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Los sucesos de Ecuador el año 2005

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IntroduccinEl coronel Lucio Gutirrez Borba asumi la Presidencia de la Repblica el 15 de enero de 2003. Huy del palacio de Carondelet hacia el medioda del 20 de abril de 2005. Durante esos 826 das gener un ambiente de intoxicacin nacional, como resultado de varias aberraciones polticas y ticas: mltiples ofertas incumplidas, que rebasaron incluso los lmites habituales de la demagogia en el tercer mundo; el altsimo grado de nepotismo que imper en su rgimen; la grosera y zafiedad de su comportamiento personal y de sus allegados; un fuerte nivel de regionalismo en su gestin y, segn se ha comentado insistentemente, una gigantesca categora de corrupcin y deshonestidad, que no ha podido an ser refrendada judicialmente por la falta de Corte Suprema de Justicia. En el curso de aquellos 826 das, Ecuador un pas con muy baja calidad de rigor institucional, vivi la peor de todas sus pocas, pues las ya mencionadas arbitrariedades del Ejecutivo se vieron acompaadas por una descarada intervencin oficial en el Legislativo y por una desestabilizacin total del Judicial, que llev a la modificacin burda de la Corte Suprema, el Tribunal Constitucional, el Consejo de la Judicatura, la Fiscala General de la Nacin y otras instancias jurisdiccionales. Las Fuerzas Armadas nacionales, que gozaban de un enorme prestigio, como resultado de las exitosas acciones blicas en la regin del Alto Cenepa, durante la conflagracin con Per, en 1995, no se vieron libres de la intromisin del Ejecutivo, y sus mandos fueron cambiados varias veces y rotas la institucionalidad y la cadena de mando, con el claro propsito de favorecer a unos oficiales adictos al gobierno y perjudicar a otros que no le eran obsecuentes y sumisos. Cuando Alfredo Palacio Gonzlez, hasta entonces vicepresidente, asumi el poder, el pas haba dejado de ser un Estado de Derecho. Por todo lo anterior, el pueblo ecuatoriano y fundamentalmente la ciudadana de Quito sali enardecido a las calles, virtualmente sin conduccin poltica, actuando por s mismo y ante su propia convocatoria, dio al traste con el rgimen de Gutirrez en una serie de jornadas callejeras que enfrentaron a las masas autocalificadas de forajidos con una brutal represin policial, que no logr impedir que, para el 19 de abril, el repudio fuera tan extendido que el rgimen colaps, Gutirrez debi escapar de palacio, se refugi en la Embajada de Brasil y finalmente, en horas de la madrugada, un par de das ms tarde, saliera del pas. Curiosamente, como resultado de los altsimos precios del petrleo en el mercado internacional, la economa se haba mantenido relativamente saludable, y el Producto Interno Bruto de Ecuador haba pasado de 27,201 millones de dlares en 2003 a 30,282 millones en 2004 (un alza del 4.76%), y las cifras iniciales de 2005 apuntaban a un total previsible de 31,722 millones para fines de ao. Correspondientemente, el ingreso medio per cpita haba pasado, en esos mismos aos, de 2,118 dlares a 2,400. Un saludable incremento del 11.3% en slo dos aos. La tradicin latinoamericana indica que, cuando la economa se mantiene en esos rangos, la tensin poltica amaina. Que no ocurriese as en el Ecuador de comienzos del siglo XXI da fe de la gravedad de la conmocin poltica sentida por la poblacin. Pero tampoco las cifras de los sondeos de opinin pblica confiables eran excesivamente malas. A poco de iniciada su gestin (25 de enero de 2003), la bien reputada Informe Confidencial constataba que la poblacin de Quito y Guayaquil valoraba la gestin del presidente como positiva, con mrgenes de +56 en Quito y +30 en Guayaquil.

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Luego de los normales altibajos de una administracin de algo ms de dos aos, para el 16 de abril de 2005, esas mismas valoraciones haban cado a -32 en Quito y -4 en Guayaquil, que deban ser consideradas malas, pero no muy malas en la experiencia poltica de un pas como Ecuador, con muy baja integracin regional y una excesiva pluralidad de partidos y movimientos polticos. Seguramente todos estos datos harn que en el futuro este perodo de la vida republicana sea estudiado con mucho detenimiento, y quiz a ello se deba que, en el curso de poqusimas semanas, apareciera casi una decena de libros que buscaban contestar a estas interrogantes. En el libro que el lector tiene en sus manos se narra del modo ms objetivo y desapasionado posible el curso de este extrao y convulso perodo de la historia de Ecuador. Aspiramos a responder a estas inquietudes.

Unas pocas palabras previasEste volumen estaba prcticamente listo para entregarse a la imprenta cuando lleg la noticia de que aparecera un libro escrito por el coronel Lucio Gutirrez. Esperamos la salida del tomo, en la esperanza de que l aportara nuevos datos nombres, cifras, fechas... para la evaluacin definitiva de su gobierno. No fue as. El Golpe, como se titula el tomo, no es ms que la misma sucesin de apreciaciones subjetivas y denuestos en contra de todos sus opositores e, incluso, de algunos colaboradores, sin aportar nada nuevo para la comprensin del rgimen que instaur el coronel. Por lo visto, el escritor Lucio Gutirrez si es real que l mismo es el autor de esas pginas ha tenido varias lecturas desde el 20 de abril (l mismo asegura haber ledo a Bolvar, Napolen, sobre Manuela Senz...), y ellas han condicionado su estilo narrativo, si as puede llamrselo. Es significativo que, entre todos los epgrafes y citas que utiliza, se incluyan personajes tan lgubres como el Dr. Josef Goebbels, el infame ministro de Comunicacin y Propaganda del dictador Adolf Hitler, y que el tono general haga pensar en el perodo del primer exilio de Napolen Bonaparte (su destierro a la isla de Elba), del que retorn a Francia para reasumir el poder y reiniciar las guerras continentales. Piensa realmente el coronel que tendr alguna posibilidad de retorno? Puede creer sinceramente que el pueblo ecuatoriano volvera a cometer el fatdico error en que incurri al elegirlo el 2002? O se prepara para asaltar ese poder por vas inconstitucionales y mediante el ejercicio de la fuerza y la sorpresa? Cree el coronel que consigui desarticular de tal modo la moral de las FF. AA. que lo respaldaran en un acto semejante? Es que no conoce o nunca comprendi la verticalidad de pensamiento y accin del soldado ecuatoriano, dejando de lado a aquellos pocos elementos que l consigui corromper? Algunas acciones polticas posteriores, que slo pueden calificarse de sediciosas, parecen indicar que subsisten beneficiarios del rgimen de Gutirrez que no quieren rendirse a la evidencia de que el 20 de abril el pueblo ecuatoriano dijo Basta! al sistema de corrupcin, compadrazgo y arbitrariedades que el coronel instaur en el pas, casi desde el mismo 15 de enero de 2003, cuando se posesion como presidente de la Repblica.

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Pero no deben olvidar ni aquellos beneficiarios ni el propio Gutirrez que al pueblo de Ecuador le sobran fuerzas y carcter para impedir que se repita la vergenza que nos impuso durante aquellos fatdicos 826 das.

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En tu historia muy noble y leal...Mircoles, 16 de febrero de 2005. 1:00 p. m. Quito. Si usted todava cree en la poltica tradicional, la manifestacin de Quito, convocada para hoy por el alcalde de la ciudad y el prefecto de la provincia (ambos de la Izquierda Democrtica), ser una demostracin del pueblo; pero, tambin, una extraa suerte de medicin a distancia de los potenciales respectivos de socialcristianos y socialdemcratas. Recordemos que los porcentajes correspondientes de Nebot (PSC-Guayaquil) y Paco Moncayo (ID-Quito) fueron muy aproximados (Nebot: 57.6% vs. Moncayo: 55.05%), y la escasa diferencia qued equilibrada al ver las cifras de los prefectos, pues Nicols Lapentti (PSC-Guayas) y Ramiro Gonzlez (ID-Pichincha) obtuvieron, en su orden, 40.51% y 47.52%. sta es una contabilidad que probablemente slo harn las dirigencias de ambos partidos; pero de alguna oculta manera tambin va a medirse la capacidad de convocatoria callejera de partidos y lderes al contrastar las Marchas de Guayaquil y Quito. El diario quiteo La Hora cubri el evento del modo siguiente: Lluvia no impidi concentracin

Marchas desbordaron las plazas quiteasLa marcha liderada por el alcalde Paco Moncayo super las expectativas. Miles de personas, sin importarles los chubascos que cayeron en la ciudad, acudieron al llamado de la autoridad municipal para pedirle al presidente Gutirrez que gobierne el pas con responsabilidad. Despus de corear las notas del Himno Nacional del Ecuador la gente, que desde las primeras horas de la maana lleg a la Plaza Simn Bolvar en el sector de San Blas, inici la caminata con direccin a la Plaza de San Francisco. Banderas con los colores del pas (amarillo, azul y rojo), pantomimas, carteles y una proclama a viva voz fueron los recursos que utiliz la gente quitea para pedirle al presidente Gutirrez que gobierne respetando la constitucin. Moncayo manifest que la marcha no era para sacar al presidente Gutirrez del poder. Sin embargo, la gente le pidi a gritos que entregue su mandato. Fuera Lucio, fuera, manifestaron en todo el recorrido. Cambio de ruta La seguridad policial oblig a la marcha a cambiar de ruta y, en vez de seguir por la calle Guayaquil como se tena previsto, se vieron obligados a caminar por la calle Montfar. Entre los participantes de la marcha estuvo el ex-alcalde de Quito Jaime del Castillo quien tambin hizo un llamado al presidente para que cambie de actitud. El ex-burgomaestre justific su presencia como un llamado que le habra hecho la ciudad. Al alcalde Paco Moncayo le acompaaron los ex-presidentes Rodrigo Borja y Sixto Durn-Balln, los concejales y varios diputados de la Izquierda Democrtica.

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En la Plaza de San Francisco el alcalde Paco Moncayo manifest que, si el Presidente y los diputados del Congreso Nacional no hacen caso al pedido de la ciudad, la lucha continuar. Para el personero municipal, la ciudad le est pidiendo a las autoridades una salida constitucional y que si no se cumple les exigir la revocatoria del mandato. Jvenes con creatividad Representantes de los movimientos sociales simbolizaron su reclamo con varias prendas de vestir. Los trapos sucios como se denominaron pidieron a las autoridades de gobierno, un Estado social de derecho. Para Luis Corral, del grupo Ruptura de los 25, la marcha es el primer paso para lograr que la gente se involucre en la poltica, para que exija veeduras y la rendicin de cuentas a su mandatarios. Cuatro jvenes con disfraces simbolizaron a los que ellos consideran los responsables del malestar que se vive en el pas: Len Febres-Cordero, Abdal Bucaram, Lucio Gutirrez y lvaro Noboa.

