El Libro de Romanos

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EL LIBRO DE

ROMANOSExplicado paralos adolescentes

Artista: Tim Shirey

Texto: Pablo Reid

ALIANZA PRO-EDUCACIÓN ESPIRITUAL DEL NIÑOc/ Córcega 568, 1º2ª

08025 BARCELONA, España.Tel: 934 366 837

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El Libro de Romanos

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CONTENIDOLección Página

Introducción 3

Resumen de unos pasos básicos para aconsejar al niño que tiene inquietudes de conocer a Cristo como su Salvador personal 5

Lección 1: “Culpable” dice el Juez 7

Lección 2: Hechos justos 15

Lección 3: El mejor amigo 21

Lección 4: El pueblo escogido de Dios 29

Lección 5: El cuerpo de Cristo 35

Lección 6: ¿Cuánto debemos? 43

Una pequeña obra 51

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INTRODUCCIÓN

Es necesario enseñar a los niños usando las partes narrativas de las Escrituras, pero también hace falta enseñar las verdades maravillosas que se encuentran en las epístolas del Nuevo Testamento. Estas lecciones que siguen a continuación, son un intento de explicar en términos sencillos algunas de las grandes doctrinas que el apóstol Pablo presentó en su carta a los Romanos.

Estas lecciones se pueden utilizar en los Clubes de Buenas Nuevas, en las Escuelas Dominicales, Esplais, Escue-las Bíblicas de Vacaciones y campamentos para niños y adolescentes.

Son particularmente apropiadas para niños con edades comprendidas entre 9 y 13 años. Se podrían dar en seis semanas, aunque se podrían dividir algunas de las lecciones en dos partes, si creemos que hay demasiado material para una sola lección.

Se ha preparado una pequeña obra para escenificar (que viene al final de este libro de texto) sobre el tema de la justificación; ésta se podría presentar a los padres al finalizar la serie de lecciones.

Se sugieren otras actividades relacionadas con la lección, al principio de cada capítulo. Estas serían especial-mente útiles si hay suficiente tiempo para que los jovenecitos participen de forma más amplia. Un principio general de la enseñanza es que los alumnos aprenden más por hacer que no por oír o ver solamente.

No se ha intentado enseñar todo el libro de Romanos, ya que eso sería imposible en seis breves lecciones. Se ha hecho una selección de algunos de los temas más importantes que Pablo presenta en esta epístola, siguiendo el desarrollo de su enseñanza.

Temas que se tratan en esta serie:

La condenación: Capítulos 1, 2 y 3 de Romanos.

La justificación: Capítulos 4 y 5.

La santificación por medio del Espíritu Santo: Capítulos 7 y 8.

La elección: Capítulos 9, 10 y 11.

El cuerpo de Cristo: Capítulo 12.

El servicio cristiano: Capítulos 13, 14 y 15.

Al final de cada lección hay una página con los versículos que se citan. Sería útil hacer fotocopias de esa página y dar una a cada alumno, para que pudiera seguir fácilmente los versículos claves que se estudian durante la presentación de la lección.

Las dos primeras lecciones son más de carácter evangelístico y las cuatro últimas son más para la edificación de los niños salvos. Sin embargo, incluso una lección como la última sobre el servicio cristiano, puede ser prove-chosa para niños inconversos, porque les ayuda a darse cuenta que no pueden servir a Cristo hasta que hayan confiado en Él como su Salvador y, que cuando hayan dado ese paso, tendrá que haber un gran cambio en su conducta hacia los demás y no sólo un cambio en su posición en cuanto a Dios.

Debemos estar siempre atentos a las necesidades espirituales de los niños inconversos en la clase. Siempre deben saber que tú, como maestro, estás disponible para ayudarles y para aconsejarles personalmente si están buscando al Señor.

En la última lección de la serie, cuando toda la enseñanza se enfoca para creyentes, podrías incluir una breve presentación del evangelio en otra parte del programa de la hora. Por ejemplo, podrías dar una breve lección usando algún objeto o cantar alguna canción que tenga un enfoque evangelístico. Podrías decir algo como lo

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que sigue: “En esta clase hay algunos que aún no han puesto su confianza en Cristo como su Salvador personal. Todavía no le han pedido que les limpie de su pecado y que les dé vida eterna. Tal vez tú nunca has orado ro-gando al Señor que te salve. ¿Estás preocupado por tu pecado? ¿Te gustaría ser salvo de verdad? Tal vez no estás seguro de cómo dar ese paso. Bueno, yo siempre estoy dispuesto a ayudarte de cualquier manera que pueda. Hoy, después de la clase, mientras que los demás van saliendo, tu podrías quedarte donde estás sentado, y con mucho gusto te explicaría personalmente como poner tu confianza en Cristo para que llegara a ser tu Salvador y Señor”.

Cada lección puede tener varias verdades, pero se ha sugerido una VERDAD CENTRAL para cada lección y también aplicaciones para los niños inconversos y los creyentes. En los bosquejos, se utilizan las siguientes abreviaturas:

VC = El lugar donde se enseña la Verdad Central en la lección.

VCI = El lugar de la lección donde se aplica la Verdad Central a los niños inconversos.

VCS = El lugar donde se aplica la Verdad Central a los niños salvos.

Mi oración a Dios es que estas lecciones te ayuden a presentar a los niños, “el evangelio de Dios, acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo” para que los niños lleguen a ser salvos y sean establecidos en su fe (Romanos 1:1, 3, 11 y 16).

Pablo Reid

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RESUMEN DE UNOS PASOS BÁSICOS PARA ACONSEJAR AL NIÑO QUE TIENE INQUIETUDES DE CONOCER A CRISTO COMO SU SALVADOR PERSONAL.

Asegúrate que el niño comprenda las siguientes verdades:

Dios: ¿Quién es Dios?

Dios nos hizo. Nos habla por medio de la Biblia.

Dios es Santo y Puro. Nos ama.

El pecado: ¿Qué es el pecado?

El pecado es desobedecer los mandamientos de Dios. Es estar contra Dios.

Da ejemplos de pecados concretos.

El niño es pecador por naturaleza y práctica.

El pecado merece castigo.

El Salvador: ¿Quién es el único que puede quitarte el pecado?

¿Por qué puede sólo Él quitar tu pecado?

Dios el Hijo murió en la cruz por los pecadores.

El Señor Jesucristo resucitó de los muertos. Es el Señor.

Explica cómo ser salvo.

Explica lo que Señor quiere que haga el niño, y lo que hará Cristo.

1. Usa un versículo bíblico (Juan 1:12, 3:16, Hechos 16:31, Romanos 6:23, 10:13).

2. ¿Qué quiere el Señor que tú hagas?

3. Que hará el Señor?

Avisa en cuanto a dificultades en la vida como creyente.

Pregunta: ¿Quieres confiar en Cristo ahora, o prefieres pensar más en esto?

Anima al niño a orar en voz alta (si está preparado) pidiendo al Señor que le salve.

Háblale de la seguridad de la salvación.

1. Vuelve al versículo bíblico que utilizaste antes.

2. Explica al niño que su vida ha de cambiar.

3. Explícale algunas de las grandes verdades que se aplican a la vida de un creyente: es hijo de Dios, ha sido perdonado, Dios es su Padre, va al cielo.

Más tarde, da unos consejos en cuanto a la vida espiritual.

Lee y obedece la Biblia. Habla con Dios, tu Padre celestial. Cuenta a otros lo que el Señor ha hecho por ti. Pide al Señor que te perdone cuando peques. Reúnete con otros creyentes. Recuerda lo que Cristo promete: “No te dejaré”.

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LECCIÓN 1“Culpable” dice el Juez

Pasaje para estudio: Esta lección resume la enseñanza de los capítulos 1 al 3 del libro de Romanos. Sería bueno que tú, el maestro, leyeras los tres capítulos pero especialmente el pasaje de 3:9-26 que presenta las conclusio-nes principales.

Verdad Central (VC): Delante de Dios, el Juez que es justo y que lo sabe todo, todos somos pecadores y cul-pables.

Aplicación (VCS): Lleva el evangelio a los que están bajo la condenación de Dios. (Si puedes, busca una lista de motivos de oración de un misionero que trabaje entre los judíos).

(VCI): Apártate de tu pecado y acepta el perdón de Dios.

Versículo para memorizar: “Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio”.Romanos 2:16. (Para niños más pequeños, enseña sólo “Dios juzgará... los secretos de los hombres”).

Bosquejo:

Lámina 1-1: La epístola a los Romanos es un libro especial porque fue escrito bajo la inspiración de Dios.

Lámina 1-2: ¿Qué ocurre en un tribunal? Dios es el Juez justo de todos los hombres.

Lámina 1-3: Dios declara que los hombres, aunque no hayan recibido su Palabra escrita, son culpables porque no le reconocen y no le adoran como el Creador del mundo (VCS).

Lámina 1-4: Los judíos también son culpables, porque no han obedecido Su Palabra que habían recibido (VCS).

Lámina 1-5: Todos somos culpables delante de Dios (VCI).

Lámina 1-6: Dos hermanos que siguen diferentes caminos.

Lámina 1-7: El Juez condena a su propio hermano, que es culpable del crimen, pero paga la multa él mismo.

Lámina 1-8: Dios nos declara culpables, pero por medio de Cristo, Él cumple el castigo (VCI).

Otras actividades

Una pequeña obra: Al final de este texto se provee el guión de una obra que los niños podrían representar cuan-do se hayan dado las seis lecciones. Para la primera semana haz fotocopias del guión para los miembros de tu grupo y puedes empezar a distribuir los papeles para las escenas 1,2 y 3.

Hará falta un narrador, y los personajes de Carlos, Joaquín, el Señor Pérez, primer policía, segundo policía, Miguel un oficial del tribunal. Da los papeles más largos a los que sean capaces de prepararlos bien. Escoge los papeles más cortos para los alumnos tímidos o más pequeños. (Ten en cuenta que hay dos papeles importantes que salen en la próxima lección: son para chicas). Comienza a leer el guión con el grupo, anima a los niños a ponerse a aprender sus papeles y cada semana puedes continuar con la lectura y el ensayo.

Un concurso de repaso: Se presenta un concurso al final de esta lección y se puede utilizar después de terminar tu lección esta primera semana o en la próxima clase. Tiene la forma de un crucigrama, puedes copiarlo en una pizarra o en una lámina de cartulina y pedir a los niños que vayan viniendo para escribir las palabras con un rotulador o la tiza. Otra posibilidad sería hacer fotocopias del crucigrama para los alumnos y que cada uno puede trabajar individualmente o podrían trabajar también en parejas.

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INTRODUCCIÓN¡Espero que te guste la lectura! ¿Es así? ¿Verdad que es muy bueno cuando alguien te da un nuevo libro y al hojear un poco las páginas te das cuenta que es una aventura emocionante? Casi no puedes esperar hasta que llegues a sentarte en un sillón cómodo y lanzarte a leer la aventura. Bien, hoy en nuestra clase vamos a empezar un libro maravilloso de la Biblia. Normalmente lo llamamos “Romanos” aunque su título exacto es “La epístola a los Romanos”.

Lámina 1-1

¿Hay alguien que podría decirme quién escribió ese libro? Piénsalo bien, por-que en realidad hay dos autores. Sí, el apóstol Pablo lo escribió unos años des-pués de que el Señor Jesucristo hubiera muerto, resucitado y vuelto al cielo. Probablemente fue en el año 57. Como os dije antes, el título completo del libro es “la epístola de Pablo a los Romanos”. La palabra epístola significa sen-cillamente “carta” y Pablo escribió esta carta a los creyentes en Roma y segura-mente escribió el libro cuando estaba visitando la ciudad de Corinto.

Pero, ¿cómo supo qué cosas tenia que escribir en la carta? La respuesta maravillosa a esa pregunta es que Dios le guió por su Espíritu Santo, para que todo lo que escribiera fuera completamente correcto: no había ninguna falta. Y lo que escribió en el pergamino fue exactamente lo que Dios quería decir a la gente en Roma y a no-sotros también . Todos los autores de los libros de la Biblia escribieron de esta manera, guiados perfectamente por Dios; nosotros decimos que fueron “inspirados por Dios” (2ª Timoteo 3:16, 2ª Pedro 1:21). Por esa razón llamamos a la Biblia “La Palabra de Dios”. La Biblia es el único libro cuyo autor es Dios mismo, así que podemos decir que Pablo fue el autor humano del libro de Romanos, pero de una manera mucho más maravillosa, Dios fue el verdadero autor.

¿Qué nos dice Dios en este libro? Vamos a ver algo hoy y en las clases de las próximas semanas.

Lámina 1-2

En los tres primeros capítulos de esta carta a los creyentes en Roma, Pablo, guiado por el Espíritu Santo, explica que hay un gran tribunal.

Seguramente alguna vez en la televisión habréis visto un juicio cuando hay al-guien delante de un juez acusado de haber cometido algún crimen o de haber realizado otro delito. ¿Verdad que lo habéis visto? ¿O tal vez lo habéis leído en algún libro? Bueno, podemos imaginar ese individuo delante del juez y se le

acusa de haber atacado a alguna persona o de haber realizado alguna cosa no permitida por la ley.

Entonces se presentan otras personas en el tribunal que explican lo que vieron o lo que saben en cuanto al crimen: a estas personas se les llama testigos. Tal vez alguno de ellos vio al acusado en el mismo acto de robar o de atacar. También hay un abogado que procura defender al acusado, demostrando que es inocente, que no cometió el crimen del cual es acusado, y está el juez que tiene que decidir si la persona acusada de verdad es culpable del crimen o si es inocente.

Normalmente los jueces son hombres buenos, que hacen decisiones sabias, después de haber escuchado todas las pruebas que se hayan presentado. Pero de vez en cuando pueden equivocarse y pueden dejar suelto a un hombre culpable o incluso declarar culpable a un hombre inocente, pensando que había cometido el crimen.

Los jueces son hombres que a veces no llegan a comprender exactamente lo que ocurrió. En algunos países incluso, hay jueces crueles y deshonestos que castigan a los inocentes, porque alguien les ha pagado dinero o les ha sobornado.

Pablo explica en el libro de Romanos que hay un tribunal mucho más importante que cualquiera que podría-mos ver en la pantalla del televisor o encontrar en un libro. ¿Sabéis quién es el Juez? Es Dios. ¿Y quién es la persona que delante de Él espera su sentencia? Es cada uno de nosotros. Todo el mundo está delante de Dios.

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Pero Dios no es como un juez humano que no siempre tiene toda la información necesaria para hacer una de-cisión correcta. Dios sabe todo lo que tú y yo hemos hecho, no hay nada que podamos esconder de Él. A veces tú puedes esconder alguna cosa que hayas hecho de tu maestro o de tus padres, pero Dios puede ver hasta lo más profundo de tu corazón. La Biblia dice: (Maestro haz que los niños lean Romanos 2:16) “Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio”. Eso significa que Dios examinará las acciones de cada persona que ha vivido en el mundo y examinará las cosas más secretas que tú hayas hecho. Jesucristo tendrá la autoridad de condenar a todos los que son culpables. Dios es perfectamente justo y no puede equi-vocarse, así cuando estés delante de Él para escuchar su decisión en cuanto a ti, podrás saber que es completa-mente justa y correcta.

Lámina 1-3

Vamos a pensar en gente que vive en algún país lejano, por ejemplo en las selvas del Sur de América. Nunca han escuchado el evangelio, nunca han oído hablar del único Dios verdadero, nunca han asistido a una iglesia. Podríamos hacemos las siguientes preguntas:

- ¿Son personas buenas?

- ¿Complacen a Dios?

- ¿Podrán ir un día al cielo?

- ¿Son pecadores o son inocentes?

Si fuéramos por la calle a preguntar la opinión de la gente que pasa, seguramente dirían: “Desde luego que son inocentes, piensan y actúan de la mejor manera posible y Dios no podría esperar que actúen mejor de lo que ya lo hacen”.

Pero vamos a escuchar sobre todo lo que Dios dice, el Juez que nunca se equivoca.

Pues Dios dice que sí que son culpables. (Maestro, haz que los niños lean Romanos 1:20). “No tienen excusa”. ¿Es posible? Sí, y el apóstol Pablo explica la razón por qué son culpables:

Dios es el Creador de todas las cosas: las estrellas, el mar, el cielo, las montañas, los árboles, las flores. Cuando miramos todas las maravillas de este gran mundo, Dios nos habla. Es como si Él nos es tuviera diciendo: “Tú no puedes verme a mí, ¿verdad? Pero sí que puedes ver todas las cosas maravillosas que Yo he hecho. Al mirarlas, puedes saber que Yo soy un Dios grande y todopoderoso. Y aunque sea invisible (o sea, que no puedes verme), tú debes reconocerme y alabarme. Debes darme gracias por todo lo que he hecho. Pero el hombre no hace eso. (Maestro, haz que los niños lean Romanos 1:21): “Pues habiendo conocido a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido”.

Esto significa que el hombre llegó a ser orgulloso y se aparto más y más de Dios. En vez de adorar al gran Dios verdadero e invisible, el hombre hizo imágenes de madera, esculpiendo animales y aves y tratándolos como sus “dioses”. Por esa razón no tienen excusa por su ignorancia y su desobediencia, no pueden ir al cielo en su condición actual.

Algunos de vosotros en este Club sois ya creyentes y de verdad amáis al Señor. ¿Tú te sientes triste cuando pien-sas en estas pobres personas en todo el mundo que están pecando contra Dios? ¿Te das cuenta que es imposible para ellos ir al cielo si no llegan a escuchar el evangelio? ¿Verdad que sería maravilloso si un día Dios te llamara a ser un misionero para llevarles la Palabra de Dios? ¿Estarías tú dispuesto a ir a cualquier lugar al cual Él te llamara? Si estás dispuesto, díselo.

