El Libro Negro Del Anarcoindepdentismo Canario

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Reedicin digital extraida de http://www.alasbarricadas.org/forums/viewtopic.php?t=25978 por Azarug en 2011. Algunos derechos reservados por Creative Commons. Azarug (2011). Islas Canarias (frica Noroccidental).

Canarias: Independencia y Autogestin [escritos anarcoindependentistas] es el verdadero ttulo del llamado Libro Negro, que recoge una seleccin de 13 textos del independentismo libertario isleo a lo largo de 20 aos. Un excelente material para saber de las posiciones de quines, en Canarias, optan por asumir la liberacin nacional desde una intervencin libertaria. ste es el texto que se incluye en su contraportada: Los textos que recoge este volumen reiteran un mismo mensaje: la necesidad de la independencia libertaria para el pas canario. En tal propuesta se insiste a travs de una vehemente reiteracin de argumentos a lo largo de los 13 artculos, elaborados, hasta el presente, en una veintena de aos. Crticas al anarcoespaolismo, a esa tendencia libertaria que acepta como vlida la nacin inventada por el Estado, la nacin espaola, su artificial cultura y marco para el ejercicio de una lucha estril por una hipottica transformacin social que niega la libre determinacin -base del federalismo o, de lo que es lo mismo, del propio anarquismo- , y que pretende su permanencia en el tiempo an ms all del proyectado hecho revolucionario. Crticas tambin al nacionalismo y al independentismo canario, por no cuestionar la actual explotacin econmica de la persona por la persona, o pretender modificarla por otro capitalismo, pero ste de Estado, al que definen como socialismo. Crticas por aceptar y validar el marco poltico-institucional espaol, en el que se participa, an bajo la pretensin de romper con l. Crticas por la pretensin de asimilar liberacin nacional con la edificacin de otro Estado, falsamente definido como propio, que reproducira los mismos males que el espaol: la corrupcin inherente al poder y su validacin por la democracia delegada, ilusin impostora de la participacin, que ejercer la opresiva autoridad estatal. La propuesta anarcoindependentista para Canarias se concreta en el impulso de la autoorganizacin y autonoma de las masas populares en el camino de su autoliberacin, en una sociedad sin clases y sin Estado regida por la autogestin: una Canarias independiente y libertaria.

Los artculos que recoge este volumen son, por orden cronolgico de su publicacin: 1984 COA: "Por qu un antimilitarista es tambin un nacionalista". 1991 Trueno: "La CNT por la independencia de Canarias". 1992 COA: "Necesidad de estructurar la CNT en Canarias". 1994 Ferinto: "La independencia que queremos". Manuel Gonzlez: "Santa Cruz '94: Cinco siglos... aguantndolos!". 1995 Vicente Caero: "Qu independencia?". Ferinto: "En Canarias tambin escribimos independencia con (A)". 1998 C.I. Anarko-Guanche: "La autodeterminacin est de moda" [fragmento]. 2001 El Pircrata: "Secundino Delgado y el anarquismo". 2003 Vicente Caero: Anarcoindependentismo en Canarias. 2004 Vicente Caero: "Por la autoorganizacin de los anarcoindependentistas canarios". 2005 Rayco: "Amo a mi pas". pag. 9 pag. 13 pag. 15 pag. 16 pag. 24 pag. 28 pag. 32 pag. 36

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1984 COA: "Por qu un antimilitarista es tambin un nacionalista". Quien pierde los orgenes pierde identidad. Raimon 1.- Qu es un antimilitarista? Evidentemente, un antimilitarista est en contra de la guerra, de los ejrcitos, del Servicio Militar, de que los conflictos humanos y no humanos se resuelvan mediante la violencia, de las causas que generan la tensin violenta: la injusticia la explotacin, de la explotacin de la Naturaleza (es ecologista), de la explotacin de unos hombres por otros: de las clases sociales, de la explotacin y opresin de un sexo por otro: del machismo-sexismo... Y adems luchar contra ello y por una organizacin social con bases radicalmente diferentes y que no prefiguren nada de lo anterior. Organizacin social que imposibilite un tipo de persona que establezca relaciones personales bajo la percepcin de las dualidades dominante / dominado, superior / inferior, arriba / abajo, malo / bueno, normal / anormal. Un antimilitarista llevar a cabo esta transformacin desde el presente en todo momento, tanto a nivel personal como en su prctica socio-poltica. Por un lado, como una forma ms de socavar el sistema de dominacin (valores e instituciones que lo sustentan) hasta que un cambio de estructuras facilita la transformacin plena de individuos y pueblos. Por otro, porque un antimilitarista hace la revolucin porque la vive. As, el proceso revolucionario no slo se dice sino que se ve... en los medios, en los fines, en los individuos y organizaciones que los trabajan. 2.- Sobre el Estado La evolucin del Estado es paralela a la evolucin de modelos de organizacin econmica cada vez ms amplios, ms universales, ms complejos, hasta mercantilizarlo todo y a todos. Y paralela tambin a la evolucin de modelos militares que pudiesen controlar en nombre del Estado las formas de Estado y economa de cada momento en contra del caos o de las decisiones populares. Y tambin la cultura-ideologa y la ciencia-medios ejecutores, son paralelos y coherentes a la situacin de cada momento. Siempre un grupo social o clase son detentadores o dirigentes principales de esos poderes. El Estado ha devenido en la actualidad en una organizacin que abarca, controlando y condicionando, casi todas las reas, sociales y personales, de la vida de los individuos, de los pueblos y de la Naturaleza. Y tiende a abarcarlas todas. Y siempre representando o controlando-dirigido por un grupo o clase social determinado. Por lo tanto, su aparato militar hoy es de tal envergadura que condiciona la poltica de los Estados porque es Estado mismo y ya no es un servidor controlado y mandado. Es policial.. o el aparato policial es militar. 3.- Militarismo-Antimilitarismo. Para controlar a una poblacin cada vez ms alienada, sumida en un absurdo vital, en una dinmica de consumo insaciable, de explotacin estructural y normal, de diferentes de clases

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perennes, de diferencias de medios y posibilidades entre pueblos cada vez mayores e insaciables dentro de tal sistema, de divorcio entre Ser humano-Naturaleza, intelecto-trabajo obrero, ciudad-campo, derroche excesivo y artificial pero necesario y popular... el Estado-el Poder se dota de medios cada vez mayores ms sofisticados de control ideolgico y de construccin de dependencia respecto a l mismo, a las necesidades que l crea artificialmente, lo cual genera una ansiedad que el mismo Estado manipula al ofrecer como nico calmante, como nica garanta de seguridad. Por ej., el concepto de Defensa y Seguridad Nacional. As pues, el Estado ha tendido a globalizar y uniformizar ' su poder sobre pueblos diferentes y contra ellos, a uniformizar culturas y modos de pensamiento (medios de comunicacin, sistema educativo, etc.), modos de ser y de hacer. El Estado, ya sea en su ver tiente capitalista-industrialista o en su vertiente estatalista-dirigisita-industrialista, tiende a negar toda diversidad, toda diferencia cultural o mental, y fomentar la idea (ideologa del otro como enemigo para dar cohesin interna (por temor o inseguridad) a un conjunto de pueblos diferentes. Siendo as, supone un totalitarismo que genera pasividad, conformismo y negacin de toda personalidad individual y/o cultural-colectiva. Y si de verdad existe el enemigo de la Nacin, supone no el entendimiento internacional sino el enfrentamiento suicida internacional. Todo esto genera la introyeccin de los valores militaristas (honor, patria, jerarqua, obediencia, orden, etc.) y del estamento militar en todos los mbitos de la vida civil de una forma progresiva pero contundente: en la educacin, en la sanidad, en los medios de comunicacin, en las decisiones polticas y econmicas, en la cultura, en la administracin de justicia, en las constituciones democrticas, etc. El pueblo no puede decidir libremente nada que se salga del marco del cuadro porque, o bien el Estado es el Ejrcito (dictaduras) o el Ejrcito garantiza el orden constitucional ("democracia"). Por todo esto, el Estado es intrnsicamente militarista, o Estado y Militarismo con trminos sinnimos: por su estructura (jerrquica, rgida, despersonalizante, autoritaria, burocrtica), por sus valores y por sus finos (manifiestos o no, o cnicamente definidos como lo contrario). Por otro lado, todo hbitat es ms seguro y ms regenerador de bienestar estabilidad cuanto ms complejo (rico) y diversificando es. Por lo tanto, toda lengua que se pierde, toda forma de pensamiento que se pierde, toda forma cultural o costumbre sustituida desde fuera, toda diferencia en la forma de ver y entenderse con la vida que se pierde, toda historia propia que se asimila a otra, es un prdida de riqueza para el ser humano y la humanidad, es un peligro para la estabilidad y libertad humana, es uniformacin y control-militarizacin. Toda diferencia cultural y de pensamiento, todo pueblo libre, es una defensa contra la militarizacin y contra el totalitarismo estatal, es una defensa contra la disgregacin biolgico-cultural, contra los intentos de control absoluto del Estado. Un pueblo libre y diferente a los dems puede establecer con los otros, libre y conscientemente asumido, lazos de amistad y colaboracin sin condiciones chantajeantes y aportar su diversidad cultural el patrimonio comn de la Humanidad. As, y slo as, se puede evitar que cualquier sistema de dominacin-explotacin-agresin se universalice.

