse a servir en el ministerio pblico, y los 30 aos representaba en Israel la mayora de edad; y los levitas no podan entrar antes de cumplir esa edad; incluso estaban all, pero no participaban de ciertas labores que solamente a los 30 aos se podan realizar. De manera que estos 30 aos de Nmeros y Lucas es diciente, y cuando leemos Nmeros a la luz del Nuevo Testamento mismo, y entendemos que lo que est diciendo el Espritu para el Nuevo Testamento, a travs de Nmeros, es que para servir al Seor hay que estar en Cristo.

    Cuando dice hasta 50 aos, quiere decir que el viejo hombre no participa legtimamente del servicio a Dios; hay que participar entre 30 y 50, lo cual significa en novedad de vida; es decir, en Cristo Jess, en el nuevo hombre. Para entrar a servir en compaa en la casa de Dios, hay que hacerlo de 30 a 50 aos; pero en el Antiguo Testamento era figura; hoy, en el Nuevo Testamento, no importa la edad de la persona, puede tener ochenta aos, pero si est en Cristo Jess est en novedad de vida; no tiene nada de viejo en s. Con Cristo no pasa nunca de 50 aos. Dice que entra en compa-a para servir en el tabernculo de reunin. Esta es una palabra

    1 Enseanza a la iglesia en la localidad de Tunjuelito, Santaf de Bogot D.C., Colombia, el 13 de julio de 1996. Este captulo tambin es el primero del libro Tres Centralicades Concntricas.

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    importante; el servicio del Seor en Su casa es en compaa, es en comunin unos con otros. El Seor estableci compaas; por eso era que el apstol Pablo deca a los Corintios en la segunda carta: Teniendo nosotros (plural) este ministerio (singular); ah se refiere al ministerio del nuevo pacto, al ministerio del Nuevo Testamento, al ministerio del Espritu, al ministerio de la justificacin, al ministerio de la reconciliacin, al ministerio de la Palabra, al ministerio de la edificacin del Cuerpo de Cristo, de la casa de Dios. Servir en Cristo, en espritu y en compaa

    Entonces ese ministerio es un ministerio corporativo; ningn miembro es suficiente en s mismo; todos tenemos que participar en la comunin del cuerpo de Cristo; por eso dice: entrar en compaa para servir. Qu curioso! Uno dira: servir para entrar? Pero en-trar en compaa para servir en el tabernculo de reunin, al cuerpo de Cristo? Solamente se puede servir en compaa, en comunin; y este captulo se escribi para ensearnos el orden de prioridades, las disposiciones divinas para el avance del campamento de una etapa a otra. Por eso dice lo siguiente: El oficio de los hijos de Coat en el tabernculo de reunin, en el Lugar Santsimo, se ofrece en el espritu. El apstol Pablo dice en Romanos 1.9:

    Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espritu en el evangelio de su Hijo.

    No solamente a quien sirvo, sino a quien sirvo en mi espritu, que son dos cosas diferentes. Servir en espritu, servir en compa-a y en Cristo. Aqu tenemos tres requisitos del legtimo servicio a Dios en Cristo, en comunin y en compaa; son tres centralidades concntricas, o sea que en el puro centro est Dios mismo, el Padre que mana por Cristo para nosotros Su Espritu a nuestro espritu, y de ah al cuerpo de Cristo, la Iglesia. Dios mediante, de mi parte, porque creemos que Dios nos dar otras partes con otros hermanos, estaremos siguiendo una secuencia sobre estas tres centralidades: En Cristo, en el Espritu y en el cuerpo. Son tres cosas que Dios estableci como requisito para servir. En Cristo de 30 a 50 aos; en el Espritu en el Lugar Santsimo, y en el oficio y en compaa. Entonces son tres cosas centrales que nunca debemos olvidar, y que tenemos que tener siempre en el centro de nuestro corazn. Dios siempre estar purificando nuestro servicio para que no sea en la carne, sino en el espritu, para que no sea en Adn, sino para que sea en Cristo; que no sea en divisin, sino en comunin, en el cuerpo. Trabajo legtimo que el Seor merece, tiene que ser en Cristo, en el Espritu, y tiene que ser en el cuerpo de Cristo.

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    El caminar del pueblo de Dios

    Ahora tambin, aparece un orden de prioridad en la marcha, y dice as:

    4Cuando haya de mudarse el campamento, vendrn Aarn y sus hijos y desarmarn el velo de la tienda, y cubrirn con l el arca del testimonio.