La contramarcha de QuitoIgual que haba ocurrido en Guayaquil, tambin en la capital el gobierno intent contraponer a la manifestacin opositora una propia, para la cual trajo hasta la ciudad varias decenas de autobuses de distintas provincias del pas, que deban agruparse en la Plaza de la Independencia, junto al palacio presidencial. Y, pese a ello, tambin en Quito la desproporcin fue enorme, con un amplsimo margen de beneficio para la oposicin. Intentando aumentar la convocatoria, el gobierno mont una tarima para nmeros artsticos junto al palacio de Carondelet, y all volvi a sentirse la identidad esttica con el bucaramismo, pues aquellos nmeros artsticos consistieron en grupos de bailarinas muy ligeras de ropa danzando ritmos tropicales que el propio coronel no tuvo empacho en acompaar, con palmas y bailoteos, desde uno de los balcones de la sede del poder.

La historia en las paredesAl pasar por el centro de la capital, los manifestantes cruzaron junto a una placa de bronce que recuerda otro momento histrico reciente:

Al pueblo ecuatorianoEn gesto heroico y acto de civismo sin precedentes, el cinco de febrero de 1997 el pueblo ecuatoriano, en unidad patritica, desterr la soberbia, el despotismo, la corrupcin y la incapacidad de un gobierno que accedi al poder engaando y no cumpliendo con sus promesas. Gobernantes, tened presente que los ecuatorianos estamos vigilantes, somos jueces y sabemos castigar

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5 de marzo de 1997. Es igual 2005 que 1997? Es lo mismo Lucio que Bucaram? Es evidente que muchas cosas se parecen entre una situacin y otra... Aqu est el pueblo. Y aqu est la rabia. Y, no obstante, algo falta... O algo sobra. Ya lo dir el tiempo.

Un nuevo Quito?Mircoles, 16 de febrero de 2005. 3:00 p. m. Quito. Todava hay gente que est saliendo de la Plaza de San Francisco. Caminan por las calles con el ritmo y el espritu que es fama que orden el coronel Jos Mara Crdoba el 24 de mayo de 1822: con paso de vencedores. Pero subsiste una duda: Hemos vencido? Si comparamos nuestra manifestacin de pre-forajidos con la organizada por el gobierno, es evidente que fuimos muchsimos ms que ellos y que, como se grit desde el principio esto no es pagado; es pueblo organizado. Y, pese a todo, queda una duda, luego del anticlimtico discurso de Paco Moncayo, que a mucha de la gente que vino a su convocatoria pareci timorato y dubitativo. La direccin del movimiento, su liderazgo que nadie puede disputarle al hroe del Cenepa est siendo rebasado por las exigencias y el mpetu de sus propios soldados. Es claro, ya desde ahora mismo, que el pueblo quiere ms energa de la que nota en sus dirigentes. Espera ms. Anhela ms. Todava la relativa frustracin que la masa siente no se ha tornado reclamo; pero es obvio que hay una profunda insatisfaccin. La gente que llen la plaza gritaba Lucio, fuera! y los discursos desde la tribuna seguan hablando de reformas; de argucias y artimaas legales y leguleyas. La masa quiere falta poco para que exija que el coronel-presidente se vaya, pero los discursos siguen pidiendo tmidamente cambios y rectificaciones. Subsiste el temor de que la decepcin que la gente siente ante este parto de los montes pueda concluir en la prdida de la capacidad de conduccin de los caudillos y, para cualquiera que haya sido educado en la escuela de las maniobras polticas y las concertaciones a medianoche, no se alcanza a vislumbrar ninguna alternativa. Una reflexin se impone: Si los dirigentes pierden su capacidad de conduccin, la masa ir perdiendo paulatinamente su mpetu, y este avance puede convertirse en otra sorpresiva victoria de Gutirrez, como las que consigue mediante el habitual ardid de comprar o alquilar diputados. O podr surgir algo nuevo? Algo como una rebelin popular sin conductores polticos tradicionales; sin libretos preconcebidos; sin... Sin poltica. Ser posible un movimiento poltico sin polticos?

El nombre

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Jueves, 14 de abril de 2005. Quito. Desde hace varias semanas, Lucio Gutirrez, el coronel-presidente, organiza todos los jueves una tribuna poltica en la Radio Nacional del Estado. Anoche, en las calles de Quito, y ms precisamente sobre la avenida de los Shyris, se realiz la primera de las manifestaciones masivas de la ciudadana, sin conduccin de lderes polticos y por autoconvocatoria a travs de las ondas de la radiodifusora La Luna, bien conocida por sus posturas irreverentes y su tono juvenil. Paco Velasco, director de la emisora, ha abierto los micrfonos a la gente que llega hasta el local o se comunica telefnicamente, y uno de ellos sugiere poner nombre a cada una de las concentraciones, para darles un carcter diferenciado. Velasco acepta. La de anoche, mircoles 13, fue bautizada como el cacerolazo, porque La Luna invit a que la gente saliera a las calles con ollas vacas que deberan golpear como seal de protesta. Fueron miles. Quiz el propio Velasco vio superadas sus expectativas; pero, como quiera que haya sido, el fervor y el escndalo festivo de la concentracin han sealado un punto de viraje en la participacin poltica ciudadana. Ninguna insignia de partido. Ninguna foto de candidato. Slo la bandera de la patria. Muchos refrendan aquel sentido vistiendo la camiseta de la seleccin nacional de ftbol: el nico uniforme que en estos momentos de tribulacin parece representarnos a todos. Sobre el filo de la medianoche, los jvenes llegaron hasta el barrio de clase mediaalta donde tiene su residencia el coronel y armaron alboroto en las aceras. Nadie atac fsicamente la residencia, en la que no pernocta el propio coronel, quien habita en el Palacio de Carondelet, y no se blandieron armas de fuego en ningn momento; pero ahora, frente a los micrfonos de Radio Nacional, Lucio Gutirrez se presenta como vctima de unos facinerosos que habran tenido intenciones criminales. La palabra exacta que emplea el dictcrata como l mismo se ha calificado es: forajidos. Poco imagina Gutirrez que l mismo ha concebido el nombre que sus opositores recogern con una mezcla de alegra y desprecio. A partir de este momento, Paco Velasco pedir que los miles de personas que espontneamente llaman a La Luna se declaren forajidos y que den su nombre y nmero de cdula de ciudadana para identificarse. Forajido pasa a ser la palabra con la que se reconocen en la calle los ciudadanos que han decidido tomar su destino en sus manos, sin conduccin de lderes tradicionales y sin direccin de partidos polticos. Es la palabra de paso, la contrasea o, como probablemente preferiran estos jvenes acostumbrados a las computadoras e internet, el password para identificarse. Es una especie de broma y desafo. Si se quiere, una arrogancia de provocacin y reto al poder. Lo que probablemente ignoran, tanto el gobernante como la mayor parte de sus opositores, es que la palabreja tiene una precisin lexicolgica que no puede ser ms exacta. Efectivamente, el sacrosanto Diccionario de la Real Academia Espaola define forajido como contraccin de salido afuera (fuera exido es la etimologa de la que proviene) y da como primera acepcin aquella del sentido en que la emple el coronel: Aplcase a la persona facinerosa que anda fuera de poblado, huyendo de la justicia. Pero hay tambin una segunda acepcin acadmica que define el espritu de esta gente que ya est llenando las calles para la nueva manifestacin que esta vez se ha llamado el reventn.

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Forajido(a). 2. [adj.]desus. El que vive desterrado o extraado de su patria o casa. Es, pues, el nombre propio de los excluidos, de aquellos que no fueron tomados en cuenta, de los dejados de lado, los proscritos, los considerados parias, los repudiados. En una palabra, en la actual injusticia social del pas, de los ciudadanos comunes y corrientes: del hombre de la calle. Aquellos que, marginados del poder, nos hemos visto desterrados o extraados de nuestra propia patria o casa. Y que ahora hemos decidido tomar el control de nuestra morada, de nuestras calles, de nuestras ciudades... De nuestras vidas.

El comienzo del fin?Martes, 31 de agosto de 2004. Al medioda, el presidente de Ecuador, coronel Lucio Gutirrez Borba, viaja a Panam, con el propsito oficial de asistir a la transmisin del mando en ese pas, donde asumir el poder Martn Torrijos Espino, en reemplazo de la presidenta Mireya Moscoso. Sin embargo, la prensa ecuatoriana especula que la misin secreta de Gutirrez sera encontrarse con el ex-presidente Abdal Bucaram, depuesto en febrero de 1997, quien desde entonces vive autoexiliado en Panam, pas al que llama insistentemente su segunda patria. Durante el ltimo tiempo, Gutirrez y su partido, Sociedad Patritica, mantienen una alianza parlamentaria con el Partido Roldosista Ecuatoriano, dirigido por Bucaram, que tiene 14 diputados (de un total de 100) en el Congreso ecuatoriano. Abdal Bucaram no es tcnicamente un asilado poltico, sino un prfugo de la justicia, pues abandon Ecuador para eludir la prisin preventiva ordenada por los jueces por delitos de malos manejos econmicos durante su breve presidencia, de apenas 180 das, entre el 10 de agosto de 1996 y el 6 de febrero de 1997. Es evidente que, por razones tanto judiciales cuanto protocolarias, Lucio Gutirrez, quien fuera en un tiempo edecn militar del propio Bucaram, no podra entrevistarse con l; pero varios portavoces de la oposicin, notoriamente Antonio Posso del partido Pachaktik, develaron que el verdadero motivo del viaje presidencial era el encuentro y la negociacin con Bucaram. La Secretaria Nacional de Comunicacin de Gutirrez, la muy guapa Yolanda Torres, se apresura a desmentir dicho propsito; pero la credibilidad del rgimen y de sus portavoces es tan baja que todo el mundo toma aquella negativa ms bien como reafirmacin de veracidad. Y efectivamente as ocurre. Gutirrez y Bucaram se encuentran a la madrugada del mircoles 1 de septiembre. Una cmara de un canal de televisin alcanza a filmar al presidente cuando sala de su hotel hacia el encuentro con Bucaram, y la realidad ya no puede ocultarse por ms tiempo. Adems, el propio Abdal declar a la agencia AFP que el encuentro efectivamente se realiz y que fue muy importante. Dijo telefnicamente a los periodistas franceses que, tan pronto retornara a Ecuador, Gutirrez dara las instrucciones para que se garantice su retorno.

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Segn Bucaram, el presidente ecuatoriano se comprometi a designar una comisin integrada por constitucionalistas para determinar la validez de un Recurso de Amparo que Abdal ya haba conseguido de una jueza esmeraldea de primera instancia, anulando todas las rdenes de arresto y los juicios pendientes contra el ex-mandatario.

El edecnVolvamos a la Real Academia. Bajo edecn, el diccionario registra Auxiliar, acompaante, correveidile y, bajo aquel correveidile, sta esclarecedora acepcin: correveidile. De la frase corre, ve y dile. 1. com. fig. y fam. Persona que lleva y trae cuentos y chismes. Nada ms preciso para definir la relacin entre ambos: Lucio Gutirrez era la persona que llevaba y traa cuentos y chismes para uso (y abuso) de Abdal Bucaram Ortiz. Pero eso fue hasta febrero de 1997. Luego, Abdal tuvo que huir a su segunda patria y Lucio se mantuvo en su papel de edecn (esta vez para Fabin Alarcn). Ahora, en agosto de 2004, la cumbre populista de Panam es el comienzo del fin para Gutirrez. Incapaz de medir la voluntad del pueblo ni de sentir aquellas encuestas de carne y hueso de las que se proclamaba especialista, el coronel parece haber ignorado la cantidad de rencor, desprecio y rabia que el pueblo del pas y muy especialmente de Quito siente por el ex-presidente Bucaram. Es el mismo sentimiento que prima en las Fuerzas Armadas, pues Bucaram dijo de ellas que slo sirven para los desfiles y que consumen y derrochan la mejor parte del presupuesto del Estado. Ver juntos a Bucaram y Gutirrez contribuye a destruir lo poco que resta de la imagen del coronel, pues muchos de los rasgos ms odiados de Abdal el nepotismo de su gobierno, la zafiedad de sus maneras y la verborrea mendaz de muchas de sus intervenciones son tambin cualidades que el imaginario popular atribuye al coronel. Montalvo los encontrara despectivamente graciosos.

