EL MALTRATO O ACOSO INFANTIL EN LAS AULAS. · -INTRODUCCIÓN El tema del maltrato infantil, ha sido...
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EL MALTRATO
O
ACOSO INFANTIL
EN LAS AULAS.
INMACULADA FERNÁNDEZ PARRADO
ISBN: 978-84-614-6011-3
Depósito legal: SE 8252-2010
TESIS: MALTRATO O ACOSO EN LAS AULAS
ÍNDICE
-INTRODUCCIÓN.
-DEFINICION DE ACOSO ESCOLAR O BULLYING.
-LOS 25 COMPORTAMIENTOS DEL ACOSO ESCOLAR.
-TIPOS DE ACOSOS.
-OBJETIVOS.
-CAUSAS.
-¿POR QUÉ OCURRE ESTO?
-CONSECUENCIAS.
-MALTRATO ENTRE NIÑOS.
-MALTRATO DE ALUMNOS HACIA MAESTROS.
-LINEA DE AYUDA .
-PREVENCIÓN.
-¿CÓMO AVERIGUAR QUE NUESTRO HIJO SUFRE ACOSO?
-¿CÓMO AFRONTAR UN CASO DE BULLYING DESDE LA ESCUELA?
-¿QUÉ HACER?
-CASOS PERSONALES.
-ARTICULOS.
-CAMAPAÑAS ANTI-BULLYING
-BIBLIOGRAFIA.
-INTRODUCCIÓN
El tema del maltrato infantil, ha sido elegido por ser un tema de actualidad, que se da en
muchos de los centros escolares entre la gente joven.
Se produce entre jóvenes y también hacia los profesores. Es un tipo de violencia que se
está generalizando cada vez más. Por ello y para que no se vea como algo normal, se
realiza este estudio, en el cual se verá los tipos de acosos que existen, las causas y las
ayudas que se pueden proporcionar para solucionarlo, entre otros aspectos.
A este tema hay que darle bastante importancia, ya que la educación y la actitud que
tengan estos alumnos/as, serán la que tendrán en el futuro. Por lo tanto si dejamos que
sigan con esa actuación y sin valores en la escuela y en la vida, dentro de pocos años,
cuando estos niños/as sean mayores, y les enseñen a sus hijos estas actitudes, el mundo
estará hacho un caos. Por lo tanto lo que se intenta es parar esto a tiempo antes de que se
vea como algo normal y abunden este tipo de actitudes.
El acoso escolar, también conocido como bullying, se está convirtiendo poco a poco en
uno de los mayores problemas en el ámbito educativo. Generalmente comienza entre los
6 y 17 años de edad.
Actualmente, se calcula que alrededor de un 25% de los jóvenes que oscilan entre esa
edad han sido víctimas o agresores de sucesos de acoso escolar, que pueden derivar en
graves consecuencias en la personalidad del alumno,
Según Dan Olweus, uno de los mayores investigadores de esta problemática, el acoso
escolar se da cuando "un estudiante está expuesto, de forma reiterada y a lo largo de un
tiempo, a acciones negativas llevadas a cabo por otro u otros estudiantes". Esto se da
particularmente en la pubertad y temprana adolescencia, cuando los alumnos están en
una edad de pleno crecimiento y formación de su identidad. Durante este cambio
repentino en la vida de las personas, el acoso escolar sufrido puede acarrear
consecuencias nefastas para el individuo.
Generalmente, los agresores son personas con una fuerte falta de empatía, sin capacidad
para ponerse en el lugar de sus víctimas. Incluso tienen la convicción de que lo que
hacen está bien y que es justo que la víctima sea acosada.
Son los clásicos matones de la clase que, aunque no tienen la aprobación de todos sus
compañeros, terminan imponiendo su criterio. Muchas veces estos chicos tienen una
relación bastante traumática con sus padres o han vivido situaciones familiares similares
a las que luego ejercerán sobre sus compañeros.
La víctima, en cambio, suele ser mucho más difícil de precisar, aunque suelen ser niños
tímidos, con poca capacidad comunicativa, que han sido sobreprotegidos y aun no saben
desenvolverse socialmente con facilidad. Esta situación los pone en un marco de
vulnerabilidad perfecto para sus agresores.
Es importante destacar la participación que tienen tanto los adultos como los
compañeros pasivos de la agresión, con su indiferencia hacia lo que está ocurriendo.
Muchos niños eligen callar o ignorar los ataques que sufren sus otros compañeros por
diversas razones, permitiendo que esto continúe sucediendo.
Los padres de los jóvenes, al considerar que lo que viven sus hijos es algo normal
pueden terminar siendo tan culpables como los propios agresores, dejando que sus hijos
sean víctimas o agresores sin tratarlo con la importancia que esto merece.
Fuentes médicas afirman que el acoso escolar, cuando es persistente y prolongado,
puede causar problemas a corto plazo como pánico, tristeza profunda, inseguridad y una
fuerte disminución de la autoestima. Pero también puede llegar a tener repercusión en la
etapa adulta, afectando a las relaciones sociales de las personas y la confianza en sí
mismos.
Por este motivo se realiza este trabajo, para dar a conocer aspectos sobre este tema que
no se conocen y para que la mayoría tengan conocimiento sobre ello. A continuación se
mostrará los aspectos más básicos sobre el tema y se irá ampliando progresivamente.
-DEFINICION DE ACOSO ESCOLAR O BULLYING.
Para empezar con el tema es necesario ver una definición sobre lo que significa el acoso
escolar, para así poder entender lo que es el maltrato en las aulas.
El acoso escolar (también conocido como hostigamiento escolar, matonaje escolar o,
incluso, por su término inglés bullying) es cualquier forma de maltrato psicológico,
verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo
determinado. Estadísticamente, el tipo de violencia dominante es el emocional y se da
mayoritariamente en el aula y patio de los centros escolares. Los protagonistas de los
casos de acoso escolar suelen ser niños y niñas en proceso de entrada en la adolescencia
(12-13 años), siendo ligeramente mayor el porcentaje de niñas en el perfil de víctimas.
El acoso escolar es una forma característica y extrema de violencia escolar.
El acoso escolar es una especie de tortura, metódica y sistemática, en la que el agresor
sume a la víctima, a menudo con el silencio, la indiferencia o la complicidad de otros
compañeros.
Este tipo de violencia escolar se caracteriza, por tanto, por una reiteración encaminada a
conseguir la intimidación de la víctima, implicando un abuso de poder en tanto que es
ejercida por un agresor más fuerte (ya sea esta fortaleza real o percibida subjetivamente)
que aquella. El sujeto maltratado queda, así, expuesto física y emocionalmente ante el
sujeto maltratador, generándose como consecuencia una serie de secuelas psicológicas
(aunque estas no formen parte del diagnóstico); es común que el acosado viva
aterrorizado con la idea de asistir a la escuela y que se muestre muy nervioso, triste y
solitario en su vida cotidiana. En algunos casos, la dureza de la situación puede acarrear
pensamientos sobre el suicidio.
Bullying es el término inglés con el que se denomina este fenómeno de acoso escolar
que se produce en las aulas.
-LOS 25 COMPORTAMIENTOS DEL ACOSO ESCOLAR
En el comportamiento de los niños/as que acosan a otros, hay una serie de características en común a la hora de actuar que son las siguientes:
1- Llamarles motes.
2- No hablarle.
3- Reirse de él cuando se equivoca.
4- Insultarle.
5- Acusarle de cosas que no ha dicho o no ha hecho.
6- Contar mentiras sobre él.
7- Meterse con él por su forma de ser.
8-Burlarse de su apariencia física.
9- No dejarle jugar con el grupo.
10- Hacer gestos de burla o desprecio.
11- Chillarle o gritarle.
12- Criticarle por todo lo que hace.
13- Imitarle para burlarse.
14-Odiarle sin razón.
15- Cambiar el significado de lo que dice.
16- Pegarle collejas, puñetazos y patadas.
17- No dejarle hablar.
18- Esconderle cosas.
19- Ponerle en ridículo ante los demás.
20- Tenerle manía.
21- Meterse con él para hacerle llorar.
22- Decir a otros que no estén con él o que no le hablen.
23- Meterse con él por su forma de hablar.
24- Meterse con él por ser diferente.
25- Robar sus cosas.
-TIPOS DE ACOSO
Los profesores Iñaki Piñuel y Zabala y Araceli Oñate han descrito hasta 8 modalidades
de acoso escolar, con la siguiente incidencia entre las víctimas.
1. Bloqueo social (29,3%)
2. Hostigamiento (20,9%)
3. Manipulación (19,9%)
4. Coacciones (17,4%)
5. Exclusión social (16,0%)
6. Intimidación (14,2%)
7. Agresiones (13,0%)
8. Amenazas (9,1%)
1. Bloqueo social
Agrupa las acciones de acoso escolar que buscan bloquear socialmente a la víctima.
Todas ellas buscan el aislamiento social y su marginación impuesta por estas conductas
de bloqueo.
Son ejemplos las prohibiciones de jugar en un grupo, de hablar o comunicar con otros, o
de que nadie hable o se relacione con él, pues son indicadores que apuntan un intento
por parte de otros de quebrar la red social de apoyos del niño.
Se incluye dentro de este grupo de acciones el meterse con la víctima para hacerle
llorar. Esta conducta busca presentar al niño socialmente, entre el grupo de iguales,
como alguien flojo, indigno, débil, indefenso, estúpido, llorica, etc. El hacer llorar al
niño desencadena socialmente en su entorno un fenómeno de estigmatización
secundaria conocido como mecanismo de chivo expiatorio. De todas las modalidades de
acoso escolar es la más difícil de combatir en la medida que es una actuación muy
frecuentemente invisible y que no deja huella. El propio niño no identifica más que el
hecho de que nadie le habla o de que nadie quiere estar con él o de que los demás le
excluyen sistemáticamente de los juegos.
2. Hostigamiento.
Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que consisten en acciones de hostigamiento
y acoso psicológico que manifiestan desprecio, y falta de respeto y desconsideración por
la dignidad del niño. El desprecio, el odio, la ridiculización, la burla, el menosprecio,
los motes, la crueldad, la manifestación gestual del desprecio, la imitación burlesca son
los indicadores de esta escala.
3. Manipulación social.
Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que pretenden distorsionar la imagen social
del niño y “envenenar” a otros contra él. Con ellas se trata de presentar una imagen
negativa, distorsionada y cargada negativamente de la víctima. Se cargan las tintas
contra todo cuanto hace o dice la víctima, o contra todo lo que no ha dicho ni ha hecho.
No importa lo que haga, todo es utilizado y sirve para inducir el rechazo de otros. A
causa de esta manipulación de la imagen social de la víctima acosada, muchos otros
niños se suman al grupo de acoso de manera involuntaria, percibiendo que el acosado
merece el acoso que recibe, incurriendo en un mecanismo denominado “error básico de
atribución”.
4. Coacción.
Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que pretenden que la víctima realice
acciones contra su voluntad. Mediante estas conductas quienes acosan al niño pretenden
ejercer un dominio y un sometimiento total de su voluntad.
El que la víctima haga esas cosas contra su voluntad proporciona a los que fuerzan o
tuercen esa voluntad diferentes beneficios, pero sobre todo poder social. Los que acosan
son percibidos como poderosos, sobre todo, por los demás que presencian el
doblegamiento de la víctima. Con frecuencia las coacciones implican que el niño sea
víctima de vejaciones, abusos o conductas sexuales no deseadas que debe silenciar por
miedo a las represalias sobre sí o sobre sus hermanos.
5. Exclusión social
Agrupa las conductas de acoso escolar que buscan excluir de la participación al niño
acosado. El “tú no”, es el centro de estas conductas con las que el grupo que acosa
segrega socialmente al niño. Al ningunearlo, tratarlo como si no existiera, aislarlo,
impedir su expresión, impedir su participación en juegos, se produce el vacío social en
su entorno.
6. Intimidación
Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que persiguen amilanar, amedrentar, apocar
o consumir emocionalmente al niño mediante una acción intimidatoria. Con ellas
quienes acosan buscan inducir el miedo en el niño. Sus indicadores son acciones de
intimidación, amenaza, hostigamiento físico intimidatorio, acoso a la salida del centro
escolar.
7. Agresiones.
Aquellos actos dañinos que se realizan en la victima como pegar o atacar a otra persona.
8. Amenaza a la integridad
Agrupa las conductas de acoso escolar que buscan amilanar mediante las amenazas
contra la integridad física del niño o de su familia, o mediante la extorsión.
-OBJETIVOS.
El objetivo de la práctica del acoso escolar es intimidar, apocar, reducir, someter,
amilanar, aplanar, amedrentar y consumir, emocional e intelectualmente, a la víctima,
con vistas a obtener algún resultado favorable para quienes acosan o satisfacer una
necesidad imperiosa de dominar, someter, agredir, y destruir a los demás que pueden
presentar los acosadores como un patrón predominante de relación social con los demás.
En ocasiones, el niño que desarrolla conductas de hostigamiento hacia otros buscan,
mediante el método de «ensayo-error», obtener el reconocimiento y la atención de los
demás, de los que carece, llegando a aprender un modelo de relación basado en la
exclusión y el menosprecio de otros.
Con mucha frecuencia el niño o niña que acosa a otro compañero suele estar rodeado
muy rápidamente de una banda o grupo de acosadores que se suman de manera unánime
y gregaria al comportamiento de hostigamiento contra la víctima.
La violencia encuentra una forma de canalizarse socialmente, materializándose en un
mecanismo conocido de regulación de grupos en crisis: el mecanismo del chivo
expiatorio.
-CAUSAS.
Mucho del maltrato que se produce es debido a que los niños se amparan en la ley del
menor, en la cual se refugian al saber que al hacer esos actos no van a ser castigados
como otros con la cárcel o con daños fuertes. Se aprovechan de las circunstancias y
realizan estos actos por llamar la atención, declarase como los más fuertes etc. También
es debido a que hoy en día se produce una gran pérdida de valores y por ello se
producen estos casos.