    El campamento siempre se est mudando, siempre est avan-zando; la nube gua al campamento, y el Seor comienza a moverse en Su pueblo, y el Seor hace un movimiento en una determinada direccin. La Palabra dice que cuando la nube se levantaba, entonces el pueblo se levantaba. Yo s que algunos hermanos ya conocen esto, pero otros todava no lo conocen; entonces vamos a honrarlos siguiendo estos versculos delante de ellos. Estamos ahora en N-meros captulo 9:15. All dice:

    15El da que el tabernculo fue erigido (la casa de Dios, ese es el cuerpo de Cristo, la Iglesia), la nube cubri el tabernculo sobre la tienda del testimonio; y a la tarde haba sobre el taber-nculo como una apariencia de fuego, hasta la maana.

    As como en el da de Pentecosts, aquella Columna de Fuego se reparti en Lenguas de Fuego sobre el verdadero tabernculo, que es la Iglesia.

    16As era continuamente: la nube lo cubra de da, y de no-che la apariencia de fuego. 17Cuando se alzaba la nube del tabernculo, los hijos de Israel partan (haba que adelantarse); y en el lugar donde la nube paraba, all acampaban los hijos de Israel.

    Deban parar, porque la nube guiaba la pueblo por varias estacio-nes. Estaban un tiempo en un lugar, mientras estaban aprendiendo una determinada leccin en ese lugar; y cuando el Seor juzgaba que era hora de dar un paso adelante, entonces la nube los guiaba a otra estacin, a otro lugar. Entonces por eso dice:

    17Cuando se alzaba la nube del tabernculo, los hijos de Israel partan; y en el lugar donde la nube paraba, all acam-paban los hijos de Israel. 18Al mandato de Jehov los hijos de Israel partan, y al mandato de Jehov acampaban; todos los das que la nube estaba sobre el tabernculo, permanecan acampados.

    Ese es el caminar del pueblo de Dios. A veces la nube se detena por un perodo de tiempo en una estacin hasta que Dios juzgara

    LA PREEMINENCIA DEL ARCA DEL PACTO

  • 32 EL LIBRO DE LAS JORNADAS

    que ya haban aprendido la leccin; cuando el Seor juzga que esa sazn ya est en su punto. Porque slo en Su potestad estn los tiempos y las sazones. Cuando ya juzga que hay que darle la vuelta a la torta porque ya est cocinada por un lado, ahora hay que cocinar el otro lado; entonces la nube se levanta y baja a otro lugar que l conoce y ah en ese lugar se comienza un nuevo proceso, porque lo que estaba crudo en otra parte empieza a cocinarse.

    19Cuando la nube se detena sobre el tabernculo muchos das, entonces los hijos de Israel guardaban la ordenanza de Jehov, y no partan. 20Y cuando la nube estaba sobre el tabernculo pocos das, al mandato de Jehov acampaban, y al mandato de Jehov partan. 21Y cuando la nube se detena desde la tarde hasta la maana, o cuando a la maana la nube se levantaba, ellos partan; o si haba estado un da, y a la noche 1a nube se levantaba, entonces partan. 22O si dos das, o un mes, o un ao, mientras la nube se detena sobre el tabernculo permaneciendo sobre l, los hijos de Israel seguan acampados, y no se movan; mas cuando ella se alzaba, ellos partan.

    A veces haba que partir de da, a veces haba que partir de noche, a veces al da siguiente, a veces era despus de un tiempo, dos das, un mes, un ao; mientras la nube se detena en el tabernculo sobre los hijos de Israel, seguan acampados. Haba que dejar al Seor empollar esa situacin, como la gallina empolla sus polluelos; no se levanta antes de tiempo porque se le mueren los pollitos que estn en los huevitos, y quin sabe cunto tiempo tiene que quedarse ah sentada, y cuando ya es la hora, los pollitos empiezan a picar y a abrir el huevito y ya nacen los pollitos; entonces se levanta la gallina, empieza a andar y los pollitos detrs. As el Seor sabe cunto es el tiempo que tiene que empollar sobre nosotros. l nos compar con eso. l dijo:

    Cuntas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!2

    Poniendo orden en el caos

    Porque es que en el libro del xodo estaban acostumbrados a hacer cada uno como bien le pareca. Adems, despus de ser esclavos en Egipto, salieron en tropel; pero entonces Dios empez a poner orden; as como en el principio haba tambin desorden y la nube del Seor, o sea el Espritu del Seor comenz a moverse sobre la faz de las aguas y empez a poner orden, empez a traer

    2 Lucas 13:34

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    luz, separaba el da de la noche, separaba lo de arriba y lo de abajo, y luego haca brotar la vida y edificaba para S mismo una casa, al hombre a Su imagen y semejanza; hzose el trabajo del mover del Espritu de Dios.