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4.- Antimilitarismo-Nacionalismo. Todo pueblo natural y diferente debe pues tomar en sus manos su propia vida y gestionar libremente sus propios asuntos. Decidir l mismo qu quiere ser y cmo quiere ser. Ser lo ms independiente posible (como toda persona) y autogestionar sus propios recursos, su propia cultura, su propia vida. La autogestin, que es Poder popular o sea Poder de nadie, conlleva a la independencia. Pero la independencia no conlleva necesariamente a la autogestin (pero podra hipotecarla). Sera absurdo que un pueblo dependiente se independizara polticamente para seguir manteniendo una organizacin estatalista, de clases y, por lo tanto, militarista. Por lo tanto, ms que de soberana nacional habra que hablar de soberana popular. Que el pueblo se aduee de su propia tierra, de su propia cultura, de su propia historia, de su propia defensa, de sus medios de produccin y decida qu, cmo y cunto producir, en una estructura horizontal y no vertical, estableciendo con la Naturaleza, las cosas y las personas relaciones de interdependencia y complementariedad. Slo esto sera Poder Popular, ms all de corss como Ejrcitos, Estados, Democracias o Constituciones. Un antimilitarista tiene que defender esto y luchar por esto: por la diferencia, por la diversidad, por el individuo, por la masa individualizada, por la autonoma, por la autogestin, por la independencia, por lo pequeo... frente a lo macro, lo globalizador, lo totalizador, lo uniformizador, lo alienante. Y entonces ser posible una Humanidad de pueblos libres, unidos por lazos lbremente escogidos... pero donde haya donde escoger. 5.- Alternativas-os Las realidades van ms rpidas que el lenguaje. El trmino nacional o nacionalista lo asociamos a Estado porque histricamente han estado identificados. Igual que seguimos el trmino militancia y ya ven ustedes de dnde viene. Pero no es eso lo que nos tiene que parar, ya encontraremos otros trminos cuando hayamos avanzado ms; no por eso debemos cuestionar el trabajo por la liberacin de los pueblos. El caso es que tenemos que romper con la estructura Estado, hacerlo saltar en mil pedazos, en mil flores, en mil estrellas; para romper as los ejrcitos que se sustentan en ella. Pero, repito, no para crear Estados ms pequeos sino para que los pueblos, nuestros pueblos, se organicen de distinta manera, sin ejrcitos. Tendremos que trabajar, si es necesario an defender nuestras conquistas en su momento liberado, por la Autodefensa Popular: todo el pueblo asumiendo su propia defensa y no un cuerpo especializado y extrao profesionalmente a l; puede ser por la noviolencia, por la violencia o por formas combinadas: depender de la evolucin histrica de nuestra propia incidencia y en definitiva, de lo que el pueblo en su momento decida. Pero adems, slo as, trabajando por la soberana popular nuestro pueblo, ser como seremos ms eficaces en nuestro apoyo a otros pueblos que tambin luchan por lo mismo. Porque viviendo ahora y aqu, qu puede ayudar ms a un pueblo que lucha por liberarse que el que hayan cada vez ms pueblos liberados? Un objetor de y por conciencia es, necesariamente, un antimilitarista es un nacionalista en el sentido ya explicitado y tendra que exponer claramente que trabaja por la soberana popular o

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individual y no por la de nadie ms, Y un nacionalista es el mejor internacionalista. Quin no est en este proyecto? Quin en el fondo no desea avanzar por este camino?. Colectivo de Objecin y Antimilitarismo Las Palmas-Canarias, Octubre-84

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1991 Trueno: La CNT por la independencia de Canarias". Es curioso observar como en la actualidad las organizaciones libertarias de mbito estatal han llegado contradictoriamente a asumir para su proyecto el marco territorial que les seala el mismo Estado que se aborrece, protagonizando un esperpntico espaolismo. Y es que slo han querido ver en las ansias independentistas la reivindicacin de nuevos Estados, despreciando las luchas populares que se desarrollan en las diferentes comunidades nacionales sometidas al Estado espaol para preservar su cultura e identidad al margen de la uniformizacin estatal espaola y por las ansias naturales de protagonizar la autogestin. Contrasta la posicin actual de la CNT con la que los anarcosindicalistas isleos defendan en mtines obreros y en artculos de la prensa libertaria del Archipilago en los aos treinta, haciendo gala de su organizacin autnoma y del pacto federal que no los supeditaba a las decisiones de sus compaeros en la Pennsula Ibrica. Y ello incluso mucho antes de que en octubre de 1933 el PCE asumiera la cuestin nacional en su plataforma electoral provisional, acogida posteriormente en el programa electoral del FUR, asunto del que tanto se ha alardeado en los ltimos aos, presentndolo como la primera declaracin por la liberacin nacional desde una posicin de clase... Se realizaban los preparativos del I Congreso confederal canario y nico hasta el momento presente que tuvo lugar entre los das 6 y 9 de abril de 1933 en el derribado Cine La Paz que se alzaba en la plaza homnima de Santa Cruz de Tenerife. "En Marcha", el portavoz cenetista canario, publica el 11 de marzo un artculo titulado "Temas para el prximo congreso regional. Canarias ante la gravedad del momento actual". En el mismo, sobre la gravedad de la situacin se concluye: "En una palabra: Canarias es para la Pennsula lo que en otro tiempo fueron Cuba y Filipinas, lo que para Francia y Blgica son la Guyana y el Congo, unas pobres colonias. Nada ms!". Una vez sealado el fracaso de la va democrtica y de diagnosticar la bancarrota del capitalismo, se seala que 1a Revolucin se aproxima a pasos de gigante". Y se advierte que si al producirse esa Revolucin los "pases imperialistas de Europa" trataran de apoderarse de las Islas, al proletariado del Archipilago no le quedara ms que un "recurso herico y supremo: levantar la bandera de la rebelda para expulsar a los invasores y proclamar la independencia del pueblo canario para que con el apoyo de sus hermanos de la Pennsula pudiera regir libremente sus destinos". Con respecto a la situacin de la organizacin anarcosindicalista islea y sus posibilidades revolucionarias, Ricardo Sanz, delegado del comit nacional de la CNT, desplazado desde Madrid para la ocasin, escribir ("En Marcha", 15 de abril de 1933) que "la C.N.T. se encuentra hoy en Canarias, y sobre todo en Tenerife, en condiciones de poder encargarse de todo el sistema de produccin y de consumo, con la seguridad de cumplir su misin histrica, sin grandes dificultades y trastornos". Una Revolucin que, lamentablemente, el brutal golpe militar fascista de 1936 abort en las Islas, no sin contar con valientes focos de resistencia por parte del pueblo trabajador, entre los que la accin de los libertarios fue destacada.

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Trueno Datos extrados del libro CABRERA ACOSTA, M.A., La II Repblica en las Canarias occidentales, C.C.P.P. en 1991. [Texto publicado en el n 5 de El Baifo, diciembre de 1991].

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1992 COA: "Necesidad de estructurar la CNT en Canarias". Cuando hablamos de la necesidad de estructurar-montar la CNT en Las Palmas de Gran Canaria, deberemos de entrar en una serie de sucesos y detalles que los ltimos aos ha venido sufriendo el "movimiento anarquista canario", o ms especficamente en Gran Canaria. No debemos entrar el el meloso de diferencias o ficticias que se basan en una prctica que nos ha lleva'o a la indiferencia total, pues sabremos comportarnos como humanamente nuestra experiencia anarquista nos ha hecho individuos/as "libres". El apoyo mutuo, la solidaridad, la igualdad, el asamblearismo, el hablar claramente, la revolucin integral imaginativa y alegre, la desobediencia,a el sabotaje, la accin directa, la resistencia activa, la represin, la prisin, el individualismo, el separatismo, la sorrudez, los gritos, el compadreo, los golpes en mesas, la provocacin, el instigamiento, el jamoneo (parejismo), la justificacin, las peleas, el obviar, la contra..., el no aclarar, nuestras vidas revolucionarias,..., no han sido cosas que debamos de olvidar para reunificar a las/os individuos/as y colectivos que nos movemos dentro del espectro anarquista-libertario-autnomo de Gran Canaria. Dicha reunificacin lleva consigo la libre disponibilid de todos/as para sentarnos a hablar de nuestra organizacin, en base a la realidad social-poltica-econmica-cultural que vive en estos momentos Canarias. Para algunos/as canarios/as anarquistas, la CNT en Canarias nos puede llevar a graves contradicciones en nuestro trabajo como movimiento anarquista. En primer lugar porque parte de las/ os compaeros/as que han querido estructurar la CNT parecen haberse olvidado de los anlisis que en aos anteriores hemos ido trajiniando con respecto a la estructuracin-coordinacin del movimiento anarquista canario, no slo avances sino tambin las malignas "putadas". Por otro la'o la inocencia de las personas que acaban de descubrir el anarquismo y que con grandes inquietudes quieren ser partcipes de l llevando la lucha desde la CNT y desconociendo las historias anteriores. Por un la'o y sin entrar en una crtica hecha a la CNT por gran parte de la Pennsula Ibrica que es conocido por todas/os desde hace aos, y teniendo en cuenta que las cosasa han cambia'o tanto pa'dentro como pa'fuera, nos centraremos simplemente en el concepto nacional de la confederacin. Nacional de qu, de donde?. Desde hace tiempo hemos teni'o claro que Canarias es una colonia y en todo momento hemos intenta'o (como ejemplo la lucha antimilitarista) no depender en nada del exterior, absolutamente en n, lo cual no quiere decir que no nos coordinemos con el exterior, al contrario, necesitamos la coordinacin con el mundo entero. Nuestro sentimiento se ha ido forjando cada vez ms independentista, no nacionalista, y que nuestro trabajo debe ir encamina'o a la concienciacin de nuestro pueblo a la desobediencia generalizada: en pr de la libert de las personas y los colectivos, llevando a la prctica nuestras, y no nuestras, teoras de la autosuficiencia autogestionaria. No tenemos nuestros proyectos? la CNT que representa? Confederacin Nacional del Trabajo. De dnde?: de Espaa. Pues aborrecemos espaa, todo lo espaol, adems espaa no existe. Esto quiere decir que no queramos saber n de los anarquistas de la Pennsula Ibrica?. Al contrario, debemos coordinarnos los anarquistas del mundo entero, pero cada cual aunque el Estado sea el mismo opresor tiene sus contrariedades especficas, y X siglas nos pueden llevar a graves contradicciones.

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Por lo tanto, la CNT en un pueblo colonizado a miles y miles de kilmetros puede fallar de lo mismo: colonizador ideolgico-geogrfico. Con esto no estamos desacreditando la CNT ni olvidando lo que ha significado en la historia de los movimientos sociales y lo que muchos/as de nosotras/os hemos aprendi'o de ella, que es lo que ha hecho el insitar nuestro renacimiento en la profundid, el anlisis, la crtica y que seamos unos/as "jodidas/os anarquistas". El anarcosindicalismo en Canarias no se descubre ahora, y tampoco es patrimonio de nadie y podemos perfectamente desarrollarlo sin dependencia de naide, lo que hace falta son trabajadores que queramos organizarnos anarcosindicalsticamente. En este sentido ha sido un grave error el panfleto repartido en la huelga 28-M en Las Palmas donde su lenguaje era totalmente castellano y fuera de contexto lingstico-cultural canario, no porque lo escribieran canarios sino porque vena de la metrpoli, en cambio su contenido lo asumimos perfectamente. Podramos entrar en cuchicheos y en ms de un detallito que nos lleva a ms crtica y alternativas, pero lo que se pretende es desarrollar lo que pensamos y crear el debate sobre la necesidad de estructurar la CNT en Las Palmas de Gran Canaria (en Tenerife existe desde hace tiempo) y en definitiva en Canarias, o llevar el anarcosindicalismo desde nuestra independencia en todos los sentidos. Para el debate y la profundizacin no solamente estamos los canarios, las canarias, sino que toda aportacin del exterior nos vendr de abutem (como dicen los madrileos) para el bienestar del canario/a de Canarias y del planeta tierra. Nos falta por decir varias cosas (CNT Las Palmas, un sindicato o un colectivo alternativo?, Arreglamos los problemas de nuestra casa o preferimos aliarnos con el vecino?, Se est por la libre colectivizacin de las personas o es una matraquilla la CNT o contra la CNT? Es alguien ms anarquista que otro alguien?, Anarquismo o fliquismo?....), pero el espacio nos recorta. Seguiremos. Esperamos aportaciones. Salud. Colectivo de Objecin y Anarquismo. 24/7/92