La voz del MaestroHacia 1882, don Juan Montalvo, exiliado en Panam, realiz la que muchos consideran la mayor de sus obras: Las Catilinarias, que lanz contra el general Ignacio de Veintemilla (a quien prefera llamar Ignacio de la Cuchillao Ignacio de la Pandilla) y que titul como recuerdo y homenaje de los clebres discursos que Marco Tulio Cicern pronunci en el Senado romano contra Catilina, un sedicioso candidato a Cnsul, all por el ao 63 Antes de Cristo. Aquellas Catilinarias originales cimentaron la gloria de Cicern y siempre se han usado como advertencia del poder de la palabra sobre la fuerza bruta de la espada y el terror. se fue el sentido en que las us el gran Montalvo, y tal es el uso que les damos aqu, donde habremos de citarlas repetidas veces.

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Un crtico ingls, encareciendo el ingenio de Cervantes, dice que con un loco y un tonto ha llenado el mundo de su fama. No deben de ser lo mismo un tonto y un loco, pues con stos no llenar yo con mi nombre ni los trminos de mi parroquia: si el presidente ms tonto, si el ministro ms loco, no me es dable decir: afirmo slo que uno y otro son graciosos, el uno con sus amores, el otro con sus proyectos. Juan Montalvo Dcima Catilinaria

Y otra del mismo Montalvo...No le hubiera convenido ms a ese hombre de talento ser tonto con menos desventajas y agravios de la madre naturaleza? El talento slo para maldades le ha servido, slo para ruines cosas; para engatusar los que le han credo; para hacer traicin los que han puesto en l su confianza; para granjear nombrada de farandulero hbil, de tramposo diplomtico. En bien de sus semejantes, de su Patria, nada; por la justicia, la equidad, nada; para el progreso, la civilizacin, nada; todo para l, para sus apetitos, sus incontinencias, sus gulas y sus vanidades. La flor de la inteligencia ha cado; los trapos asquerosos, la boiga, los huesos, all estn en ese campo de ruinas, en esa alma que es anfiteatro abandonado donde pecados y crmenes tienen sus bacanales con las culebras y las lagartijas de esos matorrales. Juan Montalvo Cuarta Catilinaria Pero toda esta agitacin comenz mucho antes. Antes de la eleccin de Lucio Gutirrez como presidente. Antes, incluso, del 21 de enero. Esto comenz con Mahuad...

Una hecatombe llamada MahuadDomingo, 31 de mayo de 1998. Como se esperaba, a la segunda vuelta electoral pasan los dos candidatos ms opcionados en todos los sondeos: el ex-alcalde de Quito Jamil Mahuad Witt, quien obtiene 1342,114 votos (34.92%) y el multimillonario lvaro Noboa Pontn, con 1022,667 sufragios (26.61%). Cuando se efecta la segunda vuelta, el 12 de julio de 1998, mientras se realiza la final del campeonato mundial de ftbol en Francia, el pas escucha con asombro que la ventaja de Mahuad, que pareca muchsimo mayor, se ha reducido a menos de tres puntos, pues l logra 2242,836 votos (51.17%) frente a un inesperado caudal de 2140,628 (48.83%) de Alvarito como llama todo el mundo a su opositor. Muy rpidamente el gobierno de Mahuad se viene guarda abajo, pues luego de un esperanzador y potico inicio con discurso sobre las armonas y los tiempos (un tiempo para sembrar y otro para cosechar, etc.), se evidencia que su gestin est hipotecada a los cotizantes de su campaa, entre quienes resalta el banquero Fernando Aspiazu Seminario, quien le habra aportado la inslita cifra de ms de tres millones de dlares.

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Mahuad result un buen pagador. Su gobierno estuvo al servicio de los intereses del sector financiero y bancario, que haba llegado a unos niveles muy poco saludables de concentracin de capitales. El margen financiero bruto (diferencia entre las tasas activas y pasivas de los bancos) lleg hasta un descomunal 18.6% entre abril y mayo de 1999. Si bien el salario nominal subi de 850,000 sucres mensuales (julio 98) a 1205,000 (julio 99), estas aparentes mejoras para los empleados (41.8%) se vieron anuladas por la inflacin anual, que pas de un ya alto 34.2% cuando asumi el gobierno hasta el paralizante 56.1% que alcanz en abril del 99. Todo subi de precio. En diciembre de 1998 el kilo de carne costaba 23,000 sucres. Un ao ms tarde haba que pagar 39,000 por la misma cantidad. La lata de atn brinc de 3,850 sucres a 10,000 en el mismo perodo (259.74%); el azcar se elev de 3,425 sucres por kilo (dcbre. 98) a 7,200 (dcbre. 99) y las papas, alimento bsico, sobre todo en la Sierra, se elevaron en el mismo lapso de 1,200 sucres a 6,400. En total, la canasta familiar, calculada por la Universidad de Guayaquil, pas de 2512,250 sucres a 3990,099 (158.83%) en un ao. Por todo ello, el salario (medido en dlares) cay de 140.17 mensuales a tan slo 61.28 dlares, descendiendo 43.72% en su valor real. Frente a una inflacin como la indicada, el proceso de dolarizacin creciente de las transacciones fue en continuo ascenso, y consecuentemente el tipo de cambio se dispar hasta salirse de todo control. En julio del 98 usted pagaba 5,361 sucres por un dlar. En enero 99 estaba en 7,218 sucres. En marzo, 10,067. El 15 de octubre lleg a 15,894 sucres. All se perdi todo intento de contencin. Las alzas del dlar fueron diarias. En ocasiones se tena una cotizacin a la maana y otra a la tarde. El 30 de noviembre, el precio promedio de venta fue de 16,978 sucres por dlar. El 15 de diciembre lleg a 17,669. Luego de las navidades ms tristes que se pudieran recordar, para el 30 de diciembre el dlar subi a 20,243 sucres, y 11 das ms tarde, el 1 de enero de 2000 (mientras el resto del mundo saludaba equivocadamente el inicio del nuevo milenio), el dlar estaba ya en 21,600 sucres. Ocho das ms tarde se fij el tipo de cambio en 25,000 sucres. En un ao haba subido 365.87% (casi exactamente 1% diario) y desde que asumi Mahuad el ndice era de 455.78%. Cuando la empresa Cedatos pregunta si la ciudadana le cree al presidente Mahuad, la respuesta es contundente. No: 66% S: 12%. Jamil Mahuad no poda seguir gobernando.

Para no olvidarA continuacin una cronologa resumida de los sucesos de enero de 2000. ENERO 2000 2.- Las organizaciones indgenas convocan reuniones nacionales en todo el pas. Llaman a paro el Frente Popular, el Frente Patritico y los trabajadores del IESS. 4.- El dlar llega a 25,000 sucres. Declaracin del directorio del Banco Central en el sentido de que no har nada. Precio de la carne: 15,000 sucres por libra. 4.- Antonio Vargas anuncia levantamientos indgenas para el 15 de enero. Cerco militar en la poblacin de Baos es total. 5.- El pueblo de Baos se precipita sobre la ciudad. Un muerto y siete heridos. Comanda las tropas el general Carlos Moncayo Gallegos.

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5.- Juan Jos Pons insina un co-gobierno con el PRE. Segunda reunin del Consejo de Generales y Almirantes en menos de un mes. 6.- Dlar a 28,000 sucres. Banco Central anuncia que la devaluacin en 4 das ha sido de 28.5%. 6.- Gobierno dicta decreto de emergencia nacional. Movilizaciones en todo el pas. Los partidos polticos se acusan mutuamente. Pedro Pinto sugiere la renuncia del presidente. 6.- Segn se conoce ms tarde, el ex-presidente Osvaldo Hurtado se dirige al presidente Mahuad y le plantea que debe considerar su renuncia. Mahuad ni siquiera abre su carta. 7.- En total, como resultado de las protestas pblicas, se cuentan 120 heridos y 71 detenidos. La CONAIE llama a ampliar la base social de las protestas. 8.- Rumores de un posible autogolpe. El alto mando se rene con el presidente. Comunicado de las FF. AA. llamando a respetar el orden jurdico y constitucional del pas. 9.- El presidente, en cadena nacional de radio y TV, anuncia la dolarizacin y recongelamiento de los depsitos bancarios. Anuncia un tipo de cambio fijo a 25,000 sucres por dlar. Har cambios en el gabinete; He pisado el acelerador, afirma. 10.- Renuncia el presidente del Directorio del BCE, Pablo Btter. El Directorio aprueba la dolarizacin. Paro general de buses en Guayas. 10.- Fiscal del Guayas reactiva el caso Aspiazu, que ha pasado a su competencia. 11.- Mocin de censura a Btter en el Congreso. No hay mayora. Se instala el llamado Parlamento Popular en Quito. La CONAIE anuncia que est lista para el levantamiento del da 15: plantean el cese de los tres poderes y expresan rechazo al proceso de dolarizacin. Mahuad ordena la publicacin en el Registro Oficial del nuevo Cdigo Penal. Los transportistas llegan a un acuerdo sobre sus deudas; anuncian que no se sumarn al paro. 12.- Comienza el avance indgena hacia Quito. Se acepta la renuncia del Ministro de Defensa, general Jos Gallardo. Galo Pico Mantilla es designado Presidente de la Corte Suprema de Justicia. 13.- Oficialmente, la canasta familiar cuesta 159.6 dlares por mes. Joyce de Ginatta reemplaza su crespn negro por la bandera nacional. No se perfecciona la renovacin del gabinete. El presidente anuncia que maana dar los nombres de los nuevos ministros. El general Carlos Mendoza ocupa el Ministerio de Defensa en calidad de encargado. Se inician las protestas contra el recongelamiento de los depsitos bancarios. Paros preventivos en las refineras de petrleo. Especulacin de precios. Varios alcaldes reclaman fondos, amenazando con sumarse al paro nacional. 14.- Remitido de prensa de las FF. AA. y la Polica Nacional: llaman a la calma y a la protesta no violenta. Se niega el traslado de Fernando Aspiazu a Guayaquil. Superintendente de Bancos multa a lvaro Guerrero con 200 millones de sucres por excesos de crditos en el Banco La Previsora. 17.- No hay clases en los colegios fiscales. Comienzan a llegar grupos indgenas a Quito. En Guayaquil, los manifestantes se acercan a recintos militares. Proclaman: ustedes tambin son explotados. Vengan a pedir un cambio. Estallan dos bombas (Guayaquil y Cuenca) en locales de la Democracia Popular. El austro est virtualmente paralizado. El autoexiliado ex-gerente de la campaa de Mahuad, Ramn Yulee, afirma: Vuelvo pronto. Desde Panam, Abdal Bucaram dice: Voy a volver. Paros y protestas de los comerciantes minoristas en Guayaquil y Quito. 18.- Se anuncia que la denominada Ley Trolebs est lista. Mahuad no viaja a El Oro, lo reemplaza el Canciller. Se calculan entre cinco y diez mil indgenas en Quito. La CONAIE pide la renuncia de seis diputados de Pachaktik (su bloque parlamentario). Las carreteras estn bloqueadas.