    Cuando Israel sali de Egipto pareca ms o menos un caos, pero el Seor comenz a moverse sobre ellos, los liber, comenz a ponerlos en orden, les empez a pedir que le hicieran un Santuario con determinadas disposiciones, que l iba a morar en medio de ellos; y luego de que ms o menos hicieron eso, entonces una etapa tena que ser seguida por otra; la del libro de Levtico; y ah en Le-vtico era necesario que el pueblo empezara a vivir en funcin de la casa de Dios, conforme a los arreglos de santidad de parte de Dios, conforme a las ofrendas establecidas por Dios, los distintos aspectos de la cruz de Cristo, del sacerdocio del Seor, la coordinacin del ministerio. De eso se habla precisamente en el libro de Levtico.

    Cuando esa etapa ya estaba, entonces se llegaba al libro de N-meros. Si usted compara la situacin del pueblo en xodo, cuando estn recin saliendo y con lo que el Seor estaba poniendo en orden en Su pueblo a travs de sus distintas jornadas, puedes ver que a travs de cada nueva revelacin, el Seor va trayendo luz para ir poniendo en su lugar todas las cosas, para que todas las cosas estn en su lugar.

    Entonces en este libro de Nmeros se comienza a poner en orden al pueblo. Primero se iban para donde queran; pero esperen, uste-des juntos van a hacerme un tabernculo, y ese tabernculo no se va a mudar cuando ustedes quieran. Yo les voy a decir cmo yo los voy a entrenar, cundo levantarse y cundo quedarse. Al principio todo era un caos, cada uno sala para donde quera; como en el libro de los Jueces, no haba rey en Israel, y cada uno haca lo que bien le pareca; pero en Deuteronomio ya el Seor le dice: no haris ms como habis hecho vosotros hasta ahora, cada uno como bien le parezca, sino en el lugar que Jehov vuestro Dios escogiere para poner all Su Nombre, all iris y le serviris, all ofreceris los holo-caustos; o sea en Cristo, en el Espritu y en el Cuerpo de Cristo.

    Porque eso es lo que representa el Santuario de Dios, donde Dios pone Su Nombre. Representa primeramente a Cristo, representa tambin nuestro espritu en el Lugar Santsimo y representa tam-bin la Iglesia, que es el Cuerpo de Cristo. Un solo santuario, y all le serviris; no haris como lo habis hecho hasta ahora; cada uno como bien le parezca, sino como el Seor se va moviendo en medio de Su pueblo, y va enseando a Su pueblo el orden de marcha. Entonces, por eso dice aqu:

    LA PREEMINENCIA DEL ARCA DEL PACTO

  • 34 EL LIBRO DE LAS JORNADAS

    23Al mandato de Jehov acampaban, y al mandato de Jehov partan, guardando la ordenanza como Jehov lo haba dicho por medio de Moiss.

    Esto es lo que nos explica el captulo 4 del libro de Nmeros, verso 5, la frase en que nos detuvimos, Nmeros 4:5: Cuando haya de mudarse el campamento, porque e1 Seor saba que hay jornadas de Su pueblo, haba varias mudanzas del campamento, todas dirigidas por el Seor; pero cada una era una etapa nueva, y haba que mudar el campamento cuando era la hora, cuando el Seor daba la seal y la nube se levantaba y comenzaba a moverse en algn lugar, en algn sentido. Orden en la mudanza

    Entonces haba que levantarse, seguir a la nube en un orden es-tablecido por Dios, y ese orden es el que est aqu justamente en el captulo 4 de Nmeros; porque Nmeros es el libro que pone orden. Por eso se llama Nmeros, porque es para poner orden: primero, segundo, tercero, cuarto, quinto. Lo de quinto no debe ir primero, lo primero no debe quedar de once, lo sptimo no puede ir de cuarto; lo primero es lo primero, lo segundo es lo segundo, lo tercero es lo tercero, lo cuarto es lo cuarto, y luego lo que viene. Hay un orden en el que el Seor se est moviendo sobre Su pueblo. Su pueblo est un poco desordenado para ponerlo en orden; entonces lo primero con lo que hay que tratar en el traslado del campamento, es como lo dice el verso 5:

    5Cuando haya de mudarse el campamento, vendrn Aarn y sus hijos y desarmarn el velo de la tienda, y cubrirn con l el arca del testimonio; 6y pondrn sobre ella la cubierta de pieles de tejones, y extendern encima un pao todo de azul, y le pondrn sus varas.

    Vemos que lo primero que tiene que ver es el velo. Se dan cuenta? Todo comienza por el Lugar Santsimo; desarmar el velo para colocar all los paos, el arca, y cubrir el arca con paos azules y seguir avanzando. Es un orden establecido por Dios; lo primero que se trata aqu es en re1acin con Cristo, incluso antes de la mesa de los panes, incluso antes del candelero, incluso antes del incensario, es el asunto del arca, es el asunto del Lugar Santsimo; comienza todo por el Lugar Santsimo. Vendrn Aarn y sus hijos y desarmarn el velo. Hay cosas que estn en una situacin determinada, y hay que trasladarlas a una situacin ms avanzada, porque hay que mudar el campamento, pues hay una manera de hacerlo mudar, una manera que es la que est aqu en figura.

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    Dice: Vendrn Aarn y sus hijos, o sea, el sacerdocio; todo el pueblo del Seor es sacerdote, pero aqu se est representando la autoridad delegada del sacerdocio de Cristo, y dice: desarmarn el velo de la tienda, y cubrirn con l el arca del testimonio. Lo primero es el arca, porque la parte que corresponde con la nube es primeramente el arca. Es todo el tabernculo, pero primeramente el arca. Es todo el mobiliario del tabernculo, pero primero el arca. Cuando vemos en xodo 25, y haris Santuario para m, lo primero que describe es el arca; despus describe la mesa y el candelero, uno frente al otro. Las cuatro cosas principales

    Como en Hechos de los Apstoles dice en el captulo 2 que la Iglesia perseveraba primero en la doctrina de los apstoles, que era acerca de Jesucristo, en la comunin unos con otros y en el parti-miento del pan, que se relaciona con los panes de la proposicin, el candelero, y en las oraciones; o sea en el altar de oro y el incensario; es decir, que ese orden que aparece aqu, esas cuatro cosas, el arca, la mesa, el candelero y el altar del incienso con el incensario, es el orden. Son las primeras cosas que se trasladan, y esas cuatro cosas se corresponden con aquellas cuatro del libro de los Hechos de los Apstoles.

    Para los hermanos que son ms nuevos, vamos a leer esos ver-sos. En Hechos 2:42 est el camino de la Iglesia; aquello en que la Iglesia, desde que fue fundada, perseveraba en estas cuatro cosas, en las cuales andaban; y dice: Y perseveraban en la doctrina de los apstoles, en la comunin unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Ah estn las cuatro cosas. Esas cuatro cosas empiezan por la doctrina de los apstoles. Ahora, en qu consiste la doctrina de los apstoles? Aqu mismo en Hechos captulo 5, verso 42 dice de los apstoles: Y todos los das en el templo y por las casas, no cesaban de predicar y ensear a Jesucristo. Claro que hablaban otras cosas, pero todo en relacin con Jesucristo; entonces era como si slo hablaran de Jesucristo. Porque ninguna cosa tiene ningn sentido si est separada de Jesucristo; no tiene ni sentido ni valor. En Cristo las cosas tienen sentido y tienen valor, tienen realizacin, tienen redencin, porque ese es el centro de la doctrina de los apstoles, Jesucristo. La primera centralidad es Cristo

    Claro que cuando nosotros leemos las cartas de ellos, ah en-contramos que hablan de muchas cosas, pero en todas ellas est siendo revelado Dios por Jesucristo; o sea que Jesucristo es el tema