El agresor: características psicológicas y entorno familiar.
Aunque el acosador escolar no tiene por qué padecer ninguna enfermedad mental o
trastorno de la personalidad grave, presenta normalmente algún tipo de psicopatología.
Fundamentalmente, presenta ausencia de empatía y algún tipo de distorsión cognitiva.
La carencia de empatía explica su incapacidad para ponerse en el lugar del acosado y
ser insensible al sufrimiento de este.
La presencia de distorsiones cognitivas tienen que ver con el hecho de que su
interpretación de la realidad suele eludir la evidencia de los hechos y suele comportar
una delegación de responsabilidades en otras personas. Así, normalmente responsabiliza
de su acción acosadora a la víctima, que le habría molestado o desafiado previamente,
con lo que no refleja ningún tipo de remordimiento respecto de su conducta (los datos
indican que, aproximadamente, un 70% de los acosadores responden a este perfil).
La psicología actual, por otra parte, identifica en los acosadores escolares la existencia
probable de una educación familiar permisiva que les puede haber llevado a no
interiorizar suficientemente bien el principio de realidad: los derechos de uno deben
armonizarse con los de los demás. La consecuencia es la dificultad para ponerse en el
lugar del otro por una carencia de altruismo vinculada a un ego que crece a costa de los
demás, meros instrumentos a su servicio, y que tiene un umbral de frustración muy bajo.
Algunos autores denominan a este tipo de niño como niño tirano.
El niño mal educado en la familia probablemente reproducirá en la escuela los hábitos
adquiridos. Ni respetará, ni empatizará con los profesores, ni con sus compañeros. Sus
frustraciones quizá le lleven a elegir un cabeza de turco. A menudo será aquel
compañero que le haga patentes sus limitaciones y carencias, o que, simplemente, le
parezca vulnerable.
El entorno escolar
Se puede dar el caso de que la ausencia en clase (o, en general, en el centro educativo)
de un clima adecuado de convivencia pueda favorecer la aparición del acoso escolar. La
responsabilidad al respecto oscila entre la figura de unos profesores que no han recibido
una formación específica en cuestiones de intermediación en situaciones escolares
conflictiva, y la disminución de su perfil de autoridad dentro de la sociedad actual.
La televisión
El mensaje implícito de determinados programas televisivos de consumo frecuente entre
adolescentes que exponen un modelo de proyecto vital que busca la aspiración a todo
sin renunciar a nada para conseguirlo, siempre y cuando eso no signifique esforzarse o
grandes trabajos, constituye otro factor de riesgo para determinados individuos.
Los expertos han llegado también a la conclusión de que la violencia en los medios de
comunicación tiene efectos sobre la violencia real, sobre todo entre niños. Se discute, no
obstante, el tipo de efectos y su grado: si se da una imitación indiscriminada, si se da un
efecto insensibilizador, si se crea una imagen de la realidad en la que se hiperboliza la
incidencia de la violencia, etc.
-¿POR QUÉ OCURRE ESTO?
Las causas por las que un chico o una chica arremete constantemente contra otro
compañero o compañera, llegando a crear una situación abusiva de dominio, son
múltiples. Los estudios sobre este asunto indican factores personales, familiares y
sociales del agresor y la víctima, así como factores relacionados con la cultura escolar.
Veamos ahora diferentes aspectos de estos casos:
AGRESOR:
Factores personales, familiares y sociales: Las relaciones y sentimientos de los padres
del agresor hacia su hijo son trascendentales, ya que modelan comportamientos que más
tarde serán repetidos por él. La característica compartida por los agresores es la falta de
empatía, es decir, la incapacidad para ponerse en el lugar del otro, la no creencia en que
sus actos repercuten en otra persona que los siente y padece como un tormento. A
menudo el agresor puede llegar a pensar que la víctima se lo merece, pues las acciones
de éste le han provocado y han precipitado la reacción intimidatoria.
El matón, el agresor líder, a pesar de su impopularidad entre los compañeros de clase,
consigue con sus actos que su posición en el grupo, su reconocimiento, mejore,
demostrando ante los demás que es fuerte al producir miedo y manifestar prepotencia en
sus relaciones con aquellos que no pertenecen a su grupo. Al principio, el agresor se
meterá con su víctima con malos tratos de intensidad baja pero, conforme transcurra el
tiempo y observe que su víctima carece de protección, irá aumentando la intensidad y
frecuencia de los abusos, creando un círculo vicioso de agresión, un proceso de
victimización, que de ninguna forma debe proseguir.
Factores relacionados con la cultura escolar y formación de grupos: De sobra es
sabida la importancia que tienen los amigos, el grupo de iguales, para el desarrollo
evolutivo de niños y adolescentes. En ocasiones este factor grupal refuerza la unión y
consistencia del grupo a través de terceros, los chivos expiatorios, que sirven para
reforzar los vínculos de amistad, clave en la preadolescencia y adolescencia. Por ello, el
maltrato tiene el momento de mayor intensidad y frecuencia desde los 11 a los 13 años,
si bien es en el arco de edad de los 12 a los 16 años donde mayor número de estudios se
han realizado. El grupo de agresores a veces se constituye formalmente alrededor del
proceso de victimización y actúa paulatinamente, creando una conciencia colectiva en la
que la víctima es cada vez menos estimada y valorada, lo que favorece que las
agresiones aumenten en cantidad e intensidad.
Por otro lado la actitud de la escuela y el clima de relaciones interpersonales y de
respeto entre sus miembros es un factor muy importante. Las escuelas que permiten y
favorecen que los alumnos comuniquen sus dificultades y en las que éstos se sienten
escuchados serán capaces de prevenir e intervenir cuando empiecen los hostigamientos.
El agresor sabrá que existe una clara oposición a las acciones de prepotencia y agresión
que quiera realizar.
OBSERVADORES:
El grupo de los observadores posee una influencia crucial en el curso de los
acontecimientos, pues en el caso de oponerse a las agresiones, los agresores perderán
justificación y poder y tendrán que ejercer mayor número de agresiones a más víctimas
o cejar en su empeño. El miedo a ser ellos mismos los atacados por los agresores sirve
de barrera psicológica para irse separando paulatinamente de la víctima. Pero los
observadores han de entender que es el parámetro moral compartido por todos ellos lo
que les ha de unir, tanto si es a favor de los agresores como si optan por la víctima, y ahí
reside precisamente su fuerza para parar los hostigamientos y amenazas.
VÍCTIMA:
Factores familiares, personales y sociales: Si difícil es determinar el perfil del
agresor, más difícil es precisar las características de las victimas sin estigmatizarlo. Los
factores familiares asociados a este perfil apuntan a la sobreprotección como causa
primordial, que impide el desarrollo social del chico o de la chica conforme a su
desarrollo evolutivo. Sin embargo no todas las víctimas son iguales. El gracioso, el
provocador y el molesto se sitúan en la fina línea que separa a la víctima del agresor,
pudiendo representar ambos papeles.
Aún así, podemos trazar una característica compartida por las víctimas: su falta de
competencia social, la cual se refleja en su carencia de asertividad; esto es, su dificultad
para saber comunicar sus necesidades claramente y para hacerse respetar por los demás.
Su situación de víctima refuerza su vulnerabilidad y le debilita socialmente ante los
otros –ante el conjunto de los compañeros, no ya sólo ante sus agresores- y pierde
popularidad paulatinamente entre sus iguales. A menudo su situación académica se
deteriorará y sufrirá estrés emocional, que contribuirá a aumentar las dificultades de
aprendizaje que se le presenten. El miedo y la sensación de incompetencia tanto como el
sentimiento de culpa le impedirán comunicar sus dificultades a otros, pudiendo llegar a
situaciones de depresión y a una importante falta de autoestima.
A pesar de todo lo dicho, debemos tener presente que puede acabar siendo víctima
cualquier chico o chica que no tenga el amparo de sus compañeros. Ante los ojos del
agresor, cualquier razón es suficiente para convertirse en víctima: los rasgos físicos, la
indumentaria, la capacidad intelectual, la sensibilidad artística, los buenos resultados
académicos, etc. En resumen, cualquier forma de diferencia, de distinción, cosa que es
realmente preocupante, porque constituye el germen de la intolerancia y la
insolidaridad.
Factores relacionados con la cultura escolar y la formación de grupos: La víctima,
cuando comienzan a meterse con ella -a menudo a través de insultos, rechazos,
motes,...- irá perdiendo apoyos entre sus compañeros, pudiendo llegar a sentirse,
incluso, merecedor de la agresión por algún problema personal que pueda o imagine
tener. Si continúan los malos tratos puede sentirse totalmente aislado de sus compañeros
y sufrir un infierno personal.
Las escuelas conscientes de la diversidad de su alumnado están atentas a los
componentes emocionales de sus miembros, trabajan la cooperación y el compromiso
entre alumnos y reconocen la valía personal de cada uno de sus alumnos. Más allá de la
competitividad y la búsqueda exclusiva de buenos resultados académicos, dichas
escuelas estarán prestas a crear ambientes de confianza y escucha ante los conflictos
entre alumnos. Las víctimas tienen que sentir que en su medio escolar se les apoya y
que tienen derecho a comunicar su situación de indefensión. Las escuelas que trabajan
la amistad, el buen clima en el grupo clase y la solidaridad y el respeto entre
compañeros tendrán mejores estrategias para prevenir las situaciones de maltrato entre
iguales.
CONSECUENCIAS.
Cifras alarmantes y graves consecuencias
Trasladando las estadísticas a la incidencia en las diversas actitudes que tendrían los
jóvenes que padecen este problema, se estima que el reiterado sufrimiento de agresiones
se relaciona con un mayor riesgo de sufrir trastornos psicológicos. Las consecuencias
más directas del bullying se clasifican en tres tipos:
• Escolares: Miedo y rechazo a ir a la escuela, produciéndose una disminución del
rendimiento y una mayor probabilidad de fracaso escolar.
• Personales: Puede llegar ha afectar a su autoestima, a su conducta y a su
apariencia física. Enfrentarse al bullying supone enfrentarse a una situación de
estrés. Algunas víctimas generan síntomas psicosomáticos, ansiedad y
depresión. En algunos casos también puede desencadenar reacciones agresivas y
en casos extremos, ideas o intentos de suicidio.
• Sociales: Pérdida de confianza en uno mismo y aislamiento. Pudiendo producir
en un futuro dificultades para establecer relaciones sociales.
Según declaró el investigador Jorge Srabstein, director de la Clínica de Problemas
Médicos Asociados con la Intimidación Escolar del Centro Médico Nacional Infantil de
Washington, al diario argentino La Nación, "el acoso escolar entre alumnos es una
epidemia silenciosa. En casos extremos, puede derivar incluso en la muerte tanto del
chico hostigado como del hostigador", marcando claramente la gravedad de un
problema para el cual no se avizoran soluciones claras y que puede provocar cuestiones
como el ausentismo prolongado, las bajas notas o directamente el abandono de la
escuela.
-MALTRATO ENTRE NIÑOS.
Uno de los grandes problemas que suscita este fenómeno es la grave dificultad que
tenemos para detectar las agresiones que pueda estar padeciendo un adolescente por
parte de sus compañeros. A menudo este fenómeno pasa desapercibido o es mal
interpretado por los adultos. De ahí que debamos observar atentamente para descubrir el
proceso de victimización, basándonos a veces sólo en indicios poco claros o en rumores.
El maltrato entre compañeros puede aparecer de formas muy diversas. No solamente se
manifiesta a través de peleas o agresiones físicas, sino que con frecuencia se nutre de un
conjunto de intimidaciones de diferente índole que dejan al agredido sin respuesta.
Veamos algunas:
• Intimidaciones verbales (insultos, motes, hablar mal de alguien, sembrar
rumores,...)
• Intimidaciones psicológicas (amenazas para provocar miedo, para lograr algún
objeto o dinero, o simplemente para obligar a la víctima a hacer cosas que no
quiere ni debe hacer)
• Agresiones físicas, tanto directas (peleas, palizas o simplemente “collejas”)
como indirectas (destrozo de materiales personales, pequeños hurtos,...)
• Aislamiento social, bien impidiendo al joven participar, bien ignorando su
presencia y no contando con él/ella en las actividades normales entre amigos o
compañeros de clase.
También se dan situaciones de maltrato por acoso de tipo racista, cuyo objetivo son las
minorías étnicas o culturales. En estos casos lo más frecuente es el uso de motes racistas
o frases estereotipadas con connotaciones despectivas. Igualmente se producen
situaciones de acoso sexual que hacen que la víctima se sienta incómoda o humillada.
En los últimos años ha ido en aumento el acoso anónimo mediante el teléfono móvil o a
través del correo electrónico con amenazas o palabras ofensivas.
Sin embargo, a veces, una pelea entre compañeros en situación de igualdad puede ser
interpretada como maltrato, especialmente por parte del que ha perdido la pelea. Es
difícil determinar cuándo se trata de un juego entre iguales, incluso amigos, y cuándo de
acciones violentas con intención de hacer daño. Por eso, debemos entender que se
considera maltrato toda “acción reiterada a través de diferentes formas de acoso u
hostigamiento entre dos alumnos/as o entre un alumno/a y un grupo de compañeros -
cosa que suele ser más frecuente - en el que la víctima está en situación de inferioridad
respecto al agresor o agresores”. Así, una pelea entre amigos o compañeros derivada
de un malentendido, aunque preocupante, puede ser abordada desde el acuerdo mutuo
de no agredirse más o incluso haciendo las paces.
Esto, sin embargo, no se da nunca en las situaciones de maltrato. La intensidad del daño
puede ser tal – en caso de haberse prolongado durante mucho tiempo dicha situación o
de haberse realizado agresiones de gran intensidad - que exigirá una intervención más
compleja y con la participación de mayor número de personas.