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1994 Ferinto: "La independenciA que queremos". Se nos ha criticado, y con razn, que nuestra propuesta independentista libertaria no est definida con claridad. Cierto es que los colectivos e individualidades que entendemos que cualquier propuesta de emancipacin social anarquista en Canarias pasa ineludiblemente por la liberacin nacional no hemos perfilado nuestro proyecto como las mismas circunstancias polticas nos han demandado y que ahora, en la actualidad, nos continan pidiendo quizs con mayor rigor. El movimiento libertario, que en las Islas acta, sufre una divisin sobre este tema que ha generado momentos de polmica y enfrentamiento (1). Mientras para las organizaciones anarcosindicalistas y otras en su periferia la cuestin nacional canaria equivale a interclasismo y apoyo a la creacin de un nuevo Estado --refugindose en el manido tpico de mi patria es el mundo y si familia la humanidad para justificar su espaolismo--, para el resto de colectivos e individualidades, con una lnea autnoma y sin rmoras estatalistas de tipo organizativo, el independentismo es algo que indudablemente ha de incorporarse al discurso y a la accin en que ste se base. El anarcoespaolismo El anarcosindicalismo en Canarias es algo testimonial, nominal, y si mantiene su presencia en las islas es por el apoyo econmico que recibe de las cpulas de sus respectivas organizaciones estatales. Es fcil de entender, pues, que resultara demasiado arriesgado para quienes en Canarias participan de esas siglas poner en cuestin el marco referencial de lucha, acercndolo a la realidad inmediata, y, en coherencia, romper con una estructura organizativa que les lleva en muchas ocasiones a reproducir sin ms lo que otros han decidido en lugares distantes y distintos al nuestro. El resultado es evidente: mantienen testimonialmente una sigla que nada autnticamente liberador aporta al negarse su propia autonoma, su propia capacidad de decisin y accin, de creacin personal y colectiva; la militancia queda supeditada a lo que La Organizacin decida y la insatisfaccin, la frustracin, aparece ante la incapacidad real de desarrollar las tareas que otras personas en situaciones y lugares lejanos se han marcado para dar respuesta a su realidad. Un anarcosindicalismo canario Muy diferente ha sido, sin embargo, la posicin que el anarcosindicalismo organizado de las Islas adopt en pocas de mayor incidencia social y poltica. Con valenta y autntica visin revolucionaria se manifest durante los aos treinta de este siglo* en mtines y en la prensa con un independentismo autogestionario y federalista (2) que incomprensiblemente no se reivindica, por los actuales anarcosindicalistas de las Islas, con el orgullo con que se hace al rememorar la revolucin asturiana del 34, el 19 de julio barcelons o las colectivizaciones aragonesas. Al contrario, se silencia, contribuyendo as al desconocimiento que de su misma historia tiene el pueblo trabajador canario, a quien se le hurta, tambin por parte de los historiadores oficiales

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cobijados en las universidades de las Islas, de sus episodios de marcado acento libertario o descaradamente tergiversndolos. Pero si el anarcosindicalismo canario de la dcada de los treinta intentaba abrir nuevas sendas emancipatorias proponiendo la independencia como inevitable para protagonizar la autodeterminacin -la autogestin consiguiente al estallido revolucionario-, lo hacia porque era heredero de una tradici6n libertaria que en el seno del movimiento obrero isleo se haba venido manifestando desde comienzos de siglo con una estructura y funcionamiento marcado por una rabiosa autonoma, por un aferramiento a la realidad en la que intervena, que lo haca sabedor de su propia capacidad y posibilidades reales. No se optaba por la independencia desde un alegre aventurerismo, sino conscientes de que ello era as por la misma dinmica de la emancipacin social. Los anarcosindicalistas canarios de la dcada de los treinta eran independentistas porque eran sinceramente revolucionarios. Sin memoria Pocas voces se alzan hoy en el seno de las organizaciones estatalistas libertarias atrevindose a defender la necesaria autonoma organizativa y una actuacin sobre la realidad ceida a sta, dejando de importar modelos extraos Desde los comits o desde otras posiciones de jerarqua (es hora de que las cosas se llamen por su nombre y se reconozca que ello existe en las mismas entraas de las estructuras organizativas que tericamente basan su existencia en el propsito de destruirla) se acalla el debate y se resucitan los viejos tpicos. No puede existir debate cuando se recurre al tpico ideolgico sacralizado en los santos evangelios personalizados en los acuerdos congresuales. La visin negativa de la liberacin nacional puede el anarcosindicalismo organizado de las Islas adopt en verse perfectamente si se analiza la prensa anarcosindical hecha en las Islas desde el comienzo de la transicin hasta el presente. Ni una expresin positiva ante la misma ha tenido cabida en sus pginas; han tenido que ser los fanzines, y las posiciones autnomas, quienes han tenido que airear que existen otras alternativas desde lo libertario a la cuestin nacional, que la liberacin nacional tiene una expresin antiestatal, de accin directa, autogestionaria y federalista. Espaa = Estado Las organizaciones de mbito estatal, reclmense de la ideologa que sean, son esencialmente espaolistas. El espaolismo no es patrimonio de la derecha ni se manifiesta ms visceralmente cuanto ms se aproxime al fascismo; est presente tambin en quienes citan y recitan a Marx o Bakunin y niegan que el pueblo trabajador isleo sea esencialmente distinto a otros y que sea necesario que ste se reconozca a s mismo y profundice en su propia definicin como un rasgo ms de los que ha de plantearse para encaminarse, por s mismo, hacia mayores cotas de libertad y bienestar en los caminos de la autogestin. El espaolismo es enemigo de la Libertad, es uniformador, negador de la diferencia, centralista, jerrquico, opresor, como cabe esperar de una ideologa generada por un Estado, creado por un pacto de las clases poderosas de diversas zonas geogrficas para perpetuar su dominacin.

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El que el Estado se maquille mediante procedimientos descentralizadores, creando el Estado de las Autonomas, nada cambia en esencia. Por un lado, porque se sigue conservando la misma estructura piramidal (el papel de l@s "ciudadan@s" es semejante en un Estado centralizado que en el actual) y por otro, porque con ello se intenta reforzar la idea de una Espaa plural, como supuesta suma de comunidades. Pero al mismo tiempo persiste la misma cultura espaolista y, por supuesto, las funciones de defensa siguen bajo un ejrcito reaccionario, vigilante ante cualquier manifestacin que ponga en cuestin la sagrada unidad de su Patria. Estado, territorios y fronteras Las fronteras estatales no son algo inmutable, eterno. Como la historia -y el mismo presentenos demuestra, constantemente estn cambindose de demarcacin y sobre los mapas se dibujan nuevas rayas con las que los grupos de poder se reparten las riquezas, los recursos materiales y humanos... Adems rara vez un estado encierra en sus fronteras a toda una nacin y slo a ella. Es propsito de cada Estado el dar cohesin a sus sbditos, hacerles partcipes de ese Estado, definido por unos territorios, unas gentes que en ellos habitan, y una estructura jurdico-poltica que los organice. Genera para ello una cultura de Estado, como es el caso del espaolismo. Hacernos sentir espaoles es su propsito, hacernos cmplices, sin que nos demos cuenta, de quienes nos oprimen y econmicamente nos explotan, colaborando responsablemente en hacer perdurar el Sistema que para ese fin han creado. El espaolismo es una ideologa de Estado y capitalista. Optamos por la destruccin de las fronteras, ms no de las diferencias culturales. Son precisamente los oprimidos de esta tierra los depositarios de su cultura nacional, diferenciadora de otros pueblos. Cultura nacional, no obstante, contaminada tambin por la cultura burguesa. Abogamos, entonces, por el impulso de una cultura popular canaria; una cultura que asumiendo las expresiones autctonas (eliminando aquellas que se oponen a una liberacin total del ser humano) incorpore otras que nos encaminen hacia la emancipacin global por nuestra misma actuacin colectiva y personal. La autonoma por la independencia Quienes actuamos desde posiciones autnomas, hemos de reconocer, haciendo sincera autocrtica, que no hemos contribuido en demasa a explicar nuestras posiciones sobre la cuestin nacional, tal como al principio del escrito apuntbamos. Al contrario, nos hemos quedado en cuatro consignas que, aunque firmadas con una A, a los ojos de buena parte de la gente se las asimila a las habituales propuestas estatistas-independentistas. La falta de un contacto o coordinacin estable del rea autnoma-libertaria ha propiciado que no se haya contado con la suficiente capacidad para desarrollarlas con profundidad y hacer una divulgacin extensa de la misma. Los anarcosindicalistas de los aos treinta no son los nicos independentistas con planteamientos libertarios. Durante la transicin, y an antes, el movimiento independentista que se mani-

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fest bajo propuestas de lucha armada -aunque desarrolladas de manera incipiente y desordenada- tambin cont con participacin anarquista. Cubillo, desde Argelia, tambin inclua "A las barricadas en sus programas radiofnicos y llamaba a los anarquistas a engrosar las filas del MPAIAC (3), contando con adhesiones en este sentido (4), y en la calle haba expresiones de la misma (pintadas de "independenciA", con la A encirculada, banderas negras e independentistas ondeando juntas en las manifestaciones populares... ) (5). Sin embargo, a pesar de tanto fervor y sentimiento nadie explic en ese momento, ni lo han hecho hasta el presente, qu queran esos anarquistas. Salvando las condiciones que dictaba la clandestinidad, en ningn momento trascendi, desde los anarcos que estaban organizados en el MPAIAC, cmo es que cohabitaban con gentes que postulaban no ya la desvinculacin del Estado espaol, sino la creacin de un nuevo Estado. Nadie tampoco acierta a entender, ni ellos lo explicaron en su momento, cmo compartan organizacin con posiciones, adems de estatistas, de claro talante burgus y francamente xenfobas. Quizs ello tenga que ver con el desconocimiento y la confusin ideolgica del momento, aderezado con una va de escape de un activismo impulsivo, poco dado a la reflexin. Nacionalismo burgus Al igual que el espaolismo es una ideologa estatista que ayuda a contener el sistema de explotacin, el nacionalismo canarista cumple igual funcin. Un amplio sector de la burguesa canaria intenta ahora reubicarse tras la entrada de Canarias en la Europa de los mercaderes y el nuevo marco institucional del Estado de las autonomas y por ello juega al nacionalismo. Podrn adherirse, en un momento dado, ms amplios sectores de la burguesa que ahora defiende postulados ms espaolistas, dependiendo de si sus intereses no quedan suficientemente protegidos o son incapaces de pactar un acuerdo que les satisfaga con los capitales europeos. Llegado el momento, si las cosas se le complican, podrn apostar por la ruptura y abogar por la creacin de un estado canario, incluso algunas de sus lderes airean ya la posibilidad de conversin de las Islas en un Estado libre asociado, al estilo de Puerto Rico. Mientras tanto juegan al nacionalismo canarista como en un pasado no excesivamente lejano lo hacan por el nacionalismo espaolista. Al nacionalismo canarista se han atrado buena parte de los cuadros sindicales y polticos de la izquierda tradicional del Archipilago y comparte con ellos las prebendas del poder, mientras lo rentabilizan garantizndose una paz social y dando a su gestin determinados tintes progresistas que en nada cuestionan el actual sistema de dominacin. Antes ya citbamos cmo es que la misma dinmica y extensin del movimiento autnomolibertario haba contribuido, junto a la incomprensin manifestada por la ortodoxia anarcosindicalista y adlteres, a que nuestra proposicin de liberacin social y nacional se confunda con una cohabitacin de clases que den lugar al surgimiento de un estado canario. Tiene realmente algo que ver nuestra propuesta con la que acabamos de describir? Nuestra proposicin no slo est lejos de ella, sino radicalmente enfrentada. Primero, porque se desarrolla lejos de las estructuras que la burguesa ha diseado para garantizar su dominacin de clase. No tiene, ni tendr