Cuando Dios nos muestra a ti y a mí que estas personas son pecadores culpables, separados de Él, es para ani-marnos a hacer todo lo que podamos para llevarles el evangelio.

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Lámina 1-4

Tal vez, algunas de las personas que vivían en Roma que estaban leyendo la carta que el Apóstol Pablo les había enviado, estaban pensando algo como esto: “Sí, es verdad, hay mucha gente en el mundo que no conocen al Dios ver-dadero, pero nosotros los judíos somos diferentes”. (leer Romanos 2:17) “He aquí tú tienes el sobrenombre de judío, y te apoyas en la ley, y te glorías en Dios”.

Pablo está escribiendo acerca de los judíos que pensaban que estaban bien delante de Dios por medio de su religión. Estaban diciendo dentro de sí: “Nosotros conocemos a Dios y tene-mos el Antiguo Testamento, somos inocentes y estamos bien en el camino al cielo. Dios está muy contento con nosotros”.

Ahora bien, ¿qué dice Dios el gran Juez, verdadero y sabio en cuanto a los judíos? Él dice: ‘También son cul-pables” (Leer Romanos 3:9) “Ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado”. ¿Por qué declara Dios que los judíos son culpables también? Sencillamente porque tienen la Palabra de Dios pero no la obedecen. (Romanos 2: 13). “Porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados”.

Hay misioneros trabajando entre los judíos, explicándoles que pueden ser salvos si creen en el Señor Jesucristo como Su Salvador. Vosotros, los que habéis recibido a Jesucristo en vuestras vidas como vuestro Salvador, po-déis ayudar a llevar el evangelio a los judíos al orar por ellos y al dar de vuestro dinero para los misioneros que trabajan entre ellos. Tengo aquí una hoja con motivos de oración de un misionero que está trabajando entre los judíos. Si a ti te gustaría orar por él, después de la clase acércate a mí y te explicaré más en cuanto a él y te daré más información para que puedas orar en casa por esta obra maravillosa. (Asegúrate de tener esa información, si no, no la digas).

Lámina 1-5

Cuando Dios contempla este mundo tan grande, debe sentirse triste porque los hombres y las mujeres, los niños y las niñas no le han obedecido, no han hecho lo que es bueno. No importa en que país vivan, Brasil, España, Méxi-co, China, Nigeria, Francia o Argentina, no importa si son ricos o pobres, grandes o pequeños, escucha lo que Dios dice acerca de todos nosotros. (Leer Romanos 3:23) “No hay justo, ni aun uno, todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios”. Eso significa que no somos perfectos y limpios como Dios

quiere que seamos. Dios nos ha dicho en la Biblia la manera correcta de vivir, de amarle a Él de todo nuestro co-razón y con todas nuestras fuerzas y de amar a los demás como nos amamos a nosotros mismos. Pero muchas veces amamos otras cosas como la televisión, el deporte, el dinero, o aun a nuestros amigos más que amamos a Dios, no siempre amamos a los demás como hemos de hacerlo.

Puedes pensar en cosas malas que tú has hecho: el odio que sientes hacia otro niño o niña; palabras rebeldes que tú has dicho a tus padres; pensamientos sucios que has guardado en tu mente. Sí, Dios lo ve todo y sabes que lo que Dios dice es la verdad, Él declara que tú también eres culpable y mereces el castigo. Pero Dios no quiere castigarte por tu pecado. Es verdad que es justo y perfecto y que Él odia el pecado, pero también te ama y quiere perdonarte. Dio a su Hijo, al Señor Jesucristo para que muriera por tu pecado y hoy, si tú te apartas de tu pecado y recibes a Cristo como tu Salvador, puedes tener el perdón que Dios te ofrece.

Si tú estás preocupado por tus pecados y quieres que Dios te perdone, pero tal vez no estás muy seguro qué debes hacer para poder recibir el perdón, podrías quedarte después de la clase mientras que los demás van saliendo. Ven a sentarte en uno de estos asientos aquí delante y entonces sabré que deseas que yo te ayude, me gustaría mucho poder mostrarte cómo puedes recibir hoy mismo el perdón de Dios.

Pero, ¿puede Dios ser santo y justo y a la vez perdonar a los hombres? Sí, y para ayudaros a entenderlo, voy a contaros una historia que no está en la Biblia.

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Lámina 1-6

Una vez había dos hermanos que se llamaban Carlos y Joaquín. Se querían mucho y siempre estaban jugando juntos, pero de vez en cuando se pelea-ban como suelen hacer todos los hermanos. A medida que los años pasaban y los chicos iban creciendo, comenzaron a tomar diferentes caminos en la vida. Carlos se esforzó mucho en el colegio y aprobó todos los exámenes, fue a la universidad donde estudió derecho y por fin llegó a ser juez en una importante ciudad.

Fue un juez bueno y justo, llegó a ser famoso en todo el país, gracias a este trabajo llegó a tener mucho dinero y edificó una casa hermosa donde vivió con su esposa y familia. Joaquín, el otro hermano era muy perezoso, no se molestó en estudiar en el colegio y comenzó a suspender los exámenes. Cuando terminó sus años en el colegio era tan perezoso y tan mal educado que no podía encontrar trabajo, o si lo encontraba, lo perdía otra vez en seguida. Un día perdió su trabajo y decidió robar para conseguir un poco de dinero, primero robó cosas pequeñas, pero poco a poco comenzó a coger cosas más grandes. Un día robó una cantidad grande de dinero: cogió 3.000 euros en una joyería. Pero algunos clientes que estaban allí le reconocieron y más tarde la policía cogió a Joaquín y fue llevado delante de un tribunal acusado de robo con violencia.

Lámina 1-7

Cuando Joaquín entró en el tribunal y se presentó delante del juez, levantó los ojos y quedó muy sorprendido al darse cuenta que el juez era su hermano Carlos. El juez reconoció también al hombre que estaba delante de él, acusado de robo. Algunas personas que estaban allí presentes se dieron cuenta que los dos eran hermanos y algunos comenzaron a decir en voz muy baja: ¿Ahora que va a pasar?

Los testigos explicaron lo que habían visto en la joyería, los policías presentaron las pruebas que tenían y Carlos el juez, estaba pensando: “Es evidente que Joaquín es culpable de haber cometido ese robo. ¿Qué debo hacer ahora? ¿Le pongo en libertad porque es mi hermano? No, no podría hacer esto, yo soy el juez y debo ser justo, tengo que imponer castigo a los que hacen mal, pero ¿cómo puedo castigar a Joaquín mi propio hermano?”.

Los que estaban presentes en el salón esperaban oír lo que pronunciaría el juez. Por fin el juez se dirigió al acu-sado y dijo: “Declaro que eres culpable y ordeno que pagues una multa de 2.000 euros o que vayas a la cárcel por cinco meses”.

Se oyó un murmullo entre los espectadores porque pensaban que era una sentencia muy dura, y sabían perfec-tamente que Joaquín no podría pagar esa cantidad. Pero en ese momento el juez se levantó y se acercó al lugar donde estaba su hermano.

Sacó de un bolsillo su talonario y escribió un talón por el importe de 2.000 euros y se lo entregó a un oficial del tribunal. Ahora Joaquín podría salir como hombre libre porque su propio hermano que le amaba, había pagado esa gran suma de dinero por él.

Dios hizo eso, y muchísimo más por nosotros. En la carta a los Romanos, Pablo explica cómo Dios podía ser justo en condenar nuestros pecados y a la vez mostrar su amor hacia nosotros. (Leer Romanos3:26) “A fin de que Él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús” (o sea, que Dios puede perdonar a la persona que pone su fe en Jesús).

Dios mostró que es justo condenando el pecado. Él pagó nuestro pecado cuando puso el castigo sobre Su pro-pio Hijo, el Señor Jesucristo. Y ahora, cuando tú confías en Jesús, Dios puede declarar que eres inocente delante de Él.

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Lámina 1-8

Dios dijo en primer lugar en cuanto a cada uno de nosotros: “Eres un pecador rebelde, has hecho muchas cosas malas y has desobedecido mis leyes que te he dado en la Biblia, por lo tanto, mereces el castigo de ser apartado de mi pre-sencia para siempre”. Pero luego Dios tomó el castigo Él mismo, dio a su único Hijo amado, el Señor Jesucristo para que muriera en la cruz por tus pecados y tus maldades. Igual como el juez de nuestra historia, Él pagó la “multa” enorme que nos correspondía, porque nos ama mucho. Ahora que el Señor Jesucristo

lo ha pagado todo en la cruz, Dios puede perdonarnos; igual que Carlos pudo dejar que su hermano saliera libre de cualquier castigo aunque había robado.

Si tú nunca te has apartado de tus pecados y te has vuelto a Dios, ahora mismo pídele que te perdone y que te limpie de todos tus pecados. “Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres”. Confía en el Señor Jesucristo como tu Salvador, para que puedas ser libre del castigo, no aplaces esta decisión tan importante. Re-cuerda que ante Dios eres culpable. !Recibe su perdón hoy!

CONCURSO DE REPASO BASADO SOBRE LA LECCIÓN 1

A ver si podéis poner las palabras que faltan en el crucigrama:

Horizontales:

1. ¿Qué hizo Dios para que Pablo escribiera exactamente las cosas que Él quería que los Romanos y nosotros leyésemos? (Inspiró).

6. Termina el versículo, “Por cuanto todos _________ y están destituidos de la gloria de Dios”. Romanos 3:23 (pecaron).

7. Dios es el Juez justo de todo el mundo. También es sabio y lleno de ____________ (amor).

8. ¿Quién llevó el gran castigo que nosotros merecíamos? (Cristo).

9. En cuanto a amar a Dios y obedecerle, ¿son culpables o inocentes los pueblos del mundo? (Culpables).

Verticales:

2. ¿Quién fue el hombre que escribió la carta a los Romanos? (Pablo).

3. El pueblo judío era culpable ante Dios porque, aunque tenían el Antiguo Testamento, no lo ____________(obedecía).

4. En la historia de los dos hermanos, uno se llamaba Joaquín, y el otro _________ (Carlos).

5. El juez dio un castigo muy fuerte al acusado. Luego ¿qué hizo? Pagó el ____________ (dinero).

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VERSÍCULOS USADOS EN LA PRIMERA LECCIÓN

Romanos 1:20: “Porque las cosas invisibles de Él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas de modo que no tienen excusa”.

Romanos 1:21: “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido”.

Romanos 2:13: “Porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados”.

Romanos 2:16: “Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio”.

Romanos 2:17: “He aquí tú tienes el sobrenombre de judío, y te apoyas en la ley, y te glorías en Dios”.

Romanos 3:9: “¿Qué pues? ¿Somos nosotros (los judíos) mejores que ellos (los pueblos del mundo)? En ninguna manera: pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles. TODOS están bajo pecado”.

Romanos 3:10: “Como está escrito: No hay justo, ni aún uno”.

Romanos 3:23: “ Por cuanto TODOS pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”.

Romanos 3:26: “Con la mira de manifestar en este tiempo Su justicia (la de Dios), a fin de que Él sea el justo y el que justifica al que es de la fe de Jesús” (o el que pone su fe en Jesús).

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LECCIÓN 2Hechos justosPasaje para estudio: Romanos 3:21 al 5:9

Verdad Central (VC): Porque el Señor Jesucristo derramó su sangre por los pecadores, Dios declara justo a cualquiera que confíe en Él.

Aplicación (VCS): Da gracias a Dios que cuando te mira, te ve puro y limpio, porque el Señor Jesucristo mu- rió por ti.

(VCI): No pongas tu fe en las buenas obras, sino confía sólo en Cristo para que te salve.

Versículo para memorizar: “Justificados pues por la fe tenemos paz para con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo” (Romanos 5:1).

Bosquejo:

Introducción: Repaso de la historia de Carlos y Joaquín.

Lámina 2-1: No podemos justificarnos por las obras de la ley (VCI).

Lámina 2-2: La base de nuestra justificación es la sangre derramada de Cristo.

Lámina 2-3: La consecuencia de la justificación es que la justicia de Cristo se aplica a nosotros (VCS).

Lámina 2-4: El medio de nuestra justificación es la fe en Cristo (VCI).

Lámina 2-5: El ejemplo bíblico de cómo Abraham fue justificado cuando creyó en Dios.

Lámina 2-6: Ilustración de Antonio en su colchón de aire, cuando el aire comienza a escaparse.

Lámina 2-7: Ricardo viene a su rescate; Antonio lucha, pero por fin confía en el salvavidas para que le salve

Lámina 2-8: Aplicación final: ¿Has confiado tú en Dios para que te salve?

Notas: Pablo también explica la fuente de la justificación, que es la gracia de Dios. No se ha presentado espe-cíficamente este aspecto para que la lección no llegue a ser demasiado cargada para los niños.

Otras actividades

Una pequeña obra: Dar los papeles para las escenas 4 y 5 de la obra. Los papeles nuevos son los de Cati y Mari Carmen. Continúa con la lectura y el ensayo.

Concurso de repaso: Se incluyen al final de esta lección preguntas e instrucciones para una ayuda visual que acompaña al concurso.

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LECCIÓNINTRODUCCIÓN

(Maestro, puedes mostrar la lámina 1-7) ¿Recordáis la historia de los dos hermanos Carlos y Joaquín? ¿Qué había hecho Joaquín? (Había robado dinero).

¿Declaró el juez que Joaquín era culpable o inocente? (Culpable).

Y ante Dios, el gran Juez, ¿todos nosotros somos culpables? (Sí, porque tú y yo hemos desobedecido su Ley).

Vamos a imaginar que cuando el juez dictaminó que Joaquín tenía que pagar 2.000 € o ir a la cárcel, que él hubiera dicho: “¡Por favor no me castigues! A partir de ahora voy a ser muy bueno”. ¿Creéis que el juez podría decir: “¡Ah, pues, muy bien! ¡En ese caso puedes ir libre?” ¿Qué pensáis? La respuesta es “no”.

El juez no podría dejarle salir libre ya que Joaquín había desobedecido la ley y la obligación del juez era casti-garle por haberlo hecho.

Lámina 2-1

¡Y nosotros ante Dios nos encontramos en la misma situación! Dios es el Juez justo de todo el mundo y no sería correcto si Dios dijera a las personas peca-doras: “No importa, te perdono, no lo hagas otra vez”. Y en todo caso ninguno de nosotros podría decir a Dios: “Desde ahora voy a ser bueno; desde ahora no va y a desobedecer tus leyes”. ¿Sabéis por qué no podríamos decir eso a Dios? Porque tú y yo tenemos una naturaleza pecaminosa. Nacimos con algo en nuestro corazón que nos lleva a hacer el mal, por eso, aunque no queramos,

pecamos contra Dios.

Hay muchas personas que piensan que por hacer cosas buenas serán salvos de sus pecados e irán al cielo. Pablo nos dice en su carta a los Romanos que tratan de quedar bien delante de Dios por medio de “las obras de la ley”, tratan de ser buenos y amables; dan dinero a la iglesia; ayudan a los vecinos y piensan: “Estas buenas cosas que hago me dan entrada a la familia de Dios”. ¿Alguna vez has pensado así? Desde luego es bueno hacer estas cosas, porque Dios quiere que seamos amables y generosos. Pero El nos dice en su Palabra que es imposible deshacernos de nuestros pecados procurando ser buenos. (Leer Romanos 3:20) “Por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de Él”. Eso significa que nadie quedará bien con Dios por ser bueno y por procurar obedecer los mandamientos de Dios.

Lámina 2-2

¿Recordáis como Joaquín pudo salir libre aquel día del tribunal? Al salir a la calle ese día nadie podía decirle: “Oye tu no puedes salir, tienes que pagar la multa”.

El podría contestar: “No, la multa ya fue pagada y no hace falta que yo la pague otra vez”. ¿Cómo es que Joaquín podría decir ahora: “No me pueden castigar por el delito?”. Sencillamente porque Carlos el juez había pagado la multa por

él y Joaquín quedó bien ante la ley porque la deuda había sido pagada.

De la misma manera nosotros podemos quedar libres del castigo de nuestros pecados. Dios puede decirnos, “Quedáis bien ante mi ley”, eso es lo que significa la palabra “justificar “; quiere decir: “Declarar que alguien no es culpable sino que está bien ante la ley”. ¿Cómo puede Dios justificarnos? Encontramos la respuesta en su Palabra (Leer Romanos 5:9) “Estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira”. El castigo por tus pecados fue llevado por Cristo en la cruz, Dios dio a su Hijo para que muriera por ti. Tú y yo merecemos el castigo de ser separados de Dios para siempre, pero Cristo tomó el castigo por nosotros, muriendo en la cruz del Calvario. Cristo llevó todo el castigo.

El Libro de Romanos

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Cuando moría exclamó: “Consumado es” o “Se ha terminado”. Y como Él terminó el trabajo de llevar nuestro castigo, Dios no tiene que castigarnos a nosotros. Si tú estás confiando en Cristo, has sido justificado. ¿Recor-dáis lo que significa ésta palabra? (Deja que los niños contesten). Sí, significa que cuando confías en Cristo, Dios declara que ya no eres culpable, que quedas bien ante la ley.

Lámina 2-3

El Señor Jesucristo era el único que podría llevar nuestro castigo porque fue el único que obedecía perfectamente la ley de Dios. Hacía bien a todos, siem-pre amó a Dios y a los demás; sus palabras y sus pensamientos eran siempre hermosos y perfectos. Sólo Él era capaz de pagar el castigo que todos nosotros merecíamos.