Del mismo modo hay que distinguir el
maltrato entre compañeros de las
conductas antisociales o incluso
criminales, que deben ser tratadas por
las instituciones apropiadas (policía,
fiscalía de menores,...) Tal sería el caso
de agresiones con armas u objetos
punzantes, robos, abusos sexuales,
amenazas graves o aquellas en que la
vida de la víctima corra peligro. En
cualquiera de estos casos, además de
ponerse en contacto inmediato con el
centro escolar, la familia no debe dudar
en denunciar el hecho a la policía en
cuanto tenga constancia del mismo.
-MALTRATO DE ALUMNOS HACIA MAESTROS.
El acoso escolar también afecta a los docentes. En Aragón, a pesar de tener uno de los
índices de conflictividad en las aulas más bajos de España, el 6% de los profesores
aseguran haber sufrido agresiones físicas y otro 44% declara haber sido víctima de
ataques verbales, según un estudio de CSI-CSIF.
Además, el 29% de los docentes han recibido amenazas por parte de sus alumnos y uno
de cada diez confiesa que tiene miedo cuando entra a su clase. La conflictividad en las
aulas, según el sindicato, es muy dañina a la larga, porque se va reduciendo la
resistencia psíquica «y al profesor únicamente le queda la baja por depresión». Una de
las medidas planteadas por CSI-CSIF para frenar este problema es acabar con la
desmotivación de los trabajadores, que en Aragón afecta al 53% de los maestros de
primaria y al 38% de los de secundaria. También propone reforzar la autoridad de los
docentes, ya que el 83% de ellos se ha sentido menospreciado por sus estudiantes en
alguna ocasión
Insultos, amenazas, agresiones físicas y presiones psicológicas. En tan sólo 21 días el
teléfono de atención a docentes víctimas de situaciones de acoso (91 522 08 27 - 91
522 08 27 ) ha recibido 140 denuncias de este tipo. El sindicato de profesores ANPE-
Madrid puso en marcha este servicio el pasado 30 de noviembre, y tres semanas después
(se excluye el período vacacional ) el balance es «preocupante», según Fernando
Jiménez Guijarro, portavoz del sindicato.
Las principales quejas de los profesores tienen que ver, en una amplia mayoría, con la
presión psicológica. Según datos de ANPE, el 80% de los docentes madrileños padece
episodios de tensión o indisciplina entre sus escolares. Y muchos más prefieren callar.
«Algunos profesores creen que es lo mejor», dice Jiménez.
El segundo motivo de queja son las agresiones físicas y después los insultos y las
amenazas de alumnos e incluso de padres. «A veces los propios familiares apoyan las
barrabasadas de sus hijos».
Los acosadores suelen ser chavales de 12 a 16 años pertenecientes a colegios e institutos
tanto públicos como concertados. Por lo general son más mujeres las que se enfrentan a
esta situación creciente en las aulas madrileñas, aunque ello se debe a que son mayoría
dentro del profesorado. El sindicato ya tiene prevista una reunión con la Consejería de
Educación para buscar soluciones a este fenómeno.
Historias reales en secundaria
Son testimonios anónimos de profesores que ejercen la enseñanza en centros de
educación secundaria de la región, institutos normales, sin especiales problemas de
convivencia, pero en los que gotean los incidentes de acoso de los alumnos
«Se levantó y me dio un sopapo»
«Estábamos en clase y le dije a un alumno que se quitara el cigarrillo que tenía en la
oreja. Se negó a hacerlo y fui a quitárselo yo. Cuando se lo retiré, le rocé la sien. A
renglón seguido, se levantó de su asiento y se vino hacia mí. Era un chico enorme, de 16
años, que me sacaba una cabeza de altura. Me dio un sopapo y me tiró al suelo. El chico
fue expulsado, pero a los tres días lo tenía otra vez conmigo en el aula».
«Mi coche acabó calcinado»
«Alguien me robó el coche a la puerta del instituto; luego supe que había sido un
alumno. Cuando salí de clase aquel día, el vehículo ya no estaba donde lo dejé aparcado.
Lo encontraron varias manzanas más allá, en un descampado, completamente calcinado.
Desde que ocurrió aquello, varios compañeros han alquilado plazas de aparcamiento;
para evitar riesgos mayores».
-LINEA DE AYUDA .
La página web de línea de ayuda forma parte de la Campaña contra el Acoso Escolar
diseñada por la ONG PROTEGELES: organización de protección de la infancia que
trabaja en prevención y seguridad infantil en las nuevas Tecnologías de la Información
y Comunicación -TIC-.
Esta web es una Helpline o Línea de Ayuda, creada con el objetivo de prestar apoyo y
orientación personalizada a todos aquellos niños y adolescentes que están sufriendo
acoso en el entorno escolar, por parte de alguno/os de sus compañeros. Tras esta página
se encuentra un equipo de psicólogos, con experiencia en el trabajo con menores a
través de Internet, así como profesionales de la seguridad infantil.
Desde www.acosoescolar.org se presta atención personalizada a cada menor. Se busca
la mejor forma de ayudarle a afrontar el problema, procuran soluciones y actuan como
intermediarios con el centro escolar y otros estamentos.
Cuando se trata de situaciones graves se informa al Defensor del Menor y/o a las
Consejerías de Educación correspondientes u otras entidades relacionadas. El objetivo
es atender principalmente a esa gran mayoría de casos de acoso, de baja intensidad o
intensidad media, para los que no suele haber respaldo y mucho menos apoyo
psicológico. Los casos graves serán traslados fuera de PROTEGELES.
Esta Campaña contra el Acoso Escolar, así como la Línea de Atención personalizada, ha
podido ser desarrollada gracias a la colaboración, participación y financiación del
DEFENSOR DEL MENOR, de la Fundación Riojana para la Sociedad del
Conocimiento -FUNDARCO-, así como del INSTITUTO MADRILEÑO DEL MENOR
Y LA FAMILIA.
-PREVENCIÓN.
Se estima que la intervención simultánea sobre factores individuales, familiares y
socioculturales, es la única vía posible de prevención del acoso escolar. La prevención
se puede realizar en distintos niveles.
Una prevención primaria sería responsabilidad de los padres (apuesta por una educación
democrática y no autoritaria), de la sociedad en conjunto y de los medios de
comunicación (en forma de autorregulación respecto de determinados contenidos).
Una prevención secundaria sería las medidas concretas sobre la población de riesgo,
esto es, los adolescentes (fundamentalmente, promover un cambio de mentalidad
respecto a la necesidad de denuncia de los casos de acoso escolar aunque no sean
víctimas de ellos), y sobre la población directamente vinculada a esta, el profesorado
(en forma de formación en habilidades adecuadas para la prevención y resolución de
conflictos escolares).
Por último, una prevención terciaria serían las medidas de ayuda a los protagonistas de
los casos de acoso escolar.
Resolución de conflictos
El conflicto forma parte de la vida y es un motor de progreso, pero en determinadas
condiciones puede conducir a la violencia. Para mejorar la convivencia educativa y
prevenir la violencia, es preciso enseñar a resolver conflictos de forma constructiva; es
decir, pensando, dialogando y negociando. Un posible método de resolución de
conflictos se desarrolla en los siguientes pasos:
• Definir adecuadamente el conflicto.
• Establecer cuáles son los objetivos y ordenarlos según su importancia.
• Diseñar las posibles soluciones al conflicto.
• Elegir la solución que se considere mejor y elaborar un plan para llevarla a cabo.
• Llevar a la práctica la solución elegida.
• Valorar los resultados obtenidos y, si no son los deseados, repetir todo el
procedimiento para tratar de mejorarlos.
Una buena idea puede ser la de ir escribiendo las distintas fases del proceso, para
facilitar su realización. En los programas de prevención de la violencia escolar que se
están desarrollando en los últimos tiempos, se incluyen la mediación y la negociación
como métodos de resolución de conflictos sin violencia.
-Solución para acoso en las aulas. Universidad de Granada
Expertos aseguran que el líder estudiantil debe jugar un papel esencial para resolver este
problema.
El poder de los líderes estudiantiles y la influencia que ejercen sobre sus compañeros
son claves en la resolución de conflictos en centros educativos como el bulling , según
afirma el profesor de la Universidad de Granada, Manuel Lorenzo Delgado que ha
expuesto en "Formación del líder universitario", un curso organizado por el Centro
Mediterráneo en Motril, algunas de las técnicas que tienen llevar a cabo para evitar e
impedir que lleguen a darse estas situaciones.
Para Lorenzo Delgado hay que desarrollar medidas que permitan solucionar los
problemas de acoso escolar dentro de las aulas. Y en ese punto juegan un papel
fundamental los líderes que al ser aceptados por la mayoría tienen la garantía de que sus
decisiones también sean aceptadas por los demás y, por tanto, por los acosadores.
Papel de los líderes
Pero para cumplir esta función los líderes necesitan una completa formación que les
ayude a ser imparciales y a no quedarse encerrados en las redes del conflicto. Un
aspecto, que se cubre, según el investigador, a través de cursos y seminarios que ya se
están impartiendo desde la UGR: "es urgente formar a los líderes para que jueguen un
papel conciliador, de gran capacidad mediadora y negociadora. Se trata de un beneficio
no sólo para los estudiantes sino también para toda la institución universitaria".
Así, en situaciones extremas como las ocurridas en los últimos meses en diversos
centros educativos de toda España, llegando incluso al suicidio algunos de los niños
acosados, los líderes de la escuela pueden actuar como mediadores hablando con
testigos, con los acosadores, el acosado e incluso los padres de todos ellos para alcanzar
una solución que frene la violencia y evite situaciones drásticas por ambas partes.
Pero la capacidad mediadora de los líderes no es el único aspecto que se ha abordado a
lo largo del curso, que se clausura mañana en Motril. Los resultados de una
investigación realizada con representantes estudiantiles de la propia Universidad de
Granada es otro de los aspectos que han centrado el encuentro. Según el estudio, el
perfil de los líderes se corresponde con una mujer de entre 20 y 21 años con una
personalidad fuerte y segura de sí misma.
Constancia y satisfacción
La constancia y la satisfacción por ocupar un puesto superior son otras de las
características de los líderes que se consideran elegidos por sus valores personales y su
capacidad para representar de forma leal los intereses de los demás.
La intención de convertirse en puentes entre el poder y sus compañeros es otro de los
aspectos destacables en este tipo de personas que ven su liderazgo como una forma de
desarrollo personal y de fomento de su creatividad.
Además de todos estos aspectos, a lo largo de la semana "Formación del líder
Universitario", que tiene como objetivo formar mediante "el conocimiento, la reflexión
y la práctica" a estudiantes universitarios que están llamados a ejercer el liderazgo como
representantes políticos, ha tratado aspectos tan diversos como motivación desde el
liderazgo educativo, la comunicación eficaz, la capacidad emprendedora del líder o el
tratamiento de conflictos y negociación.
-¿CÓMO AVERIGUAR QUE NUESTRO HIJO SUFRE ACOSO?
A pesar de los buenos consejos es habitual que la víctima no cuente lo que le pasa, por
lo que deberemos estar muy atentos a los indicios que nos indiquen que algo extraño le
ocurre. Éstos serían algunos síntomas a tener en cuenta:
- Cambios en el estado de ánimo: parece triste.
- Se muestra extraño y huidizo.
- Parece nervioso; estado que se refleja en miedos nocturnos, micción en la cama, tics
nerviosos, irritabilidad, etc.
- Se muestra distraído, absorto en sus pensamientos, olvidadizo, asustadizo, etc.
- Finge enfermedades o intenta exagerar sus dolencias: dolores de cabeza, de tripa, etc.
- Presenta moratones, heridas, etc.
- Rehúsa ir a la escuela, expone objeciones varias, simula malestar.
- Falta al colegio y da explicaciones poco convincentes cuando se le pregunta el porqué
o adónde fue.
- No tiene amigos para su tiempo de ocio.
La manifestación de estas
conductas no siempre se
debe a situaciones de
maltrato, por lo que es
esencial charlar con
nuestros hijos e indagar
acerca de aquello que les
puede estar ocurriendo.
Aunque no siempre sea
fácil charlar con un
adolescente, pues sus cambios de humor, su deseo de intimidad y su rudeza en el trato -
rasgos propios del proceso evolutivo por el que están pasando- hacen en ocasiones muy
difícil la comunicación con ellos, los padres debemos emplear todas las estrategias
posibles para hablar con ellos, si sospechamos que nuestro hijo está en situación de
riesgo o padece maltrato.
-¿CÓMO AFRONTAR UN CASO DE BULLYING DESDE LA
ESCUELA?
Cuadernos de Educación y Desarrollo. Vol 1, Nº 1 (abril 2009). Nuria Otero Martínez
Cada vez son más comunes los casos de bullying en nuestros centros educativos, y es
que nuestra sociedad está cambiando y se está volcando hacia caminos más agresivos y
menos solidarios. Esta situación es bastante preocupante y más cuando se trata de
niños/as que están empezando a crecer y que formarán la sociedad de mañana por lo que
tanto desde el hogar de estos niños/as como desde el aula se deben buscar caminos
alternativos y más acordes con los principales valores de nuestra sociedad: Respeto,
tolerancia e igualdad.
Es muy común leer en la prensa diferentes casos de bullying y estos casos no sólo se
están dando entre adolescentes de la ESO, sino que cada vez las edades en las que se
producen estas prácticas son menores; por ello se deben desarrollar metodologías que
impliquen los valores señalados desde la Educación Primaria intentando detectar estos
casos e influenciando sobre los alumnos/as de manera positiva.