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19.- Los indgenas se renen con el Comando Conjunto. Desabastecimiento de productos de primera necesidad en los centros urbanos. Marcha de 30,000 personas en Cuenca. La CONAIE afirma que no ceder. 20.- A las bvedas del Banco Central llegan cien millones de dlares en billetes. Mensaje de las FF. AA. pidiendo conservar el orden constitucional (no mencionan al presidente). Los indgenas rodean los palacios legislativo y judicial. Son rechazados. A la noche hay un eclipse lunar. 21.- 9:45 a. m. Los indgenas, acompaados por grupos de militares, rompen el cerco tendido para contenerlos. Penetran en el Palacio Legislativo.

El 21 de eneroEl coronel Lucio Gutirrez ha tratado de presentar su imagen como aquella del hroe del 21 de enero. De hecho, cuando forma su partido poltico, utiliza la fecha desde el mismo nombre de la agrupacin: Sociedad Patritica 21 de Enero. Es por lo menos dudoso que esta imagen de adalid y planificador del movimiento responda a la realidad. Un par de semanas despus del 21 de enero, el diario capitalino El Comercio public una serie de reportajes que evidenciaban que, al menos, haba tres versiones de los hechos: la del gobierno, la de los indgenas y la de los mandos militares. Reproducimos a continuacin uno de aquellos artculos periodsticos... Del diario El Comercio... La maana del 20 de enero el ministro de Gobierno, Vladimiro lvarez, sinti que el mundo se les vena encima. De pronto percibi que en la relacin entre los indgenas y los militares haba algo ms que inquietante. Para entonces, el funcionario contaba con un informe secreto, de ltima hora, de la Polica sobre la movilizacin de la CONAIE. El Ministro confirm detalles hasta llenarse de razones y a las 13:30 irrumpi en una reunin del presidente Mahuad que, encerrado en el Saln de Gabinete con sus asesores nacionales y extranjeros, analizaba detalles de la dolarizacin. lvarez se acerc y le dijo: Presidente, disculpe que lo interrumpa, esto es algo importante y usted tiene que saber lo que est pasando. Al Mandatario, el anuncio lo tom por sorpresa y le pidi convocar de inmediato a una reunin. Mahuad ya era un hombre inquieto. El 12 de enero haba ordenado acciones de seguridad e incluso al medioda del 14 sesion con el Consejo de Seguridad Nacional en el edificio del Ministerio de Defensa. Su sorpresa fue, sin embargo, mayscula a las 17:00, cuando escuch el informe del mando policial. Los generales, convocados a un saln contiguo al despacho presidencial, explicaron la situacin sobre el pizarrn del Titanic. En la escena, que dibuj uno de los jefes de Inteligencia de la Polica, visualiz la ubicacin del Congreso Nacional, la Contralora y la Corte Suprema de Justicia. Los tres edificios se encontraban rodeados por un cerco militar y otro policial. Pero tambin haba otros dos cordones indgenas alrededor de las fuerzas pblicas.

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Miles de manifestantes, armados de palos y unos cuantos machetes, rodeaban las calles aledaas. Su actitud era desafiante y belicosa contra transentes mestizos que, por equivocacin, traspasaron el primer cordn. La consigna que los indgenas se haban dado era: Carajo, nadie entra, nadie sale!. Jamil Mahuad escuch con una impaciencia que iba creciendo sentado a la cabecera de la mesa en forma de U. De golpe, pidi el telfono y, en tono molesto, orden a uno de sus edecanes que llamara al Ministro de Defensa encargado, general Carlos Mendoza, y al general Telmo Sandoval: quera de inmediato clarificaciones de lo que acababa de ver. Lo que los indgenas hacan en las calles no era espontneo: estaba inspirado en una clara estrategia militar. Mendoza y Sandoval llegaron al saln y recibieron de tajo la descarga del Presidente. Su reclamo apunt a exigirle al primero una explicacin: por qu un da antes le haba asegurado que la situacin estaba controlada y ahora el cerco de los indgenas revelaba que poco se haba hecho para evitarlo? Dnde est pregunt furioso la estrategia militar? Mendoza consider intolerable el reclamo y el tono y respondi que al Presidente le estaban metiendo ideas en la cabeza por puro protagonismo institucional del ministro lvarez y otros asesores. Adems cuestion el papel de la Polica y le dijo a su comandante, el general Jorge Villarroel, que si tena esa informacin deba compartirla primero con las Fuerzas Armadas, que estaban al mando de la seguridad. Villarroel le sali al paso y le dijo que era obligacin suya mantener informado al Ministro de Gobierno. Mahuad no solt la presa: cmo es posible que no hubieran previsto el sitio a los edificios pblicos? Si los indgenas dan dos pasos le respondi Mendoza nosotros daremos tres pasos estratgicos. El Presidente mantuvo su elevado tono de voz: Qu hemos ganado de que usted converse con los indgenas? Mendoza le record un escenario que, preocupado, le haba expuesto 13 das antes. Lo que hemos ganado es que sabemos cul es el pensamiento de los indgenas. El ambiente de tensin estaba como para cortar con bistur. El Ministro de Gobierno sac un as de la manga e invit a la reunin a Diego Iturralde, asesor del Presidente en el tema indgena. Tenemos que escuchar lo que l tiene que decir, dijo lvarez, sealndolo. Cincuentn, lentes de intelectual, una barba entrecana y mediana estatura, Iturralde narr cmo la noche anterior, en el gora de la Casa de la Cultura, Antonio Vargas confes a sus bases que podan seguir adelante porque contaban con el respaldo de los militares. Al lado derecho de Iturralde estaba sentado Mendoza quien, a medida que avanzaba el relato, no ocultaba su malestar. Iturralde aludi entonces a otra cita en la vspera, el 19 de enero, que traa cola. Ese da, a las 13:30, tras una reunin con el Alto Mando militar y policial, el Presidente accedi a un pedido de la CONAIE para dialogar con las Fuerzas Armadas. Mahuad puso condiciones: que la reunin se realice en el Ministerio de Agricultura y no en el de Defensa y que adems de los jefes militares, participen por el Gobierno el ministro de Trabajo, ngel Polibio Chaves, y su asesor en asuntos indgenas. No deban participar representantes de otros gremios o grupos sociales. El Presidente explic que as evitara que las FF. AA. se involucraran y se desgastasen en temas polticos.

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Esas disposiciones no se cumplieron. La reunin fue a las 16:30 en el Ministerio de Defensa, despus de que la CONAIE moviliz ms de 10 mil indgenas y simpatizantes por las calles del centro-norte de Quito hasta el parque La Recoleta, junto al Ministerio de Defensa. Contrariando la orden de Mahuad, en el encuentro con el Alto Mando particip el dirigente laboral del sector petrolero, Ivn Narvez. A los delegados del Gobierno solo se les permiti llegar hasta la antesala. Los emisarios del Presidente lo interpretaron como una jugada de los militares, mientras que los indgenas afirmaron que se haba sido su pedido; de lo contrario, no habra dilogo. Iturralde expuso otro hecho que l conoca gracias a un informe secreto de inteligencia policial. Las madrugadas del 19 y 20 de enero camiones militares llegaron hasta el parque de El Arbolito con alimentos para los indgenas. El relato de Iturralde era evidente mortificaba a Carlos Mendoza. La presin lleg a su mximo nivel cuando el Presidente, frente a estos nuevos elementos y en un tono enrgico, le reclam nuevamente al General. La respuesta del Ministro de Defensa encargado crisp el ambiente: Seor Presidente, este rato le presento mi disponibilidad. Yo me voy ahora, pues no estoy de acuerdo con lo que usted est haciendo. Estoy cansado de orle. No quiero saber nada porque esta gente que usted tiene aqu, este socilogo, estn mintiendo. No estn hablando la verdad, lo estn confundiendo. El General se levant y, mientras se diriga a la puerta, dijo que en ese momento urga un trabajo conjunto entre militares y policas para evitar un atentado contra el Congreso. Propuso que se nombrara un comit de crisis para enfrentar la situacin; estara integrado por los ministros de Defensa, de Gobierno, de Finanzas, el Presidente de la Corte Suprema y los altos mandos militar y policial. Se decidi que la primera reunin sera al da siguiente (viernes 21) a las 09:00 en la sede del Comando Conjunto. La presidira Vladimiro lvarez. Hemos debido esperar hasta octubre de 2005 para conocer de primera mano la visin desde los mandos militares. Ella queda explcita, con lucidez y franqueza, en el libro Democracia y Militares: crisis y arbitraje, escrito por el coronel (sp) Alberto Molina Flores... Luego (del acuerdo de paz con Per) vinieron por parte del gobierno, la imposicin de nuevos impuestos, alza en los precios de los combustibles, reduccin del presupuesto en las Fuerzas Armadas, paros, huelgas, bloqueo de Quito por parte de los taxistas, movilizaciones indgenas; todo esto cre un ambiente de inseguridad y resquemor en todos los mbitos del pas. La inflacin cada vez ms reduca el poder adquisitivo de nuestra moneda y las clases populares vivan una situacin de angustia creciente; a esto se sumaba la inaccin del gobierno; no haba visos de salida a la crisis econmica. El feriado bancario, decretado por el gobierno; el 8 de marzo de 1999, y posteriormente el congelamiento de las cuentas de ahorro y corrientes aument la angustia popular; este feriado y congelamiento significaban el mayor atraco que le hacan al pueblo ecuatoriano por parte de banqueros corruptos, en complicidad, o al menos con el encubrimiento de las autoridades de gobierno.