Ahora si tú confías en Cristo, su perfecta vida es contada como tuya, como si tú la hubieras vivido. Cuando Dios te mira, no ve tus pecados, sólo ve las cosas perfectas que hizo Jesús. Pablo escribe acerca de Abraham (Romanos 4:22): “Su fe le fue contada por justicia”. Quiere decir que Abraham fue contado como perfecto y justo delante de Dios. Eso es lo que pasa con nosotros cuando confiamos en el Señor Jesucristo y cuando Dios te justifica, Él declara que eres justo ante sus ojos.

La justicia perfecta del Señor Jesucristo se cuenta como tuya. También Él te hace justo por dentro cuando tú has creído en el Señor Jesucristo, pero eso lo veremos en otra lección.

Si tú eres creyente, debes alabar a Dios porque cuando Él te mira, te ve como si tú hubieras vivido la vida per-fecta de Cristo. ¿Le has dado gracias por eso? Hazlo ahora en el silencio de tu corazón.

Lámina 2-4

¿Ha decidido Dios que todo el mundo sea perdonado porque Cristo murió en la cruz? ¿Todos van al cielo? ¿Todos han sido “justificados” ahora ante Dios? ¿Qué opináis? (Maestro deja a los niños contestar). No, no todos han sido perdonados, no todos están en el camino al cielo, solamente aquellos que han recibido el regalo del perdón que Dios ofrece. (Leer Romanos 3:28) “El hombre es justificado por fe sin las obras de la ley” ¿Qué significa eso? Quiere decir que hemos de confiar completamente en Cristo para que recibamos el perdón de

nuestros pecados. Tú y yo no podemos hacer nada para quedar bien delante de Dios.

Piensa en el caso de Joaquín, el sabía perfectamente que merecía el castigo; sabía que no podía pagar la multa. Por esa razón con gratitud aceptó el regalo de 2.000 € que su hermano pagó para que él pudiera salir libre. Contó con su hermano para que le pagara la multa y de la misma manera tu has de venir al Señor y decirle: “No puedo limpiarme de mis pecados; delante de ti soy culpable. Aunque yo intentara hacer todas las cosas buenas que pudiera, sé que todo eso es insuficiente. Pero sé que Cristo murió para sufrir el castigo que mis pecados merecían, gracias Señor. Ahora recibo el regalo del perdón que tú me das”. ¿Has orado tú así?, hoy mismo po-drías hacerlo. Si deseas hacerlo y te gustaría que te ayudara, podrías quedarte después de la clase y con mucho gusto me sentaría junto a ti para ayudarte a orar así al Señor. No dudes en pedirme ayuda.

Lámina 2-5

La gente que vivía en los tiempos del apóstol Pabo no podía comprender cómo Dios podría perdonar a los pecadores, sin que ellos tuvieran que hacer muchas cosas buenas o que pagaran mucho dinero a la iglesia. Así que Pablo escribió en su carta: “Pensad en Abraham, como él fue declarado justo por Dios, o sea, como fue justificado”. Abraham había vivido muchos siglos antes de que Jesu-cristo viniera al mundo. Dios le llamó a que saliera de la ciudad de Ur donde vivía y le prometió que un día tendría muchos hijos y una nueva patria.

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Abraham creyó la palabra de Dios y salió de su ciudad, no tenía ni casa ni patria, ni siquiera tenía un hijo y ya era anciano. Fue un buen hombre pero como todos nosotros cometía algunos pecados y más de una vez mintió y engañó a la gente con quién vivía. Por ejemplo una vez dijo al rey de Egipto que su esposa era su hermana.

Sin embargo Dios declaró que Abraham era justo ante sus ojos. ¿Cómo podría ser eso? (Leer Romanos 4 :3) “Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia”.

Quiere decir que creyó todo lo que Dios le había prometido y, por esa razón, Dios declaró que ante Él era justo. Dios ya no lo veía como culpable por sus pecados, le había justificado.

Leamos Romanos 5:1: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesu-cristo”. Ser justificado, como ya sabéis, significa ser contado como bueno y justo por Dios, y somos justificados cuando ponemos nuestra fe en el Señor Jesucristo.

Lámina 2-6

Os vaya contar otra historia que os ayudará a comprender más lo que significa ser justificados por la fe.

¡Hacía un día fabuloso! ¡Antonio se sentía contento! Estaba acostado en su colchón neumático, flotando sobre el mar tranquilo. Ya había dejado muy atrás toda la gente bañándose y jugando en la playa, donde las olas blancas se rom-pían sobre la arena.

Antonio era un chico muy intrépido y siempre quería ir más y más lejos. Disfrutaba mucho del calor del sol, la brisa suave del mar y el agua que salpicaba su cuerpo. Pero de repente el colchón empezó a deshincharse y se encontró en medio del mar sin nada a qué agarrarse.

Decidió nadar hacia la playa aunque sabía que no podría llegar por sus propias fuerzas, estaba muy lejos... Empezó a gritar: “¡Socorro! ¡Socorro!’’ Antonio tenía mucho miedo y desesperado volvió a gritar: ¡Socorro! ¡Socorro!”.

En la playa, sobre una torre de vigilancia se encontraba el salvavidas que se llamaba Ricardo, que observaba con sus prismáticos el panorama que se abría delante de él. De repente vio al muchacho. Sin pensárselo dos veces, saltó a la arena y se echó al agua. Sus potentes brazos le impulsaron rápidamente y en pocos segundos llegó donde estaba Antonio hundiéndose.

Lámina 2-7

Antonio ya había tragado mucha agua cuando sintió el brazo fuerte del salva-vidas que le cogía. Sin saber lo que hacía, empezó a luchar contra él, intentan-do así salvarse de alguna forma por sí solo. Antonio seguía tratando de nadar cuando Ricardo le dijo: “Tranquilízate y no hagas nada! Estoy aquí para salvar-te, ¡confía en mí! He salvado a otras personas y puedo salvarte a ti”.

En ese momento Antonio dejó de esforzarse y desistió de nadar, dejó que el salvavidas fuerte y experimentado le agarrara, confiando que él podría salvarle. Y efectivamente, muy pronto los dos llegaron a la playa, Ricardo salió del agua con Antonio en sus brazos y le dejó descansar un rato sobre la arena caliente.

“Qué bueno es estar sano y salvo aquí en la playa otra vez” pensó el niño. De la misma manera el Señor Jesucris-to quiere que tú confíes en Él. (Leer Romanos 4:5): “Al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío (o sea cree en el Señor) su fe le es contada por justicia”. Quiere decir que no debemos procurar salvarnos a nosotros mismos; hemos de confiar solamente en el Señor Jesucristo para que seamos declarados justos delante de Dios, como Antonio confió en el salvavidas fuerte y valiente.

No podía salvarse a sí mismo y nosotros no podemos salvarnos del pecado, e incluso si intentamos salvarnos, impedimos que Dios nos salve. ¿Recordáis que todos los esfuerzos que hacía Antonio para salvarse impedían que Ricardo pudiera cogerle y llevarle a la seguridad de la playa?

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Lámina 2-8

Pero el Señor Jesucristo hizo muchísimo más por nosotros que lo que hizo Ricardo por Antonio. El salvavidas con valentía arriesgó su vida, pero el Señor Jesús sabía que cuando viniera a rescatarnos tendría que dar su vida. Y la en-tregó libremente por nosotros.

Dios hizo mucho más por nosotros que lo que Carlos hizo por su hermano culpable. El Señor Jesucristo no pagó una multa de 2.000 €, pero tomó el terri-

ble castigo de la muerte por ti y por mí.

Y cuándo tú y yo confiamos en Él, tenemos esa “paz para con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo” (Ro-manos 5:1). Tenemos esa paz porque nuestros pecados han sido perdonados; porque hemos sido justificados delante de Dios y estamos seguros de que vamos al cielo.

¿Has confiado tú en Cristo como tu Señor y Salvador? ¿Tienes tú paz para con Dios? Hoy Él quiere que tú con-fíes en Él, apártate de tus pecados y pídele que te perdone y te haga Su hijo.

CONCURSO DE REPASO BASADO SOBRE LA LECCIÓN 2

Como ayuda visual, utiliza el puzzle provisto al final del libro de láminas, pon un poco de franela (o “Aironfix”) detrás para que se use en el franelógrafo. Recorta las ocho piezas del puzzle y cuando un niño contesta correc-tamente una pregunta, puede poner una pieza del puzzle en el lugar apropiado en el franelógrafo.

1. Explica lo que significa la palabra “justificar” en la Biblia. (Declarar que una persona no es culpable, sino que está bien ante la ley).

2. En nuestra lección de hoy, hemos pensado en una manera incorrecta por la cual la gente procura justificarse delante de Dios. ¿Cuál es esa manera incorrecta? (Por las obras de la ley, procurando hacer cosas buenas para salvarse a sí mismos).

3. En Romanos 5:9 leemos que estamos “justificados por la sangre de Cristo”. ¿Puedes explicar esas palabras? (Cuando Cristo murió en la cruz y su sangre fue derramada por nosotros sufrió todo el castigo que nosotros merecíamos por nuestros pecados).

4. Y en Romanos 5:1 leemos que somos “justificados por la fe en Cristo”. ¿Puedes explicar lo que significa eso? (Cuando creemos en Cristo por la fe, somos declarados justos delante de Dios).

5. ¿Quién fue la persona que vivió unos siglos ante de Cristo y que fue justificado porque creyó a Dios? (Abra-ham).

6. ¿Qué promesas de Dios creyó Abraham? (Que tendría una patria y muchos descendientes).

7. ¿Cómo mostró Antonio que ponía su fe en el salvavidas? (Dejó de luchar y procurar salvarse, dejando que el salvavidas le cogiera y le llevara a tierra).

8. ¿De qué manera es el salvavidas una ilustración del Señor Jesucristo? (Era fuerte y capaz de salvar, ya había salvado la vida a otras personas y estaba dispuesto a sacrificarse para salvar a otros).

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VERSÍCULOS USADOS EN LA SEGUNDA LECCIÓN

Romanos 3:20: “Ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de Él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado”.

Romanos 3:28: “Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley”.

Romanos 4:3: “Creyó Abraham a Dios y le fue contado por justicia”.

Romanos 4:5: “Mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío (o sea, cree en el Señor), su fe le es contada por justicia”.

Romanos 4:22: “Por lo cual también su fe le fue contada por justicia”.

Romanos 5:1: “Justificados, pues, por la fe tenemos paz para Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo”.

Romanos 5:9: “Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre por Él seremos salvos de la ira”.

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LECCIÓN 3El mejor amigoPasaje para estudio: Romanos 6-8, especialmente el capítulo 8.

Verdad Central (VC): El Espíritu Santo vive en cada creyente para fortalecerle y ayudarle.

Aplicación (VCS): Confía en El para que te dé la victoria sobre el pecado y sobre Satanás y para que te quite tus dudas y temores.

(VCI): Escucha lo que te dice el Espíritu Santo y ven a Cristo.

Versículo para memorizar: Repasar Romanos 5:1: “Justificados, pues, por la fe tenemos paz para con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo”.

Bosquejo:

Introducción: Resumen de la historia del juez Carlos y de su hermano Joaquín.

Lámina 3-1: La gratitud de Joaquín a su hermano Carlos.

Lámina 3-2: Nuestra gratitud a Dios debe mostrarse por la obediencia a los padres.

Lámina 3-3: El Espíritu Santo ayuda a los creyentes a obedecer los mandamientos de Dios (Romanos 8:4). El ejemplo de Sandra (VCS).

Lámina 3-4: Satanás procura poner dudas en la mente de los creyentes, pero el Espíritu Santo nos asegura de que somos hijos de Dios (Romanos 8: 16).

Lámina 3-5: El Espíritu Santo utiliza las promesas de Dios y nuestras vidas cambiadas para asegurarnos. (El ejemplo de Sandra) (VCS).

Lámina 3-6: El Espíritu Santo nos guía en nuestras decisiones (Romanos 8:14).

Lámina 3-7: Él nos guía por medio de la lectura bíblica y por la oración, por Su paz en nuestro corazón y por medio de otros creyentes.

Lámina 3-8: El Espíritu Santo nos ayuda a orar correctamente (Romanos 8:26). Él muestra a los inconversos su pecado, para traerlos a Cristo (VCI).

Otras actividades

Trabajo: Dar a cada niño una hoja de papel dividida en tres partes. (Prepara una hoja y haz fotocopias). Pide a cada niño que dibuje tres maneras de demostrar su amor al Señor, en casa, en el colegio y cuando esté con sus amigos. Este trabajo también ayudará a los niños inconversos porque les explica algunas de las implicaciones de la conversión y les prepara para el día cuando se conviertan a Cristo.

La obra: Continúa con el aprendizaje y el ensayo de la obra.

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LECCIÓNINTRODUCCIÓN

¿Recordáis la historia de Carlos y Joaquín? (Mostrar la lámina 1-7); Para los que no estaban presentes las se-manas anteriores, deja que los niños les cuenten brevemente esa historia. Ahora vamos a continuar con lo que pasó a nuestros dos amigos.

Lámina 3-1

Después de que el juicio hubo terminado, Carlos invitó a su hermano a que viniera a su casa para comer. Tan pronto como llegaron a su hogar, se sentaron en el comedor y Joaquín comenzó a hablar. ¿Qué pensáis que dijo? Voy a daros dos sugerencias. En vuestra opinión ¿cuál es la correcta?

Primera sugerencia: “Carlos, aprecio mucho que hayas pagado la multa, pero no esperes que ahora yo deje de robar. Déjame a mí vivir mi vida y tú sigue con

la tuya como quieras llevarla, pero yo seguiré viviendo como me dé la gana”.

Segunda sugerencia: “Carlos, te estoy muy agradecido por haber pagado esa multa por mí. Sé que lo tenía me-recido, pero no tenía medios para pagar ese dinero, muchas gracias. Desde ahora quiero vivir de manera que no te avergüences más de mí”.

La segunda sugerencia es la correcta. Y Joaquín siguió diciendo: “Carlos, nunca podré pagarte ese dinero que diste para pagar la multa, pero por lo menos podría venir de vez en cuando a tu casa para hacer algún traba-jo para ti, como lavarte el coche o cortar la hierba del césped. ¿Me dejarías hacerlo? Sólo quiero demostrarte cuanto aprecio tu bondad, aunque nunca te pueda pagar el dinero”.

En esta clase, sé que hay varios niños y niñas que están en la familia de Dios, porque habéis confiado en el Señor Jesucristo como vuestro Señor y Salvador. Dios ha hecho muchísimo más por cada uno de vosotros que lo que Carlos hizo por Joaquín, porque Dios dio a su único Hijo para que muriera por tus pecados. ¿Cuál debe ser tu reacción ahora que te das cuenta del precio enorme que Cristo pagó por ti?

Lámina 3-2

Vamos a imaginar que dos niños están hablando a Jesús en oración. Vamos a escucharles y quiero que me digáis cual está hablando como un creyente ver-dadero.

Primero: “Señor Jesús, gracias por haber tomado el castigo terrible por mis pecados, desde ahora quiero agradarte a Ti, ayúdame en casa, en el colegio y en cualquier lugar que esté, que te pueda mostrar que Te amo y que estoy agra-decido por todo lo que has hecho por mí”.

Segundo: “Señor Jesús, es muy bueno ser creyente, a mí me gusta asistir a la Escuela Dominical y tengo buenos amigos allí. Pero ¿de verdad tengo que hacer lo que me dicen mis padres? ¡Es muy difícil! Yo quiero hacer lo que se me antoje”.

Espero que tú no reacciones como el segundo. Ahora vamos a pensar en estos dos dibujos. ¿Qué está pasando según vuestra opinión? ¿Cuál de los dibujos muestra la actitud correcta de un verdadero creyente ¿la niña po-niendo la mesa, o el niño que está jugando y no hace caso cuando su madre le llama?

Ser creyente es maravilloso y emocionante, pero no siempre es fácil, muchas veces hay una lucha fuerte porque tenemos un enemigo terrible que se llama Satanás, y él hará todo lo posible para que hagamos lo malo y entris-tezcamos al Señor Jesús, aunque seamos hijos de Dios. Tenemos un enemigo muy potente que lucha en contra de nosotros, pero cada creyente tiene un Ayudante aún más poderoso que vive en él (o ella) para ayudarle a hacer lo que es bueno. ¿Sabéis quién es esa persona?

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Vamos a mirar en el libro de Romanos 8:9 donde se menciona su nombre tres veces, (deja que uno de los niños lo lea): “Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Él.” ¿Cómo se llama? En este versículo tiene tres nombres: El Espíritu, el Espíritu de Cristo y el Espíritu de Dios.

Normalmente le llamamos el Espíritu Santo, Él es Dios y vive en cada creyente, cada persona que ha confiado en el Señor Jesucristo como su Salvador personal.

Si tú has confiado en Él como tu Salvador, entonces el Espíritu Santo vive en ti, darte poder para poder luchar contra Satanás. Hoy vamos a hallar en el libro de Romanos cuatro cosas maravillosas que el Espíritu Santo quiere hacer y puede hacer en la vida de cada hijo de Dios.

Lámina 3-3

En primer lugar, Él ayuda a los creyentes a obedecer los mandamientos de Dios. En Romanos 8:4 leemos (deja que lea un niño más mayor): “Para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu”. Es un poco difícil de comprender esto, pero quie-re decir que cuando el Espíritu Santo está al control de nuestras vidas, como resultado guardamos los mandamientos de Dios. Igual como en la ilustración que estábamos mirando antes (muestra de nuevo la lámina 3-2). Él nos da la

fuerza para obedecer a nuestros padres y vencer al diablo cuando nos tienta.