    LA PREEMINENCIA DEL ARCA DEL PACTO

  • 36 EL LIBRO DE LAS JORNADAS

    central de los apstoles; Jesucristo siendo enseado y predicado. La palabra griega didak (enseanza didctica) y la palabra kerigma (proclamacin), es la enseanza didctica corriente ordenada de todo lo relativo al Seor Jess, a Su persona, a Su obra, a Su doctrina; lo esencial. La Iglesia no puede tener otro centro; la iglesia no puede estar girando a travs de ninguna otra cosa. La iglesia tiene que tener esta primera centralidad; la Iglesia no debe ser descuidada en nada de lo relativo a Cristo. El tesoro de la iglesia es Jesucristo; lo que la Iglesia tiene que entender es a Jesucristo; a quien la Iglesia debe conocer es a Jesucristo; a quien la Iglesia debe vivir es a Je-sucristo; a quien la Iglesia debe testificar es a Jesucristo; a quien la Iglesia tiene que glorificar es a Jesucristo; o sea que la Iglesia est centrada en Jesucristo.

    A veces nos centralizamos en otras cosas; a veces organizamos algo en funcin de algo particularista, donde el centro no es Jesu-cristo; pero aqu dice la Palabra del Seor que los apstoles, todos los das en el templo y por las casas, no cesaban de hacer dos cosas: de ensear (aspecto didctico) en forma ordenada, secuenciada, que es lo que est debajo de la palabra didak, en forma didctica, que se traduce enseanza, y tambin la palabra kerigma, que quiere decir proclamacin; es decir, aquel tema coyuntural de aplicacin del Seor Jess a cualquier coyuntura, a cualquier necesidad. La Iglesia en cualquier momento debe predicar a Jesucristo y presentar a Jesucristo como la solucin para cualquier cosa que se presente en el camino; pero no slo se predica, sino que tambin se ensea; y no solamente se ensea, sino que tambin se predica.

    No podemos quedarnos slo con la enseanza, porque constan-temente tenemos necesidades prcticas y olvidamos el depsito que nos fue encargado a la Iglesia, como un consejo de Dios centrado en el misterio de Cristo para estar constantemente recibindolo n-tegramente, transmitindolo constantemente. Por eso se necesita que Jesucristo sea enseado y sea predicado. Ese es el centro de la doctrina de los apstoles; por eso es que cuando all dice que la Iglesia es el pueblo del Seor, su perseverar en su camino se centraba en esas cuatro cosas, la primera de las cuales era la doctrina de los apstoles; o sea, que ellos eran cristocntricos, porque los apstoles enseaban y predicaban a Jesucristo.

    En la primera epstola a los Corintios, captulo 15, vamos a ver cmo el apstol estableci esas prioridades, y entonces nosotros aqu tendremos estas prioridades. La primera es Cristo, la segunda es el Espritu, la tercera es el Cuerpo de Cristo (la Iglesia). Dice en 1 Corintios, captulo 15, los primeros versos:

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    1Adems os declaro, hermanos (esta es una declaracin apostlica de lo que es el evangelio en su primera esencia), el evangelio que os he predicado, el cual tambin recibisteis, en el cual tambin perseveris; 2por lo cual asimismo, si retenis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no cresteis en vano. 3Porque primeramente (ah est el orden de prioridad) os he enseado lo que asimismo recib (es decir, que l tambin lo recibi de esta manera, de Cristo, ah est; lo primero es la persona, el Mesas, el Hijo de Dios): Que Cristo (ah est lo primero de esta declaracin, lo que es el evangelio, la doctri-na apostlica: Cristo; segundo) muri por nuestros pecados, conforme a las Escrituras (o sea, la muerte de Cristo segn todas las riquezas de la palabra de Dios, la persona de Cristo y la obra de Cristo en la cruz); 4y que fue sepultado (sigue la secuencia de Cristo), y que resucit al tercer da, conforme a las Escrituras; 5y que apareci a Cefas y despus a los doce.

    Y ah sigue dando una lista de todas aquellas personas que fue-ron testigos oculares de la resurreccin del Seor Jess. Entonces fijmonos, hermanos, que el apstol Pablo haba establecido un fundamento, y nadie puede poner otro fundamento que el que est puesto, el cual es Jesucristo. Lo primero es Jesucristo.