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nunca por tanto, una expresin institucionalizada como la que acabamos de describir. Nunca podr plantearse como programa electoral... Nuestra propuesta independentista nace de la necesidad de emancipacin clasista y, como tal, acogiendo la necesaria liberacin de la opresin nacional que la burguesa y su estado (hoy el espaol) ejercen. Si, hoy, determinados sectores de la burguesa canaria se sienten agraviados y se desmarcan de sus tradicionales posiciones espaolistas no significa que vayan a hacer dejacin de su dominacin; no es otra cosa -como ya hemos repetido- que una reacomodacin a una nueva situacin, en la que busca posicionarse de forma ventajosa. El Estado no libera, oprime Tampoco existen paralelismos con las tradicionales posiciones independentistas del Archipilago, hoy testimonialmente mantenidas por CNC y FREPIC, una vez que el PCAC -la expresin independentista del comunismo ortodoxo- se diluy por si slo y hasta alguno de sus antiguos lderes hoy pastan por la CoCa y que MCL se enfrascara en una divisin interna que posteriormente dio lugar al MAC, dejndose de tener noticias de ambos desde hace tiempo. Este nacionalismo, igualmente burgus. que se diferencia del nacionalismo canarista por sus planteamientos de abierta ruptura con el Estado espaol y la creacin de un Estado canario y por su vocacin panafricanista, puede confluir perfectamente con Coalicin Canaria (CoCa) si se dan ciertas condiciones en un momento dado (un mayor radicalismo verbal y cierto protagonismo a sus lderes puede bastar... ), pues en esencia optan por mantener el actual sistema de dominacin de clase. Cuando algn peridico public un 28 de diciembre la "inocentada" de que Cubillo -el histrico lder del MPAIAC y CNC- fichaba por la CoCa, muchas personas dieron por cierta la noticia, viendo como lgico que Cubillo intente hacerse un hueco bajo el sol que un da ayud a prender. Cualquier iniciativa que opte por el Estado como alternativa a la opresin nacional es esencialmente burguesa y no va a transformar las condiciones en que se produce las relaciones de produccin y dominacin presentes. Nosotros nos manifestamos como independentistas porque somos anticapitalistas, porque consideramos que para superar al actual Sistema debemos destruir todos los aparatos en los que se basan las clases dominantes (de Europa, Amrica o Canarias...) para perpetuar su dominio, debemos destruir el Estado y cualquier organizacin burocrtica que lo genera. Nuestra opresin cultural, tnica, es pareja a la opresin o explotacin econmica, ya que son las condiciones histricas en que se ha desarrollado sta las que han hecho que aquella se manifestara como un elemento necesario que la garantizase. La opresin nacional es una manifestacin ms de la opresin capitalista, porque el capitalismo en Canarias se ha desarrollado bajo formas coloniales. No cabe plantearse una liberacin de clase dejando intacta la opresin nacional, como tampoco sirve pensar en una liberacin nacional obviando la opresin de clase. La doble opresin nacional y de clase debe tener una solucin conjunta, al mismo tiempo. La revolucin, por tanto, pasa por la independencia.

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Independentismo libertario La alternativa que defendemos parte de la autoorganizacin como mtodo. La autoorganizacin tiene como eje la asamblea de iguales, la desaparicin de las jerarquas, la disolucin del poder. La autoorganizacin es posible impulsarla desde ya, desde los barrios, los centros de trabajo, etc. , como forma alternativa de organizacin al Sistema (entindase, partidos, sindicatos e instituciones mediante la que el Sistema nos indica que "participemos"). Es la democracia directa que se opone a la democracia burguesa, delegada, burocrtica. La sociedad canaria que propugnamos no vendr como resultado de unas elecciones, sino que surgir a travs de la accin directa y la autogestin. Las candidaturas (llmense como se quieran llamar) no sirven para promocionar la autoorganizacin popular, sino que la frenan potenciando el reformismo y negando el protagonismo colectivo. Los medios empleados son los que van perfilando los fines. Los procesos autoorganizativos marcarn las pautas de cmo ser la sociedad canaria del porvenir. La coordinacin de estas realidades, mediante delegaciones revocables, articular el movimiento, al que desde ahora lo va enriqueciendo tambin las variadas cuestiones que se plantean desde los movimientos sociales de raz asamblearia (ecologismo, feminismo, antimilitarismo...), cuyas aportaciones habrn de irse incorporando siempre que vayan en un fortalecimiento de la alternativa autoorganizativa. El poder estar en la base, disuelto; vaciadas las instituciones de sentido y parapetadas tras ellas la burguesa y l@s burcratas que las defienden, muy poco esfuerzo costar desprenderse para siempre de ellas, simplemente porque no servirn para nada: significar que el pueblo canario ejerce su autogobierno, que Canarias es independiente, que nadie ajeno a su pueblo manda sobre l... La emancipacin nacional no la planteamos pues como una copia de la sociedad capitalista, donde subsiste la divisin dirigentes/dirigid@s, sino que se evita la creacin de cualquier nueva clase privilegiada o burocrtica mediante la coordinacin de las decisiones asamblearias. Planteamientos igualmente autogestionarios debe tener la alternativa econmica, lo que significa que el pueblo habr de dotarse del conocimiento necesario para regirlo. Una economa que liar renuncia de tecnologas complicadas, con lo que se evita la necesidad de especialistas" y de dependencias forneas, y que habr de producir de acuerdo a las necesidades reales slo lo que haga falta. Una economa que respete el frgil medio de las islas, utilizadora de energas renovables y que tiene en la reutilizacin y el reciclaje unas claves para su desarrollo. Contra toda dominacin, independencia La alternativa independentista libertaria puede aportar al momento presente la clarificacin de la que carece las otras alternativas que se reclaman por la emancipacin nacional o por la liberacin de clase. Precisamente en un momento en que la izquierda tradicional va haciendo aguas, una vez que el patrn sovitico se desmoron, y navega al pairo socialdemcrata o sus lderes desertan para asociarse a quienes han criticado como representantes polticos de la burguesa

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islea, dejando a las bases hurfanas de cualquier referencia. Cuando, adems, el desprestigio del Sistema cada vez es mayor, proporcional a los casos de corrupcin que se ve obligado a destapar para ocultar la misma estafa colectiva que representa la existencia del Estado espaol. En una situacin en que el independentismo canario que aboga por la creacin de un nuevo Estado se ha quedado en una mera retrica verbal y concibe su proyecto como un mero cambio "administrativo", de bandera, uniformes y poco ms... En estos turbios tiempos, donde el tiempo va asentando dnde queda cada cual, la alternativa independentista libertaria puede significar el acicate necesario para hacer emerger el protagonismo popular y unir la emancipacin nacional a la de clase. Por lo pronto, procuraremos seguir divulgando, debatiendo, sin dejar de impulsar los movimientos asamblearios que le permitan al pueblo autogoorganizarse para solventar sus asuntos y que es la esencia misma de la propuesta. FERINTO Notas: 1. El Baifo, n 5, pp. 26-27. 2. Trueno: "La CNT por la independencia de Canarias en El Baifo, n 5, pg. 5. 3. Ver el llamado "Libro Blanco del MPAIAC" en Canarias, otro volcn. Ed. Hordago, 1978. 4. Ver el informe cuasi-policial de las detenciones de independentistas en 1978 del fascista periodista Carlos Milln Cazorla, Camica, en Canarias pudo ser independiente. Jaque a Cubillo, edicin de autor, 1981. Tambin el artculo "IndependenciAnarqua" en Baile del Sol, n 3. 5. "IndependenciAnarqua", en Baile del Sol, n 3. * Texto publicado en El Baifo, n 6-7, septiembre de 1994.

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1994 Manuel Gonzlez: "Santa Cruz '94: Cinco siglos... aguantndolos!". Cuando los ecos parecan apagarse de un 92 con el que el Estado espaol y sus clases dominantes celebraron el comienzo de la masacre americana, dos aos ms tarde le llega el turno de celebrar tambin el V Centenario de un parecido acontecimiento a Santa Cruz de Tenerife. El alcalde, Garca Gmez, y su squito de concejales, con la anuencia de los de la supuesta oposicin, decretan que los que viven y sobrevivimos en esta ciudad debemos celebrar los quinientos aos de su fundacin. Hecho falso a todas luces: Aazo ya exista hace cinco siglos, como as lo atestiguan los numerosos restos arqueolgicos encontrados, sobre todo en la zona comprendida entre los dos barrancos que la surcan ?-de Santos y del Hierro??. La mentira histrica En 1494 el rea que actualmente ocupa la ciudad se encontraba habitada y, por tanto, a finales de abril o comienzos de mayo ??los historiadores no se ponen de acuerdo, como se emperran oficialmente desde el Ayuntamiento, que fuese el 3 de mayo...??, cuando el asesino Alonso Fernndez de Lugo desembarc con sus tropas en sus playas, lo que hizo no fue otra cosa que realizar, como otras veces anteriores lo intentaron otros, una tentativa de tomar posesin de la Isla. Nos quieren hacer creer que la historia de la ciudad comienza entonces, ignorando a las gentes que pacficamente ya moraban en su solar. Lugo hendi la cruz de madera en las playas de Aazo como smbolo de posesin y despojo cultural de sus naturales moradores. Vino en connivencia con la Iglesia, aliada siempre del poder y la opresin, quien ya se haba establecido tiempo atrs en el menceyato de Gmar -?dando lugar a la "milagrosa aparicin'' de la virgen de Candelaria?? como modo de Imponer la sumisin e ir preparando el terreno a la conquista militar. No fue Lugo tampoco el primero de los conquistadores castellanos que intent establecerse en esta zona del menceyato de Anaga. Por ejemplo, ya en 1464, Ins Peraza y su marido Diego Garca de Herrera firman con los indgenas las llamadas paces del Bufadero, mediante las cuales se construye el primer edificio europeo en Aazo con el que se pretenda defender la zona de las correras de los piratas europeos y servir de base de operaciones para la explotacin, entre otras, de la riqueza forestal de la Isla. Abandonados los intentos seoriales y asumida la conquista directamente por los Reyes Catlicos, con el desembarco de Lugo y los suyos tampoco fue continuada su presencia en la Isla. La gran derrota que le causaran los naturales en la zona de Acentejo hace que al mes siguiente se retire y no realice un nuevo intento hasta octubre del siguiente ao, plazo en el que prepara otra vez la conquista, sirvindose nuevamente del dinero que aportan los capitalistas de la poca. La campaa militar de 1495-96 ser definitiva y desde entonces hasta ac se vincular esta Isla, al igual que el resto de las Canarias, a lo que hoy se da en denominar Espaa.