Sandra tenía 10 años. Un año antes en el campamento bíblico del verano había pedido al Señor Jesucristo que fuera su Señor y Salvador. A menudo cuando volvía del colegio, su mamá le pedía ir al supermercado para comprar unas cosas. Antes de ser creyente, Sandra guardaba a veces un poco del cambio, antes de poner las demás monedas en el bolso de su madre.

Mamá nunca contaba el dinero y no sabía que Sandra estaba robando. Pero ahora que Sandra se había converti-do, quería agradar al Señor Jesús y hacer lo bueno, aunque a veces sentía la tentación de volver a robar. ¿Quién fue el que le recordaba el mandamiento de Dios, “no hurtarás”? ¿Y quién le dio las fuerzas para hacer lo que era bueno? Sí, el Espíritu Santo.

Por la tarde, después de hacer sus deberes, a Sandra le gustaba ir a casa de una amiga que vivía en la misma calle y jugar con ella. Una tarde su mamá le preguntó “¿Adónde vas?” Sandra fue tentada a decir: “Voy a pedir a Juanita que me ayude con mis deberes”, porque sabía que su madre en ese caso le diría que estaba bien y que se quedara todo el tiempo que le hiciera falta. Pero una voz dentro de ella le recordó las palabras: “No mintáis los unos a los otros” y ella dijo la verdad: “Quiero ir a jugar un rato con Juanita, ¿puedo ir?”.

Su madre no le dejó quedarse tanto tiempo como si hubiera ido para hacer los deberes, pero ahora Sandra quería siempre decir la verdad. ¿Quién le estaba ayudando? Sí, el Espíritu Santo.

Si tú eres un niño creyente, puedes pedir al Espíritu Santo que te ayude a ti también para que obedezcas los mandamientos de Dios. Él le dará las fuerzas si confías en Él.

Lámina 3-4

A veces los creyentes dudan si de verdad son hijos de Dios. Se preguntan: ¿De verdad soy del Señor? ¿Sí yo llegara a morir, es seguro que iría al cielo?

Es el diablo que quiere que dudemos si de verdad somos hijos de Dios. ¿A quién puedes ir cuando tengas una de esas dudas? Si tienes al Señor Jesucristo como tu Salvador, hay alguien que está muy cerca, muy cerca para ayudarte. ¿Quién es?

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Veremos la respuesta en Romanos 8:16 (pide a un niño más mayor que lea el versículo): “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios”. Eso significa que si eres hijo de Dios, el Espíritu Santo te anima y te da paz en tu corazón, asegurándote de que de verdad perteneces a la familia de Dios. No es una voz que oyes con tus oídos, pero la escuchas en lo profundo de tu persona asegurándote que perteneces a Dios; así que además de darte fuerzas para que agrades al Señor, el Espíritu Santo te da la seguridad de ser hijo de Dios, después de que tu hayas confiado en el Señor Jesucristo como tu Salvador.

Lámina 3-5

¿De qué manera te asegura el Espíritu Santo que eres hijo de Dios? Lo hace de dos maneras, en primer lugar por medio de las promesas de la Palabra de Dios y en segundo lugar por medio de los cambios que Él efectúa en tu vida.

Voy a explicaros como resultó en la vida de Sandra:

Cada miércoles por la tarde Sandra asistía a un Club de Buenas Nuevas. Se hacía en un piso que estaba a sólo a dos manzanas de su casa, ella también

había asistido al campamento bíblico un verano y algo maravilloso había ocurrido allí, Sandra había orado pidiendo al Señor Jesucristo que fuera su Salvador. Sin embargo a veces el diablo ponía dudas en su mente y ella comenzaba a dudar si era hija de Dios y si iría al cielo o no. Le parecía que la maestra del Club de Buenas Nuevas, la señorita Elena, le podría ayudar; así que, un día se quedó después de la clase para hablar del pro-blema con ella.

“A veces no estoy segura si el Señor Jesús está viviendo en mi corazón” le dijo a la maestra. La señorita Elena le contestó así: “Sandra, ¿recuerdas como en el campamento del verano pasado pediste al Señor que te salvara de tus pecados? ¿Recuerdas el versículo que leíste ese día en tu Biblia? “Todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo” (Romanos 10: 13). Cuando tú oraste ¿pediste al Señor que te perdonara tus pecados y que tomara el control de tu vida?” “Sí” contestó Sandra, “sí que lo hice, le pedí que me salvara y lo hice de corazón”.

“Pues piensa en la promesa del Señor” dijo la maestra, “si invocas Su nombre o si clamas a Él pidiéndole que te salve, Él lo hará. Entonces, ¿qué ha hecho el Señor por ti?”, “Me ha salvado” contestó Sandra. “¿Y cómo puedes estar segura?”, preguntó la señorita Elena. Sandra pensó un momento en silencio. Entonces la maestra le ex-plicó: “Puedes estar segura por la promesa de Dios. Y hay otra promesa maravillosa en Hebreos 13:5 en la cual Dios dice, “No te desampararé ni te dejaré”.

“Hay otra cosa” dijo la Srta. Elena, “durante el último año ha habido un cambio verdadero en tu comportamien-to, poco a poco has llegado a ser más obediente, más amable y pones más atención en la clase. Para mí, todo eso es una señal de que tienes al Señor Jesús como tu Salvador”.

Al pensar en la promesa del Señor y también en el cambio en su vida, una paz y alegría maravillosa llenó el corazón de Sandra, no era tanto por las palabras de ánimo de su maestra que le daban esa tranquilidad interior. ¿Sabéis quién de verdad estaba ayudándola para que estuviera segura de ser hija de Dios? Sí, fue el Espíritu Santo en su corazón, Él puede hacer lo mismo contigo, por eso cuando tengas dudas piensa en ese momento cuando le pediste al Señor que te salvara de tus pecados. Piensa en su promesa de salvarte y de quedarse conti-go, piensa también en los pequeños cambios que se van viendo en tu vida. El Espíritu Santo te ayudará a vencer tus dudas y temores.

Lámina 3-6

Le costaba mucho a Sandra tomar las decisiones más sencillas, por ejemplo decidir qué zapatos iba a llevar o decidir a quién iba a invitar a su fiesta de cumpleaños. Al pensar en las decisiones que algunas de sus amigas más ma-yores estaban tomando (decisiones que ella misma tendría que tomar dentro de unos años) se preguntaba cómo llegaría a tomarlas. Hasta que un día en el Club de Buenas Nuevas, la señorita Elena les enseñó que el Espíritu Santo quería ayudarles en ese aspecto de su vida también.

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El Espíritu Santo nos guía en lo que hacemos, esta es la tercera cosa que hace que hemos descubierto (¿Podéis recordar las dos primeras?). Nos muestra cada día lo que es correcto y lo que no es correcto, nos ayuda a cono-cer y a hacer cada día la voluntad de Dios. (Que uno de los niños lea Romanos 8:14) ”Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios”.

El Espíritu Santo quiere guiarnos en los caminos que Dios tiene planeados para nosotros, por ejemplo, dentro de algunos años ¿cómo sabrás cuáles son los estudios que debes hacer y cuáles dejar? ¿Cómo sabrás cuáles son los amigos que más te convienen? ¿Cómo sabrás qué empleo es el más adecuado para ti? Tal vez Dios quiere que tú seas un misionero o un predicador del evangelio. ¿Cómo descubrirás lo que es la voluntad de Dios para tu vida? En todas estas cosas el Espíritu Santo puede guiarte para que hagas decisiones sabias, seguramente te estás preguntando: “Sí, pero ¿cómo nos guía el Espíritu Santo?”.

Lámina 3-7

(Cubre esta lámina con tres trozos de cartulina y luego quítalos uno tras otro a medida que vas enseñando).

La manera más importante por la cual el Espíritu Santo nos guía es por medio de la lectura de la Biblia y por la oración. Al leer un poco de la Palabra de Dios cada día, pídele que te guíe y Él te ayudará a saber cuál es el camino correcto y lo que desea que tú hagas. Alguna vez te mostrará una promesa especial o un

mandamiento en la Biblia que desea que conozcas y que obedezcas. En el Salmo 119:105 leemos: “Lámpara es a mis pies tu Palabra, y lumbrera a mi camino”.

Hay otra manera por la cual podemos conocer lo que Dios quiere que hagamos: por la paz que el Espíritu Santo pone en nuestro corazón.

En Colosenses 3:15 está escrito: “Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones” o podía ser traducido: “Y la paz de Dios sea el árbitro de vuestros corazones”. El Espíritu Santo ha dado su paz para que sea como un “árbitro” en nuestros corazones. ¿Sabéis lo que hace un árbitro verdad? Pita cuando alguien comete una falta. Cuando un creyente hace algo que va en contra de la voluntad de Dios, pierde la paz de Dios en su corazón. Pero cuando estés haciendo lo que Dios quiere que hagas, tendrá paz en tu corazón, aunque sea muy difícil hacerlo.

El Espíritu Santo utiliza a otros creyentes para guiarnos. En 1ª Pedro 5:5 el Señor nos dice que los creyentes más jóvenes deben escuchar a los que son más ancianos y tienen más experiencia de la vida cristiana. Tus maestros en la Escuela Dominical y el Club de Buenas Nuevas te darán buenos consejos en cuanto a la voluntad de Dios para ti. Si tus padres son creyentes y aman al Señor, pueden también ayudarte a que tomes decisiones en cuanto a lo que Dios quiere que hagas. No tengas miedo de preguntarles, recuerda que otros creyentes mayores quie-ren ayudarte a andar en el camino que Dios tiene preparado para ti.

Lámina 3-8

Hasta aquí hemos estado hablando de tres grandes cosas que el Espíritu Santo hace para el creyente, ¿las recuerdas?

Y hay otro trabajo maravilloso que el Espíritu Santo hace en la vida de los creyentes.

Vamos a leer Romanos 8:26 y a descubrir lo que es (deja que un niño lea el versículo): “Y de igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues

qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos in-decibles.” ¿Entendéis lo que acabamos de leer? Dios nos enseña aquí que el Espíritu Santo nos ayuda en nuestras oraciones.

Él ora a Dios por nosotros y nos ayuda a orar como conviene porque vive en nosotros, Él puede guiarnos a orar por lo que debemos orar, Él puede ayudarnos a acercamos a Dios con mucha reverencia y humildad, Él puede ayudamos a confiar en Dios por las cosas que le estamos pidiendo. Es una bendición maravillosa que el Espíritu Santo ore por nosotros y nos ayude a orar.

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¡Qué amigo y Ayudador tan maravilloso es el Espíritu Santo! ¿Das gracias a Dios porque Él vive en tu corazón? Deja que Él haga en tu vida estas cosas maravillosas que hemos considerado y procura no entristecerle hacien-do cosas que no le agradan.

¿Habla el Espíritu Santo a los corazones de los niños que no han confiado en el Señor Jesucristo como su Sal-vador? ¿Qué opináis? ¡Sí que lo hace! Le muestra al niño que es pecador y le pone el deseo de confiar en Cristo. Si Él te está hablando escucha lo que te dice y ven a Cristo hoy. Él promete: “Todo aquel que clame al Señor será salvo” (Romanos 10:13).

CONCURSO DE REPASO BASADO SOBRE LA LECCIÓN 3

1. ¿Qué quería hacer Joaquín para mostrar su gratitud a Carlos? (Lavarle el coche).

2. ¿Piensa en tres cosas que nosotros podemos hacer para mostrar nuestra gratitud al Señor por habernos sal-vado? (Obedeciendo a nuestros padres, hablando la verdad en el colegio, ayudando a nuestros amigos).

3. Cada niño creyente tiene un enemigo poderoso pero un Amigo y Ayudante aún más poderoso. ¿Quienes son? (Satanás es el enemigo y el Espíritu Santo es el Amigo).

4. ¿Quién es el Espíritu Santo y dónde vive? (Es Dios y vive en cada creyente).

5. Sandra mostró de dos maneras que el Espíritu Santo le estaba ayudando a guardar los mandamientos de Dios. ¿Cuáles eran? (No robando del bolso de su madre y hablando la verdad cuando iba a jugar a la casa de su amiga).

6. Cuando un niño creyente tiene dudas si es un hijo de Dios ¿Cómo trabaja el Espíritu Santo para quitar esas dudas? (Por medio de las promesas de la Palabra de Dios y por los cambios que va efectuando en la vida del niño).

7. ¿En qué decisiones quiere ayudarnos el Espíritu Santo? (En todo tipo de decisiones, las grandes y las peque-ñas).

8. ¿Cómo nos guía el Espíritu Santo? (Por medio de la Biblia y la oración; por medio de la paz de Dios en nues-tros corazones y por medio de otros creyentes más mayores).

9. ¿Qué otro trabajo hace el Espíritu Santo en la vida de los creyentes? (Nos ayuda a orar).

10. ¿Trabaja el Espíritu Santo en la vida de los niños inconversos? Si la respuesta es “sí”, ¿de qué manera? (Sí, les muestra que son pecadores y les pone el deseo de confiar en Cristo como su Salvador).

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VERSÍCULOS USADOS EN LA TERCERA LECCIÓN

Romanos 6:4: “Para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu”.

Romanos 8:9: “Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu de Dios que mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Él”.

Romanos 8:14: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios”.

Romanos 8:16: “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios”.

Romanos 8:26: “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles”.

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LECCIÓN 4El pueblo escogido de DiosPasaje para estudio: Romanos 9-11.

Verdad Central (VC): El pueblo escogido de Dios consiste ahora en todos los que creen en el Señor Jesucristo, sean judíos o gentiles.

Aplicación (VCS): Da gracias a Dios por haberte salvado y por haberte hecho un miembro de su pueblo.

(VCI): Pide al Señor Jesucristo que te salve y tú serás parte del pueblo de Dios.

Versículo para memorizar: “Todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo” (Romanos 10:13).

Bosquejo:

Introducción: Muchos judíos fueron matados durante la segunda guerra mundial.

Lámina 4-1: Los judíos fueron escogidos por Dios en su misericordia para que fueran su pueblo especial (VC).

Lámina 4-2: Dios escogió a los judíos para que escribieran la Biblia.

Lámina 4-3: Dios escogió a los judíos para que fuera la raza por la cual vendría el Salvador del mundo.

Lámina 4-4: El Señor Jesucristo vino a salvar a los judíos y a los que no eran judíos (VCI). Los judíos rechaza-ron al Salvador que Dios envió y procuraron salvarse por sus obras.

Lámina 4-5: El hortelano injerta ramas de olivo silvestre en el olivo que no producía buenas aceitunas.

Lámina 4-6: Nosotros que no somos judíos y hemos sido salvos, hemos sido “injertados” por la misericordia de Dios (VCS).

Lámina 4-7: Dios “injerta” de nuevo a judíos que ponen su confianza en el Señor Jesucristo.

Lámina 4-8: Sé agradecido a Dios y ora por los judíos para que sean salvos (VCS).

Otras actividades

Oración: Ver las sugerencias para la oración al final de la lección.

Ilustración: Podrías mostrar a los alumnos algo en cuanto al arte de injertar. Podrían ayudar a hacer un corte en forma de “V”. También se puede hacer un corte diagonal en vez de la “V”. Entonces se envuelve la juntura con corteza y cuerda. Nota: Injertar es un verdadero arte y es muy probable que tu injerto no crezca, pero por lo menos podrías ilustrar la idea básica.

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LECCIÓNLámina 4-1

Algunos de vosotros que sois un poco mayores habréis leído historias o tebeos de la última Guerra Mundial o posiblemente habréis visto películas en la tele o en vídeo. Todas las guerras son terribles, porque muchos hombres valientes de los dos lados pierden la vida, mueren también mujeres y niños cuando los bombarderos dejan caer sus bombas sobre las ciudades. Pero una de las cosas más terribles que ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial fue la matanza de muchos judíos inocentes, hombres, mujeres, niños y aún bebés.

¿Quiénes son los judíos? En la penúltima lección os contaba algo en cuanto al primer judío que vivió, se lla-maba Abraham. ¿Recordáis cómo Dios le llamó para que saliera de su país y de su ciudad, para que confiara en Dios quien le daría un nuevo país y una nueva familia?

Abraham tuvo un hijo que se llamaba Isaac y un nieto llamado Jacob. Jacob tuvo doce hijos y cada uno de ellos tuvo hijos y así el número de los judíos comenzó a crecer y crecer. Ahora hay millones de judíos viviendo en muchos países y especialmente en el país de Israel.

¿Por qué escogió Dios a los judíos para que fuera su pueblo especial? No les escogió porque era la nación más grande. Cuando Dios escogió a los judíos sólo había uno de ellos (Abraham), no les escogió tampoco porque eran los mejores del mundo, o porque eran los más fuertes. No, les escogió en su misericordia, eso es lo que dice en Romanos 9:15 (que un niño lea el versículo): “Tendré misericordia del que yo tenga misericordia”. Dios muestra su amor y compasión a los que no lo merecen y los judíos no lo merecían pero fueron escogidos por Dios. Abraham, Isaac y Jacob y lodos sus hijos fueron pecadores como tú y yo lo somos.

Lámina 4-2

Pero Dios tenía un trabajo especial para el pueblo judío. En Romanos 3:2 lee-mos: “Que les ha sido confiada la Palabra de Dios”. Eso significa que tuvieron la gran responsabilidad de escribir muy exactamente las mismas palabras de Dios; así que de diferentes maneras, Dios habló a hombres judíos y ellos escri-bieron lo que les dijo.