    Quin es Jesucristo? El evangelio trata de Jesucristo, de pre-sentarnos a Jesucristo; depende de quin creamos ser Jesucristo para nosotros, para llegar a aprovechar lo que seamos para Dios. Si Jesucristo es para ti slo un personaje histrico que pas por la tierra y ense una tica ms o menos parecida a la rabnica, muy poco puedes disfrutar de lo que realmente Dios tiene para ti. Todo lo que Dios tiene para nosotros, lo tiene la persona, obra y doctrina de su Hijo Jesucristo, y en Su Espritu; amn. Entonces, hermanos, el Seor Jess, lo que l es, es algo central. Los apstoles, en lo relativo a Jesucristo, eran muy cuidadosos.

    Entre otras cosas, nos dice Juan que no se les reciba en casa a determinadas personas, si en relacin con Jesucristo estn ter-giversando los asuntos; dice el apstol Juan en la segunda carta. Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibis en casa, ni le digis: Bienvenido! (2 Juan 10). El que le dice bienve-nido participa de sus malas obras. La Iglesia tiene que conocer Su persona.

    LA PREEMINENCIA DEL ARCA DEL PACTO

  • 38 EL LIBRO DE LAS JORNADAS

    Cristo, el fundamento del Evangelio

    Vamos a Romanos 1; all nos dice 1o siguiente:

    1Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apstol, apartado para el evangelio de Dios. Aqu Pablo est memorizando aquel pasaje de Hechos 3: Apartadme a Bernab y a Saulo para la obra a que los he llamado. Ahora dice Romanos, apartado para qu? para el evangelio de Dios, 2que l haba prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras.

    Se refiere al Antiguo Testamento. El Antiguo Testamento es la preparacin de Dios para el evangelio de Dios; el Antiguo Testamen-to era la intervencin divina a travs de los profetas para tipificar, anunciar y fundamentar todo lo relativo al evangelio. Pablo en el verso 3 nos dice cul es el tema central del evangelio, de qu es de lo que trata el evangelio de Dios; dice que l haba prometido antes por sus profetas a travs de las Escrituras, el evangelio acerca de Su Hijo; o sea, el tema central del Evangelio de Dios, es el Hijo de Dios. Ah comienza todo; ese es el fundamento: nuestro Seor Jesucristo. Ahora identifica quin es el Hijo de Dios; dice que es Jess y que es el Mesas. Lo que dijo Pedro:

    16T eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. 17Entonces le respondi Jess: Bienaventurado eres, Simn, hijo de Jons, porque no te lo revel carne ni sangre, sino mi Padre que est en los cielos. 18Y yo tambin te digo, que t eres Pedro, y sobre esta roca (y no dice sobre ti) edificar mi iglesia (Mateo 16:16-18).

    T acabas de confesar lo que el Padre te revel y esa revelacin y esa confesin es acerca de Jess, como el Hijo de Dios, como el Mesas de Dios, el Cristo; sobre esta roca edificar mi Iglesia. Ah est el fundamento, sobre el Hijo de Dios, Jess el Cristo, muerto por nuestros pecados y resucitado y hecho Seor; el Mesas hecho Seor y Cristo; sobre l est edificada la Iglesia. l nos tiene que ser revelado, tenemos que conocer al Hijo, cuando agrad al Padre revelarlo. No te lo revel carne ni sangre, sino mi Padre. La Iglesia tiene que estar centrada, disfrutando al Seor Jess, conociendo al Seor Jess, quedando perpleja del Seor Jess.

    Hermanos, Dios no recibe otro sacrificio de parte nuestra, sino lo que Jesucristo hizo para nosotros. Nadie se puede acercar a Dios en base a ninguna otra cosa que no sea el Seor Jess; el mejor sacrificio que se puede presentar es tu fe en el Seor Jess; es tu aprecio por el Seor Jess; es tu conocimiento no intelectual solamente; claro que toca lo intelectual, pero prima el conocimiento espiritual del Seor Jess. El que conozca al Seor Jess, lo aprecie, lo reciba, lo

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    viva, le agradezca y slo en l confe, ese es el nico sacrificio que Dios realmente recibe, qu aprecio tienes por Su Hijo. No es nada que hay en t, no es nada que t mereces, no es nada que t puedes; es quin es Jess para ti, qu confiesas de l, cul es tu aprecio por el Seor Jess, hasta qu punto lo conoces, de tal manera que te vayas pareciendo a l, desde adentro para afuera; eso lo que a Dios le importa; eso es lo primero, eso es el fundamento, eso es lo que Dios tiene por valor, que puedas confiar verdaderamente en l; creerle de todo corazn.