Democracia y Militares1

1 Alberto Molina Flores: Democracia y Militares: Crisis y Arbitraje. Edit. El Conejo. Quito, 2005. Pgs. 93 ss.

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Poco a poco fueron cayendo los bancos y pasaron al Estado. El 12 de julio es detenido en Guayaquil y trasladado a Quito, el doctor Fernando Aspiazu Seminario, presidente del Banco del Progreso, ligado a la oligarqua guayaquilea. Esta detencin produce el rechazo de los beneficiarios y allegados del banquero, que controlan varios medios de comunicacin; pero, con el apoyo y aceptacin de la inmensa mayora de ecuatorianos perjudicados. Aspiazu, desde la crcel, hace conocer al pas que aport a la campaa de Mahuad con ms de tres millones de dlares, situacin que compromete la estabilidad poltica del gobierno y moralmente lo debilita. El 2 de octubre el pas se declara en mora. Los acreedores de los bonos Brady votaron por la aceleracin de su pago. As obligaron al pas a declararse en cesacin de pagos. Los precios de la energa elctrica suben y el 11 de noviembre el gobierno suscribe un convenio con los Estados Unidos, a fin de que pueda utilizar la base militar de Manta para el control del narcotrfico, convenio que fue aprobado por unanimidad por la Comisin de Asuntos Internacionales del Congreso Nacional, presidida por el diputado Heinz Moeller Freire. Este clima de incertidumbre y de angustia es el caldo de cultivo para que se vayan gestando todo tipo de rumores de conspiraciones, incluso de allegados al propio gobierno; hay voces que pblicamente piden la renuncia del presidente. En el interior de los cuarteles se vive la misma angustia entre los militares; los magros sueldos no alcanzan para cubrir las necesidades bsicas de sus familias, la reduccin del gasto para el servicio militar produce un impacto negativo, hay disconformidad y en este clima empiezan a moverse irresponsables y ambiciosos conspiradores para crear un ambiente denso y propenso a una aventura. Era un secreto a voces que el general Carlos Mendoza, Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y el general Telmo Sandoval, Comandante General del Ejrcito, se encontraban en una verdadera campaa de descrdito en contra del general Jos Gallardo, ministro de Defensa. En el interior de los cuarteles insinuaban que el ministro no defenda suficientemente los intereses de sus compaeros militares; igualmente conspiraban en contra del ministro con la ayuda de cmplices, expertos en intrigas palaciegas, muy cercanos al crculo ntimo de Mahuad. El periodista Jos Hernndez, en su columna del diario El Comercio Anlisis, del mircoles 11 de agosto de 1999, titulada: Mahuad lanza otro S.O.S, dice: ...Por ahora el nico nombre nuevo para el Gabinete que se ha filtrado es del general Carlos Mendoza, en reemplazo del general Jos Gallardo, en el Ministerio de Defensa (...) En este estado de cosas y sin un liderazgo leal y responsable, cada quien haca y deca lo que se le ocurra, de buena o de mala fe, vaya a saber con qu intenciones! En esos das, en una reunin convocada a los comandantes de sus unidades subordinadas por el Comandante de la I Divisin de Ejrcito Shyris, con sede en Quito, el general Carlos Moncayo Gallegos les hizo conocer de la situacin de crisis que estaba viviendo el pas y les peda su opinin para luego hacer conocer al Mando, ante este requerimiento el Comandante de la Brigada de paracaidistas Patria, coronel Luis Aguas, le expres que ms bien sera conveniente que les hiciera conocer cul era el criterio de l, para, en base de ese criterio, hacer las recomendaciones ms convenientes. El general Moncayo, entre otras cosas les manifest que, ante la situacin poltica y econmica que viva el pas y la falta de decisin y liderazgo del presidente, era conveniente que dejen el poder, tanto el presidente como el vicepresidente y que debera el Congreso Nacional nombrar un gobierno interino... (sic).

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Entre tanto, la CONAIE haba puesto en marcha el levantamiento, pasando por alto resquemores y advertencias de varios dirigentes indgenas. Las conspiraciones polticas y la especulacin con los alimentos en los mercados se aceleraron. En el ambiente se perciba un inminente descalabro poltico del rgimen. El pueblo va a gobernar de aqu a ocho, quince o veinte das, proclamaba el 12 de enero, el presidente de la CONAIE, Antonio Vargas. Tanta seguridad responda, posiblemente, a los acuerdos logrados con la cpula militar. Levantamiento tras el poder, es el titular del diario El Universo del 13 de enero, y a continuacin, seala la crnica: La captacin del poder con el respaldo de las Fuerzas Armadas es la principal meta del Parlamento Popular que lideran los indgenas agrupados en la Confederacin de Nacionalidades Indgenas del Ecuador (CONAIE) y la Coordinadora de Movimientos Sociales (CMS). En la entrevista que Antonio Vargas le concede al politlogo alemn Heinz Dieterich y que se public en el libro de su autora: La Cuarta Va al Poder, (p. 43), Vargas hace un recuento de su actuacin en los das previos al 21 de enero: En el Congreso de la CONAIE, que se dio en noviembre, se tom la decisin de ir a una gran movilizacin por un cambio total, para bajar los tres poderes del Estado. sa era la consigna. Nos preparamos durante noviembre y diciembre, hablando tambin, en los ltimos das, con los coroneles. Primero con los generales, segundo con los coroneles y tercero con los capitanes. Tenamos tres planes: el plan A, el B y el C. El plan A era con los generales, el plan B con los coroneles y el C con los capitanes. Esas eran las alternativas. Poco antes de llegar al da 21, tenamos una reunin exclusiva con los generales, especialmente con los generales en retiro, aqu en Quito. Hablamos con el general Telmo Sandoval acerca de que si ellos formaran parte del triunvirato que pensbamos hacer, y todo lo que fuera necesario. Faltando tres das para el 21 de enero, nuestros planteamientos ya eran pblicos. En una entrevista hecha en radio Visin, por el periodista Diego Oquendo al general Telmo Sandoval, el 27 de enero del 2000 le pregunta: Hubo en verdad el intento de un autogolpe a favor de Mahuad, una especie de fujimorazo a la ecuatoriana? Siguiendo con la saga de los antecedentes del movimiento del 21 de enero, el coronel Jorge Brito, en la entrevista que le hace el politlogo Dieterich y que la publica en el libro La Cuarta Va al Poder, (p. 85), nos relata: El viernes 7 de enero, a las 12h00, el general Telmo Sandoval, Comandante General de la Fuerza Terrestre, convoc a una urgente reunin a todos los oficiales del Ejrcito que laboraban en el edificio de la Comandancia General de la Fuerza Terrestre para informar que la situacin poltica, econmica y social del pas era crtica; que el Ecuador estaba convulsionado; que haba incongruencia poltica y la sociedad estaba polarizada y que se haban adoptado posiciones extremas; que era necesaria una renovacin del gobierno; que las FF. AA. tenan una credibilidad alta, lo que constitua un serio compromiso, que actuaramos con lealtad en todas las decisiones institucionales y que cualquier decisin que se adopte sera una decisin corporativa. La estructura jerrquica se iba deteriorando cada da ms, pese a la autoridad moral y la firmeza del general Gallardo la cpula militar con su actitud conspirativa e irresponsable, haba dado pbulo para esta penosa situacin. El mircoles 12 de enero, el presidente acepta la renuncia del general Jos Gallardo, ministro de Defensa Nacional; el jefe de Estado agradeci al general Gallardo por los inestimables servicios prestados a favor de la patria y expres que ser recordado siempre como el ministro que defendi a la nacin con dignidad y firmeza, en la guerra y en la paz, y como vigoroso demcrata que respald en todo momento la institucionalidad del pas.

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El presidente comete la imprudencia o quiz la candidez de nombrar al general Carlos Mendoza, ministro de Defensa encargado. Aqu vale la pena recordar esa especie de sentencia: cra cuervos y te sacarn los ojos. Un detalle importante, el general Sandoval, acompaado del General Braulio Jaramillo, asiste en su calidad de Comandante del Ejrcito a una ceremonia en la Aviacin del Ejrcito; despus del brindis ofrecido en su honor les consult al comandante y a un grupo de oficiales, que, si l asuma el poder poltico del pas, le apoyaran (sic). El Comandante de la Brigada, a viva voz, le respondi que volara con los helicpteros sobre el Palacio de Gobierno. As se jugaba con el papel de las FF. AA. en esa grave crisis; de esta forma relata y reflexiona el coronel Brito en la entrevista que le hace y publica Dieterich en su libro La Cuarta Va al Poder. El presidente dicta un Decreto de Emergencia, la situacin poltica sigue peor; los indgenas continan llegando a Quito; las apreciaciones que se hacen en el interior de las Fuerzas Armadas, una especie de diagnstico de la situacin que viva el pas, especialmente en Quito, son verdaderamente alarmantes, en ese clima crtico y de incertidumbre, llegamos al jueves 20 de enero de 2000. En el libro 21 de Enero. La Noche de los Coroneles, el teniente coronel Mario Lascano Palacios, uno de los entusiastas actores de la asonada indgena-militar, nos relata: El da jueves 20 de enero, los capitanes (sin contar con el consentimiento del coronel Gutirrez) deciden reunirse con la dirigencia indgena y los movimientos sociales. El Sr. Antonio Vargas se ve muy preocupado; manifiesta que las bases han perdido la credibilidad en l; que inclusive piensan en agredirle. Por lo tanto, el pedido del Sr. Vargas y la dirigencia indgena, es que la toma del Congreso se d al da siguiente... Habiendo acordado indgenas y militares la toma del Congreso, los capitanes concertaron inmediatamente una cita con el coronel Gutirrez, a fin de comunicarle la decisin a que haban llegado. Su decisin era concreta: o asuma la responsabilidad el coronel Gutirrez o la asuman ellos. En casa del capitn Gilmar Gutirrez, esa noche, se llega a la decisin de que asumira la responsabilidad el coronel Lucio Gutirrez... El plan, en esencia, consista en ocupar sorpresivamente el Congreso, empleando inicialmente a los oficiales de la ESPE; luego entraran los hroes del Cenepa (tambin se consideraba que asistiran los oficiales de la Academia de Guerra). Posteriormente ingresaran los indgenas, se tomaran el Congreso y se proclamara la Junta de Salvacin Nacional.... Alrededor de las 10 de la maana llegan en buses militares jvenes, entre tenientes y capitanes, pertenecientes a la Escuela Superior Politcnica del Ejrcito (ESPE) y junto a los indgenas ingresan sorpresivamente y se toman las instalaciones del Congreso; los mismos militares que custodiaban y que daba la impresin que no permitan ingresar a nadie facilitaron este ingreso sin ninguna resistencia; periodistas testigos de este hecho inaudito aseguran que el mismsimo comandante, general Moncayo, dispuso el ingreso de estas turbas de uniformados e indgenas. Con sorpresa el pas conoci a travs de la televisin, que transmita en vivo y en directo este hecho inslito; luego siguieron llegando otros oficiales, unos, alumnos de la Escuela de Perfeccionamiento; otros, de la Academia de Guerra del Ejrcito y unos pocos oficiales en retiro, vestidos de civil. En las pantallas de televisin se ve ingresar al coronel Lucio Gutirrez, hasta ese momento desconocido, quien junto al dirigente indgena Antonio Vargas, presidente de la CONAIE y al doctor Carlos Solrzano Constantine, ex-presidente de la Corte Suprema de Justicia, se autoproclaman miembros de la Junta de Salvacin Nacional, y en fogosos discursos, especialmente de Gutirrez, desconocen al gobierno constitucional y se aprestan a gobernar. Hasta aqu las citas del libro del coronel Alberto Molina.