Para poder dar una serie de pautas con las que detectar los casos de bullying desde la
escuela y poner en funcionamiento una serie de metodologías con las que afrontarlo es
necesario conocer perfectamente el término bullying:
Tal y como afirman Santiago
Cambero Rivero y M. Mar
Tully Sánchez: “resulta
complejo definir el fenómeno
"bullying", y más aún traducir
literalmente este vocablo
inglés al castellano. Implica a
veces el golpear o dar patadas
a otros compañeros de clase,
hacer burlas, "pasar de
alguien", etc. Pero estas
situaciones resultan bastantes
comunes en los centros
educativos (colegios e
institutos), y pueden llegar a
ser muy dañinas para quienes
las sufren, generalmente en silencio y en soledad”.
El concepto de “bullying” proviene de la palabra inglesa “bull” que significa embestir,
aunque también ha sido traducido como matón. Se trata de una adaptación del concepto
de acoso moral en el trabajo al acoso moral en el ámbito escolar; ambas formas de
comportamiento tienen mucho en común, dado que las dos son manifestaciones de
violencia psicológica a través del acoso grupal, lo que las diferencia es el ámbito donde
tiene lugar, unos en el trabajo y otros en la escuela.
Concretando más la definición de “bullying” puedo citar la dada por Fuensanta Cerezo,
profesora de Psicología de la Universidad de Murcia y experta en bullying que lo define
como: “ forma de maltrato intencionado y persistente de un alumno hacia otro sin que
medie la provocación”, posteriormente añadió que: “el problema se da en las relaciones
interpersonales y que en el proceso colabora todo el grupo del aula y no es algo sólo del
agresor y la víctima”.
La palabra "bullying" se utiliza para describir estos diversos tipos de comportamientos
no deseados por niños y adolescentes, que abarcan desde esas bromas pesadas, el
ignorar o dejar deliberadamente de hacer caso a alguien, los ataques personales, e
incluso los abusos serios. A veces es un individuo quien hace el "bullying", o un grupo
(pandilla).
Lo más importante no es la acción en sí misma, sino los efectos que produce entre sus
víctimas. Nadie debe subestimar el miedo que un niño, niña o adolescente intimidado
puede llegar a sentir.
Por tanto, estas situaciones de acoso, intimidación o victimización son aquellas en las
que un alumno o alumna está expuesto, de forma repetida y durante un tiempo, a
acciones negativas que lleva a cabo otros compañeros.
Por acciones negativas entendemos tanto las cometidas verbalmente o mediante
contacto físico, como las psicológicas de exclusión.
No hay que confundir estas situaciones con los típicos altibajos que se producen en las
relaciones entre los alumnos, especialmente a lo largo de la etapa de la adolescencia y
preadolescencia. Los conflictos y las malas relaciones entre iguales, los problemas de
comportamiento o de indisciplina son fenómenos perturbadores pero no son verdaderos
problemas de violencia, aunque pueden degenerar en ellos, si no se resuelven de una
forma adecuada.
Podemos citar una serie de características generales que pueden poseer los acosadores y
las víctimas y que pueden ayudarnos a reconocer un caso de bullying:
El tipo más común de víctimas presentan normalmente algunas de las siguientes
características:
-Son prudentes, sensibles, callados, apartados y tímidos.
-Son inquietos, inseguros, tristes y tienen baja autoestima.
-Son depresivos y se embarcan en ideas suicidas mucho más a menudo que sus
compañeros/as.
-A menudo no tienen ni un solo buen amigo y se relacionan mejor con los adultos que
con sus compañeros/as.
-En el caso de los chicos, a menudo, son más débiles que sus compañeros7as.
Estas características hacen que sean un blanco fácil para los acosadores que se
aprovechan de sus debilidades para llevar a cabo su acoso.
Los acosadores por su parte tienden a mostrar algunas de estas características:
-Fuerte necesidad de dominar y someter a otros compañeros/as y salirse siempre con la
suya.
-Son impulsitos y de enfado fácil.
-No muestran ninguna solidaridad con los compañeros/as victimizados.
-A menudo son desafiantes y agresivos hacia los adultos, padres y profesorado
incluidos.
-Suelen estar involucrados en actividades antisociales y delictivas como vandalismo,
delincuencia y drogadicción.
-En el caso de los chicos son a menudo más fuertes que los de su edad y, en particular,
que sus víctimas.
-No suelen tener problemas con su autoestima.
He de señalar que cuando el acosador se encuentra en grupo se crece y suele aumentar
su violencia contra el acosado.
Todo esto debe ser observado desde la escuela para captar con rapidez un caso de esta
índole que tanto suelen marcar a los que lo padecen.
Debido a esta gran problemática son muchos los programas que se han desarrollado
para ayudar en la prevención del “bullying”, entre todos los analizados, yo
personalmente apuesto por el elaborado por Marina Parés Soliva que se ha puesto en
práctica con mi alumnado del aula de Apoyo a la Integración y que paso a explicar a
continuación sus aspectos más relevantes:
Este programa se basa en el respeto a la toma de decisiones del menor sobre la
resolución de su propio problema, con la única salvedad de que no se van a tolerar más
agresiones sobre él. Todas las acciones a diseñar han de cumplir ese objetivo: Cortar de
raíz las agresiones.
Debemos ser conscientes, como indica la definición de “bullying” de que nos
enfrentamos a un acoso grupal, eso significa que por un lado está un grupo de alumnos
que agraden y por el otro la víctima agredida, muy sola y con muy pocos apoyos, no se
trata para nada de una riña entre dos.
Además debemos ser muy cuidadosos con el tono empleado con el niño acosado, ya que
estamos frente a un niño que ha perdido la confianza en sus semejantes. Es muy
importante no culpar al niño de su situación y para ello es básico responsabilizar de la
violencia a aquéllos que la ejercen y no a la víctima. El niño tiene que sentir que lo
comprendemos.
También debemos ser conscientes de que a menudo el líder manipulador no es el mismo
que ejerce la máxima violencia contra la víctima, dado que como buen manipulador ha
conseguido rodearse de aliados que le hacen el trabajo sucio, y si no sabemos identificar
bien quién es el líder manipulador la intervención sobre el grupo acosador fracasará.
En el ámbito de clase es el tutor la persona más apta para intervenir de manera adecuada
dentro del contexto escolar, en este caso y tratándose del Aula de Apoyo a la
Integración, el papel principal lo posee el maestros de Pedagogía Terapeútica, que actúa
como tutor en su aula; además debemos hacer que el alumnado posea un papel más
activo y que carezca de miedos al denunciar los acosos, para ello podemos instalar en el
aula un “buzón de denuncias” con el que posean total confianza de poder comunicarse
con nosotros sin miedo a que se desvele la problemática sin antes solucionarla. Cuando
el tutor reciba una denuncia en dicho buzón o de manera verbal deberá llevar a cabo las
primeras actuaciones que se centran en la protección del niño-víctima, en cortar las
manifestaciones violentas y en buscar la colaboración y el compromiso de la dirección
escolar.
Un buen plan de intervención consta de dos apartados: La intervención escolar y la
intervención familiar (tanto con los padres del niño-víctima, como con los padres del
niño-acosador y de los otros niños violentos). Dentro de la intervención escolar hay que
distinguir el trabajo dentro del aula, que recaerá sobre el tutor de la intervención con el
resto de los profesores, que recaerá más de la dirección.
El trabajo en el aula debe incluir el trabajo con los niños protagonistas, y con el grupo-
clase, para cada uno de estos grupos existen diferentes formas de actuación:
Con el niño víctima: Las actuaciones han de centrarse en tres ejes básicos:
Medidas de protección: Deben ser pactadas con el menor y no es aconsejable que duren
más de tres meses.
Medidas de aceptación: Debemos ayudar al menor a aceptar su situación, evitando la
negación y la huída, trabajar para que el niño víctima supere la auto-inculpación, todo
ello, a través de charlas tutoriales.
Medidas de reconocimiento: Se basa en la aplicación de actuaciones que aumenten la
autoestima del niño-víctima, pues hay que fomentar la valoración de su imagen pública
dándole algún papel protagonista en la vida del aula.
Con el grupo de matones: Las actuaciones se regirán por estos cuatro principios de
actuación:
Control: Transmitir el mensaje claro de que no se va a permitir más violencia y
explicitar las medidas correctoras si ello continúa.
Detección: Hay que saber distinguir entre quién acosa y quienes lo secundan
-Responsabilidad: Debemos potenciar la responsabilidad de las propias actuaciones que
van desde pedir perdón al niño-víctima hasta acciones concretas de compensación.
Primero estas actuaciones han de ser supervisadas por un adulto y valoradas por el niño-
víctima.
-Disgregación: Hay que romper la unidad del grupo y ello se puede conseguir a través
de la inclusión de sus miembros en otros grupos.
Con el grupo-clase:
Este grupo debe ser considerado como víctimas secundarias del grupo acosador ya que
han sido testigos de situaciones violentas y pueden poseer mucho miedo a ser tratado
igual, al tiempo que hay mucha culpa, mayor en la medida que más edad tiene el grupo-
clase, por no saber defender a la víctima. Por ello debemos basar nuestra actuación en
principios como:
-Reacción: Donde potenciaremos la recuperación de la capacidad de reaccionar frente al
grupo acosador a través de la denuncia pública en las tutorías privadas o anónimas a
través del “buzón de denuncias”. Además podemos contribuir a la creación de grupos
anti-bully siempre que no se actúe a través de la violencia para no recaer en otro caso de
bullying.
-Convivencia: Debemos fomentar de manera especial los valores de la convivencia. Se
considera muy útil la elaboración de trabajos sobre ética, violencia, coraje y espíritu
crítico y las posteriores exposiciones en clase.
-Solidaridad: Se debe favorecer actuaciones que ayuden a la inclusión del niño-víctima
en la dinámica de la clase. Un aumento de tareas de responsabilidad dentro del aula o
que reciba protección amistosa el líder positivo de la clase.
Actuación de la Dirección con el resto del profesorado:
La Dirección ha de poder incidir en el resto del profesorado para que se aumente la
vigilancia de los miembros del grupo acosador y en la protección de la víctima.
En lo referido a la intervención familiar:
El tutor ha de poder contar con ayuda del psicólogo escolar, o del director para poder
intervenir con los padres de los alumnos implicados a los que se les hará entrevistas
diferenciadas.
Con respecto a los padres del niño-víctima decir que debemos mostrarnos en todo
momento colaboradores y basarnos en contener la angustia del niño y la de los padres y
por otro lado debemos ayudarles a no culpabilizar al niño ni a sí mismos.
Con respecto a los padres del niño-matón debemos ayudarles a reconocer que tienen un
grave problema a resolver, tenemos que intentar que ellos no permitan ni consientan
más agresiones de su hijo y que vean la necesidad de recibir atención terapéutica
especializada externa a la escuela.
Con respecto a los padres del grupo acosador también debemos ayudar a que
reconozcan la necesidad de que sus hijos aprendan otras formas de relacionarse, para
ello es básico que colaboren en pedir perdón a la víctima. Estos padres habrán de ayudar
a sus hijos no permitiéndoles más agresiones mediante el auto-control de la violencia, a
través del fomento de la autoestima y del desarrollo de un criterio propio que les proteja
del sometimiento grupal y les facilite la inclusión en el grupo-clase de forma individual
y no grupal. Algunos también requerirán tratamiento terapéutico externo y
especializado.
Como conclusión señalar que, aunque en el Aula de Apoyo a la Integración no ha
habido caso de bullying, ellos han sido capaces de comprender lo que es gracias a la
visión de películas como “Cobardes”. Creo que a través de este trabajo los alumnos han
comprendido la necesidad de denunciar los acosos que se produzcan en el Centro (sean
víctimas o no) por lo que mi confianza en ellos ha aumentado puesto que sé que serán
capaces de analizar la situación y de comunicársela a un profesor/a para intervenir de
manera pacífica solucionando los distintos problemas de bullying que puedan darse en
el Centro.
Debemos ser conscientes de que este programa de intervención tendrá buen resultado
cuando logra atajar la situación de violencia y marginación, y cuando la víctima pueda
proseguir la escolaridad en un entorno cálido y protector.
En todo momento se debe recomendar a los escolares víctimas de acoso escolar que no
callen, que hablen; por ello he creído importante hacer mención a este plan de
intervención que tanto me ha ayudado en el desarrollo de la convivencia escolar y en el
fomento de principios de tolerancia, respeto, solidaridad, amor, libertad, confianza…
denunciando y desechando cualquier tipo de violencia escolar.
Por último y para concluir añadir la necesidad de consulta de diversas fuentes
bibliográficas con las que ayudarnos a en la realización de estas dinámicas, entre todas
ellas puedo destacar:
-FERNÁNDEZ HERRERÍA, Alfonso (ed.) (1994). Educando para la paz: nuevas
propuestas. Granada: Universidad de Granada, Colección Eirene n.3.
-HICKS, David (comp.) (1993). Educación para la paz: Cuestiones, principios y
prácticas en el aula. Madrid: Morata.
-ACNUR ESPAÑA (1995). Material Didáctico: ayúdanos, ¡enséñalo!. Madrid. ACNUR
España.
-PARÉS MOLINA, Marina. Proyecto de intervención sobre bullying en la escuela.
Además es de destacar la importancia que tiene hoy en día la consulta de páginas Web
ya que es un recurso muy utilizado debido a la gran variedad de información que nos
ofrece y a la inmensa documentación que puede obtenerse a través de dichas consultas,
entre las páginas Web que se han consultado puedo destacar:
www.eacnur.org/valores.cfm
http://averroes.cec.junta-andalucia.es
www.pntic.mes.es/recursos/primaria/transversales/index.html
www.edualter.org
www.convivencia.mec.es/
www.edex.es
-CASOS PERSONALES.
1º) "Me insultaban en los recreos, al salir del colegio y también en las clases, delante de
algún profesor, pero hacían como que no oían", denunció ayer una ex alumna del mismo
instituto de Jokin. Sus compañeros de clase comenzaron a presionar a ella y a su
hermana llamándolas "arruinadas" y "drogadictas" e insultándolas
La chica explicó que a ella "le tocó la primera" y que después fueron a por Jokin, el
joven de 14 años que se suicidó y con el que coincidió en clase hasta 2003. La chica
recuerda cómo Jokin era uno de los pocos que le hablaban, aunque "sólo cuando estaba
a solas", porque si lo hacía en compañía de sus acosadores a Jokin "le miraban mal".