De esta manera conseguimos tener la Biblia, libro por libro. Moisés que fue judío, escuchó lo que Dios le dijo y escribió los cinco primeros libros de la Biblia. El rey David, que fue judío también, escuchó a Dios y escribió muchos de los Salmos. El profeta Daniel también era judío y Mateo que escribió el primer evangelio fue judío y el apóstol Pablo también era judío.

Cuantas gracias hemos de dar a Dios por el trabajo que los escritores judíos hicieron con la ayuda especial de Dios, dejaron que Dios les guiara en todo lo que escribieron para que pudiéramos tener en este libro precioso que es la Biblia, exactamente lo que Dios quería decirnos.

Lámina 4-3

Pero Dios tenía otra razón al escoger al pueblo judío (a veces les llamamos los hebreos). Escogió a este pueblo para que por medio de ellos pudiera venir el Salvador del mundo (pide a un alumno que lea Romanos 9:5): “De quienes son los patriarcas y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre to-das las cosas, bendito por los siglos. Amén”. Miles de años antes de que el Señor Jesucristo naciera, Dios prometió que un día mandaría a un Salvador.

Antes de que viviera Abraham, Moisés o David, Dios había dado esa promesa. Pasaron muchos años y tal vez algunas personas pensaron que el Salvador no vendría nunca, muchos enemigos poderosos atacaron al pueblo judío y a veces parecía que sería totalmente destruido.

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Pero Dios lo protegió porque había escogido a este pueblo para que de él naciera el Salvador y por fin Jesús nació en el pesebre de Belén. ¿Sabéis que Cristo nació en una familia judía? María, la madre de Cristo fue judía y José que tuvo el trabajo de criar al Señor Jesucristo fue judío, de hecho el Señor Jesucristo fue judío, aunque a la vez era el Hijo de Dios.

Lámina 4-4

El Señor Jesucristo nació no sólo para ser el Salvador de los judíos sino de todos los hombres y vino para salvar a la gente de todos los países del mundo. Pero lo triste es que los judíos no comprendieron ni aceptaron el maravilloso plan de Dios para nuestra salvación. Vosotros conocéis este plan de Dios, ¿verdad?

Vamos a leerlo en Romanos 10:12-13 (pide a un niño que lo lea): “Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico

para con todos los que le invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo”. Somos salvos cuando invocamos el nombre del Señor, o sea, cuando clamamos a Dios y le rogamos que nos salve de nuestros pecados. No podemos salvarnos a nosotros mismos, pero confiamos en Él y le pedimos que sea nuestro Señor y Salvador. Solo Él puede quitar nuestro pecado y hacernos hijos de Dios.

¿Has clamado tú a Dios? ¿Has pedido que te salve de tus pecados? Lo puedes hacer hoy mismo, Dios promete que todo aquel que invoque su nombre (que clame a Él) será salvo. ¡Hazlo hoy mismo!

Si has pedido al Señor que te salve y no se lo has dicho a nadie todavía, o si te gustaría ser salvo y no sabes exac-tamente qué has de hacer, puedes quedarte después de la clase en tu asiento. Si te veo sentado allí me acercaré a ti, te hablaré y te mostraré cómo puedes clamar al Señor y cómo ser salvo.

Pero los judíos no aceptaron este camino maravilloso de salvación. Leemos en Romanos 9:32 (pide a un niño que lo lea): “Porque iban tras ella (la salvación) no por fe, sino como por obras de la ley”. Pensaron que podrían llegar al cielo por las obras, por ser buenos y que Dios les aceptaría si guardaban todas las leyes. Por supuesto nadie puede guardar perfectamente las leyes de Dios y por eso no podemos ser salvos de esa manera, además los judíos rechazaron al Señor Jesús. ¿Recordáis como le mataron en la cruz? Dios estuvo muy triste al ver como rechazaron a Su Hijo, pero si los judíos no aceptaron a Jesucristo, Dios ya tenía un pueblo que sí creería en Él, que le amaría.

Lámina 4-5

En Romanos, Pablo dice que Dios es como un hortelano o jardinero que cuida de sus árboles frutales y el hortelano tenía un hermoso olivo que debía darle muchas aceitunas. Los pueblos antiguos como los romanos usaban las acei-tunas en sus ensaladas y cuando eran exprimidas, estas aceitunas daban el aceite de oliva que se usaba para cocinar y guisar. De modo que un olivo era un árbol de gran utilidad, por lo que esta ilustración del olivo nos hace pensar en el pueblo especial de Dios (los judíos). Eran muy preciosos para Dios como

el olivo fue para el hortelano, pero el olivo no producía las buenas aceitunas que el hortelano esperaba, de la misma manera que el pueblo judío no confiaba en el Señor Jesús como tenía que haber hecho, por esa razón el hortelano cortó muchas de las ramas; de la misma manera, Dios apartaba a los judíos como pueblo.

Pero luego el hortelano hizo una cosa muy extraña, fue al bosque y encontró un olivo silvestre, cortó algunas de las ramas de este olivo silvestre y las puso en los lugares donde las ramas del olivo habían estado antes. Las ató con trozos de corteza y cuerda y pronto las nuevas ramas del olivo silvestre comenzaron a crecer recibiendo su alimento por medio del tronco y de las raíces del viejo árbol. A este trabajo se le llama “injertar”.

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Lámina 4-6

¿Qué es lo que Dios nos está enseñando por medio de esta ilustración? Cuando Él apartó a los judíos como pueblo, de la misma forma que las ramas que fue-ron cortadas y echadas, Dios tenía otro pueblo que había escogido para poner en su lugar. Dios les escogió a ellos también en su misericordia, pero ellos no merecían tampoco ser escogidos, mas Dios les amó y les llamó para que fueran Su pueblo.

¿Quiénes son esos hombres, mujeres y niños que Dios ha escogido para que sean Su pueblo especial ahora? (Haz que un niño lea Romanos 11:19): “Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas para que yo fuese injertado”. Este pueblo especial consiste en todos nosotros que confiamos en Jesucristo como nuestro Señor y Salvador. Tú y yo somos como las ramas del olivo silvestre que han sido injertadas en el tronco para ser parte de Su árbol especial. No importa si eres francés o inglés, español o portugués, si estás confiando en el Señor Jesucristo, eres parte del pueblo especial de Dios. ¿Puedes jactarte de que Dios te haya escogido para ser hijo suyo y que eres una de las “ramas nuevas” del árbol? (Deja que un niño lea Romanos 11:18): “No te jactes contra las ramas”. ¡No, claro que no! Debemos darnos cuenta de que nosotros no merecemos ser escogidos por Él, sólo es por la misericordia de Dios que hemos podido creer en el Señor Jesucristo y ser salvos, de esta manera llegar a ser parte del pueblo especial de Dios.

Lámina 4-7

¿Significa todo esto que Dios ya no tiene tiempo para los judíos? No, de ningu-na manera, Dios todavía los ama y quiere que lleguen a conocerle, poniendo su confianza en el Señor Jesucristo. Leamos Romanos 11:23 y 24 (que un niño lea estos versículos): “Y aún ellos, si no permanecieren en su incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar. Porque si tú fuiste cor-tado del que por naturaleza es olivo silvestre, y contra naturaleza fuiste injertado

en el buen olivo. ¿Cuánto más estos que son las ramas naturales serán injertados en su propio olivo?”.

¿Podéis entender estos versículos?¿Cuáles son las ramas que Dios puede volver a injertar en el olivo? Son los judíos, los que ponen su confianza en el Señor Jesucristo.

Hoy en día hay misioneros trabajando entre los judíos en todo el mundo y están llevándoles el evangelio pero es un trabajo muy duro porque muchos judíos que no quieren creer que el Señor Jesús fuera el Hijo de Dios, enviado desde el cielo para ser el Salvador de los judíos y de todos los hombres.

Sin embargo, algunas personas judías, cuando escuchan el evangelio, sí que confían en Jesucristo. Son como las ramas del olivo original que son injertadas de nuevo en el árbol, son parte del pueblo escogido por Dios, formado de judíos y otra gente que no es judía. Creemos que un día, antes que el Señor Jesucristo vuelva de nuevo del cielo a la tierra, muchos judíos creerán en Él. ¡Será maravilloso!

Lámina 4-8

¿Qué quiere Dios que hagamos por el pueblo judío? Debemos dar gracias a Dios por haberles usado para que nosotros tuviéramos la Biblia, y por haberles escogido para ser el pueblo por el cual el Señor Jesucristo haya venido a este mundo. No debemos despreciarlos nunca, sino apreciarles y amarles por amor a Jesús.

Hay otras cosas muy imponentes que debemos hacer. Leamos Romanos 10:1 y veamos lo que hizo el apóstol Pablo y lo que Dios quiere que hagamos nosotros (que alguien lea el versículo): “Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón y mi oración a Dios por Israel, es para salvación”. Debemos orar por ellos y hacerlo de corazón para que sean salvos.

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ACTIVIDAD

Al terminar nuestra lección, voy a pedir a cuatro de vosotros que amáis al Señor que oréis:

1. Dar gracias a Dios por los judíos, porque por medio de ellos recibimos la Biblia y por medio de su raza el Señor Jesucristo nació aquí en la tierra.

2. Dar gracias a Dios que nosotros los que somos salvos, hemos sido escogidos por Dios para ser parte de Su pueblo especial (como ramas injertadas en el olivo).

3. Orar por el pueblo judío para que muchos más lleguen a creer en Jesucristo como su Salvador.

4. Orar por los misioneros que están trabajando entre los judíos, para que Dios les ayude a seguir llevándoles el evangelio, aun cuando muy pocos quieren escuchar.

CONCURSO DE REPASO BASADO SOBRE LA LECCIÓN 4

1. ¿Quién fue el primer judío? (Abraham).

2. ¿Cuáles fueron los nombres de su hijo y de su nieto por medio de los cuales el pueblo judío empezó? (Isaac y Jacob).

3. En su misericordia, Dios escogió a los judíos para ser su pueblo especial. ¿Qué significa la palabra “miseri-cordia” (Amor, compasión, cariño hacia los que no lo merecen).

4. Dios tuvo dos trabajos muy especiales para los judíos, su pueblo escogido. ¿Cuáles fueron? (Escribir la Biblia y ser el pueblo por el cual vendría el Salvador).

5. ¿Cuál fue el maravilloso camino de la salvación, del que muchos judíos se apartaron? (Ser salvos por la fe en Cristo y no por obras).

6. Cuando los judíos se apartaron de Dios y de Cristo, Dios escogió otro pueblo especial. ¿Quiénes eran? (To-dos los que confiamos en Jesucristo como nuestro Señor y Salvador).

7. En la ilustración del olivo. ¿A quiénes representan las ramas que fueron cortadas? (Los judíos que no creían en Jesucristo).

8. Después de eso, ramas de un olivo silvestre fueron injertadas. ¿A quiénes representan? (A los que no somos judíos pero que estamos confiando en el Señor Jesús).

9. ¿Por qué no podemos jactarnos si Dios nos ha escogido como su pueblo especial? (Porque no merecíamos que Dios nos hubiera escogido, ni que Cristo muriera por nosotros, ni que alguien nos explicara el evangelio o que Dios nos diera la fe para creer).

10. ¿Ha desechado Dios completamente a los judíos? (No).

11 .¿Qué quiere Él que hagan ? (Creer en Jesucristo).

12. ¿Qué es una cosa muy importante que podemos hacer por el pueblo judío? (Apreciarles, amarles y orar por ellos).

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VERSÍCULOS USADOS EN LA CUARTA LECCIÓN

Romanos 9:5: “De quienes son los patriarcas y de los cuales, según la carne, vino Cristo”.

Romanos 9:15: “Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca”.

Romanos 9:32: “¿Por qué? Porque iban tras ella (la justicia o la salvación) no por fe sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la piedra de tropiezo”.

Romanos 10:1: “Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón y mi oración a Dios por Israel, es para salvación”.

Romanos 10:12-13: “Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo”.

Romanos 11:18: “No te jactes contra las ramas”.

Romanos 11:19: “Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas para que yo fuese injertado”.

Romanos 11:23-24: “Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar. Porque si tú fuiste cortado del que por naturaleza es olivo silvestre, y contra naturaleza fuiste injertado en el buen olivo, ¿Cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo?”.

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LECCIÓN 5El cuerpo de CristoPasaje para estudio: Romanos 12:1-13.

Otros pasajes adicionales: Colosenses 1:18-19, Efesios 4:7-16 y 1ª Corintios 12:1-31.

Verdad Central (VC): Cada creyente, como parte del cuerpo de Cristo, tiene algún don o dones para servir a Dios y a los demás.

Aplicación (VCS): Da gracias a Dios por el don o los dones que Él te ha dado. Entrégate por completo a Él, para que te use para hacer su voluntad y pídele que te muestre lo que quiere que tú hagas.

Versículo para memorizar: “Nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo” (Romanos 12:5).

Bosquejo:

Introducción: Mantener nuestro cuerpo en forma.

Lámina 5-1: El atleta: nuestro cuerpo diseñado maravillosamente por Dios. Cada creyente es parte del cuerpo de Cristo, la Iglesia. (Romanos12:4,5) (VC).

Lámina 5-2: La cabeza del cuerpo dirige, controla y da órdenes y la cabeza del cuerpo de la Iglesia es Cristo. (Colosenses 1:18). Él dirige, guía y da las órdenes a los creyentes y lo hace principalmente por medio de Su Palabra.

Lámina 5-3: Cada parte del cuerpo tiene una habilidad particular y la correspondiente responsabilidad de usarla. Dios te ha dado a ti algunas habilidades especiales (VC).

Lámina 5-4: El don de “enseñar” (Romanos 12:7). El don de ser “evangelista” (Efesios 4:11). (VCS).

Lámina 5-5: El don de “servicio” (Romanos 12:7). El don de “presidir”(Romanos 12:8). El don de “repartir” o de dar (Romanos 12:8).

Lámina 5-6: El ejemplo del Señor Letorneau que tenía el don de dar.

Lámina 5-7: Los niños creyentes también tienen dones. El Señor Ortega habla a Felipe, Ruth y Marcos. El don de “exhortación” (o de animar) (Romanos 12:8). El don de “hacer misericordia” (Romanos 12:8). El don de “fe” (1ª Corintios 12:9).

Lámina 5-8: Dios quiere que nos presentemos como sacrificio vivo a Él (Romanos 12:1) (VCS). Dios no quiere que seamos altivos (Romanos 12:3). Pide a Dios que te muestre lo que Él desea de ti (VC).

Otras actividades

Canción: “Tuyo soy, Señor, toma pues mi ser...”.

Juego: (Para realizar antes del programa, como una introducción relajada a la lección). Recorta de papel o car-tulina los componentes básicos de dos “cuerpos”(cabeza, ojos, orejas, boca, torso, brazos y piernas). Entonces se divide la clase en dos grupos equilibrados y a cada miembro del equipo se le da una parte del cuerpo. A uno tras otro se le pone una venda en los ojos y se le acerca a la pizarra para colocar un elemento del cuerpo po-niéndolo con una chincheta. El equipo que forma el mejor cuerpo es el ganador, nadie debe hablar para guiar al niño que coloca el elemento del cuerpo, y el niño mismo no puede guiarse, tocando la pizarra con la mano.

Tiempo de oración (después de la lección): Escoge a tres niños creyentes que puedan guiar la clase en oración:

- Dando gracias a Dios porque cada uno de nosotros es importante para el cuerpo de Cristo.

- Dando gracias a Dios que cada creyente tiene algún trabajo especial por hacer y para llevarlo a cabo.

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- Pidiendo a Dios ayuda para discernir poco a poco qué es ese trabajo y cuáles son nuestros dones, para que podamos servir a Dios y a otras personas.

Preguntas de repaso: (se dan preguntas al final de la lección). Divide la clase en dos equipos con un capitán para cada uno. Los capitanes reciben una hoja de papel o cartulina y un rotulador. Diles que han de dibujar una cara (puede ser graciosa). Cada vez que un niño conteste una pregunta correctamente, el capitán dibuja una parte de la cara (ojos, nariz, boca , etc.). El equipo que tiene la cara más completa es el ganador.

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LECCIÓNINTRODUCCIÓN

Me pregunto ¿Cuál es tú deporte favorito? ¿Fútbol? ¿Rugby? ¿Baloncesto? ¿Natación? Espero que disfrutes mu-cho participando del deporte que te gusta. ¿Por qué es tan importante hacer un poco de deporte? Sí, hay varias razones. Una es que con el ejercicio, mantenemos en forma nuestro cuerpo.

Lámina 5-1

¿Alguna vez has observado a un atleta famoso? Le ves echarse adelante hacia la meta, todas las articulaciones de su cuerpo funcionan perfectamente, los codos, las rodillas, las muñecas, el cuello; todos los músculos llevan a cabo su función de mover los brazos, las piernas y la espalda. Nuestros cuerpos han sido diseñados maravillosamente por Dios: el cerebro dirige todo el cuerpo; el corazón bombea la sangre impulsándola por las arterias, cada parte del cuerpo por pequeña que sea es útil y necesaria.

A ver si podéis comprender estos dos versículos de Romanos 12 (pide a uno de los niños que lea Romanos 12:4-5): “Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros”

¿Qué significa eso? Dios nos dice aquí que todos los que aman al Señor Jesucristo forman juntos un cuerpo perfecto. No es un cuerpo que podemos ver, sino un gran cuerpo invisible formado por todos los creyentes verdaderos. Este cuerpo se llama la Iglesia y no me refiero al edificio de ladrillo y de piedra donde asistes el domingo.