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Y el hroe?sta es la realidad, narrada desde Carondelet y desde los cuarteles. Lucio Gutirrez fue informado de las decisiones adoptadas por los indgenas y los capitanes, y slo con posterioridad se integra a la tal Junta de Salvacin Nacional. sta es toda su participacin heroica y arriesgada en el proceso de derrocamiento de Mahuad. Haban comenzado las mentiras. **** Quito, sbado 22 de enero de 2000. Durante todo el da de ayer el pas estuvo conmocionado y en vilo por los sucesos que se iniciaron poco antes de las 10 de la maana, cuando los manifestantes de la Confederacin de Nacionalidades Indgenas del Ecuador (CONAIE) lograron superar sin violencia el cerco policial/militar, penetraron en el desierto Palacio Legislativo y se instalaron en sesin del Parlamento Popular Se les sumaron varios mandos medios del ejrcito Se form una Junta de Salvacin Nacional De all en adelante, los sucesos se precipitaron Para la una de la tarde la confrontacin armada pareca inevitable, pues el comando conjunto respald al presidente, quien no apareca Y ocurri el primer cambio El mando militar resolvi retirar el respaldo al presidente y el general Carlos Moncayo, nombrado portavoz, le pidi la renuncia Finalmente Mahuad apareci pasadas las tres de la tarde y dijo que no renunciara Pero sali del Palacio. El enfrentamiento pareca un hecho inevitable, y las fuerzas polticas se fueron alineando. Se ignoraba el paradero del presidente Y los indgenas marcharon hacia el Palacio Fuerzas militares tendieron un cerco a la plaza para impedir el acceso El pas contuvo el aliento Y no pas nada. El cerco se abri nuevamente. La Junta de Salvacin entr al palacio y se sent a dialogar con el alto mando, que ocupaba las simblicas instalaciones Finalmente, cerca ya de la medianoche, el panorama cambi. El coronel Lucio Gutirrez, a la sazn cabeza visible de esos mandos medios sublevados, fue sucedido por el general Carlos Mendoza, ministro de defensa y jefe del comando conjunto. Agotado emocionalmente por las transmisiones de televisin que lo haban hecho testigo presencial de todo lo ocurrido, el pas se fue a dormir con un gobierno compuesto por los indgenas (Antonio Vargas), los militares (Carlos Mendoza) y un personaje salido de las brumas de la noche (Carlos Solrzano). Nos despertamos con otro. Mientras dormamos, Carlos Mendoza renunci, el comando militar llam al vicepresidente Gustavo Noboa y le entreg el poder A las siete y media de la maana del sbado 22, Gustavo Noboa Bejarano era presidente de la Repblica. A las 10, el ahora ex-presidente Mahuad se present por televisin y le dese buena suerte a Noboa. Pidi que le brindaran al nuevo presidente el apoyo que l dijo no haber recibido. Pasadas las once de la maana se reuni el Congreso Nacional en Guayaquil y decret el abandono del poder de Mahuad y la legtima sucesin en la persona de Gustavo Noboa Bejarano.

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Sin resistencia ni alharaca, los indios abandonaron el Palacio Legislativo. Todo estaba consumado. Aqu no haba pasado nada. En 1,253 das Ecuador haba tenido cuatro presidentes: Bucaram, Alarcn, Mahuad y Noboa. Un promedio de 313 das por mandatario. Menos de un ao. **** Martes 25 de enero de 2000.- Slo lentamente, a partir de las inculpaciones que el ex-ministro de defensa Jos Gallardo ha lanzado contra varios generales, es cuando se van levantando algunos velos celosamente tendidos sobre los sucesos de los das anteriores Quines, y de qu manera, fueron los militares involucrados en el cambio? Cules, y en qu momento, fueron las alternancias de poder en las cpulas? Un presidente ha cado. Otro ha llegado. Cunto durar? Antonio Vargas, rodeado de shamanes (los mismos que antes le dijeron que iban a triunfar), declara que el nuevo presidente tiene seis meses de plazo para demostrar su sensibilidad social y enfrentar los problemas. Es significativo que usara un trmino militar para ese plazo. Dijo tregua, que la Academia define como cesacin de hostilidades, por determinado tiempo, entre enemigos que tienen rota o pendiente la guerra. As, pues, 180 das para Gustavo Noboa?

****Diario Hoy. Quito, enero 25 de 2000.- Felipe Burbano de Lara es editorialista del peridico y una de las mentes ms lcidas para el anlisis poltico y social. Su artculo tiene un ttulo que transparenta el proceso todava en curso Todo? O nada? se titula, y el mismo Burbano se responde: Nada.

Despus del 21 de eneroLucio Gutirrez slo form parte durante unas pocas horas de la Junta de Salvacin Nacional que haba conformado con el dirigente indgena Antonio Vargas y el expresidente de la Corte Suprema de Justicia Carlos Solrzano. Para el amanecer del 22, ya haba sido reemplazado por el general Mendoza y, de hecho, la propia Junta haba dejado de existir al entregar el poder al hasta entonces vicepresidente Gustavo Noboa Bejarano. Los ms conspicuos de los oficiales involucrados en la toma del Palacio Legislativo fueron detenidos en los cuarteles y sometidos a la justicia militar, sin que quedara claro si la acusacin era por golpe de Estado o simplemente por desobediencia a los mandos jerrquicos. Quiz fuese esto ltimo, pues el flamante presidente Noboa ascendi a los generales y almirantes comprometidos en el golpe y, en acto que el sesudo e incorruptible Jorge Vivanco Mendieta calific de Confusin de confusiones (Vistazo, marzo 16/2000), se condecor al general Carlos Mendoza por sus mritos y servicios a la estabilidad constitucional. Vargas, Solrzano, Miguel Lluco, Napolen Saltos y otros civiles implicados no fueron sometidos a juicio alguno.

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En cambio, luego del susto del 21, el Congreso Nacional descalific a los diputados (y generales) Paco Moncayo y Ren Yandn, y la fiscal Mariana Ypez los someti a una virtual persecucin judicial y acudi ante el presidente de la Corte Suprema de Justicia para iniciarles el proceso respectivo. Los dos acusados no slo resultaron indemnes, sino que pese a la descalificacin del Congreso presentaron sus candidaturas para la Alcalda de Quito y la Prefectura del Carchi, respectivamente, y resultaron triunfadores por amplia mayora.

Un Congreso desprestigiadoNo pas lo mismo con el Honorable Congreso Nacional, pues sus ndices de popularidad se desplomaron estrepitosamente. Segn la empresa Cedatos, la percepcin pblica del Congreso (sumando las opiniones de calificacin buena y muy buena) lleg a un tope de 45% en febrero de 1997 (descalificacin de Bucaram) y luego cay hasta un preocupante 23% al terminar su mandato en julio del 98. Se recuper al instalarse el nuevo parlamento (agosto 98) hasta el 37%; pero luego la cada fue en picada, sobre todo despus del feriado bancario y la congelacin de depsitos dictados por Mahuad (en agosto 99 la valoracin del Congreso lleg al 11%), y finalmente se desplom hasta un minsculo y casi inverosmil 7% para diciembre de 1999. Su presidente, el demopopular Juan Jos Pons descendi en su cifra personal hasta el 13%.

Los coroneles se dividenMientras tanto, los coroneles de la camada de Lucio se dividan en varias facciones. En un primer momento apareci junto a Gutirrez el coronel Fausto Cobo, a quien Lucio lleg a nombrar Jefe del Comando Conjunto (claramente estaba alucinado por la situacin, pues un nombramiento de este tipo representaba dar de baja a ms de una decena de generales). Luego, Cobo se separ de Lucio, y su enemistad lleg al punto que Len Rolds (a quien Cobo apoyaba en su campaa presidencial) le grit a Gutirrez, en la puerta de un canal de televisin, que rehua el debate al que Rolds lo haba convocado porque usted (Lucio) sabe que conmigo est el coronel Cobo. Tambin se separ de l Jorge Brito Albuja, hroe de guerra, quien fue igualmente designado Comandante General del Ejrcito por el enardecido y atrabiliario Gutirrez, quien se hallaba ebrio de celebridad y poder, y consideraba que poda disponer de todos los cargos a su antojo. Otro coronel separado de Lucio, al constatar sus ambiciones personalistas, fue el tambin hroe de guerra dison Snchez, quien se alej de Lucio y se uni con Cobo; luego dio marcha atrs y volvi a formar parte del Estado Mayor de la campaa electoral. Volvi a distanciarse de Gutirrez (cuando surgi el tema de la denuncia que Ximena Bohrquez haba puesto contra su marido por maltratos fsicos) y nuevamente dio una voltereta para retornar al lado del coronel-presidente cuando ste ya se encontraba en el poder.

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Al final de las cuentas, Gutirrez fue detenido el 25 de enero; permaneci recluido en un cuartel hasta el 2 de junio, luego que el Congreso dict una amnista, y se lanz a organizar su propio movimiento poltico, que bautiz Sociedad Patritica 21 de Enero, aunque de las acciones de aquel da ya slo quedaba l mismo, unido ahora con su hermano Gilmar, su primo Renn Borba y su cuado, el ex-oficial de polica Napolen Villa. Una vez que se form el movimiento poltico, sus primeras declaraciones fueron claramente de izquierda (la revista Vistazo lleg a considerarlo de extrema izquierda) y, en calidad de tal busc alianzas y soportes en partidos de la tendencia. Haba comenzado la nueva campaa de Lucio Gutirrez. La campaa electoral.

Lucio Gutirrez aciertaEl punto de partida de la campaa electoral de Lucio Gutirrez fue un gran acierto poltico. La gente se haba sentido estafada literalmente robada por las gestiones del gobierno de Mahuad a favor de los banqueros corruptos, y el odio latente en el pueblo contra el gobierno era, por supuesto, mucho mayor que su amor por algo que se evidenciaba abstracto y etreo: la democracia formal. Esta rabia generalizada se haba hecho extensiva al Congreso Nacional (la cada en las cifras de su aprecio coincidan casi punto a punto con las de Mahuad) y al estamento judicial, incapaz de perseguir y castigar a los banqueros que haban robado al pueblo. El electorado ecuatoriano haca culpables de estos malos manejos (por accin o inaccin, daba lo mismo) a los polticos: a todos los polticos. Injustamente, incluso a aquellos que haban luchado contra el rgimen de Mahuad y que no eran directamente responsables de la impunidad cmplice (o al menos encubridora) que se haba tendido para protegerlos de la vindicta pblica. Por otro lado, el recuerdo de la todava reciente y gloriosa gesta del Cenepa haba incrementado en alta medida la aceptacin de los militares (en servicio activo o pasivo) como protectores de la nacin. ste es un hecho que, al menos como ingrediente, hay que considerar al evaluar los xitos electorales de militares convertidos en polticos, como los ya mencionados Paco Moncayo o Ren Yandn.2 Por ltimo, el coronel tena un elemento ms a su favor: era cobrizo. Aunque medio en secreto y slo reconocido sotto voce, la poltica y la sociedad ecuatorianas haban mantenido una suerte de latente discrimen racial, alimentado y enardecido por las inequidades de oportunidades educativas y de ascenso social. Los mestizos aindiados, los cholos o longos segn la regin haban permanecido cuidadosamente alejados de las instancias del poder. Fuera de la vista de las elites blancas, detentoras monoplicas del mando, un sordo y oculto resentimiento tnico se haba gestado en el curso de siglos de injusticia. Lucio Gutirrez Borba se presentaba, pues, como militar, como cholo y como nopoltico. Un triple acierto. Adems, no reciba el beneplcito de ningn grupo poltico previamente consolidado, sino que recorra todo el pas buscando apoyos y respaldos en pequeos cantones o ciudades intermedias, dejando de lado a Guayaquil y Quito, metrpolis que eran percibidas como la cuna, o al menos el refugio, de aquellos polticos odiados.2 Ecuador debe ser el pas latinoamericano donde ha existido mayor nmero de candidatos de formacin militar. Una lista incompleta deber incluir a los generales Jos Gallardo, Frank y Ren Vargas Pazzos, a ms de los citados Moncayo y Yandn.