Los compañeros de clase de las dos chicas, incluidos los ocho presuntos acosadores de
Jokin, comenzaron a presionarles llamándoles "arruinadas" o "drogadictas". "Antes
estaba acompañada, por mis hermanos mayores, pero luego me encontraba sola en todo
momento. Me insultaban en los recreos, al salir de clase y también en ellas, delante de
algún profesor, que hacía como que no oía nada", declaró la joven. Dado el cariz que
tomaban los acontecimientos, los padres de esta joven decidieron la pasada Semana
Santa, unos meses antes de que finalizase el curso, sacar a su hija del instituto. Según
dicen, su hija "no podía más". La chica asegura ahora que, tras su marcha, los que la
acosaban a ella pasaron a ensañarse con Jokin.
2º) Los hechos tuvieron lugar hace un año, cuando el niño jugaba un partido de fútbol y
no paró un penalti, y desde entonces comenzó a recibir amenazas e insultos por parte
de algunos compañeros de escuela, según la denunciante
Los golpes parece ser que tenían lugar en un sitio apartado del patio y ante la denuncia
del niño a los cuidadores, éstos le respondían que era "un quejica". Dos de los supuestos
atacantes tienen 12 años y el tercero, 13 y estudian sexto de Primaria. Durante todo el
tiempo en el que supuestamente tuvieron lugar estos hechos, el niño "siempre tenía
argumentos para justificar los moratones al tiempo que esgrimía cualquier excusa para
ausentarse de clase, se le olvidaban los deberes o le costaba conciliar el sueño, entre
otras reacciones", dijo la madre.
3º) "Todo empezó hace cuatro años cuando comencé a tener mis propias ideas y una
particular forma de vestir. Al principio sólo eran miradas de desprecio y risas. Luego
llegaron las palabras como "cerdo" y "casposo de mierda". Los dos últimos años fueron
"collejas" todos los días en el autobús camino del instituto, incluso una vez un golpe con
la cabeza. Las amenazas eran del tipo "vamos a matarte", o "te vamos a arrancar el
piercing de golpe". Sentía miedo. Sentía impotencia y sabía que si respondía, él no
vendría después solo a por mí. Lo último fue una agresión grave hace tres semanas".
4º) "Sandra es una excelente estudiante de 15 años. En el segundo curso de la ESO, sus
tres mejores amigas empezaron a mofarse de ella y a ridiculizarla delante de toda la
clase llamándola "empollona". Alguien le colocó el cartel de chivata diciendo que
delató a sus tres amigas cuando el coche del director apareció lleno de insultos. Poco
después, Sandra tuvo que ir a consulta de Psiquiatría".
5º) "Me pasaba todos los recreos escondida en el baño. Me amenazaban con pegarme y
lo pasé muy mal, pero tuve la suerte de contar con amigas que pasaron el trago
conmigo".
6º) Su calvario diario comienza en el viaje en autobús, uno de los paraísos para los
bullys, lejos del control de los profesores. Durante una temporada el acoso fue tal que su
familia se vio obligada a llevarlo en coche al colegio. Javi no era la única víctima. La
habían tomado con él y con una niña que sobrepasaba los cánones de peso socialmente
establecidos para su edad. A veces los sujetaban y no les dejaban abandonar el vehículo
hasta varias paradas después, especialmente los días de lluvia en los que les resultaba
entretenido reírse mientras se empapaban. Otras los insultaban y les gritaban desde las
ventanillas, a ellos e incluso a la abuela que los iba a buscar. Pero un día los acosadores
se pasaron de la raya. Javi llegó a casa y le pidió a su madre que lo acompañase a hablar
con el director. "Me escupieron todo por encima, ¡no me toques!'', le dijo entre
lágrimas y sin poder ocultar una enorme mueca de asco.
7º) “En la última excursión me tiraron una lata de coca-cola enterita por encima, no me
iba a arriesgar a que me hicieran otra cosa, por eso no he ido.”
8º) “Al día siguiente le acompañé al instituto porque tenia miedo, y hablé con el jefe de
estudios, me dijo que iban a tomar medidas y le iban a expulsar 4 días, por la paliza que
le había dado a Mario, pero que como su padre trabaja fuera que no habían podido
notificárselo todavía, por lo cual estaba en el instituto. Aquel día en el recreo, fue hacia
Mario le dio un bofetón, y le dijo; que si llamaban a su padre y le expulsaban por su
culpa, le iba a esperar en la salida, por lo que Mario fue a decírselo al jefe de estudios.
El padre de Mario fue a recogerle con un compañero de la oficina, entrando dentro,
como bien le habían dicho, pero cuando salía por la puerta de entrada, estaba Ismail
escondido detrás del muro, se abalanzó sobre Mario con una barra de hierro, abriéndole
la cabeza, el padre de Mario como pudo, le quitó la barra de hierro, porque toda su
obsesión era seguir dándole e intentó retenerle hasta que viniese la policía, pero al ver a
Mario desplomado en el suelo, en un charco de sangre, le dijo a su compañero que le
sujetase mientras él atendía a Mario. Pero Ismail se lió a golpes con el compañero,
logrando escapar. Al día siguiente vinieron los compañeros a verle a casa, y nos dijeron
que había ido Ismail al instituto llevando una navaja (Mariposa), y que había dicho; que
hasta que no acabara con él no iba a parar. En este punto, y dado a la manera de actuar
de este niño, que por cierto tiene 13 años...
-ARTICULOS.
http://terranoticias.terra.es/articulo/html/av2523582.htm
Iñaki Piñuel, Director de los estudios Cisneros 04-10-2005
“En todas las aulas hay acoso escolar”
Las cifras son escalofriantes, el 25% de los escolares sufren mobbing por parte de sus
compañeros. En el chat de Terra contestó Iñaki Piñuel, Profesor de la Universidad de
Alcalá de Henares y Director de los estudios Cisneros, el primer estudio monográfico
sobre acoso escolar. “El acoso escolar afecta mucho más a los niños de primaria que a
los demás grupos de edad” aseguró.
Pregunta - ¿Cuáles son las causas del acoso escolar?
Respuesta de Iñaki Piñuel - Las causas son variadas, entre las más frecuentes suelen
estar las que tienen que ver con una abandono del sistema educativo, la trivialización
creciente de la violencia entre niños y la propagación del éxito, la rivalidad, la
competitividad entre iguales así como el maltrato y la ridiculización como una
herramienta para conseguirlo.
Los valores que se extienden a través de los medios de comunicación, en especial, las
series de televisión y los reality shows, exponen a los niños de manera creciente a
formar relaciones tóxicas entre iguales. Es divertido reírse de otros, resulta rentable
linchar a los demás y suele ser una forma de llamar la atención y de obtener un
reconocimiento social el hostigar a otros. Se trata, en el fondo, de unos valores en alza
que dan prioridad al maltrato como una forma aceptable de obtener reconocimiento
social o de pasar el rato.
P - ¿En qué porcentaje aproximado existe el fenómeno del acoso escolar tanto en
escuela primaria como en secundaria?
R - Hasta el estudio que hemos desarrollado, ningún equipo de investigación se había
atrevido a evaluar la violencia en Primaria. Desde el estudio Cisneros VII, sabemos que
el acoso escolar y en general la violencia entre niños afecta mucho más a los niños de
primaria que a los demás grupos de edad (los niños de segundo de Primaria tienen 7
veces más riesgo de padecer acoso que los de segundo de bachillerato). Con esto se
rompe un mito habitual que señalaba las edades propias de la ESO como las más
afectadas por la violencia escolar.
Los niños que terminan el sistema educativo en 2º de bachillerato ofrecen las menores
tasas de acoso y violencia escolar, con un 6% de los niños de 2º de bachillerato. Una de
las conclusiones que podemos resaltar es que el sistema educativo va reduciendo con los
años la violencia entre iguales. Sin embargo, al final del periodo de educación, el
problema persiste para un porcentaje significativo de niños que seguirán hostigando a
otros en la vida adulta, ya sea a través del acoso familiar, doméstico o incluso laboral
(mobbing).
Reconocer el acoso escolar
P - ¿Qué puede hacer un padre para saber diferenciar si lo que sufre su hijo es
realmente acoso escolar o es que pelea con sus compañeros?
R - El acoso escolar significa un continuado maltrato que recibe un niño por parte de
otro u otros. Con independencia de si este niño se queda paralizado o si aprende que
resulta útil transformarse en alguien violento, hablamos de un proceso de victimización.
Aproximadamente, la mitad de los niños sometidos a violencia en la escuela quedan
paralizados ante esa violencia. La otra mitad, aprenden que la única forma de no ser
víctimas es transformarse a su vez en un niño violento o participar en el hostigamiento
de otros niños a su vez.
Un porcentaje que llega al 20% de los niños que acosan a otros señala como causa de el
hostigamiento que practican "lo hacen para que no se lo hagan a ellos". Es decir, los
niños en la escuela aprenden muy tempranamente que una buena manera de no recibir
acoso es practicarlo contra otros. Esto es demoledor y un fracaso de todo el sistema
educativo.
P - ¿Cómo debe actuar un padre cuando se da cuenta de que a su hijo le están
acosando? ¿Se debe denunciar?
R - Lo primero que debe hacer un padre es situarse de manera incondicional a favor de
su hijo ofreciendo un tipo de apoyo incondicional desde el principio. Suelen ser errores
frecuentes entre los padres de niños acosados el trivializar, banalizar, restar importancia,
dudar de la versión del niño haciendo que los menores acosados terminen
aclimantándose a la violencia que padecen y terminen pensando que la violencia es algo
normal y algo que forma parte de un panorama esperable y natural en las relaciones
humanas.
Los padres solemos emitir cinco tipos de mensajes tóxicos a los niños acosados: negar
la versión que el niño nos trae sobre la violencia que padece; mostrar al niño que esto
siempre ha ocurrido así, que nosotros también lo padecimos, comparándonos; decir a
los niños que esto es bueno para ello, que les hace ser más duros, les prepara para la
vida, les forja el carácter y otras aberraciones semejantes; los padres señalan al niño que
ante el acoso prefieren que el niño se transforme en alguien violento frente a los que le
acosan (cosas que hemos escuchado a los padres: “prefiero que vengas con un ojo en la
mano a casa a que vengas llorando porque otro te ha pegado"; "si te pegan, pégales tú
más fuerte"…); Otra de las alternativas es dejar que pase el tiempo.
La responsabilidad de proteger a los niños de la violencia del entorno escolar no es de
los padres sino de los educadores, tutores y responsables de centro educativos que
tienen la obligación legal y que establece los derechos del niño de que el lugar de
estudio sea un sitio protegido donde puedan desarrollarse, madurar y crecer libres de
toda violencia.
P - Antes había acoso escolar. Creo que lo ha habido siempre y ahora sale más en
los medios.
R - El acoso escolar no es un problema nuevo, es cierto que siempre ha existido. Lo que
ha cambiado es que la mayor humanización de nuestra sociedad hace que un
comportamiento que hasta ahora era asumido como normal pase a ser inaceptable y
digno de ser combatido. Ha ocurrido lo mismo con otros problemas similares como el
maltrato doméstico o el mobbing. También es cierto que se observa una evolución a
cada vez mayores cotas de violencia en nuestras relaciones sociales.
Pasados los tiempos en que la autoridad controlaba o incluso reprimía las violencias
más graves y visibles, hoy en día, necesitamos contener la violencia buscando formas
alternativas que no impliquen un retorno imposible a la autoridad, a la represión o al
castigo que se han demostrado inoperantes para atajar este problema.
El papel de los profesores
P - ¿Cómo calificaría a nuestros profesores? ¿Ponen empeño en luchar contra este
problema?
R - En general, los profesores están en una situación límite en cuanto a su capacidad de
luchar y hacer frente a la violencia en los centros educativos. Abrumados, sobrepasados,
faltos de apoyo y reconocimiento social, a veces víctimas ellos mismos de violencias
por parte de padres, alumnos o incluso víctimas del mal ambiente en el sector educativo,
ofrecen muy poca capacidad para frenar este fenómeno. Es necesario trabajar con los
profesores en la implementación de protocolos de buen trato que hagan de los niños los
protagonistas principales en la erradicación de los comportamientos violentos de
humillación y acoso en los centros escolares.
Los profesores deben ser facilitadores en la implementación de estos protocolos de buen
trato que son hasta la fecha las únicas medidas que están teniendo éxito real a la hora de
erradicar conductas violentas. La mera formación de los profesores en materias como
conflictividad, relaciones sociales, mediación... abundante ya en numerosos centros no
ha producido los cambios que se esperaban en relación a la violencia escolar.
P - ¿Cuáles son las principales prácticas de acoso escolar?
R - Hemos observado frente al mito comunmente aceptado de que la violencia escolar
era básicamente una violencia física que la realidad de la violencia entre los niños es
mucho más social y psicológica que física. La intimidación, coacción, agresiones físicas
existen y causan daños. Sin embargo, son las formas de exclusión social basadas en
ningunear, no dejar participar, ridiculizar, poner motes, reírse de alguien cuando se
equivoca, hacer correr rumores a sus espaldas, indisponer a los compañeros contra la
víctima, las que además de ser más frecuentes, producen mayores tasas de estrés
postraumático entre las víctimas. Contrariamente a lo que pudiera pensarse, las formas
de acoso psicológico, exclusión social y humillación verbal son mucho más lesivas para
los niños. Son las que están detrás de los índices más graves de ideación suicida entre
los niños.
P - ¿Qué le puede pasar a un acosador si es denunciado?