La Iglesia a la cual se refiere la Biblia está hecha de personas y no de piedras. Cada creyente en Jesucristo, cada verdadero cristiano es parte de este cuerpo maravilloso. Tal vez tú eres como un dedo para indicar el camino, o como un oído para escuchar, o como una lengua para hablar, o como un pie para correr.

Lámina 5-2

La cabeza es la parte más importante del cuerpo, allí está el cerebro. Por ejem-plo: cuando queremos ir de paseo, el cerebro da las órdenes, comunica a los músculos de la espalda y de las piernas que se muevan para que el cuerpo se ponga de pie; dice al corazón que trabaje más fuerte porque necesitamos más sangre en los músculos, dice a los pulmones que cojan más aire; manda a los ojos que nos guíen adonde queremos dirigirnos.

Según vuestra opinión, ¿quién es la cabeza de la Iglesia? Pablo nos dice en otro libro que Dios le guió a escribir (leer Colosenses 1:18): “Y él es la cabeza del cuerpo”. ¿De quién está escribiendo Pablo? Sí, del Señor Jesucristo. Él es la Cabeza del cuerpo, la Iglesia; es el que controla, guía y da las órdenes. ¡Qué confusión habría en nues-tro cuerpo, si no hubiera un cerebro para planear y dirigir; tal vez las piernas decidirían que estaban cansadas y querían descansar, pero a la vez a los pies les gustaría ir de paseo, o a los ojos les gustaría cerrarse por unos momentos, mientras que a las manos les gustaría jugar a baloncesto!

Por eso es tan importante que cada creyente, como parte del cuerpo de la Iglesia, obedezca al Señor Jesucristo. Al escuchar mientras que se enseña la Palabra de Dios en la Iglesia, en la escuela dominical o en el Club de Buenas Nuevas, o al leer en casa la Biblia, estamos escuchando a la Cabeza que nos está hablando de la misma manera como el cerebro dirige las partes del cuerpo físico. Como miembro del cuerpo de Cristo, es importante que obedezcamos al Señor Jesucristo y que pongamos en práctica lo que nos dice.

Si tú nunca has confiado en Cristo como tu Salvador, no le perteneces. No eres parte de su Cuerpo. De hecho estás muy lejos de Él, estás perdido en tu pecado, pero Él te busca y te amó tanto que murió en la cruz por tus pecados. Hoy, si confías en Él con todo tu corazón y vienes a Él, te recibirá. En Juan 6:37 dice: “Al que a mí viene, no le echo fuera”. ¡Ven a Cristo hoy!

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Lámina 5-3

Si Cristo es la Cabeza de este gran Cuerpo y cada persona que ha nacido de nuevo es miembro del cuerpo, entonces es importante que trabajemos juntos sirviendo al Señor. Todos los creyentes somos importantes porque todos tene-mos diferentes trabajos que hacer. (Lee de nuevo Romanos 12:5) “Así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros”. Todos tenemos habilidades y dones especiales que Dios nos ha dado, igual que los miembros de un cuerpo. Pensemos de nuevo en lo que hacen las

diferentes partes del cuerpo. Por ejemplo, ¿Cuál es la habilidad especial que Dios ha dado al ojo que el oído no tiene? Sí, puede ver. ¿Qué puede hacer el oído que no puede hacer la mano? Sí, puede oír. ¿Qué puede ha-cer la nariz que no puede hacer el ojo? Sí, puede oler. ¿Qué puede hacer la mano que no puede hacer el oído? Puede coger las cosas. ¿Ves? Cada parte del cuerpo es importante. No podemos prescindir de ninguna de ellas. Incluso las partes que están dentro de nosotros, que no podemos ver, como el corazón o el hígado son muy importantes.

¿Sabías que como creyente, eres muy, muy importante para Dios? Y todos los demás creyentes en el Cuerpo te necesitamos también. No podríamos prescindir de ti porque Dios te ha dado algunas habilidades especiales y algún trabajo especial por hacer. ¿Qué trabajos? Pues Dios dijo al apóstol Pablo que escribiera algunos de estos trabajos; los encontramos en Romanos capítulo 12. (Que uno de los alumnos lea Romanos12:6). No tenemos suficiente tiempo para pensar en todos estos trabajos, pero vamos a hablar de algunos de ellos.

Lámina 5-4

Por ejemplo, Pablo menciona a los que enseñan. ¿Sabías que Dios ha dado a ciertos creyentes una habilidad especial para enseñar la Biblia? Todos los cre-yentes debemos compartir con otros lo que la Biblia nos enseña, pero para que la Iglesia, el Cuerpo de Cristo crezca como debe crecer, Dios sabía que hacía falta personas con la habilidad especial (o el don) de la enseñanza.

Son los pastores, los maestros de la Escuela Dominical, los maestros de los Clu-bes de Buenas Nuevas, que con la ayuda de Dios, pueden comprender bien la Palabra de Dios y luego presentar la verdad a otros creyentes de una manera que les ayuda a crecer más y más en su vida cristiana. ¡Que bueno ha sido Dios al cuidarnos de esta manera! ¿Le has dado gracias por haber mandado personas con el don de enseñar para ayudarte a ti?

En otro lugar Pablo habló de los que tenían el don (o la habilidad especial) de evangelizar (Efesios 4: 11). To-dos los creyentes debemos llevar el evangelio a los que no son salvos. Pero algunos creyentes tienen un talento especial que Dios les ha dado para presentar las buenas nuevas del evangelio y para traer las personas a Cristo. La Biblia, por ejemplo nos presenta a Felipe el evangelista (Hechos 28:8). Dios le utilizó en Samaria para que mucha gente conociera a Cristo y en un desierto para que un hombre de color del país de Etiopía fuera salvo (Hechos 8). Nos alegramos al pensar que Dios da a Su Iglesia personas con este don especial. ¿Verdad?

Lámina 5-5

Pablo también escribió en cuanto a los que sirven (Romanos 12:7). Todos los creyentes debemos ayudar y servir a los demás, especialmente a los que tienen grandes necesidades, como los pobres, los enfermos, las viudas y los huérfanos.

Los que tienen este don de servicio son muy amables y se preocupan por los de-más. Se aseguran de que la iglesia cuide de los necesitados. La Biblia nos habla, por ejemplo, de un hombre llamado Estéfanas que se había dedicado al servicio

de los creyentes (1ª Corintios 16: 15-18). Pablo escribió que este hombre le había ayudado mucho. Es un don muy importante y tal vez alguno de vosotros lo haya recibido de Dios y ya lo estás utilizando para el bien de nuestra clase, por ejemplo, ayudando a traer a otros niños que no podrían venir solos, hablando a algún niño nuevo que se encuentra un poquito extraño en su primera visita a la clase, o incluso ayudándome a mí cuando

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voy a visitar a algún niño que no se encuentre bien. ¡Eso es estupendo! Es posible que toda tu vida sigas siendo un verdadero ayudador a los que están trabajando para el Señor.

Pero también hay la necesidad de los que presiden en la iglesia, personas que tienen un papel especial en or-ganizar las actividades de la iglesia. Leemos acerca de este don en Romanos 12:8. ¿Verdad que es maravilloso cómo Dios provee para cada necesidad de su iglesia? También en Romanos 12:8 Dios habla de los que dan. Cada creyente debe dar al Señor, pero parece que hay algunos que pueden dar con mucha generosidad y esa es la habilidad especial que Dios les ha dado.

Lámina 5-6

El Señor Le Tourneau vivió en los Estados Unidos. Construía palas mecánicas y otras máquinas enormes para obras públicas y la construcción de carrete-ras. Seguramente habréis visto esas máquinas grandes al lado de las carreteras, ¿verdad? El Sr. Le Tourneau amaba a Dios y cuando vendía una de sus má-quinas, daba una parte del dinero a Dios. El Señor le bendijo y Le Tourneau comenzó a vender más y más máquinas. Llegó a ser muy rico, pero a la vez daba más y más dinero para la obra de Dios a misioneros y predicadores en su

propio país y a los que predicaban el evangelio en otros países también. Pronto estaba dando casi todo el dinero que ganaba a Dios. Estoy seguro que Dios le dio un talento especial para ganar dinero y también la disposición en su corazón de darlo a Dios.

Desde luego Dios quiere que todos demos para su obra, pero no todos podemos dar tanto como dio el Señor Le Tourneau. Dios le dio grandes habilidades como hombre de negocios y una manera especial de ayudar a otros creyentes por medio de sus donativos generosos. De verdad fue un miembro muy útil del Cuerpo de Cristo, porque utilizó bien la habilidad especial que Dios le había dado.

Pero tal vez tu estás pensando: “Todo eso está bien para creyentes adultos, pero ¿qué dones o habilidades es-peciales podría tener yo? Sé que soy creyente, pero no estoy seguro de qué puedo hacer para ayudar en la obra de Dios”.

Voy a contaros algo de dos hermanos y una hermana que tenían la misma pregunta. El hermano mayor se llamaba Felipe, su hermana se llamaba Laura y el hermano más joven que tenía 9 años se llamaba Marcos. Los tres habían recibido a Cristo como su Salvador y durante un campamento habían oído que todos los creyentes tienen dones especiales para servir a Dios, pero no sabían cuales Dios les había dado a ellos. Así que decidieron una tarde hablar con el Señor Ortega, uno de los maestros que estuvo en el campamento.

Lámina 5-7

El Señor Ortega les dijo “Este asunto de nuestros dones y habilidades es algo que cada uno tiene que pensar. Debemos pedir a Dios para que Él nos muestre nuestras habilidades y que nos ayude a utilizarlas para servirle a Él y a los otros miembros del Cuerpo, pero me gustaría haceros unas sugerencias”.

“Te he observado a ti Felipe desde que te entregaste al Señor hace dos años, ahora tienes 12 años, ¿verdad? Creo que veo algo que Dios te ha dado a ti

para hacer. En Romanos 12:8 Dios nos habla del don de “exhortación”. Esa es una palabra larga pero significa “animar a otros de una manera firme y cariñosa. He visto como tu has animado a otros de esa manera. Por ejemplo la otra mañana cuando algunos de los chicos no querían dejar el futbol para venir a la clase Bíblica, oí como tu les animabas para que entraran. Y luego cuando algunos no tenían ganas de aprender de memoria los versículos bíblicos noté como tú diste un buen ejemplo y les ayudaste a aprenderlos. Seguramente Laura y Marcos recordarán momentos también cuando iban a dejar sus deberes sin terminar, pero tú oraste con ellos y pediste que Dios les ayudara a terminar sus deberes, y así fue. Pienso que tal vez tienes el don de exhortación o de animar. Sigue usándolo y Dios podrá ayudarte a desarrollarlo aún más”.

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Felipe sonrió un poco tímidamente, pero Laura y Marcos podían ver que se alegraba que tal vez Dios le había dado ese don especial. Era alguien que animaba a otros en el Cuerpo de Cristo. “¿Y qué ve en nuestras vidas?”, preguntaron juntos Marcos y Laura. “Bueno”, contestó el Señor Ortega, “vosotros sois más jóvenes y no habéis tenido mucho tiempo para mostrar vuestros dones pero estoy seguro que Dios os ha dado algunos. En el mis-mo versículo, Romanos 12:8 habla del don de hacer misericordia. ¿Recordáis haber leído acerca de Dorcas en la Biblia? (Hechos 9:36-43). Constantemente hacía obras de misericordia para las viudas y pobres en la ciudad de Jope. Yo me pregunto si tú tienes ese don Laura. Significa ser bondadoso y perdonador, especialmente a las personas que no lo merecen. El otro día cuando Ana fue bastante desagradable contigo después del partido de baloncesto y te llamó unos nombres feos, me alegré tanto que no le pagaste mal por mal. Te quedaste triste, pero seguiste siendo amable con ella cuando nadie más quería ser su amiga. Tu acción ayudó a todas las chicas y especialmente a Ana. Puede ser que Dios te haya dado el don de ser especialmente amable y cariñosa aún con las personas que no son amables contigo, eso es algo que Dios puede usar de una manera maravillosa para ayudar a todo el cuerpo de Cristo”.

“¿Y yo?”, preguntó Marcos que era dos años más joven que Laura. “Bueno, Marcos, hay un don que todavía no hemos mencionado. En otro libro que escribió San Pablo, mencionó el don de la fe (1ª Corintios 12:9). Significa confiar en Dios, aun cuando no puedes ver los resultados. Durante el período de oración ayer, oí como tú oraste por nuestro misionero en África. Sé que estás convencido de que Dios puede ayudarle a aprender el idioma. Es bueno que desees tanto que la gente allí escuche el evangelio en su propio idioma. Me haces pensar en Esteban en la Biblia, que era un hombre lleno de fe. Oró por los que le apedreaban (Hechos 6:8 y 7:60). Dios contestó su oración y salvó a Saulo de Tarso que estaba allí ayudando a matar a Esteban. Tal vez Marcos en toda tu vida vas a ser un hombre de fe, como Esteban”.

Los tres niños estaban sonrientes al marcharse a jugar. Realmente querían estar ocupados como miembros del Cuerpo y hacer el trabajo que Dios había escogido para ellos.

Lámina 5-8

Pero ¿qué quería Dios que Felipe, Laura y Marcos hicieran ahora? Y aún más importante, ¿qué quiere Dios que tú y yo hagamos? Leamos el primer versículo de Romanos 12. (Leer Romanos 12:1) “Así que hermanos, os ruego por las mise-ricordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agra-dable a Dios, que es vuestro culto racional”. Quiere decir que Dios desea que le ofrezcamos todo lo que tenemos y lo que somos, para que nos utilice.

¿Habéis notado que dice “sacrificio vivo” y no uno muerto? Te quiere vivo, para vivir para Él y para servirle porque le amas.

Niños creyentes, ¿amáis al Señor? Cuando pensáis en todo lo que el Señor Jesucristo sufrió por vosotros en la cruz para daros la vida eterna, os conmueve a amarle y complacerle. ¿Verdad? Podrías expresar tu amor a Él en una oración como ésta: “Gracias Señor porque te pertenezco. Quiero servir de cualquier manera que Tú me muestres. Ayúdame a obedecerte. Dentro del Cuerpo de Cristo quiero ser como un ojo para ver las necesidades de otros o quiero ser como una boca para hablar de Ti, o como un pie para andar en Tu camino. Amén”.

Una cosa más, Dios nos dice por medio de Pablo (leer Romanos 12:3): “Digo... a cada cual... que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener”. Dios no quiere que seamos orgullosos. Quiere que estemos pensando más en Él, en el don especial que podamos tener y en lo que quiere que hagamos, no tanto en nosotros.

Los grandes hombres y mujeres de Dios han orado así: “Señor, ¿qué quieres que yo haga?” y “Heme aquí, en-víame a mí”. Eso es mejor que preguntar: “¿Qué es lo que puedo hacer mejor?”. Queremos sobre todo hacer la voluntad de Dios y honrar su nombre, más bien que pensar demasiado en nosotros mismos. Dale gracias a Dios que te ha dado alguna habilidad especial, o tal vez más de una. Pregúntale qué quiere que tú hagas como parte de Su Cuerpo. Sus dones te ayudarán a llevar a cabo ese trabajo, así que, obedécele y desarrolla los dones que Dios te ha dado. Úsalos para ayudar a otros.

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CONCURSO DE REPASO BASADO SOBRE LA LECCIÓN 5

1 . ¿Quiénes son los que componen el Cuerpo de la Iglesia? (Todos los que creen en Jesús, todos los cristianos verdaderos).

2. ¿Quién es la Cabeza del Cuerpo? (El Señor Jesucristo).

3. ¿Qué hace la Cabeza? (Dirige, gobierna, da órdenes).

4. ¿Qué hacen las otras partes del cuerpo? (Siguen las direcciones de la cabeza, cada una su función especial).

5. ¿Cómo da las instrucciones el Señor Jesucristo, la Cabeza de la iglesia a nosotros, los miembros de Su Cuer-po? (Principalmente por Su Palabra).

6. ¿Qué le ha sido dado a cada creyente como parte del Cuerpo de Cristo? (Alguna habilidad especial o un don, o tal vez más de uno).

7. Nombra dos dones especiales que Dios ha dado a los creyentes para que le puedan servir.

8. Nombra dos dones más.

9. ¿Cómo se llamaba el hombre que vivía en los Estados Unidos que tenía el don especial de poder ganar dinero y darlo a la obra de Dios? (El Sr. Le Tourneau).

10 ¿Qué quiere Dios que hagamos en primer lugar, para que sepamos y hagamos Su voluntad? (Presentar nues-tro cuerpo a Él, como sacrificio vivo).

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VERSÍCULOS USADOS EN LA QUINTA LECCIÓN

Romanos 12:1: “Así que hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sa-crificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional”.

Romanos 12:3: “Digo, pues por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno”.

Romanos 12:4: “Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función”.

Romanos 12:5: “Así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros”.

Romanos 12:6-8: “De manera que, teniendo diferentes dones según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; y si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación, el que reparte con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría”.

Colosenses 1:18: “Y Él es la Cabeza del Cuerpo que es la iglesia, Él es el principio, el primogénito de entre los muertos para que en todo tenga la preeminencia”.

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LECCIÓN 6¿Cuánto debemos?Pasaje para estudio: Romanos 1:14-16, Romanos 13, 14 y 15.

Verdad Central (VC): Como creyentes debemos mucho a Dios y a otras personas.

Aplicación (VCS): Ama y obedece a Dios en todas las situaciones, respeta y obedece a las autoridades, sé ama- ble y cariñoso con los demás. Da un buen ejemplo y ten en cuenta los sentimientos de “creyentes débiles”. Lleva el evangelio a los inconversos.