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El montaje de la celebracin Desde mediados del ao pasado, el Ayuntamiento ha dado vida a la Fundacin Santa Cruz 94, organismo autnomo encargado de celebrar los actos conmemorativos, cuya presidencia de honor ?y para que no quede duda de la vocacin espaolista y monrquica de sus impulsores nacionalistas de la ATI/AIC?? la ostenta el rey Juan Carlos I de Espaa quien adems es alcalde honorario de la ciudad. Se conmemora un desembarco, en definitiva un hecho militar. Es lgico que quien ostenta el mximo mando de las fuerzas armadas espaolas sea, consecuentemente, quien obtenga su representacin honorfica. El protagonismo que alcance en los actos el ejrcito ser, por tanto, destacado. Igualmente el protagonismo de la iglesia catlica no desmerecer. Las sotanas se alzarn a los plpitos y glorificarn el hecho de la conquista y colonizacin como un gran avance para estas tierras habitadas por gentes salvajes, a quienes, gracias a ello, se les trajo el progreso material y la salvacin espiritual que a todos nos ofrece, siempre que permanezcamos sumisos y obedientes en este valle de lgrimas en el que malvivimos a costa de mantener a tanto patrn y a tanto burcrata. La iglesia, en su papel de adormecedora de conciencias, haciendo posible la "paz social" ha sido tradicionalmente una aliada de la dominacin de las gentes y las tierras de Canarias e intentar salvaguardar su lugar a la diestra de los ricos y poderosos. El evento que se nos vende es en realidad una llamada al consenso social desde las instituciones y corporaciones hacia la poblacin a quien dice representar y sobre la que aplica su poltica. Es toda una campaa de imagen para dar legitimacin al Ayuntamiento, a los partidos, a las asociaciones patronales, a la iglesia, a los sindicatos y a todos aquellos que, de una u otra manera, conforman la estructura dominante y pastan en el pesebre institucional... Una vez aplacado el tmido movimiento vecinal de la transicin democrtica y convenientemente encuadrado, convirtiendo las AAVV en apndice del poder municipal y valiosa mquina de hacer votos, nos intentan llevar al comn de la ciudadana a su terreno. Todo ello preciso como infraestructura ideolgica para seguir desarrollando sus planes urbansticos y de negocios. Nos comern el tarro con lo maravillosa que es nuestra ciudad, con lo buena gente que somos, y con las obras maravillosas que se realizan como el Parque Martimo, el Recinto Ferial, el Auditorio, etc. que estn convirtiendo "nuestra" ciudad en algo estupendo. La cultura de los QUINIENTOS engAOS Nos prometen multitud de actos culturales, empeados en comernos el coco con las premisas fundamentales de su poltica: connivencia de clases, espaolismo edulcorado de cierto regionalismo, perpetuacin de mentiras histricas, credibilidad institucional... Seremos espectadores sumisos de una poltica cultural dirigista, pasiva, colonialista, diseada desde las instituciones para provecho propio. Incluso se atrevern???en pleno ejercicio de la sinvergonzonera poltica a la que ya nos tiene acostumbrados la clase poltica autctona?? a maquillarla de participativa, con concursos y similares iniciativas; pero a lo que incitan no es a la libre creacin (expresin real de la participacin), sino a la sumisin, al sometimiento a sus directrices y "bases", engatusndonos a cambio con compensaciones econmicas y la "gloria oficial".

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La campaa del V Centenario es la confirmacin de la vocacin espaolista de la burguesa islea, personificada en ATI?AIC y sus socios de la Coalicin Canaria, al conmemorar en realidad el desembarco europeo que dara lugar a la posterior dominacin de sus moradores. El Estado espaol es, actualmente para la burguesa canaria, la mejor garanta para hacer sus negocios, para seguir explotndonos, para continuar disfrutando de las prerrogativas de clase... La campaa del V Centenario de Santa Cruz es un canto a Espaa, ???a la espaolidad del Archipilago", al ejrcito y resto de fuerzas armadas que "la garantiza", a la cultura burguesa y espaola'' (aunque adornada con "peculiaridades" canarias...). En definitiva es una clara celebracin colonialista... Contra toda burguesa, contra todo poder... El ayuntamiento, con su campaa del "V Centenario", se ha aliado con los sectores ms conservadores y reaccionarios del chicharrerismo que, como el peridico "El Da", acogen con alborozo esta nueva cruzada por la reconquista de la perdida capitalidad archipielgica. En realidad la campaa "Santa Cruz 94, cinco siglos es un nuevo episodio del llamado Pleito Insular, la disputa por la hegemona de la burguesa chicha o canariona en el Archipilago. Nos quieren arrastrar a canari@s de una y otra Isla al enfrentamiento; a que l@s pobres, que nada tenemos que defender (se defienden la pobreza, la necesidad... ?), disputemos para beneficio de quienes son responsables de nuestra situacin. Quieren una ciudad que, a costa de lo que sea, acoja al poder, al capital, a los turistas adinerados... Pero, bien lo sabemos, no es precisamente con ese derroche con el que se festeja la celebracin de los fantasmagricos cinco siglos de Santa Cruz como va a cambiar nuestra vida. Y seguirn sin mover un dedo para resolver los problemas que soportamos en esta ciudad que padecemos: asfixiante contaminacin (producida sobre todo por la refinera que tenemos enquistada), caresta de vivienda, amplios niveles de desempleo, pobreza y marginacin, ausencia de espacios culturales y de ocio para el disfrute gratuito, ascendente incremento de la cesta de la compra y transportes, trfico agobiante, etc., etc. Nada de ello se tratar de enmendar porque en ello les va su propia manera de entender la vida, su vida y sus negocios. La pobreza ser el mal necesario para que otros obtengan niveles de vida superiores ???y ellos, sus gestores, por encima de todo el resto???. Y la delincuencia generada por esa situacin, por la incitacin al consumo (que se crea por la publicidad emitida desde los medios de comunicacin y por el ejemplo de despilfarro y corrupcin que dan las instituciones y los lderes polticos) ser el catalizador para que los ciudadanos se arropen en las instituciones y, miedosos y sumisos, inquieran la proteccin de la polica como salvaguarda de su seguridad, solidificando as la intervencin represiva y al mismo poder. Y es que la democracia se consolida sobre la base del miedo y la mentira. Alzad@s ! Por todo ello, las personas y grupsculos que permanecemos en la periferia social y aborrecemos al poder, al militarismo, al colonialismo, a las instituciones, deberamos hacer un esfuerzo y concretar acciones para quitarle la careta a esos "cinco siglos" y mostrar el verdadero rostro de la dominacin. No basta con regaar la cara por las revolturas de estmago que nos producen

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los gestos del poder municipal; su osada y prepotencia bien merecen unas respuestas. Si bien la conciencia social no est a la altura de grandes contestaciones, pues, a buen seguro, los mandamases municipales y sus aliados se habran abstenido de semejante pasteleo, no es un testimonialismo absurdo el que se reclama. Es labor entonces, la de ahora, no slo denunciar este montaje, sino adems impulsar la autoorganizacin popular ???la reconquista de la soberana delegada en las corruptas e inservibles instituciones??? a partir de las asambleas (de barrio, de centro de trabajo, de estudio...) mediante las que el pueblo de Santa Cruz se sienta con su poder, ejercitndose en la democracia directa y conquistando espacios de libertad. No es propsito, pues, el erigir una vanguardia revolucionaria, de cuyas consecuencias ya conoce la historia, sino impulsar y dejar que el movimiento se exprese libremente. La emancipacin vendr por el ejercicio de la accin directa y la autogestin y no por las acciones de los partidos polticos, de sus elecciones, del parlamentarismo o de cualquier estructura piramidalmente organizada, pues slo posibilita un golpe de Estado al poder. Continuamente alzados, levantemos entonces la democracia directa y autogestionaria camino de una Santa Cruz habitable, humana, sin colonialismo, militarismo, ni opresin, en una Canarias independiente y libertaria. MANUEL GONZALEZ [Publicado en El Baifo, n 6-7, septiembre de 1994]