    Todos los sacrificios que Dios dio para que en el Antiguo Testa-mento se presentaran delante de l para poder recibir a Su pueblo, representaban al Seor Jess; y cuantos sacrificios eran? eran de muchas clases; se necesitaban cantidad de becerros y de corderos, de toros y de palomillos; tenan que ser sacrificados millares. Cuando haba fiesta haba que sacrificar muchsimos, porque el sacrificio del Seor Jess es muy grande; no poda ser representado con mezquindad, tena que ser representado por abundancia, porque l es abundante, Su obra es abundante. Como Iglesia nos reunimos alrededor del Seor Jess, a comer del Seor Jess, a apreciar a1 Seor Jess, a recibir el testimonio de lo que l hizo. El evangelio de Dios es acerca de Su Hijo; de eso se trata el evangelio de Dios. Hay algo en lo que Dios tiene complacencia, y es en Su Hijo, an antes de crear todo; y toda la creacin la hizo para Su Hijo, y la hizo en Su Hijo, y Su anuncio es acerca de Su Hijo, que conozcamos acerca de Su Hijo Jesucristo, a quien l ha enviado; Jesucristo, la vida eter-na. El evangelio acerca de Su Hijo, nuestro Seor Jesucristo, que era del linaje de David. Ah empieza a tener sentido todo el Antiguo Testamento; que fue declarado Hijo de Dios; empezamos a ver los dos aspectos: Hijo de David segn la carne, representado por la madera del arca; declarado Hijo de Dios, ah est la Divinidad, representada por el oro del arca. Eso es lo primero que hay que tratar en una mudanza del campamento; donde hay que centrarse siempre es en Jesucristo, porque lo que realmente hay que mudar siempre es ha-cia una posicin ms avanzada en nuestro conocimiento en Cristo, nuestro aprecio por Cristo y nuestro seguimiento de Cristo; eso es realmente avanzar; avanzar para con Dios es el conocer ms a Cristo, el apreciarlo ms, el vivirlo ms y seguirlo ms; solamente eso es realmente el seguimiento. Luego se empieza a hablar ya de la obra de l, porque recibimos la gracia y el apostolado para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor a Su nombre (Romanos 1:1-5); ah aparece ya el resultado del seguimiento a Cristo el Rey; de seguir a Cristo es que resulta el Rey. No hay reino sin seguir a Cristo.

    LA PREEMINENCIA DEL ARCA DEL PACTO

  • 40 EL LIBRO DE LAS JORNADAS

    Entonces volvamos a Nmeros captulo 4:5: Cuando haya de mudarse el campamento, vendrn Aarn y sus hijos y desarmarn el velo de la tienda, y cubrirn con l el arca del testimonio. En Hebreos captulo 10 se nos dice que ese velo es la carne de Cristo; lo primero es conocer al Seor en Su persona, en Su obra, en Su encarnacin, cada vez ms profundamente; y dice: cubrirn con l el arca del testimonio; esa arca representa a Cristo, no en una forma simple, sino en una forma completa, los distintos aspectos de Su persona y de Su obra objetiva para con el Padre en la cruz y sustitutivo aplicada a cada uno de nosotros como personas; todos nosotros juntos como cuerpo, porque la obra del Seor Jess no es slo para individuos. El Seor Jess no slo muri en la cruz para perdonar pecados de personas, sino como dice Efesios, para purificar a la Iglesia; para purificar no slo personas sino a la Iglesia, y para presentar no slo a un salvo, sino una Iglesia salvada, santa y gloriosa, sin mancha, la obra de Dios corporativa, y no slo individualismos. Por eso es que despus del arca, le toca el turno a la mesa de los panes de la proposicin y al candelero, lo que es el partimiento del pan; o sea, la expresin prctica de la vida de la Iglesia; y las oraciones son el incensario, que es el ministerio sacerdotal del pueblo del Seor: liturgia sacerdotal del pueblo.

    Entonces dice en el verso 6: Y pondrn sobre ella la cubierta de pieles de tejones, o sea todo el aspecto de la vida del Seor Jess. Recuerden que cuando se miraba de afuera hacia la casa de Dios, lo que se vea por fuera eran dos cosas: la cortina del atrio, que era de lino fino, y la tienda adentro que estaba cubierta por pieles de tejones; la parte visible que es con apariencias; porque el oro, la plata, el mobiliario, todo esto estaba dentro de la gloria. La parte ms visible son las pieles de los tejones. El lino fino son las acciones justas de los santos. Un pueblo celoso de buenas obras. Desde afuera se ve gente comn y corriente, presentado as sin hermosura y sin apariencia, como se dice de Jess.