Versículo para memorizar: “A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor.” (Romanos 1:14).

Bosquejo:

Lámina 6-1: Todos nosotros de alguna manera debemos algo a los demás (VCS).

Lámina 6-2: A Dios le debemos nuestro amor y obediencia, porque Él nos ha mostrado tanta gracia y bondad. (Romanos 14:7-9) (VCS).

Lámina 6-3: A las autoridades les debemos respeto y obediencia (Romanos 13:1,5) (VCS). La historia de Susa-na y su familia que deben pagar en la aduana. Preguntas de repaso y aplicación.

Lámina 6-4: La historia de Ramón y la necesidad de respetar a la policía. Preguntas de repaso y aplicación.

Lámina 6-5: La historia de la pandilla y la cabina telefónica. Preguntas de repaso y aplicación.

Lámina 6-6: A todos debemos amor y amabilidad. (Romanos 13:8) Ejemplos. (ANS).

Lámina 6-7: A creyentes débiles debemos nuestra consideración y un buen ejemplo para que no les demos motivo de tropiezo. (Romanos14:13, 15: 1-3a) (VCS). Historia de Juanjo y Lalo en el salón recreativo de juegos de vídeo. Preguntas de repaso y aplicación.

Lámina 6-8: A los inconversos debemos explicarles el Evangelio, a los que viven en nuestro país y los que viven en otros países. (Romanos 1:14 .15a; 15:19.20) (ANS). Desafío a ser misioneros para el Señor.

Otras actividades

Se incluye mucha discusión en esta lección y hay preguntas de repaso y aplicación en el texto, así que no se da al final el repaso habitual.

Obra: Seguir preparando la obra “En el tribunal” que se podría presentar la próxima semana.

Si deseas más participación, algunos de los alumnos podrían tomar un papel en obras espontáneas basadas en ilustraciones dadas en la lección:

- La escena al pasar por las aduanas, pero en esta ocasión Susana declara el valor del vídeo. (Ver comentario de la lámina 6-3).

- O un policía que para a alguien por malas maniobras en la carretera (ver pregunta 5 en el comentario de lámina 6-4).

Enseñanza para los niños inconversos en tu clase: Como esta lección tiene que ver con la conducta del creyente, la aplicación evidentemente es para los creyentes. En otra parte del programa sería bueno incluir algo para los niños inconversos.

Necesitan oír una clara presentación del evangelio. Por ejemplo podrías compartir con ellos algo del mensaje del libro sin palabras, basándolo sobre Romanos, explica que en los capítulos 1 al 3 Pablo presenta la gran ne-cesidad que tenemos de la salvación (esto representado por la página oscura).

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En los capítulos 4 y 5 Pablo explica como Jesucristo murió por nuestros pecados (Página roja). No había nada que nosotros podíamos hacer para salvarnos, así que el Señor Jesucristo murió y resucito por nosotros para que pudiéramos tener el perdón (la página blanca). Por lo tanto hemos de apartamos de nuestros pecados y confiar en Él.

Explica que hoy estamos enseñando la página verde (el crecimiento en nuestra vida nueva) pero enfatiza a los niños inconversos que necesitan recibir esta vida antes de poder crecer en ella.

O en lugar de utilizar el libro sin palabras, podrías dar una breve lección evangelística usando un objeto, pero tendrás que separar las dos lecciones, poniendo entre ellas otras actividades.

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LECCIÓNLámina 6-1

Sandra y su amiga Paquita habían ido de compras un sábado por la mañana porque les gustaba mucho mirar los escaparates de las tiendas. Al pasar delante de una, vieron un bloc de papel para escribir notas que tenía un diseño muy bonito. Decidieron comprarlo y entraron en la tienda para hacerlo, pero enton-ces Sandra descubrió que no llevaba dinero encima, porque ya había comprado una nueva pulsera para su reloj. Le faltaba 1 euro.

“No te preocupes”, dijo Paquita, “yo te lo prestaré, puedes devolverme el dinero el lunes”. “De acuerdo”, contestó Sandra. “Tengo más dinero en casa”. Estaba contenta de que su amiga la sacara del apuro. Todo el fin de semana pensaba: “He de pagar ese dinero a Paquita. ¡Que no me olvide! No quiero que ella tenga que pedírmelo”.

Tal vez tú has debido dinero a un amigo también en alguna ocasión y por supuesto sabías que tenías que de-volverlo lo más pronto posible. Dios nos enseña en Romanos que todos nosotros que hemos recibido al Señor Jesucristo como nuestro Salvador, de alguna manera somos deudores. Eso significa que debemos algo a otras personas. Tal vez esto te sorprenda un poco. Por supuesto no estoy hablando de dinero esta vez. Voy a expli-cártelo.

Lámina 6-2

En primer lugar debemos algo a Dios. Él nos ha dado tantas cosas. ¿Podéis pensar en algunas de las cosas maravillosas que Dios nos ha dado y que po-demos ver en nuestra vida diaria? (Que los niños contesten; podrían sugerir: sus padres, hermanos, juguetes, comida, salud, la Biblia, la naturaleza, etc.). Muy bien. Ahora pensemos en algunas de las bendiciones que Dios nos da que no se pueden ver con el ojo físico. (Que los niños contesten; podrían sugerir:

la muerte de Cristo por nosotros, el perdón del pecado, la vida eterna, la seguridad de que vamos al cielo, el Espíritu Santo que vive en nosotros, etc). Sí, esas fueron buenas respuestas. Nunca podríamos pagarle a Dios por todas las bendiciones que nos ha dado. Su amor y su compasión hacia nosotros son tan grandes que nunca podríamos pagar todo lo que nos ha dado.

Pero hay algo que podemos dar a Dios, para mostrar que de verdad apreciamos toda su bondad hacia noso-tros. ¿Qué podemos darle a cambio? ¿O qué le debemos? Le debemos nuestro amor y obediencia. (Que uno de los niños lea Romanos 14:9). Pablo escribió: “Porque para esto Cristo murió y resucitó y volvió a vivir, para ser Señor”. Si decimos que Cristo es el Señor, ¿qué entendemos por esa palabra? Quiere decir que debemos obedecerle en todo.

Dios quiere que tú le obedezcas porque le amas y no sólo porque te sientes obligado a hacerlo. Dile hoy mismo que le amas y que quieres hacer las cosas que le agradan. Cuando leas la Biblia, Él te mostrará lo que le agrada y querrás obedecer porque Cristo es tu Señor.

Lámina 6-3

Pero también debemos algo a los demás. Leamos dos versículos y a ver si sois capaces de entender a quienes se refiere aquí. (Que alguien lea Romanos 13:1-5: “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios... por lo cual es necesario estar sujetos no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia”.

¿Qué os parece? ¿quienes son estas “Autoridades superiores”? Pues, son las au-toridades en nuestra ciudad y país, que hacen las leyes y esperan que nosotros las obedezcamos.

Dios nos enseña que hemos de estar sujetos a ellas, con eso quiere decir que hemos de someternos a ellas y obedecerlas. Voy a contaros tres historias cortas y tendréis que estar atentos, porque al final de cada una voy a

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haceros algunas preguntas y vamos a ver si las personas en las historia, estaban obedeciendo a las autoridades como Dios manda que lo hagamos, o si no lo estaban haciendo.

Primera historia:

Susana y Maribel acababan de volver al colegio después de las vacaciones. Estaban juntas en el patio del colegio antes de entrar en la clase. Susana estaba contando a su amiga Maribel algo de las maravillosas vacaciones que su familia había pasado en otro país: “Lo pasamos estupendamente” dijo Susana. “Fuimos con avión y mientras que estábamos allí compramos un portátil, ya que son más baratos en ese país que aquí. Cuando pasábamos por el aeropuerto en Madrid, ¿sabes lo que hicimos? Cuando llegamos a la aduana (donde a veces hay que pagar dinero si has traído algo de valor de otro país), no pasamos por la salida “roja” como nos correspondía.

Los oficiales nos hubieran preguntado cosas y a lo mejor hubiéramos tenido que pagar más dinero al gobierno por haber traído el portátil. ¡Nada de eso! Pasamos por la salida “verde” donde pasas si no tienes nada de valor para declarar.

Nadie nos paró y así conseguimos ahorrar unos 200 € en la compra, porque no tuvimos que pagar los impues-tos”. (Maestro adapta los nombres del país, artículo importado, etc. según tus circunstancias).

Ahora vamos a pensar en algunas preguntas acerca de nuestra historia:

1. ¿A cuáles de las autoridades desobedecieron los padres de Susana? (Las aduanas).

2. ¿Por qué es incorrecto hacer eso? (Porque en Romanos 13 Dios nos dice que hemos de obedecer a las auto-ridades).

3. ¿Qué debe hacer una familia cristiana al pasar por las aduanas? (Declarar si ha comprado algo de valor y pagar los impuestos si es necesario).

Lámina 6-4: Segunda historia

¿Verdad que es divertido pensar en las respuestas a las preguntas sobre estas historias? Os cuento otra: Ramón estaba pasando con su tía un fin de semana y se fue a pasear por el pueblo. Al entrar en la calle Mayor, vio algo terrible, había un grupo grande de hombres y jóvenes que pasaban por la calle, llevando banderas y pancartas y gritando.

Procuraron entrar en un edificio pero la policía se lo impidió. De repente los hombres comenzaron a tirar piedras y botellas, rompiendo cristales y puertas . También tiraron piedras a la policía, llamándoles cerdos y animales. Los policías levantaron sus escudos para protegerse y comenzaron a avanzar para echar a los manifestantes y proteger el edificio, pero los hombres les atacaron, golpeándoles y dándoles patadas. Uno de los policías fue herido gravemente, Ramón se rió dentro de sí y pensó: “Lo tiene bien merecido por haber intentado parar a los manifestantes”.

Ahora vamos a pensar en algunas preguntas sobre la historia:

1. ¿A qué autoridades desobedecían estos hombres y chicos? (La policía).

2. ¿Por qué es malo hacer eso? (Porque la Biblia nos dice en Romanos 13 que hemos de obedecerles; explica que los que nos mandan obedecer las leyes, fueron puestos por Dios).

3. ¿Pensáis que a veces los policías se equivocan? (Sí, por supuesto, pero sin embargo hemos de cuidarnos bien de no desobedecerles).

4. ¿Pensáis que la policía tiene un trabajo fácil o difícil? (Es un trabajo difícil porque hay mucha gente que no hace caso de la ley).

5. ¿Qué otros trabajos difíciles han de hacer los policías? (Es probable que los niños digan: coger a los crimina-les y cuidar de que los conductores conduzcan correctamente. Tú podrías explicar que multar a los conductores por conducir demasiado rápido, o por conducir si están borrachos, o por aparcar donde no deben, es un trabajo

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difícil para los policías pero es su deber hacerlo para la seguridad de todos los que usan las calles y carreteras).

6. Si Ramón hubiera sido creyente, ¿cómo tendría que haberse comportado? (Debía sentir compasión por el policía herido y no reírse de él. Sería bueno advertir a los chicos de que se alejaran de cualquier manifestación en la cual podría haber violencia).

7. ¿Qué debemos a la policía? (Nuestro respeto y nuestras oraciones).

Lámina 6-5: Tercera historia

Una noche cuatro jóvenes salieron a pasear por las calles de su ciudad. No tenían mucho que hacer y buscaban algo para divertirse. “Ya lo tengo”, dijo Enrique, “vamos a sacar dinero de las cabinas telefónicas”. Y se dirigieron rién-dose hacia una cabina. Enrique sacó un destornillador grande que llevaba en un bolsillo de sus tejanos y comenzó a meterlo en una ranura entre dos paneles de la caja del teléfono. Sacudió y golpeó el aparato hasta que por fin 6 € cayeron

abajo en la pequeña bandeja metálica. “¿No hay más que eso?”, gritó furioso. Y mientras que sus tres amigos observaban, cogió el hilo del teléfono con todas sus fuerzas y lo rompió. Entonces los cuatro dieron patadas a la puerta y los cristales y los rompieron dejando trozos de vidrio tirados por la acera.

“Venga, vamos a otra cabina a ver si podemos sacar un poco más esta vez”, dijo Enrique, el cabecilla de la pan-dilla. Se fueron paseando por la calle y mientras que caminaban, iban rompiendo los pequeños árboles que el ayuntamiento había plantado hacía pocos días.

Ahora, a ver si podemos contestar algunas preguntas sobre esta historia:

1. ¿A qué autoridades desobedecían estos cuatro jóvenes? (A la compañía telefónica que requiere que se pague por el uso de las cabinas. También al ayuntamiento que había plantado los árboles y cuida de que no se destroce la propiedad pública).

2. ¿Por qué es malo hacer eso? (Porque Dios nos dice en Romanos 13 que obedezcamos a las autoridades).

3. Estos jóvenes estaban robando dinero a la compañía telefónica. ¿Podéis pensar en otras autoridades a las cuales se procura engañar o robar a veces? (Las autoridades del transporte público que llevan los trenes, metros y autobuses, a veces los jóvenes no pagan el billete que corresponde).

Lámina 6-6

Somos “deudores” a otros. Debemos a Dios nuestro amor y obediencia; debe-mos respeto y obediencia a las autoridades. Y leemos algo más en el libro de Ro-manos (que alguien lea Romanos 13:8): “No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros”. ¿Entendéis lo que Dios está diciendo aquí? Dice que debemos a todos nuestro amor y amabilidad. ¿Espera Dios que seamos amables y cariño-sos con todos? Sí que lo espera, Él dice que es una deuda que tenemos para con

ellos. Pero no es muy fácil siempre. ¿Verdad? No es difícil amar a los que son amables con nosotros; ¿pero qué de aquellos que no lo son? Dios nos dice que les amemos a ellos también.

A veces no es fácil amar a alguien que acaba de venir a tu clase. No es uno de tus amigos especiales y franca-mente no te da la gana hacer un esfuerzo especial para ser amable con él. No es fácil siempre ser amable con alguien de otro color o de otro país, pero Dios quiere que seas amable. Si eres creyente debes ser una de las primeras personas en dar la bienvenida a un alumno nuevo. Vamos a pensar un poco, ¿Qué podrías hacer para que un chico nuevo se sintiera aceptado en tu clase? (Posibles respuestas: tomar tu merienda con él, jugar jun-tos, invitarle a tu casa, hacer los deberes con él, mostrarle todo el colegio, explicarle las normas y reglas, etc).

A veces es difícil ser amable con alguien que es más inteligente que tú y que saca mejores notas, a lo mejor sientes un poco de envidia y rabia, pero Dios nos dice que debemos a todos nuestra amistad y amor. ¿Cómo podrías llegar a vencer tu envidia? Posibles respuestas: Ora a Dios que te ayude a vencer tu envidia y confiésala al Señor porque es un pecado; pide a Dios por esa persona y busca maneras de ser amable, cuando hace algo

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algo bien, díselo, también podrías pedirle su ayuda en las asignaturas que él domina).

Pide a Dios que te ayude a ser amable con todos. Recuerda que el Espíritu Santo vive en ti para ayudarte a agra-dar a Dios. Y también encontrarás que harás nuevas amistades al obedecer a Dios.

Lámina 6-7

Tal vez tú eres creyente desde hace bastante tiempo, tal vez un año o más. Hay muchas personas observándote con mucho interés para ver como te compor-tas como creyente. Los inconversos están observándote y por supuesto Dios mismo te está mirando siempre con mucho amor. Pero estoy pensando espe-cialmente en otros niños creyentes que no han conocido al Señor tanto tiempo como tú y que tal vez no han recibido tanta enseñanza de la Palabra de Dios en

el Club de Buenas Nuevas o en sus hogares. (Que alguien lea Romanos 14:13). Dios nos dice aquí que decida-mos “no poner tropiezo, u ocasión de caer al hermano”.

¿Entendéis lo que significa? Quiere decir que tengamos mucho cuidado en no hacer tropezar o caer en pecado a otro hermano por nuestra forma de comportamos o de hablar. Pablo dijo a los creyentes en Roma que si co-mían la carne de un animal que había sido sacrificado delante de unos ídolos paganos, podrían hacer que un creyente más joven tropezara o que estuviera confuso. Desde luego la carne era igual que cualquier carne, pero un creyente nuevo al ver a sus hermanos comerla, podría pensar que no había problema en adorar a los ídolos. Por esa razón el creyente más maduro haría bien en no comer esa carne. Por supuesto no tenemos ese problema hoy en día, pero voy a daros otro ejemplo y al fin de la historia habrá unas preguntas.

Juanjo era un creyente muy majo. El Señor Jesucristo le había salvado en el campamento hacía ya tres años, cuando tenía ocho años. Estaba creciendo bien en su vida cristiana, leyendo la Biblia en casa y también estu-diándola en la Escuela Dominical y en el Club de Buenas Nuevas, también progresaba bien en el colegio. Pero cada día después de terminar las clases, iba a un salón recreativo donde había muchos juegos de vídeo.

Jugaba allí una media hora cada día antes de ir a casa y comenzar sus deberes. Un día Lalo vio a Juanjo entrar en el salón para jugar con las máquinas de vídeo. Lalo tenía ocho años y acababa de recibir al Señor Jesucristo como su Salvador hacía dos semanas. No sacaba muy buenas notas en el colegio, pero cuando vio a Juanjo en-trar en el salón de juegos, pensó: “Bueno, si Juanjo que es un creyente tan fuerte puede hacer eso, pues yo tam-bién”. Así que Lalo comenzó a jugar allí cada día, pero no tenía la disciplina para quedar sólo un ratito como lo hacía Juanjo y Lalo se quedaba una hora y media cada día. Por esa razón tuvo problemas con sus padres; tenía que hacer sus deberes con muchas prisas y a menudo los hacía muy mal; como tenía poco tiempo y estaba con mal humor por los problemas en casa, dejó de leer la Biblia y de orar como antes lo hacía.