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1995 Vicente Caero: "Qu independencia?". En Canarias, es comn que se interprete el trmino independencia como la creacin de un nuevo Estado. Cuando se plantea la conveniencia de que nuestro pas rompa con la dependencia colonial espaola, por lo general se asocia como alternativa la edificacin de un Estado canario. Trataremos, en este escrito, de aclarar esta cuestin falsamente planteada y de exponer en coherencia, desde una perspectiva autnoma-libertaria, una opcin independentista. Cuando hablamos de independencia lo que intentamos es definir una situacin en la que se produzca una ruptura con la situacin dependiente que Canarias tiene desde el siglo XV. Esa independencia algunos la entienden simplemente como un cambio administrativo. As hablan de un Estado canario, un estado que falsamente se entiende como propio al considerarse que en el presente Canarias es una nacin sin Estado, hecho no cierto. Canarias ya tiene Estado Actualmente, Canarias ya posee un Estado que organiza su vida, que impone unas instituciones y unos tributos que las sustentan. El Estado espaol a quien nos referimos, en qu se diferenciara del propuesto Estado canario? El mbito territorial quedara circunscrito al Archipilago, pero con ello no queda garantizado que demasiadas cosas ms puedan cambiar, pues, dependiendo de los intereses de quines controlen el poder, podr tener un contenido "proteccionista" o bien ser permisivo con intereses extranjeros que realizarn una explotacin neocolonial de nuestros recursos. Pero, es ms, seguirn existiendo instituciones represivas (juzgados, policas, ejrcito...) y se seguir saqueando al pueblo con impuestos con los que sustentarlas y tambin a aquellas otras que impiden un verdadero ejercicio de la participacin popular (Ayuntamientos, Cabildos, Gobierno... ), ya que la casta poltica ejerce su actividad sobre el pueblo y veda la expresin libre de la ciudadana. Adems, la totalidad de las propuestas que tienen al Estado canario como valedor de la independencia del Archipilago no cuestionan el actual modelo social y econmico, acaso si introducen algunas matizaciones con las que intentan engatusar a la burguesa islea garantizando as sus apetencias de dominio econmico, nada proclive en el presente a apostar por la ruptura con el Estado espaol. El ejemplo del continente Como podremos comprobar en los jvenes Estados del continente afrikano, en muchas ocasiones estos han resultado ms sanguinarios y corruptos que las propias metrpolis. El ejrcito tiene una actividad que excede los estrictos mbitos castrenses para instalarse directamente en las instituciones que rigen la vida de estos pueblos, llevando un gobierno desptico que condena a la pobreza a la mayora de sus sbditos. Mientras, las jerarquas militares y la naciente burguesa nadan en la abundancia, sus mtodos no se entretienen en demasa con las formas y los opositores son rpidamente encarcelad@s, torturad@s, injustamente juzgad@s, ejecutad@s o desaparecid@s y hasta se sigue ejerciendo la opresin nacional sobre las etnias que separaron las potencias colonizadoras y que los nuevos estados reproducen al alzarse sobre las irracionales fronteras coloniales. En definitiva, bajo los nuevos Estados afrikanos se sigue viviendo en la

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injusticia y la opresin. Nada sustancialmente positivo han trado y puede que la nueva clase dirigente sea an ms corrupta y sus conductas sean an ms despticas que las de las antiguas potencias colonizadoras. Lo que traera de viejo el 'nuevo' Estado Cuando se habla de un Estado canario, aunque no se menciona, tambin se refiere a: una polica que, al igual que ahora, nos vigile y nos reprima, un ejrcito que, al igual que ahora, defienda los intereses de los poderosos y del mismo Estado incluso si fuera necesario aplicndose sobre los mismos ciudadanos de las Islas, un ordenamiento jurdico que, al igual que ahora, proteja a los ricos y los intereses inherentes al poder y castigue a quienes se rebelan ante estas injusticias, unos jueces que, al igual que ahora, ejecuten en nombre de la Justicia la parcialidad del Derecho legislado, una economa que, al igual que ahora, consagre la explotacin sobre quienes producen la riqueza social y sin embargo son desposed@s de ella, unos medios de comunicacin que, al igual que ahora, formen la opinin social que conviene a los intereses de sus propietarios o directamente del gobierno y censure las disidencias, una escuela que, al igual que ahora, capacite para las actividades productivas y modela seres acrticos y cobardes, incapaces de organizarse por s mismos y rebelarse ante las injusticias, unas crceles y unos manicomios donde recluir, al igual que ahora, a quienes se atrevan a saltarse las normas sociales establecidas, un largo etctera que, al igual que ahora, constituye la base de una sociedad desptica e injusta que nos condena a la resignacin, al sufrimiento, a la insatisfaccin, al no poder disfrutar de una existencia digna, plena de participacin y carente de opresiones. No existe un cambio sustancial entre el actual Estado espaol que nos sojuzga con el proyecto de Estado canario que algunos partidos polticos nos presentan como alternativa. El Estado nunca ser nuestro, siempre es de ellos: de los opresores En definitiva no existe ningn Estado que sea propio. El Estado es una estructura que siempre estar sobre el pueblo, nunca podr ser expresin real de l. Incluso en el marco de una sociedad que se proponga el desarrollo de unas bases sociales igualitarias y la abolicin de la burguesa, el mismo Estado se encarga de hacerla emerger nuevamente, tal como la historia nos ha demostrado. El Estado separa, hace aparecer una clase que dirige, manda y se enriquece en nombre de una colectividad que asiste de espectadora sobre todo aquello cuanto le concierne. El Estado hace siempre dependientes a los pueblos, al impedir el libre ejercicio de su soberana, su continua autodeterminacin, la prctica constante de la democracia directa como expresin de su voluntad, la apropiacin de su existencia y de la misma riqueza que genera.

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El Estado es dependencia; la autogestin, independencia Pero, entonces, cundo cabe hablar de independencia? Cuando proponemos una Canarias independiente y libertaria abogamos por la ruptura con el Estado espaol que nos ha mantenido sojuzgados durante casi seis siglos y, adems, afirmamos que esa independencia slo ser posible cuando el pueblo canario tome en sus manos directamente las riendas de su vida, lejos de cualquier tutela estatal. No seremos independientes hasta vernos libres de las garras de la oligarqua y burguesa canarias y del capital forneo y tambin de las instituciones diseadas para garantizar la dominacin. Canarias se ha de Independizar de todo Estado, incluso de aquel que se considera falsamente como propio. Cuando sealamos que el poder debe estar en manos del pueblo, esto es, que Canarias sea efectivamente autogobernada, afirmamos que su poder tambin se extienda sobre la economa, lo que implica la total autogestin de los medios de produccin, distribucin y consumo. Sin la autntica colectivizacin de la actividad econmica no existe independencia; actividad econmica que, no obstante, hemos de ir corrigiendo desde ahora, dirigiendo los esfuerzos hacia el logro de una produccin no dependiente, sino autocentrada, y en armona con el medio natural de nuestro pas y del planeta. La autonoma por la independencia Hablamos de una independencia producto de un proceso autoorganizativo, que haga ser al pueblo canario el autntico protagonista de sus destinos. Hablamos de un proceso marcado por la democracia directa, asamblesmo, portavoces revocables... por una prctica autnoma, sin necesidad de dirigentes ni vanguardias y sin participar en las instituciones, sino practicando la accin directa. No es a partir de la participacin en las instituciones del Estado espaol ni en las de un hipottico Estado canario como vamos a encaminarnos por los senderos que proponemos; viejas sendas ya propuestas desde planteamientos emancipativos de clase, esencialmente libertarios. Unimos la liberacin nacional a la de clase. La opresin nacional de Canarias ha sido necesaria para que se desarrollara un sistema econmico con planteamientos coloniales que hasta hoy se prolonga, por eso no separamos una de la otra. Como anticapitalistas somos independentistas, como ambas cosas somos, igualmente, antiestatistas y comunistas libertarios. Por un Independentismo libertario Los planteamientos independentistas libertarios fueron defendidos ya durante los tiempos de la II Repblica por la CNT de Canarias, tal como ya ha sido divulgado en varios artculos por esta misma revista. Durante la llamada transicin democrtica con la actuacin del MPAIAC, gentes que se definen como anarquistas se suman a ese movimiento independentista, sin que ello tenga excesiva trascendencia. Sern aos ms tarde cuando las posiciones autnomas, que intervienen desde los movimientos sociales, se reclamen como independentistas, siendo pionero en este sentido el caso del C.O.A. de Gran Canaria, referencia obligada en el antimilitarismo isleo. Posteriormente, publicaciones alternativas servirn de tribuna para formular propuestas en sintona con las posturas anarcoindependentistas cada vez ms ampliamente extendidas entre los sectores antagonistas.

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Sera necesario que, establecidos los esenciales vnculos entre los distintos colectivos y personas que en Canarias nos identificamos con la idea independentista libertaria, se iniciara un debate amplio, que con mayor profundidad definiera de forma colectiva su contenido, hoy explicado de forma bastante vaga y sobre la base de aportaciones individuales dispersas. La propuesta independentista libertaria debe definirse y desarrollarse de forma colectiva, pues entrara en contradiccin consigo misma si no se realiza participativamente desde la labor de los colectivos, desde las personas que actuamos de forma autnoma en los movimientos sociales. No es otra cosa sino reflejo y desarrollo natural de la propia labor que desde ya realizamos: la generalizacin de la prctica autoorganizativa, asamblearia, autogestionaria, de accin directa... pero necesariamente coordinada! Va siendo hora de acercarnos gentes de todas las Islas y hablarnos de cmo entendamos el desarrollo de nuestra idea de independentismo, madurndola desde los diversos sectores de lucha en los que intervenimos, enriquecindonos mutuamente con las experiencias que protagonizamos en nuestra diaria labor conducid@s por la idea de emancipacin nacional y social. El encuentro, la participacin y el intercambio de pareceres nos har crecer en nuestra capacidad y fortaleza, con una visin ms amplia y global, con mejor definicin, con mayor claridad, capaces de ir avanzando y extendiendo nuestro proyecto poltico-social... La propuesta ya est lanzada, cundo empezamos? VICENTE CAERO, 08/07/95. Publicado en El Baifo, n 8-9, diciembre de 1996.

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1995 Ferinto: "En Canarias tambin escribimos independencia con (A)". Un breve repaso por la dependiente historia econmica de Canarias el momento presente. Iniciamos con este artculo un debate sobre la relacin entre nacionalismo y anarqua. Todas aquellas personas interesadas en este debate pueden mandar sus colaboraciones a la seccin de opinin del peridico cnt. La historia del pueblo de Canarias es amarga y triste. La poblacin natural de las Islas fue masacrada en una conquista sangrienta y desigual ante un invasor provisto de armamento, medios y artes de guerra propios de su poca, el siglo XV. Mientras, los canarios que seguan disfrutando de la naturaleza de las Islas anclados en una cultura neoltica, viviendo mayoritariamente del pastoreo aunque tambin de la agricultura-, se vieron sorprendidos por un enemigo superior, al que, sin embargo, le cost un siglo hacerse con el dominio de todas las Islas. Los guanches, aliados de su espacio, desbordando con ingenio al contrincante, dieron serios reveses a los invasores europeos. A lo largo del tiempo, bereberes poblacin autctona del norte del continente africano, anterior al expansionismo rabe- fueron los que se haban trasladado a las Islas, constituyendo su pueblo. Est sobradamente constatado que el origen de los canarios es bereber. Muy al contrario de lo que interesadamente se ha dicho, tras la conquista de Canarias la poblacin autctona no desapareci, pues hasta hoy se prolonga, aunque con nuevas aportaciones tnicas por el contacto con diferentes pueblos. A pesar de que se empeen en hacernos creer que somos Europa, continuamos siendo africanos y no slo por nuestra posicin geogrfica A pesar de la terrible aculturacin a la que se someti a los naturales de este pas, hacindoles renunciar a su lengua y buena parte de su propia cultura, el pueblo canario del presente contina siendo portador de rasgos culturales que nos entroncan con nuestro pasado precolonial. El gofio contina presente en la gastronoma popular, perviven las msicas que ya se hacan antes de la colonizacin, al igual que su alfarera, tambin estn las fiestas y celebraciones heredadas de aquella poca, costumbres pastoriles, el lenguaje silbado gomero y un largo etctera que llega hasta la actual habla castellana de Canarias, salpicada de trminos guanches, que han logrado superar la avasalladora implantacin de esta lengua extranjera. Hoy, el pueblo canario es una etnia diferenciada que a lo largo de su colonizacin por el Estado Espaa ha recibido adems aportaciones de otros pueblos, como son los portugueses, los ingleses o los americanos. La vida econmica de Canarias ha estado marcada por la dependencia del exterior. Bajo un rgimen colonial, se saque la riqueza de un pas que, an hoy, se contina explotando y sobre el que no revierte la riqueza que genera, vindose obligado desde antao a importar de Europa las necesarias manufacturas. Canarias ha estado sometida al monocultivo de exportacin que ha esquilmado sus escasos recursos naturales, como la tierra, el agua, la madera As sucedi con el primero en implantarse, la caa de azcar. En las postrimeras del siglo XV, los ingenios azucareros poblaron los barrancos de las Islas con mayor riqueza forestal, muchas de cuyas reas fueron expoliadas y convertidas en combustible. La mano de obra esclava (en un 80% trada de la llamada frica negra), hizo posible adems que, con su trabajo, los paladares europeos se