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La ubicacin ideolgica. Un primer engaoGutirrez comenz por presentarse como algo que no era: un hombre de centro izquierda. Cuando la Universidad Salesiana de Quito de bien ganado prestigio en la lucha contra Bucaram y Mahuad convoc a varios representantes de la tendencia, tratando de lograr la conformacin de una candidatura de consenso, Gutirrez lleg a esa reunin y result beneficiado por las actitudes inflexibles de la Izquierda Democrtica que consideraba un derecho propio presentar al candidato presidencial y el Partido Socialista, que tena como adalid a la muy respetable figura de Len Rolds Aguilera. Ninguno de estos dos partidos (ni la variopinta amalgama de varios grupos menores cobijados bajo el denominador de movimientos sociales) lograron presentar un frente comn, proyectando la imagen de que ellos tambin eran polticos, que no estaban dispuestos a ceder en sus egostas intereses personales. Fue entonces cuando el movimiento Pachaktik, brazo poltico de la CONAIE, adquiri la enorme deuda histrica de presentarse como auspiciante de la candidatura de Gutirrez, y bien prontamente se le sum el Movimiento Popular Democrtico e incluso los restos del otrora glorioso Partido Comunista del Ecuador. La ecuacin estaba completa: Lucio Gutirrez poda presentarse como un candidato de izquierdas.

Gutirrez acierta nuevamenteUn segundo y muy grande acierto de Gutirrez fue la seleccin de su candidato vicepresidencial (que, en simptico barbarismo llamamos binomio en Ecuador): Alfredo Palacio Gonzlez. La presencia de Palacio complementaba en varias aristas la imagen de Lucio: era guayaquileo, blanco, alto, sin militancia partidista, de buena presencia, universitario, profesional bien reputado e intachable desde el punto de vista poltico, pues su extraordinaria gestin como Ministro de Salud en el gobierno de Sixto Durn-Balln se vio complementada con su activa y valerosa participacin durante la guerra del Cenepa, cuando visti traje de campaa y se traslad a ejercer como mdico en la frontera sur.3 Alfredo Palacio era, adems, hijo del gran escultor monumental de su mismo nombre, quien haba sido nada menos que presidente de la Unin Democrtica Popular, que fue durante largos aos el nombre electoral adoptado por el ortodoxo Partido Comunista del Ecuador. No hay mediciones cientficas al respecto; pero es indudable que la compaa de Palacio fue un gran aporte para la campaa de Sociedad Patritica.

La estrategia de campaa

3

La influyente revista Vistazo lleg a denominar heroica su gestin durante el conflicto.

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En una conversacin privada, entre la primera y segunda vueltas electorales, el coronel dison Snchez posiblemente el autor del diseo estratgico de la campaa describi el proceso como una accin envolvente que los personeros de Sociedad Patritica trazaron en torno de Quito y Guayaquil, presentndose como representantes de los pueblos y provincias alejados del centro y no beneficiarios de los recursos petroleros. Importante y exitosa habilidad de maniobra. Sus opositores, convencidos de que la hegemona que haban mantenido tanto tiempo no admitira cuestionamientos, se despreocuparon. Slo con tardanza se evidenci el error.

Los sondeos y las encuestas de carne y huesoPor razones de costos, de dificultades de transporte y de necesidad urgente de resultados, las encuestas o sondeos de opinin suelen realizarse bsicamente en Guayaquil y Quito o, cuando ms, en una estratificacin que habitualmente se denomina de cinco ciudades (Quito, Guayaquil, Cuenca, Machala y el par Portoviejo/Manta, concebido errneamente como una unidad). Blasco Peaherrera Solah (Market) lleg al extremo de afirmar que basta con encuestar en Quito y Guayaquil para tener una muestra representativa de todo el pas (Vistazo nov. 1 de 2002). De all que el crecimiento subterrneo de la candidatura de Lucio pasara desapercibido tambin para los especialistas en el tema. El 20 de octubre de 2002 se realiz la primera vuelta electoral. Hubo un total de 11 candidatos presidenciales (en orden de llegada: Lucio, Alvarito, Len Rolds, Borja, Xavier Neira, Jacobo Bucaram, Jacinto Velzquez, Ivonne Juez de Baki, Csar Alarcn, Osvaldo Hurtado, Antonio Vargas). Segn la ley ecuatoriana, los sondeos no pueden publicarse con posterioridad a unas semanas antes de las elecciones; pero los canales de televisin han impuesto la costumbre de registrar las ltimas encuestas, sin hacerlas pblicas hasta despus de los comicios. Segn tres encuestadoras diferentes: Cedatos, Market e Infoc, los resultados debieron haber sido: Cedatos (oct. 16) 1.- Rodrigo Borja 2.- lvaro Noboa 3.- Len Rolds 4.- Lucio Gutirrez 5.- Xavier Neira 6.- Jacobo Bucaram Market (oct. 13) 1.- Rodrigo Borja 2.- Len Rolds 3.- Xavier Neira 4.- Lucio Gutirrez 5.- lvaro Noboa 6.- Bucaram 22% 18% 17% 14% 11% 08% 16.8% 12.8% 12.5% 12.2% 11.1% 09.3%

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Infoc (oct. 12) 1.- Rodrigo Borja 2.- Lucio Gutirrez 3.- Xavier Neira 4.- Len Rolds 5.- lvaro Noboa 6.- Jacobo Bucaram

16% 12% 12% 12% 11% 09%

En realidad, el 20 de octubre de 2002, los 8154,425 electores (votos vlidos: 4569,182) se decidieron en la relacin siguiente: 1.- Lucio Gutirrez 2.- lvaro Noboa 3.- Len Rolds 4.- Rodrigo Borja 5.- Xavier Neira 6.- Jacobo Bucaram 943,123 794,614 703,593 638,142 553,106 544,688 20.64% 17.39% 15.40% 13.97% 12.11% 11.92%

Lo cierto fue que Cedatos y Market le daban el cuarto lugar e Informe Confidencial lo consideraba segundo. Fue entonces cuando Lucio dijo que las encuestas son de papelitos y que l slo crea en las encuestas de carne y hueso, para referirse a las concentraciones de campaa. El lector deber extraer sus propias conclusiones sobre la credibilidad de las encuestas; pero todos coincidieron en que una sbita enfermedad de Rodrigo Borja (una operacin de hernia) conspir durante los ltimos das contra sus resultados esperados. Pero todava le faltaba a Lucio la segunda vuelta electoral.

La segunda vuelta electoralLa situacin cambi radicalmente entre la primera y la segunda vueltas electorales. Los especialistas saben bien que el dinero de los aportantes suele acudir por s mismo a las arcas de campaa para la segunda vuelta, cuando la eventual victoria del candidato se presenta como ms realista que durante la primera. En el caso de Gutirrez, la diferencia fue aun mayor, por las razones que ya hemos mencionado al referirnos a los sondeos. Pero, si bien Sociedad Patritica y Pachaktik consiguieron casi sin esfuerzo el respaldo de las otras candidaturas del centroizquierda, surgieron varios problemas que no haban sido previstos.

El vicepresidente se alejaSi durante la primera vuelta el Dr. Palacio haba acompaado a Gutirrez de un modo casi constante, al iniciarse la segunda vuelta comenzaron a notarse las distancias entre ambos.

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El terrible crculo obscuro que luego rodeara a Gutirrez comenz a evidenciarse de un modo dramtico, y Alfredo Palacio dej de ser invitado a muchas concentraciones; se lo margin virtualmente de todas las decisiones de carcter estratgico y fue slo por necesidades de cautela en la campaa por lo que el distanciamiento no se hizo pblico y notorio. Cuando Vistazo (n. 843, octubre) public un listado del Estado Mayor del coronel, ya Palacio no figuraba en sitio alguno. En realidad, ninguna de las personas all mencionadas duraron mucho alrededor de Lucio, y con relacin a algunos hay que esforzar la memoria para recordar su presencia. Segn la revista, el Bur Poltico estaba conformado por dison Snchez, Patricio Ortiz, Antonio Tramontana y Jos Chvez. No se mencionaba ni a Renn Borba ni a Napolen Villa, de conspicua presencia durante el gobierno, y el propio Gilmar Gutirrez figuraba nicamente como Jefe de Seguridad de la campaa.

Un parntesis familiarEn el curso de la segunda vuelta, lvaro Noboa modific su estrategia de campaa y se lanz a la ofensiva contra su oponente, luego de cambiar el staff de su equipo, que pas a estar dirigido por el ex-sacerdote Luis Eladio Proao. Proao un consultor poltico bien conocido por su falta de escrpulos mostr en televisin la copia de una denuncia presentada ante una comisara de la mujer por la doctora Ximena Bohrquez de Gutirrez, en la que acusaba a su esposo, el coronel Lucio Gutirrez Borba, por maltratos fsicos y crueldad mental. El primer personero de la campaa de Gutirrez que pudo ser entrevistado por la prensa fue el coronel dison Snchez, quien tcitamente reconoci los hechos; pero fue pronto desmentido por el candidato, quien afirm que se trataba nicamente de una maniobra de campaa sucia urdida por su oponente. Ante el silencio que guard la doctora Bohrquez sobre lo sucedido vaya uno a saber por cules motivos, las acusaciones no pasaron de ser otro episodio de la turbia poltica ecuatoriana.

Aparecen los nuevos poderosos...Lo cierto es que, al terminar la segunda vuelta electoral, del equipo original que se present el 21 de enero se haban eclipsado: los coroneles Jorge Brito y Fausto Cobo, el dirigente indgena Antonio Vargas (que luego, bastante ms tarde, reapareci como ministro de Bienestar Social) y Carlos Solrzano Constantine. En cambio aparecieron los coroneles Patricio Acosta, Ney Velastegu y Adolfo Ochoa; el mayor Jimmy Pino, el capitn Csar Daz (Cruz de Guerra en el Cenepa), el tambin capitn Sandino Torres (otro que volvi a aparecer mucho ms tarde) y, por supuesto, el primo Renn Borba, el hermano Gilmar Gutirrez y el cuado (pronto supercuado) Napolen Villa. Pero igualmente asomaron los banqueros. Tanto de Quito como de Guayaquil. Mario Canessa (quien sera ministro de Gobierno) del Banco de Machala; el omnipresente Guillermo Lasso (quien ya fuera superministro de Mahuad, vinculado con Gutirrez gracias a la mediacin de Roco Bohrquez, hermana de la esposa de Lucio). No parecen haber sido los nicos. Al menos Vistazo (n. 847) report que los contactos previos para la visita de Gutirrez a Estados Unidos fueron hechos por un alto ejecutivo del Banco del Pichincha.