Bueno, ahora aquí hay unas preguntas:

1. ¿Debe Juanjo seguir jugando en el salón recreativo como le gusta tanto y no le hace ningún mal a él? (Dejar que los niños contesten. Sería bueno que al intentar contestar que alguien leyese Romanos 15:1,2 y 3a: “Los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos. Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación. Porque ni aun Cristo se agradó a si mismo”. ¿No nos ensena esto que Juanjo debe estar dispuesto a sacrificar algo que le gusta por el bien de Lalo?).

2. ¿Le sería difícil a Juanjo dejar de ir a jugar al salón de recreativo? (Sí que sería difícil, pero el Señor le ayu-daría).

3. ¿Cómo se sentiría al dejar de ir al salón recreativo? (Seguramente se sentiría un poco triste, pero a la vez Dios le daría mucha alegría porque podía ayudar a Lalo de esta manera. Dios siempre nos recompensa de alguna manera si hacemos lo que es bueno).

4. ¿Podéis pensar en alguna otra cosa que un creyente más maduro podría estar haciendo que causaría un problema para un creyente más débil o más joven? (Maestro, esta es una pregunta bastante difícil y tal vez no recibas muchas respuestas. Se podría sugerir cosas como mirar demasiado la televisión, en especial algunos programas, pasar mucho tiempo leyendo cómics, etc).

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Lámina 6-8

En el primer capítulo del libro a los Romanos, Pablo escribió estas palabras (que alguien lea Romanos 1:14,15a): “A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor, así que en cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el evangelio”. Al acercarse luego al fin de su carta escribió lo siguiente (que otra persona lea Romanos 15:20): “Me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado”. Pablo dijo que debía el evangelio a los inconversos y estaba

dispuesto a viajar a lugares donde la gente no había oído el nombre de Cristo. Anhelaba que por medio del evangelio se convirtieran y que recibieran la vida eterna. Sabía que era deudor a los inconversos; les debía el evangelio. ¿Y tú y yo? ¿Tenemos el mismo sentir que Pablo? Recuerdas a Sandra que pensaba constantemente: “Debo 1 Euro a Paquita”. ¿Alguna vez has pensado: “Debo el evangelio a mis amigos en el colegio, debo el evan-gelio a los que viven en la misma calle?” Procura invitarles al Club de Buenas Nuevas para que escuchen la voz de Cristo. ¿Alguna vez les das un tratado? ¿Oras por ellos para que lleguen a conocer a Jesús?

Espero que hoy, después de haber pensado en lo que debemos a otros, pensarás mucho en que debes el evan-gelio a los demás amigos que viven cerca de ti y a gente que vive en otros países. Puede ser que un día Dios te llame a ser un misionero como Pablo. Tal vez te muestre que tú debes lleves el evangelio a algún lugar donde Cristo no ha sido nombrado y la gente no tiene la vida eterna. Piensa en eso y pide a Dios que te muestre Su voluntad para tu vida. ¡Qué privilegio sería llevar el evangelio a gente de otros países que no ha sido alcanzada con las buenas nuevas de Cristo!

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VERSÍCULOS USADOS EN LA SEXTA LECCIÓN

Romanos 1:14,15(a): “A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor, así que en cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el evangelio”.

Romanos 13:1,5: “Sométase toda persona a las autoridades superiores, porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia”.

Romanos 13:8: “No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley”.

Romanos 14:7-9: “Porque ninguno de nosotros vive para sí. Pues si vivimos, para el Señor vivimos, y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos o que muramos, del Señor somos. Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven”.

Romanos 14:13: “Así que ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano”.

Romanos 15:1-3(a): “Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos. Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación. Porque ni aún Cristo se agradó a sí mismo”.

Romanos 15:19,20: “Con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén y por los alrededores de Ilírico, todo lo he llenado del evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nom-brado, para no edificar sobre fundamento ajeno”.

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UNA PEQUEÑA OBRAEn el TribunalEsta obra se basa en las ilustraciones de Carlos y Joaquín que se emplean en las tres primeras lecciones sobre Romanos. Hay cinco escenas cortas. Está preparada para nueve actores, pero se puede adaptar, por ejemplo, en lugar de tener dos policías, podría haber uno o tres; podría haber más de un cómplice en el robo; otros niños podrían ser espectadores en el tribunal, o testigos, etc.

A los niños les gusta mucho llevar a cabo obras de teatro y recordarán muy claramente lo que presentan de esta manera . La obra podría ser presentada por ejemplo:

1. En un programa especial al cual se invita a los padres para conocerles mejor y para presentarles el evangelio de una manera interesante. Si su hijo tiene un papel en la obra es mucho más probable que asista un padre o una madre a un programa especial.

2. Como una lección adicional (por ejemplo se podría presentar en la séptima semana). La mejor manera es que los niños aprendan los diálogos y se vistan de una manera apropiada a sus papeles. Desde luego eso requie-re tiempo para aprender y ensayar. También haría falta unas “ayudas” como unas sillas, una mesa, un palo para pegar al Señor Pérez, esposas o cuerda, una bolsa, unas “joyas”, etc.

Si no hay suficiente tiempo para que los niños aprendan sus papeles podrían leer las palabras que les corres-ponden, pero por supuesto esto no es tan interesante ni emocionante para los jóvenes actores.

Cuando se escogen los papeles, sería importante que la chica que representa a Mª Carmen sea creyente para que su testimonio al final sea genuino.

EN EL TRIBUNAL

(ESCENA 1)

(Dos niños sentados; están estudiando).

Joaquín: ¡Vamos a jugar a fútbol, Carlos, estoy harto de tanto estudiar!

Carlos: Lo siento Joaquín, no puedo salir esta tarde. Tengo un examen la semana próxima y tengo que repasar mucho todavía. Pero di a los chavales que pueden contar conmigo para el partido del sábado. ¡No quiero per-der eso!

Joaquín: ¡Tú siempre estás estudiando! ¡Trabajas demasiado! A mí me gusta disfrutar de la vida. ¿Qué importa si no apruebas los exámenes? Hay maneras más fáciles de ganarse la vida que por el trabajo, ¿sabes? La semana pasada cogí un MP4 en la tienda de electrodomésticos, y hoy lo he vendido por 100 €. ¿Te das cuenta?

Carlos: ¡Oh Joaquín! No me digas que has comenzado a robar! Eso está muy mal, es una manera terrible de comenzar tu vida.

Joaquín: ¡No te preocupes por mí! Yo puedo cuidar de mí mismo!

(Los dos chicos salen).

Narrador: Pasaron varios años después de esta conversación. Carlos estudió y trabajó mucho y aprobó sus exámenes en el colegio y en la universidad, llegando a ser un juez famoso. Pero Joaquín continuó en el camino equivocado y trabajó siempre lo mínimo. Fue expulsado del colegio y después, comenzó a integrarse en una pandilla de maleantes. Con ellos se puso a robar y pronto fue conocido por la policía como un joven delin-cuente.

El Libro de Romanos

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ESCENA 2

(Por la noche).

Narrador: Esta escena se desarrolla a medianoche en una calle delante del escaparate de una joyería.

Joaquín: ¡Esta es la tienda! Ahora escucha bien. Yo abriré la puerta con esta llave maestra y luego entramos, abrimos a la fuerza la caja fuerte y ponemos las joyas en estas bolsas de cuero. Y en seguida saldremos corrien-do antes de que nadie se dé cuenta. ¿De acuerdo, Miguel?

Miguel: ¡De acuerdo tío! ¡Al ataque! (Abren la cerradura con la llave maestra).

Joaquín: ¡Vaya! Hay una luz encendida dentro. Parece que ese viejo Pérez está trabajando allí. Le daré un golpe en la cabeza con este palo, mientras que tú te pones a abrir la caja fuerte. ¡Venga! (Salta sobre el joyero y le golpea).

(Se oye fuera el sonido de una sirena de policía).

Miguel: ¡Cuidado! ¡Viene la policía! ¡Larguémonos o nos van a coger! (Sale corriendo).

Joaquín: Por lo menos voy a coger algunas de éstas joyas. (Las coge y se pone a correr).

(Unos policías entran corriendo y persiguen a Joaquín. Después de unos momentos le alcanzan, pero Miguel se escapa).

1º Policía: ¡Ya tenemos a nuestro hombre! ¡Le hemos cogido con las manos en la masa y en el mismo acto de robar esta tienda y de atacar a este pobre anciano!

2º Policía: ¡Pobre Sr. Pérez! Le han dado un buen golpe en la cabeza. (Mira la herida), pero no creo que sea demasiado grave.

(El primer policía pone las esposas en las muñecas de Joaquín y sale con él. El segundo policía ayuda al Sr. Pérez).

ESCENA 3

(El tribunal).

Narrador: Los policías llevaron a Joaquín a la comisaría y después de cierto tiempo fue llamado a comparecer en el tribunal acusado de robar con violencia. (El juez es Carlos, el hermano de Joaquín).

(Carlos, el juez, entra y se sienta. Joaquín entra escoltado por dos policías).

Carlos: (Levanta los ojos y hace un gesto de asombro. Habla en voz muy baja dentro de sí). ¡No es posible! ¡Es Joaquín, mi hermano! Temía que un día terminara como un criminal. ¡Qué terrible!

Joaquín: (Mirando al juez) ¡Vaya, vaya! ¡Qué sorpresa! Es el viejo y feo Carlos. Me pregunto si va a reconocer-me. Tal vez será más blando conmigo si se da cuenta de que soy su hermano. Bueno no lo sé, como es el juez tendrá que actuar como juez. ¡Ya veremos!

Secretario: Me parece que el juez y el acusado son hermanos. ¡Qué situación más interesante! ¿Cómo va a acabar todo esto?

1º Policía: Su Señoría, encontramos a este hombre el once de marzo en la calle Pelayo delante de la joyería del Sr. Pérez. Le hallamos en el mismo acto de entrar en la tienda. Oímos un grito y vimos que este hombre y otro estaban atacando al dueño de la joyería.

2º Policía: Yo también soy testigo de que entró en la tienda y atacó al Sr. Pérez, dándole golpes en la cabeza con un palo. Por desgracia su acompañante se escapó y no pudimos cogerle.

Carlos: Acusado, ¿qué dices en tu propia defensa?

El Libro de Romanos

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Joaquín: Su Señoría, yo no sé nada de todo esto. Habrá sido otro hombre que entró en la tienda. Yo sólo pasaba por allí delante y vi que las puertas estaban abiertas. Entré para ver si alguien estaba cometiendo algún crimen. Estuve a punto de llamar a la policía cuándo de repente se presentaron y me acusaron a mí de haber robado en la tienda. ¡Qué tontería!

2º Policía: Señoría, le cogimos con estas joyas en sus manos (muestran las joyas) y también le vimos golpear al anciano Sr. Pérez.

Carlos: (A sí mismo) No hay ninguna duda en mi mente de que Joaquín es culpable. Pero ¿qué debo hacer? Todavía le quiero mucho aunque haya sido tan malo. Me gustaría poder darle la libertad, pero no puedo hacer-lo porque debo mantener la leyes del estado. Es necesario que él lleve el castigo que le corresponde...mmm...bueno... ya sé lo que he de hacer.

Joaquín: Me pregunto qué me va a pasar. Carlos no es tonto y sabrá muy bien que hice este robo. Seguramente me pondrá una multa de 2.000 € o algo así.

Carlos: Es muy evidente que el hombre que está delante de nosotros es culpable del crimen del cual le acusan los policías. Mi sentencia es que pague una multa de 15.000 € ó que vaya a la cárcel por un mes.

Joaquín: ¡15.000 €! ¡Qué multa tan terrible! ¡No puedo pagarla, de ninguna manera! Tendré que ir a la cárcel.

Carlos: He dado sentencia de que el acusado pague una multa de 15.000 €, pero ahora la voy a pagar yo mismo. Le escribiré un talón por el importe de esa cantidad. (Escribe el talón).

Joaquín: ¡No puedo creerlo! Sí que es un buen hermano para mí. Es el juez y es su deber multarme porque evidentemente soy culpable, pero ahora él ha pagado la multa por mí.

Carlos: ¡Pongan en libertad al acusado!

(Sueltan a Joaquín y él comienza a salir del tribunal).

1º Policía: ¡Oiga! Vd. no puede salir de aquí. ¡No ha pagado la multa!

Joaquín: Usted no puede impedírmelo. Mi hermano, el juez, ha pagado la multa totalmente. No puede obligar-me a pagar la multa otra vez. Soy libre. ¡La multa ha sido pagada!

ESCENA 4

Narrador: Nuestra próxima escena ocurre en la casa de Carlos.

(Joaquín viene por la acera y llama a la puerta).

Carlos: (Abriendo la puerta). Me alegro tanto de que hayas aceptado mi invitación a venir a cenar. Pasa, por favor.

(Joaquín entra y los dos se sientan juntos).

Joaquín: Carlos, estoy tan agradecido por tu bondad para conmigo. Tú sabes muy bien que yo no podría pagar esa multa de 15.000 euros, pero tú la pagaste por mí.

Carlos: Bueno Joaquín, como juez tenía que ponerte una multa por tu mal comportamiento. Y puse una multa muy alta para que todos vieran que no había favoritismos por ser tú mi hermano. Pero como hermano sigo queriéndote mucho y quería mostrarte mi amor, por eso pagué la multa yo mismo.

Joaquín: Me gustaría hacer alguna cosita para mostrarte cuánto aprecio todo tu amor para conmigo. Nunca he estudiado ni trabajado y casi no estoy preparado para hacer nada, pero por lo menos podría venir una vez por semana y lavarte el coche, o algo así. Me gustaría mucho poder hacerlo.

Carlos: Bueno, vamos a cenar y ya veremos...

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ESCENA 5

Narrador: Nuestra próxima escena se desarrolla unos días más tarde en la casa de unos vecinos que habían escuchado comentar lo bueno que Carlos había sido con su hermano.

Cati: ¡Fue maravilloso lo que el juez hizo por ese hermano tan malo! ¿Verdad que sí? A mí me pareció algo muy hermoso Mª Carmen.

Mª Carmen: Desde luego que sí lo fue, Cati. Me hizo recordar lo que escuché el domingo pasado en la iglesia. El pastor hablaba de la justificación.

Cati: ¡Justificación! ¡Qué palabra más larga! ¿Qué significa, Mª Carmen? ¿Y qué tiene que ver eso con la histo-ria del juez y su hermano criminal?

Mª Carmen: Bueno, la Biblia, la Palabra de Dios nos enseña que todos somos un poco parecidos a Joaquín. Cla-ro que no hemos cometido los mismos crímenes que Joaquín, pero sin embargo todos hemos pecado contra Dios. Por ejemplo siendo egoístas, mentirosos, no diciendo siempre la verdad.

Cati: Es cierto, pero por lo menos nadie nos ha llevado a un tribunal y la policía nunca me ha denunciado de ningún crimen delante de un juez.

Mª Carmen: De alguna manera Dios es como un juez. Uno que es completamente bueno y justo, pero a la vez nos ama. Al miramos Dios, el gran Juez de toda la tierra, declara que somos culpables de romper sus leyes y que el castigo por nuestros pecados es la muerte.

Cati: Igual que Carlos, el juez, declaró que Joaquín era culpable, ¿eh que sí? Pero¿hizo Dios lo que hizo Carlos cuándo pagó la multa por ese hombre?

Mª Carmen: Sí, hizo mucho más. Dio a su único Hijo, el Señor Jesucristo para que muriera por nosotros. Él tomó nuestro castigo; por decirlo de alguna forma él pagó la terrible multa de la muerte por nosotros.

Cati: Pero ¿qué me decías de la justificación?

Mª Carmen: Justificación quiere decir que ahora Dios puede declarar que no somos culpables; que Él nos ve como inocentes porque Jesucristo tomó el castigo por nuestros pecados. El pastor el domingo leyó en el libro de Romanos que nosotros somos justificados por Su sangre.

Cati: Empiezo a comprender por qué la historia del juez y de su hermano te recordaba el sermón sobre la jus-tificación.

Mª Carmen: Sí, Cati. Hay otro versículo en Romanos que nos dice que somos justificados por la fe. Eso signifi-ca que si aceptamos a Jesucristo como nuestro Salvador y si confiamos en él, podemos ser liberados y no tener que pagar el castigo de nuestros pecados.

Cati: Realmente es muy hermoso lo que me has explicado.

Mª Carmen: ¡Ya lo creo! Yo acepté a Cristo como mi Salvador hace unos años y ahora sé que no seré castigada por mis pecados, siendo separada de Dios para siempre.

Cati: Supongo que te sientes un poco como se sintió Joaquín cuando Carlos su hermano pagó la multa por él.

Mª Carmen: Así es, Cati. Estoy tan agradecida a Dios por haber entregado a su Hijo por mí y por declarar que ya no soy culpable delante de Él, que ahora quiero hacer todo lo que pueda para agradarle y para mostrarle que le amo.

Cati: Me has hecho reflexionar, Mª Carmen. A mí también me gustaría saber que Dios me considera como no culpable. ¿Podrías hablar un poco más conmigo mañana sobre éste tema? Ahora mismo tengo que correr para hacer las compras.

Mª Carmen: Por supuesto, Cati. Ven a mi casa cuando quieras y podremos charlar un rato. Será un placer para mí explicarte un poco más de la maravillosa salvación de Dios, estaré orando también por ti.