    As como no le conocieron a l, tampoco a nosotros; ya somos hijos de Dios, pero todava no se ha manifestado lo que hemos de ser, por eso el mundo no nos conoce.3 El mundo ve por fuera personas comn y corrientes, como aquellos animalitos en el desierto. Somos tejones, pero haciendo ya buenas obras; es decir, las cortinas, pero de lino fino; Su pueblo comn y corriente, celoso de buenas obras. Entonces aqu aparecen los tejones, y dice: Y extendern encima un pao todo de azul. Ninguno de los otros tiene el azul por fuera.

    3 Referencia a 1 Juan 3: 1

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    Cuando t ves despus, cuando cubren la mesa, cuando cubren el altar, y antes del altar, el candelero, vers que por fuera siempre van los tejones. En e1 nico caso donde los tejones y las pieles van por dentro y el pao de azul va por fuera, es en el caso del arca; porque lo azul representa lo celestial. Como el Seor Jess ya fue glorificado, es nuestro precursor. Entonces l ya fue glorificado en Su carne, en aquel pasaje de Hebreos 2:9:

    Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ngeles, a Jess, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gus-tase la muerte por todos.

    No vemos las otras cosas que le sean sujetas, pero aquello lo vemos en gloria; o sea que lo azul ya no lo tiene escondido, sino manifestado. Por eso es que como l es el precursor, entonces por eso tiene la seal de haber resucitado primero, de haber ascendido en gloria como precursor, de tener lo celestial ya por fuera con un cuerpo glorificado, y ya todos sabemos que el arca es l. l es el arca porque es la nica que tiene el azul por fuera; lo dems est por dentro todava. Ya somos hijos de Dios pero todava no se ha manifestado lo que hemos de ser. Todava no vemos que todas las cosas le son sujetas, pero vemos a Aquel que fue hecho menor que los ngeles, coronado de honra y de gloria; es el Seor Jess a la diestra del Padre. Por eso queda sealado entre todos los montonci-tos que hay por ah; esos montoncitos con l a la cabeza. El Seor es el centro al que hay que seguir. Entonces esta parte es para que veamos el lugar preeminente de Cristo, la primera centralidad que tenemos que desarrollar. q

    LA PREEMINENCIA DEL ARCA DEL PACTO

  • 42 EL LIBRO DE LAS JORNADAS

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    INTRODUCCINAL LIBRO DE LAS JORNADAS1

    Introduccin a las jornadas

    Hace algn tiempo deseaba compartir esta serie. Pero creo que despus de todas estas lecturas efectuadas en las ltimas semanas, y que se relacionan con la salvacin y otros aspectos fundamentales, esta serie va a tener ms sentido, ms consistencia; pienso que le vamos a poder sacar un mayor provecho. De manera que, si es el acuerdo de los hermanos, podramos iniciarla, a menos que los her-manos tengan otro sentir; en ese caso me lo comunican. Mientras tanto yo quera comenzar poco a poco una serie que hace tiempo est en mi corazn compartir con los hermanos, y no se haba dado porque no se presentaba la oportunidad; pero habiendo acabado el anterior ciclo, podramos empezar con esa serie.

    Con algunos hermanos que estuvieron en algunas de las re-uniones que se realizaron en Tunjuelito, en una ocasin se trat el tema de una manera muy panormica, totalmente panormica, y la hermana Gloria Monroy lo transcribi; y en ese mensaje se daba una visin muy panormica de lo que es la serie que est en mi corazn compartir con mis hermanos; pero la idea no es compartirla de ma-nera panormica, sino entrar punto por punto para que nosotros le saquemos un provecho, y de hecho entendamos un poco mejor nuestro propio caminar.

    La serie se llamara as, El Libro de las Jornadas. La idea es tocar jornada por jornada; es decir, no es ver, como vimos en aque-lla ocasin, el panorama, sino entrar jornada por jornada para que nosotros podamos, a la luz de la Palabra, sacar el mejor provecho; porque esas jornadas fueron escritas para nosotros poder entender nuestras propias jornadas y las jornadas en que estn nuestros hermanos. De