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endulzaran y que nuestro pas fuera conocido como Islas del Azcar. El azcar va declinando progresivamente desde mediados del siglo XVI, por la competencia con Las Antillas y Marruecos. Posteriormente, y hasta el ltimo tercio del siglo XVII, vino el turno del monocultivo vincola, tras un proceso de reconversin agrcola. Los caldos canarios, especialmente el malvasa, alegraron a los europeos y hasta se hiceron famosos en sus cortes. Hasta comienzos del siglo XIX se exporta hacia e norte de Europa, especialmente Gran Bretaa, y cada vez con mayores dificultades hacia Amrica, a causa de los monopolios comrciales de la metrpoli. As se impondrn diversas restricciones y tributos, como es el caso de la obligada exportacin de 5 familias canarias para poder embarcar cada 100 toneladas (Real Cdula de Felipe V, 1678). As, los canarios tambin se convirtieron en colonos de nuevas tierras, obligados por la potencia colonizadora se su pas, y pueblan la regin de Venezuela o fundan la ciudad de Montevideo. De esta etapa vincola arranca la secular tradicin comercial anglo-canaria. Los ingleses establecidos en las Islas intentaron monopolizar el comercio del vino mediante la Compaa de Canarias, pero, tras varios motines, tuvieron que disolverla. Desde 1715, la exportacin de vino baja, a causa del decaimiento de la calidad del producto, la competencia de los vinos mediterrneos y del imperio colonial portugus y la poltica antiinglesa impulsada por la metrpoli, aunque ms tarde lograr reactivarse con la liberalizacin comercial de 1778, acabando definitivamente a finales del XIX. Hacia 1830 comienza el monocultivo de la cochinilla, cuyo comercio se hundir medio siglo ms tarde al aparecer los tintes sintticos. Fue la crisis ms brutal de la historia econmica y social de las Islas: la emigracin fue la nica salida, abandonando ms de un tercio de la poblacin activa del Archipilago su territorio. La crisis econmica, el hambre y las epidemias forzaron el destino de los emigrantes canarios hacia Cuba, principalmente, y, en menor medida, a Venezuela y Puerto Rico. En 1852 se intenta activar la actividad comercial con los Puertos Francos (1852). Ms tarde, en la primera dcada del presente siglo, se impone el monocultivo del pltano y el tomate, fomentados -cmo no!- por los ingleses para abastecer el consumo en Gran Bretaa, cultivos que an hoy da subsisten en franco receso ante las restricciones impuestas por Europa- con la nueva monoproduccin islea: el turismo. Hasta el alzamiento militar fascista de 1936 (Franco estaba desterrado a esta colonia), Canarias tuvo una relacin econmica mayor con Inglaterra que con Espaa y, a partir de perder las relaciones comerciales con el exterior (autarqua), por el aislamiento internacional del rgimen franquista, es cuando se acenta la espaolizacin cultural del Archipilago. Con la firma del pacto de Franco con el gobierno estadounidense, a cambio de la colaboracin militar, en Canarias hay cierto alivio econmico, pero la emigracin sigui siendo la alternativa para buena parte de gente asalariada y pequeos campesinos arruinados Canarias es hoy una sociedad dependiente, nunca ha dejado de serlo desde el momento de su conquista y colonizacin por los europeos. Sin embargo, actualmente se enfrenta a uno de los perodos ms trascendentales de su historia. El turismo est dando seales de agotamiento, ofertndose cada vez a precios ms bajos y mermando la calidad de los servicios. Al tiempo, los operadores tursticos los verdaderos amos del negocio- ofrecen otros destinos con sabor ms extico y precios competitivos. La prxima crisis puede resultar fatal, pues ya est cerrada

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la tradicional salida a las cclicas crisis anteriores: no es posible emigrar. Adems, excelentes tierras de cultivo han sido urbanizadas, el agua escaso recurso en las Islas- derrochado para abastecer el turismo (como antes lo fue para regar los monocultivos exigentes de este preciado lquido, caso del pltano: 400 litros/kilo), la agricultura y la ganadera abandonadas (ni siquiera es capaz de abastecer al propio Archipilago), un crecimiento poblacional desorbitado, una altsima tasa de paro (especialmente sensible entre las mujeres). Por ello, para garantizar su propia supervivencia, quienes siempre han perdido, quienes slo tienen sus capacidades para venderlas a cambio de un salario, a quienes siempre les ha tocado quedarse sin trabajo, quienes siempre han tenido que emigrar, quienes siempre han tenido que emigrar, quienes han sido desposedos de la riqueza que generaron, la llamada mayora social del Archipilago, tiene que elaborar por s misma una alternativa que le garantice un bienestar duradero. Y tiene que apostar irremediablemente por cortar con ese pasado que ha hecho que siempre haya tenido que perder. Tiene que ir por acabar con esa dependencia del exterior y apostar por un desarrollo autocentrado y sostenible, en armona con los proclamados planteamientos ecologistas radicales. Pero esa independencia que vemos como inevitable para atajar de una vez la miseria de nuestro pas, no la va a traer ninguna de las votaciones electorales, ningn poltico profesional Apoyamos una independencia expresin de un proceso de autoorganizacin popular, con el que el pueblo canario ejerza su propia autodeterminacin. Queremos vernos independientes y libres de las garras de la oligarqua y burguesa canaria y del capital forneo y de las instituciones diseadas para garantizar su dominacin. Ningn Estado, ni espaol ni canario, no llevar por esta senda. Unimos la liberacin nacional a la de clase. La opresin nacional de Canarias ha sido necesaria para que se desarrollara un sistema econmico con planteamientos coloniales que hasta hoy se prolonga, por eso no separamos una de la otra. Como anticapitalistas, somos independentistas; como ambas cosas, somos, igualmente, antiestatistas y comunistas libertarios. Los planteamientos independentistas libertarios fueron definidos ya durante los tiempos de la II Repblica por la CNT de Canarias. As se declaraba sin rubor en los mtines obreros y en la misma prensa cenetista y hasta discutido en su primer Congreso (S/C de Tenerife, abril de 1933). Lamentablemente, los actuales herederos de esta sigla parecen olvidar su historia y prefieren hacer profesin de fe espaolista, siguiendo las conocidas posiciones confederales sobre la cuestin nacional en todos los rincones sometidos al Estado que contradictoriamente se quiere abolir. Tras la dictadura franquista, con la aparicin del MPAIAC (Movimiento por la Autodeterminacin e Independencia del Archipilago Canario), gentes que se definen como anarquistas se suman a l, junto a una abigarrada amalgama de opciones, no slo claramente estatistas, sino adems de contenido burgus y hasta xenfobo. Ser aos ms tarde cuando las posiciones autnomas, que intervienen polticamente desde los movimientos sociales, se manifiestan como independentistas. Ese ser el caso del COA de Gran Canaria, referencia obligada en el antimilitarismo isleo. Posteriormente publicaciones como Arabisen, Alegato, El Baifo, Grito de Protesta, etc., servirn de tribuna para formular propuestas en sintona con las posiciones anarcoindependentistas cada vez ms ampliament extendidas entre los sectores antagonistas. Las escasas actuaciones interinsulares de los grupos autnomos (encuentros, campaas.), tienen igualmente su sesgo independentista. No tienen actualmente un gran desarrollo, pero s que estn presentes entre el pueblo canario, impulsando procesos autoorganizativos, estimulando asambleas, arrimando el hombro para solventar situaciones, realizando campaas, hacindo cultura alternativa, empujando y participando de movimientos sociales Estn estamos- don-

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de las fuerzas permiten. As, en Canarias, tambin empieza a entenderse que independencia se escribe con A. Texto elaborado para el an indito- librio Nacionalismo e Anarquismo, a editar por colectivos autnomos gallegos. Algunoscontactos: Arabisen:Apartado2134.35080-LasPalmasdeGranCanaria. GritodeProtesta:ApartadodeCorreos156.38300-LaOrotava(Tenerife). ElBaifo:ApartadodeCorreos692.38080-SantaCruzdeTenerife. Alegato:AnarteneoCasaVerde.C/RamnyCajal,n30.35001-LasPalmasdeGran Canaria.

[Artculo publicado en cnt, n 220, marzo de 1997]. NOTA IMPORTANTE: Algunas de las direcciones postales sealadas podran ya no ser operativas.