R - Los acosadores crecen en medio de la impunidad. Hemos observado en nuestro
estudio que el número de acosadores frecuentes se incrementa según vamos
incrementando la edad. Esto ocurre porque la violencia y acoso en los centros le sale
gratis a aquel que las practica. Una medida que podría reducir sustancialmente el
número de acosadores sistemáticos o recurrentes sería la tolerancia cero frente a las
conductas que practican, que debiera incluir la intervención rápida y contundente de la
fiscalía de menores en este caso, actuando de oficio. Un buen susto a tiempo evitaría
que estos niños (los acosadores) frecuentemente víctimas de violencias anteriores
terminaran consolidando un comportamiento tóxico para sus compañeros en el medio
escolar.
P - Las soluciones para acabar con este problema juvenil son difíciles pero ¿Por
dónde hay que atacar el problema?
R - La esperanza blanca en materia de prevención de la violencia escolar es ese 24% de
casos de acoso donde los que intervienen para cortar la violencia son los mismos
compañeros de la víctima. Se trata de fomentar entre los niños los comportamientos de
solidaridad en favor de las víctimas y del señalamiento de los comportamientos de
acosos de forma temprana como inaceptables, indebidos y causantes de daños para
muchas personas. Los protocolos de buen trato significan un compromiso colectivo e
individual de aquellas clases que los adoptan de no trivializar y banalizar las collejas,
empujones, los gritos, los insultos, los motes, la ridiculización de los demás... y de
proteger desde el principio aquellos que puedan resultar víctimas, encarando a los
autores como desviantes de la norma que cada uno de los grupos se ha dado para apostar
por el buen trato en las aulas.
Los adultos tenemos que facilitar un proceso de autodeterminación que los niños suelen
estar deseando emprender por sí mismos. Los niños son los mejores agentes de cambio
social en materia de violencia escolar.
P - ¿Cuántos niños sufren acoso escolar? Podría
dar datos estadísticos. ¿Lo sufren más en edades cortas o en las más adultas?
¿Quiénes más: niños o niñas?
R - Es manifiestamente falso que el acoso escolar sea un tipo más de violencia de
género. Los niños son más acusados que las niñas (27% frente a 21%). Pero además, los
niños suelen ser más víctimas de otros niños varones y las niñas suelen ser víctimas más
frecuentemente de otras niñas. Pretender como en algunos casos han hecho
investigaciones nada rigurosas, señalar el acoso escolar como un problema de violencia
de género es un disparate que cualquier educador que se aproxime a la realidad puede
comprobar de manera directa y evidente.
Contra el mito mediático que consiste en esperar a que un niño esté en una situación
próxima al suicidio o clínicamente muy grave hay que insistir en que el acoso escolar es
un continuado maltrato que recibe un niño en su entorno escolar, con independencia le
ha generado ya daños moderados, graves o muy graves. Es una barbaridad pretender
diagnosticar el acoso escolar desde el daño que hay generado ya a la víctima. El acoso
escolar como toda violencia se puede y se debe medir (autotest Cisneros), mediante el
cómputo de las conductas. El tamaño del problema es tal que algunas instituciones
tienen miedo de aceptar los datos que la realidad de la violencia en las aulas ofrecen a
los investigadores serios y rigurosos.
P - ¿Cuáles son las consecuencias psicológicas?
R - Por primera vez el estudio Cisneros VII ha podido evaluar no sólo la intensidad y
frecuencia de las conductas de acoso escolar sino mediante el uso de escalas clínicas
rigurosas, la correlación que hay con daños psicológicos severos y cuadros clínicos
como son el síndrome de estrés postraumático infantil, la depresión infantil, los
trastornos de ansiedad, etc... que han resultado correlacionar significativamente con los
mayores índices de acosos. La mayoría de estos cuadros son la manifestación de un
daño y no como algunos pretenden la causa del problema.
Los niños son víctimas de un tipo de violencia que antecede la aparición de estas
secuelas que suelen ser difícilmente diagnosticadas y aún peor tratadas terapéuticamente
por especialistas. Se atribuye falsamente a la víctima tener una personalidad retraída,
entrovertida, presentar problemas de adaptación, ser un neurótico o incluso un niño
depresivo. Todo ello significa para los niños víctimas un proceso de victimización
secundaria.
P - ¿El acoso escolar se da más en colegios públicos o privados?
R - No hemos podido encontrar hasta el momento diferencias significativas en cuanto a
la titularidad pública o privada de los centros en cuanto a acoso escolar. Lo que sí
hemos encontrado es acoso escolar en todas las aulas que hemos investigado (en 222).
El mensaje de Iñaki Piñuel
Quiero lanzar un mensaje a todos los adultos del chat y hayan sido víctimas de cualquier
violencia. Es muy probable que estos niños se hayan convertido en adultos cronificando
unos daños psicológicos severos como es el síndrome de estrés postraumático, que
afecta a un 35% de los niños acosados y que es responsable de cambios importantes en
la personalidad y puede significar un sufrimiento que les ha venido acompañado a lo
largo de sus vidas y que hasta la fecha no habían encontrado la causa debido a la
trivialización de la violencia que habían padecido.
La violencia puede y debe medirse a través de herramientas que están gratuitamente a
disposición de quien quiera en www.acosoescolar.com.
Violencia en las aulas Lunes 11 de diciembre de 2006. ANTONIO MÁRQUEZ DE ALCALÁ . Corriente Roja - Nucleo Universidad
Habitualmente, cuando se habla desde medios de comunicación e instituciones sobre la
violencia en las aulas de colegios e institutos, sobre la violencia que ejercen ciertos
estudiantes contra compañeros (bulling) y profesores, sobre la inseguridad y falta de
respeto a las que se ve sometido el profesorado en su trabajo diario, se hace, como
siempre, atomizando y descontextualizando el problema. La violencia se presenta como
una suma de casos aislados que se van multiplicando y cuyo común denominador final
es la perversidad de determinados estudiantes, alentada por la dejadez de
responsabilidades de los padres. Las causas de la violencia que aplican estudiantes
contra profesores y otros estudiantes, se resumen, en última instancia, en un cambio
cultural de la era de la globalización mediante el cual se están perdiendo los valores
tradicionales de respeto a la autoridad, tan necesarios para una cultura de la tolerancia y
el consenso (cultura de la sumisión, diríamos otros). Como a los padres ya no les
preocupa la educación de sus hijos o no se ven capaces de hacerse respetar, se delega la
educación en los profesores, los cuales, a su vez son incapaces de hacer frente a éste
tipo de demanda pues su cometido es otro: enseñar matemáticas, historia, etc. Solución
que se propone: llamadas de atención moralistas a padres, educadores y alumnos;
llamadas estériles al diálogo entre agresores y agredidos (una humillación más para los
agredidos); simposios, mesas redondas, campañas mediáticas contra la violencia y
demás pérdidas de tiempo de pedagogos y expertos en educación. La demagogia barata,
los análisis simples, las soluciones ad hoc y los intereses políticos y económicos de
instituciones públicas, empresas editoriales y medios de comunicación, impiden la
reflexión crítica y la toma de un posicionamiento político ante un problema que es
también político.
Pero para entender un problema en profundidad y actuar posteriormente hay que ir a las
causas que lo generan, en lugar de concentrarse en poner parches sobre los efectos. En
el discurso oficial sobre ésta problemática no están nunca presentes los condicionantes
estructurales, tales como las formas que adoptan el mercado laboral y los tiempos y
lugares de trabajo en que son explotadas las familias de los estudiantes y los propios
estudiantes, lo que puede ser la causa de la desatención parental; el modelo de familia y
sus estructuras de poder, que generan comportamientos y visiones autoritarias de las
relaciones humanas, además de servir a la reproducción del orden establecido; el
progresivo desmantelamiento y desregulación de los servicios públicos, que elimina
poco a poco la asistencia social que percibían individuos y familias de los sectores
sociales en situación más precaria; el sistema educativo y las reformas que se ciernen
actualmente sobre el mismo, que lo llevan a un modelo más desigual y elitista que el
actual; las diferencias de posición económica y de estatus entre los estudiantes y entre
sus respectivos entornos sociales, que hace que unos barrios, zonas o colectivos sean
más conflictivos que otros; las formas actuales de socialización de los jóvenes en sus
espacios y tiempos de ocio, que al ser fruto de lo anterior y de otros problemas como la
ausencia de vivienda de fácil acceso para los jóvenes o el paro como horizonte laboral
inmediato, se convierten en terreno abonado para expresar de forma violenta el malestar
acumulado. Son todas cuestiones relacionadas entre sí y que poco tienen que ver con la
moralidad o con cambios de valores místico-culturales, sino con cambios en la
estructura material y organizativa de la sociedad capitalista actual.
Sin embargo, no es de extrañar que medios e instituciones (incluida la familia
tradicional, basada en la pareja heterosexual monogámica estable, institución patriarcal
y forma de organización política, aunque se quiera lo contrario) obvien o mantengan
fuera de su agenda discursiva estas cuestiones. No sólo porque deliberadamente no les
interese entrar en un debate que cuestiona incluso su propia existencia o su forma, sino
porque, tanto medios de comunicación como instituciones burocráticas y jerárquicas
necesitan, los unos, de la inmediatez, la fugacidad, lo impactante, debido a la
competencia económica y simbólica; las otras, del control y del “apoliticismo” de los
sujetos sobre los que operan; y, por lo tanto, ambos necesitan de la atomización y
descontextualización de la realidad, del recorte de lo que se presenta como real, para
seguir funcionando. Extienden así un tupido velo “consensual” sobre aquello de lo que
no conviene que se hable. Establecen lo que es y lo que no es; lo que existe y lo que no
existe, generando, pese a su supuesta neutralidad, un ambiente social fuertemente
ideologizado que legitima el orden socioeconómico y político.
Llegados a éste punto, podemos y debemos preguntarnos porqué se establece como
problema la violencia ejercida por estudiantes, y porqué se elimina la posibilidad de
debatir sobre la violencia en torno a todo el sistema educativo. Más allá de la respuesta,
que se desprende por sí sola de lo anterior, lo crucial es que si nos hacemos estas
preguntas, podemos darle la vuelta a la tortilla y hablar de la violencia que instituciones,
ciertos profesores y otras instancias ejercen contra los estudiantes.
Podemos hablar entonces de la carencia de sentido del régimen disciplinario que supone
la educación jerárquica en espacios regulados y permanentemente vigilados como las
escuelas, los institutos y las universidades, donde el estudiante no tiene la posibilidad de
ser un sujeto activo en el proceso de aprendizaje y donde el objetivo último de dicho
proceso es el disciplinamiento de los sujetos de cara al mercado de trabajo, y la
reproducción de los roles de comportamiento y de los esquemas ideológicos que
legitiman el orden social. Relacionado con esto, podemos hablar igualmente de la
violencia que suponen las tradicionales clases magistrales, en las que se somete a los
estudiantes desde la infancia a una estricta sumisión a la autoridad a través del silencio y
la obediencia. También podemos hablar de los abusos, sexuales y no sexuales, que
cometen ciertos profesores contra alumnos y alumnas, y de agresiones verbales de todo
tipo. Podemos hablar de cómo se están llevando a cabo las reformas educativas en el
Estado español y en toda Europa; realizadas de espaldas a estudiantes y educadores
(pero sí consultadas previamente con empresas privadas), impidiendo cualquier tipo de
debate abierto y democrático que las pueda cuestionar; impuestas, por lo tanto, de
manera autoritaria. Y podemos hablar de cómo han reaccionado las instancias de poder
de los centros educativos de Madrid en la última huelga estudiantil del pasado 16 de
Noviembre, que pretendía luchar contra tales reformas: profesores universitarios que
cierran la puerta del aula con llave, con sus alumnos y alumnas dentro, para que no
pasen los piquetes informativos, impidiendo así un derecho democrático fundamental
como es el derecho a huelga; profesores que se esmeran en poner exámenes y prácticas
o clases de asistencia obligatoria en jornadas de huelga, para impedir a toda costa que
los estudiantes acudan a la convocatoria; direcciones de instituto que expulsan a
alumnos y los denuncian a la Fiscalía de menores por realizar un acto propagandístico
para una huelga. Y así, un largo etcétera.
Lo característico de éste otro tipo de violencia es que, como no se ve, es como si no
existiera. Se asume por parte de quienes la padecen como algo natural y razonable,
aunque molesto. Lo insufrible se percibe como soportable, y lo injustificable como
defendible. Y así todo el engranaje sigue en marcha sin problema, salvo algún que otro
conato de rebeldía ocasional.
Sin embargo el antagonismo dentro del sistema educativo (antagonismo complejo que
enfrenta a estudiantes contra estudiantes, profesores contra profesores, estudiantes
contra profesores, dirección contra personal administrativo, etc; no se trata del
reduccionismo “estudiante vs. profesor”) es fruto de la estructura clasista de la sociedad
capitalista y sus luchas están relacionadas con las de clase. Así, mientras que en el
mercado de trabajo se están dando reformas de desregulación que afectan a la baja a los
derechos de los trabajadores (Bolkestein, Reforma laboral), reformas paralelas se están
dando en los servicios públicos, en concreto en la educación, tanto universitaria como
secundaria (Proceso de Bolonia, LOU, LOE...), la cual ha de adaptarse al nuevo
mercado de trabajo precario. En respuesta a éste ataque global grancapitalista, que viene
teniendo lugar de manera decidida desde los 90, ciertos sectores sociales en Europa y en
el Estado español comienzan a oponer resistencia. Dentro de éstos sectores, los
estudiantes jugamos un papel fundamental y de la articulación de un movimiento
estudiantil fuerte e independiente, tanto a nivel del Estado español como europeo,
depende que el sistema educativo y la sociedad en su conjunto se transformen en
realidades más justas o deriven hacia un modelo aún más totalitario.