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... y los primeros actos de corrupcinTambin en el curso de la segunda vuelta electoral parecen haber ocurrido los primeros actos de corrupcin. Se coment insistentemente y nunca hubo un desmentido categrico que el gobierno de Taiwn (la ex Repblica de China) haba contribuido, y de modo extremadamente generoso, para la campaa del coronel. La intencin de estos chinos expulsados de la ONU era conseguir el restablecimiento de relaciones diplomticas con su pas, o al menos de vnculos comerciales a nivel consular. Lo grave es que el art. 21 de la Ley del Gasto Electoral tiene disposiciones taxativas que sealan: Se prohbe la aceptacin de aportaciones que provengan de personas jurdicas extranjeras Quien infringiere esta disposicin ser sancionado con la revocatoria del mandato o destitucin del cargo, segn el caso, sin perjuicio de las acciones que el caso amerite, conforme lo determine el Cdigo Penal.

La Mexican ConnectionPronto salt a la luz otro aporte ilcito de campaa. Esta vez se trataba de un aporte mexicano. En su libro Radiografa de una traicin, el diputado (Imbabura, Pachaktik) Antonio Posso dice: Las denuncias que se venan formulando por parte de diputados de la Izquierda Democrtica (ID), en el sentido de que Lucio Gutirrez haba recibido aportes extranjeros para su campaa electoral finalmente parecen haberse comprobado en forma fehaciente, cuando una delegacin de diputados de la Comisin de Fiscalizacin del Congreso Nacional, viaj a Mxico a investigar estas denuncias. Los diputados Vicente Taiano, Guillermo Haro y Jorge Montero presentaron el informe sobre esta investigacin, del cual se desprende que la Seorita Luz Gaby Crdenas Estrada, alta ejecutiva nacional del Partido del Trabajo de Mxico, contrat los servicios del Seor Jos Luis Hernndez, Gerente General de la Compaa Internacional Transport and Logistic, para que enve el material publicitario al Ecuador en la persona del Seor Marco Snchez en la ciudad de Quito. De los documentos anexos al informe de la Comisin investigadora, se puede desprender tambin que se produjo una subfacturacin como lo demuestra el diario El Comercio as: La factura de Comercial Distribuidora del Sur, del 27 de agosto del 2002, detalla la venta de 1,000 carteles (el precio unitario es 0.08 pesos mexicanos por cartel, segn el mismo documento), 9,000 adhesivos (precio por adhesivo 0.50 pesos), 23,100 pancartas (valor unitario 10 pesos); 255,600 pendones (precio por pendn 2.50 pesos) y 3,000 trpticos (precio individual 0.40 pesos). Segn los precios unitarios, el material tuvo un valor comercial de 876,500 pesos. Sin embargo, Comercial Distribuidora del Sur (CDS)... slo report un valor total de de 42,250 pesos. Con ese precio se hizo el envo a Quito. El documento del Pedimento de Aduana de Mxico es el nmero JL/00927, firmado por el agente Ernesto Ramrez. Pero esto no fue todo. Ms adelante, en el mismo libro, Posso afirma:

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Con el transcurrir de los das, ocurre una evidencia adicional sobre este tema, pues la verificadora SGS confirm la importacin de los afiches desde Mxico constantes de 61 bultos, va Lan Chile y a nombre de Marco Snchez, ste es militante del Partido de Gobierno y consta como aportante a la campaa electoral. Con estos nuevos elementos de juicio, y ante la presin nacional, el Tribunal Supremo Electoral, en los primeros das de abril del 2004, decide reabrir las cuentas del Partido Sociedad Patritica para investigar el aporte mexicano, puesto que se conoce que estos aportes nunca fueron registrados en los justificativos entregados al Tribunal Supremo Electoral. El diario El Comercio de Quito, en su edicin del 12 de abril del 2004 explica con lujo de detalles el informe del aforo fsico de la verificadora SGS, la descripcin del material propagandstico importado para la campaa electoral, el valor pagado por Marco Snchez, e incluso se da a conocer que Snchez, en compaa de Carlos Arcos, retiraron la carga para trasladarla al domicilio de Napolen Villa. En un programa radial con el periodista Diego Oquendo, Carlos Gonzlez denunci pblicamente la probable desaparicin de los documentos de registro de esta importacin en la Corporacin Aduanera Ecuatoriana (CAE). Ante esta situacin varios organismos de control pidieron la documentacin de la importacin al Gerente de la CAE de Quito, Coronel Ernesto Freire, trmite que responde con una accin del jefe de Archivo, Gustavo Miranda. Segn la informacin del diario El Comercio El funcionario confirm que la gua 865-02560541, correspondiente a la importacin que realiz Snchez, s fue ingresada en el sistema informtico de Aduanas y obtuvo el refrendo n. 055-2002-10-039705. Sin embargo, al referirse a la existencia fsica del documento agrega: Revisada fsicamente la documentacin del archivo esta Gerencia, con el dato enviado (nmero y refrendo), se confirma claramente que este documento de importacin no est registrado su ingreso (Diario El Comercio 12 de abril del 2004). ste informe al parecer confirmara la denuncia del diputado Gonzlez realizada en radio Visin. Pero, en forma por dems sospechosa, el importador Marco Snchez que, como militante del Partido Sociedad Patritica era funcionario del Ministerio de Bienestar Social y coordinador del programa de alimentos y comedores populares, ha desaparecido de dicho ministerio sin dejar huella; pues nadie da razn de su paradero; los periodistas que lo buscan slo confirman que Snchez dej de laborar en esta Secretara de Estado, sin precisar fechas ni motivos de su curiosa desaparicin. La fiscal General de la Nacin, Mariana Ypez, ante el pedido de la Comisin de Fiscalizacin del Congreso, solicit a la Procuradura General de Mxico la asistencia legal para establecer el ingreso ilegal de los impresos publicitarios que llegaron al Ecuador a nombre de Marco Snchez; pedido realizado en base a la Convencin Interamericana de Asistencia Mutua Penal.

El caso FernndezMs avanzado el proceso, hacia noviembre de 2003, cuando el diario quiteo El Comercio denunci los aportes de campaa de un grupo de narcotraficantes apresados en Manab, se lleg a conocer el ms jugoso de estos fenmenos. Volveremos sobre este escndalo en su momento. Tengan paciencia.

Pero...Pero todo esto saldra a la luz pblica slo con posterioridad.

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Lo cierto es que el domingo, 24 de noviembre de 2002, se realiz la segunda vuelta electoral, y que en ella triunf el coronel Lucio Edwin Gutirrez Borba con 2803,243 votos (54.79%) sobre lvaro Noboa Pontn, quien recibi 2312,854 votos, equivalentes al 45.21% de los sufragios vlidos.

Un discurso... ideolgico?Es tradicin universal que, al posesionarse un nuevo presidente, su discurso inaugural sirva como gua para la comprensin de varias cosas: su visin de la situacin poltica (nacional e internacional), sus planes de contingencia y coyuntura, sus promesas de gestin y, por supuesto, su filosofa general de la vida, el gobierno, la nacin y su futuro. El mircoles 15 de enero de 2003, el coronel Lucio Edwin Gutirrez Borba, triunfador de las elecciones, dio su discurso de orden ante el H. Congreso Nacional y los representantes del cuerpo diplomtico. Como caba esperar, Gutirrez se lanz contra el gobierno en ejercicio, sin hacer diferencia entre las gestiones de Mahuad y Gustavo Noboa... Debo hacerme cargo de la sombra herencia de una enorme deuda externa e interna... Un dficit grave y creciente en la balanza comercial y cuantiosos pagos que se deben hacer de manera urgente a cientos de miles de ecuatorianos. Asumo sobre mis hombros una abrumadora deuda social y la responsabilidad de restaar las heridas de un pueblo sufrido... Al que se le asalt infamemente en sus ahorros y se le sumi en dolorosa pobreza, compartida ahora por ms del ochenta por ciento de los ciudadanos. Tambin previsiblemente se esforz por recuperar su propio pasado y la jornada del 21 de enero; pero ya se not que hablaba de sus compaeros de armas como nicos gestores de aquel da, sin mencionar al movimiento indgena, que haba sido el verdadero motor del cambio... Nac a la poltica un 21 de enero de 2000, cuando la poblacin ecuatoriana sali a las calles a denunciar y desalojar a corruptos y ladrones. Lo hice juntamente con los oficiales de mi promocin, pensando que las armas del ejrcito ecuatoriano jams habran de usarse en contra de su propio pueblo. Por el contrario... Deban ser dirigidas hacia arriba para advertir a los deshonestos que la fuerza pblica es la fuerza del pueblo soberano; que la legitimidad poltica ms all de leyes hechas por y para el beneficio de los de siempre se fundamenta en una sola base imprescindible y decisoria: el consentimiento de los gobernados. Sin esa legitimidad no hay democracia. Nada hay democrtico por encima de este principio... Que legitima al poder y convierte al poder en autoridad. A continuacin, rescatando el teln de fondo de sus discursos de campaa, resalt su condicin de vctima y perseguido, que tan buenos rditos le haba rendido... Por los acontecimientos del 21 de enero fuimos encarcelados, estigmatizados, segregados. Lejos de arrepentirnos, ostentamos hoy el orgullo de aquel acto de dignidad nacional y agradecemos al pueblo que nos acompa antes y ahora... Y que nos condujo al poder por la explcita decisin de su voto, avalando as nuestra vocacin patritica y democrtica.

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A los ecuatorianos que siguieron, con ansiedad y esperanza, por los medios de comunicacin colectiva, aquellos incidentes dramticos, les pedimos ahora su activa colaboracin y compromiso. Que no dejen que slo algunos enfrentemos los riesgos, porque es mucho ms cmodo ser espectadores desde la barrera que actores en las tareas diarias. Y para esta inmensa tarea necesitamos de la energa y compromiso de todos. En cuanto a su ideologa, ella haba comenzado a variar, de la izquierda (incluso izquierda radical, segn algunos) hacia la derecha, hasta el punto de haber visitado los Estados Unidos entre la primera y segunda vueltas, como una manera de garantizar a la superpotencia que un eventual gobierno de Lucio Gutirrez no le sera inamistoso, y ms bien sera dcil frente a sus posturas en esta parte del mundo (es decir: rabiosamente anti-venezolano y furiosamente partidario del plan Colombia). En su discurso de posesin, pues, desvaloriz toda posicin ideolgica... Con respecto a la ideologa, juzgo que el anticuado concepto de las ideologas han (sic) sido una causa mayor de que fuerzas polticas opuestas se neutralizaren (sic) entre s, en ese marasmo poltico que estableci el procedimiento demaggico de intentar convencer a la poblacin de que una oposicin absurdamente destructiva era el mejor recurso para ganar en las siguientes elecciones. Un paso adelante con la izquierda; un paso atrs con la derecha, y viceversa. Ao tras ao, perodo tras perodo: y el pobre pas estancado en su propio terreno. Los politlogos le bautizaron como la ley del pndulo: un gobierno de derecha menos uno de pretendida izquierda igual a cero. Digamos aqu lo mismo que el pueblo dice en las calles y en las urnas: acabemos con esta farsa. Hagamos otra cosa. No lo mismo de siempre ni con los mismos de siempre. En la vieja categora de izquierdas y derechas ya no creen ni sus mismos proponentes. Cmo, si no, todos hablan del centro?... Centro izquierda, centro derecha... Cmo, si no, los de la ms antigua derecha se pasan sin vergenza alguna a encabezar las listas electorales de la ms prominente y pretendida izquierda? As de fcil se cambia una ideologa fundamental