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1998 C.I. Anarko-Guanche: "La autodeterminacin est de moda" [fragmento]. La burguesa nacional... Los sectores ms importantes de la burguesa canaria siguen estando ligados a intereses espaoles, mientras el resto juegan a otras bandas que puedan atraer ms rditos. PP y Coalicin Canaria se reparten as la representatividad de la burguesa islea. A ambos el actual marco jurdico-poltico les es beneficioso. Ello no es bice para que, en el seno de la CoCa (1) -capitaneada por antiguos cargos franquistas junto a "demcratas" de nueva hornada- busquen cobijo los antiguos dirigentes de la izquierda autoritaria y ex-lderes obreristas (Mauricio, Rodrguez Brito, Mendoza, Aldun, Vctor Daz, "cristianos de base"...), que regresan a su lugar natural por linaje, mientras rentabilizan sus anteriores actividades "revolucionarias", intentando no deshacer sus vnculos con las organizaciones a las que estuvieron ligados, para garantizar la precisa "paz social". La burguesa pepera y coalicionera no tienen fronteras definidas. Son burguesa, les unen intereses. Colaboran mutuamente para seguir amontonando fortuna, con apoyos institucionales y con la corrupcin necesariamente presente en los mbitos del poder. Se apoyan aqu y salvan en la metrpoli al PP en las situaciones desesperadas (en los momentos ms lgidos del pasteloso enfrentamiento PP-nacionalistas, con el apoyo de la CoCa se logr superar algunas importantes votaciones parlamentarias en Madrid). Hoy por hoy, son marginales los sectores de la burguesa canaria que abogan por el independentismo y la autodeterminacin como necesaria para conseguir un Estado canario. Hoy por hoy a la burguesa no les interesa, lo que no significa que en un momento dado puedan no precisar de la creacin de un Estado canario para proseguir sus actividades explotadoras. La CoCa juega slo al amago, pero carece de un proyecto propio y definido, de una proyeccin ntida que logre consolidar una "burguesa nacional canaria"; es una simple suma de polticos oportunistas ligados a una burguesa especuladora que se une en la bsqueda del rapiador enriquecimiento rpido. El pueblo canario oprimido El sentimiento nacional canario sigue estando presente entre los desposedos, los que realmente han sufrido lo que es sentirse marginados en su propio pas, no slo por la dominacin extranjera de su solar, sino por la connivencia de la burguesa autctona en la continuada opresin de su cultura, de su expresin propia, de su idiosincrasia, y limitando, por tanto, sus posibilidades de desarrollo como individuos libres. Una burguesa que adems ha colaborado en la explotacin saqueadora de los recursos naturales y humanos del pas isleo, que se lleva lejos de las Islas la plusvala generada por el trabajo realizado aqu (como ejemplo basta citar que apenas el 10% de los ingresos del turismo se quedan en el Archipilago). No podemos esperar de los partidos de la burguesa otra cosa que los que nos estn dando. Podrn cambiar su rumbo en un futuro, pero nunca nos van conducir al pueblo canario (trabajador@s, parad@s, marginad@s, pobres, quienes no tenemos otra cosa que la fuerza de trabajo para poder subsistir) hacia una vida digna, con mayores cotas de libertad para el desarrollo de la vida individual y colectiva...

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Qu autodeterminacin nos dan? IU, FNC e independentistas de CNC y Pueblo Unido-Frepic, reivindican la autodeterminacin. IU aboga por la vinculacin del Archipilago al Estado espaol mediante una frmula federal, mientras CNC y PU-Frepic defienden la creacin de un Estado canario. Las diferencias entre unos y otros no son, como veremos, tan abismales. El derecho de autodeterminacin se nos presenta como un derecho a conquistar constitucionalmente. Esto es, se pretende integrar en el Sistema, la capacidad de los pueblos de separarse del poder central y organizar independientemente su vida si ese es su deseo. Y ello, mediante un complejo sistema (la constitucin canadiense puede ser uno de los tantos modelos) en el que se permita realizar un plebiscito en el que quede definido el estatus que cada comunidad desea asumir. Tanto IU como CNC y PU-Frepic no conciben que los pueblos puedan "organizarse" realmente por s mismos, sin necesidad de quedar tutelados por un Estado. En este sentido se est negando, por un lado, la capacidad real de emancipacin de los pueblos y, por otro, que sea el modelo socio-econmico, tanto o ms que el marco jurdico-poltico que est a su servicio, el que ha provocado que las naciones queden asfixiadas en sus expresiones. Si Canarias es una nacin oprimida lo es porque ha sido necesario para realizar una explotacin colonial de sus recursos por parte de potencias extranjeras desde el inicio de la dominacin europea de nuestras Islas. Es decir, han sido los ricos, los capitalistas y los polticos quienes han convertido en lo que es a nuestro pas. No slo nos han sacado la plusvala de nuestros riones, sino que adems nos han anulado como individuos insertos en su patria, despojndonos de nuestra identidad a su antojo, convirtindonos en seres apocados, acomplejados, sumisos e incapaces de rebelarse ante las continuadas injusticias que con nosotros y con nuestro medio se han ido cometiendo. Es el capitalismo en sus variadas formas (ahora el ms refinado neoliberalismo) y sus modelos institucionales el que nos ha hecho llegar a Canarias a la penosa situacin presente. La autodeterminacin e independencia burguesas ignoran el enfrentamiento de clases. Es ms, se convierten en armas de la burguesa para encubrirla. La conciencia de clase quiere suprimirse con una supuesta identidad nacional donde todas las clases (opresoras y oprimidas) quedan artificialmente anuladas. Sin embargo, no podemos separar la liberacin nacional de la liberacin social, de la emancipacin de clase. Nuestra opresin no slo viene dada por la obligada pertenencia al Estado espaol, sino que est ligada y se complementa con otra variada gama de opresiones producto de vivir bajo un sistema clasista y opresor de nuestra vida, impidindonos plenamente expresar y desarrollarnos con entera libertad. No parcelamos la lucha contra la opresin, pretendemos destruirla en su conjunto. La autodeterminacin e independencia burguesas no da el poder al pueblo, sino que la voluntad popular queda secuestrada por los polticos, siempre ligados a los intereses de los poderosos, o convertidos estos en la nueva clase dominante en los casos de un Estado de corte ms autoritario (recordemos el modelo de capitalismo de Estado de los pases del Este hasta hace unos aos). Cuando desde posiciones libertarias abogamos por la independencia (ejerciendo el derecho natural de cada individuo, grupo, comunidad, etc., a la secesin) no lo hacemos en los mismos

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trminos que los burgueses nacionalistas o las pretendidas posiciones "de clase" de las cada vez ms escasas gentes que se reclaman de izquierdas. Unos y otros no conciben la independencia si no es vinculada al Estado y, por tanto, sin desprenderse de una concepcin social que no supera el actual modelo poltico, econmico y social: polticos/ciudadanos, capital/trabajo, dirigentes/ dirigidos, opresores/oprimidos... Lo que queremos... No queremos un simple cambio administrativo con el que pocas cosas se modificaran en la vida de los sectores oprimidos del Archipilago. Abogamos, por el contrario, por el impulso de la autoorganizacin obrera y popular para conseguir mejorar las condiciones inmediatas de vida (trabajo, vivienda, educacin, sanidad, mejoras sociales...), por el desarrollo de experiencias organizativas y de gestin al margen de las sealadas por el poder (partidos, sindicatos...), en el que el funcionamiento asambleario y la coordinacin con portavoces revocables sean las nuevas formas que vayan prefigurando una vida realmente participativa, configurando unas estructuras "independientes" (la partcula in es negacin) al Estado espaol. Proponemos llegar a la independencia por el protagonismo popular, por la toma del poder en la base, mediante la generalizacin de las experiencias autoorganizativas, creando organismos de contrapoder que se enfrentan al Estado espaol en todos los mbitos, sin necesidad de estructuras centralizadas que roben las toma de decisiones colectivas a quienes realmente les afectan. No queremos heredar del rgimen colonial esta podrida y corrupta democracia delegada que ahora padecemos. La democracia representativa es dependencia y corrupcin. Para nosotros la autodeterminacin no tiene reflejo en un plebiscito y su circense espectculo. La autodeterminacin la entendemos como un proceso amplio y permanente en el que el pueblo ya es capaz de estar dirigindose y ello lo vemos posible en un medio social donde, dueo real de los medios de produccin, distribucin y consumo, tenga la capacidad real de decidir mediante una democracia directa cuantos asuntos le compete. La autodeterminacin no puede, por tanto, ser otorgada por ningn poder metropolitano. Debe ser arrancada a ste por la lucha decidida del pueblo autoorganizado, capaz ya de gestionar su vida por s mismo, sin necesidad de que nadie lo dirija, sin necesidad ya del Estado espaol o de cualquier otro de mbito territorial ms cercano que pretenda sustituirlo. Tampoco entendemos la autodeterminacin como algo separado o un paso previo a la obtencin de la independencia. La autodeterminacin habr de ser una generalizacin de la prctica autoorganizativa y autogestionaria de nuestro pueblo y habr de prolongarse ms all del momento de la ruptura con el Estado espaol. Significa el poseer el poder en la base, el poder en manos del pueblo. Un "contra-poder" distinto y enfrentado al poder establecido. Delegar en estructuras jerrquicas sera renunciar a la independencia. Para nosotros autodeterminacin es independencia: la capacidad real de autogestionarse un pueblo sin necesidad de tutelas estatales. Creer que reclamando que en la constitucin espaola sea recogido el derecho de autodeterminacin realmente no avanzamos nada por conseguir la liberacin del pueblo oprimido de

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Canarias. Ms que librarnos de las cadenas, aadimos un eslabn ms que nos aleja de la autntica libertad. La lucha por la autodeterminacin e independencia de nuestro pas no est en el parlamento. Est en el impulso de las luchas de clases, en los centros de trabajo, en los barrios, en los centros de enseanza, etc., en los que impulsemos prcticas de democracia directa y vayamos desenmascarando al Sistema en su conjunto, haciendo confluir luchas, extendiendo la prctica de coordinacin sin estructuras jerrquicas, creando redes de comunicacin, debate y accin que nos permitan al tiempo mejorar nuestras condiciones de vida... [C. I. ANARKO-GUANCHE, diciembre de 1998.] 1.- CoCa hace alusin a las denominacin que durante un tiempo se le dio a Coalicin Canaria en los medios informativos, luego ya en desuso por las connotaciones obvias...

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2001 El Pircrata: "Secundino Delgado y el anarquismo". A los cuatro das del fallecimiento de Secundino Delgado (1867-1912) el llamado prcer del nacionalismo canario, El Diario de La Palma insertaba un emocionado artculo dedicado a su figura, firmado por Luis F. Gmez Wangemert, que, entre otras cosas, deca: "Para conocer sus ideas polticas y sociales basta decir que fue siempre asiduo lector de Ibsen, Tolstoi, Max Nordau, Zol, Eliseo Recls, Juan Mort, Juan Grave, Bacounine y Kropotkine" (1). Entre las lecturas preferidas de Secundino, de los nueve escritores sealados, encontramos a seis libertarios: al anarco-cristiano Tolstoi; al gegrafo anarquista Eliseo Reclus; al activista John Most; al discpulo de Bakunin Juan Grave y, posiblemente, a los dos ms conocidos tericos del anarquismo: Bakunin y Kropotkin. El mismo Secundino Delgado, en sus memorias editadas en Mxico en 1904, bajo el pseudnimo del poeta palmero Antonio Rodrguez Lpez, referencia a la mtica Luisa Michel (La Virgen Roja, como la defini uno de sus bigrafos) y tambin a Bakunin. As, tras lanzar sus polmicas palabras "Habr quien me calumnie llamndome anti-espaol, y mentira. Yo tengo a orgullo mis dos apellidos y mi pura sangre espaola", contina diciendo: "pero el grmen de la libertad incub en mi organismo, y antes que nacionalista soy libertario. Mientras aliente, bregar por la autonoma de los pueblos y de los indi