La solución a la violencia en las aulas pasa por la eliminación de la violencia estructural
que la genera, tanto dentro como fuera de las aulas. A la violencia sistémica y su
manipulación, los estudiantes debemos responder con la lucha organizada a todos los
niveles. Una lucha que no se debería entender únicamente como el imprescindible asalto
y derribo de una serie de leyes y procesos, sino también como una lucha cotidiana por
democratizar los centros de estudio, por subvertirlos; una lucha por emanciparnos en
tanto que estudiantes, en definitiva.
http://www.educacionenvalores.org/spip.php?article79
DEFINICIÓN DE ’BULLYING’. ENTREVISTA A ROSARIO ORTEGA.
Fuente: Diario de Córdoba
*Rosario Ortega es Catedrática de Psicología. Miembro de la Sociedad Española de
Psicología de la Violencia. Ha estado al frente del Instituto de Ciencias de la
Educación de Sevilla. Dirige en la Universidad de Córdoba el Departamento de
Educación.
El 3,5% de los escolares de entre 9 y 18 años se confiesa agresor y el 6,5% víctima de
los ataques de sus compañeros del colegio. Así lo revela un estudio de la catedrática de
Psicología en la Universidad de Córdoba Rosario Ortega, investigación que ha sido
publicada como un capítulo de la obra Tackling violence in school: The european
approach , que pulsa el grado de violencia escolar que en la actualidad se vive en
Europa. Aunque el asunto no es nuevo, la muerte de Jokin, un menor de 14 años vasco
que se suicidó el pasado 21 de septiembre a consecuencia, presuntamente, del
hostigamiento y humillación que supuestamente sufría en la escuela, ha reactivado la
presencia masiva de lo que los expertos llaman bullying en el candelero informativo de
la actualidad. La profesora Ortega, que es además responsable del Grupo de
investigaciones pedagógicas de la universidad cordobesa y directora del departamento
de Educación, explica para los lectores de Diario CORDOBA las profundas claves
psicológicas que se esconden detrás del fenómeno.
Empecemos por el principio. ¿Qué es el ’bullying’?
Un fenómeno de violencia interpersonal injustificada que ejerce una persona o grupo
contra sus semejantes y que tiene efectos de victimización en quien lo recibe. Se trata
estructuralmente de un abuso de poder entre iguales.
Entonces, ¿no es exclusivo de los niños y las escuelas?
No. Lo que ocurre es que se ha acuñado para definir la violencia entre escolares porque
somos los investigadores de psicología evolutiva y de la educación los que más hemos
estudiado esto. Mire, bullying es un término popular inglés, como aquí gamberro. Su
origen es el mobbing , que significa abuso de unos a otros, acoso. Cuando el mobbing ,
que es una palabra sueca y noruega, se traduce al inglés, la palabra que se encuentra
adecuada para traducirlo es bullying . Por lo tanto, es simplemente la traducción al
inglés del término mobbing .
Es decir, ¿todos podemos ser víctimas de algún tipo de ’bullying’?
La mayoría de nosotros hemos padecido esta violencia. En la memoria del 80% de la
gente hay un episodio, bien como protagonista, amigo, agresor (los llamados bullies ) o
víctima.
¿Cómo se manifiesta?
El bullying es violencia que puede ser verbal, física, psicológica, directa e indirecta.
Estas cinco categorías no son puras, pueden mezclarse entre sí.
¿Durante cuánto tiempo puede prolongarse?
Esto es muy muy interesante, porque la gravedad de la violencia interpersonal
injustificada prolongada se mide también por el tiempo que dura. Cuando es una cosa
puntual, de una o dos veces o semanas, es casi una cosa episódica. Incluso puede llegar
a ser hasta accidental, fruto de un malentendido. Pero el bullying grave se prolonga
normalmente durante un curso académico, y es muy muy grave si va más allá de este
tiempo.
¿Se da más en niños o niñas?
Los niños están más implicados que las niñas. La ratio es por cada cinco niños, una
niña. Pero pueden ser tanto víctimas como agresores. En este sentido, el problema del
machismo o la, digamos, estimulación que la sociedad está haciendo a los varones para
que sean gallitos les viene fatal porque les estimula al enfrentamiento, a resistir. En
general los chicos están más implicados, pero las chicas empiezan a hacerlo hasta en
formas en que antes no estaban implicadas, por ejemplo en violencia física o sexual. No
obstante, el bullying de las chicas suele ser más de violencia indirecta. Por ejemplo, la
exclusión social —con esta no te juntes —, el aislamiento o la difusión de rumores.
Pero supongo que unos son más propicios a sufrir esto que otros...
Sabemos el perfil global de la víctima y el del agresor. El niño que permite durante
tiempo prolongado ser victimizado es un niño un poquito más inseguro, tímido,
hiperrespetuoso, suele sacar buenas notas... Jokin era un retrato robot del caso más
grave de bullying , cumplía todos las características descriptivas. Pero eso no quiere
decir que por ser así una persona vaya a ser una víctima. Hay que diferenciar entre
episodios espontáneos y aislados. El niño o la persona no debe ablandarse ni permitir
que ese hostigamiento sea permanente, pero tiene que saber cuándo y cómo resolverlo
de forma pacífica. En cuanto al agresor, también es inseguro y tiene problemas, pero no
se los queda para adentro y en cambio se apoya en los demás y culpa a la víctima de la
agresión. No hay que dejarle pensar que las cosas salen bien siendo así.
¿A qué edades afecta más?
La edad es una variable muy determinante. Las edades donde hay más bullying son de
los 10 hasta los 15 años, es decir, los dos últimos años de primaria y los primeros de
secundaria. Un detalle muy importante de las investigaciones es que a los 16 años esto
declina mucho: a partir de que los niños han pasado el periodo más agitado de lo que
llamamos la adolescencia, ese bullying extenso y medio blando desaparece, pero los
problemas que quedan en el agresor ya tienen formato criminal.
Si ’bullying’ es violencia injustificada, ¿es que no tiene causas?
Sí, sí, claro que las hay. Pero no son causas, sino factores. Lo que ocurre es que son al
mismo tiempo desencadenantes, es decir, que van a estimular que aparezca y se
mantenga, y de prevención del riesgo. Son cuatro grandes: el propio sujeto, el contexto
social familiar, la escuela y el contexto social general. Si ve violencia en casa, se crea la
tendencia a repetirla. Además, es muy importante el diálogo con los padres y que las
escuelas tengan programas de prevención tipo tolerancia 0 , porque no basta con educar
en valores, sino que hay que actuar. Y si en una sociedad hay violencia estructural,
como por ejemplo a causa del machismo, el contexto se convierte en factor negativo,
porque no se distingue bien entre el bien y el mal.
O sea, que todo esto guarda relación con la violencia de género...
Estructuralmente y conceptualmente, no se diferencian, porque la violencia de género es
también un abuso de poder injustificado que cursa con victimización, daño psicológico
e impunidad moral de la víctima. ¿Cual es la diferencia? Los personajes y los
escenarios.
¿Existe permisividad al ’bullying’ en el aula?
Según mis investigaciones, el 85% de los escolares saben decir quién está maltratando a
quién, pero le tienen tanto miedo al matón que no lo dicen. Eso significa que todo el
mundo en el aula lo sabe pero no hace nada.
-CAMPAÑAS ANTI-BULLYING.
-CAMPAÑA DE SENSIBILIZACIÓN CONTRA EL BULLYING
HOMOFÓBICO
El área de Educación de Fundación Triángulo, lanza su nueva campaña de
sensibilización: -Hay un sitio para tod@s-, con la intención de dirigir la atención
pública a uno de los principales motivos de maltrato en el aula: la diversidad afectivo-
sexual.
La campaña, que es la primera de este tipo que se lanza a nivel estatal consta de un
cartel que advierte de la importancia de trabajar y atender la diversidad afectivo-sexual;
un documento que informa del objetivo de la campaña y de una propuesta formativa en
relación al Bullying Homofóbico que será parte de los contenidos del Seminario
Bullying Homofóbico: Acoso y Maltrato en el aula por motivos de diversidad afectivo-
sexual que Fundación Triángulo organiza en Cáceres el próximo 24 de Noviembre.
Hoy arranca el envío a 694 centros de educación pública y concertada de la Comunidad
de Madrid, y otros cerca de 2000 a diferentes puntos de información juvenil y diversas
asociaciones. Esta campaña se extenderá en las próximas semanas a las delegaciones de
la Fundación , (Andalucía, Valencia, Extremadura, Castilla la Mancha, Castilla y León)
que realizarán el envío a los centros escolares de sus respectivas comunidades.
La puesta en marcha de este programa, que cuenta con la subvención del Ministerio de
Trabajo y Asuntos Sociales a través de los programas sociales financiados con el 0,52%
del IRPF, ofrece para trabajar sobre las posibles actitudes y valores homófobos
interiorizados por los y las jóvenes que son la base de uno de los motivos de maltrato
más habitual, pues como afirma Pablo López, presidente de Fundación Triángulo
Juventud, -no podemos estimar qué porcentaje de casos de acoso escolar se debe al
hecho de ser homosexual o parecerlo, pero lo que es cierto es que la mayoría de
homosexuales hemos sufrido en mayor o menor medida acoso en nuestra etapa escolar-.
-PLAN INTEGRAL CONTRA EL ACOSO ESCOLAR
ACAECAT ó lo que es lo mismo ASOCIACIÓN CONTRA EL ACOSO ESCOLAR
DE CATALUNYA, es una entidad de carácter privado y sin ánimo de lucro, cuyo fin
primordial es el de prestar ayuda y asesoramiento, tanto a los alumnos como a sus
respectivas familias, que se vean afectados, como sujetos activos o pasivos, por
problemas que tengan su origen en conflictos de convivencia en el seno de los centros
escolares de enseñanza no universitaria, tanto de carácter público como privado o
concertado.
Hace falta un Plan Integral que abrace todos los aspectos del problema, un paquete de
medidas y proyectos que conduzca al menor tiempo posible a la erradicación del acoso
y la violencia de las aulas e institutos.
Hace falta concienciar e informar la sociedad del riesgo de el acoso escolar en los
alumnos de nuestras escuelas. La publicidad con campañas de sensibilización, las
tutorías formativas a los padres,...son vías posibles por tal de que conseguimos personas
formadas hacia este tema. Capaces de diferenciar entre violencia escolar y acoso, con
ganas de colaborar por conseguir de bello nuevo una educación en valores así como si
hiciera falta, cooperadoras con el centro en un caso de maltrato, haciendo un
seguimiento de aquellos padres menos predispuestos a hacerlo.
Recoge 14 medidas entre las que se incluyen Cursos de formación a los docentes,
Apoyo a las víctimas y a sus familiares o Creación en los centros de juntas disciplinarias
P.I.C.A.E. PLAN INTEGRAL CONTRA EL ACOSO ESCOLAR
El acoso escolar es violencia entre iguales, violencia gratuita e indiscriminada de uno o
varios alumnos que busca castigar una víctima seleccionada. Un porcentaje importante
de chicos y chicas de Catalunya y España están sometidos diariamente a acoso físico,
psicológico o social. La violencia escolar probablemente ha existido siempre, pero
nunca como por ejemplo las víctimas se han sentido tan desprotegidas en medio de un
entorno hostil y cambiante. Es obligación de las autoridades velar por la salud física y
psicológica de sus ciudadanos, más cuando los derechos a la dignidad y al respeto son
vulnerados y pisados en edificios de titularidad y responsabilidad pública, más cuando
el lugar dónde se producen las agresiones es el templo del civismo dónde se gestan las
sociedades y sus ciudadanos. Ningún agente social o educativo puede inhibirse en la
prevención y persecución implacable del acoso. Tampoco lo pueden hacer ni los padres,
ni los alumnos. Ni desde luego las fuerzas políticas y las leyes de un estado de derecho.
Hace falta un Plan Integral que abrace todos los aspectos del problema, un paquete de
medidas y proyectos que conduzca al menor tiempo posible a la erradicación del acoso
y la violencia de las aulas e institutos.
1 Campañas de sensibilización Campaña de sensibilización a la sociedad en general:
a- Espots de televisión y falcas radiofónicas.
b- Rótulos informativos colocados en las paradas de los autobuses y de las estaciones
de trenes y metros, dónde habrá impreso un teléfono y una dirección de correo
electrónico en el que las víctimas y sus familiares se puedan dirigir.
2 Apoyo y atención a la víctima Creación de un teléfono y de una dirección de correo
electrónico dónde las víctimas de acoso y su familia se podrán dirigir por tal de
asesorarse y recibir ayuda psicológica por parte de especialistas formados en este tema.
Esta ayuda será de como resolver la situación de acoso escolar dentro de los recursos
educativos, ayuda psicológica y ayuda legal.
3 Campaña de sensibilización de la Comunidad Educativa
Delimitar las responsabilidades de los docentes en caso de acoso escolar.
a- Establecer por Ley, las ratios profesores/alumnos en los patios, clarificar el que
representa” las Guardias de patios” y adaptarlas a los tiempos y situaciones de cada
centro.
b- Dotar a los docentes de más herramientas para poder impartir la disciplina a a-
Pósters, distribuidos estratégicamente por el centro educativo, dónde se anime a
denunciar el acoso escolar con el número de teléfono y un e-mail del Departamento de
apoyo de atención a la víctima.
-c. Folletines informativos, dónde haya la misma información que en los pósters y que
será repartida entre los alumnos del centro. Se podrán encontrar en las secretarías y las
AMPA´s del centros y a disposición de quienes los soliciten
4- Tutorías formativas a los padres
a- Convocar a los padres de cada aula, a una reunión de tutorías a comienzos de curso
para hablar de la violencia/Acoso escolar. Se hablará del Plan global del centro
sobre el acoso escolar y su relación con la efectividad emocional como eje
transversal. Y de qué aspecto en concreto se trabajará este año en el aula. Sería
bueno proponer un otra reunión a mitad de curso para valorar y comentar cómo va
el trabajo y qué hace falta mejorar. Esto posibilitaría al docente un conocimiento de
la realidad de su clase y le facilitaría hacer el seguimiento.
b- Establecer los derechos y deberes de los padres en la participación en los diferentes
órganos del centro. A los padres que de desentiendan de sus obligaciones, exigirles
un mayor compromiso.
c- Solicitar su colaboración para la resolución de los casos de acoso escolar dónde se
encuentren involucrados sus hijos, no solamente como víctimas sino también como
parte activa de la situación (agresores).
5- Cursos de formación a los docentes Cursos de formación para los docentes sobre la
prevención, detección y actuación en casos de acoso escolar. Hace falta que sea para
todos los profesionales de la docencia por igual.
6- Responsabilidades de los docentes
La suya aula. Hace falta que sea equivalente a una autoridad pública al igual que ya se
ha hecho en otros países.
7- Medidas disciplinarias para los docentes permisivos con el acoso escolar
Establecimiento de medidas disciplinarias para aquellos docentes o Centros que
manifiesten una actitud permisiva en los casos de acoso escolar, permitiendo el
deterioro físico, psicológico o moral de la víctima. La figura de el inspector contra el
acoso escolar, debe velar por el cumplimiento de la normativa en todos los centros
educativos asignados, sobre todo en relación a las áreas más sensibles con el acoso
escolar (patios, comedores, transporte escolar, cambios de clase, entradas y salidas del
centro).
8- Psicopedagogía escolar
a- Los centros de educación deben tener servicio de psicopedagogía o psicología
propia, con una formación permanente en situaciones de conflicto escolar. Su
trabajo lejos de limitarse a un trabajo de despacho, se realizará también sobre el
terreno, haciendo evaluaciones periódicas de la situación del centro y el
seguimiento de los casos.
b- Debe coordinar y potenciar el estudio por parte de los docentes que intervienen
a el aula, utilizando la dinámica de grupo, los tests, las encuestas, las
valoraciones....con el fin de conocer muy bien al alumnado (quien es el líder y si
es negativo o no, el tímido, el que "enreda la troca"....también las relaciones
entre ellos)
c- Para algunos psicólogos, la mediación terapéutica es un instrumento válido en el
acoso escolar. Hace falta que ellos propongan para cada realidad educativa
soluciones para el acoso.
9- Creación de la Figura del Inspector Contra el Acoso Escolar Especializado y en
exclusiva para los casos de acoso escolar, Estará adscrito a las delegaciones de
Enseñanza Territorial y desde allí coordinará los centros asignados según el número
establecido. Velará para el cumplimiento del PICAE en todos los centros escolares, por
la tutoría de los expedientes abiertos por acoso escolar, por la apertura de nuevos
expedientes, para la investigación, por la adopción de medidas de choque y para tutelar
las medidas que hace falta llevar a cabo y si hay negligencia profesional, abrir
expedientes a los docentes y a los centros, si fuese preciso.
10- Creación de un nuevo Protocolo de Actuación. Este nuevo protocolo debe ser ágil
y conciso, que los docentes lo puedan utilizar de manera rápida y sin dudas, es decir
muy práctico. Dejando la Mediación por los casos de Conflicto y de Maltrato, que sean
leves o bien que apenas empiecen. Los problemas de convivencia, podrán ser
denunciados en lo centro de educación, rellenando formularios que dispongan de una
hoja original por el centro y dos copias una por los padres denunciantes y otra para el
Inspector Contra el Acoso Escolar.
11- Creación en los centros de juntas disciplinarias
a- Creación en los Centros Escolares de Juntas Disciplinarias que dependerán
directamente del claustro de profesores. Asumirán con prontitud la apertura de
expedientes al agresor y le impondrán medidas disciplinarias correctivas y si hiciera
falta tramitarán el traslado del agresor a otro centro.
b- Los miembros de la Comunidad Educativa que rompen la convivencia del contexto
escolar, no pueden quedar en la impunidad. En los casos más graves, se les
suspenderá inmediatamente su asistencia a clase imponiéndoles el cambio de centro.
c- Los tutores de los alumnos agresores han de estar informados y dar las explicaciones
correspondientes a la Dirección del centro y a la comunidad Educativa en General. Por
tan esta junta también informará a las AMPA de los centros.
12- Apoyo a las víctimas y a sus familiares
a- Apoyo psicológico, moral, y jurídico a las víctimas de acoso escolar y a sus
familias por parte del Departamento de Educación. Y con la posibilidad que el
Departamento trabaje de oficio en las casos más graves.
b- Si no se posible que el alumno víctima pueda continuar sus estudios en el centro
actual, se facilitará su traslado con rapidez sin que esto suponga ningún gasto
adicional por la familia (material escolar, ropa de gimnasio, uniformes, comedor,
hora lectiva de más, transporte escolar…)
c- En caso de que la víctima menor de edad, por todos los males infligidos durante
el acoso, no le sea aconsejable su reincorporación a ningún centro, se le facilitará
con prontitud un profesor domiciliario así como se le elaborará una adaptación
curricular. En un periodo de pocas semanas y en caso alguno superior a un mes. Esta
adaptación ha de estar tutelada por el Inspector Contra el acoso, que hará un
seguimiento exhaustivo de la evolución y asesorará al profesor tutor del centro y al
profesor domiciliario.
13- Coordinación con los servicios sociales. Coordinación de las Delegaciones
Territoriales con los Servicios Sociales de los Municipios afectados. Será necesario
hacer un estudio y un estudio sociograma familiar del agresor por parte de los servicios
psicológicos de los que dependa el Centro y del tutor del aula. Se puede hacer con las
reuniones de tutoría. Si la víctima necesita asistencia psicológica, por las agresiones o
hostilidades sufridas, los o los agresores necesitan también ayuda por la agresividad que
infringen a los otros, siendo necesario saber los motivos de este comportamiento y así
poder reconducir sus conductas por preservarlos en el futuro. Por esto y si hace falta se
derivará la situación solicitante ayuda a los asistentes sociales.
14- Programas sobre la convivencia. “Alumnos” Creación de Programas de
Convivencia y Prevención del acoso Escolar, que trabajarán los propios alumnos en su
propia aula, bajo la tutela del profesor. Reafirmación de los programas con contratos de
tolerancia cero, subscritos por todos los alumnos. Hace falta que estos programas se
enmarquen dentro el horario lectivo. Se puede considerar la posibilitad de unas tutorías
trimestrales sobre estos programas y que una se sitúe a comienzos de curso y la otra
sobre la mitad coincidiendo con las tutorías de los padres. Hace falta abordar el acoso
escolar desde diferente prismas: la empatía, el respeto, la violencia gratuita, el diálogo,
el autocontrol, la comunicación, la discusión.... en todas y cada una de estas palabras
encontramos representada de diferente manera la Comunidad Educativa, las víctimas y a
sus padres, los o las agresoras y su familia, a los docentes, a los compañeros de las
víctimas y de los agresores o agresoras. Por lo tanto es muy importante que la violencia
y el acoso escolar sean tratados como esos transversales a lo largo de toda la
escolarización y a todos los cursos dentro del área de la salud y de la convivencia.
15- Registro de Acosadores Escolares. Creación de un registro de Acosadores
Escolares a la Fiscalía de menores, con cariz confidencial. Serán los centros los que
informen a el Inspector Contra el Acoso Escolar y este a la Fiscalía de Menores. Este
registro permitiría tener una información de aquellos acosadores reincidentes y a su vez
con el tiempo, permitiría saber quienes han reincidido en su madurez como acosadores
en su vida de pareja.
16- Telefonía móvil a- Los Regímenes de Disciplina Interna de los Centros deben
contemplar el hecho que si un alumno se objeto de grabaciones, el protagonista sea
expulsado del centro y automáticamente trasladado a un otro. Si en el móvil de un
alumno se encuentran grabaciones de agresiones a otros alumnos, se le aplicará un
Expediente de falta grave.
17- Observatorio de la violencia a las aulas/ Acoso escolar En Catalunya, con la
participación especialistas sobre la problemática, Comunidad Educativa, Psicólogos,
Sociólogos de la administración, asociaciones que luchen contra el acoso escolar en
nuestra comunidad. Su función será la de estudiar la situación actualizada de el acoso
escolar en Catalunya, promover actos, iniciativas, estudios, editar información....
18- El Acoso Escolar y la Leyes Por Ley, delimitar las responsabilidades de los padres
por los actos de acoso escolar de los hijos, incluyendo la restitución de los perjuicios o
daños efectuados con cantidades de hasta 3000 euros. Reducir la Ley del Menor de los
14 años a los 12 años, y ampliación de las penas por acoso escolar, con el fin de
proteger la víctima y por otra parte actuar amparados por la ley, con la parte agresora,
protegiéndola de su entorno y trabajando su reinserción social, por tal de evitar que
pueda volver a hacer acoso en el futuro tanto en su ámbito de pareja como en el del
trabajo. La Ley del Menor en edades de 12 y 14 años no debe de ser salvo en casos muy
especiales que así lo crea el Juez una Ley represora, debe de ser una Ley de reinserción
social, de reconducción de conductas.
CONCLUSIONES
Hace falta concienciar e informar la sociedad del riesgo de el acoso escolar en los
alumnos de nuestras escuelas. La publicidad con campañas de sensibilización, las
tutorías formativas a los padres,...son vías posibles por tal de que conseguimos personas
formadas hacia este tema. Capaces de diferenciar entre violencia escolar y acoso, con
ganas de colaborar por conseguir de bello nuevo una educación en valores así como si
hiciera falta, cooperadoras con el centro en un caso de maltrato, haciendo un
seguimiento de aquellos padres menos predispuestos a hacerlo. La mentalidad que hoy
impera sobre el acoso escolar debe cambiar, no podemos buscar posibles o
determinadas causas que lo provocan, porque no hay respuesta ni excusa a la violencia.
Tampoco podemos perpetuar el ’acoso escolar porque siempre ha existido, es un acto
delictivo. No obstante la culpabilización de la victima se da desde todas las vertientes de
la Comunidad educativa: docentes, padres, alumnos...Hace falta actuar con rapidez y
contundencia. La víctima no exagera cuando pide ayuda, ni tampoco intenta llamar la
atención cuando explica lo que le está pasando, no se chiva , sino que explica el infierno
al cual lo someten sus iguales. La formación de los docentes se fundamental por
afrontar los casos que puedan aflorar. Y para poder formar a sus alumnos en la
convivencia y la prevención, y así poder detectar rápidamente lo maltrato. No se puede
permitir, bajo ninguna circunstancia, que ningún docente tenga una actitud permisiva
hacia el acoso. La figura de un inspector especializado contra el acoso escolar supondría
más dedicación por profundizar en las medidas que han de aplicar los centros cuando se
detectaran casos. Y se podría hacer un seguimiento muy exhaustivo sobre las posibles
medidas. Las Juntas Disciplinarias en los centros escolares harían más ágil el proceso de
protección a la víctima así como la resolución del caso. Haciendo un traslado de centro
de el agresor y no como fines ahora de la víctima. A las víctimas de acoso escolar, los
hace falta todo el apoyo moral y psicológico que se les pueda dar. A veces también
jurídico y esta debería venir de la Administración. Se necesario saber porque los
agresores han actuado con agresividad y por esto si los menores tienen menos de catorce
años hará falta coordinar las actuaciones con los Servicios Sociales Municipales. Es
muy importante que los alumnos trabajen en sus aulas la convivencia y la prevención y
que más tarde subscriban los contratos de tolerancia cero al acoso escolar. En relación a
la telefonía móvil y al hecho de grabar las agresiones por después pasarlas de un móvil a
otro, es una nueva moda a nuestro país que viene de países como el Reino Unido. Y que
hace falta frenar por tal de evitar a fin de lamentar males mayores. Associació Contra
l´Assetjament Escolar de Catalunya ACAECAT
-CONCLUSIÓN.
En definitiva se puede llegar a la conclusión de que el acoso escolar depende de varios
factores, tanto el entorno familiar, cómo los problemas de conducta del niño, las
llamadas de atención, los valores que posea…
Lo qué está claro es que esos casos hay que intentar que no ocurran, enseñarle a los
niños otras formas de solucionar los problemas, inculcarle valores que han podido ir
perdiendo mediante la sociedad, la nuevas corrientes que van pasando por sus tiempos,
etc. No podemos permitir que siga sucediendo porque a la larga irá aumentando y
llegaría el momento en el que sería un caos estar en el colegio.
Entre todos tenemos que poner de nuestra parte, tanto en la escuela, como en la familia
como en sus ambientes más comunes por donde el menor se encuentre. De esta manera
podemos llegar a rebajar el número de casos y conseguir civilizar a estos alumnos que
se comportan de esta forma.
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-BIBLIOGRAFIA.
• Piñuel, I. y Oñate, A. (2007). Mobbing escolar: Violencia y acoso psicológico
contra los niños. Madrid:CEAC.
• Sanmartín, J. (2007). "Violencia y acoso escolar". Mente y Cerebro, 26:12-19.
• Piñuel, I. y Oñate, A. (2006) "Test AVE, Acoso y Violencia Escolar, Madrid
2006, TEA Ediciones, ISBN: 84-7174-858-4.
• Piñuel, I. y Oñate, A. (2007) Acoso y Violencia Escolar en España: Informe
Cisneros X, Madrid, 2007, IIEDDI, ISBN: 978-84-611-4842-4.
• http://www.acosomoral.org
• http://es.wikipedia.org/wiki/Acoso_escolar
• http://www.acoso-escolar.es/bullying-el-acoso-en-las-aulas.php
• http://www.universia.es/portada/actualidad/noticia_actualidad.jsp?noticia=8181
5
• http://www.educacionenvalores.org
• http://www.forosdelmobbing.info/
INMACULADA FERNÁNDEZ PARRADO
MASTERD PSICOLOGÍA INFANTIL
AÑO 2009/2010